She will be loved. |Louis Tomlinson & Tú| TERMINADA.

Se podía decir que ninguno tenía idea de cocinar muchas cosas… se veían como dos estúpidos mirando libros de cocina e intentando seguir paso a paso todas las instrucciones. Y oh, no olvidemos el delantal que los hacía ver más patéticos aún. Se reían pero se ponían serios al instante… eso era… un poco difícil, todavía no entendías cómo las madres recordaban tantas recetas y las hacía tan a la perfección.

—Esto de haber tenido siempre a Harry de cocine no me ha ayudado mucho uhh—habló Louis—. ¿Y si lo llamamos? ¡Podría cocinarnos! Y se lo pagamos, ¿qué dices?

—No seas tonto—reíste—él no vendría… tiene el mismo dinero que tú.

—Pero tendría más si le pago—pestañeó inocentemente.

—Louis… déjalo—reíste—. Hagamos algo sencillo y sabes perfectamente que tu mamá cocinará. Llegan mañana en la tarde, le contamos nuestro problema y listo, ¿te parece? Esto me hace ser una mala ama de casa, me siento mal.

—Tú no tienes la culpa cariño—te besó cogiéndote el libro que tenías en la mano y dejándolo detrás de ti en la mesa—. Uh, adoro besarte, vámonos.

—¿Dónde? Louis no…—empezaste a protestar cuando estaba tirando de ti en dirección a la sala—. Tenemos que cocinar, no seas así.

—Necesito relajarme… contigo… juntos… cama, ahora—habló mirándote lo más serio que pudo. Estallaste en carcajadas y saliste corriendo al dormitorio quitándote la ropa por el camino. Obviamente este comportamiento no lo habías tenido con nadie… pero Louis te inspiraba una confianza nunca sentido por nadie más. Cuando te vio en la cama tumbada y desnuda sus ojos se oscurecieron y se apresuró a desnudarse.

—Mueve ese trasero Tomlinson—gritaste para después silbar cuando él se estaba quitando los pantalones. Eso provocó que él se sonrojara, él parecía rudo… e incluso muy engreído, pero no lo era, se sonrojaba bastante cuando uno le decía algo de su físico.

—Me las pagarás—aseguró subiéndose a la cama.

—Calla—lo callaste con un beso—y bésame.

—Baby say yes and let me kiss you— cantó divertido mientras que profundizaba el beso.

—Nananananananananana—empezaste a cantar haciendo que los dos empezaran a reír, eso había sido algo estúpido y te sonrojaste pero lo disimulaste bien escondiéndote en el cuello de Louis.

A la mañana siguiente se despertaron temprano pues tenían que hacer muchas cosas. Era casi Navidad… y el cumpleaños de Louis. En la mañana despertaste antes que él y sacaste el pequeño regalo que tenías. Esperabas que entendiera… no tenías mucho dinero y no te permitías cosas como él.

—Viejo… despierta—le empezaste a besar la cara—. Feliz cumpleaños mi amor, ¿quieres despertar ya? Te quiero.

—Uhmmm—se movió con brusquedad, casi tirándote de encima de él.

—¿Louis?—reíste acariciándole el pecho desnudo.

—Buenos días…—saludó somnoliento.

—¡Feliz cumpleaños!—le diste un largo beso.

—Gracias—sonrió débilmente.

—Te tengo un pequeño regalo—te encogiste de hombros—no es mucho porque bueno… sabes mi situación.

—_____(TN)—te advirtió sentándose en la cama para despejarse un poco.

—Bueno…—asentiste sacando el regalo de debajo de la cama—lo escondí anoche.

—¿Eso hacías cuando volví del baño?—rió divertido.

—No tenía otro lugar…—le sacaste la foto—. Toma.

—Bien…—cogió el regalo y empezó a abrirlo pacientemente.

Como bien habías dicho, no era nada ostentoso o algo muy sorprendente… era sencillo porque… bueno, no te solían gustar las cosas muy costosas y para ti era más valor sentimental. Era la primera foto que se habían hecho fotos, salían juntos, él ponía una cara divertida mientras que tú lo mirabas con una risa. En la foto estabas sentada en sus brazos y él hacía la foto. Habían salido hermosos… y adorabas esa foto porque había sido la primera.

—Oh, nuestra primera foto—sonrió mirándote—muchas gracias cariño. El marco es muy hermoso. Es precioso.

—Por detrás tiene algo escrito pero prométeme que lo leerás cuando estés solo—le quitaste el marco de las manos por si se le ocurría abrirlo ahora.

—Lo prometo—prometió y se lo devolviste—. Esto se quedará en mi mesilla de noche, quiero verla siempre que me duerma y que me despierte.

—Espero que te haya gustado de verdad… no sabía qué hacer, tienes absolutamente todo—te encogiste de hombros—. No es nada caro… y esas cosas.

—No necesito más _____(TN), te quiero—te besó.

—Yo también—lo abrazaste fuerte.

Lo que siguió de día estuvieron preparando todo para la llegada de la familia de Louis. Ellos llegaron sobre las tres de la tarde. Las chicas estaban muy emocionadas por todo aquello, querían ver a los chicos pronto.

—Feliz cumpleaños hermano—gritaron las hermanas juntas—te queremos.

—Yo también mis chicas—las abrazó riendo.

—Louis, ¿por qué no te llevas a las chicas a dar un paseo? _____(TN) y yo iremos a la cocina para preparar todo para esta noche—habló Jay paciente.

—¡Sí!—gritaron ellas.

—Oh vale…—aceptó Louis rendido.

Volver a estar con Jay te hacía soñar a un hogar completo. Estar con ella en la cocina era estar como con tu propia madre. Te recordaba cuando ella te decía ‘______(TN) tráeme la cuchara del cajón, _____(TN) haz esto… haz lo otro’, adorabas cuando ella te pedía su ayuda, era increíble sentirte útil. Lo mejor era que cuando acababan, te daba un pastelito y un beso en la frente como premio. La extrañabas… mucho.

—¿En qué tanto piensas?—preguntó ella con gesto divertido.

—En mi madre—sonreíste con nostalgia—adoraba estas épocas.

—Oh, seguro que era una mujer increíble—sonrió.

—Sí… bastante—admitiste.

—Bueno cariño, vamos a ponernos manos a la obra que ya es tarde—cambió de tema al verte más apagada. Asentiste y se pusieron el delantal, se pillaron el pelo para que cayera nada en la comida y empezaron a preparar. Unas tres horas después tenían distintas comidas casi preparadas… algunas se estaban haciendo mientras que otras, como el postre que iban a comer, estaba en la nevera enfriándose ya que se tomaba frío.

—Hemos sido un buen equipo, choca esos cinco—levantó la mano y chocaste sonriendo.

—¡Ya estamos aquí!—escucharon unos gritos y las dos salieron de la cocina, la tranquilidad se había acabado, llegaban los tornados.

La cena de Navidad fue espectacular, nunca te sentiste incómoda o fuera de lugar y eso fue gracias a todos ellos, te hicieron sentir como en familia. Rieron, cantaron y bailaron hasta altas horas de la madrugada. Cuando se fueron a dormir Louis tiró de ti y te metió a su habitación, al parecer no quería dejarte dormir sola… no te molestaba… para nada pero sí que te importaba un poco qué iban a decir las hermanas y su mamá. No sabías si era momento de aceptar la relación o esconderlo un poco más.

—Louis…

—Lo sé, pero no podremos escondernos todo el tiempo. Mamá ya está sospechando algo, nos miraba raro. ¿Me ayudas a poner los regalos debajo del árbol? Hay muchos.

—Vale—cogiste unas bolsas—vamos. Después hablaremos.

Dejaron todos los regalos debajo del árbol, cada regalo tenía su nombre puesto para que no hubiera confusiones. Viste que tu nombre también estaba y sonreíste… menos mal que tú también habías comprado regalos.

—Genial, me encanta todo, hazle una foto—habló Louis—. Yo iré a por algo de comer…

—¿Todavía tienes hambre?—lo miraste boquiabierta.

—Sí…—rió.

La Navidad pasó tan rápido como llegó. Días después… les tocó unas vacaciones y fuiste con Louis a disfrutarlas a la playa. Con eso ya todos sospechaban que eran algo más pues les habían hecho una foto desde muy lejos y se veían borrosamente con las manos entrelazadas. Era obvio que más tarde o más temprano eso saldría a la luz… sólo que no habían esperado que fuera tan rápido. Louis estuvo bastante paranoico y casi siempre se mantenía alejado de ti cuando estaban en público… por supuesto, te molestaba, te hacía querer maldecir a todos los paparazzis y pegarle a él también una cachetada, pero te callabas y seguías adelante, habías decidido darle tiempo.

—Me voy a duchar—habló Louis dejando sus cosas en la mesa. Hoy era el último día que les quedaba e iban a salir a cenar, por la mañana ya tendrían que volver a Londres ya que Louis empezaba con los ensayos para Take Me Home Tour.

—Ok—asentiste y te sentaste en el sofá para mirar algo de televisión. Cuando llevabas un poco de rato, el teléfono de Louis sonó y lo cogiste, siempre lo hacías, a él no le molestaba y además solías hablar con los chicos o con alguna de sus hermanas. Viste que era un mensaje pero no era ni de los chicos, ni de las hermanas… ni de Jay… era Eleanor.

“¿Cómo van las cosas de vacaciones babe? xX”—leíste.

No estabas lo que era celosa o sí lo estabas… la cosa era que, ¿cómo demonios podía seguir hablando Louis con ella como si fueran los mejores amigos si ella lo había tratado de maricón y había soltado mierda por todos los lados? Y lo peor, ¿por qué no te había dicho Louis que seguía hablando con ella? Recordabas que se lo habías preguntado y él había dicho que no sabía absolutamente nada. Casi sin querer, empezar a leer más mensajes y ellos reían, contaban bromas… se decían lo que hacían durante el día… y al final se decían ‘te quiero’. Y aunque no querías darle más vueltas, sabías que ellos se seguían queriendo, esos ‘te quiero’ escritos simplemente por mensajes, se veían más sinceros que los que te decía a ti. Sí, era cruel… pero era la pura verdad.

—Te mandó Eleanor un mensaje—hablaste cuando se sentó a tu lado recién duchado—. Me voy a duchar, siento haberlo leído, pensaba que era alguna de las chicas.

Louis se quedó boquiabierto mirándote como si fueras un bicho raro, sí, eso era Tomlinson, pillado. Cogiste tus pijamas y te metiste al baño, no ibas a llorar, no ibas a sentirte miserable… tenías que seguir adelante y pensar con la mente fría ya que tenías que tomar una decisión muy importante. El agua te ayudó un poco pero las cosas seguían dando vueltas y vueltas en tu cabeza. Estabas segura de unas cuantas cosas. Amabas a Louis pero él no te amaba, simple y sencillo. Obviamente, él amaba a Eleanor y ella lo amaba a él. Ahora el gran dilema, ¿por qué estaba contigo? Había dejado a su novia, ¿lo habías presionado sin darte cuenta? ¿Se había sentido obligado?

—Te voy a preguntar una sola cosa y quiero que me la contestes muy sinceramente—saliste del baño con energía. Él dejó su móvil y te miró atentamente, de repente te pusiste nerviosa, no podías mirarle a la cara porque un sentimiento de culpabilidad estaba golpeándote y no sabías porqué.

—Y bien…—esperó pacientemente.

—¿Te has sentido obligado… presionado de alguna manera por mi? Mira, no sé si esto ha sido lo correcto—empezaste a hablar mirando toda la habitación menos a Louis—. Es idiota pensar que me amas, digo, vamos, está Eleanor, y no te culpo, creo que la única estúpida he sido yo. No sé qué te ha hecho acabar con ella y estar conmigo… la cosa es que no puedo vivir así. Louis, es mejor que… que vuelvas con ella.

—¿Y crees que después de haber pasado contigo los mejores momentos lo dejaré pasar tan rápido? No, no te engañes ______(TN). Eleanor y yo somos amigos que en un pasado han sido amigos, ella me conoce mejor que nadie… y sí, la quiero, es mi amiga, es imposible no quererla después de haber estado con ella tanto tiempo. Hemos decidido intentar esto, ¿o no? No pensaba que eras de darte por vencida tan rápido, siempre te vi con una luchadora.

—¡No se puede luchar con esto Louis!—casi gritaste de la frustración—No seamos estúpidos… no intentes tranquilizarme y llenarme de falsas esperanzas. Tú no me quieres, amas a Eleanor y las cosas siempre van a estar así.

—Te quiero maldita sea pero parece que cada vez que te lo digo dudas—se levantó de golpe del sofá—. Me miras como si estuviera mintiendo, te quiero, claro que lo hago, ¿qué demonios quieres que haga para demostrártelo? ¡Has conocido a mi familia… has dormido en mi cama! Por favor, no, no te quiero, he dejado que estuvieras con mis hermanas porque te estoy mintiendo. Cuando te aclares estas cosas _____(TN), me llamas, no pienso aguantar que me mires y me acuses de mentiroso.

Habías querido aclarar la situación, que todo se aclarara y que estuvieran bien, pero habías conseguido estropear todo una vez más. Viste como Louis cogía su teléfono, una chaqueta y salía de ahí dando un portazo. Te sentaste y te quedaste mirando el suelo, te sentías estúpida… bueno, no te sentías, eras estúpida. Apretaste los dientes y la idea de golpearte con algo era muy atractiva en esos momentos. ¡Joder! ¿Por qué siempre tenías que estropear todo? Gemiste y te tumbaste en el sofá, Louis no era alguien para ti, no te lo merecías, siempre habías sido desconfiada… y todo esto te estaba superando haciéndote decir y hacer estupideces.

“¿Louis…? Te quiero.”—le mandaste un mensaje.

“Necesito unos minutos… solo… ya volveré dentro de poco.”—fue su respuesta.

Te quedaste dormida esperándolo, no sabías en qué momento llegó pero cuando despertaste él estaba en la cama durmiendo también. Al verlo te acercaste más a él y lo abrazaste con todas tus fuerzas, odiabas las peleas porque él se alejaba tanto que lo sentías a millones de kilómetros. Cuando te abrazó enterraste tu nariz en su pecho y aspiraste su olor, te encantaba, era único.

—Lo siento tanto…—susurraste empezando a acariciarle el pelo suavemente.

—Duerme _____(TN), no hay tiempos para lamentos, es tarde—habló con los ojos cerrados aún. Y escuchándolo, cerraste los ojos y volviste a quedarte dormida.

¿Qué pelea era? ¿La quinta vez o algo parecido? Estaban en Manchester ya que los chicos tenían concierto. Llevabas con Louis unas semanas donde lo único que hacían era pelear, eso ya no era normal y no entendías qué demonios sucedía. Estaba irritado, nervioso, y no sólo le culpabas a él, tú también estabas siendo algo insoportable… pero era por una única razón, y ésta era que Eleanor se encontraba a pocos pasos de Louis. Eso te ponía los pelos de punta. Entendías que eran amigos… pero ella era su exnovia, y seamos sinceros, donde hubo fuego, cenizas quedan.

—¿Qué sucedió?—preguntó Harry al ver como Louis salía de ahí dando un portazo. Desde que estaban juntos había dado más portazos que en toda su vida, era hasta gracioso en ocasiones.

—Lo de siempre Harry, lo de siempre—te sentaste y te quedaste mirando a la nada, llega un momento donde en estas peleas ya ni se llora, es simplemente nada, no sientes nada, no sabes qué decir, no sabes a quién culpar.

—Son apenas las once de la mañana, ¿cómo demonios tienen cuerpo para pelear justo ahora?—preguntó sentándose a tu lado.

Los chicos siempre trataban de no meterse mucho en estas cosas pero siempre alguno cedía y hablaba con ustedes… era imposible ignorar esos gritos y es que no disimulaban mucho, era pelea intensa o nada. Parecía que dando gritos y echando cosas en cara se sentían mejor. Bufaste, eso se estaba yendo a la mierda y había pasado sólo un mes. ¿Era esto lo normal? Por lo que habías visto, los primeros meses eran los más perfectos… y ya después venía las peleas, en vuestro caso, parecía que todo era al revés.

—No lo sé Harry—reíste—simplemente no lo sé. Creo que si no peleamos no somos nosotros.

—Pelear no les hace bien—llegó Zayn.

—No me digas, no sabía—hablaste sarcástica fulminándolo con la mirada.

—No te he hecho nada—te señaló Zayn y empezaste a reír, era imposible estar con esos chicos y no reírte en pocos minutos. Él sonrió y cogió algo de comer de la mesa que estaba llena, se sentó a tu lado y empezó a comer, en esos momentos se parecía a Niall.

—Tenemos que ensayar dentro de media hora—miró la hora Harry—. Iré a hablar con Louis.

Asentiste y te quedaste con Zayn y Niall que recién llegaba él también con comida. Te ofrecieron pero te negaste, no, no tenías ni siquiera apetito aunque viendo a Niall comer con tanta dedicación, decidiste coger algo dulce, ¿qué mejor que grasas para la depresión?

—Creo que me iré al hotel—hablaste después—no creo que…

—Claro que no, tienes que venir—te interrumpió Liam—¡por favor! Es que queremos tu opinión, ¿por favor?

—Siempre es lo mismo Payne—reíste.

Mientras que iban de camino al soundcheck, tu papá te llamó y hablaron un buen rato, por suerte él había salido de rehabilitación y estaba incorporándose al trabajo y esas cosas. Eso había sido la única alegría en los últimos días, saber que él está bien y que tendrás a alguien en casa cuando vuelvas.

—¿Cómo está tu padre?—preguntó rompiendo Liam el silencio. Eso era un poco incómodo, estaban de camino y muy callados.

—Bien, estaba por entrar a hablar con su jefe—sonreíste débilmente y miraste a Louis que estaba con los ojos cerrados y apoyado en la ventana. Se veía cansado, más cansado que nunca y se te rompía el corazón ya que no podías hacer nada para ayudarlo.

—Entonces se está incorporando poco a poco, ¿verdad?

—Sí—asentiste.

Llegaron al lugar pronto y todos se bajaron del coche, Louis estaba dormido pues no había movido ningún músculo. Suspiraste y le empezaste a acariciar el pelo suavemente, habías aprendido que despertarlo era mejor con suavidad porque podía hasta comerte del mal humor que tenía cuando despertaba bruscamente. Le diste un beso y entonces abrió los ojos y miró alrededor con pánico.

—Oh mierda, ¿dónde estamos?—parpadeó.

—Hemos llegado, te has quedado dormido—hablaste.

—Ah, vale… ah, ¿nos bajamos?

—Quiero saber cómo estamos Louis, yo es que… es todo tan frustrante—hablaste bajándote del coche.

—Estamos bien, como siempre, bien—aseguró pasando un brazo sobre tus hombros y dándote un corto beso en la frente.

—Bien…—suspiraste.

Esa relación estaba cayendo en picado y lo sabías… por mucho que lo intentaban, no podían hacer que funcionara como debía de ser. Era frustrante por parte de los dos ya que, él tenía sus cosas que hacer y estaba casi siempre fuera, no le reprochabas nada ya que entendías, y tú estabas entre su vida y la tuya. Antes no pasaba nada, pero tu papá estaba en casa y no podías dejarlo solo siempre. No podías viajar por todo el mundo con Louis cuando tu papá acababa de salir de rehabilitación.

Los chicos empezaron con sus ensayos y como siempre, a veces se lo tomaban en serio, otras veces bromeaban haciendo estupideces… y ese tipo de cosas. Sólo en el escenario veías a Louis con esa sonrisa tan grande y bella que poseía, últimamente estaba apagado, y el escenario era lo único que le daba ese brillo que tenía él antes. No sabías las razones… no querías sentirte culpable pero algo te decía que eras tú, que era tú culpa. Frunciste el ceño y viste como Harry y él se abrazaban para después Harry coger a Louis en brazos y correr con él por todo el escenario, vaya, sonreíste sin poder evitarlo y les grabaste rápidamente con el móvil de Louis.

—¿Qué te pareció?—preguntó Liam al igual que siempre cuando acababan un ensayo. ¿Qué decir? Ellos siempre eran espectaculares.

—Como siempre Liam, son perfectos—sonreíste.

—¡Bien!—dejó la guitarra eléctrica Niall y se sentó para tomar una botella de agua y darle un largo trago.

—Suena teléfono de alguien…—gritó Zayn.

—Es de Louis…—miraste de quién ver y se lo diste intentando que no se notara tu cambio de humor. Eleanor, sí… era Eleanor, y Louis al verlo sonrió débilmente y se alejó para sentarte encima del escenario y hablar como si fuera una adolescente enamorada de catorce años. Parpadeaste y bajaste la mirada a tus pies, mierda, estabas por llorar.

—¿Por qué no me acompañas a coger algo de comer?—preguntó Harry que había sido el que más atención te puso en esto de la llamada. Asentiste y te levantaste, estabas por llorar y no pensabas hacerlo delante de todos, y menos de Louis, él te creería una obsesiva o algo parecido.

—Yo creo que volveré a Londres, será lo mejor—hablaste empezando a andar en círculos—. Podremos relajarnos, alejarnos uno del otro y esas cosas. No puedo seguir aquí viendo como él habla con Eleanor como si fuera el amor de su vida.

—Si crees que es lo mejor, hazlo—habló Harry.

—Es que, dime tú, ¿qué puedo hacer Harry?—tu voz se quebró y él te abrazó dando un suspiro. Que complicado era el amor a veces.