Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Seductora Inocencia (Nick y ____.) TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 19 de 25. • Comparte
Página 19 de 25. • 1 ... 11 ... 18, 19, 20 ... 25
Re: Seductora Inocencia (Nick y ____.) TERMINADA
chelis escribió:OOOOOHHH!!!!.. QUE DETALLE DE NIICCKKK!!!
PERO TODAVIA IENE COMO CIERTAAASSS PRECAUCIONES O COMO SE DICE!!! RECELOOO A ADMITIRLAA REALMENTE EN SU VIDA
siii es verdad! pero bueno asi son los hombres :D asjdhagjsd okno u.u
ya la seguire e.e
See.Into.My.Mind♥
Re: Seductora Inocencia (Nick y ____.) TERMINADA
aranzhitha escribió:awwww que lindo
pero no se quiere casar con ella!!!!!!
siguela
NOOO es un marvitooo! -.-'
ya la sigo
See.Into.My.Mind♥
Re: Seductora Inocencia (Nick y ____.) TERMINADA
chelis escribió:oootroooo
yaaaaaaaaaaaaaaaaa!
See.Into.My.Mind♥
Re: Seductora Inocencia (Nick y ____.) TERMINADA
ElitzJb escribió:oh dios vamos siguela quieor mas capitulos
hahahahhahahah se quieren los 2 se quieren sigueeeeeeeeeeeeee
yaa subo (:♥
See.Into.My.Mind♥
Re: Seductora Inocencia (Nick y ____.) TERMINADA
aranzhitha escribió:siguela!!!!!!
ya subo *-*
See.Into.My.Mind♥
Re: Seductora Inocencia (Nick y ____.) TERMINADA
18 1/2
El viaje de dos días de duración por Great North Road les había llevado a través de los suaves campos verdes de labranza de los condados, donde ___ vio pintorescas chalanas que transportaban su carga por los canales y el humo blanco que salía de los hornos de las alfarerías en plena actividad. Con la proximidad de la cosecha, los campos rebosaban de cebada y trigo.
El tiempo se mantenía favorable, con brisas agradables y cielos de un azul intenso por encima de sus cabezas, la carretera alquitranada que tenían debajo era excelente, de modo que las interminables horas de viaje en el robusto carro de Nicholas resultaron bastante tolerables.
Cuando pasaron el puente y entraron en la antigua ciudad de York, donde pasarían la segunda noche de su viaje, la luz de los últimos días del verano todavía danzaba sobre el río Ouse con destellos que semejaban lentejuelas doradas. Recogieron a Jacinda y Elizabeth y fueron a dar un paseo por la calle Shambles para estirar las piernas, y se detuvieron en la enorme y silenciosa catedral medieval para dar una vuelta por su interior. ___ admiró la imponente ventana del este que representaba la Creación. La exquisita vidriera parecía extenderse hacia el cielo, con suntuosos detalles extraídos de la imaginación de artesanos que llevaban siglos muertos.
Cogió a Nicholas de la mano y juntos contemplaron la gran ventana del oeste, a través de la cual resplandecían los últimos rayos de sol con un espléndido colorido. Abandonaron la catedral con pesar ya que Jacinda se estaba quejando y las dos jóvenes se encontraban cansadas, hambrientas y malhumoradas. Se retiraron a la cálida hospitalidad de la posada situada al otro lado de la plaza de High Petergate.
Nicholas había encargado que les llevasen a los aposentos una comida copiosa compuesta de humeantes pasteles de carne con puré de patatas y pudín de York. ___ halló una inexplicable satisfacción observando cómo Nicholas comía y acompañaba la cena con una buena y fría cerveza negra de la taberna. Parecía que cuanto más se alejaban de Londres, más lleno de energía se sentía.
Tras la buena cena campestre, Jacinda les dio un abrazo a los dos y les deseó buenas noches, mientras que Lizzie hizo una tímida reverencia. Las chicas se retiraron a su habitación y Nicholas se recostó en su silla, mirando a ___ con un brillo en los ojos cuyo significado conocía bien.
Dejó la vela encendida sobre la mesa y al cabo de poco rato la había convencido para irse a la cama. ___ se tumbó en el colchón y rodeó a Nicholas con los brazos, sonriendo al pensar en la rapidez con que estaba venciendo sus temores. Entonces él prosiguió con su educación.
A la mañana se encontraban frescos y listos para dirigirse hacia el oeste atravesando los valles del condado de York y dejando atrás los tristes páramos, y al acabar el día llegaron al condado de Westmorland.
–Prácticamente estamos en Escocia –declaró ___, ante lo cual su excelencia y su hermana se sintieron ofendidos. Ella se rió de su indignación cuando le aseguraron que todavía no había visto el paisaje más hermoso del mundo. Incluso el famoso pintor Constable lo había afirmado, se jactó Jacinda.
El tercer día lo dedicaron a serpentear a través de cerros y colinas rocosas y entre resplandecientes lagos surcados por brisas. ___ podía percibir la magia en el aire, las colinas adquirieron un tono esmeralda tan verde que sintió que se le partía el corazón. Las extensas y onduladas cumbres asomaban a su alrededor por todas partes. El aire era cada vez más escaso a medida que aumentaba la elevación. Tal vez aquella fuese la forma más simple de explicar la presencia de la musa de los poetas en aquellos parajes azotados por el viento, pensó ____, pero allí donde miraba la recibía la belleza, desde la imponente majestuosidad de Saddleback a las ovejas que dormitaban felizmente junto al agua azul de los valles.
Cuando se detuvo para admirar el lago de Grasmere, echó un vistazo al duro perfil de Nicholas recortado contra el sol, con el pelo revuelto por el viento. Las colinas onduladas, marrones y verdes, moteadas por las nubes, se extendían ante sus ojos, y ___ comprendió que aquel era su mundo, su verdadero elemento, no la afectada la opulencia del Parlamento y Jonas House, ni las atestadas calles de Londres bajo la atenta mirada de la sociedad, sino aquel extenso paisaje, con sus cielos melancólicos y sus rústicas comodidades.
Y cuando al ponerse el sol divisaron la mansión Jonas, deslumbrante en la distancia, él parecía el digno señor del castillo que contemplaban, elevándose por encima de un pequeño lago que relucía como un espejo. Durante un largo rato todos se quedaron quietos mirándolo.
La mansión Jonas poseía tal aire de eterna permanencia que hizo que ___ se acordase de la frase que Nicholas le había susurrado la mañana del duelo: «Quédate para siempre». Por primera ver desde que él la había pronunciado, ___ se planteó lo que había querido decir con ella. Comprendió que las palabras «para siempre» no suponían un capricho vano para un hombre que residía en un castillo con siglos de historia. Por un instante su seguridad se tambaleó, pese al cariz romántico del acuerdo que los unía, se trataba de algo temporal. ¿O no era así?
La única respuesta a su pregunta fue el sonido de un halcón que volaba en círculos por encima de ellos.
Nicholas lo miró, entornando los ojos para protegerse del sol.
Las flores salvajes se mecían en los campos de alrededor, y el camino polvoriento que tenían delante trazaba una curva en torno al lago.
–No me habías dicho que vivías en un auténtico... castillo –dijo ____ siguiendo con la mirada la extensa contramuralla de color azul grisáceo que defendía la empinada cima de la colina, a unos ocho cientos metros de distancia.
Nicholas la miró de reojo, sonriendo débilmente.
La mansión Jonas tenía almenas y elevadas torres circulares en los muros distribuidas a intervalos regulares y un alto torreón cuadrado, y ___ no pudo evitar imaginarse a unos arqueros disparando largas flechas desde allí y a unos caballeros saliendo a la carga sobre sus caballos de batalla. Era un escenario idílico, como un sueño.
El halcón emitió de nuevo un grito con aire triunfante.
___ alzó la vista hacia el ave majestuosa, tapándose los ojos con mano.
–Es precioso.
–Se crían aquí. Si te gusta la cetrería, te enseñaré las jaulas. Vamos. Hace siglos que no estoy en mi casa.
___ lo siguió hasta el coche, desconcertada. En Londres le había parecido el hombre ideal, lleno de riqueza e influencia, poseedor de refinada intensidad cosmopolita, un hombre cuya sutileza y diplomacia innatas facilitaban el logro de sus elevados ideales. Sin embargo, allí, en el hogar de sus antepasados, no podía evitar verlo o una suerte de señor guerrero duro y fuerte en plena madurez. El castillo tenía dragón y todo, según descubrió ___ al toparse de nuevo con la arpía de la señora Laverty, aunque esta vez no estaba dispuesta a permitir que aquella mujer la intimidara.
La mansión Jonas era por dentro un laberinto de pasillos, recovecos y huecos en los que ella se imaginaba perfectamente que Nicholas y sus hermanos habían disfrutado de pequeños jugando al escondite. Mientras Jacinda le hablaba con excitación de los fantasmas que moraban el castillo, Nicholas la llevó a dar una vuelta por aquel lugar enigmático y extraño.
Los elementos dorados y banales del gusto rococó de su madre cubrían los motivos de estilo jacobino, más antiguos, oscuros y robustos, y todo ello se hallaba encerrado en un caparazón medieval. Jacinda apenas podía contener su entusiasmo mientras corría de un lado para otro, tocándolo todo y reconociendo los objetos familiares que encontraba en cada habitación. Había un salón veneciano, una sala china, un salón de baile y una sala de billar, y todos ellos llevaban la impronta del estilo de inspiración versallesca de la duquesa Georgiana.
La sección más reciente del castillo, espaciosa y redecorada con gusto, conducía a un comedor oscuro mucho más antiguo con una larga mesa gris. El gran vestíbulo y las habitaciones con tapices eran las estancias más vetustas. ___ casi podía imaginarse a los antepasados de Nicholas tramando sus planes de batalla contra los clanes de la frontera escocesa. Ella dejaba volar su imaginación mientras miraba todo lo que la rodeaba. Ojalá su padre hubiera podido ver aquel lugar.
Unido a la parte trasera del castillo se hallaba un jardín de invierno con un naranjal. Más allá de las vidrieras había terrazas con arbustos podados, y en el centro, un pequeño jardín. ___ advirtió que las decenas de hectáreas con amplias extensiones de césped y bosques en pendiente que se hallaban más allá de los jardines pertenecían a Nicholas, así como el lago profundo de color añil situado a la sombra de las laderas.
Salieron al patio cubierto de grava, donde Nicholas le señaló la capilla, la residencia de los sirvientes, el despacho de la finca y el cobertizo de los carruajes, y los enormes establos y caballerizas ubicados más lejos, en la parte trasera.
Jacinda y Lizzie se marcharon corriendo a visitar a sus caballos favoritos mientras ___ y Nicholas regresaban al interior.
–Tienes un hogar maravilloso, Nicholas. De verdad, maravilloso. Parece un lugar sacado de las novelas de Walter Scott –dijo ella, agitando la cabeza con asombro.
–Te doy mi más calurosa bienvenida –respondió él suavemente, llevándose la mano de ___ a los labios.
Ante la pregunta de un lacayo, Nicholas ordenó que las cosas de ella fueran depositadas en la habitación contigua a la suya. Formuló aquella impúdica orden sin inmutarse. Ella lo miró de reojo, sorprendida pero contenta con la actitud abierta con que encaraba su relación. Parecía que por fin estaban de acuerdo: ella había renunciado a la seguridad de la regla principal de las cortesanas, y él por fin parecía haberla aceptado de forma sincera en su vida.
Esa noche Nicholas la llevó a la lujosa cama donde él mismo había sido concebido y la poseyó con un vigor que respondía a la fuerza que aquella tierra le otorgaba.
Los días siguientes ___ descubrió que, aun habiendo estado ausente durante meses, Nicholas era uno de los pilares de la vida local, pues era requerido casi a diario por personas que recorrían kilómetros para pedirle consejo o ayuda. Él siempre encontraba tiempo para ellos.
Ella se mantuvo ocupada cuidando de las jóvenes damas. Aunque tan solo era la amante de Nicholas, ellas sentían admiración por ___. El afecto y la necesidad que le demostraban la ayudó a curarse casi tanto como el amor de Nicholas. Cada tarde soleada iban a merodear por el campo con sus sombreros de ala ancha en busca de paisajes que dibujar.
A pesar de que Jacinda y Lizzie ya eran prácticamente adultas, ninguna de las dos había conocido a su madre. ___ se sentía conmovida por su ansiosa necesidad de sentirse queridas y su buena disposición a aceptar sus consejos. En los días sucesivos, entre tés y bizcochos, pronto se enteró de que a Jacinda le asustaba la idea de hacer su debut en sociedad, consciente de que las patrocinadoras de Almack's y las personas de su clase la mirarían con ojos de lince, buscando en su conducta alguna señal del carácter escandaloso de su madre.
Lizzie, por su parte, le confesó que su condición de pupila sin dinero había sido durante mucho tiempo un gran suplicio para su orgullo. Le preocupaba lo que sería de ella cuando Jacinda hiciese su entrada en sociedad y se casase. Además, estaba locamente enamorada de lord Alec.
El lunes de su segunda semana de estancia en el campo, Jacinda prometió a ___ una mágica sorpresa.
–Hoy la voy a llevar a ver el sitio más espectacular de todos. Lo hemos reservado para el final, ¿verdad, Lizzie?
Las dos chicas se miraron la una a la otra y soltaron una risita.
–Vaya, ¿de qué se trata? –preguntó ____, mientras colocaba la cesta de la comida y los cuadernos de dibujo en los brazos del sufrido lacayo.
–Es el castillo de Pendragon –anunció Jacinda en tono reverente- Hace muchos años fue el castillo de Uther Pendragon... ¡el padre del rey Arturo!
–Qué fantasiosa eres, Jacinda.
–¡Es verdad! Es un sitio espeluznante. Algunas personas dicen que Merlín el encantador está encerrado en el gran tejo que vigila las ruinas.
–Tonterías.
–Está diciendo la verdad, señorita Hamilton, en serio – confirmó Lizzie, asintiendo solemnemente con la cabeza a la vez que abría mucho los ojos.
–Mis hermanos solían jugar allí de pequeños a los caballeros de la Mesa Redonda –dijo Jacinda sonriendo ampliamente, y a continuación se apartó del sol.
Partieron a pie y se encontraron con varios lugareños por el camino: un trío de niños pastores que estaban cuidando del rebaño, un anciano campesino que conducía su carro con pollos en dirección al mercado y dos hombres curtidos de aspecto competente a los que Jacinda presentó como el guardabosque y el administrador de fincas. Les dijeron que se dirigían de vuelta a la residencia para comer.
___ se quedó mirando divertida cómo Jacinda les preguntaba por los campos y bosques de los alrededores con toda la seriedad de la dama legítima de la mansión. Ellos atendieron sus peticiones con los ojos brillantes, pero ___ se percató del interés varonil que mostraban por ella, la «institutriz», y los rehuyó sin apenas pronunciar una palabra.
El bronceado administrador de fincas aseguró que no podía ponderar lo suficiente al duque por la prosperidad que había brindado a los vecinos con su mentalidad previsora aplicada a las mejoras agrícolas. El corpulento guardabosque de voz suave confesó que había recibido instrucciones de hacer la vista gorda en lo relativo a la práctica de la caza furtiva en las tierras de su excelencia, lo cual contribuía a la reputación que tenía Nicholas de propietario benévolo.
Finalmente se separaron, el lacayo caminaba penosamente tras ellas, cargado con las provisiones. Cuando se hallaban cerca de Wild Boar Fell, divisaron una manada de ponis salvajes bebiendo en el río Eden. Se detuvieron y observaron a los ponis con deleite, hasta que la manada decidió que el grupo no era de fiar y huyó en estampida por encima de la colina. Entre exclamaciones de alegría por el encuentro inesperado con los ponis, retomaron su camino en dirección a las amenazantes y escarpadas ruinas del castillo de Pendragon.
___ contempló fascinada el armazón de piedra de la antigua fortaleza. El castillo de Pendragon, un fragmento vivo de un mito añejo, se mantenía en pie en un lateral, por encima de cuyo deteriorado pináculo sobresalía un gran árbol, mientras que la otra mitad de la muralla se había desplomado.
Se acercó y exploró el lugar mientras Jacinda ordenaba al lacayo que preparase la merienda. ___ podía imaginarse a la banda de picaros jugando a que eran los caballeros de la Mesa Redonda del rey Arturo. Oyó a sus espaldas el sonido de unas pisadas en las rocas y giró para descubrir a Lizzie abriéndose paso con dificultad entre piedras cubiertas de musgo.
–Estaba pensando que nunca he oído hablar de los otros hermanos de lady Jacinda –le dijo ___ a la chica–. Solo conozco a Jonas y a lord Alec.
–Bueno, el segundo en nacer fue lord Jack, pero no se habla de él en buena sociedad. –Lanzó una mirada furtiva por encima del hombro–. Me temo que es la oveja negra.
–¿De verdad se dedica al estraperlo? –susurró ___.
–Yo lo creo capaz de eso, aunque tiene buen corazón, señorita Hamilton.
–¿Por qué se hizo lord Jack contrabandista?
Ninguna de las dos vio a Jacinda acercarse saltando de roca en roca, pero por lo visto ella las había oído.
–Porque quería rebelarse contra papá por haber sido cruel con él –declaró–. Mi padre no era su padre. Solo Nicholas y yo tenemos su sangre. Nicholas es el heredero, Jack se suponía que tenía que ser el suplente, y yo soy la niña bonita.
___ se quedó boquiabierta, y Jacinda soltó una sonora carcajada.
– No pasa nada. No me importa hablar con usted de mi familia, mi querida señorita Hamilton. Ahora es usted una más. –Le dio un abrazo a ___ cuando llegó a su lado, y luego rió y se balanceó sobre una roca–. Todo el mundo sabe que mi madre tenía montones de amantes… y yo haré lo mismo cuando sea mayor –dijo en tono desafiante.
–¡Jacinda!
Ella se encogió de hombros con aire indiferente, sin hacer el menor caso a la mirada horrorizada de ___.
–El único de mis hermanos que le gustaba a papá era Nicholas.
___ se planteó por un momento sermonear a la muchacha, pero llegó a la conclusión de que solo la estaba poniendo a prueba para ver su reacción.
–No es raro que un hombre centre toda su atención en su heredero y se olvide del resto de los hijos.
–Papá murió poco antes de que yo naciera, así que no sé cuáles eran sus motivos, pero reconocerá que no se portó muy bien que digamos. Lo único que sé es que un día Jack se hartó, abandonó Oxford y se hizo a la mar. Después de Jack vienen los gemelos, Damien y Lucien.
–Son increíblemente guapos –susurró Lizzie.
–Damien es coronel de infantería y todo un héroe de guerra, no me importa decirlo –afirmó Jacinda orgullosa–. Una vez atrapó un águila francesa cuando estaba en combate. Los oficiales de su regimiento le hicieron una reproducción y ahora está colgada en Jonas House.
–Ah, sí, ya la he visto –dijo ___ perpleja–. ¿Y Lucien?
–Se supone que no tenemos que saber dónde está –comenzó Lizzie.
–Pero la guerra ya ha acabado. ¡No creo que pase nada si se lo decimos! –Jacinda miró a ____ sonriendo con una ligera picardía–. Lucien está en París. ¡Es un espía!
–Observador –la corrigió Lizzie, pero Jacinda soltó un bufido al oír el término.
–¿Un espía, de verdad? –preguntó ___ asombrada.
–Sí, pero no se lo puede contar a nadie. Se supone que debemos creer que está haciendo una excavación arqueológica en Egipto para la Royal Society.
–¿Y por qué se supone que debéis creer eso?
–Como forma de explicar sus ausencias de Inglaterra y del cuerpo del ejército. Pobre Lucien, creo que en realidad habría preferido ser arqueólogo, pero el deber lo llamó. Al principio probó suerte en el ejército con Damien (le encargaron que diseñara armas y que trabajara con los ingenieros militares), pero se sentía totalmente deprimido. Odiaba recibir órdenes.
–Lord Lucien es un científico, señorita Hamilton –declaró Lizzie en tono cómplice–. Todo el mundo dice que es un genio.
–Si tú lo dices, Lizzie. El caso es que cuando él habla no consigo enterarme de una palabra de lo que dice.
–Tengo hambre –se quejó Jacinda.
–Entonces celebremos nuestro banquete –dijo ___ con una risa radiante, fascinada todavía por el exótico repertorio de los hermanos Jonas, aunque inquieta ante las atrevidas palabras de Jacinda sobre su intención de tener amantes cuando fuera mayor. Aunque la joven solo lo hubiera dicho en un intento adolescente por escandalizarla, no auguraba nada bueno. Cuando se sentaron para comer el refrigerio compuesto de jamón en lonchas, queso y fruta, ___ recorrió con la mirada las facciones respingonas de Jacinda, que resultaban dignas de un duende.
–Háblame de tu madre, Jacinda. ¿La recuerdas?
–Un poco. Era muy guapa y lista y no tenía miedo de nada–dijo la muchacha, apartando la mirada con aire pensativo en dirección al río rumoroso–. Todos la envidiaban, por eso la gente la odiaba... porque tenía un alma demasiado grande para la cajita donde el mundo la metía.
Lizzie miró con inquietud a ____.
–Nicholas se avergüenza de nuestra madre, pero solo porque papá lo puso en contra de ella a propósito.
___ frunció el entrecejo.
–¿Es eso cierto?
–Eso dice Alec –aseguró Jacinda, con una mirada insólitamente sombría en sus grandes ojos oscuros–.Nicholas ni siquiera me deja preguntarle por mamá, aun siendo el hermano mayor y el que mejor la conoció. No es justo. La gente habla de sus amantes y sus salones y sus escándalos, pero ¿alguna vez ha oído hablar de cómo murió, señorita Hamilton?
___ sacudió la cabeza, sin saber si sería capaz de soportarlo. Había algo tremendamente siniestro en el hermoso y lozano rostro de la chica.
–Nuestra madre empezó a relacionarse con los emigrantes franceses durante el período del terror. Recibió una carta en la que le pedía ayuda su amiga íntima, la vizcondesa de Turenne, con la que había estudiado en la Sorbona. Aquella dama le pedía a mamá que se llevase a sus hijos y los sacase de Francia... Su marido, el vizconde, había sido asesinado por una turba. Arriesgando la vida, mamá se marchó directamente a París y a partir de entonces se comprometió a ayudar a los hijos de los aristócratas a escapar a Inglaterra. Durante los años siguientes hizo diversos viajes a Francia, en los que puso a salvo a más hijos de nobles. Aunque los jacobinos por fin habían abandonado la guillotina, los emigrantes seguían siendo considerados traidores de Francia y ayudarlos a escapar era ilegal. Mamá fue arrestada en el otoño de 1799, durante los últimos meses del Directorio. Fue acusada de ser una agente monárquica y una espía inglesa, y luego fue llevada ante el pelotón de fusilamiento y ejecutada.
___ la miró fijamente.
–Es cierto –murmuró Lizzie, asintiendo gravemente con la cabeza.
___ no parecía capaz de asimilarlo. Durante unos instantes nadie pronunció palabra. ¿Aquella era la mujer de la que Nicholas se avergonzaba?
ya chicas acá les dejo un capi♥ lo siento mucho pero ahora entro a examenes en la uni ¬¬' .. las quiero xoxo♥
See.Into.My.Mind♥
Re: Seductora Inocencia (Nick y ____.) TERMINADA
pero las buenas acciones de la mama de Nick no borra las malas
aun sigo crellendo que era una maldita
me encanta Nick!!!!!!
siguela!!!!!!!!!!! :wut:
aun sigo crellendo que era una maldita
me encanta Nick!!!!!!
siguela!!!!!!!!!!! :wut:
aranzhitha
Re: Seductora Inocencia (Nick y ____.) TERMINADA
NO LO PUEDOO CREEERR QUE SU MAMIII SEA UNA HEROOOIIINAAAAA!!!!!..
Y NIIICCCKK SE AVERGUENZA DE ELLAAAA????
AAAAIIII...
A VECES NICK TIENE LA MENTE MUUUYY CERRAADAAA!!!
.....
SUERTEEE EN TUS EXAMENEEESSS!!!
Y NIIICCCKK SE AVERGUENZA DE ELLAAAA????
AAAAIIII...
A VECES NICK TIENE LA MENTE MUUUYY CERRAADAAA!!!
.....
SUERTEEE EN TUS EXAMENEEESSS!!!
chelis
Re: Seductora Inocencia (Nick y ____.) TERMINADA
aranzhitha escribió:pero las buenas acciones de la mama de Nick no borra las malas
aun sigo crellendo que era una maldita
me encanta Nick!!!!!!
siguela!!!!!!!!!!! :wut:
sii pero es su mama eh igual hay que quererlas
ya la sigooo!
See.Into.My.Mind♥
Re: Seductora Inocencia (Nick y ____.) TERMINADA
chelis escribió:NO LO PUEDOO CREEERR QUE SU MAMIII SEA UNA HEROOOIIINAAAAA!!!!!..
Y NIIICCCKK SE AVERGUENZA DE ELLAAAA????
AAAAIIII...
A VECES NICK TIENE LA MENTE MUUUYY CERRAADAAA!!!
.....
SUERTEEE EN TUS EXAMENEEESSS!!!
siiiiiiiiiiiiiiii! nick es un personaje injusto!
Graaaaaaaacias ♥ ojala me vaya bien e.e
See.Into.My.Mind♥
Re: Seductora Inocencia (Nick y ____.) TERMINADA
2/2
-Jacinda –dijo por fin ___ con delicadeza–, tu madre fue una auténtica leona. Nunca había oído hablar de alguien tan valiente. Sé que quieres ser como ella, pero espero por tu bien que trates de seguir a rajatabla las normas del decoro, por lo menos hasta que estés casada, porque la verdad, querida, es que resulta muy doloroso que todo el mundo te critique. Creo que ella hubiera deseado que te lo advirtiera. No quiero ver cómo te hacen daño, y también espero que recuerdes que si te metes en un lío con algún joven, es posible que uno de tus hermanos tenga que batirse en duelo para defender tu honor. Cariño, ver que alguien a quien quieres pone su vida en juego por un estúpido error que has cometido... es algo muy duro. Te lo aseguro.
___ advirtió que sus palabras habían calado hondo. Jacinda la miraba fijamente con los ojos muy abiertos y asentía con la cabeza. Tras dejar a un lado tan desagradables temas, terminaron la comida y se quedaron sentadas un rato dibujando las ruinas del castillo, con el árbol que asomaba por encima y el río serpenteante. Cuando recogieron las cosas y emprendieron con pesadez el camino de vuelta a la mansión Jonas, ___ se sentía adormecida debido al relajo. Con los ojos cerrados se dejaba arrullar por el gorjeo de los tordos del campo, cuando de repente oyó un ruido de cascos de caballo a sus espaldas. Las chicas y ella se volvieron, mientras el lacayo se apartaba del camino de un landó descubierto tirado por rucios.
–Oh, Señor –exclamó Jacinda entre dientes–. Es lady Borrowdale y las niñas de mamá.
–Jacinda! –la increpó Lizzie, reprimiendo una sonrisa.
–¿Quién es?
–La marquesa de Borrowdale, nuestra vecina más insoportable. Se ha empeñado en cazar a dos de mis hermanos para casarlos con sus horribles hijas. Pobre Nicholas, él carga con la peor parte.
Al oír aquello ____ se puso rígida, mientras el cochero vestido con librea tiraba de los caballos.
Inmediatamente la fornida mujer con sombrero de plumas se asomó por encima del carruaje y gritó con voz atronadora:
–¡Lady Jacinda! ¡Hola! ¡Hola!
Jacinda soltó un suspiro. Lizzie la siguió en dirección al carruaje para saludar a sus vecinas.
–¡Precisamente veníamos a verte, querida! ¡Estás preciosa! ¡Si ya casi estás hecha una mujer!
–Gracias, milady –dijo Jacinda en tono sufrido.
–Señorita Carlisle –dijo la marquesa de mala gana al reconocer a Lizzie.
–Lady Borrowdale. Lady Meredith, lady Anne, qué alegría verlas –respondió Lizzie obedientemente, haciendo una pequeña reverencia.
Con un enérgico aire presuntuoso, lady Borrowdale se volvió Jacinda y comenzó a intercambiar bromas con sus hijas.
___ hizo una mueca para sus adentros. Podía distinguir a veinte metros a una madre de la sociedad que ejercía de casamentera. Aquel era indudablemente el aspecto más desagradable de su vida como una extraña. Probablemente cada hija casadera de la nobleza del norte ambicionaba convertirse en la mujer de Nicholas, y ella no podía hacer nada para evitarlo.
Él había mantenido su llegada en secreto y se había limitado a ocuparse de sus asuntos, pero obviamente se había propagado la noticia de que uno de los solteros más deseados de Inglaterra estaba de vuelta en casa. ___ tenía la desalentadora sensación de que aquel trío no era más que el principio. Afortunadamente, era imposible que alguna de aquellas chicas de rostro pálido amenazase con arrebatarle el lugar que ocupaba en el corazón de Nicholas. Aquellas muchachas, con sus expresiones tensas y desagradables, no mostraban la menor chispa de ingenio, simpatía o labia que compensara su ausencia de belleza.
Se quedaron sentadas en el landó enfrente de su despótica madre, hurañas, mirando a Jacinda como si la despreciaran por su belleza, su ímpetu y su ardor. Una tenía la barbilla endeble y los ojos apagados, la otra poseía una nariz respingona y tenía todo el aspecto de una joven bruja.
–¿Y quién es esta? –inquirió la mujer con voz cantarina, mirando detenidamente a ___ con recelo.
Al ser aludida, ___ se acercó cautelosamente, preguntándose con qué réplica maliciosa hubiera contestado Harriette Wilson a la marquesa de Borrowdale.
–Lady Borrowdale, permítame presentarle a la institutriz, la señorita Hamilton –dijo Jacinda.
___ inclinó la cabeza.
–Lady Borrowdale.
–¿Institutriz? –Lady Borrowdale la examinó de arriba abajo, desde el ala de su sombrero hasta la punta de sus botas de piel de cabritilla–. Hum, pensaba que ibais a una academia en Londres, querida –dijo, girándose hacia Jacinda.
Por lo visto solo las personas con título eran dignas de dirigirse a lady Borrowdale.
–He sido expulsada –anunció Jacinda, sonriendo orgullosamente.
–No ha sido expulsada exactamente, milady –la corrigió ___ en tono de reproche, viendo que lady Borrowdale abría los ojos de golpe. ___ procuró sonreír a la muchacha-Qué traviesa es.– Se volvió hacia la marquesa con un aire encantador haciendo ver que controlaba la situación–. Evidentemente, la chica está bromeando, milady. Su excelencia simplemente consideró que a lady Jacinda le vendría bien un poco de aire del campo después de pasar tantos meses en la ciudad.
–Ah, qué bien que el duque de Hawkscliffe la consulte sobre la salud de su hermana, señorita... Em, ¿cómo era?
–Hamilton –dijo ___ con serenidad, asombrada por la nota insinuante de sus palabras.
–Eso, disculpe. Me sorprende que su excelencia no haya traído a otra señora de compañía.
–La señorita Hamilton es una institutriz altamente cualificada –replicó Jacinda con determinación, frunciendo sus cejas doradas, y se acercó a ___.
–Seguro que sí, pero parece que acabara de salir de la escuela. La institutriz de mi sobrina está buscando un nuevo puesto ahora que su discípula se ha casado, ¿sabes? Es suiza, muy eficiente. Sería perfecta para ti. Me aseguraré de comentarle el tema a su excelencia cuando vayamos a su casa. Después de todo, ¿qué saben los solteros sobre las buenas costumbres?
Lady Borrowdale clavó de nuevo sus ojos en ___ lanzándole una mirada de una breve y deslumbrante malicia.
___ se limitó a mirarla. ¿Acaso creía aquella engreída criatura que el duque iba a tontear con la institutriz de su hermana? Obviamente, todo era una farsa, pero ¿quién se creía que era aquella mujer para dudar del duque de Hawkscliffe?
–Lady Borrowdale –dijo ella, incapaz de refrenar la lengua–,le aseguro que la impecable reputación de su excelencia se fundamenta en un aplicado cumplimiento de las buenas costumbres y un extraordinario concepto del honor.
Había defendido a su patrón como una leal sirviente.
Sin embargo, entonces comprobó que, pese a haber intentado tranquilizar a lady Borrowdale en lo referente a su presencia en la mansión Jonas, había logrado el efecto contrario. Los ojos de la mujer echaban chispas ante lo que consideró un desafío a su autoridad, pero ___ se mantuvo firme.
–¡Qué extraordinaria impertinencia! –soltó ella–. ¿Este va a ser tu modelo de comportamiento, Jacinda? ¿Una señorita de Londres con los aires altivos de la ciudad? No puede ser, te lo digo yo. ¡No puede ser!
–Negarse a arrastrarse ante milady no es precisamente ser arrogante –respondió ___, sorprendida de lo fácil que resultaba bajar los humos a las mujeres presuntuosas. Era tan sencillo como poner en su sitio a los caballeros demasiado cariñosos.
Lady Borrowdale se quedó con la boca abierta.
–¡No voy a permitir que una simple institutriz se dirija a mí de ese modo! Discúlpese, joven.
–¿Por qué, señora? Simplemente estoy recordándole la magnífica reputación de su excelencia.
–¡No necesito que me lo recuerde, señorita! ¿Recordármelo a mí? Es usted una descarada. Su excelencia se enterará de esto.
Ante aquella amenaza ___ hizo exactamente lo contrario de lo que debería haber hecho.
Lo sabía de sobra, pero después de aguantar durante tantos meses las odiosas miradas de mujeres como aquella detestable marquesa no pudo evitarlo. Respondió a la mirada feroz de lady Borrowdale con una media sonrisa de diversión serena y cómplice, como si quisiera decir: «Cuéntele lo que quiera, él no va a deshacerse de mí».
Era la sonrisa de una cortesana.
Lady Borrowdale la miró fijamente, ruborizada y llena de desconcierto.
–Milady –intervino Jacinda con cautela–, tal vez ahora no sea el mejor momento para hacer visitas.
–Hemos venido a ver las ruinas y estamos un poco cansadas –comentó Lizzie con ansiedad.
–¿Querrá venir mañana a la hora del té?
–¡Vaya! –dijo lady Borrowdale, desplazando recelosamente la mirada de Jacinda a Lizzie y de ella a ___–. Mañana estaré ocupada. ¿Estará en casa su excelencia el miércoles por la tarde?
–Es difícil saberlo. Últimamente mi hermano está muy ocupado...
–Dile que quiero hablar con él –ordenó a Jacinda.
Incluso la despreocupada Jacinda se mostró intimidada.
–Sí, señora.
–¡Cochero! –ladró lady Borrowdale. Lanzó a ___ una última mirada penetrante mientras el cochero y el postillón se ocupaban de hacer girar el carruaje.
Ellas permanecieron junto al camino observando cómo la marquesa y sus hijas se alejaban en su landó. Jacinda se volvió y miró a ___ con los ojos centelleantes de una risita.
–¡Menuda cara se le ha quedado! ¡Creí que se iba a caer del coche!
–Ha sido culpa mía –comenzó ___, pero las dos chicas empezaron a reírse a carcajadas, e incluso el lacayo soltó una risita.
–¡Se lo merece! ¡Hace años que se lo merece! –gritó Lizzie, enjugándose una lágrima–. Querida señorita Hamilton, por favor, ¿me enseñará a defenderme así?
Nicholas sonrió al oír la historia de lo sucedido con lady Borrowdale y le aseguró a ___ que él se encargaría de limar las asperezas, pero ella estaba en lo cierto: la marquesa y sus hijas tan solo eran las primeras de otras muchas, y no todas eran tan feas como aquellas hijas de mamá.
Jóvenes inocentes, hermosas y recatadas de toda la región acudían con el pretexto de visitar a Jacinda, y mientras tanto metían las narices como gatitas curiosas en cada habitación por la que pasaban, tratando de vislumbrar a Nicholas. Él había abandonado prácticamente el primer piso con el fin de evitarlas.
Esa noche __ se quedó despierta viendo cómo él dormía con su perfil recortado contra la luz de la luna, y se sorprendió pensando que Nicholas tendría que casarse algún día. ¿Qué iba a hacer ella entonces? ¿Quedarse? ¿Marcharse?
No tenía ni idea. Era un tema del que no habían hablado, no tenían ningún motivo por el que hablar de ello, puesto que la elección de Nicholas en materia de novias no tenía nada que ver con ella. Para los hombres de su clase el matrimonio se basaba en el poder y las propiedades, tan sencillo como eso. ___ no se opondría a que él cumpliera con aquella obligación, sabía que un amante de tan ilustre cuna no le podría ofrecer su apellido y ella no lo había esperado en ningún momento.
Aun así, era doloroso.
Se consoló pensando que, a pesar de que nunca podría llevar su apellido, tenía lo que importaba de verdad: su pasión, su ardor, su corazón.
En un principio lo único que deseaba era ser libre e independiente y poseer una fortuna para alcanzar cierta estabilidad, y ahora lo tenía. Iba camino de conseguirlo. Él le había devuelto tantas cosas que ella había perdido cuando la oscuridad y la infamia habían estado a punto de engullirla, que le resultaba inconcebible romper su promesa inicial y liarse con un hombre casado. Cada ápice de su integridad tan duramente lograda significaba demasiado para ella como para echarlo a perder de nuevo. Cuando Nicholas se casara ella tendría que buscar a un nuevo protector para poder vivir consigo misma.
Descartó aquella escalofriante idea recordándose que él no había mostrado interés por ninguna de las jóvenes damas que habían acudido con la esperanza de echarle el guante. Todavía no había motivos por los que dejarse llevar por el pánico. Si Nicholas tenía planes de matrimonio, tal vez los reservase para dentro de unos años. Una oleada de anhelo le recorrió el cuerpo, y se quedó mirándolo en la oscuridad.
Se acercó a su cuerpo cálido y fuerte, relajado por el sueño, y lo despertó recorriendo con una caricia posesiva su pecho y su vientre perfectamente plano, una caricia destinada a seducirlo. Tenía la piel tan caliente y tan suave... Era un hombre tan atractivo... Le besó la mejilla y el torso. Necesitaba hacerle saber en ese preciso instante que él le pertenecía.
Le besó el cuello y lo acarició suavemente hasta que empezó a moverse. Al despertarse soltó un gemido y se abandonó a la voluntad de ___ mientras ella devolvía su miembro a la vida. Se colocó encima de él y lo besó. Sujetándolo, poseyéndolo, se introdujo su miembro rígido y le hizo el amor con una devoción tempestuosa.
–Oh, Dios, eres mi fantasía –dijo él en voz baja, mientras ella empleaba todos los trucos que conocía para intensificar su placer, excitándolo hasta que él la apartó de encima y la colocó boca abajo. El profundo resuello de Nicholas inundó el mundo de ___ cuando sintió su duro pecho contra la espalda. Él le deslizó un brazo alrededor de la cintura y la sujetó mientras la penetraba por detrás.
Ella se encorvaba de placer, disfrutando del dominio de Nicholas. Se olvidó de sus temores con el gozo primario de su cópula. Él la sumió en el éxtasis con cada embestida fuerte y profunda, ___ se embriagó con sus gemidos. El resto fue una mezcla vaga de deseo, placer y pasión, mientras los dos se esforzaban por saciarse mutuamente. Al rato, cuando alcanzaron juntos el orgasmo, ___ sintió que las lágrimas brotaban tras sus ojos cerrados, lágrimas de liberación que la dejaron vacía y sumida en la desesperación.
Todo era en balde. Lo tenía entre sus brazos... lo tenía en la palma de la mano, y lo sabía, pero nunca llegaría a poseerlo de verdad como él la poseía a ella.
«Cuando amas a un hombre estás en su poder», pensó, meditando con tristeza sobre la regla de las cortesanas que había rechazado tan confiadamente. «Cuando una cortesana se enamora está perdida.»
Estaba completamente a merced de su hombre, y lo sabía. Era cuestión de tiempo que acabase pagando el precio de su locura.
Nicholas le recorrió la espalda con largas y suaves caricias. Ella se quedó escuchando los latidos de su corazón con la cabeza apoyada en su pecho, y él le besó la frente.
–Te quiero –susurró Nicholas.
« Espero que sí», pensó ella, con la mirada perdida en la oscuridad.
Aquí les dejo uno♥
Chicas me envolé y ahora viendo quedan 3 cap D:! .. 3 MISEROS CAP!
ya chicas las quiero xoxo
See.Into.My.Mind♥
Re: Seductora Inocencia (Nick y ____.) TERMINADA
ahhh maldita tipa desgraciada!!!! Que le pasa??
Nicholas no le va hacer caso a ninguna tipa
Él solo quiere a la rayiz!!!
Ya se va a acabar??? No que triste
Siguela!!!
Nicholas no le va hacer caso a ninguna tipa
Él solo quiere a la rayiz!!!
Ya se va a acabar??? No que triste
Siguela!!!
aranzhitha
Re: Seductora Inocencia (Nick y ____.) TERMINADA
:lloro: POBRE DE ______!!! TAN ENAMORADA DE EEEELLL!!!!!..
Y ES NI SIQUIERAAAAAA!!!!!.. SE DA REALMENTE CUENTAAAA!!!!
VOY A ODIARLOO UN POQUITOO SI LA HACE SUFRIIIRRRR!!!!
AAAII SE QUE SOLO ES UN NOVE PEROOOOO!!!
AAAAARRGG ESTA REALMENTE CIEGOOOO!!!!
Y ES NI SIQUIERAAAAAA!!!!!.. SE DA REALMENTE CUENTAAAA!!!!
VOY A ODIARLOO UN POQUITOO SI LA HACE SUFRIIIRRRR!!!!
AAAII SE QUE SOLO ES UN NOVE PEROOOOO!!!
AAAAARRGG ESTA REALMENTE CIEGOOOO!!!!
chelis
Página 19 de 25. • 1 ... 11 ... 18, 19, 20 ... 25
Temas similares
» Me secuestro Nick Jonas (nick y tu) Terminada
» Fly With Me (Nick y Tu) [Terminada]
» "AGAIN Terminada"[Nick y Tu]
» "Believe in me, everything is possible" Nick J.& You. [TERMINADA]
» "The Only One For You....(Nick y Tu)" [TERMINADA]
» Fly With Me (Nick y Tu) [Terminada]
» "AGAIN Terminada"[Nick y Tu]
» "Believe in me, everything is possible" Nick J.& You. [TERMINADA]
» "The Only One For You....(Nick y Tu)" [TERMINADA]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 19 de 25.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.