Zombieland (Continuación Novela Colectiva) PRIMERA TEMPORADA TERMINADA

— Espero volverte a ver — dije con una sonrisa casi malévola, saque una granada Incendiaria el niño sabia donde conseguir buen armamento pensé sin dejar de sonreír pero mi sonrisa desapareció cuando uno de esos “malditos” golpeo la ventanilla en donde yo estaba, haciendo que Wolf empezara a gruñir y ladrar, guarde la granada en el maletín que estaba en los asientos de atrás, cada vez llegaban más y más por el ruido que provocaba Wolf, encendí el auto y acelere con fuerza llevándome a varios por delante en parte el miedo de que alguno de ellos rompiera el vidrio hacia que me mordiera el labio a un punto que me lastimara y saliera un poco de sangre, pero otra parte de mi disfrutaba el momento de poder estrellar algunos Zombies contra la pared, me dirigí en dirección opuesta a donde aquel chico se había tomado, puse un CD de AvrilLavigne a un volumen moderado para no atraer más bichos de esos, en eso una pregunta me surgió ¿los famosos estarán a salvo en un albergue? me pregunte a mí misma cuando escuchaba “What the Hell”, mire hacia el frente y luego mire a Wolf quien se había acostado en la siga mientras un gran suspiro lo acompañaba, empecé a bajar la velocidad hasta que la camioneta paro por completo, recosté mi cabeza en la silla y deje salir de mi boca un gran suspiro nostálgico, abrí la guantera y saque la foto de mi familia, cada día me sentía menos fuerte, refregué uno de mis ojos, yo ni siquiera me entendía, estaba feliz por haberle robado esa granada al chico moreno y ahora me sentía impotente…volví a suspirar, y me deje caer, pero ¿Por qué perdía las esperanzas?¿qué me sucedía? se repetía en mi cabeza una y otra vez, en eso nuevamente escuche un golpe en mi ventanilla, me sobresalte haciéndome caer del asiento, pero solo era el moreno que en su rostro se podía ver que estaba enojado, suspire enojada tratando de levantarme pero me golpee la cabeza, baje la ventanilla enojada.

— ¿Qué quieres?—pregunte molesta mientras se sobaba la cabeza

— ¡¿Qué quiero?! ¡¿es enserio?! — me pregunto algo alterado— después de que me manipulas y me robas, ¿me preguntas que quiero?

— no sé de qué hablas — mentí, subiendo el vidrio de nuevo haciendo que el empezara a discutir, yo le hacía señas dándole a entender que no escuchaba ni una sola palabra, aunque esa parte si era de verdad, en eso Wolf empezó chillar, lo mire confundida pensando que de pronto necesitaba ir al baño, me estire y abrí la puerta, pero el salto a la parte de atrás con rapidez, escuche jadeos afuera por parte del chico latino, en eso sin darme cuenta un zombie chillo de forma de que lastimo mis tímpanos, lo vi en el asiento del copiloto listo para darme una mordida, saque mi arma pero los nervios me ganaron y al sacarla se me resbalo, y por el susto de la situación no cogí una de las armas que están en los asientos traseros, mi mente no funcionaba en estos momentos, se lanzó hacia mí pero con la bota que ahora se encontraba en su boca evite que se lanzara hacia mí, pero empezó con sus uñas a rasgar mi pantalón, grite al no saber qué hacer en ese momento, empecé a lanzarle varias patadas, desfigurando más su rostro y que la sangre salpicara lo que había en rededor, en eso el chico apareció con la ropa cubierta de sangre, cogió de la camisa rota aquel bicho y con un puño lo dejo en el piso, el maldito se iba volver a levantar pero fue más rápido el latino y le disparo en la frente, mire todo con la respiración agitada, el chico me miro serio, como arrepentido de salvarme, en eso otros se acercaban ¿de dónde salían estas cosas? me pregunte ya que estábamos en carretera, no había nada a Kilómetros aun, recogí mi arma con rapidez y dispare antes de que pudieran llegar a él.

— ¿estás bien? — pregunto el entrando a la camioneta asentí con la cabeza mientras me perdía en sus ojos de color chocolate, sacudí un poco la cabeza al verlo salir de la camioneta

— ¿porque? — pregunte, él se giró y me quedo viendo algo confundido sin entender mi pregunta

— ¿Por qué? ¿Qué? — me miro atento

— ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué me salvaste? —pregunte sorprendida

— porque lo hice… —susurro con una sonrisa burlona — por si no lo has notado, este mundo se está viniendo abajo, las reglas dicen no confíes en nadie y sobrevive por ti mismo, pero no se dan cuenta que entre más separados estemos más pronto este mundo será solamente de Zombies— dijo sin perder la seriedad, me miro por un momento y luego cogió la puerta para cerrarla, ¿tendría el razón? ¿Es mejor unidos que separados? me pregunte para mí misma, mire todo el trayecto que hizo hasta su moto, organizo algunas cosas para subirse a ella, baje toda la ventanilla.

— gracias y lo siento — dije sinceramente, sonrió de lado, en eso escuche decirle una maldición por lo bajo, lo mire curiosa, golpeo el tanque de de la motocicleta — ¿estás bien? —pregunte incrédula ¿desde cuándo era tan suave? fruncí el ceño molesta conmigo misma pero de todas maneras el tenia razón

— la gasolina…no hay — dijo con un tono de voz enojado y frustrado — pensé que la había llenado toda —dijo frunciendo el ceño, se bajo de la moto y con rabia pateo una llanta, si yo lo hubiera hecho estaría segundos después quejándome o exagerando que me había fracturado el tobillo, pero él siguió caminando de un lado a otro como si nada, me mordí el labio inferior sin lastimarme esta vez

— ¿te llevo? — pregunte algo insegura, el me miro

— ¿quieres llevarme?— alzo una ceja mientras su rostro mostraba burla

— no quiero, solo te lo sugiero por si no quieres ser devorado — dije siéndole indiferente cogiendo el volante ¿en qué momento se me ocurrió invitarlo? pensé rechinando mis dientes, arrepintiéndome de abrir la boca

—claro — dijo con una sonrisa burlona de lado, cogió sus cosas y se dirigió en a la camioneta, abrió la puerta del copiloto y entro en la camioneta, dejo las cosas en los asientos de atrás dejando solo en sus piernas una Laptop (?) encendí el auto y empecé a conducir siempre mirando de reojo la computadora que tenia, mi concentración estaba más en la computadora que en el camino.

— vamos a ir a Utah — dijo abriendo la Laptop y encendiéndola, empezó a escribir con rapidez, pude notar que tenía un poco de sangre

— ¿es tuya? — pregunte, ya no podía más la curiosidad me mataba, me mordí levemente el labio, el me miro y sonrió un poco pero dudo un segundo si responder o no

—la encontré — dijo serio y con un hilo de voz

— ¿la encontraste?—

— hace mucho pero no había podido verla porque no tenía batería y con la ayuda de la electricidad de aquella casa pude cargarlo y entre al sistema —

— debe ser muy importante lo que hay ahí para que te la quedaras —

— en realidad si, tiene algunos archivos… sobre lo que está pasando… — frene en seco para luego mirar al chico sorprendida
— ¿Qué quieres decir con eso? —no podía creer lo que había escuchado, se supone que los archivos estaban confinados o los habían destruido para que nadie se enterara sobre quien había sido el causante del apocalipsis, fruncí el ceño las cosas estaban cambiando

—la Laptop perteneció a un científico Jhon Wayne quien grabo sobre HIROSHIMA y NAGASHIMA, experimentos, mutaciones, pero muchos de los archivos fueron borrados y el último video menciona a tres científicos aun vivos en ese periodo de tiempo incluido el que mencione y sobre unos papeles que quedaron en Utah, tal vez para acabar con todo esto, pero no estoy bien seguro — me explico, “no puede ser” pensé al recordar a mi primo y si él seguía vivo tal vez el sabría una cura, algo que destruya el virus, pero si no seguía nadie vivo, nadie en este caótico mundo, que cada día se venía abajo

— al parecer tenemos nuevo rumbo — dije haciendo que el chico sonriera, ¿arriesgarme o no? ¿sería lo correcto?... las decisiones correctas ya no existían, solo decisiones, este mundo ya no era más una democracia...

Días después...

Mire a Carlos lanzar la pelota de tenis que encontró en una casa para que Wolf fuera por ella, Wolf lo miro mientras que Carlos le señalaba donde había caído la pelota y lo animaba para que fuera por ella, me reí por lo bajo poniendo la una maya de metal en la ventanilla del copiloto la asegure con todas mis fuerzas y voltee para ver como Carlos no desistía en que Wolf le trajera la pelota

— no lo va hacer, nunca trae la pelota — dije haciendo que me mirara confundido y frunciera el ceño

— ¿Por qué no lo hace? — me pregunto acercándose a mi

— al parecer cuando lo entrenaron, le dijeron que nunca jugara con la pelota— sonreí acariciando a Wolf quien se había hecho a mi lado

— ¿lo llevaste a una escuela de obediencia? — dijo algo emocionado ante lo que acababa de decir

— no, Wolf es un perro guardia, lo encontré en una estación de policía, donde también encontré todas las armas que están en la camioneta — dije mientras abría la puerta de la camioneta para sacar una blusa limpia

— yo pensé que... pues... no se... — se llevó una mano a la nunca mientras sus mejillas se tornaban de un color rojizo — pensé que era tuyo — dijo con una sonrisa algo nerviosa, me reí ante su actitud

— ¿Qué quieres para cenar? — dije mientras buscando en la maleta – ay... sopa de verduras... y garbanzos... —

— quiero sopa — dijo sin pensarlo mientras tomaba la lata de comida, busque de nuevo no era muy fan de los garbanzos ni de la sopa pero debía comer algo, ya que mi estomago me pedía a gritos algo, suspire y saque una lata de garbanzos, cogí la que tenia Carlos en las manos para luego llevar mi mano derecha mi estomago para calmarlo un poco, cogí el encendedor de la camioneta, tardaría más de una hora en calentar la lata para poder ser comida comestible pero valía la pena, Carlos saco un mapa de uno de los bolsillos secretos en su chaqueta de cuero

— Estamos a unos kilómetros de Scottbuff, buscamos ahí para descansar esta noche – dijo puniendo su dedo índice sobre el nombre de la pequeña ciudad que acababa de nombrar

— si seguimos el río llegaremos a Casper y de allí, pasamos a Colorado... —

— No — me interrumpió Carlos mientras fruncía el ceño

— ¿porque? — intentando parecer ingenua ante su repentina actitud

— Colorado fue uno de los primeros estados en tener albergues para proteger a las personas del virus que ataco este mundo, pero los Zombies de algún modo u otro encontraron la forma de entrar al albergue, tomando más de una vida, pero lo peor de todo fue que los militares no hicieron nada para salvar a niños, ancianos, bebes, gente inocente... — trago saliva mientras dejaba la mirada baja, me quede mirándolo mientras recordaba a mi primo, todas las cosas que había hecho.

— ¿tu como sabias eso? — pregunte, me mordí el labio esperando su respuesta

— porque mi madre y yo estábamos en ese momento... —