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[PAUSADA]]YOU MAKE ME LOVE YOU (Fred y tú)
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Re: [PAUSADA]]YOU MAKE ME LOVE YOU (Fred y tú)
ame el cap *.* tienes que seguirla!!!!
IsiColferWeasley
Re: [PAUSADA]]YOU MAKE ME LOVE YOU (Fred y tú)
Viiinca escribió:Nueva Lectora!
Adoro tu nove!!!
Sube pronto:)
gracias amore! La seguiré ya mismo!
B's novels
Capítulo 6: La venganza
Capítulo 6: La venganza
En la sala común los alumnos estaban algo asustados, incluso yo tenía miedo, pero los gemelos Weasley se habían "ofrecido" a ir a las cocinas del castillo a buscar algo de comida, alardeando de no tenerle ningún miedo al troll, y habían vuelto con pasteles, dulces y zumo de calabaza para todos. Yo cogí algunos libros y empecé a acabar algunos deberes ya empezados, pero me distraía mucho pensando en el frasquito que había en mi bolsillo. Miré con el rabillo del ojo a los gemelos. Estaban charlando con algunas chicas de su curso, haciéndolas reír. pensé. Seguí observándolos. En aquél momento los dos íban subiendo las escaleras y se estaban yendo arriba a mostrarles algo a las chicas, así que habían dejado sus vasos de zumo encima de una mesita.
-Bien... Vamos allá -me levanté del sillón, con el frasco ya en la mano, preparado. Me acerqué a las bebidas, y, después de asegurarme de que nadie me estaba observando, abrí el frasco y vertí una mitad en cada vaso. Entonces me fuí corriendo y me senté junto a mis libros justo a tiempo de que hubiesen ya bajado. Volvieron a los lugares que ocupaban anteriormente, y los gemelos cogieron sus vasos. Seguían charlando, pero de pronto, Fred me miró, y entonces su mirada se volvió algo suspicaz. Se giró y le dijo algo a su hermano. Los dos dejaron plantadas a las chicas y se me acercaron.
-Hola, _______ (diminutivo de tu nombre. Ej: El mío, Rebecca --> Rebequita) - dijo Fred con una sonrisa, pero sus ojos se veían malignos.
-Pensamos que te gustaría un poco de zumo de calabaza -dijo George con una mirada igual a la de su gemelo.
<¡Diablos! ¿Cómo lo habrán adivinado?> pensé preocupada.
-No quiero -les dirigí una severa mirada.
-¿Por qué? ¿Acaso lleva algo dentro que no quieras beber? -dijo Fred.
-No... Es que me da asco beber del mismo vaso que tú.
-No creo que te de asco, mira.
George me cogió rápidamente las manos para que no me moviese, y Fred empezó a acercar su vaso a mi boca. Pronto me habría bebido mi propia poción. Intenté forcear, pero George era más fuerte que yo. El vaso de Fred tocó mis labios, y éste me hizo abrir la boca y empujó mi cabeza hacia atrás. Noté como el frío líquido bajaba por mi garganta, y entonces me soltaron. Me llevé immediatamente las manos al cuello, y luego noté cómo una especie de viento ardiente se movía por mi barriga, cómo mariposas hirvientes. Bajé las manos y me los quedé mirando.
-Bueno, pensaba que había metido algo en el zumo -dijo Fred algo decepcionado.
-_______, ¿qué te sucede? -me preguntó George al ver que no me movía.
No dije nada.
-Contesta -Fred me miraba cómo si fuese tonta.
-Estoy esperando una órden -dije, sin poder controlar mi voz.
-¿Qué? ¿Estás a nuestra disposición? -preguntó George con ilusión.
-¡Así que era ésa la poción! -dijo Fred entusiasmado.
-Bueno... -dijo George.
-Queremos que nos lleves más zumo de calabaza.
Me dirigí hacia la mesa sin poder controlar mis movimientos... La poción me estaba guíando. Cogí el jarrón de zumo y lo vertí en dos vasos. Me volví hacia ellos y se los di.
-Ahora queremos... Fred, ¿Qué más queremos?
-Pues... Oh, ya sé -Fred sonreía malevolmente -Vas a ir al despacho de Filch, ahora que está distraído con el troll, y vas a buscar en nuestros archivos todas las cosas que puedas traer que nos quitó ese viejo peludo.
, pensé por dentro, pero mi cuerpo hacía caso omiso a mi cerebro, así que me dirigí hacia el agujero del retrato sin decir nada. El pasillo estaba desierto, así que me fuí sin preocupaciones por las escaleras. Bajé hasta el primer piso y me dirigí por otro pasillo. , pero mi cuerpo sí parecía saberlo. Acabé delante de una puerta vieja, y la abrí. Entré en una habitación pequeña, ocupada por un escritorio lleno de hojas, y unos cajones grandes. Me dirigí hacia uno de los cajones, dónde se podía leer los nombres de los gemelos, y lo abrí. Dentro, además de un montón de hojas, habían bombas fétidas, artículos de bromas, dulces pestilentes... Cogí todo lo que pude y salí rápidamente del despacho. Caminé apresuradamente hacia la torre de Gryffindor, pero cuando estaba en uno de los pasillos, oí un terrible ruido de algo cómo cristal que se rompía, y me hubiese detenido a ver qué pasaba, pero mi cuerpo no me respondía. ¿Durante cuánto tiempo iba a seguir con el efecto de la poción? Seguí caminando hacia la torre. Llegué ante la Dama Gorda, algo adormida, y entré. Los gemelos me esperaban sonrientes, sentados en el sofá. Dejé todas las cosas encima de la mesita, y luego los miré.
-¿Algo más? -las palabras que salieron de mi boca parecían una horrible tortura. Era una verguenza cumplir órdenes de ésos gusanos pelirrojos.
-No creo, señorita _______ (ta) -de pronto, la voz de McGonagall se oyó con severidad. No pude girarme hacia ella -¿Qué le sucede? Señores Weasley, díganle que me conteste.
Los gemelos vacilaron un momento.
-Contéstale -dijo Fred al fin.
-Me hicieron beber una poción que me hace acatar todas las órdenes de quienes me lo hicieron beber.
-¡Pero la poción la hizo ell...!
-Silencio. Díganle que me acompañe a mi despacho -McGonagall les dirigía una mirada bastante dura.
-Ve con la profesora -dijo George.
Seguí a McGonagall por el agujero del retrato, dónde me topé con unos Harry, Ron y Hermione sucios y sudorosos. Me pregunté qué les habría pasado...
Llegamos al despacho de la profesora McGonagall, y me hizo sentarme. Me estuvo escuadriñando hasta que la puerta del despacho se volvió a abrir, y entró el profesor Snape con un pequeño frasquito lleno de un líquido violeta.
-¿Es esta la poción que la volverá a su estado normal, profesor?
-Sí, si me disculpan... -Snape se fué rápidamente de la habitación después de dirigirme una mirada severa. ¿Podría no volver a confiar en mí? La profesora McGonagall cogió el frasquito, lo destapó y me lo hizo tragar con cuidado, poco a poco. Noté cómo la extraña calor dentro de mi barriga disminuía lentamente, y que ya podía actuar por mí misma.
-Bien, señorita _______ (ta), ahora que está usted mejor, dígame por qué elaboró la poción.
-Esto... Profesora, yo quería vengarme de las bromas que me hicieron Fred y George desde que estoy aquí.
-¿Venganza? ¿Montó usted todo esto por venganza? Eso es muy poco honrado para una Gryffindor -McGonagall parecía algo decepcionada, y yo muy avergonzada.
-Lo siento profesora.
-Está bien, se le descontarán cinco puntos a cada uno por el lío que habéis montado, y no quiero que se vuelva a repetir. A la cama.
Me levanté del sillón y me fuí dirigiendo sola por los pasillos hasta llegar a mi habitación. Aquella noche lo único que quería hacer era dormir. Estaba demasiado humillada como para explicarle a alguien lo sucedido.
-Hola, Hermione.
Tanto Harry cómo Ron parecían llevarse muy bien por la mañana con ella, así que yo también decidí mostrarme más amable con Hermione.
-Qué pasó ayer?
-Bueno, fuimos a buscar a Hermione para avisarla sobre el troll -empezó Harry.
-Pero el troll había entrado en los lavabos de las chicas, y fuimos a rescatarla.
-Entonces derribamos al troll, y...
-Llegaron los profesores, pero Hermione les mintió para defendernos, así que... -Ron dirigió una mirada de agradecimiento a Hermione.
-Pero hubo algo raro... -Harry frunció el entrecejo mirando hacia otro lado. Estaba mirando la mesa de los profesores-. Snape también vino a ver qué sucedía, pero... Tenía una herida en el pié derecho, y cojeaba. Creéis que habrá intentado pasar por la trampilla que hay debajo del perro de tres cabezas?
-¿Por qué debería? -Hermione se acercó a nosotros para que no nos oyesen.
-¡Creo que ya sé lo que podría ser! El día en que fuí a recoger el dinero de Gringotts, pasamos también por otra cámara, dónde Hagrid recogió un pequeño paquete... Tengo una idea, vayamos hoy a preguntarle a Hagrid, después de las clases.
-Vale, ahora tenemos Defensa contra las Artes Oscuras ¿Vamos? -pregunté yo.
Aquel día no hicimos gran cosa. En la clase del balbuceante profesor Quirrel, éste parecía bastante aterrorizado con el hecho de que un troll hubiese entrado en el castillo, y decidió dedicar la clase de hoy a explicarnos estos seres. Al final del día, ya cansados, nos dirigimos los cuatro por el césped hasta la pequeña casita de madera que había justo al lado del bosque. Nos acercamos a la gran puerta de madera, y llamamos. Dentro de la casa se oían pasos apresurados, y en unos segundos nos encontramos cara a cara con Hagrid. Bueno, no exactamente cara a cara, porque su cara estaba a unos dos metros de las nuestras.
-¡Chicos, qué sorpresa! Pasad -se apartó para dejarnos pasar. La cabaña tenía sólo una habitación, dónde se amontonaba una gran cama, una mesa, una chimenea en la que brotaba un alegre fuego y algunas estanterías y armarios que debían de contener tazas de té y otras cosas. Nos sentamos a la mesa, y Hagrid nos preparó a todos un té, y nos dió un pedazo de pastel a cada uno. Cuando lo mordí, creí que se me rompían los incisivos, así que preferí dejar a un lado el pastel.
-¿Cómo os va, chicos?
-Bien, eh, Hagrid, queríamos preguntarte algo -dijo Hermione.
-¡Claro! ¿Qué pasa?
-Bueno, no era nuestra intención -dijo Harry- pero sabemos lo que hay en el tercer piso.
-¿Qué? ¿Qué sabéis de Fluffy? -dijo Hagrid severamente-. ¡No deberíais haberos acercado a él!
-No fué nuestra intención -dije yo-. Lo que pasa es que creemos que Snape... Bueno, creemos que quiere robar lo que guarda el perro... Porque está guardando algo, ¿A que sí?
-Eso no es algo que os deba preocupar a vosotros, chicos. No os acerquéis de nuevo a Fluffy o podríais no volver, lo digo muy seriamente, ¡No busquéis problemas!
-De acuerdo...
Hagrid nos dirigió una dura mirada, y al segundo cambió de tema sonriendo abiertamente.
-¡Debéis de estar muy nerviosos, chicos!
-¿Y por qué deberíamos? -preguntó Ron enarcando una ceja.
-Bueno, ¡este Sábado tenéis el partido de Gryffindor contra Slytherin! Es el primer partido de Harry y _______ -dijo Hagrid emocionado.
Harry y yo nos miramos algo preocupados.
La mañana del Sábado no fué muy tranquila, que se diga. Harry y yo estábamos muy nerviosos, y no podíamos ni comer debido a que se nos retorcían las tripas cada vez que engullíamos una cucharada de cereales. Fred y George no parecían estar tan nerviosos como nosotros. Qué pena.
-No os preocupéis, ¡Váis a hacerlo genial! -dijo Hermione.
-Bueno, al menos hemos entrenado lo suficiente, diría -dijo Harry bastante convencido.
-Pues claro que sí -le dije-. Vamos, tenemos que estar en los vestuarios en pocos minutos, será mejor que vayamos ya.
Harry y yo nos levantamos de la mesa, y, desgraciadamente, los gemelos nos siguieron.
-¿Preocupados? -dijo Fred mientras bajábamos juntos por el prado.
-¿Asustados? -siguió George.
-¡Nada de eso! ¿Podríais tomar un camino diferente al nuestro?
-Lo siento, bonita, pero no hay otro camino -dijo Fred sonriendo descaradamente.
Imbéciles.
Seguimos caminando. Empezamos a oír las distantes voces de los alumnos acercándose también al campo de Quidditch, y en cuanto llegamos nos apresuramos hacia el vestuario. Ahí nos esperaba ya el equipo casi al completo, de modo que nos sentamos en el banco que había vacío empotrado en una de las paredes, y esperamos espectantes a que Wood dijera algo.
-Bien, chicos -dijo éste al estar seguro de que le prestaban todos atención-. Hemos entrenado mucho, y aunque nuestro rival esté muy bien preparado, confío en que podréis con ellos -nos miró a todos muy decidido-. Vamos.
Se levantó, y nos pusimos en órden para seguirle. Al salir del vestuario, recorrimos un corto trecho por el cual pasábamos directamente al campo, dónde nos inundaron los colores rojo y dorado, y verde y argenteo. Los gritos y ánimos de la multitud me ponían aún más nerviosa de lo que ya estaba.
Fuimos todos al centro del campo, dónde Wood le tuvo que dar la mano al capitán de Slytherin, Marcus Flint, y luego nos montamos todos en nuestras escobas.
Entonces, la señora Hooch hizo sonar el silbato. El partido había empezado.
Me dirigí rápidamente hacia la quaffle que caía en picado, y la cogí. Se la lancé rápidamente a Angelina Jhonson, y me dirigí hacia uno de los aros de Slytherin. Ella me la pasó nuevamente, y con todas las fuerzas que tenía, lancé la quaffle, que evitó al fornido guardián de Slytherin, y entró fácilmente por el aro central. La voz de Lee Jordan retumbó por todo el campo.
- _______ _______ (ta) acaba de marcar, ¡diez puntos para Gryffindor! Quién iba a decir que esta jóven cazadora llegase a tirar tan bien una quaffle tan pesada, además, es bastante guapa...
-¡Jordan! -oí la voz de McGonagall.
-Lo siento profesora. Bien, veamos, Slytherin tiene la quaffle, Katie Bell la coge, gira y vuela hacia... ¡Pero un golpeador de Slytherin envía una bludger hacia ella y casi la derriba! Slytherin vuelve a tener la quaffle...
Pero yo ya no escuchaba lo que decía. Una bludger lanzada por otro golpeador se acercaba a mí a gran velocidad, por lo tanto me aparté velozmente del camino.
-¿¡Qué le sucede a la escoba de Harry!? -oí que decía Jordan alarmado, y muchos empezaban a gritar. Me giré para ver a Harry intentándo sujetarse al palo de su escoba, que se movía frenéticamente intentando derribarlo.
-¡Aguanta, Harry! -le grité, y me dirigí hacia él, pero Katie Bell se puso delante mío, haciendo que frenara.
-No puedes ir, tienes que seguir el partido. Ya se las apañará, venga.
Giré en redondo a regañadientes, y me dirigí hacia un cazador que tenía la quaffle. Pasé por delante suyo y le hice soltar la quaffle, haciendo que ésta cayera. Angelina Jhonson pasó por debajo cogiéndola, y se dirigió hacia los aros para marcar. Dejé de prestarle atención y miré hacia Harry de nuevo. Estaba sujetándose de su escoba solamente con las manos, a punto de caer, mientras ésta se movía sin parar. Luego, de repente, paró, y Harry pudo subirse a ella nuevamente.
-¡Bien, Harry! -grité junto a la multitud. Me giré a punto para ver otra bludger avanzar hacia mí. La esquivé fácilmente, y escuché atentamente lo que decía Jordan. Íbamos perdiendo por veinte a sesenta. Entonces miré a Harry, y vi cómo empezaba a perseguir algo... ¡La snitch! Se acercaba cada vez más a ella... Pero dió un brusco giro, y cayó de bruces al suelo, con la suerte de que no estaba ni a dos metros del terreno.
-¡Harry! -grité, y me dirigí hacia él para ver mejor si se encontraba bien. Se movió un poco, y luego se levantó con algo de dificultad. Parecía estar a punto de vomitar, pero de repente escupió algo... ¡Casi se había tragado la snitch, y el partido estaba ganado! Todo el mundo empezó a gritar alegres y eufóricos, excepto los de Slytherin. Volé al suelo y bajé de mi escoba, y entonces corrí hacia Harry.
-¡Lo hiciste fenomenal!
-Tú también -sonrió, y lo abracé fuertemente.
-Ya puedes besar a Harry, si te parece -Fred estaba a mi lado, mirándome atentamente.
-¡Oye, no hace falta ponerse así, todo tuyo! -me alejé de él enfadada sin dejar que me dijese nada más. ¿Pero qué diablos le pasaba a ese tío?
El equipo y todos los alumnos se nos acercaron al campo a felicitarnos. Aquél fué un grandioso partido que recordaría para siempre. Sonreí viendo lo felices que estaban todos, y luego me dirigí sola al castillo, alejándome del barullo que había en el campo.
-¡Tú!
Me giré. No puedo creerlo, ¿Por qué siempre él?
-¿Qué quieres? ¡Pesado!
-Aún no me diste las gracias por haberte salvado de la bludger -Fred se estaba acercando a mí a grandes zancadas.
-¿Lo hiciste? No me dí cuenta... Bueno, aún así, ésa es tu tarea en el juego, ¿no?
-¿Y qué? Es de mala educación...
-¿Tú me hablas de educación? -le dirigí una mirada de desdén, y seguí mi camino.
-Espera, aún no te he dicho lo que tenía que decirte.
Suspiré. Al girarme, me sorprendí de lo cerca que estaba de mí. Era mucho más alto que yo, y me asusté un poco, así que retrocedí unos pasos, pero él me cogió de la mano y me acercó a él de nuevo. ¿Qué le pasaba? Me estaba dando miedo, pero se acercó más a mí y me dió un rápido beso en los labios. Miré sus ojos de color marino, fijos en los míos. Aún estaba muy perpleja, pero recobré el sentido, por decirlo así.
-¡Puaj! ¿Qué has echo? -me limpié la boca con la mano cómo si me hubiese pasado el peor de los gérmenes.
-Besarte, ¿Algún problema?
-¡Pero qué-asco!
-Mentira, sé que te gusto -sonrió burlón.
-Ni de coña. ¿Tú te oyes cuando hablas? Acabas de decir la tontería más grande de tu vida... ¿Cómo vas a saber tú si me gustas o no? -¿Cuán creído podía llegar a ser ese chico?
-Yo gusto a todas -dijo sonriendo más aún.
-HA HA HA, me parto de risa... Pues a mí no me gustas nada -lo miré desafiante.
-¿Nada?
-Nada -dije decidida. Me acercó de nuevo a él y volvió a apretar sus labios contra los míos.
-¡Para! ¿Qué...? ¡Eres imbécil, creído y... ¡Te odio! -me solté de su presa, y me fuí rápidamente hacia el castillo. Yo no me giré para mirarle. Él no me siguió. Repito, ¿Qué diablos le pasaba a ese chico? Suspiré mientras pasaba la puerta principal. ¿Quizá de verdad él podría gustarme ...? ¡No! Vaya una tontería más grande...
Dudé un poco mientras subía las escaleras.
En la sala común los alumnos estaban algo asustados, incluso yo tenía miedo, pero los gemelos Weasley se habían "ofrecido" a ir a las cocinas del castillo a buscar algo de comida, alardeando de no tenerle ningún miedo al troll, y habían vuelto con pasteles, dulces y zumo de calabaza para todos. Yo cogí algunos libros y empecé a acabar algunos deberes ya empezados, pero me distraía mucho pensando en el frasquito que había en mi bolsillo. Miré con el rabillo del ojo a los gemelos. Estaban charlando con algunas chicas de su curso, haciéndolas reír.
-Bien... Vamos allá -me levanté del sillón, con el frasco ya en la mano, preparado. Me acerqué a las bebidas, y, después de asegurarme de que nadie me estaba observando, abrí el frasco y vertí una mitad en cada vaso. Entonces me fuí corriendo y me senté junto a mis libros justo a tiempo de que hubiesen ya bajado. Volvieron a los lugares que ocupaban anteriormente, y los gemelos cogieron sus vasos. Seguían charlando, pero de pronto, Fred me miró, y entonces su mirada se volvió algo suspicaz. Se giró y le dijo algo a su hermano. Los dos dejaron plantadas a las chicas y se me acercaron.
-Hola, _______ (diminutivo de tu nombre. Ej: El mío, Rebecca --> Rebequita) - dijo Fred con una sonrisa, pero sus ojos se veían malignos.
-Pensamos que te gustaría un poco de zumo de calabaza -dijo George con una mirada igual a la de su gemelo.
<¡Diablos! ¿Cómo lo habrán adivinado?> pensé preocupada.
-No quiero -les dirigí una severa mirada.
-¿Por qué? ¿Acaso lleva algo dentro que no quieras beber? -dijo Fred.
-No... Es que me da asco beber del mismo vaso que tú.
-No creo que te de asco, mira.
George me cogió rápidamente las manos para que no me moviese, y Fred empezó a acercar su vaso a mi boca. Pronto me habría bebido mi propia poción. Intenté forcear, pero George era más fuerte que yo. El vaso de Fred tocó mis labios, y éste me hizo abrir la boca y empujó mi cabeza hacia atrás. Noté como el frío líquido bajaba por mi garganta, y entonces me soltaron. Me llevé immediatamente las manos al cuello, y luego noté cómo una especie de viento ardiente se movía por mi barriga, cómo mariposas hirvientes. Bajé las manos y me los quedé mirando.
-Bueno, pensaba que había metido algo en el zumo -dijo Fred algo decepcionado.
-_______, ¿qué te sucede? -me preguntó George al ver que no me movía.
No dije nada.
-Contesta -Fred me miraba cómo si fuese tonta.
-Estoy esperando una órden -dije, sin poder controlar mi voz.
-¿Qué? ¿Estás a nuestra disposición? -preguntó George con ilusión.
-¡Así que era ésa la poción! -dijo Fred entusiasmado.
-Bueno... -dijo George.
-Queremos que nos lleves más zumo de calabaza.
Me dirigí hacia la mesa sin poder controlar mis movimientos... La poción me estaba guíando. Cogí el jarrón de zumo y lo vertí en dos vasos. Me volví hacia ellos y se los di.
-Ahora queremos... Fred, ¿Qué más queremos?
-Pues... Oh, ya sé -Fred sonreía malevolmente -Vas a ir al despacho de Filch, ahora que está distraído con el troll, y vas a buscar en nuestros archivos todas las cosas que puedas traer que nos quitó ese viejo peludo.
-¿Algo más? -las palabras que salieron de mi boca parecían una horrible tortura. Era una verguenza cumplir órdenes de ésos gusanos pelirrojos.
-No creo, señorita _______ (ta) -de pronto, la voz de McGonagall se oyó con severidad. No pude girarme hacia ella -¿Qué le sucede? Señores Weasley, díganle que me conteste.
Los gemelos vacilaron un momento.
-Contéstale -dijo Fred al fin.
-Me hicieron beber una poción que me hace acatar todas las órdenes de quienes me lo hicieron beber.
-¡Pero la poción la hizo ell...!
-Silencio. Díganle que me acompañe a mi despacho -McGonagall les dirigía una mirada bastante dura.
-Ve con la profesora -dijo George.
Seguí a McGonagall por el agujero del retrato, dónde me topé con unos Harry, Ron y Hermione sucios y sudorosos. Me pregunté qué les habría pasado...
Llegamos al despacho de la profesora McGonagall, y me hizo sentarme. Me estuvo escuadriñando hasta que la puerta del despacho se volvió a abrir, y entró el profesor Snape con un pequeño frasquito lleno de un líquido violeta.
-¿Es esta la poción que la volverá a su estado normal, profesor?
-Sí, si me disculpan... -Snape se fué rápidamente de la habitación después de dirigirme una mirada severa. ¿Podría no volver a confiar en mí? La profesora McGonagall cogió el frasquito, lo destapó y me lo hizo tragar con cuidado, poco a poco. Noté cómo la extraña calor dentro de mi barriga disminuía lentamente, y que ya podía actuar por mí misma.
-Bien, señorita _______ (ta), ahora que está usted mejor, dígame por qué elaboró la poción.
-Esto... Profesora, yo quería vengarme de las bromas que me hicieron Fred y George desde que estoy aquí.
-¿Venganza? ¿Montó usted todo esto por venganza? Eso es muy poco honrado para una Gryffindor -McGonagall parecía algo decepcionada, y yo muy avergonzada.
-Lo siento profesora.
-Está bien, se le descontarán cinco puntos a cada uno por el lío que habéis montado, y no quiero que se vuelva a repetir. A la cama.
Me levanté del sillón y me fuí dirigiendo sola por los pasillos hasta llegar a mi habitación. Aquella noche lo único que quería hacer era dormir. Estaba demasiado humillada como para explicarle a alguien lo sucedido.
-Hola, Hermione.
Tanto Harry cómo Ron parecían llevarse muy bien por la mañana con ella, así que yo también decidí mostrarme más amable con Hermione.
-Qué pasó ayer?
-Bueno, fuimos a buscar a Hermione para avisarla sobre el troll -empezó Harry.
-Pero el troll había entrado en los lavabos de las chicas, y fuimos a rescatarla.
-Entonces derribamos al troll, y...
-Llegaron los profesores, pero Hermione les mintió para defendernos, así que... -Ron dirigió una mirada de agradecimiento a Hermione.
-Pero hubo algo raro... -Harry frunció el entrecejo mirando hacia otro lado. Estaba mirando la mesa de los profesores-. Snape también vino a ver qué sucedía, pero... Tenía una herida en el pié derecho, y cojeaba. Creéis que habrá intentado pasar por la trampilla que hay debajo del perro de tres cabezas?
-¿Por qué debería? -Hermione se acercó a nosotros para que no nos oyesen.
-¡Creo que ya sé lo que podría ser! El día en que fuí a recoger el dinero de Gringotts, pasamos también por otra cámara, dónde Hagrid recogió un pequeño paquete... Tengo una idea, vayamos hoy a preguntarle a Hagrid, después de las clases.
-Vale, ahora tenemos Defensa contra las Artes Oscuras ¿Vamos? -pregunté yo.
Aquel día no hicimos gran cosa. En la clase del balbuceante profesor Quirrel, éste parecía bastante aterrorizado con el hecho de que un troll hubiese entrado en el castillo, y decidió dedicar la clase de hoy a explicarnos estos seres. Al final del día, ya cansados, nos dirigimos los cuatro por el césped hasta la pequeña casita de madera que había justo al lado del bosque. Nos acercamos a la gran puerta de madera, y llamamos. Dentro de la casa se oían pasos apresurados, y en unos segundos nos encontramos cara a cara con Hagrid. Bueno, no exactamente cara a cara, porque su cara estaba a unos dos metros de las nuestras.
-¡Chicos, qué sorpresa! Pasad -se apartó para dejarnos pasar. La cabaña tenía sólo una habitación, dónde se amontonaba una gran cama, una mesa, una chimenea en la que brotaba un alegre fuego y algunas estanterías y armarios que debían de contener tazas de té y otras cosas. Nos sentamos a la mesa, y Hagrid nos preparó a todos un té, y nos dió un pedazo de pastel a cada uno. Cuando lo mordí, creí que se me rompían los incisivos, así que preferí dejar a un lado el pastel.
-¿Cómo os va, chicos?
-Bien, eh, Hagrid, queríamos preguntarte algo -dijo Hermione.
-¡Claro! ¿Qué pasa?
-Bueno, no era nuestra intención -dijo Harry- pero sabemos lo que hay en el tercer piso.
-¿Qué? ¿Qué sabéis de Fluffy? -dijo Hagrid severamente-. ¡No deberíais haberos acercado a él!
-No fué nuestra intención -dije yo-. Lo que pasa es que creemos que Snape... Bueno, creemos que quiere robar lo que guarda el perro... Porque está guardando algo, ¿A que sí?
-Eso no es algo que os deba preocupar a vosotros, chicos. No os acerquéis de nuevo a Fluffy o podríais no volver, lo digo muy seriamente, ¡No busquéis problemas!
-De acuerdo...
Hagrid nos dirigió una dura mirada, y al segundo cambió de tema sonriendo abiertamente.
-¡Debéis de estar muy nerviosos, chicos!
-¿Y por qué deberíamos? -preguntó Ron enarcando una ceja.
-Bueno, ¡este Sábado tenéis el partido de Gryffindor contra Slytherin! Es el primer partido de Harry y _______ -dijo Hagrid emocionado.
Harry y yo nos miramos algo preocupados.
La mañana del Sábado no fué muy tranquila, que se diga. Harry y yo estábamos muy nerviosos, y no podíamos ni comer debido a que se nos retorcían las tripas cada vez que engullíamos una cucharada de cereales. Fred y George no parecían estar tan nerviosos como nosotros. Qué pena.
-No os preocupéis, ¡Váis a hacerlo genial! -dijo Hermione.
-Bueno, al menos hemos entrenado lo suficiente, diría -dijo Harry bastante convencido.
-Pues claro que sí -le dije-. Vamos, tenemos que estar en los vestuarios en pocos minutos, será mejor que vayamos ya.
Harry y yo nos levantamos de la mesa, y, desgraciadamente, los gemelos nos siguieron.
-¿Preocupados? -dijo Fred mientras bajábamos juntos por el prado.
-¿Asustados? -siguió George.
-¡Nada de eso! ¿Podríais tomar un camino diferente al nuestro?
-Lo siento, bonita, pero no hay otro camino -dijo Fred sonriendo descaradamente.
Imbéciles.
Seguimos caminando. Empezamos a oír las distantes voces de los alumnos acercándose también al campo de Quidditch, y en cuanto llegamos nos apresuramos hacia el vestuario. Ahí nos esperaba ya el equipo casi al completo, de modo que nos sentamos en el banco que había vacío empotrado en una de las paredes, y esperamos espectantes a que Wood dijera algo.
-Bien, chicos -dijo éste al estar seguro de que le prestaban todos atención-. Hemos entrenado mucho, y aunque nuestro rival esté muy bien preparado, confío en que podréis con ellos -nos miró a todos muy decidido-. Vamos.
Se levantó, y nos pusimos en órden para seguirle. Al salir del vestuario, recorrimos un corto trecho por el cual pasábamos directamente al campo, dónde nos inundaron los colores rojo y dorado, y verde y argenteo. Los gritos y ánimos de la multitud me ponían aún más nerviosa de lo que ya estaba.
Fuimos todos al centro del campo, dónde Wood le tuvo que dar la mano al capitán de Slytherin, Marcus Flint, y luego nos montamos todos en nuestras escobas.
Entonces, la señora Hooch hizo sonar el silbato. El partido había empezado.
Me dirigí rápidamente hacia la quaffle que caía en picado, y la cogí. Se la lancé rápidamente a Angelina Jhonson, y me dirigí hacia uno de los aros de Slytherin. Ella me la pasó nuevamente, y con todas las fuerzas que tenía, lancé la quaffle, que evitó al fornido guardián de Slytherin, y entró fácilmente por el aro central. La voz de Lee Jordan retumbó por todo el campo.
- _______ _______ (ta) acaba de marcar, ¡diez puntos para Gryffindor! Quién iba a decir que esta jóven cazadora llegase a tirar tan bien una quaffle tan pesada, además, es bastante guapa...
-¡Jordan! -oí la voz de McGonagall.
-Lo siento profesora. Bien, veamos, Slytherin tiene la quaffle, Katie Bell la coge, gira y vuela hacia... ¡Pero un golpeador de Slytherin envía una bludger hacia ella y casi la derriba! Slytherin vuelve a tener la quaffle...
Pero yo ya no escuchaba lo que decía. Una bludger lanzada por otro golpeador se acercaba a mí a gran velocidad, por lo tanto me aparté velozmente del camino.
-¿¡Qué le sucede a la escoba de Harry!? -oí que decía Jordan alarmado, y muchos empezaban a gritar. Me giré para ver a Harry intentándo sujetarse al palo de su escoba, que se movía frenéticamente intentando derribarlo.
-¡Aguanta, Harry! -le grité, y me dirigí hacia él, pero Katie Bell se puso delante mío, haciendo que frenara.
-No puedes ir, tienes que seguir el partido. Ya se las apañará, venga.
Giré en redondo a regañadientes, y me dirigí hacia un cazador que tenía la quaffle. Pasé por delante suyo y le hice soltar la quaffle, haciendo que ésta cayera. Angelina Jhonson pasó por debajo cogiéndola, y se dirigió hacia los aros para marcar. Dejé de prestarle atención y miré hacia Harry de nuevo. Estaba sujetándose de su escoba solamente con las manos, a punto de caer, mientras ésta se movía sin parar. Luego, de repente, paró, y Harry pudo subirse a ella nuevamente.
-¡Bien, Harry! -grité junto a la multitud. Me giré a punto para ver otra bludger avanzar hacia mí. La esquivé fácilmente, y escuché atentamente lo que decía Jordan. Íbamos perdiendo por veinte a sesenta. Entonces miré a Harry, y vi cómo empezaba a perseguir algo... ¡La snitch! Se acercaba cada vez más a ella... Pero dió un brusco giro, y cayó de bruces al suelo, con la suerte de que no estaba ni a dos metros del terreno.
-¡Harry! -grité, y me dirigí hacia él para ver mejor si se encontraba bien. Se movió un poco, y luego se levantó con algo de dificultad. Parecía estar a punto de vomitar, pero de repente escupió algo... ¡Casi se había tragado la snitch, y el partido estaba ganado! Todo el mundo empezó a gritar alegres y eufóricos, excepto los de Slytherin. Volé al suelo y bajé de mi escoba, y entonces corrí hacia Harry.
-¡Lo hiciste fenomenal!
-Tú también -sonrió, y lo abracé fuertemente.
-Ya puedes besar a Harry, si te parece -Fred estaba a mi lado, mirándome atentamente.
-¡Oye, no hace falta ponerse así, todo tuyo! -me alejé de él enfadada sin dejar que me dijese nada más. ¿Pero qué diablos le pasaba a ese tío?
El equipo y todos los alumnos se nos acercaron al campo a felicitarnos. Aquél fué un grandioso partido que recordaría para siempre. Sonreí viendo lo felices que estaban todos, y luego me dirigí sola al castillo, alejándome del barullo que había en el campo.
-¡Tú!
Me giré. No puedo creerlo, ¿Por qué siempre él?
-¿Qué quieres? ¡Pesado!
-Aún no me diste las gracias por haberte salvado de la bludger -Fred se estaba acercando a mí a grandes zancadas.
-¿Lo hiciste? No me dí cuenta... Bueno, aún así, ésa es tu tarea en el juego, ¿no?
-¿Y qué? Es de mala educación...
-¿Tú me hablas de educación? -le dirigí una mirada de desdén, y seguí mi camino.
-Espera, aún no te he dicho lo que tenía que decirte.
Suspiré. Al girarme, me sorprendí de lo cerca que estaba de mí. Era mucho más alto que yo, y me asusté un poco, así que retrocedí unos pasos, pero él me cogió de la mano y me acercó a él de nuevo. ¿Qué le pasaba? Me estaba dando miedo, pero se acercó más a mí y me dió un rápido beso en los labios. Miré sus ojos de color marino, fijos en los míos. Aún estaba muy perpleja, pero recobré el sentido, por decirlo así.
-¡Puaj! ¿Qué has echo? -me limpié la boca con la mano cómo si me hubiese pasado el peor de los gérmenes.
-Besarte, ¿Algún problema?
-¡Pero qué-asco!
-Mentira, sé que te gusto -sonrió burlón.
-Ni de coña. ¿Tú te oyes cuando hablas? Acabas de decir la tontería más grande de tu vida... ¿Cómo vas a saber tú si me gustas o no? -¿Cuán creído podía llegar a ser ese chico?
-Yo gusto a todas -dijo sonriendo más aún.
-HA HA HA, me parto de risa... Pues a mí no me gustas nada -lo miré desafiante.
-¿Nada?
-Nada -dije decidida. Me acercó de nuevo a él y volvió a apretar sus labios contra los míos.
-¡Para! ¿Qué...? ¡Eres imbécil, creído y... ¡Te odio! -me solté de su presa, y me fuí rápidamente hacia el castillo. Yo no me giré para mirarle. Él no me siguió. Repito, ¿Qué diablos le pasaba a ese chico? Suspiré mientras pasaba la puerta principal. ¿Quizá de verdad él podría gustarme ...? ¡No! Vaya una tontería más grande...
Dudé un poco mientras subía las escaleras.
B's novels
Re: [PAUSADA]]YOU MAKE ME LOVE YOU (Fred y tú)
ame el capitulo *-* Fred beso a __!!!! SIGUELA!!!
IsiColferWeasley
Re: [PAUSADA]]YOU MAKE ME LOVE YOU (Fred y tú)
gracias amores! Os agradezco los comentarios kukaaas! ^^
B's novels
Re: [PAUSADA]]YOU MAKE ME LOVE YOU (Fred y tú)
Ame el cap!!!
Adoro tu nove enserio!!! síguela!
Besos y Abrazos!!!
Adoro tu nove enserio!!! síguela!
Besos y Abrazos!!!
Última edición por Viiinca el Vie 09 Nov 2012, 11:15 am, editado 1 vez
Viiinca
Re: [PAUSADA]]YOU MAKE ME LOVE YOU (Fred y tú)
Hola!! Nueva Lectora!!
Me encanta tu novela!! :) :)
Tienes que seguirla!!!
Besos!! :)
Me encanta tu novela!! :) :)
Tienes que seguirla!!!
Besos!! :)
Lu_Paradise
Re: [PAUSADA]]YOU MAKE ME LOVE YOU (Fred y tú)
asdafkj ¡Nueva Lectora!
ame tu nove *w* ¡Continua Pronto! :D
ame tu nove *w* ¡Continua Pronto! :D
Pocketh
Re: [PAUSADA]]YOU MAKE ME LOVE YOU (Fred y tú)
chicas lo siento pero PAUSARÉ la novela un tiempo, hasta que acabe algunas de las que tengo empezadas, pero en cuanto puedo la retomo! Gracias a las fieles lectoras que han ido leyéndola, os quiero! <3
B's novels
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