Homophobia |Larry Stylinson|

Capítulo 6.
Parte 2.
xErikaTomlinson

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05:55 pm ● 17.01.2013 ● QaF

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Después de unos breves minutos de silencio y de una mirada sigilosa buscando llamar la atención del hombre de la barra para pedirle algo de beber, Harry se vio obligado a dejar sus pensamientos inoportunos de lado y escuchar lo que Simon tenían que decirle.
—Mira, Harry—le volvió a hablar después de unos segundos de silencio—. Ignoro completamente el por qué estás peleado con los chicos, lo cual, por cierto, es demasiado extraño. Así que no te obligaré a decir algo que no quieres.
Harry sonrió con ironía porque le era poco común que Simon no le riñera por la acción que iba a realizar. Pero una parte de él le agradecía porque así las cosas se harían de una manera más sencilla, más práctica y, por supuesto, menos dolorosa. Dejó caer su cabeza en la barra por breves momentos, susurrando cosas que el mayor no pudo siquiera escuchar, a la vez que su respiración se volvía errática y acelerada.
—Gracias, supongo—se dignó a decir en voz baja y quebrada.
Quería llorar pero simplemente no podía. Se sentía tan débil, tan vacío, que ni siquiera respirar quería. No era que quisiera morir, pero le era algo sumamente difícil el hacerlo si caía en la desesperación y exageraba las cosas. Alzó el rostro con lentitud restregándose las manos en los ojos de manera pausada, mitigando todas las causas de lagrimear. Se acomodó la chaqueta que llevaba puesta y le sonrió a Simon de forma cansina.
—¿No vas a retenerme o algo por el estilo?
Simon le miró de manera inquisitiva.
—Sabes que sí lo haría—le respondió—; pero has cambiado. Demasiado. Ya no eres alegre y si estuvieras bien, quizá no estarías aquí. Estarías coqueteando con cualquier chica—eso último lo dijo con sorna, haciendo reír a Harry de manera seca—. Aparte ya eres grande, lo suficiente como para tomar tus propias decisiones.
El de ojos esmeraldas escuchaba todo de manera atenta. Por breves momentos le dieron ganas de contarle todo a Simon, pero después se arrepintió. Con que supiera que se peleó con los chicos, era más que suficiente. Decirle que se iba del país era algo que minutos atrás decidió hacer, pero tan débil como siempre, no lo hizo. No necesitaba más, lo sospechaba. Simon lo estaba dejando libre porque vio a través de él.
Quizá no de manera completa, pero así lo hizo. Así lo sintió y estaba enormemente feliz con ello. Al menos Simon Cowell no lo dejó solo… hasta ahora, ya que no sabe que es gay. Y probablemente jamás lo sabría.
—Pero—de nuevo la voz grave del mayor llegó a sus oídos—sólo te voy a apoyar si me respondes una simple y sencilla pregunta, Harry Styles. Si me respondes de manera afirmativa, no tan gustoso como tú crees, te ayudaré. Después de todo es tu decisión, es tu vida, aunque me cueste un poco. Te lo prometo—lo obligó a que le mirara a los ojos y así lo hizo. Los ojos de su mentor, de su segundo padre, le estrujaban con la mirada—. ¿Estás cien por ciento seguro de tu decisión, Harry?
El aludido no dejó de mirarle en ningún segundo. Por un momento su labio inferior comenzó a temblar, buscando a tientas con su mano algo para beber, lo necesitaba; eso Simon lo notó pero no le dijo nada a sabiendas de que no encontraría alguna bebida cerca. Estaba dudando por milésimas de segundos, pero al final supo la respuesta.
Recordó las miradas de Louis, su odio, la intromisión de Eleanor, sus burlas, sus amenazas, el abandono de Liam. Todo. Los pocos días en que había sufrido fueron más que suficientes para darse cuenta de que debería de preocuparse por primera vez de sí mismo y no pensar en cualquier cosa más. Debía de ser fuerte, de dejar todo atrás y de intentar olvidarlo todo.
De ser feliz.
—Sí, tío Simon—respondió de manera robótica—. Estoy seguro.
Simon se quedó estático al escuchar la respuesta del chico. No se lo esperaba, pero no podía hacer nada. Se lo prometió, y él es un hombre que cumple sus promesas. Apretó su mano en un puño y suspiró de manera tosca.
Después de todo, tendrían que ir a su hogar a por los papeles de la banda.

Capítulo 6.
M A R A T Ó N.
xErikaTomlinson

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05:55 pm ● 17.01.2013 ● QaF

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Harry le había implorado que no les dijera nada a los chicos hasta la mañana siguiente. Incluso le había encargado una hora en específico en el cual hacerlo, pero no quiso decirle la razón.
Y aunque sí fue a la mañana siguiente, los chicos ya estaban ahí una hora y media antes de lo acordado.
Cuando Simon entró en su sala se dio cuenta de que el aire en el lugar era tenso, lúgubre. Por su mente sopesó la idea de que el problema no era con Harry, sino un «todos contra todos». Claramente eso no lo tenía confirmado, pero los conocía tan bien que esa idea que siempre tachó de imposible, podría ser cierta; a pesar de eso, le costaba un poco el admitirlo.
Louis era el que estaba más apartado de los otros tres. La noche anterior justo después de dejar a Harry en su casa, Simon Cowell había recibido una llamada de su parte; se escuchaba enojado y hastiado, y pudo percibir cierta desesperación en su voz. No le dejó hablar porque él mismo le dijo que lo que quisiera decirle se lo diría a la mañana siguiente, citándolo a la misma hora que los demás. Supuso que quería que le ayudara para arreglarse con Harry ya que ellos no tienen su mundo si no está el otro, pero al parecer, por el distanciamiento que tenía con los demás chicos, no era ese tema.
Entró completamente y les miró, examinándolos de manera minuciosa. Niall, su rubio preferido, tenía el rostro demacrado y pudo ver a la distancia unas terribles ojeras bajo sus ojos. Cuando iba a preguntar apenas el por qué estaba así, un movimiento brusco de parte del moreno a su lado le llamó la atención. Estaba igual que Niall, pero la diferencia era que Zayn tenía rostro enojado. Y miraba a Louis de manera extraña, como si quisiera fulminarlo con la mirada.
Liam era el único exhorto en sus pensamientos ya que se encontraba mirando al suelo. No dijo nada y sólo levantó la vista cuando Simon carraspeó para que le prestaran atención. Louis al escucharlo subió una pierna suya encima de la otra, recargando su codo en una de sus rodillas, cubriendo su boca con su mano, mirando sus zapatos. El pantalón rojo que llevaba puesto aún estaba arrugado.
—No los esperaba tan temprano—admitió el mayor después de un tiempo.
Zayn, Liam y Niall le miraron de manera apagada, agotada. El rubio le sonrió débilmente de manera de disculpa, y el moreno esbozó una sonrisa sarcástica. Nadie decía nada hasta que Louis habló, justo cuando Simon tomó asiento.
—Lo siento—al hablar él, todos posaron su mirada en su rostro—. Al menos yo, que tengo prisa. Es por las llamadas de ayer.
—Oh, sí, claro—Simon se recargó en su sillón blanco y extendió sus manos a los costados—. Yo también tengo algo importante que decirles. Pero empieza tú.
Louis lo miró con sus ojos azulinos, y, cuando apenas iba a abrir la boca para decir lo que tenía que decir, la voz quebrada de Niall se le adelantó y le preguntó a Simon.
— ¿Y… Harry?
Simon los miró a todos de manera lenta, minuciosa, como lo llevaba haciendo desde que puso un pie en esa habitación. Louis Tomlinson gruñó por lo bajo al escuchar el nombre de Harry, pellizcando su pantorrilla para no pronunciar palabra alguna en su contra. Liam ya no tardaría en decirle a Simon lo que había pasado ayer, así que prefería dejar todas sus palabrerías hasta después de darles a conocer a todos su precipitada decisión.
—Harry no puede venir—contestó Simon. Cuando vio que Zayn iba a preguntar otra cosa, se adelantó—. No sé el por qué. —mintió.
Después el molesto silencio reinó en la sala otra vez. La manera en que Simon les había respondido se les hizo extraña, incluso para Louis. Sin dejar de estar en la misma posición y tratar de olvidar lo que pasó ayer y lo que pasó hace unos momentos, habló en voz alta. Quería salir de ahí, se sentía sofocado.
—Quiero… dejar la banda.
Liam dejó caer el bote de agua que estaba bebiendo y le miró con furia y sorpresa, mientras Niall no podía evitar el derramar lágrimas, las cuales comenzaron a caer por sus mejillas. Zayn, en cambio, apretó los dientes y se puso de pie de manera rápida, mirándolo con furia.
— ¡Nos estarías haciendo un gran favor! ¡Después de lo que Liam nos dijo que hicis…!
—No puedes.
Esas dos palabras que Simon dijo fueron más que suficientes como para que Zayn se calmara. Volteó a verlo y con la mirada le pedía una clara explicación mientras de soslayo observaba como Liam comenzaba a maldecir de nuevo, algo que desde ayer al parecer se estaba haciendo recurrente. Niall lanzaba gemidos entrecortados sin emitir palabra alguna, y Louis a pesar de todo, seguía en esa misma posición, con la mirada fría y en el suelo.
— ¿Por qué no puede, Tío Simon?
El mayor de los que estaba ahí tomó aire y le ordenó a Zayn que se sentara. El chico le obedeció de manera pausada, sin despegar su mirada de él, una mirada aún confusa y enojada. Tantos pensamientos se le habían cruzado la noche anterior, la noche en la que ninguno de ellos pudo conciliar el sueño, la noche de ayer, apenas. Una noche que admitía había sido de las peores de su vida. Así lo sentía Zayn.
—Si se acuerdan—les comenzó a decir Simon—, en el contrato decía que sólo una persona puede dejar la banda. Y es por decisión de todos los demás, aunque obviamente influirá en mayor peso la de la persona en sí—explicó de manera lenta—. Es por eso que no puedes, Louis.
— ¿Por qué no? Soy el único que lo está pidiendo—preguntó el castaño de ojos azules apretando los dientes.
Simon tomó aire, un aire que sentía ya no existía. Era duro para él y sus peores pesadillas se estaban haciendo realidad. La banda se estaba desmoronando, y él no podía hacer nada porque no podía regresar el tiempo o siquiera entrar en las mentes de los chicos para saber qué sucedía. Es algo que no podía.
—Porque alguien ya se te adelantó—dijo pausadamente—. Chicos… oficialmente, Harry ha dejado la banda.
Todos abrieron los ojos de par en par y Louis alzó el rostro de golpe de manera sorpresiva. Niall, que no había dejado de llorar, se puso de pie para después dejarse caer al suelo y abrazarse las piernas, ocultando su rostro en ellas. Liam Payne pasó la mano izquierda por sus cabellos, estirándoselos de manera que le doliera, intentando despertar de un sueño, una mala pesadilla. Zayn no dijo nada, simplemente comenzó a patear el suelo.
Louis agachó su mirada azulina cuando los ojos penetrantes de Simon Cowell se posaron en él. Algo en el fondo de su corazón comenzó a doler y se mordió los labios para no decir nada otra vez. Entonces, como por arte de magia, recordó las palabras que años atrás Harry le había dicho, en sus momentos de debilidad y de una notoria amistad más allá de las fronteras entre ellos… ahí estaba. Aunque era algo asqueroso el recordar aquellos tiempos por su notorio y declarado odio hacia Harry por su orientación sexual, su mente le hizo una mala jugada y ahí estaba ese pensamiento, tan fuerte y palpitante como la tensión en la habitación.
«¿Sabes, Lou? No me creas tan fuerte. Soy tan débil que si alguien, la persona de la que me enamore, me hace daño… yo simplemente me iría del país. Lo dejaría todo, lo mandaría todo a la mierda. Y me iría. Sin decir palabra alguna. Sin mirar atrás».
Ahora lo comprendía todo. Harry se iba a ir del maldito país.

—¿Cómo amaneció el hombre más sexy que pudo haber pisado la Tierra?
Harry se estremeció ante el tacto cálido de las manos de Louis en su espalda. Sonrió de manera inconsciente, disfrutando de la caricia amistosa que su amigo le regalaba. Volteó su rostro y lo miró a los ojos.
—Buenos días, Boo Bear.
—Buenos días, Hazza.
Hace tiempo que se dio cuenta de que su mejor amigo le atraía de manera sentimental, y poco después de eso se confirmó a sí mismo de que era gay. Y no era de extrañarse teniendo en cuenta su pequeño pasado inoportuno de cuando estaba en la escuela. Una situación que ciertamente quería olvidar.
Con cualquier persona se hubiese sentido pésimo, pero con Louis no. Ese castaño de ojos azules, voz angelical y un cuerpo excelente que ante la sociedad ocupaba el lugar de mejor amigo y hermano del alma, le había robado el corazón. Aunque en veces se preguntaba a sí mismo el por qué Louis se comportaba así con él, al final se decía que era por simple amistad y porque le amaba… como amigo. Pero por esos días eso no le dolía. Con tener su presencia a su lado, en la cama, en el sillón, en las entrevistas, le era más que suficiente.
Disipó sus pensamientos al sentirse destapado de la colcha que le cuidaba del frío. Lanzó un bufido algo molesto al comprender que el castaño ya quería que se levantara para preparase lo más temprano que podían. Iban a irse a España para dar su concierto de su disco Up all Night, y apenas tomarían el vuelo. Simon los regañaría sino llegaban a tiempo.
Su mente volvió a volar hasta ese día en que vio por primera vez a Louis en las audiciones de The X Factor; la primera vez en que se abrazaron—detrás del escenario, después de haberles avisado que formarían una banda. La primera vez que le escuchó decir Hazza, la primera vez de Larry Stylinson.
Sonrió otra vez y alzó la mirada, topándose con la de Louis, tan profunda como siempre y tratando de descifrar lo que sucedía. Harry se puso de pie y se acercó al castaño, de manera lenta y tierna, sin despegar su vista de él. Louis le sonrió con sinceridad y comenzó a caminar también hacia él, con sus ojos brillando bajo la luz que se colaba por las cortinas.
Se quedaron frente a frente y, en cuestión de segundos, se estaban abrazando.
—Te amo, Hazza.
—Y yo a ti, Lou.

—Claro… me amas.
Dejó caer la botella de tequila que traía en sus manos y se sentó en el suelo con pesadez. Su mente estaba muerta, él estaba deprimido. Ya no tenía a nadie en ese mundo podrido y quería morirse.
Acarició la pared detrás de él y una lágrima cayó por su mejilla. Se sintió tonto por pensar que Louis lo amaba como más que amigo. Era imposible, y lo confirmó cuando Eleanor y él se fueron de viaje.
Necesitaba más tequila.

—Harry… ¿Qué… qué pasa?
—Louis Tommo Tomlinson… ¿Te casarías conmigo?
Louis puso cara de fingida sorpresa en cuanto Harry se hincó frente a él con una rosa blanca en la mano, sonriendo de felicidad. Quería echarse a reír y hacer bromas con Harry, pero al parecer ésta era muy buena como para desperdiciarla. Hace tiempo que no lo veía y ciertamente le extrañaba, aunque iba en contra de sus principios.
Una carcajada salió de sus labios mientras cerraba los ojos y negaba con la cabeza.
—Pero oh, Harry—exclamó con fingida inocencia—. ¿Qué dirán nuestros padres sobre ello?, ¡somos demasiado jóvenes!
El de rulos puso una mueca de fastidio a la vez que se ponía de pie y abrazaba a Louis. Éste cerró los ojos y se dedicó a aspirar su aroma, retractándose después por semejante acción. Él andaba de novio con Eleanor, no podía permitirse esos… gustos. De manera civilizada y pausada, de alejó un poco de él. Un rostro confuso a lo Harry Styles fue lo primero que vieron sus ojos. Mordió sus labios con impaciencia.
—Algo pasa, mi príncipe—indagó Harry de forma inquieta.
El castaño le sonrió más que dispuesto a caminar, pero la mano de Harry le detuvo. Cuando el de ojos esmeraldas usaba sobrenombres diferentes a los usuales, era porque le había hecho sentir mal. Le miró a los ojos y arrojó la rosa al suelo, negando con la cabeza de la misma manera en que él lo hizo minutos antes; no despegó su mirada de él mientras le daba un beso en la mejilla algo nervioso.
—Somos mejores amigos, Boo Bear. Lo sabes—le dijo, alejándose de él.
Louis Tomlinson por un momento pensó que recogería la rosa, pero no fue así. Simplemente le pasó de largo y sin mirarla, dejándolo a él atrás, solo. No comprendió muy bien lo que pasó, ni cómo se encariñó con él tan rápido. Pero ese cariño no debía de llegar a tales extremos, por supuesto. Debía de ponerle alto a la situación ya. Eso es lo que haría.
—Lo sé—susurró al aire.


Se dejó caer a la cama con pesadez y con todo el mundo encima de su persona. Metafóricamente hablando, por supuesto.
Gruñó por lo bajo al escuchar su celular sonar, sabiendo de sobra que era de Eleanor. Era su tono de llamada, después de todo. Pasó sus dedos por sus labios de manera lenta, tortuosa, mirando el techo de manera aburrida. Harry le había besado y prácticamente se le había confesado, pero él, como buen hombre, lo rechazó.
Así tenía que ser. Así debió de ser hace tres años. Pero por supuesto no lo hizo hasta ahora. ¿Por qué? Para sincerarse, ni siquiera él lo sabía.
Una de las tantas incógnitas que tiene en su corazón.