De Ballerine [Zayn Malik] Primera Parte Terminada

Clear acudió a la facultad donde estudiaba Filología. Aunque ya estaba un poco harta de ir en autobús, quería tener su auto propio ya. Hacía meses que había sacado el carné de conducir pero aún no tenía un auto para poder manejar. Llevaba muchos años ahorrando para poder comprarse uno, pero haciendo cuentas no era suficiente. Sus padres la iban a ayudar y probablemente tendría un coche pronto. No podía esperar, sobretodo porque cuando lo estrenara, iría a la academia para darle una vuelta a Lizzy y también, si podía, para vengarse de ese Niall por casi atropellarla hacía unos días.
En el trayecto, vio pasar el coche de sus sueños pero cuando vio quien lo conducía, le dieron arcadas. Era Kim.
La rubia iba conduciendo el coche que probablemente Clear tardaría año, si es que no, siglos en tener y eso le dio bastante rabia porque sabía que ese coche fue comprado con dinero que le pertenecía a su mejor amiga. Por mucho que el abogado dijera que a Lizzy no le tocó nada, ella sabía que una parte de la herencia siempre va a los familiares directos como es la propia hija del difunto.
Allí había gato encerrado y se propuso, cuando tuviese un poco de tiempo, ponerse a investigar sobre ello.
Llegó a la facultad donde se encontró con sus amigos y fue a la cafetería con ellos hasta que empezara la primera clase. Mientras, en la academia, todos se levantaron temprano como siempre para comenzar con las clases de ese día y se encontraron con la sorpresa de que ya los papeles del musical estaban adjudicados. Habían puesto la lista en el tablón de anuncios del hall.
Zayn y Niall fueron a desayunar cuando vieron a un grupo de personas aglomeradas junto al mural, donde ponían todos los anuncios.
-¿Qué pasa ahí?- preguntó Niall bostezando.
-No lo sé, vamos a acercarnos a ver… -Los dos se comenzaron a caminar en dirección a la aglomeración de personas y los que se iban al comedor, felicitaban a Niall.
-¡Hey, felicidades, hermano!- exclamó un chico dándole un ligero golpe en el hombro.
El rubio frunció el ceño sin entender muy bien a qué venía eso por lo que se acercó hasta el tablón.

"Seleccionados para el musical"

-Eh Nialler, es la lista de los personajes del musical.
El chico, movido por un impulso, empujó a todos los que tenía delante para apartarlos y buscó el nombre del protagonista. Allí estaba su nombre.
-¡Yuhu! ¡Soy el protagonista!- se acercó a su amigo- ¡Zayn, soy el protagonista junto a Kim!
Zayn sonrió aunque la idea que Kim también fuera la protagonista no le hacía mucha gracia.
-¡Felicidades, tío! La verdad es que te lo merecías, llevabas mucho tiempo ensayando para ese papel.
-¡Es mi oportunidad! Tengo que aprovecharlo al máximo.
-Quizás de aquí saltes a la fama y sin acabar el curso- dijo el moreno, dándole unas palmaditas en el hombro a su amigo- espero que cuando estés en la cima te acuerdes de tus amigos…
-Claro que me acordaré, cuando recoja el Oscar al mejor actor te nombraré en mi discurso.
-Eso espero… también si puedes recomendarme, mucho mejor eh…
-Veré lo que puedo hacer…
-Lo que podemos hacer ahora es ir a desayunar y luego a clase… que a primera toca baile contemporáneo…
Niall asintió, mas feliz que nunca y ambos se fueron al comedor a desayunar.

En el descanso de media mañana, Beverly decidió buscar a Lizzy, quien estaba limpiando en la habitación de Kim, que dejado todo tirado por el suelo para que la castaña lo recogiese.
Realmente, trataba muy mal a Elizabeth y ella sin quejarse lo limpiaba todo como si nada. Beverly había pensado mucho en las palabras de Louis. Ya era hora de volver a ser ella misma por lo que esa mañana se había puesto las gafas que hacía tanto tiempo que no se ponía. Kim aún no la había visto, puesto que ese día tenía cita con un médico privado.
-Hola Lizzy…- dijo ella desde la puerta. -La joven que estaba de espaldas a Beverly, se sobresaltó cuando escucho su nombre, girándose rápidamente.
-Beverly, me asustaste. -en ese momento la observó con mas detenimiento, notando sus gafas- Veo que las vuelves a usar.
-Sí, he estado pensando mucho y creo que ya es hora de que vuelva a ser la misma Beverly de antes y para eso, necesito tu ayuda.
-¿Mi ayuda?
-Sí, antes de venir a verte, me acerqué al supermercado de la esquina y compré este tinte, quiero volver a tener el pelo oscuro como lo tenía antes… quería pedirte si me lo puedes colorar tú. Yo sola no puedo.
-Claro que te lo tiño, no hay problema.
-¿Puede ser durante el almuerzo? así no te quitaré tiempo para que limpies todo.
-De acuerdo, dime dónde y allí estaré.
-Pues en mi habitación, la que comparto con Sarah.
-Muy bien, nos vemos después entonces.
-Sí, hasta luego…
-Adiós. -Beverly salió de la habitación y volvió a la zona de las aulas donde tendría su próxima clase.


Kim aparcó delante del edificio donde estaba la consulta del ginecólogo. Se bajó y salió del coche con las gafas de sol puestas. Entró y fue directo a la planta donde estaba la consulta, sin si quiera anunciarle a la recepcionista que estaba allí.
Al llegar, entró y vio a dos mujeres en la sala de espera. Haciendo caso omiso a su precencia, se dirigió a lo que parecía ser la mesa de la secretaria del ginecólogo.
Tras la mesa, se encontraba una mujer, vestida con falda y chaqueta rojas, llevaba una pulcra camisa blanca. Su cabello, de color cobrizo estaba recogido en un moño suelto y sus ojos de color ámbar se ocultaban tras unas gafas de monturas al aire. La mujer trabajaba con el ordenador cuando la vio acercarse, apartó la vista de la pantalla y miró a Kim.
-Buenos días- dijo la mujer- ¿tiene hora?
-Sí, llamé ayer, soy Kimberly Phillips. -La mujer miró en el ordenador y asintió.
-Tiene cita, espere en la sala que enseguida la llamaré.
Kim asintió y se sentó en uno de los sillones de la sala de espera. A los pocos minutos el médico abrió la puerta y la mujer que estaba dentro salió. La rubia sonrió al verle y este también la vio pero apartó la mirada. Este le hizo una señal a la secretaria para que pasara a la siguiente y entonces esta llamó a la mujer que estaba sentada al lado de la joven.
La espera se le hizo eterna, al final, las dos mujeres que tenía delante se fueron y le tocaba su turno. Cuando la secretaria la llamó, ella se dirigió a la puerta que estaba cerrada, entonces la abrió.
-Veo que tienes una nueva secretaria…- dijo Kim cuando entró y cerró la puerta.
El médico que estaba con la silla dirigida hacia la pared, se giró lentamente encarándose con ella. Era un hombre joven de rasgos sensuales y que a Kim le encantaba. El pelo de él era corto de un color rubio oscuro y los ojos azul cobalto.
-¿Qué te trae por aquí?- preguntó él directamente juntando sus manos sobre la mesa.
-Tengo que hablar contigo sobre un tema, un tanto delicado, Mark.
-¿Qué tema?
-Verás, hace unas semanas que no me baja el periodo… me he hecho un test de embarazo y me ha dado positivo- miró al médico pero este no dijo nada así que continuó- quiero abortarlo…
Mark permaneció impasible ante la confesión de la chica -Quieres abortar… entiendo… ¿quién fue esta vez? ¿Ese chico con el que estabas saliendo? ¿O quizás le pusiste los cuernos con otro? -dijo con sorna.
-¿A qué vienen esos celos ahora? Hace tiempo que no nos acostamos, así que no es tuyo, esto sólo me incumbe a mí y te estoy pidiendo que interrumpas este embarazo.

Un aborto. Las cosas se estaban complicando cada vez más, y lo que menos necesitaba Mark en ese momento era que lo descubrieran practicando un aborto a una joven menor de edad y en una clínica privada. Podrían denunciarlo y descubrir que no era la primera vez que hacia un "favor" a una de sus amigas. O peor aun, podían descubrir que se había acostado con algunas de sus clientas, lo mas probable era que pidieran todas las cintas de grabación, y eso si que seria su fin.
Pero por otro lado estaba Kim, que le estaba pidiendo un favor, y aunque quisiera negarlo, él estaba dispuesto a todo por ayudarla. Se había enamorado de la rubia, aunque siempre supo que ella se acostaba con mas chicos a la vez. Sabia perfectamente que ella no era, y nunca sería para él.

-Esto no está bien, Kim, sabes muy bien cuáles son los riesgos que puede haber por interrumpir un embarazo.
-Claro que lo sé.
-Podrías quedarte estéril.
-No me importa, no quiero cuidar de un niño llorón que me llene de babas, yo lo que quiero es ser muy famosa y tener un bebé me impediría conseguir mi meta.
-Muy bien, es tu decisión… acompáñame.
La chica siguió a Mark hasta la habitación donde había una camilla y una silla especial que tenían los ginecólogos para inspeccionar a sus pacientes. La joven se fue detrás de un biombo y se quitó la ropa para luego ponerse una bata. Salió y se sentó en la camilla mientras que él buscaba lo necesario para interrumpir el embarazo.
Cuando ya tuvo todo lo necesario se acercó a ella y esta se tendió en la camilla. Le iba a hacer un aborto por aspiración. Era peligroso, pues iba a sustraer el embrión a través de un mecanismo de succión parecido a una bomba eléctrica para limpiar el tubo de escape de un auto.
-Esto no está bien, Kim… podrías sufrir una hemorragia, o sufrir un trauma en el cuello del útero… o incluso una perforación del mismo útero. -dijo Mark, en un vago intento por hacerla recapacitar. Abortar era muy peligroso para su salud.
-Me da igual, no quiero tener este bebé, ¿es que no lo entiendes? No lo quiero…
-Muy bien, pues comencemos… -dijo, no muy convencido.
Comenzó con el aborto mientras ella miraba hacia otro lado con una fría expresión. Jamás entendería lo que era querer a otra persona porque sólo se quería a ella misma y a nadie más. Todos los que estaban a su alrededor eran sus enemigos y claramente no le importaba porque lo único que quería ella era la fama.
Algo que envidió mucho de Lizzy, que lo tenía todo al alcance de su mano cuando era famosa y ahora era su turno de conseguir todo lo que desease, lo que menos quería en ese momento era cargar con un bebé que le hiciera la vida imposible, aparte de todo lo que conlleva un embarazo como era engordar, hinchazón de los pechos, varices y esas cosas.
No, no pasaría por eso mientras tuviese la opción de abortar, tal y como estaba haciendo en ese momento.
Cuando Mark terminó, ella se incorporó un poco y lo miró. Tenía una expresión seria en su semblante.
-¿Pasa algo?- preguntó ella pero él no contestó así que se levantó y se acercó por detrás y lo abrazó- vamos, Mark, no te pongas así, sabes muy bien que eres especial para mí…
-Si claro -comentó con sarcasmo- especial para que te ayude a abortar a bebés que no deseas.
-No sólo por eso y lo sabes… me encanta como eres en la cama, es más, estoy deseando volver a acostarme contigo- dijo ella pasando un dedo por su espalda de forma muy seductora.
-Tienes que descansar… un aborto es muy delicado…
-Lo sé- dijo con tono exasperado- pero cuando me recupere… quizás…- dijo ella poniéndose delante de él y pasando sus brazos alrededor del cuello, mirándole de la forma que lo hechizaba, tal y como haría un flautista para hechizar a una serpiente- te apetezca que nos veamos…
Él no tenía escapatoria, estaba loco por esa joven y a pesar de la fama que tiene de acostarse con todos, la necesitaba y la deseaba con todo su ser. Pero aún así, sabía que después de acostarse, el que lo pasaría mal sería él y aún así no pudo negarse a la petición de la rubia.
-Cuando te recuperes… mientras nada… -Ella sonrió y lo besó en los labios.
-Mientras podemos hacer otras cosas- dijo ella tocando el bulto que había en sus pantalones y sin esperar respuesta alguna, ella se puso manos a la obra ya que sabía que esa habitación está insonorizada por lo que la secretaria no oiría absolutamente nada y seguiría trabajando en su ordenador.

A la hora del almuerzo, Lizzy fue a la habitación de Beverly y la encontró con una blusa vieja puesta para no mancharse. Todo lo necesario para teñirla estaba sobre el escritorio de la habitación, por lo que Lizzy se puso los guantes y comenzó a aplicarle el tinte a la pronto, ex rubia.
Cuando acabó de teñirla, se pusieron a hablar en el tiempo que transcurría para que el tinte se asentara en los cabellos de la joven.
-Me alegra mucho tener una amiga en la academia- comentó Lizzy- tengo otra amiga, la conocí en el hospital después de lo de mi rodilla y desde entonces sólo la tenía a ella pero ahora te tengo a ti y eso me satisface.
-¿Te sientes muy sola?
-En muchas ocasiones sí…
-Debes de pasarlo mal.
-Me he acostumbrado… después de todo, tenía que adaptarme a mi nueva vida como sirvienta de la academia.
-Entiendo… ¿y no deseas volver a bailar?
-Cada uno de los días de mi vida deseo poder volver a bailar- dijo sonriendo levemente- es el único sueño que me acompaña, no pido ni joyas, ni fama, ni nada por el estilo… simplemente lo único que deseo es volver a bailar.
-En cambio Kim desea todo lo contrario… anhela la fama y que todos la admiren.
-Debo reconocer que es una gran actriz, me creí todas sus mentiras hace tres años, nunca sospeché nada, nunca supe de su odio hasta que me caí y me lesioné la rodilla -sonrió con tristeza- llegué a pensar que era mi amiga a parte de mi hermanastra.
Beverly podía notar la voz teñida de tristeza de Lizzy, la habían engañado de tal forma que no se dio cuenta de las verdaderas intenciones de su hermanasta para con ella.
-Entonces… como te sentiste engañada por ella, quisiste ayudarme a mí cuando… vomitaba.
-Quería ayudarte porque me pareces una chica estupenda y que no merece lo que te hace Kim, nunca deberías cambiar nada porque alguien que se cree superior lo diga, debes ser tú misma y así es como gustas a todos.
Beverly se sonrojó al pensar en Louis y sonrió tímidamente.
-Es hora de que me lave el pelo a ver cómo me quedó el tinte. -dijo, cambiando rotundamente de tema.
-Sí, tienes razón.
Entonces, Beverly se fue al baño a lavarse la cabeza. Cuando volvió, lo hizo con una toalla enrollada en el pelo.
-¿Estás lista para ver mi nuevo color?- preguntó agarrando la toalla para quitársela.
-Preparada- respondió Lizzy mientras sonreía, feliz . Beverly se quitó la toalla dejando caer la melena aún corta de color más oscuro del que tenía anteriormente. Se miró en el espejo y luego miró a Lizzy.
-¿Y bien? -preguntó expectante.
-Precioso, te queda muy bien el color.
-Entonces creo que esto hará enfadar a Kim…
-Probablemente.
Las dos comenzaron a reírse al imaginar lo que diría la rubia cuando viera a Beverly con el pelo oscuro y sus gafas puestas.
Sin duda le daría un infarto.


Kim llegó a la academia y se dirigió a su habitación. Se recostó en la cama, ya que le dolía un poco el abdomen y llamó a Sarah y a Beverly.
Al momento apareció Sarah y se sentó en la cama junto a su amiga.
-¿Te encuentras mal? ¿Qué te dijo el médico?
-Nada, estoy bien, ¿dónde está Beverly?
-No lo sé, sólo la he visto en clase…
-Seguro que anda en el comedor, llenándose de porquería. - en ese momento tocaron en la puerta y esta se abrió dando paso a Beverly, la cual llevaba sus gafas puestas y el pelo ya no tenía su antiguo color claro.
-Hola, Kim- dijo ella sonriendo.
-Pero… pero… ¿qué has hecho? ¿Qué le ha pasado a tu pelo? ¿Y dónde están tus lentillas? Te dije que no te pusieras esas gafas.
-Como ves, vuelvo a ser yo.
-¿Qué significa todo esto, Beverly?
-Que estoy harta de que intentes cambiarme, quiero ser yo misma de nuevo y para eso debo devolver mi antiguo color a mi pelo y volver a usar mis gafas.
-Con todo lo que he hecho por ti.
-¿De verdad? ¿Llamarme foca es hacer algo por mí? ¿Hiciste algo para evitar que me provocara los vómitos? ¿Hiciste algo para no alejarme del chico al que quiero? Me parece que no. Lo único que has hecho ha sido hacerme desdichada e infeliz. Ni siquiera fuiste a verme a la enfermería- Beverly dio vueltas por la habitación mientras Kim y Sarah la miraban, atónitas- no quiero seguir siendo un muñeca a la que moldees a tu antojo ¿y sabes una cosa? Estoy con Louis y no me lo vas a impedir.
La rubia se cruzó los brazos con enfado sin dejar de mirarla.
-Por lo que veo te han lavado el cerebro, seguro que fue ese tal Louis.
-No Kim, él me abrió los ojos. Me usabas porque eres feliz haciendo mal a los demás y como no cambies de actitud te quedarás sola…
-Nunca estaré sola, Sarah no me abandonará nunca.
-Porque ya le has lavado el cerebro y si no tienes nada más que decirme, me voy, he quedado con mi novio, espero que las cosas te vayan como planeas.
Tras decir esto, Beverly salió de la habitación dejando a una enfadada Kim y a una sorprendida Sarah ante la osadía de la ex-rubia.
-Si cree que tiene derecho a marcharse así como así y haberme hablado como lo ha hecho, pues está muy equivocada. Esto no se va a quedar así ni mucho menos… ya lo verás, Sarah, pienso vengarme de esa desagradecida y será a lo grande…

Lizzy estaba en el aula donde ensayaba con Zayn. Habían quedado para seguir ensayando pero ella fue un rato antes. Hacía varios días que había empezado con los ensayos y se sentía nueva. Volvía a ser la Elizabeth de antes del accidente. Y se sentía tan a gusto con Zayn… al pensar en él, sonrió como una niña aunque de repente frunció el ceño, ¿por qué había sonreído al pensar en él? Todo eso era muy confuso. Algo raro le estaba sucediendo pero no sabía el qué exactamente.
Pensando en eso, no se dio cuenta de que había entrado el chico y se había puesto detrás de ella, la cual estaba frente al espejo. Sin decir nada, puso la música provocando que Lizzy levantara la mirada, sobresaltada.
-Supongo que ya habrás calentado ¿no?- ella no contestó pero se había ruborizado mucho- vamos, empieza a bailar.
Ella se mordió el labio inferior sin dejar de mirar al espejo. Comenzó a bailar. En realidad no sabía muy bien qué movimientos hacer. Zayn, al verla dudar, se puso a su lado y comenzó a moverse. Ella lo imitó y casi llegando al final de la canción, tropezó y estuvo a punto de caer pero él la sujetó, cogiéndola de la cintura.
La castaña apoyó la cabeza en el torso de él a la altura del corazón y pudo notar los acelerados latidos de su corazón a causa del baile. Volvió la vista hacia él, totalmente nerviosa.
-¿Estás bien?- le preguntó él.
-Sí…- trató de sonreír pero rápidamente desapareció al mirarse a los ojos fijamente.
De repente le habían entrado unas ganas locas de besarlo. Eso la asustó porque hacía mucho tiempo que no sentía algo parecido y le dio miedo, ya que no quería volver a sentir algo así.
-¿De verdad? Estás temblando.
-Sí, ha sido por la impresión del tropiezo.
-Pues descansemos un poco, así te comento una cosa.
Él se apartó de ella y se sentó en el suelo pegado a la pared. Lizzy se quedó petrificada en el sitio, luego sacudió la cabeza para apartar sombríos pensamientos que estaba teniendo y se puso al lado de él con el corazón totalmente desbocado. No se atrevió a mirarlo por lo que fijó su mirada en el suelo.
-Una canción muy bonita la que bailamos ahora- dijo ella para romper el intenso silencio que se había cernido entre ellos.
-Sí, es una de mis canciones favoritas.
-¿Te gustan este tipo de canciones?
-Sí, soy bastante rarito- dijo él sonriendo- bueno, a lo que iba, mi padre me llamó hace un rato.
-¿Tu padre?- preguntó ella con cierto temor.
-Me dijo que fueras mañana por su clínica para hacerte las radiografías.
-Pero la clínica de tu padre es privada y yo no tengo dinero para pagarle.
-No te preocupes por eso, mi padre lo sabe y no tendrás que pagar nada.
-Cuanso pueda, le pagaré todo…
-Lizzy, de verdad, no te preocupes, a mi padre no le importa hacerlo gratis, eres mi amiga y no te cobrará nada.
La joven se mordió el labio inferior mientras se abrazaba las rodillas.
-Tengo miedo…- susurró ella.
Zayn posó su mano en el brazo de la chica y sonrió levemente.
-¿Quieres que vaya contigo? -Ella levantó la mirada y lo miró a los ojos, el contacto le hizo ponerse tensa.
-¿De verdad me acompañarías?
-Claro que sí.
-Pero perderías clases…
-Por un día que falte no pasará nada.
-Tenemos otro problema, Zayn, ¿qué pasa si Christina descubre que no estoy en la academia? Sería la excusa perfecta para poder echarme de aquí.
-Eso sí que es un problema… podemos ir a la hora del almuerzo y así te invito a comer, la comida de la clínica de mi padre es estupenda, así no creo que se dé cuenta de nada…
Apartó la mirada un poco, hacía mucho tiempo que nadie la invitaba a comer a algún sitio aunque sólo fuera la cafetería de una clínica. Él al verla así, la tomó del mentón y la obligó a mirarlo.
-¿Sucede algo?- ella negó con la cabeza pero sin mirarlo- ¿de verdad? Desde que he llegado te has comportado de una manera un tanto extraña. -Ella se ruborizó pero aún así contestó.
-Bueno, es que temo que todo esto sea un sueño y que en cualquier momento me despierte y vuelva a ser la Elizabeth que limpia la porquería de otros en la Academia de Música, Baile e Interpretación Marquet.
-Te puedo asegurar que esto es muy real y ya verás que lo que tanto ansías, lo tendrás porque apuesto lo que sea a que la lesión de tu rodilla está totalmente curada. - sonrió levemente.
-Ojalá…
-Ya lo verás… -Otra vez sintió impulso de besarlo pero descartó la idea y se levantó rápidamente.
-¿Seguimos ensayando o te piensas quedar ahí sentado el resto de la noche?
Zayn sonrió y se levantó para volver a poner la música y que ella siguiera bailando, aunque claro, con la ayuda de él, ya que había algunos movimientos un tanto difíciles para ella, puesto que había perdido la práctica. Tras un buen rato de ensayo, ambos se fueron a sus habitaciones a descansar.
Lizzy sabía que esa noche dormiría poco porque aparte del miedo de lo que podría salir en las radiografías, tenía miedo a que su madrastra la descubriera. Como no dejaba de dar vueltas en la cama, se levantó y se fue a la ventana donde se sentó en el alféizar a mirar las estrellas. Cogió su iPod y se puso a escuchar música a ver si así conseguía relajarse un poco para poder dormir al menos unas horas. Sin apenas darse cuenta, tras un par de canciones, se quedó profundamente dormida junto a la ventana

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