Sí, soy gorda... pero lo que importa es lo de adentro... ¡ja! esa ni tú te la crees

Nueva y fiel lectora Me Encanta la Historia es un poco trizte :(
ojala este mundo fuera sin bulling!! :(
Síguela cuando puedas
#Meely

Hermosa :') siguela pronto!

NUEVA LECTORA,!!!
Nunca. Había leído una novela como esta. Es muy original la trama y me has dejado con las ganas de más!

AndiideHoranCarrot escribió:Hermosa :') siguela pronto!

Chicas mas tarde capitulo

Nueva y fiel lectora




Me ancanto tu novela me gusta la forma en que narras porfis siguela lo antes posible

"Demasiado gordita"
El fin de semana estoy ahí, bueno dulce, me tengo que ir, debo terminar de empacar.
-Ok, cuídate, y no violes a tus posters- le advirtió Lucinda

-Jajajaja lo mismo digo, sueña con zanahorias- le gritó y colgó.

Otro día más, era viernes, la mañana siguiente al horrible baile y Lucinda sabía que ese sería el tema central de conversación, por no decir que el único, y obviamente, todos comentarían lo hilarante de la situación que ella protagonizó y lo buena que era Tiffany haciendo bromas.

Lucinda se levantó lentamente, sin ánimo alguno, no tenía intención alguna de llegar temprano a la escuela, evitó mirarse al espejo, ya sabía que era una horrible gordinflona, no tenía que verse para recordarlo.

Entró al baño y se dio una ducha rápida, salió y caminó desganadamente hacia su closet, cogió una polera anchísima y unos jeans también anchos y se las puso, cogió sus converse y se las calzó, luego tomó un peine y con un suspiro se dirigió al espejo.

Una chica de aproximadamente 17 años le devolvieron la mirada desde el cristal, era blanca y con rasgos finos, ojos marrones y cabello castaño, de estatura promedio, ancha y rolliza, enfundada en un atuendo que solo le hacía parecer aún más rellenita; resignada, dirigió el peine y lo pasó por su cabello, la única parte de su cuerpo que en realidad le gustaba.

Repitió la acción por unos diez minutos hasta que quedó perfecto para su gusto, tomó la mochila y su celular y bajó a desayunar.

Entró en la cocina y sus ojos se posaron en la nota que descansaba sobre la mesa.

"Tuve que salir de viaje por el trabajo a último momento, no voy muy lejos. Llegaré el próximo martes, cuídate y no comas demasiado, estás demasiado gordita.

Te quiere, mamá"

Hizo una mueca al leer la última parte, más le dio la razón, estaba "demasiado gordita", suspiró y se dirigió a la salida, llevando una zanahoria consigo.

-Al menos Louis me querrá- susurró dándole un mordisco al vegetal.

pobrecita. Me gusto mucho el capitulo aunque estuvo corta porfi no abandones la novela espero el proximo capitulo nena

u.u' es tan linda esta novela ... no se por que pero me recuerda a mi ... :c siguela pronto :)

awwwww new y fiel reader here, esta novela realmente me llego, siguela!

Sfgvsujnvfgsffubhsvksjhfbfvsjhfbkfbhbhbhkjaakhjbhibjs siguela

nkjhsjoasldasd sube pronto askjdaskdlas yo me quedo no se al punto del paro cardíaco cada que no la sigue una de mis escritoras *-----*

Hizo una mueca al leer la última parte, más le dio la razón, estaba "demasiado gordita", suspiró y se dirigió a la salida, llevando una zanahoria consigo.

-Al menos Louis me querrá- susurró dándole un mordisco al vegetal.

Llegó al colegio quince minutos antes que empiece la primera clase, se dirigió a su locker, tomando atajos, esquivando a las personas, no quería escuchar lo que estarían diciendo de ella ni que la señalaran al pasar.

Sacó los libros que necesitaría en el día y se escabulló hasta su salón de clases; llegó antes que nadie y se dirigió hasta el último asiento.

Mantuvo la cabeza gacha durante toda la clase, perdida en su mundo.

Tenía media hora libre así que se dirigió hacia el baño, como hacía usualmente para evitar cruzarse con Tiffany y su séquito.

El resto del día pasó sin mayores complicaciones que dos exámenes que pasó sin problemas y una exposición que ni siquiera se animó a presentar.

Cuando salió de trigonometría, su última clase del día, se escabulló hasta su casillero, abrió la puerta de éste y tiró todas sus cosas adentro, quedándose sólo con el celular y el dinero.

Cerró la puerta del locker y pegó un salto, sobresaltada al ver quién la esperaba detrás de ésta, Jonathan Herondale, el chico más popular y atractivo de todo el colegio

-Hola Lucinda- la saludó con una sonrisa cordial

-Hola- dijo Lucinda, algo recelosa.

-Yo… bueno… quería saber cómo estabas… digo, no fue muy lindo lo que te hicieron ayer- dijo un poco nervioso, trabándose con sus propias palabras.

Lucinda no supo qué decir, no era usual que chicos lindos se acercaran a ella, excepto para burlarse, y verlo a él allí, hablándole con amabilidad, la desconcertó.

-Bueno, no fue lindo- farfulló Lucinda- pero ya me acostumbre.

El chico sonrió de medio lado y le pasó un brazo por la espalda, obligándola a caminar a su lado.

-Perdón- dijo él, sin dejar de caminar- o sea, no fui yo, pero me siento culpable, no hice nada para evitarlo, hago lo que sea por popularidad.

-No te preocupes- dijo Lucinda, algo avergonzada- no es como si hubieras colaborado directamente- añadió mientras caminaban por el borde de la piscina de la escuela.

-Te repito- refutó él- hago lo que sea por popularidad- y sin más, la empujó a la alberca.

Todo lo que ella escuchaba eran las risas y carcajadas de sus compañeros, que habían salido de todos lados y ahora la rodeaban, bueno, a la piscina.

En su foro interno se dijo que debió haberlo sabido, ¿en qué mundo Jonathan Herondale se acercaría a ella?

-Mírenla, la ballena andante en su ambiente natural- chilló Tiffany, consiguiendo una nueva ronda de carcajadas.

Lucinda la miró con furia, miró con ira su mirada burlona, su perfil griego y su figura perfecta.

No lo pensó dos veces, dominada por la furia, se impulsó un poco y jaló a Tiffany al agua helada, las risas cesaron al instante y solo se oyó el chillido de sorpresa que soltó Tiffany; todos se apresuraron a ayudarla y Lucinda aprovechó para escapar, sabía que su impuso le iba a costar caro.

Pensó que lo había logrado, ya estaba cerca de la puerta cuando siente una mano aferrarse a su muñeca, ejerciendo demasiada presión.

-¿A dónde crees que vas?- sisea una voz femenina en su oído, haciéndola encogerse del temor, conocía perfectamente esa voz…

Wiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!!! Subistes cap espero q piuedas seguir subiendo caps mas. A me nudo me encanta esta novela:)

wow, alfin, quiero mas, i want, i want ♫♪

Pensó que lo había logrado, ya estaba cerca de la puertarncuando siente una mano aferrarse a su muñeca, ejerciendo demasiada presión.

rnrn
-¿A dónde crees que vas?- sisea una voz femenina en surnoído, haciéndola encogerse del temor, conocía perfectamente esa voz…

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-Yo… yo…- tartamudeó Lucinda, muyrnatemorizada

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-Tú- siseó la voz en su oído,rnamenazante- nunca debiste hacer eso, ahora querida ballena andante, te asegurornque la pagarás- dijo sujetándola aún más fuerte.

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Lucinda se vio obligada a caminar alrnpaso de aquella chica, increíblemente fuerte y guardaespaldas de Tiffany.

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-Stacy po…por fa… favo… favor-rnsuplicó Lucinda al ver dónde la llevaba y sobre todo, quiénes la esperabanrnallí.

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-Por favor nada ballenita, túrnmolestaste a la reina, bueno… ahora la pagas- respondió Stacy, con vozrndivertida, como si disfrutara lo que iba a hacer.

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Lucinda no dijo nada más, sabía quernno serviría de nada… además, el miedo, la tenía dominada.

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Después de todo, la mejor palabrarnpara describir a su captora, Stacy Pérez, era fuerte, la chica era muy parecidarna esas luchadoras profesionales que su padre solía ver en las peleas quernpasaban por televisión, bueno… antes de morir.

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Era una chica alta y robusta, perornno gorda, su cabello negro como la tinta caía lacio hasta la cintura y sus ojosrnnegros hipnotizaban, sus rasgos eran demasiado toscos y sobrecargados dernmaquillaje barato. Pero aun así, era una de las chicas más populares de larnsecundaria, ¿la razón?, contaba con la protección de Tiffany para quien hacíarnlas veces de guardaespaldas.

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-Hasta que apareces- chillaron dosrnvoces tan conocidas como odiadas para la castaña.

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-Ya dejen de quejarse clones- lesrnespetó Stacy a las gemelas Cooper: Cristina y Rachel.

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Esas hermanas eran parte del grupornde Tiffany, las encargadas de destruir la vida de cualquiera que Tiffanyrndecidiera. Pelinegras y de ojos pardos, delgadas y curvilíneas, facciones delicadasrny piel tersa. Muy hermosas.

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Lucinda sintió un fuerte dolor en surncuello y se precipitó contra el suelo.

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Una de las gemelas soltó una risitarnburlona que hizo a Lucinda querer golpearla. Pero antes siquiera de poderrnconsiderar la posibilidad, sintió una patada en su estómago que le cortó larnrespiración.

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A esa patada le siguió otra y otra yrnmuchísimas más; ahora no era solo Stacy, eran prácticamente todas las chicas dernsu clase las encargadas de hacerle pagar su atrevimiento.

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El dolor era simplemente indescriptible,rnla castaña se encogió de dolor, tratando de proteger su cabeza con sus manos.

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Lucinda sólo podía pensar en que sernlo tenía bien merecido, retar de esa manera a Tiffany, estaba muy mal.

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No supo exactamente qué pasó, perornen un momento determinado, el dolor simplemente cesó, y lo siguiente que supo,rnera que estaba tirada en la entrada de su casa llena de sangre y a su lado, unarnnota decía: No el final, este es solo elrncomienzo, lo lamentarás todo ballena andante, tenlo por seguro…

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Lucinda sabía perfectamente que larnmiserable notita no mentía, lo que le habían hecho no era nada comparado con lornque Tiffany solía hacer.

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Suspiró odiándose a sí misma porrnhaber caído ante sus impulsos, buscó la llave en su pantalón y entró en larncasa, ni siquiera se molestó en buscar a su madre, sabía de sobra que esta nornestaba en casa. En lugar de eso, se fue directo a su habitación para dormir, alrndía siguiente había quedado en recoger a Brenda en el aeropuerto.

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No le llevó mucho tiempo caer en losrnbrazos de Morfeo; pero a diferencia de otras noches, su último pensamiento nornfue para su banda favorita, sino para Brenda, su amiga cibernética, haciéndosernpor milésima vez aquella pregunta, ¿la querría Brenda con sus kilos de más?