Superhuman |Harry Styles| -Terminada-

Amy se despertó muy cerca del mediodía, quedándose un rato mirando la cara de Harry durmiendo. Era una imagen espectacular, ya que él suele ser un ángel cuando duerme. Él se dio cuenta de que alguien le estaba observando y abrió los ojos, encontrándose con la sonrisa de Amanda.
Después de que Harry intentara que ella se quedara un rato más con él, Amanda salió tras una negativa. Su cumpleaños debía seguir la rutina de siempre, un almuerzo con sus personas favoritas. Aunque Harry entró en esa lista, no debía sacar a su mejor amiga y por sobre todo, a su hermano.
En un santiamén, llegó a su departamento, sorprendiéndose de que Jake ya había llegado y estaba despierto. Y recién bañado, otra novedad. Él la esperó durante dos horas, chateando por alguna que otra red social y mandándose mensajes con sus amigos. La recibió con un abrazo que parecía que nunca iba a terminar, pero la dejó ir para que se duchara y se alistara para salir.
Media hora más tarde, se encontraba en un restaurante que le quedaba cerca a Milagros para ir a su casa. Todos los años –desde que murió su madre- almorzaban allí, contándose detalles y sacando recuerdos que se sabían de memoria.
- Entonces… ¿Qué pasó con Styles? –preguntó Mili, guiñando el ojo. Amanda rió por lo bajo, mirando a su hermano, quién estaba prestándole suma atención a la comida.
- Nada del otro mundo –contestó simplemente.
- ¿Pero… son…? –volvió a intentar, instándola a seguir. Amy solo reía, por la forma de hablar
- Sí, somos novios, si eso es lo que te importa. Creí habértelo dicho–respondió, tomando un sorbo de su gaseosa.
- Me lo has dicho, solo que quería preguntarte otra cosa
- Que mente tan perversa que tienes Milagros –susurró inaudible, haciendo que ella riera.
- ¿Entonces? –preguntó abriendo bien los ojos. Jake dejó su mirada para ver si podía comprender de qué estaban hablando tan animadamente. Había oído algunas partes, pero no relacionaba. Amy se sonrojó, y su mejor amiga lo supo y empezó a chillar–. Oh dios mío. ¡Lo hicieron!
- Oh dios mío –imitó Jake- no quiero saber de las aventuras de mi hermana –replicó, haciendo una mueca de asco. Amy rió, agarrándole el hombro y enviándole un beso en el aire. Y luego fulminó con la mirada a la chica que tenía enfrente
- Gracias Milagros, todo el restaurante se enteró de lo que hice anoche.
- Perdón, es que estoy tan emocionada.
- ¿Por qué tanta emoción? Solo fue una noche con mi primer novio versión madura –se preguntó Amy, frunciendo el ceño
- Exactamente por eso. Es la primera vez que no le alejas, que te enfrentas al miedo a enamorarte –respondió Mili, empezando a comer sus fideos
- No te olvides que hay que buscar las aventuras y vivirlas, mientras seamos jóvenes –recordó Jake. Las dos lo miraron extrañadas de esas palabras, de que salieron de sus bocas. Sin duda, todo un filósofo.

Some are like water, some are like the heat,
Some are like the melody of some other beat,
But sooner or later they all will be gone,
Why don't they stay young?
It's hard to get old without a cause,
I don't want to perish like a fading horse,
It's like diamonds in the sun,
And diamonds are forever.
Forever young, i wanna be,
Forever young, do you really want to live
Forever, forever, or never?
So many adventures couldn't happen today,
So many songs we forgot to play,
So many dreams are swinging out of the blue,
We let 'em come true.

Durante toda la tarde, ha recibido mensajes y llamadas de todo ser querido que conociera. Liam le había mandado un mensaje, a Zayn se lo había cruzado en el camino hacia la vuelta a casa después de almorzar junto a su mejor amiga, el cual estaba con su novia. El irlandés estuvo con ella, llevándole helado para comer en la casa y un regalo, hasta que Julianna y Lucas, dos compañeros de trabajo, pasaron a verla en su departamento, con un regalo. Llevaban saliendo unos meses, pero oficialmente son novios desde hace una semana, por eso es que eran inseparables.
A la noche, Jake se había tardado tanto en bañarse que se había retrasado un poco para la hora que vendría Louis a buscarlos para llevarlos a la cena junto a su familia postiza, con las hermanas y la madre de Louis, incluso Eleanor. Amanda se había acabado de vestir cuando él tocó el timbre en la puerta. Jake le abrió, y Amy se apuró a salir a recibirlo.
- ¡Hey! –gritó alegre al verla- ¡Feliz cumpleaños hermanita!
- Gracias Tommo –agradeció abrazándolo. El ojiazul le tendió una bolsa, ella la abrió atentamente, viendo que adentro contenía una remera estampada para salir por las noches- Muy lindo, aunque no debías. Gracias –agradeció ella, abrazándolo otra vez.
- Estás muy elegante –comentó con sarcasmo divertido al verla con un jeans, unas zapatillas y una remera común, rayada con muchos colores, que le llegaba al ombligo y estaba suelta.
- Quería impresionar –concordó ella, guiñándole el ojo-. No he terminado todavía, báncame unos minutos.
- ¿Qué es lo que te falta?
- Perfumarme, colocarme el anillo que me ha regalado el rubio y la cadena que me regaló mi novio –contestó, y a lo último le brilló los ojos.
- ¿Debería hablar con Styles?
- No lo creo, suficiente tuvo conmigo –contestó Jake por ella. Los tres rieron, a la vez que Amy puso los ojos en blanco
- Eso es Jake, debemos cuidarla –conspiró Louis, chocando las manos con su hermano
- ¡Ay Dios, ayuda! –exageró Amy para desaparecer del comedor e irse a su habitación a hacer lo susodicho.

Después de acompañar a Amy hasta su auto, volvió a la casa. Terminó su desayuno y miró un poco de tele. Recibió un llamado del hospital, por lo que se bañó y se cambió tan rápido como pudo. Viajó con su auto al otro lado de Londres, donde estaba el centro de acogida, en la cual su madre era una de las embajadoras. Siempre ayudaba enviando dinero para la sobrevivencia de muchos niños que llegaban ahí de todas partes del país. Algunos eran abandonados, otros dados en adopción –sin encontrar a alguien que los quisiera-; mientras que otros simplemente, ya mayorcitos, eran abusados. Estos últimos eran enviados a otra casa, donde vivirían mejor. En el caminó tuvo un flashback de cuando fue por primera vez a ese lugar, de cuando comenzó a encariñarse con esos niños.

- Sr. Styles, bienvenido. ¿Qué lo trae por acá? –le recibió la directora. Una mujer que rondaba los 50 años, rubia con algunas canas pasando por su cabeza
- Quería pasar un tiempo con los chicos, ya sabe, para pasar el tiempo –contestó el chico, que acababa de cumplir sus 20.
- Pase y disfrute, ya sabés que hacer –dijo ella cariñosamente, haciéndolo pasar.
- Hola niño, ¿Cómo es que te llamas? –le preguntó Harry a un nene con el pelo negro, que bajo su brazo llevaba un osito de peluche. Por su cuerpo, podía notar que tendría unos cuatro años
- George –contestó, con un poco de miedo
- Ven George, ¿quieres que juguemos juntos? –dijo un Harry afectado por la ternura. El chiquito asintió, inseguro – Muéstrame donde están

George, al mes de conocerlo, fue adoptado por una familia que vino de Cambridge a buscarlo, después de mucho papelerío y de esperar tanto tiempo para tener un hijo. Al lado de ese centro estaba el hospital, de la que Anne también era embajadora, los Styles siempre fueron socios. A ese lugar esperaba llegar Harry.
Estacionó a una cuadra y fue caminando hasta llegar al salón de pediatría, donde lo esperaba el Dr. Clark y una enfermera. Se paró delante de una secretaria y preguntó por él.
- Sr. Styles, me alegro que pudiese venir con tan poca aviso –agradeció el doctor, después de verlo parado, esperando por él. Se saludaron con la mano.
- ¿Cómo está Darcy?
- Tuvo fiebre toda la noche, pero ahora está mucho mejor gracias a los remedios mágicos –contestó el doctor pacientemente, sonriendo-. Por favor, pasa a mi oficina, quiero hablar contigo de algo.
- ¿Puedo ir a verla primero?
- Claro, es tu hija, no puedo negártelo
El Dr. Clark lo guió hasta una puerta, abriéndola, y allí Harry encontró a la niña de tres años –a punto de cumplir cuatro-, con tez blanca y en el pelo llevaba ondas rubias. Sus ojos eran celestes, su mirada estaba puesta en la mascota de peluche que él le regalo hace unos días.
- ¡Papi! –exclamó con una felicidad erradicada en su cara, con esa sonrisa que le contagiaba. Dejó a un lado su peluche y pegó un salto con los brazos abiertos.
- Hola nena –caminó hasta abrazarla. Le besó la mejilla, volviendo a colocarla en la cama, como debía estar- ¿Cómo te sientes?
- Ahora que te veo estoy mucho meor –contestó la niña, riéndose tontamente
- Sigue jugando con tu peluche que yo iré a hablar con el doctor.
- Depues quiero juar con vos –chilló, agarrándole el brazo
- Volveré a jugar con vos, niña linda –contestó Harry, besándole la frente, haciéndola reír

- Estas son buenas noticias, Harry. Mañana podrás llevártela a tu casa, ya tenés el permiso de ser el padre oficial –dijo el doctor una vez que estuvieron en la oficina.
- ¿Ya puedo? –exclamó Harry sorprendido, a la vez que sonreía- Ya soy padre –murmuró, mirando a un punto fijo.
- Felicitaciones. Aunque esto conlleva muchas responsabilidades. Puesto a que a que ella nació hipoacusica, tendrás que llevarla dos veces por semana a la fonoaudióloga que le adjudicamos, para que pueda seguir aprendiendo a hablar y ejercitar sus cuerdas vocales, junto al control de su audición.
- Pagaré todos los tratamientos necesarios. ¿Qué pasará con los audífonos?
- Esos que tiene puesto ya lo has pagado, no habrá drama. Eso sí, a medida que ella va a creciendo, será necesario cambiarle los dispositivos por nuevas tecnologías.
- Entiendo.
- Esta tarjeta es del lugar donde trabaja la licenciada Jerez. Llámala tan pronto como puedas y arregla los turnos que estés disponible para que la pueda atender.
- Muchas gracias doctor.
- Darcy pasará una noche más en observación. Mañana ven a buscarla a las nueve, que estará lista.
- A las nueve estaré aquí –despidió Harry, con un apretón de manos, Volvió al cuarto donde estaba la niña, para jugar un rato con ella-. ¿Qué te parece si jugamos a las adivinanzas?
- Bien –contestó ella, empezando a preguntar.

Dos horas más tarde, volvió a su casa. Acomodó las cosas en el nuevo cuarto de la niña, poniéndole todas las cosas que tenía en la casa de acogida, junto a juguetes y muñecas que Harry ha comprado a lo largo de la semana. Colocó la mil cantidad de ropa que le ha comprado en los muebles, decorando todo el cuarto con cosas pequeñas.
Al terminar, se dio cuenta de que en muy poco tenía que estar en la casa de Louis, para la fiesta sorpresa de su novia. No podía esperar a contarles a los chicos, a sus padres y a su hermana que ya tenía una hija oficialmente. Se dio cuenta de que nunca le comentó nada a Amy, de repente le colmaron los nervios, no sabía cómo ella lo iba a tomar. Es mejor que se entere primero antes de que se lo diga otra persona. Se bañó para relajarse.
Se terminó de cambiar, agarró todos sus documentos y salió de su casa, marcando un número de celular. Esperó a que la otra persona contestara y él habló.
- Rubio, ¿Están todos ahí? – le preguntó a Niall
- Faltás vos. Louis ya va a venir con Amy, ven pronto –le contestó.
- Estoy en camino. Nos vemos – click. Puso en marcha el auto.