Superhuman |Harry Styles| -Terminada-

Una vez que Amy se fue de la oficina, ya habiéndola acompañado hasta el ascensor y quedándose hasta que se cerraran las puertas avisando que iba a bajar pronto. Volvió a donde estaba antes, solo para buscar sus documentos, y de paso pasaba a buscar a su padre para que salieran a su casa. No le importó las miradas inquisitivas de las secretarias que buscaban su atención, siempre supo que estaban detrás de él, pero nunca les dio cabida. En el trabajo solo hay relaciones profesionales, no hay lugar para los sentimientos.
Y más si ahora solo hay una chica en el mundo que ha logrado quitarle el aliento, dueña de sus sonrisas, y robado su corazón. Solamente estaría, única e incondicionalmente para ella. Y su hermano, obviamente. Le debía una parte de su relación. Él fue quién lo impulsó, desde un primer momento, a través de indirectas. Irónico, pues Harry siempre pensó que lo decía porque pensaban que eran amigos.
La voz de su padre lo distrajo un momento de sus pensamientos. Estaban volviendo a su casa, en el auto de Des. Era un día soleado, pero los últimos días del otoño estaban cayendo, trayendo consigo unos días frescos.
- ¿Quién era esa chica? –preguntó seriamente, sin quitar la mirada al camino
- Mi futura novia –contestó Harry, orgulloso de su respuesta.
- ¿Por qué me parece conocida? –se preguntó Des, frunciendo el ceño
- Ella fue la fotógrafa de la cena anual –le contestó Harry, estaba dispuesto a hablar sobre ella. Le hacía sentir seguro y feliz, de que por fin haya aceptado estar con él.
- Con que venía de ahí –suspiró, mirándolo. Des se fijó en los rasgos de su hijo, quien salía a su madre y era más parecido a su hermana, pero lo que más lo puso orgulloso fue que lo vió tan feliz-. Nunca te he visto más feliz que ahora.
- Es porque lo soy, papá. Estoy feliz de que a pesar de todo, de que me tendré que adaptar a los cambios, sé que puedo seguir adelante, sin importar nada.
- Estoy muy orgulloso de ti. Siempre supe que llegarías a ser una persona como lo sos.
- Gracias pa –le sonrió, un poco melancólico. Se extrañó, porque su padre nunca era abierto con sus sentimientos, siempre era frio y controlador. Decidió que le gustaba que su padre le haya dicho esto, le tomó confianza.
Tanto que hablaron, que Harry nunca se dio cuenta de que ya habían llegado. Salió del auto y se encaminó hacia la entrada. Antes de que pudiera poner la llave, la puerta se abrió, viendo a Gerard parado allí, recibiéndolo con una gran sonrisa cordial, como todos los días.
- Buenos días, Gerard –saludó cortésmente
- Buenos días niño –le respondió, para luego desaparecer de su vista. Harry fue al comedor, donde estaba su madre leyendo una revista, muy seriamente.
- Hola mamá –el ruloso se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla. Estaba tan sonriente que no era consciente.
- Harry, ¿por qué tan sonriente? –le preguntó, después de haberlo saludado. Anne se sintió curiosa después de ver que Harry nunca se cansaba de estar sonriente. Quizás era muy común en él. Pero admitía que nunca lo vio así, y por eso está la pizca de orgullo en su corazón.
- Ya pronto sabrás –respondió, haciéndose el misterioso. Anne miró a Des de soslayo, y en ese mismo se dio cuenta de que él lo sabía.
- ¿Una chica, tal vez, que te ha enamorado? –pregunto una Gemma con una sonrisa pícara en su cara, esa que Harry también tiene. Está en los genes. Había aparecido en cuanto escuchó que habían llegado.
- Tal vez –le respondió, manteniendo el misterio.
- Ya me contarás –le aseguró Gemma.
- Te equivocas, estoy seguro de que ya lo sabes –atacó el ruloso, riéndose y haciendo reír a los que están presentes
- Tienes toda la razón. Es que soy tu hermana y lo sé de sangre. ¿Quién es Harry? Dinos, queremos saber.
- Está bien, está bien, no me torturen. Es Amanda.
- La fotógrafa –agregó Des, coincidiendo con su hijo. Las chicas se quedaron sorprendidas.
- ¿Amanda Müller? No está mal chico, sí que sabes cómo elegir mujeres lindas –comentó Gemma, y agregó:- pero ella será la única que me va a caer excelente.
- Me alegro de que sea así –rió Harry
- Se ve que estás muy feliz. Te deseo mucha suerte –dijo Anne, abrazándolo.
- Gracias mamá. Ahora, ¿podemos hablar? Debo decir un par de cosas importantes –pidió Harry.
- Claro. Tendremos que empezar nosotros –comenzó Anne.
- Ya saben chicos, que nosotros nos estamos divorciando –prosiguió Des, turnando su vista entre sus dos hijos. Ellos los miraban seriamente.
- Ustedes son mayores, y pueden entenderlo, así que ya saben, nuestra relación seguirá siendo igual, solo que viviremos en casas separadas – terminó Anne.
- ¿Qué va a pasar con esta casa? –preguntó Gemma
- Aquí vivirán ustedes y Anne –contestó Des, siguiendo:- Yo compré una casa cerca del trabajo, ya les daré la dirección para que puedan venir a visitarme. Tiene dos cuartos, para los dos.
- Lo entendemos –contestó Harry, mirando a su hermana. Sabía que tenía el apoyo de ella-. Quiero decir un par de cosas, ¿me permiten?
- Por supuesto, es un país libre –comentó Anne, riéndose risueña.
- Voy a comenzar por el principio. Me mudaré, esta misma tarde –dijo Harry, ignorando las miradas de sorpresa de sus padres y de su hermana- No será lejos, es apenas unas cuadras de acá. Soy mayor y creo que debo independizarme de esta casa, espero que puedan entenderme.
- Esperé tanto tiempo en escuchar algo como eso, al fin llegó –dijo Des, para luego reírse. Estaba claro que le estaba tendiendo una broma
- Hay algo más. Escúchenme bien, porque es muy importante. Es algo que he hecho durante toda mi vida, es mi segunda vida, mi pasión.
- No nos asustes Harry –susurró Anne, cuando le asaltaba el pánico.
- Yo canto. Desde siempre, tengo mi propia banda, junto a mis amigos. Escribo canciones incluso. La explicación del por qué desaparezco a las tardes y a las noches es para ensayar y cantar en algún bar. Lo he hecho desde que cumplí los 17 –dijo, después de lanzar un suspiro. Cerró los ojos, y al abrirlos se encontró con las caras de su madre y su hermana igual que antes, liberadas del pánico. Se extrañó, pensó que iban a regañarlos.
- Harry, eso no es novedad, siempre lo supimos. Tienes una excelente voz, para qué desperdiciarlo –comentó su hermana, abrazándolo. Siempre tuvo su apoyo y siempre lo va a tener.
- Entonces… ¿No están enojados?
- ¿Por qué deberíamos estarlo? ¿Por nunca decirnos nada? –preguntó Anne, tranquilamente. Él asintió- Sabíamos que debías tomarte tu tiempo en decírnoslo, así que no dijimos nada. Lo que no entiendo es porque esperaste tanto.
- Supongo que pensé otras cosas.
- Es porque sos idiota –le burló su hermana, haciéndolo reír.
- ¿Y a quién salí? –replicó el ruloso, haciendo referencia a ella. Le sacó la lengua, para luego despeinarla-. Papá, sé que tu sueño es que algún día me convierta en el dueño de tu empresa, pero no es lo que yo quiero. No te enojes, estoy diciendo que seguiré ayudando, todo el tiempo que sea posible, pero no quiero tomar el control. No estoy preparado.
- No te preocupes Harry, encontraré un reemplazo. Sigue tus sueños, eso es importante. Si estás feliz, estamos felices.
- Eso sí, Harry, llévanos a esos bares, queremos escucharte en vivo y en directo –pidió Gemma.
- Lo haré, pronto –prometió Harry. Luego, sonó unas bocinas, y todos giraron sus cabezas hacía la ventana. Se veía una camioneta estacionada, y los cuerpos de Niall y Louis se iban acercando-. Son los chicos, me ayudarán con la mudanza.
Sonrió, abriéndoles la puerta. Ellos saludaron a todos y subieron a su habitación, para poder ponerlo todo en cajas, y subirlos a la camioneta. En un momento, el celular de Harry le sonó, pero ese mensaje le trajo más de una sonrisa. Y viniendo de esa chica, todo en él se ve feliz.

Amy :): Haz, ¿Me darás la nueva dirección? Pasaré esta noche, si me permites.
Harry: Bloomsbury St. A400. A una cuadra de la universidad. ¿Vendrás? Pediré comida.
Amy :): Pasaré temprano. Nos vemos luego nene, te amo xx
Harry: Hasta luego babe, te amo xx