Superhuman |Harry Styles| -Terminada-

Ya sonaban los primeros sonidos de la música clásica que daban inicio al comienzo de la cena anual. Harry ya había terminado de perfumarse cuando oyó que su madre lo llamaba. Sabía que habría gente que siempre llega puntual.
Se miró al espejo por última vez. Lleva vestido un esmoquin –ridículo, según el- y zapatos marrones. Su pelo estaba revuelto como siempre, lo que causaba que las mujeres –incluso las mayores- suspiraran. Su perfume era el de siempre, el Kevin Black. Metió su celular en uno los bolsillos de su saco.
Bajó la larga escalera que conecta el primer piso con el comedor, y se encontró con su madre, muy sonriente, con compañía.
-Mirá que hermoso que se ha puesto mi hijo –alagó. Él solo sonrío.
-Gracias mamá, vos tambien estás linda –le dijo, saludando.
-Cómo crecen los niños –comentó una mujer, quien iba acompañado de su marido. La pareja estaban hablando con Anne.
-Cada vez te vas pareciendo a Gemma –dijo el marido, riéndose
-Ya me lo han dicho –les respondió Harry, a sus comentarios. Luego, se dirigió a su madre –iré con papá. Disculpen –les dijo a la pareja
Se abrió paso entre la multitud en busca de su padre. Cuando lo divisó, estaba con otro hombre. A medida que se iba acercando, Des le lanzó una mirada de orgullo y soltó su vaso para abrirles los brazos a su hijo. Harry los saludó a ambos y se quedó un rato allí hablando con ellos.
Al momento de sentir sed, se disculpó ante los dos hombres y fue en busca de alguna bebida. Se estaba aburriendo, por lo que dio vueltas y vueltas adentro de la casa mirando a su alrededor. Pensó en la posibilidad de escabullirse e irse a su habitación hasta que se hiciera la hora en la que llegaran sus amigos.
Estaba enfrente de la barra mirando lo que había para comer. Verificó qué cosas podría llegar a comer si es que se le abría el apetito. Una voz lo sacó de sus profundos pensamientos y era su hermana. Aquello le advirtió que estaba cerca.
-Ah, apareció mi hermano. Ven, deberías conocerlo. Puedes sacarnos una foto a los dos –escuchó de la boca de su hermana. Al oír que lo nombraban, se dio vuelta con esa sonrisa característica. –Amy, él es mi hermano Harry Styles. Harry, ella es Amanda Müller, la fotógrafa.
-Mucho gusto –le dijo Amy, sonriendo. Le tendió la mano y él se lo devolvió.
En un instante, se quedó mudo. Sin palabras. La mujer que había conocido la noche anterior estaba parada frente a él. Llevaba un vestido brilloso color negro hasta por las rodillas, unos zapatos negros, el pelo suelto y apenas llevaba maquillaje. Estaba hermosa.
-¿Harry? Deja de babear –comentó su hermana, poniéndole la mano en su cara, haciendo que él parpadee.
-Perdón, me quedé pensando – le respondió, sin dejar de mirar a Amy. Ella apartó la mirada
-Debo seguir trabajando, ¿me permiten una foto? –les preguntó
-Por supuesto. A demostrar que los hermanos Styles se aman –respondió Gemma con ironía


Después del reencuentro con Harry, Amanda no pudo evitar sonreír. Lo había vuelto a ver. E incluso ese esmoquin lo hacía más hermoso de lo que es. Desde donde él se encontraba le ha sacado unas cinco fotos, por lo que se dio cuenta de que él era muy fotogénico.
Estaba sacando unas que otras fotos cuando Amy oyó un chiflido tras ella. Al voltear, reconoció a Harry, por lo que le sonrió, sorprendida.
-¿Qué haces? –le preguntó, sin dejar de fotografiar al salón.
-Quiero hablar con vos, ¿me permitís unos minutos?
-Puedes hablarme, te escucho.
-A solas.
-Debo trabajar, tal vez cuando termine… -le dijo, a lo que él interrumpió.
-Soy uno de los hijos de quien te contrató, si pasa algo, que hablen conmigo. Ven, vamos a mi cuarto.
-Em, está bien –respondió, extrañada. Dejó colgar su cámara y lo siguió.
Subió las escaleras, pasó por dos cuartos y lo que supuso que era el baño hasta dar con el de él.
Harry abrió la puerta y se observó las paredes azules, con un par de cuadros colgados, la cama, y en la mesa ratona se veía un portarretratos. De cerca, notó que eran los cinco chicos. Al lado, otro, que estaba con su hermana, cuando eran pequeños.
-Lindo cuarto –le comentó la chica desde la puerta. Harry cerró la puerta, avistando que no haya nadie deambulando por allí. Luego, se sentó en la punta de su cama.
-Gracias. Sentate, por favor –le pidió. Amy, a paso lento, se sentó a su lado, enfrentándolo.
-Wow, que espejo –le dijo, maravillándose por su imagen desde la cama. Volvió su mirada al chico –Decime, ¿Sobre qué querés hablar?
-Es difícil para mí decírtelo, es que… -respiró profundo, para luego mirarla fijamente
-Dilo, podes confiar en mí. Esta noche estoy trabajando, pero detrás de ese ámbito estaré siempre, si quieres.
-Gracias. –le sonrió-. Verás, ayer nos conocimos, me viste…
-En el bar, sí. ¿Qué hay con eso?
-Nadie de este barrio ni de mi familia sabe que canto. Es un secreto mío, solo pocas personas lo saben, y son los otros chicos. Y bueno, vos ahora, me has puesto en una situación.
-Si te preocupa que les diga algo, quédate tranquilo que será nuestro pequeño secreto –le tranquilizó, con una sonrisa.
-Gracias, ya no sabría otra forma de decirte las gracias.
-No hay nada que agradecer, además no es mi asunto.
-Sos una gran persona –Harry le hizo un cumplido
-Supongo, aprendí con el tiempo –le dijo, mirando al piso. Se acordó de algo y revisó en su carterita. Sacó una tarjeta y se la entregó. Él la miró extrañado.
-¿Qué es esto?
-Para que cuando necesites un hombro, tenés mi celular ahí anotado, es mi tarjeta personal –le respondió, señalando esos números
-Te llamaré pronto entonces… ¿Continuarás con tu trabajo?
-Cierto, me olvidaba. Bajemos entonces
-¿Tienes muchos clientes?
-Soy algo así como profesional. Trabajo con revistas y modelos importantes, con otros chicos más, que me acompañan en el estudio.
-Mirá que bien. Supongo que podrías sacarme unas fotos súper sexies… -comentó con la intención de hacerla reír, y funcionó.
-Quizás, algún día. Harry… ¿podrías abrirme algunas ventanas? ¿O tienen una salida al patio?
-Abriré ventanas y también hay una salida, te la mostraré. ¿Tienes calor en pleno otoño?
-No es eso… es que, soy claustrofóbica, me siento un poco encerrada.
-Ah, igual que Niall.
-Sí. Somos casi idénticos. Por eso me hice amiga de él. –sonrió. Amanda se dio cuenta de que estaban bajando el último escalón, así que agarró su cámara.
-¿Qué estaban haciendo ustedes? –oyeron. Se quedaron sorprendidos.

HOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA JASHAJHSJAHSJAHS, ME ENCANTARON LOS CAPÍTULOSSS!!!
Amo a Mili, por qué será? jajajaa me emociona leer mi nombre ahí :3 es raroooooo jahsjahsjahsjahsjhajhs
Mee encanta la nove amiga :3 te amooooo