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Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
siguela porfavor sabes que yo comento lo mas rapido que puedo pero esque tambien tengo que escribir mi nove y leo otras 14 noves por dios eo mucho jjjj tqm sigue pronto
Sheeran
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
Siguela! Amo Tu Novela!
Siguela!
Siguela!
Siguela!
Kisses!
Siguela!
Siguela!
Siguela!
Kisses!
Fery.
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
La ame,dios tan solo imaginar que me pasara lo de la rayis,moriria conociendo a harry y mas defendiendome *n* seria como akdjfhsadl xD jaja siguela!:') xx.
smokestilos
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
Capitulo 4 {Septima parte}.
—Bueno, pues ya que hablamos de amores de la infancia, te contaré que estuve totalmente enamorado de alguien a los dieciséis años. Era una rubia preciosa y también era mi vecina.
______ se obligó a mantener la sonrisa.
—¿Y tú le gustabas a ella?
—¡Qué va! Yo era un niñato para ella, que tenía treinta años y era una madre soltera con dos hijos. Yo solía pasar ratos fuera lavando y sacando brillo al coche para poder verla cuando volvía a casa después del trabajo.
—Así que nunca le contaste que te gustaba.
—Entonces no. Tiempo después, cuando acabé la Escuela Militar, me la encontré un día en el supermercado y salimos a tomar algo.
______ arqueó las cejas.
—¿Y llegaste a consumar vuestra pasión?
Su masculina sonrisa resultaba aún más sexy que el sonido de su risa.
—Sí. Parece que a las mujeres de cuarenta les encanta enterarse de que provocaron la lujuria de un adolescente.
Ambos empezaron a carcajearse.
—Esto no es justo —protestó ______—; se supone que tenías que contarme algo que no supiera nadie y parece obvio que tu señora Robinson en esta nueva versión de El graduado conoce de sobra la historia.
Edwards volvió a negar con un gesto.
—No, hay otra parte de la historia que ella nunca llegó a conocer; yo solía hacer de canguro de sus niños porque quería que ella me viera como un adulto responsable y… —bajó la mirada— porque quería que ellos se acostumbraran a verme y evitar así que no acabaran estropeando los planes de boda entre su madre y yo en un futuro.
Dijo esto justo en el momento en que ______ bebía el último sorbo de cerveza, de modo que al empezar a reírse acabó tosiendo y casi se atragantó.
Annie apareció con otro par de cervezas y le preguntó a ______ si quería un vaso de agua.
Ella rechazó la oferta moviendo la cabeza mientras las lágrimas le resbalaban por las mejillas. En cuanto se recuperó, dirigió una mirada de reproche a Edwards.
—Lo has hecho a propósito.
—Te juro que no. Sólo estaba intentando compartir contigo algo que no sabe nadie más.
El intercambio de secretos había roto el hielo y la conversación fluía ahora de forma menos forzada.
Charlaron otro rato y luego volvieron a bailar. De vuelta ya a la mesa, él se inclinó hacia delante y le preguntó al oído.
—¿Qué llevas debajo de ese vestido?
Aquellas palabras le resultaron a ______ tan excitantes como una descarga eléctrica que le recorriera la columna. Se quedó mirándolo.
—Nada —respondió con la boca casi seca.
Comprobó que aquel dato iluminaba los ojos de Edwards y supo que el fuego había prendido.
—______, cielo, ¿te apetece que vayamos ahora a tu casa?
—Si aún no te has terminado la cerveza —replicó ella.
Edwards sacó su cartera, extrajo un billete de veinte dólares que depositó en la mesa y añadió:
—Ahí va eso. Solucionado. ¡Vámonos!
Luego tomó a ______ del brazo y ella se dejó guiar hasta la puerta. Edwards la abrió y, antes de que ella pudiera pasar, un hombre se le adelantó y se cruzó con ______.
—Usted… —musitó ella, situada cara a cara con el dominador por primera vez
El dominador mostró una amplia sonrisa al mirarla de arriba abajo.
—Me temo que estoy en desventaja. ¿Nos conocemos?
Luego entró en el bar seguido de la chica a la que ______ había apodado la muñequita.
Aún desencajada, ______ seguía boquiabierta. Edwards tiró de ella para alejarla de aquel tipo.
—No, es sólo que le encantan los hombres bien vestidos. Vamos, cielo, tenemos que irnos a casa.
Sin darle tiempo a responder,Edwards pasó por delante del dominador para salir con ______ a rastras. En cuanto se hubo cerrado la puerta tras ellos, él empezó a caminar a toda velocidad en dirección sur por la avenida McKinney mientras mantenía cogida por el codo a ______, que todavía tardó otros tres o cuatro pasos en recuperarse y retirar el brazo. De repente, se quedó parada en medio de la acera.
—Mi casa está en el otro sentido.
Al echar la mirada atrás, ______ vio al dominador que, desde fuera del bar, los miraba mientras se alejaban.
—Ya lo sé. Tú sigue caminando. ¡Vamos! —Edwards tiró de ella con fuerza—. ¡No mires hacia atrás, por lo que más quieras!
______ decidió no discutir y permitió que él la guiara a toda velocidad por la calle. Estaba confundida, primero por aquel inesperado encuentro con el dominador y luego por el hecho de que parecía claro que Edwards lo conocía. Si bien por un lado le agradecía que la hubiera ayudado a salir del paso sacándola de allí antes de que quedara totalmente en ridículo, por otro, quería saber qué era lo que estaba ocurriendo.
Un par de manzanas más adelante, él giró a la izquierda y se metió en una heladería. Había unos cuatro o cinco clientes esperando a que les sirvieran un helado italiano y ninguno de ellos les prestó atención.
—Edwards, ¿qué ocurre? ¿Qué es lo que pasa?
—Harry, me llamo Harry —musitó él. Luego se dirigió a una de las esquinas del local y se colocó cerca de una ventana desde la que se veía la calle.
—Harry —______ pronunció su nombre a modo de prueba y le gustó cómo sonaba—. ¿Qué mi.erda ocurre, Harry?
Él negó con la cabeza y fijó la mirada en el tráfico del exterior. ______ esperó a que se volviera para mirarla.
—Venga, vámonos —le indicó mientras la cogía de la mano.
—No, no nos vamos a ningún sitio hasta que no me expliques qué es lo que acaba de ocurrir —respondió ella en voz baja, pero con firmeza.
Él miró a las personas que los rodeaban.
—Salgamos de aquí primero.
Una vez fuera del local, Harry empezó a caminar de nuevo en dirección sur.
—Cielo, mi piso está hacia el otro lado —le recordó ella ya algo irritada.
—Ya lo sé, pero vamos a dar la vuelta a la manzana para ir por la calle Oak Grove.
Oak Grove corría paralela a la avenida McKinney hacia el este y solía estar menos concurrida debido a la presencia de un viejo cementerio en desuso que se extendía a lo largo de todo el paseo. Durante la reforma urbanística del vecindario, los constructores habían sido incapaces de obtener licencias para trasladarlo y sacarlo de allí porque en él había tumbas de la guerra de Secesión.
El hecho de que Harry hubiera propuesto volver por una calle casi desierta hizo que se encendieran todas las alarmas en la mente de ______, que volvió a ponerse nerviosa con la idea de quedarse sola con él.
—No, yo me voy por donde hemos venido. Tú haz lo que quieras, puedes quedarte o venir conmigo —entonces dio la vuelta y empezó a caminar hacia el norte para ir a su casa.
—______, por favor, esto es importante. Si no quieres que volvamos por Oak Grove, lo haremos por Colé.
La avenida Colé corría paralela a McKinney, pero estaba situada una manzana hacia el oeste y quedaba por detrás del piso del dominador. Era una calle mucho más transitada, de modo que, después de pensárselo un momento, ______ accedió.
Esperaron a que pasara un coche antes de cruzar la avenida, luego avanzaron hasta Colé y empezaron a caminar en dirección norte. Ella fue la primera en romper el silencio
—Bueno, pues ya que hablamos de amores de la infancia, te contaré que estuve totalmente enamorado de alguien a los dieciséis años. Era una rubia preciosa y también era mi vecina.
______ se obligó a mantener la sonrisa.
—¿Y tú le gustabas a ella?
—¡Qué va! Yo era un niñato para ella, que tenía treinta años y era una madre soltera con dos hijos. Yo solía pasar ratos fuera lavando y sacando brillo al coche para poder verla cuando volvía a casa después del trabajo.
—Así que nunca le contaste que te gustaba.
—Entonces no. Tiempo después, cuando acabé la Escuela Militar, me la encontré un día en el supermercado y salimos a tomar algo.
______ arqueó las cejas.
—¿Y llegaste a consumar vuestra pasión?
Su masculina sonrisa resultaba aún más sexy que el sonido de su risa.
—Sí. Parece que a las mujeres de cuarenta les encanta enterarse de que provocaron la lujuria de un adolescente.
Ambos empezaron a carcajearse.
—Esto no es justo —protestó ______—; se supone que tenías que contarme algo que no supiera nadie y parece obvio que tu señora Robinson en esta nueva versión de El graduado conoce de sobra la historia.
Edwards volvió a negar con un gesto.
—No, hay otra parte de la historia que ella nunca llegó a conocer; yo solía hacer de canguro de sus niños porque quería que ella me viera como un adulto responsable y… —bajó la mirada— porque quería que ellos se acostumbraran a verme y evitar así que no acabaran estropeando los planes de boda entre su madre y yo en un futuro.
Dijo esto justo en el momento en que ______ bebía el último sorbo de cerveza, de modo que al empezar a reírse acabó tosiendo y casi se atragantó.
Annie apareció con otro par de cervezas y le preguntó a ______ si quería un vaso de agua.
Ella rechazó la oferta moviendo la cabeza mientras las lágrimas le resbalaban por las mejillas. En cuanto se recuperó, dirigió una mirada de reproche a Edwards.
—Lo has hecho a propósito.
—Te juro que no. Sólo estaba intentando compartir contigo algo que no sabe nadie más.
El intercambio de secretos había roto el hielo y la conversación fluía ahora de forma menos forzada.
Charlaron otro rato y luego volvieron a bailar. De vuelta ya a la mesa, él se inclinó hacia delante y le preguntó al oído.
—¿Qué llevas debajo de ese vestido?
Aquellas palabras le resultaron a ______ tan excitantes como una descarga eléctrica que le recorriera la columna. Se quedó mirándolo.
—Nada —respondió con la boca casi seca.
Comprobó que aquel dato iluminaba los ojos de Edwards y supo que el fuego había prendido.
—______, cielo, ¿te apetece que vayamos ahora a tu casa?
—Si aún no te has terminado la cerveza —replicó ella.
Edwards sacó su cartera, extrajo un billete de veinte dólares que depositó en la mesa y añadió:
—Ahí va eso. Solucionado. ¡Vámonos!
Luego tomó a ______ del brazo y ella se dejó guiar hasta la puerta. Edwards la abrió y, antes de que ella pudiera pasar, un hombre se le adelantó y se cruzó con ______.
—Usted… —musitó ella, situada cara a cara con el dominador por primera vez
El dominador mostró una amplia sonrisa al mirarla de arriba abajo.
—Me temo que estoy en desventaja. ¿Nos conocemos?
Luego entró en el bar seguido de la chica a la que ______ había apodado la muñequita.
Aún desencajada, ______ seguía boquiabierta. Edwards tiró de ella para alejarla de aquel tipo.
—No, es sólo que le encantan los hombres bien vestidos. Vamos, cielo, tenemos que irnos a casa.
Sin darle tiempo a responder,Edwards pasó por delante del dominador para salir con ______ a rastras. En cuanto se hubo cerrado la puerta tras ellos, él empezó a caminar a toda velocidad en dirección sur por la avenida McKinney mientras mantenía cogida por el codo a ______, que todavía tardó otros tres o cuatro pasos en recuperarse y retirar el brazo. De repente, se quedó parada en medio de la acera.
—Mi casa está en el otro sentido.
Al echar la mirada atrás, ______ vio al dominador que, desde fuera del bar, los miraba mientras se alejaban.
—Ya lo sé. Tú sigue caminando. ¡Vamos! —Edwards tiró de ella con fuerza—. ¡No mires hacia atrás, por lo que más quieras!
______ decidió no discutir y permitió que él la guiara a toda velocidad por la calle. Estaba confundida, primero por aquel inesperado encuentro con el dominador y luego por el hecho de que parecía claro que Edwards lo conocía. Si bien por un lado le agradecía que la hubiera ayudado a salir del paso sacándola de allí antes de que quedara totalmente en ridículo, por otro, quería saber qué era lo que estaba ocurriendo.
Un par de manzanas más adelante, él giró a la izquierda y se metió en una heladería. Había unos cuatro o cinco clientes esperando a que les sirvieran un helado italiano y ninguno de ellos les prestó atención.
—Edwards, ¿qué ocurre? ¿Qué es lo que pasa?
—Harry, me llamo Harry —musitó él. Luego se dirigió a una de las esquinas del local y se colocó cerca de una ventana desde la que se veía la calle.
—Harry —______ pronunció su nombre a modo de prueba y le gustó cómo sonaba—. ¿Qué mi.erda ocurre, Harry?
Él negó con la cabeza y fijó la mirada en el tráfico del exterior. ______ esperó a que se volviera para mirarla.
—Venga, vámonos —le indicó mientras la cogía de la mano.
—No, no nos vamos a ningún sitio hasta que no me expliques qué es lo que acaba de ocurrir —respondió ella en voz baja, pero con firmeza.
Él miró a las personas que los rodeaban.
—Salgamos de aquí primero.
Una vez fuera del local, Harry empezó a caminar de nuevo en dirección sur.
—Cielo, mi piso está hacia el otro lado —le recordó ella ya algo irritada.
—Ya lo sé, pero vamos a dar la vuelta a la manzana para ir por la calle Oak Grove.
Oak Grove corría paralela a la avenida McKinney hacia el este y solía estar menos concurrida debido a la presencia de un viejo cementerio en desuso que se extendía a lo largo de todo el paseo. Durante la reforma urbanística del vecindario, los constructores habían sido incapaces de obtener licencias para trasladarlo y sacarlo de allí porque en él había tumbas de la guerra de Secesión.
El hecho de que Harry hubiera propuesto volver por una calle casi desierta hizo que se encendieran todas las alarmas en la mente de ______, que volvió a ponerse nerviosa con la idea de quedarse sola con él.
—No, yo me voy por donde hemos venido. Tú haz lo que quieras, puedes quedarte o venir conmigo —entonces dio la vuelta y empezó a caminar hacia el norte para ir a su casa.
—______, por favor, esto es importante. Si no quieres que volvamos por Oak Grove, lo haremos por Colé.
La avenida Colé corría paralela a McKinney, pero estaba situada una manzana hacia el oeste y quedaba por detrás del piso del dominador. Era una calle mucho más transitada, de modo que, después de pensárselo un momento, ______ accedió.
Esperaron a que pasara un coche antes de cruzar la avenida, luego avanzaron hasta Colé y empezaron a caminar en dirección norte. Ella fue la primera en romper el silencio
Unicornio Horan
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
Nueva lectora! alkfjsfajskajs me encantaa siguela :3
Soofii ~
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
Hola soy yo la de los mp's y me encanta siguela no puedo mas con la intriga
Scarlett Devine
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
Esta super buenisima es de los mejores caps ya se encontraron con e dominador por dios la rayis como poudo ser tan lela de quedarse alli parada!!!
Sheeran
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
kjasjaksks que onda edward? kkjsakjjsak siguela me encanta esta adaptacion!! *-*
Javiera♥
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
Capitulo 5.
—Esta bien, listo, ¿de qué va todo esto?
—______, ese tío es peligroso. Se llama Víctor Abruzzi y es el objetivo de todos los agentes de esta parte del país. Debes procurar no tener nada que ver con él —le explicó con seriedad.
Ella se quedó mirándolo fijamente un momento antes de preguntarle:
—¿Y eso cómo lo sabes?
—Porque sí. Tienes que creerme, por favor.
A ______ se le tensaron los hombros y volvió a detenerse, con lo que forzó a Harry a hacer lo mismo.
—No haces más que pedirme que confíe en ti, pero eres tú quien no se fía de mí lo suficiente como para contarme lo que ocurre. Y no quiero que esto siga así.
—Ya lo sé, cielo. Aguanta un poco más y te lo contaré todo. Te lo prometo.
O le estaba contando la verdad o era el mejor mentiroso que había visto nunca. ______ reemprendió la marcha hacia su casa.
Caminaron en silencio. Ella notaba que Harry estaba tenso. Miraba a todas partes como si temiera encontrarse a alguien.
La agradable brisa de septiembre se colaba entre las ramas y las hojas de los robles. Aunque eran más de las once, la avenida Colé permanecía en plena actividad. Había varias personas paseando a sus perros, y un par de parejas que iban en sentido opuesto al suyo comentaban la película que acababan de ver en el cine.
______ pensó en lo que Harry había dicho. ¿Cómo era posible que supiera que el dominador era un mañoso? Los ciudadanos normales y corrientes no solían tener la capacidad de reconocer a esa clase de tipos a primera vista. Sólo los policías podrían hacerlo, o bien los propios mañosos.
Si Harry era poli, tendría que enseñarle la placa, y si no lo hacía, las posibilidades de que se tratara de un delincuente —o de un sórdido abogado que se dedicara a defender a mañosos— aumentarían. En cualquier caso, la idea de poder estar recorriendo las calles de Dallas con alguien que se relacionaba con gentuza de ese calibre no resultaba demasiado tranquilizadora.
Cuando se encontraban ya a la altura del edificio de Abruzzi, Harry la empujó hacia un garaje.
—¿Qué…?
—______, escúchame. Hay alguien siguiéndonos —Ella hizo el ademán de volverse, pero él se lo impidió tirando de ella hacia sí—. ¡No! No mires hacia atrás. Sigue caminando.
—¿De qué hablas? ¿Por qué iban a…?
—Porque has llamado la atención de Abruzzi —la interrumpió él de nuevo—. Quiere saber quiénes somos. Vamos a meternos en el garaje.
Caminaron hacia la entrada de los coches de residentes y bordearon la barra baja que bloqueaba el resto del tráfico. El suelo se convirtió en una cuesta arriba. Aunque la iluminación era buena para tratarse de un aparcamiento, las sombras acechaban entre los coches y en los rincones oscuros.
—Harry —lo llamó.
—¡Chsss…! —Harry estaba recorriendo el lugar con la mirada mientras tiraba de ______ cuesta arriba. Aparentemente satisfecho al comprobar que el lugar estaba vacío, se inclinó hacia ella y la miró a los ojos.
—______ —su voz sonaba apremiante—, quiero que subas la cuesta hasta llegar arriba.
Aunque no se ven desde aquí, al llegar encontrarás un par de ascensores. Si llegas antes de que yo te alcance, sube hasta el portal y espérame allí —después de dudarlo un momento, le dio un beso en la mejilla—. Si en cinco minutos no estoy allí, dile al conserje que llame a la policía, ¿de acuerdo?
—Pero, Harry…
—No hay tiempo para discusiones. Sólo hazlo, ¿Esta bien?
______ asintió con un único movimiento de cabeza. Él le apretó el hombro antes de dejarla para esconderse en la sombra que había entre dos coches.
______ se contuvo y en lugar de darse la vuelta para comprobar si efectivamente había alguien que los seguía, dio un paso adelante algo insegura. «Acabemos con esto de una vez.» «No puedo creer que le haya hecho esto.» Harry permanecía en cuclillas entre un Cadillac y un Jaguar, desde donde oía alejarse las pisadas de ______. Se sacó el arma que llevaba en la cintura y comprobó que el seguro estaba en su sitio. «¿Estás seguro de que estás haciendo lo correcto?»
Mier.da, no, no lo estaba, pero ¿qué iba a hacer? ¿Permitir que el tipo la siguiera hasta su propia casa? Si Abruzzi quería encontrarla, lo haría. Esto no era más que una forma de retrasarlo.
Se agachó para echar un vistazo debajo de los vehículos. Habría unos mil; dos mil; tres mil; cuatro… Oyó el ruido del ascensor. Bien. Eso significaba que ______ ya había salido de allí.
De repente descubrió a lo lejos las piernas de la persona que había estado siguiéndolos. El tipo se movía con rapidez y resultaba evidente que trataba de ver a qué piso subía el ascensor.
Harry se puso en tensión y se obligó a esperar hasta que su perseguidor estuvo a medio paso de distancia del lugar en el que permanecía escondido. Entonces saltó hacia delante y se lanzó sobre él por la espalda. El desconocido, alertado por algo en el último momento, se volvió justo cuando Harry caía sobre él.
El policía le golpeó la nuca con la culata de la pistola y lo derribó en silencio. Lo agarró a tiempo para impedir que se golpeara contra el suelo y luego recostó el cuerpo inconsciente sobre el cemento. Después volvió a guardarse el arma y se arrodilló para tomarle el pulso: todo en orden, el corazón le latía con fuerza y regularidad. Tampoco había sangre.
Contento de que el hombre sólo hubiera perdido el sentido, echó un vistazo con rapidez.
El garaje continuaba vacío. Cambió de posición y se colocó detrás de la cabeza del tipo. Se inclinó, le pasó los brazos por debajo de las axilas y lo incorporó. El sonido metálico de un coche en la entrada anunció la llegada de algún inquilino. Tenía que actuar con rapidez.
Arrastró el cuerpo entre dos coches, se agachó y esperó a que el vehículo que entraba —un todoterreno— pasara de largo el lugar en que se agazapaba y continuara hacia algún piso superior.
Una vez recuperado el silencio, Harry cacheó al hombre. Le quitó un arma y se la metió en el bolsillo de la chaqueta; tras localizar la billetera, comprobó el documento de identidad y volvió a depositarlo en su sitio.
«Espabílate —se dijo—, o ______ llamará a la policía y tendrás problemas.»
Se apartó del tipo, se irguió y se dirigió hacia los ascensores. Al llegar decidió subir por las escaleras a toda prisa. Entró en el portal justo en el momento en que el conserje le preguntaba a ______:
—¿Y a qué inquilino viene a ver usted?
—Perdona que llegue tarde, cielo —interrumpió Harry. La mirada de alivio que vio en la cara de ______ le hizo sentir culpable. Entonces miró al portero—. Éste es el edificio Roanoke, ¿verdad?
—No —corrigió el hombre de mediana edad—, están ustedes en el Thackeray Faire. El Roanoke está al final de la calle —y señaló hacia el norte.
—Vaya, sentimos mucho haberlo molestado. Vamos, cariño.
Harry tomó a ______ del brazo y la llevó hasta la puerta. Ella se dejó guiar.
Una vez en la calle, él se cercioró de que no hubiera nadie sospechoso por ningún lado y empujó a ______ en dirección norte con delicadeza.
—Mi piso está justo enfrente, al otro lado de la calle.
Harry la cogió de la mano antes de que ella pudiera reaccionar.
—Ya lo sé, cielo, pero el vigilante está mirándonos y no quiero que vea dónde vives.
______ dejó escapar un suspiro, pero no protestó. Caminaron en la dirección indicada hasta pasar una manzana antes de cruzar la calle. Harry agradeció que ______ no hubiera empezado a interrogarlo nada más verlo. Ya tenía bastante con vigilar por delante y por detrás. Más adelante, insistió en que continuaran un bloque más tras el edificio del dominador —o, más bien, de Abruzzi— antes de cruzar a la acera de ______, quien notaba que Harry estaba muy tenso y decidió seguirle la corriente.
Con todo, no dejó de mirarlo de reojo: Harry se mantenía demasiado concentrado en controlarlo todo como para darse cuenta. Todo aquello parecía sacado de una peli de espías, y una parte de ella estaba disfrutando de la intriga y de la sensación de sentirse protegida por un hombre fuerte y apuesto. La situación la convertía en una sexy mujer fatal.
Cuando por fin cruzaron la calle, ______ sugirió:
—Si crees que pueden vernos entrar en el edificio, podemos atajar por el garaje, así evitaremos pasar por la entrada principal.
—Buena idea —dijo él.
______ lo guió hasta la entrada del garaje. Pasaron por delante de dos hileras de coches hasta que alcanzaron la puerta lateral del bajo, que ______ abrió con su llave
Como él había logrado contagiarle su preocupación, en lugar de tomar el ascensor de atrás, llevó a Harry por detrás de las cámaras de seguridad del portal, sin que él dijera una sola palabra al respecto. Sin embargo, se aseguró de que, al saludar al conserje, Harry se diera cuenta de que aquél se había fijado en su cara.
A salvo en el ascensor que los llevaba hasta el piso de ______, él se sintió por fin relajado.
Ella percibió que liberaba la tensión.
—Gracias por seguirme la corriente ahí fuera —le agradeció él.
______ asintió.
—Ahora cuéntame, ¿qué es lo que ha pasado en el garaje?
Harry se metió las manos en los bolsillos y explicó:
—Me lo he quitado de encima. Ahora debe de estar despertándose con un tremendo dolor de cabeza.
—¿Lo has… agredido? —quiso saber ella, casi incapaz de pronunciar las palabras.
—Lo he disuadido. Llevaba… —empezó mientras se sacaba de la chaqueta la pequeña pistola negra para enseñársela.
______ miró atónita cómo Harry extraía las balas del arma y se las ofrecía. Se quedó mirando las letales bolitas metálicas que sostenía ahora en la palma de la mano. «Esta bien, si cree que con vaciarla va a dejarme más tranquila, lo lleva claro. Tú no vas a ver mi piso ni de broma, y mucho menos mis bragas si las llevara puestas.» Le devolvió las balas y presionó el botón de
EMERGENCIA.
El ascensor se paró en seco y la alarma empezó a sonar. ______ se mantuvo imperturbable ante aquel tremendo pitido.
—Muy bien, Harry, o me enseñas algún tipo de identificación o bajamos directamente al portal. Ahora mismo.
Él se sacó del bolsillo una cartera de piel que abrió para mostrar su placa. El teléfono del ascensor empezó a sonar. ______ hizo como que no lo escuchaba y se inclinó para leer en alto los datos que aparecían escritos:
—Agente Harry Styles. ¿Eres poli?
—Eso es —confirmó él—. ¿Contesto ya? —preguntó mientras señalaba el teléfono. En cuanto ______ asintió, Harry descolgó el auricular—: Oiga, lo siento mucho, le hemos dado al botón que no era sin querer. —Volvió a apretar el botón de seguridad y la alarma se detuvo. El ascensor se agitó y luego reinició el ascenso—. Sí, ya sé que es algo tarde. Lo siento.
Colgó.
—Parece que hemos despertado al vigilante.
______ se encogió de hombros.
—Sobrevivirá.
—¿Ya te sientes mejor? —preguntó, apoyado en la pared del ascensor.
Ella asintió.
—Sólo quería comprobar que no eras un sórdido delincuente.
Harry arqueó una ceja antes de contestar:
—¿Satisfecha?
—Sólo por ahora.
Harry se irguió y tomó a ______ por la cintura aunque, en lugar de atraerla hacia él, se quedó esperando, como si pidiera permiso.
Si bien invitarlo a su piso no era lo más inteligente que podía hacer, llevaba dos años durmiendo sin compañía y en aquellos momentos el sentido común no guiaba tanto sus actuaciones como acostumbraba. ______ echaba de menos el sexo. Añoraba la intimidad, la emoción, la comodidad al estar desnuda delante de un hombre. Se acordaba de que Leah la animaba a que fuera más lanzada, más espontánea. A pesar de la forma tan poco ortodoxa en que se habían conocido, Harry había sido amable y a ella le apetecía sentir aquellos labios y aquellas manos sobre su cuerpo.
Él seguía esperando a que ______ diera el primer paso. Ella se puso de puntillas y lo besó por primera vez.
En cuanto sus labios se posaron sobre los de él, todo pareció desvanecerse…, todo salvo su sabor, su tacto y su olor.
Harry se había mantenido en silencio durante el trayecto que separaba el portal de Abruzzi y el edificio de ______, atento aún a cualquier signo de la presencia del mafioso o del equipo de vigilancia. «¡*******! El teniente va a cortarme la cabeza por haber tenido contacto con una persona vigilada con la operación aún abierta. ¿Qué coño voy a decirle?
—Esta bien, listo, ¿de qué va todo esto?
—______, ese tío es peligroso. Se llama Víctor Abruzzi y es el objetivo de todos los agentes de esta parte del país. Debes procurar no tener nada que ver con él —le explicó con seriedad.
Ella se quedó mirándolo fijamente un momento antes de preguntarle:
—¿Y eso cómo lo sabes?
—Porque sí. Tienes que creerme, por favor.
A ______ se le tensaron los hombros y volvió a detenerse, con lo que forzó a Harry a hacer lo mismo.
—No haces más que pedirme que confíe en ti, pero eres tú quien no se fía de mí lo suficiente como para contarme lo que ocurre. Y no quiero que esto siga así.
—Ya lo sé, cielo. Aguanta un poco más y te lo contaré todo. Te lo prometo.
O le estaba contando la verdad o era el mejor mentiroso que había visto nunca. ______ reemprendió la marcha hacia su casa.
Caminaron en silencio. Ella notaba que Harry estaba tenso. Miraba a todas partes como si temiera encontrarse a alguien.
La agradable brisa de septiembre se colaba entre las ramas y las hojas de los robles. Aunque eran más de las once, la avenida Colé permanecía en plena actividad. Había varias personas paseando a sus perros, y un par de parejas que iban en sentido opuesto al suyo comentaban la película que acababan de ver en el cine.
______ pensó en lo que Harry había dicho. ¿Cómo era posible que supiera que el dominador era un mañoso? Los ciudadanos normales y corrientes no solían tener la capacidad de reconocer a esa clase de tipos a primera vista. Sólo los policías podrían hacerlo, o bien los propios mañosos.
Si Harry era poli, tendría que enseñarle la placa, y si no lo hacía, las posibilidades de que se tratara de un delincuente —o de un sórdido abogado que se dedicara a defender a mañosos— aumentarían. En cualquier caso, la idea de poder estar recorriendo las calles de Dallas con alguien que se relacionaba con gentuza de ese calibre no resultaba demasiado tranquilizadora.
Cuando se encontraban ya a la altura del edificio de Abruzzi, Harry la empujó hacia un garaje.
—¿Qué…?
—______, escúchame. Hay alguien siguiéndonos —Ella hizo el ademán de volverse, pero él se lo impidió tirando de ella hacia sí—. ¡No! No mires hacia atrás. Sigue caminando.
—¿De qué hablas? ¿Por qué iban a…?
—Porque has llamado la atención de Abruzzi —la interrumpió él de nuevo—. Quiere saber quiénes somos. Vamos a meternos en el garaje.
Caminaron hacia la entrada de los coches de residentes y bordearon la barra baja que bloqueaba el resto del tráfico. El suelo se convirtió en una cuesta arriba. Aunque la iluminación era buena para tratarse de un aparcamiento, las sombras acechaban entre los coches y en los rincones oscuros.
—Harry —lo llamó.
—¡Chsss…! —Harry estaba recorriendo el lugar con la mirada mientras tiraba de ______ cuesta arriba. Aparentemente satisfecho al comprobar que el lugar estaba vacío, se inclinó hacia ella y la miró a los ojos.
—______ —su voz sonaba apremiante—, quiero que subas la cuesta hasta llegar arriba.
Aunque no se ven desde aquí, al llegar encontrarás un par de ascensores. Si llegas antes de que yo te alcance, sube hasta el portal y espérame allí —después de dudarlo un momento, le dio un beso en la mejilla—. Si en cinco minutos no estoy allí, dile al conserje que llame a la policía, ¿de acuerdo?
—Pero, Harry…
—No hay tiempo para discusiones. Sólo hazlo, ¿Esta bien?
______ asintió con un único movimiento de cabeza. Él le apretó el hombro antes de dejarla para esconderse en la sombra que había entre dos coches.
______ se contuvo y en lugar de darse la vuelta para comprobar si efectivamente había alguien que los seguía, dio un paso adelante algo insegura. «Acabemos con esto de una vez.» «No puedo creer que le haya hecho esto.» Harry permanecía en cuclillas entre un Cadillac y un Jaguar, desde donde oía alejarse las pisadas de ______. Se sacó el arma que llevaba en la cintura y comprobó que el seguro estaba en su sitio. «¿Estás seguro de que estás haciendo lo correcto?»
Mier.da, no, no lo estaba, pero ¿qué iba a hacer? ¿Permitir que el tipo la siguiera hasta su propia casa? Si Abruzzi quería encontrarla, lo haría. Esto no era más que una forma de retrasarlo.
Se agachó para echar un vistazo debajo de los vehículos. Habría unos mil; dos mil; tres mil; cuatro… Oyó el ruido del ascensor. Bien. Eso significaba que ______ ya había salido de allí.
De repente descubrió a lo lejos las piernas de la persona que había estado siguiéndolos. El tipo se movía con rapidez y resultaba evidente que trataba de ver a qué piso subía el ascensor.
Harry se puso en tensión y se obligó a esperar hasta que su perseguidor estuvo a medio paso de distancia del lugar en el que permanecía escondido. Entonces saltó hacia delante y se lanzó sobre él por la espalda. El desconocido, alertado por algo en el último momento, se volvió justo cuando Harry caía sobre él.
El policía le golpeó la nuca con la culata de la pistola y lo derribó en silencio. Lo agarró a tiempo para impedir que se golpeara contra el suelo y luego recostó el cuerpo inconsciente sobre el cemento. Después volvió a guardarse el arma y se arrodilló para tomarle el pulso: todo en orden, el corazón le latía con fuerza y regularidad. Tampoco había sangre.
Contento de que el hombre sólo hubiera perdido el sentido, echó un vistazo con rapidez.
El garaje continuaba vacío. Cambió de posición y se colocó detrás de la cabeza del tipo. Se inclinó, le pasó los brazos por debajo de las axilas y lo incorporó. El sonido metálico de un coche en la entrada anunció la llegada de algún inquilino. Tenía que actuar con rapidez.
Arrastró el cuerpo entre dos coches, se agachó y esperó a que el vehículo que entraba —un todoterreno— pasara de largo el lugar en que se agazapaba y continuara hacia algún piso superior.
Una vez recuperado el silencio, Harry cacheó al hombre. Le quitó un arma y se la metió en el bolsillo de la chaqueta; tras localizar la billetera, comprobó el documento de identidad y volvió a depositarlo en su sitio.
«Espabílate —se dijo—, o ______ llamará a la policía y tendrás problemas.»
Se apartó del tipo, se irguió y se dirigió hacia los ascensores. Al llegar decidió subir por las escaleras a toda prisa. Entró en el portal justo en el momento en que el conserje le preguntaba a ______:
—¿Y a qué inquilino viene a ver usted?
—Perdona que llegue tarde, cielo —interrumpió Harry. La mirada de alivio que vio en la cara de ______ le hizo sentir culpable. Entonces miró al portero—. Éste es el edificio Roanoke, ¿verdad?
—No —corrigió el hombre de mediana edad—, están ustedes en el Thackeray Faire. El Roanoke está al final de la calle —y señaló hacia el norte.
—Vaya, sentimos mucho haberlo molestado. Vamos, cariño.
Harry tomó a ______ del brazo y la llevó hasta la puerta. Ella se dejó guiar.
Una vez en la calle, él se cercioró de que no hubiera nadie sospechoso por ningún lado y empujó a ______ en dirección norte con delicadeza.
—Mi piso está justo enfrente, al otro lado de la calle.
Harry la cogió de la mano antes de que ella pudiera reaccionar.
—Ya lo sé, cielo, pero el vigilante está mirándonos y no quiero que vea dónde vives.
______ dejó escapar un suspiro, pero no protestó. Caminaron en la dirección indicada hasta pasar una manzana antes de cruzar la calle. Harry agradeció que ______ no hubiera empezado a interrogarlo nada más verlo. Ya tenía bastante con vigilar por delante y por detrás. Más adelante, insistió en que continuaran un bloque más tras el edificio del dominador —o, más bien, de Abruzzi— antes de cruzar a la acera de ______, quien notaba que Harry estaba muy tenso y decidió seguirle la corriente.
Con todo, no dejó de mirarlo de reojo: Harry se mantenía demasiado concentrado en controlarlo todo como para darse cuenta. Todo aquello parecía sacado de una peli de espías, y una parte de ella estaba disfrutando de la intriga y de la sensación de sentirse protegida por un hombre fuerte y apuesto. La situación la convertía en una sexy mujer fatal.
Cuando por fin cruzaron la calle, ______ sugirió:
—Si crees que pueden vernos entrar en el edificio, podemos atajar por el garaje, así evitaremos pasar por la entrada principal.
—Buena idea —dijo él.
______ lo guió hasta la entrada del garaje. Pasaron por delante de dos hileras de coches hasta que alcanzaron la puerta lateral del bajo, que ______ abrió con su llave
Como él había logrado contagiarle su preocupación, en lugar de tomar el ascensor de atrás, llevó a Harry por detrás de las cámaras de seguridad del portal, sin que él dijera una sola palabra al respecto. Sin embargo, se aseguró de que, al saludar al conserje, Harry se diera cuenta de que aquél se había fijado en su cara.
A salvo en el ascensor que los llevaba hasta el piso de ______, él se sintió por fin relajado.
Ella percibió que liberaba la tensión.
—Gracias por seguirme la corriente ahí fuera —le agradeció él.
______ asintió.
—Ahora cuéntame, ¿qué es lo que ha pasado en el garaje?
Harry se metió las manos en los bolsillos y explicó:
—Me lo he quitado de encima. Ahora debe de estar despertándose con un tremendo dolor de cabeza.
—¿Lo has… agredido? —quiso saber ella, casi incapaz de pronunciar las palabras.
—Lo he disuadido. Llevaba… —empezó mientras se sacaba de la chaqueta la pequeña pistola negra para enseñársela.
______ miró atónita cómo Harry extraía las balas del arma y se las ofrecía. Se quedó mirando las letales bolitas metálicas que sostenía ahora en la palma de la mano. «Esta bien, si cree que con vaciarla va a dejarme más tranquila, lo lleva claro. Tú no vas a ver mi piso ni de broma, y mucho menos mis bragas si las llevara puestas.» Le devolvió las balas y presionó el botón de
EMERGENCIA.
El ascensor se paró en seco y la alarma empezó a sonar. ______ se mantuvo imperturbable ante aquel tremendo pitido.
—Muy bien, Harry, o me enseñas algún tipo de identificación o bajamos directamente al portal. Ahora mismo.
Él se sacó del bolsillo una cartera de piel que abrió para mostrar su placa. El teléfono del ascensor empezó a sonar. ______ hizo como que no lo escuchaba y se inclinó para leer en alto los datos que aparecían escritos:
—Agente Harry Styles. ¿Eres poli?
—Eso es —confirmó él—. ¿Contesto ya? —preguntó mientras señalaba el teléfono. En cuanto ______ asintió, Harry descolgó el auricular—: Oiga, lo siento mucho, le hemos dado al botón que no era sin querer. —Volvió a apretar el botón de seguridad y la alarma se detuvo. El ascensor se agitó y luego reinició el ascenso—. Sí, ya sé que es algo tarde. Lo siento.
Colgó.
—Parece que hemos despertado al vigilante.
______ se encogió de hombros.
—Sobrevivirá.
—¿Ya te sientes mejor? —preguntó, apoyado en la pared del ascensor.
Ella asintió.
—Sólo quería comprobar que no eras un sórdido delincuente.
Harry arqueó una ceja antes de contestar:
—¿Satisfecha?
—Sólo por ahora.
Harry se irguió y tomó a ______ por la cintura aunque, en lugar de atraerla hacia él, se quedó esperando, como si pidiera permiso.
Si bien invitarlo a su piso no era lo más inteligente que podía hacer, llevaba dos años durmiendo sin compañía y en aquellos momentos el sentido común no guiaba tanto sus actuaciones como acostumbraba. ______ echaba de menos el sexo. Añoraba la intimidad, la emoción, la comodidad al estar desnuda delante de un hombre. Se acordaba de que Leah la animaba a que fuera más lanzada, más espontánea. A pesar de la forma tan poco ortodoxa en que se habían conocido, Harry había sido amable y a ella le apetecía sentir aquellos labios y aquellas manos sobre su cuerpo.
Él seguía esperando a que ______ diera el primer paso. Ella se puso de puntillas y lo besó por primera vez.
En cuanto sus labios se posaron sobre los de él, todo pareció desvanecerse…, todo salvo su sabor, su tacto y su olor.
Harry se había mantenido en silencio durante el trayecto que separaba el portal de Abruzzi y el edificio de ______, atento aún a cualquier signo de la presencia del mafioso o del equipo de vigilancia. «¡*******! El teniente va a cortarme la cabeza por haber tenido contacto con una persona vigilada con la operación aún abierta. ¿Qué coño voy a decirle?
Unicornio Horan
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
me encanta tu novela siguelaaaa pronto
Caroline Owen
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
me encanta tu novela siguelaaaa pronto
Caroline Owen
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
siguelalo mas pronto que puedas amo tu nove esde las mejores que he leido esta super!!! es la numero1
Sheeran
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
awwwwwwwwwww harry que exitante debe ser hacerlo con alguien que sea espia y mas si esta como harry siguela :twisted:
ivette gone
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