let it be.

Una relación adúltera para algunos mitógrafos, y en otros legitima. Su emparejamiento es altamente simbólico, dado que cada uno representa una muy distinta pasión humana: el amor y la guerra. Una relación que nunca debió pasar, y desató la ira de los dioses del olimpo. Cada uno de sus descendientes llevaba en su cuerpo la sangre de alguno de los dioses, ningún ser humano podría tener la sangre de los dos, solo Cupido-Eros. Los que llevaran la sangre de Ares, serían aquellos que lucharían con uñas y garras, y las que llevaran la sangre de Afrodita lucharían más, aunque tarde o temprano, el amor saldría a flote, haciéndolos débiles. A los hijos de Venus se les llamaron Evaristos. Y los hijos de Marte serían llamados Cosmes. Dos razas creados por el amor y la guerra, dispuestos a luchar por sobrevivir cueste lo que cueste. Cada miembro de estas razas llevaría una marca que diferenciaría a los simples mortales, de los Cosmes y Evaristos. Y cada Clan tendría su propia marca. La marca de su progenitor. Y así fue como empezó la interminable guerra en donde cualquiera puede salir vencedor. Entonces, ¿quién dijo que el amor entre un simple ser humano no puede enamorarse de alguien tan distinto?