Superhuman |Harry Styles| -Terminada-

Después de escapar de sus brazos, Amanda no pudo dormir en toda la noche. No podía llorar –aunque tenía ganas- pero tampoco podía decir nada. Se había quedado sin palabras, sin voz. Se ha estado torturando con sus propias palabras en su cabeza, en todo el día, cuando hablaba con Jake sin ánimos, cuando fue a trabajar –seguía sin ánimos- y cuando llamó a Milagros para hablar. Necesitaba un hombro y dos oídos. Sabía que ella le iba a regañar, pero también que se lo merecía por ser tan idiota.
Es que ella no supo cómo reaccionar. Nunca ha estado así de cerca de esa manera con un chico en mucho tiempo. No fue su primer beso, pero es que había olvidado como se sentía. Y Harry era mucho mejor que su noviecito de la secundaria.
Volvió a pensar. ¿A qué le tenía miedo? Si lo tenía todo. Tenía las pruebas en sus acciones. Era tan clara como el agua, estaba enamorada. Finalmente lo supo, tenía que ser el miedo a que cuando Harry se alejara, no le quedara nada, como su padre.
Pero tenía que saber que Harry no era como su padre, que él era muchísimo más gentil. Con ella se comportaba como un caballero, afectuoso, simpático, no le ocultaba nada, y lo más importante de todo, es que eran ellos mismos cuando estaban juntos, sin importar con quienes estaban.
Pero no lograba reaccionar, no, no lo hacía. Alguien le tenía que dar un golpe en la cabeza para que se diera cuenta de que tenía una oportunidad para ser feliz con él y que debía aprovecharla.
En el camino hacía el punto donde se iba a encontrar con su mejor amiga en su horario de descanso, pensó en él. Como si no lo hiciese en todo momento. Su mente estaba repleta de su cara, sus rizos, sus ojos y su sonrisa perfecta. Pero fue reemplazada por la sonrisa que nunca le faltaba a Milagros, con quién casi choca. Ésta la abrazó, sabiendo que necesitaba uno de esos abrazos.
- ¿Cómo estás? –le preguntó, una vez que se hubiesen sentado
- Bien, eso creo –dudó Amy. A estas alturas no supo que decir.
- ¿Qué se te ha cruzado por la cabeza anoche? –le preguntó, incrédula, sin cambiar el tono de voz tranquilo.
- No lo sé, estaba aterrada
- Eso supuse. Te conozco, te has enamorado, y como siempre, ilusionas y huyes.
- Mil.
- Lo sé, no tengo derecho a reprocharte, pero ¡caramba! –exclamó. Amy sintió que sus ojos le picaban, y que pronto empezarían a brotar las lágrimas, pero las retuvo. – Harry está mal.
- ¿Qué tan mal?
- Ha salido desconcertado, quiso salir a buscarte, pero Niall le dijo que te diera un tiempo.
- Sé que cometí un error, pero no pude evitarlo.
- Amy, tienes que dejar que el miedo te detenga. Harry es un gran chico, déjalo entrar en tu vida.
- ¿Y si… -empezó a preguntar, pero Mili la interrumpió
- Dejame terminar, he preparado todo un discurso
- Está bien, continúa
- Le has dedicado toda tu vida a tu hermano, sin cuidar de ti. Rechazaste a muchos, poniéndolo a él como excusa.
- Es la única familia que me queda.
- Te equivocas. Nos tienes a nosotros, tus amigos, que podemos llegar a ser tus hermanos. Amanda, déjalo ser. No tienes nada que perder. –replicó. Suspiró, mirándola fijamente. Le agarró las manos y volvió a hablar –Si no pruebas las cosas, nunca sabrás que hacer. Prométeme que lo vas a pensar. Y haz algo antes de que sea demasiado tarde.
- Lo prometo.
- ¿Amás a Harry? –preguntó, sin dejar de mirarla. Amy se quedó muda, aunque sabía exactamente la respuesta. El silencio otorga, y Mili siempre adivina sus pensamientos. –Entonces ve por él, déjale hacerte feliz.

Después de terminar de hablar con su mejor amiga, esa charla en donde todos sus pensamientos se aclararon, y solo quedó lugar para sus sentimientos; se encontraba caminando, sin rumbo. No tenía idea a donde se dirigía, pero sí sabía que era lo que tenía que hacer.


Harry durmió incomodo, y cuando por fin pudo conciliar el sueño, se hizo la hora de trabajar. Se duchó, con la idea de que el agua caliente le iba a relajar y sacar todo pensamiento negativo de él. Apenas lo logró, se seguía preguntando que había hecho mal.
Anoche, cuando Amanda se fue, él no tuvo tiempo de reaccionar y detenerla. Por lo que cuando estaba a punto de seguirla, Niall lo tomó del brazo, diciéndole que ella probablemente necesitara un tiempo a solas. Pero un tiempo… ¿Cuánto duraría ese tiempo? No querría saber que había hecho algo mal y que nunca más iba a volver a verle de la misma manera.
Pero él sintió lo que ella sintió. Estaban conectados, era imposible que él se equivoque. Y por más tarde que había llegado el momento, ahora no podía regresar el tiempo atrás. Se había enamorado, y aunque su corazón se estaba torturando, era irreversible. Pero haría todo lo posible para tenerla con él, de nuevo. Él era así, no aceptaba un no por respuesta. Pero debía saber que con ella rompería todas las reglas.
No era como las chicas con las que solía salir. Con Amy se sentía más seguro, sabía que podía confiar en ella, y era él mismo, sin importar el lugar o el momento. Eso era lo que más le gustaba.
En la oficina, pudo distraerse con tantos papeles en el escritorio, y con la computadora revisando los mails y las redes sociales a la que estaba inscrito. Pero cualquier pensamiento terminaba desviado en Amy. Lo que hizo que el ruloso tomara un cuaderno, agarrara una hoja rayada y empezó a escribir una canción. No mentía cuando él toma sus experiencias para escribir.

Maybe she’s just trying to test me
Wanna see how hard I’m gonna work
Wanna see if I can really tell how much she’s worth
What do you worth
Maybe all her friends have told her
Don’t’ get closer he’ll just break your heart
But either way she sees in me and it’s just so hard
So hard, cuz’ every time I tell her how I feel
She says it’s not real
She’s not afraid of all the attention
She’s not afraid of running wild
How come she’s so afraid of falling in love
She’s not afraid of scary movies
She likes the way we kiss in the dark
But she’s so afraid of falling in love

- Sr. Styles, tiene una visita –se oyó decir por el receptor del teléfono
- Que pase –respondió Harry, indiferente.
Se apresuró a terminar la canción para luego doblarlo y guardarlo en su bolsillo, cuando oyó que golpeaban la puerta. Gritó, dando permiso para que la persona entrara. Oyó un carraspeo y levantó su vista, quedándose sorprendido. No pudo evitar sonreír desconcertado.
- ¿Amy? ¿Qué… qué estás haciendo acá?

Amanda se encontraba caminando sin rumbo, hasta que se le ocurrió una idea. Le mandó un mensaje a Louis y puso en marcha ese plan. Cuando éste le respondió con una dirección, ella se ubicó, dando media vuelta y yendo por esa calle, hasta llegar a un edificio grande.
Llegó al ascensor y marcó el piso 4. Qué ironía, ese era su número favorito. A medida que iba subiendo, mucha gente iba subiendo, solamente para volver a bajar. Sonó un ruido, avisando que Amy llegó a su destino. Caminó por un pasillo, hasta dar con una puerta invisible pero borrosa. Tocó timbre y esperó a que le dieran permiso para entrar.
Cuando por fin entró, observó muchos escritorios. Gente atendiendo el teléfono, moviéndose de aquí para allá, ver todo eso le dio un escalofrío, era un ambiente muy… exasperante.
Se dirigió al escritorio más próximo, donde había una chica rubia, con los labios bien rojos, y demasiado maquillaje. Su saco tenía tres botones cerrados, de abajo para arriba, lo que dejaba que se vea el encaje de su ropa interior a la vista, ya que la camisa era blanca y demasiado transparente. Se aclaró la voz y preguntó por Harry.
- ¿Está uhm… Harry, Harry Styles?
- Sí. ¿Vos sos…? –preguntó curiosa, con voz recelosa
- ¿Puedes mostrarme dónde está?
- Espera un momento, avisaré que tiene visita. –Contestó amargada, agarró el teléfono, discó un número y espero a que le respondan – Sr. Styles, tiene una visita –dijo, cambiando la voz, esta vez estaba siendo melosa. Esperó a que le respondan y cortó, luego dirigió su vista hacía Amanda –Siga caminando por allí, en una de las puertas verás su nombre. Allí será.
- Muchas gracias por su hospitalidad –le respondió Amanda, con sarcasmo, fingiendo una sonrisa.
Y entonces se encontró caminando devuelta, en cámara lenta, buscando la bendita puerta en donde diga Sr. Harry Styles. Llegó, pero su puerta solamente decía Harry S. Era muy directo. Golpeó la puerta y esperó a que él le responda. Abrió lentamente, entrando sin hacer ruido, cerrando mirándolo. Él se veía hermoso concentrado escribiendo y tratando de guardar el papel en uno de sus bolsillos. Cuando él levantó la cabeza y se quedó sorprendido, ella le sonrió, sin saber que decir. Se maldijo, porque estuvo todo el camino buscando el texto perfecto. Pero ocurre que cuando lo ve, se queda con su belleza impregnada en el cerebro y se olvida de las palabras. ¿A quién no le pasa?
- ¿Amy? ¿Qué… qué estás haciendo acá? –preguntó, desconcertado. Luego se paró con una sonrisa y llegó hacía ella.

I guess this means you're sorry, you're standing at my door
I guess this means you take back all you said before
Like how much you wanted anyone but me
Said you'd never come back but here we are again
Cause we belong together now
Forever united here somehow
You got a piece of me and honestly
My life would suck without you

- Louis… me dijo que trabajabas acá –respondió, frunciendo el ceño.
- Si… bienvenida a mí segundo mundo. Sentate –le dijo, ella se relajó. La llevó, con una mano en la espalda, haciendo que se estremeciera con su contacto.
- Hazza… yo… eh –comenzó, pero se quedó sin palabras. Maldita sea.
- Tranquila, respira –rió. Luego, se quedó mirándola pensativo, para luego hablar antes que ella lo hiciera-. En realidad, yo soy el que debería disculparme, fui demasiado directo
- Harry, no. Eso… estuvo bien, solo que yo me aterré y me fui. –Explicó, mirando sus manos nerviosas. Levantó su vista hacía la mirada perpleja de él y prosiguió-. Es que hacía mucho tiempo que no estaba en una situación así… no supe cómo reaccionar, así que lo siento.
- No, no lo sientas. –dijo, demasiado serio. Temió asustarla, por lo que siguió sin dar un respiro- Quiero que sepas que me gustas, demasiado, y no me rendiré. No lo haré. Te amo, y quiero estar contigo. Como pareja, ya sabes…
- Sí, sí, entendí. Sé lo que conforma una pareja–rió. La primera sonrisa sincera en el día, y fue sacada por el mismísimo Styles
- Así que… ¿dudas aclaradas? ¿Entiendes que no me iré de tu lado, y que trataré de hacerte feliz en todo momento que me sea posible?
- Si, al fin y al cabo lo entiendo, no era tan difícil. Fui una idiota.
- Puede ser… pero te amo igual –le dijo, provocando que ella ría de nuevo. Él empezaba a amar su risa
- Harry…
- ¿Sí? –preguntó seriamente
- ¿Querés salir conmigo? –preguntó Amy, con una mirada pícara que él solo entendió. Era una manera de romper las reglas.
- Con dos condiciones.
- ¿Cuáles? –Amy se extrañó.
- La primera… dime Hazza, me gusta que me digas así.
- ¿Y… la segunda?
- Debes dejar que yo pague y organice la cita.
- Como quieras, Sr. Styles – reprochó, haciéndolo reír.
- ¿Me permites?
- A esta altura… creo que aceptaré todo viniendo de vos
- ¿Todo? –preguntó el ruloso pícaramente, levantando una ceja
- No te desubiques –al entender el doble sentido, le pegó en el hombro. Solo sonrieron, cuando él fingió que le dolía.
Estuvieron un minuto así. Amanda se dio cuenta de que la cara de Harry se aproximaba a la de ella, y sin embargo, sacó todo pensamiento. Lo único que existía son ellos dos en su oficina. Él colocó sus dos manos alrededor de su cuello, tomándola delicadamente, mientras rozaban su nariz y sus labios apenas estaban a pocos milímetros.
- No te decepcionaré –susurró él, inaudible, lo suficientemente alto para que ella le entendiera. Ella le sonrió.
- Confío en vos –le respondió, antes de ser besada.
Nunca supieron si fueron minutos o años lo que duró ese momento tan esperado por los dos. Sus bocas danzaban en una guerra de besos, mientras en sus cabezas sonaba una música de fondo imaginaria. Como si estuviesen en una película. Solo se sentía tan bien. Estar juntos así, conectados a través de sus miradas y sus caricias.
Una vez más, la falta de aire los separó. Él frunció el ceño, esperando a que ella huyera de nuevo, aunque sabía perfectamente que no lo iba a hacer. Ella solo sonrió, pensando que tal se siente ser besada de nuevo. Y más si es con un Harry Styles.
- Te doy permiso para que puedas escapar –dijo él bromeando. Ella puso cara seria, a lo que le agarró miedo –Estaba bromeando –carraspeó. Pero luego se sintió extraño, porque ella comenzó a reírse histéricamente
- Debiste ver tu cara, parecías haber visto un fantasma.
- Me asustaste, no sabía en qué pensar
- ¿No pensaste en besarme otra vez?
- ¿Adicta a mis besos?
- Puede ser… habría que probarlo, ¿no crees?
- En ese caso… acepto la propuesta –terminó, sonriendo. Fue ella la que se acercó esta vez a tomar la iniciativa. Fueron unos segundos, hasta que se oyó una tos falsa. Se separaron rápidamente, mirando quien era la visita indeseada. No quería que ese momento terminara.
- Perdón por interrumpirlos –dijo una voz masculina grave. Amy levantó la vista y reconoció al padre de Harry. – Harry, solo venía a avisarte que salimos en un rato, tenemos que ir a casa.
- Si, ya voy papá.
- Si me disculpan, me retiro.
- Que formal.
- Así es mi familia en el trabajo
- ¿Sabes? Pensé que iba a verte en traje – comentó, fijándose en cómo estaba vestido. Simplemente tenía jeans y una camisa cuadrillé, como los que usa siempre.
- Prefiero la comodidad.
- Pero nunca falta ese reloj –Amy rió, agarrando su muñeca, en donde lo tenía colocado.
- No. Es mi favorito.
- Que bien. Me iré. –dijo, parándose para dirigirse a la puerta
- No quiero que te vayas –Harry hizo un puchero, parándose junto a ella, tomándole las manos
- Nos estaremos hablando, no será el fin del mundo.
- Hoy me mudaré. ¿Irás conmigo a conocer el departamento?
- Si vos querés…
- Estar contigo es todo lo que pido.
- Entonces allí estaré –le respondió, acariciándole la nariz con la suya, para luego besarlo por última vez en unas horas.