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"Decisiones Difíciles(Nick Jonas y Tú)"
O W N :: Fanfiction :: Fanfiction :: One Shot's
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"Decisiones Difíciles(Nick Jonas y Tú)"
por Rocio_Jonas Sáb 03 Mar 2012, 5:50 pm
Nombre: Decisiones Difíciles
Autor: Rocio_Jonas(Roci)
Adaptación: No
Género: Drama, Romance
Advertencias: Es muy triste
Otras Páginas: No
Las decisiones y las vueltas de la vida, son razones por las que vivimos determinados momentos en la vida, los cuales se convierten - algunos hermosos y otros dolorosos - recuerdos, que no podemos olvidar pero que con el tiempo - sí es que así lo queremos - se vuelven parte de nuestro placar de recuerdos, en donde - con el tiempo - se cubren de polvo y cuyas puertas, se abrirán cuando estemos preparados para volver a recordarlas y lograr comprender los hechos - que en su momento - no fuimos capaces de comprenderlas.
Recuerdo que fueron tres veces en que - por razones del destino - él se cruzo en mi camino, y se convirtió en mi más anhelado deseo y sueño; cuando creí que sería feliz con él para toda la vida, tuvo que ocurrir una tragedia... y aunque intente recordar todo lo que paso para comprender del por qué sucedió, entiendo que ya no puedo remendar nada como él si lo puede hacer.
La primera vez, fue cuando cursábamos la primaria y la secundaría. Él cursaba conmigo en todas las clases, y siempre estaba sentada detrás de él, creyendo que algún día se daría la vuelta y me vería con sus ojos cafés, cuyo cabello enrulado tenía el mismo color, y que aquellos labios rosas y carnosos por naturaleza, dirían un: "Hola" o tal vez un "Hola, ___"; creyendo en lo que mi cabeza - llena de ilusiones - decía, haciendo creer a mi corazón que por lo menos sabia mi nombre. Siempre estaba atenta a lo que hacía, decía o dejaba de hacer; aunque en cada ocasión, debía de disimularlo porque no quería que él supiera la verdad de que yo lo amaba con locura. Esa fue mi primera decisión en mi vida, la de mantener en secreto lo que sentía por él.
Muy pocas veces lo vi observándome, y solo lo hacia por mi torpezas o por las bromas de sus amigos, que siempre me utilizaban como punto blanco para sus bromas, y solo porque no era como ellos ni como las chicas del colegio.
También fuimos juntos en la secundaría. Todos decían que había cambiado en todo los sentidos, pero parecía que él no lo percibía o no lo notaba, y era porque ya tenía a su "adorada princesa" sacada de los cuentos de hadas. Aún así, seguía observándolo, seguía viendo lo que hacía, decía o saber lo que le gustaba más; por ejemplo, sabía que tenía una banda, en la que él era el vocalista, y que amaba tocar la guitarra, el piano y la batería. Y lo peor de todo, era que seguía enamorada de él, pero como siempre... amándolo en secreto. Mientras que él, amaba a otra chica que no era yo, sin darse cuenta de mi presencia, de lo que mi silencio decía con cada palabra que él conocía.
Recuerdo un momento en particular, estábamos a mitad de año para terminar la secundaria, y yo estaba perdidamente enamorada de él, escribiendo con tinta y papel todo lo que sentía por él. Un día, cuando todos salimos para volvernos a casa, sin querer me chocó... haciendo que mis libros y cuadernos, cayeran sobre el suelo.
- Disculpa, no te vi -. Dijo agarrando mis cosas para entregármelas. Fue la primera vez que sus ojos cafés me vieron fijo a los ojos, y en ese momento solo supe asentir tímida y aturdida, bajando la mirada por no poder soportar sentir que mi corazón gozaba de felicidad.
- No te preocupes... siempre pasa lo mismo -. Respondí agarrando los libros y cuadernos, los cuales contenían las cartas que jamás pude entregárselas ni siquiera en anonimato, cuyo contenido decía mis sentimientos hacia él. Él las observo mientras las volvía a guardar en su lugar, pero no dijo nada con respecto a eso.
- Bueno, adiós... te veo pronto -. Inquirió sonriéndome, y ahí caí en cuenta de que no era un sueño, sino que era la realidad. Él me había sonreído, hablado y visto a los ojos en un día. ¿Qué más podía pedir?, con ese día fui feliz todos los días que le restaban a ese año, aunque con esperanza, esperaba que cumpliera la promesa de que me viera pronto... pero ese pronto, nunca llegó -. ¡Y nuevamente, discúlpame por haberte chocado! -. Gritó corriendo hacia su auto, en que estaban sus amigos y su adorada novia, tocando la bocina hasta que él llegó hacia ellos.
Como anonada, me quede en el medio del pasillo - en el cual ya no había ni un alma - pensando y sonriendo sin evitarlo por sus palabras y por esa sonrisa, que me había hecho tan feliz sin que él se percatara de eso.
Cuando terminamos el año, en el acto de egresados - apuesto sin equivocarme - que él había sabido mi nombre cuando la directora me llamo para recibir la medalla y el diploma, dejando de preguntarse de quien se trataba esa chica que una vez había chocado, tirando todas sus cosas al suelo. En la noche de ese mismo día, era la fiesta de egresados, en la que todos disfrutaron con sus amigos y compañeros; aunque no todo termino como empezó. Aun lo recuerdo. Había entrado a la fiesta con mi vestido blanco, que caía al suelo con una tela suave que se adaptaba al calor de esa noche de verano, cuya misma tela casi se ajustaba a mi cuerpo. Obtuve la mirada de todos, inclusive la mirada de él. Cuando había decidido ponerme ese vestido, no fue para lucirme hermosa, sino que lo use porque una vez había sido de mi madre... pero como todo, a nadie le importo el significado de ese hermoso vestido y tampoco lo que para mí significaba.
En esa fiesta, me mantuve escuchando la música que pasaba el DJ. y viendo como bailaban las mismas, nuestros compañeros. Tan distraída que estaba, no me percate de que sus amigos estaban detrás de mí con el ponche entre sus manos; el cual - segundos después - lo sentí sobre mi cuerpo, arruinando por completo el vestido de mi madre. Todos se reían y con mis ojos inundados de lágrimas los observe... y te mire fijo a los ojos. No lloraba porque se reían de mí, sino porque habían arruinado el único recuerdo de mi madre. Me mantuve viéndolo a los ojos, y en ningún momento vi una minuciosa risa en sus labios, por el contrario, veía que sus ojos me pedían perdón por algo que él nunca hizo... pero aún así, me pidió disculpas con su dulce mirar. Sin embargo, con mi mano en un puño mire a su mejor amigo, quien siempre me hacia las bromas - pero en esa vez - no permití que se burlara de mí, no podía dar por alto a lo que le había hecho al único recuerdo de mi madre; por lo que desarme el puño y lo abofetee con todo mi dolor.
Después de eso, sequé mis mejillas y me fui del lugar. Camine en esa noche hasta la plaza central de la ciudad, y con mi vestido purpura - a causa del ponche - me senté en uno de los columpios y comencé a columpiarme con mis ojos cerrados. No los abrí hasta sentir que ya no me columpiaba por mi cuenta, sino que alguien más lo estaba haciendo por mí. Voltee a ver y era él, que estaba dejando de columpiarme para sentarse en el columpio que estaba a mi lado. No dijo nada y yo tampoco, no podía pronunciar ninguna palabra... solo repetía su nombre en mi mente mientras lo observaba. No podía dejar de pensar que me volvía loca de amor, y lo peor, es que no podía decirle mis sentimientos... tuve miedo a que me rechazara y no quería pasar por algo así, porque sabía que sería una herida difícil de curar. Esa fue mi segunda decisión en mi vida: No Declarar mi amor por él.
Mientras lo miraba de perfil, él sonreía y no sabía por qué. No le pude preguntar, pero pensé que era por estar así... mojada en ponche y llorando como una niña enfrente de él. Tenía sentido que fuera así, pero deje de pensarlo cuando él me miro por milésima vez.
- _____ -. Dijo levantándose del columpio y retirarse con sus manos dentro de los bolsillos de sus jeans, mientras llevaba un saco azul con una remera blanca con escote en V. Estaba hermoso y no podía hacer nada, más que verlo retirarse. Lo vi retirarse mientras en mi boca se rompían las palabras que quería decirle. Pero había tomado la difícil decisión de callar mi amor por él, y así debía que cumplir... aunque mi corazón doliera por dentro, tenía que callar.
Desde aquella noche, pasaron años en que no lo volví a ver en mi vida. Cuando creí guardar mi amor por él y todos los recuerdos de él en un placar de recuerdos, las puertas de estos se abrieron cuando menos lo pensé y cuando lo menos esperé volverlo a ver en mi camino.
Por segunda vez, se cruzo en mi vida sin previo aviso. Fue todo tan de repente, que ni siquiera lo pude asimilar. Recuerdo esa vez, aun lo recuerdo. Estaba por los años finales de terminar la universidad - y a diferencia de la primaria y secundaria - tenía a muchos amigos que me querían demasiado; entre ellos, estaba mi mejor amigo... quien siempre me invitaba a sus fiestas y a pasear con su compañía.
En una fiesta organizada por él, lo encontré a él... al amor de mi vida. Cuando llegue a su casa, lo salude como cada vez que lo visitaba; él me invitó a entrar y cuando lo encontró con la mirada entre toda la multitud, me dijo que él era de quien tanto me hablaba, y cuando lo vi fijamente a los ojos, no pude creerlo porque lo había creído perdido, olvidado... pero me di cuenta de que no era así.
Ambos nos vimos, él fue quien me saludo con un beso en la mejilla para luego sonreírme. Mi mejor amigo tuvo que irse en ese mismo instante, ya que uno de sus invitados había derramado vino en su sillón nuevo; por lo que me había quedado sola... pero con él. No sabía que decir, pero él fue quien me tomo de la mano y me llevo hasta fuera de la casa. Nos quedamos cerca de la piscina, en cuyas aguas se reflejaba la noche y nuestras figuras.
- Desde la fiesta de graduación quise verte de nuevo -. Dijo, con sus manos dentro de sus bolsillos de su jeans. Lo observe absorta y sorprendida con su confesión -. No puedo dejar de pensar que tuve que pedirte perdón por lo de esa noche -. Inquirió y me miro fijo a los ojos, aquellos que me observaban de una manera que no podía definir ni identificar -. Yo sabia que te iban hacer... y no dije nada al respecto...
- Es parte del pasado, Nocholas -. Me atreví a decir y él sonrió, haciendo que hiciera lo mismo -. Ya no importa... lo importante es que... yo también, muchas veces, desee volverte a ver -. Confesé mirando la noche estrellada, mientras que lo observaba por mi rabillo de mi ojo.
- En esa misma noche... deje a Sophie -. Me dijo poniéndose enfrente de mí, mientras sentía que sus cálidas manos sujetaban las mías. Se sentían más tibias de lo que me había imaginado, y así me paso cuando lo observe con detenimiento. Su rostro era cálido y hermoso... tanto que se me hacia difícil creer que él estuviera ahí, enfrente mío.
Su mano derecha dejo de sujetar mi mano, para tocar - con su dedo índice - mi mentón. Me pregunte que estaba haciendo, pero solo vi que su rostro se acercaba cada vez más al mío. Solo cuando sentí sus húmedos labios sobre los míos, supe que me estaba besando. Mi reacción fue corresponderle, rodeando su cuello con mis brazos y él mi cintura. Mantenía mis ojos cerrados, permitiendo a mis otros sentidos que gozaran de lo que percibían de él. Solo cuando se separo de mí para que respiráramos un poco de aire, abrí mis ojos... viendo a ese Nick que me había enamorado con solo verlo una vez y mil veces más.
Desde entonces, estuvimos juntos... pero nunca me susurro un "te amo", el cual esperaba que dijeras antes de que durmiera en su pecho, luego de tres meses juntos. Al día siguiente, ya no estaba más y amargamente, vi el mundo oscuro y frío. Él se había ido, se había llevado todo lo que pude darle y se fue. Con dolor lo odie como nunca creí odiarlo, más que amarlo; le pregunte a mi mejor amigo sobre él, pero solo supo decirme que se había ido con un cuaderno con algunos sobres de colores, y comprendí al instante que se había llevado lo que nunca pude quemar para olvidarlo.
Luego de cinco años, en que ya todo esta en la normalidad... y en que estaba en una de las mejores etapas de mi vida con respecto a los negocios, volvió a cruzarse en mi camino. Por tercera vez, el destino decidió devolverme lo que se había llevado... y nunca pude preguntarle al destino del por qué hacia eso, del por qué jugaba con mis sentimientos de esa manera.
Recuerdo que estaba en una plaza, paseando a mi cachorro - el cual me lo había regalado mi mejor amiga en mi cumpleaños - cuando vi que una mano me extendía un sobre de color purpura. Alce la mirada y al instante mis ojos se inundaron de lágrimas una vez más. pero te mire con odio... el cual desapareció cuando mi dormido amor despertó. Se sentó a mi lado y me volvió extender e sobre, el cual acepte y lo leí. Su contenido hizo que mi corazón diera un vuelco... era tan hermoso todo lo que él me había escrito que no pude responder de otra manera que abrazarlo como siempre quise estar junto a él, siempre abrazados... sintiendo su contención y su amor por mí. Pero aun así, quise una explicación.
- Tuve miedo... y aun lo tengo -. Dijo sin verme a los ojos, pero pude ver como estos se inundaban de lágrimas -. Tuve miedo de que me dejaras al saber la verdad... al saber que sufro de Diabetes -.Inquirió y me miro a los ojos. Solo me mantuve viéndolo sin decir nada, aunque deseaba decir muchas cosas -. Dependo de la insulina de por vida... _____ -. Finalizo acariciando mi mejilla cuando vio que comencé a llorar.
- ¿Pero... por qué creíste eso, Nick? ¿Por qué te fuiste sin siquiera decir que sufrías una enfermedad? -. Pregunte entre sollozos, temiendo en lo más profundo de mí lo que respondería.
- Esa noche tuve una taque, y había olvidado la insulina en casa...
- No lo vuelvas hacer... No me dejes otra vez, Nick -. Lo interrumpí, abrazándolo por su pecho mientras que él me acariciaba la espalda.
- No lo haré...
Era confortante tenerlo a mi lado y aun más abrazándolo. No me cabía en la cabeza que él estuvo a punto de... fallecer mientras yo lo odiaba por mal interpretar las cosas, pero él había provocado eso.
- No quise dejarte, pero tuve miedo -. Me susurro mientras tomaba mi mano -. Pero cuando estuve al borde de morir... recapacite. No sé si es demasiado tarde, pero no puedo morir sin antes vivir una vida contigo.
Finalizó y yo lo bese con las lágrimas que se mezclaban con las de él; lo mire y no pude callar más...
- No es demasiado tarde para que estés conmigo...
- Te amo -. dijo interrumpiéndome, y cuando lo mire volvió a decir a gritos:-. ¡Te amo!
Grito a los cuatro vientos. No era necesario que lo hiciera, pero de todos modos... me enamoro aun más. En ese día le hice prometer que nunca más me dejaría, que se quedaría a mi lado por una eternidad... Y así lo hizo, pero nunca supimos que quien no cumpliría esa promesa... sería yo.
Él siente el viento abrazarlo por las mañanas, yo solo puedo ser parte de ese viento; cuando intento decirle algo, la brisa es quien le habla; cuando quiero volver a sentir su calor, ya no siento nada; cuando respira, puedo decir que soy el aire que respira... pero no puedo decir que lo sienta cuando mi corazón latía; cuando mi sangre fluía como las aguas de las cataratas; cuando mi piel y mi cuerpo emanaba un calor cálido; cuando mis labios estaban húmedos y sentían la protección de los suyos.
Cada vez que intento tocar sus manos... no siento nada, nada que me dijera que todo volvió a ser como antes. Él no esta solo, recuerdo que antes de irme... le deje algo maravilloso de mi parte.
- No no dejes... me lo prometiste ____
- Ya viví lo suficiente, Nick...
- No es verdad... ni siquiera llegamos a vivir cincuenta años, ____
- Nick, no llores... Ya es mi hora, y no puedes venir conmigo
- Pero yo si lo quiero, iré contigo hasta el fin del mundo... pero siempre juntos. Como lo prometimos
- Solo fueron palabras, Amor
- Para mí no fue eso...
- Amor... amor -. Le dije secando sus mejillas. Las agujas clavadas en mi antebrazo me dolían en cada movimiento, pero quería sentir por ultima vez su cálido rostro -. No puedes morir conmigo... no puedes -. Le insistí, pero él solo negaba con su cabeza, cuyo rulos se veían hermosos en cada movimiento -. Hay alguien que te necesita... tienes que ser fuerte y cuidar de él
- Pero...
- Te... -. Respire hondo, él aire ya me estaba faltando. Sabía que en cualquier momento me iría, pero tenía que terminar mi promesa -. Te prometo que siempre estaré... no me podrás ver y él tampoco... pero ahí estaré... seré el aire que respiran y la brisa que los despierte en cada amanecer. Te lo prometo...
- No... No, ____... Aún no me dejes...
Sus lágrimas rodeaban y empapaban su rostro. Sujetaba mi mano... pero mi cuerpo ya no respondía y mi alma era quien estaba observándolo todo. Vi como los doctores maltrataban a mi cuerpo sin vida con sus electrochoques, pero no había respuestas... mi corazón dejo de latir y morí a las 9 p.m. según los doctores. Nick entro en llanto y deseando que todo fuera un sueño... pero no lo era.
- Te amo.... te amo, mi amor
Sus labios besaron mis labios, y sentí como mi alma había sentido ese electrizan te beso sobre los labios de mi alma. Creí estar viva por un momento... pero mi alma estaba fuera de mi cuerpo, solo había sido un efecto de despedida. Él lloraba sobre aquel cuerpo sin vida, y antes de irme para ver a mi pequeño bebé, pose mi mano sobre su hombro y así él se volteo hacia atrás, en donde mi alma estaba. Sonreí... sabia que él me presintió y que sabía que estaba ahí, como lo prometí.
Camine, viendo a todos corriendo alrededor mío. Parecía que iba en cámara rápida, mientras que yo solo quería llegar hacia mi bebé. Cuando llegué en donde estaban todos los recién nacidos, vi a mi bebé... quien sonreía con su dedo pulgar en su pequeña boquita. Sabía que mi bebé si pudo verme, porque sus ojos destellaban y me miraban fijamente... deseaba volver a mi cuerpo y poder vivir con locura la vida, pero había sido mi decisión la que me llevo a ese momento. Mi bebé estaba en peligro de morir y yo también. Había dos posibilidades, salvar mi vida o la de mi bebé. Nick quería decidir por mí, y sabía que iba a elegir mi vida aun así le doliera saber que no íbamos a tener nuestro bebé. Pero yo tome la decisión y fue tener a mi bebé, dar mi vida por la de él. Estaba a dos semanas de tenerlo... ya había pasado muchos meses sintiéndolo dentro de mí y manifestándose en cada patadita. Yo no podía darle muerte... ninguna madre, en sus cabales, puede darle muerte. Me dolió la decisión. Fue la más difícil de todas... pero siempre siento que fue lo mejor, aun así no pude estar presente como Nick cuando lo ayudo a dar sus primeros pasos o cuando comió su primera papilla; cuando dijo sus primeras palabras, las cuales fueron papá y mamá; cuando le crecieron los primero dientes; cuando comenzó el jardín y su primer clase en primer grado; y cuando se les cayeron los primeros dientes de leche... entre otros. Pero siempre cumplí mi promesa, la de estar a su lado, protegiéndolos de todo mal.
"En todo momento hay que disfrutar de la vida, uno nunca sabe cuando será la última despedida. Cada decisión toma un rol en la vida, y esta no deja de dar vueltas... es como una bolita que gira en la ruleta de la suerte, en que nunca se puede saber en que numero acabara por quedar. La vida es una fortuna y tiene tantos momentos, que siempre hay que asimilarlos y nunca hay que dejar nada pendiente, todo lo que se tenga que decir o hacer, que se haga en el momento y no que acabe en un "mañana". Tiene que ser en el día, y agradecer por despertar cada mañana y vivir con alegrías, aunque haya malos días, hay que sonreír por tener la suerte de la que otros no tienen"
Espero que les guste este Short. Estoy pensando en hacer una segunda parte... pero no lo sé, espero que me puedan ayudar en esa decisión. Gracias por leer :). Es mi primera vez que hago un Short. Besos
Autor: Rocio_Jonas(Roci)
Adaptación: No
Género: Drama, Romance
Advertencias: Es muy triste
Otras Páginas: No
Decisiones Difíciles
Las decisiones y las vueltas de la vida, son razones por las que vivimos determinados momentos en la vida, los cuales se convierten - algunos hermosos y otros dolorosos - recuerdos, que no podemos olvidar pero que con el tiempo - sí es que así lo queremos - se vuelven parte de nuestro placar de recuerdos, en donde - con el tiempo - se cubren de polvo y cuyas puertas, se abrirán cuando estemos preparados para volver a recordarlas y lograr comprender los hechos - que en su momento - no fuimos capaces de comprenderlas.
Recuerdo que fueron tres veces en que - por razones del destino - él se cruzo en mi camino, y se convirtió en mi más anhelado deseo y sueño; cuando creí que sería feliz con él para toda la vida, tuvo que ocurrir una tragedia... y aunque intente recordar todo lo que paso para comprender del por qué sucedió, entiendo que ya no puedo remendar nada como él si lo puede hacer.
La primera vez, fue cuando cursábamos la primaria y la secundaría. Él cursaba conmigo en todas las clases, y siempre estaba sentada detrás de él, creyendo que algún día se daría la vuelta y me vería con sus ojos cafés, cuyo cabello enrulado tenía el mismo color, y que aquellos labios rosas y carnosos por naturaleza, dirían un: "Hola" o tal vez un "Hola, ___"; creyendo en lo que mi cabeza - llena de ilusiones - decía, haciendo creer a mi corazón que por lo menos sabia mi nombre. Siempre estaba atenta a lo que hacía, decía o dejaba de hacer; aunque en cada ocasión, debía de disimularlo porque no quería que él supiera la verdad de que yo lo amaba con locura. Esa fue mi primera decisión en mi vida, la de mantener en secreto lo que sentía por él.
Muy pocas veces lo vi observándome, y solo lo hacia por mi torpezas o por las bromas de sus amigos, que siempre me utilizaban como punto blanco para sus bromas, y solo porque no era como ellos ni como las chicas del colegio.
También fuimos juntos en la secundaría. Todos decían que había cambiado en todo los sentidos, pero parecía que él no lo percibía o no lo notaba, y era porque ya tenía a su "adorada princesa" sacada de los cuentos de hadas. Aún así, seguía observándolo, seguía viendo lo que hacía, decía o saber lo que le gustaba más; por ejemplo, sabía que tenía una banda, en la que él era el vocalista, y que amaba tocar la guitarra, el piano y la batería. Y lo peor de todo, era que seguía enamorada de él, pero como siempre... amándolo en secreto. Mientras que él, amaba a otra chica que no era yo, sin darse cuenta de mi presencia, de lo que mi silencio decía con cada palabra que él conocía.
Recuerdo un momento en particular, estábamos a mitad de año para terminar la secundaria, y yo estaba perdidamente enamorada de él, escribiendo con tinta y papel todo lo que sentía por él. Un día, cuando todos salimos para volvernos a casa, sin querer me chocó... haciendo que mis libros y cuadernos, cayeran sobre el suelo.
- Disculpa, no te vi -. Dijo agarrando mis cosas para entregármelas. Fue la primera vez que sus ojos cafés me vieron fijo a los ojos, y en ese momento solo supe asentir tímida y aturdida, bajando la mirada por no poder soportar sentir que mi corazón gozaba de felicidad.
- No te preocupes... siempre pasa lo mismo -. Respondí agarrando los libros y cuadernos, los cuales contenían las cartas que jamás pude entregárselas ni siquiera en anonimato, cuyo contenido decía mis sentimientos hacia él. Él las observo mientras las volvía a guardar en su lugar, pero no dijo nada con respecto a eso.
- Bueno, adiós... te veo pronto -. Inquirió sonriéndome, y ahí caí en cuenta de que no era un sueño, sino que era la realidad. Él me había sonreído, hablado y visto a los ojos en un día. ¿Qué más podía pedir?, con ese día fui feliz todos los días que le restaban a ese año, aunque con esperanza, esperaba que cumpliera la promesa de que me viera pronto... pero ese pronto, nunca llegó -. ¡Y nuevamente, discúlpame por haberte chocado! -. Gritó corriendo hacia su auto, en que estaban sus amigos y su adorada novia, tocando la bocina hasta que él llegó hacia ellos.
Como anonada, me quede en el medio del pasillo - en el cual ya no había ni un alma - pensando y sonriendo sin evitarlo por sus palabras y por esa sonrisa, que me había hecho tan feliz sin que él se percatara de eso.
Cuando terminamos el año, en el acto de egresados - apuesto sin equivocarme - que él había sabido mi nombre cuando la directora me llamo para recibir la medalla y el diploma, dejando de preguntarse de quien se trataba esa chica que una vez había chocado, tirando todas sus cosas al suelo. En la noche de ese mismo día, era la fiesta de egresados, en la que todos disfrutaron con sus amigos y compañeros; aunque no todo termino como empezó. Aun lo recuerdo. Había entrado a la fiesta con mi vestido blanco, que caía al suelo con una tela suave que se adaptaba al calor de esa noche de verano, cuya misma tela casi se ajustaba a mi cuerpo. Obtuve la mirada de todos, inclusive la mirada de él. Cuando había decidido ponerme ese vestido, no fue para lucirme hermosa, sino que lo use porque una vez había sido de mi madre... pero como todo, a nadie le importo el significado de ese hermoso vestido y tampoco lo que para mí significaba.
En esa fiesta, me mantuve escuchando la música que pasaba el DJ. y viendo como bailaban las mismas, nuestros compañeros. Tan distraída que estaba, no me percate de que sus amigos estaban detrás de mí con el ponche entre sus manos; el cual - segundos después - lo sentí sobre mi cuerpo, arruinando por completo el vestido de mi madre. Todos se reían y con mis ojos inundados de lágrimas los observe... y te mire fijo a los ojos. No lloraba porque se reían de mí, sino porque habían arruinado el único recuerdo de mi madre. Me mantuve viéndolo a los ojos, y en ningún momento vi una minuciosa risa en sus labios, por el contrario, veía que sus ojos me pedían perdón por algo que él nunca hizo... pero aún así, me pidió disculpas con su dulce mirar. Sin embargo, con mi mano en un puño mire a su mejor amigo, quien siempre me hacia las bromas - pero en esa vez - no permití que se burlara de mí, no podía dar por alto a lo que le había hecho al único recuerdo de mi madre; por lo que desarme el puño y lo abofetee con todo mi dolor.
Después de eso, sequé mis mejillas y me fui del lugar. Camine en esa noche hasta la plaza central de la ciudad, y con mi vestido purpura - a causa del ponche - me senté en uno de los columpios y comencé a columpiarme con mis ojos cerrados. No los abrí hasta sentir que ya no me columpiaba por mi cuenta, sino que alguien más lo estaba haciendo por mí. Voltee a ver y era él, que estaba dejando de columpiarme para sentarse en el columpio que estaba a mi lado. No dijo nada y yo tampoco, no podía pronunciar ninguna palabra... solo repetía su nombre en mi mente mientras lo observaba. No podía dejar de pensar que me volvía loca de amor, y lo peor, es que no podía decirle mis sentimientos... tuve miedo a que me rechazara y no quería pasar por algo así, porque sabía que sería una herida difícil de curar. Esa fue mi segunda decisión en mi vida: No Declarar mi amor por él.
Mientras lo miraba de perfil, él sonreía y no sabía por qué. No le pude preguntar, pero pensé que era por estar así... mojada en ponche y llorando como una niña enfrente de él. Tenía sentido que fuera así, pero deje de pensarlo cuando él me miro por milésima vez.
- _____ -. Dijo levantándose del columpio y retirarse con sus manos dentro de los bolsillos de sus jeans, mientras llevaba un saco azul con una remera blanca con escote en V. Estaba hermoso y no podía hacer nada, más que verlo retirarse. Lo vi retirarse mientras en mi boca se rompían las palabras que quería decirle. Pero había tomado la difícil decisión de callar mi amor por él, y así debía que cumplir... aunque mi corazón doliera por dentro, tenía que callar.
Desde aquella noche, pasaron años en que no lo volví a ver en mi vida. Cuando creí guardar mi amor por él y todos los recuerdos de él en un placar de recuerdos, las puertas de estos se abrieron cuando menos lo pensé y cuando lo menos esperé volverlo a ver en mi camino.
Por segunda vez, se cruzo en mi vida sin previo aviso. Fue todo tan de repente, que ni siquiera lo pude asimilar. Recuerdo esa vez, aun lo recuerdo. Estaba por los años finales de terminar la universidad - y a diferencia de la primaria y secundaria - tenía a muchos amigos que me querían demasiado; entre ellos, estaba mi mejor amigo... quien siempre me invitaba a sus fiestas y a pasear con su compañía.
En una fiesta organizada por él, lo encontré a él... al amor de mi vida. Cuando llegue a su casa, lo salude como cada vez que lo visitaba; él me invitó a entrar y cuando lo encontró con la mirada entre toda la multitud, me dijo que él era de quien tanto me hablaba, y cuando lo vi fijamente a los ojos, no pude creerlo porque lo había creído perdido, olvidado... pero me di cuenta de que no era así.
Ambos nos vimos, él fue quien me saludo con un beso en la mejilla para luego sonreírme. Mi mejor amigo tuvo que irse en ese mismo instante, ya que uno de sus invitados había derramado vino en su sillón nuevo; por lo que me había quedado sola... pero con él. No sabía que decir, pero él fue quien me tomo de la mano y me llevo hasta fuera de la casa. Nos quedamos cerca de la piscina, en cuyas aguas se reflejaba la noche y nuestras figuras.
- Desde la fiesta de graduación quise verte de nuevo -. Dijo, con sus manos dentro de sus bolsillos de su jeans. Lo observe absorta y sorprendida con su confesión -. No puedo dejar de pensar que tuve que pedirte perdón por lo de esa noche -. Inquirió y me miro fijo a los ojos, aquellos que me observaban de una manera que no podía definir ni identificar -. Yo sabia que te iban hacer... y no dije nada al respecto...
- Es parte del pasado, Nocholas -. Me atreví a decir y él sonrió, haciendo que hiciera lo mismo -. Ya no importa... lo importante es que... yo también, muchas veces, desee volverte a ver -. Confesé mirando la noche estrellada, mientras que lo observaba por mi rabillo de mi ojo.
- En esa misma noche... deje a Sophie -. Me dijo poniéndose enfrente de mí, mientras sentía que sus cálidas manos sujetaban las mías. Se sentían más tibias de lo que me había imaginado, y así me paso cuando lo observe con detenimiento. Su rostro era cálido y hermoso... tanto que se me hacia difícil creer que él estuviera ahí, enfrente mío.
Su mano derecha dejo de sujetar mi mano, para tocar - con su dedo índice - mi mentón. Me pregunte que estaba haciendo, pero solo vi que su rostro se acercaba cada vez más al mío. Solo cuando sentí sus húmedos labios sobre los míos, supe que me estaba besando. Mi reacción fue corresponderle, rodeando su cuello con mis brazos y él mi cintura. Mantenía mis ojos cerrados, permitiendo a mis otros sentidos que gozaran de lo que percibían de él. Solo cuando se separo de mí para que respiráramos un poco de aire, abrí mis ojos... viendo a ese Nick que me había enamorado con solo verlo una vez y mil veces más.
Desde entonces, estuvimos juntos... pero nunca me susurro un "te amo", el cual esperaba que dijeras antes de que durmiera en su pecho, luego de tres meses juntos. Al día siguiente, ya no estaba más y amargamente, vi el mundo oscuro y frío. Él se había ido, se había llevado todo lo que pude darle y se fue. Con dolor lo odie como nunca creí odiarlo, más que amarlo; le pregunte a mi mejor amigo sobre él, pero solo supo decirme que se había ido con un cuaderno con algunos sobres de colores, y comprendí al instante que se había llevado lo que nunca pude quemar para olvidarlo.
Luego de cinco años, en que ya todo esta en la normalidad... y en que estaba en una de las mejores etapas de mi vida con respecto a los negocios, volvió a cruzarse en mi camino. Por tercera vez, el destino decidió devolverme lo que se había llevado... y nunca pude preguntarle al destino del por qué hacia eso, del por qué jugaba con mis sentimientos de esa manera.
Recuerdo que estaba en una plaza, paseando a mi cachorro - el cual me lo había regalado mi mejor amiga en mi cumpleaños - cuando vi que una mano me extendía un sobre de color purpura. Alce la mirada y al instante mis ojos se inundaron de lágrimas una vez más. pero te mire con odio... el cual desapareció cuando mi dormido amor despertó. Se sentó a mi lado y me volvió extender e sobre, el cual acepte y lo leí. Su contenido hizo que mi corazón diera un vuelco... era tan hermoso todo lo que él me había escrito que no pude responder de otra manera que abrazarlo como siempre quise estar junto a él, siempre abrazados... sintiendo su contención y su amor por mí. Pero aun así, quise una explicación.
- Tuve miedo... y aun lo tengo -. Dijo sin verme a los ojos, pero pude ver como estos se inundaban de lágrimas -. Tuve miedo de que me dejaras al saber la verdad... al saber que sufro de Diabetes -.Inquirió y me miro a los ojos. Solo me mantuve viéndolo sin decir nada, aunque deseaba decir muchas cosas -. Dependo de la insulina de por vida... _____ -. Finalizo acariciando mi mejilla cuando vio que comencé a llorar.
- ¿Pero... por qué creíste eso, Nick? ¿Por qué te fuiste sin siquiera decir que sufrías una enfermedad? -. Pregunte entre sollozos, temiendo en lo más profundo de mí lo que respondería.
- Esa noche tuve una taque, y había olvidado la insulina en casa...
- No lo vuelvas hacer... No me dejes otra vez, Nick -. Lo interrumpí, abrazándolo por su pecho mientras que él me acariciaba la espalda.
- No lo haré...
Era confortante tenerlo a mi lado y aun más abrazándolo. No me cabía en la cabeza que él estuvo a punto de... fallecer mientras yo lo odiaba por mal interpretar las cosas, pero él había provocado eso.
- No quise dejarte, pero tuve miedo -. Me susurro mientras tomaba mi mano -. Pero cuando estuve al borde de morir... recapacite. No sé si es demasiado tarde, pero no puedo morir sin antes vivir una vida contigo.
Finalizó y yo lo bese con las lágrimas que se mezclaban con las de él; lo mire y no pude callar más...
- No es demasiado tarde para que estés conmigo...
- Te amo -. dijo interrumpiéndome, y cuando lo mire volvió a decir a gritos:-. ¡Te amo!
Grito a los cuatro vientos. No era necesario que lo hiciera, pero de todos modos... me enamoro aun más. En ese día le hice prometer que nunca más me dejaría, que se quedaría a mi lado por una eternidad... Y así lo hizo, pero nunca supimos que quien no cumpliría esa promesa... sería yo.
Él siente el viento abrazarlo por las mañanas, yo solo puedo ser parte de ese viento; cuando intento decirle algo, la brisa es quien le habla; cuando quiero volver a sentir su calor, ya no siento nada; cuando respira, puedo decir que soy el aire que respira... pero no puedo decir que lo sienta cuando mi corazón latía; cuando mi sangre fluía como las aguas de las cataratas; cuando mi piel y mi cuerpo emanaba un calor cálido; cuando mis labios estaban húmedos y sentían la protección de los suyos.
Cada vez que intento tocar sus manos... no siento nada, nada que me dijera que todo volvió a ser como antes. Él no esta solo, recuerdo que antes de irme... le deje algo maravilloso de mi parte.
- No no dejes... me lo prometiste ____
- Ya viví lo suficiente, Nick...
- No es verdad... ni siquiera llegamos a vivir cincuenta años, ____
- Nick, no llores... Ya es mi hora, y no puedes venir conmigo
- Pero yo si lo quiero, iré contigo hasta el fin del mundo... pero siempre juntos. Como lo prometimos
- Solo fueron palabras, Amor
- Para mí no fue eso...
- Amor... amor -. Le dije secando sus mejillas. Las agujas clavadas en mi antebrazo me dolían en cada movimiento, pero quería sentir por ultima vez su cálido rostro -. No puedes morir conmigo... no puedes -. Le insistí, pero él solo negaba con su cabeza, cuyo rulos se veían hermosos en cada movimiento -. Hay alguien que te necesita... tienes que ser fuerte y cuidar de él
- Pero...
- Te... -. Respire hondo, él aire ya me estaba faltando. Sabía que en cualquier momento me iría, pero tenía que terminar mi promesa -. Te prometo que siempre estaré... no me podrás ver y él tampoco... pero ahí estaré... seré el aire que respiran y la brisa que los despierte en cada amanecer. Te lo prometo...
- No... No, ____... Aún no me dejes...
Sus lágrimas rodeaban y empapaban su rostro. Sujetaba mi mano... pero mi cuerpo ya no respondía y mi alma era quien estaba observándolo todo. Vi como los doctores maltrataban a mi cuerpo sin vida con sus electrochoques, pero no había respuestas... mi corazón dejo de latir y morí a las 9 p.m. según los doctores. Nick entro en llanto y deseando que todo fuera un sueño... pero no lo era.
- Te amo.... te amo, mi amor
Sus labios besaron mis labios, y sentí como mi alma había sentido ese electrizan te beso sobre los labios de mi alma. Creí estar viva por un momento... pero mi alma estaba fuera de mi cuerpo, solo había sido un efecto de despedida. Él lloraba sobre aquel cuerpo sin vida, y antes de irme para ver a mi pequeño bebé, pose mi mano sobre su hombro y así él se volteo hacia atrás, en donde mi alma estaba. Sonreí... sabia que él me presintió y que sabía que estaba ahí, como lo prometí.
Camine, viendo a todos corriendo alrededor mío. Parecía que iba en cámara rápida, mientras que yo solo quería llegar hacia mi bebé. Cuando llegué en donde estaban todos los recién nacidos, vi a mi bebé... quien sonreía con su dedo pulgar en su pequeña boquita. Sabía que mi bebé si pudo verme, porque sus ojos destellaban y me miraban fijamente... deseaba volver a mi cuerpo y poder vivir con locura la vida, pero había sido mi decisión la que me llevo a ese momento. Mi bebé estaba en peligro de morir y yo también. Había dos posibilidades, salvar mi vida o la de mi bebé. Nick quería decidir por mí, y sabía que iba a elegir mi vida aun así le doliera saber que no íbamos a tener nuestro bebé. Pero yo tome la decisión y fue tener a mi bebé, dar mi vida por la de él. Estaba a dos semanas de tenerlo... ya había pasado muchos meses sintiéndolo dentro de mí y manifestándose en cada patadita. Yo no podía darle muerte... ninguna madre, en sus cabales, puede darle muerte. Me dolió la decisión. Fue la más difícil de todas... pero siempre siento que fue lo mejor, aun así no pude estar presente como Nick cuando lo ayudo a dar sus primeros pasos o cuando comió su primera papilla; cuando dijo sus primeras palabras, las cuales fueron papá y mamá; cuando le crecieron los primero dientes; cuando comenzó el jardín y su primer clase en primer grado; y cuando se les cayeron los primeros dientes de leche... entre otros. Pero siempre cumplí mi promesa, la de estar a su lado, protegiéndolos de todo mal.
"En todo momento hay que disfrutar de la vida, uno nunca sabe cuando será la última despedida. Cada decisión toma un rol en la vida, y esta no deja de dar vueltas... es como una bolita que gira en la ruleta de la suerte, en que nunca se puede saber en que numero acabara por quedar. La vida es una fortuna y tiene tantos momentos, que siempre hay que asimilarlos y nunca hay que dejar nada pendiente, todo lo que se tenga que decir o hacer, que se haga en el momento y no que acabe en un "mañana". Tiene que ser en el día, y agradecer por despertar cada mañana y vivir con alegrías, aunque haya malos días, hay que sonreír por tener la suerte de la que otros no tienen"
Espero que les guste este Short. Estoy pensando en hacer una segunda parte... pero no lo sé, espero que me puedan ayudar en esa decisión. Gracias por leer :). Es mi primera vez que hago un Short. Besos
Rocio_Jonas
Re: "Decisiones Difíciles(Nick Jonas y Tú)"
por .Lu' Anne Lovegood. Dom 04 Mar 2012, 1:55 pm
Gosh! :'( Has logrado que me salgan un par de lagrimas de mis ojos! :crybaby: Ahhhhhh me ha encantadooooooooo este shot! Me ha gustado mucho & yo si quiero que haya una segunda parte! La esperare! :) Este shot si que me ha gustadoooooooooooooooooooooo!!!
.Lu' Anne Lovegood.
Re: "Decisiones Difíciles(Nick Jonas y Tú)"
por Magui Dom 04 Mar 2012, 5:46 pm
HEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEER-MOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO-SOOOOOOOOOOOOOOOO
Por Dios! que belleza, y que tristeza, fue demasiado, demasiado hermoso. Lloré, lloré y no me importó que todo el mundo me viera raro! xD
Escribes muy bien, gracias por compartir esta historia hermosa!
TE AMO, MUUUUCHO, ya lo sabes!
*O*
Por Dios! que belleza, y que tristeza, fue demasiado, demasiado hermoso. Lloré, lloré y no me importó que todo el mundo me viera raro! xD
Escribes muy bien, gracias por compartir esta historia hermosa!
TE AMO, MUUUUCHO, ya lo sabes!
*O*
Magui
Re: "Decisiones Difíciles(Nick Jonas y Tú)"
por Rocio_Jonas Dom 04 Mar 2012, 5:49 pm
XD, Lo sé maguiiiiiiiiii!
Gracias por leer y comentar!
Gracias lalalanJonas por tu apoyo y por tu comentario n.n
cuando pueda voy a ver como empiezo la segunda parte n.n
Besos y Gracias!!!!!!!!!!
Gracias por leer y comentar!
Gracias lalalanJonas por tu apoyo y por tu comentario n.n
cuando pueda voy a ver como empiezo la segunda parte n.n
Besos y Gracias!!!!!!!!!!
Rocio_Jonas
Re: "Decisiones Difíciles(Nick Jonas y Tú)"
por ☎ Jimena Horan ♥ Dom 04 Mar 2012, 9:22 pm
oh hicite que llorara :crybaby: tanto!!
me encanto,lo ame & porfaa dime cuando subas la segunda parte!
fue hermosoo!!
me encanto,lo ame & porfaa dime cuando subas la segunda parte!
fue hermosoo!!
☎ Jimena Horan ♥
Re: "Decisiones Difíciles(Nick Jonas y Tú)"
por Orne Jonas. Lun 05 Mar 2012, 12:56 am
ESTOY LLORANDO. Me gusto mucho. :)
Orne Jonas.
Re: "Decisiones Difíciles(Nick Jonas y Tú)"
por raqel d' Jonas(NJJ<3 Lun 05 Mar 2012, 5:02 am
dios estuvo hermosos me isho :crybaby: llorar mucho dios me llego asta el alma el shot pobre nick el tenia miedo de que ella lo dejara siendo que estuvo locamente enamorada de él :arre: y siempre lo amo le escribió y todo dios nicholas como es que no te diste cuentas antes dios este shot estuvo hermoso y genial :(L): espero que subas otros shot :D porque me encantaría leerlos :D
raqel d' Jonas(NJJ<3
Re: "Decisiones Difíciles(Nick Jonas y Tú)"
por Rocio_Jonas Mar 06 Mar 2012, 5:53 pm
Decisiones Difíciles: Segunda parte
Recuerdo sus miradas; sus labios al decir las dos palabras que más me encantaba escuchar en cada mañana; sus besos que siempre me enloquecían y me hacían sentir vivo; sus caricias que aún siento, a pesar de que se haya ido, y aun así después de tantos años desde aquella partida que nunca tuvo un regreso. Dejo muchas heridas en mi corazón, las cuales no se curan aun así la sienta recorrer las habitaciones... en cada lugar de la casa, que ella siempre recorría cada día. A pesar de que volví a empezar de nuevo, a querer comenzar con una familia, encontrando una hermosa mujer que supo darme todo su amor y comprensión, y así querer a nuestro hijo como propio. Pero ya no puedo seguir, no puedo mentir más; ya no puedo decirle miles de cosas hermosas cuando solo pienso que eres tú y que mis palabras fluyen por solo pensar que ella eres tú. Ya no puedo compartir noches con ella, porque recuerdo tu cuerpo... cuando en verdad es otra mujer a quien le hago el amor. La amo, no mal interpretes _____, pero no la amo como a ti. Solo puedo vivir feliz, en mis sueños... en donde estas y puedo saber que realmente no estoy mintiendo... porque realmente, a pesar de la muerte que nos separa, yo sigo amándote aun más que cuando supe realmente que te amaba con mi propia vida.
Cumplí mi promesa de mantenerme vivo, para no ser una falta más para nuestro hijo. Pero ya creo que no puedo más, la fuerza se me va... no tengo miedo por lo que puede pasar, pero lloro porque sé que él aun no esta preparado para mi partida. Sabes que mi enfermedad me tira, y que tengo un límite de vida... y ese límite - finalmente - llegó. Me dirás que estoy loco, y puede ser... pero quiero estar contigo, quiero demostrar que la muerte no es un obstáculo para toda la vida, sino que nos vuelve a unir. Ya no quiero estar entre agujas cada vez que decaigo, no quiero vivir así... no sin ti.
Sé que es difícil, pero mi decisión es volver a estar entre tus brazos y dejar de sentirte. Me mata saber que estas pero que a la vez, no lo estas. Sé que irme, cuando él acaba de cumplir catorce años, no es lo justo; pero no lo decidí yo, y lo sabes. Me duele dejarlo a tan temprana edad, pero mi cuerpo no resiste y mi alma quiere estar contigo, Amor.
Estoy en una habitación blanca, cuyas ventanas están abiertas y la brisa entra sin cesar. Sé que, por medios de ellas, me dices muchas cosas... pero solo puedo oírlas y no puedo comprenderlas. Estoy acostado en esta camilla, y no quiero cerrar los ojos, porque aun respiro y eso significa que recuerdo la última vez que estuve en un hospital. Recuerdo cuando decías que no podía ir contigo, y eso me duele... aunque duelen mis propias palabras, porque tenías razón, él necesitaba de mí y no podía dejarlo solo. Además, si decidía irme contigo... quizás jamás íbamos a encontrarnos. Eso lo comprendí poco después, cuando necesitaba una respuesta a todo lo que me estaba sucediendo.
Él quizás no lo comprenda, pero sé que encontrara las respuestas a sus preguntas en un tiempo determinado. A mi pesar, todo lo que puedo hacer... es mantenerme fuerte, aunque la fuerza me esta abandonando. Mi cuerpo ya no reacciona como antes, me duele cada músculo... cada parte interna y externa de mi cuerpo. Ya no quiero vivir así, y tampoco sufrir de estas dos maneras. Tengo treinta y cinco años, y hasta este momento llegué. Todos dicen que puedo seguir viviendo, y eso no lo niego; pero ellos no pueden saber como me siento cada vez que las agujas se incrustan en mis venas y cuando cada recuerdo se clavan como dagas en mi corazón por tu ausencia. Tu partida me mato en vida... y mi enfermedad en cuerpo y alma. Ya no lo soporto, y tampoco ver a mi hijo llorar por mí como cuando paso por la sala de curaciones, cuando me lastimo y esa herida jamás llega a sanar o a cicatrizar. Ya no lo puedo soportar... y sabes mejor que nadie como me siento, por eso comprende lo que pienso y mis decisiones.
- Papá... que suerte que te encuentro despierto -. Dijo nuestro hijo, con mi vianda entre sus manos. Él tiene la esperanza de que podré seguir con vida, pero no entiende que yo ya no quiero esta vida... y que espero el momento de encontrarte y poder decir que al fin estaremos juntos por todas las eternidades.
- Hijo, me alegra verte -. Respondí mientras él tomaba asiento al lado de la camilla. Esa mañana me sabía a despedida, y había tomado la decisión de tomarme todo el día a contarle nuestros momentos. Él leyó tu carta, en la que contabas tus decisiones y las tres veces en que nos encontramos en nuestra vida, esa corta vida que tu partida dio como terminada.
- Fui al colegio, no hay clases... por lo que me quedare contigo todo el día -. Respondió con su sonrisa, la cual me llena de alegría, porque heredo tu sonrisa. Todos dicen que se parece a mí, y no lo niego porque tiene mis rulos y mis ojos, pero heredo lo mejor de ti... tu sonrisa -. ¿Cómo amaneciste? -. Pregunto y simplemente sonreí, porque realmente en ese amanecer fui feliz al despertar recordando el sueño de esa noche.
- Excelente, Hijo -. Respondí tomando la mano de nuestro hijo, mientras que la brisa - tu voz - entraba e inundaba el lugar de un olor a flores.
- ¿Y se puede saber del por qué? -. Pregunto nuevamente, mirando hacia el ventanal. No sé si él lo sabía o lo recordaba, pero quise creer que él te escuchaba.
- Porque soñé con tu mamá...
- Cuéntame el sueño, ¿Se veía como en las fotos? -. Me interrumpió, viendo en sus ojos que una alegría y a la vez una felicidad se acumulaban en brillos incesantes. Cada vez que hablaba de ti... él siempre demostraba sus afectos en sus ojos, como recuerdo que lo hacías tu.
- No... esta vez, apareció como cuando uso su vestido blanco en la fiesta de egresados, ese vestido que le quedaba a la perfección...
- Era hermosa, ¿Verdad?
- Era y es dueña de una belleza que se ve... pero que a la vez no sé ve -. Respondí sabiendo a que me refería, pero él no lo entendía -. Es hermosa físicamente... pero su ser es mucho más hermoso.
- No sé por qué... pero comprendo a lo que te refieres papá -. Me interrumpió, mirando a través de las cortinas, en donde se veía el sol a punto de llegar a su punto más alto del cielo -. Siempre tengo la sensación de... que ella me da su amor...
- Ella dio su vida por la tuya... Hijo -. Confesé. Él me miro absorto y confundido, porque siempre - por tu decisión antes de irte - le decía que habías fallecido a causa de un accidente de transito -. Ella me hizo prometer que no te lo diría hasta que yo... lo decidiera -. Mentí, porque la puesta era que se lo diría cuando supiera que era mi hora de irme. ¿Cómo iba a decirle que fallecería en ese día? Él no lo iba a permitir y lo haría sufrir todo el día, con esa idea torturando a su joven corazón -. Por eso, sientes su amor en ti. Ella cada día que pasaba, sabiendo el fin de su vida, te decía lo mucho que te amaba... y así te demostraba su cariño y amor a través de sus caricias sobre su vientre... Recordarlo, me llena el alma de felicidad...
- Gracias, papá. Gracias por decírmelo -. Respondió llorando y abrazando a mi dolido cuerpo -. Cuéntame el sueño -. Insistió y no pude negarme... me gustaba contarle cada vez que soñaba contigo.
- Estaba en casa, acostado en mi cama como todas las mañanas. Pero esta vez... había un aroma diferente, y comprendí que era el aroma de tu mamá. Mire a mi lado, y no había nadie, pero había dejado su esencia en las sabanas y almohadas, y dejado su figura dibujada en la cama. Me levante, sonriendo por saber que ella estaba ahí, con nosotros. Salí de la habitación y me dirigí hasta donde fue tu habitación de bebé, la cual ahora es tu habitación. La puerta estaba entre abierta, y la vi contigo en brazos. La habitación estaba inundada de su aroma, y a la vez de una paz que jamás pude experimentar. El ventanal de la habitación estaba abierta, las cortinas danzaban al compás de la brisa de esa mañana y los rayos del sol traslucían las mismas, dejando que su suave luz se proyectara hacia ella y hacia ti. Ella levanto la mirada y me miro, estaba usando su vestido blanco mientras sonreía como nunca creí recordar su sonrisa. Me dijo " Ven con nosotros" y me acerque a ustedes. Era bebé y jugabas con las manos hacia el aire, mientras tocabas con tus pequeños dedos sus suave pelo... La observe sorprendido, preguntándome por qué tenía que ser un sueño, pero cuando sus labios besaron los míos... los sentí como si realmente fuera cierto y verdadero aquel sueño -. Lo mire y lloraba en silencio -. Pero al despertar... supe que al fin y al cabo fue un sueño... pero aun así, sentí la esencia de sus labios en los míos... como si me hubiera besado en la realidad...
- Sé que leí su carta... pero nunca me contaste como te sentías en cada momento, y tampoco como paso aquella vez, en que la dejaste después de estar juntos en una noche -. Me interrumpió y asentí, recordando aquello momentos en que ella describió su manera de sentir en cada ocasión.
- No te preocupes, hoy me dedicare a contarlo todo...
Es verdad, tres veces nos cruzamos en la vida... dos en la que no me dedique a ella, aun así sabiendo sus sentimientos hacia mí. Es verdad también que no supe su nombre hasta el acto de graduación, pero cuando la había chocado meses antes de que termine el año... quise quedarme todo el día con ella, tratando de saber un poco de su persona. Sophie me decía que era una "don nadie", pero yo sabía que era alguien muy importante y que que me amaba con todo su cuerpo y alma. Aun me pregunto del por qué no la invite a que sea mi cita el la fiesta de graduación, y del por qué no deje en ese momento a Sophie para estar con ella. Pero como _____ dijo, cada decisión toma un rol en la vida, aun así me lamente... fue mi decisión la que llevo a que ambos no estuviéramos el tiempo justo e indicado para compartir un poco más de cada uno.
Cuando la choque en aquel hermoso día, estaba decidido a pasar todo el día con ella... pero la odiosa bocina, que tocaban mis amigos e incluso mi novia, no me dejaron de otra que dejarla, diciendo que nos volveríamos a ver y que lo sentía por haberla chocado. Supe que estaba feliz por mis palabras, por haberla visto a los ojos y hablado en un día, pero aquella promesa de que la volvería a ver... nunca pude cumplir. Cada vez que quería acercarme a ella, siempre se metía Sophie en el camino, evitando que me le acercara y tener una charla, o cada vez, en que pasaba por su casa, ella nunca estaba y su madre me decía que volvería en unas hora, pero tenía prácticas y no podía esperarla.
Siempre algo impedía que la viera y le hablara, y en el día de la fiesta, quería evitar su peor momento... pero no pude, Sophie me sujetaba del brazo y cuando pude zafarme, escuche el ruido de una bofetada. Mire hacia a ella, y mi amigo se sobaba la mejilla mientras que ella se iba del lugar. No mucho después de eso, dejé Sophie.
- ¿A dónde crees que vas? -. Me pregunto y yo solo me encurde de hombros mientras soltaba su mano de mi brazo -. ¡Nick, en unos minutos nos elijaran como la reina y el rey de la fiesta... no puedes irte!. ¡Y tampoco permitiré que te vallas con esa mosquita muerta! -. Reprochó y simplemente la mire a los ojos, no podía creer que estaba con una mujer así de interesada y despreciable como era Sophie.
- No puedo creer que estuve por tanto tiempo tan ciego, ¿Cómo pude creer que eras diferente? -. Pregunte mientras ella se quedaba helada por mis palabras, y aprovechando eso, me fui de la fiesta dirigiéndome hacia la plaza central de la ciudad.
No sabía que ella estaría allí, pero cuando la vi con su vestido purpura - a causa del ponche - decidí acercarme a ella. Estaba perdida en sus pensamientos, por lo que tome las cadenas del columpió y la columpie hasta que vi sus ojos viéndome. En ese momento dejé de hacerlo y me senté a su lado, en donde mire la noche mientras ella me miraba de perfil.
- ______ -. Murmure y ella se me quedo mirando mientras me iba.
Estaba sonriendo, pero no por como estaba ella, sino por haber abofeteado a Cristián, aquel que ya no lo consideraba más como mi mejor amigo. Muchas veces soporte que se riera de ella, pero esa vez no pude. Estaba muy confundido por mis sentimientos, y no podía decir que la amaba sin saber si realmente lo sentía. No quería ilusionarla, y por eso tome la tonta decisión de callarme, evitando poder estar unos años más con ella.
Después de varios años más, la volví a encontrar. Nuestro mejor amigo - el cual compartíamos sin saberlo - había realizado una de sus tantas fiestas. No era de ir a esas fiestas en que él me invitaba para que conociera a una chica, que era su amiga y que él la describía como una mujer "perfecta" para mí, pero yo no podía sacarme de la mente a _____ y por eso, en vez de ir a las fiestas, me dedicaba a preguntar por ella, para saber si alguien sabía de ella, pero nada.
- Nick, deja de buscar tanto a esa chica... y ven a mi fiesta, además no puedo hacer que mi amiga te espere ¿Entiendes? -. Me amenazo, y realmente tenía razón, no podía pasármela toda la vida buscando sin encontrarla.
- Esta bien, además así me dejas de molestar con esa chica -. Dije algo fastidiado, pero mi mejor amigo se fue con una sonrisa dibujada en su cara -. No comprendo del por qué me eliges a esa chica, si según tú es hermosa y perfecta. Si estuviera en tu lugar, me quedaría con ella y no se la daría a cualquier necesitado -. Inquirí y él sonrió como siempre.
- Ya vez, me gusta ayudar... Además sabes que me gusta su mejor amiga, no puedo amar a otra -. Respondió en su auto, el cual puso en marcha y se fue. Esa noche fue muy larga y aun más cuando entre a su casa.
- Lo prometido es deuda... así que no quiero deberte nada -. Dije con mi más amenazadora mirada que tenía. No quería estar ahí, pero cuando entre todo cambió. Presentí que algo pasaría, y ese presentimiento me alegro el corazón.
- En unos minutos, ella estará acá -. Dijo y me adentre aun más a la enorme casa, la cual estaba repleta de gente, y de muchas hermosas chicas, pero ya nada me interesaba más que saber quien era esa mejor amiga que tenía que conocer.
No fue más de unos minutos en que vi a mi mejor amigo con una hermosa chica, llevaba puesto un vestido azul y una chaqueta de jeans, la cual estaba desprendida, dejando ver su esbelta figura que se cubría por la tela del vestido. Era hermosa, y cuando vi sus ojos... supe que era ella, que era _____. Me acerque a ellos, y antes de que él nos presentara, él tuvo que irse porque uno de los invitados derramo vino en su sillón nuevo. Sonreí por ese momento, y la mire. No lo dude ni un segundo, la besa en la mejilla y tome su mano, dirigiéndonos hacia fuera de la casa, enfrente de la piscina. Después de unos momentos, en que le confesé que quería verla desde la fiesta, y que me sentía arrepentido por no haberle dicho lo que ellos le harían en esa noche, ella me dijo que era parte del pasado, que ya no importaba y que también quiso volverme a ver. Con esa me convencí de que su amor me correspondía, y después de decirle que había dejado a Sophie en esa misma noche... no pude evitar tomar sus manos y acercarme a ella, a medida que tomaba y acariciaba su mentón hasta que la bese como jamás imagine besarla. Ella me correspondió enredando sus brazos en mi cuello y yo su cintura, sintiendo por todo mi cuerpo la felicidad que jamás sentía e imagine sentir con ella.
Después de esa noche, estuvimos muchos meses juntos... hasta que ella, después de haber ido a cenar, me dejo hacerla suya. Esa noche iba a hacer inolvidable y duraría hasta que ella despertaría... pero no pude cumplir ese sueño. En esa misma madruga, tuve un ataque a causa de que había olvidado mi insulina en casa. No pude hacer nada, más que separarme de ella y vestirme, para después besar sus labios e irme. Pero al ver un cuaderno, del cual sobresalía unos sobres, me detuve y me los lleve. En ese momento recordé aquella vez que me la choque en el pasillo, y que ella guardaba esos mismos sobres en el cuaderno. Siempre me pregunte que decían, y la verdad que no podía quedarme con la intriga, por lo que los tome y me fui.
Al llegar a casa, me inyecte la insulina y me acosté en mi cama, recordando como era su cuerpo. Recordando como había recorrido el mismo con mis caricias y besos, recordando que ella siempre me decía en susurro un "te amo", y yo nunca se lo dije. No recuerdo del por qué, pero ahora entiendo del por qué lo hice. Era mi enfermedad, ella me hacia tener miedo, y no permitía que le dijera lo especial que era para mí y solo porque tenía miedo de algún día morir y dejarla desilusionada y con el corazón roto. Sus cartas decían dulces cosas, como lo que le causaba con solo encontrar mi mirada o cuando veía mi sonrisa, aun así supiera que no se la dedicaba a ella. Sus palabras me hicieron amarla más... y cuando iba a tomar nuevamente mis llaves para ir a su departamento y decirle todo lo que sentía por ella... caí en el suelo, desmayado y con lágrimas en los ojos sentía la muerte abrazándome en una fría estela de despedida. Si no hubiese sido por qué Joe - mi hermano - vivía conmigo ene el mismo departamento, de seguro no estaría contando esto. Mil veces, después del fallecimiento de _____, quise volver a ese momento y morir... pero me arrepentía al minuto, cuando escuchaba el llanto de mi hijo.
- ¡Tengo que ir a verla! -. Le grite a Joe cuando estaba despierto, con las agujas clavadas en mis venas, como tantas veces estaban en mi cuerpo -. ¡No le he dicho lo tan hermoso y apreciado que es para mí, Joe! -. Murmure llorando, sabiendo que si seguía así no iba a llegar a nada.
Cuando me recupere por completo, la busque pero nunca la encontré. Después de cinco años después, la volví a encontrar y no dude a ir a buscarla. Gracias a nuestro mejor amigo, supe que ella estaba viviendo cerca de su negocio, por lo que decidí ir a buscarla allí, pero no estaba y la llame a su casa, pero este no dejaba de darme al contestador. En ese momento escuche su voz, el cual decía que no se encontraba y que dejara el mensaje, que al llegar lo escucharía y respondería. No deje ninguno, ya que - según nuestro mejor amigo - ella estaba muy dolida por mi repentina partida, y entendió que solo había sido un pasa tiempo para mí, pero no era así. Ella lo era todo, y cinco años tuve que esperar para llegar a ese momento. Sin poder irme lejos de ahí, por sí llegaba, decidí ir a caminar hasta que llegue a la plaza central con la carta que le había escrito para dársela si era que la encontraba, y como cosa del destino, la volví a encontrar.
Estaba hermosa, con un jeans negro, una remera blanca y una chaqueta de jeans azul, mientras que ella estaba acariciando a su cachorro. Estaba sonriendo mientras miraba al cachorro labrador dorado, por lo que no vi que me acercaba a ella. Solo cuando le extendí el sobre, ella me miro con sus ojos que me decían que estaba odiándome, aunque en un segundo, su mirada me miraba como siempre lo hacia... con dulzura y amor. Me senté a su lado y volví a extenderle el sobre, y ella lo tomo para después leerlo. En ese sobre describía todo lo que ella causaba en mí, y lo que provocaba en cada mirada, sonrisa, caricias... en cada beso que ella me regalaba. Deseaba tanto terminar enredado en ella, que no veía la hora de que ese día terminara... claro que pensando que ella me perdonaría y todo volvería a la normalidad. Cuando termino de leer, me observo y me abrazo como había olvidado de que eran así de cálidos sus abrazos. Pero al separarse con su mirada en lágrimas, me pidió una explicación del por qué me había ido.
- Tuve miedo... y aun lo tengo -. Dije sin verla a los ojos, pero pude ver como estos se inundaban de lágrimas -. Tuve miedo de que me dejaras al saber la verdad... al saber que sufro de Diabetes-.Inquirí y me miro a los ojos. Solo me mantuve viéndola para después proseguir:-. Dependo de la insulina de por vida... _____ -. Finalicé mientras acariciaba su mejilla cuando vi que comenzó a llorar.
- ¿Pero... por qué creíste eso, Nick? ¿Por qué te fuiste sin siquiera decir que sufrías una enfermedad? -. Pregunto entre sollozos.
- Esa noche tuve una taque, y había olvidado la insulina en casa...
- No lo vuelvas hacer... No me dejes otra vez, Nick -. Me interrumpió, abrazándome por mi pecho mientras que yo le acariciaba la espalda.
- No lo haré...
Era confortante tenerla a mi lado y aun más abrazándola. No me cabía en la cabeza como pude tardar tanto para volverla a sentir entre mis brazos, sintiendo su cálido cuerpo contra el mío.
- No quise dejarte, pero tuve miedo -. Le susurre mientras tomaba su mano -. Pero cuando estuve al borde de morir... recapacite. No sé si es demasiado tarde, pero no puedo morir sin antes vivir una vida contigo.
Finalicé y ella me beso con las lágrimas que se mezclaban con las mías.
- No es demasiado tarde para que estés conmigo...
- Te amo -. Dije interrumpiéndola, y cuando me miro lo volví a decir, pero a gritos:-. ¡Te amo!
Grite haciendo que todos dejaran sus quehaceres para vernos sorprendidos, mientras que algunos sonreían por lo que le decía a mi novia. En ese día, después de estar caminando por el lugar con nuestros helados, me hizo prometer que jamás la volvería dejar. Ambos prometimos no dejarnos, pero al parecer el destino no prometió lo mismo... porque impidió que ella cumpliera su promesa.
Cuando el médico nos dijo que el embarazo estaba en peligro, y que debíamos elegir entre ella y mi hijo, yo no dude ni un momento - aun así me doliera saber que no tendríamos a nuestro primer hijo - en salvar la vida de ella. Pero ella no lo permitió que lo hicieran...
- Ella no permitió que te dieran muerte... ella dio su vida por la tuya, Hijo -. Finalicé, mientras ya el sol se ocultaba. Recordaba que estaba el sol a punto de llegar a lo alto del cielo, y en ese momento estaba oscureciendo. Ya sonreía al saber que mi partida estaba llegando, y que la encontraría allí, cuando mis ojos se cerraran -. huele a rosas... huele a ella... -. Murmure mientras cerraba mis ojos para poder oler mejor aquel hermoso perfume, que al parecer era el único que lo olía.
- Yo no huelo nada, papá -. Lo escuche decir, y lo mire. Él me miro a los ojos, los cuales estaban derramando lágrimas por alguna razón, que yo ya sabía -. ¿Ya... es el Adiós? -. Pregunto y no pude mentir más, no pude hacerlo... ya era hora, y antes de partir... no quería mentir más.
- Sí...
- Prométeme que me acompañaran siempre... y que velaran mis sueños, que... que se aparecerán siempre en mis sueños, haciéndome ver como hubiese sido nuestra familia, papá -. Dijo abrazándome, mientras ya veía mi vista nublada y que algo me llevaba.
- Dile a Carmen... que gracias a ella, ame por segunda vez. Que la amo, Nathan*. Y Nathan, recuerda que nosotros siempre estaremos contigo... -. Susurre mientras escuchaba que en un hilo de voz, decía "sí". Ahí fue cuando no tuve fuerzas y deje mi cuerpo...
Mi hijo grito a los médicos, como una vez yo lo hice cuando falleciste. Él era tan joven, que me dolió despedirme de esa manera, pero ya era mi hora... y él no estaría solo porque estaba Carmen, aquella mujer que lo amaba como propio, así como me amaba a mí.
Al ver que los médicos decían que había muerto a las 9 p.m. me fui... saliendo de la habitación viendo como mi hijo lloraba en los brazos de Carmen, quien también lloraba desconsoladamente. Toque sus hombros, pero solo mi hijo supo que estaba atrás de él.
- Bienvenido... Amor
- ______ -. Le dije al verla con su vestido blanco, viéndola como cuando teníamos tan solo dieciocho años. Cuando me mire, también volví a ser el chico de dieciocho años. La volví a ver, y ella me sonrió nuevamente -. Te amo... Te extrañe como nunca
- Lo sé... te agradezco por mantenerte en tu promesa, Te amo... mi amor
Cuando la escuche decir eso, todo lo que pude hacer fue abrazarla por la cintura y girar con ella. Cuando deje de girar, la vi a los ojos y la bese como cuando la volví a ver por segunda vez. En sus ojos y en sus labios, me perdí... pero pude sentir una suave brisa que nos rodeo y dejamos de estar ahí... estábamos en una casa, en la casa que una vez fue de los dos.
- ¿Por qué estamos aquí?... Supuse que estaríamos en el cielo, con alas tras nuestras espaldas, y conocer a Dios -. Pregunte ingenuamente y ella me miro sonriendo divertida.
- Yo creí lo mismo -. Dijo con su sonrisa -. Pero... aquí se vive, Nick. No hay dolor ni tristezas... solo hay alegrías y siempre es de día...
- Se vive...
- Sí, aquí esta nuestra familia... en un decir, viviremos lo que no pudimos en la otra vida -. Dijo y comprendí que ahí no había mentiras ni tristezas, como ella lo había dicho.
Sonreí... y entre con ella a la casa, la cual había soñado antes de despertar por ultima vez en esa vida, en que no tenía su compañía.
Cumplí mi promesa de mantenerme vivo, para no ser una falta más para nuestro hijo. Pero ya creo que no puedo más, la fuerza se me va... no tengo miedo por lo que puede pasar, pero lloro porque sé que él aun no esta preparado para mi partida. Sabes que mi enfermedad me tira, y que tengo un límite de vida... y ese límite - finalmente - llegó. Me dirás que estoy loco, y puede ser... pero quiero estar contigo, quiero demostrar que la muerte no es un obstáculo para toda la vida, sino que nos vuelve a unir. Ya no quiero estar entre agujas cada vez que decaigo, no quiero vivir así... no sin ti.
Sé que es difícil, pero mi decisión es volver a estar entre tus brazos y dejar de sentirte. Me mata saber que estas pero que a la vez, no lo estas. Sé que irme, cuando él acaba de cumplir catorce años, no es lo justo; pero no lo decidí yo, y lo sabes. Me duele dejarlo a tan temprana edad, pero mi cuerpo no resiste y mi alma quiere estar contigo, Amor.
Estoy en una habitación blanca, cuyas ventanas están abiertas y la brisa entra sin cesar. Sé que, por medios de ellas, me dices muchas cosas... pero solo puedo oírlas y no puedo comprenderlas. Estoy acostado en esta camilla, y no quiero cerrar los ojos, porque aun respiro y eso significa que recuerdo la última vez que estuve en un hospital. Recuerdo cuando decías que no podía ir contigo, y eso me duele... aunque duelen mis propias palabras, porque tenías razón, él necesitaba de mí y no podía dejarlo solo. Además, si decidía irme contigo... quizás jamás íbamos a encontrarnos. Eso lo comprendí poco después, cuando necesitaba una respuesta a todo lo que me estaba sucediendo.
Él quizás no lo comprenda, pero sé que encontrara las respuestas a sus preguntas en un tiempo determinado. A mi pesar, todo lo que puedo hacer... es mantenerme fuerte, aunque la fuerza me esta abandonando. Mi cuerpo ya no reacciona como antes, me duele cada músculo... cada parte interna y externa de mi cuerpo. Ya no quiero vivir así, y tampoco sufrir de estas dos maneras. Tengo treinta y cinco años, y hasta este momento llegué. Todos dicen que puedo seguir viviendo, y eso no lo niego; pero ellos no pueden saber como me siento cada vez que las agujas se incrustan en mis venas y cuando cada recuerdo se clavan como dagas en mi corazón por tu ausencia. Tu partida me mato en vida... y mi enfermedad en cuerpo y alma. Ya no lo soporto, y tampoco ver a mi hijo llorar por mí como cuando paso por la sala de curaciones, cuando me lastimo y esa herida jamás llega a sanar o a cicatrizar. Ya no lo puedo soportar... y sabes mejor que nadie como me siento, por eso comprende lo que pienso y mis decisiones.
- Papá... que suerte que te encuentro despierto -. Dijo nuestro hijo, con mi vianda entre sus manos. Él tiene la esperanza de que podré seguir con vida, pero no entiende que yo ya no quiero esta vida... y que espero el momento de encontrarte y poder decir que al fin estaremos juntos por todas las eternidades.
- Hijo, me alegra verte -. Respondí mientras él tomaba asiento al lado de la camilla. Esa mañana me sabía a despedida, y había tomado la decisión de tomarme todo el día a contarle nuestros momentos. Él leyó tu carta, en la que contabas tus decisiones y las tres veces en que nos encontramos en nuestra vida, esa corta vida que tu partida dio como terminada.
- Fui al colegio, no hay clases... por lo que me quedare contigo todo el día -. Respondió con su sonrisa, la cual me llena de alegría, porque heredo tu sonrisa. Todos dicen que se parece a mí, y no lo niego porque tiene mis rulos y mis ojos, pero heredo lo mejor de ti... tu sonrisa -. ¿Cómo amaneciste? -. Pregunto y simplemente sonreí, porque realmente en ese amanecer fui feliz al despertar recordando el sueño de esa noche.
- Excelente, Hijo -. Respondí tomando la mano de nuestro hijo, mientras que la brisa - tu voz - entraba e inundaba el lugar de un olor a flores.
- ¿Y se puede saber del por qué? -. Pregunto nuevamente, mirando hacia el ventanal. No sé si él lo sabía o lo recordaba, pero quise creer que él te escuchaba.
- Porque soñé con tu mamá...
- Cuéntame el sueño, ¿Se veía como en las fotos? -. Me interrumpió, viendo en sus ojos que una alegría y a la vez una felicidad se acumulaban en brillos incesantes. Cada vez que hablaba de ti... él siempre demostraba sus afectos en sus ojos, como recuerdo que lo hacías tu.
- No... esta vez, apareció como cuando uso su vestido blanco en la fiesta de egresados, ese vestido que le quedaba a la perfección...
- Era hermosa, ¿Verdad?
- Era y es dueña de una belleza que se ve... pero que a la vez no sé ve -. Respondí sabiendo a que me refería, pero él no lo entendía -. Es hermosa físicamente... pero su ser es mucho más hermoso.
- No sé por qué... pero comprendo a lo que te refieres papá -. Me interrumpió, mirando a través de las cortinas, en donde se veía el sol a punto de llegar a su punto más alto del cielo -. Siempre tengo la sensación de... que ella me da su amor...
- Ella dio su vida por la tuya... Hijo -. Confesé. Él me miro absorto y confundido, porque siempre - por tu decisión antes de irte - le decía que habías fallecido a causa de un accidente de transito -. Ella me hizo prometer que no te lo diría hasta que yo... lo decidiera -. Mentí, porque la puesta era que se lo diría cuando supiera que era mi hora de irme. ¿Cómo iba a decirle que fallecería en ese día? Él no lo iba a permitir y lo haría sufrir todo el día, con esa idea torturando a su joven corazón -. Por eso, sientes su amor en ti. Ella cada día que pasaba, sabiendo el fin de su vida, te decía lo mucho que te amaba... y así te demostraba su cariño y amor a través de sus caricias sobre su vientre... Recordarlo, me llena el alma de felicidad...
- Gracias, papá. Gracias por decírmelo -. Respondió llorando y abrazando a mi dolido cuerpo -. Cuéntame el sueño -. Insistió y no pude negarme... me gustaba contarle cada vez que soñaba contigo.
- Estaba en casa, acostado en mi cama como todas las mañanas. Pero esta vez... había un aroma diferente, y comprendí que era el aroma de tu mamá. Mire a mi lado, y no había nadie, pero había dejado su esencia en las sabanas y almohadas, y dejado su figura dibujada en la cama. Me levante, sonriendo por saber que ella estaba ahí, con nosotros. Salí de la habitación y me dirigí hasta donde fue tu habitación de bebé, la cual ahora es tu habitación. La puerta estaba entre abierta, y la vi contigo en brazos. La habitación estaba inundada de su aroma, y a la vez de una paz que jamás pude experimentar. El ventanal de la habitación estaba abierta, las cortinas danzaban al compás de la brisa de esa mañana y los rayos del sol traslucían las mismas, dejando que su suave luz se proyectara hacia ella y hacia ti. Ella levanto la mirada y me miro, estaba usando su vestido blanco mientras sonreía como nunca creí recordar su sonrisa. Me dijo " Ven con nosotros" y me acerque a ustedes. Era bebé y jugabas con las manos hacia el aire, mientras tocabas con tus pequeños dedos sus suave pelo... La observe sorprendido, preguntándome por qué tenía que ser un sueño, pero cuando sus labios besaron los míos... los sentí como si realmente fuera cierto y verdadero aquel sueño -. Lo mire y lloraba en silencio -. Pero al despertar... supe que al fin y al cabo fue un sueño... pero aun así, sentí la esencia de sus labios en los míos... como si me hubiera besado en la realidad...
- Sé que leí su carta... pero nunca me contaste como te sentías en cada momento, y tampoco como paso aquella vez, en que la dejaste después de estar juntos en una noche -. Me interrumpió y asentí, recordando aquello momentos en que ella describió su manera de sentir en cada ocasión.
- No te preocupes, hoy me dedicare a contarlo todo...
Es verdad, tres veces nos cruzamos en la vida... dos en la que no me dedique a ella, aun así sabiendo sus sentimientos hacia mí. Es verdad también que no supe su nombre hasta el acto de graduación, pero cuando la había chocado meses antes de que termine el año... quise quedarme todo el día con ella, tratando de saber un poco de su persona. Sophie me decía que era una "don nadie", pero yo sabía que era alguien muy importante y que que me amaba con todo su cuerpo y alma. Aun me pregunto del por qué no la invite a que sea mi cita el la fiesta de graduación, y del por qué no deje en ese momento a Sophie para estar con ella. Pero como _____ dijo, cada decisión toma un rol en la vida, aun así me lamente... fue mi decisión la que llevo a que ambos no estuviéramos el tiempo justo e indicado para compartir un poco más de cada uno.
Cuando la choque en aquel hermoso día, estaba decidido a pasar todo el día con ella... pero la odiosa bocina, que tocaban mis amigos e incluso mi novia, no me dejaron de otra que dejarla, diciendo que nos volveríamos a ver y que lo sentía por haberla chocado. Supe que estaba feliz por mis palabras, por haberla visto a los ojos y hablado en un día, pero aquella promesa de que la volvería a ver... nunca pude cumplir. Cada vez que quería acercarme a ella, siempre se metía Sophie en el camino, evitando que me le acercara y tener una charla, o cada vez, en que pasaba por su casa, ella nunca estaba y su madre me decía que volvería en unas hora, pero tenía prácticas y no podía esperarla.
Siempre algo impedía que la viera y le hablara, y en el día de la fiesta, quería evitar su peor momento... pero no pude, Sophie me sujetaba del brazo y cuando pude zafarme, escuche el ruido de una bofetada. Mire hacia a ella, y mi amigo se sobaba la mejilla mientras que ella se iba del lugar. No mucho después de eso, dejé Sophie.
- ¿A dónde crees que vas? -. Me pregunto y yo solo me encurde de hombros mientras soltaba su mano de mi brazo -. ¡Nick, en unos minutos nos elijaran como la reina y el rey de la fiesta... no puedes irte!. ¡Y tampoco permitiré que te vallas con esa mosquita muerta! -. Reprochó y simplemente la mire a los ojos, no podía creer que estaba con una mujer así de interesada y despreciable como era Sophie.
- No puedo creer que estuve por tanto tiempo tan ciego, ¿Cómo pude creer que eras diferente? -. Pregunte mientras ella se quedaba helada por mis palabras, y aprovechando eso, me fui de la fiesta dirigiéndome hacia la plaza central de la ciudad.
No sabía que ella estaría allí, pero cuando la vi con su vestido purpura - a causa del ponche - decidí acercarme a ella. Estaba perdida en sus pensamientos, por lo que tome las cadenas del columpió y la columpie hasta que vi sus ojos viéndome. En ese momento dejé de hacerlo y me senté a su lado, en donde mire la noche mientras ella me miraba de perfil.
- ______ -. Murmure y ella se me quedo mirando mientras me iba.
Estaba sonriendo, pero no por como estaba ella, sino por haber abofeteado a Cristián, aquel que ya no lo consideraba más como mi mejor amigo. Muchas veces soporte que se riera de ella, pero esa vez no pude. Estaba muy confundido por mis sentimientos, y no podía decir que la amaba sin saber si realmente lo sentía. No quería ilusionarla, y por eso tome la tonta decisión de callarme, evitando poder estar unos años más con ella.
Después de varios años más, la volví a encontrar. Nuestro mejor amigo - el cual compartíamos sin saberlo - había realizado una de sus tantas fiestas. No era de ir a esas fiestas en que él me invitaba para que conociera a una chica, que era su amiga y que él la describía como una mujer "perfecta" para mí, pero yo no podía sacarme de la mente a _____ y por eso, en vez de ir a las fiestas, me dedicaba a preguntar por ella, para saber si alguien sabía de ella, pero nada.
- Nick, deja de buscar tanto a esa chica... y ven a mi fiesta, además no puedo hacer que mi amiga te espere ¿Entiendes? -. Me amenazo, y realmente tenía razón, no podía pasármela toda la vida buscando sin encontrarla.
- Esta bien, además así me dejas de molestar con esa chica -. Dije algo fastidiado, pero mi mejor amigo se fue con una sonrisa dibujada en su cara -. No comprendo del por qué me eliges a esa chica, si según tú es hermosa y perfecta. Si estuviera en tu lugar, me quedaría con ella y no se la daría a cualquier necesitado -. Inquirí y él sonrió como siempre.
- Ya vez, me gusta ayudar... Además sabes que me gusta su mejor amiga, no puedo amar a otra -. Respondió en su auto, el cual puso en marcha y se fue. Esa noche fue muy larga y aun más cuando entre a su casa.
- Lo prometido es deuda... así que no quiero deberte nada -. Dije con mi más amenazadora mirada que tenía. No quería estar ahí, pero cuando entre todo cambió. Presentí que algo pasaría, y ese presentimiento me alegro el corazón.
- En unos minutos, ella estará acá -. Dijo y me adentre aun más a la enorme casa, la cual estaba repleta de gente, y de muchas hermosas chicas, pero ya nada me interesaba más que saber quien era esa mejor amiga que tenía que conocer.
No fue más de unos minutos en que vi a mi mejor amigo con una hermosa chica, llevaba puesto un vestido azul y una chaqueta de jeans, la cual estaba desprendida, dejando ver su esbelta figura que se cubría por la tela del vestido. Era hermosa, y cuando vi sus ojos... supe que era ella, que era _____. Me acerque a ellos, y antes de que él nos presentara, él tuvo que irse porque uno de los invitados derramo vino en su sillón nuevo. Sonreí por ese momento, y la mire. No lo dude ni un segundo, la besa en la mejilla y tome su mano, dirigiéndonos hacia fuera de la casa, enfrente de la piscina. Después de unos momentos, en que le confesé que quería verla desde la fiesta, y que me sentía arrepentido por no haberle dicho lo que ellos le harían en esa noche, ella me dijo que era parte del pasado, que ya no importaba y que también quiso volverme a ver. Con esa me convencí de que su amor me correspondía, y después de decirle que había dejado a Sophie en esa misma noche... no pude evitar tomar sus manos y acercarme a ella, a medida que tomaba y acariciaba su mentón hasta que la bese como jamás imagine besarla. Ella me correspondió enredando sus brazos en mi cuello y yo su cintura, sintiendo por todo mi cuerpo la felicidad que jamás sentía e imagine sentir con ella.
Después de esa noche, estuvimos muchos meses juntos... hasta que ella, después de haber ido a cenar, me dejo hacerla suya. Esa noche iba a hacer inolvidable y duraría hasta que ella despertaría... pero no pude cumplir ese sueño. En esa misma madruga, tuve un ataque a causa de que había olvidado mi insulina en casa. No pude hacer nada, más que separarme de ella y vestirme, para después besar sus labios e irme. Pero al ver un cuaderno, del cual sobresalía unos sobres, me detuve y me los lleve. En ese momento recordé aquella vez que me la choque en el pasillo, y que ella guardaba esos mismos sobres en el cuaderno. Siempre me pregunte que decían, y la verdad que no podía quedarme con la intriga, por lo que los tome y me fui.
Al llegar a casa, me inyecte la insulina y me acosté en mi cama, recordando como era su cuerpo. Recordando como había recorrido el mismo con mis caricias y besos, recordando que ella siempre me decía en susurro un "te amo", y yo nunca se lo dije. No recuerdo del por qué, pero ahora entiendo del por qué lo hice. Era mi enfermedad, ella me hacia tener miedo, y no permitía que le dijera lo especial que era para mí y solo porque tenía miedo de algún día morir y dejarla desilusionada y con el corazón roto. Sus cartas decían dulces cosas, como lo que le causaba con solo encontrar mi mirada o cuando veía mi sonrisa, aun así supiera que no se la dedicaba a ella. Sus palabras me hicieron amarla más... y cuando iba a tomar nuevamente mis llaves para ir a su departamento y decirle todo lo que sentía por ella... caí en el suelo, desmayado y con lágrimas en los ojos sentía la muerte abrazándome en una fría estela de despedida. Si no hubiese sido por qué Joe - mi hermano - vivía conmigo ene el mismo departamento, de seguro no estaría contando esto. Mil veces, después del fallecimiento de _____, quise volver a ese momento y morir... pero me arrepentía al minuto, cuando escuchaba el llanto de mi hijo.
- ¡Tengo que ir a verla! -. Le grite a Joe cuando estaba despierto, con las agujas clavadas en mis venas, como tantas veces estaban en mi cuerpo -. ¡No le he dicho lo tan hermoso y apreciado que es para mí, Joe! -. Murmure llorando, sabiendo que si seguía así no iba a llegar a nada.
Cuando me recupere por completo, la busque pero nunca la encontré. Después de cinco años después, la volví a encontrar y no dude a ir a buscarla. Gracias a nuestro mejor amigo, supe que ella estaba viviendo cerca de su negocio, por lo que decidí ir a buscarla allí, pero no estaba y la llame a su casa, pero este no dejaba de darme al contestador. En ese momento escuche su voz, el cual decía que no se encontraba y que dejara el mensaje, que al llegar lo escucharía y respondería. No deje ninguno, ya que - según nuestro mejor amigo - ella estaba muy dolida por mi repentina partida, y entendió que solo había sido un pasa tiempo para mí, pero no era así. Ella lo era todo, y cinco años tuve que esperar para llegar a ese momento. Sin poder irme lejos de ahí, por sí llegaba, decidí ir a caminar hasta que llegue a la plaza central con la carta que le había escrito para dársela si era que la encontraba, y como cosa del destino, la volví a encontrar.
Estaba hermosa, con un jeans negro, una remera blanca y una chaqueta de jeans azul, mientras que ella estaba acariciando a su cachorro. Estaba sonriendo mientras miraba al cachorro labrador dorado, por lo que no vi que me acercaba a ella. Solo cuando le extendí el sobre, ella me miro con sus ojos que me decían que estaba odiándome, aunque en un segundo, su mirada me miraba como siempre lo hacia... con dulzura y amor. Me senté a su lado y volví a extenderle el sobre, y ella lo tomo para después leerlo. En ese sobre describía todo lo que ella causaba en mí, y lo que provocaba en cada mirada, sonrisa, caricias... en cada beso que ella me regalaba. Deseaba tanto terminar enredado en ella, que no veía la hora de que ese día terminara... claro que pensando que ella me perdonaría y todo volvería a la normalidad. Cuando termino de leer, me observo y me abrazo como había olvidado de que eran así de cálidos sus abrazos. Pero al separarse con su mirada en lágrimas, me pidió una explicación del por qué me había ido.
- Tuve miedo... y aun lo tengo -. Dije sin verla a los ojos, pero pude ver como estos se inundaban de lágrimas -. Tuve miedo de que me dejaras al saber la verdad... al saber que sufro de Diabetes-.Inquirí y me miro a los ojos. Solo me mantuve viéndola para después proseguir:-. Dependo de la insulina de por vida... _____ -. Finalicé mientras acariciaba su mejilla cuando vi que comenzó a llorar.
- ¿Pero... por qué creíste eso, Nick? ¿Por qué te fuiste sin siquiera decir que sufrías una enfermedad? -. Pregunto entre sollozos.
- Esa noche tuve una taque, y había olvidado la insulina en casa...
- No lo vuelvas hacer... No me dejes otra vez, Nick -. Me interrumpió, abrazándome por mi pecho mientras que yo le acariciaba la espalda.
- No lo haré...
Era confortante tenerla a mi lado y aun más abrazándola. No me cabía en la cabeza como pude tardar tanto para volverla a sentir entre mis brazos, sintiendo su cálido cuerpo contra el mío.
- No quise dejarte, pero tuve miedo -. Le susurre mientras tomaba su mano -. Pero cuando estuve al borde de morir... recapacite. No sé si es demasiado tarde, pero no puedo morir sin antes vivir una vida contigo.
Finalicé y ella me beso con las lágrimas que se mezclaban con las mías.
- No es demasiado tarde para que estés conmigo...
- Te amo -. Dije interrumpiéndola, y cuando me miro lo volví a decir, pero a gritos:-. ¡Te amo!
Grite haciendo que todos dejaran sus quehaceres para vernos sorprendidos, mientras que algunos sonreían por lo que le decía a mi novia. En ese día, después de estar caminando por el lugar con nuestros helados, me hizo prometer que jamás la volvería dejar. Ambos prometimos no dejarnos, pero al parecer el destino no prometió lo mismo... porque impidió que ella cumpliera su promesa.
Cuando el médico nos dijo que el embarazo estaba en peligro, y que debíamos elegir entre ella y mi hijo, yo no dude ni un momento - aun así me doliera saber que no tendríamos a nuestro primer hijo - en salvar la vida de ella. Pero ella no lo permitió que lo hicieran...
- Ella no permitió que te dieran muerte... ella dio su vida por la tuya, Hijo -. Finalicé, mientras ya el sol se ocultaba. Recordaba que estaba el sol a punto de llegar a lo alto del cielo, y en ese momento estaba oscureciendo. Ya sonreía al saber que mi partida estaba llegando, y que la encontraría allí, cuando mis ojos se cerraran -. huele a rosas... huele a ella... -. Murmure mientras cerraba mis ojos para poder oler mejor aquel hermoso perfume, que al parecer era el único que lo olía.
- Yo no huelo nada, papá -. Lo escuche decir, y lo mire. Él me miro a los ojos, los cuales estaban derramando lágrimas por alguna razón, que yo ya sabía -. ¿Ya... es el Adiós? -. Pregunto y no pude mentir más, no pude hacerlo... ya era hora, y antes de partir... no quería mentir más.
- Sí...
- Prométeme que me acompañaran siempre... y que velaran mis sueños, que... que se aparecerán siempre en mis sueños, haciéndome ver como hubiese sido nuestra familia, papá -. Dijo abrazándome, mientras ya veía mi vista nublada y que algo me llevaba.
- Dile a Carmen... que gracias a ella, ame por segunda vez. Que la amo, Nathan*. Y Nathan, recuerda que nosotros siempre estaremos contigo... -. Susurre mientras escuchaba que en un hilo de voz, decía "sí". Ahí fue cuando no tuve fuerzas y deje mi cuerpo...
Mi hijo grito a los médicos, como una vez yo lo hice cuando falleciste. Él era tan joven, que me dolió despedirme de esa manera, pero ya era mi hora... y él no estaría solo porque estaba Carmen, aquella mujer que lo amaba como propio, así como me amaba a mí.
Al ver que los médicos decían que había muerto a las 9 p.m. me fui... saliendo de la habitación viendo como mi hijo lloraba en los brazos de Carmen, quien también lloraba desconsoladamente. Toque sus hombros, pero solo mi hijo supo que estaba atrás de él.
- Bienvenido... Amor
- ______ -. Le dije al verla con su vestido blanco, viéndola como cuando teníamos tan solo dieciocho años. Cuando me mire, también volví a ser el chico de dieciocho años. La volví a ver, y ella me sonrió nuevamente -. Te amo... Te extrañe como nunca
- Lo sé... te agradezco por mantenerte en tu promesa, Te amo... mi amor
Cuando la escuche decir eso, todo lo que pude hacer fue abrazarla por la cintura y girar con ella. Cuando deje de girar, la vi a los ojos y la bese como cuando la volví a ver por segunda vez. En sus ojos y en sus labios, me perdí... pero pude sentir una suave brisa que nos rodeo y dejamos de estar ahí... estábamos en una casa, en la casa que una vez fue de los dos.
- ¿Por qué estamos aquí?... Supuse que estaríamos en el cielo, con alas tras nuestras espaldas, y conocer a Dios -. Pregunte ingenuamente y ella me miro sonriendo divertida.
- Yo creí lo mismo -. Dijo con su sonrisa -. Pero... aquí se vive, Nick. No hay dolor ni tristezas... solo hay alegrías y siempre es de día...
- Se vive...
- Sí, aquí esta nuestra familia... en un decir, viviremos lo que no pudimos en la otra vida -. Dijo y comprendí que ahí no había mentiras ni tristezas, como ella lo había dicho.
Sonreí... y entre con ella a la casa, la cual había soñado antes de despertar por ultima vez en esa vida, en que no tenía su compañía.
Las esperanzas nos mantienen en pie, y así se puede vivir... pero cuando la despedida llega, ya no hay nada más que hacer, más que esperar y decir Adiós en el momento indicado.
Cuando alguien parte... hay que entender que esa persona ya no sufre, que vive mejor en otro lado... dejando su cuerpo, el cual tan solo es un recuerdo. Lo más valioso ya esta libre y no sufre... solo resplandece por el hecho de ser feliz... es por eso, que cada vez que alguien parte, creemos ver una luz. Esa misma luz es el alma que es feliz
Rocio_Jonas
Re: "Decisiones Difíciles(Nick Jonas y Tú)"
por Rocio_Jonas Miér 07 Mar 2012, 3:41 pm
Nathan* se pronuncia Neidan :) por si las dudas :D
Espero que les guste! las quieroooooooooo muchooooooooooooooooooo!
Besos n.n
Espero que les guste! las quieroooooooooo muchooooooooooooooooooo!
Besos n.n
Rocio_Jonas
Re: "Decisiones Difíciles(Nick Jonas y Tú)"
por Magui Miér 07 Mar 2012, 4:31 pm
AAAAAAAAAAAAAAAAAH! Mori y resucite solo para comentarte!! fue hermoso, demasiado hermoso!!! Te amo!
Gracias por compartir esta bellísima segunda parte. Me hiciste pensar acerca de muchas cosas, te super quiero.
Gracias por compartir esta bellísima segunda parte. Me hiciste pensar acerca de muchas cosas, te super quiero.
Magui
Re: "Decisiones Difíciles(Nick Jonas y Tú)"
por Taescaab Vie 09 Mar 2012, 7:21 pm
Roci me encanto llore con el relato de nick, amo como escribes pero eso ya lo sabes
Taescaab
Re: "Decisiones Difíciles(Nick Jonas y Tú)"
por Belencita Dom 11 Mar 2012, 10:23 pm
que shoot mas lindo!!
me encanto......
quede sin palabras
xo
me encanto......
quede sin palabras
xo
Belencita
Re: "Decisiones Difíciles(Nick Jonas y Tú)"
por Catta Jonas Lun 12 Mar 2012, 7:52 pm
Maldición!
Fue tan hermoso!
Y tan triste .. Ay morí xd
Te quedo superrr ;)
Fue tan hermoso!
Y tan triste .. Ay morí xd
Te quedo superrr ;)
Catta Jonas
Re: "Decisiones Difíciles(Nick Jonas y Tú)"
por M i c a e l a Miér 30 Mayo 2012, 7:10 pm
Nunca es tarde para leer(?)
OMJ! otra gran escritora
me hiciste llorar rocio hermosa One shot's :'D
OMJ! otra gran escritora
me hiciste llorar rocio hermosa One shot's :'D
M i c a e l a
Re: "Decisiones Difíciles(Nick Jonas y Tú)"
por Rocio_Jonas Miér 30 Mayo 2012, 7:15 pm
MicaCrazy escribió:Nunca es tarde para leer(?)
OMJ! otra gran escritora
me hiciste llorar rocio hermosa One shot's :'D
Que linda n.n gracias por tus halagos n.n me haces emocionar de verdad n.n ay! espero que los siguientes one shot's que algún día me dignare a subir :P les guste también :D Realmente gracias :D
Rocio_Jonas
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