She will be loved. |Louis Tomlinson & Tú| TERMINADA.

Carla Smile escribió:Quiero capítulo!!!

Esa noche lo único que soñaste fue Louis Tomlinson sin camiseta y en bóxers tumbado en tu cama. Un sueño raro.

Yo también hablo sola demasiado a menudo... ni siquiera sé por que lo estoy confesando... es divertido hablar sola poniendo distintas voces... jajajaja

{@idrunkniall.} escribió:

CAPÍTULO 14. —Aquí el único tonto es él, no pienses más.

Te cambiaste a una ropa más cómoda mientras que Louis estaba eligiendo una película. Irían a lo viejo, iban a descargar una película ilegalmente y entonces tenían que espera para que se descargara. Normalmente duraba entre media o una hora. Mientras que se descargaba, estuvieron haciendo palomitas, sándwiches, poniendo Cheetos y doritos en platos y sacaste los Oreos del armario. Eso era un verdadero festín. Y bueno, no podía faltar la Pepsi y la pizza que la había pedido Louis.

—Si me pongo como una vaca será por tu culpa—amenazaste a Louis cuando viste todo delante de ti, eso sería un trabajo comerlo.

—Neah, no pasará—sonrió para coger un sándiwch—. La película estará en veinte minutos y la pizza estará por llegar.

—Bien, así podré hablar de algo contigo—lo miraste nerviosa.

—¿Sí?—te miró esperando.

—Bueno, no es de mi incumbencia, no conozco mucho vuestra relación y tampoco sé qué pasa en realidad… pero he visto hoy que los chicos han hablado de ciertas cosas—empezaste mirándolo con nerviosismo, no sabías cómo iba a tomárselo, eras casi una desconocida.—La cosa es que se han enfadado, has faltado a un ensayo muy importante. Sé que tu novia es muy importante pero los chicos…

—Lo sé, soy consciente de eso—aseguró interrumpiéndote—sé que he hecho mal, me he equivocado, pero cuando ella quiere una cosa no para hasta lograrla. Sé que los chicos se sienten un poco apartados.

—Uno más en especial.

—Harry, mi rulitos—suspiró él nostálgico.

—Deberías hablar con él, aclararlo todo—sonreíste animándolo—, seguro que entenderá todo. Ustedes han sido amigos desde siempre, sería malo que estropearan esta amistad que tienen.

—Es mi marido—soltó una carcajada.

—Tu marido—reíste junto a él.

Aún riendo te levantaste y fuiste a abrir la puerta ya que el timbre sonó. Louis se levantó igual para irse al baño. Al abrir la puerta te congelaste en el sitio, esa persona no debería de estar ahí. De inmediato quisiste cerrar la puerta pero él la empujó tirándote hacia atrás.

—¡No!—gritaste para después salir corriendo hacia la sala, ahí debería de estar Louis, pero al no verlo paralizaste de miedo.

—¿Qué pasa? ¿Esperabas a otro?—rió Sam mientras que te cogía del brazo.

—¿_____(TN)?—llegó Louis—¿¡Qué coño hace este aquí!?

—Entonces… sí que estabas con alguien—te miró Sam con furia. Tragaste saliva con miedo, demonios, no querías que él le hiciera daño a Louis, estaba tan loco que podría hacerlo.

—Suéltala Sam—se acercó Louis y te tiró para ponerte detrás suya—. ¿Qué haces aquí? Pensé que no te atreverías a pisar esto más. Te creía más inteligente.

—¿Por qué no? Ella es mi novia, tengo que visitarla de vez en cuando o pasa como hoy, que me la quitan.

—Louis tiene novia Sam…—explicaste.

—No tienes que darle ninguna explicación—te calló Louis—. Bueno Sam, puedes salir por dónde has entrado, no te queremos aquí y bueno, ella ha acabado contigo todo lo que tenían.

—¿Enserio amor?—te miró él con una sonrisa tierna—Dile que no, que me quieres.

—Yo… yo…—balbuceaste nerviosa, con esa sonrisa parecía el Sam de siempre.

—Mírame _____(TN)—se puso enfrente tuya Louis para cogerte de los hombros—, esto tiene que acabar, ¿recuerdas de lo que hablamos? Es ahora o nunca cariño, ¿prometes hacer lo correcto? No es difícil, no te dejes engañar.

—Sam…—empezaste con voz temblorosa—todo ha acabado, aquí y ahora.

No miraste a Sam, estuviste mirando los ojos de Louis todo el tiempo, algo en ellos te tranquilizaba, te daba una calma que no sentías. Te hacía sentir protegida, sabías que estando con él nada te pasaría. Sonreíste cuando él sonrió también, parecía orgulloso de ti y eso te ponía feliz a ti también, ¿qué mejor sentimiento que saber que has hecho a alguien orgulloso?

—¿De verdad?—preguntó Sam—Bueno, esto no ha acabado aquí cariño, volveré, lo prometo.

Te tiró un beso y salió de la casa riendo. Louis apretó los dientes y cerró la puerta con llave, no entendía cómo ese chico podía ser tan cínico y sinvergüenza, y lo peor de todo, ¿cómo demonios te había convencido para que salieras con él? Tú necesitabas a alguien tierno, un chico tranquilo y cariñoso, no un patán cínico.

—Lo has hecho de maravilla—sonrió abrazándote fuerte contra él. Al sentirlo te agarraste a él y empezaste a llorar, no sabías porqué pero ahí estabas llorando como desesperada mientras que él te sujetaba y te acariciaba la espalda en signo de tranquilidad y apoyo.

—¿Por qué me da tanto miedo?—suspiraste cuando estaban sentados en el sofá con las luces apagadas y con música puesta de fondo. Bruno Mars estaba sonando en ese momento con su ‘grenade’.

—Es normal después de todo lo que te ha hecho—se encogió de hombros dando un mordisco al trozo de pizza que tenía en la mano.

—Creo que… a veces me lo merecía ¿sabes?—suspiraste mirando tus dedos—Yo nunca… bueno, nunca quise acostarme con él. Es mi novio, ¿debería de haberlo hecho cierto? Es lo normal.

—No, no es lo normal. Tú lo haces cuando quieres y cuando te sientas preparada—te miró serio—. Eleanor y yo no tuvimos relación hasta después de cuatro meses de salir juntos. No confiaba en mí y yo bueno… no me lo tomaba enserio.

—Oh, bueno… no sé—lo miraste para después sonreír débilmente.

—Aquí el único tonto es él, no pienses más—sonrió.

Después de comer lo que habían preparado y de ver dos películas, Louis se despidió dejándote sola. Estar sola no era lo mejor pero sabías que él no se quedaría ahí contigo, tenía una casa… una novia… cosas que hacer. Su vida desde luego no era tan aburrida como la tuya. Suspiraste y fuiste al piso de arriba, pusiste música y te desnudaste para meterte a la ducha, ahí te quedaste mucho tiempo, tanto que al salir tenías las manos y los pies arrugados.

—Sí… nuevamente sola—suspiraste entrando a tu habitación—. Es magnífico, tan divertido.

Hablar sola se había convertido en tu pasatiempo favorito desde un tiempo atrás. Hablando no te sentías tan sola… aunque claro, te hacía dudar seriamente de tu salud mental. Todos hablamos solos alguna vez… pero lo tuyo era extremo. Hablabas, reías y te deprimías sola. Así funcionabas, todo sola. Tenías que acostumbrarte, estabas sola, ¿no? Y con ese pensamiento fue como te metiste a la cama y te quedaste dormida a los pocos minutos. Esa noche lo único que soñaste fue Louis Tomlinson sin camiseta y en bóxers tumbado en tu cama. Un sueño raro.