Protegiendo al enemigo |Harry & tú|

Desde que vi sus perfectos ojos verdes, su hermosa sonrisa; un ángel perdido en la Tierra. Hasta que me di cuenta que él es, el..."enemigo".
Harry Styles; uno de los jóvenes más buscados en todo el mundo, un criminal. Me enamoré de él antes de saber su historia.
Por una maldita vez, debo de mentir, no lo puedo delatar con mi padre.
¿Ahora que se supone que haga?

Otro día aburrido en la oficina de papá, por eso no me gusta venir, pero esta vez me obligo ya que me dice que quedarme sola en casa me afecta.

—No quiero regañarte en frente todos _______, ¿queda claro?

Asentí desganada. Se poso delante de mí.

—Otra cosa. Por favor no empieces con tus preguntas molestas. No se las hagas a nadie....¿entendido?

—Sí. Esas preguntas las hacía cuando era más pequeña, ya madure.

Rodó los ojos y entramos por la puerta principal. Ya saben, puros hombres y escasas mujeres tomando café frente a un computador. ¿No se aburren de hacer eso todos los días? Ahora entiendo porque papá es tan aburrido.

—Buenos días Jefe Stone—un sujeto con brazos fuertes casi le rompe el brazo a papá a la hora de estrecharle la mano.

—¿Todo en orden?

¿Ni siquiera le puede contestar el saludo?

—Buenos días—le contesté cortesmente.

—¿Así que tu eres ______? ¡Pero cuanto has crecido!—me miró de arriba-abajo.

Sentí mis mejillas arder. No me gusta que me hagan cumplidos y menos de parte de extraños.

Papá lo fulminó con la mirada y enseguida el sujeto desapareció.

—Tengo una junta, te quedarás allá—me señalo un espacio con unos cuantos asientos, los cuáles dos ya los invadian unas señoras—. No te muevas

Sin reprochar nada, le hize caso. Es mejor estar sin hacer nada por unas horas, que estar escuchando las conferencias aburridas de aquí. La última vez que vine tenía alrededor de 6 años, y como era de esperarse me dormi en medio de la junta y papá se enojo. Prometió no volverme a traer, pero al parecer no cumplió su promesa.

Cada cinco minutos checaba el reloj, pero no de mi celular; ya que me prohibió traerlo. A veces pienso que mi padre no se comporta como tal, más bien parece un sargento dándome órdenes todo el día, no me deja disfrutar de la vida, ¡no me deja respirar!

—¡Maldición!—un ruido demasiado fuerte me exalto—. ¿De nuevo él? ¿Qué no se cansa de hacernos la vida una mierda?—me pareció que fue la voz de papá. ¿Ahora de que se enojo?

Caminé hasta toparme con la puerta de su oficina, y pegué oreja.

—Volvió de nuevo a hacer de las suyas, y esta vez juraron que no lo vieron—todos los presentes bufaron.

—Un joven no puede ser más inteligente que nosotros, ¡por favor!—exclamó papá.

—¿Y que es lo que piensa hacer?

—Con que saliste espía, ¿he?—un susto más sumado a la lista, creo que aquí les gusta hacerme sufrir.

—Solo estaba asegurandome de que nada le sucediera a mi papá, escuché un grito proveniente de él—bueno, no soy buena en las mentiras ya que mi papá me descubre cuando digo una.

Soltó una risa.

—¡Vamos ______! Esa ni mi abuela se la cree.

—Bueno ya, tampoco es para que te burles y me dejes en ridículo en frente de todos—literalmente algunos escuchaban nuestra conversación—. Pero en serio quiero saber de quién rayos están hablando—me mordí las uñas en signo de nervios, y no me importó que tuvieran barniz.

—Ven, te lo diré en privado—le echó una mirada fulminante a todos los chismosos. Aunque me parece que todos aquí ya lo saben. Entramos a una oficina de regular tamaño.

—Mira, nos prohíben decir lo que pasa aquí a las personas de fuera—sacó un folder más grueso que un libro de 300 páginas.

—No te preocupes, todo esto se queda entre nosotros.

—Bien—sacó una hoja llenísima de información— . Tu padre junto con los demás estan hablando de un criminal muy inteligente, que puede acabar con el mundo sin que nadie sospeche nada.

¿Tanto así? Pues debería de ser alguien que conoce las cosas mejor que los demás.

—¿Y cuánto lleva prófugo? Supongo que no ha de ser mucho.

Se rascó la barbilla.

—No sé exactamente. Pero por lo mucho 2 años.

¡Madre mía! No puede ser que uno le gane a todo un ejército. Su respuesta me dejó muy impresionada, jamás me había enterado de algo como esto. Imaginarme que caminé sola por las calles sin ningún cuidado, ¿y si me hubiera secuestrado?. La piel se me puso como gallina al pensar eso.

—¿Y cuántos años tiene?

—19 años. Es un joven aún, pero con técnicas que parecen de adulto—examinó la información de su papeleo—. De lo que estoy seguro, es que es muy peligroso, y se esconde en lo más recóndito de no se dónde. No se sabe su ubicación, y muy pocos lo han visto.

Me recargué en la incómoda silla. Analicé la información una y otra vez, hasta que logré sacar una conclusión no tan loca.

—¿Pero cómo es que no pueden agarrarlo? El es un niño y es uno, ustedes son mayores y son millones. Lo que entiendo entonces es que él es más inteligente que todos. Deben de hacer algo urgente y ya—me cruzé de brazos.

—No creas que es tan fácil. Hemos creado bastantes planes buenos, pero ninguno funciona. Me sorprende su habilidad de escaparse de todo...pero, ¿cómo lo hace?

—Si él fuera parte de FBI, seguramente ya hubiera capturado a todos los criminales.

Ambos soltamos una pequeña risa.

—No lo había pensado así, _______ que buenas ideas pasan por tu mente—me revolvió el cabello.

Otro cumplido. Pero esta vez lo tome de buena forma.

—¿Y cuál es su nombre? Espero que sea uno horrendo, ya que él de por sí lo es, solo por ser un malechor.

—¡________!—que les digo, aquí los sustos son más que en una película de terror. Y por segunda vez provino de mi padre—. ¿Qué rayos haces aquí? Te dije que no te movieras, pero claro, ¡te vale una...!

—Señor yo la traje aquí. La pobre estaba aburrida, le pido una disculpa—lo interrumpió. Es mejor que nadie lo haga, a menos que quieran sufrir las consecuencias del ¡Gruñon Stone!

Papá estaba que echaba humo por las orejas, cuando está enojado se desquita con el primero que ve, osea casi siempre yo.

—Levántate _______, nos vamos—salió golpeando fuertemente el suelo con cada pisada.

—Gracias por todo lo de hoy...—¿me dijo su nombre? O simplemente la memoria me está fallando.

—Peter, mucho gusto. Sabes, no me había divertido en años.

Creo que lo llamaré "El de los cumplidos".

—¡_______!—me despedí de Peter agitando la mano y llegué como rayo hasta dónde estaba mi papá.

—Última vez que te traigo aquí, eres un desastre—encendió el auto.

—Eso ya me lo habías dicho—me miró, pero lo ignore viendo al frente.

—Ya habrá tiempo para hablar, ahora estoy muy ocupado.

Primera vez que lo veo perder en un caso. Siempre logra salirse con la victoria, pero ahora un joven le está llevando la delantera. No se pero, me agrada.