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Rosas sin espinas - Nick&Tu (adaptacion) Terminada.
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Rosas sin espinas - Nick&Tu (adaptacion)
Capitulo 5
_______ salió airosa del acto del domingo, las Consultas del lunes, y retocó los arreglos de las siguientes celebraciones porque las novias habían cambiado de idea.Canceló dos citas con dos hombres muy agradables con los que no le apetecía salir más de noche y pasó las veladas haciendo inventario y ordenando cintas, pinzas, recipientes y formularios.Durante todo ese tiempo no dejó de preguntarse si debería llamar a Nick y hacer algún comentario frívolo y desenfadado sobre el beso… o fingir que aquello no había pasado.Oscilaba entre las dos primeras opciones y una tercera también, que consistía en ir a su casa y abalanzarse encima de él. Terminó por no hacer nada, salvo armarse un lío en la cabeza.
Enfadada consigo misma, llegó pronto a una reunión de empresa programada para la tarde. Acortó el camino entrando por la cocina de Laurel y vio a su amiga preparando una bandeja de galletas y una pequeña fuente con fruta y queso.
—Me he quedado sin Coca-Cola Light —anunció _______ abriendo la nevera para coger una lata—. Estoy prácticamente en las últimas porque nunca recuerdo que mi coche no tiene batería.
—¿Has llamado al taller?
—Me he acordado de eso hace unos diez minutos. Después de confesar, sometida al experto interrogatorio del mecánico, que compré el coche hace cuatro años, que nunca lo he llevado a revisar, que no puedo recordar exactamente cuándo fue la última vez que le cambié el aceite, si es que se lo he cambiado alguna vez, ni cuándo comprobaron el chip del ordenador y otros temas automovilísticos que ya no recuerdo, el mecánico me ha dicho que vendrá a recogerlo para llevárselo al taller.
Esbozando un mohín, _______ tiró de la arandela y bebió directamente de la lata.
—Me siento como si hubiera secuestrado a mi propio coche y ahora ese hombre fuera a rescatar al rehén. Me ha hecho sentirme incluso más imbécil de lo que ya me sentí con Nick. Me apetece una galleta.
—Tú misma.
______ cogió una.
—Ahora estaré sin coche hasta que él decida devolvérmelo. Si es queme lo devuelve, cosa de la que no estoy tan segura.
—Ya llevabas una semana sin coche porque la batería no funciona.
—Es cierto, pero me hacía la ilusión de lo contrario porque lo tenía aparcado ahí delante. Supongo que tendré que coger la camioneta si quiero ir al mercado y a los trillones de lugares que me quedan pendientes. De hecho, estoy aterrada, porque he caído en la cuenta de que la camioneta tiene un año más que el coche. Y a lo mejor ahora le da por rebelarse.
Laurel añadió unos preciosos caramelos mentolados con cobertura entono pastel en la bandeja de las galletas.
—No me tomes por loca, pero cuando te devuelvan el coche, podrías llevar a revisar la camioneta.
______ mordisqueó su galleta.
—El tío del taller lanzó esa idea al vuelo. Necesito que me consuelen.¿Qué tal si cenamos y vemos una peli esta noche?
—¿No tenías una cita?
—La he anulado. No estoy de humor.
Laurel se apartó el pelo de los ojos de un soplido, gesto que le permitió quedarse mirándola de la sorpresa.
—¿No estás de humor para salir?
—Mañana tengo que levantarme temprano. Me tocan seis ramos de mano, y con el de la novia, siete. Son seis o siete horas de trabajo. Le he dicho a Tink que venga media jornada, para ganar tiempo, y luego quedará todo el montaje de la celebración del viernes por la noche.Además, me he pasado casi toda la mañana clasificando flores.
—Eso nunca había sido un problema para ti. ¿Seguro que te encuentras bien? Se te ve algo apagada.
—No, estoy bien. Me encuentro bien. Es solo que… no estoy de humor para salir con hombres.
—Eso no me incluye a mí, supongo. —Delaney Brown entró en la cocina, levantó en brazos a _______ y le dio un sonoro beso—. Mmm.Galleta azucarada.
______ se rió.
—Coge una.
Del cogió una galleta de la bandeja y le sonrió a Laurel.
—Considera que es parte de mi minuta.
Basándose en la experiencia, Laurel cogió una bolsa de cierre y empezó a llenarla de galletas.
—¿Vienes a la reunión?
—No. Tenía que resolver unas cuestiones legales con Parks —dijo Del. Y ya que estaba allí, y había una cafetera preparada, fue a servirse una taza.
Tenía el pelo castaño oscuro y unos ojos azul intenso como Parker. Los refinados rasgos que Laurel distinguía en ambos hermanos resultaban un poco más toscos en él. Con su traje de rayas gris humo, los zapatos italianos y la corbata de Hermès, Del encajaba en la imagen de un abogado de éxito de Connecticut. El vástago de los Brown de Connecticut.
Al terminar, Laurel se quitó el delantal de repostera y lo colgó de un gancho.Del se apoyó en la encimera.
—He oído decir que la semana pasada metiste caña en la boda de los Folk.
—¿Los conoces? —preguntó _______.
—Sus padres son clientes míos. No he tenido el placer (aunque, por lo que cuenta Nick, quizá eso sea exagerar) de conocer a la nueva señora Harrigan.
—La conocerás cuando te pidan hora para el divorcio —intervino Laurel.
—Siempre tan optimista.
—Esa mujer es insoportable. Esta mañana le ha enviado una lista de críticas a Parker. Por correo electrónico, desde París. Y está en su luna de miel.
—¡No puedo creerlo! —_______, estupefacta, se quedó mirando boquiabierta a Laurel—. Pero si fue perfecto… Todo salió perfecto.
—El champán no estaba lo bastante frío, el servicio de mesas fue un poco lento, el cielo podría haber sido más azul y la hierba más verde.
—Sí, es una arpía. Y después de haberle puesto diez rosas más… No una, sino diez. —_______ hizo un gesto de impotencia—. Da igual. Todos los que asistieron, las personas que cuentan, saben que fue perfecto. Y ella no podrá cambiar eso.
—Así se habla. —Del brindó con la taza de café.
—Por cierto, hablando de Nick, ¿lo has visto? Quiero decir si lo verás.
—Mañana, de hecho. Iremos a la Gran Manzana a ver un partido de los Yankees.
—Quizá podrías llevarle su chaqueta. Se la dejó, o más bien olvidé devolvérsela. Tanto da; tengo su chaqueta y es probable que la necesite.Si quieres, puedo ir a buscarla. Está en mi despacho. Iré ahora mismo.
—Ya pasaré yo y me la llevaré cuando me vaya.
—Bien. Ya que tienes que verlo… me harías un favor.
—No te preocupes. Mejor me voy. —Del tomó la bolsa y la sacudió ligeramente ante Laurel—. Gracias por las galletas.
—La docena de galletas recién horneadas, incluida la que te has comido, la deduciré de tu minuta.
Del le sonrió a Laurel y salió disparado.
Laurel esperó unos segundos y señaló a _______.
—Nick.
—¿Qué?
—Nick.
—No —respondió _______ lentamente llevándose una mano al pecho.
—______. _______. No seas tonta, lo llevas escrito en la cara. Has insistido una pasada.
—No es verdad. —Quizá sí lo fuera—. ¿Y qué?
—Dime qué pasa entre tú y Nick.
—Nada. Nada en absoluto. No seas ridícula. —_______ notó que la mentira le trababa la lengua—. No se lo digas a nadie.
—Si no puedo decírselo a nadie, entonces es que pasa algo.
—No es nada. Supongo que no es nada. Estoy exagerando. Maldita sea. —_______ se metió en la boca el trozo de galleta que le quedaba.
—Comes con normalidad. Pero el ritmo habitual al que nos tiene acostumbrada ______, falla. Confiesa.
—Primero tienes que jurarme que no les dirás nada a Parker o a Mac.
—Me pides algo muy difícil. —Laurel trazó una cruz en el pecho y alzó una mano—. Lo juro.
—Me besó. O nos besamos. Pero empezó él, y no sé qué habría pasado a continuación porque Parker me llamó por el busca. Tuve que irme, y él se marchó. Eso es todo.
—Espera, me he quedado sorda de la impresión cuando has dicho que Nick te besó.
—Corta el rollo. Esto es serio. —_______ se mordió el labio—. O puede que no. ¿Lo es?
—No parece que seas tú la que habla, ________. Eres una maestra manejando a los hombres y dirimiendo situaciones románticas o sexuales.
—Ya lo sé. Solo que ahora se trata de Nick. No tendría que estar hablando de… —hizo aspavientos con los brazos—, manejos. Estoy sacando las cosas de quicio. Fue solo un momento, fueron las circunstancias. Pasó… y ya está hecho, por eso no tiene ninguna importancia.
—_______, sueles ponerte romántica cuando hablas de hombres y de relaciones potenciales, pero nunca te había visto tan afectada como ahora. Estás hecha un flan.
—¡Porque se trata de Nick! ¿Qué me dirías si estuvieras enfrascada en tus cosas, horneando pasteles, y Nick entrara, te besara e hicieras el papel de una imbécil? ¿O si lo hiciera Del? Ya verías si estarías hecha un flan.
—La única razón por la cual ambos entran en mi cocina es para robarme pastelitos. Como Del acaba de demostrar. ¿Cuándo pasó eso? ¿La noche de tu avería?
—No, pero por poco. Durante un segundo… Creo que ese segundo fue el que provocó lo que pasó luego. Sucedió durante la recepción del sábado.
—Vale, bien… Dices que Parker te llamó al busca. ¿Y qué sentiste?¿Qué puntuación sacó Nick en el chispómetro patentado por _______ Grant?
_______ dejó escapar un suspiro, alzó los pulgares y trazó una línea imaginaria.
—Entró en la zona roja y luego rompió el chispómetro
.Laurel, torciendo el gesto, asintió.
—Siempre sospeché eso de Nick. Sus vibraciones alcanzan la zona de riesgo. ¿Qué vas a hacer ahora?
—No lo sé. No lo he decidido todavía. Me siento descolocada. Necesito recuperar mi equilibrio y luego ya pensaré en lo que hago. O lo que no hago.
—No olvides contármelo, y también dime cuándo me vas a sacar la mordaza de la boca.
—De acuerdo, pero mientras tanto, ni una palabra. —______ cogió la fuente de quesos y frutas—. Ahora actuemos como dos ejecutivas.
Votos tenía la sala de reuniones en lo que fuera antiguamente la biblioteca. Los libros seguían presidiendo la sala enmarcando la estancia,salvo en ciertos espacios destinados a fotografías y recuerdos. La biblioteca mantenía su calidez y elegancia, aun cuando sirviera para hablar de negocios.
Parker, sentada a una imponente mesa labrada, abrió el ordenador portátil y la BlackBerry para tenerlos a mano. Dado que ese día las reuniones y las visitas que había tenido por la mañana ya habían terminado, la chaqueta de su traje descansaba en el respaldo de la silla.
Mac estaba sentada frente a ella, estirando sus largas piernas, vestida con los tejanos y el mismo jersey que se había puesto para trabajar.
Emma dejó la bandeja sobre la mesa y Mac se incorporó para coger un puñado de uvas.
—Chicas, llegáis tarde.
—Del nos ha entretenido en la cocina. Antes de que entremos en materia, ¿quién se apunta luego a cenar y ver una peli?
—¡Yo, yo! —Mac levantó la mano—. Carter tiene una reunión de profesores y eso evitará que me ponga a trabajar para esperarle. Hoy he tenido un día a tope.
—En cuanto a mí, tengo la noche libre. —Laurel dejó la bandeja de galletas junto a la fuente.
Parker se limitó a descolgar el interfono y presionó un botón.
—Hola, señora Grady. ¿Le va bien preparar la cena para las cuatro?Fantástico. Gracias. —Parker colgó—. Habrá pollo y alguna cosa más.
—Por mí, bien —dijo Mac mordiendo una uva.
—De acuerdo. El primer punto a tratar es Whitney Folk Harrigan, alias novia Monstruosa. Como Laurel sabe, me ha enviado un correo en el que precisa en qué asuntos deberíamos mejorar.
—Bruja. —Mac se incorporó en esa ocasión para untar un cracker de romero con queso de cabra—. Le dimos muchísima caña a esa celebración.
—Lo que tendríamos que haber hecho era darle caña a ella —comentó Laurel.
—Whitney cree, sin exponerlo por orden de importancia, que… —Parker abrió un dossier y leyó el correo que previamente había impreso—.El champán no estaba lo bastante helado, el servicio durante la cena fue lento, en los jardines faltaban flores y no había suficiente color, la fotógrafa pasó más tiempo del estipulado con los invitados cuando la novia merecía una mayor atención, y los postres expuestos en la mesa no eran tan variados ni estaban tan bien presentados como ella esperaba. Añade que se sintió presionada y/o abandonada por la programadora del acto en ciertos momentos de la celebración y espera que nos tomemos estas críticas con la intención con que nos las expone.
—Mi respuesta es… —Mac enseñó el dedo corazón.
—Sucinta —asintió Parker—. Sin embargo, le he contestado dándole las gracias por sus comentarios y deseándole que ella y Justin se lo pasen muy bien en París.
—Pelota —musitó Laurel.
—¡Por supuesto! Podría haberle escrito lo siguiente: «Querida Whitney, vete a la mierda», como fue mi intención inicialmente. Ahora bien, me controlé. De todos modos, se ha ganado un ascenso. Ahora se llama la novia Monstruosa y Arpía.
—Debe de ser tan infeliz… Lo digo en serio —comentó _______ cuando sus amigas se quedaron mirándola—. Quien quiera que se dedique a boicotear una boda como la que le preparamos tiene que ser desgraciado por naturaleza. Me daría pena esa mujer si no me inspirara tanta rabia. Ya me dará lástima más adelante, cuando se me pase el enfado.
—En fin, rabia, pena… o que se joda, la parte positiva es que gracias a esa celebración hemos concertado cuatro visitas guiadas. Y seguro que caen más.
—Parks ha dicho «que se joda». —Mac sonrió y se comió otro grano de uva—. Está enfadadísima.
—Se me pasará, sobre todo si nos contratan cuatro celebraciones más como resultado del espléndido trabajo que hicimos el sábado. Por ahora, voy a poner a Whitney en el nuevo Armario de la Fatalidad que he diseñado, y donde todo lo que se ponga la hará parecer gorda, los estampados son de lunares y los colores entre los que elegir son el pardusco y el beis mala cara.
—Eso es un golpe bajo —opinó Laurel—. Me gusta.
—Pasando a otra cosa —retomó la palabra Parker—. Del y yo nos hemos reunido para comentar algunos aspectos legales y financieros del negocio. El contrato de socias comanditarias está a punto de expirar y tendremos que renovarlo. Eso incluye el porcentaje que derivamos a Votos y que procede de los encargos individuales y externos. Si alguien quiere proponer algún cambio en el contrato, incluidos los porcentajes, ahora es el momento.
—A mí me parece que funciona, ¿no? —_______ miró a sus socias—. No creo que ninguna de nosotras imaginase que llegaríamos a donde hemos llegado cuando empezamos con Votos. Y no me refiero solo al tema económico, que sin duda supera lo que yo habría ganado hasta ahora si hubiera podido abrir una tienda propia, sino, dejando de lado a la novia Monstruosa y Arpía, a la reputación que nos hemos labrado, juntas y por separado. El porcentaje es justo y lo cierto es que los dividendos que Del percibe como propietario de la finca son mucho menores de lo que debería. Todas trabajamos en lo que nos gusta y con personas a las que queremos. Además, nos ganamos bien la vida.
—Creo que lo que _______ quiere decir es: firmemos. —Mac se metió en la boca otro grano de uva—. Y yo soy de su misma opinión.
—Yo también —añadió Laurel—. ¿Por qué razón tendríamos que cambiar las cosas? —le preguntó a Parker.
—No hablo por mí, pero Del me aconsejó, como asesor legal nuestro que es, que cada una de nosotras vuelva a leer el contrato y comunique cualquier duda o sugerencia a las demás antes de renovar.
—Yo propongo que Del redacte los documentos, los firmemos y descorchemos una botella de Dom Pérignon.
Mac señaló a _______ manifestando su acuerdo.
—Secundo tu propuesta.
—Y los síes ganan —anunció Laurel.
—Se lo diré. También he hablado con nuestro contable.
—Vale más que seas tú quien trate con él —comentó Laurel.
—Estoy de acuerdo. —Parker sonrió y bebió un poco de agua—.Hemos tenido un primer trimestre muy bueno y vamos camino de aumentar el beneficio neto en un doce por ciento respecto al año pasado.Me ha aconsejado que valoremos la posibilidad de invertir una parte de los beneficios en el negocio. Por eso, si alguna de vosotras, o todas, tenéis la necesidad, el capricho o un deseo egoísta de renovar vuestro equipo, o alguna idea que Votos pueda aprovechar como empresa, podríamos decidir en qué vamos a gastarnos el dinero y qué cantidad deberíamos invertir.
_______ levantó la mano antes de que las demás pudieran hablar.
—He estado pensando en esta cuestión, sobre todo desde que revisé mis libros del último trimestre. El acto más importante hasta el momento se celebrará la primavera próxima: la boda de la joven Seaman. Solo las flores ya rebasan la capacidad de mi cámara frigorífica y por eso tendremos que alquilar otra durante unos días. Si comprara un modelo de segunda mano, a la larga resultaría más práctico que alquilarlo.
—Me parece bien —dijo Parker tomando nota—. Pide precios.
—Puede que también haya llegado el momento —siguió exponiendo _______—, con esta celebración en perspectiva y el aumento del volumen del negocio, de adquirir otros artículos que solemos alquilar. Las sillas para exteriores, por ejemplo. De ese modo, cuando organicemos un acto al aire libre, seremos nosotras quienes se las alquilemos al cliente y nos embolsemos la cantidad. Además…
—Ya veo que has estado pensando —comentó Mac.
—Sí, en serio. Como Mac ya está haciendo reformas en su casa para ampliar la vivienda e instalar en ella al amor de su vida, ¿por qué no reformamos al mismo tiempo su espacio de trabajo, su estudio? Necesita más espacio para sus archivos y un vestidor de verdad, en lugar del pequeño tocador que tiene. Y, ya puestas, el cuarto de los abrigos que da a la cocina de Laurel no sirve para nada, porque ya tenemos un cuarto parecido. Si lo reestructurásemos, Laurel podría instalar una cocina auxiliar, un horno, una nevera industrial y un pequeño almacén.
—Dejemos que _______ siga hablando —terció Laurel.
—Parker necesita un sistema de seguridad informatizado para que pueda controlar todas las zonas públicas de la casa.
Parker aguardó unos instantes.
—Creo que ya has gastado ese beneficio neto varias veces.
—Ganar dinero solo es divertido si puedes gastarlo. Tú sigue en tu papel de Parker; eso evitará que las demás perdamos la cabeza. Sin embargo, creo firmemente que tendríamos que hacer algo de lo que he propuesto y dejar el resto pendiente para otra ocasión.
—Bien, si he de actuar como Parker, diré que la cámara frigorífica tiene sentido. Mira a ver qué encuentras. Tendremos que hablar con Nick para saber cómo meterla en tu zona de trabajo, y podemos aprovechar para pedirle que nos dé alguna idea sobre cómo reestructurar el estudio de Mac y rehacer el cuarto de los abrigos. —Parker iba tomando notas a medida que hablaba—. Por mi parte, como ya había pensado en comprar el mobiliario, he empezado a mirar precios. Desarrollaré la idea para que veamos a donde nos lleva todo esto y luego ya decidiremos por dónde es más sensato empezar.
Pasó página y planteó el siguiente punto de discusión.
—Veamos: próximas celebraciones que contribuirán a financiar nuestros sueños y esperanzas. La ceremonia de compromiso. Hoy las novias me han pasado sus votos y el guión de la ceremonia. Me refiero a la del viernes por la noche. Hemos lanzado una moneda para decidir que Allison, a la que llamaremos novia Uno, llegará a las tres y media y Marlene, la novia Dos, a las cuatro. La novia Uno se instalará en la suite de la novia y la novia Dos en la del novio. Como comparten dama de honor,esta irá pasando de suite en suite. El hermano de la novia Uno será el padrino y usaremos el salón familiar del segundo piso para él, y también para el PDNA, si fuera necesario. El padrino estará junto a la novia Uno durante la ceremonia, y la DDH, con la novia Dos.
—Espera. —Mac levantó un dedo mientras tecleaba los detalles en su ordenador portátil—. Vale.
—Estas mujeres saben exactamente lo que quieren y se ajustan al plan, así que por mi parte va a ser muy fácil tratar con ellas. La MDNA Uno y los hermanos de la novia Dos no están dando saltos de alegría porque ellas quieran formalizar su relación, pero colaborarán. Mac, quizá tendrás que convencerlos de que salgan en las fotos que las clientas quieren.
—No te preocupes.
—Bien. _______, háblanos de las flores.
—No han querido flores clásicas, pero sí muy femeninas. Ninguna de las dos quería llevar ramo y hemos decidido que Allison llevará un tocado y Marlene, peinetas con un detalle floral. La DDH, una corona y cuatro rosas blancas. Las novias se intercambiarán rosas blancas durante la ceremonia, justo después de que encendamos el cirio de la unión. Y cada una de ellas le regalará una rosa a su madre. Los hombres llevarán rosas blancas en el ojal. Será precioso.
______ cambió de pantalla para localizar los arreglos y dio un sorbo a su Coca-Cola Light.
—Han querido que los arreglos y los centros florales resuman la frescura de un prado. Pondré mucha jabonera y margaritas de colores,crisantemos y gerberas, ramas de cerezo en flor, fresas silvestres… Un poquito de tul, y unas guirnaldas a las que estoy dando forma de margaritas trenzadas. Y durante la recepción, unos jarrones de flor única para las rosas.»Habrá farolillos y velas en el salón principal y en el salón de baile,cuyos arreglos seguirán el mismo estilo natural. Quedará sencillo y dulce,creo. Si una de vosotras puede ayudarme a transportar el peso, yo sola me puedo hacer cargo del montaje.
—Cuenta conmigo —se ofreció Laurel—. El pastel que han elegido es el bizcocho de vainilla, que rellenaré con espuma de mora y cubriré con merengue italiano. También han querido añadir unas flores muy sencillas,que hacen juego con las de _______. No necesitaré ponerlas sobre el pastel hasta las cinco más o menos, y por eso estaré libre para el montaje. En cuanto al resto, quieren un surtido de galletas y caramelos mentolados con cobertura en tonos pastel.
—Nos ceñiremos al programa estándar de los viernes por la noche —añadió Parker—, pero sin lanzar el ramo y la liga. El ensayo será el jueves por la tarde, así que si hay algún problema técnico, lo solucionaremos en ese momento. Y ahora pasemos al sábado…
Cada vez que _______ pensaba en sus padres y en el modo en que se habían conocido y enamorado, revivía la historia como si fuera un cuento de hadas.
Había una vez una chica de Guadalajara, México que cruzó el continente para ir a la ciudad de Nueva York. Fue a trabajar con su tío, que se dedicaba a cuidar no solo de las casas, sino también de los hijos de las personas que lo necesitaban o así lo querían. Sin embargo, lo que Lucía deseaba era tener una bonita casa en lugar de un apartamento ruidoso, una casa entre los árboles y las flores en lugar de estar metida entre aceras. Trabajó sin descanso soñando que algún día tendría su propio hogar y quizá una pequeña tienda donde vendería objetos muy bonitos.Un día su tío le dijo que un hombre que vivía muy lejos, en un lugar llamado Connecticut, había perdido a su esposa, y que su hijo pequeño se había quedado huérfano de madre. El viudo se había marchado de la ciudad en busca de una vida más tranquila y, como pensó Lucía, quizá por los dolorosos recuerdos que le inspiraba la casa que había compartido con su mujer. Ese hombre se dedicaba a escribir libros y necesitaba un lugar tranquilo, y como a menudo viajaba, también necesitaba que alguien cuidara de su hijo pequeño cuando él no estaba. La mujer que se había encargado de eso desde hacía tres años, desde la desgraciada muerte de su esposa, quería volver a Nueva York. Y Lucía dio el gran salto: se marchó de la ciudad y entró a trabajar en la fantástica casa de Phillip Grant y su hijo Aaron. Lucía se dio cuenta de que ese hombre, apuesto como un príncipe,quería mucho a su hijo. La tristeza que adivinó en sus ojos la conmovió. El niño había vivido tantos cambios en sus cuatro años de vida que ella comprendió su timidez. Lucía preparaba las comidas, se ocupaba de la casa y cuidaba de Aaron mientras su padre escribía libros.
Se enamoró del niño, y el niño de ella. A veces su comportamiento dejaba mucho que desear, pero a Lucía le habría disgustado que las cosas fueran diferentes. Por las noches Phillip y ella solían charlar de Aaron, de libros o de cualquier otra cosa. Y cuando él se marchaba de viaje por trabajo, añoraba sus conversaciones… y lo añoraba a él.A veces miraba por la ventana mientras Phillip jugaba con Aaron, y se le derretía el corazón.Lo que ignoraba era que él se encontraba en su misma situación.Porque también se había enamorado, como ella. Sin embargo, Phillip tenía miedo de decírselo porque no quería que Lucía los dejara. Y ella temía contárselo por si le ordenaba que se marchara.Un día de primavera, bajo las combadas ramas en flor de un cerezo, y mientras el pequeño al que los dos adoraban jugaba en el columpio, Phillip la tomó de la mano y la besó.Cuando las hojas de los árboles se tiñeron de los colores intensos del otoño, se casaron. Y vivieron felices y comieron perdices.
¿Qué tenía de extraño, pensó _____ mientras aparcaba la camioneta en uno de los dos abarrotados caminitos de entrada de la casa familiar,que ella fuera una romántica nata?
¿Cómo se explicaría que alguien que hubiera crecido al amparo de esa historia, junto a esos personajes, n oquisiera vivir un amor parecido?
Sus padres llevaban treinta y cinco años amándose y habían educado a sus cuatro hijos en una vieja casa victoriana que había ido ampliándose con el tiempo. Se habían forjado una buena vida en ella, una vida sólida y duradera.
______ no tenía ninguna intención de conformarse con menos.Sacó de la camioneta el arreglo floral que había hecho y caminóde prisa para llegar a tiempo a la cena familiar.
Se le había hecho tarde,pensó, pero ya les había avisado. Asiendo el jarrón con un brazo, empujó la puerta y entró en una casa saturada de color, el color que su madre necesitaba para vivir.
Apresurándose hacia el comedor, la recibió una algarabía tan intensa como el color de las pinturas y las telas que allí había.Reunidos en torno a la gran mesa del comedor estaban sentados sus padres, sus dos hermanos, su hermana, sus cuñadas, su cuñado, sus sobrinas y sobrinos… y comida como para alimentar al pequeño ejército en que se había convertido la familia.
—Mamá. —______ se acercó a Lucía, le dio un beso en la mejilla, dejó las flores en el aparador y luego dio la vuelta a la mesa para besar a Phillip—. Papá.
—Ahora sí que vamos a cenar en familia. —La voz de Lucía todavía conservaba el calor y la música de México—. Siéntate antes de que estos cerditos se lo zampen todo.
El sobrino mayor de ______ lanzó unos gruñidos y le sonrió a la joven cuando esta se sentó a su lado. ______ tomó la fuente que Aaron le pasó.
—Me muero de hambre —dijo asintiendo, e hizo un gesto a su hermano Matthew para que le sirviera vino de la botella que le ofrecía—.Seguid hablando, ya me pondré al corriente.
—Primero, la gran noticia. —Al otro lado de la mesa su hermana Celia cogió a su marido de la mano. Antes de poder hablar, Lucía dejó escapar un grito de alegría.
—¡Estás embarazada!
Celia se rió.
—No hay manera de dar una sorpresa en esta casa. Rob y yo estamos esperando el tercer, y os aseguro que último, descendiente para el mes de noviembre.
Llovieron las felicitaciones, el miembro más joven de la familia golpeó la cuchara con entusiasmo contra la trona y Lucía se levantó de un salto para ir a abrazar a su hija y a su yerno.
—Ah, la llegada de un bebé es la mejor noticia que pueda darse.Phillip, vamos a tener otro bebé.
—Cuidado. La última vez que me dijiste eso, _______ nació nueve meses después.
Lucía, con una carcajada y asiéndolo por la nuca, presionó su mejilla contra la de él.
—Ahora les toca a los chicos trabajar duro, y a nosotros, divertirnos.
—_______todavía no ha cumplido con su parte —apuntó Matthew moviendo las cejas.
—Espera encontrar un hombre tan guapo como su padre y menos pesado que su hermano. —Lucía clavó los ojos en Matthew—. Y esa clase de hombres no crece en los árboles.
_______ le dedicó una sonrisita sarcástica a su hermano y se sirvió cerdo asado.
—Además, todavía ando buscando por los huertos —dijo con dulzura.
Cuando los demás se marcharon, _______ se quedó para dar una vuelta por el jardín con su padre. Bajo su tutela, había aprendido muchas cosas sobre las flores y las plantas, y había llegado a amarlas.
—¿Qué tal va el libro? —preguntó ______.
—Es una mierda.
_______ rió.
—Siempre dices lo mismo.
—Porque siempre es así en esta fase. —Phillip la rodeó por la cintura y se pusieron a caminar—. Pero las cenas familiares y cavar la tierra me ayudan a apartar toda esa mierda de mi pensamiento. Luego, cuando vuelvo a retomar el libro, descubro que no estaba tan mal como creía. ¿Y tú, cómo estás, preciosa mía?
—Bien. Muy bien. Tenemos mucho trabajo. Celebramos una reunión a principios de semana porque han aumentado nuestros beneficios. Doy gracias al cielo de la suerte que hemos tenido, que tengo, de poder dedicarnos a lo que nos gusta, y además entre buenas amigas. Mamá y tú siempre nos decíais que descubriéramos lo que nos gustaba, porque así trabajaríamos con ganas y alegría. Y eso es lo que he hecho.
_______ se volvió y vio que su madre cruzaba el césped con una chaqueta en la mano.
—Ha refrescado, Phillip. ¿Quieres coger un resfriado para poder quejarte luego?
—Me has pillado. —Phillip se dejó embutir en la chaqueta.
—Ayer vi a Pam —comentó Lucía hablando de la madre de Carter—.Está contentísima con la boda. Yo también estoy encantada, porque se han enamorado dos personas a las que aprecio muchísimo. Pam siempre fue una buena amiga para mí. Y muy valiente, porque muchos se escandalizaron cuando tu padre se casó con la asistenta.
—No entendieron que era de listos tener la mano de obra gratis.
—Así habla un yanqui práctico. —Lucía se arrebujó contra él—.Negrero.
«Míralos —pensó ______—. Son el uno para el otro.»
—Nick me dijo el otro día que eras la mujer más hermosa que ha conocido jamás, y que espera fugarse un día contigo.
—Recuérdame que le dé una paliza cuando lo vea —comentó Phillip.
—Ese chico es un encanto. Creo que vas a tener que pelearte por mí.—Lucía acercó el rostro al de su marido.
—¿Qué tal si te doy un masaje en los pies?
—Trato hecho. _______, cuando encuentres a un hombre que te dé un buen masaje en los pies, ándate con ojo. Pasarás por alto muchos defectos por culpa de ese único don.
—Lo tendré en cuenta. Pero ahora tengo que irme. —Los abrazó a ambos a la vez—. Os quiero.
Tras alejarse unos pasos, se volvió y vio a sus padres cogidos de la mano, bajo las combadas ramas del cerezo aún sin florecer. Y entonces él la besó.
No, pensó, no era de extrañar que fuera una romántica nata. No era de extrañar que quisiera eso para sí misma, o al menos algo parecido a eso.
Subió a la camioneta y rememoró el beso que Nick le había dado en la escalera trasera.Quizá solo fue producto del coqueteo o de la curiosidad. Puede que solo fuera efecto de la química que existía entre los dos. Pero sería de imbéciles fingir que eso no había ocurrido, o dejar que él siguiera fingiendo.Había llegado el momento de aclararlo.
Enfadada consigo misma, llegó pronto a una reunión de empresa programada para la tarde. Acortó el camino entrando por la cocina de Laurel y vio a su amiga preparando una bandeja de galletas y una pequeña fuente con fruta y queso.
—Me he quedado sin Coca-Cola Light —anunció _______ abriendo la nevera para coger una lata—. Estoy prácticamente en las últimas porque nunca recuerdo que mi coche no tiene batería.
—¿Has llamado al taller?
—Me he acordado de eso hace unos diez minutos. Después de confesar, sometida al experto interrogatorio del mecánico, que compré el coche hace cuatro años, que nunca lo he llevado a revisar, que no puedo recordar exactamente cuándo fue la última vez que le cambié el aceite, si es que se lo he cambiado alguna vez, ni cuándo comprobaron el chip del ordenador y otros temas automovilísticos que ya no recuerdo, el mecánico me ha dicho que vendrá a recogerlo para llevárselo al taller.
Esbozando un mohín, _______ tiró de la arandela y bebió directamente de la lata.
—Me siento como si hubiera secuestrado a mi propio coche y ahora ese hombre fuera a rescatar al rehén. Me ha hecho sentirme incluso más imbécil de lo que ya me sentí con Nick. Me apetece una galleta.
—Tú misma.
______ cogió una.
—Ahora estaré sin coche hasta que él decida devolvérmelo. Si es queme lo devuelve, cosa de la que no estoy tan segura.
—Ya llevabas una semana sin coche porque la batería no funciona.
—Es cierto, pero me hacía la ilusión de lo contrario porque lo tenía aparcado ahí delante. Supongo que tendré que coger la camioneta si quiero ir al mercado y a los trillones de lugares que me quedan pendientes. De hecho, estoy aterrada, porque he caído en la cuenta de que la camioneta tiene un año más que el coche. Y a lo mejor ahora le da por rebelarse.
Laurel añadió unos preciosos caramelos mentolados con cobertura entono pastel en la bandeja de las galletas.
—No me tomes por loca, pero cuando te devuelvan el coche, podrías llevar a revisar la camioneta.
______ mordisqueó su galleta.
—El tío del taller lanzó esa idea al vuelo. Necesito que me consuelen.¿Qué tal si cenamos y vemos una peli esta noche?
—¿No tenías una cita?
—La he anulado. No estoy de humor.
Laurel se apartó el pelo de los ojos de un soplido, gesto que le permitió quedarse mirándola de la sorpresa.
—¿No estás de humor para salir?
—Mañana tengo que levantarme temprano. Me tocan seis ramos de mano, y con el de la novia, siete. Son seis o siete horas de trabajo. Le he dicho a Tink que venga media jornada, para ganar tiempo, y luego quedará todo el montaje de la celebración del viernes por la noche.Además, me he pasado casi toda la mañana clasificando flores.
—Eso nunca había sido un problema para ti. ¿Seguro que te encuentras bien? Se te ve algo apagada.
—No, estoy bien. Me encuentro bien. Es solo que… no estoy de humor para salir con hombres.
—Eso no me incluye a mí, supongo. —Delaney Brown entró en la cocina, levantó en brazos a _______ y le dio un sonoro beso—. Mmm.Galleta azucarada.
______ se rió.
—Coge una.
Del cogió una galleta de la bandeja y le sonrió a Laurel.
—Considera que es parte de mi minuta.
Basándose en la experiencia, Laurel cogió una bolsa de cierre y empezó a llenarla de galletas.
—¿Vienes a la reunión?
—No. Tenía que resolver unas cuestiones legales con Parks —dijo Del. Y ya que estaba allí, y había una cafetera preparada, fue a servirse una taza.
Tenía el pelo castaño oscuro y unos ojos azul intenso como Parker. Los refinados rasgos que Laurel distinguía en ambos hermanos resultaban un poco más toscos en él. Con su traje de rayas gris humo, los zapatos italianos y la corbata de Hermès, Del encajaba en la imagen de un abogado de éxito de Connecticut. El vástago de los Brown de Connecticut.
Al terminar, Laurel se quitó el delantal de repostera y lo colgó de un gancho.Del se apoyó en la encimera.
—He oído decir que la semana pasada metiste caña en la boda de los Folk.
—¿Los conoces? —preguntó _______.
—Sus padres son clientes míos. No he tenido el placer (aunque, por lo que cuenta Nick, quizá eso sea exagerar) de conocer a la nueva señora Harrigan.
—La conocerás cuando te pidan hora para el divorcio —intervino Laurel.
—Siempre tan optimista.
—Esa mujer es insoportable. Esta mañana le ha enviado una lista de críticas a Parker. Por correo electrónico, desde París. Y está en su luna de miel.
—¡No puedo creerlo! —_______, estupefacta, se quedó mirando boquiabierta a Laurel—. Pero si fue perfecto… Todo salió perfecto.
—El champán no estaba lo bastante frío, el servicio de mesas fue un poco lento, el cielo podría haber sido más azul y la hierba más verde.
—Sí, es una arpía. Y después de haberle puesto diez rosas más… No una, sino diez. —_______ hizo un gesto de impotencia—. Da igual. Todos los que asistieron, las personas que cuentan, saben que fue perfecto. Y ella no podrá cambiar eso.
—Así se habla. —Del brindó con la taza de café.
—Por cierto, hablando de Nick, ¿lo has visto? Quiero decir si lo verás.
—Mañana, de hecho. Iremos a la Gran Manzana a ver un partido de los Yankees.
—Quizá podrías llevarle su chaqueta. Se la dejó, o más bien olvidé devolvérsela. Tanto da; tengo su chaqueta y es probable que la necesite.Si quieres, puedo ir a buscarla. Está en mi despacho. Iré ahora mismo.
—Ya pasaré yo y me la llevaré cuando me vaya.
—Bien. Ya que tienes que verlo… me harías un favor.
—No te preocupes. Mejor me voy. —Del tomó la bolsa y la sacudió ligeramente ante Laurel—. Gracias por las galletas.
—La docena de galletas recién horneadas, incluida la que te has comido, la deduciré de tu minuta.
Del le sonrió a Laurel y salió disparado.
Laurel esperó unos segundos y señaló a _______.
—Nick.
—¿Qué?
—Nick.
—No —respondió _______ lentamente llevándose una mano al pecho.
—______. _______. No seas tonta, lo llevas escrito en la cara. Has insistido una pasada.
—No es verdad. —Quizá sí lo fuera—. ¿Y qué?
—Dime qué pasa entre tú y Nick.
—Nada. Nada en absoluto. No seas ridícula. —_______ notó que la mentira le trababa la lengua—. No se lo digas a nadie.
—Si no puedo decírselo a nadie, entonces es que pasa algo.
—No es nada. Supongo que no es nada. Estoy exagerando. Maldita sea. —_______ se metió en la boca el trozo de galleta que le quedaba.
—Comes con normalidad. Pero el ritmo habitual al que nos tiene acostumbrada ______, falla. Confiesa.
—Primero tienes que jurarme que no les dirás nada a Parker o a Mac.
—Me pides algo muy difícil. —Laurel trazó una cruz en el pecho y alzó una mano—. Lo juro.
—Me besó. O nos besamos. Pero empezó él, y no sé qué habría pasado a continuación porque Parker me llamó por el busca. Tuve que irme, y él se marchó. Eso es todo.
—Espera, me he quedado sorda de la impresión cuando has dicho que Nick te besó.
—Corta el rollo. Esto es serio. —_______ se mordió el labio—. O puede que no. ¿Lo es?
—No parece que seas tú la que habla, ________. Eres una maestra manejando a los hombres y dirimiendo situaciones románticas o sexuales.
—Ya lo sé. Solo que ahora se trata de Nick. No tendría que estar hablando de… —hizo aspavientos con los brazos—, manejos. Estoy sacando las cosas de quicio. Fue solo un momento, fueron las circunstancias. Pasó… y ya está hecho, por eso no tiene ninguna importancia.
—_______, sueles ponerte romántica cuando hablas de hombres y de relaciones potenciales, pero nunca te había visto tan afectada como ahora. Estás hecha un flan.
—¡Porque se trata de Nick! ¿Qué me dirías si estuvieras enfrascada en tus cosas, horneando pasteles, y Nick entrara, te besara e hicieras el papel de una imbécil? ¿O si lo hiciera Del? Ya verías si estarías hecha un flan.
—La única razón por la cual ambos entran en mi cocina es para robarme pastelitos. Como Del acaba de demostrar. ¿Cuándo pasó eso? ¿La noche de tu avería?
—No, pero por poco. Durante un segundo… Creo que ese segundo fue el que provocó lo que pasó luego. Sucedió durante la recepción del sábado.
—Vale, bien… Dices que Parker te llamó al busca. ¿Y qué sentiste?¿Qué puntuación sacó Nick en el chispómetro patentado por _______ Grant?
_______ dejó escapar un suspiro, alzó los pulgares y trazó una línea imaginaria.
—Entró en la zona roja y luego rompió el chispómetro
.Laurel, torciendo el gesto, asintió.
—Siempre sospeché eso de Nick. Sus vibraciones alcanzan la zona de riesgo. ¿Qué vas a hacer ahora?
—No lo sé. No lo he decidido todavía. Me siento descolocada. Necesito recuperar mi equilibrio y luego ya pensaré en lo que hago. O lo que no hago.
—No olvides contármelo, y también dime cuándo me vas a sacar la mordaza de la boca.
—De acuerdo, pero mientras tanto, ni una palabra. —______ cogió la fuente de quesos y frutas—. Ahora actuemos como dos ejecutivas.
Votos tenía la sala de reuniones en lo que fuera antiguamente la biblioteca. Los libros seguían presidiendo la sala enmarcando la estancia,salvo en ciertos espacios destinados a fotografías y recuerdos. La biblioteca mantenía su calidez y elegancia, aun cuando sirviera para hablar de negocios.
Parker, sentada a una imponente mesa labrada, abrió el ordenador portátil y la BlackBerry para tenerlos a mano. Dado que ese día las reuniones y las visitas que había tenido por la mañana ya habían terminado, la chaqueta de su traje descansaba en el respaldo de la silla.
Mac estaba sentada frente a ella, estirando sus largas piernas, vestida con los tejanos y el mismo jersey que se había puesto para trabajar.
Emma dejó la bandeja sobre la mesa y Mac se incorporó para coger un puñado de uvas.
—Chicas, llegáis tarde.
—Del nos ha entretenido en la cocina. Antes de que entremos en materia, ¿quién se apunta luego a cenar y ver una peli?
—¡Yo, yo! —Mac levantó la mano—. Carter tiene una reunión de profesores y eso evitará que me ponga a trabajar para esperarle. Hoy he tenido un día a tope.
—En cuanto a mí, tengo la noche libre. —Laurel dejó la bandeja de galletas junto a la fuente.
Parker se limitó a descolgar el interfono y presionó un botón.
—Hola, señora Grady. ¿Le va bien preparar la cena para las cuatro?Fantástico. Gracias. —Parker colgó—. Habrá pollo y alguna cosa más.
—Por mí, bien —dijo Mac mordiendo una uva.
—De acuerdo. El primer punto a tratar es Whitney Folk Harrigan, alias novia Monstruosa. Como Laurel sabe, me ha enviado un correo en el que precisa en qué asuntos deberíamos mejorar.
—Bruja. —Mac se incorporó en esa ocasión para untar un cracker de romero con queso de cabra—. Le dimos muchísima caña a esa celebración.
—Lo que tendríamos que haber hecho era darle caña a ella —comentó Laurel.
—Whitney cree, sin exponerlo por orden de importancia, que… —Parker abrió un dossier y leyó el correo que previamente había impreso—.El champán no estaba lo bastante helado, el servicio durante la cena fue lento, en los jardines faltaban flores y no había suficiente color, la fotógrafa pasó más tiempo del estipulado con los invitados cuando la novia merecía una mayor atención, y los postres expuestos en la mesa no eran tan variados ni estaban tan bien presentados como ella esperaba. Añade que se sintió presionada y/o abandonada por la programadora del acto en ciertos momentos de la celebración y espera que nos tomemos estas críticas con la intención con que nos las expone.
—Mi respuesta es… —Mac enseñó el dedo corazón.
—Sucinta —asintió Parker—. Sin embargo, le he contestado dándole las gracias por sus comentarios y deseándole que ella y Justin se lo pasen muy bien en París.
—Pelota —musitó Laurel.
—¡Por supuesto! Podría haberle escrito lo siguiente: «Querida Whitney, vete a la mierda», como fue mi intención inicialmente. Ahora bien, me controlé. De todos modos, se ha ganado un ascenso. Ahora se llama la novia Monstruosa y Arpía.
—Debe de ser tan infeliz… Lo digo en serio —comentó _______ cuando sus amigas se quedaron mirándola—. Quien quiera que se dedique a boicotear una boda como la que le preparamos tiene que ser desgraciado por naturaleza. Me daría pena esa mujer si no me inspirara tanta rabia. Ya me dará lástima más adelante, cuando se me pase el enfado.
—En fin, rabia, pena… o que se joda, la parte positiva es que gracias a esa celebración hemos concertado cuatro visitas guiadas. Y seguro que caen más.
—Parks ha dicho «que se joda». —Mac sonrió y se comió otro grano de uva—. Está enfadadísima.
—Se me pasará, sobre todo si nos contratan cuatro celebraciones más como resultado del espléndido trabajo que hicimos el sábado. Por ahora, voy a poner a Whitney en el nuevo Armario de la Fatalidad que he diseñado, y donde todo lo que se ponga la hará parecer gorda, los estampados son de lunares y los colores entre los que elegir son el pardusco y el beis mala cara.
—Eso es un golpe bajo —opinó Laurel—. Me gusta.
—Pasando a otra cosa —retomó la palabra Parker—. Del y yo nos hemos reunido para comentar algunos aspectos legales y financieros del negocio. El contrato de socias comanditarias está a punto de expirar y tendremos que renovarlo. Eso incluye el porcentaje que derivamos a Votos y que procede de los encargos individuales y externos. Si alguien quiere proponer algún cambio en el contrato, incluidos los porcentajes, ahora es el momento.
—A mí me parece que funciona, ¿no? —_______ miró a sus socias—. No creo que ninguna de nosotras imaginase que llegaríamos a donde hemos llegado cuando empezamos con Votos. Y no me refiero solo al tema económico, que sin duda supera lo que yo habría ganado hasta ahora si hubiera podido abrir una tienda propia, sino, dejando de lado a la novia Monstruosa y Arpía, a la reputación que nos hemos labrado, juntas y por separado. El porcentaje es justo y lo cierto es que los dividendos que Del percibe como propietario de la finca son mucho menores de lo que debería. Todas trabajamos en lo que nos gusta y con personas a las que queremos. Además, nos ganamos bien la vida.
—Creo que lo que _______ quiere decir es: firmemos. —Mac se metió en la boca otro grano de uva—. Y yo soy de su misma opinión.
—Yo también —añadió Laurel—. ¿Por qué razón tendríamos que cambiar las cosas? —le preguntó a Parker.
—No hablo por mí, pero Del me aconsejó, como asesor legal nuestro que es, que cada una de nosotras vuelva a leer el contrato y comunique cualquier duda o sugerencia a las demás antes de renovar.
—Yo propongo que Del redacte los documentos, los firmemos y descorchemos una botella de Dom Pérignon.
Mac señaló a _______ manifestando su acuerdo.
—Secundo tu propuesta.
—Y los síes ganan —anunció Laurel.
—Se lo diré. También he hablado con nuestro contable.
—Vale más que seas tú quien trate con él —comentó Laurel.
—Estoy de acuerdo. —Parker sonrió y bebió un poco de agua—.Hemos tenido un primer trimestre muy bueno y vamos camino de aumentar el beneficio neto en un doce por ciento respecto al año pasado.Me ha aconsejado que valoremos la posibilidad de invertir una parte de los beneficios en el negocio. Por eso, si alguna de vosotras, o todas, tenéis la necesidad, el capricho o un deseo egoísta de renovar vuestro equipo, o alguna idea que Votos pueda aprovechar como empresa, podríamos decidir en qué vamos a gastarnos el dinero y qué cantidad deberíamos invertir.
_______ levantó la mano antes de que las demás pudieran hablar.
—He estado pensando en esta cuestión, sobre todo desde que revisé mis libros del último trimestre. El acto más importante hasta el momento se celebrará la primavera próxima: la boda de la joven Seaman. Solo las flores ya rebasan la capacidad de mi cámara frigorífica y por eso tendremos que alquilar otra durante unos días. Si comprara un modelo de segunda mano, a la larga resultaría más práctico que alquilarlo.
—Me parece bien —dijo Parker tomando nota—. Pide precios.
—Puede que también haya llegado el momento —siguió exponiendo _______—, con esta celebración en perspectiva y el aumento del volumen del negocio, de adquirir otros artículos que solemos alquilar. Las sillas para exteriores, por ejemplo. De ese modo, cuando organicemos un acto al aire libre, seremos nosotras quienes se las alquilemos al cliente y nos embolsemos la cantidad. Además…
—Ya veo que has estado pensando —comentó Mac.
—Sí, en serio. Como Mac ya está haciendo reformas en su casa para ampliar la vivienda e instalar en ella al amor de su vida, ¿por qué no reformamos al mismo tiempo su espacio de trabajo, su estudio? Necesita más espacio para sus archivos y un vestidor de verdad, en lugar del pequeño tocador que tiene. Y, ya puestas, el cuarto de los abrigos que da a la cocina de Laurel no sirve para nada, porque ya tenemos un cuarto parecido. Si lo reestructurásemos, Laurel podría instalar una cocina auxiliar, un horno, una nevera industrial y un pequeño almacén.
—Dejemos que _______ siga hablando —terció Laurel.
—Parker necesita un sistema de seguridad informatizado para que pueda controlar todas las zonas públicas de la casa.
Parker aguardó unos instantes.
—Creo que ya has gastado ese beneficio neto varias veces.
—Ganar dinero solo es divertido si puedes gastarlo. Tú sigue en tu papel de Parker; eso evitará que las demás perdamos la cabeza. Sin embargo, creo firmemente que tendríamos que hacer algo de lo que he propuesto y dejar el resto pendiente para otra ocasión.
—Bien, si he de actuar como Parker, diré que la cámara frigorífica tiene sentido. Mira a ver qué encuentras. Tendremos que hablar con Nick para saber cómo meterla en tu zona de trabajo, y podemos aprovechar para pedirle que nos dé alguna idea sobre cómo reestructurar el estudio de Mac y rehacer el cuarto de los abrigos. —Parker iba tomando notas a medida que hablaba—. Por mi parte, como ya había pensado en comprar el mobiliario, he empezado a mirar precios. Desarrollaré la idea para que veamos a donde nos lleva todo esto y luego ya decidiremos por dónde es más sensato empezar.
Pasó página y planteó el siguiente punto de discusión.
—Veamos: próximas celebraciones que contribuirán a financiar nuestros sueños y esperanzas. La ceremonia de compromiso. Hoy las novias me han pasado sus votos y el guión de la ceremonia. Me refiero a la del viernes por la noche. Hemos lanzado una moneda para decidir que Allison, a la que llamaremos novia Uno, llegará a las tres y media y Marlene, la novia Dos, a las cuatro. La novia Uno se instalará en la suite de la novia y la novia Dos en la del novio. Como comparten dama de honor,esta irá pasando de suite en suite. El hermano de la novia Uno será el padrino y usaremos el salón familiar del segundo piso para él, y también para el PDNA, si fuera necesario. El padrino estará junto a la novia Uno durante la ceremonia, y la DDH, con la novia Dos.
—Espera. —Mac levantó un dedo mientras tecleaba los detalles en su ordenador portátil—. Vale.
—Estas mujeres saben exactamente lo que quieren y se ajustan al plan, así que por mi parte va a ser muy fácil tratar con ellas. La MDNA Uno y los hermanos de la novia Dos no están dando saltos de alegría porque ellas quieran formalizar su relación, pero colaborarán. Mac, quizá tendrás que convencerlos de que salgan en las fotos que las clientas quieren.
—No te preocupes.
—Bien. _______, háblanos de las flores.
—No han querido flores clásicas, pero sí muy femeninas. Ninguna de las dos quería llevar ramo y hemos decidido que Allison llevará un tocado y Marlene, peinetas con un detalle floral. La DDH, una corona y cuatro rosas blancas. Las novias se intercambiarán rosas blancas durante la ceremonia, justo después de que encendamos el cirio de la unión. Y cada una de ellas le regalará una rosa a su madre. Los hombres llevarán rosas blancas en el ojal. Será precioso.
______ cambió de pantalla para localizar los arreglos y dio un sorbo a su Coca-Cola Light.
—Han querido que los arreglos y los centros florales resuman la frescura de un prado. Pondré mucha jabonera y margaritas de colores,crisantemos y gerberas, ramas de cerezo en flor, fresas silvestres… Un poquito de tul, y unas guirnaldas a las que estoy dando forma de margaritas trenzadas. Y durante la recepción, unos jarrones de flor única para las rosas.»Habrá farolillos y velas en el salón principal y en el salón de baile,cuyos arreglos seguirán el mismo estilo natural. Quedará sencillo y dulce,creo. Si una de vosotras puede ayudarme a transportar el peso, yo sola me puedo hacer cargo del montaje.
—Cuenta conmigo —se ofreció Laurel—. El pastel que han elegido es el bizcocho de vainilla, que rellenaré con espuma de mora y cubriré con merengue italiano. También han querido añadir unas flores muy sencillas,que hacen juego con las de _______. No necesitaré ponerlas sobre el pastel hasta las cinco más o menos, y por eso estaré libre para el montaje. En cuanto al resto, quieren un surtido de galletas y caramelos mentolados con cobertura en tonos pastel.
—Nos ceñiremos al programa estándar de los viernes por la noche —añadió Parker—, pero sin lanzar el ramo y la liga. El ensayo será el jueves por la tarde, así que si hay algún problema técnico, lo solucionaremos en ese momento. Y ahora pasemos al sábado…
Cada vez que _______ pensaba en sus padres y en el modo en que se habían conocido y enamorado, revivía la historia como si fuera un cuento de hadas.
Había una vez una chica de Guadalajara, México que cruzó el continente para ir a la ciudad de Nueva York. Fue a trabajar con su tío, que se dedicaba a cuidar no solo de las casas, sino también de los hijos de las personas que lo necesitaban o así lo querían. Sin embargo, lo que Lucía deseaba era tener una bonita casa en lugar de un apartamento ruidoso, una casa entre los árboles y las flores en lugar de estar metida entre aceras. Trabajó sin descanso soñando que algún día tendría su propio hogar y quizá una pequeña tienda donde vendería objetos muy bonitos.Un día su tío le dijo que un hombre que vivía muy lejos, en un lugar llamado Connecticut, había perdido a su esposa, y que su hijo pequeño se había quedado huérfano de madre. El viudo se había marchado de la ciudad en busca de una vida más tranquila y, como pensó Lucía, quizá por los dolorosos recuerdos que le inspiraba la casa que había compartido con su mujer. Ese hombre se dedicaba a escribir libros y necesitaba un lugar tranquilo, y como a menudo viajaba, también necesitaba que alguien cuidara de su hijo pequeño cuando él no estaba. La mujer que se había encargado de eso desde hacía tres años, desde la desgraciada muerte de su esposa, quería volver a Nueva York. Y Lucía dio el gran salto: se marchó de la ciudad y entró a trabajar en la fantástica casa de Phillip Grant y su hijo Aaron. Lucía se dio cuenta de que ese hombre, apuesto como un príncipe,quería mucho a su hijo. La tristeza que adivinó en sus ojos la conmovió. El niño había vivido tantos cambios en sus cuatro años de vida que ella comprendió su timidez. Lucía preparaba las comidas, se ocupaba de la casa y cuidaba de Aaron mientras su padre escribía libros.
Se enamoró del niño, y el niño de ella. A veces su comportamiento dejaba mucho que desear, pero a Lucía le habría disgustado que las cosas fueran diferentes. Por las noches Phillip y ella solían charlar de Aaron, de libros o de cualquier otra cosa. Y cuando él se marchaba de viaje por trabajo, añoraba sus conversaciones… y lo añoraba a él.A veces miraba por la ventana mientras Phillip jugaba con Aaron, y se le derretía el corazón.Lo que ignoraba era que él se encontraba en su misma situación.Porque también se había enamorado, como ella. Sin embargo, Phillip tenía miedo de decírselo porque no quería que Lucía los dejara. Y ella temía contárselo por si le ordenaba que se marchara.Un día de primavera, bajo las combadas ramas en flor de un cerezo, y mientras el pequeño al que los dos adoraban jugaba en el columpio, Phillip la tomó de la mano y la besó.Cuando las hojas de los árboles se tiñeron de los colores intensos del otoño, se casaron. Y vivieron felices y comieron perdices.
¿Qué tenía de extraño, pensó _____ mientras aparcaba la camioneta en uno de los dos abarrotados caminitos de entrada de la casa familiar,que ella fuera una romántica nata?
¿Cómo se explicaría que alguien que hubiera crecido al amparo de esa historia, junto a esos personajes, n oquisiera vivir un amor parecido?
Sus padres llevaban treinta y cinco años amándose y habían educado a sus cuatro hijos en una vieja casa victoriana que había ido ampliándose con el tiempo. Se habían forjado una buena vida en ella, una vida sólida y duradera.
______ no tenía ninguna intención de conformarse con menos.Sacó de la camioneta el arreglo floral que había hecho y caminóde prisa para llegar a tiempo a la cena familiar.
Se le había hecho tarde,pensó, pero ya les había avisado. Asiendo el jarrón con un brazo, empujó la puerta y entró en una casa saturada de color, el color que su madre necesitaba para vivir.
Apresurándose hacia el comedor, la recibió una algarabía tan intensa como el color de las pinturas y las telas que allí había.Reunidos en torno a la gran mesa del comedor estaban sentados sus padres, sus dos hermanos, su hermana, sus cuñadas, su cuñado, sus sobrinas y sobrinos… y comida como para alimentar al pequeño ejército en que se había convertido la familia.
—Mamá. —______ se acercó a Lucía, le dio un beso en la mejilla, dejó las flores en el aparador y luego dio la vuelta a la mesa para besar a Phillip—. Papá.
—Ahora sí que vamos a cenar en familia. —La voz de Lucía todavía conservaba el calor y la música de México—. Siéntate antes de que estos cerditos se lo zampen todo.
El sobrino mayor de ______ lanzó unos gruñidos y le sonrió a la joven cuando esta se sentó a su lado. ______ tomó la fuente que Aaron le pasó.
—Me muero de hambre —dijo asintiendo, e hizo un gesto a su hermano Matthew para que le sirviera vino de la botella que le ofrecía—.Seguid hablando, ya me pondré al corriente.
—Primero, la gran noticia. —Al otro lado de la mesa su hermana Celia cogió a su marido de la mano. Antes de poder hablar, Lucía dejó escapar un grito de alegría.
—¡Estás embarazada!
Celia se rió.
—No hay manera de dar una sorpresa en esta casa. Rob y yo estamos esperando el tercer, y os aseguro que último, descendiente para el mes de noviembre.
Llovieron las felicitaciones, el miembro más joven de la familia golpeó la cuchara con entusiasmo contra la trona y Lucía se levantó de un salto para ir a abrazar a su hija y a su yerno.
—Ah, la llegada de un bebé es la mejor noticia que pueda darse.Phillip, vamos a tener otro bebé.
—Cuidado. La última vez que me dijiste eso, _______ nació nueve meses después.
Lucía, con una carcajada y asiéndolo por la nuca, presionó su mejilla contra la de él.
—Ahora les toca a los chicos trabajar duro, y a nosotros, divertirnos.
—_______todavía no ha cumplido con su parte —apuntó Matthew moviendo las cejas.
—Espera encontrar un hombre tan guapo como su padre y menos pesado que su hermano. —Lucía clavó los ojos en Matthew—. Y esa clase de hombres no crece en los árboles.
_______ le dedicó una sonrisita sarcástica a su hermano y se sirvió cerdo asado.
—Además, todavía ando buscando por los huertos —dijo con dulzura.
Cuando los demás se marcharon, _______ se quedó para dar una vuelta por el jardín con su padre. Bajo su tutela, había aprendido muchas cosas sobre las flores y las plantas, y había llegado a amarlas.
—¿Qué tal va el libro? —preguntó ______.
—Es una mierda.
_______ rió.
—Siempre dices lo mismo.
—Porque siempre es así en esta fase. —Phillip la rodeó por la cintura y se pusieron a caminar—. Pero las cenas familiares y cavar la tierra me ayudan a apartar toda esa mierda de mi pensamiento. Luego, cuando vuelvo a retomar el libro, descubro que no estaba tan mal como creía. ¿Y tú, cómo estás, preciosa mía?
—Bien. Muy bien. Tenemos mucho trabajo. Celebramos una reunión a principios de semana porque han aumentado nuestros beneficios. Doy gracias al cielo de la suerte que hemos tenido, que tengo, de poder dedicarnos a lo que nos gusta, y además entre buenas amigas. Mamá y tú siempre nos decíais que descubriéramos lo que nos gustaba, porque así trabajaríamos con ganas y alegría. Y eso es lo que he hecho.
_______ se volvió y vio que su madre cruzaba el césped con una chaqueta en la mano.
—Ha refrescado, Phillip. ¿Quieres coger un resfriado para poder quejarte luego?
—Me has pillado. —Phillip se dejó embutir en la chaqueta.
—Ayer vi a Pam —comentó Lucía hablando de la madre de Carter—.Está contentísima con la boda. Yo también estoy encantada, porque se han enamorado dos personas a las que aprecio muchísimo. Pam siempre fue una buena amiga para mí. Y muy valiente, porque muchos se escandalizaron cuando tu padre se casó con la asistenta.
—No entendieron que era de listos tener la mano de obra gratis.
—Así habla un yanqui práctico. —Lucía se arrebujó contra él—.Negrero.
«Míralos —pensó ______—. Son el uno para el otro.»
—Nick me dijo el otro día que eras la mujer más hermosa que ha conocido jamás, y que espera fugarse un día contigo.
—Recuérdame que le dé una paliza cuando lo vea —comentó Phillip.
—Ese chico es un encanto. Creo que vas a tener que pelearte por mí.—Lucía acercó el rostro al de su marido.
—¿Qué tal si te doy un masaje en los pies?
—Trato hecho. _______, cuando encuentres a un hombre que te dé un buen masaje en los pies, ándate con ojo. Pasarás por alto muchos defectos por culpa de ese único don.
—Lo tendré en cuenta. Pero ahora tengo que irme. —Los abrazó a ambos a la vez—. Os quiero.
Tras alejarse unos pasos, se volvió y vio a sus padres cogidos de la mano, bajo las combadas ramas del cerezo aún sin florecer. Y entonces él la besó.
No, pensó, no era de extrañar que fuera una romántica nata. No era de extrañar que quisiera eso para sí misma, o al menos algo parecido a eso.
Subió a la camioneta y rememoró el beso que Nick le había dado en la escalera trasera.Quizá solo fue producto del coqueteo o de la curiosidad. Puede que solo fuera efecto de la química que existía entre los dos. Pero sería de imbéciles fingir que eso no había ocurrido, o dejar que él siguiera fingiendo.Había llegado el momento de aclararlo.
LISTO! Muy largos los caps :D
Espero les guste
MUCHISIMAS Gracias por sus hermosos comentarios!
Las quiero, besos. :D
MeliGarcia
Re: Rosas sin espinas - Nick&Tu (adaptacion) Terminada.
Me encanto tu nove!!!..
Yo tmb tengo una nove de Nick
Quiero seguir escribiendo pero necesito mas lectoras
Muchas Suerte
Besitos
Yo tmb tengo una nove de Nick
Quiero seguir escribiendo pero necesito mas lectoras
Muchas Suerte
Besitos
loovesjonas_kjn
Re: Rosas sin espinas - Nick&Tu (adaptacion) Terminada.
SIIIII AAAAA DARLEEEEEE!!!
JAJAJAJA AAAII QUE IR AL GRAAANOOOO!!!!
JAJAJAJAJAJ
ME ENCAAANTAAA!! YO TAMBIEN SOY UNA ROMANTICAAA
JAJAJAJA AAAII QUE IR AL GRAAANOOOO!!!!
JAJAJAJAJAJ
ME ENCAAANTAAA!! YO TAMBIEN SOY UNA ROMANTICAAA
chelis
Re: Rosas sin espinas - Nick&Tu (adaptacion) Terminada.
loovesjonas_kjn escribió:Me encanto tu nove!!!..
Yo tmb tengo una nove de Nick
Quiero seguir escribiendo pero necesito mas lectoras
Muchas Suerte
Besitos
Jaja, gracias :)
Pasame el link de tu nove :D
MeliGarcia
Rosas sin espinas - Nick&Tu (adaptacion)
Capitulo 6
Nick, en el despacho que tenía en el segundo piso de una antigua casa urbana que había remodelado, estaba redefiniendo un proyecto en el ordenador. Cuando terminaba su jornada laboral, trabajaba en la ampliación del estudio de Mac y, dado que ni a ella ni a Carter les urgía,podía replantearse, imaginar de nuevo y revisar la estructura general y los detalles más peliagudos.Ahora que Parker le había encargado un segundo proyecto para ampliar la primera y la segunda plantas, necesitaba volver a plantearse no solo los detalles y el diseño, sino la estructura entera. A su entender, era preferible decidirse por una sola actuación, aunque eso significara dar un carpetazo a su proyecto original.
Jugueteó con las líneas y con los cambios de luz como parte fundamental del espacio ampliado, que seguiría siendo el estudio.Remodelando el actual tocador y el archivo y aumentando los metros cuadrados de ambos, podría ampliar el cuarto de baño, añadir una ducha(la pareja sabría valorarlo en su momento), ofrecer a Mac el vestidor que deseaba para las clientas y doblar la zona actual de archivo.En cuanto al estudio de Carter en la segunda planta…
Se retrepó en su asiento, bebió un sorbo de agua e intentó pensar como un catedrático de instituto de literatura inglesa. ¿Qué querría en su espacio de trabajo este profesional? ¿Qué necesitaría exactamente? Algo eficiente, con un aire tradicional…Se trataba de Carter. Una librería empotrada en la pared. Mejor aún,en dos paredes.Muebles cerrados con unos estantes superiores, decidió desplazándose en su despacho en forma de U, e hizo un rápido esbozo amano. Además, unos armarios para guardar los artículos de oficina y los expedientes de los alumnos.Nada insustancial, ni excesivamente elegante. Carter no era de ese estilo.Madera oscura, pensó, imitando el estilo tradicional inglés. Y unos ventanales generosos que armonizaran con el resto del edificio. Inclinaría el tejado para truncar las líneas. Obtendría un par de lucernarios. Aislando una pared podría diseñar una hornacina. Convertiría el espacio en un lugar más interesante si incluía en él una zona de estar.El lugar en el que todo hombre se refugia de la cólera de su esposa o en el que se instala cuando quiere echarse una siesta por la tarde.Pondría una puerta en atrio y añadiría una terraza de dimensiones reducidas. Quizá el hombre querría tomarse un brandy y fumarse un puro.Era una posibilidad.
Descansó un rato y volvió a enfrascarse en el partido que estaba viendo en la pantalla plana que tenía a su izquierda. Mientras iba dando forma a sus ideas, vio a los Phillies eliminar uno tras otro a los Red Sox.
Qué mierda.
Volvió al proyecto. Y pensó en ________.Soltando un taco, se pasó una mano por el pelo. Había conseguido mantenerla al margen de su vida. Se le daba bien compartimentar sus distintas facetas. El trabajo, un partido… e ir cambiando de tarea para dedicarse a otras cosas. _______ estaba metida en un compartimiento distinto, y se suponía que debía mantenerlo bien cerrado.No quería pensar en ella. No le favorecía en absoluto pensar en ella.Estaba claro que había cometido un error, pero aquello tampoco era el fin del mundo. Había besado a esa chica, y ya está.
Y menudo beso, pensó.
Un beso especial, de todos modos; un momento único. Esperaría unos cuantos días para que las reverberaciones se extinguieran y las cosas volvieran a la normalidad._______ no era el tipo de mujer que fuera a guardarle rencor por ello.Por otro lado, ella le había ido a la zaga. Nick frunció el ceño y bebió más agua. Sí, sin duda no se había quedado corta. Por lo tanto, ¿por qué iba a sacar las cosas de contexto? Los dos eran adultos; y se habían besado. Fin de la historia.Si _______ estaba esperando sus disculpas, podía esperar sentada. Tendría que asumirlo… y retomar el trato con él. Nick era amigo íntimo de Del, y también era amigo, y muy buen amigo, de los otros miembros del cuarteto. Por si eso fuera poco, con las reformas que Parker le había comentado, durante los meses siguientes pasaría más tiempo que antes en la finca. Volvió a tocarse el pelo. Bien, si así estaban las cosas, los dos tendrían que asumirlo.
—Diablos.
Se restregó la cara y se ordenó mentalmente volver al trabajo.Frunciendo el ceño, se puso a estudiar el esquemático esbozo de su diseño. Y entonces entrecerró los ojos.
—Espera un momento, espera…
Si lo inclinaba todo, si basaba la estructura en los ángulos y concebía el estudio en un voladizo, le salía un espacio que podía servir como patio trasero y quedaba cubierto parcialmente. Eso permitiría a la pareja disfrutar de un espacio exterior, del que carecían, de intimidad y de la posibilidad de tener un pequeño jardín donde plantar unos arbustos.
_______ le daría algunas ideas al respecto.El volumen y las líneas del edificio saldrían realzados, y aumentaría el espacio útil sin que el coste de la construcción se incrementara de manera significativa.
—Eres un genio, Jonas.
Estaba definiendo las directrices del nuevo proyecto cuando oyó que alguien llamaba a la puerta trasera.Con el dibujo todavía en mente, se levantó, salió de su estudio profesional y fue a la sala de estar de su vivienda. Dando por sentado que se trataría de Del o de alguno de sus amigos (confiaba en que trajeran su propia cerveza), abrió la puerta que comunicaba con la cocina. Y vio allí a _______, bajo el resplandor que proyectaba la luz del porche.Olía como un prado en una noche de luna.
—_______.
—Quiero hablar contigo. —Pasó junto a él como una exhalación, se echó el pelo hacia atrás y giró sobre sí misma—. ¿Estás solo?
—Ah… sí.
—Bien. ¿Qué demonios pasa contigo?
—Si no me pones en antecedentes…
—No intentes ir de gracioso. No estoy de humor para graciosillos.Flirteas conmigo, consigues que mi coche arranque, me das un masaje en los hombros, vienes a casa a comer pasta, me prestas tu chaqueta y entonces…
—Supongo que te podía haber saludado y dejado tirada en la carretera. O temblando de frío, hasta que te pusieras morada. La última razón es que tenía hambre.
—Todo eso son vaguedades —le espetó ________ cruzando a zancadas la cocina y saliendo al amplio pasillo sin dejar de hacer aspavientos—.Además, has olvidado aposta el masaje en los hombros y el «y entonces».
A Nick no le quedó otra alternativa que seguirla.
—Se te veía estresada y contracturada. En ese momento te pareció bien.
Girando en redondo, _______ le dedicó una mirada torva con sus aterciopelados ojos color castaño.
—¿Y entonces?
—Vale, hubo un «y entonces». Tú estabas allí, yo estaba allí, y por eso hubo ese «y entonces». No es que yo te forzara precisamente, o que tú intentaras resistirte. Solo nos… —De repente, «besamos» le pareció una palabra demasiado importante—. Nos dimos un pico en un momento dado.
—Nos dimos un pico. ¿Tienes doce años o qué? Me besaste.
—Nos besamos.
—Empezaste tú.
Nick sonrió.
—¿Ahora eres tú la que tiene doce años?
________ resopló con tanta furia que a Nick se le pusieron los pelos de punta.
—Tú diste el primer paso, Nick. Me trajiste vino, te pusiste cariñoso en la escalera masajeándome los hombros. Me besaste.
—Soy culpable de todos los cargos. Pero tú me devolviste el beso. Y luego te marchaste en un arranque como si yo te hubiera chupado la sangre.
—Parker me llamó al busca. Estaba trabajando. Fuiste tú el gallina. Y has actuado como un gallina desde entonces.
—¿Un gallina? Me marché. Tú saliste corriendo como alma que lleva el diablo, y a Whitney no la trago, así que decidí marcharme. Además,curiosamente, resulta que tengo una profesión, igual que tú, y he estado toda la semana trabajando. No gallineando. Joder, no puedo creer que haya dicho eso.
—Nick tuvo que recuperar el aliento—. Escucha, vale más que nos sentemos.
—No quiero sentarme. Estoy demasiado furiosa para sentarme. Uno no hace esas cosas y luego se va por las buenas.
_______ le plantó un dedo acusatorio, y Nick la acusó a su vez imitando su gesto.
—Fuiste tú quien se marchó.
—No es cierto, y tú lo sabes. El busca, Parker, mi trabajo… —exclamó _______ retomando sus aspavientos—. No me fui a ninguna parte. Me marché porque la NMYA decidió que, para dignarse a lanzar el ramo, tenía que examinarlo primero, e insistió en que tenía que ser en ese preciso instante. Nos ha estado tocando las narices a todas, pero que conste que yo no me marché. —_______ le dio un leve palmetazo en el pecho—. Tú sí. Y eso fue muy grosero por tu parte.
—Joder. ¿Ahora vas a reñirme? Sí, ya veo que me estás riñendo. Te besé, lo confieso. Tienes una boca que… la deseé. Fui muy claro en eso. —A Nick le brillaban los ojos, unas nubes tormentosas cargadas de truenos y de un intenso aparato eléctrico—. Como no te pusiste a chillar pidiendo ayuda, te besé. Que me cuelguen si es pecado.
—No es por el beso. Bueno, sí, pero no. Tiene que ver con el porqué,con el después de y con el qué.
Nick se quedó mirándola.
—¿Qué?
—¡Sí! Tengo derecho a una explicación razonable.
—Dónde, has olvidado el dónde, por eso lo incluyo. ¿Dónde está la pregunta razonable? Encuéntrala y haré todo lo posible por darte una respuesta razonable. Venga.
_______ ardía de indignación. Nick no sabía que una mujer pudiera arder literalmente. Y lo encontró muy sexy.
—Si no sabes hablar como los adultos, entonces…—Al diablo.Si iban a condenarlo por un solo crimen, mejor que lo condenaran por dos.
Nick la agarró y la atrajo hacia sí hasta obligarla a ponerse de puntillas. _______ emitió un sonido que podía interpretarse como un qué o un por qué, pero antes de poder terminar lo que iba a decir, Nick se pegó a su boca. Le dio un mordisco rápido, de impaciencia, y _______, al notar sus dientes, abrió los labios de la sorpresa, o quizá como reacción. Nick no estaba de humor para adivinarlo, y menos aún cuando se encontró con su lengua, cuando el sabor de esa mujer le penetró en los sentidos como un catéter penetra en la sangre.La asió por el pelo, salvaje y glorioso, y tiró de ella hasta inclinarle la cabeza hacia atrás.
Alto. _______ quiso decirlo, quiso cumplirlo. Pero fue como zambullirse en pleno verano. En el calor y la humedad. La sensatez la abandonó cuando su cuerpo pasó de la rabia al asombro, y de la sorpresa a un estado febril. Nick alzó la cabeza y pronunció su nombre, pero ella se limitó a hacer un gesto de negación y lo atrajo hacia sí.Durante un salvaje instante las manos de Nick le recorrieron todo el cuerpo, incitándola, encendiéndola, hasta dejarla casi sin respiración.
—Déjame… —Nick manipuló los botones de su blusa.
—Bien. —_______ le habría dejado hacer cualquier cosa con ella.
Cuando la mano de Nick cubrió su desbocado corazón, _______ lo arrastró hacia el suelo.Una piel suave, unos músculos duros y una boca hambrienta hasta la locura. ________ se arqueó debajo de él, rodó encima de él, tiró de su camiseta para quitársela y poder morderle el pecho. Con un quejido, Nick la cogió para devorar su boca, su garganta, con una frenética desesperación que en nada se diferenciaba del rapto de ella.Medio enloquecido, la echó hacia atrás dispuesto a arrancarle la ropa,pero en aquel momento _______ se golpeó el codo contra el suelo y se oyó algo parecido a un disparo. La joven vio las estrellas.
—¡Ay! Oh…
—¿Qué pasa? ________… Mierda, joder. Lo siento. Deja que vea eso.
—No. Espera. —Aturdida y sintiendo un hormigueo en el codo, aunque en absoluto paralizada, _______ consiguió incorporarse—. Ha sido en el hueso de la música. Ja, ja… Ay, oh…
—Lo siento. Lo siento mucho. Ven. —Nick se puso a frotarle el antebrazo para aliviarle los pinchazos que imaginó dolorosos mientras,resollando, se esforzaba por recuperar el aliento.
—Estás riéndote.
—No, no. Estoy tan borracho de deseo y pasión que no puedo respirar bien.
—Estás riéndote. —_______ le apuntó al pecho con el dedo índice de la mano ilesa.
—No, estoy controlándome como todo un hombre para no echarme a reír. —Nick pensó que seguramente debía de ser la primera vez que intentaba algo así en plena erección—. ¿Va mejor? ¿Estás mejor? —
Y cometió el error de levantar la vista y mirarla a los ojos. La risa destellaba en ellos, como un reflejo dorado sobre un fondo marrón. Perdió la batalla y, abandonándose, cedió a las carcajadas.
—Lo siento mucho.
—¿Por qué? Has demostrado tener unos modales exquisitos.
—Sí, eso es lo que dicen todas. Tú eres la única que ha preferido tirarse al suelo cuando, a tres metros, tengo un sofá fantástico, y en lo alto de la escalera, una cama fabulosa. Ya veo que no eres capaz de controlarte y dejar que te lleve hasta una superficie blanda.
—Solo un pelele necesita practicar el sexo en una superficie blanda.
Él se quedó mirándola con una sonrisa provocativa.
—No soy ningún pelele, guapa —afirmó él incorporándose—. Vamos aprobar otra vez.
—Espera. —_______ le dio una palmada en el pecho—. Mmm, bonitos pectorales, por cierto. Pero espera. —Se apartó el pelo de la cara con el brazo que aún le dolía—. Nick, ¿qué estamos haciendo?
—Si quieres mi opinión, yo no estoy dando la talla.
—No, hablo en serio. Quiero decir que… —Miró su blusa desabrochada y el sujetador de encaje blanco que sobresalía de ella con picardía—.Míranos. Mírame.
—Puedo asegurarte que no hacía otra cosa. Y quiero seguir mirándote. Tienes un cuerpo para volverse loco. Lo que quiero es…
—Sí, eso lo he entendido, y yo deseo lo mismo, pero Nick, no podemos… Hemos perdido los papeles.
—Estamos representando un papel, el papel que nos corresponde,desde mi punto de vista. Dame cinco minutos y haré que nuestros puntos de vista encajen. Uno. Dame uno.
—Creo que no necesitarías ni treinta segundos, pero no —añadió ______ al ver su sonrisa—. De verdad. No podemos actuar así, de esta manera. Ni de ninguna otra. Supongo. —Todo en su interior le hablaba de la chispa de la pasión, del deseo—. No sé… Necesitamos pensar,reflexionar, darle vueltas al asunto, quizá valorarlo todo de nuevo. Nick,somos amigos.
—Y yo estoy en relaciones amigables contigo.
_______, con una mirada cálida, le puso la mano en la mejilla.
—Somos amigos.
—Lo somos.
—Es más, nuestros amigos son amigos entre sí. Tenemos muchos amigos comunes. Por eso, aunque me encantaría decir: «A la porra,probemos ese sofá, la cama y a lo mejor disputaremos el tercer round en el suelo»…
—_______. —Sus ojos eran profundos, de un color humo oscuro—.Me estás matando.
—No es lo mismo practicar sexo que besarnos en la escalera trasera.Ni siquiera cuenta el beso increíble que nos dimos en la escalera trasera.Por eso tenemos que pensarlo dos veces antes de tomar una decisión. Me niego a dejar de ser amiga tuya, Nick, solo porque ahora mismo desearía verte desnudo. Me importas mucho.
Nick lanzó un suspiro.
—Ojalá no hubieras dicho eso. Tú también eres importante para mí.Siempre lo has sido.
—Entonces démonos un poco más de tiempo y pensemos en todo esto. —_______ se desasió y empezó a abrocharse la blusa.
—No sabes lo desgraciado que me siento de verte hacer eso.
—Sí lo sé. Tanto como yo por tener que hacerlo. No te levantes —dijo ella poniéndose en pie y recogiendo el bolso que había soltado cuando élla agarró—. Si te sirve de consuelo, pasaré una noche de mil demonios pensando en lo que habría sucedido si no nos hubiéramos puesto a pensar.
—No me sirve de consuelo, porque a mí me va a pasar lo mismo.
—Bueno… —_______ se volvió antes de salir por la puerta—. Tú has empezado.
A la mañana siguiente, tras la noche de mil demonios que había predicho, _______ buscó el consuelo de sus amigas y las tortitas de la señora Grady. Pero antes debatió consigo misma. Podía contar con ellas,eso estaba claro, pero solo sería digna de ganarse unas tortitas si primero se enfrentaba al temido gimnasio que tenían en casa.
Se puso el equipo de deporte de mala gana e inició la caminata hasta la casa principal resentida y sin su dosis acostumbrada de cafeína. A medio camino, se desvió hacia el estudio de Mac. No veía por qué su amiga iba a librarse de su sufrimiento.Sin pensarlo, entró directamente y torció hacia la cocina. Allí estaba Mac, con unos pantaloncitos de algodón y una camiseta sin mangas,apoyada en la barra y sonriendo de oreja a oreja con una taza de café en la mano. Y Carter estaba frente a ella, imitando su postura y su misma sonrisa, vestido con su chaqueta de tweed.
Tendría que haber llamado, pensó al instante. Tenía que acordarse de llamar ahora que Carter también vivía allí.Mac la vio entonces y alzó la taza saludándola con naturalidad.
—Eh, hola.
—Lo siento.
—¿Te has vuelto a quedar sin café?
—No, yo…
—Hay de sobra —le dijo Carter—. He hecho una cafetera.
______ lo miró con tristeza.
—No entiendo que vayas a casarte con ella y no conmigo.
Carter se encogió de hombros, aunque no pudo evitar enrojecer hasta las orejas.
—Bueno, si las cosas no salen bien…
—Se cree muy gracioso —intervino Mac con aspereza—. Y lo malo es que lo es. —Se inclinó hacia delante y le tiró de la corbata.
Fue un beso leve y dulce, en opinión de _______. Ese beso matutino que se dan los amantes que saben que tienen todo el tiempo del mundo para nuevos besos, intensos y apasionados.
Sintió una envidia terrible de la levedad y la dulzura.
—Ve a la escuela, catedrático. Ilumina las mentes de los jóvenes.
—Ese es el plan. —Carter asió el maletín y le alborotó el reluciente pelo a Mac—. Te veré esta noche. Adiós, _______.
—Adiós.
Abrió la puerta, miró hacia atrás y se golpeó el codo con la jamba.
—Maldita sea —murmuró cerrando la puerta.
—Hace eso cada dos por tres… ¿Sucede algo, _______? —preguntó Mac—. Te has puesto roja.
—Nada, nada… —contestó _______, que se descubrió frotándose el codo y recordando lo sucedido—. Solo pasaba por aquí de camino a la cámara de torturas. He pensado suplicarle a la señora Grady que me prepare unas tortitas después del sufrimiento.
—Dame dos minutos para cambiarme.
Mac subió escopeteada la escalera y _______ se puso a caminar arriba y abajo. Tenía que existir una manera sencilla, sutil y sensata de explicarlelo que había ocurrido con Nick. Lo que estaba ocurriendo. Y de pedirle que prescindiera de la norma de «prohibido acostarse con los ex de las amigas».Mac y Nick eran amigos, y eso tenía que contar de alguna manera.Mucho más importante, crucial, era el hecho de que Mac estaba locamente enamorada de Carter. Iba a casarse con él, nada más y nada menos. ¿Qué clase de mujer impondría la norma de «prohibido los ex» a otra amiga cuando iba a casarse con el señor Adorable? Sería egoísta por su parte, mojigato y mezquino.
—Vámonos antes de que cambie de idea. —Mac, con una sudadera de capucha encima de una camiseta de deporte y unos pantalones de ciclista, entró corriendo en la cocina—. Noto que los bíceps y los tríceps se me están fortaleciendo. ¡Preparaos, porque voy a conseguir unos brazos matadores!
—¿Por qué te comportas así? —preguntó _______.
—¿Así? ¿Cómo me comporto?
—Somos amigas desde que éramos pequeñas. No entiendo por qué tienes que molestarte tanto si no le quieres.
—¿A quién? ¿A Carter? Sí le quiero. No has tomado café esta mañana,¿verdad?
—Si tomo café me despejaré y encontraré muchos motivos para no hacer ejercicio. Y eso es lo último que deseo.
—Vale. ¿Por qué estás enfadada conmigo?
—No estoy enfadada contigo. Eres tú quien se ha enfadado.
—Entonces dime que lo sientes y te perdonaré. —Mac abrió la puerta y salió como una exhalación.
—¿Por qué tendría que sentirlo? Fui yo quien paró —soltó ________ cerrando la puerta.
—¿Qué fue lo que paraste?
—Paré… —Gruñendo, ________ se presionó los ojos—. Es por la falta de cafeína. Tengo la mente confusa. Estoy empezando por la mitad, o quizá por el final.
—Exijo saber por qué estoy enfadada contigo para intentar arreglarlo.No seas mala.
_______ respiró hondo y contuvo el aliento.
—Besé a Nick. Mejor dicho, me besó él a mí. Fue él quien empezó. Y luego se arrugó como un cobarde, por eso fui a su casa, para soltarle un sermón, y volvió a hacerlo. Y yo le correspondí. Rodamos por el suelo y nos empezamos a quitar la ropa hasta que me di un golpe en el codo. Muy fuerte. Y así recobré el sentido común. Por eso paré, y no tienes motivos para enfadarte.
Mac, que había estado mirando boquiabierta a ________ desde la primera frase, era incapaz de cerrar la boca.
—¿Qué? ¿Qué? —Se golpeó una oreja con la palma de la mano ysacudió la cabeza como si quisiera sacarse agua de los oídos—. ¿Qué?
—No voy a repetirlo. Lo importante es que paré, y que dije que lo sentía.
—¿A Nick?
—No… bueno, sí… pero me refería a ti. Te estoy diciendo que lo siento.
—¿Por qué?
—Por el amor de Dios, Mac, por la norma.
—Vale. —Mac se quedó callada y se puso en jarras mirando al horizonte—. No, espera… sigo confundida. Veamos, probemos otra vez. —Hizo unos gestos exagerados con las dos manos simulando que borraba—.La pizarra ya está completamente limpia. Empecemos de nuevo. Nick y tú… uau… un minuto para asimilarlo… Ya está. Nick y tú os pegasteis un buen morreo.
—Lo dices como si fuera algo asqueroso. Besa como nadie, como sabes muy bien.
—¿Ah, sí?
—No me arrepiento de haberlo besado. De hecho, no lo lamento porque fue del todo improvisado. Bueno, del todo no, porque se me hizo un nudo en el estómago cuando estuvimos bajo el capó.
—¿Bajo el capó? ¿Qué…? Ah, el coche. Caray, solo quien te conozca de toda la vida sería capaz de interpretar lo que dices.
—Ahora bien, lo que no me esperaba era que me traería una copa de vino mientras me tomaba un descanso sentada en la escalera trasera y pensaba en mis cosas.
—Vino, escalera trasera… —musitó Mac—. La NMYA. La boda.
—Me dio un masaje en los hombros. Tendría que haberlo adivinado,pero me vi obligada a marcharme. Tenía que volver a la recepción.Estábamos ahí de pie, y él me besó. Parker me llamó por el busca y tuve que irme, y entonces me di cuenta de lo que había hecho. En realidad, no te he traicionado. Tú tienes a Carter.
—¿Y eso qué tiene que ver conmigo?
—No me acosté con él, por suerte.Un pájaro pasó volando y trinando como un poseso.
Sin dedicarle un vistazo siquiera, _______ se dio un palmetazo en las caderas y torció el gesto.
—El beso fue una sorpresa, las dos veces. Y el rodar por el suelo fue por culpa del calentón del momento. Paré. Por eso, técnicamente, no transgredí la norma, pero de todos modos me disculpo.
—Aceptaré tus disculpas alegremente si me dices qué demonios tiene que ver esto conmigo.
—La norma de los ex.
—La… ah, la norma de los ex. Sigo sin entender lo que yo… Espera.Crees que Nick y yo estuvimos… ¿Crees que practiqué el sexo con Nick?¿Con Nick Jonas?
—Claro, con Nick Jonas.
—Nunca me acosté con Nick Jonas.
_______ la apuntó con el dedo.
—Sí te acostaste.
Mac la apuntó a su vez.
—No me acosté, y nadie mejor que yo sabe con quién he practicado el sexo y con quién no, y Nick y yo nunca llegamos tan lejos. Ni por asomo.No rodé por el suelo con él ni nos quitamos la ropa.
—Pero… —Estupefacta, y casi sin aliento, _______ dejó caer los brazos en un gesto de abandono—. Pero cuando empezó a dejarse ver por casa con Del, durante las vacaciones y las fiestas de la facultad, vosotros dos…
—Flirteamos. Punto final. Fue algo que empezó y acabó pronto. Nunca hemos estado entre sábanas, ni rodando por el suelo, ni acabamos pegados contra la pared ni en ninguna otra superficie, y mucho menos desnudos. ¿Te ha quedado claro?
—Siempre he pensado…
Mac arqueó las cejas.
—Habrías podido preguntármelo.
—No, porque… maldita sea. Quería ser yo quien coquetease con él, y mientras tanto tú te lo ligabas. Por eso no pude actuar, y pensé lo que pensé. Luego, cuando quedó claro que volvíais a ser amigos, inventamos esta norma. Eso fue lo que pensé.
—¿Y durante todo este tiempo sentías algo por Nick?
—De vez en cuando. Lo canalicé hacia otra parte, o lo reprimí por culpa de la norma. Pero últimamente todo esto de la canalización y la represión me ha estado dando problemas. Ay. —_______ se llevó las manosal rostro—. Soy imbécil.
—Oye, zorra —Mac, con una mirada dura, se cruzó de brazos—, has estado a punto de practicar el sexo con un hombre con el que nunca me acosté. ¿Qué clase de amiga eres?
_______ inclinó la cabeza hacia delante y esbozó una tímida sonrisa.
—Ya he dicho que lo sentía.
—Quizá te perdone, pero solo después de que me lo cuentes todo…con coherencia y sin olvidar ni un solo detalle. —Mac echó a correr agarrando a _______ por el brazo hasta llegar a la casa principal—. Aunque eso tendrá que ser después del café, y después de hacer ejercicio.
—Podríamos ahorrarnos el ejercicio y pasar directamente al café.
—Tengo un compromiso con las pesas. —Mac entró por la puerta lateral y se dirigió a la escalera. Cuando las dos jóvenes llegaron al tercer piso, vieron que Laurel y Parker salían del gimnasio—. _______ y Nick se han besado y han estado a punto de acostarse.
—¿Qué? —exclamaron dos voces al unísono.
—Ahora no os lo puedo contar. No he tomado café, y no puedo hablar de esto hasta que tome uno. Además, no pienso hacerlo si no hay tortitas.—Con una mueca de disgusto, ________ se subió a la bicicleta elíptica.
—Tortitas. Se lo diré a la señora Grady —se ofreció Laurel saliendo disparada.
—¿Con Nick? ¿Con Nick Jonas? —preguntó Parker.Mac flexionó los brazos y fue directa a la máquina de musculación.
—Eso es lo que he dicho.
Las cuatro se instalaron en la mesa rinconera de los desayunos. Al ver que _______ ya asía su primera taza de café, Mac alzó una mano.
—Deja que cuente yo la primera parte, porque iré más rápida y a ti todavía te quedará alguna neurona cuando acabe mi explicación. _______ está colada por Nick, pero se figura que Nick y yo nos habíamos enrollado hace años, que habíamos practicado sexo. Por eso, siguiendo la norma de«prohibidos los ex», _______ sufre en silencio.
—Yo no he sufrido durante todo este tiempo.
—Déjame a mí contar esta parte. El día de la recepción de la NMYA Nick prueba el truco de «oh, estás tan agotada que voy a darte un masaje en los hombros», le da un morreo bestial y entonces suena el busca de Parker.
—Así que era eso lo que te pasaba… Gracias, señora Grady. —Parker le sonrió al ama de llaves y tomó una tortita de la fuente que esta había dejado sobre la mesa.
—Anoche, tras esperar una semana entera, ella fue a su casa para cantarle las cuarenta. Una cosa llevó a la otra y los dos terminaron rodando por el suelo, desnudos.
—Medio desnudos. Ni siquiera eso. Puede que nos quitáramos alguna prenda —puntualizó _______—. Como mucho.
—Esta mañana nuestra amiga se ha disculpado conmigo por haber estado a punto de acostarse con mi imaginario ex.
—Como debe ser —intervino la señora Grady—. Ninguna amiga anda a la caza del novio de otra, aunque esta le haya dado la patada.
—Pues eso es lo que sucedió más o menos —dijo _______ encorvándose ante la fría mirada de la señora Grady—. Le dije que lo sentía, y paré antes de que fuéramos a…
—Eso es porque eres una buena chica y tienes un corazón de oro.Come un poco de fruta. Es fresca. El sexo resulta mejor comiendo sano.
—Sí, señora. —______ pinchó un trocito de piña.
—Lo que no entiendo de entrada es por qué creíste que Mac se había acostado con Nick. —Laurel cubrió de sirope sus tortitas—. Si lo hubiera hecho, se habría puesto a fardar hasta morir asesinada por alguna de nosotras.
—No es verdad.
—Antes sí.
Mac reflexionó sobre lo que acababa de oír.
—Sí, tenéis razón. Me habría comportado así, pero he madurado.
—¿Qué tal va tu calentón? —quiso saber Parker.
—A tope. Nick se marcó un buen tanto en la escalera trasera. Y luego,fue por el récord.
Asintiendo, Parker siguió desayunando.
—Besa como nadie.
—Es verdad. Es… ¿cómo lo sabes?
Parker se limitó a sonreír, y _______ se quedó boquiabierta.
—¿Tú? ¿Tú y Nick? ¿Cuándo, cómo…?
—Me parece de muy mal gusto —murmuró Mac—. Otra de mis mejores amigas ligando con mi ex imaginario.
—Nos dimos un par de besos cuando cursaba mi primer año en Yale. Nos encontramos por casualidad en una fiesta y me acompañó hasta mi cuarto. Fue bonito. Muy bonito. Pero por muy bien que besara, fue como besar a mi propio hermano. Y por muy bien que besara yo, creo que él también pensó en mí como en una hermana. Y lo dejamos. Supongo que entre tú y Nick eso no pasa.
—Lo que hicimos no tiene nada que ver con lo que hacen los hermanos. ¿Por qué no nos habías dicho nunca que Nick y tú os habíais besado?
—No sabía que teníamos que informar sobre los hombres a los que besábamos. Pero os podría hacer una lista.
_______ estalló en carcajadas.
—Seguro que sí. ¿Y tú, Laurel? ¿Algún incidente con Nick que no sepamos?
—Me fastidia mucho, porque me deja en franca desventaja, confesar que no. Ni siquiera en mi imaginación. Ese hombre también podría haberme tirado los tejos alguna vez al menos en todos estos años. Será malvado… ¿Y usted, señora Grady?
—Me dio un beso muy bonito bajo el muérdago, hace algunas Navidades. Pero como soy de las que no se comprometen, lo abandoné pronto para no romperle el corazón.
—Pues yo diría que _______ planea atarlo corto, y muy corto —apuntó Mac arqueando las cejas—. Y que él no conoce ninguna plegaria contra el temible poder de _______.
—No lo sé. Necesito pensar. Es complicado. Nick es amigo mío. Es amigo nuestro. Y el mejor amigo de Del. Del es tu hermano —le dijo _______ a Parker—, y es casi un hermano para las demás. Y todos somos amigos, además de socios. Del es nuestro abogado y Nick nos echa una mano cuando lo necesitamos. Además, se ocupa de las reformas. Todos nos relacionamos con todos, y nuestras relaciones influyen las unas en las otras.
—Y nada enreda tanto las relaciones como el sexo —terció Mac.
—Exactamente. ¿Qué pasará si tomamos ese camino y luego todo se va al traste? Nos sentiremos incómodos, y eso provocará que los demás os sintáis incómodos también. Hemos logrado un buen equilibrio, ¿no? No vale la pena estropear eso por culpa del sexo.
—Entonces nunca lo practicarías —comentó la señora Grady, y luego meneó la cabeza—. La juventud piensa demasiado. Voy a fregar los platos.
________ se enfurruñó y se concentró en las tortitas.
—Me ha tomado por una imbécil, pero lo que pasa es que no quiero que nadie salga herido.
—Entonces impón tú las reglas del juego. ¿Qué esperáis el uno del otro y cómo vais a solucionar las complicaciones?
—¿Qué clase de reglas son esas?
Parker se encogió de hombros.
—Eso te toca decidirlo a ti, _______.
Jugueteó con las líneas y con los cambios de luz como parte fundamental del espacio ampliado, que seguiría siendo el estudio.Remodelando el actual tocador y el archivo y aumentando los metros cuadrados de ambos, podría ampliar el cuarto de baño, añadir una ducha(la pareja sabría valorarlo en su momento), ofrecer a Mac el vestidor que deseaba para las clientas y doblar la zona actual de archivo.En cuanto al estudio de Carter en la segunda planta…
Se retrepó en su asiento, bebió un sorbo de agua e intentó pensar como un catedrático de instituto de literatura inglesa. ¿Qué querría en su espacio de trabajo este profesional? ¿Qué necesitaría exactamente? Algo eficiente, con un aire tradicional…Se trataba de Carter. Una librería empotrada en la pared. Mejor aún,en dos paredes.Muebles cerrados con unos estantes superiores, decidió desplazándose en su despacho en forma de U, e hizo un rápido esbozo amano. Además, unos armarios para guardar los artículos de oficina y los expedientes de los alumnos.Nada insustancial, ni excesivamente elegante. Carter no era de ese estilo.Madera oscura, pensó, imitando el estilo tradicional inglés. Y unos ventanales generosos que armonizaran con el resto del edificio. Inclinaría el tejado para truncar las líneas. Obtendría un par de lucernarios. Aislando una pared podría diseñar una hornacina. Convertiría el espacio en un lugar más interesante si incluía en él una zona de estar.El lugar en el que todo hombre se refugia de la cólera de su esposa o en el que se instala cuando quiere echarse una siesta por la tarde.Pondría una puerta en atrio y añadiría una terraza de dimensiones reducidas. Quizá el hombre querría tomarse un brandy y fumarse un puro.Era una posibilidad.
Descansó un rato y volvió a enfrascarse en el partido que estaba viendo en la pantalla plana que tenía a su izquierda. Mientras iba dando forma a sus ideas, vio a los Phillies eliminar uno tras otro a los Red Sox.
Qué mierda.
Volvió al proyecto. Y pensó en ________.Soltando un taco, se pasó una mano por el pelo. Había conseguido mantenerla al margen de su vida. Se le daba bien compartimentar sus distintas facetas. El trabajo, un partido… e ir cambiando de tarea para dedicarse a otras cosas. _______ estaba metida en un compartimiento distinto, y se suponía que debía mantenerlo bien cerrado.No quería pensar en ella. No le favorecía en absoluto pensar en ella.Estaba claro que había cometido un error, pero aquello tampoco era el fin del mundo. Había besado a esa chica, y ya está.
Y menudo beso, pensó.
Un beso especial, de todos modos; un momento único. Esperaría unos cuantos días para que las reverberaciones se extinguieran y las cosas volvieran a la normalidad._______ no era el tipo de mujer que fuera a guardarle rencor por ello.Por otro lado, ella le había ido a la zaga. Nick frunció el ceño y bebió más agua. Sí, sin duda no se había quedado corta. Por lo tanto, ¿por qué iba a sacar las cosas de contexto? Los dos eran adultos; y se habían besado. Fin de la historia.Si _______ estaba esperando sus disculpas, podía esperar sentada. Tendría que asumirlo… y retomar el trato con él. Nick era amigo íntimo de Del, y también era amigo, y muy buen amigo, de los otros miembros del cuarteto. Por si eso fuera poco, con las reformas que Parker le había comentado, durante los meses siguientes pasaría más tiempo que antes en la finca. Volvió a tocarse el pelo. Bien, si así estaban las cosas, los dos tendrían que asumirlo.
—Diablos.
Se restregó la cara y se ordenó mentalmente volver al trabajo.Frunciendo el ceño, se puso a estudiar el esquemático esbozo de su diseño. Y entonces entrecerró los ojos.
—Espera un momento, espera…
Si lo inclinaba todo, si basaba la estructura en los ángulos y concebía el estudio en un voladizo, le salía un espacio que podía servir como patio trasero y quedaba cubierto parcialmente. Eso permitiría a la pareja disfrutar de un espacio exterior, del que carecían, de intimidad y de la posibilidad de tener un pequeño jardín donde plantar unos arbustos.
_______ le daría algunas ideas al respecto.El volumen y las líneas del edificio saldrían realzados, y aumentaría el espacio útil sin que el coste de la construcción se incrementara de manera significativa.
—Eres un genio, Jonas.
Estaba definiendo las directrices del nuevo proyecto cuando oyó que alguien llamaba a la puerta trasera.Con el dibujo todavía en mente, se levantó, salió de su estudio profesional y fue a la sala de estar de su vivienda. Dando por sentado que se trataría de Del o de alguno de sus amigos (confiaba en que trajeran su propia cerveza), abrió la puerta que comunicaba con la cocina. Y vio allí a _______, bajo el resplandor que proyectaba la luz del porche.Olía como un prado en una noche de luna.
—_______.
—Quiero hablar contigo. —Pasó junto a él como una exhalación, se echó el pelo hacia atrás y giró sobre sí misma—. ¿Estás solo?
—Ah… sí.
—Bien. ¿Qué demonios pasa contigo?
—Si no me pones en antecedentes…
—No intentes ir de gracioso. No estoy de humor para graciosillos.Flirteas conmigo, consigues que mi coche arranque, me das un masaje en los hombros, vienes a casa a comer pasta, me prestas tu chaqueta y entonces…
—Supongo que te podía haber saludado y dejado tirada en la carretera. O temblando de frío, hasta que te pusieras morada. La última razón es que tenía hambre.
—Todo eso son vaguedades —le espetó ________ cruzando a zancadas la cocina y saliendo al amplio pasillo sin dejar de hacer aspavientos—.Además, has olvidado aposta el masaje en los hombros y el «y entonces».
A Nick no le quedó otra alternativa que seguirla.
—Se te veía estresada y contracturada. En ese momento te pareció bien.
Girando en redondo, _______ le dedicó una mirada torva con sus aterciopelados ojos color castaño.
—¿Y entonces?
—Vale, hubo un «y entonces». Tú estabas allí, yo estaba allí, y por eso hubo ese «y entonces». No es que yo te forzara precisamente, o que tú intentaras resistirte. Solo nos… —De repente, «besamos» le pareció una palabra demasiado importante—. Nos dimos un pico en un momento dado.
—Nos dimos un pico. ¿Tienes doce años o qué? Me besaste.
—Nos besamos.
—Empezaste tú.
Nick sonrió.
—¿Ahora eres tú la que tiene doce años?
________ resopló con tanta furia que a Nick se le pusieron los pelos de punta.
—Tú diste el primer paso, Nick. Me trajiste vino, te pusiste cariñoso en la escalera masajeándome los hombros. Me besaste.
—Soy culpable de todos los cargos. Pero tú me devolviste el beso. Y luego te marchaste en un arranque como si yo te hubiera chupado la sangre.
—Parker me llamó al busca. Estaba trabajando. Fuiste tú el gallina. Y has actuado como un gallina desde entonces.
—¿Un gallina? Me marché. Tú saliste corriendo como alma que lleva el diablo, y a Whitney no la trago, así que decidí marcharme. Además,curiosamente, resulta que tengo una profesión, igual que tú, y he estado toda la semana trabajando. No gallineando. Joder, no puedo creer que haya dicho eso.
—Nick tuvo que recuperar el aliento—. Escucha, vale más que nos sentemos.
—No quiero sentarme. Estoy demasiado furiosa para sentarme. Uno no hace esas cosas y luego se va por las buenas.
_______ le plantó un dedo acusatorio, y Nick la acusó a su vez imitando su gesto.
—Fuiste tú quien se marchó.
—No es cierto, y tú lo sabes. El busca, Parker, mi trabajo… —exclamó _______ retomando sus aspavientos—. No me fui a ninguna parte. Me marché porque la NMYA decidió que, para dignarse a lanzar el ramo, tenía que examinarlo primero, e insistió en que tenía que ser en ese preciso instante. Nos ha estado tocando las narices a todas, pero que conste que yo no me marché. —_______ le dio un leve palmetazo en el pecho—. Tú sí. Y eso fue muy grosero por tu parte.
—Joder. ¿Ahora vas a reñirme? Sí, ya veo que me estás riñendo. Te besé, lo confieso. Tienes una boca que… la deseé. Fui muy claro en eso. —A Nick le brillaban los ojos, unas nubes tormentosas cargadas de truenos y de un intenso aparato eléctrico—. Como no te pusiste a chillar pidiendo ayuda, te besé. Que me cuelguen si es pecado.
—No es por el beso. Bueno, sí, pero no. Tiene que ver con el porqué,con el después de y con el qué.
Nick se quedó mirándola.
—¿Qué?
—¡Sí! Tengo derecho a una explicación razonable.
—Dónde, has olvidado el dónde, por eso lo incluyo. ¿Dónde está la pregunta razonable? Encuéntrala y haré todo lo posible por darte una respuesta razonable. Venga.
_______ ardía de indignación. Nick no sabía que una mujer pudiera arder literalmente. Y lo encontró muy sexy.
—Si no sabes hablar como los adultos, entonces…—Al diablo.Si iban a condenarlo por un solo crimen, mejor que lo condenaran por dos.
Nick la agarró y la atrajo hacia sí hasta obligarla a ponerse de puntillas. _______ emitió un sonido que podía interpretarse como un qué o un por qué, pero antes de poder terminar lo que iba a decir, Nick se pegó a su boca. Le dio un mordisco rápido, de impaciencia, y _______, al notar sus dientes, abrió los labios de la sorpresa, o quizá como reacción. Nick no estaba de humor para adivinarlo, y menos aún cuando se encontró con su lengua, cuando el sabor de esa mujer le penetró en los sentidos como un catéter penetra en la sangre.La asió por el pelo, salvaje y glorioso, y tiró de ella hasta inclinarle la cabeza hacia atrás.
Alto. _______ quiso decirlo, quiso cumplirlo. Pero fue como zambullirse en pleno verano. En el calor y la humedad. La sensatez la abandonó cuando su cuerpo pasó de la rabia al asombro, y de la sorpresa a un estado febril. Nick alzó la cabeza y pronunció su nombre, pero ella se limitó a hacer un gesto de negación y lo atrajo hacia sí.Durante un salvaje instante las manos de Nick le recorrieron todo el cuerpo, incitándola, encendiéndola, hasta dejarla casi sin respiración.
—Déjame… —Nick manipuló los botones de su blusa.
—Bien. —_______ le habría dejado hacer cualquier cosa con ella.
Cuando la mano de Nick cubrió su desbocado corazón, _______ lo arrastró hacia el suelo.Una piel suave, unos músculos duros y una boca hambrienta hasta la locura. ________ se arqueó debajo de él, rodó encima de él, tiró de su camiseta para quitársela y poder morderle el pecho. Con un quejido, Nick la cogió para devorar su boca, su garganta, con una frenética desesperación que en nada se diferenciaba del rapto de ella.Medio enloquecido, la echó hacia atrás dispuesto a arrancarle la ropa,pero en aquel momento _______ se golpeó el codo contra el suelo y se oyó algo parecido a un disparo. La joven vio las estrellas.
—¡Ay! Oh…
—¿Qué pasa? ________… Mierda, joder. Lo siento. Deja que vea eso.
—No. Espera. —Aturdida y sintiendo un hormigueo en el codo, aunque en absoluto paralizada, _______ consiguió incorporarse—. Ha sido en el hueso de la música. Ja, ja… Ay, oh…
—Lo siento. Lo siento mucho. Ven. —Nick se puso a frotarle el antebrazo para aliviarle los pinchazos que imaginó dolorosos mientras,resollando, se esforzaba por recuperar el aliento.
—Estás riéndote.
—No, no. Estoy tan borracho de deseo y pasión que no puedo respirar bien.
—Estás riéndote. —_______ le apuntó al pecho con el dedo índice de la mano ilesa.
—No, estoy controlándome como todo un hombre para no echarme a reír. —Nick pensó que seguramente debía de ser la primera vez que intentaba algo así en plena erección—. ¿Va mejor? ¿Estás mejor? —
Y cometió el error de levantar la vista y mirarla a los ojos. La risa destellaba en ellos, como un reflejo dorado sobre un fondo marrón. Perdió la batalla y, abandonándose, cedió a las carcajadas.
—Lo siento mucho.
—¿Por qué? Has demostrado tener unos modales exquisitos.
—Sí, eso es lo que dicen todas. Tú eres la única que ha preferido tirarse al suelo cuando, a tres metros, tengo un sofá fantástico, y en lo alto de la escalera, una cama fabulosa. Ya veo que no eres capaz de controlarte y dejar que te lleve hasta una superficie blanda.
—Solo un pelele necesita practicar el sexo en una superficie blanda.
Él se quedó mirándola con una sonrisa provocativa.
—No soy ningún pelele, guapa —afirmó él incorporándose—. Vamos aprobar otra vez.
—Espera. —_______ le dio una palmada en el pecho—. Mmm, bonitos pectorales, por cierto. Pero espera. —Se apartó el pelo de la cara con el brazo que aún le dolía—. Nick, ¿qué estamos haciendo?
—Si quieres mi opinión, yo no estoy dando la talla.
—No, hablo en serio. Quiero decir que… —Miró su blusa desabrochada y el sujetador de encaje blanco que sobresalía de ella con picardía—.Míranos. Mírame.
—Puedo asegurarte que no hacía otra cosa. Y quiero seguir mirándote. Tienes un cuerpo para volverse loco. Lo que quiero es…
—Sí, eso lo he entendido, y yo deseo lo mismo, pero Nick, no podemos… Hemos perdido los papeles.
—Estamos representando un papel, el papel que nos corresponde,desde mi punto de vista. Dame cinco minutos y haré que nuestros puntos de vista encajen. Uno. Dame uno.
—Creo que no necesitarías ni treinta segundos, pero no —añadió ______ al ver su sonrisa—. De verdad. No podemos actuar así, de esta manera. Ni de ninguna otra. Supongo. —Todo en su interior le hablaba de la chispa de la pasión, del deseo—. No sé… Necesitamos pensar,reflexionar, darle vueltas al asunto, quizá valorarlo todo de nuevo. Nick,somos amigos.
—Y yo estoy en relaciones amigables contigo.
_______, con una mirada cálida, le puso la mano en la mejilla.
—Somos amigos.
—Lo somos.
—Es más, nuestros amigos son amigos entre sí. Tenemos muchos amigos comunes. Por eso, aunque me encantaría decir: «A la porra,probemos ese sofá, la cama y a lo mejor disputaremos el tercer round en el suelo»…
—_______. —Sus ojos eran profundos, de un color humo oscuro—.Me estás matando.
—No es lo mismo practicar sexo que besarnos en la escalera trasera.Ni siquiera cuenta el beso increíble que nos dimos en la escalera trasera.Por eso tenemos que pensarlo dos veces antes de tomar una decisión. Me niego a dejar de ser amiga tuya, Nick, solo porque ahora mismo desearía verte desnudo. Me importas mucho.
Nick lanzó un suspiro.
—Ojalá no hubieras dicho eso. Tú también eres importante para mí.Siempre lo has sido.
—Entonces démonos un poco más de tiempo y pensemos en todo esto. —_______ se desasió y empezó a abrocharse la blusa.
—No sabes lo desgraciado que me siento de verte hacer eso.
—Sí lo sé. Tanto como yo por tener que hacerlo. No te levantes —dijo ella poniéndose en pie y recogiendo el bolso que había soltado cuando élla agarró—. Si te sirve de consuelo, pasaré una noche de mil demonios pensando en lo que habría sucedido si no nos hubiéramos puesto a pensar.
—No me sirve de consuelo, porque a mí me va a pasar lo mismo.
—Bueno… —_______ se volvió antes de salir por la puerta—. Tú has empezado.
A la mañana siguiente, tras la noche de mil demonios que había predicho, _______ buscó el consuelo de sus amigas y las tortitas de la señora Grady. Pero antes debatió consigo misma. Podía contar con ellas,eso estaba claro, pero solo sería digna de ganarse unas tortitas si primero se enfrentaba al temido gimnasio que tenían en casa.
Se puso el equipo de deporte de mala gana e inició la caminata hasta la casa principal resentida y sin su dosis acostumbrada de cafeína. A medio camino, se desvió hacia el estudio de Mac. No veía por qué su amiga iba a librarse de su sufrimiento.Sin pensarlo, entró directamente y torció hacia la cocina. Allí estaba Mac, con unos pantaloncitos de algodón y una camiseta sin mangas,apoyada en la barra y sonriendo de oreja a oreja con una taza de café en la mano. Y Carter estaba frente a ella, imitando su postura y su misma sonrisa, vestido con su chaqueta de tweed.
Tendría que haber llamado, pensó al instante. Tenía que acordarse de llamar ahora que Carter también vivía allí.Mac la vio entonces y alzó la taza saludándola con naturalidad.
—Eh, hola.
—Lo siento.
—¿Te has vuelto a quedar sin café?
—No, yo…
—Hay de sobra —le dijo Carter—. He hecho una cafetera.
______ lo miró con tristeza.
—No entiendo que vayas a casarte con ella y no conmigo.
Carter se encogió de hombros, aunque no pudo evitar enrojecer hasta las orejas.
—Bueno, si las cosas no salen bien…
—Se cree muy gracioso —intervino Mac con aspereza—. Y lo malo es que lo es. —Se inclinó hacia delante y le tiró de la corbata.
Fue un beso leve y dulce, en opinión de _______. Ese beso matutino que se dan los amantes que saben que tienen todo el tiempo del mundo para nuevos besos, intensos y apasionados.
Sintió una envidia terrible de la levedad y la dulzura.
—Ve a la escuela, catedrático. Ilumina las mentes de los jóvenes.
—Ese es el plan. —Carter asió el maletín y le alborotó el reluciente pelo a Mac—. Te veré esta noche. Adiós, _______.
—Adiós.
Abrió la puerta, miró hacia atrás y se golpeó el codo con la jamba.
—Maldita sea —murmuró cerrando la puerta.
—Hace eso cada dos por tres… ¿Sucede algo, _______? —preguntó Mac—. Te has puesto roja.
—Nada, nada… —contestó _______, que se descubrió frotándose el codo y recordando lo sucedido—. Solo pasaba por aquí de camino a la cámara de torturas. He pensado suplicarle a la señora Grady que me prepare unas tortitas después del sufrimiento.
—Dame dos minutos para cambiarme.
Mac subió escopeteada la escalera y _______ se puso a caminar arriba y abajo. Tenía que existir una manera sencilla, sutil y sensata de explicarlelo que había ocurrido con Nick. Lo que estaba ocurriendo. Y de pedirle que prescindiera de la norma de «prohibido acostarse con los ex de las amigas».Mac y Nick eran amigos, y eso tenía que contar de alguna manera.Mucho más importante, crucial, era el hecho de que Mac estaba locamente enamorada de Carter. Iba a casarse con él, nada más y nada menos. ¿Qué clase de mujer impondría la norma de «prohibido los ex» a otra amiga cuando iba a casarse con el señor Adorable? Sería egoísta por su parte, mojigato y mezquino.
—Vámonos antes de que cambie de idea. —Mac, con una sudadera de capucha encima de una camiseta de deporte y unos pantalones de ciclista, entró corriendo en la cocina—. Noto que los bíceps y los tríceps se me están fortaleciendo. ¡Preparaos, porque voy a conseguir unos brazos matadores!
—¿Por qué te comportas así? —preguntó _______.
—¿Así? ¿Cómo me comporto?
—Somos amigas desde que éramos pequeñas. No entiendo por qué tienes que molestarte tanto si no le quieres.
—¿A quién? ¿A Carter? Sí le quiero. No has tomado café esta mañana,¿verdad?
—Si tomo café me despejaré y encontraré muchos motivos para no hacer ejercicio. Y eso es lo último que deseo.
—Vale. ¿Por qué estás enfadada conmigo?
—No estoy enfadada contigo. Eres tú quien se ha enfadado.
—Entonces dime que lo sientes y te perdonaré. —Mac abrió la puerta y salió como una exhalación.
—¿Por qué tendría que sentirlo? Fui yo quien paró —soltó ________ cerrando la puerta.
—¿Qué fue lo que paraste?
—Paré… —Gruñendo, ________ se presionó los ojos—. Es por la falta de cafeína. Tengo la mente confusa. Estoy empezando por la mitad, o quizá por el final.
—Exijo saber por qué estoy enfadada contigo para intentar arreglarlo.No seas mala.
_______ respiró hondo y contuvo el aliento.
—Besé a Nick. Mejor dicho, me besó él a mí. Fue él quien empezó. Y luego se arrugó como un cobarde, por eso fui a su casa, para soltarle un sermón, y volvió a hacerlo. Y yo le correspondí. Rodamos por el suelo y nos empezamos a quitar la ropa hasta que me di un golpe en el codo. Muy fuerte. Y así recobré el sentido común. Por eso paré, y no tienes motivos para enfadarte.
Mac, que había estado mirando boquiabierta a ________ desde la primera frase, era incapaz de cerrar la boca.
—¿Qué? ¿Qué? —Se golpeó una oreja con la palma de la mano ysacudió la cabeza como si quisiera sacarse agua de los oídos—. ¿Qué?
—No voy a repetirlo. Lo importante es que paré, y que dije que lo sentía.
—¿A Nick?
—No… bueno, sí… pero me refería a ti. Te estoy diciendo que lo siento.
—¿Por qué?
—Por el amor de Dios, Mac, por la norma.
—Vale. —Mac se quedó callada y se puso en jarras mirando al horizonte—. No, espera… sigo confundida. Veamos, probemos otra vez. —Hizo unos gestos exagerados con las dos manos simulando que borraba—.La pizarra ya está completamente limpia. Empecemos de nuevo. Nick y tú… uau… un minuto para asimilarlo… Ya está. Nick y tú os pegasteis un buen morreo.
—Lo dices como si fuera algo asqueroso. Besa como nadie, como sabes muy bien.
—¿Ah, sí?
—No me arrepiento de haberlo besado. De hecho, no lo lamento porque fue del todo improvisado. Bueno, del todo no, porque se me hizo un nudo en el estómago cuando estuvimos bajo el capó.
—¿Bajo el capó? ¿Qué…? Ah, el coche. Caray, solo quien te conozca de toda la vida sería capaz de interpretar lo que dices.
—Ahora bien, lo que no me esperaba era que me traería una copa de vino mientras me tomaba un descanso sentada en la escalera trasera y pensaba en mis cosas.
—Vino, escalera trasera… —musitó Mac—. La NMYA. La boda.
—Me dio un masaje en los hombros. Tendría que haberlo adivinado,pero me vi obligada a marcharme. Tenía que volver a la recepción.Estábamos ahí de pie, y él me besó. Parker me llamó por el busca y tuve que irme, y entonces me di cuenta de lo que había hecho. En realidad, no te he traicionado. Tú tienes a Carter.
—¿Y eso qué tiene que ver conmigo?
—No me acosté con él, por suerte.Un pájaro pasó volando y trinando como un poseso.
Sin dedicarle un vistazo siquiera, _______ se dio un palmetazo en las caderas y torció el gesto.
—El beso fue una sorpresa, las dos veces. Y el rodar por el suelo fue por culpa del calentón del momento. Paré. Por eso, técnicamente, no transgredí la norma, pero de todos modos me disculpo.
—Aceptaré tus disculpas alegremente si me dices qué demonios tiene que ver esto conmigo.
—La norma de los ex.
—La… ah, la norma de los ex. Sigo sin entender lo que yo… Espera.Crees que Nick y yo estuvimos… ¿Crees que practiqué el sexo con Nick?¿Con Nick Jonas?
—Claro, con Nick Jonas.
—Nunca me acosté con Nick Jonas.
_______ la apuntó con el dedo.
—Sí te acostaste.
Mac la apuntó a su vez.
—No me acosté, y nadie mejor que yo sabe con quién he practicado el sexo y con quién no, y Nick y yo nunca llegamos tan lejos. Ni por asomo.No rodé por el suelo con él ni nos quitamos la ropa.
—Pero… —Estupefacta, y casi sin aliento, _______ dejó caer los brazos en un gesto de abandono—. Pero cuando empezó a dejarse ver por casa con Del, durante las vacaciones y las fiestas de la facultad, vosotros dos…
—Flirteamos. Punto final. Fue algo que empezó y acabó pronto. Nunca hemos estado entre sábanas, ni rodando por el suelo, ni acabamos pegados contra la pared ni en ninguna otra superficie, y mucho menos desnudos. ¿Te ha quedado claro?
—Siempre he pensado…
Mac arqueó las cejas.
—Habrías podido preguntármelo.
—No, porque… maldita sea. Quería ser yo quien coquetease con él, y mientras tanto tú te lo ligabas. Por eso no pude actuar, y pensé lo que pensé. Luego, cuando quedó claro que volvíais a ser amigos, inventamos esta norma. Eso fue lo que pensé.
—¿Y durante todo este tiempo sentías algo por Nick?
—De vez en cuando. Lo canalicé hacia otra parte, o lo reprimí por culpa de la norma. Pero últimamente todo esto de la canalización y la represión me ha estado dando problemas. Ay. —_______ se llevó las manosal rostro—. Soy imbécil.
—Oye, zorra —Mac, con una mirada dura, se cruzó de brazos—, has estado a punto de practicar el sexo con un hombre con el que nunca me acosté. ¿Qué clase de amiga eres?
_______ inclinó la cabeza hacia delante y esbozó una tímida sonrisa.
—Ya he dicho que lo sentía.
—Quizá te perdone, pero solo después de que me lo cuentes todo…con coherencia y sin olvidar ni un solo detalle. —Mac echó a correr agarrando a _______ por el brazo hasta llegar a la casa principal—. Aunque eso tendrá que ser después del café, y después de hacer ejercicio.
—Podríamos ahorrarnos el ejercicio y pasar directamente al café.
—Tengo un compromiso con las pesas. —Mac entró por la puerta lateral y se dirigió a la escalera. Cuando las dos jóvenes llegaron al tercer piso, vieron que Laurel y Parker salían del gimnasio—. _______ y Nick se han besado y han estado a punto de acostarse.
—¿Qué? —exclamaron dos voces al unísono.
—Ahora no os lo puedo contar. No he tomado café, y no puedo hablar de esto hasta que tome uno. Además, no pienso hacerlo si no hay tortitas.—Con una mueca de disgusto, ________ se subió a la bicicleta elíptica.
—Tortitas. Se lo diré a la señora Grady —se ofreció Laurel saliendo disparada.
—¿Con Nick? ¿Con Nick Jonas? —preguntó Parker.Mac flexionó los brazos y fue directa a la máquina de musculación.
—Eso es lo que he dicho.
Las cuatro se instalaron en la mesa rinconera de los desayunos. Al ver que _______ ya asía su primera taza de café, Mac alzó una mano.
—Deja que cuente yo la primera parte, porque iré más rápida y a ti todavía te quedará alguna neurona cuando acabe mi explicación. _______ está colada por Nick, pero se figura que Nick y yo nos habíamos enrollado hace años, que habíamos practicado sexo. Por eso, siguiendo la norma de«prohibidos los ex», _______ sufre en silencio.
—Yo no he sufrido durante todo este tiempo.
—Déjame a mí contar esta parte. El día de la recepción de la NMYA Nick prueba el truco de «oh, estás tan agotada que voy a darte un masaje en los hombros», le da un morreo bestial y entonces suena el busca de Parker.
—Así que era eso lo que te pasaba… Gracias, señora Grady. —Parker le sonrió al ama de llaves y tomó una tortita de la fuente que esta había dejado sobre la mesa.
—Anoche, tras esperar una semana entera, ella fue a su casa para cantarle las cuarenta. Una cosa llevó a la otra y los dos terminaron rodando por el suelo, desnudos.
—Medio desnudos. Ni siquiera eso. Puede que nos quitáramos alguna prenda —puntualizó _______—. Como mucho.
—Esta mañana nuestra amiga se ha disculpado conmigo por haber estado a punto de acostarse con mi imaginario ex.
—Como debe ser —intervino la señora Grady—. Ninguna amiga anda a la caza del novio de otra, aunque esta le haya dado la patada.
—Pues eso es lo que sucedió más o menos —dijo _______ encorvándose ante la fría mirada de la señora Grady—. Le dije que lo sentía, y paré antes de que fuéramos a…
—Eso es porque eres una buena chica y tienes un corazón de oro.Come un poco de fruta. Es fresca. El sexo resulta mejor comiendo sano.
—Sí, señora. —______ pinchó un trocito de piña.
—Lo que no entiendo de entrada es por qué creíste que Mac se había acostado con Nick. —Laurel cubrió de sirope sus tortitas—. Si lo hubiera hecho, se habría puesto a fardar hasta morir asesinada por alguna de nosotras.
—No es verdad.
—Antes sí.
Mac reflexionó sobre lo que acababa de oír.
—Sí, tenéis razón. Me habría comportado así, pero he madurado.
—¿Qué tal va tu calentón? —quiso saber Parker.
—A tope. Nick se marcó un buen tanto en la escalera trasera. Y luego,fue por el récord.
Asintiendo, Parker siguió desayunando.
—Besa como nadie.
—Es verdad. Es… ¿cómo lo sabes?
Parker se limitó a sonreír, y _______ se quedó boquiabierta.
—¿Tú? ¿Tú y Nick? ¿Cuándo, cómo…?
—Me parece de muy mal gusto —murmuró Mac—. Otra de mis mejores amigas ligando con mi ex imaginario.
—Nos dimos un par de besos cuando cursaba mi primer año en Yale. Nos encontramos por casualidad en una fiesta y me acompañó hasta mi cuarto. Fue bonito. Muy bonito. Pero por muy bien que besara, fue como besar a mi propio hermano. Y por muy bien que besara yo, creo que él también pensó en mí como en una hermana. Y lo dejamos. Supongo que entre tú y Nick eso no pasa.
—Lo que hicimos no tiene nada que ver con lo que hacen los hermanos. ¿Por qué no nos habías dicho nunca que Nick y tú os habíais besado?
—No sabía que teníamos que informar sobre los hombres a los que besábamos. Pero os podría hacer una lista.
_______ estalló en carcajadas.
—Seguro que sí. ¿Y tú, Laurel? ¿Algún incidente con Nick que no sepamos?
—Me fastidia mucho, porque me deja en franca desventaja, confesar que no. Ni siquiera en mi imaginación. Ese hombre también podría haberme tirado los tejos alguna vez al menos en todos estos años. Será malvado… ¿Y usted, señora Grady?
—Me dio un beso muy bonito bajo el muérdago, hace algunas Navidades. Pero como soy de las que no se comprometen, lo abandoné pronto para no romperle el corazón.
—Pues yo diría que _______ planea atarlo corto, y muy corto —apuntó Mac arqueando las cejas—. Y que él no conoce ninguna plegaria contra el temible poder de _______.
—No lo sé. Necesito pensar. Es complicado. Nick es amigo mío. Es amigo nuestro. Y el mejor amigo de Del. Del es tu hermano —le dijo _______ a Parker—, y es casi un hermano para las demás. Y todos somos amigos, además de socios. Del es nuestro abogado y Nick nos echa una mano cuando lo necesitamos. Además, se ocupa de las reformas. Todos nos relacionamos con todos, y nuestras relaciones influyen las unas en las otras.
—Y nada enreda tanto las relaciones como el sexo —terció Mac.
—Exactamente. ¿Qué pasará si tomamos ese camino y luego todo se va al traste? Nos sentiremos incómodos, y eso provocará que los demás os sintáis incómodos también. Hemos logrado un buen equilibrio, ¿no? No vale la pena estropear eso por culpa del sexo.
—Entonces nunca lo practicarías —comentó la señora Grady, y luego meneó la cabeza—. La juventud piensa demasiado. Voy a fregar los platos.
________ se enfurruñó y se concentró en las tortitas.
—Me ha tomado por una imbécil, pero lo que pasa es que no quiero que nadie salga herido.
—Entonces impón tú las reglas del juego. ¿Qué esperáis el uno del otro y cómo vais a solucionar las complicaciones?
—¿Qué clase de reglas son esas?
Parker se encogió de hombros.
—Eso te toca decidirlo a ti, _______.
Listo hermosas :)
Gracias por leer. Las quiero <3
MeliGarcia
Re: Rosas sin espinas - Nick&Tu (adaptacion) Terminada.
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
YODO IBA BIIIEEENN HASTA QUE SE GOLPEO EL CODOOOO!!!
JAJAJAJAJA Y LUEGO TODAS TUVIERON ALGO CON NIIICCKK!!!
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
YA ESPERA......
_____ SERA LA QUE SE QUEDE ON EL VERDAD????
AAAII SIGUELAAA
YODO IBA BIIIEEENN HASTA QUE SE GOLPEO EL CODOOOO!!!
JAJAJAJAJA Y LUEGO TODAS TUVIERON ALGO CON NIIICCKK!!!
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
YA ESPERA......
_____ SERA LA QUE SE QUEDE ON EL VERDAD????
AAAII SIGUELAAA
chelis
Re: Rosas sin espinas - Nick&Tu (adaptacion) Terminada.
dios me encanto ese encuentro de los 2 fue super genial
lastima q no siguieron jeje
bueno menos mal y nadie sus amigas se a costado con nick .....fius....
bueno espero q la sigas yaaaa xq quiero mas de esta super novela
lastima q no siguieron jeje
bueno menos mal y nadie sus amigas se a costado con nick .....fius....
bueno espero q la sigas yaaaa xq quiero mas de esta super novela
ElitzJb
Rosas sin espinas - Nick&Tu (adaptacion)
Capitulo 7
En su mesa de trabajo y con una relajante música de fondo New Age, _______ organizaba un encargo. Había decidido que la despedida de soltera que se celebraría entre semana fuera de la finca sería divertida y femenina. Y las gerberas cumplirían con el objetivo.
Visualizando el arreglo como si ya estuviera terminado, cortó el extremo inferior de los tallos bajo el chorro del agua. Frescas y preciosas,pensó la joven mientras colocaba las flores en una solución de agua,abono y conservantes. Trasladó la primera tanda a la cámara frigorífica para que se rehidratase. Y cuando ya empezaba con la siguiente, oyó que Parker la llamaba.
—¡Estoy aquí dentro!
Parker entró y echó un vistazo a las flores, las hojas, los cubos y las herramientas.
—¿La despedida de soltera de McNickey?
—Sí. Mira el color de estas gerberas. Van desde los tonos pastel a los más intensos. Quedarán perfectas.
—¿Qué vas a hacer?
—Añadirlas al centro de mesa, y colocaré tres arbustos podados geométricamente en unas macetas que cubriré con hojas de limonero. Trabajaré con flores de cera y acacia y les pondré unas cintas. La clienta quiere dos centros más: un arreglo más elaborado para la mesa de la entrada y otro con velas para ponerlo en la chimenea; y también algo delicado, fragante y bonito para el tocador. Tengo que montarlo todo antes de la consulta de las once. Estoy en ello.
—Festivo y femenino —comentó Parker escrutando su espacio de trabajo—. Sé que tu programación está abarrotada, pero ¿puedes incluir otra celebración externa?
—¿Cuándo?
—El jueves próximo. Sí, lo sé —dijo Parker cuando _______ la miró con frialdad—. La clienta potencial llamó al número de la empresa y, como sabía que estabas metida hasta las cejas con un encargo, no te la pasé.Vino a la boda de los Folk-Harrigan. Me ha dicho que las flores fueron increíbles… y eso es otro punto a nuestro favor y contra la NMYA.
—Dices eso para camelarme.
—Sí. La clienta pensaba comprar unas flores cortadas y ponerlas en unos jarrones, pero ahora que ha visto tu trabajo, está obsesionada. No deja de pensar en lo bonitas que eran.
—Basta.
—En lo maravillosas, creativas y perfectas que eran.
—Maldita seas, Parker.
—No puede dormir, comer ni vivir con normalidad después de haber visto lo que puede hacerse con unas flores.
—Te odio. ¿De qué clase de celebración se trata y qué es lo que busca?
Parker logró esbozar una sonrisa petulante y compasiva a la vez, una de sus habilidades fundamentales en opinión de _______.
—Es una «baby shower», ya sabes, la merienda-fiesta para agasajar a una futura mamá y darle los regalos para ese bebé que nacerá pronto. Tienes que preparar algo parecido a lo que estás haciendo ahora… salvo en lo del arreglo para la chimenea. Y como el bebé será niña, a la clientela potencial le apetecería que hubiera mucho rosa. Ahora bien, me ha dicho que aquí confía en tu criterio.
—Creo que nos viene muy justo. No sé si podré contar con mi mayorista. Y tendría que consultar la agenda de la semana que viene.
—Ya lo he hecho yo por ti. Tienes el lunes completo, pero el martes por la tarde te quedan unas horas. El miércoles puedes dedicarte a planear la boda del viernes, y el jueves, la del sábado. Tink vendrá a ayudarte los dos días. ¿Es posible que entre las dos podáis ocuparos de esta celebración? Estamos hablando de su nuera —añadió Parker—, y de la que será su primera nieta.
_______ suspiró.
—Sabías que te diría que sí.
—Sí —respondió Parker dándole unos golpecitos en el hombro sin sentir el menor remordimiento—. Si lo necesitas, puedes llamar a Tiffany o a Beach.
—Tink y yo nos arreglaremos solas. — ________ llevó la siguiente tanda ala cámara frigorífica y luego regresó para finalizar la tarea—. Llamaré a la clienta tan pronto haya terminado con esto, para asegurarme de haber comprendido lo que quiere. Y luego me ocuparé de que todo salga bien.
—He dejado su nombre y su número de teléfono encima de tu mesa.
—Cómo no. Pero te lo voy a cobrar.
—¿Cuál es tu precio?
—Me han llamado del taller. El coche está arreglado, pero hoy no podré ir a buscarlo, y mañana tengo un día apretado.
—Me encargo yo.
—Sabía que lo harías. —Mirando una bandeja repleta, _______ se frotó la nuca—. La hora que me ahorraré gracias a ti la dedicaré a la futura abuela.
—La llamaré para tranquilizarla y le diré que te pondrás en contacto con ella. Y hablando de contactos, ¿has hablado con Nick?
—No, estoy en la fase de reflexión y meditación. Si ahora hablase con él, empezaría a pensar en lo mucho que me gustaría abalanzarme sobre él o que él se abalanzase sobre mí. Y ahora ya estoy pensando en eso por haber sacado el tema.
—¿Necesitas unos minutos de intimidad?
—Muy graciosa. Le dije que teníamos que reflexionar durante un tiempo, y eso es lo que estoy haciendo. —Frunció el ceño y habló con remilgo—: El sexo no lo es todo.
—Como tú lo practicas más que yo, y tienes más ofertas para seguir practicándolo, me inclino ante tus superiores conocimientos.
—Eso me pasa porque yo no intimido a nadie —protestó _______ mirando de reojo a Parker—. Y no te lo tomes como un insulto.
—No me importa intimidar a los demás. Me ahorro tiempo. Y hablando del tiempo… —comentó mirando el reloj—. Voy a la ciudad a ver a una novia. Mac tiene que hacer una entrega. Iré a buscarla, a ver si la pillo de que se marche, y le diré que me deje en el taller. Volveré antes de las cuatro. No olvides que tenemos una consulta esta tarde. A las seis y media.
—Lo tengo anotado en la agenda.
—Hasta luego. Gracias, _______. Te lo digo de verdad —añadió Parker antes de salir corriendo.
Una vez a solas, _______ limpió su zona de trabajo antes de aplicarse el antiséptico que usaba como otras usan la crema de manos. Cuando se hubo curado los pinchazos y los arañazos, se preparó para la consulta.
Satisfecha con su elección de arreglos florales, álbumes de fotos y revistas, llamó al número que Parker le había dejado… e hizo muy feliz a una futura abuela. En el curso de la conversación fue tomando notas para calcular la cantidad de rosas de pitiminí y de lirios de agua que necesitaría. Las rosas serían de color rosa y los lirios, blancos. Y a continuación volvió a calcular mentalmente el material que necesitaría para diseñar un arreglo floral mayor. Calas berenjena, rosas Bianca y rosas para ramilletes de color rosa.Dulce, femenino, pero con unas notas elegantes… si había interpretado correctamente a la clienta. Anotó todo eso y también la hora y el lugar de la entrega, y le prometió a su clienta que le enviaría un contrato por correo electrónico y el pedido detallado a media tarde.Calculando el tiempo que le quedaba, hizo una llamada rápida a su mayorista y fue a quitarse la ropa de trabajo para ponerse un traje chaqueta.
Se retocó el maquillaje pensando si Nick estaría reflexionando.Obedeciendo un impulso, se sentó al ordenador y le envió un correo.
Todavía sigo pensando. ¿Y tú?
Pulsó «Enviar» antes de poder cambiar de idea.
Nick estaba en su despacho revisando los cambios propuestos por su socio. El nuevo proyecto de construcción no paraba de cambiar en función de los caprichos de los clientes. Querían una casa regia, pensó, y la habían conseguido. También querían seis chimeneas. Hasta que decidieron que necesitaban nueve. Y un ascensor.El último cambio implicaba que la piscina que había proyectado pudiera usarse durante todo el año y se comunicara con la casa por medio de un pasadizo cubierto.
Buen trabajo, Chip, pensó mientras realizaba un par de pequeños cambios. Tras examinar el resultado, se puso a repasar los dibujos del ingeniero de estructuras.
Bien, decidió. Excelente. La dignidad del estilo colonial georgiano no quedaba comprometida. Y el cliente podría estar nadando unos largos en enero.
Todos felices.Iba a enviarle los dibujos por correo electrónico para que este le diera su aprobación cuando se fijó en que tenía un mensaje de _______.
Al abrirlo, vio que consistía en una sola línea.
¿Hablaba en broma?
Le resultaba francamente difícil pensar en algo que no fuera ella(sobre todo si se la imaginaba desnuda).
El trabajo de esa mañana le había llevado el doble de tiempo de lo acostumbrado porque estaba pensando en ella.Sin embargo, decidió que no tenía ningún sentido decírselo.
¿Qué podría responderle?
Inclinó la cabeza y sonrió al pulsar la tecla de«Responder».
Estoy pensando que tendrías que venir esta noche sin ropa, tan solo con una gabardina reforzada por los codos.
Pulsó «Enviar», se retrepó en la silla e imaginó, con todo lujo de detalles, qué aspecto tendría ________ con una gabardina. Y quizá con unos tacones altísimos. Rojos. Y cuando le desabrochara el cinturón…
—Tenía que volver.
Mientras seguía desabrochando mentalmente esa gabardina corta y negra, Nick descubrió que tenía a Del delante.
—Eh, ¿dónde demonios estás?
—Ah… trabajaba. En unos dibujos. —Mierda. Intentó, como quien no quiere la cosa, activar el salva pantallas—. ¿No tienes trabajo?
—Voy a los juzgados, y más te vale que hayas preparado café.
Del se acercó a la máquina que había en el aparador y se sirvió.
—¿Listo para perder?
—¿Perder qué?
—Es nuestra noche de póquer, tío, y noto que voy a tener suerte.
—Nuestra noche de póquer.
Del, arqueando las cejas, observó a su amigo.
—¿En qué diablos trabajabas? Parece que estés en otro planeta.
—Eso demuestra mi brillante capacidad para concentrarme en lo que tengo más a mano. Y eso es lo que haré esta noche con el póquer. Vas a necesitar algo más aparte de la sensación de paladear la victoria.
—Te apuesto cien pavos a que no.
—Hecho.
Del le dedicó un brindis y dio un sorbo a su taza.
—¿Cómo van las reformas del Cuarteto?
—He hecho unos cambios para Mac y Carter que me gustan mucho.Pero quiero pulirlos un poco más.
—Bien. ¿Te has puesto con lo de _______?
—¿Qué? ¿Ponerme con qué…?
—Hablo de _______ y de su nueva cámara frigorífica.
—Todavía no. Pero no creo que sea complicado. —¿Por qué resultaba complicado entonces?, se preguntó Nick. ¿Por qué se sentía como si estuviera mintiéndole a su mejor amigo?
—Lo simple siempre funciona. Tengo que ir a hacer de abogado —dijo Del dejando la taza encima del aparador y dirigiéndose hacia la puerta—.Te veré esta noche. Ah, e intenta no llorar cuando me pagues los cien dólares. Resultará violento.
Nick le mostró el dedo corazón y Del se marchó riendo.
Esperó unos diez segundos prestando atención por si lo oía regresar y luego recuperó el correo electrónico. Todavía no había respuesta por parte de ________.¿Cómo podía haber olvidado que esa noche tocaba póquer? Era una de las cosas que llevaba grabadas en el cerebro. Pizza, cerveza, puros y cartas. Solo hombres. Una tradición, un ritual quizá, que Del y él habían instaurado cuando todavía iban a la facultad.
La noche del póquer era sagrada.
¿Y si ella le decía que iba a ir a su casa, que llamaría a su puerta esa misma noche?Pensó en _______ vestida con una gabardina negra y unos tacones rojos.Pensó en los amigos, en la cerveza fría y una buena baraja de cartas. Y supo que solo existía una respuesta posible. Si ________ se presentaba en su casa diciéndole que había ido a verlo, les explicaría a los demás lo que estaba pasando.Le diría a Del que padecía una gripe intestinal aguda.No existía ni un solo hombre en la Tierra que pudiese culparlo por ello.
Mac, conduciendo en dirección a Greenwich, observó a Parker.
—Vale, ahora que estamos solas, dime qué te parece la historia de _______ y Nick.
—Los dos son mayorcitos, solteros y gozan de buena salud.
—Ya… ¿Qué piensas en realidad de lo de ________ y Nick?
Parker dejó escapar un suspiro que culminó en una carcajada reticente.
—No lo he visto venir, y siempre me he considerado buena en estas cosas. Si a mí me parece raro, a ellos les debe de parecer extrañísimo.
—Extrañísimo… ¿en qué sentido? ¿Lo dices como algo malo?
—No, no. En el sentido de raro. Nosotras somos cuatro, y luego están ellos dos: Nick y Del. Juntos sumamos seis. Bueno, siete con Carter, pero todo esto empezó antes de que apareciera Carter. Llevamos años participando de la vida personal y laboral de los demás. Para nosotras cuatro y para Del, eso equivale a decir desde siempre, y para Nick…¿cuánto, doce años? Si piensas en un hombre como si fuera tu propio hermano, vas a tener que mentalizarte cuando te des cuenta de que no todas las personas de tu mismo círculo sienten lo mismo por él. Y eso resulta casi tan raro como si uno de nosotros le hubiera tomado ojeriza.
—Por eso _______ está tan descolocada.
—Lo sé.
—Se han puesto cachondos, y me parece bien, pero luego el fuego se apaga. Uno de los dos se enfriará antes que el otro. Es extraño. —Mac miró por los retrovisores antes de cambiar de carril—. ¿El que siga sintiendo algo se sentirá herido o traicionado por el otro?
—Los sentimientos son como son. No entiendo que la gente culpe a los demás por lo que siente.
—Puede, pero esas cosas pasan. Y ________ es de una delicadeza exquisita. Es un hacha manejando a los hombres, y lo digo con infinita reverencia, pero lo lamenta mucho cuando… no siente lo mismo por ellos. Ya sabes lo que quiero decir.
—Sí. —Se acercaban al taller y Parker se calzó los zapatos que se había quitado al subir al automóvil—. Acaba saliendo con un tío dos, tres e incluso cuatro veces a pesar de no estar interesada en él desde la primera cita porque no quiere herir sus sentimientos.
—De todos modos, ella sola sale más que las tres juntas. Antes de Carter, quiero decir —añadió Mac—. Y casi siempre consigue sacudírselos de encima sin dañarles el ego. Te digo yo que es muy hábil.
—El problema es que es amiga íntima de Nick. Y le quiere.
—¿Crees que…?
—Todos le queremos —aclaró Parker.
—Ah, de ese modo, es cierto.
—Tiene que ser muy duro romper con alguien que te importa mucho. Y siendo _______ como es, habrá intentado solucionar ese problema antes de empezar la relación. Hacer daño a Nick no es algo que ella considere.
Mac se quedó pensativa mientras esperaba a que cambiara el semáforo.
—A veces me gustaría ser tan buena persona como _______, solo de vez en cuando. Para mí representa demasiado esfuerzo.
—Tú tienes tus momentos. Mírame a mí, intimido a los demás.
Mac rió con socarronería.
Mac giró, volvió a girar y se detuvo en el aparcamiento de Kavanaugh—. Todo perfecto. ¿Quieres que espere, por si acaso?
—No, vete. Te veré en casa para la consulta de esta tarde.
Parker salió del coche, asió su maletín y miró el reloj. Puntual según lo estipulado.Vio un edificio que albergaba lo que parecían unas oficinas que se comunicaban con un gran taller y se quedó observando. Al acercarse reconoció el zumbido de una especie de compresor y, a través de las puertas abiertas del taller, vio las piernas, las caderas y casi todo el torso de un mecánico que trabajaba en un coche situado sobre un elevador.
Divisó unos estantes en los que supuso que debían de guardar piezas y material diverso, y unas rejillas con herramientas. También vio depósitos, manguitos…
Olía a aceite y a sudor, un olor para nada ofensivo en su opinión. Olía a trabajo, era un olor productivo. Todo aquello le pareció correcto, sobretodo cuando vio el automóvil de _______ bien aparcado, limpio y reluciente como los chorros del oro.Se aproximó al coche con curiosidad. Los cromados brillaban a la luz del sol, y a través de la ventanilla reconoció las señales del perfeccionismo llevado hasta la meticulosidad.
Si la mecánica del coche era tan buena como su aspecto, pensó, haría la siguiente revisión allí en lugar de confiar en su concesionario.
En el interior, en el extremo de un mostrador en forma de L, vio que una pelirroja de pelo prácticamente naranja estaba encaramada a un taburete y tecleaba con dos dedos en el ordenador. Tenía el ceño fruncido y torcía tanto el gesto que Parker comprendió que esa mujer y el ordenador estaban en guerra.La dependienta se detuvo y examinó a Parker por encima de unas gafas de leer verde claro.
—¿Qué se le ofrece?
—He venido a recoger el coche de _______ Grant.
—¿Es usted Parker Brown?
—Sí.
—Su amiga llamó y dijo que vendría usted a recogerlo.
Al ver que la mujer no hacía ningún ademán y seguía mirándola por encima de sus gafas, Parker le sonrió con amabilidad.
—¿Quiere que le enseñe algún documento para identificarme?
—No. Me dijo qué aspecto tendría usted, y me la ha descrito perfectamente.
—Bien, ¿me da la factura?
—Estoy en ello. —La mujer se revolvió en el taburete y tecleó de nuevo—. Siéntese aquí mismo. No tardaré mucho. Tardaría menos si pudiera hacerle un albarán a mano, pero Mal quiere hacer las cosas de esta manera.
—Muy bien.
—Detrás de la puerta hay una máquina de bebidas si desea tomar algo.
Parker pensó en su clienta, en la distancia que había hasta la tienda de novias y en el tráfico.
—Ha dicho que no tardaría mucho.
—Y no tardaré. Solo decía que… ¿Qué diablos quiere de mí este monstruo de los infiernos? —La mujer se rascó con unas uñas largas y rojas su pelo crespo y naranja—. ¿Por qué no escupe la maldita factura?
—Si me permite… —Parker se inclinó sobre el mostrador y examinó la pantalla—. Creo que ya entiendo cuál es el problema. Ponga el cursor aquí y pulse el ratón —le aconsejó dando unos golpecitos a la pantalla—. Bien.¿Ve donde pone «Imprimir»? Pulse ahí. Ya está. Y ahora pulse en«Aceptar».
Parker se apartó y la impresora se puso en marcha.
—Ya está.
—Pulse aquí, pulse allá… Nunca recuerdo dónde tengo que pulsar primero —dijo la empleada sonriéndole por primera vez. Tenía unos ojos tan atrevidos y magnéticos como la montura de sus gafas—. Se lo agradezco.
—No se preocupe.
Parker tomó la factura y se le escapó un suspiro al repasarla: una batería nueva, la puesta a punto, un distribuidor, un cambio de aceite, las correas del ventilador, la nivelación de los neumáticos y unas pastillas delos frenos.
—No veo el precio de la limpieza del automóvil.
—No está incluido. En la primera factura del cliente, corre a cuenta de la casa.
—Qué detalle. —Parker pagó y metió la copia de la factura en un bolsillo del maletín. Luego recogió las llaves—. Gracias.
—Un placer. Venga cuando nos necesite.
—Esté segura de que así lo haré.
Al llegar junto al coche de _______, Parker desbloqueó la cerradura.
—Eh, eh, espere.
Parker se detuvo y se volvió. Reconoció las piernas, la cadera y el torso que había visto en el taller asomando por debajo de un coche. Sin embargo, en la nueva visión el hombre salía con pecho y hombros. Una suave brisa de primavera le revolvía el cabello oscuro (necesitado de un buen corte) y despeinado, fuera a causa del trabajo, fuese por negligencia.Sin embargo, todo eso armonizaba con los rasgos fuertes y afilados de su cara, y con una barba oscura que indicaba que no se había afeitado desde hacía un par de días.
Captó todo eso en pocos segundos, y también que torcía el gesto y que sus intensos ojos verdes denotaban mal genio.Su reacción habría sido bajar la vista, pero ese hombre se le plantó delante.
Parker alzó la cabeza, lo miró a los ojos y le dijo con un tono frío:
—Dígame.
—¿Cree que solo se necesita una llave y un carnet de conducir?
—¿Cómo dice?
—Los cables de la batería estaban corroídos y el aceite se había sedimentado. La presión de los neumáticos estaba baja y las pastillas de freno brillaban por su ausencia. Seguro que se unta usted cada día con una crema de las buenas.
—¿Perdón?
—Pero es incapaz de molestarse en revisar el coche. Señora, su coche estaba hecho una pena. Seguro que se ha gastado más dinero en estos zapatos que el que se ha gastado jamás en una puesta a punto.
¿En sus zapatos? ¿Qué diantre le importaban sus zapatos?
Parker optó por conservar un tono de voz neutro, de una neutralidad insultante.
—Valoro la pasión que pone en su trabajo, pero dudo que su jefe apruebe el modo en que trata a los clientes.
—El jefe soy yo, y no veo que eso represente ningún problema.
—Ya. Bien, señor Kavanaugh, tiene una manera de dirigir su negocio muy interesante. Si me disculpa…
—No hay disculpa que valga cuando se desatiende tanto un coche. Se lo he arreglado para que funcione, señora Grant, pero…
—Brown —lo interrumpió Parker—. Es señora Brown.
El mecánico la miró entrecerrando los ojos.
—La hermana de Del. Habría tenido que darme cuenta. ¿Quién es _______ Grant?
—Mi socia.
—Muy bien. Dígale entonces lo que acaba de oír. Este es un buen coche y se merece que lo traten mejor.
—Le aseguro que se lo diré.
Parker fue a abrir la portezuela, pero él se le adelantó y la abrió antes. La joven entró en el coche, dejó el maletín en el asiento de al lado y se abrochó el cinturón de seguridad. Y entonces interpuso un muro de hielo entre ambos.
—Gracias.
Él sonrió, rápido como una centella.
—Quiere decir que me vaya al infierno. Conduzca con prudencia —añadió luego, y cerró la portezuela.
Parker dio la vuelta a la llave y se quedó algo decepcionada cuando el motor ronroneó como un gatito.
Mientras se alejaba, miró por el retrovisor central y lo vio de pie, desnudo de cadera para arriba, observándola.«Es un grosero», pensó. Grosero hasta lo indecible. Pero sabía hacer bien su trabajo.
Cuando aparcó cerca de la tienda de novias donde tenía que reunirse con su clienta, Parker sacó la BlackBerry y le envió un mensaje a ________.
_______, el coche ya está. El motor y la carrocería han quedado como nuevos. Me debes algo más que el precio de la factura. Ya hablaremos esta noche. P.
_______ estaba en casa y aprovechaba que disponía de un rato entre dos entrevistas para redactar unos contratos. Le encantaba la elección que había hecho la última clienta, que iba a casarse en diciembre.
«Color,color y viva el color», pensó. Sería un placer trabajar en invierno con unas tonalidades tan cálidas y atrevidas.
Le envió el contrato a la clienta para que esta diera su aprobación y le mandó una copia a Parker para que la archivara entre los documentos de Votos. Luego se le escapó una carcajada por lo bajo mientras leía en voz alta:
—«Una gabardina reforzada por los codos.» Esta es buena. Veamos…
Tendrás que elegir entre las coderas de encaje rojo y un conjunto de terciopelo negro. También podría sorprenderte. Me los probaré luego con mi colección de gabardinas. Mi favorita es negra y tiene una pátina que parece que esté… mojada.Por desgracia esta noche no puedo salir. Pero eso nos da más tiempo a los dos para pensar.
—Con esto, poco tiempo te concedo —murmuró ______, y pulsó«Enviar».
Visualizando el arreglo como si ya estuviera terminado, cortó el extremo inferior de los tallos bajo el chorro del agua. Frescas y preciosas,pensó la joven mientras colocaba las flores en una solución de agua,abono y conservantes. Trasladó la primera tanda a la cámara frigorífica para que se rehidratase. Y cuando ya empezaba con la siguiente, oyó que Parker la llamaba.
—¡Estoy aquí dentro!
Parker entró y echó un vistazo a las flores, las hojas, los cubos y las herramientas.
—¿La despedida de soltera de McNickey?
—Sí. Mira el color de estas gerberas. Van desde los tonos pastel a los más intensos. Quedarán perfectas.
—¿Qué vas a hacer?
—Añadirlas al centro de mesa, y colocaré tres arbustos podados geométricamente en unas macetas que cubriré con hojas de limonero. Trabajaré con flores de cera y acacia y les pondré unas cintas. La clienta quiere dos centros más: un arreglo más elaborado para la mesa de la entrada y otro con velas para ponerlo en la chimenea; y también algo delicado, fragante y bonito para el tocador. Tengo que montarlo todo antes de la consulta de las once. Estoy en ello.
—Festivo y femenino —comentó Parker escrutando su espacio de trabajo—. Sé que tu programación está abarrotada, pero ¿puedes incluir otra celebración externa?
—¿Cuándo?
—El jueves próximo. Sí, lo sé —dijo Parker cuando _______ la miró con frialdad—. La clienta potencial llamó al número de la empresa y, como sabía que estabas metida hasta las cejas con un encargo, no te la pasé.Vino a la boda de los Folk-Harrigan. Me ha dicho que las flores fueron increíbles… y eso es otro punto a nuestro favor y contra la NMYA.
—Dices eso para camelarme.
—Sí. La clienta pensaba comprar unas flores cortadas y ponerlas en unos jarrones, pero ahora que ha visto tu trabajo, está obsesionada. No deja de pensar en lo bonitas que eran.
—Basta.
—En lo maravillosas, creativas y perfectas que eran.
—Maldita seas, Parker.
—No puede dormir, comer ni vivir con normalidad después de haber visto lo que puede hacerse con unas flores.
—Te odio. ¿De qué clase de celebración se trata y qué es lo que busca?
Parker logró esbozar una sonrisa petulante y compasiva a la vez, una de sus habilidades fundamentales en opinión de _______.
—Es una «baby shower», ya sabes, la merienda-fiesta para agasajar a una futura mamá y darle los regalos para ese bebé que nacerá pronto. Tienes que preparar algo parecido a lo que estás haciendo ahora… salvo en lo del arreglo para la chimenea. Y como el bebé será niña, a la clientela potencial le apetecería que hubiera mucho rosa. Ahora bien, me ha dicho que aquí confía en tu criterio.
—Creo que nos viene muy justo. No sé si podré contar con mi mayorista. Y tendría que consultar la agenda de la semana que viene.
—Ya lo he hecho yo por ti. Tienes el lunes completo, pero el martes por la tarde te quedan unas horas. El miércoles puedes dedicarte a planear la boda del viernes, y el jueves, la del sábado. Tink vendrá a ayudarte los dos días. ¿Es posible que entre las dos podáis ocuparos de esta celebración? Estamos hablando de su nuera —añadió Parker—, y de la que será su primera nieta.
_______ suspiró.
—Sabías que te diría que sí.
—Sí —respondió Parker dándole unos golpecitos en el hombro sin sentir el menor remordimiento—. Si lo necesitas, puedes llamar a Tiffany o a Beach.
—Tink y yo nos arreglaremos solas. — ________ llevó la siguiente tanda ala cámara frigorífica y luego regresó para finalizar la tarea—. Llamaré a la clienta tan pronto haya terminado con esto, para asegurarme de haber comprendido lo que quiere. Y luego me ocuparé de que todo salga bien.
—He dejado su nombre y su número de teléfono encima de tu mesa.
—Cómo no. Pero te lo voy a cobrar.
—¿Cuál es tu precio?
—Me han llamado del taller. El coche está arreglado, pero hoy no podré ir a buscarlo, y mañana tengo un día apretado.
—Me encargo yo.
—Sabía que lo harías. —Mirando una bandeja repleta, _______ se frotó la nuca—. La hora que me ahorraré gracias a ti la dedicaré a la futura abuela.
—La llamaré para tranquilizarla y le diré que te pondrás en contacto con ella. Y hablando de contactos, ¿has hablado con Nick?
—No, estoy en la fase de reflexión y meditación. Si ahora hablase con él, empezaría a pensar en lo mucho que me gustaría abalanzarme sobre él o que él se abalanzase sobre mí. Y ahora ya estoy pensando en eso por haber sacado el tema.
—¿Necesitas unos minutos de intimidad?
—Muy graciosa. Le dije que teníamos que reflexionar durante un tiempo, y eso es lo que estoy haciendo. —Frunció el ceño y habló con remilgo—: El sexo no lo es todo.
—Como tú lo practicas más que yo, y tienes más ofertas para seguir practicándolo, me inclino ante tus superiores conocimientos.
—Eso me pasa porque yo no intimido a nadie —protestó _______ mirando de reojo a Parker—. Y no te lo tomes como un insulto.
—No me importa intimidar a los demás. Me ahorro tiempo. Y hablando del tiempo… —comentó mirando el reloj—. Voy a la ciudad a ver a una novia. Mac tiene que hacer una entrega. Iré a buscarla, a ver si la pillo de que se marche, y le diré que me deje en el taller. Volveré antes de las cuatro. No olvides que tenemos una consulta esta tarde. A las seis y media.
—Lo tengo anotado en la agenda.
—Hasta luego. Gracias, _______. Te lo digo de verdad —añadió Parker antes de salir corriendo.
Una vez a solas, _______ limpió su zona de trabajo antes de aplicarse el antiséptico que usaba como otras usan la crema de manos. Cuando se hubo curado los pinchazos y los arañazos, se preparó para la consulta.
Satisfecha con su elección de arreglos florales, álbumes de fotos y revistas, llamó al número que Parker le había dejado… e hizo muy feliz a una futura abuela. En el curso de la conversación fue tomando notas para calcular la cantidad de rosas de pitiminí y de lirios de agua que necesitaría. Las rosas serían de color rosa y los lirios, blancos. Y a continuación volvió a calcular mentalmente el material que necesitaría para diseñar un arreglo floral mayor. Calas berenjena, rosas Bianca y rosas para ramilletes de color rosa.Dulce, femenino, pero con unas notas elegantes… si había interpretado correctamente a la clienta. Anotó todo eso y también la hora y el lugar de la entrega, y le prometió a su clienta que le enviaría un contrato por correo electrónico y el pedido detallado a media tarde.Calculando el tiempo que le quedaba, hizo una llamada rápida a su mayorista y fue a quitarse la ropa de trabajo para ponerse un traje chaqueta.
Se retocó el maquillaje pensando si Nick estaría reflexionando.Obedeciendo un impulso, se sentó al ordenador y le envió un correo.
Todavía sigo pensando. ¿Y tú?
Pulsó «Enviar» antes de poder cambiar de idea.
Nick estaba en su despacho revisando los cambios propuestos por su socio. El nuevo proyecto de construcción no paraba de cambiar en función de los caprichos de los clientes. Querían una casa regia, pensó, y la habían conseguido. También querían seis chimeneas. Hasta que decidieron que necesitaban nueve. Y un ascensor.El último cambio implicaba que la piscina que había proyectado pudiera usarse durante todo el año y se comunicara con la casa por medio de un pasadizo cubierto.
Buen trabajo, Chip, pensó mientras realizaba un par de pequeños cambios. Tras examinar el resultado, se puso a repasar los dibujos del ingeniero de estructuras.
Bien, decidió. Excelente. La dignidad del estilo colonial georgiano no quedaba comprometida. Y el cliente podría estar nadando unos largos en enero.
Todos felices.Iba a enviarle los dibujos por correo electrónico para que este le diera su aprobación cuando se fijó en que tenía un mensaje de _______.
Al abrirlo, vio que consistía en una sola línea.
¿Hablaba en broma?
Le resultaba francamente difícil pensar en algo que no fuera ella(sobre todo si se la imaginaba desnuda).
El trabajo de esa mañana le había llevado el doble de tiempo de lo acostumbrado porque estaba pensando en ella.Sin embargo, decidió que no tenía ningún sentido decírselo.
¿Qué podría responderle?
Inclinó la cabeza y sonrió al pulsar la tecla de«Responder».
Estoy pensando que tendrías que venir esta noche sin ropa, tan solo con una gabardina reforzada por los codos.
Pulsó «Enviar», se retrepó en la silla e imaginó, con todo lujo de detalles, qué aspecto tendría ________ con una gabardina. Y quizá con unos tacones altísimos. Rojos. Y cuando le desabrochara el cinturón…
—Tenía que volver.
Mientras seguía desabrochando mentalmente esa gabardina corta y negra, Nick descubrió que tenía a Del delante.
—Eh, ¿dónde demonios estás?
—Ah… trabajaba. En unos dibujos. —Mierda. Intentó, como quien no quiere la cosa, activar el salva pantallas—. ¿No tienes trabajo?
—Voy a los juzgados, y más te vale que hayas preparado café.
Del se acercó a la máquina que había en el aparador y se sirvió.
—¿Listo para perder?
—¿Perder qué?
—Es nuestra noche de póquer, tío, y noto que voy a tener suerte.
—Nuestra noche de póquer.
Del, arqueando las cejas, observó a su amigo.
—¿En qué diablos trabajabas? Parece que estés en otro planeta.
—Eso demuestra mi brillante capacidad para concentrarme en lo que tengo más a mano. Y eso es lo que haré esta noche con el póquer. Vas a necesitar algo más aparte de la sensación de paladear la victoria.
—Te apuesto cien pavos a que no.
—Hecho.
Del le dedicó un brindis y dio un sorbo a su taza.
—¿Cómo van las reformas del Cuarteto?
—He hecho unos cambios para Mac y Carter que me gustan mucho.Pero quiero pulirlos un poco más.
—Bien. ¿Te has puesto con lo de _______?
—¿Qué? ¿Ponerme con qué…?
—Hablo de _______ y de su nueva cámara frigorífica.
—Todavía no. Pero no creo que sea complicado. —¿Por qué resultaba complicado entonces?, se preguntó Nick. ¿Por qué se sentía como si estuviera mintiéndole a su mejor amigo?
—Lo simple siempre funciona. Tengo que ir a hacer de abogado —dijo Del dejando la taza encima del aparador y dirigiéndose hacia la puerta—.Te veré esta noche. Ah, e intenta no llorar cuando me pagues los cien dólares. Resultará violento.
Nick le mostró el dedo corazón y Del se marchó riendo.
Esperó unos diez segundos prestando atención por si lo oía regresar y luego recuperó el correo electrónico. Todavía no había respuesta por parte de ________.¿Cómo podía haber olvidado que esa noche tocaba póquer? Era una de las cosas que llevaba grabadas en el cerebro. Pizza, cerveza, puros y cartas. Solo hombres. Una tradición, un ritual quizá, que Del y él habían instaurado cuando todavía iban a la facultad.
La noche del póquer era sagrada.
¿Y si ella le decía que iba a ir a su casa, que llamaría a su puerta esa misma noche?Pensó en _______ vestida con una gabardina negra y unos tacones rojos.Pensó en los amigos, en la cerveza fría y una buena baraja de cartas. Y supo que solo existía una respuesta posible. Si ________ se presentaba en su casa diciéndole que había ido a verlo, les explicaría a los demás lo que estaba pasando.Le diría a Del que padecía una gripe intestinal aguda.No existía ni un solo hombre en la Tierra que pudiese culparlo por ello.
Mac, conduciendo en dirección a Greenwich, observó a Parker.
—Vale, ahora que estamos solas, dime qué te parece la historia de _______ y Nick.
—Los dos son mayorcitos, solteros y gozan de buena salud.
—Ya… ¿Qué piensas en realidad de lo de ________ y Nick?
Parker dejó escapar un suspiro que culminó en una carcajada reticente.
—No lo he visto venir, y siempre me he considerado buena en estas cosas. Si a mí me parece raro, a ellos les debe de parecer extrañísimo.
—Extrañísimo… ¿en qué sentido? ¿Lo dices como algo malo?
—No, no. En el sentido de raro. Nosotras somos cuatro, y luego están ellos dos: Nick y Del. Juntos sumamos seis. Bueno, siete con Carter, pero todo esto empezó antes de que apareciera Carter. Llevamos años participando de la vida personal y laboral de los demás. Para nosotras cuatro y para Del, eso equivale a decir desde siempre, y para Nick…¿cuánto, doce años? Si piensas en un hombre como si fuera tu propio hermano, vas a tener que mentalizarte cuando te des cuenta de que no todas las personas de tu mismo círculo sienten lo mismo por él. Y eso resulta casi tan raro como si uno de nosotros le hubiera tomado ojeriza.
—Por eso _______ está tan descolocada.
—Lo sé.
—Se han puesto cachondos, y me parece bien, pero luego el fuego se apaga. Uno de los dos se enfriará antes que el otro. Es extraño. —Mac miró por los retrovisores antes de cambiar de carril—. ¿El que siga sintiendo algo se sentirá herido o traicionado por el otro?
—Los sentimientos son como son. No entiendo que la gente culpe a los demás por lo que siente.
—Puede, pero esas cosas pasan. Y ________ es de una delicadeza exquisita. Es un hacha manejando a los hombres, y lo digo con infinita reverencia, pero lo lamenta mucho cuando… no siente lo mismo por ellos. Ya sabes lo que quiero decir.
—Sí. —Se acercaban al taller y Parker se calzó los zapatos que se había quitado al subir al automóvil—. Acaba saliendo con un tío dos, tres e incluso cuatro veces a pesar de no estar interesada en él desde la primera cita porque no quiere herir sus sentimientos.
—De todos modos, ella sola sale más que las tres juntas. Antes de Carter, quiero decir —añadió Mac—. Y casi siempre consigue sacudírselos de encima sin dañarles el ego. Te digo yo que es muy hábil.
—El problema es que es amiga íntima de Nick. Y le quiere.
—¿Crees que…?
—Todos le queremos —aclaró Parker.
—Ah, de ese modo, es cierto.
—Tiene que ser muy duro romper con alguien que te importa mucho. Y siendo _______ como es, habrá intentado solucionar ese problema antes de empezar la relación. Hacer daño a Nick no es algo que ella considere.
Mac se quedó pensativa mientras esperaba a que cambiara el semáforo.
—A veces me gustaría ser tan buena persona como _______, solo de vez en cuando. Para mí representa demasiado esfuerzo.
—Tú tienes tus momentos. Mírame a mí, intimido a los demás.
Mac rió con socarronería.
Mac giró, volvió a girar y se detuvo en el aparcamiento de Kavanaugh—. Todo perfecto. ¿Quieres que espere, por si acaso?
—No, vete. Te veré en casa para la consulta de esta tarde.
Parker salió del coche, asió su maletín y miró el reloj. Puntual según lo estipulado.Vio un edificio que albergaba lo que parecían unas oficinas que se comunicaban con un gran taller y se quedó observando. Al acercarse reconoció el zumbido de una especie de compresor y, a través de las puertas abiertas del taller, vio las piernas, las caderas y casi todo el torso de un mecánico que trabajaba en un coche situado sobre un elevador.
Divisó unos estantes en los que supuso que debían de guardar piezas y material diverso, y unas rejillas con herramientas. También vio depósitos, manguitos…
Olía a aceite y a sudor, un olor para nada ofensivo en su opinión. Olía a trabajo, era un olor productivo. Todo aquello le pareció correcto, sobretodo cuando vio el automóvil de _______ bien aparcado, limpio y reluciente como los chorros del oro.Se aproximó al coche con curiosidad. Los cromados brillaban a la luz del sol, y a través de la ventanilla reconoció las señales del perfeccionismo llevado hasta la meticulosidad.
Si la mecánica del coche era tan buena como su aspecto, pensó, haría la siguiente revisión allí en lugar de confiar en su concesionario.
En el interior, en el extremo de un mostrador en forma de L, vio que una pelirroja de pelo prácticamente naranja estaba encaramada a un taburete y tecleaba con dos dedos en el ordenador. Tenía el ceño fruncido y torcía tanto el gesto que Parker comprendió que esa mujer y el ordenador estaban en guerra.La dependienta se detuvo y examinó a Parker por encima de unas gafas de leer verde claro.
—¿Qué se le ofrece?
—He venido a recoger el coche de _______ Grant.
—¿Es usted Parker Brown?
—Sí.
—Su amiga llamó y dijo que vendría usted a recogerlo.
Al ver que la mujer no hacía ningún ademán y seguía mirándola por encima de sus gafas, Parker le sonrió con amabilidad.
—¿Quiere que le enseñe algún documento para identificarme?
—No. Me dijo qué aspecto tendría usted, y me la ha descrito perfectamente.
—Bien, ¿me da la factura?
—Estoy en ello. —La mujer se revolvió en el taburete y tecleó de nuevo—. Siéntese aquí mismo. No tardaré mucho. Tardaría menos si pudiera hacerle un albarán a mano, pero Mal quiere hacer las cosas de esta manera.
—Muy bien.
—Detrás de la puerta hay una máquina de bebidas si desea tomar algo.
Parker pensó en su clienta, en la distancia que había hasta la tienda de novias y en el tráfico.
—Ha dicho que no tardaría mucho.
—Y no tardaré. Solo decía que… ¿Qué diablos quiere de mí este monstruo de los infiernos? —La mujer se rascó con unas uñas largas y rojas su pelo crespo y naranja—. ¿Por qué no escupe la maldita factura?
—Si me permite… —Parker se inclinó sobre el mostrador y examinó la pantalla—. Creo que ya entiendo cuál es el problema. Ponga el cursor aquí y pulse el ratón —le aconsejó dando unos golpecitos a la pantalla—. Bien.¿Ve donde pone «Imprimir»? Pulse ahí. Ya está. Y ahora pulse en«Aceptar».
Parker se apartó y la impresora se puso en marcha.
—Ya está.
—Pulse aquí, pulse allá… Nunca recuerdo dónde tengo que pulsar primero —dijo la empleada sonriéndole por primera vez. Tenía unos ojos tan atrevidos y magnéticos como la montura de sus gafas—. Se lo agradezco.
—No se preocupe.
Parker tomó la factura y se le escapó un suspiro al repasarla: una batería nueva, la puesta a punto, un distribuidor, un cambio de aceite, las correas del ventilador, la nivelación de los neumáticos y unas pastillas delos frenos.
—No veo el precio de la limpieza del automóvil.
—No está incluido. En la primera factura del cliente, corre a cuenta de la casa.
—Qué detalle. —Parker pagó y metió la copia de la factura en un bolsillo del maletín. Luego recogió las llaves—. Gracias.
—Un placer. Venga cuando nos necesite.
—Esté segura de que así lo haré.
Al llegar junto al coche de _______, Parker desbloqueó la cerradura.
—Eh, eh, espere.
Parker se detuvo y se volvió. Reconoció las piernas, la cadera y el torso que había visto en el taller asomando por debajo de un coche. Sin embargo, en la nueva visión el hombre salía con pecho y hombros. Una suave brisa de primavera le revolvía el cabello oscuro (necesitado de un buen corte) y despeinado, fuera a causa del trabajo, fuese por negligencia.Sin embargo, todo eso armonizaba con los rasgos fuertes y afilados de su cara, y con una barba oscura que indicaba que no se había afeitado desde hacía un par de días.
Captó todo eso en pocos segundos, y también que torcía el gesto y que sus intensos ojos verdes denotaban mal genio.Su reacción habría sido bajar la vista, pero ese hombre se le plantó delante.
Parker alzó la cabeza, lo miró a los ojos y le dijo con un tono frío:
—Dígame.
—¿Cree que solo se necesita una llave y un carnet de conducir?
—¿Cómo dice?
—Los cables de la batería estaban corroídos y el aceite se había sedimentado. La presión de los neumáticos estaba baja y las pastillas de freno brillaban por su ausencia. Seguro que se unta usted cada día con una crema de las buenas.
—¿Perdón?
—Pero es incapaz de molestarse en revisar el coche. Señora, su coche estaba hecho una pena. Seguro que se ha gastado más dinero en estos zapatos que el que se ha gastado jamás en una puesta a punto.
¿En sus zapatos? ¿Qué diantre le importaban sus zapatos?
Parker optó por conservar un tono de voz neutro, de una neutralidad insultante.
—Valoro la pasión que pone en su trabajo, pero dudo que su jefe apruebe el modo en que trata a los clientes.
—El jefe soy yo, y no veo que eso represente ningún problema.
—Ya. Bien, señor Kavanaugh, tiene una manera de dirigir su negocio muy interesante. Si me disculpa…
—No hay disculpa que valga cuando se desatiende tanto un coche. Se lo he arreglado para que funcione, señora Grant, pero…
—Brown —lo interrumpió Parker—. Es señora Brown.
El mecánico la miró entrecerrando los ojos.
—La hermana de Del. Habría tenido que darme cuenta. ¿Quién es _______ Grant?
—Mi socia.
—Muy bien. Dígale entonces lo que acaba de oír. Este es un buen coche y se merece que lo traten mejor.
—Le aseguro que se lo diré.
Parker fue a abrir la portezuela, pero él se le adelantó y la abrió antes. La joven entró en el coche, dejó el maletín en el asiento de al lado y se abrochó el cinturón de seguridad. Y entonces interpuso un muro de hielo entre ambos.
—Gracias.
Él sonrió, rápido como una centella.
—Quiere decir que me vaya al infierno. Conduzca con prudencia —añadió luego, y cerró la portezuela.
Parker dio la vuelta a la llave y se quedó algo decepcionada cuando el motor ronroneó como un gatito.
Mientras se alejaba, miró por el retrovisor central y lo vio de pie, desnudo de cadera para arriba, observándola.«Es un grosero», pensó. Grosero hasta lo indecible. Pero sabía hacer bien su trabajo.
Cuando aparcó cerca de la tienda de novias donde tenía que reunirse con su clienta, Parker sacó la BlackBerry y le envió un mensaje a ________.
_______, el coche ya está. El motor y la carrocería han quedado como nuevos. Me debes algo más que el precio de la factura. Ya hablaremos esta noche. P.
_______ estaba en casa y aprovechaba que disponía de un rato entre dos entrevistas para redactar unos contratos. Le encantaba la elección que había hecho la última clienta, que iba a casarse en diciembre.
«Color,color y viva el color», pensó. Sería un placer trabajar en invierno con unas tonalidades tan cálidas y atrevidas.
Le envió el contrato a la clienta para que esta diera su aprobación y le mandó una copia a Parker para que la archivara entre los documentos de Votos. Luego se le escapó una carcajada por lo bajo mientras leía en voz alta:
—«Una gabardina reforzada por los codos.» Esta es buena. Veamos…
Tendrás que elegir entre las coderas de encaje rojo y un conjunto de terciopelo negro. También podría sorprenderte. Me los probaré luego con mi colección de gabardinas. Mi favorita es negra y tiene una pátina que parece que esté… mojada.Por desgracia esta noche no puedo salir. Pero eso nos da más tiempo a los dos para pensar.
—Con esto, poco tiempo te concedo —murmuró ______, y pulsó«Enviar».
Gracias por leer :D
Besos. Meli
MeliGarcia
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