Creaste mi mundo [Liam Payne&LorenaWoodson]

Escucho a lo lejos un «Despiértense, no sean flojos».

Me estremezco al sentir unos leves golpes en mis piernas, sigo durmiendo e ignoro. Me di cuenta que era Zayn quién intentaba despertarnos a mí y a Liam, así que decidí seguir haciéndome la dormida. Pero no fue la mejor idea, porque inmediatamente se montó en la cama y comenzó a brincar intensamente. Quería pararme, gritarle que dejara el fastidio, se fuera y nos dejara dormir, pero era imposible, tenía demasiado sueño para aunque sea intentarlo.

Liam quien estaba a mi lado pasa una mano por mi cintura. Ambos estábamos cansados y no queríamos molestias. Aunque claramente el sueño de él era más pesado que el mío.
La mano de Liam se quita de repente, por lo que me imagino que es el moreno arrebatándosela para continuar con su misión, despertarnos.

– ¡Basta! –Grité estresada, pero fue peor. Zayn comenzó a saltar con más intensidad.

– ¿Qué rayos quieres? –Preguntó Liam molesto a lo que yo suelto una gran carcajada. Me di cuenta que él también se hacía el dormido.

– Es que hablé con Paúl, o bueno, él habló conmigo, ya que me llamó…

– Termina de hablar –dijo un Liam estresado.

– Bueno, me dijo que Lorena necesitaba ropa, así que me dio el dinero y se me ocurrió irnos de shopping –chilla emocionado.


En el poco tiempo que llevo conociendo a los chicos, Zayn es el más cuidadoso con su imagen, y le encanta tener ropa nueva, aunque cabe destacar que Louis es el que compra más a menudo, son unos adictos.
Me coloco boca abajo poniéndome la almohada encima de la cabeza, haciendo el paro que no quiero escucharlo. De pronto unas manos agarraron mis pies tirándome hacia la mitad de la cama, grité un poco asustada y ellos se ríen, me di cuenta que había sido el moreno.


– Eres un imbécil ¿oíste? –Me paré de la cama para acomodarme la ropa y limpiarme las lagañas con la mano. Localicé el baño y me enjuague toda la cara. Seguro que no era la mejor en esos momentos, donde lo único que quería era dormir y soñar con las caricias de Liam, sus besos y su hermosa voz cantándome.

Tocaron la puerta del baño y me sobresalté un poco.

– ¿Qué pasó? –Pregunté.

– Apúrate –Insiste Zayn. Se me ocurre una idea y toco por todo el baño tratando de buscar un pote, con dificultad lo encuentro para luego llenarlo de agua. Ya me imagino el desastre que iba haber, pero era necesario en esos momentos. Quién le manda a despertarme, o mejor dicho, despertarnos.
Me reí por dentro por lo que iba a ocurrir y luego abrí la puerta, seguido de un ataque de agua contra Zayn. Me río a carcajadas al imaginarme lo molesto que estaría por eso, pero inmediatamente él suelta una carcajada acompañándome. Fruncí el ceño, debería estar molesto. Me crucé de brazos, había fallado mi plan.

– ¿Te ríes por estar empapado? –Pregunté y soltó otra inmensa carcajada.

– ¡No me mojaste a mí! –Fue lo único que pudo decir, mientras yo me llevé las manos a la boca sorprendida, soltando el pote, que sostenían mis manos.

– Me mojaste a mí –dijo un Liam que quería reírse, pero a la vez estaba algo molesto.

– Disculpa –me acerqué a él para tratar limpiarlo.

– No te preocupes –habló tranquilo.

– ¡¿No te preocupes?! –Exclama Zayn– lo dejaste empapado.

– No ayudas en nada Malik –protesté.


Después de ese momento vergonzoso y limpiar todo, estábamos caminando por la ciudad de New York. Tenía puesto short y una blusa cómoda. Los chicos veían cada tienda y me escogían la ropa, a veces peleaban por cual se me vería más bonita, pero Liam siempre ganaba diciendo que yo era su novia y él sabe con cuál me vería mejor, me reía apenada, era raro escuchar a Liam decir eso, ya éramos novios oficiales y todavía no me cabía en la cabeza.

La mayoría de la ropa, fueron vestidos. En un momento cuando Zayn estaba probándose algo me dirijí a Liam y le digo lo que en realidad necesito, con la mayor vergüenza del mundo, logré hablar. El asiente riéndose en poco, mientras siento mis mejillas arder.

Zayn terminó de hacer sus respectivas compras y Liam nos llevó a una tienda de ropa íntima. Le dijo una chica lo que necesitaba y ella con mucho gusto me ayudó. Al final salí con 10 conjuntos.

– Para verlos –dijo Zayn curioso queriéndome quitar la bolsa pero yo le grito que no lo haga. Liam protesta, ya que según él, es mi novio y nada más posee ese derecho, a lo que yo le replico que tampoco debe hacerlo.

Ahora tocaba el turno de Liam y no escogió mucha ropa, creo que entre todos, él era el más sencillo. O bueno también estaba Harry, que según los chicos, era de las personas que veían algo y lo compraban sin preguntar precio, o siquiera probárselo.

Caminamos, correteamos palomas, hablamos de diferentes temas y terminamos comiendo helado en una banca. Liam hablaba sobre los misterios de la vida y Zayn replicaba.

– ¿Cómo puedes soportarlo? –Me pregunta el moreno.

– Es lo que me más me llama la tención de él –contesté sonriente.

– Ahí lo tienes –dijo Liam divertido–. Además tú no puedes hablar mucho, eres un filósofo –molestó a Zayn y este imito las palabras de su compañero burlándose. Parecían unos niñitos.

Sentía la brisa pegar en mi cara, escuchaba a los niños jugando cerca, las aves. Era un momento maravilloso y junto a ellos, perfecto. Los chicos se han vuelto una parte esencial en mi vida. No todo puede ser tan malo a veces.

Liam entrelaza su mano con la mía y se acerca a mí para darme un beso, correspondo nerviosa porque sé que Zayn está mirando, y debe ser muy incómodo para él. Dicho y hecho salió con sus comentarios irónicos.

– Me pregunto si mi mamá tuvo por un hijo a una lámpara, porque para eso es que sirvo en estos momentos.

– Ven aquí, idiota –dijo Liam y eso significaba que iba agárralo y hacerle una tortura de cosquillas, ellos hacían eso constantemente como muestra de cariño. Río ante lo quejidos de este, por lo que sin querer boto el helado, supuse que se me había manchado el short, pero sigo riéndome sin poder evitarlo.

– ¡Te manchaste! –Exclamó Zayn. Me limpié con unas servilletas que me dio él y luego nos paramos de allí para seguir caminando.

En la gran parte que estuvimos paseando hubo un silencio notable, se estaba volviendo incómodo, no quería decir algo, pero esto ya me estresaba, si Liam no tuviese su mano entrelazada junto a la mía, pensara que estuviera caminando sola sin rumbo.

– ¿Nadie va a decir algo? –Pregunté de repente.

– Bien dicho Lorena –ironizó Zayn–. Por qué no hablas tú, cuéntanos ¿cómo fue tu primer beso con Liam? –Juro que quise ahorcarlo por ser tan estúpido. Bajo la cabeza para que entienda que no quiero hablar de eso y enseguida Liam le reprime.

Se lo merecía, por curioso –dije para mis adentros–. Seguimos caminando por un rato más y después nos fuimos de vuelta al hotel. Metí la bolsa de compras en otro bolso, que era donde tenía todas mis cosas. Salgo de nuevo, porque los chicos me dijeron que bajáramos un rato a la piscina del hotel, me coloco los lentes de Harry que ahora son míos y bajo con los chicos. A pesar que no tenga traje baño acepté, a lo mejor me conseguía a un niño como el de aquél día. Lo recuerdo y una sonrisa involuntaria se escapa de mi rostro, pero por mala suerte viene a mi mente lo mucho que estaba preocupado Niall, ya lo entiendo todo, hasta se puso celoso del niño pensando que iba cenar con alguien más. Ahora que sé todo, me pregunto cómo no pude darme cuenta antes. Tantas señales y yo no las captaba.

Liam me indicó hacia una silla y al rato escuché otros pasos acercarse.

– ¿Dónde rayos estuvieron todo el día? –Preguntó Louis con su voz chillona en forma de regaño.

– Comprando –dijo Zayn, a lo que el primero grita furioso, supongo que en forma de juego, eso esperaba.

– ¿Por qué no me dijiste? Necesito ropa nueva, tirantes, pantalones.

Era inevitable no reírme ante la situación.

– Ya Louis, déjalo –intervino Harry–. Por qué no mejor lanzamos a alguien al agua –sigo riéndome sin parar, pero luego me callé al percibir el gran silencio.

– ¿Qué paso-o? –Titubeé un poco e inmediatamente unas manos agarraron mis brazos y las otras mis pies–. ¡Suéltenme! –Grité desesperada.

– ¡Suéltenla! –Gritó de pronto Niall, lo que hace que me ponga nerviosa. Los chicos le hicieron caso inmediatamente y alguien toma de mi mano.

– Vamos, disfrutemos del agua –dijo el irlandés entusiasmado.

– Tengo ropa, no me van a dejar entrar –dije tímida. Bufó.

– Por favor Lorena, no nos dirán nada, confía en mí.


Sonrío un poco y luego él me incita a correr para a la cuenta de tres –dicha por él– saltamos al agua, la presión me lleva hasta abajo y sus manos volvieron a tomar las mías para que me agarrara de la orilla, no era una experta nadando, que digamos.

– ¿Quiénes me agarraron? –Pregunté tomando un poco de aire, debido al chapuzón.

– Louis y Harry, no pienses que Zayn se acercaría a la piscina –solté una leve risilla y luego me callé para escuchar esa risa de Niall que tanto extrañaba. Era raro lo que estaba sintiendo en ese momento. Antes hablaba con Niall y todo era tranquilo, ahora todo era… nervios–. Hay algo que debo decirte, bueno decirles –susurró.

– ¿Qué pasó? –Me imagino lo furioso que debe estar Liam por verme ahí con Niall, pero no me importaba, hace tiempo que no hablaba con él y lo necesitaba.

– Mejor te lo digo en la noche –me dio un beso en la mejilla y luego me llevó hacia las escaleras para salirnos de la piscina y llevarme hacia donde se encontraban los chicos–. Nos vemos en la noche –fue lo último que dijo para luego irse.

– Yo voy contigo amigo –dijo Louis en seguida. Bajé la cabeza, esperando cualquier regaño.

– ¿Qué fue eso? –Me preguntó Liam.

– Creo que un buen comienzo de mejores amigos… de nuevo –comenté apenada.

– Tranquila –dijo Zayn pasando su brazo por mi hombro.

– ¿Estás molesto? –Pregunté insegura.

– ¿Yo? ¡Para nada! –interrumpe el moreno.

– No seas tonto –habló Harry–. Le preguntó a Liam, no a ti.

– No –dijo sereno–. Permiso Malik –este le hizo caso para que Liam pudiera enredar sus brazos en mi cintura mientras me depositaba un suave beso.

– Niall me va a decir algo en la noche –suelto de repente en susurros.

Horas después.


Me coloco uno de los vestidos nuevos y me peino lo más posible para la cena de hoy. Después de salir del área de la piscina Paúl nos llamó aparte para organizar una cena, como otra celebración de todos los éxitos que han cosechado los chicos hasta ahora. Me pregunto si Niall sabría de esta cena y por eso quería aprovechar que todo el mundo estuviera distraído para decirme lo que tanto debía.

Alguien toca la puerta y digo que pase con un leve grito. Escucho que abren la puerta y siento unos pasos hacia mí. Me asusto porque no habla, así que aprieto el peine bien fuerte, preparada por si me hace algo y tengo que pegarle con eso, sé que no es el mejor recurso pero es lo que tengo al alcance.

– ¡Boo! –Me dice una voz chillona que a lo segundos logro reconocer.

– ¡Perrie! –Exclamo contenta, jamás pensé que ella fuese a venir–. ¿Y Eleanor?

– Ella se quedó abajo con Lucho, esperamos por ti –me sujeta la mano.

– Bueno es que… yo solo me arreglaba –digo tomando los lentes oscuros para luego ponérmelos.

– Deja eso a un lado –me los aparta–. Te ves mejor así –doy una sonrisa torcida y hago lo que ella me pide.


Bajamos rápidamente y al llegar me saludó Eleanor amablemente y los chicos y Paúl con un enorme «Hi». Saludo a todos con la mano y Perrie me indica a una silla, donde comenzaría la cena. Estábamos en el restaurante del hotel, que por lo que me imaginaba debería ser lujoso. Perrie se ha comportado muy bien conmigo después de enterarse que era ciega por medio de Eleanor, sé lo mucho que le incomodó y que de una forma u otra quiere recompensarme.

La cena comenzó bien, supe que Niall no estaba porque los muchachos lo mencionaron y eso me extraño. El primer plato fue pan tostado con salsa de ajo –como abre bocas–, luego comimos croquetas de pollo con jamón, estaban deliciosas. Ahora tocaba el postre. Justo cuando estoy dándole una cucharada al mío, escucho la voz de Niall a lo lejos.

– Disculpen –dijo algo exhausto–. Sé que me perdí gran parte de la comida y eso está muy mal, de eso mucho, tanta comida desperdiciada –todos nos reímos ante su comentario y mientras lo escuchaba decidí probar un poco del postre, me llevé la cuchara a la boca y vaya que estaba sabroso, mis papilas gustativas se alborotaron–. Bueno si me tardé fue por algo y quisiera presentarles a ese algo –fruncí el ceño atenta a cualquier palabra–. Gente ella es mi novia, Esme Stevenson.

Inmediatamente toso sin poder evitarlo y la persona que estaba a mi lado –que en esos momentos no me acordaba quién era– me dio leve golpes en la espalda.

– ¿Qué pasa Lorena? –Vuelve a preguntar Niall–. Eso era lo que necesitabas decirles –me rasco la cabeza un tanto confundida, todavía no entendía lo que él acababa de decir.

– Bueno, bueno. Mucho gusto señorita –dijo Paúl y todos lo siguieron saludándola, menos yo. Estaba en un trance. ¿Niall con novia? Pero si él me confesó hace unos días que me amaba. ¿Será qué todo era mentira? ¿Será que siempre fue novio de ella y hasta ahora es que lo viene a decir? Se me pasaron tantas cosas por la mente. Hasta llegué a pensar que lo más seguro era que tenían tiempo juntos, a lo mejor pelearon y me confesó semejante cosa para poder olvidarla, porque él sabía exactamente lo débil que era.

Aprieto los puños fuertemente sobre el mantel y me paro rápidamente para luego irme sin decir nada. Niall me sujeta.

– ¿A dónde vas?

– No me siento bien –respondo fríamente. No sabía por qué me había puesto así. Tal vez por la estúpida idea de que él me estuviera utilizando. Fui a mi habitación, y me frené antes de entrar para luego tirarme en el suelo del pasillo algo confundida. Todo era muy confuso, él me dijo que necesitaba decirme algo a mí y ahora se los dice a todos, todo esto iba a volverme loca.

– ¿Por qué te fuiste así? –Llega una voz dulce a mi lado, esa voz que tanto me calma.

– Me mintió –fue lo único que dije para luego sentir como se tumbaba en el suelo para acompañarme y poner su cabeza en mi hombro, mientras jalaba unos cuantos mechones de mi ondulado cabello y dejaba suaves caricias.

– No pienses en eso, yo también estoy confundido, o mejor dicho, todo lo estamos. No tienes por qué pensar lo peor.

– Pero él me dijo que me amaba –replico–. Todo era una mentira para poder olvidarla, supongo.

– Claro que no, piensa lo contrario, que quiere estar con ella para poder olvidarte.


Hubo un silencio duradero y luego me acomodo un poco.

– Te quiero Liam –susurro suavemente.

– Yo también Lorena, mucho –se levanta y me da un suave beso en la nariz–. ¿Quieres bajar?

– Solo quiero descansar.

El me comprende y me da un beso antes de irse, entro a mi cuarto y lo primero que hago es lanzarme en la cama sin quitarme la ropa. Tarareé unas cuantas canciones para no pensar en lo anterior sucedido y luego quedarme profundamente dormida.




Me despierto con una terrible que jaqueca, me pareció extraño porque hace tiempo que no me daba y me levanto de la cama. Me di cuenta que había dormido con el vestido puesto, así que me doy una ducha rápida. Luego de salir del baño escogí unos pantalones cómodos junto con una camisa. Anteriormente les había pedido a los chicos que todos los pantalones que escogieran por mí, fueran negros, ya que así podía combinar con cualquier camisa y a la hora de vestirme no parecer un payaso por no saber qué colores tengo puestos.


Salgo para ver qué hay de nuevo para hoy y lo primero que hago es tocar a la puerta de al frente, que era la de Liam. Las demás quedaban a lo largo del pasillo interminable. Nadie responde, algo desanimada me doy la vuelta para regresar a mi habitación, cuando unos manos sujetan las mías, casi apretándolas.


– ¡Auch! –Protesto por el dolor que causó en mi ser, pero solo logro escuchar una risa irónica totalmente desconocida. Quiero seguir caminando sin orestarle mucha atención, pero ahora toma mi brazo y lo jala–. ¿Quién eres? –Pregunté con la respiración ya agitada del terrible susto que pasaba.

– Mira niñita –me habló desafiante–. No sé cuáles sean tus objetivos, solo te pido que te alejes de Niall, anoche te pusiste molesta y eso me da señales de estás sufriendo de celos por él, así que más te vale que te alejes de mi novio, porque si no, te la verás conmigo perra –dijo eso para luego marcharse y dejarme ahí sola, dándole espaldas a mi habitación y estando frente a la de Liam, sin comprender qué rayos acababa de suceder.