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Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
chelis escribió: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
CON LO QUE ESTABA PASANDO CON EELLOOOSS LLEGA ASI SU MAAAMÁAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!1
CIELOOSS MUEROO.... MUUUEEEEERROOOOOOOO..... MUUEEEEROOOOOOO!!!!!!!
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!!!!
MAGNUS CUMPLIOOOOOO!!!!!!! Y..YYYYYYYYY!!!
AAAII SIGUELAA PORFIISSS
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
Así, como así se aparece su mami! :fiu:
JAJAJAJAJAJ no,no te me mueras! no quiero ser responsable de nada! :scratch:
Sip, yo siempre eh dicho que en pocos se puede confiar & uno de ellos es Magnus! :(L):
Ya la sigo! ;)
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
• ARTÍCULOS DE FE - CAPITULO 16 (Parte 1) •
Desde la noche en que había llegado a casa para descubrir que su madre no estaba, ____(tn) había imaginado verla otra vez, bien y sana, tan a menudo que sus imaginaciones habían adquirido la calidad de una fotografía que hubiera llegado a perder el color por ser sacada y contemplada demasiadas veces. Esas imágenes se alzaban ante ella ahora, incluso mientras miraba con incredulidad, imágenes en las que su madre, pareciendo sana y feliz, abrazaba a ____(tn) y le decía cuánto la había echado de menos pero que todo iba a estar bien ahora.
La madre de sus imaginaciones se parecía muy poco a la mujer que estaba frente a ella ahora. Recordaba a Jocelyn tan dulce y artística, un poco bohemia con su bata salpicada de pintura, su cabello rojo en trenzas o sujeto con un lápiz en un moño desordenado. Esta Jocelyn era tan brillante y angulosa como un cuchillo, su cabello severamente estirado hacia atrás, sin un mechón fuera de su sitio; el riguroso negro de su equipación hacía que su rostro pareciera pálido y duro. No era su expresión la que había imaginado ____(tn): en vez de llena de alegría, había algo muy parecido al horror en la forma en la que miraba a ____(tn), con sus ojos verdes muy abiertos.
-____(tn) –respiró ella–, tus ropas.
____(tn) miró hacia abajo para verse. Llevaba puesta la equipación de Cazadora de Sombras de Amatis; exactamente lo que su madre había pasado su vida entera asegurándose de que su hija nunca tuviera que usar.
____(tn) tragó con fuerza y se puso en pie, agarrando firmemente el borde de la mesa con las manos. Podía ver cuán blancos estaban los nudillos, pero sentía las manos desconectadas de su cuerpo de algún modo, como si pertenecieran a otra persona.
Jocelyn dio unos pasos hacia ella, extendiendo los brazos.
-____(tn)…
Y ____(tn) se encontró a sí misma echándose hacia atrás, tan deprisa que golpeó la encimera con la zona de los riñones. El dolor estalló, pero ella apenas lo notaba; estaba mirando fijamente a su madre.
También lo estaba Simón, con la boca ligeramente abierta; Amatis, también, parecía anonadada. Isabelle se puso en pie, situándose entre ____(tn) y su madre. Su mano se deslizó bajo el delantal, y ____(tn) tuvo la sensación, cuando la sacó, de que estaba sosteniendo su airoso látigo electrum.
-¿Qué está pasando aquí? –exigió Isabelle–. ¿Quién eres?
Su fuerte voz vaciló ligeramente cuando pareció captar la expresión del rostro de Jocelyn; Jocelyn estaba mirándola, con la mano sobre su corazón.
-Maryse. –La voz de Jocelyn era apenas un susurro.
Isabelle parecía sobresaltada.
-¿Cómo sabes el nombre de mi madre?
El color entró en el rostro de Jocelyn con un rubor.
-Por supuesto. Eres la hija de Maryse. Es sólo… que te pareces tanto a ella. –Bajó lentamente la mano–. Soy Jocelyn Fr… Fairchild. Soy la madre de ____(tn).
Isabelle sacó la mano de debajo del delantal y echó un vistazo a ____(tn), sus ojos llenos de confusión.
-Pero no estaba en el hospital…, en Nueva York…
-Lo estaba –dijo Jocelyn con una voz más firme–, pero gracias a mi hija, estoy muy bien ahora. Y me gustaría estar un momento con ella.
-No estoy segura –dijo Amatis–, de que ella quiera un momento contigo.
–Extendió una mano y la puso sobre el hombro de Jocelyn–. Esto debe ser un shock para ella…
Jocelyn se deshizo de Amatis y se fue hacia ____(tn), extendiendo las manos.
-____(tn)…
Al final ____(tn) encontró su voz. Era una voz de frío glacial, tan enfadada que le sorprendió.
-¿Cómo has llegado aquí, Jocelyn?
Su madre se quedó parada como muerta, una mirada de incertidumbre pasó sobre su rostro.
-Utilicé un Portal justo a las afueras de la ciudad con Magnus Bane. Ayer vino en mi busca al hospital… Traía el antídoto. Él me ha contado todo lo que hiciste por mí. Todo lo que he querido desde que me desperté era verte… –Su voz se fue apagando–. ____(tn), ¿algo va mal?
-¿Por qué nunca me dijiste que tenía un hermano? –dijo ____(tn). No era lo que había esperado decir, no era lo que había planeado que tenía que salir de su boca. Pero ahí estaba.
Jocelyn dejó caer las manos.
-Pensé que estaba muerto. Pensé que sólo te haría daño saberlo.
-Déjame decirte algo, mamá –dijo ____(tn)–. Saber es mejor que no saber. En todo momento.
-Lo siento… –comenzó Jocelyn.
-¿Lo siento? –La voz de ____(tn) se elevó; era como si algo en su interior se hubiera abierto con violencia y todo se estuviera derramando, toda su amargura, toda su furia contenida–. ¿Quieres explicarme por qué nunca me dijiste que era una Cazadora de Sombras? ¿O que mi padre todavía estaba vivo? Oh, ¿y qué me dices sobre lo de pagar a Magnus para que robara mis recuerdos?
-Estaba intentando protegerte…
-Bien, ¡pues hiciste un mal trabajo! –La voz de ____(tn) se alzó–. ¿Qué esperabas que me ocurriera después de que desaparecieras? Si no hubiera sido por Nicholas y los demás, estaría muerta. Nunca me enseñaste cómo protegerme a mí misma. Nunca me dijiste lo peligrosas que eran las cosas en realidad. ¿Qué pensaste? ¿Que si no podía ver las cosas malas, eso significaba que ellas no me podían ver a mí? –Sus ojos ardían–. Tú sabías que Valentine no estaba muerto. Le dijiste a Luke que creías que todavía estaba vivo.
-Ese es el por qué de que tuviera que ocultarte –dijo Jocelyn–. No podía arriesgarme a dejar que Valentine supiera dónde estabas. No podía dejarle tocarte…
-Porque él convirtió a tu primer hijo en un monstruo –dijo ____(tn)–, y no querías que hiciera lo mismo conmigo.
Enmudecida por el horror, Jocelyn sólo pudo mirarla fijamente.
-Sí –dijo finalmente–. Sí, pero eso no es todo lo que pasó, ____(tn)…
-Robaste mis recuerdos –dijo ____(tn)–. Me los arrebataste. Me arrebataste lo que yo era.
-¡Eso no es quien tú eres! –gritó Jocelyn–. Nunca quise que eso fuera quien tú eres…
-¡No importa lo que tú quisieras! –gritó ____(tn)–. ¡Es lo que soy! ¡Me quitaste todo eso y no te pertenecía a ti!
Jocelyn estaba pálida. Las lágrimas asomaron a los ojos de ____(tn)… No podía soportar ver a su madre así, verla sufrir tanto, pero era ella la que estaba haciéndole daño…, y sabía que si abría la boca otra vez, saldrían más palabras terribles, más cosas llenas de odio y enfado. Se puso la mano sobre la boca y se fue como una flecha hacia el vestíbulo, pasando junto a su madre y junto a la mano extendida de Simón. Todo lo que quería era salir de allí. Empujando ciegamente la puerta de entrada, medio cayó fuera en la calle. Detrás de ella, alguien la llamaba, pero no se volvió. Ya estaba corriendo.
Nicholas estaba algo sorprendido al descubrir que Sebastian había preferido dejar el caballo de los Verlac en vez de marcharse al galope la noche que huyó. Quizás él temió que Caminante pudiese ser rastreado de alguna manera.
Lo que le dio a Nicholas una cierta satisfacción al ensillar al semental y montarlo en su camino fuera de la ciudad. Lo cierto es que si Sebastian hubiera querido realmente a Caminante, no lo habría dejado atrás…, y además, el caballo no había pertenecido en realidad a Sebastian para empezar. Pero el hecho era que a Nicholas le gustaban los caballos. La última vez que había montado uno tenía diez años, pero los recuerdos, estaba él contento de notar, regresaban con rapidez.
Le había llevado a él y a ____(tn) seis horas ir caminando de la casa solariega de los Wayland a Alicante. Le llevó unas dos horas volver allí, montando casi al galope. Para cuando se detuvieron sobre la cresta de la colina que miraba a la casa y los jardines, ambos, él y el caballo, estaban cubiertos con un brillo luminoso de sudor.
Las protecciones de equivocación de camino que habían ocultado la casa se habían destruido junto con sus cimientos. Lo que quedaba de lo que una vez fue un elegante edificio era un montón de piedra ardiendo lentamente. Los jardines, quemados por los bordes ahora, todavía le traían recuerdos del tiempo que él había vivido allí cuando era niño. Estaban los rosales, despojados de sus flores ahora y ensartado de verde maleza; los bancos de piedra que estaban situados junto a los estanques vacíos; y el vacío sobre el suelo donde él había yacido con ____(tn) la noche que la casa solariega se derrumbó. Podía ver el destellar azul del lago cercano entre los árboles.
Una oleada de amargura le atrapó. Metió la mano en el bolsillo y sacó primero una estela –la había tomada “prestada” de la habitación de Alec antes de marcharse, en reemplazo de la que ____(tn) había perdido, ya que Alec siempre podría obtener otra– y luego el hilo que había tomado de la manga del abrigo de ____(tn). Lo tenía sobre la palma de la mano, manchado de rojo oscuro en un extremo. Él cerró el puño a su alrededor, con suficiente fuerza para que los huesos se distinguieran bajo su piel, y con la estela trazó una runa sobre el anverso de la mano. El escozor era más familiar que doloroso. Observó la runa hundirse en su piel como una piedra hundiéndose a través del agua, y cerró los ojos.
En vez de la parte posterior de sus párpados él vio un valle. El estaba sobre una colina mirando hacia abajo, y como si estuviera ojeando un mapa que ubicara con exactitud su localización, supo exactamente dónde estaba. Se acordó de cómo la Inquisidor había sabido exactamente dónde estaba el buque de Valentine en medio del East River y se dio cuenta, "Así es cómo lo hizo." Cada detalle estaba claro –cada brizna de hierba, el sembrado de hojas tostadas– pero no había sonido. La escena era inquietantemente silenciosa.
El valle era una herradura con un extremo más estrecho que el otro. Un brillante riel plateado de agua, un arroyo o riachuelo, corría a través de su centro y desaparecía entre las rocas en el extremo estrecho. Junto al arroyo estaba situada una casa de piedra gris, echando humo blanco por su cuadrada chimenea. Era una extraña escena pastoril, tranquila bajo la mirada azul del cielo. Mientras observaba, una figura esbelta entró en su visión. Sebastian. Ahora que ya no estaba preocupado por fingir, su arrogancia era manifiesta en la forma en la que caminaba, en el sobresalir de los hombros, en la débil sonrisilla de suficiencia de su rostro. Sebastian estaba arrodillado a un lado del arroyo y sumergía las manos en él, salpicando agua sobre su rostro y su cabello.
Nicholas abrió los ojos. Bajo él, Caminante pacía hierba con satisfacción. Nicholas devolvió la estela y el hilo a su bolsillo, y con un último vistazo a las ruinas de la casa en la que él se crió, tiró de las riendas y clavó los talones a los lados del caballo.
____(tn) estaba tendida sobre la hierba cerca de los límites de la Colina de Gard y miraba hacia abajo, hacia Alicante, de forma taciturna. La vista desde allí era bastante espectacular, ella tenía que admitirlo. Podía inspeccionar los tejados de la ciudad, con sus elegantes esculturas y sus veletas marcadas con runas, más allá de las agujas del Salón de los Acuerdos, hacia algo que relucía a lo lejos como el canto de una moneda de plata… ¿El Lago Lyn? Las ruinas negras del Gard se cernían detrás de ella, y las torres demonio brillaban como cristal. ____(tn) pensaba que casi podía ver las protecciones, resplandeciendo como una red invisible entretejiéndose alrededor de los límites de la ciudad.
Ella bajó la mirada hacia sus manos. Había arrancado varios puñados de hierba con sus últimos accesos de enfado, y los dedos estaban pegajosos por la suciedad y la sangre donde se había roto una uña por la mitad. Una vez pasada la ira, una sensación de vacío total la sustituyó. Ella no se había dado cuenta de lo enfadada que estaba con su madre, no hasta que atravesó la puerta y ____(tn) hizo a un lado el pánico por la vida de Jocelyn y se dio cuenta de lo que yacía bajo eso. Ahora que estaba más tranquila, se preguntaba si parte de ella había querido castigar a su madre por lo que le había ocurrido a Nicholas. Si éste no hubiera sido engañado –si ambos no lo hubieran sido– entonces, quizás la sacudida de descubrir lo que le había hecho Valentine cuando era tan sólo un bebé no le habría conducido a asumir un gesto, que ____(tn) no podía remediar sentir que estaba muy cercano al suicidio.
-¿Te importa si me uno a ti?
Ella saltó sorprendida y rodó sobre un lado para mirar hacia arriba.
Simón estaba por encima de ella, con las manos en los bolsillos. Alguien – Isabelle, probablemente– le había dado una chaqueta oscura de la cosa esa negra y resistente que utilizaban los Cazadores de Sombras para sus equipaciones. Un vampiro con equipación, pensó ____(tn), preguntándose si sería el primero.
-Te has acercado sigilosamente a mí –dijo ella–. Supongo que no soy muy Cazadora de Sombras, huh.
Simón se encogió de hombros.
-Bueno, en tu defensa, me muevo con la silenciosa gracia de una pantera.
A pesar de sí misma, ____(tn) sonrió. Ella se sentó, sacudiéndose la suciedad de las manos.
-Adelante, únete a mí. Esta fiesta de deprimidos está abierta a todos.
Sentándose a su lado, Simón contempló la ciudad y dio un silbido.
-Bonita vista.
-Lo es. –____(tn) lo miró de soslayo–. ¿Cómo me has encontrado?
-Bueno, me ha llevado unas cuantas horas. –él sonrió torciendo la boca un poco–. Luego, recordé cuando solíamos pelearnos, después de primer grado, cómo te ibas y te enfurruñabas en mi tejado y mi madre tenía que bajarte.
-¿Y?
-Te conozco –dijo él–. Cuando te disgustas, te pones rumbo a las alturas.
Él le tendió algo, su abrigo verde bien doblado. Ella lo cogió y se lo puso, el pobre mostrando ya distintas señales de uso. Tenía incluso un pequeño agujero en el codo lo suficientemente grande para pasar un dedo por él.
-Gracias, Simón. –Ella entrelazó las manos alrededor de sus rodillas y miró fijamente la ciudad. El sol estaba bajo en el cielo, y las torres habían comenzado a reflejar un rosa débilmente rojizo–. ¿Te ha enviado mi madre aquí arriba a por mí?
Simón sacudió la cabeza.
-Luke, en realidad. Y sólo me pidió que te dijera que si podías regresar antes de la puesta de sol. Alguna cosa bastante importante está sucediendo.
-¿Qué tipo de cosa?
-Luke le ha dado a la Clave hasta la puesta de sol para decidir si están de acuerdo en dar a los Submundos escaños en el Concilio. Los Submundos están viniendo todos a la Puerta Norte al crepúsculo. Si la Clave accede, podrán entrar en Alicante. Si no…
-Se les despacha –finalizó ____(tn)–. Y la Clave se rinde a Valentine.
-Sí.
-Accederán –dijo ____(tn)–. Tienen que hacerlo. –Ella se abrazó las rodillas–. Nunca elegirían a Valentine. Nadie lo haría.
-Me alegra ver que tu idealismo no se ha dañado –dijo Simón, aunque su voz era ligera, ____(tn) escuchó otra voz a través de ésta. La de Nicholas, diciendo que él no era un idealista, y ella se estremeció a pesar del abrigo que llevaba.
-¿Simón? –dijo ella–. Tengo una pregunta estúpida.
-¿Cuál es?
-¿Has dormido con Isabelle?
Simón hizo un ruido ahogado. ____(tn) se giró lentamente para mirarle.
-¿Estás bien? –preguntó ella.
-Eso creo –dijo, recobrando su desenvoltura con aparente esfuerzo–. ¿Lo dices en serio?
-Bueno, estuviste fuera toda la noche.
Simón se quedó en silencio por un largo momento. Finalmente, dijo:
-No estoy seguro de que sea asunto tuyo, pero no.
-Bien –dijo ____(tn) después de una juiciosa pausa–. Supongo que tú no te aprovecharías de ella ahora que está desolada por la pena y eso.
Simón resopló.
-Si alguna vez conoces al hombre que pueda aprovecharse de Isabelle, tendrás que hacérmelo saber. Me gustaría estrecharle la mano. O huir de él muy rápido, no estoy seguro de qué.
-Entonces, no estás saliendo con Isabelle.
-____(tn) –dijo Simón–, ¿por qué me estás preguntando por Isabelle? ¿No quieres hablar acerca de tu madre? ¿O acerca de Nicholas? Izzy me ha dicho que él se fue. Sé cómo te debes estar sintiendo.
-No –dijo ____(tn)–. No, no creo que lo hagas.
-No eres la única persona que se haya sentido abandonada alguna vez. – Había un filo de impaciencia en la voz de Simón–. Supongo que sólo he pensado… Me refiero a que nunca te he visto tan enfadada. Y con tu madre. Pensaba que la echabas de menos.
-¡Por supuesto que la echaba de menos! –dijo ____(tn) dándose cuenta incluso mientras lo decía de cómo debía de haberse visto la escena de la cocina. Especialmente para su madre. Ella alejó ese pensamiento–. Es sólo que he estado tan concentrada en salvarla…, salvándola de Valentine, luego buscando una manera de curarla…, que nunca me paré a pensar en lo enfadada que estaba porque ella me hubiera mentido todos estos años. Que me ocultara todo esto, que me ocultara la verdad sobre mí. Que nunca me dejara saber quién soy en realidad.
-Pero eso no fue lo que dijiste cuando entró en la habitación –dijo Simón en voz baja–. Tú dijiste, "¿Por qué no me dijiste nunca que tenía un hermano?"
-Lo sé. –____(tn) arrancó una brizna de hierba, moviéndola entre los dedos–. Supongo que no puedo remediar el pensar que si hubiese sabido la verdad, no habría conocido a Nicholas de la forma en que lo hice. No me habría enamorado de él.
Simón se quedó en silencio un momento.
-No creo que te haya oído nunca decir eso antes.
-¿Que lo amo? –Ella se rió, pero sonaba sombrío incluso a sus oídos–. Parece inútil fingir que no, a estas alturas. Tal vez no importe. Probablemente nunca lo volveré a ver de nuevo, de todos modos.
-Él regresará.
-Tal vez.
-Regresará –dijo Simón otra vez–. Por ti.
-No lo sé. –____(tn) sacudió la cabeza.
Estaba haciendo más frío mientras el sol bajaba para tocar el filo del horizonte. Ella entrecerró los ojos, echándose hacia delante, observando fijamente.
-Simón. Mira.
Él siguió su mirada. Más allá de las protecciones, en la Puerta Norte de la ciudad, cientos de figuras oscuras congregándose, algunas reunidas en grupos, otras manteniéndose apartadas: los Submundos a los que Luke había llamado para ayudar a la ciudad, esperando pacientemente la resolución de la Clave para dejarlos entrar.
Un escalofrío bajó por la columna de ____(tn). Ella no sólo estaba situada sobre la cresta de esta colina, mirando la caída en picado hasta la ciudad allá abajo, sino al borde de una crisis, de un acontecimiento que cambiaría el funcionamiento de todo el mundo de los Cazadores de Sombras.
-Están aquí –dijo Simón casi para él mismo–. Me pregunto si eso significa que la Clave se ha decidido.
-Eso espero. –La brizna de hierba que ____(tn) había estado moviendo era un destrozado rodillo verde; la tiró a un lado y arrancó otra –No sé lo que haría si decidieran rendirse a Valentine. Tal vez pueda crear un Portal que nos lleve a todos nosotros lejos, a algún lugar en el que Valentine nunca nos encuentre. Una isla desierta o algo así.
-Está bien, yo también me hago una pregunta estúpida –dijo Simón–. Tú puedes crear runas nuevas, ¿correcto? ¿Por qué no puedes simplemente crear una para destruir a todos los demonios del mundo? ¿O para matar a Valentine?
-No funciona así –dijo ____(tn)–. Sólo puedo crear runas que puedo visualizar. La imagen completa tiene que entrar en mi cabeza, como una pintura. Cuando intento visualizar “matar a Valentine” o “controlar el mundo” o lo que sea, no obtengo ninguna imagen. Sólo ruido blanco.
-Pero, ¿de dónde crees que vienen las imágenes de las runas?
-No lo sé –dijo ____(tn)–. Todas las runas que conocen los Cazadores de Sombras vienen del Libro Gris. Por eso es que sólo pueden ser puestas sobre Nephilim; es para eso para lo que son. Pero hay otras runas más antiguas. Magnus me contó eso. Como la Marca de Caín. Era una Marca de protección, pero no es del Libro Gris. Así que, cuando pienso en esas runas, como la runa Sin Miedo, no sé si es algo que estoy inventando yo o algo que estoy recordando…, runas más antiguas que los Cazadores de Sombras. Runas tan antiguas como los propios ángeles.
Ella pensó en la runa que Ithuriel le había mostrado, la que era tan simple como un nudo. ¿Había venido de su propia mente o de la del ángel? ¿O era algo que simplemente había existido siempre, como el mar o el cielo? Este pensamiento le hizo estremecerse.
-¿Tienes frío? –preguntó Simón.
-Sí… ¿Tú no?
-Yo ya no siento frío. –Él puso un brazo alrededor de ella, con la mano frotando su espalda con lentos círculos. Se rió con pena–. Supongo que esto probablemente no ayuda mucho, que conmigo nadie entra en calor en absoluto.
-No –dijo ____(tn)–. Quiero decir…, sí, ayuda. Estar así. –Ella subió la mirada hacia él.
Él estaba mirando hacia abajo, a la Puerta Norte, alrededor de la cual las oscuras figuras de los Submundos se aglomeraban todavía, casi inmóviles.
La luz roja de las torres demonio se reflejaba en sus ojos; se parecía a alguien en una fotografía tomada con flash. Ella podía ver las venas de un débil azul extendiéndose justo por debajo de la superficie de su piel por donde ésta era más fina: en las sienes, en la base de la clavícula. Ella sabía lo suficiente sobre vampiros para conocer que esto significaba que había pasado tiempo desde la última vez que se había alimentado.
-¿Tienes hambre?
Ahora su mirada bajó hasta ella.
-¿Temes que vaya a morderte?
-Tú sabes que tienes mi sangre a tu disposición para cuando quieras.
Un escalofrío, no de frío, le atravesó, y la apretó con más fuerza contra su costado.
-Yo nunca haría eso –dijo él. Y luego, más a la ligera añadió–. Además, ya he bebido la sangre de Nicholas… Ya me he alimentado suficiente de mis amigos.
____(tn) pensó en las cicatrices plateadas sobre un lateral de la garganta de Nicholas. Lentamente, su mente aún llena de la imagen de Nicholas, dijo:
-¿Crees que ese sea el por qué…?
-¿El por qué de qué?
-El por qué de que no te dañe la luz del sol. Quiero decir, te hacía daño antes de eso, ¿no? ¿Antes de aquella noche en el buque?
Él asintió con la cabeza a regañadientes.
La madre de sus imaginaciones se parecía muy poco a la mujer que estaba frente a ella ahora. Recordaba a Jocelyn tan dulce y artística, un poco bohemia con su bata salpicada de pintura, su cabello rojo en trenzas o sujeto con un lápiz en un moño desordenado. Esta Jocelyn era tan brillante y angulosa como un cuchillo, su cabello severamente estirado hacia atrás, sin un mechón fuera de su sitio; el riguroso negro de su equipación hacía que su rostro pareciera pálido y duro. No era su expresión la que había imaginado ____(tn): en vez de llena de alegría, había algo muy parecido al horror en la forma en la que miraba a ____(tn), con sus ojos verdes muy abiertos.
-____(tn) –respiró ella–, tus ropas.
____(tn) miró hacia abajo para verse. Llevaba puesta la equipación de Cazadora de Sombras de Amatis; exactamente lo que su madre había pasado su vida entera asegurándose de que su hija nunca tuviera que usar.
____(tn) tragó con fuerza y se puso en pie, agarrando firmemente el borde de la mesa con las manos. Podía ver cuán blancos estaban los nudillos, pero sentía las manos desconectadas de su cuerpo de algún modo, como si pertenecieran a otra persona.
Jocelyn dio unos pasos hacia ella, extendiendo los brazos.
-____(tn)…
Y ____(tn) se encontró a sí misma echándose hacia atrás, tan deprisa que golpeó la encimera con la zona de los riñones. El dolor estalló, pero ella apenas lo notaba; estaba mirando fijamente a su madre.
También lo estaba Simón, con la boca ligeramente abierta; Amatis, también, parecía anonadada. Isabelle se puso en pie, situándose entre ____(tn) y su madre. Su mano se deslizó bajo el delantal, y ____(tn) tuvo la sensación, cuando la sacó, de que estaba sosteniendo su airoso látigo electrum.
-¿Qué está pasando aquí? –exigió Isabelle–. ¿Quién eres?
Su fuerte voz vaciló ligeramente cuando pareció captar la expresión del rostro de Jocelyn; Jocelyn estaba mirándola, con la mano sobre su corazón.
-Maryse. –La voz de Jocelyn era apenas un susurro.
Isabelle parecía sobresaltada.
-¿Cómo sabes el nombre de mi madre?
El color entró en el rostro de Jocelyn con un rubor.
-Por supuesto. Eres la hija de Maryse. Es sólo… que te pareces tanto a ella. –Bajó lentamente la mano–. Soy Jocelyn Fr… Fairchild. Soy la madre de ____(tn).
Isabelle sacó la mano de debajo del delantal y echó un vistazo a ____(tn), sus ojos llenos de confusión.
-Pero no estaba en el hospital…, en Nueva York…
-Lo estaba –dijo Jocelyn con una voz más firme–, pero gracias a mi hija, estoy muy bien ahora. Y me gustaría estar un momento con ella.
-No estoy segura –dijo Amatis–, de que ella quiera un momento contigo.
–Extendió una mano y la puso sobre el hombro de Jocelyn–. Esto debe ser un shock para ella…
Jocelyn se deshizo de Amatis y se fue hacia ____(tn), extendiendo las manos.
-____(tn)…
Al final ____(tn) encontró su voz. Era una voz de frío glacial, tan enfadada que le sorprendió.
-¿Cómo has llegado aquí, Jocelyn?
Su madre se quedó parada como muerta, una mirada de incertidumbre pasó sobre su rostro.
-Utilicé un Portal justo a las afueras de la ciudad con Magnus Bane. Ayer vino en mi busca al hospital… Traía el antídoto. Él me ha contado todo lo que hiciste por mí. Todo lo que he querido desde que me desperté era verte… –Su voz se fue apagando–. ____(tn), ¿algo va mal?
-¿Por qué nunca me dijiste que tenía un hermano? –dijo ____(tn). No era lo que había esperado decir, no era lo que había planeado que tenía que salir de su boca. Pero ahí estaba.
Jocelyn dejó caer las manos.
-Pensé que estaba muerto. Pensé que sólo te haría daño saberlo.
-Déjame decirte algo, mamá –dijo ____(tn)–. Saber es mejor que no saber. En todo momento.
-Lo siento… –comenzó Jocelyn.
-¿Lo siento? –La voz de ____(tn) se elevó; era como si algo en su interior se hubiera abierto con violencia y todo se estuviera derramando, toda su amargura, toda su furia contenida–. ¿Quieres explicarme por qué nunca me dijiste que era una Cazadora de Sombras? ¿O que mi padre todavía estaba vivo? Oh, ¿y qué me dices sobre lo de pagar a Magnus para que robara mis recuerdos?
-Estaba intentando protegerte…
-Bien, ¡pues hiciste un mal trabajo! –La voz de ____(tn) se alzó–. ¿Qué esperabas que me ocurriera después de que desaparecieras? Si no hubiera sido por Nicholas y los demás, estaría muerta. Nunca me enseñaste cómo protegerme a mí misma. Nunca me dijiste lo peligrosas que eran las cosas en realidad. ¿Qué pensaste? ¿Que si no podía ver las cosas malas, eso significaba que ellas no me podían ver a mí? –Sus ojos ardían–. Tú sabías que Valentine no estaba muerto. Le dijiste a Luke que creías que todavía estaba vivo.
-Ese es el por qué de que tuviera que ocultarte –dijo Jocelyn–. No podía arriesgarme a dejar que Valentine supiera dónde estabas. No podía dejarle tocarte…
-Porque él convirtió a tu primer hijo en un monstruo –dijo ____(tn)–, y no querías que hiciera lo mismo conmigo.
Enmudecida por el horror, Jocelyn sólo pudo mirarla fijamente.
-Sí –dijo finalmente–. Sí, pero eso no es todo lo que pasó, ____(tn)…
-Robaste mis recuerdos –dijo ____(tn)–. Me los arrebataste. Me arrebataste lo que yo era.
-¡Eso no es quien tú eres! –gritó Jocelyn–. Nunca quise que eso fuera quien tú eres…
-¡No importa lo que tú quisieras! –gritó ____(tn)–. ¡Es lo que soy! ¡Me quitaste todo eso y no te pertenecía a ti!
Jocelyn estaba pálida. Las lágrimas asomaron a los ojos de ____(tn)… No podía soportar ver a su madre así, verla sufrir tanto, pero era ella la que estaba haciéndole daño…, y sabía que si abría la boca otra vez, saldrían más palabras terribles, más cosas llenas de odio y enfado. Se puso la mano sobre la boca y se fue como una flecha hacia el vestíbulo, pasando junto a su madre y junto a la mano extendida de Simón. Todo lo que quería era salir de allí. Empujando ciegamente la puerta de entrada, medio cayó fuera en la calle. Detrás de ella, alguien la llamaba, pero no se volvió. Ya estaba corriendo.
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Nicholas estaba algo sorprendido al descubrir que Sebastian había preferido dejar el caballo de los Verlac en vez de marcharse al galope la noche que huyó. Quizás él temió que Caminante pudiese ser rastreado de alguna manera.
Lo que le dio a Nicholas una cierta satisfacción al ensillar al semental y montarlo en su camino fuera de la ciudad. Lo cierto es que si Sebastian hubiera querido realmente a Caminante, no lo habría dejado atrás…, y además, el caballo no había pertenecido en realidad a Sebastian para empezar. Pero el hecho era que a Nicholas le gustaban los caballos. La última vez que había montado uno tenía diez años, pero los recuerdos, estaba él contento de notar, regresaban con rapidez.
Le había llevado a él y a ____(tn) seis horas ir caminando de la casa solariega de los Wayland a Alicante. Le llevó unas dos horas volver allí, montando casi al galope. Para cuando se detuvieron sobre la cresta de la colina que miraba a la casa y los jardines, ambos, él y el caballo, estaban cubiertos con un brillo luminoso de sudor.
Las protecciones de equivocación de camino que habían ocultado la casa se habían destruido junto con sus cimientos. Lo que quedaba de lo que una vez fue un elegante edificio era un montón de piedra ardiendo lentamente. Los jardines, quemados por los bordes ahora, todavía le traían recuerdos del tiempo que él había vivido allí cuando era niño. Estaban los rosales, despojados de sus flores ahora y ensartado de verde maleza; los bancos de piedra que estaban situados junto a los estanques vacíos; y el vacío sobre el suelo donde él había yacido con ____(tn) la noche que la casa solariega se derrumbó. Podía ver el destellar azul del lago cercano entre los árboles.
Una oleada de amargura le atrapó. Metió la mano en el bolsillo y sacó primero una estela –la había tomada “prestada” de la habitación de Alec antes de marcharse, en reemplazo de la que ____(tn) había perdido, ya que Alec siempre podría obtener otra– y luego el hilo que había tomado de la manga del abrigo de ____(tn). Lo tenía sobre la palma de la mano, manchado de rojo oscuro en un extremo. Él cerró el puño a su alrededor, con suficiente fuerza para que los huesos se distinguieran bajo su piel, y con la estela trazó una runa sobre el anverso de la mano. El escozor era más familiar que doloroso. Observó la runa hundirse en su piel como una piedra hundiéndose a través del agua, y cerró los ojos.
En vez de la parte posterior de sus párpados él vio un valle. El estaba sobre una colina mirando hacia abajo, y como si estuviera ojeando un mapa que ubicara con exactitud su localización, supo exactamente dónde estaba. Se acordó de cómo la Inquisidor había sabido exactamente dónde estaba el buque de Valentine en medio del East River y se dio cuenta, "Así es cómo lo hizo." Cada detalle estaba claro –cada brizna de hierba, el sembrado de hojas tostadas– pero no había sonido. La escena era inquietantemente silenciosa.
El valle era una herradura con un extremo más estrecho que el otro. Un brillante riel plateado de agua, un arroyo o riachuelo, corría a través de su centro y desaparecía entre las rocas en el extremo estrecho. Junto al arroyo estaba situada una casa de piedra gris, echando humo blanco por su cuadrada chimenea. Era una extraña escena pastoril, tranquila bajo la mirada azul del cielo. Mientras observaba, una figura esbelta entró en su visión. Sebastian. Ahora que ya no estaba preocupado por fingir, su arrogancia era manifiesta en la forma en la que caminaba, en el sobresalir de los hombros, en la débil sonrisilla de suficiencia de su rostro. Sebastian estaba arrodillado a un lado del arroyo y sumergía las manos en él, salpicando agua sobre su rostro y su cabello.
Nicholas abrió los ojos. Bajo él, Caminante pacía hierba con satisfacción. Nicholas devolvió la estela y el hilo a su bolsillo, y con un último vistazo a las ruinas de la casa en la que él se crió, tiró de las riendas y clavó los talones a los lados del caballo.
***********************************
____(tn) estaba tendida sobre la hierba cerca de los límites de la Colina de Gard y miraba hacia abajo, hacia Alicante, de forma taciturna. La vista desde allí era bastante espectacular, ella tenía que admitirlo. Podía inspeccionar los tejados de la ciudad, con sus elegantes esculturas y sus veletas marcadas con runas, más allá de las agujas del Salón de los Acuerdos, hacia algo que relucía a lo lejos como el canto de una moneda de plata… ¿El Lago Lyn? Las ruinas negras del Gard se cernían detrás de ella, y las torres demonio brillaban como cristal. ____(tn) pensaba que casi podía ver las protecciones, resplandeciendo como una red invisible entretejiéndose alrededor de los límites de la ciudad.
Ella bajó la mirada hacia sus manos. Había arrancado varios puñados de hierba con sus últimos accesos de enfado, y los dedos estaban pegajosos por la suciedad y la sangre donde se había roto una uña por la mitad. Una vez pasada la ira, una sensación de vacío total la sustituyó. Ella no se había dado cuenta de lo enfadada que estaba con su madre, no hasta que atravesó la puerta y ____(tn) hizo a un lado el pánico por la vida de Jocelyn y se dio cuenta de lo que yacía bajo eso. Ahora que estaba más tranquila, se preguntaba si parte de ella había querido castigar a su madre por lo que le había ocurrido a Nicholas. Si éste no hubiera sido engañado –si ambos no lo hubieran sido– entonces, quizás la sacudida de descubrir lo que le había hecho Valentine cuando era tan sólo un bebé no le habría conducido a asumir un gesto, que ____(tn) no podía remediar sentir que estaba muy cercano al suicidio.
-¿Te importa si me uno a ti?
Ella saltó sorprendida y rodó sobre un lado para mirar hacia arriba.
Simón estaba por encima de ella, con las manos en los bolsillos. Alguien – Isabelle, probablemente– le había dado una chaqueta oscura de la cosa esa negra y resistente que utilizaban los Cazadores de Sombras para sus equipaciones. Un vampiro con equipación, pensó ____(tn), preguntándose si sería el primero.
-Te has acercado sigilosamente a mí –dijo ella–. Supongo que no soy muy Cazadora de Sombras, huh.
Simón se encogió de hombros.
-Bueno, en tu defensa, me muevo con la silenciosa gracia de una pantera.
A pesar de sí misma, ____(tn) sonrió. Ella se sentó, sacudiéndose la suciedad de las manos.
-Adelante, únete a mí. Esta fiesta de deprimidos está abierta a todos.
Sentándose a su lado, Simón contempló la ciudad y dio un silbido.
-Bonita vista.
-Lo es. –____(tn) lo miró de soslayo–. ¿Cómo me has encontrado?
-Bueno, me ha llevado unas cuantas horas. –él sonrió torciendo la boca un poco–. Luego, recordé cuando solíamos pelearnos, después de primer grado, cómo te ibas y te enfurruñabas en mi tejado y mi madre tenía que bajarte.
-¿Y?
-Te conozco –dijo él–. Cuando te disgustas, te pones rumbo a las alturas.
Él le tendió algo, su abrigo verde bien doblado. Ella lo cogió y se lo puso, el pobre mostrando ya distintas señales de uso. Tenía incluso un pequeño agujero en el codo lo suficientemente grande para pasar un dedo por él.
-Gracias, Simón. –Ella entrelazó las manos alrededor de sus rodillas y miró fijamente la ciudad. El sol estaba bajo en el cielo, y las torres habían comenzado a reflejar un rosa débilmente rojizo–. ¿Te ha enviado mi madre aquí arriba a por mí?
Simón sacudió la cabeza.
-Luke, en realidad. Y sólo me pidió que te dijera que si podías regresar antes de la puesta de sol. Alguna cosa bastante importante está sucediendo.
-¿Qué tipo de cosa?
-Luke le ha dado a la Clave hasta la puesta de sol para decidir si están de acuerdo en dar a los Submundos escaños en el Concilio. Los Submundos están viniendo todos a la Puerta Norte al crepúsculo. Si la Clave accede, podrán entrar en Alicante. Si no…
-Se les despacha –finalizó ____(tn)–. Y la Clave se rinde a Valentine.
-Sí.
-Accederán –dijo ____(tn)–. Tienen que hacerlo. –Ella se abrazó las rodillas–. Nunca elegirían a Valentine. Nadie lo haría.
-Me alegra ver que tu idealismo no se ha dañado –dijo Simón, aunque su voz era ligera, ____(tn) escuchó otra voz a través de ésta. La de Nicholas, diciendo que él no era un idealista, y ella se estremeció a pesar del abrigo que llevaba.
-¿Simón? –dijo ella–. Tengo una pregunta estúpida.
-¿Cuál es?
-¿Has dormido con Isabelle?
Simón hizo un ruido ahogado. ____(tn) se giró lentamente para mirarle.
-¿Estás bien? –preguntó ella.
-Eso creo –dijo, recobrando su desenvoltura con aparente esfuerzo–. ¿Lo dices en serio?
-Bueno, estuviste fuera toda la noche.
Simón se quedó en silencio por un largo momento. Finalmente, dijo:
-No estoy seguro de que sea asunto tuyo, pero no.
-Bien –dijo ____(tn) después de una juiciosa pausa–. Supongo que tú no te aprovecharías de ella ahora que está desolada por la pena y eso.
Simón resopló.
-Si alguna vez conoces al hombre que pueda aprovecharse de Isabelle, tendrás que hacérmelo saber. Me gustaría estrecharle la mano. O huir de él muy rápido, no estoy seguro de qué.
-Entonces, no estás saliendo con Isabelle.
-____(tn) –dijo Simón–, ¿por qué me estás preguntando por Isabelle? ¿No quieres hablar acerca de tu madre? ¿O acerca de Nicholas? Izzy me ha dicho que él se fue. Sé cómo te debes estar sintiendo.
-No –dijo ____(tn)–. No, no creo que lo hagas.
-No eres la única persona que se haya sentido abandonada alguna vez. – Había un filo de impaciencia en la voz de Simón–. Supongo que sólo he pensado… Me refiero a que nunca te he visto tan enfadada. Y con tu madre. Pensaba que la echabas de menos.
-¡Por supuesto que la echaba de menos! –dijo ____(tn) dándose cuenta incluso mientras lo decía de cómo debía de haberse visto la escena de la cocina. Especialmente para su madre. Ella alejó ese pensamiento–. Es sólo que he estado tan concentrada en salvarla…, salvándola de Valentine, luego buscando una manera de curarla…, que nunca me paré a pensar en lo enfadada que estaba porque ella me hubiera mentido todos estos años. Que me ocultara todo esto, que me ocultara la verdad sobre mí. Que nunca me dejara saber quién soy en realidad.
-Pero eso no fue lo que dijiste cuando entró en la habitación –dijo Simón en voz baja–. Tú dijiste, "¿Por qué no me dijiste nunca que tenía un hermano?"
-Lo sé. –____(tn) arrancó una brizna de hierba, moviéndola entre los dedos–. Supongo que no puedo remediar el pensar que si hubiese sabido la verdad, no habría conocido a Nicholas de la forma en que lo hice. No me habría enamorado de él.
Simón se quedó en silencio un momento.
-No creo que te haya oído nunca decir eso antes.
-¿Que lo amo? –Ella se rió, pero sonaba sombrío incluso a sus oídos–. Parece inútil fingir que no, a estas alturas. Tal vez no importe. Probablemente nunca lo volveré a ver de nuevo, de todos modos.
-Él regresará.
-Tal vez.
-Regresará –dijo Simón otra vez–. Por ti.
-No lo sé. –____(tn) sacudió la cabeza.
Estaba haciendo más frío mientras el sol bajaba para tocar el filo del horizonte. Ella entrecerró los ojos, echándose hacia delante, observando fijamente.
-Simón. Mira.
Él siguió su mirada. Más allá de las protecciones, en la Puerta Norte de la ciudad, cientos de figuras oscuras congregándose, algunas reunidas en grupos, otras manteniéndose apartadas: los Submundos a los que Luke había llamado para ayudar a la ciudad, esperando pacientemente la resolución de la Clave para dejarlos entrar.
Un escalofrío bajó por la columna de ____(tn). Ella no sólo estaba situada sobre la cresta de esta colina, mirando la caída en picado hasta la ciudad allá abajo, sino al borde de una crisis, de un acontecimiento que cambiaría el funcionamiento de todo el mundo de los Cazadores de Sombras.
-Están aquí –dijo Simón casi para él mismo–. Me pregunto si eso significa que la Clave se ha decidido.
-Eso espero. –La brizna de hierba que ____(tn) había estado moviendo era un destrozado rodillo verde; la tiró a un lado y arrancó otra –No sé lo que haría si decidieran rendirse a Valentine. Tal vez pueda crear un Portal que nos lleve a todos nosotros lejos, a algún lugar en el que Valentine nunca nos encuentre. Una isla desierta o algo así.
-Está bien, yo también me hago una pregunta estúpida –dijo Simón–. Tú puedes crear runas nuevas, ¿correcto? ¿Por qué no puedes simplemente crear una para destruir a todos los demonios del mundo? ¿O para matar a Valentine?
-No funciona así –dijo ____(tn)–. Sólo puedo crear runas que puedo visualizar. La imagen completa tiene que entrar en mi cabeza, como una pintura. Cuando intento visualizar “matar a Valentine” o “controlar el mundo” o lo que sea, no obtengo ninguna imagen. Sólo ruido blanco.
-Pero, ¿de dónde crees que vienen las imágenes de las runas?
-No lo sé –dijo ____(tn)–. Todas las runas que conocen los Cazadores de Sombras vienen del Libro Gris. Por eso es que sólo pueden ser puestas sobre Nephilim; es para eso para lo que son. Pero hay otras runas más antiguas. Magnus me contó eso. Como la Marca de Caín. Era una Marca de protección, pero no es del Libro Gris. Así que, cuando pienso en esas runas, como la runa Sin Miedo, no sé si es algo que estoy inventando yo o algo que estoy recordando…, runas más antiguas que los Cazadores de Sombras. Runas tan antiguas como los propios ángeles.
Ella pensó en la runa que Ithuriel le había mostrado, la que era tan simple como un nudo. ¿Había venido de su propia mente o de la del ángel? ¿O era algo que simplemente había existido siempre, como el mar o el cielo? Este pensamiento le hizo estremecerse.
-¿Tienes frío? –preguntó Simón.
-Sí… ¿Tú no?
-Yo ya no siento frío. –Él puso un brazo alrededor de ella, con la mano frotando su espalda con lentos círculos. Se rió con pena–. Supongo que esto probablemente no ayuda mucho, que conmigo nadie entra en calor en absoluto.
-No –dijo ____(tn)–. Quiero decir…, sí, ayuda. Estar así. –Ella subió la mirada hacia él.
Él estaba mirando hacia abajo, a la Puerta Norte, alrededor de la cual las oscuras figuras de los Submundos se aglomeraban todavía, casi inmóviles.
La luz roja de las torres demonio se reflejaba en sus ojos; se parecía a alguien en una fotografía tomada con flash. Ella podía ver las venas de un débil azul extendiéndose justo por debajo de la superficie de su piel por donde ésta era más fina: en las sienes, en la base de la clavícula. Ella sabía lo suficiente sobre vampiros para conocer que esto significaba que había pasado tiempo desde la última vez que se había alimentado.
-¿Tienes hambre?
Ahora su mirada bajó hasta ella.
-¿Temes que vaya a morderte?
-Tú sabes que tienes mi sangre a tu disposición para cuando quieras.
Un escalofrío, no de frío, le atravesó, y la apretó con más fuerza contra su costado.
-Yo nunca haría eso –dijo él. Y luego, más a la ligera añadió–. Además, ya he bebido la sangre de Nicholas… Ya me he alimentado suficiente de mis amigos.
____(tn) pensó en las cicatrices plateadas sobre un lateral de la garganta de Nicholas. Lentamente, su mente aún llena de la imagen de Nicholas, dijo:
-¿Crees que ese sea el por qué…?
-¿El por qué de qué?
-El por qué de que no te dañe la luz del sol. Quiero decir, te hacía daño antes de eso, ¿no? ¿Antes de aquella noche en el buque?
Él asintió con la cabeza a regañadientes.
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
Bueno el reencuentro no fue como esperabas huh! (? :fiu:
& esperen a ver que más sucede con todo este enrollo! xD
Ahora si las leo hasta mañana! ;)
Disfruten este capi! ;)
Lu wH!;*
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
bueno pues no era como lo esperabamos :suspect:
pero si hay que reconocer que la rayiz tiene algo de cierto con su enojo y todas las cosas que le dijo a su mami :¬¬:
pero todo es tan emocionante!!!!
que decidira la Clave???
siempre me quedo con ganas de leer mas!!!!
oye Lu tu tiene el primer libro de cazadores de sombras pero sin adaptar???
es que una amiga lo quiere leer pero no lo encuentra en internet
me lo podrias pasar??
siguela!!!!!
pero si hay que reconocer que la rayiz tiene algo de cierto con su enojo y todas las cosas que le dijo a su mami :¬¬:
pero todo es tan emocionante!!!!
que decidira la Clave???
siempre me quedo con ganas de leer mas!!!!
oye Lu tu tiene el primer libro de cazadores de sombras pero sin adaptar???
es que una amiga lo quiere leer pero no lo encuentra en internet
me lo podrias pasar??
siguela!!!!!
aranzhitha
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
aranzhitha escribió:bueno pues no era como lo esperabamos :suspect:
pero si hay que reconocer que la rayiz tiene algo de cierto con su enojo y todas las cosas que le dijo a su mami :¬¬:
pero todo es tan emocionante!!!!
que decidira la Clave???
siempre me quedo con ganas de leer mas!!!!
oye Lu tu tiene el primer libro de cazadores de sombras pero sin adaptar???
es que una amiga lo quiere leer pero no lo encuentra en internet
me lo podrias pasar??
siguela!!!!!
xD bueno esperemos que pronto la rayiz & su mami estén bien! :hug:
Lo sé, cada vez se pone mejor este asunto! ;)
Veremos que sucede con todo esto!
Claro que tengo el libro! ;) & con mucho gusto te lo mando!
Solo dame el correo & yo te lo hago llegar! *.*
Ya la sigo! ;)
X
Lo sé, cada vez se pone mejor este asunto! ;)
Veremos que sucede con todo esto!
Claro que tengo el libro! ;) & con mucho gusto te lo mando!
Solo dame el correo & yo te lo hago llegar! *.*
Ya la sigo! ;)
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HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
• ARTÍCULOS DE FE - CAPITULO 16 (Parte 2) •
-Así que, ¿sucedió algo más? ¿O es sólo que bebiste su sangre?
-¿Te refieres a porque él es un Nephilim? No. No, es algo más. Tú y Nicholas…, no sois muy normales, ¿no? Quiero decir, no Cazadores de Sombras normales. Hay algo especial en vosotros. Como dijo la Reina Seelie. Fuisteis experimentos. –Él sonrió ante su aspecto de sobresalto–. No soy estúpido. Puedo relacionar estas cosas. Tú, con tus poderes de runas, y Nicholas, bueno…, nadie podría ser así de pesado sin algún tipo de ayuda sobrenatural.
-¿De verdad te disgusta tanto?
-Nicholas no me disgusta –protestó Simón–. Me refiero a que, le detestaba al principio, claro. Parecía tan prepotente y seguro de sí mismo, y tú actuabas como si él sostuviera la luna…
-No lo hacía.
-Déjame terminar, ____(tn). –Había un tono jadeante en la voz de Simón, si se pudiese decir que alguien que nunca respiraba pudiera jadear. Él sonaba como si estuviera corriendo hacia algo–. No podía decir cuánto te gustaba él, y pensaba que él te estaba utilizando, que tú sólo eras una estúpida chica mundana a la que él podía impresionar con sus trucos de Cazador de Sombras. Primero, me dije a mí mismo que tú nunca caerías en eso, y luego que, incluso si lo hacías, él se cansaría de ti al final y volverías a mí. No estoy orgulloso de eso, pero cuando estás desesperado, crees cualquier cosa, supongo. Y luego, cuando él resultó ser tu hermano, pareció como un indulto en el último minuto…, y me alegré. Me alegré incluso de ver cuánto parecía estar sufriendo él, hasta esa noche en la Corte Seelie cuando le besaste. Yo no podía ver…
-¿Ver el qué? –dijo ____(tn), incapaz de soportar la pausa.
-La manera en la que él te miraba. Lo pillé entonces. Él nunca te utilizó. Te amaba, y eso le estaba matando.
-¿Es por eso que fuiste al Dumort? –susurró ____(tn). Eso era algo que siempre quiso saber pero que nunca había sido capaz de preguntar.
-¿Debido a ti y a Nicholas? No de ninguna manera, no. Desde aquella noche en el hotel, estuve queriendo volver. Soñaba con ello. Y me despertaba fuera de la cama, vistiéndome, o ya en la calle, y sabía que quería volver al hotel. Ni siquiera se me ocurrió nunca que fuese algo sobrenatural… pensaba que era estrés postraumático o algo así. Esa noche, estaba tan agotado y enfadado, y estábamos tan cerca del hotel, y era de noche… Ni siquiera recuerdo lo que pasó. Sólo recuerdo alejarme del parque, y luego…, nada.
-Pero si no estabas enfadado conmigo…, si nosotros no te alteramos…
-No es que tuvierais mucha elección –dijo Simón–. Y no es que yo no lo supiera. Sólo puedes sepultar la verdad por un tiempo, luego emerge de nuevo. Mi error fue no contarte lo que estaba sucediendo conmigo, no contarte lo de los sueños. Pero no me arrepiento de salir contigo. Me alegro de que lo intentáramos. Y te quiero por intentarlo, incluso aunque nunca fuera a funcionar.
-Yo quería tanto que funcionara –dijo ____(tn) bajito–. Nunca quise hacerte daño.
-Yo no lo habría cambiado –dijo Simón–. No habría dejado de amarte. No, para nada. ¿Sabes que me dijo Raphael? Que yo no sabía cómo ser un buen vampiro, que los vampiros aceptan que están muertos. Pero mientras yo recuerde cómo era amarte, siempre me sentiré vivo.
-Simón…
-Mira. –Él la cortó con un gesto, sus ojos oscuros ensanchándose–. Ahí abajo.
El sol era una tajada roja sobre el horizonte; mientras ella miraba, éste parpadeó y se desvaneció, desapareciendo tras el borde oscuro del mundo. Las torres demonio de Alicante brillaron con una repentina vida incandescente. A su luz ____(tn) pudo ver la oscura multitud pululando inquietamente alrededor de la Puerta Norte.
-¿Qué está pasando? –susurró ella–. El sol se ha puesto, ¿por qué no se están abriendo las puertas?
Simón estaba inmóvil.
-La Clave –dijo él–, ellos deben de haber dicho no a Luke.
-¡Pero no pueden haber hecho eso! –La voz de ____(tn) se elevó repentinamente–. Eso significaría…
-Van a rendirse a Valentine.
-¡No pueden! –____(tn) gritó de nuevo, pero incluso mientras estaba mirando, podía ver los grupos de figuras oscuras rodeando las protecciones, volviéndose y alejándose de la ciudad, saliendo en tropel como hormigas fuera de un hormiguero destruido.
El rostro de Simón estaba cerúleo con la luz desvaneciéndose.
-Supongo –dijo él–, que realmente nos odian tanto. De verdad prefieren elegir a Valentine.
-No es odio –dijo ____(tn)–, es que tienen miedo. Incluso Valentine tuvo miedo. –Ella dijo esto sin pensar, y mientras lo decía se daba cuenta de que era verdad–. Miedo y celos.
Simón le dirigió una mirada de sorpresa.
-¿Celos?
Pero ____(tn) había vuelto al sueño que Ithuriel le había mostrado, la voz de Valentine haciendo eco en sus oídos. “Quería preguntarle por qué. Por qué nos creó, a su raza de Cazadores de Sombras, pero no nos dio los poderes que tienen los Submundos…, la velocidad de los lobos, la inmortalidad del Reino de las Hadas, la magia de los brujos, incluso la resistencia de los vampiros. Él nos dejó desprotegidos ante los huéspedes del infierno a no ser por estas líneas pintadas sobre nuestra piel. ¿Por qué deben ser sus poderes mayores que los nuestros? ¿Por qué no podemos participar de lo que ellos tienen?”
Sus labios se despegaron y bajó la mirada ciegamente hacia la ciudad.
Ella era vagamente consciente de que Simón estuviera diciendo su nombre, su mente estaba trabajando a la carrera. El ángel podía haberle mostrado cualquier cosa, pensó ella, pero había elegido mostrarle esas escenas, esos recuerdos, por una razón. Pensó en Valentine gritando, “¡Que nosotros debamos estar ligados a los Submundos, atados a esas criaturas!” Y una runa. La que había soñado. La runa tan simple como un nudo. “¿Por qué no podemos participar de lo que ellos tienen?”
-De unión –dijo ella en voz alta–. Es una runa de unión. Une la preferencia y la aversión.
-¿Qué? –Simón levantó la mirada hacia ella con confusión.
Ella se levantó tambaleándose, sacudiéndose la suciedad.
-Tengo que bajar ahí. ¿Dónde están?
-¿Dónde están quienes? ____(tn)…
-La Clave. ¿Dónde están reunidos? ¿Dónde está Luke?
Simón se puso en pie.
-En el Salón de los Acuerdos. ____(tn)…
Pero ella ya estaba corriendo hacia el sendero serpenteante que llevaba a la ciudad. Maldiciendo bajo la respiración, Simón la siguió.
“Dicen que todos los caminos llevan al Salón.” Las palabras de Sebastian golpeteaban una y otra vez en la cabeza de ____(tn) mientras bajaba a toda velocidad por las estrechas calles de Alicante. Esperaba que fuera verdad, porque si no definitivamente iba a perderse. Las calles giraban en extraños ángulos, no como las encantadoras calles cuadriculadas de Manhattan. En Manhattan siempre sabías dónde estabas. Todo estaba claramente numerado y trazado. Esto era un laberinto. Ella se lanzó como una flecha por un diminuto callejón y bajó por uno de los estrechos caminos del canal, sabiendo que si seguía el agua, finalmente saldría a la Plaza del Ángel. Para su sorpresa, el camino la llevó junto a la casa de Amatis, y entonces se encontró corriendo a toda velocidad y jadeando por una familiar calle curva y más ancha. Ésta salía a la plaza, el Salón de los Acuerdos alzándose enorme y blanco ante ella, la estatua del ángel reluciendo en el centro de la plaza. De pie al lado de la estatua estaba Simón, con los brazos cruzados, contemplándola oscuramente.
-Podrías haber esperado –dijo él.
Ella se inclinó hacia delante, las manos sobre las rodillas, recuperando la respiración.
-Tú…, realmente no puedes decir eso…, ya que llegas aquí antes que yo de todas formas.
-Velocidad de vampiro –dijo Simón con satisfacción–. Cuando volvamos a casa, debería correr en competición.
-Eso sería… hacer trampas. –Con una última respiración profunda ____(tn) se incorporó y se sacó el cabello húmedo por el sudor de los ojos–. Vamos. Vamos dentro.
El Salón estaba lleno de Cazadores de Sombras, más Cazadores de Sombras de los que ____(tn) había visto nunca antes en un solo lugar, incluso la noche del ataque de Valentine. Sus voces se alzaban en un clamor como una avalancha retumbante; la mayoría de ellos se habían reunido en vociferantes y beligerantes grupos…, el estrado estaba desierto, el mapa de Idris colgando desamparado detrás.
Ella miró alrededor buscando a Luke. Le llevó un momento encontrarle, inclinado contra un pilar con los ojos medio cerrados. Su aspecto era horrible…, medio muerto, sus hombros hundidos. Amatis estaba a su lado, apretando su hombro con preocupación. ____(tn) buscó a su alrededor, pero Jocelyn no estaba en ningún sitio donde pudiera ser vista por la multitud.
Por sólo un momento ella vaciló. Luego, pensó en Nicholas, yendo tras Valentine, haciéndolo solo, sabiendo que bien podría acabar matándose. Él sabía que era parte de esto, una parte de todo esto, y ella lo era también…, siempre lo había sido, incluso cuando no lo sabía. La adrenalina aún estaba recorriendo su percepción en agudos pinchazos, haciendo que todo pareciera más claro. Casi demasiado claro. Ella apretó la mano de Simón.
-Deséame suerte –dijo ella, y luego sus pies la llevaron hacia los escalones del estrado, casi sin volición, y entonces estuvo en pie sobre el estrado y volviendo el rostro a la multitud.
No estaba segura de lo había esperado. ¿Gritos ahogados de sorpresa? ¿Un mar de murmullos, rostros expectantes? Ellos apenas la notaron…, sólo Luke miró hacia arriba, como si la hubiera sentido allí, y se quedó congelado con aspecto de asombro en su rostro. Y había alguien que venía hacia ella a través de la multitud…, un hombre alto con huesos tan prominentes como la proa de un barco de vela.
El Cónsul Malachi. Él estaba haciéndole gestos para que bajara del estrado, sacudiendo la cabeza y gritando algo que ella no podía oír. Más Cazadores de Sombras se estaban volviendo ahora hacia ella, mientras él se abría camino entre el gentío.
____(tn) tenía lo que quería ahora, todos los ojos estaban clavados sobre ella. Oía los cuchicheos corriendo a través de la multitud: "Es ella. Es la hija de Valentine".
-Tiene razón –dijo ella, lanzando su voz tan lejos y tan alta como podía–. Yo soy la hija de Valentine. Ni siquiera sabía que él era mi padre hasta hace unas cuantas semanas. Ni siquiera sabía que él existía hasta hace unas cuantas semanas. Sé que muchos de vosotros vais a creer que no es verdad, y está bien. Creed lo que queráis. Mientras también creáis que yo sé cosas de Valentine que vosotros no sabéis, cosas que pueden ayudaros a ganar esta batalla contra él… Si tan sólo me dejarais contaros lo que es.
-Ridículo. –Malachi estaba al pie de los escalones del estrado–. Esto es ridículo. Sólo eres una chiquilla…
-Ella es la hija de Jocelyn Fairchild. –Era Patrick Penhallow.
Habiéndose abierto camino hacia el frente de la multitud, levantó una mano–. Deja que la chica dé su opinión, Malachi.
La muchedumbre estaba zumbando.
-Tú –dijo ____(tn) al Cónsul–. Tú y el Inquisidor metisteis a mi amigo Simón en prisión…
Malachi adoptó una mueca desdeñosa.
-¿Tu amigo el vampiro?
-Él me dijo que le preguntasteis qué le había sucedido al buque de Valentine esa noche en el East River. Vosotros pensasteis que Valentine debió hacer algo, algún tipo de magia negra. Bien, pues no lo hizo. Si queréis saber qué destruyó ese barco, la respuesta soy yo. Yo lo hice.
La risa de incredulidad de Malachi era el eco de otras tantas en la multitud. Luke estaba mirándola, sacudiendo la cabeza pero ____(tn) prosiguió.
-Lo hice con una runa –dijo–. Era una runa tan fuerte que hizo que el barco se partiera en pedazos. Puedo crear nuevas runas. No sólo las que están en el Libro Gris. Runas nunca vistas antes por nadie…, runas poderosas…
-Es suficiente –rugió Malachi–. Esto es ridículo. Nadie puede crear runas nuevas. Es de una total imposibilidad. –Él se volvió a la multitud–. Al igual que su padre, esta chica no es más que una mentirosa.
-Ella no está mintiendo. –La voz procedía de la parte de atrás de la muchedumbre. Era clara, fuerte y llena de determinación. La multitud se volvió y ____(tn) vio quien había hablado: era Alec. Éste estaba con Isabelle a un lado y Magnus al otro. Simón estaba con ellos, así como Maryse Lightwood. Conformaban un pequeño grupo de aspecto decidido enfrene de las puertas.
-Yo la he visto crear una runa. Ella incluso la utilizó en mí. Funcionó.
-Estás mintiendo –dijo el Cónsul, pero la duda había empezado a aparecer sigilosamente en sus ojos–, para proteger a tu amiga…
-Realmente, Malachi –dijo Maryse de forma seca–. ¿Por qué mentiría mi hijo en algo así, cuando la verdad puede ser descubierta tan fácilmente? Dadle a la chica una estela y dejadle crear una runa.
Un murmullo de asentimiento recorrió el Salón. Patrick Penhallow dio unos pasos hacia delante y alargó una estela a ____(tn). Ella la tomó con gratitud y se giró de nuevo a la multitud.
Su boca estaba seca. La adrenalina aún estaba corriendo por sus venas, pero ésta no era suficiente para ahogar completamente su miedo al público. ¿Qué se suponía que tenía que hacer? ¿Qué tipo de runa podría crear que convenciera a aquella muchedumbre de que estaba diciendo la verdad? ¿Qué les demostraría la verdad?
Ella levantó entonces la mirada, a través de la multitud, y vio a Simón con los Lightwood, mirándola desde el otro extremo del espacio vacío que los separaba. Era la misma manera en la que le había mirado Nicholas en la casa solariega. Era el hilo que ataba a estos dos chicos a los que ella quería tanto, pensó, su punto en común: ambos creían en ella incluso cuando ella misma no creía.
Mirar a Simón y pensar en Nicholas, ella bajó la estela y arrastró su punta ardiente contra el interior de su muñeca, donde latía su pulso. No miraba hacia abajo mientras estaba haciéndolo, sino que dibujaba ciegamente, confiando en sí misma y en la estela para crear la runa que necesitaba. Dibujaba débilmente, suavemente…, la necesitaría sólo para un momento…, pero sin una segunda vacilación. Y cuando estuvo hecha, elevó la cabeza y abrió los ojos.
Lo primero que vio fue a Malachi. Su rostro se había vuelto blanco y se estaba echando hacia atrás lejos de ella con mirada de horror. Él dijo algo, una palabra en un idioma que ella no reconocía, y luego, detrás de él vio a Luke, mirándola fijamente, su boca ligeramente abierta.
-¿Jocelyn? –dijo Luke.
Ella sacudió la cabeza hacia él, sólo ligeramente, alzó la vista a la multitud. Era un borrón de rostros que subía y bajaba de intensidad mientras ella miraba. Algunos estaban sonriendo, otros miraban a su alrededor con sorpresa, otros volviéndose hacia la persona que tenían a su lado. Unos cuantos tenían expresiones de horror o de asombro con las manos puestas sobre sus bocas. Ella vio a Alec mirar rápidamente a Magnus, y luego a ella con incredulidad, a Simón que parecía confundido, y luego a Amatis avanzando hacia el frente, abriéndose camino a empujones junto a la mole de Patrick Penhallow y encaramándose al borde del estrado.
-¡Stephen! –dijo ella alzando la mirada a ____(tn) con una especie de asombro deslumbrado–. ¡Stephen!
-Oh –dijo ____(tn)–. Oh, Amatis, no.
Y entonces ella sintió la runa mágica resbalándose de ella, como si se estuviera despojando de una prenda fina e invisible. El ansioso rostro de Amatis decayó, y ésta se echó hacia atrás alejándose del estrado, su expresión medio alicaída, medio asombrada.
____(tn) miró hacia la multitud. Estaban totalmente en silencio, todos los rostros vueltos hacia ella.
-Sé exactamente lo habéis visto todos –dijo ella–, y sé que sabéis que este tipo de magia está más allá de cualquier glamour o ilusión. Y la he hecho con una runa, una sola runa, una runa que he creado yo. Hay una razón por la que tengo esta capacidad, y sé que puede que no os guste o incluso que no la creáis, pero eso no importa. Lo que importa es que puedo ayudaros a ganar esta batalla contra Valentine, si me dejáis.
-No habrá batalla contra Valentine –dijo Malachi. Él no la miraba a los ojos mientras hablaba–. La Clave ha decidido. Estamos de acuerdo con las condiciones de Valentine y depondremos las armas mañana por la mañana. -No podéis hacer eso –dijo ella, su voz presentaba un matiz de desesperación–. ¿Creéis que todo irá bien si simplemente os rendís? ¿Creéis que Valentine os dejará seguir viviendo como lo hacíais hasta ahora? ¿Creéis que él limitará su matanza a los demonios y los Submundos? –Ella recorrió la sala con la mirada–. La mayoría de vosotros no ha visto a Valentine en quince años. Quizás habéis olvidado cómo es él realmente. Pero yo lo sé. Le he oído hablar de sus planes. Vosotros creéis que todavía podréis vivir vuestras vidas bajo el gobierno de Valentine, pero no os será posible. Os controlará completamente, porque siempre podrá amenazaros con destruiros con los Instrumentos Mortales. Comenzará con los Submundos, por supuesto. Pero luego irá a por la Clave. Los matará a ellos primero porque piensa que son débiles y corruptos. Luego, comenzará con todo aquel que tenga un Submundo en su familia. Quizás un hermano hombre lobo –sus ojos se posaron sobre Amatis–, o una rebelde hija adolescente que sale con el ocasional caballero del reino de las hadas –su ojos fueron a los Lightwood–, o cualquiera que alguna vez se haya hecho amigo de un Submundo. Y luego, dará caza a cualquiera que alguna vez haya contratado los servicios de un brujo. ¿Cuántos de vosotros seríais?
-Eso son tonterías –dijo Malachi secamente–. Valentine no está interesado en destruir a lo Nephilim.
-Pero él piensa que cualquiera que esté vinculado a un Submundo no merece ser llamado Nephilim –insistió ____(tn)–. Mirad, vuestra guerra no es contra Valentine. Es contra los demonios. Mantener a los demonios fuera de este mundo es vuestro cometido, un mandato del cielo. Y un mandato del cielo no es algo que simplemente puedes ignorar. Los Submundos odian a los demonios también. Ellos también los destruyen. Si Valentine hace su voluntad, pasará tanto tiempo tratando de asesinar a todo Submundo, y todo Cazador de Sombras que alguna vez haya estado vinculado con ellos, que se olvidará totalmente de los demonios, así como vosotros, porque estaréis muy ocupados temiendo a Valentine. Y ellos invadirán el mundo, y eso será todo.
-Veo a dónde lleva esto –dijo Malachi apretando los dientes–. Nosotros no lucharemos al lado de Submundos en el servicio de una batalla que posiblemente no podemos ganar…
-Pero podéis ganarla –dijo ____(tn)–. Podéis. –Su garganta estaba seca, la cabeza doliéndole y los rostros de la multitud ante ella parecían unirse en un borrón sin rasgos distintivos, salpicado aquí y allá por suaves explosiones de luz blanca. "Pero ahora no puedes parar. Tienes que continuar. Tienes que intentarlo"–. Mi padre odia a los Submundos porque está celoso de ellos –continuó ella, las palabras tropezándose unas con otras–. Celoso y temeroso de todas las cosas que ellos pueden hacer y él no puede. Él odia que de algunas maneras ellos sean más poderosos que los Nephilim, y apostaría a que él no es el único. Es fácil sentir miedo por algo de lo que no participas. –Tomó aliento–. Pero, ¿y si pudierais compartirlo? ¿Y si yo pudiera hacer una runa que pudiese atar a cada uno de vosotros, a cada Cazador de Sombras, con un Submundo que luche a su lado, y pudierais compartir sus poderes? Podríais curar con la rapidez de un vampiro, ser tan fuertes como un hombre lobo o tan veloces como un caballero del reino de las hadas. Y ellos, a su vez, podrían compartir vuestro entrenamiento, vuestra destreza para la lucha. Podríais ser una fuerza invencible…, si me dejáis marcaros, y si lucháis junto a los Submundos. Porque si no lucháis a su lado, las runas no funcionarán. –Ella hizo una pausa–. Por favor –dijo, pero las palabras fueron casi inaudibles fuera de su garganta seca–. Por favor dejadme marcaros.
Sus palabras cayeron en un resonante silencio. El mundo se movía en un borrón cambiante, y ella se dio cuenta de que había pronunciado la última mitad de su discurso mirando hacia arriba, al techo del Salón y que las suaves explosiones blancas que había visto eran las estrellas saliendo en el cielo nocturno, una por una. El silencio continuó y continuó mientras sus manos, a los lados, se curvaban lentamente hasta hacerse puños. Y luego lentamente, muy lentamente, ella bajó la vista y se encontró con los ojos de la multitud que le devolvía la mirada.
-¿Te refieres a porque él es un Nephilim? No. No, es algo más. Tú y Nicholas…, no sois muy normales, ¿no? Quiero decir, no Cazadores de Sombras normales. Hay algo especial en vosotros. Como dijo la Reina Seelie. Fuisteis experimentos. –Él sonrió ante su aspecto de sobresalto–. No soy estúpido. Puedo relacionar estas cosas. Tú, con tus poderes de runas, y Nicholas, bueno…, nadie podría ser así de pesado sin algún tipo de ayuda sobrenatural.
-¿De verdad te disgusta tanto?
-Nicholas no me disgusta –protestó Simón–. Me refiero a que, le detestaba al principio, claro. Parecía tan prepotente y seguro de sí mismo, y tú actuabas como si él sostuviera la luna…
-No lo hacía.
-Déjame terminar, ____(tn). –Había un tono jadeante en la voz de Simón, si se pudiese decir que alguien que nunca respiraba pudiera jadear. Él sonaba como si estuviera corriendo hacia algo–. No podía decir cuánto te gustaba él, y pensaba que él te estaba utilizando, que tú sólo eras una estúpida chica mundana a la que él podía impresionar con sus trucos de Cazador de Sombras. Primero, me dije a mí mismo que tú nunca caerías en eso, y luego que, incluso si lo hacías, él se cansaría de ti al final y volverías a mí. No estoy orgulloso de eso, pero cuando estás desesperado, crees cualquier cosa, supongo. Y luego, cuando él resultó ser tu hermano, pareció como un indulto en el último minuto…, y me alegré. Me alegré incluso de ver cuánto parecía estar sufriendo él, hasta esa noche en la Corte Seelie cuando le besaste. Yo no podía ver…
-¿Ver el qué? –dijo ____(tn), incapaz de soportar la pausa.
-La manera en la que él te miraba. Lo pillé entonces. Él nunca te utilizó. Te amaba, y eso le estaba matando.
-¿Es por eso que fuiste al Dumort? –susurró ____(tn). Eso era algo que siempre quiso saber pero que nunca había sido capaz de preguntar.
-¿Debido a ti y a Nicholas? No de ninguna manera, no. Desde aquella noche en el hotel, estuve queriendo volver. Soñaba con ello. Y me despertaba fuera de la cama, vistiéndome, o ya en la calle, y sabía que quería volver al hotel. Ni siquiera se me ocurrió nunca que fuese algo sobrenatural… pensaba que era estrés postraumático o algo así. Esa noche, estaba tan agotado y enfadado, y estábamos tan cerca del hotel, y era de noche… Ni siquiera recuerdo lo que pasó. Sólo recuerdo alejarme del parque, y luego…, nada.
-Pero si no estabas enfadado conmigo…, si nosotros no te alteramos…
-No es que tuvierais mucha elección –dijo Simón–. Y no es que yo no lo supiera. Sólo puedes sepultar la verdad por un tiempo, luego emerge de nuevo. Mi error fue no contarte lo que estaba sucediendo conmigo, no contarte lo de los sueños. Pero no me arrepiento de salir contigo. Me alegro de que lo intentáramos. Y te quiero por intentarlo, incluso aunque nunca fuera a funcionar.
-Yo quería tanto que funcionara –dijo ____(tn) bajito–. Nunca quise hacerte daño.
-Yo no lo habría cambiado –dijo Simón–. No habría dejado de amarte. No, para nada. ¿Sabes que me dijo Raphael? Que yo no sabía cómo ser un buen vampiro, que los vampiros aceptan que están muertos. Pero mientras yo recuerde cómo era amarte, siempre me sentiré vivo.
-Simón…
-Mira. –Él la cortó con un gesto, sus ojos oscuros ensanchándose–. Ahí abajo.
El sol era una tajada roja sobre el horizonte; mientras ella miraba, éste parpadeó y se desvaneció, desapareciendo tras el borde oscuro del mundo. Las torres demonio de Alicante brillaron con una repentina vida incandescente. A su luz ____(tn) pudo ver la oscura multitud pululando inquietamente alrededor de la Puerta Norte.
-¿Qué está pasando? –susurró ella–. El sol se ha puesto, ¿por qué no se están abriendo las puertas?
Simón estaba inmóvil.
-La Clave –dijo él–, ellos deben de haber dicho no a Luke.
-¡Pero no pueden haber hecho eso! –La voz de ____(tn) se elevó repentinamente–. Eso significaría…
-Van a rendirse a Valentine.
-¡No pueden! –____(tn) gritó de nuevo, pero incluso mientras estaba mirando, podía ver los grupos de figuras oscuras rodeando las protecciones, volviéndose y alejándose de la ciudad, saliendo en tropel como hormigas fuera de un hormiguero destruido.
El rostro de Simón estaba cerúleo con la luz desvaneciéndose.
-Supongo –dijo él–, que realmente nos odian tanto. De verdad prefieren elegir a Valentine.
-No es odio –dijo ____(tn)–, es que tienen miedo. Incluso Valentine tuvo miedo. –Ella dijo esto sin pensar, y mientras lo decía se daba cuenta de que era verdad–. Miedo y celos.
Simón le dirigió una mirada de sorpresa.
-¿Celos?
Pero ____(tn) había vuelto al sueño que Ithuriel le había mostrado, la voz de Valentine haciendo eco en sus oídos. “Quería preguntarle por qué. Por qué nos creó, a su raza de Cazadores de Sombras, pero no nos dio los poderes que tienen los Submundos…, la velocidad de los lobos, la inmortalidad del Reino de las Hadas, la magia de los brujos, incluso la resistencia de los vampiros. Él nos dejó desprotegidos ante los huéspedes del infierno a no ser por estas líneas pintadas sobre nuestra piel. ¿Por qué deben ser sus poderes mayores que los nuestros? ¿Por qué no podemos participar de lo que ellos tienen?”
Sus labios se despegaron y bajó la mirada ciegamente hacia la ciudad.
Ella era vagamente consciente de que Simón estuviera diciendo su nombre, su mente estaba trabajando a la carrera. El ángel podía haberle mostrado cualquier cosa, pensó ella, pero había elegido mostrarle esas escenas, esos recuerdos, por una razón. Pensó en Valentine gritando, “¡Que nosotros debamos estar ligados a los Submundos, atados a esas criaturas!” Y una runa. La que había soñado. La runa tan simple como un nudo. “¿Por qué no podemos participar de lo que ellos tienen?”
-De unión –dijo ella en voz alta–. Es una runa de unión. Une la preferencia y la aversión.
-¿Qué? –Simón levantó la mirada hacia ella con confusión.
Ella se levantó tambaleándose, sacudiéndose la suciedad.
-Tengo que bajar ahí. ¿Dónde están?
-¿Dónde están quienes? ____(tn)…
-La Clave. ¿Dónde están reunidos? ¿Dónde está Luke?
Simón se puso en pie.
-En el Salón de los Acuerdos. ____(tn)…
Pero ella ya estaba corriendo hacia el sendero serpenteante que llevaba a la ciudad. Maldiciendo bajo la respiración, Simón la siguió.
********************************
“Dicen que todos los caminos llevan al Salón.” Las palabras de Sebastian golpeteaban una y otra vez en la cabeza de ____(tn) mientras bajaba a toda velocidad por las estrechas calles de Alicante. Esperaba que fuera verdad, porque si no definitivamente iba a perderse. Las calles giraban en extraños ángulos, no como las encantadoras calles cuadriculadas de Manhattan. En Manhattan siempre sabías dónde estabas. Todo estaba claramente numerado y trazado. Esto era un laberinto. Ella se lanzó como una flecha por un diminuto callejón y bajó por uno de los estrechos caminos del canal, sabiendo que si seguía el agua, finalmente saldría a la Plaza del Ángel. Para su sorpresa, el camino la llevó junto a la casa de Amatis, y entonces se encontró corriendo a toda velocidad y jadeando por una familiar calle curva y más ancha. Ésta salía a la plaza, el Salón de los Acuerdos alzándose enorme y blanco ante ella, la estatua del ángel reluciendo en el centro de la plaza. De pie al lado de la estatua estaba Simón, con los brazos cruzados, contemplándola oscuramente.
-Podrías haber esperado –dijo él.
Ella se inclinó hacia delante, las manos sobre las rodillas, recuperando la respiración.
-Tú…, realmente no puedes decir eso…, ya que llegas aquí antes que yo de todas formas.
-Velocidad de vampiro –dijo Simón con satisfacción–. Cuando volvamos a casa, debería correr en competición.
-Eso sería… hacer trampas. –Con una última respiración profunda ____(tn) se incorporó y se sacó el cabello húmedo por el sudor de los ojos–. Vamos. Vamos dentro.
El Salón estaba lleno de Cazadores de Sombras, más Cazadores de Sombras de los que ____(tn) había visto nunca antes en un solo lugar, incluso la noche del ataque de Valentine. Sus voces se alzaban en un clamor como una avalancha retumbante; la mayoría de ellos se habían reunido en vociferantes y beligerantes grupos…, el estrado estaba desierto, el mapa de Idris colgando desamparado detrás.
Ella miró alrededor buscando a Luke. Le llevó un momento encontrarle, inclinado contra un pilar con los ojos medio cerrados. Su aspecto era horrible…, medio muerto, sus hombros hundidos. Amatis estaba a su lado, apretando su hombro con preocupación. ____(tn) buscó a su alrededor, pero Jocelyn no estaba en ningún sitio donde pudiera ser vista por la multitud.
Por sólo un momento ella vaciló. Luego, pensó en Nicholas, yendo tras Valentine, haciéndolo solo, sabiendo que bien podría acabar matándose. Él sabía que era parte de esto, una parte de todo esto, y ella lo era también…, siempre lo había sido, incluso cuando no lo sabía. La adrenalina aún estaba recorriendo su percepción en agudos pinchazos, haciendo que todo pareciera más claro. Casi demasiado claro. Ella apretó la mano de Simón.
-Deséame suerte –dijo ella, y luego sus pies la llevaron hacia los escalones del estrado, casi sin volición, y entonces estuvo en pie sobre el estrado y volviendo el rostro a la multitud.
No estaba segura de lo había esperado. ¿Gritos ahogados de sorpresa? ¿Un mar de murmullos, rostros expectantes? Ellos apenas la notaron…, sólo Luke miró hacia arriba, como si la hubiera sentido allí, y se quedó congelado con aspecto de asombro en su rostro. Y había alguien que venía hacia ella a través de la multitud…, un hombre alto con huesos tan prominentes como la proa de un barco de vela.
El Cónsul Malachi. Él estaba haciéndole gestos para que bajara del estrado, sacudiendo la cabeza y gritando algo que ella no podía oír. Más Cazadores de Sombras se estaban volviendo ahora hacia ella, mientras él se abría camino entre el gentío.
____(tn) tenía lo que quería ahora, todos los ojos estaban clavados sobre ella. Oía los cuchicheos corriendo a través de la multitud: "Es ella. Es la hija de Valentine".
-Tiene razón –dijo ella, lanzando su voz tan lejos y tan alta como podía–. Yo soy la hija de Valentine. Ni siquiera sabía que él era mi padre hasta hace unas cuantas semanas. Ni siquiera sabía que él existía hasta hace unas cuantas semanas. Sé que muchos de vosotros vais a creer que no es verdad, y está bien. Creed lo que queráis. Mientras también creáis que yo sé cosas de Valentine que vosotros no sabéis, cosas que pueden ayudaros a ganar esta batalla contra él… Si tan sólo me dejarais contaros lo que es.
-Ridículo. –Malachi estaba al pie de los escalones del estrado–. Esto es ridículo. Sólo eres una chiquilla…
-Ella es la hija de Jocelyn Fairchild. –Era Patrick Penhallow.
Habiéndose abierto camino hacia el frente de la multitud, levantó una mano–. Deja que la chica dé su opinión, Malachi.
La muchedumbre estaba zumbando.
-Tú –dijo ____(tn) al Cónsul–. Tú y el Inquisidor metisteis a mi amigo Simón en prisión…
Malachi adoptó una mueca desdeñosa.
-¿Tu amigo el vampiro?
-Él me dijo que le preguntasteis qué le había sucedido al buque de Valentine esa noche en el East River. Vosotros pensasteis que Valentine debió hacer algo, algún tipo de magia negra. Bien, pues no lo hizo. Si queréis saber qué destruyó ese barco, la respuesta soy yo. Yo lo hice.
La risa de incredulidad de Malachi era el eco de otras tantas en la multitud. Luke estaba mirándola, sacudiendo la cabeza pero ____(tn) prosiguió.
-Lo hice con una runa –dijo–. Era una runa tan fuerte que hizo que el barco se partiera en pedazos. Puedo crear nuevas runas. No sólo las que están en el Libro Gris. Runas nunca vistas antes por nadie…, runas poderosas…
-Es suficiente –rugió Malachi–. Esto es ridículo. Nadie puede crear runas nuevas. Es de una total imposibilidad. –Él se volvió a la multitud–. Al igual que su padre, esta chica no es más que una mentirosa.
-Ella no está mintiendo. –La voz procedía de la parte de atrás de la muchedumbre. Era clara, fuerte y llena de determinación. La multitud se volvió y ____(tn) vio quien había hablado: era Alec. Éste estaba con Isabelle a un lado y Magnus al otro. Simón estaba con ellos, así como Maryse Lightwood. Conformaban un pequeño grupo de aspecto decidido enfrene de las puertas.
-Yo la he visto crear una runa. Ella incluso la utilizó en mí. Funcionó.
-Estás mintiendo –dijo el Cónsul, pero la duda había empezado a aparecer sigilosamente en sus ojos–, para proteger a tu amiga…
-Realmente, Malachi –dijo Maryse de forma seca–. ¿Por qué mentiría mi hijo en algo así, cuando la verdad puede ser descubierta tan fácilmente? Dadle a la chica una estela y dejadle crear una runa.
Un murmullo de asentimiento recorrió el Salón. Patrick Penhallow dio unos pasos hacia delante y alargó una estela a ____(tn). Ella la tomó con gratitud y se giró de nuevo a la multitud.
Su boca estaba seca. La adrenalina aún estaba corriendo por sus venas, pero ésta no era suficiente para ahogar completamente su miedo al público. ¿Qué se suponía que tenía que hacer? ¿Qué tipo de runa podría crear que convenciera a aquella muchedumbre de que estaba diciendo la verdad? ¿Qué les demostraría la verdad?
Ella levantó entonces la mirada, a través de la multitud, y vio a Simón con los Lightwood, mirándola desde el otro extremo del espacio vacío que los separaba. Era la misma manera en la que le había mirado Nicholas en la casa solariega. Era el hilo que ataba a estos dos chicos a los que ella quería tanto, pensó, su punto en común: ambos creían en ella incluso cuando ella misma no creía.
Mirar a Simón y pensar en Nicholas, ella bajó la estela y arrastró su punta ardiente contra el interior de su muñeca, donde latía su pulso. No miraba hacia abajo mientras estaba haciéndolo, sino que dibujaba ciegamente, confiando en sí misma y en la estela para crear la runa que necesitaba. Dibujaba débilmente, suavemente…, la necesitaría sólo para un momento…, pero sin una segunda vacilación. Y cuando estuvo hecha, elevó la cabeza y abrió los ojos.
Lo primero que vio fue a Malachi. Su rostro se había vuelto blanco y se estaba echando hacia atrás lejos de ella con mirada de horror. Él dijo algo, una palabra en un idioma que ella no reconocía, y luego, detrás de él vio a Luke, mirándola fijamente, su boca ligeramente abierta.
-¿Jocelyn? –dijo Luke.
Ella sacudió la cabeza hacia él, sólo ligeramente, alzó la vista a la multitud. Era un borrón de rostros que subía y bajaba de intensidad mientras ella miraba. Algunos estaban sonriendo, otros miraban a su alrededor con sorpresa, otros volviéndose hacia la persona que tenían a su lado. Unos cuantos tenían expresiones de horror o de asombro con las manos puestas sobre sus bocas. Ella vio a Alec mirar rápidamente a Magnus, y luego a ella con incredulidad, a Simón que parecía confundido, y luego a Amatis avanzando hacia el frente, abriéndose camino a empujones junto a la mole de Patrick Penhallow y encaramándose al borde del estrado.
-¡Stephen! –dijo ella alzando la mirada a ____(tn) con una especie de asombro deslumbrado–. ¡Stephen!
-Oh –dijo ____(tn)–. Oh, Amatis, no.
Y entonces ella sintió la runa mágica resbalándose de ella, como si se estuviera despojando de una prenda fina e invisible. El ansioso rostro de Amatis decayó, y ésta se echó hacia atrás alejándose del estrado, su expresión medio alicaída, medio asombrada.
____(tn) miró hacia la multitud. Estaban totalmente en silencio, todos los rostros vueltos hacia ella.
-Sé exactamente lo habéis visto todos –dijo ella–, y sé que sabéis que este tipo de magia está más allá de cualquier glamour o ilusión. Y la he hecho con una runa, una sola runa, una runa que he creado yo. Hay una razón por la que tengo esta capacidad, y sé que puede que no os guste o incluso que no la creáis, pero eso no importa. Lo que importa es que puedo ayudaros a ganar esta batalla contra Valentine, si me dejáis.
-No habrá batalla contra Valentine –dijo Malachi. Él no la miraba a los ojos mientras hablaba–. La Clave ha decidido. Estamos de acuerdo con las condiciones de Valentine y depondremos las armas mañana por la mañana. -No podéis hacer eso –dijo ella, su voz presentaba un matiz de desesperación–. ¿Creéis que todo irá bien si simplemente os rendís? ¿Creéis que Valentine os dejará seguir viviendo como lo hacíais hasta ahora? ¿Creéis que él limitará su matanza a los demonios y los Submundos? –Ella recorrió la sala con la mirada–. La mayoría de vosotros no ha visto a Valentine en quince años. Quizás habéis olvidado cómo es él realmente. Pero yo lo sé. Le he oído hablar de sus planes. Vosotros creéis que todavía podréis vivir vuestras vidas bajo el gobierno de Valentine, pero no os será posible. Os controlará completamente, porque siempre podrá amenazaros con destruiros con los Instrumentos Mortales. Comenzará con los Submundos, por supuesto. Pero luego irá a por la Clave. Los matará a ellos primero porque piensa que son débiles y corruptos. Luego, comenzará con todo aquel que tenga un Submundo en su familia. Quizás un hermano hombre lobo –sus ojos se posaron sobre Amatis–, o una rebelde hija adolescente que sale con el ocasional caballero del reino de las hadas –su ojos fueron a los Lightwood–, o cualquiera que alguna vez se haya hecho amigo de un Submundo. Y luego, dará caza a cualquiera que alguna vez haya contratado los servicios de un brujo. ¿Cuántos de vosotros seríais?
-Eso son tonterías –dijo Malachi secamente–. Valentine no está interesado en destruir a lo Nephilim.
-Pero él piensa que cualquiera que esté vinculado a un Submundo no merece ser llamado Nephilim –insistió ____(tn)–. Mirad, vuestra guerra no es contra Valentine. Es contra los demonios. Mantener a los demonios fuera de este mundo es vuestro cometido, un mandato del cielo. Y un mandato del cielo no es algo que simplemente puedes ignorar. Los Submundos odian a los demonios también. Ellos también los destruyen. Si Valentine hace su voluntad, pasará tanto tiempo tratando de asesinar a todo Submundo, y todo Cazador de Sombras que alguna vez haya estado vinculado con ellos, que se olvidará totalmente de los demonios, así como vosotros, porque estaréis muy ocupados temiendo a Valentine. Y ellos invadirán el mundo, y eso será todo.
-Veo a dónde lleva esto –dijo Malachi apretando los dientes–. Nosotros no lucharemos al lado de Submundos en el servicio de una batalla que posiblemente no podemos ganar…
-Pero podéis ganarla –dijo ____(tn)–. Podéis. –Su garganta estaba seca, la cabeza doliéndole y los rostros de la multitud ante ella parecían unirse en un borrón sin rasgos distintivos, salpicado aquí y allá por suaves explosiones de luz blanca. "Pero ahora no puedes parar. Tienes que continuar. Tienes que intentarlo"–. Mi padre odia a los Submundos porque está celoso de ellos –continuó ella, las palabras tropezándose unas con otras–. Celoso y temeroso de todas las cosas que ellos pueden hacer y él no puede. Él odia que de algunas maneras ellos sean más poderosos que los Nephilim, y apostaría a que él no es el único. Es fácil sentir miedo por algo de lo que no participas. –Tomó aliento–. Pero, ¿y si pudierais compartirlo? ¿Y si yo pudiera hacer una runa que pudiese atar a cada uno de vosotros, a cada Cazador de Sombras, con un Submundo que luche a su lado, y pudierais compartir sus poderes? Podríais curar con la rapidez de un vampiro, ser tan fuertes como un hombre lobo o tan veloces como un caballero del reino de las hadas. Y ellos, a su vez, podrían compartir vuestro entrenamiento, vuestra destreza para la lucha. Podríais ser una fuerza invencible…, si me dejáis marcaros, y si lucháis junto a los Submundos. Porque si no lucháis a su lado, las runas no funcionarán. –Ella hizo una pausa–. Por favor –dijo, pero las palabras fueron casi inaudibles fuera de su garganta seca–. Por favor dejadme marcaros.
Sus palabras cayeron en un resonante silencio. El mundo se movía en un borrón cambiante, y ella se dio cuenta de que había pronunciado la última mitad de su discurso mirando hacia arriba, al techo del Salón y que las suaves explosiones blancas que había visto eran las estrellas saliendo en el cielo nocturno, una por una. El silencio continuó y continuó mientras sus manos, a los lados, se curvaban lentamente hasta hacerse puños. Y luego lentamente, muy lentamente, ella bajó la vista y se encontró con los ojos de la multitud que le devolvía la mirada.
OMJ! OMJ! OMJ! OMJ!
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
La rayiz es tan super poderosa! (? xD
Esperemos que acepten el trato que les da! *.*
& así puedan acabar con Valentine de una vez por todas!
:twisted: :twisted: :twisted: :twisted: :twisted: :twisted:
Disfruten el capi, vuelvo más tarde con más nove! :)
Lu wH!;*
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
OMJ! OMJ! OMJ! OMJ!
eso es que darse corto!!!!!! :wut:
todo lo que hizo y dijo!!!!!
ahora si que saben todos cuan poderosa es!!!!!
entonces lo que hizo con la runa
fue que los demás vieron a sus seres queridos?? :suspect:
awww que emoción se viene lo mejor!!!!!!!!
que van a decidir todos???
siguela!!!!
eso es que darse corto!!!!!! :wut:
todo lo que hizo y dijo!!!!!
ahora si que saben todos cuan poderosa es!!!!!
entonces lo que hizo con la runa
fue que los demás vieron a sus seres queridos?? :suspect:
awww que emoción se viene lo mejor!!!!!!!!
que van a decidir todos???
siguela!!!!
aranzhitha
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
oh por cierto te mando mi correo por mensaje privado :P
aranzhitha
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
:wut: TIIIENNEENN QUE DECIIRR QUE SIIII!!!
AAAAII ___ DIO CON EL CLAVOO!!!!!....
OJALA Y SI LE HAGAN CAASOOO!!!!...
MIS POBRES UÑITAS NO PUEDEN CRECEEEERRR!!!!!!
JAJAJAJ PERO NO IMPORTAAAAAAA!!!!
ESTA NOVE ME TIENE EN SUSPENSOOOO!!!!
AAAII SIGUELAA PORFIISSS
AAAAII ___ DIO CON EL CLAVOO!!!!!....
OJALA Y SI LE HAGAN CAASOOO!!!!...
MIS POBRES UÑITAS NO PUEDEN CRECEEEERRR!!!!!!
JAJAJAJ PERO NO IMPORTAAAAAAA!!!!
ESTA NOVE ME TIENE EN SUSPENSOOOO!!!!
AAAII SIGUELAA PORFIISSS
chelis
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
aranzhitha escribió:OMJ! OMJ! OMJ! OMJ!
eso es que darse corto!!!!!! :wut:
todo lo que hizo y dijo!!!!!
ahora si que saben todos cuan poderosa es!!!!!
entonces lo que hizo con la runa
fue que los demás vieron a sus seres queridos?? :suspect:
awww que emoción se viene lo mejor!!!!!!!!
que van a decidir todos???
siguela!!!!
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
Fue genial verdad! ;)
La rayiz rockea! ;) :twisted:
Sip, eso es lo que hizo!
Siiiiiiiiiiiiii ya viene la parte interesante!
Veremos que sucede! :suspect:
\^.^/
Ya la sigo! ;)
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
aranzhitha escribió:oh por cierto te mando mi correo por mensaje privado :P
Sip, ya te lo mande, lo recibiste ya! (?
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
chelis escribió: :wut: TIIIENNEENN QUE DECIIRR QUE SIIII!!!
AAAAII ___ DIO CON EL CLAVOO!!!!!....
OJALA Y SI LE HAGAN CAASOOO!!!!...
MIS POBRES UÑITAS NO PUEDEN CRECEEEERRR!!!!!!
JAJAJAJ PERO NO IMPORTAAAAAAA!!!!
ESTA NOVE ME TIENE EN SUSPENSOOOO!!!!
AAAII SIGUELAA PORFIISSS
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
Esperemos que digan que si! :scratch:
JAJAJAJ lo siento por tus uñas, debería de ponerte postizas!
Recuerda que aún tenemos 2 libros por delante! :fiu:
#JustSayin' :suspect:
\^.^/
Ya la sigo! ;)
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HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
aranzhitha escribió:siguela!!!
\^.^/
Ya la sigo! ;)
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HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
• EL RELATO DE LA CAZADORA DE SOMBRAS - CAPITULO 17 (Parte 1) •
____(tn) se sentó sobre los escalones superiores del Salón de los Acuerdos, vislumbrando la Plaza del Ángel. La luna había salido más temprano y era completamente visible sobre los tejados de las casas. Las torres demonio reflejaban su luz blanca plateada. La oscuridad ocultaba bien las cicatrices y moratones de la ciudad; parecía tranquila bajo el cielo nocturno…, si uno no miraba hacia la Colina del Gard y el perfil de las ruinas de la ciudadela. Los guardias patrullaban la plaza allá abajo, apareciendo y desapareciendo cuando entraban y salían de la iluminación de los faroles de luz mágica.
Éstos ignoraban la presencia de ____(tn) con aplicación.
Unos cuantos escalones abajo su Simón estaba andando de un lado para otro, sus pasos completamente insonoros. Tenía las manos en los bolsillos, y cuando se volvió al final de las escaleras para caminar de nuevo hacia ella, la luz de la luna brilló sobre su pálida piel como si fuera una superficie reflectante.
-Deja de dar vueltas –le dijo ella–. Sólo me estás poniendo más nerviosa.
-Lo siento.
-Me siento como si hubiéramos estado aquí fuera desde siempre. –____(tn) forzó sus oídos, pero no pudo oír más que el murmullo apagado de muchas voces a través de las puertas dobles cerradas del Salón–. ¿Puedes oír lo que están diciendo dentro?
Simón medio cerró los ojos; parecía estar fuertemente concentrado.
-Un poco –dijo él después de una pausa.
-Ojalá estuviera dentro –dijo ____(tn) golpeando los talones contra los escalones con irritación. Luke le había pedido que esperase fuera, en las puertas, mientras la Clave deliberaba; él quería enviar a Amatis fuera con ella, pero Simón había insistido en ir en su lugar, diciendo que sería mejor tener a Amatis dentro, apoyando a ____(tn)–. Ojalá formara parte de la reunión.
-No –dijo Simón–. No lo deseas.
Ella sabía por qué Luke le había pedido que esperase fuera. Podía imaginar lo que estaban diciendo de ella ahí dentro. Mentirosa. Fenómeno. Idiota. Loca. Estúpida. Monstruo. Hija de Valentine. Quizás era mejor quedarse fuera del Salón, pero la tensión de la espera de una decisión de la Clave era casi dolorosa.
-Tal vez pueda escalar por uno de esos –dijo Simón, mirando los gruesos pilares blancos que sostenían el tejado inclinado del Salón. Había runas esculpidas sobre ellos en diseños entrelazados, pero por lo demás no se veían más puntos de agarre–. Es una forma de desahogarse.
-Oh, vamos –dijo ____(tn)–. Eres un vampiro, no Spider-Man.
La única respuesta de Simón fue subir corriendo con gran ligereza las molduras de la base de un pilar. Él lo contempló pensativamente por un momento antes de poner las manos sobre él y empezar a escalar. ____(tn) lo observó con la boca abierta, mientras las yemas de sus dedos y sus pies encontraban agarres imposibles sobre la piedra desnuda.
-¡Eres Spider-Man! –exclamó ella.
Simón echó una ojeada hacia abajo desde su posición, a mitad de camino del pilar.
-Eso te convierte en Mary Jane. Ella es pelirroja –dijo él. Echó una ojeada a la ciudad frunciendo el ceño–. Esperaba poder ver la Puerta Norte desde aquí, pero no estoy suficientemente alto.
____(tn) sabía por qué quería ver la puerta. Habían sido enviados mensajeros allí para pedir a los Submundos que esperaran mientras la
Clave deliberaba, y ____(tn) sólo podía esperar que ellos estuvieran dispuestos a hacerlo. Y si lo estaban, ¿cómo estaría la cosa allí fuera? ____(tn) se imaginaba a la muchedumbre esperando, pululando, especulando…
Las puertas dobles del Salón hicieron un chasquido al abrirse. Una figura delgada se deslizó por el resquicio, cerró la puerta y se volvió para dirigirse a ____(tn). Ella estaba en la sombra, y sólo cuando avanzó, acercándose a la luz mágica que iluminaba los peldaños, ____(tn) vio el resplandor brillante de su pelo rojo y reconoció a su madre.
Jocelyn miró hacia arriba con expresión de desconcierto.
-Bueno, hola Simón. Me alegro de verte… adaptado.
Simón se soltó del pilar y se dejó caer, aterrizando con suavidad junto a la base. Parecía ligeramente avergonzado.
-Hola, Señora Fray.
-No sé si tiene algún sentido llamarme así ahora –dijo la madre de ____(tn)–. Quizás deberías llamarme sólo Jocelyn. –Ella vaciló–. Tú sabes, extraña como es esta… situación…, es bueno verte aquí con ____(tn). No puedo recordar la última vez que estuvisteis separados.
Simón parecía sumamente avergonzado.
-Yo también me alegro de verla.
-Gracias, Simón. –Jocelyn dirigió una mirada a su hija–. Y ahora, ____(tn), ¿estaría bien que habláramos un momento? ¿A solas?
____(tn), sentada inmóvil por un largo momento, miraba a su madre. Era difícil no sentir que estaba mirando a una extraña. Sentía la garganta tensa, casi demasiado tensa para hablar. Ella echó un vistazo a Simón, que estaba esperando claramente una señal de ella que le dijera si quedarse o irse. Ella hizo una señal.
-Okey.
Simón le devolvió a ____(tn) un asentimiento alentador antes de desaparecer en el interior del Salón. ____(tn) se giró y miró fijamente la plaza, observando a los guardias hacer sus rondas, mientras Jocelyn venía y se sentaba junto a ella. Una parte de ____(tn) quería inclinarse a un lado y poner la cabeza sobre el hombro de su madre. Incluso podría cerrar los ojos, fingir que todo estaba bien. La otra parte de ella sabía que eso no cambiaría las cosas; ella no podía mantener los ojos cerrados para siempre.
-____(tn) –dijo Jocelyn al final, muy suavemente–. Lo siento mucho.
____(tn) bajó la mirada a sus manos. Ella todavía estaba, se dio cuenta, sosteniendo la estela de Patrick Penhallow. Esperaba que éste no pensara que ella quería robarla.
-Nunca creí que volviera a ver este lugar –continuó Jocelyn.
____(tn) robó una mirada de soslayo a su madre y vio que estaba contemplando la ciudad, las torres demonio arrojando su pálida luz blanquecina.
-He soñado con esto algunas veces. Incluso he querido pintarlo, pintar mis recuerdos de ello, pero no podía hacer eso. Pensaba que si alguna vez veías los cuadros, podías hacer preguntas, podías preguntarte cómo habían entrado esas imágenes en mi cabeza. Tenía tanto miedo de que descubrieras de dónde soy realmente. Quién era yo realmente.
-Y lo he hecho, ahora.
-Y lo has hecho ahora. –Jocelyn sonaba melancólica–. Y tienes toda la razón para odiarme.
-Yo no te odio, mamá –dijo ____(tn)–. Yo sólo…
-No confías en mí –dijo Jocelyn –No puedo culparte. Debería haberte dicho la verdad.
Tocó el hombro de ____(tn) con suavidad y pareció animarse cuando ____(tn) no se apartó.
-Puedo decirte que lo hice para protegerte, pero sé cómo debe sonar eso. Estaba ahí, justo ahora, en el Salón, viéndote…
-¿Estabas allí? –____(tn) estaba sorprendida–. No te vi.
-Estaba muy al fondo del Salón. Luke me dijo que no viniera a la reunión, que mi presencia sólo alteraría a todos y lo estropearía todo, y probablemente tenía razón, pero quería tanto estar allí. Me colé después de que empezara la reunión y me oculté en las sombras. Pero estaba allí. Y sólo quería decirte…
-¿Qué me he puesto en ridículo? –dijo ____(tn) con amargura–. Ya sabía eso.
-No. Quería decirte que estoy orgullosa de ti.
____(tn) se giró bruscamente para mirar a su madre.
-¿Lo estás?
Jocelyn asintió con la cabeza.
-Por supuesto que lo estoy. La forma en la que te has puesto en pie frente a la Clave. La manera en la que les has demostrado lo que puedes hacer. Les has hecho mirarte a ti y ver a la persona que más aman del mundo, ¿verdad?
-Sí –dijo ____(tn)–. ¿Cómo lo has sabido?
-Porque les oía llamándote por diferentes nombres –dijo Jocelyn suavemente–, pero yo aún te veía a ti.
-Oh. –____(tn) bajó la mirada a los pies–. Bueno, todavía no estoy segura de que me crean respecto a las runas. Me refiero a que, tengo la esperanza, pero…
-¿Puedo verlo? –preguntó Jocelyn.
-¿Ver el qué?
-La runa. La que has creado para enlazar a los Cazadores de Sombras y a los Submundos. –Ella vaciló–. Si no puedes mostrármela…
-No, está bien.
Con la estela ____(tn) trazó las líneas de la runa que el ángel le había mostrado sobre el escalón de mármol del Salón de los Acuerdos, y ésta resplandecía con líneas de oro caliente mientras las dibujaba. Era una runa robusta, un mapa de líneas curvas entrelazadas en una matriz de otras rectas. Simple y compleja al mismo tiempo. ____(tn) sabía ahora por qué de algún modo le había parecido inacabada cuando la había visualizado antes: necesitaba una runa complementaria para hacerla funcionar. Una gemela. Una pareja.
-Alianza –dijo ella retirando la estela–, así es como la llamo.
Jocelyn observaba en silencio mientras la runa brillaba y se apagaba, dejando leves líneas negras sobre la piedra.
-Cuando era joven –dijo finalmente–, luché con tanta fuerza por unir a Submundos y Cazadores de Sombras, por proteger los Acuerdos. Pensaba que estaba persiguiendo una especie de sueño…, algo que la mayoría de los Cazadores de Sombras apenas podían imaginar. Y ahora tú lo has hecho concreto, literal y real. –Ella parpadeó con fuerza–. Me he dado cuenta de algo, viéndote ahí en el Salón. Tú sabes, todos estos años he tratado de protegerte ocultándote. Por eso detestaba que fueras a Pandemonium. Yo sabía que era un lugar donde los Submundos y los mundanos se mezclaban…, y eso significaba que allí habría Cazadores de Sombras. Imaginaba que era algo en tu sangre lo que tiraba de ti hacia ese lugar, algo que reconocía el mundo de las sombras incluso sin tu Visión. Pensé que estarías a salvo si tan sólo conseguía mantener ese mundo escondido para ti. Nunca pensé en intentar protegerte ayudándote a ser más fuerte y a luchar. –Ella sonaba triste–. Pero, de algún modo, tú has conseguido ser fuerte de todas maneras. Suficientemente fuerte para que yo te cuente la verdad, si todavía quieres oírla.
-No lo sé. –____(tn) pensaba en las imágenes que el ángel le había enseñado, lo terribles que habían sido–. Pensaba que estaba enfadada contigo por mentirme. Pero no estoy segura de que quiera descubrir más cosas horribles.
-Hablé con Luke. Él cree que deberías saber lo que tengo que contarte. La historia completa. Todo. Cosas que nunca he contado a nadie, que nunca conté ni tan siquiera a él. No puedo prometerte que toda la verdad sea agradable. Pero es la verdad.
“La Ley es dura, pero es la Ley”. Ella le debía a Nicholas el descubrir la verdad tanto como a sí misma. ____(tn) apretó con más fuerza la estela en la mano, sus nudillos poniéndose blancos.
-Quiero saberlo todo.
-Todo… –Jocelyn tomó aire profundamente–. Ni siquiera sé por dónde empezar.
-¿Qué te parece empezar por cómo pudiste casarte con Valentine? ¿Cómo pudiste casarte con un hombre como ese, hacerle mi padre…? Es un monstruo.
-No. Él es un hombre. No es un buen hombre. Pero si quieres saber por qué me casé con él, fue porque lo amaba.
-No puedes haberle querido –dijo ____(tn)–. Nadie podría.
-Yo tenía tu edad cuando me enamoré de él –dijo Jocelyn–. Pensaba que era perfecto… Brillante, inteligente, maravilloso, divertido, encantador. Lo sé, me estás mirando como si hubiera perdido la cabeza. Tú sólo conoces a Valentine de la manera que es ahora. No puedes imaginar que fuera así. Cuando estábamos juntos en la escuela, todos le amábamos. Él parecía emanar luz de alguna manera, como si hubiera alguna parte especial e intensamente iluminada en el universo a la que sólo él tuviera acceso, y si nosotros teníamos suerte, él podía compartirla con nosotros, aunque fuera sólo un poco. Todas las chicas le amaban, y yo pensaba que no tenía ninguna oportunidad. No había nada especial en mí. Ni siquiera era popular; Luke era uno de mis amigos más próximos, y pasaba la mayor parte del tiempo con él. Pero aun así, no sé por qué, Valentine me eligió.
"Asqueroso", quiso decir ____(tn). Pero se contuvo. Quizás era la tristeza en la voz de su madre, mezclada con arrepentimiento. Quizás era lo que había dicho sobre Valentine mamando luz. ____(tn) había pensado lo mismo sobre Nicholas antes, y entonces se sintió estúpida por pensarlo. Pero, tal vez todos los que estaban enamorados sentían de esa manera.
-Okey –dijo ella–. Lo pillo. Pero tenías dieciséis años entonces. Eso no significaba que tuvieras que casarte con él más tarde.
-Tenía dieciocho cuando me casé. Él diecinueve –dijo Jocelyn con un tono de total naturalidad.
-Oh, Dios mío –dijo ____(tn) con horror–. Tú me matarías si quisiera casarme con dieciocho años.
-Lo haría –estuvo de acuerdo Jocelyn–. Pero los Cazadores de Sombras tienen tendencia a casarse más temprano que los mundanos. Su…, nuestra…, esperanza de vida es más corta; muchos de nosotros mueren de muertes violentas. Tendemos a hacerlo todo más temprano por eso. Aun así, era joven para casarme. Sin embargo, mi familia estaba feliz por mí…, incluso Luke estaba feliz por mí. Todos pensaban que Valentine era un muchacho maravilloso. Y lo era, lo sé, sólo un muchacho entonces. La única persona que alguna vez me dijo que no debería casarme con él fue Madeleine. Nosotras habíamos sido amigas en el colegio, pero cuando le dije que estaba prometida, ella dijo que Valentine era egoísta y odioso, que su encanto enmascaraba una terrible amoralidad. Me dije a mí misma que ella estaba celosa.
-¿Lo estaba?
-No –dijo Jocelyn–, ella estaba diciendo la verdad. Sólo que yo no quise oírla. –Bajó la mirada a sus manos.
-Pero tú lo lamentaste –dijo ____(tn)–. Después de casarte con él, sentiste haberlo hecho, ¿verdad?
-____(tn) –dijo Jocelyn. Ella sonaba cansada–. Fuimos felices. Al menos durante los primeros años. Fuimos a vivir a la casa solariega de mis padres, donde yo crecí; Valentine no quería estar en la ciudad, y quería que el resto del Círculo evitara Alicante y también los entrometidos ojos de la Clave. Los Wayland vivían en la casa solariega que estaba a sólo una milla o dos de la nuestra, y habían otros cerca…, los Lightwood, los Penhallow. Era como estar en el centro del mundo, con toda esa actividad girando alrededor nuestro, toda esa pasión, y en todo ello estuve yo al lado de Valentine. Él nunca me hizo sentir apartada o intrascendente. No, yo era una pieza clave del Círculo. Era una de los pocos en cuya opinión él confiaba. Me decía una y otra vez que sin mí, él no podría hacer nada de aquello. Sin mí, él no sería nada.
-¿Él decía eso? –____(tn) no podía imaginar a Valentine diciendo nada así, nada que le hiciera sonar… vulnerable.
-Lo hacía, pero no era verdad. Valentine no podía no ser nada. Había nacido para ser un líder, para ser el centro de una revolución. Más y más conversos venían a él. Eran arrastrados por su pasión y la brillantez de sus ideas. Rara vez hablaba de Submundos en aquellos primeros días. Todo iba sobre reformar la Clave, cambiar leyes que eran antiguas, estrictas y erróneas. Valentine decía que debería haber más Cazadores de Sombras, más para luchar contra los demonios, más Institutos, que nosotros deberíamos preocuparnos menos por ocultarnos y más por proteger el mundo de la clase demoniaca. Que deberíamos andar con la frente bien alta y con orgullo por el mundo. Era seductora, su visión: un mundo lleno de Cazadores de Sombras, donde los demonios corrían asustados y los mundanos, en vez de creer que no existíamos, nos dieran las gracias por lo que hacíamos por ellos. Éramos jóvenes; creíamos que el gracias era importante. No sabíamos. –Jocelyn tomó aire profundamente, como si estuviera sumergida bajo agua–. Entonces, me quedé embarazada. ____(tn) sintió una punzada de frío en su nuca y de repente, ella no podía haber dicho por qué, ya no estaba segura de que quisiera la verdad de su madre, ya no estaba segura de que quisiera oír, otra vez, cómo Valentine había vuelto a Nicholas un monstruo.
-Mamá…
Jocelyn sacudió la cabeza ciegamente.
-Me preguntaste por qué nunca te conté que tenías un hermano. Este es el por qué. –Ella respiró irregularmente–. Fui tan feliz cuando lo supe. Y Valentine… Siempre había querido ser padre, eso decía él. Para entrenar a su hijo en ser un guerrero de la manera que lo había entrenado su padre a él. “O tu hija”, dije yo, y él sonrió y dijo que una hija podía ser un guerrero exactamente igual de bueno que un chico, y que sería feliz en cualquiera de los casos. Yo pensé que todo era perfecto.
Y entonces, Luke fue mordido por un hombre lobo. Te habrán contado que hay una posibilidad entre dos de que un mordisco contagie la licantropía. Yo creo que es más bien tres entre cuatro. Rara vez he visto a alguien escapar de la dolencia, y Luke no fue una excepción. A la siguiente luna llena él cambió. Estaba ahí sobre nuestro umbral por la mañana, cubierto de sangre, sus ropas convertidas en harapos. Yo quise consolarle, pero Valentine me empujó a un lado. “Jocelyn”, dijo él, “el bebé”. Como si Luke fuera a correr hacia mí y arrancarme el bebé de la barriga. Era Luke, pero Valentine me apartó y arrastró a Luke escaleras abajo y lo llevó hacia el bosque. Cuando vino de vuelta mucho más tarde, estaba solo. Corrí hacia él, pero me dijo que Luke se había suicidado en la desesperación por su licantropía. Que él estaba… muerto.
La pena profunda en la voz de Jocelyn era cruda y patente, pensó ____(tn), incluso ahora, cuando ella sabía que Luke no había muerto. Pero ____(tn) recordó su propio dolor cuando ella sostuvo a Simón mientras moría en los escalones del Instituto. Había algunos sentimientos que nunca olvidabas.
-Pero él le dio a Luke un cuchillo –dijo ____(tn) en voz baja –Le dijo que él mismo se quitara la vida. Hizo al marido de Amatis divorciarse de ella, sólo porque su hermano se había convertido en un hombre lobo.
-Yo no lo sabía –dijo Jocelyn–. Después de que Luke muriera, fue como si hubiera caído en un pozo oscuro. Pasé meses en mi dormitorio, durmiendo todo el tiempo, comiendo sólo por el bebé. Los mundanos habrían llamado a lo que yo tenía depresión, pero los Cazadores de Sombras no tienen ese tipo de términos. Valentine creía que estaba teniendo dificultades con el embarazo. Dijo a todo el mundo que estaba enferma. Yo estaba enferma… No podía dormir. Seguía pensando que oía ruidos extraños, gritos en la noche. Valentine me daba preparados para dormir, pero éstos sólo me producían pesadillas. Sueños terribles en los que Valentine me inmovilizaba, trataba de clavarme un cuchillo o en los que yo me ahogaba por un veneno. Por la mañana estaba agotada, y dormía todo el día. No tenía ni idea de lo que era salir al exterior, ni idea de que él hubiera obligado a Stephen a divorciarse de Amatis y casarse con Céline. Yo estaba aturdida. Y entonces… –Jocelyn juntó las manos anudándolas sobre las rodillas. Le estaban temblando–. Y entonces, tuve al bebé.
Ella se quedó en silencio, durante tanto tiempo que ____(tn) se preguntó si iría a hablar otra vez. Jocelyn miraba sin ver hacia las torres demonio, golpeando con los dedos un tatuaje nervudo en sus rodillas. Finalmente, dijo:
-Mi madre estaba conmigo cuando nació el bebé. Tú nunca la conociste. A tu abuela. Era una mujer tan afable. Te habría gustado. Ella me pasó a mi hijo, y al principio, lo único que supe era que él encajaba perfectamente en mis brazos, que la manta que le envolvía era suave y que era tan pequeño y delicado, con un solo mechón de cabello rubio en la parte superior de la cabeza. Y entonces abrió los ojos.
La voz de Jocelyn era plana, casi sin entonación, aun así ____(tn) se encontró temblando, llena de pavor ante lo que su madre podía contarle a continuación. "No", quería decir ella, "No me lo cuentes". Pero Jocelyn continuó, las palabras manaron de ella como veneno frío.
-El terror me inundó. Aquello fue como ser bañada en ácido…, mi piel parecía arder sobre los huesos, y todo lo que pude hacer era no dejar caer al bebé y empezar a gritar. Se dice que toda madre reconoce instintivamente a su propio hijo. Supongo que lo contrario también es verdad. Cada nervio de mi cuerpo estaba gritando que ese no era mi bebé, que era algo horrible y antinatural, tan inhumano como un parásito. ¿Cómo podía mi madre no verlo? Al contrario, estaba sonriéndome como si no pasara nada malo.“Su nombre es Jonathan”, dijo una voz desde la entrada. Subí la mirada y vi a Valentine contemplando la escena que tenía ante él con una mirada de placer. El bebé abrió los ojos otra vez, como si reconociera el sonido de su nombre. Sus ojos eran negros, negros como la noche, insondables como túneles excavados en su cráneo. No había nada en absoluto humano en ellos.
Éstos ignoraban la presencia de ____(tn) con aplicación.
Unos cuantos escalones abajo su Simón estaba andando de un lado para otro, sus pasos completamente insonoros. Tenía las manos en los bolsillos, y cuando se volvió al final de las escaleras para caminar de nuevo hacia ella, la luz de la luna brilló sobre su pálida piel como si fuera una superficie reflectante.
-Deja de dar vueltas –le dijo ella–. Sólo me estás poniendo más nerviosa.
-Lo siento.
-Me siento como si hubiéramos estado aquí fuera desde siempre. –____(tn) forzó sus oídos, pero no pudo oír más que el murmullo apagado de muchas voces a través de las puertas dobles cerradas del Salón–. ¿Puedes oír lo que están diciendo dentro?
Simón medio cerró los ojos; parecía estar fuertemente concentrado.
-Un poco –dijo él después de una pausa.
-Ojalá estuviera dentro –dijo ____(tn) golpeando los talones contra los escalones con irritación. Luke le había pedido que esperase fuera, en las puertas, mientras la Clave deliberaba; él quería enviar a Amatis fuera con ella, pero Simón había insistido en ir en su lugar, diciendo que sería mejor tener a Amatis dentro, apoyando a ____(tn)–. Ojalá formara parte de la reunión.
-No –dijo Simón–. No lo deseas.
Ella sabía por qué Luke le había pedido que esperase fuera. Podía imaginar lo que estaban diciendo de ella ahí dentro. Mentirosa. Fenómeno. Idiota. Loca. Estúpida. Monstruo. Hija de Valentine. Quizás era mejor quedarse fuera del Salón, pero la tensión de la espera de una decisión de la Clave era casi dolorosa.
-Tal vez pueda escalar por uno de esos –dijo Simón, mirando los gruesos pilares blancos que sostenían el tejado inclinado del Salón. Había runas esculpidas sobre ellos en diseños entrelazados, pero por lo demás no se veían más puntos de agarre–. Es una forma de desahogarse.
-Oh, vamos –dijo ____(tn)–. Eres un vampiro, no Spider-Man.
La única respuesta de Simón fue subir corriendo con gran ligereza las molduras de la base de un pilar. Él lo contempló pensativamente por un momento antes de poner las manos sobre él y empezar a escalar. ____(tn) lo observó con la boca abierta, mientras las yemas de sus dedos y sus pies encontraban agarres imposibles sobre la piedra desnuda.
-¡Eres Spider-Man! –exclamó ella.
Simón echó una ojeada hacia abajo desde su posición, a mitad de camino del pilar.
-Eso te convierte en Mary Jane. Ella es pelirroja –dijo él. Echó una ojeada a la ciudad frunciendo el ceño–. Esperaba poder ver la Puerta Norte desde aquí, pero no estoy suficientemente alto.
____(tn) sabía por qué quería ver la puerta. Habían sido enviados mensajeros allí para pedir a los Submundos que esperaran mientras la
Clave deliberaba, y ____(tn) sólo podía esperar que ellos estuvieran dispuestos a hacerlo. Y si lo estaban, ¿cómo estaría la cosa allí fuera? ____(tn) se imaginaba a la muchedumbre esperando, pululando, especulando…
Las puertas dobles del Salón hicieron un chasquido al abrirse. Una figura delgada se deslizó por el resquicio, cerró la puerta y se volvió para dirigirse a ____(tn). Ella estaba en la sombra, y sólo cuando avanzó, acercándose a la luz mágica que iluminaba los peldaños, ____(tn) vio el resplandor brillante de su pelo rojo y reconoció a su madre.
Jocelyn miró hacia arriba con expresión de desconcierto.
-Bueno, hola Simón. Me alegro de verte… adaptado.
Simón se soltó del pilar y se dejó caer, aterrizando con suavidad junto a la base. Parecía ligeramente avergonzado.
-Hola, Señora Fray.
-No sé si tiene algún sentido llamarme así ahora –dijo la madre de ____(tn)–. Quizás deberías llamarme sólo Jocelyn. –Ella vaciló–. Tú sabes, extraña como es esta… situación…, es bueno verte aquí con ____(tn). No puedo recordar la última vez que estuvisteis separados.
Simón parecía sumamente avergonzado.
-Yo también me alegro de verla.
-Gracias, Simón. –Jocelyn dirigió una mirada a su hija–. Y ahora, ____(tn), ¿estaría bien que habláramos un momento? ¿A solas?
____(tn), sentada inmóvil por un largo momento, miraba a su madre. Era difícil no sentir que estaba mirando a una extraña. Sentía la garganta tensa, casi demasiado tensa para hablar. Ella echó un vistazo a Simón, que estaba esperando claramente una señal de ella que le dijera si quedarse o irse. Ella hizo una señal.
-Okey.
Simón le devolvió a ____(tn) un asentimiento alentador antes de desaparecer en el interior del Salón. ____(tn) se giró y miró fijamente la plaza, observando a los guardias hacer sus rondas, mientras Jocelyn venía y se sentaba junto a ella. Una parte de ____(tn) quería inclinarse a un lado y poner la cabeza sobre el hombro de su madre. Incluso podría cerrar los ojos, fingir que todo estaba bien. La otra parte de ella sabía que eso no cambiaría las cosas; ella no podía mantener los ojos cerrados para siempre.
-____(tn) –dijo Jocelyn al final, muy suavemente–. Lo siento mucho.
____(tn) bajó la mirada a sus manos. Ella todavía estaba, se dio cuenta, sosteniendo la estela de Patrick Penhallow. Esperaba que éste no pensara que ella quería robarla.
-Nunca creí que volviera a ver este lugar –continuó Jocelyn.
____(tn) robó una mirada de soslayo a su madre y vio que estaba contemplando la ciudad, las torres demonio arrojando su pálida luz blanquecina.
-He soñado con esto algunas veces. Incluso he querido pintarlo, pintar mis recuerdos de ello, pero no podía hacer eso. Pensaba que si alguna vez veías los cuadros, podías hacer preguntas, podías preguntarte cómo habían entrado esas imágenes en mi cabeza. Tenía tanto miedo de que descubrieras de dónde soy realmente. Quién era yo realmente.
-Y lo he hecho, ahora.
-Y lo has hecho ahora. –Jocelyn sonaba melancólica–. Y tienes toda la razón para odiarme.
-Yo no te odio, mamá –dijo ____(tn)–. Yo sólo…
-No confías en mí –dijo Jocelyn –No puedo culparte. Debería haberte dicho la verdad.
Tocó el hombro de ____(tn) con suavidad y pareció animarse cuando ____(tn) no se apartó.
-Puedo decirte que lo hice para protegerte, pero sé cómo debe sonar eso. Estaba ahí, justo ahora, en el Salón, viéndote…
-¿Estabas allí? –____(tn) estaba sorprendida–. No te vi.
-Estaba muy al fondo del Salón. Luke me dijo que no viniera a la reunión, que mi presencia sólo alteraría a todos y lo estropearía todo, y probablemente tenía razón, pero quería tanto estar allí. Me colé después de que empezara la reunión y me oculté en las sombras. Pero estaba allí. Y sólo quería decirte…
-¿Qué me he puesto en ridículo? –dijo ____(tn) con amargura–. Ya sabía eso.
-No. Quería decirte que estoy orgullosa de ti.
____(tn) se giró bruscamente para mirar a su madre.
-¿Lo estás?
Jocelyn asintió con la cabeza.
-Por supuesto que lo estoy. La forma en la que te has puesto en pie frente a la Clave. La manera en la que les has demostrado lo que puedes hacer. Les has hecho mirarte a ti y ver a la persona que más aman del mundo, ¿verdad?
-Sí –dijo ____(tn)–. ¿Cómo lo has sabido?
-Porque les oía llamándote por diferentes nombres –dijo Jocelyn suavemente–, pero yo aún te veía a ti.
-Oh. –____(tn) bajó la mirada a los pies–. Bueno, todavía no estoy segura de que me crean respecto a las runas. Me refiero a que, tengo la esperanza, pero…
-¿Puedo verlo? –preguntó Jocelyn.
-¿Ver el qué?
-La runa. La que has creado para enlazar a los Cazadores de Sombras y a los Submundos. –Ella vaciló–. Si no puedes mostrármela…
-No, está bien.
Con la estela ____(tn) trazó las líneas de la runa que el ángel le había mostrado sobre el escalón de mármol del Salón de los Acuerdos, y ésta resplandecía con líneas de oro caliente mientras las dibujaba. Era una runa robusta, un mapa de líneas curvas entrelazadas en una matriz de otras rectas. Simple y compleja al mismo tiempo. ____(tn) sabía ahora por qué de algún modo le había parecido inacabada cuando la había visualizado antes: necesitaba una runa complementaria para hacerla funcionar. Una gemela. Una pareja.
-Alianza –dijo ella retirando la estela–, así es como la llamo.
Jocelyn observaba en silencio mientras la runa brillaba y se apagaba, dejando leves líneas negras sobre la piedra.
-Cuando era joven –dijo finalmente–, luché con tanta fuerza por unir a Submundos y Cazadores de Sombras, por proteger los Acuerdos. Pensaba que estaba persiguiendo una especie de sueño…, algo que la mayoría de los Cazadores de Sombras apenas podían imaginar. Y ahora tú lo has hecho concreto, literal y real. –Ella parpadeó con fuerza–. Me he dado cuenta de algo, viéndote ahí en el Salón. Tú sabes, todos estos años he tratado de protegerte ocultándote. Por eso detestaba que fueras a Pandemonium. Yo sabía que era un lugar donde los Submundos y los mundanos se mezclaban…, y eso significaba que allí habría Cazadores de Sombras. Imaginaba que era algo en tu sangre lo que tiraba de ti hacia ese lugar, algo que reconocía el mundo de las sombras incluso sin tu Visión. Pensé que estarías a salvo si tan sólo conseguía mantener ese mundo escondido para ti. Nunca pensé en intentar protegerte ayudándote a ser más fuerte y a luchar. –Ella sonaba triste–. Pero, de algún modo, tú has conseguido ser fuerte de todas maneras. Suficientemente fuerte para que yo te cuente la verdad, si todavía quieres oírla.
-No lo sé. –____(tn) pensaba en las imágenes que el ángel le había enseñado, lo terribles que habían sido–. Pensaba que estaba enfadada contigo por mentirme. Pero no estoy segura de que quiera descubrir más cosas horribles.
-Hablé con Luke. Él cree que deberías saber lo que tengo que contarte. La historia completa. Todo. Cosas que nunca he contado a nadie, que nunca conté ni tan siquiera a él. No puedo prometerte que toda la verdad sea agradable. Pero es la verdad.
“La Ley es dura, pero es la Ley”. Ella le debía a Nicholas el descubrir la verdad tanto como a sí misma. ____(tn) apretó con más fuerza la estela en la mano, sus nudillos poniéndose blancos.
-Quiero saberlo todo.
-Todo… –Jocelyn tomó aire profundamente–. Ni siquiera sé por dónde empezar.
-¿Qué te parece empezar por cómo pudiste casarte con Valentine? ¿Cómo pudiste casarte con un hombre como ese, hacerle mi padre…? Es un monstruo.
-No. Él es un hombre. No es un buen hombre. Pero si quieres saber por qué me casé con él, fue porque lo amaba.
-No puedes haberle querido –dijo ____(tn)–. Nadie podría.
-Yo tenía tu edad cuando me enamoré de él –dijo Jocelyn–. Pensaba que era perfecto… Brillante, inteligente, maravilloso, divertido, encantador. Lo sé, me estás mirando como si hubiera perdido la cabeza. Tú sólo conoces a Valentine de la manera que es ahora. No puedes imaginar que fuera así. Cuando estábamos juntos en la escuela, todos le amábamos. Él parecía emanar luz de alguna manera, como si hubiera alguna parte especial e intensamente iluminada en el universo a la que sólo él tuviera acceso, y si nosotros teníamos suerte, él podía compartirla con nosotros, aunque fuera sólo un poco. Todas las chicas le amaban, y yo pensaba que no tenía ninguna oportunidad. No había nada especial en mí. Ni siquiera era popular; Luke era uno de mis amigos más próximos, y pasaba la mayor parte del tiempo con él. Pero aun así, no sé por qué, Valentine me eligió.
"Asqueroso", quiso decir ____(tn). Pero se contuvo. Quizás era la tristeza en la voz de su madre, mezclada con arrepentimiento. Quizás era lo que había dicho sobre Valentine mamando luz. ____(tn) había pensado lo mismo sobre Nicholas antes, y entonces se sintió estúpida por pensarlo. Pero, tal vez todos los que estaban enamorados sentían de esa manera.
-Okey –dijo ella–. Lo pillo. Pero tenías dieciséis años entonces. Eso no significaba que tuvieras que casarte con él más tarde.
-Tenía dieciocho cuando me casé. Él diecinueve –dijo Jocelyn con un tono de total naturalidad.
-Oh, Dios mío –dijo ____(tn) con horror–. Tú me matarías si quisiera casarme con dieciocho años.
-Lo haría –estuvo de acuerdo Jocelyn–. Pero los Cazadores de Sombras tienen tendencia a casarse más temprano que los mundanos. Su…, nuestra…, esperanza de vida es más corta; muchos de nosotros mueren de muertes violentas. Tendemos a hacerlo todo más temprano por eso. Aun así, era joven para casarme. Sin embargo, mi familia estaba feliz por mí…, incluso Luke estaba feliz por mí. Todos pensaban que Valentine era un muchacho maravilloso. Y lo era, lo sé, sólo un muchacho entonces. La única persona que alguna vez me dijo que no debería casarme con él fue Madeleine. Nosotras habíamos sido amigas en el colegio, pero cuando le dije que estaba prometida, ella dijo que Valentine era egoísta y odioso, que su encanto enmascaraba una terrible amoralidad. Me dije a mí misma que ella estaba celosa.
-¿Lo estaba?
-No –dijo Jocelyn–, ella estaba diciendo la verdad. Sólo que yo no quise oírla. –Bajó la mirada a sus manos.
-Pero tú lo lamentaste –dijo ____(tn)–. Después de casarte con él, sentiste haberlo hecho, ¿verdad?
-____(tn) –dijo Jocelyn. Ella sonaba cansada–. Fuimos felices. Al menos durante los primeros años. Fuimos a vivir a la casa solariega de mis padres, donde yo crecí; Valentine no quería estar en la ciudad, y quería que el resto del Círculo evitara Alicante y también los entrometidos ojos de la Clave. Los Wayland vivían en la casa solariega que estaba a sólo una milla o dos de la nuestra, y habían otros cerca…, los Lightwood, los Penhallow. Era como estar en el centro del mundo, con toda esa actividad girando alrededor nuestro, toda esa pasión, y en todo ello estuve yo al lado de Valentine. Él nunca me hizo sentir apartada o intrascendente. No, yo era una pieza clave del Círculo. Era una de los pocos en cuya opinión él confiaba. Me decía una y otra vez que sin mí, él no podría hacer nada de aquello. Sin mí, él no sería nada.
-¿Él decía eso? –____(tn) no podía imaginar a Valentine diciendo nada así, nada que le hiciera sonar… vulnerable.
-Lo hacía, pero no era verdad. Valentine no podía no ser nada. Había nacido para ser un líder, para ser el centro de una revolución. Más y más conversos venían a él. Eran arrastrados por su pasión y la brillantez de sus ideas. Rara vez hablaba de Submundos en aquellos primeros días. Todo iba sobre reformar la Clave, cambiar leyes que eran antiguas, estrictas y erróneas. Valentine decía que debería haber más Cazadores de Sombras, más para luchar contra los demonios, más Institutos, que nosotros deberíamos preocuparnos menos por ocultarnos y más por proteger el mundo de la clase demoniaca. Que deberíamos andar con la frente bien alta y con orgullo por el mundo. Era seductora, su visión: un mundo lleno de Cazadores de Sombras, donde los demonios corrían asustados y los mundanos, en vez de creer que no existíamos, nos dieran las gracias por lo que hacíamos por ellos. Éramos jóvenes; creíamos que el gracias era importante. No sabíamos. –Jocelyn tomó aire profundamente, como si estuviera sumergida bajo agua–. Entonces, me quedé embarazada. ____(tn) sintió una punzada de frío en su nuca y de repente, ella no podía haber dicho por qué, ya no estaba segura de que quisiera la verdad de su madre, ya no estaba segura de que quisiera oír, otra vez, cómo Valentine había vuelto a Nicholas un monstruo.
-Mamá…
Jocelyn sacudió la cabeza ciegamente.
-Me preguntaste por qué nunca te conté que tenías un hermano. Este es el por qué. –Ella respiró irregularmente–. Fui tan feliz cuando lo supe. Y Valentine… Siempre había querido ser padre, eso decía él. Para entrenar a su hijo en ser un guerrero de la manera que lo había entrenado su padre a él. “O tu hija”, dije yo, y él sonrió y dijo que una hija podía ser un guerrero exactamente igual de bueno que un chico, y que sería feliz en cualquiera de los casos. Yo pensé que todo era perfecto.
Y entonces, Luke fue mordido por un hombre lobo. Te habrán contado que hay una posibilidad entre dos de que un mordisco contagie la licantropía. Yo creo que es más bien tres entre cuatro. Rara vez he visto a alguien escapar de la dolencia, y Luke no fue una excepción. A la siguiente luna llena él cambió. Estaba ahí sobre nuestro umbral por la mañana, cubierto de sangre, sus ropas convertidas en harapos. Yo quise consolarle, pero Valentine me empujó a un lado. “Jocelyn”, dijo él, “el bebé”. Como si Luke fuera a correr hacia mí y arrancarme el bebé de la barriga. Era Luke, pero Valentine me apartó y arrastró a Luke escaleras abajo y lo llevó hacia el bosque. Cuando vino de vuelta mucho más tarde, estaba solo. Corrí hacia él, pero me dijo que Luke se había suicidado en la desesperación por su licantropía. Que él estaba… muerto.
La pena profunda en la voz de Jocelyn era cruda y patente, pensó ____(tn), incluso ahora, cuando ella sabía que Luke no había muerto. Pero ____(tn) recordó su propio dolor cuando ella sostuvo a Simón mientras moría en los escalones del Instituto. Había algunos sentimientos que nunca olvidabas.
-Pero él le dio a Luke un cuchillo –dijo ____(tn) en voz baja –Le dijo que él mismo se quitara la vida. Hizo al marido de Amatis divorciarse de ella, sólo porque su hermano se había convertido en un hombre lobo.
-Yo no lo sabía –dijo Jocelyn–. Después de que Luke muriera, fue como si hubiera caído en un pozo oscuro. Pasé meses en mi dormitorio, durmiendo todo el tiempo, comiendo sólo por el bebé. Los mundanos habrían llamado a lo que yo tenía depresión, pero los Cazadores de Sombras no tienen ese tipo de términos. Valentine creía que estaba teniendo dificultades con el embarazo. Dijo a todo el mundo que estaba enferma. Yo estaba enferma… No podía dormir. Seguía pensando que oía ruidos extraños, gritos en la noche. Valentine me daba preparados para dormir, pero éstos sólo me producían pesadillas. Sueños terribles en los que Valentine me inmovilizaba, trataba de clavarme un cuchillo o en los que yo me ahogaba por un veneno. Por la mañana estaba agotada, y dormía todo el día. No tenía ni idea de lo que era salir al exterior, ni idea de que él hubiera obligado a Stephen a divorciarse de Amatis y casarse con Céline. Yo estaba aturdida. Y entonces… –Jocelyn juntó las manos anudándolas sobre las rodillas. Le estaban temblando–. Y entonces, tuve al bebé.
Ella se quedó en silencio, durante tanto tiempo que ____(tn) se preguntó si iría a hablar otra vez. Jocelyn miraba sin ver hacia las torres demonio, golpeando con los dedos un tatuaje nervudo en sus rodillas. Finalmente, dijo:
-Mi madre estaba conmigo cuando nació el bebé. Tú nunca la conociste. A tu abuela. Era una mujer tan afable. Te habría gustado. Ella me pasó a mi hijo, y al principio, lo único que supe era que él encajaba perfectamente en mis brazos, que la manta que le envolvía era suave y que era tan pequeño y delicado, con un solo mechón de cabello rubio en la parte superior de la cabeza. Y entonces abrió los ojos.
La voz de Jocelyn era plana, casi sin entonación, aun así ____(tn) se encontró temblando, llena de pavor ante lo que su madre podía contarle a continuación. "No", quería decir ella, "No me lo cuentes". Pero Jocelyn continuó, las palabras manaron de ella como veneno frío.
-El terror me inundó. Aquello fue como ser bañada en ácido…, mi piel parecía arder sobre los huesos, y todo lo que pude hacer era no dejar caer al bebé y empezar a gritar. Se dice que toda madre reconoce instintivamente a su propio hijo. Supongo que lo contrario también es verdad. Cada nervio de mi cuerpo estaba gritando que ese no era mi bebé, que era algo horrible y antinatural, tan inhumano como un parásito. ¿Cómo podía mi madre no verlo? Al contrario, estaba sonriéndome como si no pasara nada malo.“Su nombre es Jonathan”, dijo una voz desde la entrada. Subí la mirada y vi a Valentine contemplando la escena que tenía ante él con una mirada de placer. El bebé abrió los ojos otra vez, como si reconociera el sonido de su nombre. Sus ojos eran negros, negros como la noche, insondables como túneles excavados en su cráneo. No había nada en absoluto humano en ellos.
:wut: :lloro: :wut: :lloro: :wut: :lloro:
Que tal la historia de Jocelyn! (?
Mañana les traiga la continuación del relato! ;)
Veremos que decide la clave!
Las leo mañana!
Disfruten el capi! *.*
\^.^/
Lu wH!;*
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
pero que feo que una madre piense eso de su hijo!! :wut:
Porque es un pedazo de ella!! Quiera o no
Que triste la verdad todo lo que ha pasado!!
Y todo por Valentine!!! :lloro:
Pero Nicholas no es su hijo o si??
Porque el no tiene los ojos negros o si!!
Sigudela!!!
Porque es un pedazo de ella!! Quiera o no
Que triste la verdad todo lo que ha pasado!!
Y todo por Valentine!!! :lloro:
Pero Nicholas no es su hijo o si??
Porque el no tiene los ojos negros o si!!
Sigudela!!!
aranzhitha
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