She will be loved. |Louis Tomlinson & Tú| TERMINADA.

Cuando la jornada terminó estabas cansada, realmente agotada, por suerte mañana era tu día libre por tanto tendrías tiempo de descansar. Junto a Lou habían hecho mucho, desde colocar ropa vieja a colocar la nueva. De ver el nuevo vestuario y ver qué cambios harían. De ver cuál era los cortes de pelo más a la moda en ese mes, de quién era el más hot y así sucesivamente. Y por supuesto, se encargaron de los chicos que tuvieron una sesión de fotos que duró aproximadamente unas tres horas pues había sido una sesión bastante sencilla.

—Adiós chicos—te despediste—. Adiós Lou.

Te despediste y cogiste un taxi ya que hoy no tenías ganas de andar mucho, estabas cansada y eso se notaba en la manera cual andabas. Al llegar a casa viste que tu tía estaba cocinando, sonreíste, el olor a comida te dio de lleno en la cara haciendo tu estómago gruñir, ¡vaya, estabas hambrienta! Con eso empezaste a reír ya que te acordaba a Niall, él siempre decía lo mismo. Dejaste tu chaqueta en el perchero y entraste a la cocina, tu tía estuvo más contenta de lo que esperabas al verte.

—Por fin, todas las noches preparaba la cena porque no sabías si venías, qué bien que estás aquí—sonrió.

—Me voy a cambiar tía—te dirigiste a las escaleras—ahora bajo.

Al llegar a tu habitación sonreíste, la habías extrañado, la verdad es que extrañabas un poco tener tu espacio. Te cambiaste a una ropa cómoda y te hiciste una coleta alta para que el pelo no te molestara. Después de desmaquillarte diste unos respiros hondos, estar en casa todavía te traía amargos recuerdos.

—Bienvenida de nuevo. Ves a la sala, alguien te espera—sonrió tu tía amablemente.

No sabías quién era así que fuiste y te encontraste con Sam. Tenía una sonrisa en los labios hasta que te vio sola. Tragaste saliva y lo saludaste quedándote en medio de la habitación, estabas realmente pensando en salir a correr, esa mirada de odio no era normal, parecía un enfermo psicópata loco de la cabeza.

—No me contestas a las llamadas, después te toman fotos con ese grupito de mierda y encima no pensabas verme hoy. ¿Qué está pasando contigo _____(TN)?—preguntó con lágrimas en los ojos—¿Ya no funciona esto? Dímelo así arrancaré este amor que siento de mi corazón y me voy lejos para no sufrir.

—No Sam, no pasa nada—lo miraste sorprendida mientras que te acercabas a él—no ha pasado nada, todo está igual que siempre. No pasa nada cariño, lo prometo.

—¿Entonces por qué estabas con esos riéndote y pasando un buen rato?—te cogió de los brazos zarandeándote.

—Porque …—intentabas hablar pero el constante movimiento no te dejaba—. ¡Sam maldita sea, estamos en mi casa, mi tía puede entrar en cualquier momento!

—Muy bien entonces. Tía, iremos arriba a hablar de cómo ha estado el día para _____(TN)—sonrió Sam angelicalmente, ni siquiera tu tía podía decirle no. Con eso dicho, Sam te cogió y subió las escaleras rápidamente tirándote detrás de él. Más de una vez te caíste y de golpeaste con las rodillas en las escaleras pero él no pensaba parar.

—Sam, ¿qué está pasando contigo? ¡Suéltame, estás convirtiéndote en un animal! No lo pienso permitir—gruñiste soltándote de su agarre cuando te empujó en tu habitación.

—¡Eres tú! Toda es tu culpa. Andas de zorra con todos, si no fueras tan fresca tal vez esto no sería necesario—te reprochó dejándote completamente boquiabierta, ¿fresca tú? Desde que estabas con él no habías tenido ojos para nadie más.

—¡Estás loco!—le reprochaste de vuelta.

—No, aquí la única mal de la cabeza eres tú—te dio golpecitos con su dedo en la frente—eres tú.

—No sé qué te está pasando … Sam, tal vez sea mejor que lo dejemos por un tiempo—tragaste saliva al borde de las lágrimas, su comportamiento te asustaba.

—¡No, no puedes amor mío!—empezó a llorar de pronto. ¡No entendías absolutamente nada! Hace un minuto te había dicho ‘fresca’ y ahora te decía ‘amor mío’ mientras que lloraba abrazado a ti. Ese comportamiento tan bipolar era asustadizo. Podía pasar de enfurecido a sensible en un segundo y eso no era normal.

—Sam…—intentaste mirarlo a los ojos.

—Estaremos juntos para siempre, nadie nos podrá separar. Y nuestro amor será irrompible—te apretó contra él. Tal vez antes eso te parecía tierno, pero desde que habías descubierto su comportamiento violento, no te parecía nada bonito o tierno. Te estaba manipulando tal como siempre intentaba hacer. Pero no pensabas aceptarlo, eso iba a acabarse lo más pronto posible.

—Estás pensando en dejarme, ¿verdad?—te reprochó volviendo a su histeria de nuevo—¿¡Verdad!?

—Sam, deberíamos hablar—tragaste saliva.

—¡Cállate!—te pegó una cachetada—¡Mi amor! Oh, yo… yo no quería, lo siento, lo siento. ¡Amor perdóname! Yo realmente no sé qué me pasó, he sido un estúpido, te amo, te amo, te amo.

Arrodillado enfrente tuya te parecía el hombre más insignificante del mundo entero. No entendías cómo te habías dejado manipular tanto… y lo peor de todo, ¿cómo habías permitido tantos abusos? Cerraste los ojos y te frotaste la mejilla, dolía jodidamente mucho, él no había sido muy suave.

—No volveré a hacerlo nunca en mi vida, te lo juro—se abrazó a tu cintura empezando a llorar—esto ha sido el error más grande de mi vida, ¡te lo juro que no lo haré más! Perdóname mamá, perdóname, te amo tanto. ¿Me perdonas? Dame otra oportunidad, te recompensaré, lo juro. Soy la persona más mala del mundo, ¿verdad? Por eso nadie me quiere.

—Sam…—te mordiste el labio con pena—levanta de ahí, sentémonos en la cama, por favor.

—Vale, lo que tú quieras—se levantó con rapidez y se limpió las lágrimas.

—Yo no sé si esto podrá seguir Sam. Tus celos son muy extremos y lo que acabas de hacer no tiene perdón—hablaste lo más calmada que podías, en ese momento querías pegarle un puñetazo para que viera cómo era el golpe.

—Prometo no volver a comportarme de esa manera, dejaré mis celos, solo por ti mi vida, te amo, te lo prometo, dejaré todo, cambiaré, seré una buena persona desde ahora, haré que me quieras como antes—te rogó mirándote con sus hermosos ojos. Casi sin darte cuenta, tu corazón estaba ablandándose cada vez más.

—Perdóname y te juro que cambiaré—prometió de nuevo.

—Vale—aceptaste dejándote hasta sorprendida, ¿cómo estabas siendo tan estúpida con todo esto?

Suspiraste y te acariciaste la mejilla en el sitio que habías recibido el golpe, esperabas que no saliera hematoma pues podría ponerse fea la cosa si tu tía se enteraba.

—¿Me perdonas?—te besó suavemente, ahora parecía consciente de la herida que tenías en el labio.

—Sí—aceptaste—. Pero nunca volverás a tocarme en tu vida y tampoco aceptaré ninguna escena de celos, ¿me has entendido? Ahora jugaremos a mi manera.