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Novela I'll be here, by your side. (ZAYN y Tú)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Novela I'll be here, by your side. (ZAYN y Tú)
magic directioner forever escribió:yeouyei una pregunta aqui mismo vas a subir o vas a crear otro tema????
Aquí mismo la voy a subir, linda! :)
TatiStoran
Re: Novela I'll be here, by your side. (ZAYN y Tú)
SEGUNDA TEMPORADA
Capítulo 33:
Narras tú:
Hacía frío en la sala de espera del consultorio. Hoy veríamos, por primera vez como pareja, al bebé. Llevábamos casi toda la mañana aquí. Mi médico general me había remitido con uno de los ginecólogos del hospital, el doctor Adams. Mi médico que cabecera me había hecho una evaluación general y obviamente me riñó por lo de mi borrachera pasada. Me dio la receta de unas pastillas de vitaminas que ayudaran al bebé para su fortalecimiento y reposo aunque ahora por lo menos podía agacharme. Cuando tocó el tema del sexo, me sonrojé. Sólo asentí a sus instrucciones.
Zayn ha estado conmigo todo el tiempo aunque no ha dicho casi nada desde que llegamos. Sólo ha pronunciado unos cuantos monosílabos. No sabía a qué se debía su silencio. Si era a la llegada de nuestros padres la otra semana o porque estábamos en una sala llenas de mujeres embarazadas con las barrigas a punto de explotar y algunas con niños en mano.
Una joven con un uniforme de muñequitos salió del consultorio con unos papeles en mano. Miró a toda la habitación y habló:
-___ (tu nombre completo).
-Yo – dije. Me sonrió.
-Venga conmigo – miré a Zayn.
-Si no quieres venir…
-Vamos – dijo interrumpiéndome.
Se levantó y tendió su mano. La tomé insegura. ¿Qué le pasaba? Seguimos a la joven y entramos a un consultorio un poco más grande y con una camilla inclinada. Era igual a la camilla en la que estuve cuando me hice la prueba para saber si estaba embarazada. La joven me tendió una bata y me señaló un biombo. Me quité los pantalones y la tanga que llevaba. Me puse la bata encima y salí.
-Acuéstese ahí – me dijo – el doctor ya viene.
Dicho esto salió por una puerta que había en el consultorio. Zayn estaba de pie a mi lado. Yo me miraba las manos. ¡Dios! Tenía tantos nervios y Zayn estaba tan raro. Un doctor canoso, pero con un rostro sexy, un veterano de esos que le encantan a mamá, entró por la misma puerta en la que antes la joven salió.
-Buenos días, señorita ___. Mi nombre es Evan Smith – habló con una sonrisa. ¡Wow qué voz!
-Buenos días, doctor – dije.
-El doctor Adams me dijo que hace una semana tuvo unos problemas graves – asentí muerta de la vergüenza – Bien. Creo que él ya la regañó, ¿no es así?
-Sí, así es.
-Entonces no lo haré yo – se dirigió a Zayn – Buenos días.
-Buenos días.
-Bien – juntó las manos – de hoy en adelante yo seré su ginecólogo. Vi en su historia médica que usted es una primeriza.
-Sí, lo soy.
-Quiero recordarle que debe asistir a todos los controles a la que la cite – se sentó en una silla junto a mí – si tiene algún problema puede llamarme a la hora que sea. Cuando terminemos mi secretaria le dará una tarjeta con mis datos – asentí – le haré unas preguntas – tomó una plantilla – y usted deberá responder.
-Está bien.
-Entonces, empecemos – leyó y luego dijo – ¿Fuma o bebé regularmente?
-No.
-¿Consume alucinógenos?
-No.
-¿Práctica algún deporte de alto riesgo para el bebé?
-No.
-¿Come sanamente?
-Sí.
-¿Cuándo fue la última vez que tuvo la regla?
-Hace… hace poco más de un mes.
-¿No ha tenido algún flujo menstrual?
-No.
-¿Algún miembro de su familia tiene enfermedades hereditarias importantes? Como hipertensión, diabetes, hipoglicemia, asma…
-No.
-¿Y del padre? – miré a Zayn.
-No – musitó. Volteé mi vista al doctor.
-¿Cuándo fue la última vez que tuvo relaciones?
-Eh… – sentí mis mejillas ruborizarse y luego los recuerdos amargos invadieron mi mente – creo que un mes.
-Bien – despegó su mirada de la plantilla y se levantó – ahora voy a hacerle un pequeño tacto y luego ultrasonido para ver cómo está ese bebé.
Asentí. La joven entró con unos aparatos. El doctor atrajo su silla al frente de mí. La muchacha seguía preparando, lo que creo que sería el ultrasonido. Entonces sentí la mano de Zayn tomar la mía. Lo miré y nuestras miradas se encontraron. Pude ver en sus ojos que tenía miedo, pero no sabía de qué. Apretó mi mano. Tal vez brindándome seguridad.
-Levante las piernas, señorita ___.
Hice lo que la joven me pidió y el doctor comenzó su tacto con los dedos. Era realmente incómodo. ¡Super incómodo! Apreté mis labios. Me dolía un poco. Luego de otros toques más se quitó los guantes.
-¿Puedo cerrar las piernas?
-Sí – sonrió el doctor. Sabía que estaba muerta de la vergüenza. Cerré mis piernas – tiene la zona un poco afectada por el sangrado. Quiero decir que su vagina y cuello uterino no están preparados aún para tener relaciones. Tiene que descansar un poco más. Máximo dos días más. Después podrás volver a tener relaciones íntimas.
-Aja – tartamudeé.
-El sexo no afectará al bebé – siguió hablando – pero si no están seguros pueden retomarlo en una semana. Ahora veremos cómo está el bebé.
Encendió el aparato y luego la joven me abrió un poco la bata en la zona de mi vientre. Vertió un líquido frío por todo ese lugar y luego se retiró. El doctor Smith se acercó con un aparato y lo puso sobre mi vientre. Entonces comenzó a sonar algo como si se escuchara un tambor. Luego en un pantalla encendió a blanco y negro.
-¿Qué suena así? – pregunté. El doctor Smith me sonrió.
-Es el bebé – contestó.
Entonces sentí que alguien tomaba mi mano. Era Zayn. Lo miré sorprendida y mis ojos comenzaron a nublarse.
-¿El bebé? – preguntó él.
-Sí. Ya le late el corazón – habló el doctor Smith. Movió un poco el aparato sobre mi vientre y el sonido se escuchó más duro – aquí está. ¿Lo ven por la pantalla?
Enfoqué mi vista y pude la forma como de una alverja negra en el centro de la pantalla.
-Sí – respondió Zayn y apretó más mi mano.
-Esa alverja… – musité. El doctor Smith soltó una risita.
-Sí. Ahora es un como un alverja. Mide 4 milímetros y pesa un gramo ¿Quieren una foto?
-Sí – musité.
El doctor se acercó al aparato grande y apretó unos botones. A los segundos salió una foto. Me la entregó y con dedos temblorosos la tomé. La miré y sentí unos labios besar mi sien.
-La próxima cita será dentro de un mes. El bebé se encuentra en excelente condiciones.
-¿Dentro de un mes?
-Sí – nos sonrió – veo que su desarrollo está muy bien. ___ nada de esfuerzo físico por estos dos días. Come sano y nada de alcohol.
-Sí, lo sé.
-Bien. Puedes arreglarte y salir. Los espero en un mes. Mi secretaria les dará mi tarjeta y el papel de la cita.
Dicho eso salió por la puerta. Me levanté, le di la instantánea a Zayn y fui hacia el biombo para cambiarme. Cuando salí, noté que mi Adonis estaba un poco más relajado. Salimos del consultorio y fuimos a recepción. La secretaria nos dio los papeles y luego salimos hacia el estacionamiento.
Cuando nos adentramos en el tráfico recibí una llamada era papá.
-Hola papi – contesté.
-¿Cómo estás, cariño? – preguntó del otro lado del articular.
-Bien. Acabó de salir de una cita con el ginecólogo. Estoy bien y el bebé también.
-Qué bueno hija – musitó aliviado – ¿Estás con el muchacho?
-Sí. Me acompañó.
-Bien – suspiró – Quería decirte que debo adelantar el viaje. Llegaré en dos días.
-¿Por qué? ¿Qué pasó?
-Dentro de una semana tengo que viajar a Tokio. Lo siento cariño. Quise posponerlo, pero me necesitan en la sucursal de allá.
-Tranquilo. No te preocupes. Lo entiendo.
-Me quedaré cuatro días contigo y luego viajaré.
-Está bien.
-¿Has hablado con tu madre?
-No – la voz se me quebró.
-Habla con ella.
-No quiere hablar conmigo. Ni siquiera ha intentado comunicarse conmigo.
-Está bien. Tengo que irme mi niña.
-Llámame cuando vayas a abordar el avión para irte a buscar al aeropuerto.
-No tienes que hacerlo. Sé llegar.
-Llámame, ¿de acuerdo?
-Está bien – soltó una risita – Te quiero, mi niña.
-Yo a ti papi.
Colgamos. Suspiré. ¡Rayos! Ahora papá conocería a Zayn más pronto y me mataría. Lo sé. Un chico con tatuajes no el hombre con el que papá esperaba que tuviera una relación.
-Mi papá adelantó su viaje – le conté a Zayn.
-¿Qué?
-Tiene que viajar a Tokio la otra semana – expliqué – por eso llegará en dos días.
-Vaya – frunció el ceño.
-¿Qué?
-Mis papás también adelantaron el viaje.
-¿Qué? – hablé sorprendida.
-Lo siento. No había encontrado el momento para decírtelo – se encogió de hombros – Llegan también en dos días.
-¿Por eso has estado tan raro toda la mañana?
-¿Raro?
-Sí.
-Bueno estaba ideando la manera de decírtelo – se excusó.
-Tu padre me matara, ¿verdad? – sonreí.
-Probablemente – mentí. Mi papá era un poco más civilizado que mi madre.
-¡Dios! – exclamó. Solté una risita.
-No te preocupes. Tal vez le caigas bien.
-¿Nos has vuelto a hablar con tu mamá?
-No – susurré nostálgica.
-¿Quieres almorzar por fuera hoy? – preguntó para cambiar de tema.
-Sí – sonreí – vamos a McDonald’s.
-¿Mc Donald’s? – negó con la cabeza – No. Tienes que comer sano. Estaba pensando ir a comer en algún restaurante italiano.
-Está bien – musité con los dientes apretados. Sabía que tenía razón.
-¿Donatelo’s te parece bien?
-Sí.
El almuerzo estuvo delicioso y quedé muy llena. No hablamos mucho. A la salida dos camarógrafos nos tomaron un par de fotos y le preguntaron a Zayn si era yo su novia. Él no respondió nada. Sólo entramos en el auto y arrancó.
TatiStoran
Re: Novela I'll be here, by your side. (ZAYN y Tú)
Capítulo 34:
Al llegar al apartamento fui al estudio a estudiar. En dos semanas terminaría mi segundo año. La mayoría de los exámenes ya los había hecho sólo necesitaba entregar un par de trabajos.
Cuatro horas después Zayn entró y se sentó junto a mí. Me dolía la cabeza, aún no terminaba el primer trabajo.
-¿Qué le diremos a nuestros padres? – preguntó. Entonces tuve un recuerdo amargo. Cuando él venía a buscarme para irnos a la tina y relajarnos.
-Sobre qué – me sobé las cienes.
-Sobre nosotros – musitó. Me giré para mirarlo.
-Somos amigos – le dije.
-Creo que a mis padres no les gustará eso – se encogió de hombros – sobre todo a mi padre. Ya sabes por nuestra religión.
-Entonces ¿quieres que les mintamos?
-No… Bueno no sé… Yo…
-Zayn, lo siento pero aún no confió en ti – él volteó su mirada. Demonios sabía que le dolía, pero también me dolía a mí.
-Lo sé – dijo – bueno entonces pensemos que les vamos a decir. También a tu padre.
-Somos amigos, Zayn.
-Bien – me miró. Su mandíbula estaba tensa – les diremos que hemos terminado, pero que somos amigos.
-Sí, esa es la verdad – me encogí de hombros y llevé una mano a mi espalda.
-¿Te duele?
-Un poco – arrugué la cara por un leve dolor – no he terminado.
-Termina mañana – sus facciones se relajaron – ¿Quieres que te prepare un baño? – sentí un golpe en el estómago.
-No. Estoy bien.
-Recuerda que tienes que descansar – cerró mis libros y me tendió una mano. Lo miré insegura – vamos no haré nada malo.
-Zayn… – suspiré y tomé su mano.
Caminos hasta mi baño y comenzó a preparar el baño. Tomé todas mis fuerzas para no lanzarme sobre él y decirle que lo perdonaba. Él debía ganarse mi confianza de nuevo. Yo no quería que le hiciera daño al bebé. Tragué saliva cuando vi cómo cerraba la llave y revolvía el agua. El olor a lavanda y a vainilla impregnaban en el baño.
-Listo – dijo girándose hacia mí.
-Gracias – musité.
Zayn caminó hacia la puerta del baño y entonces las palabras se derramaron de mi boca.
-¿Me vas a dejar sola? – él se giró y pude ver la confusión en su rostro.
-No te entiendo – musitó – quieres que seamos amigos, pero… Es frustrante y cansado.
-Lo siento – susurré – yo sólo…
-¿Qué? ¿Por qué no puedes perdonarme de una buena vez y nos evitamos estos momentos incomodos?
-Me es difícil – levanté mi rostro.
-Sabes qué… perdóname o mándame a la mierda de una vez.
Me miró un segundo o dos segundos más y se fue. Cerró la puerta con un golpe fuerte al cual yo me estremecí. Sentía mis manos temblar. Sabía que tenía que darle una respuesta, que tenía que decidirme, pero no era fácil. Él me había mentido.
Me quité la ropa rápidamente y entré a la tina. Llevé las rodillas a mi pecho y me abracé. Entonces no lo pude soportar más y me eché a llorar. Estaba tan insegura con nuestra relación y con nuestros sentimientos que ya estaba cansando a Zayn. Incluso yo estaba cansada, pero es que aquel momento en el que descubrí su engaño no se iba de mi mente. No quería que me hiciera daño.
De pronto escuché como alguien abría la puerta. Era él. No lo miré, pero pude ver periféricamente como se acercó despacio hacia mí.
-Lo siento – musitó. No dije nada. Se acercó más – no debí decir eso. No debes alterarte. Perdón.
-Es lo que sientes – giré mi rostro para mirarlo.
-Sí, pero… – se sentó en el frío suelo del baño – sé que fue mi culpa. Me siento frustrado de no poder besarte y abrazarte entonces estallé contigo. Tú me necesitas, pero no de esa manera. No quiero que llores.
-Estoy bien. Creo que estar embarazada me ha vuelto llorona.
-Pero estás más linda.
Sentí mis mejillas llenarse de color. ¡Dios! Cómo quería besarlo. Esos ojos
mieles me derretían y sus palabras también lo hacían.
-No digas eso – susurré.
-¿Qué?
-Cosas para adularme.
-¿Por qué?
-Porque tus palabras tienen efecto en mí, Zayn. No soy un pedazo de piedra sin sentimientos.
-Sé que no eres un pedazo de piedra – frunció el ceño – quiero que no se te olvide lo mucho que te quiero. He pensado que tal vez la monotonía y la distancia ha cambiado las cosas entre nosotros, y no quiero que pase.
-No diga eso. Sólo dame un poco más de tiempo – pedí.
-Está bien – entonces él sonrió.
-¿Qué? – le pregunté.
-¿Puedo confesarte algo?
-Sí – dije curiosa.
-Ya quiero que te crezca la barriga – fruncí el ceño sorprendida de sus palabras. Me acerqué a la bañera cambiando de postura.
-¿Qué? Estaré gorda.
-No. Estarás llena de vida y hermosa.
-¿No has pensado que tal vez pueda ser “ella”?
-¿Ah?
-Que tal vez el bebé pueda ser una niña – abrió los ojos sorprendido.
-No… no lo había hecho.
-¿Qué te gustaría que fuera? – se acercó hasta mí y me tomó la mano.
-No lo sé… Cualquiera estaría bien. Lo importante es que nazca bien y saludable.
-Metete conmigo – murmuré. Mi Adonis abrió sus ojos sorprendido por lo que había dicho. De hecho yo también lo estaba.
-¿Qué?
-Aquí… A la bañera. Pero sin intentar nada. Sólo los dos relajándonos.
-___...
-Por favor… – pude ver la duda en su rostro – Es muy grande sin ti aquí – insistí.
Nos miramos durante un minuto largo. Hasta que soltó un largo suspiro y se levantó. Giré mi rostro para no ver cómo se desvestía aunque la duda me estaba ganando logré resistir. Entonces el agua y la espuma se elevaron un poco y supe que mi Adonis había entrado.
Se sentó y giré mi vista. No sonrió. Yo tampoco, pero me acerqué a él y coloque mi espalda contra su pecho. Ambos suspiramos y él pasó sus brazos sobre mi torso encerrándome. Sentí todos mis poros erizarse. ¡Dios! Cómo había extrañado su contacto. Lo anhelaba. También anhelaba sus caricias y sus besos, pero me dije a mi misma que iríamos lento.
Cerré mis ojos para disfrutar del momento. De pronto sentí sus labios sobre mi cuello. Una corriente helada bajó por toda mi columna. Me estremecí.
-Zayn… – le advertí.
-Lo siento, pero ha pasado más de mes sin que pudiera tocarte. Por favor deja que mis labios besen tu cuello y tus hombros. Prometo no ir más lejos.
-Zayn… somos amigos.
-Sí… amigos –posó sus labios sobre la curva de mi cuello.
-Zayn… los amigos – tragué – no hacen eso.
-De acuerdo, no somos amigos y la verdad no creo que logremos serlo – susurró a mi oído – somos un par de enamorados tratando de recuperar nuestra relación.
Sus palabras me dejaron sin aliento. Él no creía que llegáramos a hacer amigos y había estado fingiendo este tiempo desde que le di una nueva oportunidad. Él me estaba tratando de recuperar con sus detalles y su paciencia.
-¿Eso es lo que piensas? ¿No podemos llegar a ser amigos? – traté de moverme para alejarme de él, pero su agarre se tensó. No me iba a dejar ir.
-¿Cómo puedes considerar que seamos amigos después de todo lo que hemos vivido? – susurró en un tono bajo a mi oído. Tragué saliva – He cumplido bien mi papel de amigo contigo, pero no es lo que quiero.
-¿Qué… qué es lo que quieres entonces?
-Tú lo sabes perfectamente… Ahora calla y relájate – soltó un suspiro – sólo nos relajaremos. No haremos más nada.
Con estas palabras se me formó un sabor agrio en la boca. Me reñí a mí misma por haberlo invitado a entrar a la bañera y por no ser lo suficientemente fuerte contra sus palabras; sin embargo seguía esa… espinita en mi cabeza que no me dejaba confiar al cien por ciento en él.
Había mucha gente en el aeropuerto. Esperaba a papá en la llegada de vuelos internacionales. Zayn estaba en el recibidor de los vuelos nacionales. Sus padres también llegaban en unos minutos. Acordamos encontrarnos en el estacionamiento.
Después de nuestro baño relajante en la tina, Zayn no me había a tocar y eso me tenía un poco irritada, pero sabía que también era mi culpa. ¡Demonios! Ni siquiera yo misma me entendía. Quería, pero no quería.
Un par de ojos verdes me devolvieron a la realidad. Era papá. No me parecía mucho a él, sólo en su sonrisa. Papá era alto, de ojos verdes, nariz grande y respingada; y rubio. Había ganado algo de peso, luego del divorcio y tenía una pequeña barriga que es característica de los papás.
Sonreí al verlo. Caminé hacia él y lo abracé.
-Mi niña – exclamó contento.
-Papá – murmuré feliz. Hacia dos semanas que no lo veía y verlo me daba seguridad. Dejamos de abrazarnos y me miró.
-Tienes un mejor semblante desde la última vez que te vi – comentó sonriendo.
-He comido mejor – me encogí de hombros.
-¿Y dónde está el muchacho ese?
-Papá… Su nombre es Zayn – le dije por décima vez – y él debe estar en la sala de vuelos nacionales o en el estacionamiento. Sus padres también llegan hoy.
-Vaya. Así que hoy nos conoceremos todos.
-Bueno, no todos… mamá no está.
-¿Sigue molesta?
-Creo que sí – suspiré y empezamos a caminar hacia el estacionamiento – me rendí. No la he vuelto a llamar.
-Esa mujer… – refunfuñó.
Íbamos caminando hacia mi auto cuando vi tres figuras a un lado de él. Eran Zayn, Trisha y el otro de al lado supuse que era el padre de Zayn. Tragué algo de saliva. Su padre el alto, robusto, con músculos definidos, peli negro como Zayn y de ojos marrones grandes. Mi padre y yo nos acercamos un poco más y saludé a Zayn.
-Hola – musité un poco apenada.
-Hola nena – miré a Trisha.
-Hola señora Malik
-Trisha cariño. Dime Trisha – dijo con una sonrisa.
-Trisha – asentí.
-Mira te presentó a mi esposo y padre de Zayn, Yaser.
-Mucho gusto, señor Malik – levanté mi mano para estrechársela. Nos dimos la mano y sonreí un poco nerviosa. Después me aclaré la voz – Señores Malik – Hablé – les presentó a mi padre George (tuapellido___)
-Un placer – dijo papá estrechándole la mano a los padres de Zayn.
-Zayn, también te presentó a papá.
-Mucho gusto señor (tuapellido___)
-Mucho gusto, muchacho – se estrecharon las manos.
Los hombres acomodaron las maletas en el baúl del auto. Luego nos sentamos en el auto. Zayn conducía y yo iba al lado de él. Mi papá y los padres de Zayn iban atrás. Hablaban entre ellos. Yo movía mis dedos nerviosa.
Habíamos hablado, Zayn y yo, que les íbamos hacer creer que estábamos juntos. Rogaba para que saliera bien y no nos descubrieran. Creo que Zayn también estaba un poco nervioso. Lo que menos quería era una charla privada con los padres de él. No sabría qué decir o hacer.
Cuando llegamos al apartamento acomodamos las maletas en las dos habitaciones restantes que habían en el apartamento.
-Zayn, pensé que nos quedaríamos en tu casa – habló Trisha.
-Bueno… – se rascó la nuca nervioso. Miró a sus papás y luego al mío. Yo estaba a un lado en la sala – he estado cuidando de ___.
-¿Cuidando? – preguntó Yaser con voz gruesa.
-Sí – me miró y luego los miró a ellos de nuevo. Sentí bajar mi sangre a los pies. Mi papá me mataría cuando se enterará que él se había estado quedando aquí – tuvo… Tuvo un sangrado. En el hospital dijeron que tenía que tomar reposo total por unos días. Así que he estado aquí.
-¿Y tú ropa? – preguntó Trisha.
-Tengo ropa aquí – mi padre me miró y supe que me mataría. Oh Dios, pensé.
-Bien creo que tienen hambre, ¿no? Hemos pedido comida italiana.
-Suena bien – dijo mi papá.
El almuerzo estuvo algo silencio, a excepción de la charla que tenían mi padre y Yaser sobre en qué trabajaban y los diferentes viajes de negocios. Entre Zayn y yo lavamos los platos. Trisha había dicho que ella lavaba, pero le dije que no había problema.
Miré a Zayn guardar los últimos trastes y me sonrió.
-¿Por qué sonríes? ¿No estás nervioso?
-Un poco… Se han caído bien.
-Sí, pero… ¡Dios! – llevé las manos a mi rostro – vamos a tener esa charla – dije debajo de mis manos.
-Entonces tengámosla de una vez y salgamos de eso.
-¡Zayn! – llamó Trisha.
Ambos salimos de la cocina y vimos a nuestros padres en la sala, sentados… juntos.
-¿Sí mamá?
-Creo que ya es hora que hablemos, ¿no?
-Sí – tomó mi mano – de eso estábamos hablando.
Caminamos hasta los sofás y nos sentamos.
-Bueno primero queremos hablar individualmente – dijo mi papá – yo con Zayn y tú, ___, con los padres de Zayn.
Miré a Zayn aterrorizada. Oh no. Yo sabía que eso iba a pasar.
-S… sí – susurré.
-Zayn… muchacho. Hablemos en el estudio.
-___, nosotros podemos hablar contigo aquí – dijo Trisha.
Zayn se levantó y se fue con papá al estudio. Miré a Trisha y a Yaser, luego a mis dedos. ¿Qué podía decirles? ¿Perdón porque había quedado embarazada de su hijo?
-Lo… lo siento – musité nerviosa mirándome las manos.
-¿Qué sientes? – preguntó amablemente Trisha. Levanté un poco mi mirada.
-Que… quedar embarazada. Yo no… Yo…
-Cariño, no es tu culpa – se acercó y me abrazó. Mis ojos se cristalizaron. Yo quería a mi mamá conmigo. Quería que ella me apoyara y me consintiera. Trisha era lo más cercano que había tenido a una mamá – simplemente pasó. No es momento de echar culpas. El bebé ya viene en camino.
-Yo… yo le dije a Zayn – tartamudeé – que… que él podía irse – mi voz se quebró – Yo no lo quería meter en problemas, arruinar su carrera o que ustedes se enojaran, o decepcionaran de él. Yo…
-Tranquila, cariño – habló Trisha. No me había dado cuenta cuando había empezado a llorar.
-Me alegro que Zayn dijera que no – habló Yaser – dejarte no es opción. Tiene que hacerse cargo de lo que hace. No quiero que suene rudo o algo así, ___. Pero ustedes cometieron un error… Bueno, error no… La cosa es que tienen que hacerse responsables de las consecuencias de sus actos.
-Sí, lo sé… lo sabemos. Ambos. Zayn y yo.
-Tu padre nos contó que no le habías dicho a él – Oh no, pensé. Por ese camino no.
-Bueno… Habíamos peleado. Zayn había estado en su gira en América. Decirle por teléfono no era apropiado.
-En eso tienes razón.
-Tienes que cuidarte – habló Yaser – ahora estás en un estado delicado.
-Lo sé… lloro mucho.
-Igual que yo – sonrió Trisha – lloraba mucho en el embarazo.
-Créeme se ponía muy sensible – Yaser sonrió por primera vez y entonces pude ver de dónde Zayn había sacado esa sonrisa tan hermosa y perfecta – le daré ese dato a Zayn.
-La cosa principal que queríamos decirte es que los apoyamos – habló Trisha – si necesitas algo… lo que sea. Estaremos ahí para ti. No queremos perdernos de este bebé. Es nuestro nieto – sonrió.
-Gracias – dije con una sonrisa – muchas gracias.
-Bienvenida a la familia Malik, ___ – expresó Yaser.
-Las niñas están ansiosas por conocerte.
-Queremos que cuando termines los exámenes viajes a Bradford y pases tiempo con la familia Malik – Yaser se levantó de asiento y se sentó al lado de Trisha.
-Acordamos eso también con tu papá – comentó la mamá de Zayn – luego puedes ir a visitarlo a París, incluso si Zayn puede irá.
-Oh… yo
-¿Dónde demonios quedó en todo esto? – habló una voz fría.
¡Dios! Pensé. Sabía de quién era esa voz. Ella estaba aquí. ¿Por qué estaba aquí?
Me giré lentamente hacia atrás y vi a mi madre. Tenía el ceño fruncido y los ojos estrechos. Una pequeña maleta estaba a su lado en el suelo. Estaba enojada. No. Furiosa.
-Ma… mamá… – dije.
Ella, furiosa, dio dos pasos hacia nosotros. Me levanté y rodeé el sofá.
-Mamá…
-No vas a tener ese bebé, ___. No lo harás – dijo con los dientes apretados.
Al llegar al apartamento fui al estudio a estudiar. En dos semanas terminaría mi segundo año. La mayoría de los exámenes ya los había hecho sólo necesitaba entregar un par de trabajos.
Cuatro horas después Zayn entró y se sentó junto a mí. Me dolía la cabeza, aún no terminaba el primer trabajo.
-¿Qué le diremos a nuestros padres? – preguntó. Entonces tuve un recuerdo amargo. Cuando él venía a buscarme para irnos a la tina y relajarnos.
-Sobre qué – me sobé las cienes.
-Sobre nosotros – musitó. Me giré para mirarlo.
-Somos amigos – le dije.
-Creo que a mis padres no les gustará eso – se encogió de hombros – sobre todo a mi padre. Ya sabes por nuestra religión.
-Entonces ¿quieres que les mintamos?
-No… Bueno no sé… Yo…
-Zayn, lo siento pero aún no confió en ti – él volteó su mirada. Demonios sabía que le dolía, pero también me dolía a mí.
-Lo sé – dijo – bueno entonces pensemos que les vamos a decir. También a tu padre.
-Somos amigos, Zayn.
-Bien – me miró. Su mandíbula estaba tensa – les diremos que hemos terminado, pero que somos amigos.
-Sí, esa es la verdad – me encogí de hombros y llevé una mano a mi espalda.
-¿Te duele?
-Un poco – arrugué la cara por un leve dolor – no he terminado.
-Termina mañana – sus facciones se relajaron – ¿Quieres que te prepare un baño? – sentí un golpe en el estómago.
-No. Estoy bien.
-Recuerda que tienes que descansar – cerró mis libros y me tendió una mano. Lo miré insegura – vamos no haré nada malo.
-Zayn… – suspiré y tomé su mano.
Caminos hasta mi baño y comenzó a preparar el baño. Tomé todas mis fuerzas para no lanzarme sobre él y decirle que lo perdonaba. Él debía ganarse mi confianza de nuevo. Yo no quería que le hiciera daño al bebé. Tragué saliva cuando vi cómo cerraba la llave y revolvía el agua. El olor a lavanda y a vainilla impregnaban en el baño.
-Listo – dijo girándose hacia mí.
-Gracias – musité.
Zayn caminó hacia la puerta del baño y entonces las palabras se derramaron de mi boca.
-¿Me vas a dejar sola? – él se giró y pude ver la confusión en su rostro.
-No te entiendo – musitó – quieres que seamos amigos, pero… Es frustrante y cansado.
-Lo siento – susurré – yo sólo…
-¿Qué? ¿Por qué no puedes perdonarme de una buena vez y nos evitamos estos momentos incomodos?
-Me es difícil – levanté mi rostro.
-Sabes qué… perdóname o mándame a la mierda de una vez.
Me miró un segundo o dos segundos más y se fue. Cerró la puerta con un golpe fuerte al cual yo me estremecí. Sentía mis manos temblar. Sabía que tenía que darle una respuesta, que tenía que decidirme, pero no era fácil. Él me había mentido.
Me quité la ropa rápidamente y entré a la tina. Llevé las rodillas a mi pecho y me abracé. Entonces no lo pude soportar más y me eché a llorar. Estaba tan insegura con nuestra relación y con nuestros sentimientos que ya estaba cansando a Zayn. Incluso yo estaba cansada, pero es que aquel momento en el que descubrí su engaño no se iba de mi mente. No quería que me hiciera daño.
De pronto escuché como alguien abría la puerta. Era él. No lo miré, pero pude ver periféricamente como se acercó despacio hacia mí.
-Lo siento – musitó. No dije nada. Se acercó más – no debí decir eso. No debes alterarte. Perdón.
-Es lo que sientes – giré mi rostro para mirarlo.
-Sí, pero… – se sentó en el frío suelo del baño – sé que fue mi culpa. Me siento frustrado de no poder besarte y abrazarte entonces estallé contigo. Tú me necesitas, pero no de esa manera. No quiero que llores.
-Estoy bien. Creo que estar embarazada me ha vuelto llorona.
-Pero estás más linda.
Sentí mis mejillas llenarse de color. ¡Dios! Cómo quería besarlo. Esos ojos
mieles me derretían y sus palabras también lo hacían.
-No digas eso – susurré.
-¿Qué?
-Cosas para adularme.
-¿Por qué?
-Porque tus palabras tienen efecto en mí, Zayn. No soy un pedazo de piedra sin sentimientos.
-Sé que no eres un pedazo de piedra – frunció el ceño – quiero que no se te olvide lo mucho que te quiero. He pensado que tal vez la monotonía y la distancia ha cambiado las cosas entre nosotros, y no quiero que pase.
-No diga eso. Sólo dame un poco más de tiempo – pedí.
-Está bien – entonces él sonrió.
-¿Qué? – le pregunté.
-¿Puedo confesarte algo?
-Sí – dije curiosa.
-Ya quiero que te crezca la barriga – fruncí el ceño sorprendida de sus palabras. Me acerqué a la bañera cambiando de postura.
-¿Qué? Estaré gorda.
-No. Estarás llena de vida y hermosa.
-¿No has pensado que tal vez pueda ser “ella”?
-¿Ah?
-Que tal vez el bebé pueda ser una niña – abrió los ojos sorprendido.
-No… no lo había hecho.
-¿Qué te gustaría que fuera? – se acercó hasta mí y me tomó la mano.
-No lo sé… Cualquiera estaría bien. Lo importante es que nazca bien y saludable.
-Metete conmigo – murmuré. Mi Adonis abrió sus ojos sorprendido por lo que había dicho. De hecho yo también lo estaba.
-¿Qué?
-Aquí… A la bañera. Pero sin intentar nada. Sólo los dos relajándonos.
-___...
-Por favor… – pude ver la duda en su rostro – Es muy grande sin ti aquí – insistí.
Nos miramos durante un minuto largo. Hasta que soltó un largo suspiro y se levantó. Giré mi rostro para no ver cómo se desvestía aunque la duda me estaba ganando logré resistir. Entonces el agua y la espuma se elevaron un poco y supe que mi Adonis había entrado.
Se sentó y giré mi vista. No sonrió. Yo tampoco, pero me acerqué a él y coloque mi espalda contra su pecho. Ambos suspiramos y él pasó sus brazos sobre mi torso encerrándome. Sentí todos mis poros erizarse. ¡Dios! Cómo había extrañado su contacto. Lo anhelaba. También anhelaba sus caricias y sus besos, pero me dije a mi misma que iríamos lento.
Cerré mis ojos para disfrutar del momento. De pronto sentí sus labios sobre mi cuello. Una corriente helada bajó por toda mi columna. Me estremecí.
-Zayn… – le advertí.
-Lo siento, pero ha pasado más de mes sin que pudiera tocarte. Por favor deja que mis labios besen tu cuello y tus hombros. Prometo no ir más lejos.
-Zayn… somos amigos.
-Sí… amigos –posó sus labios sobre la curva de mi cuello.
-Zayn… los amigos – tragué – no hacen eso.
-De acuerdo, no somos amigos y la verdad no creo que logremos serlo – susurró a mi oído – somos un par de enamorados tratando de recuperar nuestra relación.
Sus palabras me dejaron sin aliento. Él no creía que llegáramos a hacer amigos y había estado fingiendo este tiempo desde que le di una nueva oportunidad. Él me estaba tratando de recuperar con sus detalles y su paciencia.
-¿Eso es lo que piensas? ¿No podemos llegar a ser amigos? – traté de moverme para alejarme de él, pero su agarre se tensó. No me iba a dejar ir.
-¿Cómo puedes considerar que seamos amigos después de todo lo que hemos vivido? – susurró en un tono bajo a mi oído. Tragué saliva – He cumplido bien mi papel de amigo contigo, pero no es lo que quiero.
-¿Qué… qué es lo que quieres entonces?
-Tú lo sabes perfectamente… Ahora calla y relájate – soltó un suspiro – sólo nos relajaremos. No haremos más nada.
Con estas palabras se me formó un sabor agrio en la boca. Me reñí a mí misma por haberlo invitado a entrar a la bañera y por no ser lo suficientemente fuerte contra sus palabras; sin embargo seguía esa… espinita en mi cabeza que no me dejaba confiar al cien por ciento en él.
Había mucha gente en el aeropuerto. Esperaba a papá en la llegada de vuelos internacionales. Zayn estaba en el recibidor de los vuelos nacionales. Sus padres también llegaban en unos minutos. Acordamos encontrarnos en el estacionamiento.
Después de nuestro baño relajante en la tina, Zayn no me había a tocar y eso me tenía un poco irritada, pero sabía que también era mi culpa. ¡Demonios! Ni siquiera yo misma me entendía. Quería, pero no quería.
Un par de ojos verdes me devolvieron a la realidad. Era papá. No me parecía mucho a él, sólo en su sonrisa. Papá era alto, de ojos verdes, nariz grande y respingada; y rubio. Había ganado algo de peso, luego del divorcio y tenía una pequeña barriga que es característica de los papás.
Sonreí al verlo. Caminé hacia él y lo abracé.
-Mi niña – exclamó contento.
-Papá – murmuré feliz. Hacia dos semanas que no lo veía y verlo me daba seguridad. Dejamos de abrazarnos y me miró.
-Tienes un mejor semblante desde la última vez que te vi – comentó sonriendo.
-He comido mejor – me encogí de hombros.
-¿Y dónde está el muchacho ese?
-Papá… Su nombre es Zayn – le dije por décima vez – y él debe estar en la sala de vuelos nacionales o en el estacionamiento. Sus padres también llegan hoy.
-Vaya. Así que hoy nos conoceremos todos.
-Bueno, no todos… mamá no está.
-¿Sigue molesta?
-Creo que sí – suspiré y empezamos a caminar hacia el estacionamiento – me rendí. No la he vuelto a llamar.
-Esa mujer… – refunfuñó.
Íbamos caminando hacia mi auto cuando vi tres figuras a un lado de él. Eran Zayn, Trisha y el otro de al lado supuse que era el padre de Zayn. Tragué algo de saliva. Su padre el alto, robusto, con músculos definidos, peli negro como Zayn y de ojos marrones grandes. Mi padre y yo nos acercamos un poco más y saludé a Zayn.
-Hola – musité un poco apenada.
-Hola nena – miré a Trisha.
-Hola señora Malik
-Trisha cariño. Dime Trisha – dijo con una sonrisa.
-Trisha – asentí.
-Mira te presentó a mi esposo y padre de Zayn, Yaser.
-Mucho gusto, señor Malik – levanté mi mano para estrechársela. Nos dimos la mano y sonreí un poco nerviosa. Después me aclaré la voz – Señores Malik – Hablé – les presentó a mi padre George (tuapellido___)
-Un placer – dijo papá estrechándole la mano a los padres de Zayn.
-Zayn, también te presentó a papá.
-Mucho gusto señor (tuapellido___)
-Mucho gusto, muchacho – se estrecharon las manos.
Los hombres acomodaron las maletas en el baúl del auto. Luego nos sentamos en el auto. Zayn conducía y yo iba al lado de él. Mi papá y los padres de Zayn iban atrás. Hablaban entre ellos. Yo movía mis dedos nerviosa.
Habíamos hablado, Zayn y yo, que les íbamos hacer creer que estábamos juntos. Rogaba para que saliera bien y no nos descubrieran. Creo que Zayn también estaba un poco nervioso. Lo que menos quería era una charla privada con los padres de él. No sabría qué decir o hacer.
Cuando llegamos al apartamento acomodamos las maletas en las dos habitaciones restantes que habían en el apartamento.
-Zayn, pensé que nos quedaríamos en tu casa – habló Trisha.
-Bueno… – se rascó la nuca nervioso. Miró a sus papás y luego al mío. Yo estaba a un lado en la sala – he estado cuidando de ___.
-¿Cuidando? – preguntó Yaser con voz gruesa.
-Sí – me miró y luego los miró a ellos de nuevo. Sentí bajar mi sangre a los pies. Mi papá me mataría cuando se enterará que él se había estado quedando aquí – tuvo… Tuvo un sangrado. En el hospital dijeron que tenía que tomar reposo total por unos días. Así que he estado aquí.
-¿Y tú ropa? – preguntó Trisha.
-Tengo ropa aquí – mi padre me miró y supe que me mataría. Oh Dios, pensé.
-Bien creo que tienen hambre, ¿no? Hemos pedido comida italiana.
-Suena bien – dijo mi papá.
El almuerzo estuvo algo silencio, a excepción de la charla que tenían mi padre y Yaser sobre en qué trabajaban y los diferentes viajes de negocios. Entre Zayn y yo lavamos los platos. Trisha había dicho que ella lavaba, pero le dije que no había problema.
Miré a Zayn guardar los últimos trastes y me sonrió.
-¿Por qué sonríes? ¿No estás nervioso?
-Un poco… Se han caído bien.
-Sí, pero… ¡Dios! – llevé las manos a mi rostro – vamos a tener esa charla – dije debajo de mis manos.
-Entonces tengámosla de una vez y salgamos de eso.
-¡Zayn! – llamó Trisha.
Ambos salimos de la cocina y vimos a nuestros padres en la sala, sentados… juntos.
-¿Sí mamá?
-Creo que ya es hora que hablemos, ¿no?
-Sí – tomó mi mano – de eso estábamos hablando.
Caminamos hasta los sofás y nos sentamos.
-Bueno primero queremos hablar individualmente – dijo mi papá – yo con Zayn y tú, ___, con los padres de Zayn.
Miré a Zayn aterrorizada. Oh no. Yo sabía que eso iba a pasar.
-S… sí – susurré.
-Zayn… muchacho. Hablemos en el estudio.
-___, nosotros podemos hablar contigo aquí – dijo Trisha.
Zayn se levantó y se fue con papá al estudio. Miré a Trisha y a Yaser, luego a mis dedos. ¿Qué podía decirles? ¿Perdón porque había quedado embarazada de su hijo?
-Lo… lo siento – musité nerviosa mirándome las manos.
-¿Qué sientes? – preguntó amablemente Trisha. Levanté un poco mi mirada.
-Que… quedar embarazada. Yo no… Yo…
-Cariño, no es tu culpa – se acercó y me abrazó. Mis ojos se cristalizaron. Yo quería a mi mamá conmigo. Quería que ella me apoyara y me consintiera. Trisha era lo más cercano que había tenido a una mamá – simplemente pasó. No es momento de echar culpas. El bebé ya viene en camino.
-Yo… yo le dije a Zayn – tartamudeé – que… que él podía irse – mi voz se quebró – Yo no lo quería meter en problemas, arruinar su carrera o que ustedes se enojaran, o decepcionaran de él. Yo…
-Tranquila, cariño – habló Trisha. No me había dado cuenta cuando había empezado a llorar.
-Me alegro que Zayn dijera que no – habló Yaser – dejarte no es opción. Tiene que hacerse cargo de lo que hace. No quiero que suene rudo o algo así, ___. Pero ustedes cometieron un error… Bueno, error no… La cosa es que tienen que hacerse responsables de las consecuencias de sus actos.
-Sí, lo sé… lo sabemos. Ambos. Zayn y yo.
-Tu padre nos contó que no le habías dicho a él – Oh no, pensé. Por ese camino no.
-Bueno… Habíamos peleado. Zayn había estado en su gira en América. Decirle por teléfono no era apropiado.
-En eso tienes razón.
-Tienes que cuidarte – habló Yaser – ahora estás en un estado delicado.
-Lo sé… lloro mucho.
-Igual que yo – sonrió Trisha – lloraba mucho en el embarazo.
-Créeme se ponía muy sensible – Yaser sonrió por primera vez y entonces pude ver de dónde Zayn había sacado esa sonrisa tan hermosa y perfecta – le daré ese dato a Zayn.
-La cosa principal que queríamos decirte es que los apoyamos – habló Trisha – si necesitas algo… lo que sea. Estaremos ahí para ti. No queremos perdernos de este bebé. Es nuestro nieto – sonrió.
-Gracias – dije con una sonrisa – muchas gracias.
-Bienvenida a la familia Malik, ___ – expresó Yaser.
-Las niñas están ansiosas por conocerte.
-Queremos que cuando termines los exámenes viajes a Bradford y pases tiempo con la familia Malik – Yaser se levantó de asiento y se sentó al lado de Trisha.
-Acordamos eso también con tu papá – comentó la mamá de Zayn – luego puedes ir a visitarlo a París, incluso si Zayn puede irá.
-Oh… yo
-¿Dónde demonios quedó en todo esto? – habló una voz fría.
¡Dios! Pensé. Sabía de quién era esa voz. Ella estaba aquí. ¿Por qué estaba aquí?
Me giré lentamente hacia atrás y vi a mi madre. Tenía el ceño fruncido y los ojos estrechos. Una pequeña maleta estaba a su lado en el suelo. Estaba enojada. No. Furiosa.
-Ma… mamá… – dije.
Ella, furiosa, dio dos pasos hacia nosotros. Me levanté y rodeé el sofá.
-Mamá…
-No vas a tener ese bebé, ___. No lo harás – dijo con los dientes apretados.
TatiStoran
Re: Novela I'll be here, by your side. (ZAYN y Tú)
Capítulo 35:
¿Qué?, pensé.
Mi madre caminó hacia mí y me tomó de los hombros.
-¿Me has escuchado? No vas a tener a ese bebé – abrí mi boca, pero no salió ni un palabra – No lo harás…
-Disculpe – musitó Trisha – pero…
-No se meta – gruñó mi mamá – esto es entre mi hija y yo. Ella no va a tener ese bebé. No lo hará – su agarré se hizo más duro – no entiendo… – dijo mirándome – cómo pudiste ser tan bruta para quedar embarazada, pero tranquila. Todo tiene solución.
¿Solución? ¿Qué demonios decía mamá? ¿Por qué estaba así?
-Mamá, ¿qué…?
-Shh – me miró con unos ojos fríos y yo di un paso atrás. No, ella no puede estar diciendo eso, pensé – Ya lo arreglé todo. El doctor es un amigo de una amiga… Podrás abortar sin ningún problema.
-¡¿Qué?! – grité y di dos pasos hacia atrás alejándome de ella.
-Tienes que hacerlo – musitó mientras me señalaba.
-¡No! – grité – ¡No!
Llevé las manos a mi dorso, me abracé y di dos pasos más lejos de ella. ¿Por qué decía eso? ¡Era mi madre! ¿Por qué no me apoyaba? ¿Abortar? ¡No! ¡Yo no voy a abortar!
-¿Qué pasa? – escuché la voz de papá.
Sentí unas manos en mis hombros. Me puse rígida en un principio, pero supe que era Trisha entonces me relajé. Mis ojos se volvieron cristalinos. Sabía que ella estaba molesta con este embarazo, no había hablado con ella desde hacía varias semanas pero decirme que abortara era una locura. Una locura.
-Evelyn, ¿qué estás…? – preguntó papá
-Yo soy quiero que se deshaga de eso – exclamó furiosa.
-¿Deshacerse? – preguntó papá mientras levantaba las cejas y ponía los ojos como platos.
-¡Sí! ¡Ella no va a tener ese bebé!
Sentí que el aire me faltaba y la habitación comenzaba a dar vueltas.
-¡Pequeña! – alzó la voz Zayn.
Corrió hasta donde yo estaba y me tomó de la cara. Mis lágrimas no dejaban de caer. Sentía mis piernas temblar. Mi propia madre me daba la espalda. Ella no quería este bebé. No me apoyaba.
-Amor – musitó – mírame – enfoqué mis ojos en los suyos – Respira… Cálmate… Respira conmigo – y comenzó a contar – 1… – un respiro – 2… –otro respiro – 3… – un respiro más – 4… – un último respiro para calmarme.
Me fui a sus brazos y enterré mi cara en su pecho. Mientras sollozaba escuché como papá peleaba con mamá.
-Mira lo que has hecho – gruñó papá – la has alterado. ¡No puede alterarse! ¡Estuvo a punto de perder el bebé hace unos días!
-¡Es una lástima que no lo hizo! –
Me congelé. Sentí como si me hubieran dado una pata en el estómago. Zayn tensó sus brazos a mí alrededor. Salí de los brazos de Zayn y tomé aire.
-Vete – dije.
-¿Qué? – preguntó mamá como si estuviera loca.
-Que te vayas – la voz se me quebró – quiero que te vayas.
-Soy tu madre a mí…
-¡No, no eres mi madre! – exclamé un poco alterada. Tomé aire de nuevo –
Una madre… una madre no diría eso… Una buena madre me apoyaría – la voz se me quebró, pero hice fuerza por continuar – una buena madre no me daría la espalda.
-Yo… yo no quiero que sufras – avanzó hacía mí, pero se detuvo – vas a sufrir. Él… – señaló a Zayn – no se hará cargo. ¡Te abandonará!
-Con todo el respeto señora, pero usted no me conoce – murmuró Zayn detrás de mí.
-¡Demonios! ¡___, tienes que abortar! ¡Lo vas a hacer!
-No soy una niña… Puedo tomar mis propias decisiones. No voy a abortar. ¡Es mi bebé!
-¡Niña malcriada…!
Avanzó hacía mí, pero papá la intercepto. La tomó de los hombros y la agitó.
-¡Por el amor de Dios, supera lo que pasó, Evelyn! Nosotros no podíamos estar juntos.
-Zayn… – me giré, pero salí corriendo a mi habitación.
Tiré la puerta detrás de mí y comencé a sollozar más fuerte. Era momentos como estos de los que quería escapar. No entendía la discusión de ellos, pero era evidente que algo había pasado y por eso mis padres se habían separado. La puerta se abrió y era Zayn. Me abrazó y yo lloré en su pecho. Me llevó a la cama. No hizo falta que dijera nada. En sus brazos me sentía tranquila, protegida… y no supe cuando fue que me quedé dormida.
Cuando desperté la habitación estaba oscura. Me sentía cansada. Tanteé y algo se movió.
-¿Ya estás despierta?
-Sí – me aclaré la voz. Tenía sed – sí.
Mi mente giró como si estuviera fuera de sí y me acordé porqué me había quedado dormida. La discusión con mamá.
-Mamá…
-Se fue – susurró y me acunó.
Me sentía bien bajo sus brazos. Había extrañado estar así con él aunque las circunstancias eran deprimentes. ¿Por qué mamá había dicho todo eso? ¿Qué pasó entre ella y papá?
Me levanté de la cama, fui al baño y salí de la habitación. Zayn me siguió. Nuestros padres se reían mientras hablaban y por lo que veo tomaban vino. Era como su el huracán que vino con mi madre no hubiera existido. Parecía como si ella nunca hubiera venido.
-¿Ya estás despierta? – preguntó papá – ¡Oh claro que lo estás! ¿Tienes hambre, cariño? – creo que el vino le estaba haciendo efecto. Estaba muy contento y sonriente.
-Papá… creo que tenemos que hablar – dije. Los padres de Zayn me miraron y lo miraron a él. Las sonrisas que habían antes ya no estaban.
-Sí… Bueno… sí.
Se levantó, un poco torpe, y fuimos al estudio. Me senté en una silla y él también.
-¿Qué pasó?
-Tu madre se fue – dijo.
-Lo sé… Zayn, ya me dijo – suspiré – papá sabes a lo que me refiero. No entiendo la actitud de mi mamá.
-___, cariño… Tu madre y yo no nos separamos por el trabajo – explicó – Cuando conocí a tu madre… Tú no… No quiero que me juzgues, pero…
-Dilo de una vez – musité impaciente.
-Yo no me casé con tu madre porque la quería – espera… ¿qué?, pensé – nos conocimos en una fiesta por medio de un amigo. Estábamos borrachos y… lo hicimos. Ella quedó embarazada y nos casamos. Le tuve cariño, no lo puedo negar. Me dio una hija muy hermosa; sin embargo, yo amaba a otra mujer. Tu madre se enamoró de mí. Intenté… en serio intenté que lo de nosotros funcionará.
18 años ¿y yo apenas me enteraba de todo eso? ¡¿Qué putas?!
Al principio no sabía que decir, pero entonces recuerdos vinieron a mi mente. Éramos felices, sí, pero no totalmente. Mamá a veces lloraba y papá se veía frustrado. Luego comenzaron las peleas hasta que un día me dieron la noticia de que se iban a separar.
-Di algo – dijo papá.
-No es tú culpa – musité – no entiendo por qué dijo ella todo eso…
-Cree que te puede pasar lo mismo a ti, pero no ve que Zayn te ama.
-¿Qué?
-Vamos – papá sonrió – ustedes sí son una relación… son una pareja. No como nosotros. Por eso estoy tranquilo. Además que hablé con Zayn. Es un buen muchacho.
-¿Qué le dijiste? ¿Qué te dijo?
-Oh – negó con la cabeza – eso queda entre nosotros.
-Pero…
-Todo está bien, nena – sonrió – me podré ir tranquilo a Tokio en un par de días.
-Qué vergüenza con los papás de Zayn – musité.
-Ya hablé con ellos. Así que tranquila. No te alteres. Eso quedó ya atrás.
Entonces mi estómago gruñó. Papá sonrió.
-Hicimos fajitas – comentó.
Salimos del estudio y fui directo a la cocina. ¡Muero de hambre!, pensé cuando vi un plato con dos fajitas y arroz.
Los días en que los padres de Zayn y mi papá se quedaron en el apartamento pasaron volando y cada día fue más divertido. Louis venía con Eli, también los chicos –Liam, Niall y Harry– venían de visita. Si no estábamos en el apartamento, estábamos en la casa de Niall o Liam haciendo una asado. La mamá de Zayn era una excelente cocinara. Eli y yo ayudábamos cuando nos lo permitía. Los chicos se divertían jugando futbol, incluso mi papá y el papá de Zayn jugaron unos partidos.
Zayn a veces me abrazaba, pero de ahí no pasaba. Eso me molestaba un poco, pero no sabía si estaba molesta porque no pasaba a más o porque me abrazaba. Había hablado con Trisha y ella me dijo que mis hormonas iban a estar en un desequilibrio completo.
Después del incidente de mamá dije que la llamaría, pero me daba rabia tener que hacerlo. Ella era quien debía disculparse conmigo, con Zayn y con el bebé. Pensando así decidí no llamarla. Ella era la que tenía que aceptar su error y entrar en razón, yo no.
Cuando Yaser y Trisha se fueron estuve un poco triste. Para mi Trisha era ahora como mi madre. Ella si me había apoyado y dado ánimo. Los dos días siguientes que papá se quedó estuvo algo ocupado con llamadas telefónicas a Tokio y a París. Ahora que lo estaba despidiendo en el aeropuerto me sentía triste, pero sabía que volvería a verlo aunque para eso faltaba casi un mes.
-Cuídate, mi niña – musitó papá.
-Lo haré – prometí.
Mi rostro estaba lleno de caminos salados por culpa de las lágrimas. Nos abrazamos como por cuarta vez y se dirigió a la sala de abordaje. Ahí ya no podíamos estar. Agité mi mano en el aire despidiéndome.
-¡Llámame cuando llegues a Tokio! – grité con una voz algo ronca.
-¡Lo haré! – sonrió papá.
Zayn no me había acompañado. Había salido temprano esa mañana hacía los estudios de grabación. Pronto empezarían a grabar las canciones para el segundo álbum.
Tomé aire y me limpié el rostro. Caminé hasta el estacionamiento por mi auto y conduje hasta el apartamento. Fui al estudio a terminar los dos trabajos que me hacían falta.
Cuatro horas después me levanté de la silla y guardé los trabajos. Estaba cansada, pero por fin había terminado. Mi estómago gruñó y fui a la cocina para hacerme una media tarde. Miré el reloj y me corregí… Para hacer la cena. No sabía si Zayn iba a venir o no así que decidí llamarlo.
No contestó la primera vez, así que intenté de nuevo. En el segundo timbre contestó.
-¿Sí?
-Soy yo – dije.
-Lo sé, bonita – soltó una risita. Me molestaba un poco que me dijera eso porque no somos nada, pero… Arg! Ese tonto seguía teniendo efecto en mí.
-Eh… quería saber si vas a venir… digo porque voy a hacer la cena – ¿Por qué tartamudeas, ___?, me reñí.
-Estaba a punto de llamarte – comentó – no llego para cenar, pero quería preguntarte si quieres salir esta noche.
-¿Salir? ¿A dónde?
-Hay una fiesta… ¿Vamos?
-No puedo – dije – estoy cansada y… mañana tengo clase.
-¿A qué horas? Nos podemos regresar temprano.
-Ve tu – musité.
-No – respondió – si no vas yo no voy – sonreí.
-Zayn… puedes ir. No tienes que pedirme permiso – dije como si no me importara, pero en realidad sí me importaba.
-Quiero ir contigo – musitó.
-Estoy cansada.
-Estarán los chicos – intentó por otro lado convencerme. Sonreí de nuevo – no te vas a aburrir.
-¿A qué horas vendrás a recogerme? – pregunté aceptando la salida.
Una salida no le hace mal a nadie, ¿no? Sentí la risa de Zayn al otro lado del teléfono.
-Paso por ti a las diez – dijo más animado.
-Está bien.
Me preparé dos burritos y un vaso de té de durazno. Cené mientras veía una película. Cuando el reloj dio las ocho me levanté del sofá. Lavé los platos y fui a ducharme. Era la primera vez que saldríamos mi Adonis y yo a una fiesta… Bueno no juntos, pero… Lo que sea.
Cuando me terminé de duchar y depilarme, me envolví en una toalla y salí al mi armario. No sabía que ponerme. Saqué varios vestidos y los tiré a la cama. ¡Odio cuando no sé qué ponerme!, pensé.
Tenía un vestido amarillo pastel, un vestido lila, un vestido negro y uno blanco.
-El blanco no – dije.
Entonces me acordé lo que había pasado con aquel vestido. Fue como un déjà vu. Con ese vestido blanco y una fiesta había empezado mi historia con Zayn. Sonreí. Las imágenes de la cabaña se me vinieron a la mente… Ahí fue nuestro primer beso. Llevé mis dedos a mis labios y suspiré. Extrañaba los besos de Zayn… En verdad extrañaba sus besos.
-Puedo combinar el negro con unos zapatos rojos – dije para mí misma.
Determinaba con mi decisión colgué los otros vestidos y saqué mis zapatos rojos. El vestido negro se ajustaba a mi cuerpo y dejaba ver mucho de mis muslos. Mi espalda iba a quedar algo descubierta. Busqué en mi cajón de ropa interior una tanga de encaje negra y un brasier a juego. Me apliqué loción de vainilla en todo el cuerpo y me puse la ropa. No supe que hacer con mi cabello así que lo alisé, pero al final me hice unas ondas. Apliqué un poco de maquillaje y por último me eché perfume.
Me miré al espejo y escuché el sonido de la puerta.
-¿Estás lista?
No contesté. Tomé un bolso negro de mano… Bueno más bien una cartera larga. Guardé algo de maquillaje para algún retoque. Cuando iba saliendo de la habitación, la figura de Zayn apareció. Estaba vestido igual que como se había ido estaba mañana. Unos jeans rasgados, una camisa de cuadros –rojos con verde– abierta, una camiseta blanca y su chaqueta de cuero negra. Sus ojos se abrieron como platos al verme y lo vi escanearme toda. Sonreí de medio lado cuando su vista cayó de nuevo en mi rostro.
-Eh… ¿qué te parece?
-Estás… estás hermosa.
-Gracias – sentí mis mejillas volver rojas.
No dijo nada más, sólo me miraba. Me sentí un poco rara.
-¿Pasa algo?
-No – negó con la cabeza – vamos – se hizo a un lado para que pasara.
Cuando llegué a la sala me giré para preguntarle.
-¿En qué nos vamos?
-¿Quieres ir en tu auto o en mi… Betty?
-No creo que pueda ir en Betty – sonreí y tomé las llaves – tú conduces – se las lancé.
Con eso aseguraba que no tomara. Bueno si tomaba iba a ser poco, él iba a ser el responsable de conducir.
No tenía idea de aquel club. La música se escuchaba desde afuera. Zayn se había estacionado tres cuadras antes. Me tomó de la mano y caminamos hasta el club. Había un recibidor en la entrada y pude leer que el club se llamaba “Funky Buddha”. Zayn saludó a dos tipos que cuidaban la entrada y entramos. No hicimos fila como los demás. Escuché alguno bucheos por parte de la gente que esperaba para entrar.
El lugar estaba lleno. Se escuchaba la música a todo volumen. Zayn me condujo hacia unos muebles. Un pequeño letrero decía VIP. Entonces vi a todos los chicos. Liam, Louis, Harry, Niall y Danny. También vi a otras personas y un chico alto, rubio y musculoso que me pareció conocerlo.
-¡Él es Andy! – dijo Liam en mi oído para que lo escuchara.
-¡Oh sí! – me acordé de él – ¡Hola! – le dije.
Él me saludó de vuelta con una sonrisa.
-¿Quieres tomar algo? – preguntó Zayn sobre mi oído. Tenía su mano en mi espalda. Me aparté para que me viera negar.
-¡Vamos a bailar princesa! – dijo Harry tomándome de la mano. Creo que ya estaba algo tomado.
Sonreí y lo seguí a la pista. Estuvimos bailando cinco canciones seguidas. Luego se nos acercó Niall, Liam y Louis he hicimos un circulo. Louis pasaba al centro y hacia algunos pasos graciosos. No paraba de reír. Los chicos eran muy divertidos. Al girar me di cuenta que Zayn estaba hablando con Andy. Los llamé para que se integraran, pero Zayn negó con la cabeza y me dio esa sonrisa sexy que tanto me encanta.
Como todo seguía inestable con nosotros me giré e hice como si no me hubiera afectado. Seguí bailando con los chicos. Louis me tomó en brazos y me giró. Cuando mis pies tocaron de nuevo el suelo vi que Zayn hablaba con una mujer… una mujer rubia.
¿Qué demonios?, pensé.
Me fui a la barra enojada. Iba a pedir un trago cuando me acordé de mi estado.
-¡Agua con limón! – grité sobre la música.
El barman me miró y sonrió. Tal vez no podía creer que alguien pidiera eso. Después de dos minutos el barman me dio mi vaso de agua. Me la tomé de un solo trago. Me giré hacia donde estaba Zayn y la rubia ya no estaba. Ahora él estaba hablando con Liam. Miraba la pista de baile como si estuviera buscando a alguien.
Me dieron ganas de ir al baño y lo busqué. Cuando a uno de los cubículos escuché a dos chicas hablar.
-Tienes que dejarlo en paz – dijo una – él ya te dijo que no. Que lo que pasó fue un error.
-No parece muy convencido, ¿sabes? – habló la segunda.
-Eso quieres creer tú – habló de nuevo la primera – Vino con su novia.
-Ella no es su novia…
-Claro que lo es. No puedes hacerte la ciega. ¿Acaso no has visto cómo la mira bailar?
-Ella es… Es sólo la mejor amiga de Louis. No tienen nada. Vino porque aquí está Louis.
Entonces supe que estaban hablando de mí. ¿Quién demonios hablaría de mí? A no ser… ¡No, no puede ser! pensé. Bajé la cadena, me acomodé el vestido y salí.
La cara de sorpresa de aquellas dos mujeres no tenía precio. En mi interior me reía y saltaba de la felicidad. Sabían que las había escuchado. Se miraron entre sí mientras yo me lavaba las manos. Estúpida Perrie, pensé. Sequé mis manos y me giré para salir, pero antes de abrir la puerta me volteé hacia ellas.
-Deberías escuchar lo que tus amigas te aconsejan, Perrie. Yo soy la novia de Zayn – sonreí y salí del baño.
¡Comete esa, roba novios!, gritaba en mi interior. Me sentía de maravilla. No podía dejar de sonreír. Por fin me sacaba algo de esa espinita que tenía. Fui a la parte VIP del club, pero no vi a Zayn.
-¿Dónde estabas? – preguntó Louis.
-Estaba en el baño – le dije con una sonrisa.
Me volteé para ir a la pista y entonces lo vi. Venía hacía con el ceño fruncido. Seguro me estaba buscando, pensé.
-¿Dónde…?
No lo dejé terminar. Estrellé mi boca con la suya. Al principio no me respondió. Parecia congelado, pero deslicé mi lengua en su labio para que me dejara entrar. Chupé su labio y entonces reaccionó.
Su boca se abrió ante la mía con un gruñido que salió de su garganta. Aunque no pude escucharlo por el ruido de club pude sentirlo en su pecho. Tomó mi rostro en sus manos y metió su lengua en mi boca. Se sentía extraño, pero se sentía jodidamente bien. ¡Dios! ¿Cómo había podido ser capaz de resistirme por un mes con unos días alejada de su boca? ¿Cómo? Era el cielo… Era volver al paraíso. Su lengua jugaba con la mía. Se reconocían de nuevo. Después de mucho tiempo. Chupó mi labio inferior y nos separamos.
Abrí mis ojos y sonreí. Tomé su mano y lo llevé a la pista. Aunque la música era movida no nos movíamos con la música sino a nuestro propio ritmo. Un ritmo lento y enloquecedor. Sus brazos abrazaban mi dorso y me giré entre ellos dándole la espalda.
Acosté mi cabeza sobre su hombro y cerré mis ojos. Zayn seguía llevaba un movimiento lento para nuestras caderas. Sus brazos comenzaron a deslizarse sobre mi abdomen y luego un lado. ¡Quería sus caricias sobre mi piel! Jadeé cuando sentí su boca besar mi cuello. Se alejó y volvió a besarlo. Lentamente, sin despegar sus labios de mi garganta, subió hasta mi oído. Tomó mi lóbulo con sus dientes.
-Hueles condenadamente bien – susurró sobre mi oído. Todos los folículos de mi cuerpo se erizaron. Una corriente bajó por mi columna – dime que esto no es un error… que no es por el ambiente.
Entendía su pensamiento. Mi Adonis tenía miedo de que todo esto fuera un teatro para aparentar; sin embargo no lo era. Yo quería esto. Si debía que darle después las gracias a Perrie por abrirme los ojos de que Zayn era mío y que me quería a mí y no a ella u otra persona se las daría.
Abrí mis ojos y sonreí. Me giré entre sus brazos. Tomé el cuello de su camisa y lo acerqué a mí. Ese condenado olía delicioso. Me acerqué a su oído y le susurré.
-Vamos al apartamento y te explico – susurré lo más seductora que pude.
Deslicé mis labios lentamente sobre su mejilla y llegué a la esquina de su boca. Me separé y me mordí el labio. Esperando que mi intento por parecer sexy tuviera efecto. No tuve que esperar mucho porque Zayn me tomó de la mano. Volvimos a la sala VIP, me entregó mi bolso y salimos.
Cuando íbamos saliendo pude ver a Perrie con su amiga así que les sonreí y agité una mano despidiéndome de ellas.
Bueno chicas... ¡BIENVENIDAS A LA SEGUNDA TEMPORADA DE ESTA NOVELA! Espero que les haya gustado y si es así ya saben lo que deben hacer. Si hay nuevas lectoras BIENVENIDAS! Pueden seguirme a mi twitter @tavagutierrez do follow back si lo piden y aviso de nuevo caps! ¡Dios! No puedo creer que ya empecé la segunda temporada de la novela. Un abrazo a todas. Gracias por ser fieles a esta novela... y a mis otras novelas. Las quiero girls :(L):
¿Qué?, pensé.
Mi madre caminó hacia mí y me tomó de los hombros.
-¿Me has escuchado? No vas a tener a ese bebé – abrí mi boca, pero no salió ni un palabra – No lo harás…
-Disculpe – musitó Trisha – pero…
-No se meta – gruñó mi mamá – esto es entre mi hija y yo. Ella no va a tener ese bebé. No lo hará – su agarré se hizo más duro – no entiendo… – dijo mirándome – cómo pudiste ser tan bruta para quedar embarazada, pero tranquila. Todo tiene solución.
¿Solución? ¿Qué demonios decía mamá? ¿Por qué estaba así?
-Mamá, ¿qué…?
-Shh – me miró con unos ojos fríos y yo di un paso atrás. No, ella no puede estar diciendo eso, pensé – Ya lo arreglé todo. El doctor es un amigo de una amiga… Podrás abortar sin ningún problema.
-¡¿Qué?! – grité y di dos pasos hacia atrás alejándome de ella.
-Tienes que hacerlo – musitó mientras me señalaba.
-¡No! – grité – ¡No!
Llevé las manos a mi dorso, me abracé y di dos pasos más lejos de ella. ¿Por qué decía eso? ¡Era mi madre! ¿Por qué no me apoyaba? ¿Abortar? ¡No! ¡Yo no voy a abortar!
-¿Qué pasa? – escuché la voz de papá.
Sentí unas manos en mis hombros. Me puse rígida en un principio, pero supe que era Trisha entonces me relajé. Mis ojos se volvieron cristalinos. Sabía que ella estaba molesta con este embarazo, no había hablado con ella desde hacía varias semanas pero decirme que abortara era una locura. Una locura.
-Evelyn, ¿qué estás…? – preguntó papá
-Yo soy quiero que se deshaga de eso – exclamó furiosa.
-¿Deshacerse? – preguntó papá mientras levantaba las cejas y ponía los ojos como platos.
-¡Sí! ¡Ella no va a tener ese bebé!
Sentí que el aire me faltaba y la habitación comenzaba a dar vueltas.
-¡Pequeña! – alzó la voz Zayn.
Corrió hasta donde yo estaba y me tomó de la cara. Mis lágrimas no dejaban de caer. Sentía mis piernas temblar. Mi propia madre me daba la espalda. Ella no quería este bebé. No me apoyaba.
-Amor – musitó – mírame – enfoqué mis ojos en los suyos – Respira… Cálmate… Respira conmigo – y comenzó a contar – 1… – un respiro – 2… –otro respiro – 3… – un respiro más – 4… – un último respiro para calmarme.
Me fui a sus brazos y enterré mi cara en su pecho. Mientras sollozaba escuché como papá peleaba con mamá.
-Mira lo que has hecho – gruñó papá – la has alterado. ¡No puede alterarse! ¡Estuvo a punto de perder el bebé hace unos días!
-¡Es una lástima que no lo hizo! –
Me congelé. Sentí como si me hubieran dado una pata en el estómago. Zayn tensó sus brazos a mí alrededor. Salí de los brazos de Zayn y tomé aire.
-Vete – dije.
-¿Qué? – preguntó mamá como si estuviera loca.
-Que te vayas – la voz se me quebró – quiero que te vayas.
-Soy tu madre a mí…
-¡No, no eres mi madre! – exclamé un poco alterada. Tomé aire de nuevo –
Una madre… una madre no diría eso… Una buena madre me apoyaría – la voz se me quebró, pero hice fuerza por continuar – una buena madre no me daría la espalda.
-Yo… yo no quiero que sufras – avanzó hacía mí, pero se detuvo – vas a sufrir. Él… – señaló a Zayn – no se hará cargo. ¡Te abandonará!
-Con todo el respeto señora, pero usted no me conoce – murmuró Zayn detrás de mí.
-¡Demonios! ¡___, tienes que abortar! ¡Lo vas a hacer!
-No soy una niña… Puedo tomar mis propias decisiones. No voy a abortar. ¡Es mi bebé!
-¡Niña malcriada…!
Avanzó hacía mí, pero papá la intercepto. La tomó de los hombros y la agitó.
-¡Por el amor de Dios, supera lo que pasó, Evelyn! Nosotros no podíamos estar juntos.
-Zayn… – me giré, pero salí corriendo a mi habitación.
Tiré la puerta detrás de mí y comencé a sollozar más fuerte. Era momentos como estos de los que quería escapar. No entendía la discusión de ellos, pero era evidente que algo había pasado y por eso mis padres se habían separado. La puerta se abrió y era Zayn. Me abrazó y yo lloré en su pecho. Me llevó a la cama. No hizo falta que dijera nada. En sus brazos me sentía tranquila, protegida… y no supe cuando fue que me quedé dormida.
Cuando desperté la habitación estaba oscura. Me sentía cansada. Tanteé y algo se movió.
-¿Ya estás despierta?
-Sí – me aclaré la voz. Tenía sed – sí.
Mi mente giró como si estuviera fuera de sí y me acordé porqué me había quedado dormida. La discusión con mamá.
-Mamá…
-Se fue – susurró y me acunó.
Me sentía bien bajo sus brazos. Había extrañado estar así con él aunque las circunstancias eran deprimentes. ¿Por qué mamá había dicho todo eso? ¿Qué pasó entre ella y papá?
Me levanté de la cama, fui al baño y salí de la habitación. Zayn me siguió. Nuestros padres se reían mientras hablaban y por lo que veo tomaban vino. Era como su el huracán que vino con mi madre no hubiera existido. Parecía como si ella nunca hubiera venido.
-¿Ya estás despierta? – preguntó papá – ¡Oh claro que lo estás! ¿Tienes hambre, cariño? – creo que el vino le estaba haciendo efecto. Estaba muy contento y sonriente.
-Papá… creo que tenemos que hablar – dije. Los padres de Zayn me miraron y lo miraron a él. Las sonrisas que habían antes ya no estaban.
-Sí… Bueno… sí.
Se levantó, un poco torpe, y fuimos al estudio. Me senté en una silla y él también.
-¿Qué pasó?
-Tu madre se fue – dijo.
-Lo sé… Zayn, ya me dijo – suspiré – papá sabes a lo que me refiero. No entiendo la actitud de mi mamá.
-___, cariño… Tu madre y yo no nos separamos por el trabajo – explicó – Cuando conocí a tu madre… Tú no… No quiero que me juzgues, pero…
-Dilo de una vez – musité impaciente.
-Yo no me casé con tu madre porque la quería – espera… ¿qué?, pensé – nos conocimos en una fiesta por medio de un amigo. Estábamos borrachos y… lo hicimos. Ella quedó embarazada y nos casamos. Le tuve cariño, no lo puedo negar. Me dio una hija muy hermosa; sin embargo, yo amaba a otra mujer. Tu madre se enamoró de mí. Intenté… en serio intenté que lo de nosotros funcionará.
18 años ¿y yo apenas me enteraba de todo eso? ¡¿Qué putas?!
Al principio no sabía que decir, pero entonces recuerdos vinieron a mi mente. Éramos felices, sí, pero no totalmente. Mamá a veces lloraba y papá se veía frustrado. Luego comenzaron las peleas hasta que un día me dieron la noticia de que se iban a separar.
-Di algo – dijo papá.
-No es tú culpa – musité – no entiendo por qué dijo ella todo eso…
-Cree que te puede pasar lo mismo a ti, pero no ve que Zayn te ama.
-¿Qué?
-Vamos – papá sonrió – ustedes sí son una relación… son una pareja. No como nosotros. Por eso estoy tranquilo. Además que hablé con Zayn. Es un buen muchacho.
-¿Qué le dijiste? ¿Qué te dijo?
-Oh – negó con la cabeza – eso queda entre nosotros.
-Pero…
-Todo está bien, nena – sonrió – me podré ir tranquilo a Tokio en un par de días.
-Qué vergüenza con los papás de Zayn – musité.
-Ya hablé con ellos. Así que tranquila. No te alteres. Eso quedó ya atrás.
Entonces mi estómago gruñó. Papá sonrió.
-Hicimos fajitas – comentó.
Salimos del estudio y fui directo a la cocina. ¡Muero de hambre!, pensé cuando vi un plato con dos fajitas y arroz.
Los días en que los padres de Zayn y mi papá se quedaron en el apartamento pasaron volando y cada día fue más divertido. Louis venía con Eli, también los chicos –Liam, Niall y Harry– venían de visita. Si no estábamos en el apartamento, estábamos en la casa de Niall o Liam haciendo una asado. La mamá de Zayn era una excelente cocinara. Eli y yo ayudábamos cuando nos lo permitía. Los chicos se divertían jugando futbol, incluso mi papá y el papá de Zayn jugaron unos partidos.
Zayn a veces me abrazaba, pero de ahí no pasaba. Eso me molestaba un poco, pero no sabía si estaba molesta porque no pasaba a más o porque me abrazaba. Había hablado con Trisha y ella me dijo que mis hormonas iban a estar en un desequilibrio completo.
Después del incidente de mamá dije que la llamaría, pero me daba rabia tener que hacerlo. Ella era quien debía disculparse conmigo, con Zayn y con el bebé. Pensando así decidí no llamarla. Ella era la que tenía que aceptar su error y entrar en razón, yo no.
Cuando Yaser y Trisha se fueron estuve un poco triste. Para mi Trisha era ahora como mi madre. Ella si me había apoyado y dado ánimo. Los dos días siguientes que papá se quedó estuvo algo ocupado con llamadas telefónicas a Tokio y a París. Ahora que lo estaba despidiendo en el aeropuerto me sentía triste, pero sabía que volvería a verlo aunque para eso faltaba casi un mes.
-Cuídate, mi niña – musitó papá.
-Lo haré – prometí.
Mi rostro estaba lleno de caminos salados por culpa de las lágrimas. Nos abrazamos como por cuarta vez y se dirigió a la sala de abordaje. Ahí ya no podíamos estar. Agité mi mano en el aire despidiéndome.
-¡Llámame cuando llegues a Tokio! – grité con una voz algo ronca.
-¡Lo haré! – sonrió papá.
Zayn no me había acompañado. Había salido temprano esa mañana hacía los estudios de grabación. Pronto empezarían a grabar las canciones para el segundo álbum.
Tomé aire y me limpié el rostro. Caminé hasta el estacionamiento por mi auto y conduje hasta el apartamento. Fui al estudio a terminar los dos trabajos que me hacían falta.
Cuatro horas después me levanté de la silla y guardé los trabajos. Estaba cansada, pero por fin había terminado. Mi estómago gruñó y fui a la cocina para hacerme una media tarde. Miré el reloj y me corregí… Para hacer la cena. No sabía si Zayn iba a venir o no así que decidí llamarlo.
No contestó la primera vez, así que intenté de nuevo. En el segundo timbre contestó.
-¿Sí?
-Soy yo – dije.
-Lo sé, bonita – soltó una risita. Me molestaba un poco que me dijera eso porque no somos nada, pero… Arg! Ese tonto seguía teniendo efecto en mí.
-Eh… quería saber si vas a venir… digo porque voy a hacer la cena – ¿Por qué tartamudeas, ___?, me reñí.
-Estaba a punto de llamarte – comentó – no llego para cenar, pero quería preguntarte si quieres salir esta noche.
-¿Salir? ¿A dónde?
-Hay una fiesta… ¿Vamos?
-No puedo – dije – estoy cansada y… mañana tengo clase.
-¿A qué horas? Nos podemos regresar temprano.
-Ve tu – musité.
-No – respondió – si no vas yo no voy – sonreí.
-Zayn… puedes ir. No tienes que pedirme permiso – dije como si no me importara, pero en realidad sí me importaba.
-Quiero ir contigo – musitó.
-Estoy cansada.
-Estarán los chicos – intentó por otro lado convencerme. Sonreí de nuevo – no te vas a aburrir.
-¿A qué horas vendrás a recogerme? – pregunté aceptando la salida.
Una salida no le hace mal a nadie, ¿no? Sentí la risa de Zayn al otro lado del teléfono.
-Paso por ti a las diez – dijo más animado.
-Está bien.
Me preparé dos burritos y un vaso de té de durazno. Cené mientras veía una película. Cuando el reloj dio las ocho me levanté del sofá. Lavé los platos y fui a ducharme. Era la primera vez que saldríamos mi Adonis y yo a una fiesta… Bueno no juntos, pero… Lo que sea.
Cuando me terminé de duchar y depilarme, me envolví en una toalla y salí al mi armario. No sabía que ponerme. Saqué varios vestidos y los tiré a la cama. ¡Odio cuando no sé qué ponerme!, pensé.
Tenía un vestido amarillo pastel, un vestido lila, un vestido negro y uno blanco.
-El blanco no – dije.
Entonces me acordé lo que había pasado con aquel vestido. Fue como un déjà vu. Con ese vestido blanco y una fiesta había empezado mi historia con Zayn. Sonreí. Las imágenes de la cabaña se me vinieron a la mente… Ahí fue nuestro primer beso. Llevé mis dedos a mis labios y suspiré. Extrañaba los besos de Zayn… En verdad extrañaba sus besos.
-Puedo combinar el negro con unos zapatos rojos – dije para mí misma.
Determinaba con mi decisión colgué los otros vestidos y saqué mis zapatos rojos. El vestido negro se ajustaba a mi cuerpo y dejaba ver mucho de mis muslos. Mi espalda iba a quedar algo descubierta. Busqué en mi cajón de ropa interior una tanga de encaje negra y un brasier a juego. Me apliqué loción de vainilla en todo el cuerpo y me puse la ropa. No supe que hacer con mi cabello así que lo alisé, pero al final me hice unas ondas. Apliqué un poco de maquillaje y por último me eché perfume.
Me miré al espejo y escuché el sonido de la puerta.
-¿Estás lista?
No contesté. Tomé un bolso negro de mano… Bueno más bien una cartera larga. Guardé algo de maquillaje para algún retoque. Cuando iba saliendo de la habitación, la figura de Zayn apareció. Estaba vestido igual que como se había ido estaba mañana. Unos jeans rasgados, una camisa de cuadros –rojos con verde– abierta, una camiseta blanca y su chaqueta de cuero negra. Sus ojos se abrieron como platos al verme y lo vi escanearme toda. Sonreí de medio lado cuando su vista cayó de nuevo en mi rostro.
-Eh… ¿qué te parece?
-Estás… estás hermosa.
-Gracias – sentí mis mejillas volver rojas.
No dijo nada más, sólo me miraba. Me sentí un poco rara.
-¿Pasa algo?
-No – negó con la cabeza – vamos – se hizo a un lado para que pasara.
Cuando llegué a la sala me giré para preguntarle.
-¿En qué nos vamos?
-¿Quieres ir en tu auto o en mi… Betty?
-No creo que pueda ir en Betty – sonreí y tomé las llaves – tú conduces – se las lancé.
Con eso aseguraba que no tomara. Bueno si tomaba iba a ser poco, él iba a ser el responsable de conducir.
No tenía idea de aquel club. La música se escuchaba desde afuera. Zayn se había estacionado tres cuadras antes. Me tomó de la mano y caminamos hasta el club. Había un recibidor en la entrada y pude leer que el club se llamaba “Funky Buddha”. Zayn saludó a dos tipos que cuidaban la entrada y entramos. No hicimos fila como los demás. Escuché alguno bucheos por parte de la gente que esperaba para entrar.
El lugar estaba lleno. Se escuchaba la música a todo volumen. Zayn me condujo hacia unos muebles. Un pequeño letrero decía VIP. Entonces vi a todos los chicos. Liam, Louis, Harry, Niall y Danny. También vi a otras personas y un chico alto, rubio y musculoso que me pareció conocerlo.
-¡Él es Andy! – dijo Liam en mi oído para que lo escuchara.
-¡Oh sí! – me acordé de él – ¡Hola! – le dije.
Él me saludó de vuelta con una sonrisa.
-¿Quieres tomar algo? – preguntó Zayn sobre mi oído. Tenía su mano en mi espalda. Me aparté para que me viera negar.
-¡Vamos a bailar princesa! – dijo Harry tomándome de la mano. Creo que ya estaba algo tomado.
Sonreí y lo seguí a la pista. Estuvimos bailando cinco canciones seguidas. Luego se nos acercó Niall, Liam y Louis he hicimos un circulo. Louis pasaba al centro y hacia algunos pasos graciosos. No paraba de reír. Los chicos eran muy divertidos. Al girar me di cuenta que Zayn estaba hablando con Andy. Los llamé para que se integraran, pero Zayn negó con la cabeza y me dio esa sonrisa sexy que tanto me encanta.
Como todo seguía inestable con nosotros me giré e hice como si no me hubiera afectado. Seguí bailando con los chicos. Louis me tomó en brazos y me giró. Cuando mis pies tocaron de nuevo el suelo vi que Zayn hablaba con una mujer… una mujer rubia.
¿Qué demonios?, pensé.
Me fui a la barra enojada. Iba a pedir un trago cuando me acordé de mi estado.
-¡Agua con limón! – grité sobre la música.
El barman me miró y sonrió. Tal vez no podía creer que alguien pidiera eso. Después de dos minutos el barman me dio mi vaso de agua. Me la tomé de un solo trago. Me giré hacia donde estaba Zayn y la rubia ya no estaba. Ahora él estaba hablando con Liam. Miraba la pista de baile como si estuviera buscando a alguien.
Me dieron ganas de ir al baño y lo busqué. Cuando a uno de los cubículos escuché a dos chicas hablar.
-Tienes que dejarlo en paz – dijo una – él ya te dijo que no. Que lo que pasó fue un error.
-No parece muy convencido, ¿sabes? – habló la segunda.
-Eso quieres creer tú – habló de nuevo la primera – Vino con su novia.
-Ella no es su novia…
-Claro que lo es. No puedes hacerte la ciega. ¿Acaso no has visto cómo la mira bailar?
-Ella es… Es sólo la mejor amiga de Louis. No tienen nada. Vino porque aquí está Louis.
Entonces supe que estaban hablando de mí. ¿Quién demonios hablaría de mí? A no ser… ¡No, no puede ser! pensé. Bajé la cadena, me acomodé el vestido y salí.
La cara de sorpresa de aquellas dos mujeres no tenía precio. En mi interior me reía y saltaba de la felicidad. Sabían que las había escuchado. Se miraron entre sí mientras yo me lavaba las manos. Estúpida Perrie, pensé. Sequé mis manos y me giré para salir, pero antes de abrir la puerta me volteé hacia ellas.
-Deberías escuchar lo que tus amigas te aconsejan, Perrie. Yo soy la novia de Zayn – sonreí y salí del baño.
¡Comete esa, roba novios!, gritaba en mi interior. Me sentía de maravilla. No podía dejar de sonreír. Por fin me sacaba algo de esa espinita que tenía. Fui a la parte VIP del club, pero no vi a Zayn.
-¿Dónde estabas? – preguntó Louis.
-Estaba en el baño – le dije con una sonrisa.
Me volteé para ir a la pista y entonces lo vi. Venía hacía con el ceño fruncido. Seguro me estaba buscando, pensé.
-¿Dónde…?
No lo dejé terminar. Estrellé mi boca con la suya. Al principio no me respondió. Parecia congelado, pero deslicé mi lengua en su labio para que me dejara entrar. Chupé su labio y entonces reaccionó.
Su boca se abrió ante la mía con un gruñido que salió de su garganta. Aunque no pude escucharlo por el ruido de club pude sentirlo en su pecho. Tomó mi rostro en sus manos y metió su lengua en mi boca. Se sentía extraño, pero se sentía jodidamente bien. ¡Dios! ¿Cómo había podido ser capaz de resistirme por un mes con unos días alejada de su boca? ¿Cómo? Era el cielo… Era volver al paraíso. Su lengua jugaba con la mía. Se reconocían de nuevo. Después de mucho tiempo. Chupó mi labio inferior y nos separamos.
Abrí mis ojos y sonreí. Tomé su mano y lo llevé a la pista. Aunque la música era movida no nos movíamos con la música sino a nuestro propio ritmo. Un ritmo lento y enloquecedor. Sus brazos abrazaban mi dorso y me giré entre ellos dándole la espalda.
Acosté mi cabeza sobre su hombro y cerré mis ojos. Zayn seguía llevaba un movimiento lento para nuestras caderas. Sus brazos comenzaron a deslizarse sobre mi abdomen y luego un lado. ¡Quería sus caricias sobre mi piel! Jadeé cuando sentí su boca besar mi cuello. Se alejó y volvió a besarlo. Lentamente, sin despegar sus labios de mi garganta, subió hasta mi oído. Tomó mi lóbulo con sus dientes.
-Hueles condenadamente bien – susurró sobre mi oído. Todos los folículos de mi cuerpo se erizaron. Una corriente bajó por mi columna – dime que esto no es un error… que no es por el ambiente.
Entendía su pensamiento. Mi Adonis tenía miedo de que todo esto fuera un teatro para aparentar; sin embargo no lo era. Yo quería esto. Si debía que darle después las gracias a Perrie por abrirme los ojos de que Zayn era mío y que me quería a mí y no a ella u otra persona se las daría.
Abrí mis ojos y sonreí. Me giré entre sus brazos. Tomé el cuello de su camisa y lo acerqué a mí. Ese condenado olía delicioso. Me acerqué a su oído y le susurré.
-Vamos al apartamento y te explico – susurré lo más seductora que pude.
Deslicé mis labios lentamente sobre su mejilla y llegué a la esquina de su boca. Me separé y me mordí el labio. Esperando que mi intento por parecer sexy tuviera efecto. No tuve que esperar mucho porque Zayn me tomó de la mano. Volvimos a la sala VIP, me entregó mi bolso y salimos.
Cuando íbamos saliendo pude ver a Perrie con su amiga así que les sonreí y agité una mano despidiéndome de ellas.
Bueno chicas... ¡BIENVENIDAS A LA SEGUNDA TEMPORADA DE ESTA NOVELA! Espero que les haya gustado y si es así ya saben lo que deben hacer. Si hay nuevas lectoras BIENVENIDAS! Pueden seguirme a mi twitter @tavagutierrez do follow back si lo piden y aviso de nuevo caps! ¡Dios! No puedo creer que ya empecé la segunda temporada de la novela. Un abrazo a todas. Gracias por ser fieles a esta novela... y a mis otras novelas. Las quiero girls :(L):
TatiStoran
Re: Novela I'll be here, by your side. (ZAYN y Tú)
Ohhh como había esperado que comenzaras ya la segunda temporada siguelaaaa porfa la mama de la rayos me cae mal, enfermo no es por ser mala y se que una madre quiere lo mejor para sus hijos y bla bla bla, pero no puede exijirle que aborté HELLO eso es ilegal ahhh la odio Ok me lo estoy tomando muy persona pero me molesta que sea así con la rayos pobre
Vanesa Lozano
Re: Novela I'll be here, by your side. (ZAYN y Tú)
Eje jeejej me encantaron, perri es muy mala pero la adoro es tan hfudjrhf Jeje la raya me hace reír es muy graciosa y sigo odiando a su madres benditos y adiós voy a seguir viendo el partido Colombia tiene que ganar
Vanesa Lozano
Re: Novela I'll be here, by your side. (ZAYN y Tú)
wou ME ENCANTO ME ENCANTO ME ENCANTO estuvo WOU
lo ame como la madre le dijo eso a la rayis que mal
ay OMG me encanto el inicio estouvo WUO lo ame
sube pronto besos xx
lo ame como la madre le dijo eso a la rayis que mal
ay OMG me encanto el inicio estouvo WUO lo ame
sube pronto besos xx
||Hazzy||
Re: Novela I'll be here, by your side. (ZAYN y Tú)
Me encanto , aaaa ya es la segunda temporada..
que iran a hacer la rayis con Zayn en el depa.
que bueno que la rayis se aya dado cuenta y lo perdono...
siguela
besos xoxo
que iran a hacer la rayis con Zayn en el depa.
que bueno que la rayis se aya dado cuenta y lo perdono...
siguela
besos xoxo
Clau 1D
Re: Novela I'll be here, by your side. (ZAYN y Tú)
Esta de maravila!!!!! Primero los primero!! COMO SE LE OCURRE!!! Por que la mama de la rayis quería eso!????. Bueno nisiquiera tengo derecho de hablar! Jejejejeje pero ese es otro tema.. Bueno que tierno fue todo ... Ay hay algo, no se como AMOR!! Solo digo jajajaja siguela, besos
Natalia bonita Mercedes
Re: Novela I'll be here, by your side. (ZAYN y Tú)
ME ENCANTAAAAA !!!! Madre mia, tienes que seguirla por el amor de DIOS :)
paula-4ever1d
Re: Novela I'll be here, by your side. (ZAYN y Tú)
NUEVA LECTORA, DESDE AYER ESTUVE LEYENDOLA COMPLETA, ME ENCANTAAAA, SIGUELAAAAAA AKJSHD :aah:
jolettemp
Re: Novela I'll be here, by your side. (ZAYN y Tú)
:o Me encantoo:33 Sii que vuelvan juntitos:33 no me agrada la mama de Tn_¬¬ asdfghj Siigueelaa ILoviuTuyu:33
Max:DD
Re: Novela I'll be here, by your side. (ZAYN y Tú)
Dios!!!! Estaba esperando ansiosa los capítulos!!!
Me encantó el maratón Tati :D
La madre de la rayis es una gilipollas kldjfjadfsañicj
Oins Zayn es tan dulce y sexy cmnsananxja
Rayis perver!!!! A saber que van a hacer :twisted: :twisted: :twisted: :twisted: :twisted: jajajajajajaj
Espero que puedas seguir pronto esta 2ª temporada!!!
¿Qué tal tus examenes finales? espero que bien :))
Te quiero mi niña!!!! :D
Me encantó el maratón Tati :D
La madre de la rayis es una gilipollas kldjfjadfsañicj
Oins Zayn es tan dulce y sexy cmnsananxja
Rayis perver!!!! A saber que van a hacer :twisted: :twisted: :twisted: :twisted: :twisted: jajajajajajaj
Espero que puedas seguir pronto esta 2ª temporada!!!
¿Qué tal tus examenes finales? espero que bien :))
Te quiero mi niña!!!! :D
ali&styles
Re: Novela I'll be here, by your side. (ZAYN y Tú)
Tatiiii! disculpa por comentar recién hoy es que recién agarro la net. leí los capítulos desde el cel, y no puedo comentar ahí U.u
bueno... M E E N C A N T A R O N los capítulos los AME. o sea; Aahhhhhhhhhh! por favor estuvieron geniales asknasudcbslikadfcbuiajsbajebdkjsbvfskrg (?)
jej.
así que Rayita y Zayn no están juntos... todavía ¬¬
pero al menos se llevan bien y no mal ;)
y la mamá de Rayitaaa! o sea, ¡que onda chabona! como le puede decir eso :gasp:
esta loca. xD que se valla a... buee, se re sacaba la mina :oops:
EeEn! fiin! SEGUILAAA, POR FAVOR ESTA HERMOSA <3
bueno... M E E N C A N T A R O N los capítulos los AME. o sea; Aahhhhhhhhhh! por favor estuvieron geniales asknasudcbslikadfcbuiajsbajebdkjsbvfskrg (?)
jej.
así que Rayita y Zayn no están juntos... todavía ¬¬
pero al menos se llevan bien y no mal ;)
y la mamá de Rayitaaa! o sea, ¡que onda chabona! como le puede decir eso :gasp:
esta loca. xD que se valla a... buee, se re sacaba la mina :oops:
EeEn! fiin! SEGUILAAA, POR FAVOR ESTA HERMOSA <3
G R E Y .
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