Yo no puedo enamorarme de ti (Nick & tu) [Terminada]

Cogiste una tijera y sin mucho esfuerzo abriste la caja. Rápidamente se te pusieron los nervios de punta cuando viste lo que se hallaba en su interior, lo sacaste con cuidado y lo pusiste encima de tu cama. Era un enrome osito de peluche que a su vez mantenía a otro peluche más pequeño en sus brazos que se podía despegar. Viste que detrás del peluche grande había una pequeña cremallera que abriste con curiosidad. Inmediatamente se te cristalizaron los ojos al ver lo que ponía en el reborde del pequeño sobre que tenías en tus manos << Mr. President >> leíste una y otra vez creyendo imposible lo que tus ojos veían. Con manos temblorosas abriste ese preciado sobre y comenzaste a leer la carta que contenía en su interior con la vista borrosa de tus ojos aguados en mil lágrimas.


Mi Querida Princesa:

Hoy es tu cumpleaños, tu dieciocho preciado cumpleaños. ¡FELICIDADES! mi amor. Me he atrevido a escribirte en este día con mi “identidad secreta” que sé que solo tú sabes. ¿Cómo estás? ¿Cómo estás después de estos terribles cinco meses donde el macabro destino nos separó porque no quería que fuéramos felices? Yo no te voy a mentir, a estas alturas de mi vida no me quedan suficientes fuerzas ya para mentirle a nadie. Estoy destrozado, estoy destrozado desde el día de tu partida, desde el día en el que tu mi princesa saliste de mi vida llevándote la contigo. En estos duros cinco meses no echo más que buscarte desesperadamente por cada rincón sin encontrar éxito alguno, hasta que amenacé a Kevin en un principio y luego hable largo y tendido con él. Y me entendió, y él fue el que me dio la calle de donde vivías, pero me la dio con la condición de no aparecer por allí, por eso te escribo esta carta que espero que haya llegado a tus manos y no haya pasado por otras. No sabes lo que me gustaría estar ahí, ahora contigo a tu lado y poder hablar contigo, olerte, mirarte, acariciarte, besarte... sé que ahora me es imposible poder hacer esas cosas pero no en un futuro, y en un futuro no muy lejano. Porque no parare hasta que logremos estar juntos de nuevo y ya nadie nos va a separar, no lo pienso permitir. No sabes cuánto me haces falta cuanto te necesito aquí a mi lado, necesito que esta pesadilla acabe ya... Y lo más importante, ¿cómo está nuestro bebe? Seguro que tu barriga está ya muy crecida, muero por verla, sé que nuestro bebe está bien lo noto aquí dentro, seguro que ya te da muchas patadas de seguro va a ser un campeón o campeona! Espero que te haya gustado mi regalo, sé que no es gran cosa pero necesitaba un regalo que no llamara mucho la atención por si acaso tu papa lo veía, el osito grande es para ti y el más pequeño es para nuestro bebe. Sé que no nos podemos ver pero podemos seguir en contacto por cartas, espero tu respuesta con ansias mi vida.
Te amo, “Mr. President”

PD: No te olvides de abrir la cajita pequeña que hay dentro de la caja.

La carta se desvaneció de tus manos una vez la habías acabado de leer, tus ojos estaban encharcados en lágrimas y bajaban por tu mejillas. Jamás te imaginaste una carta así, por fin sabías de él cinco meses más tarde pero sabías de él. Estabas feliz, por fin después de cinco meses estabas feliz.
“¿Una cajita dentro de la caja?” pensaste de repente y avanzaste de nuevo hasta la caja y buscaste en su interior hasta dar con aquella pequeña cajita de la que hablaba Nick en su carta. La abriste y descubriste en su interior dos chupetes, uno rosa y el otro azul, sonreíste cuando los viste, y debajo de los chupetes había una pequeña nota la cogiste y te pusiste a leerla.

Aquí otro pequeño regalo para nuestro bebe, como ves son dos chupetes, como no sé si será niño o niña te regalé los dos de diferente color. Ya pronto lo necesitará.
Os amo mucho, a los dos.

Esa última nota te emocionó más de lo que ya estabas, cogiste los dos chupetes y los volviste a guardar en la cajita. Estabas feliz porque sabías que Nick te seguía amando y tú a él también pero te ponía triste el pensar que él igual que tú también estaba sufriendo mucho.
No pasaron ni dos segundos y ya estabas sentada en tu mesa con un papel y un boli en la mano con intenciones de contestarle a su carta lo más pronto posible. Duraste como una hora entera haciendo la carta, repitiéndola, tachando cosas una y otra vez ,hasta que al fin la acabaste y caíste directamente a la cama rendida, muerta de cansancio, al día siguiente la llevarías al buzón para que el preciado destinatario le llegara la carta cuanto antes. << Al final no ha sido tan malo este día, es el mejor día de estos horribles cinco meses sin ti Nick >> Pensaste de caer en un profundo sueño. Esta noche soñarías con él, más de lo habitual.
A la mañana siguiente despertaste muy tarde, miraste el reloj y eran las 11:30 de la mañana, te estiraste en la cama y lo primero que hiciste fue echar un vistazo hacia donde estaban los peluches para ver si estaban, por un momento pensaste que solo había sido un simple sueño, pero no, era todo verdad. Te levantaste de la cama y te dirigiste al baño para darte una larga y relajante ducha. Cuando estabas bajando las escaleras te encontraste con una imagen que te llenó de tristeza y nostalgia, tus padres estaban desayunando, riendo, no podías evitar pensar, por mucho que estuvierais enfadados, en aquellos tiempos en los que erais una familia feliz y lo echabas muchísimo de menos. Porque aunque tus padres te habían causado el mayor de tus dolores en el fondo los seguías queriendo y extrañabas aquellas charlas diarias con cada uno de ellos o simplemente extrañabas las tardes tontas en la que os pasabais todo el rato jugando a juegos de mesa o viendo la tele...como una familia normal, pero simplemente eso ya no pasaba. Ellos estaban sonrientes hasta que te vieron bajar por las escaleras, sus caras cambiaron completamente y ya no había ni un signo de felicidad sino todo lo contrario y eso te hirió más todavía aunque no te podías quejar porque tú hacías lo mismo, pero era inevitable no sentirlo.
Te sentaste en la mesa donde estaban tus padres, sin pronunciar palabra como ya era de costumbre. Había un silencio, un silencio tensó, un silencio inevitable después de todo. Desayunasteis los tres hasta que una voz resonó entre el montón de silencio y tensión acumulados en el ambiente.

_________: Saldré ahora, debo hacer unos recados.

Joe: Vale – respondió seco.

Por lo menos tu padre se había dignado a contestarte, porque en cambio tu madre no fue capaz ni de levantar la vista de su taza de café. Siempre solías avisarles cuando ibas a salir aunque la mayoría de las veces no recibías respuesta alguna de su parte. Tampoco te habían acompañado nunca a ninguna de tus revisiones por el embarazo, solo se dignaron a conseguirte un buen doctor cuando llegasteis a la ciudad pero nada más. Nunca te habían preguntado cómo te sentías por el embarazo o como se estaba su futuro nieto y menos habías podido hablar con tu madre sobre temas del embarazo, cosas que te serían de gran ayuda si ellos te apoyaban.
Te levantaste de la mesa, recogiste tu taza y subiste a tu habitación a por la carta que la habías dejado arriba y volviste a bajar, sin decir “Adiós“ ni nada saliste de casa. Caminaste lo más deprisa que te permitían tus pies hasta llegar al buzón, antes de echarla carta la besaste y la dejaste caes dentro del gran buzón, diste la vuelta y caminaste de regreso a casa.
Llegaste a casa y ahora lo que más ansiabas era que Nick recibiera cuanto antes tú carta y que te llegara a ti su contestación.

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