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Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
me encantaaaa la novelaaaaaaaaaaaa!!
siguela siguela siguelaaaa
__________________________________
PASENSE POR MI NOVELA
MI HERMANASTRO *ZAYN MALIK Y TU*
https://onlywn.activoforo.com/t20470-mi-hermanastro-zayn-y-tu#1240851
me encantaaaa la novelaaaaaaaaaaaa!!
siguela siguela siguelaaaa
__________________________________
PASENSE POR MI NOVELA
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karencita_mb
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
Me encantó desde el primer momento que la encontré. Estoy enganchadísima y espero que la continues muy pronto. Muchas gracias por escribirla. :)
Sam1D
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
Chicaaaaaas! En serio gracias por todo hasta ahora tenemos 6227. Wao ni yo me imaginaba que tendríamos tantas visitas pensé que al subir la novela tendría unas cuantas lectoras no tantas! Pero aun así gracias :)x
Les pondré una pequeña maratón de 5 capitulos.
Capítulo 6 {Tercera parte.}
______ notó un cálido cosquilleo en la entrepierna. Sin decir nada, se dio la vuelta y se marchó al dormitorio.
A pesar de que ya era la una y veinte de la madrugada, no se sentía cansada en absoluto.
Aunque Harry le había dicho que nada de pijamas, no tenía ninguna intención de recibirlo desnuda. Buscó en su armario y sacó el camisón negro, largo y sexy que Dora le había regalado en Navidad. Séquito el albornoz, se puso la nueva prenda y se observó satisfecha en el espejo. No estaba mal. Luego se cepilló los dientes y se lavó la cara. Cuando Harry entró en el dormitorio, ______ ya estaba retirando el edredón y ahuecando las almohadas de la enorme cama.
Él dio un silbido tremendo al verla con el camisón.
—Es estupendo. ¿Lo compraste para Aidan?
Repentinamente avergonzada por la pregunta, ella se protegió con la almohada que sostenía en aquel momento.
—No, es un regalo.
Harry se acercó a ella y se deshizo de la almohada que los separaba.
—Desde luego, para mí lo es, de eso estoy seguro —le dijo antes de besarla con delicadeza.
______ lo agarró para atraerlo hacia ella, pero entonces él retrocedió.
—¿Me dejas darme una ducha antes a mí también? Con lo guapa que te has puesto, tengo que estar a la altura.
—Hay un cepillo de dientes sin estrenar en el botiquín —lo informó ______ antes de liberarlo.
—Estupendo. Vuelvo enseguida.
Ella se metió en la cama y se permitió disfrutar soñando despierta mientras escuchaba el ruido del agua.
Todavía no podía creerse todo lo que le había ocurrido en las últimas veinticuatro horas. Allí estaba ella, saliendo —bueno, follando era más preciso— con un poli de la Brigada de Crimen Organizado que podía haberla dejado hecha trizas y que, sin embargo, no lo había hecho.
Y que tampoco se había largado después del polvo, sino que se había quedado allí, había cenado con ella, se estaba duchando en su baño y se disponía a dormir en su cama. Todo aquello parecía un regalo del cielo.
Oyó que se cortaba el chorro de agua. Harry aparecería en cualquier momento. El corazón empezó a latirle con tanta fuerza que hizo que le vibrara la caja torácica y se le secara la boca. Se incorporó y comprobó su aspecto en el espejo del vestidor. Estaba sonrojada y respiraba con rapidez. ¿Apagaba la luz de la mesilla o la dejaba encendida? ¡Madre mía! Se sentía como una virgen de veinte años.
Harry estaba cepillándose los dientes —podía oírlo en el lavabo—, de modo que retiró las sábanas y saltó de la cama para darse los últimos retoques en el tocador. Empezó a ahuecarse el cabello para alisarse las ondas más marcadas, cogió el cepillo, se inclinó hacia delante y se lo pasó por el cabello, de la nuca a la frente. De repente se abrió la puerta del baño.
—Hola —saludó Harry.
______ dio un salto y se irguió de inmediato.
—¡Uy! —dijo, sorprendida, antes de soltar el cepillo.
—¿Estás bien?
—Sí, sí, estoy bien.
Se retiró el cabello de la cara y tardó un segundo antes de recuperar la visión. Lo primero que se encontró fue a un hombre desnudo plantado delante de ella. Sorprendida, primero dio un grito y luego casi pierde el equilibrio al intentar dar un paso atrás
Harry sonrió.
—No me he traído el pijama, espero que no te importe.
______ se quedó observando su cuerpo, incapaz de mirarlo de una sola vez. A pesar de su desnudez, Harry transmitía fortaleza y poder. Tenía el torso alargado y delgado, los hombros anchos y las caderas estrechas. De la mata de cabello de la entrepierna le sobresalía el pene semierecto. Aquella visión le arrancó una sonrisa que la relajó un poco.
—¿Paso el examen? —preguntó él, tal y como lo había hecho en el bar un rato antes.
—Estás cañón y lo sabes —lo piropeó ella con la cabeza inclinada—; a tu lado me siento como un hipopótamo.
—De eso nada, cielo —Harry se acercó a ella, la tomó por los codos y le dio un beso en los labios—. Eres mi preciosa e insaciable amante y no pienso consentir que nadie se meta contigo, ni siquiera tú misma.
______ apoyó la frente en la de Harry.
—Se te da bien lo de elevar mi autoestima.
—Eso espero, porque a ti también se te da de maravilla lo de elevarme algo que tengo por ahí —respondió mientras deslizaba la mano derecha por el camisón y le acariciaba con los dedos la parte superior del pecho casi a la altura del pezón, aunque sin rozarlo—. De hecho, creo que ya no puedes elevarlo más.
A ______ le entró la risa y buscó el pene que se mantenía firme entre sus cuerpos. Empezó a bombearlo arriba y abajo, retirando el prepucio una y otra vez. El miembro reaccionó de inmediato aumentando de tamaño y endureciéndose. Harry cerró los ojos y ladeó la cabeza. Su respiración se tornó sonora.
—¡Oh, nena!, ¡qué gustazo!
Mientras continuaba masajeándole el miembro, se inclinó para mordisquearle el hombro desnudo. Le recorrió todo el pecho, lamiéndolo y jugueteando con la lengua, disfrutando de su piel limpia y tersa.
Harry, a su vez, empezó a tocarle los pechos y a estimularle los pezones. ______ gimió en cuanto él apretó las puntas, ya sensibles, con los dedos índice y pulgar de ambas manos. Luego fue empujándola ligeramente hasta que las pantorrillas chocaron contra la cama.
—¿Es una indirecta? —bromeó ella.
—Puedo decírtelo claramente, encanto: quiero que te tumbes boca arriba para que pueda meterte la po.lla hasta el fondo.
______ se quedó sin respiración. Permitió que Harry la ayudara a recostarse en la cama, donde se colocó enseguida para hacerle sitio. Él se quedó tumbado sobre ella durante un rato, mientras se frotaba contra la fina seda del camisón. Luego se apoyó en los codos de modo que quedaba algo de espacio entre ambos.
______ se acercó para darle un beso en los labios.
—Hola.
—Hola —respondió él antes de besarla con mayor intensidad, juntando sus lenguas.
Esta vez, no había ya las ganas y la premura de su primer encuentro. Por acuerdo tácito, ambos respetaron un ritmo lento y fluido. Al poco tiempo, el camisón estaba ya en el suelo. Harry acarició a ______ por todas partes mientras le iba preguntando si le gustaba lo que le hacía. Le pasó la lengua por la mandíbula, la muñeca y detrás de las rodillas. Al llegar a la derecha, ______ casi se cae de la cama: nunca se había percatado de que allí se escondía una zona erógena. O en el hueco de detrás de la oreja. O en su ombligo. Le sorprendió que él pudiera saber cosas de su cuerpo que ella misma desconocía. Nunca había tenido un amante que estuviera tan atento a sus necesidades. Hacía que se sintiera como un tesoro deseado. Pronto se descubrió a sí misma correspondiéndolo, tratando de aumentar al máximo el placer que le proporcionaba.
Aunque se acercaban al clímax una y otra vez, acababan frenándose para prolongar el juego en lugar de terminarlo. Cuando ______ dijo por fin «ahora», ambos estaban ya temblorosos, al borde del delirio y de la extenuación. Harry recolocó sus caderas y aumentó el ritmo, de modo que los dos se precipitaron sin remedio hacia el orgasmo.
El sexo y el vientre de ______ parecieron expandirse; tuvo la sensación de que se transformaban en una enorme bola incandescente. El fuego le recorrió la columna vertebral hasta alcanzarle el cerebro e incendiar todas sus conexiones nerviosas. Acto seguido, sintió el fogonazo de las luces que estallaban antes de que se hiciera el silencio. Pasó de estar en la cima a caer en un profundo sueño sin percibir siquiera el tránsito entre un estado y otro.
Harry, por su parte, permaneció consciente el tiempo justo que necesitó para moverse y situarse a un lado de ______, en lugar de encima de ella, y alargar el brazo para apagar la luz de la mesilla antes de abrazar a su amante por la cintura y colocar la cabeza en la cálida curva que se formaba entre su cuello y su hombro
Les pondré una pequeña maratón de 5 capitulos.
Capítulo 6 {Tercera parte.}
______ notó un cálido cosquilleo en la entrepierna. Sin decir nada, se dio la vuelta y se marchó al dormitorio.
A pesar de que ya era la una y veinte de la madrugada, no se sentía cansada en absoluto.
Aunque Harry le había dicho que nada de pijamas, no tenía ninguna intención de recibirlo desnuda. Buscó en su armario y sacó el camisón negro, largo y sexy que Dora le había regalado en Navidad. Séquito el albornoz, se puso la nueva prenda y se observó satisfecha en el espejo. No estaba mal. Luego se cepilló los dientes y se lavó la cara. Cuando Harry entró en el dormitorio, ______ ya estaba retirando el edredón y ahuecando las almohadas de la enorme cama.
Él dio un silbido tremendo al verla con el camisón.
—Es estupendo. ¿Lo compraste para Aidan?
Repentinamente avergonzada por la pregunta, ella se protegió con la almohada que sostenía en aquel momento.
—No, es un regalo.
Harry se acercó a ella y se deshizo de la almohada que los separaba.
—Desde luego, para mí lo es, de eso estoy seguro —le dijo antes de besarla con delicadeza.
______ lo agarró para atraerlo hacia ella, pero entonces él retrocedió.
—¿Me dejas darme una ducha antes a mí también? Con lo guapa que te has puesto, tengo que estar a la altura.
—Hay un cepillo de dientes sin estrenar en el botiquín —lo informó ______ antes de liberarlo.
—Estupendo. Vuelvo enseguida.
Ella se metió en la cama y se permitió disfrutar soñando despierta mientras escuchaba el ruido del agua.
Todavía no podía creerse todo lo que le había ocurrido en las últimas veinticuatro horas. Allí estaba ella, saliendo —bueno, follando era más preciso— con un poli de la Brigada de Crimen Organizado que podía haberla dejado hecha trizas y que, sin embargo, no lo había hecho.
Y que tampoco se había largado después del polvo, sino que se había quedado allí, había cenado con ella, se estaba duchando en su baño y se disponía a dormir en su cama. Todo aquello parecía un regalo del cielo.
Oyó que se cortaba el chorro de agua. Harry aparecería en cualquier momento. El corazón empezó a latirle con tanta fuerza que hizo que le vibrara la caja torácica y se le secara la boca. Se incorporó y comprobó su aspecto en el espejo del vestidor. Estaba sonrojada y respiraba con rapidez. ¿Apagaba la luz de la mesilla o la dejaba encendida? ¡Madre mía! Se sentía como una virgen de veinte años.
Harry estaba cepillándose los dientes —podía oírlo en el lavabo—, de modo que retiró las sábanas y saltó de la cama para darse los últimos retoques en el tocador. Empezó a ahuecarse el cabello para alisarse las ondas más marcadas, cogió el cepillo, se inclinó hacia delante y se lo pasó por el cabello, de la nuca a la frente. De repente se abrió la puerta del baño.
—Hola —saludó Harry.
______ dio un salto y se irguió de inmediato.
—¡Uy! —dijo, sorprendida, antes de soltar el cepillo.
—¿Estás bien?
—Sí, sí, estoy bien.
Se retiró el cabello de la cara y tardó un segundo antes de recuperar la visión. Lo primero que se encontró fue a un hombre desnudo plantado delante de ella. Sorprendida, primero dio un grito y luego casi pierde el equilibrio al intentar dar un paso atrás
Harry sonrió.
—No me he traído el pijama, espero que no te importe.
______ se quedó observando su cuerpo, incapaz de mirarlo de una sola vez. A pesar de su desnudez, Harry transmitía fortaleza y poder. Tenía el torso alargado y delgado, los hombros anchos y las caderas estrechas. De la mata de cabello de la entrepierna le sobresalía el pene semierecto. Aquella visión le arrancó una sonrisa que la relajó un poco.
—¿Paso el examen? —preguntó él, tal y como lo había hecho en el bar un rato antes.
—Estás cañón y lo sabes —lo piropeó ella con la cabeza inclinada—; a tu lado me siento como un hipopótamo.
—De eso nada, cielo —Harry se acercó a ella, la tomó por los codos y le dio un beso en los labios—. Eres mi preciosa e insaciable amante y no pienso consentir que nadie se meta contigo, ni siquiera tú misma.
______ apoyó la frente en la de Harry.
—Se te da bien lo de elevar mi autoestima.
—Eso espero, porque a ti también se te da de maravilla lo de elevarme algo que tengo por ahí —respondió mientras deslizaba la mano derecha por el camisón y le acariciaba con los dedos la parte superior del pecho casi a la altura del pezón, aunque sin rozarlo—. De hecho, creo que ya no puedes elevarlo más.
A ______ le entró la risa y buscó el pene que se mantenía firme entre sus cuerpos. Empezó a bombearlo arriba y abajo, retirando el prepucio una y otra vez. El miembro reaccionó de inmediato aumentando de tamaño y endureciéndose. Harry cerró los ojos y ladeó la cabeza. Su respiración se tornó sonora.
—¡Oh, nena!, ¡qué gustazo!
Mientras continuaba masajeándole el miembro, se inclinó para mordisquearle el hombro desnudo. Le recorrió todo el pecho, lamiéndolo y jugueteando con la lengua, disfrutando de su piel limpia y tersa.
Harry, a su vez, empezó a tocarle los pechos y a estimularle los pezones. ______ gimió en cuanto él apretó las puntas, ya sensibles, con los dedos índice y pulgar de ambas manos. Luego fue empujándola ligeramente hasta que las pantorrillas chocaron contra la cama.
—¿Es una indirecta? —bromeó ella.
—Puedo decírtelo claramente, encanto: quiero que te tumbes boca arriba para que pueda meterte la po.lla hasta el fondo.
______ se quedó sin respiración. Permitió que Harry la ayudara a recostarse en la cama, donde se colocó enseguida para hacerle sitio. Él se quedó tumbado sobre ella durante un rato, mientras se frotaba contra la fina seda del camisón. Luego se apoyó en los codos de modo que quedaba algo de espacio entre ambos.
______ se acercó para darle un beso en los labios.
—Hola.
—Hola —respondió él antes de besarla con mayor intensidad, juntando sus lenguas.
Esta vez, no había ya las ganas y la premura de su primer encuentro. Por acuerdo tácito, ambos respetaron un ritmo lento y fluido. Al poco tiempo, el camisón estaba ya en el suelo. Harry acarició a ______ por todas partes mientras le iba preguntando si le gustaba lo que le hacía. Le pasó la lengua por la mandíbula, la muñeca y detrás de las rodillas. Al llegar a la derecha, ______ casi se cae de la cama: nunca se había percatado de que allí se escondía una zona erógena. O en el hueco de detrás de la oreja. O en su ombligo. Le sorprendió que él pudiera saber cosas de su cuerpo que ella misma desconocía. Nunca había tenido un amante que estuviera tan atento a sus necesidades. Hacía que se sintiera como un tesoro deseado. Pronto se descubrió a sí misma correspondiéndolo, tratando de aumentar al máximo el placer que le proporcionaba.
Aunque se acercaban al clímax una y otra vez, acababan frenándose para prolongar el juego en lugar de terminarlo. Cuando ______ dijo por fin «ahora», ambos estaban ya temblorosos, al borde del delirio y de la extenuación. Harry recolocó sus caderas y aumentó el ritmo, de modo que los dos se precipitaron sin remedio hacia el orgasmo.
El sexo y el vientre de ______ parecieron expandirse; tuvo la sensación de que se transformaban en una enorme bola incandescente. El fuego le recorrió la columna vertebral hasta alcanzarle el cerebro e incendiar todas sus conexiones nerviosas. Acto seguido, sintió el fogonazo de las luces que estallaban antes de que se hiciera el silencio. Pasó de estar en la cima a caer en un profundo sueño sin percibir siquiera el tránsito entre un estado y otro.
Harry, por su parte, permaneció consciente el tiempo justo que necesitó para moverse y situarse a un lado de ______, en lugar de encima de ella, y alargar el brazo para apagar la luz de la mesilla antes de abrazar a su amante por la cintura y colocar la cabeza en la cálida curva que se formaba entre su cuello y su hombro
Unicornio Horan
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
Capítulo 6 {Cuarta Parte}.
______ se despertó con dos ideas muy claras: una, tenía la pierna derecha enroscada en una peluda pierna de hombre, y dos, tenía unas ganas tremendas de ir al baño.
Levantó los párpados y se descubrió anclada a los ojos verde de Harry. Verlo le trajo a la memoria la noche anterior y la alegría la invadió de inmediato.
—Buenos días —saludó en un murmullo.
—Buenos días —respondió él—. Ahora que te has despertado, me voy al baño.
—¿Has estado esperándome para levantarte? —______ esbozó una sonrisa—. Vaya, lo siento.
—No lo sientas —contestó con un gesto—. Me gusta verte dormir y no quería molestarte —la besó en la frente antes de deshacer el nudo de sus piernas y se incorporó—, a pesar de lo cual, ya que me lo permites, necesito ir a cambiar el agua al canario.
______ ignoró la presión de su propia vejiga para poder disfrutar de la visión de Harry mientras cruzaba la habitación completamente desnudo. Tenía uno de los mejores culos que había visto en su vida. Cuando él cerró la puerta del baño tras su excelente trasero, ______ miró la hora —las nueve y media— y saltó de la cama para atender, ella también, a la llamada de la naturaleza.
El aseo de la entrada no estaba tan ordenado como solía. El albornoz, el vestido negro y las toallas que Harry había empleado para secarse la noche anterior seguían esparcidos por el suelo, de modo que se vio obligada a sortearlos para acceder al inodoro. En cualquier caso, el susto que se había dado al encontrar aquel desorden no fue nada en comparación con la sorpresa que se llevó al observar su reflejo en el espejo. Atónita, descubrió a una mujer desnuda y sexy que la miraba desde el otro lado, con el cabello despeinado, los labios hinchados, varios chupetones en el cuello y en el pecho, y, más importante aún, con una magnífica expresión de satisfacción y de felicidad.
Por primera vez en dos años se sintió una mujer hermosa.
Oyó a Harry moverse por la casa y se apresuró para terminar. Después de lavarse las manos y la cara, se puso el albornoz y salió para ver dónde estaba su amante. Lo encontró en la cocina preparando el café. Se había puesto los vaqueros, aunque seguía descalzo y con el torso desnudo.
—Oye, guapísima, dime qué tienes de comer.
—Puedo preparar algo de fruta fresca y unas tostadas —se ofreció.
—Estupendo. Sólo quiero calmar el apetito, si quieres luego podemos salir a comer de verdad —propuso mientras sacaba dos tazas del armario.
______ casi suspiró de lo contenta que estaba. ¡Harry se quedaba! Abrió la nevera en busca de las uvas, las naranjas y las manzanas, con la esperanza de que no se hubieran estropeado.
Mientras las troceaba sonó el teléfono. Fue a cogerlo, pero se detuvo, dudosa, cuando ya tenía la mano sobre el auricular.
—¿Qué pasa? —quiso saber él.
—A lo mejor es mi madre. Creo que voy a dejar que salte el contestador.
Después del cuarto tono y de su mensaje se oyó una voz de mujer:
—______, soy Annie, del bar.
Cogió el teléfono enseguida.
—Hola, Annie, ¿qué hay?
—Hola. Mira, me ha dicho Pete que te llame. Yo le he dicho que no fuera tonto, pero ha insistido en que te lo contara… —la voz se fue apagando.
—¿Que me contaras qué? —______ se colocó el teléfono en el hombro para seguir troceando la manzana.
—La otra noche estuvo aquí ese señor mayor tan rico y preguntó por ti. Seguramente lo viste tú también, te cruzaste con él al salir del bar.
A ______ se le cayó el cuchillo al suelo. Harry, que estaba poniendo la mesa, la miró.
—¿Qué pasa?
—¿Y qué le has contado? —la voz de ______ se convirtió en un susurro y el miedo le contrajo la garganta. Harry se acercó a ella con el ceño fruncido.
—Yo no le conté nada, claro, fue el imbécil de Dennis el que no supo mantener el pico cerrado. —______ cerró los ojos y se quedó esperando. Sabía que Annie no había acabado de hablar aún—. Le dijo cómo te llamabas, el nombre sólo, y le explicó que vivías por la zona.
Entonces Pete intervino para que se callara.
—Menos mal. ¿Y Abruzzi les comentó por qué quería saberlo?
—¿Se llama así? Pete dijo que ese tipo no le daba buena espina y que…
______ la interrumpió.
—Annie, ¿dijo algo Abruzzi? —el tono se volvió más brusco, pero tenía que enterarse
—Bueno, dijo que estabas como un queso y que le apetecía llamarte.
«Sí, ya; y voy yo y me lo creo.»
Annie continuó explicándose.
—De todas formas, como a Pete no le gustó ese tipo, me dijo que te llamara. Te parece bien, ¿no?
—Sí, sí, Annie. Muchas gracias, y dáselas también a Pete de mi parte, ¿de acuerdo?
—Claro, hasta pronto —y colgó.
______ le pasó a Harry el auricular para que lo colgara.
—¿De qué iba todo eso? —preguntó.
—Abruzzi ha estado preguntando por mí en el bar. Dennis, el tipo que estaba hablando conmigo cuando llegaste, le ha dicho mi nombre y le ha contado que vivo por aquí.
Por la expresión del rostro de Harry, ______ sabía lo disgustado que estaba.
—¡*******! —explotó dando un manotazo sobre la mesa. El ruido la sobresaltó—. A lo mejor convendría que te vinieras un tiempo a mi apartamento.
Las palabras de Harry la tranquilizaron, pero…
—No puedo —dijo—. Me has dicho que vives al otro lado del lago White Rock. Tardaría una hora más en llegar al trabajo todos los días —negó con la cabeza—. De todos modos, no va a venir a buscarme. Y si lo hace, le explicaré que lo confundí con mi ex suegro o con mi psiquiatra, o algo así de raro —le dio unas palmaditas en la mano—. No va a pasar nada.
«¿Estoy tratando de convencerlo a él o a mí?», se preguntó ______.
Harry volvió a fruncir el ceño.
—Está bien. Entonces me mudaré yo aquí. No pienso dejarte sola en este piso con Abruzzi en el edificio de enfrente.
______ le dedicó una sonrisa.
—Y eso significa que tardarás en llegar al trabajo lo que le cueste al ascensor subirte hasta el puesto de vigilancia.
—Sí. Ya ves, voy a ahorrar un montón en gasolina —bromeó él algo más relajado.
El teléfono volvió a sonar. De nuevo, ______ esperó a ver de quién se trataba.
«__________, soy tu madre. Coge el teléfono. Sé que estás ahí. No creo que vayas a misa los domingos por la mañana. —Harry arqueó las cejas y ______ hizo un gesto de desesperación con la cabeza. Aún no estaba preparada para contarle cómo era Victoria Austen—. Anoche me colgaste el teléfono y aún estoy esperando una disculpa y una explicación. Haz el favor de llamarme», dijo finalmente y luego colgó con energía.
—Vaya —Harry se alejó del contestador—, me habías dicho que tu madre era complicada, no que fuera una bruja.
______ suspiró.
—Pues tendrías que oírla cuando está enfadada de verdad…
A ambos se les habían quitado las ganas de sentarse a la mesa para comer, así que ______ llevó los platos al cuarto de estar y se acomodaron en los sofás para ver las noticias de la mañana.
Durante la hora siguiente fueron relajándose. Harry, típico poli conservador, se quedó muy sorprendido al enterarse de que ______ era demócrata. Charlaron tranquilamente sobre política y el espectro de Abruzzi fue desvaneciéndose poco a poco. Hacia las once, cuando aparecieron los títulos de crédito de MacLaughlin Group, el programa de debates sobre política que habían estado viendo, Harry empezó a acariciarle a ______ el lóbulo de la oreja.
—¿Tienes hambre, encanto? —le preguntó al tiempo que le tomaba la mano para colocársela en la bragueta de sus pantalones.
Ella volvió la cabeza para mirarlo.
—Yo creía que ibas a llevarme a comer por ahí.
—Claro que sí, pero luego. Ahora estaba pensando en satisfacer otro tipo de apetito — respondió al tiempo que le apretaba la mano contra la po.lla, ya endurecida.
A ______ le entró la risa
______ se despertó con dos ideas muy claras: una, tenía la pierna derecha enroscada en una peluda pierna de hombre, y dos, tenía unas ganas tremendas de ir al baño.
Levantó los párpados y se descubrió anclada a los ojos verde de Harry. Verlo le trajo a la memoria la noche anterior y la alegría la invadió de inmediato.
—Buenos días —saludó en un murmullo.
—Buenos días —respondió él—. Ahora que te has despertado, me voy al baño.
—¿Has estado esperándome para levantarte? —______ esbozó una sonrisa—. Vaya, lo siento.
—No lo sientas —contestó con un gesto—. Me gusta verte dormir y no quería molestarte —la besó en la frente antes de deshacer el nudo de sus piernas y se incorporó—, a pesar de lo cual, ya que me lo permites, necesito ir a cambiar el agua al canario.
______ ignoró la presión de su propia vejiga para poder disfrutar de la visión de Harry mientras cruzaba la habitación completamente desnudo. Tenía uno de los mejores culos que había visto en su vida. Cuando él cerró la puerta del baño tras su excelente trasero, ______ miró la hora —las nueve y media— y saltó de la cama para atender, ella también, a la llamada de la naturaleza.
El aseo de la entrada no estaba tan ordenado como solía. El albornoz, el vestido negro y las toallas que Harry había empleado para secarse la noche anterior seguían esparcidos por el suelo, de modo que se vio obligada a sortearlos para acceder al inodoro. En cualquier caso, el susto que se había dado al encontrar aquel desorden no fue nada en comparación con la sorpresa que se llevó al observar su reflejo en el espejo. Atónita, descubrió a una mujer desnuda y sexy que la miraba desde el otro lado, con el cabello despeinado, los labios hinchados, varios chupetones en el cuello y en el pecho, y, más importante aún, con una magnífica expresión de satisfacción y de felicidad.
Por primera vez en dos años se sintió una mujer hermosa.
Oyó a Harry moverse por la casa y se apresuró para terminar. Después de lavarse las manos y la cara, se puso el albornoz y salió para ver dónde estaba su amante. Lo encontró en la cocina preparando el café. Se había puesto los vaqueros, aunque seguía descalzo y con el torso desnudo.
—Oye, guapísima, dime qué tienes de comer.
—Puedo preparar algo de fruta fresca y unas tostadas —se ofreció.
—Estupendo. Sólo quiero calmar el apetito, si quieres luego podemos salir a comer de verdad —propuso mientras sacaba dos tazas del armario.
______ casi suspiró de lo contenta que estaba. ¡Harry se quedaba! Abrió la nevera en busca de las uvas, las naranjas y las manzanas, con la esperanza de que no se hubieran estropeado.
Mientras las troceaba sonó el teléfono. Fue a cogerlo, pero se detuvo, dudosa, cuando ya tenía la mano sobre el auricular.
—¿Qué pasa? —quiso saber él.
—A lo mejor es mi madre. Creo que voy a dejar que salte el contestador.
Después del cuarto tono y de su mensaje se oyó una voz de mujer:
—______, soy Annie, del bar.
Cogió el teléfono enseguida.
—Hola, Annie, ¿qué hay?
—Hola. Mira, me ha dicho Pete que te llame. Yo le he dicho que no fuera tonto, pero ha insistido en que te lo contara… —la voz se fue apagando.
—¿Que me contaras qué? —______ se colocó el teléfono en el hombro para seguir troceando la manzana.
—La otra noche estuvo aquí ese señor mayor tan rico y preguntó por ti. Seguramente lo viste tú también, te cruzaste con él al salir del bar.
A ______ se le cayó el cuchillo al suelo. Harry, que estaba poniendo la mesa, la miró.
—¿Qué pasa?
—¿Y qué le has contado? —la voz de ______ se convirtió en un susurro y el miedo le contrajo la garganta. Harry se acercó a ella con el ceño fruncido.
—Yo no le conté nada, claro, fue el imbécil de Dennis el que no supo mantener el pico cerrado. —______ cerró los ojos y se quedó esperando. Sabía que Annie no había acabado de hablar aún—. Le dijo cómo te llamabas, el nombre sólo, y le explicó que vivías por la zona.
Entonces Pete intervino para que se callara.
—Menos mal. ¿Y Abruzzi les comentó por qué quería saberlo?
—¿Se llama así? Pete dijo que ese tipo no le daba buena espina y que…
______ la interrumpió.
—Annie, ¿dijo algo Abruzzi? —el tono se volvió más brusco, pero tenía que enterarse
—Bueno, dijo que estabas como un queso y que le apetecía llamarte.
«Sí, ya; y voy yo y me lo creo.»
Annie continuó explicándose.
—De todas formas, como a Pete no le gustó ese tipo, me dijo que te llamara. Te parece bien, ¿no?
—Sí, sí, Annie. Muchas gracias, y dáselas también a Pete de mi parte, ¿de acuerdo?
—Claro, hasta pronto —y colgó.
______ le pasó a Harry el auricular para que lo colgara.
—¿De qué iba todo eso? —preguntó.
—Abruzzi ha estado preguntando por mí en el bar. Dennis, el tipo que estaba hablando conmigo cuando llegaste, le ha dicho mi nombre y le ha contado que vivo por aquí.
Por la expresión del rostro de Harry, ______ sabía lo disgustado que estaba.
—¡*******! —explotó dando un manotazo sobre la mesa. El ruido la sobresaltó—. A lo mejor convendría que te vinieras un tiempo a mi apartamento.
Las palabras de Harry la tranquilizaron, pero…
—No puedo —dijo—. Me has dicho que vives al otro lado del lago White Rock. Tardaría una hora más en llegar al trabajo todos los días —negó con la cabeza—. De todos modos, no va a venir a buscarme. Y si lo hace, le explicaré que lo confundí con mi ex suegro o con mi psiquiatra, o algo así de raro —le dio unas palmaditas en la mano—. No va a pasar nada.
«¿Estoy tratando de convencerlo a él o a mí?», se preguntó ______.
Harry volvió a fruncir el ceño.
—Está bien. Entonces me mudaré yo aquí. No pienso dejarte sola en este piso con Abruzzi en el edificio de enfrente.
______ le dedicó una sonrisa.
—Y eso significa que tardarás en llegar al trabajo lo que le cueste al ascensor subirte hasta el puesto de vigilancia.
—Sí. Ya ves, voy a ahorrar un montón en gasolina —bromeó él algo más relajado.
El teléfono volvió a sonar. De nuevo, ______ esperó a ver de quién se trataba.
«__________, soy tu madre. Coge el teléfono. Sé que estás ahí. No creo que vayas a misa los domingos por la mañana. —Harry arqueó las cejas y ______ hizo un gesto de desesperación con la cabeza. Aún no estaba preparada para contarle cómo era Victoria Austen—. Anoche me colgaste el teléfono y aún estoy esperando una disculpa y una explicación. Haz el favor de llamarme», dijo finalmente y luego colgó con energía.
—Vaya —Harry se alejó del contestador—, me habías dicho que tu madre era complicada, no que fuera una bruja.
______ suspiró.
—Pues tendrías que oírla cuando está enfadada de verdad…
A ambos se les habían quitado las ganas de sentarse a la mesa para comer, así que ______ llevó los platos al cuarto de estar y se acomodaron en los sofás para ver las noticias de la mañana.
Durante la hora siguiente fueron relajándose. Harry, típico poli conservador, se quedó muy sorprendido al enterarse de que ______ era demócrata. Charlaron tranquilamente sobre política y el espectro de Abruzzi fue desvaneciéndose poco a poco. Hacia las once, cuando aparecieron los títulos de crédito de MacLaughlin Group, el programa de debates sobre política que habían estado viendo, Harry empezó a acariciarle a ______ el lóbulo de la oreja.
—¿Tienes hambre, encanto? —le preguntó al tiempo que le tomaba la mano para colocársela en la bragueta de sus pantalones.
Ella volvió la cabeza para mirarlo.
—Yo creía que ibas a llevarme a comer por ahí.
—Claro que sí, pero luego. Ahora estaba pensando en satisfacer otro tipo de apetito — respondió al tiempo que le apretaba la mano contra la po.lla, ya endurecida.
A ______ le entró la risa
Unicornio Horan
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
Capítulo 6 {Quinta parte}.
—No tienes remedio —y permitió que la empujara suavemente contra los almohadones del sofá.
Harry se puso de pie y se quitó los pantalones antes de arrodillarse en el suelo a su lado. Se inclinó hacia ella, le abrió el albornoz, le besó el ombligo y acabó lamiéndole el pecho.
—Mmmm… —gimió ______—, más…
Él levantó la cabeza para poder verle la cara.
—Cuéntame tus fantasías.
—¿Qué? —a ______ no le apetecía pensar, sino sentir.
Harry dedicó unos segundos a mordisquearle un pezón, que luego liberó.
—Quiero saber cuáles son tus fantasías.
—Esta es una de ellas… —______ se retorció en un intento de volver a introducirle el seno en la boca—. Vamos, Harry, eres tú el que ha empezado.
—Y pienso terminar, en cuanto me cuentes tus fantasías —respondió él al tiempo que le toqueteaba el pezón con los dedos.
—¿Qué fantasías?
—Esas en las que piensas al masturbarte cuando estás sola en la cama por la noche. —Harry situó la otra mano entre sus piernas y empezó a masajearle los labios de su sexo—. Vamos, nena, dime con qué sueñas.
—Me imagino… cosas que no he hecho nunca.
—Como por ejemplo… —su voz era ahora más grave y áspera.
—Como el sentirme dominada, a merced de otro. Nunca me han atado y me gustaría saber qué se siente…
—¿Y qué más? —Harry le separó los labios y le introdujo un dedo en la hendidura.
______ arqueó la espalda y trató de apretarse contra aquella mano que la penetraba.
—Te estás mojando, cielo. ¿Te gusta hablar de esto? —entonces le metió un dedo más.
—Me gusta lo que estás haciendo ahora —gimió ella—. ¡Dios! ¡Más, más!
—Respóndeme a una cosa —ya había tres dedos dentro y Harry empezó a frotarle el clítoris con el pulgar.
______ empezó a mecerse para contrarrestar el ritmo de los dedos al entrar y salir de su sexo—. ¿Qué más cosas te gustaría que te hiciera tu amante? —la respiración de Harry se había vuelto sonora.
______ subió los brazos por encima de la cabeza y levantó las caderas para acercárselas a
Harry, que dejó de mover las manos. Ella protestó en un grito ahogado.
—Respóndeme —insistió él.
Desesperada por que siguiera tocándola, dijo:
—Alguna vez me he preguntado cómo sería someterme a los deseos de un hombre, dejar que él tomara el control de mi cuerpo.
—Mmmm… —murmuró él, animándola a seguir hablando.
—No fantaseo con ser azotada, sólo con que me atormente excitándome, ya sabes… Ahora tócame, por favor.
Harry la compensó volviendo a mover las manos.
Durante algunos minutos, los únicos sonidos que se escucharon fueron los suspiros y los gemidos de ______. A esas alturas, los fluidos de su sexo habían empapado los dedos de Harry.
—Avísame cuando vayas a correrte —ordenó.
—¡Ya! —rogó— ¡Por favor!
Hubo una pausa mientras él abría un preservativo. Se lo puso, se subió al sofá y se colocó encima de ______. Luego acercó la po.lla a los pliegues para invitar a la hendidura a que se abriera.
Ella se retorció enseguida para ayudarlo. En cuanto Harry introdujo el pene en la humedad de su hendidura, ambos rugieron de placer. Ella recorrió con sus manos su musculosa espalda hasta que alcanzó las nalgas que recogió y estrujó.
La reacción de Harry fue inmediata: se retiró un poco y enseguida volvió a embestirla con toda su fuerza para marcar el ritmo. El sonido acompasado del chapoteo de flujos se oía sin dificultad. A ______ le resbalaba el sudor por las caderas y los muslos. Se olía el aroma de su pasión. Aceleró el movimiento de sus caderas contra las de Harry, con la esperanza de liberarse por fin.
Él, concentrado en el ritmo de sus movimientos, resollaba sobre ella.
—¡Dios, ______! ¡Cómo me gusta follarte!
Con cada empellón, ella notaba el golpeteo de sus testículos contra su cuerpo. En un minuto, estaba ya a punto de llegar al precipicio, y al cabo de otro, ya estaba saltando al vacío. Sintió apenas que el cuerpo de Harry se tensaba al llenarla. Los músculos del sexo se contrajeron para apresar su miembro y exprimir todo el semen que derramaba.
A continuación, ambos se desplomaron como una masa debilitada que resoplaba sin fuelle al recuperarse. Y así descansaron durante unos minutos. ______ le acarició la frente peinándole hacia atrás los rizos humedecidos. Harry abrió los ojos y sonrió.
—Te doy un dólar si me dices lo que te pasa ahora por la mente.
—Sólo pensaba en lo rápido que cambian las cosas. Hace sólo dos días, tú y yo ni siquiera nos conocíamos. Y, ahora, míranos.
—Bueno, yo sí que te conocía. Llevo un par de semanas siguiéndote, observándote y pensando en ti.
—¿De verdad?
______ apoyó la cabeza en un codo, sorprendida. Nunca habría pensado que él pudiera haber estado tanto tiempo vigilándola.
—Claro. Me he acostado cada noche pensando en ti. Quería saber quién eras y lo que pensabas.
______ le acarició la mejilla.
—Estaba deseando que apareciera alguien como tú. —Harry se volvió para besarle la palma de la mano.
—Bueno, y ahora que ya me tienes, ¿qué quieres hacer conmigo?
—De todo.
Harry sonrió con la mirada encandilada.
—De todo es algo muy amplio. Yo pensé que empezaríamos por tus fantasías y que seguiríamos a partir de ahí.
______ le recorrió la comisura de los labios con el dedo índice.
—¿Y tus fantasías? No haces más que preguntarme por las mías y tú aún no me has contado las tuyas.
Él sonrió con pereza.
—Ya viste algo de mis fantasías ayer por la noche en el balcón.
______ ladeó la cabeza y se quedó mirándolo burlona.
—¿Que te hiciera una mamada?
Harry negó con un gesto.
—No, que me la hicieras en público.
En cuanto ______ procesó lo que acababa de escuchar, se incorporó para sentarse.
—A ver si lo pillo. ¿Tienes fantasías sobre follar en lugares públicos?
—Soy un enfermo, ¿verdad? —reconoció.
—¡ Ni tanto! —respondió ella entre risas—. ¿Y eso?
Él se encogió de hombros.
—Siempre me han gustado las descargas de adrenalina. Por eso me alisté y por eso cuando acabé la carrera militar, me hice policía. La mayoría de los policías de la Brigada de Crimen Organizado son como yo.
—No tienes remedio —y permitió que la empujara suavemente contra los almohadones del sofá.
Harry se puso de pie y se quitó los pantalones antes de arrodillarse en el suelo a su lado. Se inclinó hacia ella, le abrió el albornoz, le besó el ombligo y acabó lamiéndole el pecho.
—Mmmm… —gimió ______—, más…
Él levantó la cabeza para poder verle la cara.
—Cuéntame tus fantasías.
—¿Qué? —a ______ no le apetecía pensar, sino sentir.
Harry dedicó unos segundos a mordisquearle un pezón, que luego liberó.
—Quiero saber cuáles son tus fantasías.
—Esta es una de ellas… —______ se retorció en un intento de volver a introducirle el seno en la boca—. Vamos, Harry, eres tú el que ha empezado.
—Y pienso terminar, en cuanto me cuentes tus fantasías —respondió él al tiempo que le toqueteaba el pezón con los dedos.
—¿Qué fantasías?
—Esas en las que piensas al masturbarte cuando estás sola en la cama por la noche. —Harry situó la otra mano entre sus piernas y empezó a masajearle los labios de su sexo—. Vamos, nena, dime con qué sueñas.
—Me imagino… cosas que no he hecho nunca.
—Como por ejemplo… —su voz era ahora más grave y áspera.
—Como el sentirme dominada, a merced de otro. Nunca me han atado y me gustaría saber qué se siente…
—¿Y qué más? —Harry le separó los labios y le introdujo un dedo en la hendidura.
______ arqueó la espalda y trató de apretarse contra aquella mano que la penetraba.
—Te estás mojando, cielo. ¿Te gusta hablar de esto? —entonces le metió un dedo más.
—Me gusta lo que estás haciendo ahora —gimió ella—. ¡Dios! ¡Más, más!
—Respóndeme a una cosa —ya había tres dedos dentro y Harry empezó a frotarle el clítoris con el pulgar.
______ empezó a mecerse para contrarrestar el ritmo de los dedos al entrar y salir de su sexo—. ¿Qué más cosas te gustaría que te hiciera tu amante? —la respiración de Harry se había vuelto sonora.
______ subió los brazos por encima de la cabeza y levantó las caderas para acercárselas a
Harry, que dejó de mover las manos. Ella protestó en un grito ahogado.
—Respóndeme —insistió él.
Desesperada por que siguiera tocándola, dijo:
—Alguna vez me he preguntado cómo sería someterme a los deseos de un hombre, dejar que él tomara el control de mi cuerpo.
—Mmmm… —murmuró él, animándola a seguir hablando.
—No fantaseo con ser azotada, sólo con que me atormente excitándome, ya sabes… Ahora tócame, por favor.
Harry la compensó volviendo a mover las manos.
Durante algunos minutos, los únicos sonidos que se escucharon fueron los suspiros y los gemidos de ______. A esas alturas, los fluidos de su sexo habían empapado los dedos de Harry.
—Avísame cuando vayas a correrte —ordenó.
—¡Ya! —rogó— ¡Por favor!
Hubo una pausa mientras él abría un preservativo. Se lo puso, se subió al sofá y se colocó encima de ______. Luego acercó la po.lla a los pliegues para invitar a la hendidura a que se abriera.
Ella se retorció enseguida para ayudarlo. En cuanto Harry introdujo el pene en la humedad de su hendidura, ambos rugieron de placer. Ella recorrió con sus manos su musculosa espalda hasta que alcanzó las nalgas que recogió y estrujó.
La reacción de Harry fue inmediata: se retiró un poco y enseguida volvió a embestirla con toda su fuerza para marcar el ritmo. El sonido acompasado del chapoteo de flujos se oía sin dificultad. A ______ le resbalaba el sudor por las caderas y los muslos. Se olía el aroma de su pasión. Aceleró el movimiento de sus caderas contra las de Harry, con la esperanza de liberarse por fin.
Él, concentrado en el ritmo de sus movimientos, resollaba sobre ella.
—¡Dios, ______! ¡Cómo me gusta follarte!
Con cada empellón, ella notaba el golpeteo de sus testículos contra su cuerpo. En un minuto, estaba ya a punto de llegar al precipicio, y al cabo de otro, ya estaba saltando al vacío. Sintió apenas que el cuerpo de Harry se tensaba al llenarla. Los músculos del sexo se contrajeron para apresar su miembro y exprimir todo el semen que derramaba.
A continuación, ambos se desplomaron como una masa debilitada que resoplaba sin fuelle al recuperarse. Y así descansaron durante unos minutos. ______ le acarició la frente peinándole hacia atrás los rizos humedecidos. Harry abrió los ojos y sonrió.
—Te doy un dólar si me dices lo que te pasa ahora por la mente.
—Sólo pensaba en lo rápido que cambian las cosas. Hace sólo dos días, tú y yo ni siquiera nos conocíamos. Y, ahora, míranos.
—Bueno, yo sí que te conocía. Llevo un par de semanas siguiéndote, observándote y pensando en ti.
—¿De verdad?
______ apoyó la cabeza en un codo, sorprendida. Nunca habría pensado que él pudiera haber estado tanto tiempo vigilándola.
—Claro. Me he acostado cada noche pensando en ti. Quería saber quién eras y lo que pensabas.
______ le acarició la mejilla.
—Estaba deseando que apareciera alguien como tú. —Harry se volvió para besarle la palma de la mano.
—Bueno, y ahora que ya me tienes, ¿qué quieres hacer conmigo?
—De todo.
Harry sonrió con la mirada encandilada.
—De todo es algo muy amplio. Yo pensé que empezaríamos por tus fantasías y que seguiríamos a partir de ahí.
______ le recorrió la comisura de los labios con el dedo índice.
—¿Y tus fantasías? No haces más que preguntarme por las mías y tú aún no me has contado las tuyas.
Él sonrió con pereza.
—Ya viste algo de mis fantasías ayer por la noche en el balcón.
______ ladeó la cabeza y se quedó mirándolo burlona.
—¿Que te hiciera una mamada?
Harry negó con un gesto.
—No, que me la hicieras en público.
En cuanto ______ procesó lo que acababa de escuchar, se incorporó para sentarse.
—A ver si lo pillo. ¿Tienes fantasías sobre follar en lugares públicos?
—Soy un enfermo, ¿verdad? —reconoció.
—¡ Ni tanto! —respondió ella entre risas—. ¿Y eso?
Él se encogió de hombros.
—Siempre me han gustado las descargas de adrenalina. Por eso me alisté y por eso cuando acabé la carrera militar, me hice policía. La mayoría de los policías de la Brigada de Crimen Organizado son como yo.
Unicornio Horan
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
Capitulo 7
—Bien, pero ésas son formas legales de disfrutar de un subidón, mientras que si follas en público puedes acabar detenido.
Harry negó de nuevo con un gesto.
—Ni de broma. Ningún poli detendría a otro por tocar a su chica —alargó el brazo para acariciarle el pecho derecho.
Al escucharlo llamarla «su chica», ______ se quedó como si le hubiera dado un abrazo tremendo. Se fijó en cómo Harry la acariciaba.
—Vaya cara dura, de todos modos, juzgarme a mí por espiar a la gente cuando tú eres un auténtico pervertido.
—Tienes toda la razón. Puede que fuera eso lo que primero me atrajo de ti.
—Bueno, entonces, ¿ya has follado en público alguna vez?
—Lo de tu balcón ha sido lo más parecido a triunfar en público que he hecho en mi vida.
—¿Triunfar? —se burló ella.
Ambos soltaron una carcajada.
—En serio, esto me interesa, ¿dónde te gustaría echar un polvo?
—No lo sé. En algún sitio en el que pudieran pillarme, como en la mesa de un despacho, en mi coche, en un avión…
—¿Y en un aeropuerto?
—Sí, también.
______ le pasó la mano por el hombro desnudo y le estrujó el bíceps.
—Bueno, puede que podamos hacer realidad alguna de tus fantasías.
En lugar de responder, Harry miró la hora.
—Es casi mediodía, ¿por qué no vas a ducharte y luego te llevo a comer por ahí?
—Esta bien —______ se puso de pie y se quedó mirándolo; allí tumbado en el sofá, estaba guapísimo, tanto que la dejaba sin aliento.
—Venga —la apremió—. Ve tú a tu cuarto de baño si quieres, ya uso yo el otro.
______ se dirigió a la habitación. Salir a comer con él era un paso más. Harry era tan atractivo que ella estaba encantada de que sus vecinos y sus amistades los vieran juntos. Tenía su ropa colgada en el baño y le encantaba verla allí. Era una imagen íntima a la vez que tranquilizadora.
Dejó la puerta abierta porque no le gustaba salir de la ducha a una nube de vapor. Abrió el grifo y se quitó el albornoz, retiró la cortina, se metió en la bañera y se hizo con el gel.
Tenía los pezones y el sexo doloridos. La verdad es que en menos de cuarenta y ocho horas los había utilizado bastante. Se enjabonó el cuerpo mientras se imaginaba a sí misma llevando a Harry a conocer a su familia.
Seguro que a sus hermanos, Matt y Tony, les caía bien enseguida, y Daiana se pondría muy contenta al saber que volvía a tener pareja. El problema sería, como siempre, su madre.
Victoria Austen era una mujer imponente. Nada le parecía suficiente, ni siquiera sus propios hijos. ______ se había pasado toda la infancia escuchando que era demasiado gorda, demasiado vaga y demasiado tonta. Era su padre quien había hecho siempre de parapeto entre su esposa y los niños, por eso desde que Richard Austen había fallecido, las cosas habían empeorado.
La madre de ______ se había enfadado al descubrir que su marido les había legado en su testamento algo de dinero a cada uno de sus cuatro hijos. Richard sabía bien que Victoria habría usado sus ahorros como un arma de control y aquel gesto había sido un ataque preventivo. La generosa donación había servido para que Matt estudiara medicina, para que Tony se mudara a Los Ángeles para conseguir trabajar como actor, para que ______ abandonara su apartamento y adquiriera un piso con vigilante, y para que Daiana invirtiera en un nuevo negocio de encuadernación y reparación de libros. ______ sonrió bajo la cascada de agua. Su padre habría estado encantado con todo aquello. «Te echo de menos, papá. Harry te gustaría.»
Mientras se enjabonaba las piernas, ______ trató de imaginarse la reacción de Victoria al conocerlo. Sabía cómo era su madre: la presentación iría seguida de un interrogatorio, y aunque las primeras preguntas no pasarían de ser agradables e inocuas, no tardarían en volverse duras condescendientes. Harry no tenía pinta de ser el típico hombre que se siente intimidado y aquello sacaría lo peor de su madre. ______ decidió mantenerlos lo más alejados que fuera posible.
Tras aclararse el cabello, se agachó para cerrar los grifos. «No hay familias perfectas.»
Cuando estuvo lista para salir de la bañera, retiró la cortina y casi le dio un ataque al corazón:
Harry estaba de pie justo delante de ella. Antes de que se hubiera podido recuperar para preguntarle qué hacía allí, él ya le había tomado la muñeca y se la había pasado por encima de la cabeza. ______ protestó, pero él la ignoró, le puso una esposa en la muñeca y enganchó la otra en la barra de la cortina. Mientras ______ miraba aún sorprendida su mano apresada y tiraba sin éxito para liberarse, Harry le tomó la otra muñeca. Con enorme rapidez se la esposó también a la barra.
Luego retrocedió dos pasos para distanciarse de la bañera y le sonrió.
Absolutamente desconcertada, ______ observó su propio reflejo en el espejo. Se vio enganchada a la varilla, totalmente empapada y atrapada por las muñecas. Tenía los pies descalzos aún en la bañera, adonde iban a parar todas las gotas que le resbalaban por el cuerpo.
—¿Qué estás haciendo? —protestó.
—Estoy ayudándote a hacer realidad una de tus fantasías.
______ se dio cuenta en ese momento de que Harry estaba desnudo. La erección de su miembro apuntaba, agresivo, hacia su cuerpo desprotegido. Harry alargó el brazo para retirarle de la cara los mechones de cabello mojado.
En cuanto ______ digirió el contenido de aquellas palabras, una oleada de excitación la recorrió de arriba abajo. Se encontraba desnuda e indefensa en su propio cuarto de baño.
—Yo me refería a que me ataran a la cama —corrigió.
—Lo siento. No has especificado y he tenido que improvisar. —Con un tono petulante añadió—: Nena, tengo que confesar que estás impresionante así colgada.
______ se miró al espejo. Harry tenía razón. Con los brazos estirados sobre la cabeza, los pechos se expandían y quedaban tirantes. El contraste entre el cabello negro y la palidez de la piel resultaba increíblemente erótico. Parecía una diosa pagana ofrecida en sacrificio para calmar las iras de algún dios irritado. Al mirarse, los pezones se le endurecieron y quedaron como lanzas.
Inmediatamente notó un fogonazo de calor en la entrepierna.
—¿Y ahora qué?
—Ahora vamos a jugar
—Bien, pero ésas son formas legales de disfrutar de un subidón, mientras que si follas en público puedes acabar detenido.
Harry negó de nuevo con un gesto.
—Ni de broma. Ningún poli detendría a otro por tocar a su chica —alargó el brazo para acariciarle el pecho derecho.
Al escucharlo llamarla «su chica», ______ se quedó como si le hubiera dado un abrazo tremendo. Se fijó en cómo Harry la acariciaba.
—Vaya cara dura, de todos modos, juzgarme a mí por espiar a la gente cuando tú eres un auténtico pervertido.
—Tienes toda la razón. Puede que fuera eso lo que primero me atrajo de ti.
—Bueno, entonces, ¿ya has follado en público alguna vez?
—Lo de tu balcón ha sido lo más parecido a triunfar en público que he hecho en mi vida.
—¿Triunfar? —se burló ella.
Ambos soltaron una carcajada.
—En serio, esto me interesa, ¿dónde te gustaría echar un polvo?
—No lo sé. En algún sitio en el que pudieran pillarme, como en la mesa de un despacho, en mi coche, en un avión…
—¿Y en un aeropuerto?
—Sí, también.
______ le pasó la mano por el hombro desnudo y le estrujó el bíceps.
—Bueno, puede que podamos hacer realidad alguna de tus fantasías.
En lugar de responder, Harry miró la hora.
—Es casi mediodía, ¿por qué no vas a ducharte y luego te llevo a comer por ahí?
—Esta bien —______ se puso de pie y se quedó mirándolo; allí tumbado en el sofá, estaba guapísimo, tanto que la dejaba sin aliento.
—Venga —la apremió—. Ve tú a tu cuarto de baño si quieres, ya uso yo el otro.
______ se dirigió a la habitación. Salir a comer con él era un paso más. Harry era tan atractivo que ella estaba encantada de que sus vecinos y sus amistades los vieran juntos. Tenía su ropa colgada en el baño y le encantaba verla allí. Era una imagen íntima a la vez que tranquilizadora.
Dejó la puerta abierta porque no le gustaba salir de la ducha a una nube de vapor. Abrió el grifo y se quitó el albornoz, retiró la cortina, se metió en la bañera y se hizo con el gel.
Tenía los pezones y el sexo doloridos. La verdad es que en menos de cuarenta y ocho horas los había utilizado bastante. Se enjabonó el cuerpo mientras se imaginaba a sí misma llevando a Harry a conocer a su familia.
Seguro que a sus hermanos, Matt y Tony, les caía bien enseguida, y Daiana se pondría muy contenta al saber que volvía a tener pareja. El problema sería, como siempre, su madre.
Victoria Austen era una mujer imponente. Nada le parecía suficiente, ni siquiera sus propios hijos. ______ se había pasado toda la infancia escuchando que era demasiado gorda, demasiado vaga y demasiado tonta. Era su padre quien había hecho siempre de parapeto entre su esposa y los niños, por eso desde que Richard Austen había fallecido, las cosas habían empeorado.
La madre de ______ se había enfadado al descubrir que su marido les había legado en su testamento algo de dinero a cada uno de sus cuatro hijos. Richard sabía bien que Victoria habría usado sus ahorros como un arma de control y aquel gesto había sido un ataque preventivo. La generosa donación había servido para que Matt estudiara medicina, para que Tony se mudara a Los Ángeles para conseguir trabajar como actor, para que ______ abandonara su apartamento y adquiriera un piso con vigilante, y para que Daiana invirtiera en un nuevo negocio de encuadernación y reparación de libros. ______ sonrió bajo la cascada de agua. Su padre habría estado encantado con todo aquello. «Te echo de menos, papá. Harry te gustaría.»
Mientras se enjabonaba las piernas, ______ trató de imaginarse la reacción de Victoria al conocerlo. Sabía cómo era su madre: la presentación iría seguida de un interrogatorio, y aunque las primeras preguntas no pasarían de ser agradables e inocuas, no tardarían en volverse duras condescendientes. Harry no tenía pinta de ser el típico hombre que se siente intimidado y aquello sacaría lo peor de su madre. ______ decidió mantenerlos lo más alejados que fuera posible.
Tras aclararse el cabello, se agachó para cerrar los grifos. «No hay familias perfectas.»
Cuando estuvo lista para salir de la bañera, retiró la cortina y casi le dio un ataque al corazón:
Harry estaba de pie justo delante de ella. Antes de que se hubiera podido recuperar para preguntarle qué hacía allí, él ya le había tomado la muñeca y se la había pasado por encima de la cabeza. ______ protestó, pero él la ignoró, le puso una esposa en la muñeca y enganchó la otra en la barra de la cortina. Mientras ______ miraba aún sorprendida su mano apresada y tiraba sin éxito para liberarse, Harry le tomó la otra muñeca. Con enorme rapidez se la esposó también a la barra.
Luego retrocedió dos pasos para distanciarse de la bañera y le sonrió.
Absolutamente desconcertada, ______ observó su propio reflejo en el espejo. Se vio enganchada a la varilla, totalmente empapada y atrapada por las muñecas. Tenía los pies descalzos aún en la bañera, adonde iban a parar todas las gotas que le resbalaban por el cuerpo.
—¿Qué estás haciendo? —protestó.
—Estoy ayudándote a hacer realidad una de tus fantasías.
______ se dio cuenta en ese momento de que Harry estaba desnudo. La erección de su miembro apuntaba, agresivo, hacia su cuerpo desprotegido. Harry alargó el brazo para retirarle de la cara los mechones de cabello mojado.
En cuanto ______ digirió el contenido de aquellas palabras, una oleada de excitación la recorrió de arriba abajo. Se encontraba desnuda e indefensa en su propio cuarto de baño.
—Yo me refería a que me ataran a la cama —corrigió.
—Lo siento. No has especificado y he tenido que improvisar. —Con un tono petulante añadió—: Nena, tengo que confesar que estás impresionante así colgada.
______ se miró al espejo. Harry tenía razón. Con los brazos estirados sobre la cabeza, los pechos se expandían y quedaban tirantes. El contraste entre el cabello negro y la palidez de la piel resultaba increíblemente erótico. Parecía una diosa pagana ofrecida en sacrificio para calmar las iras de algún dios irritado. Al mirarse, los pezones se le endurecieron y quedaron como lanzas.
Inmediatamente notó un fogonazo de calor en la entrepierna.
—¿Y ahora qué?
—Ahora vamos a jugar
Unicornio Horan
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
Capitulo 7 {Segunda parte}.
Final del maratón.
Harry se quedó mirándola, cautivado al verla allí colgada, indefensa. Tuvo que contenerse para no agarrarle las piernas, enganchárselas alrededor de la cintura y penetrarla directamente.
Resultaba de lo más excitante; era como si ______ se exhibiera en un mercado de esclavos y él pudiera hacer con ella todo lo que le apeteciera.
Cuando ella había mencionado lo del juego de dominación, a él no le había parecido excitante. Como poli, había conocido a tantas mujeres violadas que lo de obligar a una mujer a fo.llar con él no le resultaba agradable, ni siquiera aunque fuera algo fingido en un juego erótico.
Había presenciado muchas escenas en las que las prostitutas, o sus chulos, aparecían encadenados a una cama o a una mesa en habitaciones de motel, de modo que lo de atar a una mujer a un somier no le llamaba demasiado la atención. Esto, en cambio…
—Ahora mismo vuelvo —dijo.
—¡Harry, espera! ¡No me dejes así!
—No, tranquila, vuelvo en un segundo. —Harry quería que se quedara un rato pensando en la idea de estar encadenada y absolutamente a su merced.
Fue al cuarto de estar y recogió los juguetes que había seleccionado de la caja, de donde también provenían las viejas esposas niqueladas que la Unidad Policial de Dallas había desechado para pasar a emplear, en su lugar, tiras de plástico, más modernas, en la detención de sospechosos. Al preparar la caja, había metido sus dos pares de viejas esposas. Cogió también las pinzas de los pezones, una venda y una larguísima pluma de color morado. También había un instrumento con forma de mariposa azul, pero aquello prefería reservarlo para más adelante.
Se dirigió a la cocina y llenó un cuenco con hielos.
—¡Harry! —gritó ______.
«Estupendo, se está impacientando.»
—Ya voy —respondió.
Cuando regresó, notó que ______ estaba nerviosa. Había salido de la bañera y estaba de pie sobre la alfombrilla del baño.
—¿Dónde estabas? —se quejó.
—Buscando los accesorios que vamos a emplear —contestó él mientras colocaba todo en la encimera del lavabo.
Deseosa de enterarse de lo que preparaba, ______ deslizó las esposas a lo largo de la barra de la ducha para poder verlo mejor. Él se hizo con uno de los cubitos de hielo y se dio la vuelta hacia ella.
—¿Qué vas a hacer?
—Lo que me dé la gana.
______ abrió los ojos y se alejó de él hasta toparse con la bañera.
—Harry, ¡no!
—______, ¡sí! Voy a repetir tus palabras: «Alguna vez me he preguntado cómo sería someterme a los deseos de un hombre, dejar que él tomara el control de mi cuerpo.» Bien, encanto, pues aquí estoy. A veces se obtiene lo que se desea.
______ se mordió el labio superior, en un claro signo de preocupación. Harry le pasó un brazo por la cintura para atraerla hacia él y presionarle el pecho izquierdo con el cubito de hielo.
______ suspiró antes de que un escalofrío la atravesara de la cabeza a los pies. Él no quiso creer que aquella reacción proviniera exclusivamente de la temperatura del cubito, el cual continuó girando en círculos cada vez más cerrados a medida que se aproximaba al centro. El pezón aumentó de tamaño y se oscureció hasta adquirir un suave tono violeta. Harry escuchaba la fuerte respiración de ______, consciente de la tensión en que estaba sumida. Luego tiró el cubito y, con los dedos índice y pulgar, empezó a retorcerle el pezón.
—Mmmm —suspiró ella.
Harry bajó la cabeza y se introdujo el otro pezón en la boca. Lo mordisqueó, primero con suavidad y luego con algo más de energía. La respiración de ______ cada vez era más entrecortada mientras él combinaba aquel jugueteo con el balanceo de sus piernas, de modo que apretaba su erección contra el vientre y las caderas de su prisionera.
—Harry, por favor… —rogó ______ con los ojos cerrados.
Él liberó el pezón y la miró.
—Por favor, ¿qué?
—Más —pidió ella.
Harry atravesó la habitación para coger la venda.
Aunque a ______ empezaron a dolerle los brazos de tenerlos por encima de la cabeza tanto tiempo, la molestia quedaba compensada por el placer que Harry le proporcionaba con las manos y la boca. A pesar del frío del cubito, el pecho le ardía tanto como la entrepierna, ya incandescente.
______ le había rogado que continuara cuando él se había retirado y se había alejado de ella.
En cuanto abrió los ojos, él le colocó la venda sobre los ojos.
—¿Qué estás haciendo?
—Relájate, cielo. Ya verás qué bien.
La venda no era más que un par de parches de nailon unidos por medio de unas tiras elásticas que se ajustaban alrededor de la cabeza.
—¿Qué vas a hacer?
—Confía en mí.
Sin pararse siquiera a pensarlo, ______ replicó:
—Ya confío en ti; más de lo que confío en ningún otro hombre.
Notó enseguida que se quedaba paralizado y sintió que se le encogía el corazón. «No tendría que haber dicho eso. Qué tonta soy.»
Harry le acarició la mejilla con la mano.
—Gracias.
______ apartó la cara.
—Lo siento. No tendría que haber dicho nada.
Él le tomó el rostro con ambas manos.
—Eso no es cierto. Sé exactamente cómo te sientes porque yo me siento igual. —La besó en los labios con extrema delicadeza—. Es como sí te conociera de toda la vida. Pondría la mano en el fuego por ti —dudó un segundo y añadió—: y el corazón.
A ______ se le engrandeció el alma.
—Me encantaría poder verte la cara.
Harry la besó de nuevo.
—Pues está muy bien que no puedas, porque yo creo que no me habría atrevido a decirte lo que acabo de decir si hubiera estado mirándote a los ojos —de inmediato cambió su tono de voz—. Bien, y deja de distraerme que tengo cosas que hacer por aquí.
______ esperó, nerviosa, y se recordó a sí misma que había sido ella la que había sacado a colación lo de los juegos de dominación. Escuchó un ruido extraño, como de cadenas. Sintió que algo le rozaba el pecho y se dio cuenta de que Harry estaba colocándole una de las pinzas para los pezones. Y lo hizo de modo que aunque notó el pequeño pellizco, no fue como si se cerrara de golpe. ______ se retorció por la presión que ejercía aquel aparato sobre el pezón.
—¿Tan estupendo es? —quiso saber él al tiempo que le pinzaba la otra en el otro pecho.
—Sí —suspiró ella.
—Muy bien. Quiero que abras las piernas tanto como puedas —aunque ______ trató de seguir las instrucciones, las esposas limitaban su capacidad de movimiento. Así está bien —dijo satisfecho mientras le acariciaba las caderas—. Eso es. «¿Así está bien? ¿Para qué? ¿Qué es lo que pretende hacer?»
Aunque el primer contacto con el frío del hielo en el seno derecho la sobresaltó, pronto se relajó en cuanto reconoció el cubito, que Harry arrastró hasta conseguir que también hiciera contacto con la pinza, de modo que el metal bajó enseguida de temperatura hasta resultar casi doloroso. ______ serpenteo ligeramente con la intención de escapar de aquel clip congelado.
—Harry… —gimió.
Él no respondió, pero retiró el hielo. Acto seguido ______ notó el tacto ligero de una pluma.
La suavidad de la caricia eliminó de inmediato el dolor provocado por el frío del hielo. La combinación de sensaciones físicas en la piel era impresionante: la presión de la pinza, el frío del metal y ahora la delicadeza de la pluma, que Harry paseó por sus axilas, su vientre, por detrás de las rodillas…
Final del maratón.
Harry se quedó mirándola, cautivado al verla allí colgada, indefensa. Tuvo que contenerse para no agarrarle las piernas, enganchárselas alrededor de la cintura y penetrarla directamente.
Resultaba de lo más excitante; era como si ______ se exhibiera en un mercado de esclavos y él pudiera hacer con ella todo lo que le apeteciera.
Cuando ella había mencionado lo del juego de dominación, a él no le había parecido excitante. Como poli, había conocido a tantas mujeres violadas que lo de obligar a una mujer a fo.llar con él no le resultaba agradable, ni siquiera aunque fuera algo fingido en un juego erótico.
Había presenciado muchas escenas en las que las prostitutas, o sus chulos, aparecían encadenados a una cama o a una mesa en habitaciones de motel, de modo que lo de atar a una mujer a un somier no le llamaba demasiado la atención. Esto, en cambio…
—Ahora mismo vuelvo —dijo.
—¡Harry, espera! ¡No me dejes así!
—No, tranquila, vuelvo en un segundo. —Harry quería que se quedara un rato pensando en la idea de estar encadenada y absolutamente a su merced.
Fue al cuarto de estar y recogió los juguetes que había seleccionado de la caja, de donde también provenían las viejas esposas niqueladas que la Unidad Policial de Dallas había desechado para pasar a emplear, en su lugar, tiras de plástico, más modernas, en la detención de sospechosos. Al preparar la caja, había metido sus dos pares de viejas esposas. Cogió también las pinzas de los pezones, una venda y una larguísima pluma de color morado. También había un instrumento con forma de mariposa azul, pero aquello prefería reservarlo para más adelante.
Se dirigió a la cocina y llenó un cuenco con hielos.
—¡Harry! —gritó ______.
«Estupendo, se está impacientando.»
—Ya voy —respondió.
Cuando regresó, notó que ______ estaba nerviosa. Había salido de la bañera y estaba de pie sobre la alfombrilla del baño.
—¿Dónde estabas? —se quejó.
—Buscando los accesorios que vamos a emplear —contestó él mientras colocaba todo en la encimera del lavabo.
Deseosa de enterarse de lo que preparaba, ______ deslizó las esposas a lo largo de la barra de la ducha para poder verlo mejor. Él se hizo con uno de los cubitos de hielo y se dio la vuelta hacia ella.
—¿Qué vas a hacer?
—Lo que me dé la gana.
______ abrió los ojos y se alejó de él hasta toparse con la bañera.
—Harry, ¡no!
—______, ¡sí! Voy a repetir tus palabras: «Alguna vez me he preguntado cómo sería someterme a los deseos de un hombre, dejar que él tomara el control de mi cuerpo.» Bien, encanto, pues aquí estoy. A veces se obtiene lo que se desea.
______ se mordió el labio superior, en un claro signo de preocupación. Harry le pasó un brazo por la cintura para atraerla hacia él y presionarle el pecho izquierdo con el cubito de hielo.
______ suspiró antes de que un escalofrío la atravesara de la cabeza a los pies. Él no quiso creer que aquella reacción proviniera exclusivamente de la temperatura del cubito, el cual continuó girando en círculos cada vez más cerrados a medida que se aproximaba al centro. El pezón aumentó de tamaño y se oscureció hasta adquirir un suave tono violeta. Harry escuchaba la fuerte respiración de ______, consciente de la tensión en que estaba sumida. Luego tiró el cubito y, con los dedos índice y pulgar, empezó a retorcerle el pezón.
—Mmmm —suspiró ella.
Harry bajó la cabeza y se introdujo el otro pezón en la boca. Lo mordisqueó, primero con suavidad y luego con algo más de energía. La respiración de ______ cada vez era más entrecortada mientras él combinaba aquel jugueteo con el balanceo de sus piernas, de modo que apretaba su erección contra el vientre y las caderas de su prisionera.
—Harry, por favor… —rogó ______ con los ojos cerrados.
Él liberó el pezón y la miró.
—Por favor, ¿qué?
—Más —pidió ella.
Harry atravesó la habitación para coger la venda.
Aunque a ______ empezaron a dolerle los brazos de tenerlos por encima de la cabeza tanto tiempo, la molestia quedaba compensada por el placer que Harry le proporcionaba con las manos y la boca. A pesar del frío del cubito, el pecho le ardía tanto como la entrepierna, ya incandescente.
______ le había rogado que continuara cuando él se había retirado y se había alejado de ella.
En cuanto abrió los ojos, él le colocó la venda sobre los ojos.
—¿Qué estás haciendo?
—Relájate, cielo. Ya verás qué bien.
La venda no era más que un par de parches de nailon unidos por medio de unas tiras elásticas que se ajustaban alrededor de la cabeza.
—¿Qué vas a hacer?
—Confía en mí.
Sin pararse siquiera a pensarlo, ______ replicó:
—Ya confío en ti; más de lo que confío en ningún otro hombre.
Notó enseguida que se quedaba paralizado y sintió que se le encogía el corazón. «No tendría que haber dicho eso. Qué tonta soy.»
Harry le acarició la mejilla con la mano.
—Gracias.
______ apartó la cara.
—Lo siento. No tendría que haber dicho nada.
Él le tomó el rostro con ambas manos.
—Eso no es cierto. Sé exactamente cómo te sientes porque yo me siento igual. —La besó en los labios con extrema delicadeza—. Es como sí te conociera de toda la vida. Pondría la mano en el fuego por ti —dudó un segundo y añadió—: y el corazón.
A ______ se le engrandeció el alma.
—Me encantaría poder verte la cara.
Harry la besó de nuevo.
—Pues está muy bien que no puedas, porque yo creo que no me habría atrevido a decirte lo que acabo de decir si hubiera estado mirándote a los ojos —de inmediato cambió su tono de voz—. Bien, y deja de distraerme que tengo cosas que hacer por aquí.
______ esperó, nerviosa, y se recordó a sí misma que había sido ella la que había sacado a colación lo de los juegos de dominación. Escuchó un ruido extraño, como de cadenas. Sintió que algo le rozaba el pecho y se dio cuenta de que Harry estaba colocándole una de las pinzas para los pezones. Y lo hizo de modo que aunque notó el pequeño pellizco, no fue como si se cerrara de golpe. ______ se retorció por la presión que ejercía aquel aparato sobre el pezón.
—¿Tan estupendo es? —quiso saber él al tiempo que le pinzaba la otra en el otro pecho.
—Sí —suspiró ella.
—Muy bien. Quiero que abras las piernas tanto como puedas —aunque ______ trató de seguir las instrucciones, las esposas limitaban su capacidad de movimiento. Así está bien —dijo satisfecho mientras le acariciaba las caderas—. Eso es. «¿Así está bien? ¿Para qué? ¿Qué es lo que pretende hacer?»
Aunque el primer contacto con el frío del hielo en el seno derecho la sobresaltó, pronto se relajó en cuanto reconoció el cubito, que Harry arrastró hasta conseguir que también hiciera contacto con la pinza, de modo que el metal bajó enseguida de temperatura hasta resultar casi doloroso. ______ serpenteo ligeramente con la intención de escapar de aquel clip congelado.
—Harry… —gimió.
Él no respondió, pero retiró el hielo. Acto seguido ______ notó el tacto ligero de una pluma.
La suavidad de la caricia eliminó de inmediato el dolor provocado por el frío del hielo. La combinación de sensaciones físicas en la piel era impresionante: la presión de la pinza, el frío del metal y ahora la delicadeza de la pluma, que Harry paseó por sus axilas, su vientre, por detrás de las rodillas…
Unicornio Horan
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
graciiiiiiiiiaaaaaaaaaas x el maratoooon!!! =) =)
harryyyy vas a cumpliiiiiiiiiir la fantasiaaaaaaaaaa de la rayisssss!!
kjhasgsd
siguelaaaaaaaaaaaaaaa prontooooooooooooooooooooooooooooo
___________________________________
PASENSE POR MI NOVELA
MI HERMANASTRO *ZAYN MALIK Y TU*
https://onlywn.activoforo.com/t20470-mi-hermanastro-zayn-y-tu#1240851
harryyyy vas a cumpliiiiiiiiiir la fantasiaaaaaaaaaa de la rayisssss!!
kjhasgsd
siguelaaaaaaaaaaaaaaa prontooooooooooooooooooooooooooooo
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karencita_mb
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
siento no aver pasado pero he tenido mucha tarea y examenes pero no puedo creer todo lo que paso siguela
ivette gone
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
Seguilaaaaaaaaaaaaaaaaa porfaa leo todos los dias porfiiissss
Lucy Styles
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
AwwwawwwWwww*!sta es la mejor novela q e leido harry s tan tiierno y pervertido. X favor siguela please si no me ba a dar un paro
moustache liuba
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
¡NUEVA LECTORA!
Adoro totalmente esta novela! tienes que seguirla prontooooooooooooo!
Adoro totalmente esta novela! tienes que seguirla prontooooooooooooo!
Dilingdingdong
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
siguelaaaaaaaaaaaaaa
siguelaaaaaaaaaaaaaa
siguelaaaaaaaaaaaaaa
___________________________________
PASENSE POR MI NOVELA
MI HERMANASTRO *ZAYN MALIK Y TU*
https://onlywn.activoforo.com/t20470-mi-hermanastro-zayn-y-tu#1240851
siguelaaaaaaaaaaaaaa
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MI HERMANASTRO *ZAYN MALIK Y TU*
https://onlywn.activoforo.com/t20470-mi-hermanastro-zayn-y-tu#1240851
karencita_mb
Re: Una Chica Mala {Harry y Tú} HOT! {Terminada}
Cuánto tiempo tenía sin pasarme?!!? Siguelaaaaaaa! Me perdí de muchos capítulos verdad? Igual ya me puse al corriente! Sigue!
Kisses!
Kisses!
Fery.
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