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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Donde vas tu, va el fuego {Zayn Malik y tu} [HOT] ¡TERMINADA!
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Donde vas tu, va el fuego {Zayn Malik y tu} [HOT] ¡TERMINADA!
si? ahora mismo ;)DirectionerPaulita- escribió:eso, yo tbn kiero MARATÓN! MARATÓN! :wut:
Vanessa.
Re: Donde vas tu, va el fuego {Zayn Malik y tu} [HOT] ¡TERMINADA!
Noarohagy escribió:No me vale un no por respuesta,siguela:$
Vanessa.
Re: Donde vas tu, va el fuego {Zayn Malik y tu} [HOT] ¡TERMINADA!
ESTOY HACIENDO MARATÓN PARA UTDs
Vanessa.
MARATÓN!
Capítulo 13:
Sentí mi corazón desbocarse de dudas. ¿Qué? ¿Yo? Se acerco más a mí y con su mano libre acaricio mi rostro. Como dije antes, ahora no tiene esa apariencia siniestra de ayer. Ahora parece… normal.
- Tú eres algo bueno y…- dijo y dejo de hablar.
- ¿Y que? – le pregunte queriendo saber más.
- Y tú estás…
- Señores clientes, lamentamos interrumpir lo que están haciendo. Pero deben dejar el centro comercial, porque cerraremos en 10 minutos, por fallas eléctricas en la instalación – dijo la fría voz de la operadora interrumpiéndolo.
- Uh, será mejor que nos vayamos antes de que nos quedemos aquí dentro y me obligues a comprar más ropa – me dijo divertido y comenzó a caminar.
- Si, claro – dije por lo bajo y salimos de ahí.
Tomamos un taxi para llegar más rápido. Teníamos demasiadas bolsas, no podíamos ir caminando. Aunque conociéndolo a él, les diría que es capaz de hacer algo para que no sean demasiadas y luego las encontremos en casa. Como ya dije una vez, es extraño decir casa. Suena mucho a ‘nuestra’ casa. Pronto llegamos.
- Ahora que estoy pensando ¿En que momento hiciste el ‘acuerdo’ con Dios? – le pregunte. Se giro a verme.
- Fácil. Mientras dormías fui a verlo – me dijo.
- ¿Qué le dijiste? – dije divertida cuando entramos al departamento.
Me saque los zapatos, me estaban matando y él se quito las zapatillas. Al mismo tiempo, ambos nos tiramos al sillón, cansados. Reí divertida al saltar levemente del mismo y volver a mi lugar.
- Bueno, llegue, estaba realmente sorprendido de verme. Ya que hace mucho que no subo a verlo. La luz del cielo me hace daño a los ojos. Empezamos a hablar, tomamos un poco de vino y luego empezamos a jugar ajedrez. Y como casi nunca, le gane ¿Puedes creerlo? – me dijo.
- ¿Por qué se te ocurrió hacer eso?
- ¿Qué cosa? – me preguntó.
- El acuerdo – le dije. Clavo su mirada en la mía y suspiro levemente.
- Mi hermana vino a verme – dijo. Lo mire bien.
- ¿Tu hermana? ¿Eso quiere decir que la muerte estuvo aquí en mi casa? – dije aterrada. Rió por lo bajo.
- Si, pero tranquila. Rachel es inofensiva cuando no esta en horas de trabajo, y no es siniestra y esas cosas. Te sorprendería lo linda que es. Lo único es que hace un poco más de frió cuando ella esta – me dijo.
- ¿Y que te dijo? – le pregunte. No me contesto nada.
Tome el control y prendí la tele. Estaban dando una película. Tarde unos pocos segundos en reconocerla. Era ‘Titanic’. Rose y Jack estaban en el agua helada. Temblé levemente al ver el frío que tenían.
- Esa fue una de las tantas veces que Rachel se llevo más de una vida al mismo tiempo, y en un mismo lugar – me dijo.
Lo mire e hizo una seña para que me acercara a él. Me acerque más a él y me acurruco contra su pecho, envolviéndome con sus brazos. Apoye mi cabeza en su pecho y aspire el aroma de su perfume. Volví a mirar la tele pero sin alejarme de él.
- ¿Aun no sabes lo que quieres por tu alma? – me preguntó. Sin alejarme de sus brazos me moví para mirarlo a los ojos.
- No, aun no – le dije. Su mirada abrazó la mía. Con una de sus manos acaricio mis cabellos.
- ¿Sabes? Me gusta estar contigo – dijo. Sonreí levemente.
- A mi también, me encanta estar contigo – dije.
Juro que en cualquier momento iba a besarlo. Era algo que ya no podía controlar. Estaba a punto de ser más fuerte que yo. Se inclino hacia abajo, hacia mí. Cerré los ojos levemente, esperando aquello. El maldito teléfono comenzó a sonar. Abrí los ojos y ya estaba a pocos centímetros mío. Se alejó con un gruñido. Me puse de pie y fui a contestar.
- ¿Hola? – dije.
- _____, hola – me dijo.
- ¡Austin! – lo llame al reconocerlo - ¿Cómo estas?
- Bien, bien. Dije que iba a llamarte – dijo divertido. Sonreí.
- Lo se, lo se – dije divertida.
- Te he echado mucho de menos – me dijo.
- Y yo a ti – dije enternecida - ¿Cómo te ha ido en Londres?
- Bien, pero nada es como en casa.
- Me lo imagino – le dije y me gire a buscar a Zayn. No estaba en el sillón ¿Dónde diablos estará? Lo busque con la mirada, pero no lo encontré.
- Oye, ¿Te gustaría ir a cenar mañana? – me preguntó.
Extrañada por no encontrar a Zayn, me gire para mirar al frente. Salte levemente, al verlo tan cerca de mi rostro y con el semblante tan serio.
- ¿Mañana? – dije algo confundida.
- ¿Puedes? – me dijo. La respiración de Zayn se volvió densa, pesada.
- Mmm, no lo se. Tengo que fijarme en mi agenda – le dije nerviosa – Déjame revisarlo y te llamo.
- Claro – dijo él.
Me dio un número y lo anote, pero sin dejar de mirar ni un segundo a Zayn. ¡Dios, ya me esta dando miedo!
- Te llamo luego Austin – dije divertida pero nerviosa.
- Está bien, adiós bonita.
- Adiós – lo salude y colgué.
Sin dejar de mirarlos a los ojos retrocedí levemente. Él comenzó a acercarse. Mis pies no podían detenerse, era algo que no podía hacer. Me estaba asustando, estaba logrando hacerme tener miedo. Les juro que desde que lo conocí nunca me dio miedo del todo. Pero en este momento, si lo esta haciendo.
Capítulo 14:
No pude seguir mis pasos, ya que la pared me lo impidió. El aire a mí alrededor se puso denso. Estaba tan cerca. Él podía hacerme daño sin ningún problema ¿Qué iba a hacerme? ¿Qué era lo que estaba pensando? ¡Oh, por Dios! Por un minuto me gustaría poder tener poderes. Coloco sus brazos a mis costados, impidiendo mi escape. Lo mire fijo a los ojos. Era tan poderoso y fuerte. De verdad podía lastimarme.
- ¿Qué… que sucede? – le pregunte apenas.
- Debo irme – dijo. Lo mire bien.
- ¿Qué? – dije sin poder creerlo. Apretó los dientes con fuerza y golpeo la pared con la mano – Lo siento.
- Tengo que irme, _____ – me dijo serio.
- ¿Por qué?
- Volveré dentro de 3 días, si aun no sabes que quieres por tu alma. Te quedaran 2 días más – dijo. Lo mire bien.
- No quiero que te vayas – dije.
- Debo hacerlo, preciosa – se alejó de mí y caminó hasta la habitación.
Sentí una pequeña presión en el pecho. Él no se podía ir. No quiero que se vaya. Pero mientras esta sensación esta en mi pecho, me doy cuenta de algo. ¿Qué pasara cuando no lo vea nunca más? ¿Qué va a ser de mí? Sin pensarlo corrí hacia la habitación y la abrí. Él ya no estaba.
- ¿Zayn? – lo llame.
Nadie me contestó. Por alguna razón mis ojos se llenaron de lágrimas. Había un gran vacío en mi interior. Se había ido y no me dejo abrazarlo antes de irse. ¿Por qué se fue así? ¿Habré hecho algo malo? Comencé a llorar. ¡Oh, por Dios! ¡Esto no tiene sentido! ¡No debo llorar, no tengo motivos! Me dijo que iba a volver dentro de tres días. Solo debo esperar y pensar que es lo que quiero a cambio de mi alma.
- ______, ¡________! – me llamó alguien. Rápidamente abrí mis ojos, para encontrarme con mi mejor amiga.
- ¿Qué pasó? – pregunte de repente.
- Ya son casi la una de la tarde _____ ¿Estuviste llorando? – me preguntó al ver mis, seguramente, hinchados ojos.
- No, no – dije poniéndome de pie. Entre al baño y ella fue tras mío.
- ______ , te conozco y mucho. ¡Dime porque diablos llorabas sino quieres verme enojada! – me exigió.
Diablo… Zayn. Mire a mi alrededor y él no estaba. Pensé que cuando despertara lo iba a encontrar de nuevo aquí. Pero al parecer eso no es así. Otra vez mis ojos se llenaron de lágrimas, se humedecieron. Sea me miró bien y sin pensarlo se acerco a mí a abrazarme.
- Oye, Oye, no llores – dijo sin dejar de abrazarme.
- Lo siento, es que estoy algo sensible – dije y me aleje de ella. Me miró bien.
- ¿Te hizo algo aquel hombre? – me preguntó. Sonreí levemente.
- No, él no sería capaz de lastimarme. Solo que tuvo que irse, vuelve dentro de tres días y me puse un poco triste – le dije. Arqueo una ceja.
- ______, ni siquiera lloraste cuando Austin Ames se fue a Londres – me dijo divertida. Y lo recordé a él, a Austin. Había quedado en llamarlo y no lo hice.
- ¡Austin! – dije y corrí al teléfono.
- ¿Qué sucede? – me preguntó ella y se acerco a mí. Tome el teléfono y marque su número.
- ¿Hola? – me contestó.
- ¡Austin!
- ¿_____? Pensé que te habías olvidado – dijo y rió por lo bajo.
- Lo siento tanto, pero estaba tan cansada que me olvide de todo y me quede dormida. Me acabo de levantar.
- Tranquila, no pasa nada.
- Si quieres, podemos salir a cenar mañana en la noche – le dije.
- ¿De verdad?
- Claro que si – dije y sonreí levemente.
- Paso por ti a las 10 de la noche ¿Esta bien? – me preguntó.
- Mejor imposible – le dije. Le di la dirección de casa y colgué. Me gire a ver a mi amiga. Me miro bien.
- ¿Acabas de hablar con Austin? – Me preguntó
- Si, si. Me lo encontré ayer en el centro comercial, y me pidió mi número. Ayer en la tarde me llamó y me invitó a cenar. Y como me quede dormida, no le conteste. Por eso lo llame ahora – le conté.
- ¿Así que volvió? – dijo sorprendida.
- Si, así es – le dije. Entre al baño y ella detrás de mí.
- ¿Y como está? ¿Está igual de guapo que siempre? – me preguntó. Sonreí levemente.
- Si, creo que si. No ha cambiado nada de nada – le dije. Salimos del baño y fuimos hasta la cocina.
- ______, ¿estás enamorada de nuestro nuevo jefe? – preguntó. Me gire a verla.
- No… no lo se, Sea – dije dudosa.
- ¿Y él, lo esta de ti?
- Tampoco lo sé – le dije y otra vez la melancolía volvió a mí.
- Me preocupas amiga – me dijo.
- A mi también, y mucho – mire hacia la ventana.
Necesito que vuelva, necesito verlo. ¿Qué ha hecho conmigo? Creo que quiere llevarse algo más que mi alma. Él quiere llevarse mi corazón. Creo que lo va a lograr. Cuando él se vaya definitivamente, no solo se llevara mi alma. Sino que también todo el amor que tengo para dar. Necesito hacer algo. Necesito cambiar esto que siento. Tal vez mañana en la noche saliendo de nuevo con Austin lo logre. Tal vez aun este a tiempo de salvarme. Dios quiera que este a tiempo de hacerlo.
Capítulo 15:
Termine de colocarme rímel. Dentro de cinco minutos Austin llegaría y yo aun no estaba lista. Corrí deprisa a mi habitación a buscarme un tapado. La temperatura había cambiado bastante. Hacía frió, me mire por última vez al espejo y el portero sonó. Corrí a atenderlo.
- ¿Quién es? – pregunte.
- Soy Austin – me dijo.
- Ahí bajo – dije y colgué.
Tome mi cartera y mis llaves y salí del departamento. Sea había decido irse a vivir con Jared. A eso había venido ayer a casa. Dijo que habían hablado mucho que ya era hora de la convivencia. Jamás pensé que mi rubia amiga llegaría a tanto. Pero me alegro por ella. Pasamos una linda tarde de amigas juntas, ayer. Ella siempre me hace sentir mejor. Es una gran persona.
- ¡Hola! – me dijo cuando abrí la puerta. Sonreí levemente, y me acerque a él para saludarlo – Luces hermosa.
- Gracias – le dije divertida – Tú no te quedas atrás.
- ¿Vamos? – preguntó.
- Claro – dije y tome su brazo.
Pronto estuvimos en un lindo restaurante. Se acercó a mí y me ayudo a quitarme el abrigo y a sentarme. Sonreí levemente y le agradecí. Él se sentó frente a mí y pronto vino un mozo. Nos entrego el menú.
- ¿Qué quieres comer? – dijo.
- Mmmm, no lo se – dije sin dejar de mirar las cosas.
Una punzada comenzó a formarse en mi estomago. Era un dolor terrible. Solté la cartilla y tome mi panza con una mano. Austin me miró bien. Yo también lo hice. Se veía algo borroso.
- ¿______? ¿Estás bien? – me preguntó.
Asentí levemente. Algo se movía con fuerza dentro de mi panza y estaba haciendo estragos conmigo. Sin pensarlo mucho me puse de pie. Austin me miró bien.
- Voy al baño – le dije más que mareada.
- ¿Quieres que te acompañe? – me preguntó.
- No, no – le dije rápidamente – Solo pide por mi
Más que apurada me dirigí al baño. Para mi suerte no había nadie allí. Me acerque a uno de los retretes y me agache para vomitar. Abrí mi boca, porque la sensación de hacerlo me estaba matando, pero nada salió. Me puse de pie y me pare frente al espejo. Abrí la canilla y lave mi cara con agua fría. Otra vez las ganas de vomitar vinieron a mí, pero ya no podía girarme al retrete. Baje mi cabeza hacia el lava manos. Una mancha se formo en el espejo. Como si eso hubiera salido de mí. Pronto tomó forma.
- ¿Se puede saber que diantres haces aquí? – me preguntó. Lo mire bien.
- ¿Zayn? – dije sin poder creerlo.
Estaba del otro lado del espejo. Lo mire detenidamente. Sus ojos no estaban mieles, sino que eran rojos. Rojos como el fuego. Mire su cuerpo. Estaba lastimado, golpeado, herido. Volví a sus ojos.
- ¿Qué… te sucedió? – le pregunte aterrada.
- Tranquila, solo jugaba con mis hermanos – me dijo.
- ¿A eso le llamas jugar? ¿Dónde estás?
- En mi casa
- ¿Qué haces aquí?
- ¡Me voy por dos días! ¡Solo dos días! ¡Ya sales con ese imbécil! – me dijo enojado.
- ¡Tú te fuiste! ¡Y ahora me vienes a… a hacer una escena de celos! ¿Detrás de un espejo? ¿Qué es lo que quieres de mí? – le pregunte nerviosa.
Me miro fijo a los ojos. Su respiración era agitada. Al parecer estaba enojado por algo más. Mire su piel, estaba más roja de la normal. Parecía arder. Volví a sus ojos. Eran tan raros.
- ¿Por qué tienes los ojos rojos? – le pregunte.
- Cuando juego con mis hermanos, mis poderes se salen de control. Alterando el color de mis ojos y haciendo que mi piel queme – me contestó.
- ¿Y tu pacto con Dios? – dije al recordar eso.
- Al Diablo con ello, no tengo nada de bueno dentro – me dijo. Lo mire espantada.
- ¿Qué significa eso? ¿Tendrás que vivir por siempre y para siempre en el infierno?
- Así es, preciosa – me dijo. Negué con la cabeza efusivamente.
- No, no por favor – le dije desesperada. Me miró bien.
- ¿Por qué? – me preguntó.
- No, no puedes – dije mientras otra vez mis ojos se humedecían por él.
- ¿Por qué no puedo? ¿A quien diablos le puede importar el Diablo? – dijo lleno de resentimiento.
- A mí – le dije rápidamente – A mi me importas y mucho.
Capítulo 16:
Se quedó callado, mirándome fijamente. Su respiración era pesada, se podía oír perfectamente. Volví a mirar las heridas de su cuerpo, parecían algo así como arañazos, mordisco y golpes. Volví mi mirada a sus ojos.
- Debo irme – me dijo de repente.
- ¿Vendrás mañana? – le pregunte.
- Sí – me contestó.
- ¿Me lo prometes? – le dije. Me miró fijo, serio.
- Yo no prometo nada, solo cumplo lo que digo.
- Zayn – lo llame.
- ¿Qué?
- Te extraño – susurre levemente.
Levante mi mano y la apoye sobre el frió espejo que estaba frente a mí. Apoye mi mano justo frente a su pecho, pero sabía que no podía tocarlo, que no lo estaba haciendo.
- Hasta mañana, preciosa – me dijo.
- Hasta mañana – dije y desapareció.
Alguien tocó la puerta del baño. Recordé donde estaba y con quien. Me acomode un poco y decidí salir. Era uno de los mozos. Me miró bien y yo a él.
- ¿Sucede algo? – le pregunte.
- No, nada señorita. Solo que el señor que venia con usted me pidió que le dijera que lo perdonara, pero se tenía que ir – me dijo. Fruncí el ceño.
- ¿Qué? – dije.
- Si, me dejó esta nota para usted – dijo y me entregó un papel.
Tome el papel y el mozo se fue. ¿Por qué se habrá ido así? ¿Habré tardado mucho? Sin seguir dando vueltas abrí el papel.
Siento haberme ido así, ______. Pero llamó mi madre, mi hermana Clara esta muy mal, la internaron de urgencia. Luego te llamo para contarte todo con detalles. Lo siento de verdad. No quería que esto quedara así. Sabes que te quiero mucho y que me encanta estar contigo. Hablamos otro día, bonita.
Con cariño. Austin.
¡Oh, dios! Espero que Zayn no tenga nada que ver con esto. Porque si eso llega a ser así, y a la hermana de Austin le sucede algo, el señor Diablo va a conocerme. Tome mi abrigo y salí de aquel restaurante. Lo mejor era volver a casa. Todo había sido un desastre. ¿En que problema me metí, dios mío? Debí escuchar a mi amiga cuando me dijo que no subestimara a lo que no conocía. Debí retractarme de mis palabras. Pero si no lo hubiese dicho, tal vez jamás hubiese conocido a Zayn Una fría brisa subió por mi espalda, mientras caminaba por la calle. Mi piel se erizó por completo. No era un frío normal. Era un frió extraño. Nunca había sentido algo así.
- Tranquila, no te asustes – me dijo. Mi corazón casi se salió de lugar cuando una mujer se paró frente a mí – Lo siento, no quise asustarme.
La mire bien. Era una mujer alta de cabellos negros y ojos aceitunados. Su piel era blanca como la nieve. Comencé a temblar levemente. Era un frío horrible. Jamás había sentido uno así. Recordé las palabras de Zayn. Rachel es inofensiva cuando no esta en horas de trabajo, y no es siniestra y esas cosas. Te sorprendería lo linda que es. Lo único es que hace un poco más de frió cuando ella esta.
- ¿Rachel? – le dije por lo bajo.
- Se nota que Zayn te ha hablado de mí – me dijo sonriente.
La mire sin poder creerlo. Tengo a la muerte frente a mí. Esto no era posible. Retrocedí unos pasos. Ella rió por lo bajo.
- Tranquila, ______. No voy a hacerte daño. No estoy en horas de trabajo, y además a ti te falta todavía – dijo.
- ¿Qué… que haces aquí? – le pregunte luego de unos segundos.
- ¿Por qué mejor no vamos a tu casa o ha otro lado? No creo que quieras que te vean hablando con la nada en medio de la calle – me dijo.
- ¿Con la nada? – pregunte.
- Yo tengo el poder de hacer que solo la persona que yo quiera me vea. Y en este caso tú eres la única que lo esta haciendo – dijo.
Asentí levemente y comenzamos a caminar. El molesto frío aun no se había ido de mí. La mire de costado. Zayn tenía razón. Ella no es siniestra y nada de esas cosas. Es más, es muy bella. Y si la miras bien es algo parecida a Zayn. Llegamos a mi departamento, entramos. Le pregunte si quería algo de tomar, me dijo que no. Nos sentamos a la mesa. Ella frente a mí.
- ¿Qué pasó? – le pregunte luego de unos segundos de silencio. Ella acomodo su garganta y miró a su alrededor.
- Si mi hermano se llega a enterar que vine a verte, se enojara mucho conmigo y será capaz de no hablarme por un millón de años – me dijo. Reí por lo bajo.
- Tranquila, yo no le diré nada – le dije.
- Estoy preocupada por Zayn – dijo. Fruncí el ceño.
- ¿En que sentido?.
- En todos los sentidos.
- ¿Por qué?
- Mi hermano es el Diablo, ______. Jamás ha conocido lo que es el amor, jamás se ha preocupado por alguien que no sea él. Bueno tal vez si, cuando nací yo. Pero a lo que me refiero es que nunca lo había visto tan perturbado – me dijo.
- ¿Quieres decir que él tal vez este mal por mi culpa? – le pregunte.
- No, no por tu culpa – dijo y se acercó un poco más a mí para bajar la voz – Creo que has despertado algo dentro de él. Algo que desconoce y por lo cual esta confundido.
- ¿Qué tengo que hacer?
- Sabes que ha hecho un pacto con el Creador, ¿verdad? – me dijo.
- Si, lo se. Y es una locura.
- También lo creo. Pero _____, eres la única que puede despertar eso bueno que Zayn tiene dentro.
- ¿Cómo lo hago? – Dije
- Arriésgate. Al diablo con las reglas de Dios, _____. Él mismo creo las reglas del amor, y si él mismo las prohíbe se está contradiciendo – me dijo.
- ¿Qué debo hacer?
- Lo que sientes. Cuando lo tengas al frente y creas que es hora de despertar lo bueno dentro de él, haz lo que te diga tu corazón – dijo y se puso de pie. Yo también lo hice – Ahora debo irme, ya es hora para Clara Ames.
- ¿Qué? – dije sin poder creerlo.
- Esa niña esta sufriendo, _____. Debo llevármela – me dijo.
- Zayn no tiene que ver en esto ¿Verdad? – le pregunte.
- Para nada. Zayn no se interpone en las muertes. Solo yo y Dios – dijo.
Asentí levemente. Sabía todo lo que Austin iba a sufrir por esto.
- ¿Será rápido? – le dije. Se giro a verme.
- No sentirá nada – me dijo.
- Gracias Rachel – dije. Sonrió levemente.
- Es un secreto – susurró.
- ¿Qué cosa? – le pregunte.
- Zayn nunca tuvo debilidades, pero ahora si tiene una – me dijo.
La mire extrañada.
- ¿Cuál?
- Tú...
Sentí mi corazón desbocarse de dudas. ¿Qué? ¿Yo? Se acerco más a mí y con su mano libre acaricio mi rostro. Como dije antes, ahora no tiene esa apariencia siniestra de ayer. Ahora parece… normal.
- Tú eres algo bueno y…- dijo y dejo de hablar.
- ¿Y que? – le pregunte queriendo saber más.
- Y tú estás…
- Señores clientes, lamentamos interrumpir lo que están haciendo. Pero deben dejar el centro comercial, porque cerraremos en 10 minutos, por fallas eléctricas en la instalación – dijo la fría voz de la operadora interrumpiéndolo.
- Uh, será mejor que nos vayamos antes de que nos quedemos aquí dentro y me obligues a comprar más ropa – me dijo divertido y comenzó a caminar.
- Si, claro – dije por lo bajo y salimos de ahí.
Tomamos un taxi para llegar más rápido. Teníamos demasiadas bolsas, no podíamos ir caminando. Aunque conociéndolo a él, les diría que es capaz de hacer algo para que no sean demasiadas y luego las encontremos en casa. Como ya dije una vez, es extraño decir casa. Suena mucho a ‘nuestra’ casa. Pronto llegamos.
- Ahora que estoy pensando ¿En que momento hiciste el ‘acuerdo’ con Dios? – le pregunte. Se giro a verme.
- Fácil. Mientras dormías fui a verlo – me dijo.
- ¿Qué le dijiste? – dije divertida cuando entramos al departamento.
Me saque los zapatos, me estaban matando y él se quito las zapatillas. Al mismo tiempo, ambos nos tiramos al sillón, cansados. Reí divertida al saltar levemente del mismo y volver a mi lugar.
- Bueno, llegue, estaba realmente sorprendido de verme. Ya que hace mucho que no subo a verlo. La luz del cielo me hace daño a los ojos. Empezamos a hablar, tomamos un poco de vino y luego empezamos a jugar ajedrez. Y como casi nunca, le gane ¿Puedes creerlo? – me dijo.
- ¿Por qué se te ocurrió hacer eso?
- ¿Qué cosa? – me preguntó.
- El acuerdo – le dije. Clavo su mirada en la mía y suspiro levemente.
- Mi hermana vino a verme – dijo. Lo mire bien.
- ¿Tu hermana? ¿Eso quiere decir que la muerte estuvo aquí en mi casa? – dije aterrada. Rió por lo bajo.
- Si, pero tranquila. Rachel es inofensiva cuando no esta en horas de trabajo, y no es siniestra y esas cosas. Te sorprendería lo linda que es. Lo único es que hace un poco más de frió cuando ella esta – me dijo.
- ¿Y que te dijo? – le pregunte. No me contesto nada.
Tome el control y prendí la tele. Estaban dando una película. Tarde unos pocos segundos en reconocerla. Era ‘Titanic’. Rose y Jack estaban en el agua helada. Temblé levemente al ver el frío que tenían.
- Esa fue una de las tantas veces que Rachel se llevo más de una vida al mismo tiempo, y en un mismo lugar – me dijo.
Lo mire e hizo una seña para que me acercara a él. Me acerque más a él y me acurruco contra su pecho, envolviéndome con sus brazos. Apoye mi cabeza en su pecho y aspire el aroma de su perfume. Volví a mirar la tele pero sin alejarme de él.
- ¿Aun no sabes lo que quieres por tu alma? – me preguntó. Sin alejarme de sus brazos me moví para mirarlo a los ojos.
- No, aun no – le dije. Su mirada abrazó la mía. Con una de sus manos acaricio mis cabellos.
- ¿Sabes? Me gusta estar contigo – dijo. Sonreí levemente.
- A mi también, me encanta estar contigo – dije.
Juro que en cualquier momento iba a besarlo. Era algo que ya no podía controlar. Estaba a punto de ser más fuerte que yo. Se inclino hacia abajo, hacia mí. Cerré los ojos levemente, esperando aquello. El maldito teléfono comenzó a sonar. Abrí los ojos y ya estaba a pocos centímetros mío. Se alejó con un gruñido. Me puse de pie y fui a contestar.
- ¿Hola? – dije.
- _____, hola – me dijo.
- ¡Austin! – lo llame al reconocerlo - ¿Cómo estas?
- Bien, bien. Dije que iba a llamarte – dijo divertido. Sonreí.
- Lo se, lo se – dije divertida.
- Te he echado mucho de menos – me dijo.
- Y yo a ti – dije enternecida - ¿Cómo te ha ido en Londres?
- Bien, pero nada es como en casa.
- Me lo imagino – le dije y me gire a buscar a Zayn. No estaba en el sillón ¿Dónde diablos estará? Lo busque con la mirada, pero no lo encontré.
- Oye, ¿Te gustaría ir a cenar mañana? – me preguntó.
Extrañada por no encontrar a Zayn, me gire para mirar al frente. Salte levemente, al verlo tan cerca de mi rostro y con el semblante tan serio.
- ¿Mañana? – dije algo confundida.
- ¿Puedes? – me dijo. La respiración de Zayn se volvió densa, pesada.
- Mmm, no lo se. Tengo que fijarme en mi agenda – le dije nerviosa – Déjame revisarlo y te llamo.
- Claro – dijo él.
Me dio un número y lo anote, pero sin dejar de mirar ni un segundo a Zayn. ¡Dios, ya me esta dando miedo!
- Te llamo luego Austin – dije divertida pero nerviosa.
- Está bien, adiós bonita.
- Adiós – lo salude y colgué.
Sin dejar de mirarlos a los ojos retrocedí levemente. Él comenzó a acercarse. Mis pies no podían detenerse, era algo que no podía hacer. Me estaba asustando, estaba logrando hacerme tener miedo. Les juro que desde que lo conocí nunca me dio miedo del todo. Pero en este momento, si lo esta haciendo.
Capítulo 14:
No pude seguir mis pasos, ya que la pared me lo impidió. El aire a mí alrededor se puso denso. Estaba tan cerca. Él podía hacerme daño sin ningún problema ¿Qué iba a hacerme? ¿Qué era lo que estaba pensando? ¡Oh, por Dios! Por un minuto me gustaría poder tener poderes. Coloco sus brazos a mis costados, impidiendo mi escape. Lo mire fijo a los ojos. Era tan poderoso y fuerte. De verdad podía lastimarme.
- ¿Qué… que sucede? – le pregunte apenas.
- Debo irme – dijo. Lo mire bien.
- ¿Qué? – dije sin poder creerlo. Apretó los dientes con fuerza y golpeo la pared con la mano – Lo siento.
- Tengo que irme, _____ – me dijo serio.
- ¿Por qué?
- Volveré dentro de 3 días, si aun no sabes que quieres por tu alma. Te quedaran 2 días más – dijo. Lo mire bien.
- No quiero que te vayas – dije.
- Debo hacerlo, preciosa – se alejó de mí y caminó hasta la habitación.
Sentí una pequeña presión en el pecho. Él no se podía ir. No quiero que se vaya. Pero mientras esta sensación esta en mi pecho, me doy cuenta de algo. ¿Qué pasara cuando no lo vea nunca más? ¿Qué va a ser de mí? Sin pensarlo corrí hacia la habitación y la abrí. Él ya no estaba.
- ¿Zayn? – lo llame.
Nadie me contestó. Por alguna razón mis ojos se llenaron de lágrimas. Había un gran vacío en mi interior. Se había ido y no me dejo abrazarlo antes de irse. ¿Por qué se fue así? ¿Habré hecho algo malo? Comencé a llorar. ¡Oh, por Dios! ¡Esto no tiene sentido! ¡No debo llorar, no tengo motivos! Me dijo que iba a volver dentro de tres días. Solo debo esperar y pensar que es lo que quiero a cambio de mi alma.
- ______, ¡________! – me llamó alguien. Rápidamente abrí mis ojos, para encontrarme con mi mejor amiga.
- ¿Qué pasó? – pregunte de repente.
- Ya son casi la una de la tarde _____ ¿Estuviste llorando? – me preguntó al ver mis, seguramente, hinchados ojos.
- No, no – dije poniéndome de pie. Entre al baño y ella fue tras mío.
- ______ , te conozco y mucho. ¡Dime porque diablos llorabas sino quieres verme enojada! – me exigió.
Diablo… Zayn. Mire a mi alrededor y él no estaba. Pensé que cuando despertara lo iba a encontrar de nuevo aquí. Pero al parecer eso no es así. Otra vez mis ojos se llenaron de lágrimas, se humedecieron. Sea me miró bien y sin pensarlo se acerco a mí a abrazarme.
- Oye, Oye, no llores – dijo sin dejar de abrazarme.
- Lo siento, es que estoy algo sensible – dije y me aleje de ella. Me miró bien.
- ¿Te hizo algo aquel hombre? – me preguntó. Sonreí levemente.
- No, él no sería capaz de lastimarme. Solo que tuvo que irse, vuelve dentro de tres días y me puse un poco triste – le dije. Arqueo una ceja.
- ______, ni siquiera lloraste cuando Austin Ames se fue a Londres – me dijo divertida. Y lo recordé a él, a Austin. Había quedado en llamarlo y no lo hice.
- ¡Austin! – dije y corrí al teléfono.
- ¿Qué sucede? – me preguntó ella y se acerco a mí. Tome el teléfono y marque su número.
- ¿Hola? – me contestó.
- ¡Austin!
- ¿_____? Pensé que te habías olvidado – dijo y rió por lo bajo.
- Lo siento tanto, pero estaba tan cansada que me olvide de todo y me quede dormida. Me acabo de levantar.
- Tranquila, no pasa nada.
- Si quieres, podemos salir a cenar mañana en la noche – le dije.
- ¿De verdad?
- Claro que si – dije y sonreí levemente.
- Paso por ti a las 10 de la noche ¿Esta bien? – me preguntó.
- Mejor imposible – le dije. Le di la dirección de casa y colgué. Me gire a ver a mi amiga. Me miro bien.
- ¿Acabas de hablar con Austin? – Me preguntó
- Si, si. Me lo encontré ayer en el centro comercial, y me pidió mi número. Ayer en la tarde me llamó y me invitó a cenar. Y como me quede dormida, no le conteste. Por eso lo llame ahora – le conté.
- ¿Así que volvió? – dijo sorprendida.
- Si, así es – le dije. Entre al baño y ella detrás de mí.
- ¿Y como está? ¿Está igual de guapo que siempre? – me preguntó. Sonreí levemente.
- Si, creo que si. No ha cambiado nada de nada – le dije. Salimos del baño y fuimos hasta la cocina.
- ______, ¿estás enamorada de nuestro nuevo jefe? – preguntó. Me gire a verla.
- No… no lo se, Sea – dije dudosa.
- ¿Y él, lo esta de ti?
- Tampoco lo sé – le dije y otra vez la melancolía volvió a mí.
- Me preocupas amiga – me dijo.
- A mi también, y mucho – mire hacia la ventana.
Necesito que vuelva, necesito verlo. ¿Qué ha hecho conmigo? Creo que quiere llevarse algo más que mi alma. Él quiere llevarse mi corazón. Creo que lo va a lograr. Cuando él se vaya definitivamente, no solo se llevara mi alma. Sino que también todo el amor que tengo para dar. Necesito hacer algo. Necesito cambiar esto que siento. Tal vez mañana en la noche saliendo de nuevo con Austin lo logre. Tal vez aun este a tiempo de salvarme. Dios quiera que este a tiempo de hacerlo.
Capítulo 15:
Termine de colocarme rímel. Dentro de cinco minutos Austin llegaría y yo aun no estaba lista. Corrí deprisa a mi habitación a buscarme un tapado. La temperatura había cambiado bastante. Hacía frió, me mire por última vez al espejo y el portero sonó. Corrí a atenderlo.
- ¿Quién es? – pregunte.
- Soy Austin – me dijo.
- Ahí bajo – dije y colgué.
Tome mi cartera y mis llaves y salí del departamento. Sea había decido irse a vivir con Jared. A eso había venido ayer a casa. Dijo que habían hablado mucho que ya era hora de la convivencia. Jamás pensé que mi rubia amiga llegaría a tanto. Pero me alegro por ella. Pasamos una linda tarde de amigas juntas, ayer. Ella siempre me hace sentir mejor. Es una gran persona.
- ¡Hola! – me dijo cuando abrí la puerta. Sonreí levemente, y me acerque a él para saludarlo – Luces hermosa.
- Gracias – le dije divertida – Tú no te quedas atrás.
- ¿Vamos? – preguntó.
- Claro – dije y tome su brazo.
Pronto estuvimos en un lindo restaurante. Se acercó a mí y me ayudo a quitarme el abrigo y a sentarme. Sonreí levemente y le agradecí. Él se sentó frente a mí y pronto vino un mozo. Nos entrego el menú.
- ¿Qué quieres comer? – dijo.
- Mmmm, no lo se – dije sin dejar de mirar las cosas.
Una punzada comenzó a formarse en mi estomago. Era un dolor terrible. Solté la cartilla y tome mi panza con una mano. Austin me miró bien. Yo también lo hice. Se veía algo borroso.
- ¿______? ¿Estás bien? – me preguntó.
Asentí levemente. Algo se movía con fuerza dentro de mi panza y estaba haciendo estragos conmigo. Sin pensarlo mucho me puse de pie. Austin me miró bien.
- Voy al baño – le dije más que mareada.
- ¿Quieres que te acompañe? – me preguntó.
- No, no – le dije rápidamente – Solo pide por mi
Más que apurada me dirigí al baño. Para mi suerte no había nadie allí. Me acerque a uno de los retretes y me agache para vomitar. Abrí mi boca, porque la sensación de hacerlo me estaba matando, pero nada salió. Me puse de pie y me pare frente al espejo. Abrí la canilla y lave mi cara con agua fría. Otra vez las ganas de vomitar vinieron a mí, pero ya no podía girarme al retrete. Baje mi cabeza hacia el lava manos. Una mancha se formo en el espejo. Como si eso hubiera salido de mí. Pronto tomó forma.
- ¿Se puede saber que diantres haces aquí? – me preguntó. Lo mire bien.
- ¿Zayn? – dije sin poder creerlo.
Estaba del otro lado del espejo. Lo mire detenidamente. Sus ojos no estaban mieles, sino que eran rojos. Rojos como el fuego. Mire su cuerpo. Estaba lastimado, golpeado, herido. Volví a sus ojos.
- ¿Qué… te sucedió? – le pregunte aterrada.
- Tranquila, solo jugaba con mis hermanos – me dijo.
- ¿A eso le llamas jugar? ¿Dónde estás?
- En mi casa
- ¿Qué haces aquí?
- ¡Me voy por dos días! ¡Solo dos días! ¡Ya sales con ese imbécil! – me dijo enojado.
- ¡Tú te fuiste! ¡Y ahora me vienes a… a hacer una escena de celos! ¿Detrás de un espejo? ¿Qué es lo que quieres de mí? – le pregunte nerviosa.
Me miro fijo a los ojos. Su respiración era agitada. Al parecer estaba enojado por algo más. Mire su piel, estaba más roja de la normal. Parecía arder. Volví a sus ojos. Eran tan raros.
- ¿Por qué tienes los ojos rojos? – le pregunte.
- Cuando juego con mis hermanos, mis poderes se salen de control. Alterando el color de mis ojos y haciendo que mi piel queme – me contestó.
- ¿Y tu pacto con Dios? – dije al recordar eso.
- Al Diablo con ello, no tengo nada de bueno dentro – me dijo. Lo mire espantada.
- ¿Qué significa eso? ¿Tendrás que vivir por siempre y para siempre en el infierno?
- Así es, preciosa – me dijo. Negué con la cabeza efusivamente.
- No, no por favor – le dije desesperada. Me miró bien.
- ¿Por qué? – me preguntó.
- No, no puedes – dije mientras otra vez mis ojos se humedecían por él.
- ¿Por qué no puedo? ¿A quien diablos le puede importar el Diablo? – dijo lleno de resentimiento.
- A mí – le dije rápidamente – A mi me importas y mucho.
Capítulo 16:
Se quedó callado, mirándome fijamente. Su respiración era pesada, se podía oír perfectamente. Volví a mirar las heridas de su cuerpo, parecían algo así como arañazos, mordisco y golpes. Volví mi mirada a sus ojos.
- Debo irme – me dijo de repente.
- ¿Vendrás mañana? – le pregunte.
- Sí – me contestó.
- ¿Me lo prometes? – le dije. Me miró fijo, serio.
- Yo no prometo nada, solo cumplo lo que digo.
- Zayn – lo llame.
- ¿Qué?
- Te extraño – susurre levemente.
Levante mi mano y la apoye sobre el frió espejo que estaba frente a mí. Apoye mi mano justo frente a su pecho, pero sabía que no podía tocarlo, que no lo estaba haciendo.
- Hasta mañana, preciosa – me dijo.
- Hasta mañana – dije y desapareció.
Alguien tocó la puerta del baño. Recordé donde estaba y con quien. Me acomode un poco y decidí salir. Era uno de los mozos. Me miró bien y yo a él.
- ¿Sucede algo? – le pregunte.
- No, nada señorita. Solo que el señor que venia con usted me pidió que le dijera que lo perdonara, pero se tenía que ir – me dijo. Fruncí el ceño.
- ¿Qué? – dije.
- Si, me dejó esta nota para usted – dijo y me entregó un papel.
Tome el papel y el mozo se fue. ¿Por qué se habrá ido así? ¿Habré tardado mucho? Sin seguir dando vueltas abrí el papel.
Siento haberme ido así, ______. Pero llamó mi madre, mi hermana Clara esta muy mal, la internaron de urgencia. Luego te llamo para contarte todo con detalles. Lo siento de verdad. No quería que esto quedara así. Sabes que te quiero mucho y que me encanta estar contigo. Hablamos otro día, bonita.
Con cariño. Austin.
¡Oh, dios! Espero que Zayn no tenga nada que ver con esto. Porque si eso llega a ser así, y a la hermana de Austin le sucede algo, el señor Diablo va a conocerme. Tome mi abrigo y salí de aquel restaurante. Lo mejor era volver a casa. Todo había sido un desastre. ¿En que problema me metí, dios mío? Debí escuchar a mi amiga cuando me dijo que no subestimara a lo que no conocía. Debí retractarme de mis palabras. Pero si no lo hubiese dicho, tal vez jamás hubiese conocido a Zayn Una fría brisa subió por mi espalda, mientras caminaba por la calle. Mi piel se erizó por completo. No era un frío normal. Era un frió extraño. Nunca había sentido algo así.
- Tranquila, no te asustes – me dijo. Mi corazón casi se salió de lugar cuando una mujer se paró frente a mí – Lo siento, no quise asustarme.
La mire bien. Era una mujer alta de cabellos negros y ojos aceitunados. Su piel era blanca como la nieve. Comencé a temblar levemente. Era un frío horrible. Jamás había sentido uno así. Recordé las palabras de Zayn. Rachel es inofensiva cuando no esta en horas de trabajo, y no es siniestra y esas cosas. Te sorprendería lo linda que es. Lo único es que hace un poco más de frió cuando ella esta.
- ¿Rachel? – le dije por lo bajo.
- Se nota que Zayn te ha hablado de mí – me dijo sonriente.
La mire sin poder creerlo. Tengo a la muerte frente a mí. Esto no era posible. Retrocedí unos pasos. Ella rió por lo bajo.
- Tranquila, ______. No voy a hacerte daño. No estoy en horas de trabajo, y además a ti te falta todavía – dijo.
- ¿Qué… que haces aquí? – le pregunte luego de unos segundos.
- ¿Por qué mejor no vamos a tu casa o ha otro lado? No creo que quieras que te vean hablando con la nada en medio de la calle – me dijo.
- ¿Con la nada? – pregunte.
- Yo tengo el poder de hacer que solo la persona que yo quiera me vea. Y en este caso tú eres la única que lo esta haciendo – dijo.
Asentí levemente y comenzamos a caminar. El molesto frío aun no se había ido de mí. La mire de costado. Zayn tenía razón. Ella no es siniestra y nada de esas cosas. Es más, es muy bella. Y si la miras bien es algo parecida a Zayn. Llegamos a mi departamento, entramos. Le pregunte si quería algo de tomar, me dijo que no. Nos sentamos a la mesa. Ella frente a mí.
- ¿Qué pasó? – le pregunte luego de unos segundos de silencio. Ella acomodo su garganta y miró a su alrededor.
- Si mi hermano se llega a enterar que vine a verte, se enojara mucho conmigo y será capaz de no hablarme por un millón de años – me dijo. Reí por lo bajo.
- Tranquila, yo no le diré nada – le dije.
- Estoy preocupada por Zayn – dijo. Fruncí el ceño.
- ¿En que sentido?.
- En todos los sentidos.
- ¿Por qué?
- Mi hermano es el Diablo, ______. Jamás ha conocido lo que es el amor, jamás se ha preocupado por alguien que no sea él. Bueno tal vez si, cuando nací yo. Pero a lo que me refiero es que nunca lo había visto tan perturbado – me dijo.
- ¿Quieres decir que él tal vez este mal por mi culpa? – le pregunte.
- No, no por tu culpa – dijo y se acercó un poco más a mí para bajar la voz – Creo que has despertado algo dentro de él. Algo que desconoce y por lo cual esta confundido.
- ¿Qué tengo que hacer?
- Sabes que ha hecho un pacto con el Creador, ¿verdad? – me dijo.
- Si, lo se. Y es una locura.
- También lo creo. Pero _____, eres la única que puede despertar eso bueno que Zayn tiene dentro.
- ¿Cómo lo hago? – Dije
- Arriésgate. Al diablo con las reglas de Dios, _____. Él mismo creo las reglas del amor, y si él mismo las prohíbe se está contradiciendo – me dijo.
- ¿Qué debo hacer?
- Lo que sientes. Cuando lo tengas al frente y creas que es hora de despertar lo bueno dentro de él, haz lo que te diga tu corazón – dijo y se puso de pie. Yo también lo hice – Ahora debo irme, ya es hora para Clara Ames.
- ¿Qué? – dije sin poder creerlo.
- Esa niña esta sufriendo, _____. Debo llevármela – me dijo.
- Zayn no tiene que ver en esto ¿Verdad? – le pregunte.
- Para nada. Zayn no se interpone en las muertes. Solo yo y Dios – dijo.
Asentí levemente. Sabía todo lo que Austin iba a sufrir por esto.
- ¿Será rápido? – le dije. Se giro a verme.
- No sentirá nada – me dijo.
- Gracias Rachel – dije. Sonrió levemente.
- Es un secreto – susurró.
- ¿Qué cosa? – le pregunte.
- Zayn nunca tuvo debilidades, pero ahora si tiene una – me dijo.
La mire extrañada.
- ¿Cuál?
- Tú...
Vanessa.
Re: Donde vas tu, va el fuego {Zayn Malik y tu} [HOT] ¡TERMINADA!
haaaaaaaaaaaaaaaa que bello siguelaaaaaaaaaaaa
patricia_1D_
Re: Donde vas tu, va el fuego {Zayn Malik y tu} [HOT] ¡TERMINADA!
Te gusto? otro día la sigo ¡Gracias por leer! :hug:patricia colmenarez escribió:haaaaaaaaaaaaaaaa que bello siguelaaaaaaaaaaaa
Vanessa.
Re: Donde vas tu, va el fuego {Zayn Malik y tu} [HOT] ¡TERMINADA!
SIGUELAA JIJIJI NO ME DEJES ASÍ
Aroha.
Re: Donde vas tu, va el fuego {Zayn Malik y tu} [HOT] ¡TERMINADA!
Ahora la sigo... :)arohagy escribió:SIGUELAAAAAAAAA BRBRBRBRB
Vanessa.
Re: Donde vas tu, va el fuego {Zayn Malik y tu} [HOT] ¡TERMINADA!
jajajajajaja te dejo con el moco, no?arohagy escribió:SIGUELAA JIJIJI NO ME DEJES ASÍ
Vanessa.
Re: Donde vas tu, va el fuego {Zayn Malik y tu} [HOT] ¡TERMINADA!
Si, ya la seguiré ^^arohagy escribió:Siguela erhiarhasrd
Vanessa.
Re: Donde vas tu, va el fuego {Zayn Malik y tu} [HOT] ¡TERMINADA!
Holaaaa, ya estoy de vuelta *-* Dios, podrías hacerme un favor?
DirectionerPaulita-
Re: Donde vas tu, va el fuego {Zayn Malik y tu} [HOT] ¡TERMINADA!
Amé esta parte:
- Zayn nunca tuvo debilidades, pero ahora si tiene una – me dijo.
La mire extrañada.
- ¿Cuál?
- Tú...
- Zayn nunca tuvo debilidades, pero ahora si tiene una – me dijo.
La mire extrañada.
- ¿Cuál?
- Tú...
DirectionerPaulita-
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