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Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
URGENTE!!!
VOY A CANCELAR MI NOVELA,
NADIE COMENTA, NADIE LA LEE
ESTA GENIAL PORQUE PARTICIPAN LOS 5 CHICOS Y TAMBIEN LOS PERSONAJES DE CREPUSCULO
PUEDEN PARTICIPAR DE ELLA
SOLAMENTE LEANLA Y COMENTEN
CHICAS, SON LA SALVACION PARA QUE NO SE CANCELE
ESTE ES EL LINK
https://onlywn.activoforo.com/t25202-forever-together-with-one-direction-liam-y-tu
LAS ESPERO!.
VOY A CANCELAR MI NOVELA,
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LAS ESPERO!.
Deborah micha
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
chelis escribió:BUENOO ESE NICK!!!! Y SUS FORMAS DE AMAR AL PROGIMOO!!!!
Y BUENO CREO QUE TODO EL MUNDO GUSTA DE NICK!!!!
JEJEJEJEJEJ... NO AAII NADIEN QUE SE RESISTA A EL!!!!!!
AAAAAAAAAHHHHH!!!!
IRE A SALVARTEEEE SIMOOOONN!!!
JAJAJAJAJAJ si verdad!
Tan amable él! :fiu:
Si lo sé, a pesar de todo el Nicho :(L): es único!
Esperemos que pronto salga Simón! :sad:
\^.^/
Ya la sigo! ;)
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
Karli Jonas escribió:ohhh no pobre de la rayis!!
Se cómo se siente cuando crees que a todo el
Mundo le eres desagradable :(
Y ahhh más le vale al Nicho que haga algo
Bueno ya, por que la rayis esta más sola que nunca
Plis siguela ya!!!!
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
Pobresita la trato muy mal el Nicho!
:sad: :sad: :sad:
Esperemos que repare lo que hizo! :¬¬:
\^.^/
Ya la sigo! ;)
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
chelis escribió:OOOTROOOOO
\^.^/
Ya la sigo! ;)
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
Karli Jonas escribió:siguela!!
\^.^/
Ya la sigo! ;)
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HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
aranzhitha escribió:siguela!!
\^.^/
Ya la sigo! ;)
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
• DONDE LOS ÁNGELES TEMEN PISAR - CAPITULO 7 (Parte 1) •
Fuera de un sueño de sangre y luz de sol, Simón despertó de repente con el sonido de una voz llamándole por su nombre.
-Simón –la voz era un susurro siseante–. Simón, levántate.
Simón ya estaba de pie –a veces lo rápido que podía moverse ahora le sorprendía incluso a él– y se giró alrededor en la oscuridad de la celda.
-¿Samuel? –susurró él mirando en las sombras–. Samuel, ¿eres tú?
-Date la vuelta, Simón –ahora la voz, ligeramente familiar, sostenía una nota de irritabilidad–. Y ven a la ventana.
Simón supo inmediatamente quién era y miró a través de la ventana con barrotes para ver a Nicholas arrodillado sobre la hierba en el exterior con una piedra de luz mágica en su mano. Él estaba mirando a Simón con un tenso ceño fruncido.
-¿Qué, creías que estabas teniendo una pesadilla?
-Quizás todavía lo creo –había un zumbido en los oídos de Simón, si hubiera tenido pulso habría pensado que era la sangre corriendo por sus venas, pero era otra cosa, algo menos corporal pero más próximo que la sangre. La luz mágica lanzaba el estampado salvaje de un dibujo de luz y sombra sobre la pálida cara de Nicholas.
-Así que es aquí donde te han metido. No pensaba que aún utilizaran estas celdas –él echaba un vistazo de reojo–. Llamé a la ventana equivocada la primera vez. Le di a tu amigo de la celda de al lado algo de susto. Atractivo compañero, con la barba y los harapos. Del tipo que me recuerda a la gente de la calle de vuelta a casa.
Y Simón se dio cuenta de lo que era el sonido zumbante en sus oídos. Rabia. En algún rincón lejano de su cabeza era consciente de que sus labios estaban retraídos y las puntas de sus colmillos rasgaban su labio inferior.
-Me alegra que pienses que todo esto es gracioso.
-¿No estás feliz de verme entonces? –dijo Nicholas–. Tengo que decir que estoy sorprendido. Siempre me han dicho que mi presencia iluminaba cualquier habitación. Quién pensaría que entraría doblemente en frías y húmedas celdas subterráneas.
-Sabías lo que pasaría, ¿no? “Ellos te enviarán directo de vuelta a Nueva York”, dijiste. No hay problema. Pero ellos nunca tuvieron ninguna intención de hacer eso.
-Yo no lo sabía –Nicholas se encontró con los ojos de él a través de los barrotes, y su mirada era clara y firme–. Sé que no me creerás, pero yo pensaba que te estaba diciendo la verdad.
-¿Eres mentiroso o estúpido…?
-Entonces, soy estúpido.
-…o ambas cosas –finalizó Simón–. Yo me inclino a pensar que ambas.
-No tengo ninguna razón para mentirte. No ahora –la mirada de Nicholas continuaba firme–. Y deja de mostrarme los colmillos. Me está poniendo nervioso.
-Bien –dijo Simón–. Si quieres saber el por qué, es porque hueles a sangre.
-Es mi colonia. Eau de Herida Reciente –Nicholas levantó su mano izquierda. Era un guante de vendas blancas, manchadas por los nudillos, por donde la sangre se había filtrado.
Simón frunció el ceño.
-Pensé que los de tu clase no os heríais. No de una herida que durase.
-Atravesé con ella una ventana –dijo Nicholas–, y Alec está haciéndome curar como un mundano para enseñarme una lección. Mira, te he dicho la verdad. ¿Impresionado?
-No –dijo Simón–, tengo problemas mayores que tú. El Inquisidor sigue haciéndome preguntas que no puedo responder. Sigue acusándome de obtener mis poderes de Daylighter de Valentine. De ser un espía suyo.
La alarma parpadeó en los ojos de Nicholas.
-¿Aldertree dijo eso?
-Aldertree sugiere que la Clave entera piensa así.
-Eso es malo. Si deciden que eres un espía, entonces los Acuerdos no se aplicarán. No si ellos pueden convencerse a ellos mismos de que has incumplido la Ley –Nicholas echó un vistazo alrededor con rapidez antes de devolver la mirada a Simón–. Será mejor sacarte de aquí.
-¿Y entonces qué? –Simón casi no podía creer lo que estaba diciendo. Quería tanto salir de aquel lugar que podía saborearlo, sin embargo no podía parar las palabras cayéndosele de la boca–. ¿Dónde tienes la intención de esconderme?
-Hay un Portal aquí en el Gard. Si podemos encontrarlo, puedo enviarte de vuelta por…
-Y todo el mundo sabrá que me ayudaste. Nicholas, la Clave no está sólo detrás de mí. De hecho, dudo que se preocupen de un Submundo de una manera o de otra. Ellos están intentando demostrar algo sobre tu familia… sobre los Lightwood. Están intentando probar que ellos están relacionados con Valentine de alguna manera. Que nunca dejaron el Círculo en realidad. Incluso en la oscuridad, era posible ver el color precipitándose en las mejillas de Nicholas.
-Pero eso es ridículo. Ellos lucharon con Valentine… en el buque… Robert casi muere…
-El Inquisidor quiere creer que ellos sacrificaron a los otros Nephilim que luchaban en la embarcación para preservar la ilusión de que estaban contra Valentine. Pero ellos perdieron la Espada Mortal, y eso es lo que a él le preocupa. Mira, tú intentaste advertir a la Clave y ellos no se preocuparon. Ahora el Inquisidor está buscando alguien a quien culpabilizar de todo. Si él puede tachar a tu familia de traidores, entonces nadie culpará a la Clave de lo que ocurrió, y él podrá llevar a cabo la política que sea que quiere sin oposición.
Nicholas puso la cara en las manos, sus largos dedos tiraban distraídamente de su pelo.
-Pero no puedo dejarte aquí simplemente. Si ____(tn) descubre…
-Debí haber sabido qué es lo que te preocupaba –Simón se rió con severidad–. Pues no se lo digas. Ella está en Nueva York, de todas formas, gracias a… –se interrumpió, incapaz de decir la palabra–. Tenías razón – dijo en su lugar–. Me alegro de que ella no esté aquí.
Nicholas levantó la cabeza de las manos.
-¿Qué?
-La Clave está demente. Quién sabe lo que le harían si supiesen lo que ella pudo hacer. Tenías razón –repitió Simón, y cuando Nicholas no dijo nada en respuesta, añadió–. Y te gustará saber también que les dije sólo lo mismo que tú. Probablemente no lo contaré nunca más.
Nicholas le miró fijamente, su rostro en blanco, y Simón se acordó con una sacudida del aspecto que Nicholas había tenido en el buque, ensangrentado y moribundo sobre el suelo metálico. Finalmente, Nicholas habló:
-¿Así que me estás diciendo que tu plan es quedarte aquí? ¿En prisión?
¿Hasta cuándo?
-Hasta que tengamos una idea mejor –dijo Simón–. Pero hay algo.
Nicholas levantó las cejas.
-¿Qué es?
-Sangre –dijo Simón–. El Inquisidor está intentando matarme de hambre para que hable. Yo ya me siento bastante débil. Para mañana yo estaré… Bueno, no sé cómo estaré. Pero no quiero ceder ante él. Y no beberé tu sangre otra vez, o la de nadie más –añadió rápidamente, antes de que Nicholas pudiera ofrecer–. Sangre animal servirá.
-Puedo conseguirte sangre –dijo Nicholas. Él vaciló–. ¿Le… contaste al Inquisidor que te dejé beber mi sangre? ¿Que te salvé?
Simón sacudió la cabeza.
Los ojos de Nicholas brillaron con reflejos de luz.
-¿Por qué no?
-Supongo que no quise meterte en más problemas.
-Mira, vampiro –dijo Nicholas–. Protege a los Lightwood si puedes. Pero no me protejas a mí.
Simón levantó la cabeza.
-¿Por qué no?
-Supongo que –dijo Nicholas, y por un momento, mientras miraba hacia abajo entre los barrotes, Simón pudo casi imaginar que era él el que estaba fuera y Nicholas el que estaba en el interior de la celda–, porque no lo merezco.
____(tn) se despertó con un sonido como de granizo sobre el tejado de metal. Se incorporó en la cama, mirando a su alrededor aturdida. El sonido vino otra vez, un afilado traqueteo-golpeteo proveniente de la ventana. Apartando la manta a regañadientes, fue a investigar. Tirando de la ventana para abrirla dejó entrar una ráfaga de aire frío que cortó a través de su pijama como un cuchillo. Ella se estremeció y se inclinó sobre el alféizar.
Alguien estaba de pie en el jardín de abajo, y por un momento, con un salto de su corazón, todo lo que ella vio fue que la figura era delgada y alta, de muchacho, despeinada. Entonces él levantó la cara y ella vio que el cabello era oscuro, no rubio, y se dio cuenta de que por segunda vez, ella había esperado a Nicholas y encontrado a Sebastian en su lugar.
Él estaba sosteniendo un puñado de guijarros en una mano. Sonrió cuando la vio asomar la cabeza, e hizo un gesto hacia sí mismo y luego a la rejilla de las rosas. Bajar. Ella sacudió la cabeza y apuntó hacia el frente de la casa. Espérame enfrente de la puerta. Cerrando la ventana, ella se apresuró escaleras abajo. Era última hora de la mañana –la luz que manaba por las ventanas era dorada, pero las luces estaban todas apagadas y la casa estaba silenciosa. Amatis debe estar todavía dormida, pensó ella.
____(tn) fue frente a la puerta, descorrió el cerrojo y tiró de ella para abrirla. Sebastian estaba allí, de pie sobre el escalón de la fachada, y una vez más ella tuvo esa sensación, ese extraño arranque de reconocimiento, aunque era más ligero esta vez. Ella le sonrió débilmente.
-Tirabas piedras a mi ventana –dijo ella–. Pensaba que la gente sólo hacía eso en las películas.
Él sonrió burlonamente.
-Bonito pijama. ¿Te he despertado?
-Quizás.
-Lo siento –dijo él, aunque no parecía sentirlo–. Pero esto no podía esperar. Por cierto, querrías subir corriendo las escaleras y vestirte.
Pasaremos el día juntos.
-Guau. Qué seguro de ti mismo, ¿no? –dijo ella, pero luego pensó que los chicos que eran como Sebastian probablemente no tenían razón alguna para ser otra cosa que seguros. Sacudió la cabeza–. Lo siento, pero no puedo. No puedo salir de la casa. Hoy no.
Una débil línea de preocupación apareció entre los ojos de él.
-Saliste de la casa ayer.
-Lo sé, pero eso fue antes… –Antes de que Amatis me hiciera sentir como si tuviera cinco centímetros de altura–. Simplemente no puedo. Y por favor, no intentes discutir eso conmigo, ¿vale?
-Vale –dijo él–. No lo discutiré. Pero al menos déjame contarte lo que he venido a decirte. Luego, te prometo que si todavía quieres que me vaya, me iré.
-¿Qué es?
Él levantó la cara, y ella se preguntó cómo era posible que unos ojos oscuros pudieran brillar exactamente igual que unos dorados.
-Sé dónde puedes encontrar a Ragnor Fell.
Le llevó a ____(tn) menos de diez minutos subir las escaleras a toda prisa, echarse su ropa por encima, garabatear una rápida nota para Amatis y reunirse con Sebastian, que estaba esperándola al final del canal. Él sonreía burlonamente mientras ella corría a su encuentro, sin aliento, su abrigo verde tirado sobre un brazo.
-Estoy aquí –dijo ella patinando al parar–. ¿Podemos irnos ahora?
Sebastian insistió en ayudarla a ponerse el abrigo.
-No creo que nadie alguna vez me haya ayudado con mi abrigo antes – observó ____(tn) liberando el pelo que se había quedado atrapado bajo el cuello–. Bueno, quizás camareros. ¿Has sido alguna vez camarero?
-No, pero fui criado por una francesa –le recordó Sebastian–. Eso conlleva una trayectoria de entrenamiento incluso más rigurosa.
____(tn) sonrió a pesar de su nerviosismo.
A Sebastian se le daba bien hacerla sonreír, se dio cuenta ella con una débil sensación de sorpresa. Casi demasiado bien.
-¿Dónde vamos? –preguntó ella abruptamente–. ¿La casa de Fell está cerca de aquí?
-En realidad, vive a las afueras de la ciudad –dijo Sebastian comenzando a caminar hacia el puente. ____(tn) se encontraba un paso a su lado.
-¿Es una larga caminata?
-Demasiado largo para caminar. Necesitamos que nos lleven.
-¿Que nos lleven? ¿Quién? –ella vino a un tope fijo–. Sebastián, tenemos que ser muy cuidadosos. No podemos confiarle a cualquiera la información de lo que estamos haciendo… De lo que estoy haciendo. Es un secreto.
Sebastian la miró con ojos pensativos.
-Juro sobre el Ángel que el amigo que nos llevará no dirá una palabra a nadie sobre lo que estamos haciendo.
-¿Estás seguro?
-Estoy muy seguro.
Ragnor Fell, pensó ____(tn) mientras ellos zigzagueaban por las calles atestadas. Voy a ver a Ragnor Fell. Una excitación salvaje contrastaba con la inquietud –Madeleine lo había pintado imponente. ¿Qué pasaba si él no tenía paciencia con ella, no tenía tiempo? ¿Qué pasaba si no le conseguía convencer de que ella era quien decía ser? ¿Qué pasaría si ni siquiera se acordara de su madre? No podía evitar que sus nervios, cada vez que pasaba un hombre rubio o una chica con largo cabello oscuro, se tensaran en su interior cuando creía reconocer a Nicholas o Isabelle. Pero Isabelle probablemente sólo la ignoraría, pensó ella abatida, y Nicholas estaría sin duda de vuelta en la casa de los Penhallow, besuqueándose con su nueva novia.
-¿Estás preocupada por si no siguen? –preguntó Sebastian mientras doblaban el lateral de una calle que se alejaba del centro de la ciudad, notando la manera en la que ella seguía mirando a su alrededor.
-Sigo pensando que veo a gente que conozco –admitió ella–. Nicholas, o los Lightwood.
-No creo que Nicholas haya salido de casa de los Penhallow desde que llegó aquí. La mayor parte del tiempo parece estar escondido en su habitación. También se hirió la mano ayer bastante gravemente…
-¿Se hirió la mano? ¿Cómo? –____(tn), olvidando mirar por donde iba, tropezó con una piedra. La calle por la que habían estado andando había cambiado de algún modo de los adoquines a la grava sin que ella lo notara–. Ay.
-Hemos llegado –anunció Sebastian, parando enfrente de una alta valla de madera y alambrada. No había casas alrededor –ellos habían abandonado bastante bruscamente la zona residencial, y sólo había este cercado a un lado y una pendiente de gravilla inclinándose hacia el bosque al otro. Había una puerta en el cercado, pero estaba cerrada con candado. De su bolsillo sacó Sebastian una pesada llave de acero y abrió la puerta–. Enseguida vuelvo con nuestro vehículo –cerró la puerta detrás de él. ____(tn) puso los ojos sobre las tablillas. A través de las rendijas podía avistar lo que parecía una casa de listones rojos de suelo bajo. Aunque no parecía tener en realidad una puerta o auténticas ventanas… La puerta se abrió y Sebastian reapareció sonriendo de oreja a oreja. Sostenía en una mano una correa: andando dócilmente detrás de él había un enorme caballo gris y blanco con un resplandor como si fuera una estrella sobre su frente.
-¿Un caballo? ¿Tienes un caballo? –____(tn) miraba con asombro–. ¿Quién tiene un caballo?
Sebastian acariciaba cariñosamente al caballo sobre el hombro.
-Muchas familias de Cazadores de Sombras tienen caballo en las caballerizas, aquí en Alicante. Como habrás notado, no hay coches en Idris. No funcionan muy bien con todas esas protecciones alrededor –él dio unas palmaditas sobre la pálida piel de la silla de montar, engalanada con un emblema de brazos que describían una serpiente de agua emergiendo de un lago en una serie de lazadas. El nombre Verlac estaba escrito debajo con delicada caligrafía–. Vamos, sube.
____(tn) se echó atrás.
-Nunca he montado en caballo antes.
-Yo llevaré a Caminante –le tranquilizó Sebastian–. Tú sólo te sentarás delante de mí.
El caballo gruñó suavemente. Tenía dientes enormes, notó ____(tn) con inquietud; cada uno del tamaño de un Pez dispenser1. Imaginó esos dientes hundiéndose en sus piernas y pensó en todas las chicas que había conocido en la escuela que querían un pony. Se preguntó si no estaban locas. Sé valiente, se dijo a sí misma. Es lo que haría tu madre. Inspiró profundamente.
-Está bien. Vamos.
El propósito de ____(tn) de ser valiente duró lo que le llevó a Sebastian, después de ayudarla a subir a la montura, montarse en el caballo detrás de ella y clavar sus talones. Caminante salió como un tiro, pisando pesadamente sobre el camino de gravilla con una fuerza que mandaba sacudidas a su columna. Se agarró firmemente a la parte de la montura que se levantaba por delante de ella, sus uñas clavándose lo suficiente para dejar las huellas en la piel.
El camino sobre el que estaban se estrechaba mientras se dirigían fuera de la ciudad, y ahora había grupos de grandes árboles a cada lado de ellos, paredes de verde que bloqueaban toda visión. Sebastian tiró hacia atrás de las riendas y el caballo detuvo su frenético galope, el pulso de ____(tn) descendiendo a la vez que su paso. Cuando su pánico se desvaneció, ella llegó a ser consciente lentamente de Sebastian detrás de ella –él estaba sosteniendo las riendas a cada lado de ella, sus brazos haciendo una especie de jaula alrededor de ella que la guardaba de sentir como si pudiera caerse del caballo. De repente ella era muy consciente de él, no sólo por la gran fortaleza de los brazos que la sostenían, sino porque ella estaba inclinada hacia atrás contra su pecho y por el olor de él, por alguna razón, a pimienta negra. No de una manera desagradable, era picante y agradable, muy diferente al olor de Nicholas, jabón y luz de sol. No es que la luz del sol tuviera olor en realidad, pero si lo tuviera…
Apretó los dientes. Ella estaba aquí con Sebastian, de camino a encontrarse con un poderoso brujo, y mentalmente estaba dándole vueltas a la manera en la que Nicholas olía. Se obligó a mirar alrededor.
Los verdes grupos de árboles habían ido disminuyendo y ahora podía ver una extensión de campiña jaspeada a cada lado. Era hermoso de una manera austera: una alfombra de verde deshecha aquí y allá por las cicatrices de caminos de piedra gris o peñascos de roca negra levantándose sobre la hierba. Grupos de delicadas flores blancas, las mismas que había visto en la necrópolis con Luke, poblaban las colinas como nevadas aisladas.
-¿Cómo descubriste dónde está Ragnor Fell? –preguntó ella mientras
Sebastian guiaba hábilmente al caballo por un surco del camino.
-Mi tía Élodie. Ella tiene toda una red de informantes. Sabe todo lo que ocurre en Idris, incluso aunque nunca venga aquí. Detesta dejar el Instituto.
-¿Y tú? ¿Vienes a Idris mucho?
-La verdad es que no. La última vez que estuve aquí tenía unos cinco años. No había visto a mis tíos desde entonces, así que me alegro de estar aquí ahora. Me da la oportunidad de ponerme al día. Además, echo de menos Idris cuando no estoy aquí. No hay otro lugar igual. Es el mejor lugar de la Tierra. Comenzarás a sentirlo, y después la echarás de menos cuando no estés aquí.
-Sé que Nicholas la echaba de menos –dijo ella–, pero creí que era porque vivió aquí durante años. Se crió aquí.
-En la casa solariega de los Wayland –dijo Sebastian–. No muy lejos de dónde vamos, de hecho.
-Pareces saberlo todo.
-No todo –dijo Sebastian con una risa que ____(tn) sintió a través de su espalda–. Sí, Idris ejerce su magia sobre todos… Incluso sobre aquellos como Nicholas que tienen razones para odiar el lugar.
-¿Por qué dices eso?
-Bueno, él fue criado por Valentine, ¿no? Y eso debe haber sido bastante horrible.
-No lo sé –vaciló ____(tn)–. La verdad es que él ha mezclado los sentimientos respecto a eso. Creo que Valentine fue un padre horrible en cierto modo, pero, por otra parte, los pocos momentos de amabilidad y amor que él demostró han sido toda la amabilidad y amor que Nicholas conoció –ella sintió una ola de tristeza mientras hablaba–. Creo que él recordó a
Valentine con mucho cariño durante mucho tiempo.
-No puedo creer que Valentine le mostrara alguna vez a Nicholas amabilidad o amor. Valentine es un monstruo.
-Bueno, sí, pero Nicholas es su hijo. Y sólo era un niño. Creo que Valentine le quiso, a su manera…
-No –la voz de Sebastian era cortante–. Me temo que eso es imposible.
____(tn) parpadeó y casi se giró para mirar su cara, pero luego lo pensó mejor. Todos los Cazadores de Sombras se ponían como locos con el tema de Valentine, ella pensó en la Inquisidor y se estremeció interiormente, y difícilmente podía culparles.
-Probablemente tienes razón.
-Llegamos –dijo Sebastian abruptamente, tan abruptamente que ____(tn) se preguntó si realmente le había ofendido de alguna manera; y se deslizó bajándose del caballo. Pero cuando él subió la mirada hacia ella, estaba sonriendo–. Hemos hecho un buen tiempo –dijo él atando las riendas a la rama baja de un árbol cercano–, mejor de lo que pensaba.
Él indicó con un gesto que ella debía desmontar, y después de un momento de vacilación ____(tn) se deslizó del caballo a los brazos de él. Ella se aferró fuertemente a él mientras la agarraba, sus piernas poco firmes después del largo viaje.
-Lo siento –dijo ella tímidamente–. No quería agarrarte tan fuerte. -No debes pedir perdón por eso –su respiración era cálida contra el cuello de ella, y ésta se estremeció.
Sus manos se quedaron un momento más sobre la espalda de ella antes de que la soltara de mala gana. Todo esto no estaba ayudando a las piernas de ____(tn) a sentirse más seguras.
-Gracias –dijo ella sabiendo muy bien que estaba ruborizada, y deseando de todo corazón que su piel blanca no mostrara color tan fácilmente–. Así qué… ¿es aquí? –miró alrededor. Estaban en un pequeño valle entre dos colinas bajas. Había una serie de árboles de aspecto nudoso rodeando un claro. Sus retorcidas ramas tenían una belleza escultural contra el cielo azul acero. Pero por lo demás…– No hay nada aquí –dijo ella con el ceño fruncido.
-____(tn). Concéntrate.
-Quieres decir… ¿Un glamour? Pero normalmente no tengo que…
-Los glamour en Idris a menudo son más fuertes que en otro lugar. Tienes que intentarlo con más fuerza de lo que sueles –él puso las manos sobre los hombros de ella y la giró con delicadeza–. Mira el claro.
____(tn) desempeñó silenciosamente el ardid mental que le permitía despegar el glamour de lo que ocultaba. Se imaginó a sí misma restregando aguarrás sobre el lienzo, disolviendo las capas de pintura para revelar la verdadera imagen de debajo… Y allí estaba, una pequeña casa de piedra con un afilado tejado a doble vertiente, humo girando desde la chimenea con una elegante floritura. Un serpenteante sendero bordeado por piedras que llevaban a la puerta principal. Mientras ella miraba, el humo que salía por la chimenea dejó de ascender ondeante y comenzó a tomar la forma de una temblorosa señal de interrogación. Sebastian se rió.
-Creo que eso significa, ¿Quién está ahí?
____(tn) tiró de su abrigo para acercarlo más a ella. El viento que soplaba a la altura de la hierba no era fuerte, sin embargo había hielo en sus huesos.
-Parece algo sacado de un cuento de hadas.
-¿Tienes frío? –Sebastian puso un brazo alrededor de ella.
Inmediatamente el humo ondulando desde la chimenea paró de formar el signo de interrogación y comenzó a manar con la forma de corazones asimétricos. ____(tn) se retiró de él, sintiendo ambos vergüenza y de algún modo culpabilidad, como si ella hubiera hecho algo malo. Se apresuró hacia el camino principal de la casa, Sebastian justo detrás de ella. Estaban a mitad del sendero principal cuando la puerta se abrió.
A pesar de haber estado obsesionada con encontrar a Ragnor Fell desde que Madeleine le dijo su nombre, ____(tn) nunca se había parado a imaginar cómo sería él. Un hombre grande y barbudo, habría pensado si hubiera pensado en ello. Alguien que pareciera como un vikingo, con hombros anchos. Pero la persona que salía por la puerta principal era alta y delgada, con el cabello oscuro, corto y de punta. Llevaba un chaleco de malla dorada y un pantalón de pijama de seda. Él contemplaba a ____(tn) con ligero interés, dando una calada con cuidado a una pipa fantásticamente grande mientras lo hacía. Aunque él no se parecía nada en absoluto a un vikingo, le fue instantánea y totalmente familiar. Magnus Bane.
-Pero… –____(tn) miró como loca a Sebastian, que parecía tan asombrado como ella.
Él miraba a Magnus con la boca ligeramente abierta, una mirada en blanco en su cara. Finalmente, tartamudeó:
-¿Eres… Ragnor Fell? ¿El brujo?
Magnus sacó la pipa de su boca.
-Bueno, desde luego no soy Ragnor Fell el bailarín exótico.
-Yo… –Sebastian parecía no saber qué decir. ____(tn) no estaba segura de lo que él había estado esperando, pero Magnus era demasiado para procesarlo–. Esperábamos que pudiera ayudarnos. Soy Sebastian Verlac, y ella es ____(tn) Morgenstern, su madre es Jocelyn Fairchild…
-No me importa quién es su madre –dijo Magnus–. No podéis verme sin una cita. Volved más tarde. El próximo marzo estaría bien.
-¿Marzo? –Sebastián parecía horrorizado.
-Tienes razón –dijo Magnus–, demasiado lluvioso. ¿Qué tal junio?
Sebastian se enderezó.
-No creo que entienda lo importante que es esto…
-Sebastian, no te molestes –dijo ____(tn) con indignación–. Él sólo está liándote. De todos modos, no puede ayudarnos.
Sebastian sólo parecía aún más confuso.
-Pero no veo por qué no puede…
-Está bien, es suficiente –dijo Magnus, y chasqueó los dedos una vez.
Sebastian se quedó congelado en el sitio, su boca aún abierta, su mano extendida parcialmente.
-¡Sebastian! –ella alargó la mano para tocarle, pero él estaba rígido como una estatua. Sólo la leve subida y bajada de su pecho demostraba que estaba todavía vivo– ¿Sebastian? –dijo ella otra vez, pero era inútil: sabía de algún modo que no podía verla u oírla. Se giró hacia Magnus–. No puedo creer lo que has hecho. ¿Qué leches te pasa? ¿Lo que sea que lleve la pipa te está fundiendo el cerebro? Sebastian está de nuestro lado.
-Simón –la voz era un susurro siseante–. Simón, levántate.
Simón ya estaba de pie –a veces lo rápido que podía moverse ahora le sorprendía incluso a él– y se giró alrededor en la oscuridad de la celda.
-¿Samuel? –susurró él mirando en las sombras–. Samuel, ¿eres tú?
-Date la vuelta, Simón –ahora la voz, ligeramente familiar, sostenía una nota de irritabilidad–. Y ven a la ventana.
Simón supo inmediatamente quién era y miró a través de la ventana con barrotes para ver a Nicholas arrodillado sobre la hierba en el exterior con una piedra de luz mágica en su mano. Él estaba mirando a Simón con un tenso ceño fruncido.
-¿Qué, creías que estabas teniendo una pesadilla?
-Quizás todavía lo creo –había un zumbido en los oídos de Simón, si hubiera tenido pulso habría pensado que era la sangre corriendo por sus venas, pero era otra cosa, algo menos corporal pero más próximo que la sangre. La luz mágica lanzaba el estampado salvaje de un dibujo de luz y sombra sobre la pálida cara de Nicholas.
-Así que es aquí donde te han metido. No pensaba que aún utilizaran estas celdas –él echaba un vistazo de reojo–. Llamé a la ventana equivocada la primera vez. Le di a tu amigo de la celda de al lado algo de susto. Atractivo compañero, con la barba y los harapos. Del tipo que me recuerda a la gente de la calle de vuelta a casa.
Y Simón se dio cuenta de lo que era el sonido zumbante en sus oídos. Rabia. En algún rincón lejano de su cabeza era consciente de que sus labios estaban retraídos y las puntas de sus colmillos rasgaban su labio inferior.
-Me alegra que pienses que todo esto es gracioso.
-¿No estás feliz de verme entonces? –dijo Nicholas–. Tengo que decir que estoy sorprendido. Siempre me han dicho que mi presencia iluminaba cualquier habitación. Quién pensaría que entraría doblemente en frías y húmedas celdas subterráneas.
-Sabías lo que pasaría, ¿no? “Ellos te enviarán directo de vuelta a Nueva York”, dijiste. No hay problema. Pero ellos nunca tuvieron ninguna intención de hacer eso.
-Yo no lo sabía –Nicholas se encontró con los ojos de él a través de los barrotes, y su mirada era clara y firme–. Sé que no me creerás, pero yo pensaba que te estaba diciendo la verdad.
-¿Eres mentiroso o estúpido…?
-Entonces, soy estúpido.
-…o ambas cosas –finalizó Simón–. Yo me inclino a pensar que ambas.
-No tengo ninguna razón para mentirte. No ahora –la mirada de Nicholas continuaba firme–. Y deja de mostrarme los colmillos. Me está poniendo nervioso.
-Bien –dijo Simón–. Si quieres saber el por qué, es porque hueles a sangre.
-Es mi colonia. Eau de Herida Reciente –Nicholas levantó su mano izquierda. Era un guante de vendas blancas, manchadas por los nudillos, por donde la sangre se había filtrado.
Simón frunció el ceño.
-Pensé que los de tu clase no os heríais. No de una herida que durase.
-Atravesé con ella una ventana –dijo Nicholas–, y Alec está haciéndome curar como un mundano para enseñarme una lección. Mira, te he dicho la verdad. ¿Impresionado?
-No –dijo Simón–, tengo problemas mayores que tú. El Inquisidor sigue haciéndome preguntas que no puedo responder. Sigue acusándome de obtener mis poderes de Daylighter de Valentine. De ser un espía suyo.
La alarma parpadeó en los ojos de Nicholas.
-¿Aldertree dijo eso?
-Aldertree sugiere que la Clave entera piensa así.
-Eso es malo. Si deciden que eres un espía, entonces los Acuerdos no se aplicarán. No si ellos pueden convencerse a ellos mismos de que has incumplido la Ley –Nicholas echó un vistazo alrededor con rapidez antes de devolver la mirada a Simón–. Será mejor sacarte de aquí.
-¿Y entonces qué? –Simón casi no podía creer lo que estaba diciendo. Quería tanto salir de aquel lugar que podía saborearlo, sin embargo no podía parar las palabras cayéndosele de la boca–. ¿Dónde tienes la intención de esconderme?
-Hay un Portal aquí en el Gard. Si podemos encontrarlo, puedo enviarte de vuelta por…
-Y todo el mundo sabrá que me ayudaste. Nicholas, la Clave no está sólo detrás de mí. De hecho, dudo que se preocupen de un Submundo de una manera o de otra. Ellos están intentando demostrar algo sobre tu familia… sobre los Lightwood. Están intentando probar que ellos están relacionados con Valentine de alguna manera. Que nunca dejaron el Círculo en realidad. Incluso en la oscuridad, era posible ver el color precipitándose en las mejillas de Nicholas.
-Pero eso es ridículo. Ellos lucharon con Valentine… en el buque… Robert casi muere…
-El Inquisidor quiere creer que ellos sacrificaron a los otros Nephilim que luchaban en la embarcación para preservar la ilusión de que estaban contra Valentine. Pero ellos perdieron la Espada Mortal, y eso es lo que a él le preocupa. Mira, tú intentaste advertir a la Clave y ellos no se preocuparon. Ahora el Inquisidor está buscando alguien a quien culpabilizar de todo. Si él puede tachar a tu familia de traidores, entonces nadie culpará a la Clave de lo que ocurrió, y él podrá llevar a cabo la política que sea que quiere sin oposición.
Nicholas puso la cara en las manos, sus largos dedos tiraban distraídamente de su pelo.
-Pero no puedo dejarte aquí simplemente. Si ____(tn) descubre…
-Debí haber sabido qué es lo que te preocupaba –Simón se rió con severidad–. Pues no se lo digas. Ella está en Nueva York, de todas formas, gracias a… –se interrumpió, incapaz de decir la palabra–. Tenías razón – dijo en su lugar–. Me alegro de que ella no esté aquí.
Nicholas levantó la cabeza de las manos.
-¿Qué?
-La Clave está demente. Quién sabe lo que le harían si supiesen lo que ella pudo hacer. Tenías razón –repitió Simón, y cuando Nicholas no dijo nada en respuesta, añadió–. Y te gustará saber también que les dije sólo lo mismo que tú. Probablemente no lo contaré nunca más.
Nicholas le miró fijamente, su rostro en blanco, y Simón se acordó con una sacudida del aspecto que Nicholas había tenido en el buque, ensangrentado y moribundo sobre el suelo metálico. Finalmente, Nicholas habló:
-¿Así que me estás diciendo que tu plan es quedarte aquí? ¿En prisión?
¿Hasta cuándo?
-Hasta que tengamos una idea mejor –dijo Simón–. Pero hay algo.
Nicholas levantó las cejas.
-¿Qué es?
-Sangre –dijo Simón–. El Inquisidor está intentando matarme de hambre para que hable. Yo ya me siento bastante débil. Para mañana yo estaré… Bueno, no sé cómo estaré. Pero no quiero ceder ante él. Y no beberé tu sangre otra vez, o la de nadie más –añadió rápidamente, antes de que Nicholas pudiera ofrecer–. Sangre animal servirá.
-Puedo conseguirte sangre –dijo Nicholas. Él vaciló–. ¿Le… contaste al Inquisidor que te dejé beber mi sangre? ¿Que te salvé?
Simón sacudió la cabeza.
Los ojos de Nicholas brillaron con reflejos de luz.
-¿Por qué no?
-Supongo que no quise meterte en más problemas.
-Mira, vampiro –dijo Nicholas–. Protege a los Lightwood si puedes. Pero no me protejas a mí.
Simón levantó la cabeza.
-¿Por qué no?
-Supongo que –dijo Nicholas, y por un momento, mientras miraba hacia abajo entre los barrotes, Simón pudo casi imaginar que era él el que estaba fuera y Nicholas el que estaba en el interior de la celda–, porque no lo merezco.
*********************************
____(tn) se despertó con un sonido como de granizo sobre el tejado de metal. Se incorporó en la cama, mirando a su alrededor aturdida. El sonido vino otra vez, un afilado traqueteo-golpeteo proveniente de la ventana. Apartando la manta a regañadientes, fue a investigar. Tirando de la ventana para abrirla dejó entrar una ráfaga de aire frío que cortó a través de su pijama como un cuchillo. Ella se estremeció y se inclinó sobre el alféizar.
Alguien estaba de pie en el jardín de abajo, y por un momento, con un salto de su corazón, todo lo que ella vio fue que la figura era delgada y alta, de muchacho, despeinada. Entonces él levantó la cara y ella vio que el cabello era oscuro, no rubio, y se dio cuenta de que por segunda vez, ella había esperado a Nicholas y encontrado a Sebastian en su lugar.
Él estaba sosteniendo un puñado de guijarros en una mano. Sonrió cuando la vio asomar la cabeza, e hizo un gesto hacia sí mismo y luego a la rejilla de las rosas. Bajar. Ella sacudió la cabeza y apuntó hacia el frente de la casa. Espérame enfrente de la puerta. Cerrando la ventana, ella se apresuró escaleras abajo. Era última hora de la mañana –la luz que manaba por las ventanas era dorada, pero las luces estaban todas apagadas y la casa estaba silenciosa. Amatis debe estar todavía dormida, pensó ella.
____(tn) fue frente a la puerta, descorrió el cerrojo y tiró de ella para abrirla. Sebastian estaba allí, de pie sobre el escalón de la fachada, y una vez más ella tuvo esa sensación, ese extraño arranque de reconocimiento, aunque era más ligero esta vez. Ella le sonrió débilmente.
-Tirabas piedras a mi ventana –dijo ella–. Pensaba que la gente sólo hacía eso en las películas.
Él sonrió burlonamente.
-Bonito pijama. ¿Te he despertado?
-Quizás.
-Lo siento –dijo él, aunque no parecía sentirlo–. Pero esto no podía esperar. Por cierto, querrías subir corriendo las escaleras y vestirte.
Pasaremos el día juntos.
-Guau. Qué seguro de ti mismo, ¿no? –dijo ella, pero luego pensó que los chicos que eran como Sebastian probablemente no tenían razón alguna para ser otra cosa que seguros. Sacudió la cabeza–. Lo siento, pero no puedo. No puedo salir de la casa. Hoy no.
Una débil línea de preocupación apareció entre los ojos de él.
-Saliste de la casa ayer.
-Lo sé, pero eso fue antes… –Antes de que Amatis me hiciera sentir como si tuviera cinco centímetros de altura–. Simplemente no puedo. Y por favor, no intentes discutir eso conmigo, ¿vale?
-Vale –dijo él–. No lo discutiré. Pero al menos déjame contarte lo que he venido a decirte. Luego, te prometo que si todavía quieres que me vaya, me iré.
-¿Qué es?
Él levantó la cara, y ella se preguntó cómo era posible que unos ojos oscuros pudieran brillar exactamente igual que unos dorados.
-Sé dónde puedes encontrar a Ragnor Fell.
***************************
Le llevó a ____(tn) menos de diez minutos subir las escaleras a toda prisa, echarse su ropa por encima, garabatear una rápida nota para Amatis y reunirse con Sebastian, que estaba esperándola al final del canal. Él sonreía burlonamente mientras ella corría a su encuentro, sin aliento, su abrigo verde tirado sobre un brazo.
-Estoy aquí –dijo ella patinando al parar–. ¿Podemos irnos ahora?
Sebastian insistió en ayudarla a ponerse el abrigo.
-No creo que nadie alguna vez me haya ayudado con mi abrigo antes – observó ____(tn) liberando el pelo que se había quedado atrapado bajo el cuello–. Bueno, quizás camareros. ¿Has sido alguna vez camarero?
-No, pero fui criado por una francesa –le recordó Sebastian–. Eso conlleva una trayectoria de entrenamiento incluso más rigurosa.
____(tn) sonrió a pesar de su nerviosismo.
A Sebastian se le daba bien hacerla sonreír, se dio cuenta ella con una débil sensación de sorpresa. Casi demasiado bien.
-¿Dónde vamos? –preguntó ella abruptamente–. ¿La casa de Fell está cerca de aquí?
-En realidad, vive a las afueras de la ciudad –dijo Sebastian comenzando a caminar hacia el puente. ____(tn) se encontraba un paso a su lado.
-¿Es una larga caminata?
-Demasiado largo para caminar. Necesitamos que nos lleven.
-¿Que nos lleven? ¿Quién? –ella vino a un tope fijo–. Sebastián, tenemos que ser muy cuidadosos. No podemos confiarle a cualquiera la información de lo que estamos haciendo… De lo que estoy haciendo. Es un secreto.
Sebastian la miró con ojos pensativos.
-Juro sobre el Ángel que el amigo que nos llevará no dirá una palabra a nadie sobre lo que estamos haciendo.
-¿Estás seguro?
-Estoy muy seguro.
Ragnor Fell, pensó ____(tn) mientras ellos zigzagueaban por las calles atestadas. Voy a ver a Ragnor Fell. Una excitación salvaje contrastaba con la inquietud –Madeleine lo había pintado imponente. ¿Qué pasaba si él no tenía paciencia con ella, no tenía tiempo? ¿Qué pasaba si no le conseguía convencer de que ella era quien decía ser? ¿Qué pasaría si ni siquiera se acordara de su madre? No podía evitar que sus nervios, cada vez que pasaba un hombre rubio o una chica con largo cabello oscuro, se tensaran en su interior cuando creía reconocer a Nicholas o Isabelle. Pero Isabelle probablemente sólo la ignoraría, pensó ella abatida, y Nicholas estaría sin duda de vuelta en la casa de los Penhallow, besuqueándose con su nueva novia.
-¿Estás preocupada por si no siguen? –preguntó Sebastian mientras doblaban el lateral de una calle que se alejaba del centro de la ciudad, notando la manera en la que ella seguía mirando a su alrededor.
-Sigo pensando que veo a gente que conozco –admitió ella–. Nicholas, o los Lightwood.
-No creo que Nicholas haya salido de casa de los Penhallow desde que llegó aquí. La mayor parte del tiempo parece estar escondido en su habitación. También se hirió la mano ayer bastante gravemente…
-¿Se hirió la mano? ¿Cómo? –____(tn), olvidando mirar por donde iba, tropezó con una piedra. La calle por la que habían estado andando había cambiado de algún modo de los adoquines a la grava sin que ella lo notara–. Ay.
-Hemos llegado –anunció Sebastian, parando enfrente de una alta valla de madera y alambrada. No había casas alrededor –ellos habían abandonado bastante bruscamente la zona residencial, y sólo había este cercado a un lado y una pendiente de gravilla inclinándose hacia el bosque al otro. Había una puerta en el cercado, pero estaba cerrada con candado. De su bolsillo sacó Sebastian una pesada llave de acero y abrió la puerta–. Enseguida vuelvo con nuestro vehículo –cerró la puerta detrás de él. ____(tn) puso los ojos sobre las tablillas. A través de las rendijas podía avistar lo que parecía una casa de listones rojos de suelo bajo. Aunque no parecía tener en realidad una puerta o auténticas ventanas… La puerta se abrió y Sebastian reapareció sonriendo de oreja a oreja. Sostenía en una mano una correa: andando dócilmente detrás de él había un enorme caballo gris y blanco con un resplandor como si fuera una estrella sobre su frente.
-¿Un caballo? ¿Tienes un caballo? –____(tn) miraba con asombro–. ¿Quién tiene un caballo?
Sebastian acariciaba cariñosamente al caballo sobre el hombro.
-Muchas familias de Cazadores de Sombras tienen caballo en las caballerizas, aquí en Alicante. Como habrás notado, no hay coches en Idris. No funcionan muy bien con todas esas protecciones alrededor –él dio unas palmaditas sobre la pálida piel de la silla de montar, engalanada con un emblema de brazos que describían una serpiente de agua emergiendo de un lago en una serie de lazadas. El nombre Verlac estaba escrito debajo con delicada caligrafía–. Vamos, sube.
____(tn) se echó atrás.
-Nunca he montado en caballo antes.
-Yo llevaré a Caminante –le tranquilizó Sebastian–. Tú sólo te sentarás delante de mí.
El caballo gruñó suavemente. Tenía dientes enormes, notó ____(tn) con inquietud; cada uno del tamaño de un Pez dispenser1. Imaginó esos dientes hundiéndose en sus piernas y pensó en todas las chicas que había conocido en la escuela que querían un pony. Se preguntó si no estaban locas. Sé valiente, se dijo a sí misma. Es lo que haría tu madre. Inspiró profundamente.
-Está bien. Vamos.
El propósito de ____(tn) de ser valiente duró lo que le llevó a Sebastian, después de ayudarla a subir a la montura, montarse en el caballo detrás de ella y clavar sus talones. Caminante salió como un tiro, pisando pesadamente sobre el camino de gravilla con una fuerza que mandaba sacudidas a su columna. Se agarró firmemente a la parte de la montura que se levantaba por delante de ella, sus uñas clavándose lo suficiente para dejar las huellas en la piel.
El camino sobre el que estaban se estrechaba mientras se dirigían fuera de la ciudad, y ahora había grupos de grandes árboles a cada lado de ellos, paredes de verde que bloqueaban toda visión. Sebastian tiró hacia atrás de las riendas y el caballo detuvo su frenético galope, el pulso de ____(tn) descendiendo a la vez que su paso. Cuando su pánico se desvaneció, ella llegó a ser consciente lentamente de Sebastian detrás de ella –él estaba sosteniendo las riendas a cada lado de ella, sus brazos haciendo una especie de jaula alrededor de ella que la guardaba de sentir como si pudiera caerse del caballo. De repente ella era muy consciente de él, no sólo por la gran fortaleza de los brazos que la sostenían, sino porque ella estaba inclinada hacia atrás contra su pecho y por el olor de él, por alguna razón, a pimienta negra. No de una manera desagradable, era picante y agradable, muy diferente al olor de Nicholas, jabón y luz de sol. No es que la luz del sol tuviera olor en realidad, pero si lo tuviera…
Apretó los dientes. Ella estaba aquí con Sebastian, de camino a encontrarse con un poderoso brujo, y mentalmente estaba dándole vueltas a la manera en la que Nicholas olía. Se obligó a mirar alrededor.
Los verdes grupos de árboles habían ido disminuyendo y ahora podía ver una extensión de campiña jaspeada a cada lado. Era hermoso de una manera austera: una alfombra de verde deshecha aquí y allá por las cicatrices de caminos de piedra gris o peñascos de roca negra levantándose sobre la hierba. Grupos de delicadas flores blancas, las mismas que había visto en la necrópolis con Luke, poblaban las colinas como nevadas aisladas.
-¿Cómo descubriste dónde está Ragnor Fell? –preguntó ella mientras
Sebastian guiaba hábilmente al caballo por un surco del camino.
-Mi tía Élodie. Ella tiene toda una red de informantes. Sabe todo lo que ocurre en Idris, incluso aunque nunca venga aquí. Detesta dejar el Instituto.
-¿Y tú? ¿Vienes a Idris mucho?
-La verdad es que no. La última vez que estuve aquí tenía unos cinco años. No había visto a mis tíos desde entonces, así que me alegro de estar aquí ahora. Me da la oportunidad de ponerme al día. Además, echo de menos Idris cuando no estoy aquí. No hay otro lugar igual. Es el mejor lugar de la Tierra. Comenzarás a sentirlo, y después la echarás de menos cuando no estés aquí.
-Sé que Nicholas la echaba de menos –dijo ella–, pero creí que era porque vivió aquí durante años. Se crió aquí.
-En la casa solariega de los Wayland –dijo Sebastian–. No muy lejos de dónde vamos, de hecho.
-Pareces saberlo todo.
-No todo –dijo Sebastian con una risa que ____(tn) sintió a través de su espalda–. Sí, Idris ejerce su magia sobre todos… Incluso sobre aquellos como Nicholas que tienen razones para odiar el lugar.
-¿Por qué dices eso?
-Bueno, él fue criado por Valentine, ¿no? Y eso debe haber sido bastante horrible.
-No lo sé –vaciló ____(tn)–. La verdad es que él ha mezclado los sentimientos respecto a eso. Creo que Valentine fue un padre horrible en cierto modo, pero, por otra parte, los pocos momentos de amabilidad y amor que él demostró han sido toda la amabilidad y amor que Nicholas conoció –ella sintió una ola de tristeza mientras hablaba–. Creo que él recordó a
Valentine con mucho cariño durante mucho tiempo.
-No puedo creer que Valentine le mostrara alguna vez a Nicholas amabilidad o amor. Valentine es un monstruo.
-Bueno, sí, pero Nicholas es su hijo. Y sólo era un niño. Creo que Valentine le quiso, a su manera…
-No –la voz de Sebastian era cortante–. Me temo que eso es imposible.
____(tn) parpadeó y casi se giró para mirar su cara, pero luego lo pensó mejor. Todos los Cazadores de Sombras se ponían como locos con el tema de Valentine, ella pensó en la Inquisidor y se estremeció interiormente, y difícilmente podía culparles.
-Probablemente tienes razón.
-Llegamos –dijo Sebastian abruptamente, tan abruptamente que ____(tn) se preguntó si realmente le había ofendido de alguna manera; y se deslizó bajándose del caballo. Pero cuando él subió la mirada hacia ella, estaba sonriendo–. Hemos hecho un buen tiempo –dijo él atando las riendas a la rama baja de un árbol cercano–, mejor de lo que pensaba.
Él indicó con un gesto que ella debía desmontar, y después de un momento de vacilación ____(tn) se deslizó del caballo a los brazos de él. Ella se aferró fuertemente a él mientras la agarraba, sus piernas poco firmes después del largo viaje.
-Lo siento –dijo ella tímidamente–. No quería agarrarte tan fuerte. -No debes pedir perdón por eso –su respiración era cálida contra el cuello de ella, y ésta se estremeció.
Sus manos se quedaron un momento más sobre la espalda de ella antes de que la soltara de mala gana. Todo esto no estaba ayudando a las piernas de ____(tn) a sentirse más seguras.
-Gracias –dijo ella sabiendo muy bien que estaba ruborizada, y deseando de todo corazón que su piel blanca no mostrara color tan fácilmente–. Así qué… ¿es aquí? –miró alrededor. Estaban en un pequeño valle entre dos colinas bajas. Había una serie de árboles de aspecto nudoso rodeando un claro. Sus retorcidas ramas tenían una belleza escultural contra el cielo azul acero. Pero por lo demás…– No hay nada aquí –dijo ella con el ceño fruncido.
-____(tn). Concéntrate.
-Quieres decir… ¿Un glamour? Pero normalmente no tengo que…
-Los glamour en Idris a menudo son más fuertes que en otro lugar. Tienes que intentarlo con más fuerza de lo que sueles –él puso las manos sobre los hombros de ella y la giró con delicadeza–. Mira el claro.
____(tn) desempeñó silenciosamente el ardid mental que le permitía despegar el glamour de lo que ocultaba. Se imaginó a sí misma restregando aguarrás sobre el lienzo, disolviendo las capas de pintura para revelar la verdadera imagen de debajo… Y allí estaba, una pequeña casa de piedra con un afilado tejado a doble vertiente, humo girando desde la chimenea con una elegante floritura. Un serpenteante sendero bordeado por piedras que llevaban a la puerta principal. Mientras ella miraba, el humo que salía por la chimenea dejó de ascender ondeante y comenzó a tomar la forma de una temblorosa señal de interrogación. Sebastian se rió.
-Creo que eso significa, ¿Quién está ahí?
____(tn) tiró de su abrigo para acercarlo más a ella. El viento que soplaba a la altura de la hierba no era fuerte, sin embargo había hielo en sus huesos.
-Parece algo sacado de un cuento de hadas.
-¿Tienes frío? –Sebastian puso un brazo alrededor de ella.
Inmediatamente el humo ondulando desde la chimenea paró de formar el signo de interrogación y comenzó a manar con la forma de corazones asimétricos. ____(tn) se retiró de él, sintiendo ambos vergüenza y de algún modo culpabilidad, como si ella hubiera hecho algo malo. Se apresuró hacia el camino principal de la casa, Sebastian justo detrás de ella. Estaban a mitad del sendero principal cuando la puerta se abrió.
A pesar de haber estado obsesionada con encontrar a Ragnor Fell desde que Madeleine le dijo su nombre, ____(tn) nunca se había parado a imaginar cómo sería él. Un hombre grande y barbudo, habría pensado si hubiera pensado en ello. Alguien que pareciera como un vikingo, con hombros anchos. Pero la persona que salía por la puerta principal era alta y delgada, con el cabello oscuro, corto y de punta. Llevaba un chaleco de malla dorada y un pantalón de pijama de seda. Él contemplaba a ____(tn) con ligero interés, dando una calada con cuidado a una pipa fantásticamente grande mientras lo hacía. Aunque él no se parecía nada en absoluto a un vikingo, le fue instantánea y totalmente familiar. Magnus Bane.
-Pero… –____(tn) miró como loca a Sebastian, que parecía tan asombrado como ella.
Él miraba a Magnus con la boca ligeramente abierta, una mirada en blanco en su cara. Finalmente, tartamudeó:
-¿Eres… Ragnor Fell? ¿El brujo?
Magnus sacó la pipa de su boca.
-Bueno, desde luego no soy Ragnor Fell el bailarín exótico.
-Yo… –Sebastian parecía no saber qué decir. ____(tn) no estaba segura de lo que él había estado esperando, pero Magnus era demasiado para procesarlo–. Esperábamos que pudiera ayudarnos. Soy Sebastian Verlac, y ella es ____(tn) Morgenstern, su madre es Jocelyn Fairchild…
-No me importa quién es su madre –dijo Magnus–. No podéis verme sin una cita. Volved más tarde. El próximo marzo estaría bien.
-¿Marzo? –Sebastián parecía horrorizado.
-Tienes razón –dijo Magnus–, demasiado lluvioso. ¿Qué tal junio?
Sebastian se enderezó.
-No creo que entienda lo importante que es esto…
-Sebastian, no te molestes –dijo ____(tn) con indignación–. Él sólo está liándote. De todos modos, no puede ayudarnos.
Sebastian sólo parecía aún más confuso.
-Pero no veo por qué no puede…
-Está bien, es suficiente –dijo Magnus, y chasqueó los dedos una vez.
Sebastian se quedó congelado en el sitio, su boca aún abierta, su mano extendida parcialmente.
-¡Sebastian! –ella alargó la mano para tocarle, pero él estaba rígido como una estatua. Sólo la leve subida y bajada de su pecho demostraba que estaba todavía vivo– ¿Sebastian? –dijo ella otra vez, pero era inútil: sabía de algún modo que no podía verla u oírla. Se giró hacia Magnus–. No puedo creer lo que has hecho. ¿Qué leches te pasa? ¿Lo que sea que lleve la pipa te está fundiendo el cerebro? Sebastian está de nuestro lado.
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
Okey, minimo el Nicho esta haciendo algo bien!
Pero le estan comiendo el mandado! :fiu:
JAJAJAJAJ
Esperemos que pronto se de cuenta de eso! :scratch:
En fin, vengo rapido a dejar el capi, todo el día he estado preparando
la cena de esta noche con mi mama! :¬¬:
Vuelvo más tarde con más! ;)
Disfruten el capi!
Love u Girls! :hug: :(L):
\^.^/
Lu wH!;*
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH!!!!
NICK DILE QUE ____ ESTA AQUI!!!!!
AAII CIELOOSSSSS!!!
QUE LE HIZO MAGNUS A SEBASIAAANN?????
Y ES MAGNUS?? O UN HERMANO GEMELOOO????
AAAIIIII
FELIZ NAVIDAD Y
SIGUELA PORFIISS
P.D.ESTAMOS IGUAL!!!!
JEJEJEJEJE NI MODO TENEMOS QUE AYUDAR PARA LA CENA
NICK DILE QUE ____ ESTA AQUI!!!!!
AAII CIELOOSSSSS!!!
QUE LE HIZO MAGNUS A SEBASIAAANN?????
Y ES MAGNUS?? O UN HERMANO GEMELOOO????
AAAIIIII
FELIZ NAVIDAD Y
SIGUELA PORFIISS
P.D.ESTAMOS IGUAL!!!!
JEJEJEJEJE NI MODO TENEMOS QUE AYUDAR PARA LA CENA
chelis
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
hahaha oh si opino lo mismo que tu
Nick se quedará sin la rayis hahahahaha claro
Si no se da cuanta antes y lo remedia hehehe
Se lo merecería un poquito casi nada por grosero
Pero claro después de que se disculpe lo perdonare
Y rogare para que estén de nuevo juntos hehehe
FELIZ NAVIDAD!!!! Lo digo de una vez ya que
Lo más seguro es que ya no me pase por aquí
Hasta mañana o pasado :S hehehe ya sabes como
Son las fiestas hehehe
Awwww cada vez amo más los caps
Son grandiosos :D
Haré todo lo posible para pasarme en un ratito
Debo seguir leyendo hehehehe :)
Nick se quedará sin la rayis hahahahaha claro
Si no se da cuanta antes y lo remedia hehehe
Se lo merecería un poquito casi nada por grosero
Pero claro después de que se disculpe lo perdonare
Y rogare para que estén de nuevo juntos hehehe
FELIZ NAVIDAD!!!! Lo digo de una vez ya que
Lo más seguro es que ya no me pase por aquí
Hasta mañana o pasado :S hehehe ya sabes como
Son las fiestas hehehe
Awwww cada vez amo más los caps
Son grandiosos :D
Haré todo lo posible para pasarme en un ratito
Debo seguir leyendo hehehehe :)
Karli Jonas
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
FEEEEEEEELIIIIIZZ NAAAAAAVIIDAAAAAAADDDDDDD!!!
JOJOJOJOJOJOJOJO
:)
JOJOJOJOJOJOJOJO
:)
chelis
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
ahhhh me he quedado en shok :wut:
Ese es Magnus??? O quien es???
Entonces Sebastian quiere con la rayiz??
Awww por lo menos NIcholasesta haciendo algo!!
Ah yo tambien estoy ayudando a mi mami con la cena!!!
Feliz Navidad!!! :hug:
Ese es Magnus??? O quien es???
Entonces Sebastian quiere con la rayiz??
Awww por lo menos NIcholasesta haciendo algo!!
Ah yo tambien estoy ayudando a mi mami con la cena!!!
Feliz Navidad!!! :hug:
aranzhitha
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
chelis escribió:AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH!!!!
NICK DILE QUE ____ ESTA AQUI!!!!!
AAII CIELOOSSSSS!!!
QUE LE HIZO MAGNUS A SEBASIAAANN?????
Y ES MAGNUS?? O UN HERMANO GEMELOOO????
AAAIIIII
FELIZ NAVIDAD Y
SIGUELA PORFIISS
P.D.ESTAMOS IGUAL!!!!
JEJEJEJEJE NI MODO TENEMOS QUE AYUDAR PARA LA CENA
FELIZ NAVIDAD! :hug:
Este Nicho! :(L):
A veces dan ganas de darle unos golpes! :¬¬:
JAJAJAJAJ ya verás que le hizo a Sebas! xD
Me encanta Magnus! :(L):
Nah, es Magnus! :)
\^.^/
Ya la sigo! ;)
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
Karli Jonas escribió:hahaha oh si opino lo mismo que tu
Nick se quedará sin la rayis hahahahaha claro
Si no se da cuanta antes y lo remedia hehehe
Se lo merecería un poquito casi nada por grosero
Pero claro después de que se disculpe lo perdonare
Y rogare para que estén de nuevo juntos hehehe
FELIZ NAVIDAD!!!! Lo digo de una vez ya que
Lo más seguro es que ya no me pase por aquí
Hasta mañana o pasado :S hehehe ya sabes como
Son las fiestas hehehe
Awwww cada vez amo más los caps
Son grandiosos :D
Haré todo lo posible para pasarme en un ratito
Debo seguir leyendo hehehehe :)
FELIZ NAVIDAD! :hug:
Poes más le vale ponerse las pilas pronto! :fiu:
JAJAJAJ si tienes razón, pronto estarán juntos de nuevo! *.* :hug:
Espero que hayas tenido una muy bonita Noche Buena!
Mis mejores deseos para ti & tu familia! :)
Que bueno que te guste la nove! ;)
Nos estamos leyendo! ;)
\^.^/
Ya la sigo! ;)
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
chelis escribió:FEEEEEEEELIIIIIZZ NAAAAAAVIIDAAAAAAADDDDDDD!!!
JOJOJOJOJOJOJOJO
:)
FELIZ NAVIDAD! :hug:
Que todos tus sueños y deseos se cumplan! ;)
Que todos tus sueños y deseos se cumplan! ;)
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
aranzhitha escribió:ahhhh me he quedado en shok :wut:
Ese es Magnus??? O quien es???
Entonces Sebastian quiere con la rayiz??
Awww por lo menos NIcholasesta haciendo algo!!
Ah yo tambien estoy ayudando a mi mami con la cena!!!
Feliz Navidad!!! :hug:
FELIZ NAVIDAD! :hug:
Sip, es Magnus! :)
Sebastian es todo menos previsible :scratch:
JAJAJJA es lo minimo que podía hacer el Nicho! :(L):
*.* Espero que hayas tenido bonita noche buena! :)
Mis mejores deseos!
\^.^/
Ya la sigo! ;)
X
HeyItsLupitaNJ
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