Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 8 de 16. • Comparte
Página 8 de 16. • 1 ... 5 ... 7, 8, 9 ... 12 ... 16
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
omj OMJ OMJ OMJ ahhhhh
Que rayos hizo Sebastián?? No lo entiendo
Que sucedió?? Qu le paso a Max??
Ahhhhh siguela pliiiis
Y awwww Nick tan bello, ame el CAP y me odio
Por no haber pasado antes, :(
Y ahhhh Alec y Magnus awww son un amor
Al fin se le abrió el cerebro a Alec hehehe
Siguela pronto plis!!!! :)
Que rayos hizo Sebastián?? No lo entiendo
Que sucedió?? Qu le paso a Max??
Ahhhhh siguela pliiiis
Y awwww Nick tan bello, ame el CAP y me odio
Por no haber pasado antes, :(
Y ahhhh Alec y Magnus awww son un amor
Al fin se le abrió el cerebro a Alec hehehe
Siguela pronto plis!!!! :)
Karli Jonas
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
ohhh siii una página nueva :D
Karli Jonas
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
Karli Jonas escribió:omj OMJ OMJ OMJ ahhhhh
Que rayos hizo Sebastián?? No lo entiendo
Que sucedió?? Qu le paso a Max??
Ahhhhh siguela pliiiis
Y awwww Nick tan bello, ame el CAP y me odio
Por no haber pasado antes, :(
Y ahhhh Alec y Magnus awww son un amor
Al fin se le abrió el cerebro a Alec hehehe
Siguela pronto plis!!!! :)
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
Bueno te presento al verdadero Sebastian! :suspect: :fiu:
Ya verás que paso! :sad:
Que bueno que te gusto el capitulo! ;)
Ntp, lo bueno es q ya estas aquí! :D
\^.^/
Ya la sigo! ;)
X
Bueno te presento al verdadero Sebastian! :suspect: :fiu:
Ya verás que paso! :sad:
Que bueno que te gusto el capitulo! ;)
Ntp, lo bueno es q ya estas aquí! :D
\^.^/
Ya la sigo! ;)
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
Karli Jonas escribió:ohhh siii una página nueva :D
\^.^/
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
• TODOS LOS HUÉSPEDES DEL INFIERNO - CAPITULO 11 (Parte 1) •
-Valentine –respiró Nicholas. Su rostro estaba blanco mientras miraba hacia abajo a la ciudad.
Entre las capas de humo, ____(tn) creyó que casi podía vislumbrar el estrecho laberinto de las calles de la ciudad, obstruida con figuras que corrían, minúsculas hormigas negras que se precipitaban de un lado a otro desesperadamente. Pero ella miró de nuevo y no había nada, nada más que espesas nubes de vapor negro y el hedor de las llamas y el humo.
-¿Crees que Valentine ha hecho esto? –el humo era amargo en la garganta de ____(tn)–. Parece un incendio. Tal vez empezó por sí mismo…
-La Puerta Norte está abierta –Nicholas señaló hacia algo que ____(tn) apenas podía componer, dada la distancia y el humo distorsionador–. Nunca se deja abierta. Y las torres demonio han perdido su luz. Las protecciones deben estar desactivadas –él sacó el cuchillo seráfico de su cinturón, agarrándolo tan fuertemente que sus nudillos se volvieron del color del marfil–. Tengo que llegar allí.
Un nudo de terror apretó la garganta de ____(tn).
-Simón…
-Le habrán evacuado del Gard. No te preocupes, ____(tn). Él seguramente está mejor que la mayoría de los de ahí abajo. Lo más probable es que los demonios no se molesten en él. Tienden a dejar tranquilos a los Submundos.
-Lo siento –susurró ____(tn)–. Los Lightwood… Alec… Isabelle…
-Jahoel –dijo Nicholas, y la espada ángel llameó brillante como la luz del día en su vendada mano izquierda–. ____(tn), quiero que te quedes aquí. Volveré por ti –el enfado que había habido en sus ojos desde que dejaron la casa se había evaporado. Ahora era todo soldado.
Ella sacudió la cabeza.
-No. Quiero ir contigo.
-____(tn)… –él se interrumpió, poniéndose todo tenso.
Un momento después ____(tn) lo oyó también: un retumbar pesado y rítmico, un sonido como el crepitar de una enorme hoguera. A ____(tn) le llevó un largo momento reconstruir el sonido en su mente, desglosarlo como se puede desglosar una pieza musical en las notas que la componen.
-Es…
-Hombres lobo –Nicholas estaba mirando más allá de ella.
Siguiendo su mirada, ella los vio, saliendo sobre la colina más cercana como una sombra desplegada, iluminada aquí y allá con brillantes ojos feroces. Una manada de lobos… Más que una manada; allí debía haber cientos de ellos, incluso un millar. Sus ladridos y aullidos habían sido el sonido que ella había pensado que era un fuego, y se levantaba en la noche, quebrado y discordante.
El estómago de ____(tn) se dio la vuelta. Conocía a los hombres lobo. Ella había luchado al lado de los hombres lobos. Pero no eran los lobos de Luke, no los lobos a los que se les había ordenado que cuidaran de ella y no le hicieran daño. Pensó en el terrible poder asesino de la manada de Luke cuando se les dio rienda suelta, y de repente sintió miedo. Al lado de ella Nicholas maldijo una vez, con fiereza. No había tiempo para sacar otra arma; tiró de ella contra él ajustadamente, puso su brazo libre alrededor de ella, y con su otra mano levantó a Jahoel sobre sus cabezas. La luz de la espada era cegadora. ____(tn) apretó los dientes…
Y los lobos estuvieron sobre ellos. Era como una ola rompiéndose: una explosión de ruido ensordecedor y una ráfaga de aire; mientras los primeros lobos de la manada rompían filas adelantándose y saltando, había ojos ardientes y enormes mandíbulas, Nicholas clavó los dedos en el costado de ____(tn)…
Y los lobos salieron por ambos lados, dejando despejado el lugar donde estaban ellos casi un metro. ____(tn) movió la cabeza rápidamente alrededor con incredulidad mientras dos lobos, uno lustroso y con mancha café, el otro enorme y gris oscuro, golpeaban el suelo con suavidad detrás de ellos, hicieron una pausa y siguieron corriendo, sin ni siquiera volver la vista atrás. Había lobos por todas partes a su alrededor, y aun así ni un sólo lobo les tocó. Éstos pasaban a toda velocidad, una avalancha de sombras, sus pelajes reflejando la luz de la luna en destellos de plata, de tal forma que casi parecían ser un único río de formas moviéndose con gran estruendo hacia Nicholas y ____(tn), y luego separándose alrededor de ellos como agua rodeando una piedra. Los dos Cazadores de Sombras también podrían haber sido estatuas por toda la atención que los licántropos les prestaban mientras pasaban a toda velocidad, sus mandíbulas abiertas, sus ojos fijos en el camino delante de ellos.
Y luego se hubieron ido. Nicholas se giró para observar a los últimos lobos que pasaron cerca y se apresuraban para alcanzar a sus compañeros. Ahora había otra vez silencio, sólo los sonidos muy débiles de la ciudad a lo lejos.
Nicholas soltó a ____(tn), bajando a Jahoel mientras lo hacía.
-¿Estás bien?
-¿Qué ha ocurrido? –susurró ella–. Esos hombres lobos… Venían directos a nosotros…
-Van a la ciudad. A Alicante –él tomó un segundo cuchillo seráfico de su cinturón y se lo tendió a ella–. Necesitarás esto.
-¿No me vas a dejar aquí entonces?
-No tiene sentido. Ningún sitio es seguro. Pero… –él vaciló–. ¿Tendrás cuidado?
-Tendré cuidado –dijo ____(tn)–. ¿Qué hacemos ahora?
Nicholas miró hacia abajo a Alicante, ardiendo bajo ellos.
-Ahora correr.
Nunca fue fácil seguirle el ritmo a Nicholas, y ahora, cuando él estaba corriendo casi a toda máquina, era casi imposible. ____(tn) sentía que él se estaba refrenando de hecho, reduciendo su velocidad para dejarle alcanzarlo, y que le costaba algo hacerlo.
El camino se allanó en la base de la colina y se curvó a través de una tribuna de ramas altas y densas, que creaban la ilusión de un túnel. Cuando ____(tn) salió por el otro lado, se encontró situada ante la Puerta Norte. A través del arco ____(tn) podía ver una confusión de humo y llamas saltando.
Nicholas estaba en la entrada, esperándola. Él estaba sosteniendo a Jahoel en una mano y otro cuchillo seráfico en la otra, pero incluso su luz conjunta se perdía con el resplandor mayor de la ciudad quemándose detrás de él.
-Los guardias –jadeó ella, corriendo hasta él–, ¿por qué no están aquí? -Al menos uno de ellos está en esa tribuna de árboles –Nicholas movió bruscamente la barbilla en la dirección por la que ellos habían venido–, en pedazos. No, no mires –él echó una ojeada hacia abajo–. Estás sosteniendo tu cuchillo seráfico mal. Cógelo así –le mostró él–. Y tienes que darle un nombre. Cassiel sería uno bueno.
-Cassiel –repitió ____(tn), y la luz de la espada ardió repentinamente.
Nicholas la miraba con adusto.
-Ojalá hubiera podido entrenarte para esto. Por supuesto, para ser justos, nadie con tan poco entrenamiento como tú debería ser capaz de utilizar un cuchillo seráfico en absoluto. Me sorprendió anteriormente, pero ahora que sabemos lo que hizo Valentine…
____(tn) no quería hablar mucho sobre lo que Valentine había hecho.
-O quizás sólo estás preocupado de que si me hubieras entrenado apropiadamente, resultaría ser mejor que tú –dijo ella.
El fantasma de una sonrisa tocó la comisura de su boca.
-Suceda lo que suceda, ____(tn) –dijo él mirándola a través de la luz de Jahoel–, quédate conmigo. ¿Lo has entendido? –él sostuvo su mirada, sus ojos exigían una promesa de ella.
Por alguna razón el recuerdo de besarle sobre la hierba en la casa de los Wayland se alzó en su mente. Parecía que hacía un millón de años. Como algo que le hubiera pasado a otra persona.
-Me quedaré contigo.
-Bien –él apartó la mirada, liberando la suya–, vamos.
Atravesaron lentamente la puerta, hombro con hombro. Mientras entraban en la ciudad, ella empezó a ser consciente del ruido de la batalla como si fuera la primera vez: un muro de sonido hecho de gritos humanos y aullidos no humanos, el sonido de cristales haciéndose añicos y el crepitar del fuego. Hacía que la sangre le sonara en sus oídos.
El patio en las inmediaciones de la puerta estaba vacío. Había grupos de formas diseminadas aquí y allá sobre los adoquines; ____(tn) trató de no mirarlos mucho. Se preguntaba cómo podías decir que alguien estaba muerto incluso en la distancia, sin mirar demasiado de cerca. Los cuerpos muertos no se parecían a los inconscientes; era como si pudieras sentir que ese algo había huido de ellos, esa chispa esencial estaba perdida ahora.
Nicholas cruzó apresuradamente el patio, ____(tn) podía asegurar que a él no le gustaba mucho el espacio abierto y desprotegido, y bajaron por una de las calles que conducían fuera de él. Había más restos aquí. Los escaparates de las tiendas habían sido destrozados y sus contenidos saqueados y esparcidos por la calle. Había un olor en el aire también… Un denso olor rancio a basura. ____(tn) conocía ese olor. Significaba demonios.
-Por aquí –silbó Nicholas.
Se sumergieron en otra calle más estrecha. Había un fuego en la planta superior de una de las casas de la calle, aunque ninguno de los edificios a cada uno de los lados parecía haber sido tocado. A ____(tn) le recordaban extrañamente a las fotografías que había visto del Blitz en Londres, donde la destrucción había llovido azarosamente desde el cielo.
Mirando hacia arriba, vio que la fortaleza sobre la ciudad estaba coronada por una espiral de humo negro.
-El Gard.
-Te lo he dicho, ellos habrán evacuado… –Nicholas se interrumpió cuando salían de la calle estrecha a una amplia vía pública. Había cuerpos en esta calle, varios de ellos. Algunos eran cuerpos pequeños. Niños. Nicholas corrió hacia delante, ____(tn) siguiéndole con mayor vacilación. Había tres, observó ella mientras se acercaban más, ninguno de ellos, pensó ella con un alivio culpable, lo suficientemente mayor para ser Max. Al lado de ellos estaba el cadáver de un hombre mayor, sus brazos todavía abiertos como si hubiera estado protegiendo a los niños con su propio cuerpo. La expresión de Nicholas era dura.
-____(tn)… Date la vuelta. Lentamente.
____(tn) se volvió. Justo detrás de ella había un escaparate roto. Había habido pasteles en el expositor en su momento, una torre de ellos cubiertos con brillante azúcar glas. Ahora estaban esparcidos por el suelo entre los cristales rotos, y también había sangre sobre los adoquines, mezclada con el azúcar glas en largos regueros rosáceos. Pero eso no era lo que había puesto la nota de advertencia en la voz de Nicholas. Algo estaba arrastrándose saliendo por el escaparate… Algo amorfo, enorme y viscoso. Algo equipado con una doble hilera de dientes corriendo a lo largo de su cuerpo oblongo, que estaba manchado con azúcar glas y espolvoreado con cristales rotos, como una cobertura de reluciente azúcar.
El demonio se dejó caer pesadamente por el escaparate sobre los adoquines y comenzó a deslizarse hacia ellos. Algo en su movimiento supurante e invertebrado hizo subir la bilis por la parte trasera de la garganta de ____(tn). Ella se echó hacia atrás, casi chocando con Nicholas.
-Es un demonio Behemoth –dijo él observando la cosa deslizándose enfrente de ellos–. Se lo comen todo.
-¿Comen…
-¿Personas? Sí –dijo Nicholas–. Ponte detrás de mí.
Ella dio unos cuantos pasos atrás para ponerse detrás de él, sus ojos sobre el Behemoth. Había algo en aquello que le causaba repulsión, todavía más que los demonios con los que se había encontrado anteriormente. Parecía una babosa ciega con dientes, y la forma en la que babeaba… Pero al menos no se movía con rapidez. Nicholas no debería tener mucho problema para matarlo.
Como espoleado por su pensamiento, Nicholas se lanzó hacia delante, dando un tajo con su llameante cuchillo seráfico. Éste se hundió en la espalda del Behemoth con un sonido parecido al de una fruta demasiado madura siendo pisada. El demonio parecía dar espasmos, luego se estremeció y se reconstituyó repentinamente a varios metros de donde había estado antes.
Nicholas echó hacia atrás a Jahoel.
-Me temía eso –masculló él–. Es sólo medio corpóreo. Difícil de matar.
-Entonces no lo hagas –____(tn) tiró de su manga–. Al menos no se mueve rápido. Salgamos de aquí.
Nicholas le dejó que tirara de él hacia atrás a regañadientes. Se giraron para correr en la dirección por la que habían venido… Y el demonio estaba allí otra vez, enfrente de ellos, bloqueando la calle. Parecía haberse hecho más grande, y un sonido bajo vino de él, una especie de enfado de insecto aplastado.
-No creo que quiera que nos vayamos –dijo Nicholas.
-Nicholas…
Pero él ya estaba corriendo hacia la cosa, bajando a Jahoel describiendo un gran arco que pretendía decapitarlo, pero la cosa sólo se estremeció otra vez y se reconstituyó, esta vez detrás de él. Se alzó, mostrando su parte inferior de cresta como el de una cucaracha. Nicholas se giró rápidamente y desplomó a Jahoel, introduciéndola en la bisección de la criatura. Un fluido verde, espeso como el moco, salió a chorros sobre la espada.
Nicholas dio un paso hacia atrás, su rostro torciéndose por el asco. El Behemoth todavía estaba haciendo el mismo sonido de aplastamiento. Más fluido estaba chorreando de él, pero no parecía herido. Se estaba moviendo hacia delante con determinación.
-¡Nicholas! –llamó ____(tn)–. Tu espada…
Él bajó la mirada. La mucosidad del demonio Behemoth había cubierto la espada Jahoel, sofocando su llama. Mientras observaba, el cuchillo seráfico chisporroteó y se apagó como un fuego salpicado por la arena. Él tiró del arma con una palabrota antes de que la baba del demonio pudiera tocarle. El Behemoth se echó hacia atrás encabritado otra vez, dispuesto para golpear. Nicholas se tiró hacia atrás… Y entonces ____(tn) estaba allí, colándose como una flecha entre él y el demonio, blandiendo su cuchillo seráfico. Ella pinchó a la criatura justo debajo de la hilera de dientes, la espada hundiéndose en la masa con un sonido húmedo y desagradable. Ella se movió hacia atrás bruscamente, respirando entrecortadamente, mientras el demonio sufría otro espasmo. Parecía que a la criatura le llevaba cierta cantidad de energía reconstituirse cada vez que era herida. Si pudieran herirle las veces necesarias…
Algo se movió en el límite de la visión de ____(tn). Un destello de gris y marrón moviéndose rápidamente. No estaban solos en la calle. Nicholas se giró, sus ojos ensanchándose.
-¡____(tn)! –gritó él–. ¡Detrás de ti!
____(tn) se dio la vuelta, Cassiel llameante en su puño, justo cuando el lobo se lanzó hacia ella, los labios retirados en un fiero gruñido, sus mandíbulas muy abiertas. Nicholas gritó algo; ____(tn) no supo qué, pero vio la mirada desesperada de sus ojos, incluso cuando ella se lanzó hacia un lado, fuera de la trayectoria del lobo. Éste se arrojó al lado de ____(tn), las garras extendidas, el cuerpo arqueado, y golpeó contra su objetivo, el Behemoth, empujándolo de lleno hasta el suelo antes de desgarrarlo con los dientes desnudos.
El demonio gritaba, o lo que podía hacer más parecido a gritar, el sonido de un aullido en tono alto, como aire saliendo de un balón. El lobo estaba sobre su parte superior, inmovilizándolo con los dientes, el hocico enterrado profundamente en su viscosa piel de demonio. El Behemoth se estremeció y retorció en un desesperado esfuerzo por reconstituirse y reponerse de sus heridas, pero el lobo no le estaba dando la oportunidad. Sus garras se hundían profundamente en la carne del demonio, el lobo desgarraba pedazos de carne parecida a la gelatina del cuerpo del Behemoth con los dientes, ignorando el chorreo de fluido verde que vertía.
El Behemoth comenzó a dar una serie de desesperados espasmos convulsivos, sus fauces traqueteando mientras se retorcía… Y entonces, desapareció, sólo un charco viscoso de fluido verde humeaba sobre los adoquines donde había estado.
El lobo hizo un ruido, una especie de gruñido satisfecho, y se giró para contemplar a Nicholas y ____(tn) con ojos que se volvían más plateados con la luz de la luna. Nicholas sacó otra espada de su cinturón y la sostuvo en alto, dibujando una ardiente línea en el aire entre ellos y el hombre lobo. El lobo gruñó, levantándosele rígidamente el pelo a lo largo de la columna. ____(tn) le agarró el brazo.
-No… No lo hagas.
-Es un hombre lobo, ____(tn)…
-¡Ha matado al demonio por nosotros! ¡Está de nuestro lado! –ella se despegó de Nicholas antes de que él pudiera retenerla, aproximándose lentamente al lobo, sus manos a la vista, las palmas abiertas. Ella habló con voz baja y tranquila–. Lo siento. Lo sentimos. Sabemos que no quieres hacernos daño –ella hizo una pausa, las manos todavía extendidas, mientras el lobo la contemplaba con los ojos sin expresión–. ¿Quién… quién eres? – preguntó ella. Miró por encima de su hombro a Nicholas y frunció el ceño–. ¿Puedes guardar esa cosa?
Nicholas parecía que estuviera por decirle en términos nada vacilantes que tú no podías simplemente guardar un cuchillo seráfico que estaba encendido en presencia de peligro, pero antes de que pudiera decir nada, el lobo dio otro gruñido bajo y comenzó a levantarse. Las patas alargándose, su columna enderezándose, la mandíbula retrayéndose. En unos cuantos segundos una chica estaba enfrente de ellos… Una chica llevando un manchado vestido blanco, su cabello rizado enlazado hacia atrás con múltiples trenzas, una cicatriz alineada en su garganta.
-"¿Quién eres?" –imitó la chica con indignación–. No me puedo creer que no me hayas reconocido. Ni que todos los lobos pareciéramos exactamente iguales. Humanos…
____(tn) dejó salir una respiración de alivio.
-¡Maia!
-Soy yo. Salvándoos el culo, como de costumbre –ella sonreía. Estaba salpicada de sangre e inmundicia. No había sido visible sobre su pelaje de lobo, pero los surcos rojos y negros resaltaban asombrosamente contra su piel marrón. Ella puso la mano sobre su estómago –Y qué asqueroso, por cierto. No puedo creer que me haya mascado entero ese demonio. Espero no ser alérgica.
-Pero, ¿qué estás haciendo aquí? –demandó ____(tn)–. Quiero decir, no es que no estemos contentos de verte, pero…
-¿No lo sabéis? –Maia miró de Nicholas a ____(tn) con perplejidad –Luke nos ha traído aquí.
-¿Luke? –____(tn) miró fijamente–. ¿Luke está… aquí?
Maia asintió con la cabeza.
-Él se puso en contacto con su manada, y con un montón de otras más, con todo aquel que se le ocurrió, y nos dijo que todos nosotros teníamos que venir a Idris. Volamos hasta la frontera y viajamos desde allí. Algunas de las demás manadas, usaron un Portal dentro del bosque y nos encontramos allí. Luke dijo que los Nephilim iban a necesitar nuestra ayuda… –su voz se fue apagando–. ¿No sabíais de esto?
-No –dijo Nicholas–, y dudo que la Clave tampoco. Ellos no son muy amigos de pedir ayuda a Submundos.
Maia se enderezó, los ojos echando chispas de enfado.
-Si no hubiera sido por nosotros, todos vosotros habríais sido masacrados. No había nadie protegiendo la ciudad cuando hemos llegado aquí…
-No –dijo ____(tn), disparando una mirada enfadada a Nicholas–, te estoy realmente, realmente agradecida por salvarnos, Maia, y Nicholas también, aunque sea tan testarudo que prefiera meterse un cuchillo seráfico por el globo ocular a decirlo. Y no digas que esperas que lo haga –añadió ella a toda prisa, viendo la mirada en el rostro de la chica–, porque eso realmente no sería nada útil. En este momento lo que necesitamos es llegar a casa de los Lightwood, y luego tengo que encontrar a Luke…
-¿Los Lightwood? Creo que están en el Salón de los Acuerdos. Allí es donde han sido llevados todos. Vi a Alec allí, al menos –dijo Maia –y a ese brujo también, el del pelo de punta. Magnus.
-Si Alec está allí, los demás deben estarlo también –el aspecto de alivio sobre el rostro de Nicholas le hizo a ____(tn) querer poner la mano sobre su hombro. No lo hizo–. Inteligente, llevarlos a todos al Salón; está protegido –él deslizó el brillante cuchillo seráfico en su cinturón–. Vamos…
Entre las capas de humo, ____(tn) creyó que casi podía vislumbrar el estrecho laberinto de las calles de la ciudad, obstruida con figuras que corrían, minúsculas hormigas negras que se precipitaban de un lado a otro desesperadamente. Pero ella miró de nuevo y no había nada, nada más que espesas nubes de vapor negro y el hedor de las llamas y el humo.
-¿Crees que Valentine ha hecho esto? –el humo era amargo en la garganta de ____(tn)–. Parece un incendio. Tal vez empezó por sí mismo…
-La Puerta Norte está abierta –Nicholas señaló hacia algo que ____(tn) apenas podía componer, dada la distancia y el humo distorsionador–. Nunca se deja abierta. Y las torres demonio han perdido su luz. Las protecciones deben estar desactivadas –él sacó el cuchillo seráfico de su cinturón, agarrándolo tan fuertemente que sus nudillos se volvieron del color del marfil–. Tengo que llegar allí.
Un nudo de terror apretó la garganta de ____(tn).
-Simón…
-Le habrán evacuado del Gard. No te preocupes, ____(tn). Él seguramente está mejor que la mayoría de los de ahí abajo. Lo más probable es que los demonios no se molesten en él. Tienden a dejar tranquilos a los Submundos.
-Lo siento –susurró ____(tn)–. Los Lightwood… Alec… Isabelle…
-Jahoel –dijo Nicholas, y la espada ángel llameó brillante como la luz del día en su vendada mano izquierda–. ____(tn), quiero que te quedes aquí. Volveré por ti –el enfado que había habido en sus ojos desde que dejaron la casa se había evaporado. Ahora era todo soldado.
Ella sacudió la cabeza.
-No. Quiero ir contigo.
-____(tn)… –él se interrumpió, poniéndose todo tenso.
Un momento después ____(tn) lo oyó también: un retumbar pesado y rítmico, un sonido como el crepitar de una enorme hoguera. A ____(tn) le llevó un largo momento reconstruir el sonido en su mente, desglosarlo como se puede desglosar una pieza musical en las notas que la componen.
-Es…
-Hombres lobo –Nicholas estaba mirando más allá de ella.
Siguiendo su mirada, ella los vio, saliendo sobre la colina más cercana como una sombra desplegada, iluminada aquí y allá con brillantes ojos feroces. Una manada de lobos… Más que una manada; allí debía haber cientos de ellos, incluso un millar. Sus ladridos y aullidos habían sido el sonido que ella había pensado que era un fuego, y se levantaba en la noche, quebrado y discordante.
El estómago de ____(tn) se dio la vuelta. Conocía a los hombres lobo. Ella había luchado al lado de los hombres lobos. Pero no eran los lobos de Luke, no los lobos a los que se les había ordenado que cuidaran de ella y no le hicieran daño. Pensó en el terrible poder asesino de la manada de Luke cuando se les dio rienda suelta, y de repente sintió miedo. Al lado de ella Nicholas maldijo una vez, con fiereza. No había tiempo para sacar otra arma; tiró de ella contra él ajustadamente, puso su brazo libre alrededor de ella, y con su otra mano levantó a Jahoel sobre sus cabezas. La luz de la espada era cegadora. ____(tn) apretó los dientes…
Y los lobos estuvieron sobre ellos. Era como una ola rompiéndose: una explosión de ruido ensordecedor y una ráfaga de aire; mientras los primeros lobos de la manada rompían filas adelantándose y saltando, había ojos ardientes y enormes mandíbulas, Nicholas clavó los dedos en el costado de ____(tn)…
Y los lobos salieron por ambos lados, dejando despejado el lugar donde estaban ellos casi un metro. ____(tn) movió la cabeza rápidamente alrededor con incredulidad mientras dos lobos, uno lustroso y con mancha café, el otro enorme y gris oscuro, golpeaban el suelo con suavidad detrás de ellos, hicieron una pausa y siguieron corriendo, sin ni siquiera volver la vista atrás. Había lobos por todas partes a su alrededor, y aun así ni un sólo lobo les tocó. Éstos pasaban a toda velocidad, una avalancha de sombras, sus pelajes reflejando la luz de la luna en destellos de plata, de tal forma que casi parecían ser un único río de formas moviéndose con gran estruendo hacia Nicholas y ____(tn), y luego separándose alrededor de ellos como agua rodeando una piedra. Los dos Cazadores de Sombras también podrían haber sido estatuas por toda la atención que los licántropos les prestaban mientras pasaban a toda velocidad, sus mandíbulas abiertas, sus ojos fijos en el camino delante de ellos.
Y luego se hubieron ido. Nicholas se giró para observar a los últimos lobos que pasaron cerca y se apresuraban para alcanzar a sus compañeros. Ahora había otra vez silencio, sólo los sonidos muy débiles de la ciudad a lo lejos.
Nicholas soltó a ____(tn), bajando a Jahoel mientras lo hacía.
-¿Estás bien?
-¿Qué ha ocurrido? –susurró ella–. Esos hombres lobos… Venían directos a nosotros…
-Van a la ciudad. A Alicante –él tomó un segundo cuchillo seráfico de su cinturón y se lo tendió a ella–. Necesitarás esto.
-¿No me vas a dejar aquí entonces?
-No tiene sentido. Ningún sitio es seguro. Pero… –él vaciló–. ¿Tendrás cuidado?
-Tendré cuidado –dijo ____(tn)–. ¿Qué hacemos ahora?
Nicholas miró hacia abajo a Alicante, ardiendo bajo ellos.
-Ahora correr.
*******************************
Nunca fue fácil seguirle el ritmo a Nicholas, y ahora, cuando él estaba corriendo casi a toda máquina, era casi imposible. ____(tn) sentía que él se estaba refrenando de hecho, reduciendo su velocidad para dejarle alcanzarlo, y que le costaba algo hacerlo.
El camino se allanó en la base de la colina y se curvó a través de una tribuna de ramas altas y densas, que creaban la ilusión de un túnel. Cuando ____(tn) salió por el otro lado, se encontró situada ante la Puerta Norte. A través del arco ____(tn) podía ver una confusión de humo y llamas saltando.
Nicholas estaba en la entrada, esperándola. Él estaba sosteniendo a Jahoel en una mano y otro cuchillo seráfico en la otra, pero incluso su luz conjunta se perdía con el resplandor mayor de la ciudad quemándose detrás de él.
-Los guardias –jadeó ella, corriendo hasta él–, ¿por qué no están aquí? -Al menos uno de ellos está en esa tribuna de árboles –Nicholas movió bruscamente la barbilla en la dirección por la que ellos habían venido–, en pedazos. No, no mires –él echó una ojeada hacia abajo–. Estás sosteniendo tu cuchillo seráfico mal. Cógelo así –le mostró él–. Y tienes que darle un nombre. Cassiel sería uno bueno.
-Cassiel –repitió ____(tn), y la luz de la espada ardió repentinamente.
Nicholas la miraba con adusto.
-Ojalá hubiera podido entrenarte para esto. Por supuesto, para ser justos, nadie con tan poco entrenamiento como tú debería ser capaz de utilizar un cuchillo seráfico en absoluto. Me sorprendió anteriormente, pero ahora que sabemos lo que hizo Valentine…
____(tn) no quería hablar mucho sobre lo que Valentine había hecho.
-O quizás sólo estás preocupado de que si me hubieras entrenado apropiadamente, resultaría ser mejor que tú –dijo ella.
El fantasma de una sonrisa tocó la comisura de su boca.
-Suceda lo que suceda, ____(tn) –dijo él mirándola a través de la luz de Jahoel–, quédate conmigo. ¿Lo has entendido? –él sostuvo su mirada, sus ojos exigían una promesa de ella.
Por alguna razón el recuerdo de besarle sobre la hierba en la casa de los Wayland se alzó en su mente. Parecía que hacía un millón de años. Como algo que le hubiera pasado a otra persona.
-Me quedaré contigo.
-Bien –él apartó la mirada, liberando la suya–, vamos.
Atravesaron lentamente la puerta, hombro con hombro. Mientras entraban en la ciudad, ella empezó a ser consciente del ruido de la batalla como si fuera la primera vez: un muro de sonido hecho de gritos humanos y aullidos no humanos, el sonido de cristales haciéndose añicos y el crepitar del fuego. Hacía que la sangre le sonara en sus oídos.
El patio en las inmediaciones de la puerta estaba vacío. Había grupos de formas diseminadas aquí y allá sobre los adoquines; ____(tn) trató de no mirarlos mucho. Se preguntaba cómo podías decir que alguien estaba muerto incluso en la distancia, sin mirar demasiado de cerca. Los cuerpos muertos no se parecían a los inconscientes; era como si pudieras sentir que ese algo había huido de ellos, esa chispa esencial estaba perdida ahora.
Nicholas cruzó apresuradamente el patio, ____(tn) podía asegurar que a él no le gustaba mucho el espacio abierto y desprotegido, y bajaron por una de las calles que conducían fuera de él. Había más restos aquí. Los escaparates de las tiendas habían sido destrozados y sus contenidos saqueados y esparcidos por la calle. Había un olor en el aire también… Un denso olor rancio a basura. ____(tn) conocía ese olor. Significaba demonios.
-Por aquí –silbó Nicholas.
Se sumergieron en otra calle más estrecha. Había un fuego en la planta superior de una de las casas de la calle, aunque ninguno de los edificios a cada uno de los lados parecía haber sido tocado. A ____(tn) le recordaban extrañamente a las fotografías que había visto del Blitz en Londres, donde la destrucción había llovido azarosamente desde el cielo.
Mirando hacia arriba, vio que la fortaleza sobre la ciudad estaba coronada por una espiral de humo negro.
-El Gard.
-Te lo he dicho, ellos habrán evacuado… –Nicholas se interrumpió cuando salían de la calle estrecha a una amplia vía pública. Había cuerpos en esta calle, varios de ellos. Algunos eran cuerpos pequeños. Niños. Nicholas corrió hacia delante, ____(tn) siguiéndole con mayor vacilación. Había tres, observó ella mientras se acercaban más, ninguno de ellos, pensó ella con un alivio culpable, lo suficientemente mayor para ser Max. Al lado de ellos estaba el cadáver de un hombre mayor, sus brazos todavía abiertos como si hubiera estado protegiendo a los niños con su propio cuerpo. La expresión de Nicholas era dura.
-____(tn)… Date la vuelta. Lentamente.
____(tn) se volvió. Justo detrás de ella había un escaparate roto. Había habido pasteles en el expositor en su momento, una torre de ellos cubiertos con brillante azúcar glas. Ahora estaban esparcidos por el suelo entre los cristales rotos, y también había sangre sobre los adoquines, mezclada con el azúcar glas en largos regueros rosáceos. Pero eso no era lo que había puesto la nota de advertencia en la voz de Nicholas. Algo estaba arrastrándose saliendo por el escaparate… Algo amorfo, enorme y viscoso. Algo equipado con una doble hilera de dientes corriendo a lo largo de su cuerpo oblongo, que estaba manchado con azúcar glas y espolvoreado con cristales rotos, como una cobertura de reluciente azúcar.
El demonio se dejó caer pesadamente por el escaparate sobre los adoquines y comenzó a deslizarse hacia ellos. Algo en su movimiento supurante e invertebrado hizo subir la bilis por la parte trasera de la garganta de ____(tn). Ella se echó hacia atrás, casi chocando con Nicholas.
-Es un demonio Behemoth –dijo él observando la cosa deslizándose enfrente de ellos–. Se lo comen todo.
-¿Comen…
-¿Personas? Sí –dijo Nicholas–. Ponte detrás de mí.
Ella dio unos cuantos pasos atrás para ponerse detrás de él, sus ojos sobre el Behemoth. Había algo en aquello que le causaba repulsión, todavía más que los demonios con los que se había encontrado anteriormente. Parecía una babosa ciega con dientes, y la forma en la que babeaba… Pero al menos no se movía con rapidez. Nicholas no debería tener mucho problema para matarlo.
Como espoleado por su pensamiento, Nicholas se lanzó hacia delante, dando un tajo con su llameante cuchillo seráfico. Éste se hundió en la espalda del Behemoth con un sonido parecido al de una fruta demasiado madura siendo pisada. El demonio parecía dar espasmos, luego se estremeció y se reconstituyó repentinamente a varios metros de donde había estado antes.
Nicholas echó hacia atrás a Jahoel.
-Me temía eso –masculló él–. Es sólo medio corpóreo. Difícil de matar.
-Entonces no lo hagas –____(tn) tiró de su manga–. Al menos no se mueve rápido. Salgamos de aquí.
Nicholas le dejó que tirara de él hacia atrás a regañadientes. Se giraron para correr en la dirección por la que habían venido… Y el demonio estaba allí otra vez, enfrente de ellos, bloqueando la calle. Parecía haberse hecho más grande, y un sonido bajo vino de él, una especie de enfado de insecto aplastado.
-No creo que quiera que nos vayamos –dijo Nicholas.
-Nicholas…
Pero él ya estaba corriendo hacia la cosa, bajando a Jahoel describiendo un gran arco que pretendía decapitarlo, pero la cosa sólo se estremeció otra vez y se reconstituyó, esta vez detrás de él. Se alzó, mostrando su parte inferior de cresta como el de una cucaracha. Nicholas se giró rápidamente y desplomó a Jahoel, introduciéndola en la bisección de la criatura. Un fluido verde, espeso como el moco, salió a chorros sobre la espada.
Nicholas dio un paso hacia atrás, su rostro torciéndose por el asco. El Behemoth todavía estaba haciendo el mismo sonido de aplastamiento. Más fluido estaba chorreando de él, pero no parecía herido. Se estaba moviendo hacia delante con determinación.
-¡Nicholas! –llamó ____(tn)–. Tu espada…
Él bajó la mirada. La mucosidad del demonio Behemoth había cubierto la espada Jahoel, sofocando su llama. Mientras observaba, el cuchillo seráfico chisporroteó y se apagó como un fuego salpicado por la arena. Él tiró del arma con una palabrota antes de que la baba del demonio pudiera tocarle. El Behemoth se echó hacia atrás encabritado otra vez, dispuesto para golpear. Nicholas se tiró hacia atrás… Y entonces ____(tn) estaba allí, colándose como una flecha entre él y el demonio, blandiendo su cuchillo seráfico. Ella pinchó a la criatura justo debajo de la hilera de dientes, la espada hundiéndose en la masa con un sonido húmedo y desagradable. Ella se movió hacia atrás bruscamente, respirando entrecortadamente, mientras el demonio sufría otro espasmo. Parecía que a la criatura le llevaba cierta cantidad de energía reconstituirse cada vez que era herida. Si pudieran herirle las veces necesarias…
Algo se movió en el límite de la visión de ____(tn). Un destello de gris y marrón moviéndose rápidamente. No estaban solos en la calle. Nicholas se giró, sus ojos ensanchándose.
-¡____(tn)! –gritó él–. ¡Detrás de ti!
____(tn) se dio la vuelta, Cassiel llameante en su puño, justo cuando el lobo se lanzó hacia ella, los labios retirados en un fiero gruñido, sus mandíbulas muy abiertas. Nicholas gritó algo; ____(tn) no supo qué, pero vio la mirada desesperada de sus ojos, incluso cuando ella se lanzó hacia un lado, fuera de la trayectoria del lobo. Éste se arrojó al lado de ____(tn), las garras extendidas, el cuerpo arqueado, y golpeó contra su objetivo, el Behemoth, empujándolo de lleno hasta el suelo antes de desgarrarlo con los dientes desnudos.
El demonio gritaba, o lo que podía hacer más parecido a gritar, el sonido de un aullido en tono alto, como aire saliendo de un balón. El lobo estaba sobre su parte superior, inmovilizándolo con los dientes, el hocico enterrado profundamente en su viscosa piel de demonio. El Behemoth se estremeció y retorció en un desesperado esfuerzo por reconstituirse y reponerse de sus heridas, pero el lobo no le estaba dando la oportunidad. Sus garras se hundían profundamente en la carne del demonio, el lobo desgarraba pedazos de carne parecida a la gelatina del cuerpo del Behemoth con los dientes, ignorando el chorreo de fluido verde que vertía.
El Behemoth comenzó a dar una serie de desesperados espasmos convulsivos, sus fauces traqueteando mientras se retorcía… Y entonces, desapareció, sólo un charco viscoso de fluido verde humeaba sobre los adoquines donde había estado.
El lobo hizo un ruido, una especie de gruñido satisfecho, y se giró para contemplar a Nicholas y ____(tn) con ojos que se volvían más plateados con la luz de la luna. Nicholas sacó otra espada de su cinturón y la sostuvo en alto, dibujando una ardiente línea en el aire entre ellos y el hombre lobo. El lobo gruñó, levantándosele rígidamente el pelo a lo largo de la columna. ____(tn) le agarró el brazo.
-No… No lo hagas.
-Es un hombre lobo, ____(tn)…
-¡Ha matado al demonio por nosotros! ¡Está de nuestro lado! –ella se despegó de Nicholas antes de que él pudiera retenerla, aproximándose lentamente al lobo, sus manos a la vista, las palmas abiertas. Ella habló con voz baja y tranquila–. Lo siento. Lo sentimos. Sabemos que no quieres hacernos daño –ella hizo una pausa, las manos todavía extendidas, mientras el lobo la contemplaba con los ojos sin expresión–. ¿Quién… quién eres? – preguntó ella. Miró por encima de su hombro a Nicholas y frunció el ceño–. ¿Puedes guardar esa cosa?
Nicholas parecía que estuviera por decirle en términos nada vacilantes que tú no podías simplemente guardar un cuchillo seráfico que estaba encendido en presencia de peligro, pero antes de que pudiera decir nada, el lobo dio otro gruñido bajo y comenzó a levantarse. Las patas alargándose, su columna enderezándose, la mandíbula retrayéndose. En unos cuantos segundos una chica estaba enfrente de ellos… Una chica llevando un manchado vestido blanco, su cabello rizado enlazado hacia atrás con múltiples trenzas, una cicatriz alineada en su garganta.
-"¿Quién eres?" –imitó la chica con indignación–. No me puedo creer que no me hayas reconocido. Ni que todos los lobos pareciéramos exactamente iguales. Humanos…
____(tn) dejó salir una respiración de alivio.
-¡Maia!
-Soy yo. Salvándoos el culo, como de costumbre –ella sonreía. Estaba salpicada de sangre e inmundicia. No había sido visible sobre su pelaje de lobo, pero los surcos rojos y negros resaltaban asombrosamente contra su piel marrón. Ella puso la mano sobre su estómago –Y qué asqueroso, por cierto. No puedo creer que me haya mascado entero ese demonio. Espero no ser alérgica.
-Pero, ¿qué estás haciendo aquí? –demandó ____(tn)–. Quiero decir, no es que no estemos contentos de verte, pero…
-¿No lo sabéis? –Maia miró de Nicholas a ____(tn) con perplejidad –Luke nos ha traído aquí.
-¿Luke? –____(tn) miró fijamente–. ¿Luke está… aquí?
Maia asintió con la cabeza.
-Él se puso en contacto con su manada, y con un montón de otras más, con todo aquel que se le ocurrió, y nos dijo que todos nosotros teníamos que venir a Idris. Volamos hasta la frontera y viajamos desde allí. Algunas de las demás manadas, usaron un Portal dentro del bosque y nos encontramos allí. Luke dijo que los Nephilim iban a necesitar nuestra ayuda… –su voz se fue apagando–. ¿No sabíais de esto?
-No –dijo Nicholas–, y dudo que la Clave tampoco. Ellos no son muy amigos de pedir ayuda a Submundos.
Maia se enderezó, los ojos echando chispas de enfado.
-Si no hubiera sido por nosotros, todos vosotros habríais sido masacrados. No había nadie protegiendo la ciudad cuando hemos llegado aquí…
-No –dijo ____(tn), disparando una mirada enfadada a Nicholas–, te estoy realmente, realmente agradecida por salvarnos, Maia, y Nicholas también, aunque sea tan testarudo que prefiera meterse un cuchillo seráfico por el globo ocular a decirlo. Y no digas que esperas que lo haga –añadió ella a toda prisa, viendo la mirada en el rostro de la chica–, porque eso realmente no sería nada útil. En este momento lo que necesitamos es llegar a casa de los Lightwood, y luego tengo que encontrar a Luke…
-¿Los Lightwood? Creo que están en el Salón de los Acuerdos. Allí es donde han sido llevados todos. Vi a Alec allí, al menos –dijo Maia –y a ese brujo también, el del pelo de punta. Magnus.
-Si Alec está allí, los demás deben estarlo también –el aspecto de alivio sobre el rostro de Nicholas le hizo a ____(tn) querer poner la mano sobre su hombro. No lo hizo–. Inteligente, llevarlos a todos al Salón; está protegido –él deslizó el brillante cuchillo seráfico en su cinturón–. Vamos…
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
Todo esta mal! u.u
Por lo menos Luke ya volvió!
Disfruten el capi! ;)
Vuelvo más tarde con un poquito más! :)
\^.^/
Lu wH!;*
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
NONONONONOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!! YO DESCONFIABA DE SEBASTIAAANN... PERO QUE ES LO QUE REALMENTE TIENE QUE VER???
ES ALIADO DE VALENTINE?????
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH!!!
SON FAN DE MAGNUUUUUUSSSS!!!!!!
JEJEJEJ Y LUKE!!! REGRESOOO CON MAS AYUUDAAAAA!!!!!!!
SIGUELAA PORFIISSS
ES ALIADO DE VALENTINE?????
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH!!!
SON FAN DE MAGNUUUUUUSSSS!!!!!!
JEJEJEJ Y LUKE!!! REGRESOOO CON MAS AYUUDAAAAA!!!!!!!
SIGUELAA PORFIISSS
chelis
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
ohh siii cada vez empeora más todo :(
Opino que mande al mundo de los demonios
A Valentine para que ya deje a todos tranquilos
Es que en verdad, no se cansa??
Y awww amo a Nick siempre tan lindo y hermoso
Protegiendo a la rayis en verdad lo adoro
Y menos mal que Maia y Luke ya estén ahí
Les serán de mucha ayuda y
Alec y Magnus espero no estén en problemas
Ya que con la clave no se puede confiar mucho
Hehehe :)
Ohh plis siguela!!! :)
Opino que mande al mundo de los demonios
A Valentine para que ya deje a todos tranquilos
Es que en verdad, no se cansa??
Y awww amo a Nick siempre tan lindo y hermoso
Protegiendo a la rayis en verdad lo adoro
Y menos mal que Maia y Luke ya estén ahí
Les serán de mucha ayuda y
Alec y Magnus espero no estén en problemas
Ya que con la clave no se puede confiar mucho
Hehehe :)
Ohh plis siguela!!! :)
Karli Jonas
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
chelis escribió:NONONONONOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!! YO DESCONFIABA DE SEBASTIAAANN... PERO QUE ES LO QUE REALMENTE TIENE QUE VER???
ES ALIADO DE VALENTINE?????
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH!!!
SON FAN DE MAGNUUUUUUSSSS!!!!!!
JEJEJEJ Y LUKE!!! REGRESOOO CON MAS AYUUDAAAAA!!!!!!!
SIGUELAA PORFIISSS
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
Por eso es bueno confiar en los instintos!
Ya verás que papel tiene en la historia Sebastian! :¬¬:
Solo recuerda algo! #TeamAntiSebastian4Ever
;) También soy Fan de Magnus!
Siiiiiiiii, Luke esta de vuelta! *.*
Ya la sigo! :)
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
Karli Jonas escribió:ohh siii cada vez empeora más todo :(
Opino que mande al mundo de los demonios
A Valentine para que ya deje a todos tranquilos
Es que en verdad, no se cansa??
Y awww amo a Nick siempre tan lindo y hermoso
Protegiendo a la rayis en verdad lo adoro
Y menos mal que Maia y Luke ya estén ahí
Les serán de mucha ayuda y
Alec y Magnus espero no estén en problemas
Ya que con la clave no se puede confiar mucho
Hehehe :)
Ohh plis siguela!!! :)
Todo esta de color hormiga huh! :sad:
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
Ojala todo fuera tan fácil como dices, lamentablemente aún
tenemos que aguantar a Valentine! :¬¬:
El Nicho :(L): siempre es lindo & un amor! :hug:
Sip, Luke al rescate! *.*
Lo se, la clave es mala! u.u
Ya la sigo! :)
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
chelis escribió:OOOTROOOOO
Ya la sigo! :)
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
• TODOS LOS HUÉSPEDES DEL INFIERNO - CAPITULO 11 (Parte 2) •
____(tn) reconoció el interior del Salón de los Acuerdos desde el momento en el que entró en él. Era el lugar con el que había soñado, donde ella había estado bailando con Simón y luego con Nicholas. Este era el lugar al que estaba intentando enviarme cuando atravesé el Portal, pensó ella, mirando alrededor las paredes de blanco pálido y el alto techo con su enorme claraboya de cristal, por la que podía ver el cielo nocturno. La sala, aunque muy extensa, parecía de algún modo más pequeña y deslucida que en su sueño. La fuente de mármol estaba todavía allí en el centro de la habitación, surtiendo agua, pero parecía deslustrada, y los escalones que llevaban hasta ella estaban atestados de gente, mucha luciendo vendajes. El espacio estaba lleno de Cazadores de Sombras, gente apresurándose de aquí para allá, a veces parándose para tratar de ver las caras de otros que pasaban, como esperando encontrar un amigo o un pariente. El suelo estaba mugriento por la suciedad, surcado con manchas de barro y sangre. Lo que le chocaba a ____(tn) más que nada era el silencio. Si éstas hubieran sido las secuelas de algún desastre en el mundo de los mundanos, habría habido gente chillando, gritando y llamándose los unos a los otros. Pero la sala estaba casi sin sonido. La gente estaba sentada silenciosamente, algunos con la cabeza en las manos, algunos mirando al vacío. Niños acurrucados cerca de sus padres, pero ninguno de ellos estaba llorando.
Ella notó algo más también, mientras se adentraba en la sala, Nicholas y Maia cada uno a un lado de ella. Había un grupo de personas de aspecto desaliñado junto a la fuente en un círculo desigual. Ellos se mantenían de algún modo aparte del resto de la muchedumbre, y cuando Maia los vio y sonrió, ____(tn) se dio cuenta de por qué.
-¡Mi manada! –exclamó Maia. Ella se fue directa hacia ellos, haciendo una pausa sólo para echar una mirada sobre su hombro a ____(tn) mientras se iba–. Estoy segura de que Luke está por aquí en algún lugar –gritó ella, y desapareció en el grupo, que se acercó a ella. ____(tn) se preguntó, por un momento, qué pasaría si seguía a la chica lobo hasta el círculo. ¿Sería bienvenida como amiga de Luke, o sólo sería mirada con sospecha como a los demás Cazadores de Sombras?
-No lo hagas –dijo Nicholas, como leyendo su mente–. No es una buena…
Pero ____(tn) nunca descubrió lo que no era, porque hubo un grito, ¡Nicholas!, y Alec apareció, sin aliento de abrirse camino a través de la multitud para alcanzarlos. Su cabello oscuro era un desorden y había sangre en su ropa, pero sus ojos estaban brillantes con una mezcla de alivio y enfado. Él agarró a Nicholas por la parte delantera de su chaqueta.
-¿Qué te ha pasado?
Nicholas parecía afrentado.
-¿Qué me ha pasado a mí?
Alec lo sacudió, no suavemente.
-¡Dijiste que ibas a dar un paseo! ¿Qué tipo de paseo te lleva seis horas?
-¿Uno largo? –sugirió Nicholas.
-Podría matarte –dijo Alec, soltando su agarre de la ropa de Nicholas–. Estoy pensando seriamente en ello.
-Aunque eso iría en contra del tema en cuestión, ¿no? –dijo Nicholas. Él echó un vistazo alrededor–. ¿Dónde están todos? ¿Isabelle y…
-Isabelle y Max se quedaron en casa de los Penhallow, con Sebastian – dijo Alec–. Mamá y papá van hacia allí a por ellos. Y Aline está aquí, con sus padres, pero ella no habla mucho. Pasó un momento bastante malo con un demonio Rezkor bajo uno de los canales. Pero Izzy la salvó.
-¿Y Simón? –dijo ____(tn) con ansiedad–. ¿Has visto a Simón? Él habrá bajado con los demás desde el Gard.
Alec sacudió la cabeza.
-No, no lo ha hecho… Pero no he visto al Inquisidor tampoco, o al Cónsul. Probablemente estará con uno de ellos. Tal vez han parado en algún lugar, o…
Él se interrumpió cuando un murmullo recorrió la sala; ____(tn) vio al grupo de licántropos subir la mirada alerta como un grupo de perros de caza intuyendo el juego. Ella se volvió…
Y vio a Luke, cansado y manchado de sangre, atravesando las puertas dobles del Salón. Ella corrió hacia él. Olvidando lo mal que le sentó que él se fuese, y olvidando lo enfadado que estaba él con ella por haberlos traído aquí, olvidando todo excepto lo contenta que estaba de verlo. Él pareció sorprendido un instante cuando ella se lanzó hacia él como un cañonazo, luego sonrió y tendió los brazos, y la levantó mientras la abrazaba, de la manera que lo había hecho cuando ella era muy pequeña. Él olía a sangre, franela y humo, y por un momento ella cerró los ojos pensando en la forma en la que Alec había agarrado a Nicholas cuando lo había visto en el Salón, porque eso era lo que hacías con la familia cuando has estado preocupado por ellos, agarrarlos fuertemente y decirles lo mucho que te han cabreado, y que todo está ya bien, porque no importa lo enfadado que hayas estado, ellos son todavía parte de ti. Y lo que ella le había dicho a Valentine era verdad. Luke era su familia.
Él volvió a bajarla al suelo, haciendo un pequeño gesto de dolor mientras lo hacía.
-Cuidado –dijo él–, un demonio Croucher me alcanzó bajo el hombro junto al Puente Merryweather –él puso las manos sobre sus hombros, estudiando su rostro–. Pero, tú estás bien, ¿no?
-Bueno, esta es una escena conmovedora –dijo una voz fría–. ¿Verdad?
____(tn) se volvió, la mano de Luke todavía en su hombro. Detrás de ella estaba un hombre alto con una capa azul que se le arremolinaba a los pies mientras se movía hacia ellos. Su rostro bajo la capucha de la capa era el rostro de una estatua esculpida: altos pómulos con afilados rasgos aguileños y ojos con pesados párpados.
-Lucian –dijo él sin mirar a ____(tn) –tendría que haber supuesto que eras tú el que estaba detrás de esta… esta invasión.
-¿Invasión? –hizo eco Luke, y de repente, su manada de licántropos estaba detrás de él. Ellos se habían acercado con tanta rapidez y tan silenciosamente que era como si hubieran aparecido de la nada–. Nosotros no somos los que hemos invadido tu ciudad, Cónsul. Ha sido Valentine.
Nosotros sólo estamos tratando de ayudar.
-La Clave no necesita ayuda –dijo bruscamente el Cónsul–. No de los que son como tú. Ya estáis quebrantando la Ley simplemente por entrar en la Ciudad de Cristal, con protecciones o sin ellas. Debes saber eso.
-Creo que es bastante evidente que la Clave necesita ayuda. Si no hubiéramos venido cuando lo hemos hecho, muchos más de vosotros estaríais muertos ahora –Luke echó una mirada alrededor en la sala; varios grupos de Cazadores de Sombras se habían acercado a ellos para ver qué estaba pasando. Algunos de ellos miraban a Luke de frente, otros dejaban caer la mirada, como si estuvieran avergonzados. Pero ninguno de ellos, pensó ____(tn) con una repentina oleada de sorpresa, parecía enfadado–. Lo he hecho para demostrar algo, Malachi.
La voz de Malachi era fría.
-¿Y qué sería eso que pretendes demostrar?
-Que vosotros nos necesitáis –dijo Luke–, para derrotar a Valentine necesitáis nuestra ayuda. No sólo la ayuda de los licántropos, sino la de todos los Submundos.
-¿Qué pueden hacer los Submundos contra Valentine? –preguntó Malachi con desprecio–. Lucian, sabes mejor que nadie eso. Fuiste uno de nosotros una vez. Siempre nos hemos enfrentado solos a todos los peligros y guardado al mundo del mal. Ahora nos enfrentaremos al poder de Valentine con nuestras propias fuerzas. Los Submundos harían bien en permanecer fuera de nuestro camino. Somos Nephilim, luchamos en nuestras propias batallas.
-Eso no es exactamente verdad, ¿no? –dijo una voz aterciopelada. Era Magnus Bane, llevando un largo abrigo brillante, múltiples aros en sus orejas y una expresión pícara. ____(tn) no tenía ni idea de por dónde había venido–. Muchos de vosotros habéis utilizado la ayuda de brujos en más de una ocasión en el pasado, y pagado maravillosamente por ello también.
Malachi frunció el ceño.
-No recuerdo que la Clave te haya invitado a la Ciudad de Cristal, Magnus Bane.
-No lo ha hecho –dijo Magnus–. Vuestras protecciones están desactivadas.
-¿De verdad? –la voz del Cónsul destilaba sarcasmo–. No lo había notado.
Magnus parecía preocupado.
-Eso es terrible. Alguien debería habértelo dicho –él echó un vistazo a Luke–. Dile que las protecciones están desactivadas.
Luke parecía exasperado.
-Malachi, por el amor de Dios, los Submundos somos fuertes, y somos muchos. Te lo he dicho, podemos ayudaros.
La voz del Cónsul se elevó.
-Y yo te lo he dicho a ti, ¡no necesitamos ni queremos vuestra ayuda!
-Magnus –____(tn) se deslizó silenciosamente a su lado y susurró. Un pequeño grupo se había congregado, observando la pelea de Luke y el Cónsul; ella estaba bastante segura de que nadie estaba prestándole atención–. Ven a hablar conmigo, mientras todos estén demasiado ocupados riñendo para notarlo.
Magnus le dedicó una rápida mirada inquisitiva, asintió con la cabeza y la apartó de allí cortando a través de la multitud como un abrelatas. Ninguno de los Cazadores de Sombras u hombres lobos allí reunidos parecían querer ponerse en el camino de un brujo de 1.83 de altura con ojos de gato y sonrisa de maniaco. Él la empujó hasta una esquina más tranquila.
-¿Qué es?
-Conseguí el libro –____(tn) lo sacó del bolsillo de su abrigo sucio y manchado, dejando marcadas las huellas sobre su cubierta marfileña–. Fui a la casa de Valentine. Estaba en la biblioteca como dijiste. Y… –ella se interrumpió, pensando en el ángel encarcelado–. No importa –ella le ofreció el Libro del Blanco–. Aquí está. Cógelo.
Magnus cogió el libro de sus manos con una mano de largos dedos.
Echó un rápido vistazo a través de sus páginas con sus ojos ensanchándose.
-Esto es incluso mejor de lo que había escuchado que era –anunció él alegremente–. No puedo esperar a empezar con estos hechizos.
-¡Magnus! –la aguda voz de ____(tn) lo trajo de vuelta a la Tierra–. Primero mi madre. Lo prometiste.
-Y cumplo mis promesas –el brujo asintió con gravedad, pero había algo en sus ojos, algo que a ____(tn) no le inspiró bastante confianza.
-Hay algo más, también –añadió ella, pensando en Simón–. Antes de que te vayas…
-¡____(tn)! –habló una voz, sin aliento, en su hombro.
Ella se volvió con sorpresa para ver a Sebastian a su lado. Llevaba su equipación, y ésta parecía de algún modo completamente apropiada para él, pensó ella, como si hubiera nacido para llevarla. Mientras todos aparecían ensangrentados y despeinados, él estaba impecable… A excepción de una doble línea de rasguños que recorrían su mejilla izquierda, como si algo le hubiera arañado con una mano de garra.
-Estaba preocupado por ti. Pasé por casa de Amatis de camino a aquí, pero no estabas allí, y ella dijo que no te había visto…
-Bueno, estoy bien –____(tn) echó un vistazo de Sebastian a Magnus, que estaba sosteniendo el Libro del Blanco contra su pecho. La angulosa ceja de Sebastian se elevó–. ¿Y tú? Tu cara…
Ella levantó la mano para tocar sus heridas. De los arañazos todavía salía cierta cantidad de sangre. Sebastian se encogió de hombros, apartando su mano con delicadeza.
-Una demonio me alcanzó cerca de la casa de los Penhallow. Aunque, estoy bien. ¿Qué está pasando?
-Nada. Sólo estaba hablando con Ma… Ragnor –dijo ____(tn) a toda prisa, dándose cuenta con un repentino horror que Sebastian no tenía ni idea de quién era Magnus en realidad.
-¿Maragnor? –Sebastian arqueó las cejas–. Vaya, bien –él miraba con curiosidad el Libro del Blanco. ____(tn) deseaba que Magnus lo guardara… La manera en la que lo estaba sosteniendo, sus letras doradas eran claramente visibles–. ¿Qué es eso?
Magnus le estudió por un momento, sus ojos de gato considerando.
-Un libro de hechizos –dijo él finalmente–. Nada que fuera interesante para un Cazador de Sombras.
-En realidad, mi tía colecciona libros de hechizos. ¿Puedo verlo? – Sebastian tendió la mano, pero antes de que Magnus pudiera rehusar, ____(tn) escuchó a alguien decir su nombre, y Nicholas y Alec llegaron hasta donde ellos estaban, claramente ninguno de los dos demasiado contento de ver a Sebastian.
-¡Creía que te había dicho que te quedaras con Max e Isabelle! –le dijo Alec bruscamente–. ¿Les has dejado solos?
Lentamente los ojos de Sebastian pasaron de Magnus a Alec.
-Tus padres vinieron a casa, justo como dijiste que harían –su voz era fría–. Ellos me enviaron por delante para decirte que están todos bien, y así es como están Izzy y Max. Están de camino.
-Bien –dijo Nicholas, su voz cargada de sarcasmo–, gracias por pasar esas noticias al segundo de llegar aquí.
-No os he visto al segundo de llegar aquí –dijo Sebastian–. He visto a ____(tn).
-Porque estabas buscándola.
-Porque necesitaba hablar con ella. A solas –él se encontró con los ojos de ____(tn) otra vez, y luego la intensidad de su mirada le dio un respiro. Ella quiso decirle que no la mirara así cuando Nicholas estaba allí, pero eso sonaría poco razonable y disparatado, y además, quizás él en verdad tenía algo importante que decirle–. ¿____(tn)?
Ella asintió con la cabeza.
-Está bien. Sólo un segundo –dijo ella, y vio la expresión de Nicholas cambiar: él no fruncía el ceño, sino que su rostro se quedó muy quieto–. Enseguida vuelvo –añadió ella, pero Nicholas no la miró. Estaba mirando a Sebastian.
Sebastian la tomó por la muñeca y la llevó lejos de los demás, tirando de ella hacia la zona más concurrida de gente. Ella echó un vistazo hacia atrás sobre su hombro. Todos ellos estaban observándola, incluso Magnus. Le vio sacudir la cabeza una vez, muy ligeramente. Ella se clavó en el sitio.
-Sebastian. Para. ¿Qué es esto? ¿Qué tienes que decirme?
Él se volvió y la encaró, todavía sosteniendo su muñeca.
-Pensaba que podríamos ir fuera –dijo él–, hablar en privado…
-No. Quiero quedarme aquí –dijo ella, y oyó su propia voz flaquear ligeramente, como si no estuviera segura. Pero ella estaba segura. Tiró de su muñeca para atrás, soltándola de su presión–. ¿Qué pasa?
-Ese libro –dijo él–, ése que Fell estaba sosteniendo, el Libro del Blanco, ¿sabes dónde lo ha conseguido?
-¿De eso es de lo que querías hablar conmigo?
-Es un libro de hechizos extraordinariamente poderoso –explicó Sebastian–. Y uno que… Bueno, que mucha gente ha estado buscando durante mucho tiempo.
Ella resopló con exasperación.
-Está bien, Sebastian, mira –dijo ella–. Ese no es Ragnor Fell. Es Magnus Bane.
-¿Ese es Magnus Bane? –Sebastian se giró y observó antes de volverse de nuevo a ____(tn) con una mirada acusatoria en los ojos–. Y lo has sabido todo el tiempo, ¿verdad? Conoces a Bane.
-Sí, y lo siento. Pero él no quería que te lo dijese. Y él es el único que podría ayudarme a salvar a mi madre. Ese es el por qué de que le haya dado el Libro del Blanco. Hay un hechizo en él que podría ayudarla.
Algo destelló tras los ojos de Sebastian, y ____(tn) tuvo la misma sensación que había tenido después de que él la besara: un tirón de completo error, como si ella hubiera dado un paso hacia delante esperando encontrar tierra firme bajo los pies y, en su lugar, cayera al vacío. La mano de él salió disparada y agarró su muñeca.
-¿Tú le has dado el libro, el Libro del Blanco, a un brujo? ¿A un asqueroso Submundo?
____(tn) se quedó muy quieta.
-No puedo creer que digas eso –ella bajó la mirada al lugar donde la mano de Sebastian ceñía su muñeca–. Magnus es mi amigo.
Sebastian dejó de apretar su muñeca, sólo un poco.
-Lo siento –dijo él–. No debería haber dicho eso. Es sólo que… ¿Cómo de bien conoces a Magnus Bane?
-Mejor de lo que te conozco a ti –dijo ____(tn) fríamente.
Ella echó un vistazo hacia atrás, hacia el lugar donde había dejado a Magnus con Nicholas y Alec… Y sintió una sacudida por la sorpresa. Magnus se había ido. Nicholas y Alec estaban allí, observándola a ella y a Sebastian.
Podía sentir el calor de la desaprobación de Nicholas como un horno abierto.
Sebastian siguió su mirada, sus ojos oscureciéndose.
-¿Lo suficiente para saber a dónde ha ido con tu libro?
-No es mi libro. Se lo he dado –dijo ____(tn) con brusquedad, pero había una fría sensación en su estómago, recordando esa sombra en los ojos de Magnus–. Y no veo qué te importa a ti eso. Mira, agradezco que me ofrecieras tu ayuda para encontrar a Ragnor Fell ayer, pero de veras que ahora se te está yendo la olla conmigo. Voy a volver con mis amigos.
Ella comenzó a apartarse, pero él se movió para bloquearla.
-Lo siento. No debería haber dicho lo que dije. Es sólo que… Hay mucho más en todo esto de lo que tú sabes.
-Pues dímelo.
-Ven fuera conmigo. Te lo contaré todo –su tono era inquieto, preocupado–. ____(tn), por favor.
Ella sacudió la cabeza.
-Tengo que quedarme aquí. Tengo que esperar a Simón –esto era en parte verdad, y en parte una excusa–. Alec me ha dicho que traerían a los prisioneros aquí…
Sebastian estaba sacudiendo la cabeza.
-____(tn), ¿nadie te lo ha dicho? Han dejado a los prisioneros atrás. Oí a Malachi decirlo así. La ciudad era atacada, y evacuaron el Gard, pero no han sacado a los prisioneros. Malachi dijo que ambos estaban aliados con Valentine de todos modos. Que no había forma de dejarlos salir sin que fuera demasiado riesgo.
La cabeza de ____(tn) parecía estar llena de niebla; se sintió mareada, y un poco enferma.
-Eso no puede ser verdad.
-Es verdad –dijo Sebastian–. Juro que lo es –su presión sobre la muñeca de ____(tn) se hizo más rígida otra vez, y ella se tambaleó–. Te puedo llevar allí arriba. Arriba, al Gard. Puedo ayudarte a sacarlo. Pero tienes que prometerme que tú…
-Ella no tiene que prometerte nada –dijo Nicholas–. Suéltala, Sebastian.
Sebastian, sobresaltado, dejó de apretar la muñeca de ____(tn). Ésta tiró de ella liberándola, y se volvió para ver a Nicholas y a Alec, ambos frunciendo el ceño. La mano de Nicholas estaba descansando ligeramente sobre la empuñadura de su cuchillo seráfico en su cintura.
-____(tn) puede hacer lo que quiera –dijo Sebastian. Él no estaba frunciendo el ceño, pero había una extraña mirada fija sobre su cara que era de algún modo peor–. Y ahora mismo quiere venir conmigo a salvar a su amigo. El amigo al que vosotros conseguisteis meter en la cárcel.
Alec empalideció ante eso, pero Nicholas sólo sacudió la cabeza.
-No me gustas –dijo él de forma pensativa–. Sé que a todos los demás les gustas, Sebastian, pero a mí no. Tal vez sea que te esfuerzas tanto en hacer que a la gente le gustes. Tal vez sea que sólo soy un cabrón que siempre tiene que llevar la contraria. Pero no me gustas, y no me gusta la forma en la que estabas agarrando a mi hermana. Si ella quiere subir al Gard y buscar a Simón, bien. Irá con nosotros. No contigo.
La expresión rígida de Sebastian no cambió.
-Creo que debería ser elección suya –dijo él–. ¿Tú no?
Ambos miraron a ____(tn). Ella miraba más allá de ellos, hacia Luke, todavía discutiendo con Malachi.
-Quiero ir con mi hermano –dijo ella.
Algo parpadeó tras los ojos de Sebastian… Algo que estuvo allí y se fue demasiado rápido para que ____(tn) lo identificara, aunque ella sintió un escalofrío en la base del cuello, como si una mano fría la hubiera tocado allí.
-Por supuesto que sí –dijo él, y se hizo a un lado.
Fue Alec el primero en moverse, empujando a Nicholas delante de él, haciéndole andar. Estaban a medio camino de las puertas cuando ella se dio cuenta de que le estaba doliendo la muñeca, escociéndole como si se la hubiera quemado. Mirando hacia abajo, esperaba ver una marca sobre la muñeca, donde Sebastian la había tenido agarrada, pero no había nada allí. Sólo una mancha de sangre en su manga donde había tocado con el corte de la cara de él. Frunciendo el ceño, con la muñeca todavía escociéndole, se bajó la manga y se apresuró para ponerse a la altura de los otros.
Ella notó algo más también, mientras se adentraba en la sala, Nicholas y Maia cada uno a un lado de ella. Había un grupo de personas de aspecto desaliñado junto a la fuente en un círculo desigual. Ellos se mantenían de algún modo aparte del resto de la muchedumbre, y cuando Maia los vio y sonrió, ____(tn) se dio cuenta de por qué.
-¡Mi manada! –exclamó Maia. Ella se fue directa hacia ellos, haciendo una pausa sólo para echar una mirada sobre su hombro a ____(tn) mientras se iba–. Estoy segura de que Luke está por aquí en algún lugar –gritó ella, y desapareció en el grupo, que se acercó a ella. ____(tn) se preguntó, por un momento, qué pasaría si seguía a la chica lobo hasta el círculo. ¿Sería bienvenida como amiga de Luke, o sólo sería mirada con sospecha como a los demás Cazadores de Sombras?
-No lo hagas –dijo Nicholas, como leyendo su mente–. No es una buena…
Pero ____(tn) nunca descubrió lo que no era, porque hubo un grito, ¡Nicholas!, y Alec apareció, sin aliento de abrirse camino a través de la multitud para alcanzarlos. Su cabello oscuro era un desorden y había sangre en su ropa, pero sus ojos estaban brillantes con una mezcla de alivio y enfado. Él agarró a Nicholas por la parte delantera de su chaqueta.
-¿Qué te ha pasado?
Nicholas parecía afrentado.
-¿Qué me ha pasado a mí?
Alec lo sacudió, no suavemente.
-¡Dijiste que ibas a dar un paseo! ¿Qué tipo de paseo te lleva seis horas?
-¿Uno largo? –sugirió Nicholas.
-Podría matarte –dijo Alec, soltando su agarre de la ropa de Nicholas–. Estoy pensando seriamente en ello.
-Aunque eso iría en contra del tema en cuestión, ¿no? –dijo Nicholas. Él echó un vistazo alrededor–. ¿Dónde están todos? ¿Isabelle y…
-Isabelle y Max se quedaron en casa de los Penhallow, con Sebastian – dijo Alec–. Mamá y papá van hacia allí a por ellos. Y Aline está aquí, con sus padres, pero ella no habla mucho. Pasó un momento bastante malo con un demonio Rezkor bajo uno de los canales. Pero Izzy la salvó.
-¿Y Simón? –dijo ____(tn) con ansiedad–. ¿Has visto a Simón? Él habrá bajado con los demás desde el Gard.
Alec sacudió la cabeza.
-No, no lo ha hecho… Pero no he visto al Inquisidor tampoco, o al Cónsul. Probablemente estará con uno de ellos. Tal vez han parado en algún lugar, o…
Él se interrumpió cuando un murmullo recorrió la sala; ____(tn) vio al grupo de licántropos subir la mirada alerta como un grupo de perros de caza intuyendo el juego. Ella se volvió…
Y vio a Luke, cansado y manchado de sangre, atravesando las puertas dobles del Salón. Ella corrió hacia él. Olvidando lo mal que le sentó que él se fuese, y olvidando lo enfadado que estaba él con ella por haberlos traído aquí, olvidando todo excepto lo contenta que estaba de verlo. Él pareció sorprendido un instante cuando ella se lanzó hacia él como un cañonazo, luego sonrió y tendió los brazos, y la levantó mientras la abrazaba, de la manera que lo había hecho cuando ella era muy pequeña. Él olía a sangre, franela y humo, y por un momento ella cerró los ojos pensando en la forma en la que Alec había agarrado a Nicholas cuando lo había visto en el Salón, porque eso era lo que hacías con la familia cuando has estado preocupado por ellos, agarrarlos fuertemente y decirles lo mucho que te han cabreado, y que todo está ya bien, porque no importa lo enfadado que hayas estado, ellos son todavía parte de ti. Y lo que ella le había dicho a Valentine era verdad. Luke era su familia.
Él volvió a bajarla al suelo, haciendo un pequeño gesto de dolor mientras lo hacía.
-Cuidado –dijo él–, un demonio Croucher me alcanzó bajo el hombro junto al Puente Merryweather –él puso las manos sobre sus hombros, estudiando su rostro–. Pero, tú estás bien, ¿no?
-Bueno, esta es una escena conmovedora –dijo una voz fría–. ¿Verdad?
____(tn) se volvió, la mano de Luke todavía en su hombro. Detrás de ella estaba un hombre alto con una capa azul que se le arremolinaba a los pies mientras se movía hacia ellos. Su rostro bajo la capucha de la capa era el rostro de una estatua esculpida: altos pómulos con afilados rasgos aguileños y ojos con pesados párpados.
-Lucian –dijo él sin mirar a ____(tn) –tendría que haber supuesto que eras tú el que estaba detrás de esta… esta invasión.
-¿Invasión? –hizo eco Luke, y de repente, su manada de licántropos estaba detrás de él. Ellos se habían acercado con tanta rapidez y tan silenciosamente que era como si hubieran aparecido de la nada–. Nosotros no somos los que hemos invadido tu ciudad, Cónsul. Ha sido Valentine.
Nosotros sólo estamos tratando de ayudar.
-La Clave no necesita ayuda –dijo bruscamente el Cónsul–. No de los que son como tú. Ya estáis quebrantando la Ley simplemente por entrar en la Ciudad de Cristal, con protecciones o sin ellas. Debes saber eso.
-Creo que es bastante evidente que la Clave necesita ayuda. Si no hubiéramos venido cuando lo hemos hecho, muchos más de vosotros estaríais muertos ahora –Luke echó una mirada alrededor en la sala; varios grupos de Cazadores de Sombras se habían acercado a ellos para ver qué estaba pasando. Algunos de ellos miraban a Luke de frente, otros dejaban caer la mirada, como si estuvieran avergonzados. Pero ninguno de ellos, pensó ____(tn) con una repentina oleada de sorpresa, parecía enfadado–. Lo he hecho para demostrar algo, Malachi.
La voz de Malachi era fría.
-¿Y qué sería eso que pretendes demostrar?
-Que vosotros nos necesitáis –dijo Luke–, para derrotar a Valentine necesitáis nuestra ayuda. No sólo la ayuda de los licántropos, sino la de todos los Submundos.
-¿Qué pueden hacer los Submundos contra Valentine? –preguntó Malachi con desprecio–. Lucian, sabes mejor que nadie eso. Fuiste uno de nosotros una vez. Siempre nos hemos enfrentado solos a todos los peligros y guardado al mundo del mal. Ahora nos enfrentaremos al poder de Valentine con nuestras propias fuerzas. Los Submundos harían bien en permanecer fuera de nuestro camino. Somos Nephilim, luchamos en nuestras propias batallas.
-Eso no es exactamente verdad, ¿no? –dijo una voz aterciopelada. Era Magnus Bane, llevando un largo abrigo brillante, múltiples aros en sus orejas y una expresión pícara. ____(tn) no tenía ni idea de por dónde había venido–. Muchos de vosotros habéis utilizado la ayuda de brujos en más de una ocasión en el pasado, y pagado maravillosamente por ello también.
Malachi frunció el ceño.
-No recuerdo que la Clave te haya invitado a la Ciudad de Cristal, Magnus Bane.
-No lo ha hecho –dijo Magnus–. Vuestras protecciones están desactivadas.
-¿De verdad? –la voz del Cónsul destilaba sarcasmo–. No lo había notado.
Magnus parecía preocupado.
-Eso es terrible. Alguien debería habértelo dicho –él echó un vistazo a Luke–. Dile que las protecciones están desactivadas.
Luke parecía exasperado.
-Malachi, por el amor de Dios, los Submundos somos fuertes, y somos muchos. Te lo he dicho, podemos ayudaros.
La voz del Cónsul se elevó.
-Y yo te lo he dicho a ti, ¡no necesitamos ni queremos vuestra ayuda!
-Magnus –____(tn) se deslizó silenciosamente a su lado y susurró. Un pequeño grupo se había congregado, observando la pelea de Luke y el Cónsul; ella estaba bastante segura de que nadie estaba prestándole atención–. Ven a hablar conmigo, mientras todos estén demasiado ocupados riñendo para notarlo.
Magnus le dedicó una rápida mirada inquisitiva, asintió con la cabeza y la apartó de allí cortando a través de la multitud como un abrelatas. Ninguno de los Cazadores de Sombras u hombres lobos allí reunidos parecían querer ponerse en el camino de un brujo de 1.83 de altura con ojos de gato y sonrisa de maniaco. Él la empujó hasta una esquina más tranquila.
-¿Qué es?
-Conseguí el libro –____(tn) lo sacó del bolsillo de su abrigo sucio y manchado, dejando marcadas las huellas sobre su cubierta marfileña–. Fui a la casa de Valentine. Estaba en la biblioteca como dijiste. Y… –ella se interrumpió, pensando en el ángel encarcelado–. No importa –ella le ofreció el Libro del Blanco–. Aquí está. Cógelo.
Magnus cogió el libro de sus manos con una mano de largos dedos.
Echó un rápido vistazo a través de sus páginas con sus ojos ensanchándose.
-Esto es incluso mejor de lo que había escuchado que era –anunció él alegremente–. No puedo esperar a empezar con estos hechizos.
-¡Magnus! –la aguda voz de ____(tn) lo trajo de vuelta a la Tierra–. Primero mi madre. Lo prometiste.
-Y cumplo mis promesas –el brujo asintió con gravedad, pero había algo en sus ojos, algo que a ____(tn) no le inspiró bastante confianza.
-Hay algo más, también –añadió ella, pensando en Simón–. Antes de que te vayas…
-¡____(tn)! –habló una voz, sin aliento, en su hombro.
Ella se volvió con sorpresa para ver a Sebastian a su lado. Llevaba su equipación, y ésta parecía de algún modo completamente apropiada para él, pensó ella, como si hubiera nacido para llevarla. Mientras todos aparecían ensangrentados y despeinados, él estaba impecable… A excepción de una doble línea de rasguños que recorrían su mejilla izquierda, como si algo le hubiera arañado con una mano de garra.
-Estaba preocupado por ti. Pasé por casa de Amatis de camino a aquí, pero no estabas allí, y ella dijo que no te había visto…
-Bueno, estoy bien –____(tn) echó un vistazo de Sebastian a Magnus, que estaba sosteniendo el Libro del Blanco contra su pecho. La angulosa ceja de Sebastian se elevó–. ¿Y tú? Tu cara…
Ella levantó la mano para tocar sus heridas. De los arañazos todavía salía cierta cantidad de sangre. Sebastian se encogió de hombros, apartando su mano con delicadeza.
-Una demonio me alcanzó cerca de la casa de los Penhallow. Aunque, estoy bien. ¿Qué está pasando?
-Nada. Sólo estaba hablando con Ma… Ragnor –dijo ____(tn) a toda prisa, dándose cuenta con un repentino horror que Sebastian no tenía ni idea de quién era Magnus en realidad.
-¿Maragnor? –Sebastian arqueó las cejas–. Vaya, bien –él miraba con curiosidad el Libro del Blanco. ____(tn) deseaba que Magnus lo guardara… La manera en la que lo estaba sosteniendo, sus letras doradas eran claramente visibles–. ¿Qué es eso?
Magnus le estudió por un momento, sus ojos de gato considerando.
-Un libro de hechizos –dijo él finalmente–. Nada que fuera interesante para un Cazador de Sombras.
-En realidad, mi tía colecciona libros de hechizos. ¿Puedo verlo? – Sebastian tendió la mano, pero antes de que Magnus pudiera rehusar, ____(tn) escuchó a alguien decir su nombre, y Nicholas y Alec llegaron hasta donde ellos estaban, claramente ninguno de los dos demasiado contento de ver a Sebastian.
-¡Creía que te había dicho que te quedaras con Max e Isabelle! –le dijo Alec bruscamente–. ¿Les has dejado solos?
Lentamente los ojos de Sebastian pasaron de Magnus a Alec.
-Tus padres vinieron a casa, justo como dijiste que harían –su voz era fría–. Ellos me enviaron por delante para decirte que están todos bien, y así es como están Izzy y Max. Están de camino.
-Bien –dijo Nicholas, su voz cargada de sarcasmo–, gracias por pasar esas noticias al segundo de llegar aquí.
-No os he visto al segundo de llegar aquí –dijo Sebastian–. He visto a ____(tn).
-Porque estabas buscándola.
-Porque necesitaba hablar con ella. A solas –él se encontró con los ojos de ____(tn) otra vez, y luego la intensidad de su mirada le dio un respiro. Ella quiso decirle que no la mirara así cuando Nicholas estaba allí, pero eso sonaría poco razonable y disparatado, y además, quizás él en verdad tenía algo importante que decirle–. ¿____(tn)?
Ella asintió con la cabeza.
-Está bien. Sólo un segundo –dijo ella, y vio la expresión de Nicholas cambiar: él no fruncía el ceño, sino que su rostro se quedó muy quieto–. Enseguida vuelvo –añadió ella, pero Nicholas no la miró. Estaba mirando a Sebastian.
Sebastian la tomó por la muñeca y la llevó lejos de los demás, tirando de ella hacia la zona más concurrida de gente. Ella echó un vistazo hacia atrás sobre su hombro. Todos ellos estaban observándola, incluso Magnus. Le vio sacudir la cabeza una vez, muy ligeramente. Ella se clavó en el sitio.
-Sebastian. Para. ¿Qué es esto? ¿Qué tienes que decirme?
Él se volvió y la encaró, todavía sosteniendo su muñeca.
-Pensaba que podríamos ir fuera –dijo él–, hablar en privado…
-No. Quiero quedarme aquí –dijo ella, y oyó su propia voz flaquear ligeramente, como si no estuviera segura. Pero ella estaba segura. Tiró de su muñeca para atrás, soltándola de su presión–. ¿Qué pasa?
-Ese libro –dijo él–, ése que Fell estaba sosteniendo, el Libro del Blanco, ¿sabes dónde lo ha conseguido?
-¿De eso es de lo que querías hablar conmigo?
-Es un libro de hechizos extraordinariamente poderoso –explicó Sebastian–. Y uno que… Bueno, que mucha gente ha estado buscando durante mucho tiempo.
Ella resopló con exasperación.
-Está bien, Sebastian, mira –dijo ella–. Ese no es Ragnor Fell. Es Magnus Bane.
-¿Ese es Magnus Bane? –Sebastian se giró y observó antes de volverse de nuevo a ____(tn) con una mirada acusatoria en los ojos–. Y lo has sabido todo el tiempo, ¿verdad? Conoces a Bane.
-Sí, y lo siento. Pero él no quería que te lo dijese. Y él es el único que podría ayudarme a salvar a mi madre. Ese es el por qué de que le haya dado el Libro del Blanco. Hay un hechizo en él que podría ayudarla.
Algo destelló tras los ojos de Sebastian, y ____(tn) tuvo la misma sensación que había tenido después de que él la besara: un tirón de completo error, como si ella hubiera dado un paso hacia delante esperando encontrar tierra firme bajo los pies y, en su lugar, cayera al vacío. La mano de él salió disparada y agarró su muñeca.
-¿Tú le has dado el libro, el Libro del Blanco, a un brujo? ¿A un asqueroso Submundo?
____(tn) se quedó muy quieta.
-No puedo creer que digas eso –ella bajó la mirada al lugar donde la mano de Sebastian ceñía su muñeca–. Magnus es mi amigo.
Sebastian dejó de apretar su muñeca, sólo un poco.
-Lo siento –dijo él–. No debería haber dicho eso. Es sólo que… ¿Cómo de bien conoces a Magnus Bane?
-Mejor de lo que te conozco a ti –dijo ____(tn) fríamente.
Ella echó un vistazo hacia atrás, hacia el lugar donde había dejado a Magnus con Nicholas y Alec… Y sintió una sacudida por la sorpresa. Magnus se había ido. Nicholas y Alec estaban allí, observándola a ella y a Sebastian.
Podía sentir el calor de la desaprobación de Nicholas como un horno abierto.
Sebastian siguió su mirada, sus ojos oscureciéndose.
-¿Lo suficiente para saber a dónde ha ido con tu libro?
-No es mi libro. Se lo he dado –dijo ____(tn) con brusquedad, pero había una fría sensación en su estómago, recordando esa sombra en los ojos de Magnus–. Y no veo qué te importa a ti eso. Mira, agradezco que me ofrecieras tu ayuda para encontrar a Ragnor Fell ayer, pero de veras que ahora se te está yendo la olla conmigo. Voy a volver con mis amigos.
Ella comenzó a apartarse, pero él se movió para bloquearla.
-Lo siento. No debería haber dicho lo que dije. Es sólo que… Hay mucho más en todo esto de lo que tú sabes.
-Pues dímelo.
-Ven fuera conmigo. Te lo contaré todo –su tono era inquieto, preocupado–. ____(tn), por favor.
Ella sacudió la cabeza.
-Tengo que quedarme aquí. Tengo que esperar a Simón –esto era en parte verdad, y en parte una excusa–. Alec me ha dicho que traerían a los prisioneros aquí…
Sebastian estaba sacudiendo la cabeza.
-____(tn), ¿nadie te lo ha dicho? Han dejado a los prisioneros atrás. Oí a Malachi decirlo así. La ciudad era atacada, y evacuaron el Gard, pero no han sacado a los prisioneros. Malachi dijo que ambos estaban aliados con Valentine de todos modos. Que no había forma de dejarlos salir sin que fuera demasiado riesgo.
La cabeza de ____(tn) parecía estar llena de niebla; se sintió mareada, y un poco enferma.
-Eso no puede ser verdad.
-Es verdad –dijo Sebastian–. Juro que lo es –su presión sobre la muñeca de ____(tn) se hizo más rígida otra vez, y ella se tambaleó–. Te puedo llevar allí arriba. Arriba, al Gard. Puedo ayudarte a sacarlo. Pero tienes que prometerme que tú…
-Ella no tiene que prometerte nada –dijo Nicholas–. Suéltala, Sebastian.
Sebastian, sobresaltado, dejó de apretar la muñeca de ____(tn). Ésta tiró de ella liberándola, y se volvió para ver a Nicholas y a Alec, ambos frunciendo el ceño. La mano de Nicholas estaba descansando ligeramente sobre la empuñadura de su cuchillo seráfico en su cintura.
-____(tn) puede hacer lo que quiera –dijo Sebastian. Él no estaba frunciendo el ceño, pero había una extraña mirada fija sobre su cara que era de algún modo peor–. Y ahora mismo quiere venir conmigo a salvar a su amigo. El amigo al que vosotros conseguisteis meter en la cárcel.
Alec empalideció ante eso, pero Nicholas sólo sacudió la cabeza.
-No me gustas –dijo él de forma pensativa–. Sé que a todos los demás les gustas, Sebastian, pero a mí no. Tal vez sea que te esfuerzas tanto en hacer que a la gente le gustes. Tal vez sea que sólo soy un cabrón que siempre tiene que llevar la contraria. Pero no me gustas, y no me gusta la forma en la que estabas agarrando a mi hermana. Si ella quiere subir al Gard y buscar a Simón, bien. Irá con nosotros. No contigo.
La expresión rígida de Sebastian no cambió.
-Creo que debería ser elección suya –dijo él–. ¿Tú no?
Ambos miraron a ____(tn). Ella miraba más allá de ellos, hacia Luke, todavía discutiendo con Malachi.
-Quiero ir con mi hermano –dijo ella.
Algo parpadeó tras los ojos de Sebastian… Algo que estuvo allí y se fue demasiado rápido para que ____(tn) lo identificara, aunque ella sintió un escalofrío en la base del cuello, como si una mano fría la hubiera tocado allí.
-Por supuesto que sí –dijo él, y se hizo a un lado.
Fue Alec el primero en moverse, empujando a Nicholas delante de él, haciéndole andar. Estaban a medio camino de las puertas cuando ella se dio cuenta de que le estaba doliendo la muñeca, escociéndole como si se la hubiera quemado. Mirando hacia abajo, esperaba ver una marca sobre la muñeca, donde Sebastian la había tenido agarrada, pero no había nada allí. Sólo una mancha de sangre en su manga donde había tocado con el corte de la cara de él. Frunciendo el ceño, con la muñeca todavía escociéndole, se bajó la manga y se apresuró para ponerse a la altura de los otros.
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
Así Nicho! :(L): pon a Sebastian en su lugar! :¬¬:
Bueno las cosas se van a poner peor! :fiu:
Solo esperemos que todos salgan con bien! :suspect:
Las leo mañana! ;)
Lu wH!;*
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
QUE??? como que peor?? en serio las cosas se pueden poner peor?? Si teniendo a Valentine libre todo es posible
que rayos es ese, Sebastian?? es algun tipo de demonio disfrazado de mundano (hehehe amo esa palabra) no pero ya en serio?? Qué se trae con la rayis!?
No le hizo nada a Izzy ni a Max cierto??
Y Magnus?? Si es el verdad?? No esta igual disfrazado como Sebastián??
Hahaha a todos quiero disfrazar :)
Pero ya en serio que sucede?? Qué ya no entiendo nada...
Awwww ame a nuestro Nicho como siempre al rescate de la rayis, es que es tan adorable en verdad me encanta!!
SIGUELA!!
que rayos es ese, Sebastian?? es algun tipo de demonio disfrazado de mundano (hehehe amo esa palabra) no pero ya en serio?? Qué se trae con la rayis!?
No le hizo nada a Izzy ni a Max cierto??
Y Magnus?? Si es el verdad?? No esta igual disfrazado como Sebastián??
Hahaha a todos quiero disfrazar :)
Pero ya en serio que sucede?? Qué ya no entiendo nada...
Awwww ame a nuestro Nicho como siempre al rescate de la rayis, es que es tan adorable en verdad me encanta!!
SIGUELA!!
Karli Jonas
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
Karli Jonas escribió:QUE??? como que peor?? en serio las cosas se pueden poner peor?? Si teniendo a Valentine libre todo es posible
que rayos es ese, Sebastian?? es algun tipo de demonio disfrazado de mundano (hehehe amo esa palabra) no pero ya en serio?? Qué se trae con la rayis!?
No le hizo nada a Izzy ni a Max cierto??
Y Magnus?? Si es el verdad?? No esta igual disfrazado como Sebastián??
Hahaha a todos quiero disfrazar :)
Pero ya en serio que sucede?? Qué ya no entiendo nada...
Awwww ame a nuestro Nicho como siempre al rescate de la rayis, es que es tan adorable en verdad me encanta!!
SIGUELA!!
Cierto, con Valentine fuera todo es peor! :x
Ya verás cual es el secreto de Sebastian!
:scratch: puede que Sebastian si esta disfrazado! :x
No lo vas a poder creer! :suspect:
Esperemos que Izzy & Max este bien! aunque :sad:
JAJAJAJAJ no Magnues si es él! :) Promise u;*
Pronto entenderás! :fiu:
Si el Nicho :(L): es el mejor de todos! *.*
\^.^/
Ya la sigo! ;)
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Cristal - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
• DE PROFUNDIS - CAPITULO 12 (Parte 1) •
Las manos de Simón estaban negras de sangre. Había intentado arrancar los barrotes de la ventana y de la puerta de la celda, pero tocar cualquiera de ellas por mucho tiempo le abrasaba con decenas de marcas sangrantes en las palmas de las manos. Finalmente, se derrumbó, jadeando sobre el suelo, y observó entumecidamente sus manos mientras las heridas sanaban con rapidez, las lesiones cerrándose y la piel ennegrecida desescamándose como en un video en avance rápido.
Al otro lado de la pared de la celda, Samuel estaba rezando.
-Si bien, cuando el mal venga sobre nosotros, como espada, juicio, o pestilencia, o hambruna, nosotros estemos ante esta casa y en tu presencia, y lloremos ante ti en nuestra aflicción, entonces tú oirás y aliviarás…
Simón sabía que él no podía rezar. Lo había intentado antes, y el nombre de Dios le quemó la boca y estranguló su garganta. Se preguntaba por qué podía pensar las palabras pero no decirlas. Y por qué podía estar al sol del mediodía y no morir pero no podía pronunciar sus últimas oraciones.
El humo había empezado a extenderse por el pasillo como un resuelto fantasma. Él podía oler las llamas y oír el crepitar del fuego propagándose fuera de control, pero se sentía extrañamente indiferente, lejos de todo. Era extraño convertirse en vampiro, verse ante lo que sólo podía ser descrito como una vida eterna, y luego morir después de todo cuando tienes dieciséis años.
-¡Simón! –la voz era débil, pero su oído la captó sobre los estallidos y el crepitar de las crecientes llamas. El humo en el pasillo presagiaba calor; el calor ya estaba aquí, presionando contra él como un muro opresivo–. ¡Simón!
La voz era la de ____(tn). Él la reconocería en cualquier lugar. Se preguntaba si su mente estaba evocándola ahora, un recuerdo sentido de lo que más había amado durante su vida para llevarlo a través del proceso de la muerte.
-¡Simón, imbécil! ¡Aquí arriba! ¡En la ventana!
Simón se puso en pie de un salto. Dudaba que su mente pudiera evocar eso. A través del espeso humo vio algo blanco moviéndose contra los barrotes de la ventana. Mientras se acercaba, los objetos blancos evolucionaron hacia manos agarrando los barrotes. Saltó sobre la cama, gritando sobre el sonido del fuego.
-¿____(tn)?
-Oh, gracias a Dios –una de las manos se extendió y apretó su hombro–. Vamos a sacarte de aquí.
-¿Cómo? –exigió Simón, no sin razón, pero hubo un sonido de refriega y las manos de ____(tn) desaparecieron, reemplazadas un momento después por otro par. Estas eran unas manos más grandes, incuestionablemente masculinas, con nudillos con cicatrices y delgados dedos de pianista.
-Aguanta –la voz de Nicholas era tranquila, segura, exactamente como si estuvieran charlando en una fiesta en vez de a través de los barrotes de una mazmorra quemándose rápidamente–. Podrías apartarte.
Sorprendido hasta el punto de llegar a ser obediente, Simón se hizo a un lado. Las manos de Nicholas se tensaron sobre los barrotes, los nudillos blanqueándose de forma alarmante. Hubo un crujido y el cuadro de barrotes se soltó de un tirón de la piedra que lo sostenía e hizo un ruido estrepitoso en el suelo al lado de la cama. Polvo de piedra llovió en una asfixiante nube blanca. El rostro de Nicholas apareció en el cuadrado vacío de la ventana.
-Simón. Vamos –él bajó una mano.
Simón subió las suyas y agarró las manos de Nicholas. Se sintió arrastrado hacia arriba, y luego se agarró al borde de la ventana, alzándose por el estrecho cuadrado como una serpiente retorciéndose por un túnel. Un segundo después estuvo fuera tirado sobre hierba húmeda, mirando hacia arriba el círculo de caras preocupadas sobre él. Nicholas, ____(tn) y Alec. Todos estaban mirándolo con inquietud.
-Estás hecho una mierda, vampiro –dijo Nicholas–. ¿Qué le ha pasado a tus manos?
Simón se incorporó. Las heridas de sus manos habían sanado, pero todavía estaban negras donde había agarrado los barrotes de la celda. Antes de que pudiera responder, ____(tn) lo atrapó en un repentino y fortísimo abrazo.
-Simón –respiró ella–. No puedo creerlo. Ni siquiera sabía que estuvieses aquí. He creído que estabas en Nueva York hasta anoche…
-Sí, bueno –dijo él–. Yo tampoco sabía que estuvieras aquí –miró a Nicholas sobre el hombro de ella–. De hecho, creo que se me dijo específicamente que no vendrías.
-Nunca dije eso –señaló Nicholas–. Simplemente no te corregí cuando, ya sabes, estabas equivocado. De todas formas, acabo de salvarte de morir quemado, así que me figuro que no tienes permitido estar cabreado.
Morir quemado. Simón apartó a ____(tn) y miró alrededor. Estaban en un jardín cuadrado, dos lados rodeados por los muros de la fortaleza y los otros dos por una densa extensión de árboles. Los árboles habían sido talados donde un camino de grava llevaba de la colina a la ciudad. Éste estaba bordeado por antorchas de luz mágica, pero sólo algunas estaban encendidas, su luz tenue e irregular. Él miró hacia arriba, al Gard. Visto desde ese ángulo, ni siquiera podría decirse que hubiera fuego. Un humo negro manchaba el cielo en lo alto, y la luz en unas cuantas ventanas parecían brillar de manera poco natural, pero las paredes de piedra ocultaban bien su secreto.
-Samuel –dijo él–. Tenemos que sacar a Samuel.
____(tn) parecía perpleja.
-¿Quién?
-Yo no era la única persona ahí abajo. Samuel… estaba en la celda de al lado.
-¿El montón de harapos que vi por la ventana? –recordó Nicholas.
-Sí. Es algo raro, pero es buen tío. No podemos dejarlo ahí abajo – Simón se puso en pie con dificultad–. ¿Samuel? ¡Samuel!
No hubo respuesta. Simón corrió hasta la baja ventana de barrotes que estaba al lado de aquella por la que él había acabado de salir. Entre sus barrotes sólo podía ver remolinos de humo.
-¡Samuel! ¿Estás ahí?
Algo se movió dentro del humo… Algo encorvado y oscuro. La voz de Samuel, áspera por el humo, se elevó roncamente.
-¡Déjame en paz! ¡Vete!
-¡Samuel! Morirás ahí abajo –Simón tiró de los barrotes. No pasó nada.
-¡No! ¡Déjame en paz! ¡Quiero quedarme!
Simón miró desesperadamente alrededor para ver a Nicholas a su lado.
-Quita –dijo Nicholas, y cuando Simón se echó hacia un lado, dio una patada con su embotado pie. Dio con los barrotes, que se soltaron con violencia de sus uniones y cayeron dentro de la celda de Samuel.
Samuel dio un grito sordo.
-¡Samuel! ¿Estás bien? –una visión de Samuel siendo aplastado por los barrotes caídos se elevó ante los ojos de Simón.
La voz de Samuel se alzó hasta el grito.
-¡LARGO!
Simón miró de lado a Nicholas.
-Creo que lo quiere.
Nicholas sacudió su cabeza rubia con exasperación.
-Tenías que hacer un amigo loco en la cárcel, ¿no? ¿No podías simplemente contar baldosas o domar un ratón como hacen los prisioneros normales?
Sin esperar una respuesta, Nicholas se agachó sobre el suelo y se arrastró por la ventana.
-¡Nicholas! –aulló ____(tn), y ella y Alec se apresuraron detrás, pero Nicholas ya había atravesado la ventana, cayendo en el interior de la celda. ____(tn) disparó a Simón una mirada enfadada.
-¿Cómo has podido dejarle hace eso?
-Bueno, no podía dejar a ese tipo morir ahí abajo –dijo Alec de improviso, aunque parecía un poco preocupado–. Estamos hablando de Nicholas… –él se interrumpió cuando dos manos salían del humo.
Alec agarró una y Simón la otra, y juntos tiraron de Samuel como de un flojo saco de patatas fuera de la celda, y lo depositaron sobre el césped. Un momento después Simón y ____(tn) estaban agarrando las manos de Nicholas y sacándole, aunque él fue considerablemente menos flojo y soltó un taco cuando ellos accidentalmente le golpearon la cabeza con el alféizar. Él se deshizo de ellos, arrastrándose el resto del camino por sí mismo sobre la hierba y luego se desplomó sobre la espalda.
-¡Ay! –dijo él, mirando hacia arriba, al cielo–. Creo que saqué algo –él se incorporó y echó un vistazo a Samuel–. ¿Está bien?
Samuel estaba sentado de forma encorvada sobre el suelo, las manos abiertas sobre su cara. Se estaba meciendo de atrás para adelante silenciosamente.
-Creo que le pasa algo –dijo Alec. Éste extendió el brazo para tocar el hombro de Samuel. Samuel se apartó bruscamente, casi derrumbándose.
-Déjame –dijo él, su voz quebrándose–. Por favor, déjame en paz, Alec.
Alec todavía le seguía.
-¿Qué has dicho?
-Ha dicho que le dejes tranquilo –dijo Simón, pero Alec no le estaba mirando, ni siquiera pareció darse cuenta de que él había hablado. Estaba mirando a Nicholas, que, repentinamente muy pálido, ya había empezado a ponerse en pie.
-Samuel –dijo Alec. Su tono era áspero de una manera extraña–. Aparta las manos de la cara.
-No –Samuel hundió la barbilla, sus hombros temblando–. No, por favor. No.
-¡Alec! –protestó Simón– ¿No ves que no está bien?
____(tn) agarró la manga de Simón.
-Simón, algo va mal.
Los ojos de ella estaban sobre Nicholas, ¿y cuándo no?, cuando éste se movió para mirar más de cerca la figura agachada de Samuel. Las puntas de los dedos de Nicholas estaban sangrando donde se habían raspado contra el alféizar de la ventana, y cuando se apartó el cabello de los ojos, dejaron huellas de sangre atravesando su mejilla. Él no pareció notarlo. Sus ojos estaban ensanchados, su boca en una línea plana y severa.
-Cazador de Sombras –dijo él. Su voz era sepulcralmente clara–, enséñanos la cara.
Samuel vaciló, luego dejó caer las manos. Simón no había visto nunca su rostro antes, y no se había dado cuenta de lo demacrado que estaba Samuel o lo viejo que parecía. Su rostro estaba medio cubierto por una densa barba gris pajiza, los ojos sumergidos en oscuros huecos, sus mejillas surcadas con arrugas. A pesar de todo, él todavía era de algún modo extrañamente familiar. Los labios de Alec se movieron, pero no salió sonido alguno. Fue Nicholas quien habló.
-Hodge –dijo él.
-¿Hodge? –hizo de eco Simón confuso–. Pero, no puede ser. Hodge estaba… y Samuel, él no puede ser…
-Bueno, eso es exactamente lo que hace Hodge, al parecer –dijo Alec amargamente–. Te hace creer que es alguien que no es.
-Pero él dijo… –comenzó Simón. La presión de ____(tn) en su manga se hizo más intensa, y las palabras murieron en sus labios.
La expresión de la cara de Hodge era suficiente. No de culpa, en realidad, ni siquiera de horror por ser descubierto, sino de una terrible pena que era difícil de mirar durante mucho tiempo.
-Nicholas –dijo Hodge en voz muy baja–, Alec… Lo siento tanto.
Nicholas se movió entonces de la manera en que lo hacía cuando estaba luchando, como la luz del sol a través del agua. Él estaba enfrente de Hodge con un cuchillo empuñado, su afilada punta dirigida a la garganta de su antiguo tutor. El brillo reflejado del fuego se deslizó por la espada.
-No quiero tus disculpas. Quiero una razón de por qué no debería matarte ahora mismo, aquí mismo.
-Nicholas –Alec parecía alarmado–. Nicholas, espera.
Hubo un repentino estruendo cuando parte del tejado del Gard prendió con lenguas de fuego naranjas. El calor resplandeció en el aire e iluminó la noche. ____(tn) podía ver cada brizna de hierba sobre el suelo, cada arruga sobre el sucio y delgado rostro de Hodge.
-No –dijo Nicholas. Su falta de expresión mientras miraba larga y fijamente a Hodge le recordó a ____(tn) otro rostro de máscara. El de Valentine–. Tú sabías lo que mi padre me hizo, ¿no? Conocías todos sus sucios secretos.
Alec estaba mirando de Nicholas a su antiguo tutor sin entender nada.
-¿De qué estás hablando? ¿Qué está pasando?
El rostro de Hodge se arrugó.
-Jonathan…
-Siempre lo has sabido, y nunca dijiste nada. Todos esos años en el Instituto, y nunca dijiste nada.
La boca de Hodge se abrió.
-No… no estaba seguro –susurró él–. Cuando no has visto a un niño desde que era un bebe… No estaba seguro de quién eras, mucho menos lo que eras.
-¿Nicholas? –Alec estaba mirando de su mejor amigo a su tutor, sus ojos azules consternados, pero ninguno de los dos estaba prestando atención a nadie más que al otro.
Hodge se parecía a un hombre sujeto a un potro de tortura, las manos extendidas con tensión a cada lado como con dolor, los ojos moviéndose rápidos y nerviosos. ____(tn) pensó en el hombre pulcramente vestido en su biblioteca repleta de libros que le había ofrecido té y consejo amablemente. Parecía que hubieran pasado mil años.
-No te creo –dijo Nicholas–. Sabías que Valentine no estaba muerto. Él te debió decir…
-Él no me dijo nada –exclamó Hodge–. Cuando los Lightwood me informaron de que habían recogido al hijo de Michael Wayland, yo no había escuchado una palabra de Valentine desde el Levantamiento. Pensé que él se había olvidado de mí. Incluso recé para que estuviera muerto, pero nunca lo supe. Y entonces, la noche antes de que tú llegaras, Hugo vino con un mensaje para mí de Valentine. “El chico es mi hijo” Eso era todo lo que decía –él respiraba con irregularidad –No tenía ni idea si debía creerle. Pensé que lo sabría… Pensé que lo sabría simplemente con verte, pero no había nada, nada, que me hiciera estar seguro. Y pensé que era un ardid de Valentine, pero ¿qué ardid? ¿Qué estaba intentando hacer? No tenía ni idea, eso lo tenía claro, pero tratándose de un propósito de Valentine…
-Tendrías que haberme dicho lo que era –dijo Nicholas, todo en una exhalación, como si las palabras estuvieran saliendo de él como puñetazos–. Entonces, podría haber hecho algo al respecto. Matarme yo mismo, tal vez.
Hodge levantó la cabeza, mirando a Nicholas a través de su mugriento pelo enmarañado.
-No estaba seguro –dijo él otra vez, medio para sí mismo–, y con el tiempo me pregunté si… Pensé que, tal vez, la educación podía importar más que la sangre… que podías ser educado…
-¿Educado para qué? ¿Para no ser un monstruo? –la voz de Nicholas tembló, pero el cuchillo en su mano era firme–. Debiste saberlo. Valentine estaba solicitando los servicios de un cobarde en ti, ¿verdad? Y tú no eras un chiquillo indefenso cuando lo hizo. Te podías haber resistido.
Hodge bajó la mirada.
-Intenté hacer todo lo posible por ti –dijo él, pero incluso a los oídos de ____(tn) sus palabras sonaron poco convincentes.
-Hasta que Valentine regresara –dijo Nicholas–, y entonces harías todo lo que te pidiese… Entregarme a él como si fuera un perro que le hubiera pertenecido alguna vez, del que te hubiera pedido que cuidaras durante unos cuantos años…
-Y luego marcharte –dijo Alec–. Abandonarnos a todos nosotros. ¿De verdad creías que podías esconderte aquí, en Alicante?
-No vine aquí a esconderme –dijo Hodge con una voz sin vida–. Vine aquí para detener a Valentine.
-No puedes esperar que nos creamos eso –Alec sonaba otra vez enfadado–. Siempre has estado del lado de Valentine. Pudiste decidir darle la espalda…
-¡Yo nunca pude decidir eso! –la voz de Hodge se elevó–. A tus padres se les ofreció la oportunidad de tener una nueva vida… ¡A mí nunca se me dio eso! Estuve en el Instituto quince años…
-¡El Instituto era nuestro hogar! –dijo Alec–. ¿De verdad era tan malo vivir con nosotros, ser parte de nuestra familia?
-No es por vosotros –la voz de Hodge era irregular–. Os quería, chicos. Pero no hay lugar que pueda considerarse un hogar cuando no se te permite abandonarlo nunca. A veces pasaban semanas sin hablar a otro adulto. Ningún otro Cazador de Sombra confiaría en mí. Ni siquiera a tus padres les gustaba realmente; ellos me toleraban porque no tenían elección. Nunca podría casarme. Nunca tendría mis propios hijos. Nunca tendría una vida. Y al final, vosotros, chicos, habríais crecido y os habríais marchado, y entonces no tendría ni siquiera eso. Vivía temeroso, tanto como no vivía en realidad en absoluto.
-No puedes hacer que te compadezcamos –dijo Nicholas–. No después de lo que has hecho. ¿Y de qué leches tenías miedo, de pasar todo el tiempo en la biblioteca? ¿De los ácaros del polvo? ¡Éramos nosotros los que salíamos a luchar con demonios!
-Tenía miedo de Valentine –dijo Simón–. ¿No lo has pillado…
Nicholas le lanzó una mirada envenenada.
-Cállate, vampiro. Esto no va contigo.
-No de Valentine exactamente –dijo Hodge mirando a Simón casi por primera vez desde que había sido rescatado de la celda. Había algo en esa mirada que sorprendió a ____(tn)… casi un cariño cansado–. Fue en mi punto débil en el que se interesó Valentine. Yo sabía que él volvería algún día. Sabía que trataría de conseguir el poder de nuevo, intentaría dominar la Clave. Y sabía lo que él podía ofrecerme. Liberarme de mi maldición. Una vida. Un lugar en el mundo. Podría ser un Cazador de Sombras otra vez, en su mundo. Nunca podría volver a serlo en éste –había una añoranza manifiesta en su voz que era dolorosa de oír–. Y sabía que yo sería demasiado débil para rechazarle si él me ofrecía eso.
-Y mira lo que has conseguido en la vida –escupió Nicholas–, pudrirte en los calabozos del Gard. ¿Ha merecido la pena, el traicionarnos?
-Sabes la respuesta a eso –Hodge sonaba exhausto–. Valentine rompió mi maldición. Juró que lo haría, y lo hizo. Pensé que me aceptaría de nuevo en el Círculo, o que seguiría formando parte de él. No lo hizo. Ni siquiera me quería. Supe que no habría un lugar en su mundo para mí. Y supe que había vendido todo lo que tenía por una mentira –el bajó la mirada hasta sus manos mugrientas y apretadas–. Sólo me quedaba una cosa, una oportunidad de hacer algo para no desperdiciar mi vida por completo. Después de oír que Valentine había asesinado a los Hermanos Silenciosos, que tenía la Espada Mortal, supe que iría tras el Cristal Mortal a continuación. Sabía que necesitaba los tres Instrumentos. Y que el Cristal Mortal estaba aquí, en Idris.
-Espera –Alec levantó una mano–. ¿El Cristal Mortal? ¿Quieres decir que sabes dónde está? ¿Y quién lo tiene?
-Nadie lo tiene –dijo Hodge–. Nadie es dueño del Cristal Mortal. Ni Nephilim, ni Submundo.
-Realmente te has vuelto loco ahí abajo –dijo Nicholas moviendo la barbilla hacia la ventana de la mazmorra por la que ya asomaban las llamas–, ¿no?
-Nicholas –____(tn) estaba mirando con preocupación la parte de arriba del Gard, su tejado coronado con una peliaguda red de llamas rojas y doradas–. El fuego se está extendiendo. Deberíamos salir de aquí. Podemos terminar de hablar en la ciudad…
-Estuve encerrado en el Instituto durante quince años –continuó Hodge como si ____(tn) no hubiera hablado –No podía poner ni una mano ni un pie en el exterior. Pasé todo mi tiempo en la biblioteca, investigando formas de eliminar la maldición que la Clave había lanzado sobre mí. Aprendí que sólo un Instrumento Mortal podía invertirla. Leí libro tras libro, que tratara la historia de la mitología del Ángel, cómo emergió del lago aguantando los Instrumentos Mortales y se los entregó a Jonathan Shadowhunter, el primer Nephilim, y que eran tres: la Copa, la Espada y el Espejo…
-Sabemos todo eso –interrumpió Nicholas exasperado–. Tú nos lo enseñaste.
-Crees que sabes todo acerca de ello, pero no es así. Revisé una y otra vez las distintas versiones de la historia, repasé una y otra vez la misma ilustración, la misma imagen, todos nosotros la hemos visto: el Ángel emergiendo del lago con la Espada en una mano y la Copa en la otra. Nunca pude entender por qué el Espejo no estaba en el dibujo. Entonces me di cuenta. El Espejo es el lago. El lago es el Espejo. Ellos son la misma cosa.
Lentamente Nicholas bajó el cuchillo.
-¿El Lago Lyn?
____(tn) pensó en el lago, como un espejo levantándose a su encuentro, el agua dividiéndose por el impacto.
-Me caí en el lago cuando llegué aquí. Había algo acerca de él. Luke dijo que tenía extrañas propiedades y que el Reino de las Hadas lo llamaba el Espejo de los Sueños.
-Exactamente –comenzó Hodge con avidez–, y me di cuenta de que la Clave no era consciente de ello, que su conocimiento se había perdido en el tiempo. Ni siquiera Valentine sabía…
Fue interrumpido por un estruendo, el sonido de una de las torres más altas del Gard derrumbándose. Expulsó un despliegue de fuegos artificiales de centelleantes chispas rojas.
-Nicholas –dijo Alec subiendo la cabeza con alarma–. Nicholas, tenemos que salir de aquí. Levántate –le dijo a Hodge tirando de él por el brazo–. Puedes decirle a la Clave lo que nos acabas de contar.
Hodge se puso en pie de forma precaria.
¿Cómo debía ser, se preguntaba ____(tn) con una indeseada punzada de pena, el vivir la vida avergonzado no sólo por lo que has hecho, sino por lo que estabas haciendo y por lo que sabías que harías otra vez? Hacía mucho tiempo que Hodge había dejado de intentar tener una vida mejor o una diferente. Todo lo que quería era no tener miedo, y ahora resultaba tenerlo todo el tiempo.
-Vamos –Alec, agarrando todavía el brazo de Hodge, le propulsó hacia delante. Pero Nicholas dio un paso enfrente de ellos bloqueándoles el camino.
-Y si Valentine consigue el Cristal Mortal –dijo él–, ¿entonces qué?
-Nicholas –dijo Alec, todavía sosteniendo el brazo de Hodge–. Ahora no…
-Si él se lo cuenta a la Clave, nunca lo oiremos de ellos –dijo Nicholas–. Para ellos sólo somos niños. Pero Hodge nos debe eso –él se volvió a su antiguo tutor–. Dijiste que te habías dado cuenta de que tenías que detener a Valentine. ¿Detenerle de hacer qué? ¿Qué poder le daría el Espejo?
Hodge sacudió la cabeza.
-No puedo…
-Y nada de mentiras –el cuchillo relució a un lado de Nicholas, su mano se estrechaba sobre la empuñadura–. Porque tal vez, por cada mentira que me cuentes, te corte un dedo. O dos.
Hodge se encogió retrocediendo, con verdadero miedo en los ojos. Alec parecía consternado.
-Nicholas. No. Esto es propio de tu padre. No es propio de ti.
-Alec –dijo Nicholas. No miraba a su amigo, pero su tono era como el tacto de una mano llena de pesar–. Tú realmente no sabes cómo soy.
Los ojos de Alec se encontraron con los de ____(tn) al otro lado el césped.
Él no imagina por qué Nicholas está actuando así, pensó ella. Él no lo sabe. Ella dio un paso al frente.
-Nicholas, Alec tiene razón… Podemos llevar a Hodge al Salón y él le dirá a la Clave lo que acaba de contarnos…
-Si él estuviera dispuesto a contárselo a la Clave, ya lo habría hecho – dijo Nicholas bruscamente sin mirarla –El asunto es que él no ha demostrado que no sea un mentiroso.
-¡La Clave no es de fiar! –protestó Hodge desesperadamente–. Hay espías en ella… Hombres de Valentine… Yo no podía decirles dónde estaba el Espejo. Si Valentine encontrara el Espejo, él sería…
Nunca terminó la frase. Algo brillante y plateado relució bajo la luz de la luna, una punta de luz en la oscuridad. Alec gritó. Los ojos de Hodge cayeron ensanchándose con sorpresa en su pecho. Cuando se cayó hacia atrás, ____(tn) vio por qué: la empuñadura de una larga daga sobresalía de su caja torácica, como la mitad de una flecha erizándose desde su diana.
Alec, brincando hacia delante, agarró a su antiguo tutor mientras éste caía, y lo bajó con cuidado hasta el suelo. Lo miraba sin poder hacer nada, su rostro salpicado con la sangre de Hodge.
-Nicholas, ¿por qué…
-Yo no he… –el rostro de Nicholas estaba blanco, y ____(tn) vio que él todavía sostenía su cuchillo, agarrado fuertemente a su lado–. Yo…
Simón se volvió, y ____(tn) se giró con él, mirando hacia la oscuridad. El fuego iluminaba la hierba con un brillo de naranja infernal, pero sólo había negro entre los árboles de la ladera…, y entonces, algo emergió de la negrura, una figura imprecisa, con un oscuro cabello de caída familiar. Él se dirigía hacia ellos, la luz alcanzando su rostro y reflejándose en sus ojos oscuros; éstos parecían que estuvieran ardiendo.
Al otro lado de la pared de la celda, Samuel estaba rezando.
-Si bien, cuando el mal venga sobre nosotros, como espada, juicio, o pestilencia, o hambruna, nosotros estemos ante esta casa y en tu presencia, y lloremos ante ti en nuestra aflicción, entonces tú oirás y aliviarás…
Simón sabía que él no podía rezar. Lo había intentado antes, y el nombre de Dios le quemó la boca y estranguló su garganta. Se preguntaba por qué podía pensar las palabras pero no decirlas. Y por qué podía estar al sol del mediodía y no morir pero no podía pronunciar sus últimas oraciones.
El humo había empezado a extenderse por el pasillo como un resuelto fantasma. Él podía oler las llamas y oír el crepitar del fuego propagándose fuera de control, pero se sentía extrañamente indiferente, lejos de todo. Era extraño convertirse en vampiro, verse ante lo que sólo podía ser descrito como una vida eterna, y luego morir después de todo cuando tienes dieciséis años.
-¡Simón! –la voz era débil, pero su oído la captó sobre los estallidos y el crepitar de las crecientes llamas. El humo en el pasillo presagiaba calor; el calor ya estaba aquí, presionando contra él como un muro opresivo–. ¡Simón!
La voz era la de ____(tn). Él la reconocería en cualquier lugar. Se preguntaba si su mente estaba evocándola ahora, un recuerdo sentido de lo que más había amado durante su vida para llevarlo a través del proceso de la muerte.
-¡Simón, imbécil! ¡Aquí arriba! ¡En la ventana!
Simón se puso en pie de un salto. Dudaba que su mente pudiera evocar eso. A través del espeso humo vio algo blanco moviéndose contra los barrotes de la ventana. Mientras se acercaba, los objetos blancos evolucionaron hacia manos agarrando los barrotes. Saltó sobre la cama, gritando sobre el sonido del fuego.
-¿____(tn)?
-Oh, gracias a Dios –una de las manos se extendió y apretó su hombro–. Vamos a sacarte de aquí.
-¿Cómo? –exigió Simón, no sin razón, pero hubo un sonido de refriega y las manos de ____(tn) desaparecieron, reemplazadas un momento después por otro par. Estas eran unas manos más grandes, incuestionablemente masculinas, con nudillos con cicatrices y delgados dedos de pianista.
-Aguanta –la voz de Nicholas era tranquila, segura, exactamente como si estuvieran charlando en una fiesta en vez de a través de los barrotes de una mazmorra quemándose rápidamente–. Podrías apartarte.
Sorprendido hasta el punto de llegar a ser obediente, Simón se hizo a un lado. Las manos de Nicholas se tensaron sobre los barrotes, los nudillos blanqueándose de forma alarmante. Hubo un crujido y el cuadro de barrotes se soltó de un tirón de la piedra que lo sostenía e hizo un ruido estrepitoso en el suelo al lado de la cama. Polvo de piedra llovió en una asfixiante nube blanca. El rostro de Nicholas apareció en el cuadrado vacío de la ventana.
-Simón. Vamos –él bajó una mano.
Simón subió las suyas y agarró las manos de Nicholas. Se sintió arrastrado hacia arriba, y luego se agarró al borde de la ventana, alzándose por el estrecho cuadrado como una serpiente retorciéndose por un túnel. Un segundo después estuvo fuera tirado sobre hierba húmeda, mirando hacia arriba el círculo de caras preocupadas sobre él. Nicholas, ____(tn) y Alec. Todos estaban mirándolo con inquietud.
-Estás hecho una mierda, vampiro –dijo Nicholas–. ¿Qué le ha pasado a tus manos?
Simón se incorporó. Las heridas de sus manos habían sanado, pero todavía estaban negras donde había agarrado los barrotes de la celda. Antes de que pudiera responder, ____(tn) lo atrapó en un repentino y fortísimo abrazo.
-Simón –respiró ella–. No puedo creerlo. Ni siquiera sabía que estuvieses aquí. He creído que estabas en Nueva York hasta anoche…
-Sí, bueno –dijo él–. Yo tampoco sabía que estuvieras aquí –miró a Nicholas sobre el hombro de ella–. De hecho, creo que se me dijo específicamente que no vendrías.
-Nunca dije eso –señaló Nicholas–. Simplemente no te corregí cuando, ya sabes, estabas equivocado. De todas formas, acabo de salvarte de morir quemado, así que me figuro que no tienes permitido estar cabreado.
Morir quemado. Simón apartó a ____(tn) y miró alrededor. Estaban en un jardín cuadrado, dos lados rodeados por los muros de la fortaleza y los otros dos por una densa extensión de árboles. Los árboles habían sido talados donde un camino de grava llevaba de la colina a la ciudad. Éste estaba bordeado por antorchas de luz mágica, pero sólo algunas estaban encendidas, su luz tenue e irregular. Él miró hacia arriba, al Gard. Visto desde ese ángulo, ni siquiera podría decirse que hubiera fuego. Un humo negro manchaba el cielo en lo alto, y la luz en unas cuantas ventanas parecían brillar de manera poco natural, pero las paredes de piedra ocultaban bien su secreto.
-Samuel –dijo él–. Tenemos que sacar a Samuel.
____(tn) parecía perpleja.
-¿Quién?
-Yo no era la única persona ahí abajo. Samuel… estaba en la celda de al lado.
-¿El montón de harapos que vi por la ventana? –recordó Nicholas.
-Sí. Es algo raro, pero es buen tío. No podemos dejarlo ahí abajo – Simón se puso en pie con dificultad–. ¿Samuel? ¡Samuel!
No hubo respuesta. Simón corrió hasta la baja ventana de barrotes que estaba al lado de aquella por la que él había acabado de salir. Entre sus barrotes sólo podía ver remolinos de humo.
-¡Samuel! ¿Estás ahí?
Algo se movió dentro del humo… Algo encorvado y oscuro. La voz de Samuel, áspera por el humo, se elevó roncamente.
-¡Déjame en paz! ¡Vete!
-¡Samuel! Morirás ahí abajo –Simón tiró de los barrotes. No pasó nada.
-¡No! ¡Déjame en paz! ¡Quiero quedarme!
Simón miró desesperadamente alrededor para ver a Nicholas a su lado.
-Quita –dijo Nicholas, y cuando Simón se echó hacia un lado, dio una patada con su embotado pie. Dio con los barrotes, que se soltaron con violencia de sus uniones y cayeron dentro de la celda de Samuel.
Samuel dio un grito sordo.
-¡Samuel! ¿Estás bien? –una visión de Samuel siendo aplastado por los barrotes caídos se elevó ante los ojos de Simón.
La voz de Samuel se alzó hasta el grito.
-¡LARGO!
Simón miró de lado a Nicholas.
-Creo que lo quiere.
Nicholas sacudió su cabeza rubia con exasperación.
-Tenías que hacer un amigo loco en la cárcel, ¿no? ¿No podías simplemente contar baldosas o domar un ratón como hacen los prisioneros normales?
Sin esperar una respuesta, Nicholas se agachó sobre el suelo y se arrastró por la ventana.
-¡Nicholas! –aulló ____(tn), y ella y Alec se apresuraron detrás, pero Nicholas ya había atravesado la ventana, cayendo en el interior de la celda. ____(tn) disparó a Simón una mirada enfadada.
-¿Cómo has podido dejarle hace eso?
-Bueno, no podía dejar a ese tipo morir ahí abajo –dijo Alec de improviso, aunque parecía un poco preocupado–. Estamos hablando de Nicholas… –él se interrumpió cuando dos manos salían del humo.
Alec agarró una y Simón la otra, y juntos tiraron de Samuel como de un flojo saco de patatas fuera de la celda, y lo depositaron sobre el césped. Un momento después Simón y ____(tn) estaban agarrando las manos de Nicholas y sacándole, aunque él fue considerablemente menos flojo y soltó un taco cuando ellos accidentalmente le golpearon la cabeza con el alféizar. Él se deshizo de ellos, arrastrándose el resto del camino por sí mismo sobre la hierba y luego se desplomó sobre la espalda.
-¡Ay! –dijo él, mirando hacia arriba, al cielo–. Creo que saqué algo –él se incorporó y echó un vistazo a Samuel–. ¿Está bien?
Samuel estaba sentado de forma encorvada sobre el suelo, las manos abiertas sobre su cara. Se estaba meciendo de atrás para adelante silenciosamente.
-Creo que le pasa algo –dijo Alec. Éste extendió el brazo para tocar el hombro de Samuel. Samuel se apartó bruscamente, casi derrumbándose.
-Déjame –dijo él, su voz quebrándose–. Por favor, déjame en paz, Alec.
Alec todavía le seguía.
-¿Qué has dicho?
-Ha dicho que le dejes tranquilo –dijo Simón, pero Alec no le estaba mirando, ni siquiera pareció darse cuenta de que él había hablado. Estaba mirando a Nicholas, que, repentinamente muy pálido, ya había empezado a ponerse en pie.
-Samuel –dijo Alec. Su tono era áspero de una manera extraña–. Aparta las manos de la cara.
-No –Samuel hundió la barbilla, sus hombros temblando–. No, por favor. No.
-¡Alec! –protestó Simón– ¿No ves que no está bien?
____(tn) agarró la manga de Simón.
-Simón, algo va mal.
Los ojos de ella estaban sobre Nicholas, ¿y cuándo no?, cuando éste se movió para mirar más de cerca la figura agachada de Samuel. Las puntas de los dedos de Nicholas estaban sangrando donde se habían raspado contra el alféizar de la ventana, y cuando se apartó el cabello de los ojos, dejaron huellas de sangre atravesando su mejilla. Él no pareció notarlo. Sus ojos estaban ensanchados, su boca en una línea plana y severa.
-Cazador de Sombras –dijo él. Su voz era sepulcralmente clara–, enséñanos la cara.
Samuel vaciló, luego dejó caer las manos. Simón no había visto nunca su rostro antes, y no se había dado cuenta de lo demacrado que estaba Samuel o lo viejo que parecía. Su rostro estaba medio cubierto por una densa barba gris pajiza, los ojos sumergidos en oscuros huecos, sus mejillas surcadas con arrugas. A pesar de todo, él todavía era de algún modo extrañamente familiar. Los labios de Alec se movieron, pero no salió sonido alguno. Fue Nicholas quien habló.
-Hodge –dijo él.
********************************
-¿Hodge? –hizo de eco Simón confuso–. Pero, no puede ser. Hodge estaba… y Samuel, él no puede ser…
-Bueno, eso es exactamente lo que hace Hodge, al parecer –dijo Alec amargamente–. Te hace creer que es alguien que no es.
-Pero él dijo… –comenzó Simón. La presión de ____(tn) en su manga se hizo más intensa, y las palabras murieron en sus labios.
La expresión de la cara de Hodge era suficiente. No de culpa, en realidad, ni siquiera de horror por ser descubierto, sino de una terrible pena que era difícil de mirar durante mucho tiempo.
-Nicholas –dijo Hodge en voz muy baja–, Alec… Lo siento tanto.
Nicholas se movió entonces de la manera en que lo hacía cuando estaba luchando, como la luz del sol a través del agua. Él estaba enfrente de Hodge con un cuchillo empuñado, su afilada punta dirigida a la garganta de su antiguo tutor. El brillo reflejado del fuego se deslizó por la espada.
-No quiero tus disculpas. Quiero una razón de por qué no debería matarte ahora mismo, aquí mismo.
-Nicholas –Alec parecía alarmado–. Nicholas, espera.
Hubo un repentino estruendo cuando parte del tejado del Gard prendió con lenguas de fuego naranjas. El calor resplandeció en el aire e iluminó la noche. ____(tn) podía ver cada brizna de hierba sobre el suelo, cada arruga sobre el sucio y delgado rostro de Hodge.
-No –dijo Nicholas. Su falta de expresión mientras miraba larga y fijamente a Hodge le recordó a ____(tn) otro rostro de máscara. El de Valentine–. Tú sabías lo que mi padre me hizo, ¿no? Conocías todos sus sucios secretos.
Alec estaba mirando de Nicholas a su antiguo tutor sin entender nada.
-¿De qué estás hablando? ¿Qué está pasando?
El rostro de Hodge se arrugó.
-Jonathan…
-Siempre lo has sabido, y nunca dijiste nada. Todos esos años en el Instituto, y nunca dijiste nada.
La boca de Hodge se abrió.
-No… no estaba seguro –susurró él–. Cuando no has visto a un niño desde que era un bebe… No estaba seguro de quién eras, mucho menos lo que eras.
-¿Nicholas? –Alec estaba mirando de su mejor amigo a su tutor, sus ojos azules consternados, pero ninguno de los dos estaba prestando atención a nadie más que al otro.
Hodge se parecía a un hombre sujeto a un potro de tortura, las manos extendidas con tensión a cada lado como con dolor, los ojos moviéndose rápidos y nerviosos. ____(tn) pensó en el hombre pulcramente vestido en su biblioteca repleta de libros que le había ofrecido té y consejo amablemente. Parecía que hubieran pasado mil años.
-No te creo –dijo Nicholas–. Sabías que Valentine no estaba muerto. Él te debió decir…
-Él no me dijo nada –exclamó Hodge–. Cuando los Lightwood me informaron de que habían recogido al hijo de Michael Wayland, yo no había escuchado una palabra de Valentine desde el Levantamiento. Pensé que él se había olvidado de mí. Incluso recé para que estuviera muerto, pero nunca lo supe. Y entonces, la noche antes de que tú llegaras, Hugo vino con un mensaje para mí de Valentine. “El chico es mi hijo” Eso era todo lo que decía –él respiraba con irregularidad –No tenía ni idea si debía creerle. Pensé que lo sabría… Pensé que lo sabría simplemente con verte, pero no había nada, nada, que me hiciera estar seguro. Y pensé que era un ardid de Valentine, pero ¿qué ardid? ¿Qué estaba intentando hacer? No tenía ni idea, eso lo tenía claro, pero tratándose de un propósito de Valentine…
-Tendrías que haberme dicho lo que era –dijo Nicholas, todo en una exhalación, como si las palabras estuvieran saliendo de él como puñetazos–. Entonces, podría haber hecho algo al respecto. Matarme yo mismo, tal vez.
Hodge levantó la cabeza, mirando a Nicholas a través de su mugriento pelo enmarañado.
-No estaba seguro –dijo él otra vez, medio para sí mismo–, y con el tiempo me pregunté si… Pensé que, tal vez, la educación podía importar más que la sangre… que podías ser educado…
-¿Educado para qué? ¿Para no ser un monstruo? –la voz de Nicholas tembló, pero el cuchillo en su mano era firme–. Debiste saberlo. Valentine estaba solicitando los servicios de un cobarde en ti, ¿verdad? Y tú no eras un chiquillo indefenso cuando lo hizo. Te podías haber resistido.
Hodge bajó la mirada.
-Intenté hacer todo lo posible por ti –dijo él, pero incluso a los oídos de ____(tn) sus palabras sonaron poco convincentes.
-Hasta que Valentine regresara –dijo Nicholas–, y entonces harías todo lo que te pidiese… Entregarme a él como si fuera un perro que le hubiera pertenecido alguna vez, del que te hubiera pedido que cuidaras durante unos cuantos años…
-Y luego marcharte –dijo Alec–. Abandonarnos a todos nosotros. ¿De verdad creías que podías esconderte aquí, en Alicante?
-No vine aquí a esconderme –dijo Hodge con una voz sin vida–. Vine aquí para detener a Valentine.
-No puedes esperar que nos creamos eso –Alec sonaba otra vez enfadado–. Siempre has estado del lado de Valentine. Pudiste decidir darle la espalda…
-¡Yo nunca pude decidir eso! –la voz de Hodge se elevó–. A tus padres se les ofreció la oportunidad de tener una nueva vida… ¡A mí nunca se me dio eso! Estuve en el Instituto quince años…
-¡El Instituto era nuestro hogar! –dijo Alec–. ¿De verdad era tan malo vivir con nosotros, ser parte de nuestra familia?
-No es por vosotros –la voz de Hodge era irregular–. Os quería, chicos. Pero no hay lugar que pueda considerarse un hogar cuando no se te permite abandonarlo nunca. A veces pasaban semanas sin hablar a otro adulto. Ningún otro Cazador de Sombra confiaría en mí. Ni siquiera a tus padres les gustaba realmente; ellos me toleraban porque no tenían elección. Nunca podría casarme. Nunca tendría mis propios hijos. Nunca tendría una vida. Y al final, vosotros, chicos, habríais crecido y os habríais marchado, y entonces no tendría ni siquiera eso. Vivía temeroso, tanto como no vivía en realidad en absoluto.
-No puedes hacer que te compadezcamos –dijo Nicholas–. No después de lo que has hecho. ¿Y de qué leches tenías miedo, de pasar todo el tiempo en la biblioteca? ¿De los ácaros del polvo? ¡Éramos nosotros los que salíamos a luchar con demonios!
-Tenía miedo de Valentine –dijo Simón–. ¿No lo has pillado…
Nicholas le lanzó una mirada envenenada.
-Cállate, vampiro. Esto no va contigo.
-No de Valentine exactamente –dijo Hodge mirando a Simón casi por primera vez desde que había sido rescatado de la celda. Había algo en esa mirada que sorprendió a ____(tn)… casi un cariño cansado–. Fue en mi punto débil en el que se interesó Valentine. Yo sabía que él volvería algún día. Sabía que trataría de conseguir el poder de nuevo, intentaría dominar la Clave. Y sabía lo que él podía ofrecerme. Liberarme de mi maldición. Una vida. Un lugar en el mundo. Podría ser un Cazador de Sombras otra vez, en su mundo. Nunca podría volver a serlo en éste –había una añoranza manifiesta en su voz que era dolorosa de oír–. Y sabía que yo sería demasiado débil para rechazarle si él me ofrecía eso.
-Y mira lo que has conseguido en la vida –escupió Nicholas–, pudrirte en los calabozos del Gard. ¿Ha merecido la pena, el traicionarnos?
-Sabes la respuesta a eso –Hodge sonaba exhausto–. Valentine rompió mi maldición. Juró que lo haría, y lo hizo. Pensé que me aceptaría de nuevo en el Círculo, o que seguiría formando parte de él. No lo hizo. Ni siquiera me quería. Supe que no habría un lugar en su mundo para mí. Y supe que había vendido todo lo que tenía por una mentira –el bajó la mirada hasta sus manos mugrientas y apretadas–. Sólo me quedaba una cosa, una oportunidad de hacer algo para no desperdiciar mi vida por completo. Después de oír que Valentine había asesinado a los Hermanos Silenciosos, que tenía la Espada Mortal, supe que iría tras el Cristal Mortal a continuación. Sabía que necesitaba los tres Instrumentos. Y que el Cristal Mortal estaba aquí, en Idris.
-Espera –Alec levantó una mano–. ¿El Cristal Mortal? ¿Quieres decir que sabes dónde está? ¿Y quién lo tiene?
-Nadie lo tiene –dijo Hodge–. Nadie es dueño del Cristal Mortal. Ni Nephilim, ni Submundo.
-Realmente te has vuelto loco ahí abajo –dijo Nicholas moviendo la barbilla hacia la ventana de la mazmorra por la que ya asomaban las llamas–, ¿no?
-Nicholas –____(tn) estaba mirando con preocupación la parte de arriba del Gard, su tejado coronado con una peliaguda red de llamas rojas y doradas–. El fuego se está extendiendo. Deberíamos salir de aquí. Podemos terminar de hablar en la ciudad…
-Estuve encerrado en el Instituto durante quince años –continuó Hodge como si ____(tn) no hubiera hablado –No podía poner ni una mano ni un pie en el exterior. Pasé todo mi tiempo en la biblioteca, investigando formas de eliminar la maldición que la Clave había lanzado sobre mí. Aprendí que sólo un Instrumento Mortal podía invertirla. Leí libro tras libro, que tratara la historia de la mitología del Ángel, cómo emergió del lago aguantando los Instrumentos Mortales y se los entregó a Jonathan Shadowhunter, el primer Nephilim, y que eran tres: la Copa, la Espada y el Espejo…
-Sabemos todo eso –interrumpió Nicholas exasperado–. Tú nos lo enseñaste.
-Crees que sabes todo acerca de ello, pero no es así. Revisé una y otra vez las distintas versiones de la historia, repasé una y otra vez la misma ilustración, la misma imagen, todos nosotros la hemos visto: el Ángel emergiendo del lago con la Espada en una mano y la Copa en la otra. Nunca pude entender por qué el Espejo no estaba en el dibujo. Entonces me di cuenta. El Espejo es el lago. El lago es el Espejo. Ellos son la misma cosa.
Lentamente Nicholas bajó el cuchillo.
-¿El Lago Lyn?
____(tn) pensó en el lago, como un espejo levantándose a su encuentro, el agua dividiéndose por el impacto.
-Me caí en el lago cuando llegué aquí. Había algo acerca de él. Luke dijo que tenía extrañas propiedades y que el Reino de las Hadas lo llamaba el Espejo de los Sueños.
-Exactamente –comenzó Hodge con avidez–, y me di cuenta de que la Clave no era consciente de ello, que su conocimiento se había perdido en el tiempo. Ni siquiera Valentine sabía…
Fue interrumpido por un estruendo, el sonido de una de las torres más altas del Gard derrumbándose. Expulsó un despliegue de fuegos artificiales de centelleantes chispas rojas.
-Nicholas –dijo Alec subiendo la cabeza con alarma–. Nicholas, tenemos que salir de aquí. Levántate –le dijo a Hodge tirando de él por el brazo–. Puedes decirle a la Clave lo que nos acabas de contar.
Hodge se puso en pie de forma precaria.
¿Cómo debía ser, se preguntaba ____(tn) con una indeseada punzada de pena, el vivir la vida avergonzado no sólo por lo que has hecho, sino por lo que estabas haciendo y por lo que sabías que harías otra vez? Hacía mucho tiempo que Hodge había dejado de intentar tener una vida mejor o una diferente. Todo lo que quería era no tener miedo, y ahora resultaba tenerlo todo el tiempo.
-Vamos –Alec, agarrando todavía el brazo de Hodge, le propulsó hacia delante. Pero Nicholas dio un paso enfrente de ellos bloqueándoles el camino.
-Y si Valentine consigue el Cristal Mortal –dijo él–, ¿entonces qué?
-Nicholas –dijo Alec, todavía sosteniendo el brazo de Hodge–. Ahora no…
-Si él se lo cuenta a la Clave, nunca lo oiremos de ellos –dijo Nicholas–. Para ellos sólo somos niños. Pero Hodge nos debe eso –él se volvió a su antiguo tutor–. Dijiste que te habías dado cuenta de que tenías que detener a Valentine. ¿Detenerle de hacer qué? ¿Qué poder le daría el Espejo?
Hodge sacudió la cabeza.
-No puedo…
-Y nada de mentiras –el cuchillo relució a un lado de Nicholas, su mano se estrechaba sobre la empuñadura–. Porque tal vez, por cada mentira que me cuentes, te corte un dedo. O dos.
Hodge se encogió retrocediendo, con verdadero miedo en los ojos. Alec parecía consternado.
-Nicholas. No. Esto es propio de tu padre. No es propio de ti.
-Alec –dijo Nicholas. No miraba a su amigo, pero su tono era como el tacto de una mano llena de pesar–. Tú realmente no sabes cómo soy.
Los ojos de Alec se encontraron con los de ____(tn) al otro lado el césped.
Él no imagina por qué Nicholas está actuando así, pensó ella. Él no lo sabe. Ella dio un paso al frente.
-Nicholas, Alec tiene razón… Podemos llevar a Hodge al Salón y él le dirá a la Clave lo que acaba de contarnos…
-Si él estuviera dispuesto a contárselo a la Clave, ya lo habría hecho – dijo Nicholas bruscamente sin mirarla –El asunto es que él no ha demostrado que no sea un mentiroso.
-¡La Clave no es de fiar! –protestó Hodge desesperadamente–. Hay espías en ella… Hombres de Valentine… Yo no podía decirles dónde estaba el Espejo. Si Valentine encontrara el Espejo, él sería…
Nunca terminó la frase. Algo brillante y plateado relució bajo la luz de la luna, una punta de luz en la oscuridad. Alec gritó. Los ojos de Hodge cayeron ensanchándose con sorpresa en su pecho. Cuando se cayó hacia atrás, ____(tn) vio por qué: la empuñadura de una larga daga sobresalía de su caja torácica, como la mitad de una flecha erizándose desde su diana.
Alec, brincando hacia delante, agarró a su antiguo tutor mientras éste caía, y lo bajó con cuidado hasta el suelo. Lo miraba sin poder hacer nada, su rostro salpicado con la sangre de Hodge.
-Nicholas, ¿por qué…
-Yo no he… –el rostro de Nicholas estaba blanco, y ____(tn) vio que él todavía sostenía su cuchillo, agarrado fuertemente a su lado–. Yo…
Simón se volvió, y ____(tn) se giró con él, mirando hacia la oscuridad. El fuego iluminaba la hierba con un brillo de naranja infernal, pero sólo había negro entre los árboles de la ladera…, y entonces, algo emergió de la negrura, una figura imprecisa, con un oscuro cabello de caída familiar. Él se dirigía hacia ellos, la luz alcanzando su rostro y reflejándose en sus ojos oscuros; éstos parecían que estuvieran ardiendo.
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
Sorpresa! (?
:fiu: :fiu: :fiu: :fiu:
Bueno más tardaron en salvar a Hodge en lo que murio! u.u
Alguna idea de quien lo mato! (? :fiu:
Pronto averiguaran todo! no se desesperen! ;)
Vuelvo más tarde con más! ;)
\^.^/
Lu wH!;*
X
HeyItsLupitaNJ
Contenido patrocinado
Página 8 de 16. • 1 ... 5 ... 7, 8, 9 ... 12 ... 16
Temas similares
» Cazadores de Sombras - Ciudad de Ceniza - NicholasJ&TU (Adaptación) - TERMINADA!
» Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
» Cazadores de Sombras - Ciudad del Ángel Caído - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
» Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
» Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso - Adaptación {Niall Horan & Tú}
» Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
» Cazadores de Sombras - Ciudad del Ángel Caído - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
» Cazadores de Sombras - Ciudad de Almas Perdidas - NicholasJ&TU (Adaptación)- TERMINADA!
» Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso - Adaptación {Niall Horan & Tú}
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 8 de 16.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.