La Chef [Harry Styles y TN__ Lindhagen] TERMINADA.

{Part 4- FINAL}


Estábamos a un día del 21 de julio de 2013. Yo la notaba un poco triste, hacía meses que no hablaba con su madre. A pesar de lo mucho que hablamos sobre eso, ella aún no quería decirle nada. Y yo me sentía terrible respecto a eso, porque por mi culpa se vio obligada a elegir entre su familia y yo. No me parecía justo.

Gemma, Lorena y mi madre se ocuparon, junto a mi prometida de organizar todo. La ceremonia y la recepción se realizarían el domingo, por la mañana, a las once, en una pequeña finca a las afueras de la ciudad, perteneciente a mi padre. Serían pocas personas las que asistirían: los del estudio, mis representadas y otros músicos, los empleados de TB, algunos amigos míos de Holmes Chapel y los mismos de siempre. Una boda sencilla, como TN__ quería.

-¿En qué piensas?-me preguntó, mi prometida, sentada a mi lado en el ensayo de la boda, en TB-.

-En que no puedo esperar, ya quiero que sea mañana-le sonreí, ella tomó mi mano y besó mis nudillos-.

-Yo también, quiero que sea mañana, ya quiero saber a dónde me llevaras-se mordió el labio-eres de lo peor, sabes que soy muy curiosa-se quejó, yo reí-.

-Solo veinticuatro horas más, nena-puso mi mano en su mejilla y comencé a acariciársela, estaba hermosa, vestida de verde-.

-¡TN__, ven!-gritó Nathan, estaba en la entrada, ella frunció el ceño-.

-Ya vuelvo-anunció, para acto seguido levantarse-.

TN___.

-¿Ocurre algo?-pregunté extrañada, Nathan se encogió de hombros y comenzó a hablar-.

-Hay dos mujeres en la entrada, pidiendo verte, querían pasar pero seguridad no les permitió, dicen que son tu madre y tu prima-me llevé las manos a la boca, y se me formó un nudo en el estomago-.

-Déjame verlas-pedí en un hilo de voz-.

Efectivamente, allí se encontraban ellas dos. Mirándome con los ojos bien abiertos. Mi madre me sonrió levemente, y Marianne estaba seria. Estaba pálida, de inmediato me acerqué a ellas.

-Hola-las saludé-.

-¿Eso es todo? ¿Hola? ¿En serio? ¡Pasamos meses preocupadas llamándote a todas horas y jamás contestabas! Si no fuera por Liam, que le contó a Lionel, que me lo contó a mí no hubiéramos sabido que te casabas-escupió Marianne, se me formó otro nudo en el estómago-Y tú lo único que dices es “hola”-negó con la cabeza-.

-¿Qué harán? ¿Impedirán mi boda?-pregunté, en tono desafiante, echando chispas por los ojos-.

-TN__-me llamó cautelosa, mi madre. Como siempre, su voz me calmó-no vine para pelear…hace una semana, Harry me llamó para decir que me necesitabas y me pidió tu mano-mi mandíbula cayó al piso-.

-¿Qué?-preguntamos, incrédulas, al unísono, Marianne y yo-.

-Sí-me miró, sus ojos reflejaban cansancio-cariño, hija…-tomó mis manos-me dije, que, si hizo eso, es porque te quiere y se preocupa por ti-levemente sonreí, y continuó seria-decidí que no voy a interferir entre ustedes, tú eres mi hija, una parte de mí, pero no eres para mí, tienes tu vida, tus metas y un hombre que te ama-aseguró-Vení dale un abrazo a tu mamá-me habló en español, se me cristalizaron los ojos y fui a mi segundo lugar favorito en el mundo-.

-Te quiero, y te extrañé mucho-le susurré, ella acariciaba mi cabeza, sentí que alguien tiró fuerte de mi antebrazo-.

-Te extrañé, maldita-me abrazó, Marianne, reí-.

-Bueno, parecemos unas estúpidas en medio de la acera. Entren-pedí, y las jalé adentro-.

-¡Santa mierda, TN__!-Marianne cogió mi mano-tiene el tamaño de una pelota de tenis-reí y negué con la cabeza-y es oro rose-dio un gritito-.

-Tu padre estaría muy orgulloso de ti, bebé-dijo mamá entrelazando nuestros brazos-.

Harry se puso de pie al vernos entrar, me dio una sonrisa de disculpa y le quité la lengua, solo para lograr que sonriera ampliamente. Cuando llegamos hasta él saludó a mamá y a Marianne con educación, neutro. Yo sostuve la mano de Harry mientras conversábamos acerca de la boda. Luego Gemma y Anne, fueron presentadas a mamá y Marianne, se llevaron de maravilla, cosa que no me sorprendía, las cuatro eran bastante similares. Pronto nos olvidaron a mí y a Harry, mientras ellas hablaban de los preparativos.


-Se llevan bien, ¿No crees?-me susurró, Harry, pasándome una copa de champagne, bebí un sorbo pequeño y asentí-.

-Es verdad, aunque no me sorprende-confesé, él asintió-.

-Concuerdo contigo, ¿Cómo te sientes? Estás a unas pocas horas de convertirte en la señora Styles-solté una risita-.

-No puedo creerlo-le pasé un brazo por la cintura y él me atrajo hacia su costado, tomándome de la cadera-.

-¿Qué te parece una última vez? Ya sabes, siendo TN__ Lindhagen-me mordí el labio, y de un sorbo bebí toda mi copa-.

-Bien-dejamos nuestras copas sobre la mesa y nos escabullimos a parte de atrás, donde vivía antes-.

Por costumbre, nos dirigimos al segundo piso, entre caricias y besos fuimos subiendo las escaleras. Nos llevamos la desagradable sorpresa de que no habían mesas, ni sillas, solo enormes armarios de acero de los cuales me había olvidado. Harry se encogió de hombros, me tomó de las caderas y con un fuerte golpe me empujó contra uno de los armarios. Yo acariciaba su nuca y su cabello, mientras su lengua danzaba y exploraba mi boca. Sin esfuerzo aparente, me agarró de las nalgas y me levantó, obligándome a sostenerme con ellas de su cintura. Sentí su erección pulsando mi feminidad y solté un gemido. Maldijo. Me bajó se desprendió el cinturón y, se bajó en pantalón y los bóxers de una, mientras yo me deshacía de mis bragas. Volvió a levantarme, y la adrenalina corría por mis venas. Escuché sus jadeos, cuando por fin, despacio, saboreando cada centímetro que se hundía dentro de mí. Todo el tiempo mantuvimos los ojos abiertos. Sus ojos ardían, eran llamas verdes flameando por mí y por la dulce sensación.

Vi como sus dientes se clavaban en su labio inferior. Él seguía con los ojos en los míos, moviéndose fuerte y duro, como nunca lo había hecho antes, y parando de golpe, yo gimoteaba quejumbrosa, en respuesta. Reiniciaba los movimientos con un gruñido. Alargó el momento hasta que ni él pudo soportarlo más y con unas cuantas embestidas rápidas llegué al clímax, instantes después seguida por él.

Salió de mí, suavemente, y los dos emitimos un gemido. Me sonrió y depositó un tierno beso en mis labios. Me bajó con delicadeza y nos colocamos bien la ropa.

-Voy a extrañar esto-suspiré, el melodioso sonido de su risa inundó el cuarto-.

-Yo también. Desde ahora seré un hombre…un hombre casado-dijo, con expresión risueña-.

-Estamos madurando-dije elevando las cejas-.

-Estamos enamorados-murmuró abrazándome, por la cintura, me apoyé en su pecho, agotada-.

Harry.

Esa noche, fuimos obligados a dormir, cada uno en su departamento. No podía dormir, pensando en todo lo que había conseguido en poco tiempo, todo lo que pasé. En un año, mi vida cambió para siempre, conocí a TN__ y me enamoré de ella. Nunca imaginé que el verdadero amor fuera así. Fuerte, intenso, una sensación que me dejaba sin palabras, congelado, sin ganas de apartarme de ella. Cuando pensaba en que algo pudiera hacerle daño, sentía rabia, dolor, tristeza. Un vacío horrible me succionaba. Despejé toda clase de pensamientos que me pudieran provocar ese miedo terrible. Ella estaría bien y viviríamos felices hasta viejos. Sí. Caí en un profundo sueño luego de llegar a ese acuerdo conmigo mismo.

Tuve un sueño inquietante, sobre vestidos blancos sucios y rotos, lágrimas y flores deshojadas. Pero afortunadamente, Gemma irrumpió en mi habitación para decirme que debía estar bañado y con el traje listo.

-Son las siete y media de la mañana, ve a bañarte-me regañó, yo busqué mi celular, y marqué el último número al que había llamado-.

-No puede hablar-dijo Lorena del otro lado-.

-Por favor, por favor, por favor, por favor, por f…

-¡Agh! Está bien, espera un minuto-suspiró, unos segundos después, escuché la voz que quería escuchar-.

-Hola, habla la futura señora Styles-su voz era tranquilizadora-¿Por qué estás jadeando, Harry? ¿Te encuentras bien?-inquirió, preocupada-.

-No, tuve una pesadilla y quería hablar contigo, escuchar tu voz y decirte que te amo-vi voltear los ojos a Gemma, y Niall reía entre dientes-.

-Y le arrojé agua para que despertara-gritó mi hermana, escuché reír a TN__-.

-No te burles-me quejé-.

-Ve a prepararte, yo estoy con tu madre y las chicas en la finca de tu padre, llegamos hace unos momentos, es hermosa. Está todo perfecto-suspiró-ya quiero ser tu esposa.

-Falta poco-aseguré, casi la podía ver encaramada al teléfono sonriendo-.

-Oh, conocí a Des, es muy amable.

-Sí, lo es-sonreí-cariño, te amo. Y tengo que colgar, porque, mi estimada Gemma, va a golpearme-rió de vuelta-.

-Está bien, hermoso, nos vemos.

-Hasta luego, nena.

-Adiós, seré la de blanco-a mí me tocó esta vez reír-.

-Adiós.

-Levanta ese lindo trasero y ve a bañarte-ordenó mi hermana, ni bien colgué-.

-¿Crees que debo rasurarme las bolas?-hizo una mueca de asco y me jaló los cabellos-.

-¡Eres un asqueroso!

Definitivamente la finca quedó hermosa, parecía una película. Flores silvestres, velas y madera, a eso, sumándole el aroma de campo y el paisaje de un día de verano, creaba un ambiente novelesco. Yo solo quería que llegara la hora, para poder verla, decir “Acepto”, y que TN__ por fin llevase mi apellido. Zayn, Liam y Niall, estaban trajeados, de negro. En cambio yo, llevaba puesto un traje azul marino, casi negro, con el corbatín negro y los gemelos que TN__ me regaló por navidad. Le causaría mucha gracia verme así.

Me encontré a Margaret, Eugenia, Marianne, Lorena, Gemma y Chiara vestidas igual, se veían graciosas, como haditas. Chiara y Gemma se quedaron hablando conmigo hasta que llegaron el sacerdote y el juez. Los conduje al lugar donde se realizaría la ceremonia y luego fui a buscar a Des. Lo encontré con unos tíos míos, mamá y Robin hablando.

-Abran paso, allí viene el hombre a punto de ponerse la soga al cuello-bromeó, mi padre-.

-Des-dijo, en tono de advertencia Anne y golpeó su pecho con el dorso de su mano-.

-Ouch-se sobó la parte lastimada, con exagerado ahínco-.

-Hola, papá-le abracé y palmeó mi espalda sonoramente-.

-Hijo, estoy muy orgullosos de ti-dijo cuando me soltó-y es una chica muy linda, bien portada y hacen una preciosa pareja, aún no los he visto juntos, pero es hermosa, y digna de ti-le sonreí y me encogí de hombros-.

-TN__, es…simplemente maravillosa. A veces creo que yo no soy digno de ella-me miré las manos, papá puso su mano en mi hombro-.

-Claro que sí, eres un gran hombre, un soñador. Como John Lennon. Sé que nunca te lo he demostrado muy abiertamente, pero estoy muy orgulloso de ti, Harold-por un momento pensé que se pondrían todos a llorar por las expresiones de sus caras, pero llegó Gemma, para salvar el día-.


-¡Vamos, gente! La ceremonia comienza en veinte minutos-anunció, Gemma, me miró y negó con la cabeza-¡Aquí estabas!-exclamó, se sujetó de mis hombros y bajó sus manos a sus tobillos, y se los masajeó-te estuve buscando por todas partes y estos zapatos me están matando-reí burlonamente, solo para recibir un puñetazo en el hombro-vamos, tienes que casarte-dijo-.


TN___.

Los primeros rayos de sol, entraban por el ventanal de mi habitación, había dormido sin Harry a mi lado, por primera vez en meses. Se sentía raro, aunque a mi lado yacía mi madre, que se había quedado a dormir conmigo. Me fijé en el despertador, y eran las seis y media, a las siete en punto, Anne nos recogería para llevarnos a la finca del papá de Harry. Lo primero que hice fue comprobar el vestido, me encantaba, de encaje con un lazo de seda en la cintura, de mangas largas.

Mis damas de honor, James, Maggie, Euge, Lore y Chiara, debían llegar en menos de veinte minutos, entonces, volando entré al baño y me di una relajante ducha de quince minutos. Al salir, mamá ya estaba afuera, vestida y lista con el vestido rosa pastel en una percha. Nos preparamos y desayunamos Red Bull, en lugar de café, de seguro comeríamos algo al llegar a la finca.

Anne llegó puntual, con un vestido de dama de honor, para Marianne. Ya que Harry, en secreto mandó pedir sus medidas a Zayn. Vaya que era dedicado mi prometido. Llegamos y quedé boquiabierta, era precioso el lugar. Con unos jardines enormes, y una pequeña casita de madera. El decorado era mágico, un sueño. Las chicas, que nos siguieron desde el Porsche de Chiara, tuvieron la misma reacción al bajar. El aire estaba impregnado de fragancia, olía a flores y a sol. El padre de Harry, Des.

Comenzaron a peinarme y maquillarme. James parloteaba acerca de su nuevo amor, Maggie y Euge me contaron cómo iban sus relaciones con sus mismos novios de siempre, y se pusieron a llorar, pero me obligaron a no acompañarlas porque se me iba a correr el maquillaje. Chiara, Marianne y Lorena, me contaron la ropa de los padrinos, pero no quisieron decirme como iba vestido Harry.

-¿Algo nuevo?-preguntó Maggie-.

-El vestido-contesté-.

-¿Algo viejo?-inquirió Eugenia-.

-Los aretes.

-¿Algo prestado?-abrí mucho los ojos, nadie me había prestado nada-.

-¡Yo!-exclamó Chiara, sonriente-ten-me pasó un prendedor de platino-.

-¡Gracias!-dije, y la abracé-.

-¡No! ¡Quieta!-gritaron Marianne y James al mismo tiempo, yo reí, estaba arreglada todavía, seguimos con el cuestionario-.

-¿Algo azul?-quiso saber Lorena-.

Finalmente apareció Gemma.

-Es hora-me sonrió, un escalofrío me recorrió-.

-No tengo algo azul-murmuré y me llevé los dedos a los labios, Gemma negó-.

-Sí lo tienes, olvidaste en Holmes Chapel la horquilla de zafiro que mamá y yo te regalamos por Navidad-sacó de su bolsa la prenda, me la colocó, se alejó de mí, sonriendo satisfecha-.

Estaba bien, perfecta. Iba a casarme con el hombre más maravilloso y que me amaba. Y yo lo amaba a él. James me ofreció su brazo y salimos, precedidos por mis damas de honor y sus acompañantes.

Violines tocaron al son de la marcha nupcial. Suspiré sonoramente y miré al frente.

La vi caminar hacia mí, preciosa. Fue un alivio para mí, comprobar que el vestido con el que soñé no era igual, ni siquiera parecido al que ella tenía puesto, me sonrió, al ver el corbatín. Estaba radiante, prácticamente brillaba tanto o más que el sol.

Llevaba el corbatín que le regalé por navidad, y sí, se veía endemoniadamente sexy con él. Sonrió y sus hoyuelos hicieron acto de presencia, no podía creer que estaba caminando hacia él, al fin iba a ser feliz. Mi vida era él. El centro de mi universo entero.