She will be loved. |Louis Tomlinson & Tú| TERMINADA.

Louis era consciente de que tal vez era una equivocación pero tenía que hacerlo, tenía que averiguarlo y equivocarse si es que estaba equivocado. Miró a Eleanor y vio como ella hacía su maleta con una sonrisa, la música sonaba y ella de vez en cuando bailaba al ritmo de ella. Sonrío, había compartido bellos momentos con ella… pero algo pasaba en su corazón y quería averiguarlo antes de que fuera demasiado tarde.

—Iré a hablar con Harry de unas cosas—avisó—vengo en un rato.

—No te tardes.

Él asintió y salió de ahí. Necesitaba el consejo de alguien… necesitaba hablar con su mejor amigo. Tragando saliva se dirigió a su habitación y rogó que no estuviera con Taylor… quería estar a solas, sin que nadie los presionara o preocupara, sin que nadie hiciera drama. Tocó su puerta y ésta se abrió dejando ver a Harry en pijamas, sonrió, siempre estaba en pijamas hasta en el último momento.

—Hola Loueh—sonrió al verlo.

—Hey Harreh—lo saludó y entró.

—¿Qué pasa?

—¿Tiene que pasarme algo para venir a verte?

—Te delatas solo, suéltalo Tomlinson, no te conozco desde ayer—rió el rizado y se sentó en el sofá.

—Verás…—se sentó a su lado—. Quiero… uhm, acabar con Eleanor por un tiempo… o tal vez para siempre, no sé, no estoy seguro de eso. Mira, es que, hay una nueva chica que me ha removido el corazón y quiero averiguar qué es, qué significa, no quiero tener eso ahí guardado.

—Nunca pensé que…—balbuceó Harry sorprendido—. ¿Quién es ella? No te hemos visto con ninguna chica que no sea Eleanor o _____(TN).

—Eso no es lo importante. Quiero un consejo Harry. ¿Debo hacerlo o no? La cuestión es que a la otra chica le he dicho que lo haría, que nos conoceríamos mejor, estoy decidido a ver qué pasa… pero tengo miedo de lastimar a Eleanor—suspiró frustrado—. Ella ha sido mi compañero por largo tiempo y despedirme de ella no es fácil.

—Es como decirle adiós a tu casa después de un descanso—sonrió Harry con nostalgia.

—¡Exacto! ¿Qué… debo hacer?—volvió a insistir.

—Lo que debes hacer sólo lo sabes tú amigo—suspiró Harry—. Yo no sé qué decirte pues no sé en realidad muchas cosas y no sé si esa chica vale la pena o no. Puede que Eleanor no me soporte pero ella te quiere y eso me hace la carga más soportable amigo.

—Oh Dios Harry…—suspiró Louis demasiado frustrado y agobiado.

—Mira, si de verdad quieres hacerlo, ves a por ello y nunca mires atrás o te arrepientas—habló Harry serio—. Hazlo y el tiempo dirá si te has equivocado o no.

—¿Y si me he equivocado qué hago?—lo miró a los ojos.

—El tiempo lo cura todo…—se encogió de hombros el rizado.

Louis al volver a entrar a la habitación seguía igual de confuso y frustrado, tenía miedo y era un cobarde. Suspiró y se sentó en la cama esperando a que Eleanor saliera del baño donde seguramente estaría peinándose o maquillándose tal como siempre hacía. Al verla salir la miró y la hizo una señal a que se sentara a su lado. La chica obediente se sentó y esperó a que hablara, sabía que algo pasaba, lo podía ver en la mirada de su Louis.

—Mira Eleanor… hemos pasado mucho tiempo juntos, un año es mucho—empezó Louis—y me duele profundamente decirte esto pero tal vez sea mejor, ya sabes, nunca se sabe lo que el futuro nos tiene preparado. Quiero hacer esto antes de que la Navidad se nos eche encima… no quisiera estropeártelas… aunque queda bastante poco por desgracia.

—¿Qué quieres decir con todo eso?—lo miró con los ojos muy abiertos.

—Algo ha pasado todo este tiempo y… tal vez hayas notado ciertos cambios en mí…

—Pues sí, llevas sin tocarme bastante tiempo—frunció el ceño.

—Bueno… como bien decía—se aclaró la garganta—. Han pasado ciertas cosas y estoy un poco confundido, quisiera poder aclararme, poner todos mis sentimientos en orden y decidirme por fin qué haré, ya no soy un mocoso de catorce años que no sabe lo que es el amor. Por eso, porque ya tengo mis años y sé cómo va la cosa, te diré que tal vez es mejor que nos demos un pequeño tiempo… o tal vez que lo dejemos por una temporada. Sé que no es lo mejor, y que tal vez te duela… a mí también me duele y mucho… pero… uhm….

—¿Estás… terminando todo esto?—parpadeó sorprendida.

—Sí.

—¿¡Por qué!?—se levantó de su lado con rapidez.

—Ya te lo he explicado Eleanor, ha… ha habido ciertas cosas que me han hecho dudar y… tengo que aclararme.

—¿¡Qué cosas!?—gritó.

—Pues tal vez tus caprichos o el hecho de que trates como a una mierda a uno de mis hermanos, tal vez eso también me haya hartado un poco—explotó Louis—. Por ti he hecho cosas que no he hecho ni por mi propia madre y es la mujer que más amo en esta vida. Tal vez esas sean las razones. Son pequeñas cosas Eleanor que se han juntando más y más y te hacen ver otras cosas que no veías por estar ciego. ¿Entiendes? No te culpo de nada, eres una chica excelente, muy hermosa… maravillosa… pero ya te lo he explicado.

—¿Un tiempo entonces? Perfecto Louis, yo también necesito uno muy largo de tus mierdas y de todo lo que te rodea—gritó ella cogiendo sus maletas—. ¡Jodido maricón, sal del armario!

Louis apretó los dientes y se levantó de la cama furioso, vaya mierda, pensaba que ella iba a ser un poco más comprensiva, no que lo llamaría ‘jodido maricón’. Bufó y se volvió a sentar… la cosa ya estaba hecha, no podía arrepentirse y de hecho no lo iba a hacer. Con pereza empezó a hacer su maleta y dejó todo los pensamientos volar… todo iba a estar bien cuando llegaría a Londres, lo ibas a abrazar y todo estaría bien, sí, eso era.

“Está hecho.”—te mandó un mensaje Louis.

“¿Cómo ha ido?”—recibió tu respuesta.

“Me ha llamado ‘jodido maricón’ jaja. Podría haber sido peor. ¡Tengo muchas ganas de abrazarte! ¿Podré venir a tu casa?”

“¿A qué hora llegan?”

“Sobre las cuatro de la madrugada… supongo.”

“Estaré esperándote con los brazos y la cama abierta cariño.”

Él sonrió y guardó su teléfono. Cerró la maleta y salió de la habitación para dirigirse al lobby, ahí todos estaban esperando a que los demás se sumaran. A Eleanor no la vio y suspiró un poco aliviado, aunque después le avisó a Paul de lo sucedido y él se encargó de que la chica tuviera sitio en el avión.

—¿Todo bien?—preguntó Liam.

—Sí, todo bien—asintió.

—Muy bien. Entonces vámonos a casa chicos—sonrió Liam con una sonrisa brillante. Todos extrañaban sus casas y a sus familias.