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El meztizo de la puerta de a lado"Adaptacion"[Kevin yTú](Erotico/Romantica)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: El meztizo de la puerta de a lado"Adaptacion"[Kevin yTú](Erotico/Romantica)
dios mio la encontraron esos hijos de p***
xq eres tan mala y la dejastes alli no es justo jum :'(
tenes q seguirla por favor adore esos capitulos son estupendos
me encanta la sinopsis q colocaste espero ya esa nueva nove siguela tambien
saludos y cuidate :)
xq eres tan mala y la dejastes alli no es justo jum :'(
tenes q seguirla por favor adore esos capitulos son estupendos
me encanta la sinopsis q colocaste espero ya esa nueva nove siguela tambien
saludos y cuidate :)
ElitzJb
Re: El meztizo de la puerta de a lado"Adaptacion"[Kevin yTú](Erotico/Romantica)
POOOORRFAAAAAA!!!!
PON OOOTROOOO
PON OOOTROOOO
chelis
Re: El meztizo de la puerta de a lado"Adaptacion"[Kevin yTú](Erotico/Romantica)
[color=red] No puedes pasar nada con mi Kev, no no :(
awn me encanto la sinopsis de la nueva nove
awn me encanto la sinopsis de la nueva nove
*Stephanie*
Re: El meztizo de la puerta de a lado"Adaptacion"[Kevin yTú](Erotico/Romantica)
Hola!traigo el final de la nove! HAHAHA se que las deje con la duda soy cruel(? haha bueno pues aqui les traigo el desenlaze de esta historia y al final les dejo el link de la nueva adaptación La marca de ____Ya saben sera sera de Joe y tu, bueno aqui les dejo el ultimo cápitulo disfrutenlo!
Capitulo nueve continuación
Kevin salió de la ducha y se secó rápidamente antes de ponerse unos pantalones de deporte limpios e ir a la puerta para decirle a ________ que la ducha ya estaba libre.
Entró en la habitación y frunció el entrecejo ante la cama vacía durante un largo segundo antes de alzar la cabeza lentamente con un olor nuevo y molesto que alcanzaba sus fosas nasales.
Miedo.
Podía olerlo, agudo, como una advertencia, sobre el rastro de la esencia única de ________. Pero no había nada más. Ningún otro olor se filtraba por la puerta del dormitorio que le diera una idea de lo que le esperaba escaleras abajo.
Ella era su compañera, y él podía sentir el peligro que la rodeaba latiendo en el aire.
Sacó el teléfono móvil de debajo de la cama y marcó la alerta de problemas antes de ocultar el dispositivo bajo el colchón y dirigirse al tocador.
Sacó una de las armas más pequeñas de un cajón antes de quitar el protector del adhesivo de la ligera pistolera que se adhería a la piel. Pegándolo al costado de la pistola, ancló el arma en la parte baja de su espalda antes de ponerse la camisa.
Agarró el arma de repuesto de la parte de arriba del tocador y comprobó la munición antes de moverse hacia la entrada.
Haciendo una pausa escuchó cuidadosamente. No había luces pero no las necesitaba. Y no sabía qué o quién estaba abajo, pero no era un Mestizo. No había ni una mísera oportunidad de que un Mestizo pudiera disfrazar su olor con tanta eficacia. Pero a veces, raramente, ciertos humanos podían hacerlo.
Los Domadores sabían cómo. Era difícil, a veces casi imposible, pero se podía hacer.
Mientras se movía hacia las escaleras inhaló cuidadosamente. No olió ningún aroma de Casta o de humano aparte del de ________ y su miedo. Era aplastante, imperativo. Pero junto con ello había un aroma estéril curiosamente hueco. Como si algo hubiera limpiado. Y otro, no tan fresco, como si algo estuviera sangrando a pesar de lo que hubieran usado para disfrazar la maldad que lo llenaba.
Sus labios se movieron en un frío gruñido.
Había dos, y uno de ellos estaba nervioso, cauteloso. Quizá no tan seguro como el otro. Ese era débil. Cometería un error.
Cuando Kevin comenzó a bajar las escaleras depositó el arma extra en un escalón, lo bastante cerca como para saltar y recuperarla si la necesitaba. Si entraba armado sabrían que había sido consciente de ellos y lo cachearían, usando a ________ para que se quedara quieto mientras le quitaban el arma oculta.
—________, te dejaste las luces apagadas —dijo en voz alta mientras entraba en el vestíbulo—. Ahora basta de juegos. ¿Dónde estás?
Él mantuvo la voz juguetona, burlándose mientras se movía hacia la cocina, donde su olor era más fuerte. Se paró en la entrada, colocando las manos en las caderas mientras contemplaba la escena.
Todo en su interior se tensó de miedo mientras luchaba por presentar una actitud despreocupada. Podía sentir el gruñido que crecía en su pecho, la mandíbula que se apretaba con la necesidad de probar la sangre.
Los dos hombres estaban parados a cada lado de ella, uno con su arma colocada amenazadoramente contra su piel. Ella no hacía ningún sonido, pero él podía ver las lágrimas brillando en su rostro, sus labios moviéndose.
«Lo siento tanto...»
—Bueno, lo admito, no había pensado que fuera realmente posible. —Anton Creighton sacudió la cabeza mientras chasqueaba la lengua—. Y encontrarte tan descuidado. Tus Domadores eran menos rigurosos de lo que yo pensaba durante tu estancia en los laboratorios.
Unos ojos fríos y grises como el acero miraban desde una pálida cara. Una gorra negra cubría su cabello rubio, pero Kevin recordaba su color muy bien. Su cuerpo ancho y muy musculoso aparecía relajado, pero Kevin podía ver la tensión. El otro hombre no estaba ni de lejos tan confiado como parecía.
Y su compañero estaba aterrorizado.
—La peste de tu hombre está empezando a sangrar a través de lo que usaras para cubrirle —informó a Creighton fríamente—. Está asustado.
Los ojos de Creighton se entrecerraron cuando Kevin se negó se negó a responder a su aguijonazo. Su vista se desvió levemente al otro hombre.
—La buena ayuda es tan difícil de encontrar. —Él sonrió fríamente—. Pero lo hizo lo suficientemente bien como para evitar que nos detectaras antes de que el momento fuera el apropiado.
Kevin asintió con todos los signos de una atención distraída mientras echaba un vistazo a ________.
—¿Y que queréis esta noche, muchachos? —preguntó manteniendo su voz comedida, sin amenaza.
Conocía a Creighton mejor de lo que el otro hombre se pensaba. Era fácil jugar con él, manejable en un pequeño grado, y vivía al filo mientras luchaba por escapar tanto de los soldados de las Castas como de los del Consejo.
Creighton era básicamente un cobarde. Cuando los laboratorios fueron atacados por fuerzas gubernamentales e independientes para rescatar a las Castas que guardaban allí, había desertado de la lucha en vez de arriesgarse a que le capturaran. Ahora era considerado un criminal por ambos bandos.
—Solo la chica. —Creighton se encogió de hombros desdeñosamente—. Tan pronto como te elimine puedo usarla para un pequeño canje. Deberías haber permanecido lejos de mi cu/lo, Kevin. Pero ya que eres tan insistente, ahora me ocuparé de ti y me aseguraré mi regreso a las filas del Consejo con tu preciosa compañerita.
—El Consejo está disuelto, Creighton. —Kevin lo miró compasivamente—. No hay nadie con quien negociar.
Una rica risilla llenó el aire.
—¿Realmente crees eso, Kevin? —preguntó él sacudiendo la cabeza—. No es necesario que te preocupes, chico León. Todavía están ahí. Bien escondidos y seguros, pero ahí a pesar de todo.
—¡Cállate, Creighton! —siseó su socio— Mátale y terminemos con esto.
________ parpadeó y su mirada se volvió salvaje ante la exigencia.
Maldición. Ella era el elemento imprevisible, no esos dos bastardos. Y no había ni una maldita cosa que pudiera hacer salvo rezar porque su sentido común ganara la batalla.
—Tu chico es un poco impaciente, Creighton —se burló Kevin mientras se recostaba contra el marco de la puerta y cruzaba los brazos sobre el pecho mientras les miraba—. ¿Un poco mandón también, verdad?
El ego de Creighton era legendario.
—¡Cierra la boca, Tim! —escupió él— Lo tengo bajo control.
—¿Estás seguro de que no es un coyote? —Kevin señaló al bueno y viejo Tim, con sus desvaídos ojos color avellana llenos de miedo y largo cabello marrón oscuro— Tiembla como uno.
La sonrisita de Creighton era burlona, chirriando en los nervios de Kevin mientras el tambor de su arma se deslizaba contra la sien de ________ en una fría caricia.
—Servirá —le aseguró Creighton mientras le miraba fríamente—. Lamentablemente no hay ninguna recompensa por tu cabeza. Pero supongo que voy a tener que matarte de todas formas. Si simplemente me hubieras dejado en paz, muchacho, yo habría hecho lo mismo. —Él sacudió la cabeza con pena fingida—. Aunque algunos de las Castas nunca aprenden.
Solo un poco más. Solo unos pocos segundos más.
Podía oler la furia de Braden y de otro Mestizo en la puerta trasera. Pero también podía oler el olor aplastante de la furia en la puerta delantera. Furia humana. La furia de un padre.
Mie/rda.
—Este fue un momento realmente malo para venir a llamar, Creighton. —Kevin meneó la cabeza, casi sintiendo ahora pena por el otro hombre—. ¿Sabes?, es noche de pan.
Él echó un vistazo a ________, rezando por que ella captara el mensaje. Ella parpadeó, con el asombro y una oleada de miedo renovado brillando en sus ojos.
—¿Noche de pan? —Creighton se le quedó mirando con confusión— ¿Qué tiene que ver el pan con nada? ¿Te ha podrido la libertad el cerebro?
—Tristemente para ti, creo que sí puede tener que ver.
La puerta trasera saltó hecha astillas mientras la alarma de la casa empezaba a sonar. ________, bendito fuera su dulce corazón, no era ninguna tonta. Antes de que Creighton pudiera pararla se lanzó al suelo, rodando bajo la mesa mientras sus pies golpeaban las rodillas de Tim cuando Kevin se dejó caer, sacó el arma de su espalda y disparó al Domador.
La puerta delantera explotó mientras Creighton se caía y Kevin se arrojaba bajo la mesa de la cocina, con su cuerpo cubriendo el de ________, y dejando que Braden y quien demonios estuviera gritando como loco se ocuparan del otro hombre.
—Te dije que no iba a funcionar. No puedes jugar con hombres que te conocen tan bien, ________ —gruñó él, recordándole su advertencia cuando había hablado antes con su padre. La empujó más bajo la mesa, forzándola a que se colocara detrás de él, abrigándola entre su cuerpo y la pared mientras ella luchaba por hacerle a un lado.
Braden y Jonas estaban en el suelo, con las armas alzadas y preparadas, mientras tres Navy SEALs& bien entrenados irrumpían en la habitación con las armas desenfundadas y la muerte brillando en sus ojos.
—Maldición, Kevin, déjame salir antes de que destruyan la casa —gritó ________ en su oído—. La harán trizas.
—Mejor a la casa que a mí —gruñó él, manteniéndola en su lugar mientras unas figuras vestidas de negro se pararon delante de la mesa, seguidas por un par de piernas enfundadas en vaqueros.
El padre.
Demonios.
—Mira, me gusta esta casa más que la mía. —Ella golpeó su hombro antes de poner las rodillas en su espalda y empujar—. Y van a arruinarla.
—Maldición, quédate en tu sitio, mujer —gruñó él—. Puedo reconstruir la casa, y aunque puedo matar a esos bastardos por ti, realmente preferiría permanecer a salvo. Si te da lo mismo —gruñó él en tono burlón.
—Idi/ota.
—Mocosa.
—Bueno, al menos ella está viva —dijo una voz burlona arrastrando las palabras cuando tres Navy SEALs se acuclillaron para mirar bajo la mesa.
Unos ojos extraordinariamente similares a los de ________ le devolvieron la mirada. Rápidamente se dieron cuenta del hecho de que él no iba a permitirla todavía moverse, y que ella estaba muy contenta de estar donde estaba, a pesar de los insultos.
—No podéis disparar a mi futuro esposo. —Ella finalmente logró arrastrarse y pasarle.
Dando un suspiro, Kevin miró el suelo mientras Braden se ponía lentamente en pie.
—¿Están esos asnos sangrando todavía en el suelo de mi cocina? —________ salió de debajo de la mesa justo delante de él, encarándose con sus hermanos con las manos en sus caderas— ¿Por qué están sangrando en mi suelo?
—Echa la culpa a tu novio de ahí debajo. —El más ancho de los cuatro hombres la enfrentó directamente, bajando su negra cabeza para gruñirla, con la cólera iluminando sus ojos—. Él les disparó. No nosotros. ¿Y desde cuándo demonios es esta tu casa?
—Desde que yo dije que lo era. —Kevin la puso detrás de él, con sus instintos llameando ante la furia del otro hombre hacia su compañera. Esto no era aceptable.
—¿Y quién demonios eres tú? —La violencia rabiaba en la expresión del hermano. Una violencia que sería mejor que dirigiera a algún lugar que no fuera ________.
—Su compañero… —Su fría sonrisa no mejoró en nada el anuncio.
Se desató el pandemónium.
Capitulo nueve continuación
Kevin salió de la ducha y se secó rápidamente antes de ponerse unos pantalones de deporte limpios e ir a la puerta para decirle a ________ que la ducha ya estaba libre.
Entró en la habitación y frunció el entrecejo ante la cama vacía durante un largo segundo antes de alzar la cabeza lentamente con un olor nuevo y molesto que alcanzaba sus fosas nasales.
Miedo.
Podía olerlo, agudo, como una advertencia, sobre el rastro de la esencia única de ________. Pero no había nada más. Ningún otro olor se filtraba por la puerta del dormitorio que le diera una idea de lo que le esperaba escaleras abajo.
Ella era su compañera, y él podía sentir el peligro que la rodeaba latiendo en el aire.
Sacó el teléfono móvil de debajo de la cama y marcó la alerta de problemas antes de ocultar el dispositivo bajo el colchón y dirigirse al tocador.
Sacó una de las armas más pequeñas de un cajón antes de quitar el protector del adhesivo de la ligera pistolera que se adhería a la piel. Pegándolo al costado de la pistola, ancló el arma en la parte baja de su espalda antes de ponerse la camisa.
Agarró el arma de repuesto de la parte de arriba del tocador y comprobó la munición antes de moverse hacia la entrada.
Haciendo una pausa escuchó cuidadosamente. No había luces pero no las necesitaba. Y no sabía qué o quién estaba abajo, pero no era un Mestizo. No había ni una mísera oportunidad de que un Mestizo pudiera disfrazar su olor con tanta eficacia. Pero a veces, raramente, ciertos humanos podían hacerlo.
Los Domadores sabían cómo. Era difícil, a veces casi imposible, pero se podía hacer.
Mientras se movía hacia las escaleras inhaló cuidadosamente. No olió ningún aroma de Casta o de humano aparte del de ________ y su miedo. Era aplastante, imperativo. Pero junto con ello había un aroma estéril curiosamente hueco. Como si algo hubiera limpiado. Y otro, no tan fresco, como si algo estuviera sangrando a pesar de lo que hubieran usado para disfrazar la maldad que lo llenaba.
Sus labios se movieron en un frío gruñido.
Había dos, y uno de ellos estaba nervioso, cauteloso. Quizá no tan seguro como el otro. Ese era débil. Cometería un error.
Cuando Kevin comenzó a bajar las escaleras depositó el arma extra en un escalón, lo bastante cerca como para saltar y recuperarla si la necesitaba. Si entraba armado sabrían que había sido consciente de ellos y lo cachearían, usando a ________ para que se quedara quieto mientras le quitaban el arma oculta.
—________, te dejaste las luces apagadas —dijo en voz alta mientras entraba en el vestíbulo—. Ahora basta de juegos. ¿Dónde estás?
Él mantuvo la voz juguetona, burlándose mientras se movía hacia la cocina, donde su olor era más fuerte. Se paró en la entrada, colocando las manos en las caderas mientras contemplaba la escena.
Todo en su interior se tensó de miedo mientras luchaba por presentar una actitud despreocupada. Podía sentir el gruñido que crecía en su pecho, la mandíbula que se apretaba con la necesidad de probar la sangre.
Los dos hombres estaban parados a cada lado de ella, uno con su arma colocada amenazadoramente contra su piel. Ella no hacía ningún sonido, pero él podía ver las lágrimas brillando en su rostro, sus labios moviéndose.
«Lo siento tanto...»
—Bueno, lo admito, no había pensado que fuera realmente posible. —Anton Creighton sacudió la cabeza mientras chasqueaba la lengua—. Y encontrarte tan descuidado. Tus Domadores eran menos rigurosos de lo que yo pensaba durante tu estancia en los laboratorios.
Unos ojos fríos y grises como el acero miraban desde una pálida cara. Una gorra negra cubría su cabello rubio, pero Kevin recordaba su color muy bien. Su cuerpo ancho y muy musculoso aparecía relajado, pero Kevin podía ver la tensión. El otro hombre no estaba ni de lejos tan confiado como parecía.
Y su compañero estaba aterrorizado.
—La peste de tu hombre está empezando a sangrar a través de lo que usaras para cubrirle —informó a Creighton fríamente—. Está asustado.
Los ojos de Creighton se entrecerraron cuando Kevin se negó se negó a responder a su aguijonazo. Su vista se desvió levemente al otro hombre.
—La buena ayuda es tan difícil de encontrar. —Él sonrió fríamente—. Pero lo hizo lo suficientemente bien como para evitar que nos detectaras antes de que el momento fuera el apropiado.
Kevin asintió con todos los signos de una atención distraída mientras echaba un vistazo a ________.
—¿Y que queréis esta noche, muchachos? —preguntó manteniendo su voz comedida, sin amenaza.
Conocía a Creighton mejor de lo que el otro hombre se pensaba. Era fácil jugar con él, manejable en un pequeño grado, y vivía al filo mientras luchaba por escapar tanto de los soldados de las Castas como de los del Consejo.
Creighton era básicamente un cobarde. Cuando los laboratorios fueron atacados por fuerzas gubernamentales e independientes para rescatar a las Castas que guardaban allí, había desertado de la lucha en vez de arriesgarse a que le capturaran. Ahora era considerado un criminal por ambos bandos.
—Solo la chica. —Creighton se encogió de hombros desdeñosamente—. Tan pronto como te elimine puedo usarla para un pequeño canje. Deberías haber permanecido lejos de mi cu/lo, Kevin. Pero ya que eres tan insistente, ahora me ocuparé de ti y me aseguraré mi regreso a las filas del Consejo con tu preciosa compañerita.
—El Consejo está disuelto, Creighton. —Kevin lo miró compasivamente—. No hay nadie con quien negociar.
Una rica risilla llenó el aire.
—¿Realmente crees eso, Kevin? —preguntó él sacudiendo la cabeza—. No es necesario que te preocupes, chico León. Todavía están ahí. Bien escondidos y seguros, pero ahí a pesar de todo.
—¡Cállate, Creighton! —siseó su socio— Mátale y terminemos con esto.
________ parpadeó y su mirada se volvió salvaje ante la exigencia.
Maldición. Ella era el elemento imprevisible, no esos dos bastardos. Y no había ni una maldita cosa que pudiera hacer salvo rezar porque su sentido común ganara la batalla.
—Tu chico es un poco impaciente, Creighton —se burló Kevin mientras se recostaba contra el marco de la puerta y cruzaba los brazos sobre el pecho mientras les miraba—. ¿Un poco mandón también, verdad?
El ego de Creighton era legendario.
—¡Cierra la boca, Tim! —escupió él— Lo tengo bajo control.
—¿Estás seguro de que no es un coyote? —Kevin señaló al bueno y viejo Tim, con sus desvaídos ojos color avellana llenos de miedo y largo cabello marrón oscuro— Tiembla como uno.
La sonrisita de Creighton era burlona, chirriando en los nervios de Kevin mientras el tambor de su arma se deslizaba contra la sien de ________ en una fría caricia.
—Servirá —le aseguró Creighton mientras le miraba fríamente—. Lamentablemente no hay ninguna recompensa por tu cabeza. Pero supongo que voy a tener que matarte de todas formas. Si simplemente me hubieras dejado en paz, muchacho, yo habría hecho lo mismo. —Él sacudió la cabeza con pena fingida—. Aunque algunos de las Castas nunca aprenden.
Solo un poco más. Solo unos pocos segundos más.
Podía oler la furia de Braden y de otro Mestizo en la puerta trasera. Pero también podía oler el olor aplastante de la furia en la puerta delantera. Furia humana. La furia de un padre.
Mie/rda.
—Este fue un momento realmente malo para venir a llamar, Creighton. —Kevin meneó la cabeza, casi sintiendo ahora pena por el otro hombre—. ¿Sabes?, es noche de pan.
Él echó un vistazo a ________, rezando por que ella captara el mensaje. Ella parpadeó, con el asombro y una oleada de miedo renovado brillando en sus ojos.
—¿Noche de pan? —Creighton se le quedó mirando con confusión— ¿Qué tiene que ver el pan con nada? ¿Te ha podrido la libertad el cerebro?
—Tristemente para ti, creo que sí puede tener que ver.
La puerta trasera saltó hecha astillas mientras la alarma de la casa empezaba a sonar. ________, bendito fuera su dulce corazón, no era ninguna tonta. Antes de que Creighton pudiera pararla se lanzó al suelo, rodando bajo la mesa mientras sus pies golpeaban las rodillas de Tim cuando Kevin se dejó caer, sacó el arma de su espalda y disparó al Domador.
La puerta delantera explotó mientras Creighton se caía y Kevin se arrojaba bajo la mesa de la cocina, con su cuerpo cubriendo el de ________, y dejando que Braden y quien demonios estuviera gritando como loco se ocuparan del otro hombre.
—Te dije que no iba a funcionar. No puedes jugar con hombres que te conocen tan bien, ________ —gruñó él, recordándole su advertencia cuando había hablado antes con su padre. La empujó más bajo la mesa, forzándola a que se colocara detrás de él, abrigándola entre su cuerpo y la pared mientras ella luchaba por hacerle a un lado.
Braden y Jonas estaban en el suelo, con las armas alzadas y preparadas, mientras tres Navy SEALs& bien entrenados irrumpían en la habitación con las armas desenfundadas y la muerte brillando en sus ojos.
—Maldición, Kevin, déjame salir antes de que destruyan la casa —gritó ________ en su oído—. La harán trizas.
—Mejor a la casa que a mí —gruñó él, manteniéndola en su lugar mientras unas figuras vestidas de negro se pararon delante de la mesa, seguidas por un par de piernas enfundadas en vaqueros.
El padre.
Demonios.
—Mira, me gusta esta casa más que la mía. —Ella golpeó su hombro antes de poner las rodillas en su espalda y empujar—. Y van a arruinarla.
—Maldición, quédate en tu sitio, mujer —gruñó él—. Puedo reconstruir la casa, y aunque puedo matar a esos bastardos por ti, realmente preferiría permanecer a salvo. Si te da lo mismo —gruñó él en tono burlón.
—Idi/ota.
—Mocosa.
—Bueno, al menos ella está viva —dijo una voz burlona arrastrando las palabras cuando tres Navy SEALs se acuclillaron para mirar bajo la mesa.
Unos ojos extraordinariamente similares a los de ________ le devolvieron la mirada. Rápidamente se dieron cuenta del hecho de que él no iba a permitirla todavía moverse, y que ella estaba muy contenta de estar donde estaba, a pesar de los insultos.
—No podéis disparar a mi futuro esposo. —Ella finalmente logró arrastrarse y pasarle.
Dando un suspiro, Kevin miró el suelo mientras Braden se ponía lentamente en pie.
—¿Están esos asnos sangrando todavía en el suelo de mi cocina? —________ salió de debajo de la mesa justo delante de él, encarándose con sus hermanos con las manos en sus caderas— ¿Por qué están sangrando en mi suelo?
—Echa la culpa a tu novio de ahí debajo. —El más ancho de los cuatro hombres la enfrentó directamente, bajando su negra cabeza para gruñirla, con la cólera iluminando sus ojos—. Él les disparó. No nosotros. ¿Y desde cuándo demonios es esta tu casa?
—Desde que yo dije que lo era. —Kevin la puso detrás de él, con sus instintos llameando ante la furia del otro hombre hacia su compañera. Esto no era aceptable.
—¿Y quién demonios eres tú? —La violencia rabiaba en la expresión del hermano. Una violencia que sería mejor que dirigiera a algún lugar que no fuera ________.
—Su compañero… —Su fría sonrisa no mejoró en nada el anuncio.
Se desató el pandemónium.
heyitsnicktanii
Re: El meztizo de la puerta de a lado"Adaptacion"[Kevin yTú](Erotico/Romantica)
Capitulo Final :D
Capítulo 10
—No puedo creer que realmente te pelearas a puñetazos con mi hermano. —La expresión de ________ no estaba muy complacida esa noche, más tarde, mientras estaba parada delante de él, inspeccionando el ojo morado y el labio partido que había sacado del esfuerzo.
—Ni yo tampoco —gruñó él, haciendo una mueca mientras ella apretaba el algodón empapado en alcohol sobre la herida en su mejilla. —Era un esfuerzo desperdiciado. Tú, ________, eres una alborotadora. Lo he visto esta noche.
—¿Yo? —Ella se echó para atrás, con sus ojos inocentemente abiertos mientras le miraba con sorpresa— ¿Qué hice?
—Fastidias a tus hermanos. —Él atrapó sus caderas cuando ella intentaba moverse de la cama donde estaba sentado—. Desafías deliberadamente su autoridad y los mantienes continuamente preparados para el combate. Esa lucha fue culpa tuya. Si hubieras sido un poco más comunicativa, como te animé cuando estabas al teléfono, ellos no habrían venido a la carga, determinados a proteger tu honor.
Los labios de ella se torcieron. La pequeña miserable.
—Si no te hubieras metido no hubiera habido una lucha. —Ella puso las manos en los hombros de él para evitar que le lamiera de nuevo el rasguño que había recibido de alguna forma en las actividades nocturnas.
La marca roja se extendía desde su hombro más allá de la clavícula y, aunque la punzada era irritante, no era nada comparado con el fuego que ardía en el resto de su cuerpo.
—Ningún hombre te da órdenes salvo yo —gruñó él al serle negado el acceso a su dulce carne. Se merecía algo en recompensa por los dolores y molestias que resonaban bajo su carne.
—Tú tampoco me das órdenes —le informó ella imperiosamente—. ¿Qué es lo que pasa con vosotros los chicos para que penséis que podéis?
Él suspiró débilmente, viendo la vida que se extendía ante él, constantemente asombrado o exasperado por una mujercita. No es que no lo esperase con ansia. Pero ________ tenía el hábito de fastidiar a sus hermanos, cuando quizá debería ser menos agresiva.
Definitivamente iba a tener que hablar con ellos respecto a esto. Ella parecía disfrutar manteniéndolos enojados.
—¿El hecho de que te metas tan fácilmente en problemas? —Su ceja se arqueó burlonamente— ________, corazón, después de discutir esto con tus hermanos, estoy seguro de que eres un imán para los problemas.
La lucha había sido condenadamente buena. Limpia, brutal, con los puños por el aire y las maldiciones volando mientras Grant, su hermano mayor, y él procedían a destrozar la cocina.
Cuando terminaron, ________ se había ido pisando fuerte al dormitorio para hacer pucheros mientras ellos se ponían de acuerdo con una cerveza y una acalorada discusión sobre si ________ permanecería con él o no.
No es que hubiera ninguna duda de ello en lo que a él se refería, pero en los ojos de su familia había visto su amor por ella y sus miedos. Él no era exactamente el chico de la puerta de al lado. Era un Mestizo, y casi acababa de conseguir que la mataran. Eso sería bastante para aterrorizar a un hermano que había aceptado la responsabilidad de su cabezota hermana.
Y ellos parecían aceptarles tanto a él como a su habilidad para protegerla.
La mayor parte de los hombres habrían sentido dudas. Por suerte, los prejuicios contra las Castas estaban ausentes en la familia Mason, debido al hecho de que los tres hermanos habían contribuido decisivamente al rescate de muchos de los cautivos de las Castas.
Él la atrajo entonces contra él, con el pecho contraído ante el recuerdo de la pistola de Creighton acariciando su piel, la bala demasiado cerca de extinguir el fuego que calentaba todo lo que ella tocaba. ¿Cómo podría ahora soportar la vida sin ella?
—No tenías que pelear con ellos. —Ella se reclinó contra él, su cuerpo delgado fluyendo fácilmente contra él mientras la alzaba para sentarla a horcajadas en su regazo, los brazos envueltos fuertemente alrededor de su espalda mientras sus labios bajaban a la marca que había dejado en su hombro—. Les tenía bajo control.
—Les has provocado un paro cardíaco —suspiró él—. Tu pobre padre nunca volverá a ser el mismo.
Lyle Mason, el padre en cuestión, había estado totalmente decidido a llevarse a su hija a casa, a envolverla en la protección que sentía que solo él podía proporcionar. Había sido un hombre atormentado por el pensamiento de perder a la hija que tan obviamente adoraba.
No es que Kevin entendiera la dinámica de la familia, pero entendía la necesidad de proteger, la necesidad de amar a la diminuta mujer que sostenía en sus brazos. Ella era su luz. Su mundo. No podía ser menos para alguien que la amara.
Él la apretó más fuerte contra él, sintiéndola mecerse contra la erección que tiraba de sus suaves pantalones, mojando la tela con el calor húmedo de su sexo.
Ella no usaba bragas bajo el camisón. Las manos de él alisaban la tela hasta que atraparon el dobladillo y lo alzaron, y sus manos asieron su trasero liso y desnudo.
Un gemido se ahogó en su garganta ante la sensación de ella deslizándose contra él, acelerándose la respiración, el olor del calor femenino llenando la habitación.
—No me abandones, ________. —No pudo detener las palabras antes de que cruzaran sus labios mientras la sostenía, la elevaba y apoyaba su espalda en la cama mientras se alzaba sobre ella.
—No tengo intención de abandonarte, Kevin. —Sus ojos brillaban con emoción, con hambre—. Te lo dije, te amo. Y no lo digo a la ligera. Ni a cualquiera.
Él tocó su mejilla, su garganta se contrajo mientras luchaba por superar la confusión, la incredulidad de que esta mujer pudiera amarle. Ese Dios, en toda su generosa misericordia, finalmente le había adoptado y le había dado este regalo que nunca había pensado que pudiera tener. Algo, alguien, que siempre pudiera llamar propio.
—Sin embargo, la próxima vez que comiences una pelea con tus hermanos te zurraré —gruñó él mientras la cabeza de ella se alzaba y sus labios encontraban el brote endurecido de su pezón y lo mordisqueaba juguetonamente.
—Suena divertido. ¿De cuántas peleas estamos hablando antes de que consiga el postre que me merezco?
Él gimió cuando las uñas de ella se deslizaron por su abdomen antes de que sus dedos se engancharan en la cinturilla de sus pantalones de deporte y empezaran a bajarlos lentamente.
—Eres una alborotadora —dijo él ásperamente mientras salía de la cama y se desnudaba rápidamente.
El vestido de ella pasó volando a su lado mientras él salía de los pantalones. Cuando se enderezó ahí estaba ella, sobre sus manos y sus rodillas, extendiendo la lengua para lamer la protuberante cabeza de su pe/ne.
El cabello negro de ella ondulaba alrededor de su rostro, sus ojos azules brillaban con emoción y hambre. Eran tan brillantes como el zafiro más puro y brillante, y más preciosos que el oro para él.
Capítulo 10
—No puedo creer que realmente te pelearas a puñetazos con mi hermano. —La expresión de ________ no estaba muy complacida esa noche, más tarde, mientras estaba parada delante de él, inspeccionando el ojo morado y el labio partido que había sacado del esfuerzo.
—Ni yo tampoco —gruñó él, haciendo una mueca mientras ella apretaba el algodón empapado en alcohol sobre la herida en su mejilla. —Era un esfuerzo desperdiciado. Tú, ________, eres una alborotadora. Lo he visto esta noche.
—¿Yo? —Ella se echó para atrás, con sus ojos inocentemente abiertos mientras le miraba con sorpresa— ¿Qué hice?
—Fastidias a tus hermanos. —Él atrapó sus caderas cuando ella intentaba moverse de la cama donde estaba sentado—. Desafías deliberadamente su autoridad y los mantienes continuamente preparados para el combate. Esa lucha fue culpa tuya. Si hubieras sido un poco más comunicativa, como te animé cuando estabas al teléfono, ellos no habrían venido a la carga, determinados a proteger tu honor.
Los labios de ella se torcieron. La pequeña miserable.
—Si no te hubieras metido no hubiera habido una lucha. —Ella puso las manos en los hombros de él para evitar que le lamiera de nuevo el rasguño que había recibido de alguna forma en las actividades nocturnas.
La marca roja se extendía desde su hombro más allá de la clavícula y, aunque la punzada era irritante, no era nada comparado con el fuego que ardía en el resto de su cuerpo.
—Ningún hombre te da órdenes salvo yo —gruñó él al serle negado el acceso a su dulce carne. Se merecía algo en recompensa por los dolores y molestias que resonaban bajo su carne.
—Tú tampoco me das órdenes —le informó ella imperiosamente—. ¿Qué es lo que pasa con vosotros los chicos para que penséis que podéis?
Él suspiró débilmente, viendo la vida que se extendía ante él, constantemente asombrado o exasperado por una mujercita. No es que no lo esperase con ansia. Pero ________ tenía el hábito de fastidiar a sus hermanos, cuando quizá debería ser menos agresiva.
Definitivamente iba a tener que hablar con ellos respecto a esto. Ella parecía disfrutar manteniéndolos enojados.
—¿El hecho de que te metas tan fácilmente en problemas? —Su ceja se arqueó burlonamente— ________, corazón, después de discutir esto con tus hermanos, estoy seguro de que eres un imán para los problemas.
La lucha había sido condenadamente buena. Limpia, brutal, con los puños por el aire y las maldiciones volando mientras Grant, su hermano mayor, y él procedían a destrozar la cocina.
Cuando terminaron, ________ se había ido pisando fuerte al dormitorio para hacer pucheros mientras ellos se ponían de acuerdo con una cerveza y una acalorada discusión sobre si ________ permanecería con él o no.
No es que hubiera ninguna duda de ello en lo que a él se refería, pero en los ojos de su familia había visto su amor por ella y sus miedos. Él no era exactamente el chico de la puerta de al lado. Era un Mestizo, y casi acababa de conseguir que la mataran. Eso sería bastante para aterrorizar a un hermano que había aceptado la responsabilidad de su cabezota hermana.
Y ellos parecían aceptarles tanto a él como a su habilidad para protegerla.
La mayor parte de los hombres habrían sentido dudas. Por suerte, los prejuicios contra las Castas estaban ausentes en la familia Mason, debido al hecho de que los tres hermanos habían contribuido decisivamente al rescate de muchos de los cautivos de las Castas.
Él la atrajo entonces contra él, con el pecho contraído ante el recuerdo de la pistola de Creighton acariciando su piel, la bala demasiado cerca de extinguir el fuego que calentaba todo lo que ella tocaba. ¿Cómo podría ahora soportar la vida sin ella?
—No tenías que pelear con ellos. —Ella se reclinó contra él, su cuerpo delgado fluyendo fácilmente contra él mientras la alzaba para sentarla a horcajadas en su regazo, los brazos envueltos fuertemente alrededor de su espalda mientras sus labios bajaban a la marca que había dejado en su hombro—. Les tenía bajo control.
—Les has provocado un paro cardíaco —suspiró él—. Tu pobre padre nunca volverá a ser el mismo.
Lyle Mason, el padre en cuestión, había estado totalmente decidido a llevarse a su hija a casa, a envolverla en la protección que sentía que solo él podía proporcionar. Había sido un hombre atormentado por el pensamiento de perder a la hija que tan obviamente adoraba.
No es que Kevin entendiera la dinámica de la familia, pero entendía la necesidad de proteger, la necesidad de amar a la diminuta mujer que sostenía en sus brazos. Ella era su luz. Su mundo. No podía ser menos para alguien que la amara.
Él la apretó más fuerte contra él, sintiéndola mecerse contra la erección que tiraba de sus suaves pantalones, mojando la tela con el calor húmedo de su sexo.
Ella no usaba bragas bajo el camisón. Las manos de él alisaban la tela hasta que atraparon el dobladillo y lo alzaron, y sus manos asieron su trasero liso y desnudo.
Un gemido se ahogó en su garganta ante la sensación de ella deslizándose contra él, acelerándose la respiración, el olor del calor femenino llenando la habitación.
—No me abandones, ________. —No pudo detener las palabras antes de que cruzaran sus labios mientras la sostenía, la elevaba y apoyaba su espalda en la cama mientras se alzaba sobre ella.
—No tengo intención de abandonarte, Kevin. —Sus ojos brillaban con emoción, con hambre—. Te lo dije, te amo. Y no lo digo a la ligera. Ni a cualquiera.
Él tocó su mejilla, su garganta se contrajo mientras luchaba por superar la confusión, la incredulidad de que esta mujer pudiera amarle. Ese Dios, en toda su generosa misericordia, finalmente le había adoptado y le había dado este regalo que nunca había pensado que pudiera tener. Algo, alguien, que siempre pudiera llamar propio.
—Sin embargo, la próxima vez que comiences una pelea con tus hermanos te zurraré —gruñó él mientras la cabeza de ella se alzaba y sus labios encontraban el brote endurecido de su pezón y lo mordisqueaba juguetonamente.
—Suena divertido. ¿De cuántas peleas estamos hablando antes de que consiga el postre que me merezco?
Él gimió cuando las uñas de ella se deslizaron por su abdomen antes de que sus dedos se engancharan en la cinturilla de sus pantalones de deporte y empezaran a bajarlos lentamente.
—Eres una alborotadora —dijo él ásperamente mientras salía de la cama y se desnudaba rápidamente.
El vestido de ella pasó volando a su lado mientras él salía de los pantalones. Cuando se enderezó ahí estaba ella, sobre sus manos y sus rodillas, extendiendo la lengua para lamer la protuberante cabeza de su pe/ne.
El cabello negro de ella ondulaba alrededor de su rostro, sus ojos azules brillaban con emoción y hambre. Eran tan brillantes como el zafiro más puro y brillante, y más preciosos que el oro para él.
heyitsnicktanii
Re: El meztizo de la puerta de a lado"Adaptacion"[Kevin yTú](Erotico/Romantica)
Su lengüecita rosa vaciló de nuevo sobre la cresta de su erección, dejando un rastro de fuego alrededor de la sensible caperuza mientras él se tensaba por el placer que se disparaba desde su pe/ne a cada una de las terminaciones nerviosas de su cuerpo. No pensaba que el placer pudiera ser mejor —hasta que sus labios se separaron, su cálida boca se abrió para aceptar la cabeza de su pe/ne en las húmedas profundidades.
Kevin contempló cómo la estirada y enrojecida cresta de su erección desaparecía entre sus labios, su lengua acariciaba la parte oculta con un placer tan increíble que se preguntaba si podría soportarlo.
Sus manos se enredaron en el pelo de ella, apretando fuertemente mientras un gruñido estrangulado llenaba su pecho y escapaba de sus labios cuando ella empezó a chuparlo con hambriento abandono.
Sus movimientos eran dubitativos, inocentes.
Estaba matándolo.
Ella alzó la vista hacia él, con la risa y la excitación brillando en su mirada mientras su lengua acariciaba, su boca lo dibujaba, su mano traviesa subía lentamente por su muslo hasta que rodeó sus testículos con dedos sedosos y placer destructivo.
—Mocosa —gruñó él luchando por respirar. Por el control.
Su lengua estaba latiendo como un dolor de dientes, la necesidad de derramar el exceso de hormona en la boca de ella lo volvía salvaje. Podía saborear la especia, sentir su efecto en él, sentir su pe/ne apretándose más, la necesidad de liberarse se convertía en un placer casi agonizante.
Y todavía su boca se movía sobre él. Lametones lentos y delicados, caricias profundas y que le delineaban hasta que un gruñido puramente animal escapó de él.
Kevin apretó sus manos en el pelo de ella, la empujó hacia atrás cuando sintió el pulso de la lengüeta justo bajo la caperuza de su pe/ne.
—Suficiente.
—Hum. Estoy hambrienta. —Ella se lamió sensualmente los labios, sus labios llenos e hinchados—. Quizá quiero más.
Ella se rió, un sonido bajo y dulce, cuando él la empujó contra la cama y le abrió los muslos mientras bajaba sus hombros entre ellos.
No había tiempo para preliminares. Tenía que saborearla. Probar la delicada seda líquida de su sexo antes de volverse loco. O besarla.
Si la besaba no habría espera. Estaba cabalgando demasiado cerca del borde, el hambre de ella se elevaba tan rápidamente que su aroma se le estaba subiendo a la cabeza.
—Voy a comerte por completo —gruñó un segundo antes de lamer la seda desnuda y plena de jarabe de sus pliegues íntimos—. Cada centímetro de ti, ________. Hasta que tu sabor impregne cada fibra de mis sentidos.
Ella respiró ásperamente, la carne de su vientre se convulsionaba mientras él la miraba con ojos entrecerrados. Podía ver tanto ahí. Cada ondulación de carne cremosa se correspondía con el nivel de su excitación.
Su lengua rodeó su clít/oris antes de que lo atrapara entre los labios, observando cómo su estómago parecía convulsionarse. Mientras lo sorbía movió los dedos a los pliegues empapados de su sexo, abriéndolos hasta que pudo insertar un dedo dentro de las profundidades ardientes.
Ella se sacudió contra él, sus caderas se retorcieron, se acercaron a la penetración mientras sus jugos cremosos comenzaban a fluir.
—¡Oh, Dios, Kevin!, me estás volviendo loca —gritó desesperadamente, con su vagina ondulándose alrededor de su dedo—. Deja de torturarme así.
Él canturreó el placer ante su sabor. Dulce. Adictivo. La empujó más cerca del borde de su liberación, con su dedo introduciéndose profundamente dentro de ella, acariciando las sensibles profundidades mientras ella se alzaba hacia él.
—Sádico. —Su áspera acusación estaba repleta de placer—. Jód/eme, Kevin. No hagas que tenga que matarte.
Él habría sonreído si no estuviera tan consumido por el hambre de ella.
—Kevin… —Su medio grito fue seguido por la contracción de su vagina alrededor de su dedo, su vientre se contrajo—. Pagarás por esto. —Sus rodillas se doblaron, sus pies apretaron el colchón mientras se alzaba para acercarse—. Juro que te haré pagar...
Él le dio lo que necesitaba. Tras añadir otro dedo a las profundidades acogedoras de su vagina comenzó a moverlos en su interior usando sus labios, su lengua y la succión de su boca para llevarla más alto, para enviarla a fragmentadas explosiones de éxtasis.
Ella se arqueó hacia él, gritando su nombre mientras él se elevaba rápidamente sobre ella, alzándola, presionando su pe/ne dentro del convulsionado tejido de su vagina mientras apretaba los dientes contra el placer.
Ella estaba tan apretada. Tan caliente.
Seda líquida. Crema ardiente como la lava.
Él agarró su cadera con una mano, bajando su peso al codo del brazo opuesto mientras sentía sus piernas envolverse alrededor de él.
Su vagina se contrajo alrededor de él, diminutas agitaciones de sensación, caricias apretadas y erizadas sobre su erección mientras él entraba en ella, primero con embestidas cortas y desesperadas y luego duras estocadas mientras empezaba a tomarla con toda la fuerza y desesperación del hambre que surgía en su interior.
Sus labios bajaron a los de ella, su lengua se introdujo en su boca mientras ella se movía bajo él, se abría para él, lo tomaba con gritos estrangulados y ondulaciones aún más apretadas de su sensible vagina.
Ella era el éxtasis. Ella era la vida.
El ritmo de sus empujes aumentó cuando la hormona pasó de su lengua al sistema de ella, calentándolos más a ambos, enviándolos precipitadamente al orgasmo.
Cuando él sintió su liberación comprimiendo sus testículos, la extensión bajo la caperuza de su pe/ne empezó a engordar, irguiéndose firme y acaloradamente y cerrándole a él fuertemente en su interior.
Unos estremecimientos violentos la sacudieron mientras sus brazos se apretaban alrededor del cuello de él, y su cabeza se giró cuando sus labios encontraron sin dudar la marca que la identificaba como su compañera mientras él comenzaba a inundarla con su semen.
Un placer violento, sobresaltado. Una unión diferente a cualquiera que pudiera haber con conocido. Y ________. Siempre ________. El centro de su vida.
—¡Oh, Dios! Dime que eso de la lengüeta no se va con el celo —jadeó ella cuando recobraron la cordura para respirar—. No estaría complacida.
—¿Supongo que tendrías que hacerme daño? —Él se rió suavemente entre dientes mientras rodaba sobre su costado, atrayéndola contra su pecho mientras suspiraba de alegría.
—Tendría que hacerte mucho daño. —Ella suspiró.
—Pero todavía me amarías. —Era mejor que lo hiciera.
—Siempre te amaré. —Ella pellizcó su pecho antes de echar la cabeza para atrás y sonreírle llorosamente—. Siempre, Kevin. Puede que no seas el chico de la puerta de al lado, pero el Mestizo de la puerta de al lado es mucho mejor.
La risa de él era suave y contenta. Su alma estaba llena.
Él no era completamente humano. Pero tampoco era un animal. Era un Mestizo, un Mestizo que había encontrado su compañera y su vida.
Fin
Bueno hermosas, les gusto el final?aws yo siempre que leo un libro de los Castas digo que quiero uno TT no se preocupen aun los busco(? HAHAHA me encanto compartir esta novela con ustedes, mil gracias por leer y por comentar, sin ustedes aunque suena trillado no estaria acá adaptando, les dejo el link de la nueva adaptacion La marca de ___ y bueno espero verlas por ahi, un beso, las quiero! :hug:
Kevin contempló cómo la estirada y enrojecida cresta de su erección desaparecía entre sus labios, su lengua acariciaba la parte oculta con un placer tan increíble que se preguntaba si podría soportarlo.
Sus manos se enredaron en el pelo de ella, apretando fuertemente mientras un gruñido estrangulado llenaba su pecho y escapaba de sus labios cuando ella empezó a chuparlo con hambriento abandono.
Sus movimientos eran dubitativos, inocentes.
Estaba matándolo.
Ella alzó la vista hacia él, con la risa y la excitación brillando en su mirada mientras su lengua acariciaba, su boca lo dibujaba, su mano traviesa subía lentamente por su muslo hasta que rodeó sus testículos con dedos sedosos y placer destructivo.
—Mocosa —gruñó él luchando por respirar. Por el control.
Su lengua estaba latiendo como un dolor de dientes, la necesidad de derramar el exceso de hormona en la boca de ella lo volvía salvaje. Podía saborear la especia, sentir su efecto en él, sentir su pe/ne apretándose más, la necesidad de liberarse se convertía en un placer casi agonizante.
Y todavía su boca se movía sobre él. Lametones lentos y delicados, caricias profundas y que le delineaban hasta que un gruñido puramente animal escapó de él.
Kevin apretó sus manos en el pelo de ella, la empujó hacia atrás cuando sintió el pulso de la lengüeta justo bajo la caperuza de su pe/ne.
—Suficiente.
—Hum. Estoy hambrienta. —Ella se lamió sensualmente los labios, sus labios llenos e hinchados—. Quizá quiero más.
Ella se rió, un sonido bajo y dulce, cuando él la empujó contra la cama y le abrió los muslos mientras bajaba sus hombros entre ellos.
No había tiempo para preliminares. Tenía que saborearla. Probar la delicada seda líquida de su sexo antes de volverse loco. O besarla.
Si la besaba no habría espera. Estaba cabalgando demasiado cerca del borde, el hambre de ella se elevaba tan rápidamente que su aroma se le estaba subiendo a la cabeza.
—Voy a comerte por completo —gruñó un segundo antes de lamer la seda desnuda y plena de jarabe de sus pliegues íntimos—. Cada centímetro de ti, ________. Hasta que tu sabor impregne cada fibra de mis sentidos.
Ella respiró ásperamente, la carne de su vientre se convulsionaba mientras él la miraba con ojos entrecerrados. Podía ver tanto ahí. Cada ondulación de carne cremosa se correspondía con el nivel de su excitación.
Su lengua rodeó su clít/oris antes de que lo atrapara entre los labios, observando cómo su estómago parecía convulsionarse. Mientras lo sorbía movió los dedos a los pliegues empapados de su sexo, abriéndolos hasta que pudo insertar un dedo dentro de las profundidades ardientes.
Ella se sacudió contra él, sus caderas se retorcieron, se acercaron a la penetración mientras sus jugos cremosos comenzaban a fluir.
—¡Oh, Dios, Kevin!, me estás volviendo loca —gritó desesperadamente, con su vagina ondulándose alrededor de su dedo—. Deja de torturarme así.
Él canturreó el placer ante su sabor. Dulce. Adictivo. La empujó más cerca del borde de su liberación, con su dedo introduciéndose profundamente dentro de ella, acariciando las sensibles profundidades mientras ella se alzaba hacia él.
—Sádico. —Su áspera acusación estaba repleta de placer—. Jód/eme, Kevin. No hagas que tenga que matarte.
Él habría sonreído si no estuviera tan consumido por el hambre de ella.
—Kevin… —Su medio grito fue seguido por la contracción de su vagina alrededor de su dedo, su vientre se contrajo—. Pagarás por esto. —Sus rodillas se doblaron, sus pies apretaron el colchón mientras se alzaba para acercarse—. Juro que te haré pagar...
Él le dio lo que necesitaba. Tras añadir otro dedo a las profundidades acogedoras de su vagina comenzó a moverlos en su interior usando sus labios, su lengua y la succión de su boca para llevarla más alto, para enviarla a fragmentadas explosiones de éxtasis.
Ella se arqueó hacia él, gritando su nombre mientras él se elevaba rápidamente sobre ella, alzándola, presionando su pe/ne dentro del convulsionado tejido de su vagina mientras apretaba los dientes contra el placer.
Ella estaba tan apretada. Tan caliente.
Seda líquida. Crema ardiente como la lava.
Él agarró su cadera con una mano, bajando su peso al codo del brazo opuesto mientras sentía sus piernas envolverse alrededor de él.
Su vagina se contrajo alrededor de él, diminutas agitaciones de sensación, caricias apretadas y erizadas sobre su erección mientras él entraba en ella, primero con embestidas cortas y desesperadas y luego duras estocadas mientras empezaba a tomarla con toda la fuerza y desesperación del hambre que surgía en su interior.
Sus labios bajaron a los de ella, su lengua se introdujo en su boca mientras ella se movía bajo él, se abría para él, lo tomaba con gritos estrangulados y ondulaciones aún más apretadas de su sensible vagina.
Ella era el éxtasis. Ella era la vida.
El ritmo de sus empujes aumentó cuando la hormona pasó de su lengua al sistema de ella, calentándolos más a ambos, enviándolos precipitadamente al orgasmo.
Cuando él sintió su liberación comprimiendo sus testículos, la extensión bajo la caperuza de su pe/ne empezó a engordar, irguiéndose firme y acaloradamente y cerrándole a él fuertemente en su interior.
Unos estremecimientos violentos la sacudieron mientras sus brazos se apretaban alrededor del cuello de él, y su cabeza se giró cuando sus labios encontraron sin dudar la marca que la identificaba como su compañera mientras él comenzaba a inundarla con su semen.
Un placer violento, sobresaltado. Una unión diferente a cualquiera que pudiera haber con conocido. Y ________. Siempre ________. El centro de su vida.
—¡Oh, Dios! Dime que eso de la lengüeta no se va con el celo —jadeó ella cuando recobraron la cordura para respirar—. No estaría complacida.
—¿Supongo que tendrías que hacerme daño? —Él se rió suavemente entre dientes mientras rodaba sobre su costado, atrayéndola contra su pecho mientras suspiraba de alegría.
—Tendría que hacerte mucho daño. —Ella suspiró.
—Pero todavía me amarías. —Era mejor que lo hiciera.
—Siempre te amaré. —Ella pellizcó su pecho antes de echar la cabeza para atrás y sonreírle llorosamente—. Siempre, Kevin. Puede que no seas el chico de la puerta de al lado, pero el Mestizo de la puerta de al lado es mucho mejor.
La risa de él era suave y contenta. Su alma estaba llena.
Él no era completamente humano. Pero tampoco era un animal. Era un Mestizo, un Mestizo que había encontrado su compañera y su vida.
Fin
Bueno hermosas, les gusto el final?aws yo siempre que leo un libro de los Castas digo que quiero uno TT no se preocupen aun los busco(? HAHAHA me encanto compartir esta novela con ustedes, mil gracias por leer y por comentar, sin ustedes aunque suena trillado no estaria acá adaptando, les dejo el link de la nueva adaptacion La marca de ___ y bueno espero verlas por ahi, un beso, las quiero! :hug:
heyitsnicktanii
Re: El meztizo de la puerta de a lado"Adaptacion"[Kevin yTú](Erotico/Romantica)
chelis escribió:OOOOH!!!
LOGRAAARAAAAAA AVIISAAARR AAAA KEEEVVV!!!?????
AAAII POOOOOOORRRFIISS QUE NO LES PASEEE NAAADAAAAA!!!!!
YY YA QUIEROO LEEER LA QUE SIGUEEE
HAHAHA ya subí!que tal te parecio el final?gracias por leer y espero verte por la nueva adaptacion :) un beso!
heyitsnicktanii
Re: El meztizo de la puerta de a lado"Adaptacion"[Kevin yTú](Erotico/Romantica)
ElitzJb escribió:dios mio la encontraron esos hijos de p***
xq eres tan mala y la dejastes alli no es justo jum :'(
tenes q seguirla por favor adore esos capitulos son estupendos
me encanta la sinopsis q colocaste espero ya esa nueva nove siguela tambien
saludos y cuidate :)
Tenia que dejarlas en suspenso :wut: HAHAHA espero que te gustara el final mil gracias por leer y espero que nos leeamos por la nueva adapatacion un beso!
heyitsnicktanii
Re: El meztizo de la puerta de a lado"Adaptacion"[Kevin yTú](Erotico/Romantica)
*Stephanie* escribió:[color=red] No puedes pasar nada con mi Kev, no no :(
awn me encanto la sinopsis de la nueva nove
HAHAHA kas deje en suspenso chan,chan, espero que te gustara en final y verte por la nueva adaptacion mil gracias por leer, un beso!
heyitsnicktanii
Re: El meztizo de la puerta de a lado"Adaptacion"[Kevin yTú](Erotico/Romantica)
noooooooooooooooooooooooooooooooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!11
POOOOONNNNNN OOTROOOOO
POOOOONNNNNN OOTROOOOO
chelis
Re: El meztizo de la puerta de a lado"Adaptacion"[Kevin yTú](Erotico/Romantica)
BUUUEENOO GRAAAACIIAAS POR SUUBIIRRR LA NOOVEEEEEE!!!
AAAHORAAA IRE POR LA QUE SIIIGUEEEEE!!!
AAAII AMOO ESTOOSS LIBROOOSSSS!!!
JAJAAJAJAJAJ
BENO CREOOO QUE ES TOODOOO!!!
NOS VEMOOOSS EN LA OTRAA
AAAHORAAA IRE POR LA QUE SIIIGUEEEEE!!!
AAAII AMOO ESTOOSS LIBROOOSSSS!!!
JAJAAJAJAJAJ
BENO CREOOO QUE ES TOODOOO!!!
NOS VEMOOOSS EN LA OTRAA
chelis
Re: El meztizo de la puerta de a lado"Adaptacion"[Kevin yTú](Erotico/Romantica)
wwwaa me encanto que bella nove
JB&1D2
Re: El meztizo de la puerta de a lado"Adaptacion"[Kevin yTú](Erotico/Romantica)
hay q pelea mas fuerte jeje
lastima q alla terminado tan pronto
como ya te eh dicho ame tu novela
fue estupendamente genial
nos leeremos en la otra okis
lastima q alla terminado tan pronto
como ya te eh dicho ame tu novela
fue estupendamente genial
nos leeremos en la otra okis
ElitzJb
Re: El meztizo de la puerta de a lado"Adaptacion"[Kevin yTú](Erotico/Romantica)
[color=red]AWWN YO TANBIEN QUIERO UN PRA MI!!!!
ME ENCANTO EL FINAL E TODA LA NOVELA!!!!
MUCHAS GRACIAS POR SUBIRLA
ME ENCANTO EL FINAL E TODA LA NOVELA!!!!
MUCHAS GRACIAS POR SUBIRLA
*Stephanie*
Contenido patrocinado
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