» Every Breathe is a second chance

por **Vanellope** Miér 31 Oct 2012, 3:38 pm

And this is what i feel

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Había cerrado los ojos aquel día, mirando atentamente cada nube blanquecina que cruzaba el cielo azul celeste, entonces lleve mis manos hacía mi estomago, sintiendo el suave respirar de mis pulmones, agradeciendo el estar viva, mientras que el viento sopla desde el este, el sol se oculta en el horizonte y pienso que se esconde de la luna quien lo busca sin parar. Mire con atención cada pequeño detalle, preguntándome quién era realmente, entonces una serie de imágenes recorrió mi cabeza, casi inmediatamente como pequeñas partituras de música que recorren cada canción, mezclándose con el sonido, en ese momento las estrellas comenzaban a asomarse en el crepúsculo del cielo.
Lo supe inmediatamente: Era una persona con un corazón, un sueño y un anhelo.
Esa era yo.

por **Vanellope** Miér 31 Oct 2012, 9:39 pm

» Cartoon Motion

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You will never be alone anymore, i promess

La pequeña lampara había sido apagada, lo que nadie sabe es que durante las noches todo despierta, la luz de la luna ilumina el pequeño estudio, los cuadros cobran vida y respiran el aliento de la media noche, la caja de música arriba del librero comenzaba a dar cuerda y así dejando escuchar una bella melodía, mientras que de los libros las letras comenzaban a surgir mágicamente volando sobre el techo, al ritmo de las notas de música. Se escuchaba la alegría y los cuadros parlanchines no dejaban de reír ni de contar sus anectodas, esto era el trabajo de un artista que plasmaba su vida en esos cuadros, haciendo que cobraran vida cada noche que el apagaba la luz. De la luz de la luna yacían mariposas que flotaban iluminando cada rincón oscuro, volviéndolo vida, todo era alegría. O eso parecía...
En una pequeña hoja, en la esquina del escritorio donde lo único que iluminaba eran las luces de los faroles que atravesaban la ventana, se encontraba una pequeña figura, su rostro era triste y movía sus piernitas al triste son de su soledad, sobre un charco de tinta donde no podía mirar ni su propio reflejo, suspiro tristemente pues el sabía que era solo un borrador incompleto, la personita se levanto y desde su hoja miro a los demás cuadros hablando y riendo, siendo felices y siendo hermosos y coloridos, miro a la señora del sombrero de flores, quien acariciaba a su perro entre sus brazos, por un momento envidio aquel color que tenía en su piel, entonces bajo su mirada hacía su pecho... se dio cuenta de que estaba incompleto, llevo sus manitas y miro el espacio vació, le hacía falta algo... no sabía que era, lo hacía sentirse vació, incompleto, sin propósito. Una brisa entro por una rendija de la ventana, haciendo que el papel se desprendiera del escritorio y comenzara a volar por la habitación, tenía mucho miedo pues no sabía que sucedería si la hoja caía, de su boca no salía ninguna palabra, paso por el cuadro de las enormes montañas y el pastorcito que pastoreaba sus ovejas rechonchas y blancas vio como se alejaba, luego los niños jugando en el parque levantaron sus curiosas miradas hacía el boceto inservible, la hoja voló por la habitación chocando con las letras que abundaban con la música, interrumpiendo el soneto de la caja, todos se quejaron ante tal hecho, aquella hoja de papel era un estorbo para los demás, interrumpía su momento de vida, su altanería hacía la hoja, la cual finalmente cayo al suelo, el pequeño dibujito se levanto, su carita estaba manchada de tinta la cual se tallo un poco con sus pequeñas manos, su mirada era mas triste que antes, los cuadros murmuraban cosas sobre el boceto, este se volvió a sentar y abrazo sus piernitas suspirando tristemente, tratando de ignorar a los magníficos cuadros, los cuales habían sido creados por un propósito, en cambio él... él era un triste borrador, un boceto incompleto... inservible.
Cerro los ojos, la música continuo sonando y de sus ojos brotaron lagrimas de tinta que salpicaron la hoja de papel. La luz de la luna se perdía y los cuadros cada vez se silenciaban, la música había parado y los rayos del sol atravesaban la ventana iluminando el pequeño y pintoresco estudio, se escucho el sonido del seguro y la puerta se había abierto, aquel joven pintor había traído el aroma de café matutino a su estudio, sin darse cuenta noto que había pisado algo, fijo su mirada en el suelo y fue entonces cuando vio aquella hoja de papel, se inclino y la tomo entre sus manos, nunca había visto a un dibujo tan triste, tan incompleto y tan vacío, frunció el entrecejo pensando, y como un rayo de luz sus ojos se iluminaron, tomando un lápiz del estuche, volvió a hacer magia con algo tan pequeño.
La noche había caído nuevamente, los cuadros recobraban vida y la música sonaba aun mas alegre que nunca. El pequeño dibujito abrió sus ojos para vivir otra noche donde se sentía mas muerto que vivo, su cara era la mas triste que existía, ni siquiera el cuadro del señor llorón se veía tan triste como la de él. Pero había algo diferente, al final de la hoja alguien lo acompañaba, se tallo los ojitos tratando de pensar que era mas que una ilusión, parpadeo nuevamente, al final de la hoja se hallaba alguien como el, un pequeño dibujo en blanco y negro, con algo colorido entre sus manos, sus mejillas se sonrojaron al ver que la pequeña niña se acercaba hacía él, era tan hermosa a pesar de que a los ojos de los demás era tan simple, tan gris y tan insignificante, curvo sus labios en una agradable sonrisa, los centímetros se acortaban entre ellos dos, parpadeo con sus enormes pestañas sobre esos ojos negros, se dio cuenta que miraba su pecho vació, el dibujito se cohibió y con sus manos cubrió aquella parte faltante de su pecho, la pequeña niña se enternecio y con suavidad quito sus manos de su pecho, miro aquella parte que tenía entre sus manos y fue cuando aquel pequeño detalle y lo único que llevaba color entre ellos dos, se había vuelto vida... la niña lo puso sobre su pecho, nunca se había sentido mas vivo, sentía latir su pecho, algo que lo hacía sentirse alegre y enamorado, la niña se inclino y con cariño beso su mejilla...
Se dice que durante las noches cuando un artista deja su estudio, todos sus cuadros cobran vida, cada luz de luna todos despiertan y hacen alegres fiestas entre si, dicen que todo cuadro ha sido hecho con un propósito y con color, lo que nadie sabe es que aquellos pequeños borradores en blanco y negro, aquellos pequeños detalles que nadie se preocupa en darse cuenta, son los mas felices entre todos los demas...
Porque dos se habían hecho uno, se habían encontrado... no importando si ninguno tuviese color.
Ellos eran su propio color, a pesar de haber sido hecho solo para ser borradores.
Porque la mano de un artista, hace que todo... incluso lo mas pequeño, cobre vida.

por **Vanellope** Sáb 08 Dic 2012, 1:41 pm

The Old man

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I Will love you, always.

No había podido cerrar los ojos durante aquella noche, había dado vueltas y vueltas por la cama, por más suave que fuese, por más que haya tratado no había podido dormir. ¿Qué lo tenía tan inquieto? Bueno, muchas cosas lo tenían inquieto, pero él quería engañarse, engañarse de que mañana no sería el día.
Finalmente se levanto de la cama, y se sentó en el borde, por un momento fijo sus ojos del otro lado de la ventana, la noche no era de mucha ayuda, las horas pasaban lentamente, y lo peor era que estaba a la vez cansado y a la vez no. Su vida se acabaría mañana, quizás para otros sea felicidad pero para él no lo era, su estomago dio un vuelco y junto con él, su corazón. Metió sus pies dentro de las pantuflas azules, se levanto y se arrastro hasta la cómoda enfrente de su cama, los pies los sentía pesados y no podía caminar, en verdad esto era un sufrimiento para él, no quería perderlo, perderlo todo. Fijo sus ojos cansados en cada portarretrato de la cómoda e inmediatamente trato de llorar, mas sin embargo las lagrimas no salieron ¿Qué le ocurría? ese sentimiento de desesperación invadió su pecho y no le permitía respirar, era una agonía.
¿Por qué esto le sucedía a él? Bueno, a decir verdad le sucedía a cualquiera pero ¿No podía ser más adelante? la perdida le dolería, no volvería a escuchar esas risas, esos enfados, esas peleas y esos castigos, eso era lo que más le ponía mal, porque a pesar de todo mal momento, siempre habían los buenos, aquellos buenos recuerdos que le hacían sentir feliz, feliz de verdad. Rindiéndose nuevamente, no importando si bebió un vaso de leche, si camino por toda la casa, si tarareo canciones de Lionel Richie junto a la oscuridad que en ese momento se había vuelto su más intimo amigo, no había podido dormir, se sentó en el living, a un lado del tocadiscos poniendo sus canciones, ahora todas eran un soneto de tristeza, ¿Por qué el mundo había conspirado contra él? Pensó, ¿Por qué? ¿Por qué?
El dolor de espalda lo había despertado y se sorprendió al saber que había podido dormir unas cuantas horas, pero los recuerdos le hicieron olvidar la fatiga, realmente era la hora, solo faltaban unas cuantas horas para perderlo todo, se puso de pie y arrastro los pies que le ardían y le pesaban, se sentía vacio, triste y más que nada, se sentía desdichado.
Lo iba a perder todo, eso era seguro.
Las horas pasaron y pasaron, era una agonía mirar el reloj y saber que un segundo equivalía a un siglo, se aflojo un poco la corbata porque sentía que cada vez lo asfixiaba mas y le impedía respirar, se miro al espejo y se detesto por permitir esto, pero quizás solo para él era la agonía, solo para él pero no para nadie más.
-Es hora... -le anunciaron, el trago saliva y su corazón dio una punzada que le escoció lentamente la piel. No se podía mover, o eso sentía por dentro ¿Muerto? Muerto se sentía desde que le dieron la noticia, así que él no tenía miedo de la muerte, tenía miedo de perder a lo que más ama en el mundo, a lo que vio crecer, a lo que protegió de todo sufrimiento, a lo que siempre le dio ánimos y le dijo que nunca se rindiera, a lo que le dio la alegría a su mundo. Su mundo se volvería incompleto ahora que lo dejaba ir.
Miro la puerta de mármol, la enorme puerta de mármol y no quiso pensar que al cruzarlo todo iba a ser distinto, miro sus manos, estas estaban temblando, lo había hecho una vez cuando era mas joven y ahora se sentía en completo acuerdo con aquel hombre que igual estaba perdiéndolo todo, ahora el mundo se vengaba de lo que él había hecho antes.
-Es hora... -volvieron a repetir, ¿era necesario? ¡El ya sabía que era hora!
Entonces sus ojos se iluminaron, cruzando el umbral aquello que mas amaba, la luz de su mundo, la alegría de su vida, su pequeña flor vestida de blanco, sus ojos se humedecieron, nunca creía que la dejaría ir, mirándola allí como la pequeña a la que siempre le cuido de sus pesadillas, a su pequeña niña, la niña de sus ojos que se alejaría de él, por aquel extraño que se la robaba, aquel despiadado que se robaba su vida.
-Te ves hermosa -logro articular, sonriéndole a su hija, ella le sonrío y de inmediato olvido todo sufrimiento que durante la noche anterior había sentido.
-Estoy nerviosa, papá -le confeso, entonces su voz ya no era la de una mujer, era la de su niña, la niña que vio crecer, recordó cuando le dijo lo mismo durante su primer día de escuela, pero esto era diferente, esta vez ella no regresaría a la 1 en punto, y el no estaría esperándola afuera en su carro viéndola saltar con sus libros, esta vez ella se iría y no estaría más con él.
-Está bien, todo estará bien -le prometió.
Pero era la hora, la música comenzó a sonar y las puertas se habían abierto, se aferro al delicado brazo de su hija y con las miradas encima, cruzaron el umbral de la iglesia, todos eran testigos de que ese día el lo perdería todo, quería que el tiempo se detuviera en ese momento y poder huír junto con ella y poder cumplir todos sus sueños, pero era demasiado tarde, el extraño estaba allí sonriendo esperándola... arrebatándole su vida.
Ella le beso la mejilla, había pensado en no soltarla, pero... sabía que sería injusto, el siempre sería el viejo cascarrabias que alejaría a todos aquellos que pretendían a su hija, el siempre iba a ser el que la esperaría cada vez que llegara tarde a casa, siempre sería el, y al verla casarse ahora, vestida de blanco, dejándola ir con ese extraño era que ojala el extraño la cuidara como él lo hizo, estuviera allí siempre que lo necesitaba como él lo hizo y que siempre, ¡Siempre!
La amara como él lo hizo y lo haría por el resto de su vida.

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