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Charade - Joe y Tu
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 1 de 2. • Comparte
Página 1 de 2. • 1, 2
Charade - Joe y Tu
Nombre: Charade
Autor :Nyrae Dawn
Adaptación:Sí.
Género: Romance y Drama.
Advertencias: No
Hola Chicas les traigo un Libro muy Lindo,Es Narrado por Ambos Personajes.
Espero que les guste y sea de su Agrado.
Mi Nombre es Paula y Soy de Chile...Estaré subiendo capítulos constantemente , siempre y cuando comenten.
Disfruten...
Sinopsis
_____ , De Diecinueve años, Intenta Mostrar una Vida perfecta Para
Enmascarar Los recuerdos de su Pasado. Encontrar a su Novio con otra mujer
en su Primer año de universidad Pone en peligro esa Imagen de Perfección.
Joe, De Veintiún años, Nunca quiso ir a la universidad y Nunca esperó valer
Nada , pero cuando el último deseo de su Madre es que obtenga su título
No tiene más remedio que Fingir que eso es lo que él también quiere.
_____ Necesita un novio falso para vengarse de su ex y Joe Necesita
Dinero para cuidar de su madre,Por lo que llegan a un acuerdo que beneficia
a ambos. Pero,¿y si el pasado de _____ no es lo que ella pensaba? Pronto,
están intercambiando una farsa por otra Perdiéndose el uno en el otro para
olvidarse de su dolor. Cuanto más juegan su juego,éste más se convierte en
la única cosa que tienen que se siente real.
Tanto _____ Como Joe saben que la vida no es fácil ,Pero ninguno de ellos
esperan la tragedia que amenaza con acabar su farsa y Separarlos para Siempre.
,
Autor :Nyrae Dawn
Adaptación:Sí.
Género: Romance y Drama.
Advertencias: No
Hola Chicas les traigo un Libro muy Lindo,Es Narrado por Ambos Personajes.
Espero que les guste y sea de su Agrado.
Mi Nombre es Paula y Soy de Chile...Estaré subiendo capítulos constantemente , siempre y cuando comenten.
Disfruten...
Sinopsis
_____ , De Diecinueve años, Intenta Mostrar una Vida perfecta Para
Enmascarar Los recuerdos de su Pasado. Encontrar a su Novio con otra mujer
en su Primer año de universidad Pone en peligro esa Imagen de Perfección.
Joe, De Veintiún años, Nunca quiso ir a la universidad y Nunca esperó valer
Nada , pero cuando el último deseo de su Madre es que obtenga su título
No tiene más remedio que Fingir que eso es lo que él también quiere.
_____ Necesita un novio falso para vengarse de su ex y Joe Necesita
Dinero para cuidar de su madre,Por lo que llegan a un acuerdo que beneficia
a ambos. Pero,¿y si el pasado de _____ no es lo que ella pensaba? Pronto,
están intercambiando una farsa por otra Perdiéndose el uno en el otro para
olvidarse de su dolor. Cuanto más juegan su juego,éste más se convierte en
la única cosa que tienen que se siente real.
Tanto _____ Como Joe saben que la vida no es fácil ,Pero ninguno de ellos
esperan la tragedia que amenaza con acabar su farsa y Separarlos para Siempre.
,
Última edición por HOLA. el Lun 20 Ene 2014, 4:42 pm, editado 1 vez
HOLA.
Re: Charade - Joe y Tu
CAPÍTULO 1
Narrado por "______"
Observo, sin ser capaz de apartar mis ojos lejos de la escena delante de mí, mientras trato de procesar lo que acaba de decir mi novio.
—¿Cómo es exactamente estar desnudo en la cama con otra chica no ser lo que parece? —Mi voz sale completamente suave, aunque mi estómago es un desastre. Éste cayó a mis pies y me siento como si pudiera vomitar en cualquier momento.
Por favor, no vomites en frente de ellos.
Fijo la mirada en él, en la cama junto a una pelirroja y todo lo que hace Gregory es devolverme la mirada. Este es el tipo con el que estúpidamente me permití empezar a confiar nuevamente después de tanto tiempo juntos, en contra de mi propio juicio, siempre he sabido que uno nunca puede realmente depender de alguien.
El pánico me amenaza. Al igual que la ardiente esquina de una hoja de papel, con ganas de tomarme completamente. Mi corazón se acelera. Mi pecho duele. Mi visión comienza a ser borrosa.
No. No puedo tener un ataque de pánico en estos momentos. No he tenido uno en años y me niego a dejar a este bastardo obtener lo mejor de mí. Pero aún así, mi cuerpo está tratando de no escucharme. Mis manos se aprietan, abriéndose y cerrándose en puños. Es como si un torrente eléctrico atravesara cada parte de mí, enviándome a un sobrecargo.
Con todo mi ser, lucho para acabar con él.
—_____, nena...lo siento —dice Gregory.
—Sabes que te quiero. Fue tan duro el año pasado... —Está tomando sus bóxers, tirando de ellos mientras habla y se mueve hacia mí
—. Cuando todavía estabas en la escuela secundaria y yo aquí. Sólo te extrañaba mucho, pero esta fue la última vez. Le dije que esta era la última vez. —La mira expectantemente como si espera que esté de acuerdo con este hecho, pero ella frunce el ceño y empieza a ponerse su ropa.
Gregory se vuelve a mí
—. Me equivoqué, pero sabes que eres la única que a la que amo.
Las náuseas me llegan de nuevo. Mentiras.
—¿Me extrañabas tanto que follaste a otra chica?
La pelirroja bufa, pero la ignoramos.
—Soy un hombre, _____... —Sacude la cabeza como si yo no estuviera siendo razonable y haciendo un gran cosa de su pequeño error.
—¿Eres un hombre? Esa es la peor excusa que he oído. Estuvimos juntos todo el verano en casa, y ya hemos estado aquí en la universidad por dos semanas, ¿y aún la estás follando? ¡Eso tiene sentido! Y sí... gracias por no dejar que te preguntara cuánto tiempo has estado haciéndolo. Un hombre inteligente podría haber esperado a ver si asumía que ésta era la primera vez.
Los ojos de Gregory se amplían cuando se da cuenta de su error. Nunca admitas más de lo necesario. Con padres abogados, debería saberlo. Idiota.
Mis ojos arden, pero no les voy a dar el gusto de verme llorar. Dejé de darle la satisfacción de saber cómo me afectan hace mucho tiempo.
La pelirroja se pone de pie y me mira, choca contra el hombro de Gregory cuando pasa junto a él, diciendo—Me voy de aquí.
—Espera —le digo, reconociéndola—. ¿No me la presentaste en la fiesta de bienvenida hace dos noches?
Pelirroja tiene el descaro de ruborizarse antes de salir de la habitación. Ella definitivamente no tiene el derecho de lanzarme miradas teniendo en cuenta que sabía que Gregory tiene novia. Tenía. La palabra me deja un mal sabor en la boca. Se suponía que él debía ser seguro. Nuestras familias son amigas. Me trató tan bien cuando estamos juntos. ¿Qué hay de mí que hace que las personas piensen que
pueden aprovecharse de mí y después dejarme de lado? ¿Por qué soy tan fácil de traicionar?
Una ola de mareo me golpea cuando pienso en mi madre. Trato de alejar los pensamientos de mi cabeza. He trabajado tan duro para no ser esa chica —la niña cuya madre no la amó suficiente como para quedarse con ella. Esta no es la forma en que mi vida se supone que debe ser. Ya no. Todo ha sido perfecto por los últimos diez años. Soy una nueva persona y las cosas debían de seguir mejorando. Una vida fácil, simple y perfecta para compensar lo que no tuve antes.
Soy _____ Marshall. La capitana del equipo de baile. La chica más popular de mi escuela secundaria. Tengo amigos. Toneladas de ellos.
Pero eso era antes... en la escuela secundaria. Ahora estoy aquí con Gregory y en su territorio en el que aún no tengo amigos. Cada persona que conozco aquí, la conozco por medio de él. Cierro los ojos y coloco una mano contra la pared para mantener el equilibrio cuando la realidad de mi nueva vida me golpea. Estoy aquí. Sola.
No, no, no. No voy a llorar. No puedo.
Los músculos en mis dedos se tensan, tratando de cerrarse de nuevo.
—_____...vamos, nena. Sabes que te quiero. Nos pertenecemos. —Da un paso hacia mí y hay un segundo, un segundo en el cual considero estirar mi mano hacia la suya.
Este es Gregory. Perdí mi virginidad con él. Pensaba en casarme con él, porque encajábamos. Él no me dejaría. He trabajado tan duro para ser el tipo de chica de la cual la gente no se aleja ni abandona.
Yo... oh, Dios. Confié en él. ¿Cómo es posible que haya confiado en alguien?
¡Ha estado follando a otras chicas! No puedo ver más allá de eso.
Lucho contra las lágrimas que presionan contra mis párpados.
—No, Gregory. No nos pertenecemos. Se pone de pie entre la cama y yo, sus bóxers torcidos, mirándose muy... digamos ¿desinflado?
—¿Qué estás diciendo, _____? ¿Quieres romper? —Deja escapar una risa frustrada—.
Esa es una mierda. No conoces a nadie aquí. Ninguno de los chicos va a ir detrás de ti. Saben que eres mía.
Su ego me da náuseas. No voy a ser esa chica. No estaré sola, y necesito que él piense eso.
—No soy tuya.
—_____... —Está tratando hablar suavemente—. Sólo te estoy diciendo que así es como siempre te van a ver.
—No todos —le digo, tratando de sonreír. Tratando de demostrarle que no lo necesito.
Su rostro se endurece y sus ojos se entrecierran.
—¿Quién? ¿Alguien ha estado detrás de ti?
En realidad, sólo he pasado el tiempo con Gregory y sus hermanos de fraternidad. Todo es mentira, pero la expresión cabreada en su rostro me alimenta.
—Eso no es asunto tuyo —digo, cruzando los brazos—. Todo lo que necesitas saber es que mientras estábamos juntos nunca te fui infiel. Pero ya no estamos juntos. —Dejemos que sufra con esa idea como yo sufriré con las imágenes de él y la pelirroja en la cama desnudos. Me vuelvo para irme.
—¡_____! —llama detrás de mí, pero sigo adelante, cerrando la puerta de su apartamento.
No manejo muy lejos antes de estacionarme a un lado de la carretera. En la seguridad de mi coche, tomo cinco minutos para dejarlo ir. Cinco minutos para que los sollozos sacudan mi cuerpo.
¿Cómo pude haberle dado poder sobre mí? ¿Cualquier poder? Se suponía que Gregory era mi normal. Constante. No se suponía que iba a dejarme. Más lágrimas. Mi cabeza cae hacia adelante y contra el volante. Todo el dolor en mi interior resurge, trayendo consigo la suciedad en la que no me había permitido pensar por tanto tiempo.
***
—Bebé, mami, estará de vuelta pronto, ¿de acuerdo? Quédate en esta habitación hasta que vuelva.
Mi mamá besa mi frente y sale de la habitación. Hay ruido. La música es alta y el estruendo hace que ponga mis manos sobre mis oídos. Ella dijo que no me dejaría. Que nunca me dejaría sola de nuevo.
Me siento en un rincón, mis rodillas contra mi pecho y mis manos todavía en mis oídos y mis ojos fuertemente cerrados. Estará de regreso. Lo prometió. La puerta se abre y no sé cómo lo sé, pero lo hago. Dejo escapar un suspiro, sabiendo que tiene que ser ella. Mis ojos se abren de tirón. Un tipo, un tipo grande con barba y una mujer entran. Se están besando y es asqueroso. Sus manos están por todo sus cuerpos.
¿Qué están haciendo?
—Vince. Hay una niña en la esquina. —Por un segundo me pregunto si van a ayudarme. Si van a buscar a mi mamá por mí, pero luego ambos comienzan a reír. Mis ojos pican y las lágrimas empiezan a caer por mis mejillas.
—¡Fuera de aquí, niña! ¡No quieres ver esto! —grita el hombre. Tiene razón. Sólo quiero a mamá. Quiero irme a casa. Me pongo de pie y corro fuera de la habitación. Hay tantas personas por todas partes. Tantas que apenas puedo pasar. Me empujan y me pisan y la música es tan fuerte que hace que mi corazón vibre.
Sigo buscando por la casa. Buscando por personas. Por mamá. La casa apesta, pero no sé cuál es el olor. Alguien derrama una bebida sobre mí y lloro más fuerte. Es cerveza. El novio antiguo de mamá solía beberla.
Nadie se ofrece a ayudarme.
No puedo encontrar a mamá.
Me dejó sola.
Otra voz. Otro hombre... —Voy a ayudarte a encontrar a tu mamá...
***
Sentándome, me estremezco y limpio las lágrimas. Ya no soy esa niña. No quiero ser definida por esos recuerdos. Trato de concentrarme en el aquí y ahora.
Puede que no haya dejado entrar a Gregory completamente a mi corazón como las novias normales, pero confiaba en él más de lo que debería. Juro en ese momento que nunca cometeré el mismo error.
La gente te lastima si los dejas. No voy a ser lastimada de nuevo.
Con una mirada en el espejo, me veo medio decente. Sólo hay un matiz rosa claro en mis ojos marrones. No hay manchas rojas en mi piel clara. Abriendo mi bolso, saco mi delineador de ojos y vuelvo a aplicarlo. El rímel viene después. Incluso añado algo de brillo en mis labios. Sin dejar de mirar en el espejo, reitero—: Ya no soy esa niña.
Rápidamente, soy _____ Marshall nuevamente. No la pequeña niña en esa fiesta—la chica abandonada que tiene ataques de pánico. Soy más fuerte que eso. Soy _____ Marshall por la que peleé para ser.
Una respiración profunda, enciendo el coche nuevamente y me pongo en marcha.
Narrado por "______"
Observo, sin ser capaz de apartar mis ojos lejos de la escena delante de mí, mientras trato de procesar lo que acaba de decir mi novio.
—¿Cómo es exactamente estar desnudo en la cama con otra chica no ser lo que parece? —Mi voz sale completamente suave, aunque mi estómago es un desastre. Éste cayó a mis pies y me siento como si pudiera vomitar en cualquier momento.
Por favor, no vomites en frente de ellos.
Fijo la mirada en él, en la cama junto a una pelirroja y todo lo que hace Gregory es devolverme la mirada. Este es el tipo con el que estúpidamente me permití empezar a confiar nuevamente después de tanto tiempo juntos, en contra de mi propio juicio, siempre he sabido que uno nunca puede realmente depender de alguien.
El pánico me amenaza. Al igual que la ardiente esquina de una hoja de papel, con ganas de tomarme completamente. Mi corazón se acelera. Mi pecho duele. Mi visión comienza a ser borrosa.
No. No puedo tener un ataque de pánico en estos momentos. No he tenido uno en años y me niego a dejar a este bastardo obtener lo mejor de mí. Pero aún así, mi cuerpo está tratando de no escucharme. Mis manos se aprietan, abriéndose y cerrándose en puños. Es como si un torrente eléctrico atravesara cada parte de mí, enviándome a un sobrecargo.
Con todo mi ser, lucho para acabar con él.
—_____, nena...lo siento —dice Gregory.
—Sabes que te quiero. Fue tan duro el año pasado... —Está tomando sus bóxers, tirando de ellos mientras habla y se mueve hacia mí
—. Cuando todavía estabas en la escuela secundaria y yo aquí. Sólo te extrañaba mucho, pero esta fue la última vez. Le dije que esta era la última vez. —La mira expectantemente como si espera que esté de acuerdo con este hecho, pero ella frunce el ceño y empieza a ponerse su ropa.
Gregory se vuelve a mí
—. Me equivoqué, pero sabes que eres la única que a la que amo.
Las náuseas me llegan de nuevo. Mentiras.
—¿Me extrañabas tanto que follaste a otra chica?
La pelirroja bufa, pero la ignoramos.
—Soy un hombre, _____... —Sacude la cabeza como si yo no estuviera siendo razonable y haciendo un gran cosa de su pequeño error.
—¿Eres un hombre? Esa es la peor excusa que he oído. Estuvimos juntos todo el verano en casa, y ya hemos estado aquí en la universidad por dos semanas, ¿y aún la estás follando? ¡Eso tiene sentido! Y sí... gracias por no dejar que te preguntara cuánto tiempo has estado haciéndolo. Un hombre inteligente podría haber esperado a ver si asumía que ésta era la primera vez.
Los ojos de Gregory se amplían cuando se da cuenta de su error. Nunca admitas más de lo necesario. Con padres abogados, debería saberlo. Idiota.
Mis ojos arden, pero no les voy a dar el gusto de verme llorar. Dejé de darle la satisfacción de saber cómo me afectan hace mucho tiempo.
La pelirroja se pone de pie y me mira, choca contra el hombro de Gregory cuando pasa junto a él, diciendo—Me voy de aquí.
—Espera —le digo, reconociéndola—. ¿No me la presentaste en la fiesta de bienvenida hace dos noches?
Pelirroja tiene el descaro de ruborizarse antes de salir de la habitación. Ella definitivamente no tiene el derecho de lanzarme miradas teniendo en cuenta que sabía que Gregory tiene novia. Tenía. La palabra me deja un mal sabor en la boca. Se suponía que él debía ser seguro. Nuestras familias son amigas. Me trató tan bien cuando estamos juntos. ¿Qué hay de mí que hace que las personas piensen que
pueden aprovecharse de mí y después dejarme de lado? ¿Por qué soy tan fácil de traicionar?
Una ola de mareo me golpea cuando pienso en mi madre. Trato de alejar los pensamientos de mi cabeza. He trabajado tan duro para no ser esa chica —la niña cuya madre no la amó suficiente como para quedarse con ella. Esta no es la forma en que mi vida se supone que debe ser. Ya no. Todo ha sido perfecto por los últimos diez años. Soy una nueva persona y las cosas debían de seguir mejorando. Una vida fácil, simple y perfecta para compensar lo que no tuve antes.
Soy _____ Marshall. La capitana del equipo de baile. La chica más popular de mi escuela secundaria. Tengo amigos. Toneladas de ellos.
Pero eso era antes... en la escuela secundaria. Ahora estoy aquí con Gregory y en su territorio en el que aún no tengo amigos. Cada persona que conozco aquí, la conozco por medio de él. Cierro los ojos y coloco una mano contra la pared para mantener el equilibrio cuando la realidad de mi nueva vida me golpea. Estoy aquí. Sola.
No, no, no. No voy a llorar. No puedo.
Los músculos en mis dedos se tensan, tratando de cerrarse de nuevo.
—_____...vamos, nena. Sabes que te quiero. Nos pertenecemos. —Da un paso hacia mí y hay un segundo, un segundo en el cual considero estirar mi mano hacia la suya.
Este es Gregory. Perdí mi virginidad con él. Pensaba en casarme con él, porque encajábamos. Él no me dejaría. He trabajado tan duro para ser el tipo de chica de la cual la gente no se aleja ni abandona.
Yo... oh, Dios. Confié en él. ¿Cómo es posible que haya confiado en alguien?
¡Ha estado follando a otras chicas! No puedo ver más allá de eso.
Lucho contra las lágrimas que presionan contra mis párpados.
—No, Gregory. No nos pertenecemos. Se pone de pie entre la cama y yo, sus bóxers torcidos, mirándose muy... digamos ¿desinflado?
—¿Qué estás diciendo, _____? ¿Quieres romper? —Deja escapar una risa frustrada—.
Esa es una mierda. No conoces a nadie aquí. Ninguno de los chicos va a ir detrás de ti. Saben que eres mía.
Su ego me da náuseas. No voy a ser esa chica. No estaré sola, y necesito que él piense eso.
—No soy tuya.
—_____... —Está tratando hablar suavemente—. Sólo te estoy diciendo que así es como siempre te van a ver.
—No todos —le digo, tratando de sonreír. Tratando de demostrarle que no lo necesito.
Su rostro se endurece y sus ojos se entrecierran.
—¿Quién? ¿Alguien ha estado detrás de ti?
En realidad, sólo he pasado el tiempo con Gregory y sus hermanos de fraternidad. Todo es mentira, pero la expresión cabreada en su rostro me alimenta.
—Eso no es asunto tuyo —digo, cruzando los brazos—. Todo lo que necesitas saber es que mientras estábamos juntos nunca te fui infiel. Pero ya no estamos juntos. —Dejemos que sufra con esa idea como yo sufriré con las imágenes de él y la pelirroja en la cama desnudos. Me vuelvo para irme.
—¡_____! —llama detrás de mí, pero sigo adelante, cerrando la puerta de su apartamento.
No manejo muy lejos antes de estacionarme a un lado de la carretera. En la seguridad de mi coche, tomo cinco minutos para dejarlo ir. Cinco minutos para que los sollozos sacudan mi cuerpo.
¿Cómo pude haberle dado poder sobre mí? ¿Cualquier poder? Se suponía que Gregory era mi normal. Constante. No se suponía que iba a dejarme. Más lágrimas. Mi cabeza cae hacia adelante y contra el volante. Todo el dolor en mi interior resurge, trayendo consigo la suciedad en la que no me había permitido pensar por tanto tiempo.
***
—Bebé, mami, estará de vuelta pronto, ¿de acuerdo? Quédate en esta habitación hasta que vuelva.
Mi mamá besa mi frente y sale de la habitación. Hay ruido. La música es alta y el estruendo hace que ponga mis manos sobre mis oídos. Ella dijo que no me dejaría. Que nunca me dejaría sola de nuevo.
Me siento en un rincón, mis rodillas contra mi pecho y mis manos todavía en mis oídos y mis ojos fuertemente cerrados. Estará de regreso. Lo prometió. La puerta se abre y no sé cómo lo sé, pero lo hago. Dejo escapar un suspiro, sabiendo que tiene que ser ella. Mis ojos se abren de tirón. Un tipo, un tipo grande con barba y una mujer entran. Se están besando y es asqueroso. Sus manos están por todo sus cuerpos.
¿Qué están haciendo?
—Vince. Hay una niña en la esquina. —Por un segundo me pregunto si van a ayudarme. Si van a buscar a mi mamá por mí, pero luego ambos comienzan a reír. Mis ojos pican y las lágrimas empiezan a caer por mis mejillas.
—¡Fuera de aquí, niña! ¡No quieres ver esto! —grita el hombre. Tiene razón. Sólo quiero a mamá. Quiero irme a casa. Me pongo de pie y corro fuera de la habitación. Hay tantas personas por todas partes. Tantas que apenas puedo pasar. Me empujan y me pisan y la música es tan fuerte que hace que mi corazón vibre.
Sigo buscando por la casa. Buscando por personas. Por mamá. La casa apesta, pero no sé cuál es el olor. Alguien derrama una bebida sobre mí y lloro más fuerte. Es cerveza. El novio antiguo de mamá solía beberla.
Nadie se ofrece a ayudarme.
No puedo encontrar a mamá.
Me dejó sola.
Otra voz. Otro hombre... —Voy a ayudarte a encontrar a tu mamá...
***
Sentándome, me estremezco y limpio las lágrimas. Ya no soy esa niña. No quiero ser definida por esos recuerdos. Trato de concentrarme en el aquí y ahora.
Puede que no haya dejado entrar a Gregory completamente a mi corazón como las novias normales, pero confiaba en él más de lo que debería. Juro en ese momento que nunca cometeré el mismo error.
La gente te lastima si los dejas. No voy a ser lastimada de nuevo.
Con una mirada en el espejo, me veo medio decente. Sólo hay un matiz rosa claro en mis ojos marrones. No hay manchas rojas en mi piel clara. Abriendo mi bolso, saco mi delineador de ojos y vuelvo a aplicarlo. El rímel viene después. Incluso añado algo de brillo en mis labios. Sin dejar de mirar en el espejo, reitero—: Ya no soy esa niña.
Rápidamente, soy _____ Marshall nuevamente. No la pequeña niña en esa fiesta—la chica abandonada que tiene ataques de pánico. Soy más fuerte que eso. Soy _____ Marshall por la que peleé para ser.
Una respiración profunda, enciendo el coche nuevamente y me pongo en marcha.
HOLA.
Re: Charade - Joe y Tu
¡Bienvenida! Acabo de subir el primer Capítulo,espero que te Guste.chelis escribió: nueva lectooooraaaa!!!!.....
Así que pon caaapiiiisss
HOLA.
Re: Charade - Joe y Tu
QUE MALDITOOO!!!!... EN SERIO ES UN MALDITOOOO!!!...
YA QUIERO QUE CONOSCA A JOE!!! ... PERO ESPERAREEEE!!!!
YA QUIERO QUE CONOSCA A JOE!!! ... PERO ESPERAREEEE!!!!
chelis
Re: Charade - Joe y Tu
¡Bienvenida! Enseguida subo el siguiente capítuloMonse_Jonas escribió:Nueva lectora linda, hahaha me gusta, síguela pronto plis!!!
HOLA.
Re: Charade - Joe y Tu
CAPÍTULO 2
—Los hombres son tan culeros. Mi último novio también me engañó. Las cosas son mucho más fáciles con Veronica.
Mis ojos se deslizan hacia mi compañera de habitación. La escuela ha comenzado hace un par de semanas y nunca habíamos estado aquí al mismo tiempo. Esta es probablemente sólo la tercera vez que he hablado con ella.
— Cómo...
—Soy bisexual. —Andrea se sienta en su cama—. ¿Algún problema?
Su pelo con mechones de color rosa está recogido en una cola de caballo y lleva puesta una camisa de voleibol del mismo color.
Nunca he conocido a alguien a quien le gusten tanto las chicas como los chicos. No sé por qué, pero supongo se verían diferentes.
Dejo de mirarla cuando su pregunta toma sentido. Me enderezo como si eso me hará menos transparente. Una simple mirada y supo sobre Gregory.
—No. Iba a preguntarte ¿cómo supiste que mi novio me engañó? —¿Vieron con cuánta indiferencia dije eso? Es porque no me importa.
Necesito que piense que no me importa.
Sin esperar a que responda, me doy la vuelta, mirando la pared mientras me siento en la cama. Lo último que quiero es que vea cuán molesta realmente estoy. Qué vergonzoso es esto. Mis primeras dos semanas en la universidad y me entero de que mi novio estaba acostándose con otras personas. O al menos, otra persona.
¿Cómo me pasó esto a mí?
—Escondiéndote en tu cama no mejorará las cosas.
—No me estoy escondiendo —le digo, sin moverme.
—Él no vale la pena. No dejes que te moleste.
¿Cómo sabe ella si Gregory vale la pena? Eso no lo digo porque se supone que no me molesta. No por un tipo. Soy mucho mejor que eso. —Por favor. Como si le permitiera lastimarme. Sólo estoy cansada, Andrea.
Hay movimiento detrás de mí y estoy segura de que se puso de pie.
—Claro que lo estás. Y el nombre es Andy.
La puerta cruje al abrirse y luego se cierra de golpe. Mi corazón salta ante el ruido. ¿Quién se cree que es? Fingiendo conocerme cuando no tiene ni idea de quién soy. Definitivamente no voy a dejar que Gregory y Pelirroja me depriman.
Por lo que seguramente debería salir de la cama ahora mismo y seguir adelante. Encontrar al chico del que mentí o ir a una fiesta. Hacer algo. Estoy en la universidad y nada debería tenerme metida en esta cama.
Pero estoy cansada. Demasiada cansada como para hacer algo, así que en lugar de levantarme, tiro la manta sobre mi cabeza y trato de averiguar qué fue lo que pasó con mi vida.
***
—Pareces cansada —dice mi tía Lily a través del teléfono.
—¿Lo hago? No sé por qué. Todo está bien. —Coloco mis piernas a un lado de la cama y me siento. En el segundo en que coloco mi cabello oscuro detrás de mi oreja, éste se desliza nuevamente hacia mi mejilla.
La tía Lily suspira.
—Si así lo dices. —Por un segundo me gustaría que insistiera. Me pregunto si le diría, pero eso significa dejarla acercarse. No necesito que insista.
Me pongo de pie. No hay ninguna razón para estar todavía en la cama. Sucedió, nada va a arreglarlo, así que es mejor que lo supere. No hay ningún punto en revivir los hechos. No cuando van a estar allí sin importar lo que haga.
Además no hay ningún punto en continuar así. La tía Lily y el tío Mark se enterarán tarde o temprano. Es mejor que lo sepan por medio de mí.
—Gregory... me engañó. —Las palabras me hacen caer de nuevo a la cama. Decirlas en voz alta lo hace real. Me engañó. Jugué el juego perfecto. La novia perfecta y aún así no fue suficiente.
Lily toma un suspiro. —¿Estás segura?
—Volví a la escuela antes de tiempo y los encontré juntos.
Hay unos pocos segundos de silencio a través de la línea.
—Lo siento mucho, cariño.
Oigo la lástima en su voz. Sé exactamente lo que está pensando. Después de todo por lo que ha pasado, no se merece esto, también. No quiero su lástima.
—Estoy bien, Lily. No es gran cosa. Pensaba romper con él, de todos modos. —La mentira se desplaza con facilidad de mi lengua.
Ella se detiene y me pregunto si espera más de mí. Si desea que fuera más abierta con ella. Realmente dejarla entrar. Por un segundo, me dejo a mí misma desearlo también.
—Aún así no puede ser fácil. ¿Estás segura? Nunca dejas que nada te lastime, _____. Tiene que doler.
De pronto nuevamente me siento como si fuera a vomitar. Mi cabeza palpita. ¡Basta! Estoy más allá de los ataques de pánico. Ya no los dejo superarme.
—Eso sucede, Lily. Estoy sorprendida, pero la mayoría de las relaciones no funcionan, ¿cierto? —Juego el juego, con la esperanza de que no pregunte más.
La tía Lily suspira.
—Estoy orgullosa de ti...Tu madre también lo estaría — añade.
Con eso mi cuerpo se tensa. ¿Lo estaría? No lo sé. La mujer que conocí no parece ser la misma con la que Lily creció. La que yo conocí me dejaba sola en fiestas con gente ebria y no le importaba si iba o no a la escuela. Un destello de la sonrisa de mamá llega a mi memoria y hace que el corazón me duela. Me encantaba su sonrisa.
Amaba su risa.
Mis ojos arden de nuevo.
—Hay alguien en mi puerta. Tengo que irme —miento y cuelgo.
Lucho con fuerzas renovadas para salir adelante. No voy a ser esa niña pequeña. No necesito a Gregory. A nadie. Le voy a demostrar que puedo seguir adelante. Estoy mejor sin él. Si hay una cosa que sé, es que no hay una maldita manera de arriesgarme a acercarme a alguien de nuevo.
Narra Joe
Las personas que mueren tienen un olor característico a ello. Incluso las personas que tienen meses antes de irse. Es casi un olor viejo que se aferra a su piel. Que es tan intolerable como el infierno, pero
cuando se trata de alguien a quien amas, no piensas en lo desagradable que es, sino en lo mucho que malditamente apesta.
En el segundo en que entro al apartamento, el olor me golpea. No estoy seguro de si debo respirar por la nariz y arriesgarme a capturar algún olor mediante mi boca y vomitar, lo que me hace el cobarde más grande del planeta. Si ella puede pasar a través de él, yo debería ser capaz de visitarla.
—¿Joe? ¿Eres tú? —Su voz suena feliz a pesar de lo que está pasando. ¿Ella huele la muerte como yo lo hago? ¿Tiene nauseas o es inmune? Soy un idiota.
—Por supuesto que sí, Mamá. ¿Esperas a algún otro tipo magnifico, joven en aparecer? —Rodee la esquina de su sala de estar. Las cortinas estaban abiertas en la gran ventana en la pared. A ella siempre le ha encantado el sol. Me pregunto qué diablos tiene que haber para que el sol brille así alrededor.
Mamá se ríe mientras está sentada en su vieja andrajosa silla de ruedas. La manta que le compre para Navidad como hace ocho años está alrededor de sus hombros. Tiene agujeros en ella. La estúpida cosa necesitaba ser tirada lejos hace mucho tiempo, pero ella no tira nada. Cuando no tienes mucho, aprendes a cuidar las cosas que tienes.
Me inclino hacia adelante y la beso en la frente. Me siento como un hijo de puta porque tengo que aguantar la respiración para hacerlo.
Ella no lleva un sombrero hoy y todo lo que queda de su cabello es pelusa.
—¿Qué pasa? —El polvo da patadas cuando me dejo caer en la silla a su lado.
—No mucho. ¿Cómo estas hoy? —Su voz se agrieta y comienza a toser. Maldita sea si no quiero tapar mis oídos así no tengo que escuchar.
Sep. Que buen hijo soy. Ella hace todo por mí, pero yo apenas puedo estar de pie mirándola.
—¿Cómo te sientes? —Esta es la cuestión más importante que cualquier cosa para mí.
Su pelo solía ser rubio y brillante. Recuerdo que la gente solía decir que se veía como el sol.
Tal vez por eso le gustan tanto las cortinas abiertas. El invierno será duro. Ella probablemente no estar{ aquí...
—Me siento muy bien. —Mamá se cruza de brazos.
Ruedo los ojos. Sep. ¿Cuán bien puede sentirse?
Se está muriendo. Los doctores dicen que podría ser una semana, podrían ser tres meses. Nunca se sabe con estas cosas.
Es una respuesta de mierda si me preguntas. Son doctores. ¿No se supone que saben eso? Si pueden decirte que vas a morir, deberían ser capaz de ser un poco más precisos.
—Mamá...
—Joe—lanza de nuevo a mí, una sonrisa inclinándose en sus labios—. Háblame de la escuela. ¿Cómo son tus clases?
Una mierda. Las odio. No son tan importantes como lo que está pasando contigo.
—Son geniales. Sólo han pasado un par de semanas. —Cada año es lo mismo. Es lo único que le importa y de lo único que habla y cada vez siento como que quiero explotar. No debería estar preocupado por los grados. Debería estar cuidando de ella, haciendo cualquier infierno que necesite para cuidar de ella. Es por lo que hago las cosas que hago.
Mamá me da otra sonrisa, sus ojos una mezcla de alegría y dolor. Esa mirada tiene el poder de comerme desde el interior, como si quemara de la misma manera que el cáncer quema su cuerpo, destruyendo todo a la vista. Se toca la pierna. Jesús, sus dedos son delgados.
—No puedo creer que mi hijo es un junior en la universidad. Te convertiste en un hombre con tanta rapidez. Siempre supe que podías hacer cualquier cosa, Joe.
Ahora la culpa es mi enfermedad. Porque no veo el punto. Porque nunca me importó una mierda el ir a la universidad. Sé quién soy y lo que valgo y un estúpido sin título no va a cambiar eso. ¿Ella? Ella siempre quiso eso para mí. Ella nació como un bebe adicto, y sobrevivió. Brincaba entre las casas de acogida y sobrevivió. Siempre supo qué era su madre, desertora en abandono escolar, fugitiva, drogadicta.
Mamá no se droga, pero quedó embarazada de mí joven, justo como su mamá lo hizo. Abandonó los estudios secundarios. ¿Estamos viendo un patrón aquí? La parte de mierda es que mi dinero viene de la cosa que causó todos sus problemas. Drogas. Ella sobrevivió todo. No se dejó caer. Trabajó su culo. Sacó al capullo de mi papá cuando tropezó de nuevo en nuestras vidas y trató de ser mi mamá y mi papá cuando él se fue.
Todo lo que quería es que yo terminara la escuela. Ir a la universidad, como si esa mierda fuera a hacer mejor mi destino.
—No es la gran cosa, mamá. —Aprieto su mano para que vea que no estaba cabreado, pero lo hice con mucho cuidado para no hacerle daño.
—Sí, lo es.
Ella se enfermó cuando yo era estudiante de último año en la escuela secundaria y sucedió rápidamente. Prometí que ella se pondría mejor, haría todo lo que ella quisiera. Iría a la escuela. Hemos solicitado becas, ayuda financiera y todo eso junto y ella comenzó a mejorar.
Pensamos que tendría que vencer más dificultades, pero para entonces, estaba estancado. Hice una promesa y yo sabía que eso significaba más para ella que su vida.
Tres años más tarde, sigo en la escuela y ella realmente va a morir esta vez. Todo lo que quiere es saber que voy a terminar con un pedazo de papel que hará que valga toda la pena, o algo así.
—¿A qué hora viene Maggie a casa? —El sujeto de cambio es definitivamente en orden. Maggie es una ex enfermera con la que mamá se hizo amiga. Son compañeras de cuarto y es la cuidadora de mamá ahora. Enfermos terminales viene a ver como está, pero ayuda saber que Maggie está aquí todo el tiempo. Luchamos por un seguro todas nuestras vidas, pero una vez que te estás muriendo, las cosas son diferentes. Apesta tener que llegar a eso.
—En alrededor de una hora. Estoy realmente muy cansada sin embargo. — Bostezó. Sucede así todo el tiempo. Ella parece bien, pero su cuerpo no puede mantenerse despierto mucho tiempo.
—Te pondré en la cama.
—Estoy bien. Deseo visitarte.
—Está bien. Necesito ir a trabajar de todos modos. Solo quería parar y ver como lo estabas haciendo. —A mi trabajo falso. Comida rápida no aporta el tipo de dinero y flexibilidad que necesito para estar aquí con ella.
Enfermos terminales puede hacerse cargo del hecho de que se está muriendo, pero eso no es todo de lo que hay que preocuparse.
—Si estás seguro —bosteza de nuevo. Me levanto, a punto de ponerla en la otra habitación, pero ella me para.
—Quiero caminar. ¿Me ayudas a caminar?
Aprieto cerrando mis ojos, puntadas de dolor a través de mí. ¿Cómo jodidamente puede pasar esto? Ella tiene treinta y ocho años de edad. No debería necesitar mi ayuda para caminar a su habitación.
—Por supuesto.
Se inclina sobre mí mientras la ayudo a levantarse de la silla.
Su brazo se envuelve alrededor mío libremente, así que la sostengo para estar seguro de que no se caiga. Tarda cuatro minutos para hacer una caminata de treinta segundos, pero pronto llegamos a su dormitorio. A la cama de hospital en su habitación. La ayudo a sentarse, pero cuando trato de tomar su manta, me detiene.
—Me gustaría usarlo. Me hace sentir cerca de ti.
Me muerdo la lengua. Mierda, esto es difícil.
—Eso es lo que todas las damas dicen. —Le guiño antes de asegurarme de que puede establecerse bien. Tirando arriba las sabanas, le doy otro beso en la cabeza
—. Te llamaré luego, ¿de acuerdo?
Ella no responde y sé que es porque se está desgastando. Mis manos rogan por golpear algo. Por hacer algo, cualquier cosa para tratar de sacarme el dolor de adentro.
Cuando a la puerta de su dormitorio, oigo un crujido.
—¿Joe? — Volteándome hacia atrás, la miro—. Puedes hacer cualquier cosa en el mundo. Siempre lo supe. No lo olvides.
Mis entrañas se hacen añicos. Definitivamente no soy quien cree que soy y ni siquiera estoy seguro de qué quiero ser.
Por suerte, no tengo que contestarle, porque rápidamente se desmaya.
***
Hay un olor diferente que impregna la casa de al lado a la que entro: alcohol, hierba y quien sabe que más. La música golpea tan fuerte que las paredes vibran.
—¿Qué pasa, hombre? —Adrian asiente con la cabeza hacia mí. Esta apoyado en la pared con una chica besando su cuello.
—¿Divirtiéndote? —Le sonreí, sabiendo que no estará en la sala de estar con esa chica mucho tiempo. Encontrarán una habitación, closet, auto o algo pronto. No es que lo culpe.
—Lo sabes —respondió Adrian y me mantuve caminando.
Cuando me fui de casa, todo lo que quería era estar solo, pero entrando en nuestra repleta pequeña casa de mierda sé que esto es exactamente lo que necesito. Distracción.
Probablemente del mismo tipo que Adrian está teniendo.
Me dirijo directamente a mi escondite secreto, encerrado en mi armario, agarro la botella de Tequila y la llevo conmigo. El espacio se abre tan pronto como entro de nuevo en la habitación, así que lo tomo, poniendo la botella en mis labios y tragando algo al mismo tiempo.
Ni dos minutos después siento a alguien sentarse a mi lado.
—Hey, Joe.
Aún apoyado en el respaldo del sofá, vuelvo la cabeza para mirar a Deena. Sabía que sería ella.
Su pelo negro se echa hacia atrás. Lleva todo tipo de maquillaje, pero no me interesa nada de eso. Ella es exactamente lo que quiero en estos momentos.
—¿Qué haces? —pregunto.
—Aquí para ti. —Saca su labio inferior de su boca y sé que es un juego. Estoy de acuerdo con que sea uno también. No lo haría de ninguna otra manera.
—Entonces, ¿qué estás haciendo ahí? —No me muevo. No tengo que hacerlo.
Deena no tiene que pedirlo dos veces. Se sube a mi regazo y su boca cubre la mía. Enrosque el tequila. Enrosque todo lo demás. La agarre, tomando el beso y luchando por olvidar todo lo demás.
No funciona, pero me parece una manera de fingir.
***
Bueno chicas este capítulo es largo,trato de colocar los primeros de esta manera para puedan comprender de inmediato y no alargar tanto la adaptación,ya los siguientes capítulos serán más cortos. Espero que les haya gustado y no se desesperen ya se conocerá "_____" con Joe
—Los hombres son tan culeros. Mi último novio también me engañó. Las cosas son mucho más fáciles con Veronica.
Mis ojos se deslizan hacia mi compañera de habitación. La escuela ha comenzado hace un par de semanas y nunca habíamos estado aquí al mismo tiempo. Esta es probablemente sólo la tercera vez que he hablado con ella.
— Cómo...
—Soy bisexual. —Andrea se sienta en su cama—. ¿Algún problema?
Su pelo con mechones de color rosa está recogido en una cola de caballo y lleva puesta una camisa de voleibol del mismo color.
Nunca he conocido a alguien a quien le gusten tanto las chicas como los chicos. No sé por qué, pero supongo se verían diferentes.
Dejo de mirarla cuando su pregunta toma sentido. Me enderezo como si eso me hará menos transparente. Una simple mirada y supo sobre Gregory.
—No. Iba a preguntarte ¿cómo supiste que mi novio me engañó? —¿Vieron con cuánta indiferencia dije eso? Es porque no me importa.
Necesito que piense que no me importa.
Sin esperar a que responda, me doy la vuelta, mirando la pared mientras me siento en la cama. Lo último que quiero es que vea cuán molesta realmente estoy. Qué vergonzoso es esto. Mis primeras dos semanas en la universidad y me entero de que mi novio estaba acostándose con otras personas. O al menos, otra persona.
¿Cómo me pasó esto a mí?
—Escondiéndote en tu cama no mejorará las cosas.
—No me estoy escondiendo —le digo, sin moverme.
—Él no vale la pena. No dejes que te moleste.
¿Cómo sabe ella si Gregory vale la pena? Eso no lo digo porque se supone que no me molesta. No por un tipo. Soy mucho mejor que eso. —Por favor. Como si le permitiera lastimarme. Sólo estoy cansada, Andrea.
Hay movimiento detrás de mí y estoy segura de que se puso de pie.
—Claro que lo estás. Y el nombre es Andy.
La puerta cruje al abrirse y luego se cierra de golpe. Mi corazón salta ante el ruido. ¿Quién se cree que es? Fingiendo conocerme cuando no tiene ni idea de quién soy. Definitivamente no voy a dejar que Gregory y Pelirroja me depriman.
Por lo que seguramente debería salir de la cama ahora mismo y seguir adelante. Encontrar al chico del que mentí o ir a una fiesta. Hacer algo. Estoy en la universidad y nada debería tenerme metida en esta cama.
Pero estoy cansada. Demasiada cansada como para hacer algo, así que en lugar de levantarme, tiro la manta sobre mi cabeza y trato de averiguar qué fue lo que pasó con mi vida.
***
—Pareces cansada —dice mi tía Lily a través del teléfono.
—¿Lo hago? No sé por qué. Todo está bien. —Coloco mis piernas a un lado de la cama y me siento. En el segundo en que coloco mi cabello oscuro detrás de mi oreja, éste se desliza nuevamente hacia mi mejilla.
La tía Lily suspira.
—Si así lo dices. —Por un segundo me gustaría que insistiera. Me pregunto si le diría, pero eso significa dejarla acercarse. No necesito que insista.
Me pongo de pie. No hay ninguna razón para estar todavía en la cama. Sucedió, nada va a arreglarlo, así que es mejor que lo supere. No hay ningún punto en revivir los hechos. No cuando van a estar allí sin importar lo que haga.
Además no hay ningún punto en continuar así. La tía Lily y el tío Mark se enterarán tarde o temprano. Es mejor que lo sepan por medio de mí.
—Gregory... me engañó. —Las palabras me hacen caer de nuevo a la cama. Decirlas en voz alta lo hace real. Me engañó. Jugué el juego perfecto. La novia perfecta y aún así no fue suficiente.
Lily toma un suspiro. —¿Estás segura?
—Volví a la escuela antes de tiempo y los encontré juntos.
Hay unos pocos segundos de silencio a través de la línea.
—Lo siento mucho, cariño.
Oigo la lástima en su voz. Sé exactamente lo que está pensando. Después de todo por lo que ha pasado, no se merece esto, también. No quiero su lástima.
—Estoy bien, Lily. No es gran cosa. Pensaba romper con él, de todos modos. —La mentira se desplaza con facilidad de mi lengua.
Ella se detiene y me pregunto si espera más de mí. Si desea que fuera más abierta con ella. Realmente dejarla entrar. Por un segundo, me dejo a mí misma desearlo también.
—Aún así no puede ser fácil. ¿Estás segura? Nunca dejas que nada te lastime, _____. Tiene que doler.
De pronto nuevamente me siento como si fuera a vomitar. Mi cabeza palpita. ¡Basta! Estoy más allá de los ataques de pánico. Ya no los dejo superarme.
—Eso sucede, Lily. Estoy sorprendida, pero la mayoría de las relaciones no funcionan, ¿cierto? —Juego el juego, con la esperanza de que no pregunte más.
La tía Lily suspira.
—Estoy orgullosa de ti...Tu madre también lo estaría — añade.
Con eso mi cuerpo se tensa. ¿Lo estaría? No lo sé. La mujer que conocí no parece ser la misma con la que Lily creció. La que yo conocí me dejaba sola en fiestas con gente ebria y no le importaba si iba o no a la escuela. Un destello de la sonrisa de mamá llega a mi memoria y hace que el corazón me duela. Me encantaba su sonrisa.
Amaba su risa.
Mis ojos arden de nuevo.
—Hay alguien en mi puerta. Tengo que irme —miento y cuelgo.
Lucho con fuerzas renovadas para salir adelante. No voy a ser esa niña pequeña. No necesito a Gregory. A nadie. Le voy a demostrar que puedo seguir adelante. Estoy mejor sin él. Si hay una cosa que sé, es que no hay una maldita manera de arriesgarme a acercarme a alguien de nuevo.
Narra Joe
Las personas que mueren tienen un olor característico a ello. Incluso las personas que tienen meses antes de irse. Es casi un olor viejo que se aferra a su piel. Que es tan intolerable como el infierno, pero
cuando se trata de alguien a quien amas, no piensas en lo desagradable que es, sino en lo mucho que malditamente apesta.
En el segundo en que entro al apartamento, el olor me golpea. No estoy seguro de si debo respirar por la nariz y arriesgarme a capturar algún olor mediante mi boca y vomitar, lo que me hace el cobarde más grande del planeta. Si ella puede pasar a través de él, yo debería ser capaz de visitarla.
—¿Joe? ¿Eres tú? —Su voz suena feliz a pesar de lo que está pasando. ¿Ella huele la muerte como yo lo hago? ¿Tiene nauseas o es inmune? Soy un idiota.
—Por supuesto que sí, Mamá. ¿Esperas a algún otro tipo magnifico, joven en aparecer? —Rodee la esquina de su sala de estar. Las cortinas estaban abiertas en la gran ventana en la pared. A ella siempre le ha encantado el sol. Me pregunto qué diablos tiene que haber para que el sol brille así alrededor.
Mamá se ríe mientras está sentada en su vieja andrajosa silla de ruedas. La manta que le compre para Navidad como hace ocho años está alrededor de sus hombros. Tiene agujeros en ella. La estúpida cosa necesitaba ser tirada lejos hace mucho tiempo, pero ella no tira nada. Cuando no tienes mucho, aprendes a cuidar las cosas que tienes.
Me inclino hacia adelante y la beso en la frente. Me siento como un hijo de puta porque tengo que aguantar la respiración para hacerlo.
Ella no lleva un sombrero hoy y todo lo que queda de su cabello es pelusa.
—¿Qué pasa? —El polvo da patadas cuando me dejo caer en la silla a su lado.
—No mucho. ¿Cómo estas hoy? —Su voz se agrieta y comienza a toser. Maldita sea si no quiero tapar mis oídos así no tengo que escuchar.
Sep. Que buen hijo soy. Ella hace todo por mí, pero yo apenas puedo estar de pie mirándola.
—¿Cómo te sientes? —Esta es la cuestión más importante que cualquier cosa para mí.
Su pelo solía ser rubio y brillante. Recuerdo que la gente solía decir que se veía como el sol.
Tal vez por eso le gustan tanto las cortinas abiertas. El invierno será duro. Ella probablemente no estar{ aquí...
—Me siento muy bien. —Mamá se cruza de brazos.
Ruedo los ojos. Sep. ¿Cuán bien puede sentirse?
Se está muriendo. Los doctores dicen que podría ser una semana, podrían ser tres meses. Nunca se sabe con estas cosas.
Es una respuesta de mierda si me preguntas. Son doctores. ¿No se supone que saben eso? Si pueden decirte que vas a morir, deberían ser capaz de ser un poco más precisos.
—Mamá...
—Joe—lanza de nuevo a mí, una sonrisa inclinándose en sus labios—. Háblame de la escuela. ¿Cómo son tus clases?
Una mierda. Las odio. No son tan importantes como lo que está pasando contigo.
—Son geniales. Sólo han pasado un par de semanas. —Cada año es lo mismo. Es lo único que le importa y de lo único que habla y cada vez siento como que quiero explotar. No debería estar preocupado por los grados. Debería estar cuidando de ella, haciendo cualquier infierno que necesite para cuidar de ella. Es por lo que hago las cosas que hago.
Mamá me da otra sonrisa, sus ojos una mezcla de alegría y dolor. Esa mirada tiene el poder de comerme desde el interior, como si quemara de la misma manera que el cáncer quema su cuerpo, destruyendo todo a la vista. Se toca la pierna. Jesús, sus dedos son delgados.
—No puedo creer que mi hijo es un junior en la universidad. Te convertiste en un hombre con tanta rapidez. Siempre supe que podías hacer cualquier cosa, Joe.
Ahora la culpa es mi enfermedad. Porque no veo el punto. Porque nunca me importó una mierda el ir a la universidad. Sé quién soy y lo que valgo y un estúpido sin título no va a cambiar eso. ¿Ella? Ella siempre quiso eso para mí. Ella nació como un bebe adicto, y sobrevivió. Brincaba entre las casas de acogida y sobrevivió. Siempre supo qué era su madre, desertora en abandono escolar, fugitiva, drogadicta.
Mamá no se droga, pero quedó embarazada de mí joven, justo como su mamá lo hizo. Abandonó los estudios secundarios. ¿Estamos viendo un patrón aquí? La parte de mierda es que mi dinero viene de la cosa que causó todos sus problemas. Drogas. Ella sobrevivió todo. No se dejó caer. Trabajó su culo. Sacó al capullo de mi papá cuando tropezó de nuevo en nuestras vidas y trató de ser mi mamá y mi papá cuando él se fue.
Todo lo que quería es que yo terminara la escuela. Ir a la universidad, como si esa mierda fuera a hacer mejor mi destino.
—No es la gran cosa, mamá. —Aprieto su mano para que vea que no estaba cabreado, pero lo hice con mucho cuidado para no hacerle daño.
—Sí, lo es.
Ella se enfermó cuando yo era estudiante de último año en la escuela secundaria y sucedió rápidamente. Prometí que ella se pondría mejor, haría todo lo que ella quisiera. Iría a la escuela. Hemos solicitado becas, ayuda financiera y todo eso junto y ella comenzó a mejorar.
Pensamos que tendría que vencer más dificultades, pero para entonces, estaba estancado. Hice una promesa y yo sabía que eso significaba más para ella que su vida.
Tres años más tarde, sigo en la escuela y ella realmente va a morir esta vez. Todo lo que quiere es saber que voy a terminar con un pedazo de papel que hará que valga toda la pena, o algo así.
—¿A qué hora viene Maggie a casa? —El sujeto de cambio es definitivamente en orden. Maggie es una ex enfermera con la que mamá se hizo amiga. Son compañeras de cuarto y es la cuidadora de mamá ahora. Enfermos terminales viene a ver como está, pero ayuda saber que Maggie está aquí todo el tiempo. Luchamos por un seguro todas nuestras vidas, pero una vez que te estás muriendo, las cosas son diferentes. Apesta tener que llegar a eso.
—En alrededor de una hora. Estoy realmente muy cansada sin embargo. — Bostezó. Sucede así todo el tiempo. Ella parece bien, pero su cuerpo no puede mantenerse despierto mucho tiempo.
—Te pondré en la cama.
—Estoy bien. Deseo visitarte.
—Está bien. Necesito ir a trabajar de todos modos. Solo quería parar y ver como lo estabas haciendo. —A mi trabajo falso. Comida rápida no aporta el tipo de dinero y flexibilidad que necesito para estar aquí con ella.
Enfermos terminales puede hacerse cargo del hecho de que se está muriendo, pero eso no es todo de lo que hay que preocuparse.
—Si estás seguro —bosteza de nuevo. Me levanto, a punto de ponerla en la otra habitación, pero ella me para.
—Quiero caminar. ¿Me ayudas a caminar?
Aprieto cerrando mis ojos, puntadas de dolor a través de mí. ¿Cómo jodidamente puede pasar esto? Ella tiene treinta y ocho años de edad. No debería necesitar mi ayuda para caminar a su habitación.
—Por supuesto.
Se inclina sobre mí mientras la ayudo a levantarse de la silla.
Su brazo se envuelve alrededor mío libremente, así que la sostengo para estar seguro de que no se caiga. Tarda cuatro minutos para hacer una caminata de treinta segundos, pero pronto llegamos a su dormitorio. A la cama de hospital en su habitación. La ayudo a sentarse, pero cuando trato de tomar su manta, me detiene.
—Me gustaría usarlo. Me hace sentir cerca de ti.
Me muerdo la lengua. Mierda, esto es difícil.
—Eso es lo que todas las damas dicen. —Le guiño antes de asegurarme de que puede establecerse bien. Tirando arriba las sabanas, le doy otro beso en la cabeza
—. Te llamaré luego, ¿de acuerdo?
Ella no responde y sé que es porque se está desgastando. Mis manos rogan por golpear algo. Por hacer algo, cualquier cosa para tratar de sacarme el dolor de adentro.
Cuando a la puerta de su dormitorio, oigo un crujido.
—¿Joe? — Volteándome hacia atrás, la miro—. Puedes hacer cualquier cosa en el mundo. Siempre lo supe. No lo olvides.
Mis entrañas se hacen añicos. Definitivamente no soy quien cree que soy y ni siquiera estoy seguro de qué quiero ser.
Por suerte, no tengo que contestarle, porque rápidamente se desmaya.
***
Hay un olor diferente que impregna la casa de al lado a la que entro: alcohol, hierba y quien sabe que más. La música golpea tan fuerte que las paredes vibran.
—¿Qué pasa, hombre? —Adrian asiente con la cabeza hacia mí. Esta apoyado en la pared con una chica besando su cuello.
—¿Divirtiéndote? —Le sonreí, sabiendo que no estará en la sala de estar con esa chica mucho tiempo. Encontrarán una habitación, closet, auto o algo pronto. No es que lo culpe.
—Lo sabes —respondió Adrian y me mantuve caminando.
Cuando me fui de casa, todo lo que quería era estar solo, pero entrando en nuestra repleta pequeña casa de mierda sé que esto es exactamente lo que necesito. Distracción.
Probablemente del mismo tipo que Adrian está teniendo.
Me dirijo directamente a mi escondite secreto, encerrado en mi armario, agarro la botella de Tequila y la llevo conmigo. El espacio se abre tan pronto como entro de nuevo en la habitación, así que lo tomo, poniendo la botella en mis labios y tragando algo al mismo tiempo.
Ni dos minutos después siento a alguien sentarse a mi lado.
—Hey, Joe.
Aún apoyado en el respaldo del sofá, vuelvo la cabeza para mirar a Deena. Sabía que sería ella.
Su pelo negro se echa hacia atrás. Lleva todo tipo de maquillaje, pero no me interesa nada de eso. Ella es exactamente lo que quiero en estos momentos.
—¿Qué haces? —pregunto.
—Aquí para ti. —Saca su labio inferior de su boca y sé que es un juego. Estoy de acuerdo con que sea uno también. No lo haría de ninguna otra manera.
—Entonces, ¿qué estás haciendo ahí? —No me muevo. No tengo que hacerlo.
Deena no tiene que pedirlo dos veces. Se sube a mi regazo y su boca cubre la mía. Enrosque el tequila. Enrosque todo lo demás. La agarre, tomando el beso y luchando por olvidar todo lo demás.
No funciona, pero me parece una manera de fingir.
***
Bueno chicas este capítulo es largo,trato de colocar los primeros de esta manera para puedan comprender de inmediato y no alargar tanto la adaptación,ya los siguientes capítulos serán más cortos. Espero que les haya gustado y no se desesperen ya se conocerá "_____" con Joe
HOLA.
Re: Charade - Joe y Tu
VAYA COMO SUFREN ESTOS DOS!!!!!.... PERO CREO QUE SUFRIRAN MAS CUANDO SE CONOSCN!!!!!...
DESCUIDAAAAAAAAA!!!!!
DESCUIDAAAAAAAAA!!!!!
chelis
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Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
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