She will be loved. |Louis Tomlinson & Tú| TERMINADA.

Al llegar a casa estabas un poco desorientada. Tenías una cita mañana a las cinco de la tarde. Bueno… no sonaba tan mal, él parecía buen chico, te había llevado las bolsas casi hasta la puerta de tu casa. Y sonreía mucho, y su sonrisa era tierna, no se veía un acosador, los acosadores no eran tan lindos y caballerosos. Casi sin darte cuenta estabas quitándote todas las dudas que tenías sobre esa cita. Ibas a ir, al final de cuentas tenías que distraerte.

—Volví—avisaste suspirando, antes te recibía tu madre con una sonrisa y con olor a comida, esta vez era tu tía, y aunque era una mujer maravillosa, no era tu madre y eso dolía mucho.

—¿Has hecho compras? Sabes perfectamente que debes guardarte el dinero para ti, yo puedo comprar—habló cogiéndote las bolsas.

—Me ha quedado algo de dinero, no te preocupes—aseguraste—. Me voy a cambiar de ropa.

—No tardes, la comida ya está hecha.

Te cambiaste a ropa cómoda y volviste a la cocina para ayudar con lo poco que sabías. Cuando todo estuvo preparado, como a ninguna le apetecía comer en la mesa, cogieron la comida y se fueron al sofá. Comieron mirando un episodio de Supernatural que por casualidad lo estaban dando en la televisión. Al terminar limpiaste tu plato y te despediste de tu tía, ibas a encerrarte de nuevo en tu habitación para escuchar música y estar sola.

—¿Lou?—contestaste al teléfono que estaba vibrando como loco.

—Hola cariño, siento llamarte tan tarde—miraste el reloj y marcaba casi las doce de la noche—pero te he conseguido un trabajo y es para mañana mismo. No podía esperar más.

—¿Enserio?—boqueaste sorprendida, todo el sueño que tenías se te había ido en un microsegundo.

—Sí. Escúchame, mañana tienes que estar en mi casa a las ocho y media, vamos a ir juntas.

—¿Tú también vas?—preguntaste curiosa.

—Serás mi ayudante, tengo que hacer muchas cosas y sola se me dificulta todo—informó—¿te viene bien verdad? No tienes ningún compromiso, no quiero estropearte los planes.

—¡Qué va! No tengo nada—te acordaste de Sam—. Solo una pregunta, ¿cuándo acabaremos?

—Antes de las tres de la tarde—aseguró.

—Entonces muy bien, ahí estaré.

—Genial. Buenas noches y descansa, nos espera un día largo.

—Igualmente, gracias por todo Lou—colgaste.

Te costó dormirte de nuevo pero a la mañana siguiente te despertaste a las siete menos veinte y no tenías ni un poco de sueño. Lo primero que hiciste fue meterte a la ducha, ahí estuviste un buen rato, al salir, buscaste ropa para vestirte y te vestiste para después secarte el pelo. A las ocho y cuarto estabas lista con todo lo necesario así que bajaste abajo, tu tía no se había despertado por tanto le dejaste una nota para que no se preocupara. No te daba tiempo a desayunar así que simplemente saliste por la puerta ignorando a tu estómago que estaba gruñendo un poco.

—Buenos días—saludaste a Lou al verla.

—Hey, voy a por mi bolso y vengo—asentiste y la esperaste—. Vamos, el coche lo tengo aparcado aquí mismo.

—¿Dónde tenemos que ir?—preguntaste siguiéndola.

—Los chicos van a tener una sesión de fotos y tienen que hacer muchos cambios de ropa, tengo que arreglar todo y sola no puedo. Todo esto lo haremos en las afueras de Londres, es como una granja.

—Oh que genial. Con los chicos te refieres a esa boyband, ¿cierto?

—One Direction. Harry, Zayn, Liam, Louis y Niall.

—Bien, ¿tengo que aprenderme los nombres?

—Luego te los presento.

El camino fue de dos horas pero no te aburriste, con Lou era difícil aburrirte, siempre tenía algo nuevo que contar. Al llegar viste que había varios coches aparcados así que no estarían solos. Se bajaron del coche y entraron dentro donde el suelo estaba lleno de cables y las paredes estaban llenas de paneles verdes con muchas cámaras. Vaya, que lío estaban haciendo por ahí. Lou saludó a algunas personas y te presentó a unas pocas, no te acordaste de ningún nombre por tanto no hiciste ninguna pregunta de ellos.

—Los chicos se han perdido—gritó uno de los presentes—tardarán en llegar.

—Sabía yo que Paul se equivocaría de camino—rió Lou divertida—. Sentémonos en el sofá, hay que esperar a que ellos vengan para prepararlos, ya hemos hecho todo.

—Oh claro, muy bien—asentiste sentándote a tu lado.

—¿Has desayunado?—preguntó.

—No, no me ha dado tiempo, la ducha se me ha alargado un poco—reíste.

—Vamos a coger algo de comer, trabajaremos y hay que tener energías—sonrió ella guiñándote un ojo.

Cuando terminaron de desayunar un revuelvo se formó para que cinco chicos entraran después. Todos estaban con caras de dormidos pero parecían de buen humor, bueno, menos dos que parecían que iban a matar a alguien. Lou los saludó como si fueran muy buenos amigos y se puso a hablar con ellos olvidándose un poco de ti.

—¿Quién es ella?—preguntó un chico de pelo rizado.

—Oh cierto, se me había olvidado. Ella es _____(TN), mi ayudante desde ahora. Ellos son Niall, Liam, Harry y esos dos gruñones de ahí son Louis y Zayn. Están en proceso de despertar así que no les hagas mucho caso.

—Te he escuchado—murmuró el moreno llamado Zayn.

—Claro que sí, por eso lo he dicho en voz alta—rió Lou junto a los otros.

—¿Tienen té?—preguntó el otro que estaba al lado de Zayn, ¿cómo se llamaba? ¿Luis? Sí, algo así era.

—Creo que Luis quiere té, ¿debo dárselo?—le preguntaste a Lou en un susurro.

—Me llamo Louis—intervino el chico—no Luis.

—Lo siento … yo …—te sonrojaste.

—No te preocupes, suele pasar—te tranquilizó Liam con una sonrisa.

Miraste a Louis un poco nerviosa, no sabías si estaba enfadado contigo, ¿y si no te quería ahí y te iban a echar? Tragaste saliva y empezaste a pedir disculpas pero él levantó la mano callándote, no quería disculpas ahora, solo quería dormir un rato más, ¿era eso pedir mucho?

—Louis no seas maleducado—lo regañó Niall.

—Vale, disculpas aceptadas—aseguró él abriendo los ojos mirándote.

¡Esos ojos! ¡Esos malditos ojos! Parpadeaste sorprendida y él hizo casi lo mismo, al parecer él también te había reconocido. Aguantaste la respiración y le diste la espalda, él era el chico de los ojos tan bonitos, era el chico que te había sujetado para no caerte ese día en la clínica. Sonreíste nerviosa y volviste a mirarlo de reojo, él había vuelto a cerrar los ojos y se había acurrucado junto al moreno en el sofá.