Freaks and Geeks

El instituto Mckinley curso del ochenta y uno en un suburbio de la ciudad de Detroit. Los freaks son mayoritariamente malos estudiantes que hacen pellas, que los estudios les traen sin cuidado y son bastante problemáticos. Por otra parte están los Geeks distinguidos por ser un tanto antisociables y tener unas altas calificaciones.
Después de la muerte de su abuela Lindasay se plantea su rumbo en la vida llevándola a cometer errores y aprender de ellos, dejar de ser tan encerrada y saber disfrutar de la vida mientras que su hermano Sam intentará seguir sobreviviendo al primer curso de instituto.
Muchos dicen que una muerte puede cambiarte, otros piensan en que es un símbolo que significa

helou:

La chica de pelo moreno admiraba la fotografía apenada mientras dejaba que el aire frío procedente de la calle entrara por su ventana enfriando la habitación. Su mirada estaba fija en el trozo de papel fotográfico perfectamente cortado que sujetaba con sus dedos, una lágrima húmeda se apoya sobre este, seguida de otras sin emitir sonido tan solo el de su respiración agitada.
En la fotografía se podía ver a una anciana de avanzada edad con gafas grandes sentada en una silla y a su lado una jovencita de no más de once años a su lado sonriendo para la foto, eran ella y su abuela. La misma que hace unas semanas murió.

Para la joven de apenas dieciseis años está suponiendo toda una revolución en su mente, sus pensamientos se contraversan y su corazón le pide que siga al destino, que intente olvidar y siga adelante. Pero la misma palabra que su abuela le dijo aquél día resonaba en su cabeza; Nada.

Hoy le tocaba a Lindasay cuidar a su abuela, estaba resultando bastante aburrido además de ver uno de los culebrones repetidos que su abuela no parecía cansarse de ver con sus gafas de alta graduación. Le pidió permiso para salir de la habitación hasta la sala de estar para poder airearse y tomar un café para llevar.

Apenas había tardado cinco minutos cuando llega y se encuentra a su abuela en el suelo. El café cae al suelo salpicando a su alrededor y al morena corre hasta donde su familiar reposa. Tenía la mirada perdida y no podía hablar, temblaba de miedo mientras le agarraba la mano con sus dedos arrugados. Empieza a gritar pero nadie parece escucharla.

— Tranquila nana, todo va a salir bien —le dice apoyando la nuca de la anciana sobre su muslo y acariciándole la cara para tranquilizara mientras ella le extorsionaba la mano.
— No —responde firme y Lindasay frunce el ceño.
— ¿Puedes ver a dios o el cielo, una luz o algo?
— No, no hay nada —dice sentenciando con sus últimas palabras.


Su abuela, un ama de casa buena y respetada en su comunidad. Una persona que siempre ha seguido la ley sin saltarse ninguna norma, siendo amable como enfermera y caritativa con los menos necesitados, mujer de un solo hombre y a misa los domingos. Una buena mujer durante toda la vida y al final, nada es lo que obtuvo.

Entonces si hagas el bien o el mal cuando mueres simplemente mueres, ¿qué más da romper algunas normas?
Por que no vivir un poco y dejarse de estupideces, ir a misa para que te saquen el dinero o portarte bien en clase.

Después de esa reflexión en su propia cabeza la morena le coge el abrigo viejo militar a su padre y baja a desayunar.
Quería experimentar, vivir y contarlo. Si nada es lo que obtienes, nada es lo que vas a dar.