Superhuman |Harry Styles| -Terminada-

Mientras Harry manejaba al hospital, los dos estuvieron en silencio. En todo el camino, él no le soltó la mano, y ella lloraba mirando por la ventana los árboles que quedaban a su paso. Estacionó al frente del edificio y ella se quedó quieta mirando al vacío. Harry fue a abrirle la puerta, y agarrándole la mano la sacó de allí. Abrazándola, entraron preguntando por el hermano.
La enfermera la mandó al piso de terapia intensiva. Subieron por el ascensor para llegar más rápido y Harry seguía sin liberarla. Al abrirse, fueron por un pasillo hasta encontrarse con muchas sillas y algún que otro bidón de agua. Se sentía el típico olor a hospitales y este piso le traía malos recuerdos a ella. Su madre volvía a estar presente internada, cuando estuvo en sus tratamientos de quimioterapia.
En la sala de espera se oía a dos personas discutiendo, y acercándose se dieron cuenta de que se trataba de un Finn con gasas pegadas en su frente y en su mentón, su hermano Jack agarrándolo de los hombros también sacado de las casillas y un poco preocupado; y a un señor que les daba la espalda. Era morocho y más alto que los chicos, pero Harry no lo conocía y Amy ni siquiera se daba cuenta. Nada le era más importante, salvo ver a su hermano vivo y teniendo el apoyo de su ¿ex? novio.
- Tienes que irte, Luke, este lugar no es para ti –bramó Jack, tratando de calmarse.
- Nadie me privará de ver a mi hijo –le contestó, enojado. Harry comprendió al instante, se trataba del padre de Amy.
- Nunca fue tu hijo. Nunca fuiste su padre. No seas hipócrita –exclamó Finn, descolocado.
- He vuelto, he cambiado. Lo quiero ser ahora –susurró Luke, inaudible.
- ¡Finn! –gritó Amanda, separándose de Harry para abrazarlo- ¿Cómo estás? ¿Dónde está Jake?
- Perdón –murmuró él en sus oídos
- No tienes la culpa, las cosas pasan. ¿Dónde está? ¿Cómo está? –preguntó preocupada, mirando para todos lados. Se secó las lágrimas, intentando ser fuerte como una vez lo fue.
- Le están haciendo unos estudios. No sabemos nada.- le explicó Jack
- ¿Familiares de Jackson Müller? –dijo un doctor que apareció de la nada
- Yo, soy la hermana y tutora. ¿Cómo está? –se acercó a él, junto con sus primos. Harry se puso atrás de ella, todos ignorando a Luke.
- Sufrió un fuerte traumatismo en su cráneo, por lo que estará en observación bastantes días. Solo hay que esperar que despierte y que no tenga amnesia, que puede ser una de las consecuencias.
- ¿Pero… estará bien? –preguntó Finn
- Solo el tiempo lo dirá. Lo siento, no puedo decir más nada.- le respondió el doctor, se disculpó y desapareció de sus vistas.
- Y eso es todo… -murmuró Jack.
- Estará bien, es un chico fuerte. –le tranquilizó Harry, besándole la frente.
Amy le sonrió, agradeciéndole en secreto que estuviera ahí. Cuando él se puso a su lado, solo había una persona que le había estado mirando fijamente sin poder decir nada. Y ella tampoco pudo hacerlo, hasta que se animó.
- ¿Qué estás haciendo acá Luke? –preguntó fríamente.
- Me ha llamado tu tía. Me ha dicho que Finn y Jake tuvieron el accidente y todo lo que se me ocurrió hacer fue…
- Venir aquí. ¿Después de tantos años? ¿Ahora viniste a regodearte de que Jake es un adolescente que necesita un padre y poder perdonarte? –escupió entre dientes.
- Me he equivocado, lo sé y lo siento. Muchísimo. Quiero arreglar esto con mamá y con ustedes.
- Encima tienes el descaro de nombrarla. La dejaste abandonada cuando más te necesitaba. ¿Sabés qué Luke? Eso no va a poder ser.
- ¿Por qué no me dejas?
- Porque está muerta. Llegaste demasiado tarde. Solo somos nosotros dos.
- ¿Cómo qué está muerta? ¿Y nadie me lo dijo?
- Quizás porque nunca te preocupabas por nosotros, quizás te importaron otras cosas antes que nosotros.
- Sí que lo hice.
- Pues no se notó, un mal trabajo hiciste.
- ¿Nunca me perdonarás, cierto? ¿Aunque lo intentara de mil maneras?
- ¡Y lo preguntas! –chilla con sarcasmo- Estas cosas requieren tiempo. Y me hiciste demasiado daño.
- ¿Puedo intentarlo con Jake también? –preguntó, pacientemente.
- Él toma sus propias decisiones. No le puedo prohibir eso, me odiaría.
- Gracias pequeña. Te has cambiado el apellido.
- Mi sangre siempre fue Müller.
- Ya lo creo. ¿Puedo abrazarte? –preguntó, acercándose a ella. Amy asintió, con su orgullo por encima de todo. Lo hizo, durante unos pocos minutos, hasta que apareció de nuevo el doctor para avisarles que podían pasar a ver a Jake, uno por vez. – Ve, te necesita.
Amy vio a todos por última vez, destacándose más en Harry que le transmitía su amor. Abrió la puerta, encontrándose a Jake acostado, durmiendo como siempre lo hizo. Siempre fue un ángel. La única diferencia era que había cables por todos lados y su brazo con una aguja que conectaba al suero. Respiraba normalmente, con algunas dificultades, pero no conseguía despertar. Le tomó la mano, largándose a llorar. Le dolía verlo así, nunca lo creyó posible.

Millones de recuerdos le pasaban por la mente. Incluso su risa resonaba en sus oídos como una melodía. Se acordaba de cuando nació, cuando lo tuvo en brazos por primera vez, como siempre fue protectora si se trataba de él… fue su deber ser su hermana, siempre. No quería quedarse sola, no era el momento. No cuando las piezas volvían a encajar otra vez.
- Jake, despierta. Te necesito conmigo, no sé qué haría sin ti. –murmuró, secándose las lágrimas que nunca paraban de salir- ¿Recuerdas cuando te internaron por la fiebre alta que tuviste y nos quedamos con mamá toda la noche? Prometí cuidarte, y eso es lo que hago cada día. No puedes hacerme esto, sos fuerte, saldremos de esta. Por favor Jake, despierta. –rogó, sentándose y tapando su cara con sus antebrazos.
Pasaron unos minutos desde que quedó así, casi quedándose dormida. La puerta se oyó abrir y Harry entró, mirándola enternecido.
- ¿Estás bien, amor? –preguntó, colocándose a su lado, peinándola. Ella asintió.
- Saldremos de esta –susurró inaudible. – Te quiero Jake.
- Deja que Luke entre. Esperemos afuera –le susurra al oído. Ella asiente y le da un beso en la mejilla a su hermano.
Estaban a punto de salir cuando se oye una tos débil. Amy miró a Harry, y vio que no era él. También se había quedado estático, como cuando un nene es descubierto al robar el tarro de galletas. Amanda se volvió hacía la cama, donde Jake era quien trataba de hablar pero no podía, le salía muy débilmente. Abrió sus ojos, mirándola desconcertado.
- Shhh Jake –le tranquiliza Amy, llorando de alegría- No hables, te hará mal.
- ¿Qué pasó? –preguntó arrastrando las letras
- Tuviste un accidente –le contestó Amy quitándole el pelo de la frente y acariciándole el brazo
- Iré a avisarle al doctor –dijo Harry, dejándolos solos.
- Estarás bien –dijo finalmente a su hermano, para hacerlo callar.