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El Arte de Pecar |ZaynMalik & Tu| Adaptada *HOT* (TERMINADA)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Página 28 de 33. • 1 ... 15 ... 27, 28, 29 ... 33
Re: El Arte de Pecar |ZaynMalik & Tu| Adaptada *HOT* (TERMINADA)
No puede casarse.. Zayn no puede dejar qe se case!! se qe el también ama a la rayis... Dios!! moriré.. porque simplemente no le dice Ahh! Quiero gritar.. meterme en la nove y golpiarlos para que entiendan jajajaja... siguelaaa(:
*Allie'Q..<3*
Re: El Arte de Pecar |ZaynMalik & Tu| Adaptada *HOT* (TERMINADA)
Aquii yo T-T
¿Te puedo decir algo?
Puede que suene estúpido y todo, pero...
Yo llore mientras leía el capitulo
Toda su impotencia, confusión y angustia la sentía en mi pecho y lo único que hacia era llorar...
En parte de que contribuyo a como estaba mi estado de animo...
Estar triste + Leer que la protagonista cree que el no la ama = Annie chillando como loca :'/
Seguila cuando puedas mi amor perdido Daly*----*
Espero que por fin alla un final feliz ¬¬ ...
O sino, te secuestro y te hago comer zanahorias a toda hora x'D
#Okno estoy bromeando :'D
Pero bueno, se despide, AnnieLaQueHoyEstaSentimental♥
¿Te puedo decir algo?
Puede que suene estúpido y todo, pero...
Yo llore mientras leía el capitulo
Toda su impotencia, confusión y angustia la sentía en mi pecho y lo único que hacia era llorar...
En parte de que contribuyo a como estaba mi estado de animo...
Estar triste + Leer que la protagonista cree que el no la ama = Annie chillando como loca :'/
Seguila cuando puedas mi amor perdido Daly*----*
Espero que por fin alla un final feliz ¬¬ ...
O sino, te secuestro y te hago comer zanahorias a toda hora x'D
#Okno estoy bromeando :'D
Pero bueno, se despide, AnnieLaQueHoyEstaSentimental♥
Última edición por #Annie_Unicornia el Vie 09 Nov 2012, 9:40 am, editado 2 veces
#Annie_Unicornia
Re: El Arte de Pecar |ZaynMalik & Tu| Adaptada *HOT* (TERMINADA)
Noooooooooooo que no se caseee!! que vivan Zayn y ella felizmente pobres!! yo se que algo tiene que pasar para que se queden juntos VERDAD?? :suspect:
MimiMH
Re: El Arte de Pecar |ZaynMalik & Tu| Adaptada *HOT* (TERMINADA)
Dios si supieras como me tienes con la dichosa novela xD Pobres, ellos queriendose tanto y no poder estar juntos... ZAYN POR DIOS REACCIONA! Que le den a las tierras! xD
Keila Styles
Re: El Arte de Pecar |ZaynMalik & Tu| Adaptada *HOT* (TERMINADA)
NOOO!!
Peroo que mierd* esta diciendo rayissss :@@ huii!
siiguelaa
Peroo que mierd* esta diciendo rayissss :@@ huii!
siiguelaa
Daniela Morales*-*
Re: El Arte de Pecar |ZaynMalik & Tu| Adaptada *HOT* (TERMINADA)
*Alii'Q..<3* escribió:No puede casarse.. Zayn no puede dejar qe se case!! se qe el también ama a la rayis... Dios!! moriré.. porque simplemente no le dice Ahh! Quiero gritar.. meterme en la nove y golpiarlos para que entiendan jajajaja... siguelaaa(:
JAJAJJAJAJAJA calmateeeee, ahorita la sigooo \o/
Dilingdingdong
Re: El Arte de Pecar |ZaynMalik & Tu| Adaptada *HOT* (TERMINADA)
#Annie_Unicornia escribió:Aquii yo T-T
¿Te puedo decir algo?
Puede que suene estúpido y todo, pero...
Yo llore mientras leía el capitulo
Toda su impotencia, confusión y angustia la sentía en mi pecho y lo único que hacia era llorar...
En parte de que contribuyo a como estaba mi estado de animo...
Estar triste + Leer que la protagonista cree que el no la ama = Annie chillando como loca :'/
Seguila cuando puedas mi amor perdido Daly*----*
Espero que por fin alla un final feliz ¬¬ ...
O sino, te secuestro y te hago comer zanahorias a toda hora x'D
#Okno estoy bromeando :'D
Pero bueno, se despide, AnnieLaQueHoyEstaSentimental♥
Tranquila, yo también lloré cuando leí ese capitulo. Entiendo mucho a la rayis en ese capi. Si lo hay Annie skajajsja tranquila! las zanahorias son geniales *-* akjskajsja
Dilingdingdong
Re: El Arte de Pecar |ZaynMalik & Tu| Adaptada *HOT* (TERMINADA)
MimiMH escribió:Noooooooooooo que no se caseee!! que vivan Zayn y ella felizmente pobres!! yo se que algo tiene que pasar para que se queden juntos VERDAD?? :suspect:
JAJAJAJAJAJAJAJA tranquila, ya veras...
Dilingdingdong
Re: El Arte de Pecar |ZaynMalik & Tu| Adaptada *HOT* (TERMINADA)
Keila Styles escribió:Dios si supieras como me tienes con la dichosa novela xD Pobres, ellos queriendose tanto y no poder estar juntos... ZAYN POR DIOS REACCIONA! Que le den a las tierras! xD
JAJAJJAJAJJAJAJAJAJ akjskajskjkajjsaksj.
Dilingdingdong
Re: El Arte de Pecar |ZaynMalik & Tu| Adaptada *HOT* (TERMINADA)
Daniela Morales*-* escribió:NOOO!!
Peroo que mierd* esta diciendo rayissss :@@ huii!
siiguelaa
kasjakjskajsj calmateee!
Dilingdingdong
Re: El Arte de Pecar |ZaynMalik & Tu| Adaptada *HOT* (TERMINADA)
Solo quiero decirles que este es el mejor capítulo de toda la novela ksajksa.
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—Que usted quiere qué?—Zayn dio un salto en la silla mientras miraba al conde de Songshire a los ojos, que lo observaba desde el otro lado del escritorio. Si el conde hubiese entrado desnudo, el vizconde no se habría asombrado tanto.
—Por Dios, hombre —replicó el conde con un tono de burla—, nunca pensé que usted pondría reparos en este punto.
—Pero... pero... —Zayn no pudo continuar. No podía ser. Aquélla no era una discusión razonable.
—Pero, pero nada —replicó Thomas con firmeza—. Escúcheme, jovencito, quiero una mujer Malik y tendré una. O si no, ¿por qué cree que le recomendé que viniera?
Zayn asintió un poco aturdido, mirando el montón de papeles que se alzaba entre él y su visitante.
—Todos los detalles están acordados —dijo como si estuviese confirmándose el hecho a sí mismo.
—Sí —afirmó el conde—. Todos excepto uno. Usted debe quitarle la virginidad por mí.
De nuevo, Zayn sintió que la cabeza le daba vueltas.
—No puede estar hablando en serio.
El conde levantó las manos en señal de disgusto.
—Míreme, Zayn. Soy un viejo torpe. Por Dios, no poseo las habilidades ni la paciencia para desvirgar correctamente a una muchacha, y mucho menos a la hija de un clérigo. —Se inclinó hacia delante y lo miró con intensidad—. Pero usted sí. Usted ha convertido esto en un maldito negocio.
—¡Nunca le he quitado la virginidad a una muchacha! —exclamó Zayn, preguntándose por qué tenía los puños apretados, por qué quería golpear la cara del anciano que acababa de hacer un arreglo económico tan increíblemente generoso para ________. Y, por extensión, para el propio Zayn.
—Claro que no —respondió el conde con un tono más suave—. Pero ahora lo hará. Porque yo no tengo paciencia para hacerlo bien. —Volvió a inclinarse, mirándolo con seriedad—. Las jóvenes pueden ser tan quisquillosas e impredecibles... Requieren más paciencia de la que tengo. Y usted y yo sabemos que una mala noche de bodas puede estropear para siempre a una muchacha.
Zayn tragó saliva. Tenía la boca terriblemente seca.
—Pero es su noche de bodas —dijo con voz ronca, como si le doliera la garganta.
—No, Zayn. La segunda vez será mi noche de bodas. Su primera vez será con usted. —De repente, el hombre se puso de pie y agarró el sombrero—. Hágalo pronto. Esta noche, tal vez. Quizás pueda conseguir el permiso especial para pasado mañana. Eso le dará suficiente tiempo para recuperarse. —Se detuvo en la puerta, girándose para hacerle un guiño al vizconde—. Luego llegará mi turno.
Tras la marcha del conde, Zayn continuó todavía petrificado en su sitio durante un buen rato, incapaz de moverse a causa de la sorpresa.
La virginidad de ________.
Suya.
Con un repentino arranque de energía, salió corriendo de la biblioteca y se dirigió hasta la puerta trasera de la casa. Se arrodilló en el pequeño huerto de hortalizas y vomitó.
La baronesa Agatha Huntley sabía qué día era. De hecho, toda la casa lo sabía. Se trataba del día en que Zayn le quitaría la virginidad a ________. Los contratos habían sido firmados, las cuentas acordadas y cerradas. Ahora, lo único que faltaba era desflorar a la muchacha, procurar que dijera «Acepto» y despedirse de ellos, para alejarse con su esposo en medio de la luz de la mañana.
Zayn tendría, al fin, suficiente dinero para restablecer sus propiedades. Aquello le proporcionaría el capital suficiente para pagar las deudas y comenzar de nuevo. Dunwort por fin escaparía de aquel infierno llamado Londres, porque estaba decidido a seguir a su amo al campo. Y Agatha se quedaría pudriéndose en aquella casa vacía.
Sí, ________ sería la última de las novias Malik. Agatha ya no tendría ocupación, así que Zayn podía deshacerse de ella, puesto que había dejado muy claro que no le ligaba ningún vínculo familiar con su tía. Su único valor era su habilidad para instruir y acompañar a sus protegidas.
Tan pronto como se celebrara la boda de ________, Agatha sería arrinconada como un trasto viejo.
La baronesa bajó la vista, se miró la mano y frunció el ceño al fijarse en la copa y el líquido oscuro que contenía. Era brandy barato. No se podía encontrar en la casa una sustancia más horrible. Hasta ahora nunca le había importado. Aquel licor barato lo volvía a uno insensible con la misma rapidez que uno de gran reserva. Y, algunas veces, incluso más rápido.
Pero no aquel día. Y tampoco desde hacía varias semanas. Desde que ________ la había desafiado.
Elija un hombre, baronesa. Muéstreme cómo pueden funcionar los ardides sin belleza.
Esas palabras resonaban en su cabeza desde entonces. Agatha buscaba el brandy únicamente para acallarlas. Pero no había bebido, no había tocado ni una gota de licor desde ese día. Porque tan pronto como intentaba aferrarse a la botella, recordaba lo que le había dicho Zayn.
Alguna vez fuiste una mujer hermosa. Cuando no bebías.
Entre el desafío de ________ y el desprecio de Zayn, Agatha había decidido enfrentarse a sus demonios. Pero ahora regresaban con más fuerza, deslizándose por el pasillo encarnados en ________.
Aquella muchacha era hermosa: elegante, joven y de buen corazón. Representaba todo lo que Agatha había sido una vez. Hacía mucho tiempo, antes de que su esposo acabara con todas aquellas virtudes.
La baronesa miró con resentimiento la sombra de ________, que ya desaparecía de su vista.
No era justo. ¿Cómo era posible que esa muchacha se quedara con todo, mientras ella se pudría sin nada? ________ era la chica perfecta. Tendría un marido rico. Un título respetable. Por Dios, incluso sería desflorada por uno de los mejores amantes de toda Inglaterra.
Lo peor de todo era que ________ se iba a quedar con Thomas. El mismo Thomas que, una vez, siendo un dulce muchacho, había declarado su amor a Agatha y, poniéndose de rodillas, le había besado la mano con tanto ardor que sus padres se habrían escandalizado de haberlo sabido.
Pero como era tonta, Agatha lo había rechazado. No de malos modos. De hecho, había sido muy amable. Sin duda, la familia de él se opondría a que se casara con una muchacha desconocida. Además, ella ya le había entregado su corazón a Horace, un simple barón. ¡Dios, si pudiera volver atrás en el tiempo! Si pudiera regresar a aquel momento en que él le había declarado su amor. Lo abrazaría y haría todo lo que estuviera en su poder para sellar esa unión.
Agatha se dio cuenta de que, entonces, habría mandado a paseo los buenos modales, comprometiéndose a propósito entre sus brazos y forzándolo a hacer lo correcto. Y él lo habría hecho. Ella lo sabía. Porque Thomas era un hombre honorable. Y ahora pertenecería a ________.
Aquel pensamiento lanzó una oleada de amargura a su estómago, mientras aferraba el vaso. Pero no bebió. Se quedó mirando otra vez el líquido oscuro, exponiéndose a una tentación a la que se había resistido durante varias semanas.
Elija un hombre, baronesa. Muéstreme cómo pueden funcionar los ardides sin belleza.
Era un desafío. Tan temerario y descarado como ningún otro. Y, sin embargo, hasta ese momento Agatha lo había ignorado. No se rebajaría a ese nivel. No lucharía con una muchacha a la que le doblaba la edad por un hombre, como si fuera el premio de un concurso.
Pero ________ tenía a Thomas. Y Agatha lo quería.
Alguna vez fuiste una mujer hermosa. Cuando no bebías.
La baronesa miró el reloj. El desfloramiento de ________ sería esa noche. Eso significaba que tanto la muchacha como su sobrino estarían más que ocupados.
Agatha volvió a fruncir el ceño, mientras elaboraba un plan. Thomas era un hombre de costumbres. Siempre lo había sido. Dentro de cuarenta y cinco minutos saldría de su casa vacía rumbo al club. Allí cenaría, fumaría unos cigarros y luego, poco después de las diez, regresaría a casa. Entraría con su llave, leería un libro de Aristóteles o algún otro clásico griego, antes de irse a la cama hacia la media noche.
La única razón por la cual el hombre deseaba a ________ era porque se trataba de una novedad. Y, más que eso, ofrecía la promesa de un constante cambio de rutina a lo largo de los años venideros.
Pero los hombres nunca se entendían a sí mismos. ________ lo complacería durante una o dos semanas, tal vez varios meses, pero ninguna jovencita tenía los medios de manejar a Thomas durante muchos años. Ninguna muchacha con apenas veinte años entendería lo suficientemente bien a aquel hombre como para permitirle continuar con su rutina cambiándola sólo lo necesario para que hubiese un cierto atrevimiento.
No era culpa de la muchacha. Sencillamente, carecía de la historia y la experiencia que posee toda mujer mayor. Y una amplia perspectiva, por decirlo de alguna manera.
Pero Agatha sí poseía esos medios.
Y podría hacerlo.
Con ese pensamiento en mente, la baronesa se levantó de la silla y abandonó el licor en busca de un estímulo más interesante. Aquella noche, ella no quería olvidar. Quería recordar. Y hacerle recordar a alguien más cómo había sido estar juntos alguna vez.
No se rebajaría a competir con ________. Sólo pretendía mostrarle a Thomas lo que pensaba, ayudarlo a descubrir qué era lo que realmente deseaba.
Había llegado la hora.
Zayn observaba aturdido el reloj de bolsillo de su abuelo. Era una de las pocas cosas que su padre no había empeñado hacía años, y porque había estado perdido durante más de una década. Zayn no lo tendría ahora, si no lo hubiese encontrado detrás de un armario. En aquel momento, lo había mirado, preguntándose también si debería venderlo.
Pero, en su lugar, lo que había vendido fue el armario, así que pudo conservar el reloj. Más tarde, cuando el último de los libros valiosos abandonó la casa, volvió a preguntarse cuánto le darían por aquel recuerdo de su abuelo.
Aquel día acudió a un baile en busca de algo de comer y allí había conocido a Audra.
Durante algún momento de esa noche, decidió vender a Audra en vez del reloj de su abuelo. Y ahora, de nuevo, el vizconde miraba el reloj, preguntándose cuánto le pagarían por él. ¿Sería posible venderlo por la misma suma que a ________? ¿Por la mitad?
Claro que no. Ni siquiera por la milésima parte, pero, aun así, lo contemplaba, haciéndose preguntas, deseando y recordando.
Cerró los ojos y el dolor invadió su corazón. No quería hacer lo que estaba a punto de suceder. No quería quitarle la virginidad a ________, compartir la cama con ella, hundirse en ella. No quería tocarla porque eso haría que la mañana resultara mucho más difícil.
Si lloraba cada vez que una de sus protegidas se casaba, ¿qué haría cuando ________ llegara al altar? ¿Cómo podía ver que la única mujer que lo había desafiado, que lo había excitado, que lo había puesto a prueba y lo había superado, se iba con otro hombre? ¿Cómo podía verla casarse con otro?
________ le había ofrecido quedarse con él. De todas sus pupilas, era la única que lo había dicho en voz alta. O casi. Se quedaría si él se lo pidiera. Tiraría por la borda todo lo que deseaba para permanecer a su lado.
Miró las paredes desconchadas, las estanterías vacías, la alfombra ajada. Pronto ________ tendría riqueza y seguridad durante el resto de su vida. Él no podía proporcionarle nada semejante. Ni siquiera podría ofrecerle seguridad hasta el final del mes. Ella no era consciente de hasta qué punto estaba arruinado y lo mucho que había arriesgado contando con lo que recibiría por su matrimonio.
Si el arreglo no se llevaba a cabo de acuerdo con lo planeado, todos quedarían en la calle en un par de semanas. Y la prisión de los deudores no estaría muy lejos. Pasarían meses antes de que sus cultivos dieran fruto. Y años antes de que su inversión empezara a dar beneficios.
Incluso con la boda de ________, Zayn se enfrentaba a muchos y largos años de duro trabajo.
Tenía que entregarla. Su futuro, el de su tía, el de Dunwort y el de los jornaleros que trabajaban sus tierras, dependía del matrimonio de ________.
Pero ¿cómo podría abrazarla, compartir una sola noche extraordinaria con ella y luego entregarla? Era impensable. Así que se sentó a mirar el reloj de bolsillo de su abuelo y a desear cosas que no podría tener.
Zayn sabía que a esa hora él debería estar arriba. Probablemente, en ese momento ella estaría paseándose por su habitación, nerviosa, pensando en lo que estaba a punto de suceder. Ella ya estaba enterada de lo que él tenía que hacer. De hecho, había sido él quien le había informado, no cara a cara, sino a través de una de sus lacónicas misivas.
Songshire exige que yo te quite la virginidad esta noche.
Tu boda se celebrará dentro de dos días. La baronesa se encargará de responder a todas tus preguntas. Yo estaré ocupado con las últimas disposiciones del contrato.
M
Dunwort le informó de que ________ había leído la carta sin hacer ningún comentario. No se desmayó, ni gritó, ni se puso a llorar, aunque tampoco esperaba algo semejante de ella. Pero se había puesto pálida y tuvo que sentarse un momento. Dunwort le sirvió té, la tomó de la mano y luego, a instancias de la propia ________, regresó a su trabajo.
Zayn debería haber estado allí para agarrar su mano, no Dunwort. Tendría que haber sido él el encargado de darle la noticia con ternura, con delicadeza, ayudándola a asimilar el golpe y preparándola para la aterradora noche que le esperaba.
Pero no pudo hacerlo. No se sentía capaz de enfrentarse al resentimiento que seguramente brillaría en los ojos de ________ por sentirse traicionada, al temor de saber que la tendría que tocar otra vez y abandonarla a la mañana siguiente.
Si se lo pidiese, ella se quedaría con él.
Aquejado de un dolor súbito, el vizconde se agarró de la silla y maldijo a Songshire con cada espasmo de dolor, con cada contorsión del vientre, con cada bocanada de aire que le entraba por la nariz. Cuando el ataque pasó, se puso de pie con decisión.
No lo haría. No podía hacerlo. Songshire tendría que desflorar a su propia esposa.
Estaba a punto de salir de la biblioteca cuando la puerta se abrió. Enmarcada por la tenue luz del vestíbulo estaba ________, con el pelo suelto y vestida con uno de sus trajes más transparentes y vaporosos.
Zayn tragó saliva. No se esperaba aquella aparición. Pero, claro, ¿cuándo había hecho ________ algo predecible? ¿Algo que él hubiese planeado? Aunque tuviera en cuenta que siempre lo sorprendía, tenía que haber imaginado que ella lo buscaría. Que se plantaría ante él con un vestido transparente, sin enaguas debajo.
¡Cielo santo! Podía ver todo su cuerpo. Los senos voluptuosos. La delgada cintura. La maraña de vello oscuro en el vértice de los muslos. Y, por supuesto, las piernas. Esas piernas exquisitamente largas y bien formadas.
—¿Zayn? —preguntó ________ con voz suave.
El vizconde sintió un nudo en el estómago al oír el dulce sonido de la voz de la muchacha. ________ miró las manos enguantadas del hombre y frunció el ceño.
—¿Iba usted a salir? —preguntó.
Él quiso mentirle, pero no pudo hacerlo. Como mínimo le debía honestidad.
—No puedo hacer esto, ________ —dijo el vizconde con una voz ronca y el cuerpo contraído de dolor. No estaba seguro si se trataba de un dolor en el alma o en el cuerpo. Ambos estaban tan íntimamente entrelazados que no era capaz de distinguir el uno del otro. Sólo sabía que deseaba a ________ con una intensidad que rayaba en la locura. Pero no podía tenerla.
—Tengo que marcharme.
El vizconde dio un paso al frente con esa intención. Pero ________ no se movió. Se quedó exactamente donde estaba, enmarcada por el dintel de la puerta. Y Zayn no podía arriesgarse a rozarla al pasar. No cuando llevaba ese vestido.
—________ —dijo con firmeza, tratando de imprimirle a su voz un tono autoritario—, esto no va a funcionar.
________ bajó la cabeza y le sonrió, como si le acabaran de contar un atrevido chiste.
—¿Qué es lo que no va a funcionar, Zayn? —preguntó con dulzura—. ¿Está usted diciendo que su miembro no va bien? —Dirigió intencionadamente la mirada a la parte inferior del cuerpo de Zayn, y enseguida fue consciente del visible abultamiento que tenía entre las piernas—. Permítame que lo dude.
—Siempre te he deseado, ________. Tú lo sabes.
Ella enarcó una ceja, sin poder evitar que una expresión de placer invadiera su rostro.
—¿En serio? No me había dado cuenta. —Dio un paso hacia él—. Me alegra que lo diga.
—________... —comenzó a decir Zayn, haciendo un enorme esfuerzo por articular las palabras.
La muchacha lo interrumpió con un gesto casi imperceptible. Dobló la muñeca y con ese sencillo movimiento cerró la puerta de la biblioteca detrás de ella.
Aquel crujido pareció estallar en la cabeza del vizconde.
—Deberías estar arriba—dijo—. Preparándote. —Se trataba de una afirmación estúpida, que mostraba la confusión de su mente. Pero fue lo único que se le ocurrió, sobre todo mientras luchaba por mantener cierta distancia entre ellos, tanto física como emocional. Necesitaba hablarle, distraer de alguna manera la atención de ________, era una de las pocas armas que le quedaban.
________ volvió a sonreír.
—Ya estaba preparada. Estaba esperando. —Suspiró, y el gesto hizo que el vestido se ciñera a los senos, haciéndolos casi brillar a través de la tela rosada—. Y entonces empecé a pensar. —Se giró ligeramente. Sus ojos resplandecían de alegría cuando mostró su perfil al vizconde.
Dios, tenía los pezones endurecidos. El miembro de Zayn se agrandó y se puso duro.
—Comencé a pensar en ti, Zayn.
________ dio una vuelta alrededor del vizconde. Por fortuna, no se acercó lo suficiente para tocarlo. Se limitó a describir un gran semicírculo para acabar apoyándose lenta y delicadamente contra el escritorio.
Zayn miró hacia atrás. Ya se podía ir. ________ ya no le cerraba el paso. Pero ¿adonde iría? ¿Cómo haría para huir de la imagen que tenía grabada en la mente? ¿La imagen de ________, envuelta en esa delicada tela rosa, apoyada contra el escritorio mientras sus ojos le lanzaban un desafío? No podía escapar de ella. Y sospechaba que esa imagen lo perseguiría durante el resto de sus días.
—¿Quieres saber de qué me di cuenta, Zayn? Sobre ti.
Él asintió con la cabeza. En realidad, si ella le hubiese pedido que se presentara desnudo ante el Parlamento, también habría asentido sin vacilación.
—Me di cuenta de que todo el mundo te abandona.
Zayn retrocedió como si lo hubiesen golpeado. Ella siguió, implacable, hablando suavemente, y cada una de sus palabras le parecieron como pequeñas agujas que le clavaba cada vez más profundamente sobre la piel.
—Supongo que todo comenzó con la muerte de tus padres. Luego, la baronesa. Creo que ella no te abandonó de verdad; sólo que no pudo llevarte a su casa. Y después, claro, vino Jenny. —La voz de ________ se volvió más cruel, más dura, aunque todavía albergaba algo de compasión—. Ella te mostró el amor físico, pero sólo a cambio de un precio, y más tarde te dejó al recibir una mejor oferta.
—Jenny me quiere. —El vizconde no se percató de que había hablado hasta que sintió el dolor que le causaba su propia voz surgiendo de su garganta.
—Bueno, claro que te quiere —lo reprendió ________—. Por Dios, Zayn, todos te queremos. Pero estoy hablando de tu vida.
Se inclinó un poco, y el movimiento hizo que sus senos se pronunciaran más, al tiempo que extendía las piernas hacia delante, mostrándole al vizconde la exquisita línea de sus pantorrillas.
—Al final, Jenny se ha convertido en una famosa madame y tú ya no puedes pagarla.
Zayn no lo podía negar. Jenny había tenido mucho éxito.
—Y ahora llegamos a tu participación en todo esto. Hasta ahora, he enumerado las cosas que te sucedieron. Pero aquí —dijo, haciendo un gesto para señalar la casa mientras seguía diseccionándolo con sus palabras—, aquí te convertiste en un hombre. Y creaste precisamente la situación que te ha causado tanto dolor.
De pronto, ________ se apartó del escritorio y comenzó a caminar lentamente alrededor del vizconde, obligándolo a mirar los movimientos de su cuerpo y la suave caricia de la tela contra sus piernas, sus nalgas y su larga y elegante espalda. Zayn no quería ver. Trató de cerrar los ojos, pero siguió oyendo el roce del vestido contra la piel desnuda y sintiendo el aroma a madreselva de su cabello y aquel perfume genuinamente suyo.
—________... —trató de decir de nuevo, pero su voz se quebró.
Ella ignoró aquella llamada. La oyó detenerse a su espalda y, para su mayor tormento, sintió que empezaba a tocarlo. Comenzó por los hombros, pero, rápidamente, lo abrazó, presionando su cuerpo contra la espalda del vizconde, mientras le deslizaba las manos por el pecho, metiendo una de ellas bajo su chaqueta.
—Encontraste a unas mujeres, Zayn. Hermosas mujeres que trajiste a tu casa. Y a las que, lentamente, fuiste educando, con mucho cuidado.
El dedo de ________ acarició el pezón de Zayn por encima de la camisa y él sintió que las piernas se le doblaban al recibir la descarga de sensaciones que eso le produjo en todo el cuerpo.
—Las hiciste pasar de la inocencia al conocimiento. Les enseñaste todo sobre las relaciones íntimas, ¿no es así, Zayn? —________ volvió a deslizarse a su alrededor, girando con sensualidad mientras se frotaba íntimamente contra él hasta quedar frente a frente. Luego lo miró con ojos intensos, examinándolo—. Les enseñaste lo que se siente cuando a uno le tocan. —Al decir esto, ________ tomó las manos del vizconde y las apretó contra sus senos.
Involuntariamente, el vizconde reaccionó a aquel contacto y sus manos se aprestaron a recibir los pechos de la muchacha, a acariciarlos, masajeando los pezones mientras ella gemía y se arqueaba. ________ echó la cabeza hacia atrás, ofreciendo la curva de su cuello a los ardientes labios del vizconde. Y antes de ser consciente de lo que hacía, Zayn se inclinó y comenzó a besar aquella maravillosa piel.
Pero, rápidamente, ella se apartó y las manos del vizconde cayeron impotentes a sus lados.
—A todas nos enseñaste lo que se siente al ser acariciadas, Zayn —dijo, alejándose—. Pero ninguna aprendió a amar. —________ hizo una pausa, separando también sus manos del vizconde—. Porque tú no sabes cómo hacerlo.
Él tragó saliva mientras la miraba y sentía un dolor que no esperaba, un vacío cuya existencia nunca había querido reconocer.
—Luego, cada una de nosotras —continuó diciendo ________ mientras se alejaba—, cada una de esas hermosas mujeres que tú educaste, que tocaste, con las que tuviste un contacto íntimo, te dejó porque así lo habías planeado.
El vizconde desvió la mirada, incapaz de soportar la visión de ________, incapaz de soportar el deseo que sus palabras despertaban en él.
—Era necesario —dijo con voz ronca.
—Tal vez. Pero una parte de ti siguió esperando que te amáramos. —________ vaciló, como si estuviera buscando las palabras precisas—. O quizás sea más exacto decir que una parte de ti quería que nosotras te enseñáramos. Deseabas que te mostráramos cómo amar, y así podría ser que no te abandonáramos. Tal vez una de nosotras se quedara. —________ se inclinó hacia delante súbitamente—. O quizás tú aprendieras, por fin, a hacer que fuera menos doloroso, menos difícil decir adiós.
El vizconde se movió bruscamente, apartándose, apresurándose a meterse detrás del escritorio, como si el hecho de que la mesa se interpusiera entre ambos pudiera detener sus pensamientos. Y, sobre todo, frenar aquel torrente de sentimientos que desataban en su interior las palabras de ________.
—Eso no tiene sentido, ________. Esto siempre ha sido un asunto de negocios. Desde el principio.
—Desde el principio —lo interrumpió ________— tú has estado esperando que alguien te ame. —________ se acercó y llegó hasta el escritorio, inclinándose luego sobre él—. ¿Tus padres, quizás? ¿Jenny? ¿Alguna de las novias Malik?
De repente, él pronunció unas palabras que jamás había pronunciado, y que nunca había imaginado que diría, y en las que tanto temía creer.
—El amor no existe, ________. Sólo existen la lujuria y el deseo. —Se abalanzó sobre ella bruscamente por encima del escritorio, y le agarró la entrepierna con una mano, apretándola con tal fuerza y brutalidad que ella soltó un grito.
Pero ________ no se apartó. Ni siquiera dio un paso atrás. En lugar de eso le acarició el brazo, el hombro, hasta tocarle la cara.
—Yo sé cómo amar, Zayn. Yo sé qué es el amor.
________ respiró profundamente y, poco a poco, el vizconde fue aflojando la mano. Ella bajó la otra mano y suavemente fue abriendo los dedos que la aferraban hasta que la soltó por completo. Luego apretó su palma contra la de él y sus dedos se entrelazaron.
—Te lo puedo mostrar.
El vizconde sintió que las lágrimas nublaban su visión. ¿Sería verdad? ¿Acaso aquello era lo que lo hacía sufrir, lo que había estado ansiando todos esos años? ¿Se trataba de algo sin nombre que ella había mencionado la primera noche que había pasado allí? ¿Lo que ella añoraba, lo que los dos añoraban, pero que no habían encontrado?
—Estás destinada a alguien más.
—Lo sé —susurró ________.
El vizconde tragó saliva, pero eso no le ayudó a aliviar el nudo que sentía en la garganta.
—No puedo cambiar eso, a pesar de que lo desee con toda mi alma.
Zayn la vio asentir con un gesto de resignación.
—También lo sé.
—Entonces, ¿por qué? —dijo el vizconde, alejándose un poco—. ¿Por qué no abrirte las piernas y acabar con esto? —Zayn habló de una manera intencionadamente vulgar, degradando la situación tanto como podía. No sabía por qué lo hacía, pero no podía permitir que ella continuara. No podía permitirse el lujo de creer que aquello tenía otro significado.
Que nada podía tener otro significado.
—Porque tienes que sentirlo —respondió ________ con tranquilidad—. Porque necesitas saber que, pase lo que pase, mañana no habrá diferencia. Viva o no los próximos veinte años complaciendo a un hombre mayor, eso no te afecta ni a ti ni a mí.
—¡Claro que nos afecta! —contestó él con rabia—. Eso lo es todo. Tu famoso amor —dijo prácticamente escupiendo— será para él. Tus piernas se abrirán para él.
—Sí, mi cuerpo será de él. Pero tú eres el hombre que yo amo.
Si lo hubiese atacado con un cuchillo y le hubiese abierto el pecho, ________ no le habría hecho tanto daño. Ella no podía amarlo. No podía sentir eso por él.
—¡No! —estalló Zayn, deslizándose rápidamente junto a ________ para alcanzar la puerta—. ¡No lo haré! —gritó.
Pero allí estaba nuevamente la muchacha, tomándolo de los brazos, alejándolo de la puerta. De todas formas, no habría podido salir. Cuando el vizconde intentó manipular el pomo, tratando de salir corriendo, se dio cuenta de que la puerta había sido atrancada por fuera.
Seguramente había sido Dunwort, siguiendo las órdenes de ________.
Pero antes de que él pudiese acusarla o proferir amenazas contra el sirviente, ________ llegó por detrás y se interpuso entre él y la puerta, convirtiendo su cuerpo en una barrera tanto física como emocional.
—¿Por qué no? —lo desafió ________—. ¿Por qué huyes? —Cuando el vizconde dejó de forcejear, ________ se enderezó y se detuvo ante él sin una pizca de insinuación, sin proyectar una mínima sombra de seducción. Sin embargo, el vizconde jamás la había encontrado más tentadora—. Una vez —continuó ________—, una sola vez, Zayn, déjame mostrarte lo que es el amor. —Puso una mano sobre el pecho del vizconde, justo encima del corazón—. Déjame enseñarte cómo siento yo. —Se inclinó y sus palabras se deslizaron por la mejilla de él como fuego—. Quiero ser yo la instructora.
El vizconde la miró. Notó las lágrimas que le hacían brillar los ojos, pero más allá de ellas, pudo apreciar el deseo que ardía en ella, la necesidad de contarle lo que sentía. De mostrárselo. De enseñarle.
¿Cómo podía decirle que no? ¿Cómo podía negarse a la única cosa que siempre había buscado, y que ella había comprendido que él ni siquiera podía ver?
Tragó saliva, y su voz resonó con una mezcla de confusión y dolor.
—No sé qué hacer —susurró, levantando las manos en señal de impotencia, temblando por un dolor que se había convertido en una parte tan grande de su vida que ni siquiera se había dado cuenta de que estaba ahí.
Hasta que llegó ________. Hasta que ella cayó en sus brazos.
—Yo sí —susurró ________, y luego se inclinó hacia delante y lo besó en la boca.
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El fin esta cerca, chicas.
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Capítulo 20
—Que usted quiere qué?—Zayn dio un salto en la silla mientras miraba al conde de Songshire a los ojos, que lo observaba desde el otro lado del escritorio. Si el conde hubiese entrado desnudo, el vizconde no se habría asombrado tanto.
—Por Dios, hombre —replicó el conde con un tono de burla—, nunca pensé que usted pondría reparos en este punto.
—Pero... pero... —Zayn no pudo continuar. No podía ser. Aquélla no era una discusión razonable.
—Pero, pero nada —replicó Thomas con firmeza—. Escúcheme, jovencito, quiero una mujer Malik y tendré una. O si no, ¿por qué cree que le recomendé que viniera?
Zayn asintió un poco aturdido, mirando el montón de papeles que se alzaba entre él y su visitante.
—Todos los detalles están acordados —dijo como si estuviese confirmándose el hecho a sí mismo.
—Sí —afirmó el conde—. Todos excepto uno. Usted debe quitarle la virginidad por mí.
De nuevo, Zayn sintió que la cabeza le daba vueltas.
—No puede estar hablando en serio.
El conde levantó las manos en señal de disgusto.
—Míreme, Zayn. Soy un viejo torpe. Por Dios, no poseo las habilidades ni la paciencia para desvirgar correctamente a una muchacha, y mucho menos a la hija de un clérigo. —Se inclinó hacia delante y lo miró con intensidad—. Pero usted sí. Usted ha convertido esto en un maldito negocio.
—¡Nunca le he quitado la virginidad a una muchacha! —exclamó Zayn, preguntándose por qué tenía los puños apretados, por qué quería golpear la cara del anciano que acababa de hacer un arreglo económico tan increíblemente generoso para ________. Y, por extensión, para el propio Zayn.
—Claro que no —respondió el conde con un tono más suave—. Pero ahora lo hará. Porque yo no tengo paciencia para hacerlo bien. —Volvió a inclinarse, mirándolo con seriedad—. Las jóvenes pueden ser tan quisquillosas e impredecibles... Requieren más paciencia de la que tengo. Y usted y yo sabemos que una mala noche de bodas puede estropear para siempre a una muchacha.
Zayn tragó saliva. Tenía la boca terriblemente seca.
—Pero es su noche de bodas —dijo con voz ronca, como si le doliera la garganta.
—No, Zayn. La segunda vez será mi noche de bodas. Su primera vez será con usted. —De repente, el hombre se puso de pie y agarró el sombrero—. Hágalo pronto. Esta noche, tal vez. Quizás pueda conseguir el permiso especial para pasado mañana. Eso le dará suficiente tiempo para recuperarse. —Se detuvo en la puerta, girándose para hacerle un guiño al vizconde—. Luego llegará mi turno.
Tras la marcha del conde, Zayn continuó todavía petrificado en su sitio durante un buen rato, incapaz de moverse a causa de la sorpresa.
La virginidad de ________.
Suya.
Con un repentino arranque de energía, salió corriendo de la biblioteca y se dirigió hasta la puerta trasera de la casa. Se arrodilló en el pequeño huerto de hortalizas y vomitó.
La baronesa Agatha Huntley sabía qué día era. De hecho, toda la casa lo sabía. Se trataba del día en que Zayn le quitaría la virginidad a ________. Los contratos habían sido firmados, las cuentas acordadas y cerradas. Ahora, lo único que faltaba era desflorar a la muchacha, procurar que dijera «Acepto» y despedirse de ellos, para alejarse con su esposo en medio de la luz de la mañana.
Zayn tendría, al fin, suficiente dinero para restablecer sus propiedades. Aquello le proporcionaría el capital suficiente para pagar las deudas y comenzar de nuevo. Dunwort por fin escaparía de aquel infierno llamado Londres, porque estaba decidido a seguir a su amo al campo. Y Agatha se quedaría pudriéndose en aquella casa vacía.
Sí, ________ sería la última de las novias Malik. Agatha ya no tendría ocupación, así que Zayn podía deshacerse de ella, puesto que había dejado muy claro que no le ligaba ningún vínculo familiar con su tía. Su único valor era su habilidad para instruir y acompañar a sus protegidas.
Tan pronto como se celebrara la boda de ________, Agatha sería arrinconada como un trasto viejo.
La baronesa bajó la vista, se miró la mano y frunció el ceño al fijarse en la copa y el líquido oscuro que contenía. Era brandy barato. No se podía encontrar en la casa una sustancia más horrible. Hasta ahora nunca le había importado. Aquel licor barato lo volvía a uno insensible con la misma rapidez que uno de gran reserva. Y, algunas veces, incluso más rápido.
Pero no aquel día. Y tampoco desde hacía varias semanas. Desde que ________ la había desafiado.
Elija un hombre, baronesa. Muéstreme cómo pueden funcionar los ardides sin belleza.
Esas palabras resonaban en su cabeza desde entonces. Agatha buscaba el brandy únicamente para acallarlas. Pero no había bebido, no había tocado ni una gota de licor desde ese día. Porque tan pronto como intentaba aferrarse a la botella, recordaba lo que le había dicho Zayn.
Alguna vez fuiste una mujer hermosa. Cuando no bebías.
Entre el desafío de ________ y el desprecio de Zayn, Agatha había decidido enfrentarse a sus demonios. Pero ahora regresaban con más fuerza, deslizándose por el pasillo encarnados en ________.
Aquella muchacha era hermosa: elegante, joven y de buen corazón. Representaba todo lo que Agatha había sido una vez. Hacía mucho tiempo, antes de que su esposo acabara con todas aquellas virtudes.
La baronesa miró con resentimiento la sombra de ________, que ya desaparecía de su vista.
No era justo. ¿Cómo era posible que esa muchacha se quedara con todo, mientras ella se pudría sin nada? ________ era la chica perfecta. Tendría un marido rico. Un título respetable. Por Dios, incluso sería desflorada por uno de los mejores amantes de toda Inglaterra.
Lo peor de todo era que ________ se iba a quedar con Thomas. El mismo Thomas que, una vez, siendo un dulce muchacho, había declarado su amor a Agatha y, poniéndose de rodillas, le había besado la mano con tanto ardor que sus padres se habrían escandalizado de haberlo sabido.
Pero como era tonta, Agatha lo había rechazado. No de malos modos. De hecho, había sido muy amable. Sin duda, la familia de él se opondría a que se casara con una muchacha desconocida. Además, ella ya le había entregado su corazón a Horace, un simple barón. ¡Dios, si pudiera volver atrás en el tiempo! Si pudiera regresar a aquel momento en que él le había declarado su amor. Lo abrazaría y haría todo lo que estuviera en su poder para sellar esa unión.
Agatha se dio cuenta de que, entonces, habría mandado a paseo los buenos modales, comprometiéndose a propósito entre sus brazos y forzándolo a hacer lo correcto. Y él lo habría hecho. Ella lo sabía. Porque Thomas era un hombre honorable. Y ahora pertenecería a ________.
Aquel pensamiento lanzó una oleada de amargura a su estómago, mientras aferraba el vaso. Pero no bebió. Se quedó mirando otra vez el líquido oscuro, exponiéndose a una tentación a la que se había resistido durante varias semanas.
Elija un hombre, baronesa. Muéstreme cómo pueden funcionar los ardides sin belleza.
Era un desafío. Tan temerario y descarado como ningún otro. Y, sin embargo, hasta ese momento Agatha lo había ignorado. No se rebajaría a ese nivel. No lucharía con una muchacha a la que le doblaba la edad por un hombre, como si fuera el premio de un concurso.
Pero ________ tenía a Thomas. Y Agatha lo quería.
Alguna vez fuiste una mujer hermosa. Cuando no bebías.
La baronesa miró el reloj. El desfloramiento de ________ sería esa noche. Eso significaba que tanto la muchacha como su sobrino estarían más que ocupados.
Agatha volvió a fruncir el ceño, mientras elaboraba un plan. Thomas era un hombre de costumbres. Siempre lo había sido. Dentro de cuarenta y cinco minutos saldría de su casa vacía rumbo al club. Allí cenaría, fumaría unos cigarros y luego, poco después de las diez, regresaría a casa. Entraría con su llave, leería un libro de Aristóteles o algún otro clásico griego, antes de irse a la cama hacia la media noche.
La única razón por la cual el hombre deseaba a ________ era porque se trataba de una novedad. Y, más que eso, ofrecía la promesa de un constante cambio de rutina a lo largo de los años venideros.
Pero los hombres nunca se entendían a sí mismos. ________ lo complacería durante una o dos semanas, tal vez varios meses, pero ninguna jovencita tenía los medios de manejar a Thomas durante muchos años. Ninguna muchacha con apenas veinte años entendería lo suficientemente bien a aquel hombre como para permitirle continuar con su rutina cambiándola sólo lo necesario para que hubiese un cierto atrevimiento.
No era culpa de la muchacha. Sencillamente, carecía de la historia y la experiencia que posee toda mujer mayor. Y una amplia perspectiva, por decirlo de alguna manera.
Pero Agatha sí poseía esos medios.
Y podría hacerlo.
Con ese pensamiento en mente, la baronesa se levantó de la silla y abandonó el licor en busca de un estímulo más interesante. Aquella noche, ella no quería olvidar. Quería recordar. Y hacerle recordar a alguien más cómo había sido estar juntos alguna vez.
No se rebajaría a competir con ________. Sólo pretendía mostrarle a Thomas lo que pensaba, ayudarlo a descubrir qué era lo que realmente deseaba.
Había llegado la hora.
Zayn observaba aturdido el reloj de bolsillo de su abuelo. Era una de las pocas cosas que su padre no había empeñado hacía años, y porque había estado perdido durante más de una década. Zayn no lo tendría ahora, si no lo hubiese encontrado detrás de un armario. En aquel momento, lo había mirado, preguntándose también si debería venderlo.
Pero, en su lugar, lo que había vendido fue el armario, así que pudo conservar el reloj. Más tarde, cuando el último de los libros valiosos abandonó la casa, volvió a preguntarse cuánto le darían por aquel recuerdo de su abuelo.
Aquel día acudió a un baile en busca de algo de comer y allí había conocido a Audra.
Durante algún momento de esa noche, decidió vender a Audra en vez del reloj de su abuelo. Y ahora, de nuevo, el vizconde miraba el reloj, preguntándose cuánto le pagarían por él. ¿Sería posible venderlo por la misma suma que a ________? ¿Por la mitad?
Claro que no. Ni siquiera por la milésima parte, pero, aun así, lo contemplaba, haciéndose preguntas, deseando y recordando.
Cerró los ojos y el dolor invadió su corazón. No quería hacer lo que estaba a punto de suceder. No quería quitarle la virginidad a ________, compartir la cama con ella, hundirse en ella. No quería tocarla porque eso haría que la mañana resultara mucho más difícil.
Si lloraba cada vez que una de sus protegidas se casaba, ¿qué haría cuando ________ llegara al altar? ¿Cómo podía ver que la única mujer que lo había desafiado, que lo había excitado, que lo había puesto a prueba y lo había superado, se iba con otro hombre? ¿Cómo podía verla casarse con otro?
________ le había ofrecido quedarse con él. De todas sus pupilas, era la única que lo había dicho en voz alta. O casi. Se quedaría si él se lo pidiera. Tiraría por la borda todo lo que deseaba para permanecer a su lado.
Miró las paredes desconchadas, las estanterías vacías, la alfombra ajada. Pronto ________ tendría riqueza y seguridad durante el resto de su vida. Él no podía proporcionarle nada semejante. Ni siquiera podría ofrecerle seguridad hasta el final del mes. Ella no era consciente de hasta qué punto estaba arruinado y lo mucho que había arriesgado contando con lo que recibiría por su matrimonio.
Si el arreglo no se llevaba a cabo de acuerdo con lo planeado, todos quedarían en la calle en un par de semanas. Y la prisión de los deudores no estaría muy lejos. Pasarían meses antes de que sus cultivos dieran fruto. Y años antes de que su inversión empezara a dar beneficios.
Incluso con la boda de ________, Zayn se enfrentaba a muchos y largos años de duro trabajo.
Tenía que entregarla. Su futuro, el de su tía, el de Dunwort y el de los jornaleros que trabajaban sus tierras, dependía del matrimonio de ________.
Pero ¿cómo podría abrazarla, compartir una sola noche extraordinaria con ella y luego entregarla? Era impensable. Así que se sentó a mirar el reloj de bolsillo de su abuelo y a desear cosas que no podría tener.
Zayn sabía que a esa hora él debería estar arriba. Probablemente, en ese momento ella estaría paseándose por su habitación, nerviosa, pensando en lo que estaba a punto de suceder. Ella ya estaba enterada de lo que él tenía que hacer. De hecho, había sido él quien le había informado, no cara a cara, sino a través de una de sus lacónicas misivas.
Songshire exige que yo te quite la virginidad esta noche.
Tu boda se celebrará dentro de dos días. La baronesa se encargará de responder a todas tus preguntas. Yo estaré ocupado con las últimas disposiciones del contrato.
M
Dunwort le informó de que ________ había leído la carta sin hacer ningún comentario. No se desmayó, ni gritó, ni se puso a llorar, aunque tampoco esperaba algo semejante de ella. Pero se había puesto pálida y tuvo que sentarse un momento. Dunwort le sirvió té, la tomó de la mano y luego, a instancias de la propia ________, regresó a su trabajo.
Zayn debería haber estado allí para agarrar su mano, no Dunwort. Tendría que haber sido él el encargado de darle la noticia con ternura, con delicadeza, ayudándola a asimilar el golpe y preparándola para la aterradora noche que le esperaba.
Pero no pudo hacerlo. No se sentía capaz de enfrentarse al resentimiento que seguramente brillaría en los ojos de ________ por sentirse traicionada, al temor de saber que la tendría que tocar otra vez y abandonarla a la mañana siguiente.
Si se lo pidiese, ella se quedaría con él.
Aquejado de un dolor súbito, el vizconde se agarró de la silla y maldijo a Songshire con cada espasmo de dolor, con cada contorsión del vientre, con cada bocanada de aire que le entraba por la nariz. Cuando el ataque pasó, se puso de pie con decisión.
No lo haría. No podía hacerlo. Songshire tendría que desflorar a su propia esposa.
Estaba a punto de salir de la biblioteca cuando la puerta se abrió. Enmarcada por la tenue luz del vestíbulo estaba ________, con el pelo suelto y vestida con uno de sus trajes más transparentes y vaporosos.
Zayn tragó saliva. No se esperaba aquella aparición. Pero, claro, ¿cuándo había hecho ________ algo predecible? ¿Algo que él hubiese planeado? Aunque tuviera en cuenta que siempre lo sorprendía, tenía que haber imaginado que ella lo buscaría. Que se plantaría ante él con un vestido transparente, sin enaguas debajo.
¡Cielo santo! Podía ver todo su cuerpo. Los senos voluptuosos. La delgada cintura. La maraña de vello oscuro en el vértice de los muslos. Y, por supuesto, las piernas. Esas piernas exquisitamente largas y bien formadas.
—¿Zayn? —preguntó ________ con voz suave.
El vizconde sintió un nudo en el estómago al oír el dulce sonido de la voz de la muchacha. ________ miró las manos enguantadas del hombre y frunció el ceño.
—¿Iba usted a salir? —preguntó.
Él quiso mentirle, pero no pudo hacerlo. Como mínimo le debía honestidad.
—No puedo hacer esto, ________ —dijo el vizconde con una voz ronca y el cuerpo contraído de dolor. No estaba seguro si se trataba de un dolor en el alma o en el cuerpo. Ambos estaban tan íntimamente entrelazados que no era capaz de distinguir el uno del otro. Sólo sabía que deseaba a ________ con una intensidad que rayaba en la locura. Pero no podía tenerla.
—Tengo que marcharme.
El vizconde dio un paso al frente con esa intención. Pero ________ no se movió. Se quedó exactamente donde estaba, enmarcada por el dintel de la puerta. Y Zayn no podía arriesgarse a rozarla al pasar. No cuando llevaba ese vestido.
—________ —dijo con firmeza, tratando de imprimirle a su voz un tono autoritario—, esto no va a funcionar.
________ bajó la cabeza y le sonrió, como si le acabaran de contar un atrevido chiste.
—¿Qué es lo que no va a funcionar, Zayn? —preguntó con dulzura—. ¿Está usted diciendo que su miembro no va bien? —Dirigió intencionadamente la mirada a la parte inferior del cuerpo de Zayn, y enseguida fue consciente del visible abultamiento que tenía entre las piernas—. Permítame que lo dude.
—Siempre te he deseado, ________. Tú lo sabes.
Ella enarcó una ceja, sin poder evitar que una expresión de placer invadiera su rostro.
—¿En serio? No me había dado cuenta. —Dio un paso hacia él—. Me alegra que lo diga.
—________... —comenzó a decir Zayn, haciendo un enorme esfuerzo por articular las palabras.
La muchacha lo interrumpió con un gesto casi imperceptible. Dobló la muñeca y con ese sencillo movimiento cerró la puerta de la biblioteca detrás de ella.
Aquel crujido pareció estallar en la cabeza del vizconde.
—Deberías estar arriba—dijo—. Preparándote. —Se trataba de una afirmación estúpida, que mostraba la confusión de su mente. Pero fue lo único que se le ocurrió, sobre todo mientras luchaba por mantener cierta distancia entre ellos, tanto física como emocional. Necesitaba hablarle, distraer de alguna manera la atención de ________, era una de las pocas armas que le quedaban.
________ volvió a sonreír.
—Ya estaba preparada. Estaba esperando. —Suspiró, y el gesto hizo que el vestido se ciñera a los senos, haciéndolos casi brillar a través de la tela rosada—. Y entonces empecé a pensar. —Se giró ligeramente. Sus ojos resplandecían de alegría cuando mostró su perfil al vizconde.
Dios, tenía los pezones endurecidos. El miembro de Zayn se agrandó y se puso duro.
—Comencé a pensar en ti, Zayn.
________ dio una vuelta alrededor del vizconde. Por fortuna, no se acercó lo suficiente para tocarlo. Se limitó a describir un gran semicírculo para acabar apoyándose lenta y delicadamente contra el escritorio.
Zayn miró hacia atrás. Ya se podía ir. ________ ya no le cerraba el paso. Pero ¿adonde iría? ¿Cómo haría para huir de la imagen que tenía grabada en la mente? ¿La imagen de ________, envuelta en esa delicada tela rosa, apoyada contra el escritorio mientras sus ojos le lanzaban un desafío? No podía escapar de ella. Y sospechaba que esa imagen lo perseguiría durante el resto de sus días.
—¿Quieres saber de qué me di cuenta, Zayn? Sobre ti.
Él asintió con la cabeza. En realidad, si ella le hubiese pedido que se presentara desnudo ante el Parlamento, también habría asentido sin vacilación.
—Me di cuenta de que todo el mundo te abandona.
Zayn retrocedió como si lo hubiesen golpeado. Ella siguió, implacable, hablando suavemente, y cada una de sus palabras le parecieron como pequeñas agujas que le clavaba cada vez más profundamente sobre la piel.
—Supongo que todo comenzó con la muerte de tus padres. Luego, la baronesa. Creo que ella no te abandonó de verdad; sólo que no pudo llevarte a su casa. Y después, claro, vino Jenny. —La voz de ________ se volvió más cruel, más dura, aunque todavía albergaba algo de compasión—. Ella te mostró el amor físico, pero sólo a cambio de un precio, y más tarde te dejó al recibir una mejor oferta.
—Jenny me quiere. —El vizconde no se percató de que había hablado hasta que sintió el dolor que le causaba su propia voz surgiendo de su garganta.
—Bueno, claro que te quiere —lo reprendió ________—. Por Dios, Zayn, todos te queremos. Pero estoy hablando de tu vida.
Se inclinó un poco, y el movimiento hizo que sus senos se pronunciaran más, al tiempo que extendía las piernas hacia delante, mostrándole al vizconde la exquisita línea de sus pantorrillas.
—Al final, Jenny se ha convertido en una famosa madame y tú ya no puedes pagarla.
Zayn no lo podía negar. Jenny había tenido mucho éxito.
—Y ahora llegamos a tu participación en todo esto. Hasta ahora, he enumerado las cosas que te sucedieron. Pero aquí —dijo, haciendo un gesto para señalar la casa mientras seguía diseccionándolo con sus palabras—, aquí te convertiste en un hombre. Y creaste precisamente la situación que te ha causado tanto dolor.
De pronto, ________ se apartó del escritorio y comenzó a caminar lentamente alrededor del vizconde, obligándolo a mirar los movimientos de su cuerpo y la suave caricia de la tela contra sus piernas, sus nalgas y su larga y elegante espalda. Zayn no quería ver. Trató de cerrar los ojos, pero siguió oyendo el roce del vestido contra la piel desnuda y sintiendo el aroma a madreselva de su cabello y aquel perfume genuinamente suyo.
—________... —trató de decir de nuevo, pero su voz se quebró.
Ella ignoró aquella llamada. La oyó detenerse a su espalda y, para su mayor tormento, sintió que empezaba a tocarlo. Comenzó por los hombros, pero, rápidamente, lo abrazó, presionando su cuerpo contra la espalda del vizconde, mientras le deslizaba las manos por el pecho, metiendo una de ellas bajo su chaqueta.
—Encontraste a unas mujeres, Zayn. Hermosas mujeres que trajiste a tu casa. Y a las que, lentamente, fuiste educando, con mucho cuidado.
El dedo de ________ acarició el pezón de Zayn por encima de la camisa y él sintió que las piernas se le doblaban al recibir la descarga de sensaciones que eso le produjo en todo el cuerpo.
—Las hiciste pasar de la inocencia al conocimiento. Les enseñaste todo sobre las relaciones íntimas, ¿no es así, Zayn? —________ volvió a deslizarse a su alrededor, girando con sensualidad mientras se frotaba íntimamente contra él hasta quedar frente a frente. Luego lo miró con ojos intensos, examinándolo—. Les enseñaste lo que se siente cuando a uno le tocan. —Al decir esto, ________ tomó las manos del vizconde y las apretó contra sus senos.
Involuntariamente, el vizconde reaccionó a aquel contacto y sus manos se aprestaron a recibir los pechos de la muchacha, a acariciarlos, masajeando los pezones mientras ella gemía y se arqueaba. ________ echó la cabeza hacia atrás, ofreciendo la curva de su cuello a los ardientes labios del vizconde. Y antes de ser consciente de lo que hacía, Zayn se inclinó y comenzó a besar aquella maravillosa piel.
Pero, rápidamente, ella se apartó y las manos del vizconde cayeron impotentes a sus lados.
—A todas nos enseñaste lo que se siente al ser acariciadas, Zayn —dijo, alejándose—. Pero ninguna aprendió a amar. —________ hizo una pausa, separando también sus manos del vizconde—. Porque tú no sabes cómo hacerlo.
Él tragó saliva mientras la miraba y sentía un dolor que no esperaba, un vacío cuya existencia nunca había querido reconocer.
—Luego, cada una de nosotras —continuó diciendo ________ mientras se alejaba—, cada una de esas hermosas mujeres que tú educaste, que tocaste, con las que tuviste un contacto íntimo, te dejó porque así lo habías planeado.
El vizconde desvió la mirada, incapaz de soportar la visión de ________, incapaz de soportar el deseo que sus palabras despertaban en él.
—Era necesario —dijo con voz ronca.
—Tal vez. Pero una parte de ti siguió esperando que te amáramos. —________ vaciló, como si estuviera buscando las palabras precisas—. O quizás sea más exacto decir que una parte de ti quería que nosotras te enseñáramos. Deseabas que te mostráramos cómo amar, y así podría ser que no te abandonáramos. Tal vez una de nosotras se quedara. —________ se inclinó hacia delante súbitamente—. O quizás tú aprendieras, por fin, a hacer que fuera menos doloroso, menos difícil decir adiós.
El vizconde se movió bruscamente, apartándose, apresurándose a meterse detrás del escritorio, como si el hecho de que la mesa se interpusiera entre ambos pudiera detener sus pensamientos. Y, sobre todo, frenar aquel torrente de sentimientos que desataban en su interior las palabras de ________.
—Eso no tiene sentido, ________. Esto siempre ha sido un asunto de negocios. Desde el principio.
—Desde el principio —lo interrumpió ________— tú has estado esperando que alguien te ame. —________ se acercó y llegó hasta el escritorio, inclinándose luego sobre él—. ¿Tus padres, quizás? ¿Jenny? ¿Alguna de las novias Malik?
De repente, él pronunció unas palabras que jamás había pronunciado, y que nunca había imaginado que diría, y en las que tanto temía creer.
—El amor no existe, ________. Sólo existen la lujuria y el deseo. —Se abalanzó sobre ella bruscamente por encima del escritorio, y le agarró la entrepierna con una mano, apretándola con tal fuerza y brutalidad que ella soltó un grito.
Pero ________ no se apartó. Ni siquiera dio un paso atrás. En lugar de eso le acarició el brazo, el hombro, hasta tocarle la cara.
—Yo sé cómo amar, Zayn. Yo sé qué es el amor.
________ respiró profundamente y, poco a poco, el vizconde fue aflojando la mano. Ella bajó la otra mano y suavemente fue abriendo los dedos que la aferraban hasta que la soltó por completo. Luego apretó su palma contra la de él y sus dedos se entrelazaron.
—Te lo puedo mostrar.
El vizconde sintió que las lágrimas nublaban su visión. ¿Sería verdad? ¿Acaso aquello era lo que lo hacía sufrir, lo que había estado ansiando todos esos años? ¿Se trataba de algo sin nombre que ella había mencionado la primera noche que había pasado allí? ¿Lo que ella añoraba, lo que los dos añoraban, pero que no habían encontrado?
—Estás destinada a alguien más.
—Lo sé —susurró ________.
El vizconde tragó saliva, pero eso no le ayudó a aliviar el nudo que sentía en la garganta.
—No puedo cambiar eso, a pesar de que lo desee con toda mi alma.
Zayn la vio asentir con un gesto de resignación.
—También lo sé.
—Entonces, ¿por qué? —dijo el vizconde, alejándose un poco—. ¿Por qué no abrirte las piernas y acabar con esto? —Zayn habló de una manera intencionadamente vulgar, degradando la situación tanto como podía. No sabía por qué lo hacía, pero no podía permitir que ella continuara. No podía permitirse el lujo de creer que aquello tenía otro significado.
Que nada podía tener otro significado.
—Porque tienes que sentirlo —respondió ________ con tranquilidad—. Porque necesitas saber que, pase lo que pase, mañana no habrá diferencia. Viva o no los próximos veinte años complaciendo a un hombre mayor, eso no te afecta ni a ti ni a mí.
—¡Claro que nos afecta! —contestó él con rabia—. Eso lo es todo. Tu famoso amor —dijo prácticamente escupiendo— será para él. Tus piernas se abrirán para él.
—Sí, mi cuerpo será de él. Pero tú eres el hombre que yo amo.
Si lo hubiese atacado con un cuchillo y le hubiese abierto el pecho, ________ no le habría hecho tanto daño. Ella no podía amarlo. No podía sentir eso por él.
—¡No! —estalló Zayn, deslizándose rápidamente junto a ________ para alcanzar la puerta—. ¡No lo haré! —gritó.
Pero allí estaba nuevamente la muchacha, tomándolo de los brazos, alejándolo de la puerta. De todas formas, no habría podido salir. Cuando el vizconde intentó manipular el pomo, tratando de salir corriendo, se dio cuenta de que la puerta había sido atrancada por fuera.
Seguramente había sido Dunwort, siguiendo las órdenes de ________.
Pero antes de que él pudiese acusarla o proferir amenazas contra el sirviente, ________ llegó por detrás y se interpuso entre él y la puerta, convirtiendo su cuerpo en una barrera tanto física como emocional.
—¿Por qué no? —lo desafió ________—. ¿Por qué huyes? —Cuando el vizconde dejó de forcejear, ________ se enderezó y se detuvo ante él sin una pizca de insinuación, sin proyectar una mínima sombra de seducción. Sin embargo, el vizconde jamás la había encontrado más tentadora—. Una vez —continuó ________—, una sola vez, Zayn, déjame mostrarte lo que es el amor. —Puso una mano sobre el pecho del vizconde, justo encima del corazón—. Déjame enseñarte cómo siento yo. —Se inclinó y sus palabras se deslizaron por la mejilla de él como fuego—. Quiero ser yo la instructora.
El vizconde la miró. Notó las lágrimas que le hacían brillar los ojos, pero más allá de ellas, pudo apreciar el deseo que ardía en ella, la necesidad de contarle lo que sentía. De mostrárselo. De enseñarle.
¿Cómo podía decirle que no? ¿Cómo podía negarse a la única cosa que siempre había buscado, y que ella había comprendido que él ni siquiera podía ver?
Tragó saliva, y su voz resonó con una mezcla de confusión y dolor.
—No sé qué hacer —susurró, levantando las manos en señal de impotencia, temblando por un dolor que se había convertido en una parte tan grande de su vida que ni siquiera se había dado cuenta de que estaba ahí.
Hasta que llegó ________. Hasta que ella cayó en sus brazos.
—Yo sí —susurró ________, y luego se inclinó hacia delante y lo besó en la boca.
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El fin esta cerca, chicas.
Dilingdingdong
Re: El Arte de Pecar |ZaynMalik & Tu| Adaptada *HOT* (TERMINADA)
DilyJonas escribió:*Alii'Q..<3* escribió:No puede casarse.. Zayn no puede dejar qe se case!! se qe el también ama a la rayis... Dios!! moriré.. porque simplemente no le dice Ahh! Quiero gritar.. meterme en la nove y golpiarlos para que entiendan jajajaja... siguelaaa(:
JAJAJJAJAJAJA calmateeeee, ahorita la sigooo \o/
Oh por dios.. la rayis encontró su lado seductor y se atrevió a decirle que lo ama woow... dios zayn le quitara su virginidad!! Qe emoción hay mas que nada se dará cuenta de que si esta enamorado y no podrá dejarla ir!! Tienes qe seguirla ya!! Por fa haslo por mi :sad:
*Allie'Q..<3*
Re: El Arte de Pecar |ZaynMalik & Tu| Adaptada *HOT* (TERMINADA)
OMG!! ME ESPERABA DE TODO, MENOS QUE LE PIDIERAN A ZAYN QUE LE QUITARA LA VIRGINIDAD A LA _________ ESTOY QUE SHORO DE LA EMOCIÓN :lloro: ES EL CAPITULO MAS LINDO HASTA AHORA :love: Y AL FIN SE BESARON SUS BOCAS SKDNJDJKVNAJVFBGFASD AHORA CAMBIARAN PAPELES Y ELLA LE ENSEÑA A AMAR AUWW!! :(L): ESO SUENA DEMASIADO HERMOSO...NO QUIERO QUE ACABE PERO SIGUELAAAAAAAA!!
MimiMH
Re: El Arte de Pecar |ZaynMalik & Tu| Adaptada *HOT* (TERMINADA)
pero que? que me perdí un trocito T.T menuda lectora soy... :fiu: que la baronesa quiere ligarse al vieje creo que me cae jodidamente bien esa mujer! La tal Karen que se muera u,ú y Zayn y rayis Lola que disfruten, que disfruten, que disfruten! buhhahahhaha estoy impaciente por ver como se resuleve todo este lío dnjdcnr SIGUIENTE
un besete :3
un besete :3
Amelia The carrot's girl
Re: El Arte de Pecar |ZaynMalik & Tu| Adaptada *HOT* (TERMINADA)
Creo que he tenido que leerlo unas tres veces por las lágrimas me impedían ver bien :') Dios, que bonito....creo que me muero. ¡LO HA BESADO! Al fin!!! Jajajaja, y Dily, perdóname por no comentar antes, pero no he podido, pero hay, que bonitos capítulos. Ella lo ama, claro que lo ama. Y él también, Zayn está enamorado de ella aunque no lo quiera ver, verdad? :') Hay dios Dily, preciosa, tienes que seguirla pronto, porque seguro el siguiente capítulo, es precioso, dfhjmlkvgb.
¿Se acabará pronto? Nooooooooo :(
¡Síguela cielo!
Un beso, te quiero, Lucía xx
¿Se acabará pronto? Nooooooooo :(
¡Síguela cielo!
Un beso, te quiero, Lucía xx
lLudirectionerl
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