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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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It's not about the money
O W N :: Fanfiction :: Fanfiction :: One Shot's
Página 1 de 1. • Comparte
It's not about the money
Chicas!!! Hola! Acá les traigo un nuevo One Shot, esta vez de Niall (: Espero que lo lean y les guste... Las adoro!
Nombre: It's not about the money
Autor: Bianca, #Biaan, yo
Adaptación: No
Género: Romántico
Advertencias: Ninguna.
Nombre: It's not about the money
Autor: Bianca, #Biaan, yo
Adaptación: No
Género: Romántico
Advertencias: Ninguna.
It’s not About the Money
'Algunas personas son tan pobres, lo único que tienen es dinero'
'Algunas personas son tan pobres, lo único que tienen es dinero'
_ Tanque lleno –le ordenó mi amiga Michelle con desprecio al señor de la gasolinera.
_ Cómo no, señorita –aceptó él, intentando mantener la sonrisa en su rostro.
Una vez que el hombre haya desaparecido, Michelle nos miró a Nicole y a mí y exclamó:
_ ¿Desde cuándo se les permite a los vagos trabajar?
Ellas dos lanzaron una fuerte carcajada. Yo no.
_ ¿Qué te sucede, Abi? –me preguntó Nicole, al ver la seriedad en mi rostro.
Entrecerré los ojos, mirándola fulminante. Ese comentario estaba fuera de lugar, como la mayoría de las cosas que ellas decían.
_ Oh, nada –aseguré, con un dejo de sarcasmo-. Es solo que ustedes, con sus comentarios de niñas caprichosas, me tienen harta.
Molesta, y sin escuchar lo que ellas respondían a continuación, me bajé del auto, sin saber a dónde ir en realidad.
Miré a la izquierda. Luego, a la derecha. Ese lugar era completamente desconocido para mí. Vivir en un barrio privado, siendo millonaria, realmente te hace ignorar la dura realidad que los demás viven día a día.
Maldije para mis adentros. Intentando parecer decidida, me dirigí a la cafetería del lugar. Quizás tomar algo alivianaría mi enojo.
Pero cuando estuve frente a la puerta, a punto de entrar, algo chocó contra mí y me hizo caer al suelo. Un muy sucio y desagradable suelo.
_ ¡Lo siento mucho! –se disculpó una voz varonil a mi lado.
Levanté la cabeza y noté que ese ‘algo’ que me había chocado en realidad era ‘alguien’. Un atractivo muchacho, de ojos azules y cabello rubio, me miraba arrepentido. Tanto él como yo habíamos terminado en el suelo.
_ No fue nada –lo calmé, esbozando una sonrisa.
Increíblemente, no estaba molesta.
_ En serio, perdona –siguió diciendo el rubio-. Ven, déjame ayudarte.
Se puso de pie con velocidad y me tendió una mano. Yo la tomé, y me ayudó a reincorporarme.
_Ay no, tu ropa –se lamentó, mirándome de pies a cabeza.
Dirigí mi mirada a mis prendas. Mi estado era deplorable. Los jeans de diseñador que llevaba puestos en esos momentos tenían enormes manchas de tierra, y mi chaqueta exclusiva estaba rasgada. Uno de mis tacones incluso se había roto.
Sonreí aún más. La ropa era lo que menos me importaba. Es más, la situación en serio me causaba gracia.
Estuve a punto de volver a hablar, cuando me tomé unos instantes para inspeccionar al chico que se hallaba frente a mí. Y lo que vi, me dejó sin habla por un buen rato.
Hasta ese instante no lo había notado. El chico debía de tener más o menos mi edad, y era más alto que yo por apenas unos centímetros. Su cara expresaba cansancio, pero lo que realmente llamó mi atención hasta el punto de dejarme en shock, fue su ropa.
Llevaba puesta una camiseta sucia de algodón sin mangas, por más de estar en pleno invierno. Sus jeans estaban rotos por todas partes, e igual de sucios que su remera. En los pies… Nada. Iba descalzo.
Lancé un suspiro de angustia, y fruncí el ceño. No pude evitar sentir culpa y lástima. ¿Yo tenía en mi armario unos 20 sacos de piel, y él ni siquiera se podía permitir una remera con mangas? ¿Yo tenía por lo menos 50 pares de zapatos que ni siquiera usaba, y él tenía que andar descalzo?
Se me hizo un nudo en la garganta. Eso no era justo. La vida no era justa.
Inhalé aire, abrí la boca para hablar. Pero él se me adelanto, interrumpiéndome.
_ No me denuncies, por favor –me suplicó-. Mi familia tiene lo justo y necesario para vivir.
Eso me hizo sentir aún peor. El chico me creía un monstruo, solo por tener más dinero que él.
_ En ningún momento se me cruzó por la cabeza denunciarte –aseguré, saliendo de mi estado de shock-. Fue un accidente, no te preocupes.
_ No fue mi intención, lo juro –siguió diciendo, desesperado, sin prestarle atención a mis palabras.
Para calmarlo, puse una mano en su hombro y le dije:
_ No te denunciaré, ni te haré algo malo. En serio, simplemente olvidemos lo que pasó.
Pero, al parecer, él ya no me escuchaba. Se quedó mirando mi mano fijamente, como asustado.
Volví a fruncir el ceño.
_ ¿Qué sucede? –interrogué extrañada, sin mover mi mano.
_ Es que… Me… -tartamudeó, claramente nervioso-. Me estás tocando.
Me extrañé aún más.
_ ¿Acaso te molesta? -interrogué, haciendo el ademán de apartarme.
_ ¡No! –se apresuró a aclarar, cada vez más angustiado-. Quise decir… Es que… Bueno, la gente como tú no suele… Ya sabes, interactuar con gente como yo.
Me mantuve en silencio, procesando sus palabras.
_ ¿Gente como yo? –repetí por fin, molesta- ¿De qué hablas?
_ No me malinterpretes –pidió, poniendo las manos en alto como si lo fuese a matar-. Me refiero a tu alta clase social.
Me quedé con la mirada fija en sus ojos. Eran los ojos más bellos que jamás había visto. Supe al instante que no podría enojarme con él.
Suspiré. Estaba en lo cierto, no podía negarlo.
_ Como sea, olvídalo –volví a decir-. No presentaré cargos legales.
_ ¿Segura? –dudó.
Aún lo notaba con algo de pavor.
_ Segura, no debes preocuparte.
Esta vez fue él quien suspiró.
_ Gracias, de verdad.
Sin decir nada más, me sonrió y giró para irse. Lo seguí con la mirada, y vi como se dirigía a su bicicleta. Estuve a punto de entrar a la cafetería, pero por alguna razón me quedé allí. Viendo como desencadenaba su bici y se subía en ella.
Comenzó a pedalear e intentó salir del lugar, pero no pudo. En cuanto avanzó un par de metros, chocó contra una camioneta que se cruzó en su camino. Desgraciadamente, era la de Michelle.
Preocupada, corrí hacia el chico, que se encontraba tirado en el piso. Mi “amiga” ni siquiera se dignó a bajar del auto, simplemente lo insultaba por la ventanilla.
_ ¡Inútil vagabundo, mira lo que has hecho! –le gritaba.
Cuando estuve a su lado, le quité la bicicleta de encima y me arrodillé junto a él.
_ ¿Estás bien? –le pregunté, con el ceño fruncido.
_ Si… -afirmó, poco convencido.
Pero no pudo seguir hablando, ya que Michelle volvió a chillar.
_ ¿¡Por qué diablos lo ayudas!?
_ Métete en tus asuntos, Michelle –le espeté, molesta-. Déjalo en paz.
_ ¡¡Pero ha rallado mi camioneta nueva!! –se quejó, como si fuese el fin del mundo.
Rodeé los ojos. Esa chica era la persona más materialista sobre la faz de la tierra. ¿Cómo es que había tardado tanto en darme cuenta?
_ Ya cállate. Ve a casa, tu madre debe tener la cena lista.
Ella no supo que decir, y simplemente me fulminó con la mirada. Subió la ventanilla y se fue de allí.
_ Déjame ayudarte –le propuse al chico, ofreciéndole mi mano.
Él dudo, pero finalmente la tomó y lo ayudé a ponerse de pie.
_ Gracias –susurró, apenado.
_ No fue nada –aseguré-. ¿Te duele algo?
Por alguna razón, estaba preocupada de que se haya lastimado gravemente.
_ No, todo está bien –me convenció, sonriendo.
Le devolví la sonrisa.
_ ¿Tu bicicleta está bien? –pregunté luego de unos segundos, al ver el objeto en el suelo.
El rubio la levantó y la revisó velozmente.
_ Sí, eso creo –bufó.
Aún lo notaba nervioso, algo incómodo.
_ Oye… Te invito un café –le ofrecí de pronto, sonriendo ampliamente.
El chico abrió los ojos como platos, sin poder creer lo que le había dicho.
_ ¿Me estás hablando en serio? –desconfió.
_ Claro que sí. Anda, entremos a la cafetería.
_ No… Yo no podría aceptar… -dudó.
_ Por favor, di que sí –supliqué-. Sería un honor para mí.
Él rió.
_ ¿Por qué te ríes? –me extrañé, algo molesta ante su actitud.
_ ¿Cómo puedes decir que sería un honor? –exclamó, aún sonriendo burlonamente- Soy un chico pobre, que debe trabajar para darle de comer a sus cuatro hermanos. En cambio, tu…
_ No me vengas con eso –lo interrumpí-. No se trata del salario que ganes tú o ganen tus padres, ni de cuantas habitaciones tenga tu casa. El dinero es algo material que estupidiza a las personas, los aparta de la realidad. Quiero conocerte mejor, seas o no pobre. Y, si no aceptas, me veré obligada a arrastrarte al interior de la cafetería. Así que tú eliges: por las buenas, o por las malas.
Dije todo esto casi sin respirar. El chico volvió a reír ante mi insistencia.
_ Eres muy testaruda –me incriminó, ante lo cual yo no supe que responder-. Nunca permites que te den un no por respuesta, ¿no es verdad?
Yo sonreí levemente, sonrojada. No podía estar más en lo cierto. Asentí con timidez.
_ Bueno, en ese caso, acepto tomar un café contigo –me dijo por fin.
Mi sonrisa se amplió.
_ Genial –me alegré-. Ven, entremos.
Lo tomé por el brazo, dispuesta a guiarlo al interior del lugar. Pero noté como se tensó ante esa acción, por lo que lo solté al instante.
_ Por cierto, me llamo Abigail Grey –informé, una vez sentados en la mesa-. Puedes decirme Abi.
_ Yo soy Niall Horan. Un placer conocerte.
_ Cómo no, señorita –aceptó él, intentando mantener la sonrisa en su rostro.
Una vez que el hombre haya desaparecido, Michelle nos miró a Nicole y a mí y exclamó:
_ ¿Desde cuándo se les permite a los vagos trabajar?
Ellas dos lanzaron una fuerte carcajada. Yo no.
_ ¿Qué te sucede, Abi? –me preguntó Nicole, al ver la seriedad en mi rostro.
Entrecerré los ojos, mirándola fulminante. Ese comentario estaba fuera de lugar, como la mayoría de las cosas que ellas decían.
_ Oh, nada –aseguré, con un dejo de sarcasmo-. Es solo que ustedes, con sus comentarios de niñas caprichosas, me tienen harta.
Molesta, y sin escuchar lo que ellas respondían a continuación, me bajé del auto, sin saber a dónde ir en realidad.
Miré a la izquierda. Luego, a la derecha. Ese lugar era completamente desconocido para mí. Vivir en un barrio privado, siendo millonaria, realmente te hace ignorar la dura realidad que los demás viven día a día.
Maldije para mis adentros. Intentando parecer decidida, me dirigí a la cafetería del lugar. Quizás tomar algo alivianaría mi enojo.
Pero cuando estuve frente a la puerta, a punto de entrar, algo chocó contra mí y me hizo caer al suelo. Un muy sucio y desagradable suelo.
_ ¡Lo siento mucho! –se disculpó una voz varonil a mi lado.
Levanté la cabeza y noté que ese ‘algo’ que me había chocado en realidad era ‘alguien’. Un atractivo muchacho, de ojos azules y cabello rubio, me miraba arrepentido. Tanto él como yo habíamos terminado en el suelo.
_ No fue nada –lo calmé, esbozando una sonrisa.
Increíblemente, no estaba molesta.
_ En serio, perdona –siguió diciendo el rubio-. Ven, déjame ayudarte.
Se puso de pie con velocidad y me tendió una mano. Yo la tomé, y me ayudó a reincorporarme.
_Ay no, tu ropa –se lamentó, mirándome de pies a cabeza.
Dirigí mi mirada a mis prendas. Mi estado era deplorable. Los jeans de diseñador que llevaba puestos en esos momentos tenían enormes manchas de tierra, y mi chaqueta exclusiva estaba rasgada. Uno de mis tacones incluso se había roto.
Sonreí aún más. La ropa era lo que menos me importaba. Es más, la situación en serio me causaba gracia.
Estuve a punto de volver a hablar, cuando me tomé unos instantes para inspeccionar al chico que se hallaba frente a mí. Y lo que vi, me dejó sin habla por un buen rato.
Hasta ese instante no lo había notado. El chico debía de tener más o menos mi edad, y era más alto que yo por apenas unos centímetros. Su cara expresaba cansancio, pero lo que realmente llamó mi atención hasta el punto de dejarme en shock, fue su ropa.
Llevaba puesta una camiseta sucia de algodón sin mangas, por más de estar en pleno invierno. Sus jeans estaban rotos por todas partes, e igual de sucios que su remera. En los pies… Nada. Iba descalzo.
Lancé un suspiro de angustia, y fruncí el ceño. No pude evitar sentir culpa y lástima. ¿Yo tenía en mi armario unos 20 sacos de piel, y él ni siquiera se podía permitir una remera con mangas? ¿Yo tenía por lo menos 50 pares de zapatos que ni siquiera usaba, y él tenía que andar descalzo?
Se me hizo un nudo en la garganta. Eso no era justo. La vida no era justa.
Inhalé aire, abrí la boca para hablar. Pero él se me adelanto, interrumpiéndome.
_ No me denuncies, por favor –me suplicó-. Mi familia tiene lo justo y necesario para vivir.
Eso me hizo sentir aún peor. El chico me creía un monstruo, solo por tener más dinero que él.
_ En ningún momento se me cruzó por la cabeza denunciarte –aseguré, saliendo de mi estado de shock-. Fue un accidente, no te preocupes.
_ No fue mi intención, lo juro –siguió diciendo, desesperado, sin prestarle atención a mis palabras.
Para calmarlo, puse una mano en su hombro y le dije:
_ No te denunciaré, ni te haré algo malo. En serio, simplemente olvidemos lo que pasó.
Pero, al parecer, él ya no me escuchaba. Se quedó mirando mi mano fijamente, como asustado.
Volví a fruncir el ceño.
_ ¿Qué sucede? –interrogué extrañada, sin mover mi mano.
_ Es que… Me… -tartamudeó, claramente nervioso-. Me estás tocando.
Me extrañé aún más.
_ ¿Acaso te molesta? -interrogué, haciendo el ademán de apartarme.
_ ¡No! –se apresuró a aclarar, cada vez más angustiado-. Quise decir… Es que… Bueno, la gente como tú no suele… Ya sabes, interactuar con gente como yo.
Me mantuve en silencio, procesando sus palabras.
_ ¿Gente como yo? –repetí por fin, molesta- ¿De qué hablas?
_ No me malinterpretes –pidió, poniendo las manos en alto como si lo fuese a matar-. Me refiero a tu alta clase social.
Me quedé con la mirada fija en sus ojos. Eran los ojos más bellos que jamás había visto. Supe al instante que no podría enojarme con él.
Suspiré. Estaba en lo cierto, no podía negarlo.
_ Como sea, olvídalo –volví a decir-. No presentaré cargos legales.
_ ¿Segura? –dudó.
Aún lo notaba con algo de pavor.
_ Segura, no debes preocuparte.
Esta vez fue él quien suspiró.
_ Gracias, de verdad.
Sin decir nada más, me sonrió y giró para irse. Lo seguí con la mirada, y vi como se dirigía a su bicicleta. Estuve a punto de entrar a la cafetería, pero por alguna razón me quedé allí. Viendo como desencadenaba su bici y se subía en ella.
Comenzó a pedalear e intentó salir del lugar, pero no pudo. En cuanto avanzó un par de metros, chocó contra una camioneta que se cruzó en su camino. Desgraciadamente, era la de Michelle.
Preocupada, corrí hacia el chico, que se encontraba tirado en el piso. Mi “amiga” ni siquiera se dignó a bajar del auto, simplemente lo insultaba por la ventanilla.
_ ¡Inútil vagabundo, mira lo que has hecho! –le gritaba.
Cuando estuve a su lado, le quité la bicicleta de encima y me arrodillé junto a él.
_ ¿Estás bien? –le pregunté, con el ceño fruncido.
_ Si… -afirmó, poco convencido.
Pero no pudo seguir hablando, ya que Michelle volvió a chillar.
_ ¿¡Por qué diablos lo ayudas!?
_ Métete en tus asuntos, Michelle –le espeté, molesta-. Déjalo en paz.
_ ¡¡Pero ha rallado mi camioneta nueva!! –se quejó, como si fuese el fin del mundo.
Rodeé los ojos. Esa chica era la persona más materialista sobre la faz de la tierra. ¿Cómo es que había tardado tanto en darme cuenta?
_ Ya cállate. Ve a casa, tu madre debe tener la cena lista.
Ella no supo que decir, y simplemente me fulminó con la mirada. Subió la ventanilla y se fue de allí.
_ Déjame ayudarte –le propuse al chico, ofreciéndole mi mano.
Él dudo, pero finalmente la tomó y lo ayudé a ponerse de pie.
_ Gracias –susurró, apenado.
_ No fue nada –aseguré-. ¿Te duele algo?
Por alguna razón, estaba preocupada de que se haya lastimado gravemente.
_ No, todo está bien –me convenció, sonriendo.
Le devolví la sonrisa.
_ ¿Tu bicicleta está bien? –pregunté luego de unos segundos, al ver el objeto en el suelo.
El rubio la levantó y la revisó velozmente.
_ Sí, eso creo –bufó.
Aún lo notaba nervioso, algo incómodo.
_ Oye… Te invito un café –le ofrecí de pronto, sonriendo ampliamente.
El chico abrió los ojos como platos, sin poder creer lo que le había dicho.
_ ¿Me estás hablando en serio? –desconfió.
_ Claro que sí. Anda, entremos a la cafetería.
_ No… Yo no podría aceptar… -dudó.
_ Por favor, di que sí –supliqué-. Sería un honor para mí.
Él rió.
_ ¿Por qué te ríes? –me extrañé, algo molesta ante su actitud.
_ ¿Cómo puedes decir que sería un honor? –exclamó, aún sonriendo burlonamente- Soy un chico pobre, que debe trabajar para darle de comer a sus cuatro hermanos. En cambio, tu…
_ No me vengas con eso –lo interrumpí-. No se trata del salario que ganes tú o ganen tus padres, ni de cuantas habitaciones tenga tu casa. El dinero es algo material que estupidiza a las personas, los aparta de la realidad. Quiero conocerte mejor, seas o no pobre. Y, si no aceptas, me veré obligada a arrastrarte al interior de la cafetería. Así que tú eliges: por las buenas, o por las malas.
Dije todo esto casi sin respirar. El chico volvió a reír ante mi insistencia.
_ Eres muy testaruda –me incriminó, ante lo cual yo no supe que responder-. Nunca permites que te den un no por respuesta, ¿no es verdad?
Yo sonreí levemente, sonrojada. No podía estar más en lo cierto. Asentí con timidez.
_ Bueno, en ese caso, acepto tomar un café contigo –me dijo por fin.
Mi sonrisa se amplió.
_ Genial –me alegré-. Ven, entremos.
Lo tomé por el brazo, dispuesta a guiarlo al interior del lugar. Pero noté como se tensó ante esa acción, por lo que lo solté al instante.
_ Por cierto, me llamo Abigail Grey –informé, una vez sentados en la mesa-. Puedes decirme Abi.
_ Yo soy Niall Horan. Un placer conocerte.
#Biaan
Re: It's not about the money
LO AME!!!!
Uno de los shots mas perfectos que lei!!
En serio me encantó demasiado!!♥
Uno de los shots mas perfectos que lei!!
En serio me encantó demasiado!!♥
TeffihD
Re: It's not about the money
TeffihD escribió:LO AME!!!!
Uno de los shots mas perfectos que lei!!
En serio me encantó demasiado!!♥
Ou :')
Mil pero mil gracias!!!!
Que bueno que te haya gustado, gracias por leer y por dejar tu hermoso comentario (:
#Biaan
Re: It's not about the money
NeverLand escribió:me encantooooo♥asdkljalksdhasda
Ahaqousjdhniajksdas me alegro linda :) Gracias por comentar!
#Biaan
Re: It's not about the money
asdfghjklñ me encanto!!! pero me encantaria saber como sigue deberias hacer una segunda parte! :)
LucianaLove
Re: It's not about the money
LucianaLove escribió:asdfghjklñ me encanto!!! pero me encantaria saber como sigue deberias hacer una segunda parte! :)
Ouu gracias! :)
Tu dices? qwolkjsdnkjsadasndkj no es una mala idea
Lo pensaré, gracias! ^^
#Biaan
Re: It's not about the money
#Biaan escribió:LucianaLove escribió:asdfghjklñ me encanto!!! pero me encantaria saber como sigue deberias hacer una segunda parte! :)
Ouu gracias! :)
Tu dices? qwolkjsdnkjsadasndkj no es una mala idea
Lo pensaré, gracias! ^^
Sisisisisi seria genial! cuando decidas avisame!!!!!
LucianaLove
Re: It's not about the money
Me encanto deberás hacer una segunda parte donde se hacen novios jaja me encanto el one shot
Crazy Mofo #Aliados
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