Descubriendo | Zayn y tú.

siigueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

caaaaaaaaaaaaaappppppppppppppppppppp

Hola soy nueva me llamo giovanna espero la sigas prontooo<3

hey ! la sigues ??

Capítulo 4.

El regreso.



Esa noche, me cambié y me dirigí a la cama, dándole la espalda a la puerta. Zayn me dejó un largo tiempo a solas, seguro él se estaba cocinando. ¿Qué tipo de novia soy? Una que recibe a su chico con una mala noticia de un largo día de trabajo y además lo deja cocinar solo. Una horrible, espantosa novia. Sé que él se quedo allí más de lo necesario para darme mi tiempo y estaba agradecida por eso. Te estas enojando con la persona equivoca, me repetí a mi misma. Rato después de tener una extensa conversación silenciosa conmigo, deduje que me estaba comportando en una chiquilina. Vamos, quiero decir, él se mudó conmigo a Los Angeles, éso es confianza. Zayn confía en mi.

El reloj de mi pequeña mesa marcó media noche cuando escuché crujir el suelo viejo de madera de nuestra habitación, y al poco tiempo sentí mi cama hundirse. Supe que Zayn pensaba que estaba dormida cuando me di vuelta y casi se cae de la cama del susto.

—Hola

—Hey— me susurró de vuelta y tocó mi mejilla.

—Perdón por eso, solo estoy un poco sensible— dije, mi mirada cayendo a cualquier otro lugar que no sea su rostro. Yo era tan idiota.

—También estoy afectado por esto, pero solo que estemos bien. Sabíamos que algún día nos tendríamos que afrentar a esto y ese día llegó. Sólo quiero que lo hagamos juntos— explicó y mi corazón estaba bailando de felicidad.

—Juntos— repetí, porque no tenía nada que decir y porque simplemente esa era la verdad. Juntos.

Esa noche dormí enredada a mi novio, con la áspera sensación de que sería una de las últimas antes de partir a mi antiguo hogar.

Días después una cantidad exuberante de dinero estaba depositado en mi cuenta. Madre mía. Hasta yo, quien venía de una familia adinerada me acaloré cuando vi el monto. Mis padres seguro quisieron que yo saqué algo en mi primera clase, yo rogaba que ellos no reclamaran ningún estúpido articulo de decoración de Roma.

Al día siguiente, no tuve más remedio que pedir un pequeño descanso en la cafetería y salir a comprar mi pasaje. En realidad quería llamar a Zayn y preguntarle si podía acompañarme, pero no quería que se preocupara o pensara que soy una idiota. Pero yo lo era, era una gran idiota. Y todo lo comprobé cuando fui a pagar mi boleto y mis manos temblaban. Una completa y muy grande idiota.


—Oh, querido señor Marshall. Tendrías que sentirte avergonzado de llevar a un pequeño animalito de dios como soy yo, directo al infierno en tu asqueroso vuelo número cuatro— refunfuñé mirando mi pasaje de avión. El pecho de Zayn vibró bajo mi cabeza con su risa.

Era viernes y mañana temprano estaría tomando ese asqueroso avión para empezar con una gran farsa. Ahora estaba recostada con mi novio nuestro en nuestro destartalado sillón. Oliendo su aroma, el que probablemente extrañaría por una semana completa. ¿Por qué Josh tenía que ser tan considerado, y darme una semana completa de vacaciones? Estoy segura que ese café se hundirá sin mi y me llamarán llorando por mi ayuda. Bueno, eso espero.

—Vamos, animalito. Mañana tenemos que despertarnos temprano— me pinchó un costado para que me levantara, aunque lo único que consiguió fueron risas por sus cosquillas. —¿Tienes todo listo?— preguntó besando mi pelo.

—Uh, sí. Creo que estoy por entrar en una mini crisis Zayn, no quiero ir— confesé y me di vuelta para aplastar mi mejilla contra su pecho.

Inhalo. Carraspeo. Exhalo.

—Yo tampoco quiero que te vayas, nunca— me susurró como siempre hacía cuando confesaba algo muy importante. —Pero a veces, tenemos que hacer pequeños sacrificios por lo que mas queremos— dijo y tan solo así, me levanto del sillón entre sus brazos y me acunó contra él toda la noche.

Quise sentir esa misma sensación de protección que me brindaban sus brazos cuando por la mañana siguiente, estaba sentada en un mullido asiento de avión. Cuando el avión empezó a sacudirse, y ya ni siquiera podía distinguir las diminutas ventanas del aeropuerto donde estaba mi novio despidiéndose con su mano, me rendí. Era imposible sentirme segura sin Zayn.

"¡Vamos chicas, es solo una semana!

¡Siete días!

¡Diez mil ochocientas horas!

¡Seiscientos cuatro mil ochocientos segundos!"

Me animé a mi misma mientras surcábamos esponjosas nubes blancas.

Imposible, me repetí.

Holu, tanto tiempo.:

Capítulo 5.

El primer recuerdo.


El vuelo pudo haber durado ocho horas, pero estoy casi segura que pasó casi un milenio desde que deje Los Angeles. Mordí mis uñas hasta que sangraron y se pusieron en verdad lamentables. Al instante me aterré pensando en que tal vez, si mi madre las viera quisiera compartir una sesión de manicura conmigo. No es eso habría sido una actividad rutinaria entre nosotras, ni mucho menos pero estaba, literalmente preparada para todo.

Para todo menos para lo que me esperaba en el aeropuerto de Londres. Quiero decir, yo le habría dicho a mi madre a que hora aterrizaría mi vuelo vía msj, pero ella me había asegurado que no vendría a buscarme. Y ahora, pasando el chek in, más allá de esos turistas americanos, sentado en una silla de espera estaba nada más ni nada menos que Harry Styles.

Se veía despreocupado, como lo hacía siempre. Apoyaba sus codos en sus rodillas y tecleaba rápido sobre su celular.

Estaba aquí. Harry estaba aquí. Él primer rostro que vi apenas me desperté en el hospital. El ruludo que me alcanzaba café y torta de chocolate todas las mañanas. El mismo que me mintió, me escondió y me separó de Zayn. Ese chico que después de todo, perdoné. Pero tal vez, él no estaría ahí por mi. Quiero decir, podía ser una de esas casualidades de la vida ¿no?

Me acerqué lentamente, arrastrando mi valija con rueditas a mi espalda. Yo obviamente esperaba verlo en esta semana. Él era y seguramente sigue siendo el favorito de mi madre, pero ¿qué el me recoja en el aeropuerto? No estaba preparada para eso.

Me paré justo al frente de él, cuando no se inmutó estaba segura que era él. Tan inmerso en su mundo. Aclaré mi garganta y Hazza levantó la vista. Sus ojos destellaron.

—¡Wow!— exclamó.

—!Wow! Para ti también— le respondí y era sincero. Yo había dejado a un Harry con unos rulos divertidos y ahora me encontraba con algo distinto. Bueno, creo. Sus rulos había desaparecido, por sus clavículas asomaban un par de tatuajes y tenía unos lentes Ray-Bans descansando en lo alto de su cabeza. Ahora se veía un poca más joven y no tan estructurado.

—Yo, uhm, no escuché tu vuelo— dijo algo torpe. Mis mejillas se encendieron y traté de cambiar de tema rápidamente. Claro que él no escuchó ningún vuelo de Roma, ese sería cualquiera menos el mío.

—Despistado eh— dije algo tenga, hasta que caí en lo que dijo —Espera, ¿mi vuelo? ¿Tú estabas... esperándome?

Algo de lo que dije hizo click en él, porque después de hablar Harry se levantó de su asiento. —Claro que vine por ti, ¿por quién si no?— preguntó y abrió sus brazos de par en par.

Vacilé por un instante, hace ya tiempo habíamos estado parados aquí, abrazándonos —por lo que creí— la última vez. Estaba hecha un asco por las horas del vuelo, cansada y frustrada. Así que solo me lancé a sus brazos y deje que me apretara.

«Flash Black»

—Vamo, tú puedes. Hip hip hurra— chillé desde las escalinatas de la entrada de mi casa.

—¿Qué eres eh? ¿Una porrista de lava autos?— rió Harry mientras lavaba su Mercedes.

—Hey, no rompas mi corazón. Yo sólo estoy tratando ayudarte. Ayuda moral— dije y me encogí de hombros

—¿Corazón? Yo estaba seguro que eras una bola de chocolate y café andante— mi novio volvió a reír y opte por actuar de manera ofendida.

—Eres un idiota— dije, pero estaba mordiendo mis mejillas para no reír.

—Ah, ¿sí?— dijo y lo siguiente que vi fue a Hazza frente a mi, con la manguera entre sus manos.

Comenzó una lucha de agua, que incluía esponjas, espuma, gritos y muchas risas. El sol de la tarde era abrumador, pero no era nada que mi novio no podía solucionar con besos y abrazos apretados.

«Fin del Flash Black»

La voz de Harry, ahora un poco más gruesa, me arrastró hasta el presente. Quería sostenerme a ese recuerdo otra vez. —Hey, ¿estas bien? te quedaste en blanco por un momento— se preocupó harry.

—Sí, estoy bien— mentí. Todavía podía sentir el calor del sol en mi cuello, las risas de H rozando mi cuello, los fuertes brazos apretándome. Y lo peor de todo era que yo estaba segura que ese recuerdo había sido antes de mi accidente. Antes de que perdiera la memoria.

—Bueno, ¡vamos chica! Tenemos tanto de que hablar y tantas personas te quieren ver— eso me sonó un poco plástico y pero solo deje que él tomará mi maleta y la arrastrara hasta su mercedes. Estaba agotada y sobre todo asustada, no por mis padres, si no por mis recuerdos.

Hola, again.:

Amo a zayn ya dije también a Harold pero esta novela sede zayn así que ya tu sabe....
Nueva lectora me leí todo ayer jajaja

AY NO ME DIGAS QUE SIGUE ENAMORADA DE EL??? ME MUERO SIGUELA PLEASE <3

Si que mas has sorprendido
tanto por tu aparición.. jajaj <3 me alegra tenerte de vuelta..
y por ese flash back ._. Fue simplemente... strange :O
Tienes que seguirla :3

Pd: No puedo acceder a tu twitter para seguirte :(

angiedeonedirection escribió:Amo a zayn ya dije también a Harold pero esta novela sede zayn así que ya tu sabe....
Nueva lectora me leí todo ayer jajaja

Bienvenida angie, no sé como te dice así que ajsdgnladsjg. Para mi eres angie ahora.

giocardenasa escribió:AY NO ME DIGAS QUE SIGUE ENAMORADA DE EL??? ME MUERO SIGUELA PLEASE <3

No te muertas plis, ya la sigo.

Pepaa escribió:Si que mas has sorprendido
tanto por tu aparición.. jajaj <3 me alegra tenerte de vuelta..
y por ese flash back ._. Fue simplemente... strange :O
Tienes que seguirla :3

Pd: No puedo acceder a tu twitter para seguirte :(

Hola pepita :aah:, admití que me extrañaste dale dale dale.
Ya la sigo y lo de twitter ya lo arregle. Igual ya te seguí yo.

Capítulo 6.

Dulce hogar, dulce bienvenida.




Mientras iba sentada en el asiento del acompañante del auto de Harry, contení el impulso de sacar mi celular y llamar a Zayn, pero no podía ahora. No cuando estaba mi ex novio a menos de un metro de distancia parloteando de todo lo que había cambiado en mi ausencia. Asentía de vez en cuando pero mis pensamientos iban mucho más lejos del mercedes.

Estaba segura que el recuerdo era verdadero, todavía podía palparlo en el aire. Era tan real y tan traumatico. Aunque era lindo pensar que en algún momento, mi relación con Harry había sido divertida y que no habíamos estado inmersos en una guerra cada día, todo se convirtió en extraño. Lo peor es que quería más, quería saber todo.

Tiempo atrás me había resignado a recordar, había decidido posponer el pasado porque al fin y al cabo era solo eso y vivir el futuro. Un futuro que incluía a Zayn cada día.

Quince minutos más bastaron para llegar a casa de mis padres.

—Hogar dulce hogar— dijo Harry bajando mi valija —Es extrañable ¿no?

«No, no es dulce. No lo extraño»

—Sip— le contesté.

Atravesé el jardín y respiré hondo. Estaba lista para esto. El transcurso con Harry había sido fácil porque él prácticamente había parloteado y contestado solo. Ahora, la odisea sería contestar preguntas de Roma. Sin embargo, estaba preparada. En el vuelo había pensado un par de líneas a preguntas simples y determiné no implicar ningún nombre inventado. No sea que después alguien quiera conocer a "Marta mi mejor amiga inexistente"

Me planté al frente de la puerta de entrada y estaba a punto de tocar timbre cuando Harry entró sin preguntar. Bueno, al parecer él seguía teniendo una copia de llave.

—¡Llegamos!— gritó Harry y a continuación se sacó los lentes, dejando las llaves en la mesa de entrada.

Él se veía mucho más cómodo en lo que su suponía era mi "dulce hogar"

Mi madre salió de su oficina haciendo ruido con sus zapatos de tacón. Estirada, fina, cuidadosa.

—Hola cariño— dijo y abrió sus brazos como si estuviera dispuesta a recibir una bolsa de papas.

¿Cariño? ¿abrazos?

—Hola— respondí y solté la manija de mi valija. Di un paso al frente y frené. ¿En verdad ella quería que la abrace? Asintió y me acerqué hasta ella.

No me apretó como lo hizo Harry, tampoco me beso o dijo algo más. Toda rareza tenía sus límites, me dije.

—¿Cómo esta todo?— pregunté cuando me separé.

—Oh, genial. En verdad, muy bien. Estaba ansiosa por viajar a Roma— se quejó sutilmente.

—No es gran cosa, tú sabes— le dije insegura. Era tan mala mentirosa, que dudaba de seguir allí. Tendría que salir corriendo en ese momento.

—¿Tu vuelo?

—Uhm, agotador

—Claro— asintió y se movió en dirección de su habitación. —Ve a tu habitación, esta todo como lo dejaste— con esas últimas palabras desapareció. Y esa había sido mi bienvenida de lujo.

Me di vuelta casi sorprendida del hecho de que mis padres no había cambiado mi habitación para convertirla en un gimnasio u otra oficina.

—¿Me ayudas?— dije y señalé mi maleta. Harry quien se encontraba mordiéndose la uña del pulgar concentradamente se sobresaltó y se movió rápidamente.

Subí las escaleras y traté con todas mis fuerzas recordar como me había caído de ellas y perdido mi memoria. Forcé mi mente hasta que dolió, pero cuando llegué a la puerta adornada con una pequeñísima hada no pensé en nada más.

Entré y casi me desmayo por lo idéntica que se veía.

—Voy a buscar algo para comer ¿quieres?— dijo Harry sacandome de mi trance.

—Uh, no. Comí en el avión, gracias igual— respondí.

Mi escritorio estaba en el mismo lugar, ni un centímetro atrás o adelante. Ahí. Las ventanas de mi balcón estaban cerradas y corrí por abrirlas. Salí a mi balcón y no pude evitar sonreír. Mi balcón. Y también el suyo. Al que se trepó casi todas las noches para cuidarme, para revelarme la verdad también.

Después de una corta vista por la puerta saqué mi móvil y marqué el número de Zayn.

—Pensé que no llamarías nunca— dijo la voz ronca de mi novio al otro lado.

—¿Puedo volver ya?— contesté ignorando su queja pero me había arrancado una sonrisa.

—No, todavía no. Estuve una hora más en el aeropuerto hoy por la mañana—confesó

Una carcajada se escapó de mis labios y jugó con el viento —¿Por qué?— pregunté

—Tal vez había un problema técnico y tu avión tenía que volver

—O tal vez no— volví a reír —Ya te extraño

—Te extraño tambié...

La cortina del balcón se abrió de golpe y apareció Harry con una bandeja de galletas y una soda en la otra mano.

—No puedes extrañar a nadie si apenas llevas un hora en Londres.

Uff:

Su madre siempre tan cariñosa ¬¬
Dios, espero que Harry no haya escuchado nada D:
Tienes que seguirla..
me dejaste con intriga haha!

YA FUEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!! no es posible

Holaaa nueva lectora aca! Ay mujer como me haces sufrir!!! Seguila porfa. Besos
-Flor