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Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
silvy94 escribió:Nueva Lectora!
Siguela pronto, ya quiero el siguiente capitulo...
cuidate ;)
hola bienvenida
ya tengo mas capitulos espero y los difrutes ;)
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
chicas volvi asi q espero y disfruten del especial de 2 capitulos quisas ahora en la noche si puedo pongo mas capitulo GRACIAS!! x sus comentarios mis lindas lectoras
CAPÍTULO 17
Que dirías si volvemos a la habitación y jugamos a las matemáticas. Añade una cama, resta nuestra ropa, divide las piernas y multipliquémonos.
1/2.
CAPÍTULO 17
Que dirías si volvemos a la habitación y jugamos a las matemáticas. Añade una cama, resta nuestra ropa, divide las piernas y multipliquémonos.
1/2.
(_TN) pasó la mañana sentada en el sofá mirando a la nada, intentando sacarse a Nicholas de la cabeza. Pero él seguía ahí, negándose a marcharse. Desnudo, llamándola con señas para que se acercara. Aparentemente una parte de su ADN parecía no ser (_TN) sin Nicholas .
¡Era tan frustrante!
Y lo que es peor, sospechaba que sería un amante aún mejor cuando se contuviera. Aunque pensó que, si fuera mejor, moriría de placer. Suspiró. Cuando estuvieron de pie en el aparcamiento, mirándose el uno al otro, había sentido el impulso de lanzarse sobre él, mantenerme a su lado y aspirar a algo más que al simple sexo.
—Eso sería una locura —refunfuñó mientras jugueteaba con las puntas del pañuelo que se había atado al cuello para ocultar las magulladuras.
¡Piensa en otra cosa, joder! Piensa en Anne. Le había llamado hacía aproximadamente una hora para ver si ellos se habían reconciliado. En lugar de una respuesta, (_TN) le preguntó por la oportunidad que le había dado, la que ayer había aludido. Anne le había contestado: «Te di la oportunidad de encontrar la felicidad, muchacha. No estás atada a AATP. Puedes romper el ciclo de rechazo y desconfianza».
Pero felicidad estaba muy lejos de ser lo que (_TN) sentía.
Por suerte, el reloj decidió en ese momento tocar las doce del mediodía, obligándola a olvidar a Anne y… a Nicholas . (_TN) agarró las llaves y el bolso, dirigiéndose a la puerta. Era hora de visitar a su madre, abuela, hermano, hermana y sobrinitas. La última vez que se reunieron todos, casi se habían matado los unos a los otros. Ella había mencionado un caso de trabajo y la siguiente cosa que supo fue que discutían sobre la infidelidad. Su madre se había escapado para llorar en privado, (_TN) le había gritado a Brent, Brittany le había gritado a ella y su abuela se había echado una siestecita para evitar la volátil escena.
Oh, los buenos tiempos.
El teléfono sonó, sobresaltándola. Hizo una pausa, quitando la mano del pomo de la puerta, aún cerrada con llave. Con el corazón latiendo a toda velocidad, se precipitó al teléfono de la mesilla auxiliar y lo descolgó. Era… podría ser…
—¡Hola!
—¿Traerás a Demi ? —preguntó su hermano.
Los hombros cayeron con decepción. No, ¡con alivio!
—Lo siento pero no.
—¿Por qué no?
—Tú sólo la molestarías.
Él resopló.
—Nunca la molesto.
—¡Por favor!
—Bueno, la molesto, pero a ella le gusta. Tanto si lo admite como si no. Simplemente… llámala y pídele que venga.
—No.
—Eres una mala hermana.
—No soy su chulo —le dijo ella.
—Fui a su casa anoche, vale, y está trastornada por algo.
(_TN) frunció el ceño.
—¿Trastornada? ¿Por qué?
—No lo sé. Simplemente tráela —y colgó.
(_TN) rodó los ojos. Telefoneó a Demi , pero no le contestó. Caminó hasta su casa, vio su Sedan en el camino de entrada y llamó a la puerta. Sin ninguna respuesta. Lo más probable es que Wyatt la hubiera recogido y Demi hubiera pasado la noche con él.
(_TN) suspiró, sabiendo que a Brent le preocuparía eso.
Mientras caminaba hasta su propio coche, el sol brillaba con vehemencia. Durante un momento, sólo durante un tonto y melancólico momento, quiso conversar con Nicholas del tiempo. ¿Cómo era posible que le echara de menos tan pronto? Frunciendo el ceño, apretó el mando a distancia y la puerta del conductor se abrió.
—¿Te vas? —dijo una ronca voz masculina.
Jadeando, (_TN) se dio la vuelta. Allí estaba, de pie en el porche como si le hubiera invocado. Verle hizo que se sintiera como si fuera a desmayarse, el aire vaciándose de los pulmones. El corazón tamborileando en el pecho, a un ritmo vertiginoso. Nicholas . Se había cambiado de ropa, lucía un par de descolorido vaqueros y una camiseta negra que abrazaban sus músculos.
Sabía lo que había debajo de aquella ropa y ese conocimiento provocó a su mente y cuerpo. Los pezones se endurecieron; el estómago se encogió. ¡Mierda!. ¿Qué hacía aquí?
—¿Te vas? —repitió Nicholas .
—Sí —contestó (_TN) luchando por coger algo de aire. Tenía buen aspecto. Demasiado bueno. El pelo rubio estaba ligeramente húmedo y sus marrones ojos oscurecidos por… algo insondable. Determinación, tal vez. ¿Deseo? ¿Esperanza? ¿Por qué esperanza? Quizás simplemente era un reflejo de sus ojos.
Una leve brisa se arremolinó entre ellos. Los frondosos y verdes árboles que se esparcían alrededor de su casa le proporcionaban un marco perfecto. Ambos eran regalos de la Madre Naturaleza, pensó irónicamente. La rudeza de Nicholas al aire libre, le hacía parecer aún más salvaje.
Su mirada se deslizaba sobre ella, deteniéndose en todos los sitios que él había lamido, apretado y mordisqueado.
—Estás muy guapa.
Seguramente no había sido un elogio. Seguramente había oído mal.
—Perdona, ¿qué?
—Estas muy guapa, (_TN) —dijo suavemente, con sinceridad—. Preciosa.
No. No había oído mal.
—Gr-gracias.
¿Qué ocurría? ¿Por qué era tan… agradable? Pasó un largo tiempo. Se miraban fijamente, en un silencio largo y pesado. Su mirada era hambrienta, de eso estaba segura. La suya, ahora, estaba vacía. ¡Di algo, idiota!
—Uh, ¿qué haces aquí? —preguntó.
—Hay algo que tengo que decirte.
—Bien. ¿Y qué es? —Luchando contra una intensa oleada de curiosidad se echó la correa del bolso sobre el hombro.
Espera. Mejor sentir curiosidad que pasar más tiempo con él. Ya la boca se le hacía agua. Ya los dedos le picaban por enredarse en su pelo.
—Lo siento —dijo—, ahora no es buen momento para charlar.
«Rompe el ciclo de desconfianza». La voz de Anne le ocupó la cabeza.
—¿A dónde vas? Quizás, no sé, pueda ir contigo.
Los ojos se agrandaron con incredulidad.
—¿Quieres venir conmigo?
Se encogió de hombros.
—¿Por qué no?
—No, lo siento. —¿Toda está conversación era un sueño, verdad? Era demasiado surrealista. Ella se volvió hacía el coche—. Tengo un almuerzo con mi familia.
En cinco rápidos pasos, Nicholas estuvo al lado del coche y agarraba la puerta, sus dedos marcándose en la ventanilla. De repente, (_TN) sintió su calor, aún más potente que el sol. Olió su pecaminoso aroma y los recuerdos contra los que había luchado toda la mañana la inundaron. Los oídos se le llenaron con el sonido de sus gemidos; su boca probó el salado sabor de su piel.
—Dudo que les importe que lleves un invitado —dijo, su aliento soplándola sobre la oreja. Él podría haber lamido los bordes, remontando la cadena de los pendientes, pero no podía estar segura.
(_TN) se quedó quieta y frunció el ceño. Un rizo se deslizó sobre los ojos y se lo echó hacia atrás.
—No les importaría, pero... —Todo lo que necesitaba era que su familia viera cómo reaccionaba ante este hombre. «Rompe el ciclo…».
—Tengo que hablar contigo, (_TN). Es importante.
Parecía serio, como si fuera cuestión de vida o muerte. Su muerte, para ser exactos.
—¿Sobre qué?
—Te lo diré dentro del coche o de tu casa, pero no aquí afuera.
Ella no quería ir a su casa con él, no con una cama (y un sofá) cerca. Además, simplemente no tenía tiempo. Si llegaba tarde, su madre se hundiría en una monumental depresión porque (_TN) no la quería lo suficiente como para que corriera a verla… no es que alguna vez se lo dijera a ella, pero Brent y Brittany la llamarían todas las noches durante mucho tiempo para quejarse.
Mierda. Era, o coger a Nicholas ahora, o atormentarse hasta mañana por lo que tenía que decirle. «Rompe el ciclo…».
—Tú conduces —le dije, cerrando la puerta del coche. Que pague la gasolina, ya que ha insistido en venir.
Algo parecido al alivio se reflejó en su cara y asintió. Giró sobre los talones y prácticamente saltó sobre el Jaguar plateado. ¿Por qué parecía tan feliz? (_TN) frunció el ceño. Las noticias debían de ser terriblemente malas si él estaba tan feliz de dárselas. El estómago se le encogió de dolor, el mismo dolor que sintió el primer día que le conoció, cuando entró en la oficina de Anne pensando que iban a despedirla. ¿Realmente sólo habían pasado dos días?
(_TN) caminó vacilantemente hasta el coche de Nicholas y se sentó en el asiento de cuero del pasajero. Se abrochó el cinturón y respiró hondo. Le dio la dirección de su madre y para distraerse miró a su alrededor. Todo estaba limpio. Ni una pizca de polvo sobre el salpicadero, ni una brizna de hierba en las alfombrillas.
—Y tú me llamas a mí maniática de la limpieza —dijo.
Sonrió con ironía.
—Supongo que somos más parecidos de lo que queremos admitir.
Nicholas puso en marcha el coche. Sorprendentemente, fue música clásica la que resonó por los altavoces. (_TN) había esperado algo de rock en alguien con una cara tan masculina (el tiempo que había llevado su lápiz labial no contaba). Con vergüenza, él bajó el volumen.
—Ya que los opuestos se atraen, supongo que nosotros estamos a salvo.
—Los opuestos no son los únicos que se atraen —le corrigió él.
Cierto.
—Así que… ¿de qué querías hablarme?
—Dame un momento para organizar mis pensamientos.
Se quedaron callados. Sin desear parecer demasiado impaciente, (_TN) esperó hasta que corrían por la carretera y se dirigían a Rivendell, un barrio exclusivo para aquellos con dinero que gastar. Su madre había crecido en una familia de clase media, pero se casó con el muy rico padre de (_TN). Durante el divorcio, se quedó con la casa y una gran cantidad de dinero.
La vecina había pasado más tiempo en la cama de su padre que su propia madre, hacía mucho tiempo que se había trasladado. Por un tiempo, romper las ventanas de la mujer, rayar su coche y envenenar sus plantas, había sido la única alegría de Evelyn Greene.
—Y bien… —le incitó (_TN) por segunda vez. Las manos le sudaban.
—Los dos estamos hastiados —comenzó, luego hizo una pausa.
¡Era tan frustrante!
Y lo que es peor, sospechaba que sería un amante aún mejor cuando se contuviera. Aunque pensó que, si fuera mejor, moriría de placer. Suspiró. Cuando estuvieron de pie en el aparcamiento, mirándose el uno al otro, había sentido el impulso de lanzarse sobre él, mantenerme a su lado y aspirar a algo más que al simple sexo.
—Eso sería una locura —refunfuñó mientras jugueteaba con las puntas del pañuelo que se había atado al cuello para ocultar las magulladuras.
¡Piensa en otra cosa, joder! Piensa en Anne. Le había llamado hacía aproximadamente una hora para ver si ellos se habían reconciliado. En lugar de una respuesta, (_TN) le preguntó por la oportunidad que le había dado, la que ayer había aludido. Anne le había contestado: «Te di la oportunidad de encontrar la felicidad, muchacha. No estás atada a AATP. Puedes romper el ciclo de rechazo y desconfianza».
Pero felicidad estaba muy lejos de ser lo que (_TN) sentía.
Por suerte, el reloj decidió en ese momento tocar las doce del mediodía, obligándola a olvidar a Anne y… a Nicholas . (_TN) agarró las llaves y el bolso, dirigiéndose a la puerta. Era hora de visitar a su madre, abuela, hermano, hermana y sobrinitas. La última vez que se reunieron todos, casi se habían matado los unos a los otros. Ella había mencionado un caso de trabajo y la siguiente cosa que supo fue que discutían sobre la infidelidad. Su madre se había escapado para llorar en privado, (_TN) le había gritado a Brent, Brittany le había gritado a ella y su abuela se había echado una siestecita para evitar la volátil escena.
Oh, los buenos tiempos.
El teléfono sonó, sobresaltándola. Hizo una pausa, quitando la mano del pomo de la puerta, aún cerrada con llave. Con el corazón latiendo a toda velocidad, se precipitó al teléfono de la mesilla auxiliar y lo descolgó. Era… podría ser…
—¡Hola!
—¿Traerás a Demi ? —preguntó su hermano.
Los hombros cayeron con decepción. No, ¡con alivio!
—Lo siento pero no.
—¿Por qué no?
—Tú sólo la molestarías.
Él resopló.
—Nunca la molesto.
—¡Por favor!
—Bueno, la molesto, pero a ella le gusta. Tanto si lo admite como si no. Simplemente… llámala y pídele que venga.
—No.
—Eres una mala hermana.
—No soy su chulo —le dijo ella.
—Fui a su casa anoche, vale, y está trastornada por algo.
(_TN) frunció el ceño.
—¿Trastornada? ¿Por qué?
—No lo sé. Simplemente tráela —y colgó.
(_TN) rodó los ojos. Telefoneó a Demi , pero no le contestó. Caminó hasta su casa, vio su Sedan en el camino de entrada y llamó a la puerta. Sin ninguna respuesta. Lo más probable es que Wyatt la hubiera recogido y Demi hubiera pasado la noche con él.
(_TN) suspiró, sabiendo que a Brent le preocuparía eso.
Mientras caminaba hasta su propio coche, el sol brillaba con vehemencia. Durante un momento, sólo durante un tonto y melancólico momento, quiso conversar con Nicholas del tiempo. ¿Cómo era posible que le echara de menos tan pronto? Frunciendo el ceño, apretó el mando a distancia y la puerta del conductor se abrió.
—¿Te vas? —dijo una ronca voz masculina.
Jadeando, (_TN) se dio la vuelta. Allí estaba, de pie en el porche como si le hubiera invocado. Verle hizo que se sintiera como si fuera a desmayarse, el aire vaciándose de los pulmones. El corazón tamborileando en el pecho, a un ritmo vertiginoso. Nicholas . Se había cambiado de ropa, lucía un par de descolorido vaqueros y una camiseta negra que abrazaban sus músculos.
Sabía lo que había debajo de aquella ropa y ese conocimiento provocó a su mente y cuerpo. Los pezones se endurecieron; el estómago se encogió. ¡Mierda!. ¿Qué hacía aquí?
—¿Te vas? —repitió Nicholas .
—Sí —contestó (_TN) luchando por coger algo de aire. Tenía buen aspecto. Demasiado bueno. El pelo rubio estaba ligeramente húmedo y sus marrones ojos oscurecidos por… algo insondable. Determinación, tal vez. ¿Deseo? ¿Esperanza? ¿Por qué esperanza? Quizás simplemente era un reflejo de sus ojos.
Una leve brisa se arremolinó entre ellos. Los frondosos y verdes árboles que se esparcían alrededor de su casa le proporcionaban un marco perfecto. Ambos eran regalos de la Madre Naturaleza, pensó irónicamente. La rudeza de Nicholas al aire libre, le hacía parecer aún más salvaje.
Su mirada se deslizaba sobre ella, deteniéndose en todos los sitios que él había lamido, apretado y mordisqueado.
—Estás muy guapa.
Seguramente no había sido un elogio. Seguramente había oído mal.
—Perdona, ¿qué?
—Estas muy guapa, (_TN) —dijo suavemente, con sinceridad—. Preciosa.
No. No había oído mal.
—Gr-gracias.
¿Qué ocurría? ¿Por qué era tan… agradable? Pasó un largo tiempo. Se miraban fijamente, en un silencio largo y pesado. Su mirada era hambrienta, de eso estaba segura. La suya, ahora, estaba vacía. ¡Di algo, idiota!
—Uh, ¿qué haces aquí? —preguntó.
—Hay algo que tengo que decirte.
—Bien. ¿Y qué es? —Luchando contra una intensa oleada de curiosidad se echó la correa del bolso sobre el hombro.
Espera. Mejor sentir curiosidad que pasar más tiempo con él. Ya la boca se le hacía agua. Ya los dedos le picaban por enredarse en su pelo.
—Lo siento —dijo—, ahora no es buen momento para charlar.
«Rompe el ciclo de desconfianza». La voz de Anne le ocupó la cabeza.
—¿A dónde vas? Quizás, no sé, pueda ir contigo.
Los ojos se agrandaron con incredulidad.
—¿Quieres venir conmigo?
Se encogió de hombros.
—¿Por qué no?
—No, lo siento. —¿Toda está conversación era un sueño, verdad? Era demasiado surrealista. Ella se volvió hacía el coche—. Tengo un almuerzo con mi familia.
En cinco rápidos pasos, Nicholas estuvo al lado del coche y agarraba la puerta, sus dedos marcándose en la ventanilla. De repente, (_TN) sintió su calor, aún más potente que el sol. Olió su pecaminoso aroma y los recuerdos contra los que había luchado toda la mañana la inundaron. Los oídos se le llenaron con el sonido de sus gemidos; su boca probó el salado sabor de su piel.
—Dudo que les importe que lleves un invitado —dijo, su aliento soplándola sobre la oreja. Él podría haber lamido los bordes, remontando la cadena de los pendientes, pero no podía estar segura.
(_TN) se quedó quieta y frunció el ceño. Un rizo se deslizó sobre los ojos y se lo echó hacia atrás.
—No les importaría, pero... —Todo lo que necesitaba era que su familia viera cómo reaccionaba ante este hombre. «Rompe el ciclo…».
—Tengo que hablar contigo, (_TN). Es importante.
Parecía serio, como si fuera cuestión de vida o muerte. Su muerte, para ser exactos.
—¿Sobre qué?
—Te lo diré dentro del coche o de tu casa, pero no aquí afuera.
Ella no quería ir a su casa con él, no con una cama (y un sofá) cerca. Además, simplemente no tenía tiempo. Si llegaba tarde, su madre se hundiría en una monumental depresión porque (_TN) no la quería lo suficiente como para que corriera a verla… no es que alguna vez se lo dijera a ella, pero Brent y Brittany la llamarían todas las noches durante mucho tiempo para quejarse.
Mierda. Era, o coger a Nicholas ahora, o atormentarse hasta mañana por lo que tenía que decirle. «Rompe el ciclo…».
—Tú conduces —le dije, cerrando la puerta del coche. Que pague la gasolina, ya que ha insistido en venir.
Algo parecido al alivio se reflejó en su cara y asintió. Giró sobre los talones y prácticamente saltó sobre el Jaguar plateado. ¿Por qué parecía tan feliz? (_TN) frunció el ceño. Las noticias debían de ser terriblemente malas si él estaba tan feliz de dárselas. El estómago se le encogió de dolor, el mismo dolor que sintió el primer día que le conoció, cuando entró en la oficina de Anne pensando que iban a despedirla. ¿Realmente sólo habían pasado dos días?
(_TN) caminó vacilantemente hasta el coche de Nicholas y se sentó en el asiento de cuero del pasajero. Se abrochó el cinturón y respiró hondo. Le dio la dirección de su madre y para distraerse miró a su alrededor. Todo estaba limpio. Ni una pizca de polvo sobre el salpicadero, ni una brizna de hierba en las alfombrillas.
—Y tú me llamas a mí maniática de la limpieza —dijo.
Sonrió con ironía.
—Supongo que somos más parecidos de lo que queremos admitir.
Nicholas puso en marcha el coche. Sorprendentemente, fue música clásica la que resonó por los altavoces. (_TN) había esperado algo de rock en alguien con una cara tan masculina (el tiempo que había llevado su lápiz labial no contaba). Con vergüenza, él bajó el volumen.
—Ya que los opuestos se atraen, supongo que nosotros estamos a salvo.
—Los opuestos no son los únicos que se atraen —le corrigió él.
Cierto.
—Así que… ¿de qué querías hablarme?
—Dame un momento para organizar mis pensamientos.
Se quedaron callados. Sin desear parecer demasiado impaciente, (_TN) esperó hasta que corrían por la carretera y se dirigían a Rivendell, un barrio exclusivo para aquellos con dinero que gastar. Su madre había crecido en una familia de clase media, pero se casó con el muy rico padre de (_TN). Durante el divorcio, se quedó con la casa y una gran cantidad de dinero.
La vecina había pasado más tiempo en la cama de su padre que su propia madre, hacía mucho tiempo que se había trasladado. Por un tiempo, romper las ventanas de la mujer, rayar su coche y envenenar sus plantas, había sido la única alegría de Evelyn Greene.
—Y bien… —le incitó (_TN) por segunda vez. Las manos le sudaban.
—Los dos estamos hastiados —comenzó, luego hizo una pausa.
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
Capitulo 17
(Segunda Parte)
2/2.
(Segunda Parte)
2/2.
Bueno, no era como ella esperaba que comenzara. Antes te mentí, no me he hecho un chequeo en años. Quizás le dijera algo así. O, todavía estoy casado y ahora mi esposa quiere encontrarte y enseñarte el arma que compró.
—¿Era esa la cosa tan importante que tenías que decirme y por la que te has colado en mi almuerzo familiar?
Él le dirigió un ceño.
—Dame un minuto.
—Te he dado muchos minutos, Nick . Uno no va a casa de alguien, le dice que tiene un asunto de vida o muerte que contarle, y luego tarda una eternidad en organizar sus ideas. Y ahora es un asunto de vida y muerte porque me muero de curiosidad. —Tanto que parecía demasiado impaciente.
—Nunca dije que fuera un asunto de vida o muerte, Hoyuelos, y mi nombre es Nicholas .
—Le dejaste a Ronnie con ie que te llamara Nick —le indicó ella.
—Porque ella no era nadie. No me provocó ni un atisbo de respuesta. —Pausa—. ¿Celosa?
—Apenas —resopló, sintió las mejillas arder intensamente y se giró hacia la ventanilla.
—¿Sabes qué? Cuando estés desnuda, puedes llamarme lo que quieras.
Ah, eso era… era tan…
—Simplemente… dime lo que tengas que decirme. Si esperas que el señor Feliz te ayude a explicarlo, no lo hagas. Él sólo me confundirá.
—Ahora estás cabreada con el señor Feliz.
Exasperado, sacudió la cabeza.
—Adelante, sigue. No me importa. Insúltame. Golpéame.
—No. Te gustaría demasiado —refunfuñó (_TN).
—Probablemente —estuvo de acuerdo con una gran cantidad de autodesprecio.
La tensión arterial le subió. No por la furia, sino por aquel maldito deseo que al parecer no podía dejar de sacudirla. Escucharle decir que podría excitarse si ella le golpeaba… Los pezones se le endurecieron y un dolor le palpitó entre las piernas. ¡Maldito, maldito, maldito!
—¿De. Que. Querías. Hablar? ¿De qué?
Las manos se apretaron sobre el volante y la respiración se volvió irregular cuando le dijo:
—Espero que estés preparada para esto.
—¡Simplemente dilo!
—De acuerdo. Aquí va. Tú estás soltera y yo también. Creo que deberíamos empezar a dormir juntos.
—¡Qué! —Incrédula, se giró en el asiento, la correa del cinturón tirando y apretándole el estómago—. ¿Te importaría repetir eso? Creo que he tenido un aneurisma cerebral mientras hablabas.
—Tiene sentido. Ninguno de nosotros quiere una relación, por lo que jamás tendremos que preocuparnos de que el otro espere más que sexo. Y el sexo estuvo bien, no puedes negarlo.
La conmoción la dejó inmóvil. Estaba serio. No se reía. ¿Las líneas de tensión alrededor de su boca y su espalda tiesa como un palo indicaban… esperanza? ¿Temor?
—Trabajamos juntos —logró soltar ella.
—Y lo he tenido en cuenta —dijo él con una cabezada, un mechón de rubio pelo balanceándose en las sienes. Él no la afrontó—. Creo que somos lo suficientemente adultos como para actuar profesionalmente en el trabajo.
—¿Y dormir juntos después? —La voz era apenas audible.
—Exactamente.
Los pezones se le tensaron con entusiasmo. Sintió un dolor en su centro.
—Es una broma, ¿verdad?
—Nada de bromas.
—Creía… —Dios Querido—. Creía que habíamos acordado olvidarnos de lo que pasó anoche.
—No puedo —admitió con vergüenza.
Ni ella. Cuando él había entrado en su cuerpo, se había convertido en parte de ella. Una imagen que la atormentaría el resto de su vida, un sofocante recuerdo que nunca la abandonaría del todo. Por un tiempo, parte de sus vidas habían latido juntas y habían formado una sola unidad, sin ningún pensamiento de infidelidad ni de dolor emocional.
—Es la solución perfecta —se precipitó a decir, como si temiera que (_TN) se prepara para rechazarle—. Tenemos necesidades y como dije, no queremos tener nada que ver con el compromiso. Y obviamente tenemos similares… pasiones.
—Nicholas . —Hizo una pausa, sin saber que decir realmente. El cuerpo quería estar de acuerdo, ahora mismo, sin vacilar. Pero la mente aún tenía que unírsele—. Apenas somos capaces de tolerarnos el uno al otro.
—Sí, pero somos absolutamente compatibles en la cama.
—Fue el alcohol.
—Lo dudo mucho. Pero —encogiéndose de hombros—, hay un modo de averiguarlo y estar seguros.
Los ojos se entrecerraron sobre él. Ella ya conocía la respuesta, pero dijo:
—¿Cómo?
Sus labios se estiraron en una sonrisa.
—Tendremos que acostarnos de nuevo. Reprimiéndonos, esta vez.
Tentada, pero todavía luchando contra ello, se pasó una mano por la cara.
—¿Comprendes lo insultante que es esto? Básicamente me preguntas si seré tu puta cada vez que sientas una calentura.
—Eso no es lo que parece —gruñó él—. Sin embargo, yo estaría dispuesto a ser tu puta en cualquier momento. En cualquier parte.
Nicholas a su entera disposición, desnudo, haciendo todo lo que ella deseara…, cada vez que le picara la necesidad. Que pensamiento tan embriagador y poderoso. Estás loca por considerarlo. Había tantas complicaciones.
«Rompe el ciclo…».
Serían exclusivamente ellos dos, lo que equivaldría a la relación que ninguno de ellos quería ¿O serían libres de salir con otra gente? No es que ella saliera con alguien, pero cada músculo del cuerpo se le tensó ante el pensamiento de Nicholas saliendo con otra mujer, invitándola a la vaca gorda y perezosa que sería a cenar, luego dejándola, conduciendo a casa de (_TN) y durmiendo con ella.
Le dijo a Nicholas eso mismo, excluyendo la parte de la vaca gorda y perezosa.
—Estoy de acuerdo —dijo él, sorprendiéndola con su fácil aceptación—. No sería justo para ninguno de nosotros. Mientras estemos… juntos, no veremos a nadie más.
Escucharle decir que estaba de acuerdo solo añadió un montón de combustible a un fuego ya ardiente.
—¡Esto es de locos! ¿Me llamarías tú? ¿Te llamaría yo? ¿Nos veríamos durante las vacaciones? ¿Cuánto tiempo duraría nuestro arreglo? ¿Qué pasa si encuentras a alguien más? ¿Y si yo encuentro a alguien más? ¿Cómo terminarían las cosas? ¿Cuán a menudo dormiríamos juntos? ¿Y si uno de nosotros decide que el arreglo no funciona? —Hizo una pausa, una sola idea se le ocurrió de golpe—. ¿Y si uno de nosotros, a pesar de todo, realmente quiere más?
¿Y si ella quería más y él no?
Suspirando, él se pasó la mano por el pelo.
—Esto parecía más simple cuando hablaba yo solo. —Hubo acusación en su voz.
—Eso es porque los hombres piensan en el sexo, pero nunca en las consecuencias —le dijo secamente.
—Como si las mujeres fueran inocentes de ese crimen. —Dirigió el coche fuera de la carretera por una rampa de salida.
—¡Eh!, ¿qué haces? ¿A dónde vas? —Se enderezó en el asiento y frunció el ceño.
—Esta no es nuestra salida.
Él entró en el aparcamiento de un pequeño centro comercial y detuvo el coche. Se desabrochó el cinturón y la fijó en el lugar con una intensa mirada.
—Suficiente discusión. Tú me deseas, y no intentes negarlo. No te gusta cómo te sientes. Bien, ¿adivina qué?, yo tampoco pero al menos estoy dispuesto a hacer algo al respecto.
—¿Qué pasa si uno de nosotros quiere salir del acuerdo? —reiteró ella. ¿Qué pasaba si él quería salir, pero ella había caído fuertemente enamorada? Sería una pesadilla.
—Creo que somos lo bastante mayorcitos como para manejarlo.
Ella encontró su mirada, y el deseo y la anticipación se deslizaron en su interior.
—Eres tan irritante, ¿y sabes qué? tienes una respuesta para todo.
—No más evasiva. Dilo, (_TN). Estoy de acuerdo —se inclinó hacia adelante, poniéndose nariz con nariz—. Estoy esperando.
Su cálido aliento se mezcló con el suyo, ambos inestables, ambos primarios.
—Estoy pensando.
—Piensa más rápido.
Él se movió poco a poco hacia delante, un poco más y sus bocas casi se tocarían.
—Me estás aplastando —dijo ella, el sonido de su voz tan débil que apenas era audible.
—Te gusta.
—No.
—Sí.
—Beso —jadeó, incapaz de detenerse.
Sus labios cayeron abruptamente sobre los suyos. Las terminaciones nerviosas le estallaron en vivas y eléctricas sensaciones. De placer. Él sabía bien, a decadencia. Exactamente igual a como lo recordaba.
—Más —dijo Nicholas . Ella sabía bien, como a fuego, pensó, sumergiendo la lengua en su boca. No podía tocarla lo suficiente, por lo que se permitió hacerlo por todas partes. Las manos amasaron sus pechos, tan lleno que se desbordaron. Sus pezones estaban duros como una piedra. Incluso deslizó una mano entre sus piernas, frotando y friccionando.
—Mmm —gimió (_TN), arqueándose contra él. Ella dobló los brazos alrededor de su cuello y agarró varios puñados de pelo. Sólo el cinturón de seguridad la mantuvo fuera de su regazo.
Estaba duro y listo para ella, como si anoche no se hubiera saciado. La mujer le ponía a cien, sin importar lo que hiciera, sin importar lo que dijera. Y cuando comprendió que consideraba seriamente su oferta, que quería más de él, casi se corre.
Nicholas no era médium, pero predecía que iban a tener montones y montones de sexo en un futuro muy cercano. Éste arreglo estaría bien para ambos. Tendrían sexo exclusivo, sin preocuparse de las emociones, sin preocuparse de los engaños.
Era extraño, en realidad, confiar en alguien y no estaba seguro de si eso le gustaba. Pero, de algún modo, sabía que podía confiar en (_TN). Ella era diferente a cualquier mujer que había conocido. Trabajando en AATP tenía que comprender el trauma que suponía la infidelidad. Más valía que ella… el pensar en (_TN) con otro hombre le enfurecía.
Nicholas se apartó, una difícil tarea ya que todo lo que quería hacer era deleitarse en ella. Desnudarla. Tomarla. Él tuvo problemas por coger aliento.
—Bueno —dijo.
—Bueno —repitió (_TN) jadeante. Se enderezó, se arregló la ropa y fijó su mirada más allá de él, por fuera de la ventanilla, sus negros rizos cayéndole por la espalda.
Quiero esos rizos enroscados alrededor de mi muñeca. Quiero esos rizos acariciando mi pecho mientras ella me monta. Quiero esos rizos desbordándose sobre mis muslos mientras me chupa. La polla creció y tuvo que ajustar su posición dentro de los pantalones.
—¿Segura que quieres ir a ver a tu familia?
—Segura —dijo, sin aliento.
Nicholas apartó los ojos de (_TN) antes de zambullirse en otro beso. Fuera, los coches los rodeaban. De hecho, la mujer de al lado les miraba fijamente desde su coche con una imperturbable diversión. Ella le enseñó los pulgares hacía arriba.
Nicholas giró el dedo concisamente, en señal de que se diera la vuelta. No debería haber besado a (_TN) en público, pero le había sido imposible detenerse. Saborearla era una compulsión. Una droga. Una urgencia.
—Entonces ¿quieres intentarlo o no?
(_TN) se aclaró la garganta, pero aún no le hizo frente.
—Le daremos una oportunidad.
Y esperemos no matarnos el uno al otro en el proceso.
—¿Era esa la cosa tan importante que tenías que decirme y por la que te has colado en mi almuerzo familiar?
Él le dirigió un ceño.
—Dame un minuto.
—Te he dado muchos minutos, Nick . Uno no va a casa de alguien, le dice que tiene un asunto de vida o muerte que contarle, y luego tarda una eternidad en organizar sus ideas. Y ahora es un asunto de vida y muerte porque me muero de curiosidad. —Tanto que parecía demasiado impaciente.
—Nunca dije que fuera un asunto de vida o muerte, Hoyuelos, y mi nombre es Nicholas .
—Le dejaste a Ronnie con ie que te llamara Nick —le indicó ella.
—Porque ella no era nadie. No me provocó ni un atisbo de respuesta. —Pausa—. ¿Celosa?
—Apenas —resopló, sintió las mejillas arder intensamente y se giró hacia la ventanilla.
—¿Sabes qué? Cuando estés desnuda, puedes llamarme lo que quieras.
Ah, eso era… era tan…
—Simplemente… dime lo que tengas que decirme. Si esperas que el señor Feliz te ayude a explicarlo, no lo hagas. Él sólo me confundirá.
—Ahora estás cabreada con el señor Feliz.
Exasperado, sacudió la cabeza.
—Adelante, sigue. No me importa. Insúltame. Golpéame.
—No. Te gustaría demasiado —refunfuñó (_TN).
—Probablemente —estuvo de acuerdo con una gran cantidad de autodesprecio.
La tensión arterial le subió. No por la furia, sino por aquel maldito deseo que al parecer no podía dejar de sacudirla. Escucharle decir que podría excitarse si ella le golpeaba… Los pezones se le endurecieron y un dolor le palpitó entre las piernas. ¡Maldito, maldito, maldito!
—¿De. Que. Querías. Hablar? ¿De qué?
Las manos se apretaron sobre el volante y la respiración se volvió irregular cuando le dijo:
—Espero que estés preparada para esto.
—¡Simplemente dilo!
—De acuerdo. Aquí va. Tú estás soltera y yo también. Creo que deberíamos empezar a dormir juntos.
—¡Qué! —Incrédula, se giró en el asiento, la correa del cinturón tirando y apretándole el estómago—. ¿Te importaría repetir eso? Creo que he tenido un aneurisma cerebral mientras hablabas.
—Tiene sentido. Ninguno de nosotros quiere una relación, por lo que jamás tendremos que preocuparnos de que el otro espere más que sexo. Y el sexo estuvo bien, no puedes negarlo.
La conmoción la dejó inmóvil. Estaba serio. No se reía. ¿Las líneas de tensión alrededor de su boca y su espalda tiesa como un palo indicaban… esperanza? ¿Temor?
—Trabajamos juntos —logró soltar ella.
—Y lo he tenido en cuenta —dijo él con una cabezada, un mechón de rubio pelo balanceándose en las sienes. Él no la afrontó—. Creo que somos lo suficientemente adultos como para actuar profesionalmente en el trabajo.
—¿Y dormir juntos después? —La voz era apenas audible.
—Exactamente.
Los pezones se le tensaron con entusiasmo. Sintió un dolor en su centro.
—Es una broma, ¿verdad?
—Nada de bromas.
—Creía… —Dios Querido—. Creía que habíamos acordado olvidarnos de lo que pasó anoche.
—No puedo —admitió con vergüenza.
Ni ella. Cuando él había entrado en su cuerpo, se había convertido en parte de ella. Una imagen que la atormentaría el resto de su vida, un sofocante recuerdo que nunca la abandonaría del todo. Por un tiempo, parte de sus vidas habían latido juntas y habían formado una sola unidad, sin ningún pensamiento de infidelidad ni de dolor emocional.
—Es la solución perfecta —se precipitó a decir, como si temiera que (_TN) se prepara para rechazarle—. Tenemos necesidades y como dije, no queremos tener nada que ver con el compromiso. Y obviamente tenemos similares… pasiones.
—Nicholas . —Hizo una pausa, sin saber que decir realmente. El cuerpo quería estar de acuerdo, ahora mismo, sin vacilar. Pero la mente aún tenía que unírsele—. Apenas somos capaces de tolerarnos el uno al otro.
—Sí, pero somos absolutamente compatibles en la cama.
—Fue el alcohol.
—Lo dudo mucho. Pero —encogiéndose de hombros—, hay un modo de averiguarlo y estar seguros.
Los ojos se entrecerraron sobre él. Ella ya conocía la respuesta, pero dijo:
—¿Cómo?
Sus labios se estiraron en una sonrisa.
—Tendremos que acostarnos de nuevo. Reprimiéndonos, esta vez.
Tentada, pero todavía luchando contra ello, se pasó una mano por la cara.
—¿Comprendes lo insultante que es esto? Básicamente me preguntas si seré tu puta cada vez que sientas una calentura.
—Eso no es lo que parece —gruñó él—. Sin embargo, yo estaría dispuesto a ser tu puta en cualquier momento. En cualquier parte.
Nicholas a su entera disposición, desnudo, haciendo todo lo que ella deseara…, cada vez que le picara la necesidad. Que pensamiento tan embriagador y poderoso. Estás loca por considerarlo. Había tantas complicaciones.
«Rompe el ciclo…».
Serían exclusivamente ellos dos, lo que equivaldría a la relación que ninguno de ellos quería ¿O serían libres de salir con otra gente? No es que ella saliera con alguien, pero cada músculo del cuerpo se le tensó ante el pensamiento de Nicholas saliendo con otra mujer, invitándola a la vaca gorda y perezosa que sería a cenar, luego dejándola, conduciendo a casa de (_TN) y durmiendo con ella.
Le dijo a Nicholas eso mismo, excluyendo la parte de la vaca gorda y perezosa.
—Estoy de acuerdo —dijo él, sorprendiéndola con su fácil aceptación—. No sería justo para ninguno de nosotros. Mientras estemos… juntos, no veremos a nadie más.
Escucharle decir que estaba de acuerdo solo añadió un montón de combustible a un fuego ya ardiente.
—¡Esto es de locos! ¿Me llamarías tú? ¿Te llamaría yo? ¿Nos veríamos durante las vacaciones? ¿Cuánto tiempo duraría nuestro arreglo? ¿Qué pasa si encuentras a alguien más? ¿Y si yo encuentro a alguien más? ¿Cómo terminarían las cosas? ¿Cuán a menudo dormiríamos juntos? ¿Y si uno de nosotros decide que el arreglo no funciona? —Hizo una pausa, una sola idea se le ocurrió de golpe—. ¿Y si uno de nosotros, a pesar de todo, realmente quiere más?
¿Y si ella quería más y él no?
Suspirando, él se pasó la mano por el pelo.
—Esto parecía más simple cuando hablaba yo solo. —Hubo acusación en su voz.
—Eso es porque los hombres piensan en el sexo, pero nunca en las consecuencias —le dijo secamente.
—Como si las mujeres fueran inocentes de ese crimen. —Dirigió el coche fuera de la carretera por una rampa de salida.
—¡Eh!, ¿qué haces? ¿A dónde vas? —Se enderezó en el asiento y frunció el ceño.
—Esta no es nuestra salida.
Él entró en el aparcamiento de un pequeño centro comercial y detuvo el coche. Se desabrochó el cinturón y la fijó en el lugar con una intensa mirada.
—Suficiente discusión. Tú me deseas, y no intentes negarlo. No te gusta cómo te sientes. Bien, ¿adivina qué?, yo tampoco pero al menos estoy dispuesto a hacer algo al respecto.
—¿Qué pasa si uno de nosotros quiere salir del acuerdo? —reiteró ella. ¿Qué pasaba si él quería salir, pero ella había caído fuertemente enamorada? Sería una pesadilla.
—Creo que somos lo bastante mayorcitos como para manejarlo.
Ella encontró su mirada, y el deseo y la anticipación se deslizaron en su interior.
—Eres tan irritante, ¿y sabes qué? tienes una respuesta para todo.
—No más evasiva. Dilo, (_TN). Estoy de acuerdo —se inclinó hacia adelante, poniéndose nariz con nariz—. Estoy esperando.
Su cálido aliento se mezcló con el suyo, ambos inestables, ambos primarios.
—Estoy pensando.
—Piensa más rápido.
Él se movió poco a poco hacia delante, un poco más y sus bocas casi se tocarían.
—Me estás aplastando —dijo ella, el sonido de su voz tan débil que apenas era audible.
—Te gusta.
—No.
—Sí.
—Beso —jadeó, incapaz de detenerse.
Sus labios cayeron abruptamente sobre los suyos. Las terminaciones nerviosas le estallaron en vivas y eléctricas sensaciones. De placer. Él sabía bien, a decadencia. Exactamente igual a como lo recordaba.
—Más —dijo Nicholas . Ella sabía bien, como a fuego, pensó, sumergiendo la lengua en su boca. No podía tocarla lo suficiente, por lo que se permitió hacerlo por todas partes. Las manos amasaron sus pechos, tan lleno que se desbordaron. Sus pezones estaban duros como una piedra. Incluso deslizó una mano entre sus piernas, frotando y friccionando.
—Mmm —gimió (_TN), arqueándose contra él. Ella dobló los brazos alrededor de su cuello y agarró varios puñados de pelo. Sólo el cinturón de seguridad la mantuvo fuera de su regazo.
Estaba duro y listo para ella, como si anoche no se hubiera saciado. La mujer le ponía a cien, sin importar lo que hiciera, sin importar lo que dijera. Y cuando comprendió que consideraba seriamente su oferta, que quería más de él, casi se corre.
Nicholas no era médium, pero predecía que iban a tener montones y montones de sexo en un futuro muy cercano. Éste arreglo estaría bien para ambos. Tendrían sexo exclusivo, sin preocuparse de las emociones, sin preocuparse de los engaños.
Era extraño, en realidad, confiar en alguien y no estaba seguro de si eso le gustaba. Pero, de algún modo, sabía que podía confiar en (_TN). Ella era diferente a cualquier mujer que había conocido. Trabajando en AATP tenía que comprender el trauma que suponía la infidelidad. Más valía que ella… el pensar en (_TN) con otro hombre le enfurecía.
Nicholas se apartó, una difícil tarea ya que todo lo que quería hacer era deleitarse en ella. Desnudarla. Tomarla. Él tuvo problemas por coger aliento.
—Bueno —dijo.
—Bueno —repitió (_TN) jadeante. Se enderezó, se arregló la ropa y fijó su mirada más allá de él, por fuera de la ventanilla, sus negros rizos cayéndole por la espalda.
Quiero esos rizos enroscados alrededor de mi muñeca. Quiero esos rizos acariciando mi pecho mientras ella me monta. Quiero esos rizos desbordándose sobre mis muslos mientras me chupa. La polla creció y tuvo que ajustar su posición dentro de los pantalones.
—¿Segura que quieres ir a ver a tu familia?
—Segura —dijo, sin aliento.
Nicholas apartó los ojos de (_TN) antes de zambullirse en otro beso. Fuera, los coches los rodeaban. De hecho, la mujer de al lado les miraba fijamente desde su coche con una imperturbable diversión. Ella le enseñó los pulgares hacía arriba.
Nicholas giró el dedo concisamente, en señal de que se diera la vuelta. No debería haber besado a (_TN) en público, pero le había sido imposible detenerse. Saborearla era una compulsión. Una droga. Una urgencia.
—Entonces ¿quieres intentarlo o no?
(_TN) se aclaró la garganta, pero aún no le hizo frente.
—Le daremos una oportunidad.
Y esperemos no matarnos el uno al otro en el proceso.
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
awwwwwww por fin !!!!
Hasta que se van a dejar llevar!!
Siguela!
Hasta que se van a dejar llevar!!
Siguela!
aranzhitha
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
Ahh siii dios que bueno pero porfavor porfavor seguilaaa!
SmileJonas
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
ahhh sisisisis dijo que si!!!!!!!!!
ahhhh yeiiiii que felicidad!! hahaha
chicos calmense que estan en publico hahaha
ame los capis!! uyuy va a conocer a su familia!!
ahhh me dejaste bien emocionada nonono eso no es de dios hahaha
siguela pronto porfis!!!
ahhhh yeiiiii que felicidad!! hahaha
chicos calmense que estan en publico hahaha
ame los capis!! uyuy va a conocer a su familia!!
ahhh me dejaste bien emocionada nonono eso no es de dios hahaha
siguela pronto porfis!!!
DanieladeJonas
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
:wut: MUUUCHAAASS PREGUUNTAAAASSSS!!!!!! :wut:
PEROOO NIIICCKKM TIENE UNA FOOORRMAAA DE CONVENCEEEEERRRR!!!
JAJAJAJA OJALAAA Y NO SE MATEEEENNN!!!
PEROOO NIIICCKKM TIENE UNA FOOORRMAAA DE CONVENCEEEEERRRR!!!
JAJAJAJA OJALAAA Y NO SE MATEEEENNN!!!
chelis
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
aranzhitha escribió:awwwwwww por fin !!!!
Hasta que se van a dejar llevar!!
Siguela!
oh si yo pensé q nunk sucedería ya la sigo
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
Paula Edwards escribió:Ahh siii dios que bueno pero porfavor porfavor seguilaaa!
:) ya mismo la sigo
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
DanieladeJonas escribió:ahhh sisisisis dijo que si!!!!!!!!!
ahhhh yeiiiii que felicidad!! hahaha
chicos calmense que estan en publico hahaha
ame los capis!! uyuy va a conocer a su familia!!
ahhh me dejaste bien emocionada nonono eso no es de dios hahaha
siguela pronto porfis!!!
ya vera como son su familia
jeje ya la seguire
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
chelis escribió: :wut: MUUUCHAAASS PREGUUNTAAAASSSS!!!!!! :wut:
PEROOO NIIICCKKM TIENE UNA FOOORRMAAA DE CONVENCEEEEERRRR!!!
JAJAJAJA OJALAAA Y NO SE MATEEEENNN!!!
no se mataran ya veras y seguro las respuesta vendrán prontooooo
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
CAPÍTULO 18
¿Lavas tus pantalones con limpia cristales? Porque realmente puedo reflejarme.
¿Qué diablos tengo que hacer para meterme en ellos?
¿Lavas tus pantalones con limpia cristales? Porque realmente puedo reflejarme.
¿Qué diablos tengo que hacer para meterme en ellos?
(_TN) llamó a la puerta principal de la casa de su madre, un portón de arce altísimo con un cristal grabado en el centro. Nicholas estaba de pie a su lado, y pudo sentir el calor que irradiaba de él; un calor que la había envuelto hacía muy poco. Intentara lo que intentara, no podía olvidarlo.
La había tocado y besado como si fuera su razón de vivir. Se sintió tentada de escaquearse del almuerzo y volver a su casa con Nicholas ahora mismo , para una ronda de sexo moderado y lascivo. Sólo su instinto de conservación la salvó… un instinto que últimamente la había abandonado bastante a menudo, pensó con una irónica sonrisa.
—Mi madre va a odiarte —le dijo, manteniendo los ojos fijos en las rosas rojas y blancas que trepaban por las paredes de la casa—. Actualmente, está buscando un hombre para sí misma; pero no dejes que eso te engañe. Casi se suicida cuando mi hermana Brittany trajo a Steven a casa.
—Wow. Tu madre parece… divertida.
—Sí… no lo sabes bien. Sé agradable con ella sin importar lo que diga. Es una mujer frágil y cualquier nimiedad puede empujarla a una depresión.
—Como si fuera capaz de ser grosero con tu madre —dijo, ofendido.
—Tú eres grosero con todos.
Esto iba a ser un desastre. A diferencia de Brittany, (_TN) nunca había presentado un hombre a su familia. ¿Por qué no había considerado las consecuencias?
—¿Tratas de comenzar una pelea conmigo, Hoyuelos? —Nicholas deslizó la yema del dedo por su columna vertebral, luego hizo una pausa—. Estás nerviosa.
Su boca cayó abierta.
—No, no lo estoy.
Los labios se levantaron en una amplia sonrisa, como si estuviera sumamente orgulloso de sí mismo.
—Estás nerviosa y por eso atacas verbalmente. Eso es un hábito repugnante. ¿Quieres que te bese otra vez? Siempre consigue que pienses en otras cosas.
—Vale, estoy nerviosa. ¡Pero por el amor de Dios, nada de besos!
Con solo pensarlo, deliciosas chispas le recorrían la espalda y se paseaban por todo el cuerpo. Realmente no quería liarse con él delante de su familia y… ¿dónde coño estaban? Volvió a tocar el timbre. Sus coches estaban aparcados en la entrada.
—Este es un agradable vecindario —dijo Nicholas , mirando fijamente a su alrededor.
La blanca y monstruosa casa de quinientos metros cuadrados, formaba medio círculo alrededor de un césped inmaculado y exuberantes jardines. Al lado de la puerta, se alzaban retorcidas columnas, la esmeralda hiedra subiendo por ellas. Macetas con plantas se derramaban por el pórtico, y el viento balanceaba las puertas de los altos ventanales franceses.
—Gracias —dijo ella.
Sus cejas se unieron en un ceño.
—¿Creciste aquí?
—Sí. ¿No es lo que esperabas, verdad?
—No.
Cuando él no se explicó, ella lanzó los brazos al aire.
—Y bien, ¿qué esperabas? —El sonido de unas risas flotó en el aire y (_TN) se enderezó, agudizando el oído—. Están detrás. Vamos.
Saltó del pórtico y rodeó la casa, pasando cerca de radiantes flores y estatuas de hadas esculpidas en medio del vuelo. Nicholas siguió a su lado.
—¿Y bien? —incitó ella.
—Supongo que esperaba algo menos… caro. Tú bebes cerveza, maldices y, bueno, trabajas en AATP.
Ella sonrió francamente.
—¿Y sólo la gente pobre puede hacerlo?
—Para nada. Supongo que en mi mente, los niños que crecen en un barrio como éste, se hacen doctores, abogados o profesionales de las compras.
—¡Eh!!
—¿Qué? Es verdad.
Ella se paró al final de una puerta de hierro y le afrontó. La luz del sol coronaba sus rasgos en un delicado halo, otorgándole un aspecto casi angelical. Se le hizo un nudo en la garganta.
—¿Y en cuanto a ti? ¿En qué lugar creciste?
—Antes de que mis padres se separaran, en uno muy parecido a este —se encogió de hombros con un rígido movimiento—. Después de que mi madre me trajera a los Estados Unidos, en algo bastante diferente.
A diferencia de Evelyn Greene, su madre obviamente no había conseguido un hogar agradable. El pensamiento de que él hubiera soportado una niñez de pobreza, la conmovía. Podía imaginarse al querubín rubio que probablemente había sido, mirando fijamente y con ansia un juguete que su madre nunca fue capaz de permitirle. Se le encogió el estómago.
Nicholas dio un golpecito a la punta de su nariz.
—¿Por qué me miras así?
Ella sacudió la cabeza, apartando las tristes imágenes.
—¿Cómo?
—Como si fuera un mendigo de la calle y tuvieras unas monedas para mí. ¿Compadeciéndote de mí, Hoyuelos?
—No, claro que no —espetó.
Sonriendo abiertamente, de nuevo le dio un golpecito a su nariz.
—Eres una monada. Jamás sospeché que había un suave corazón al acecho debajo de esa personalidad de guerrero.
¿(_TN), un guerrero? Ella se rió con placer.
—Míranos. No estamos borrachos, pero nos llevamos bien.
—Eso es porque te comportas como tú misma. —Tenía un brillo en los marrones ojos y una sonrisa en los labios.
Ella se encontró sonriendo también, incapaz de detenerse.
—Debes de haberte comido a tu Chico Agradable, de un soplo hoy.
Más risas llegaron flotando sobre la brisa, luego el sonido de la voz de su hermana.
—Nada de correr, Cherry. La cubierta está resbaladiza. Podrías caer, abrirte la cabeza y morir.
Nicholas hizo una mueca.
—¿Cherry?
—Mi sobrina de diez años.
—¿Le ha puesto el nombre de una fruta?
(_TN) asintió con la cabeza.
—Y a su hermana gemela, Apple.
—¿Estás de broma?
—Lamentablemente, va en serio. Su padre es aficionado a las tartas de fruta y pensó que sería bonito.
—¿Y su madre no protestó?
—Ella cree que Steven es genial, así que le concede todo lo que quiere.
En aquel momento hubo una electrizante pausa:
—¿Tú crees que yo soy genial?
Él extendió la mano y deslizó uno de sus rizos entre los dedos antes de enganchárselo detrás de la oreja. La acción fue tan sensible, tan parecida a la de un amante, que ella se apartó.
Un espeso silencio, diferente esta vez y un poco incómodo, se abrió camino entre ellos.
Nicholas frunció el ceño y dejó caer el brazo a un lado.
—Lo siento —refunfuñó—. No quise arruinar el momento y que nos pusiéramos tan serios.
—No tienes que ser agradable conmigo —dijo ella, sin saber qué hacer con lo que acababa de pasar—. Ya te dije que me acostaría contigo.
Una oscura nube le ensombreció los rasgos, y la miró con un mortal fulgor.
—Seré jodidamente agradable si quiero serlo.
—¿Así que ahora vamos a discutir si ser amables o no?
Ella lanzó un suspiro de alivio. Esto estaba mejor. Cuando era encantador, cuando se reían juntos, sentía unos horribles impulsos de abrazarle y no dejarle marchar jamás.
Podía justificar el acostarse con él, como resultado directo de la superabundancia de hormonas en el cuerpo. Pero no podía justificar el extraño repiqueteo del corazón cuando sus dedos, por casualidad, le habían rozado la cara al colocarle bien el pelo.
Sus anteriores relaciones acabaron en desastre, por lo que empezaba a apreciar la franqueza que tenía, o tendría, con Nicholas . Sin sorpresas. Sin… afectos.
Entonces, ¿por qué quería rechinar los dientes?
—Debemos, uh, probablemente debamos avisarlos de que estamos aquí —dijo ella.
—Primero dime lo que quieres de mí y así no habrá errores por mi parte. ¿Quieres que te trate mal? ¿Es eso?
—¿(_TN)? —Oyó a su madre llamarla antes de que pudiera pensar en una respuesta—. ¿Eres tú?
—Sí, Mamá —contestó sin apartar los ojos de Nicholas . A él, le dijo—: No sé lo que quiero de ti. —Y no lo sabía. Estaba confundida, asustada y excitada por lo que pasaba entre ellos—. Ahora mismo, no sé nada.
Él asintió, su expresión ablandándose.
—Yo tampoco. Supongo que lo averiguaremos por el camino, porque te deseo y haré lo que sea necesario para tenerte. —Le guiñó el ojo y continuó—. Y ahora vamos a encontrarnos con tu madre y así podré ser encantador con ella.
Sin saber que más decir, (_TN) abrió la puerta y entró en el patio trasero. ¿Por qué estaba tan determinado a tenerla? Porque el sexo entre ellos era raro y maravilloso. Y por una vez no tendrían que preocuparse de que su compañero les engañara. Nicholas , estaba segura, simplemente le diría a la cara cuando quería terminar con ella: No te deseo más, Hoyuelos.
Apretó las manos a los costados y el brioso paso se volvió más pausado.
—Si eres grosero con alguno de mi familia, te cogeré con mi mano —le advirtió.
Él entrelazó sus dedos.
—¡Ya está! Ahora puedo ser tan grosero como quiera.
Eso casi le hizo sonreír. Casi. Su mano era cálida y callosa y empequeñecía la suya. La de él era toda fuerza, y aún así podía ser toda dulzura cuando quería. ¡Zona de peligro! ¡Zona de peligro! Estaba pasando otra vez; aquel repiqueteo de sensiblera y entusiasta necesidad. Intentó soltarse del asimiento, pero él le apretó la mano.
—Querías coger mi mano —dijo él—, así que nos cogeremos de las manos.
—No quise sostenerte de la mano.
—Por favor. Sé reconocer una indirecta cuando la oigo.
—De eso nada —se burló (_TN), pero le gustó que mantuviera el contacto aunque jamás lo admitiría en voz alta. Giraron al final de la casa, con el olor a carne asada a la parrilla haciéndoles la boca agua.
El agua clara y cristalina de la piscina no, el oleaje apareció a la vista. Cherry se había tirado de bomba en ella y ahora emergía escupiendo agua y riéndose tontamente. (_TN) descubrió a su madre a un lado. Guapa con su aspecto frágil, con el pelo negro y los ojos azules.
—¡Ey! cariño —le dijo con una brillante sonrisa.
(_TN) conocía aquella sonrisa muy bien. Era la expresión que su madre reservaba únicamente para ella, así (_TN) jamás sabría que estaba deprimida. Sin embargo, cuando su madre descubrió a Nicholas , la sonrisa se borró.
—¿Quién es?
—Un amigo —contestó (_TN)—. Sólo un amigo.
Su madre no preguntó el nombre “del amigo” mientras bajaba la mirada hasta fijarla en sus manos unidas. No dijo nada, simplemente volvió su atención a la piscina.
—Mamá… —comenzó (_TN), pero luego se detuvo. —Independientemente de lo que dijera sólo lo empeoraría, así que liberó la mano, y esta vez Nicholas la dejó.
Brittany estaba sentada bajo una gran sombrilla verde y la saludó con la mano. Su pelo era negro y liso algo que (_TN) siempre envidió y sus piernas largas y delgadas de forma natural algo que (_TN) envidió aún más. Ella tenía que trabajar para mantener las piernas torneadas. Mucho. No es que hubiera hecho algún tipo de ejercicio últimamente, aunque lo necesitaba. Su programa de ejercicios T-Tapp le ayudaba a mantener la mente despierta y el cuerpo fuerte.
Steven abrazaba a Brittany. Era un hombre alto, delgado, con el pelo castaño algo escaso y una cara corriente y simple con la que podía mezclarse en cualquier parte sin destacar. Steven le echó un vistazo a Brittany, se enamoró locamente y la persiguió despiadadamente. Brittany fue incapaz de resistírsele. Llevaban casados once años y todavía estaban locamente enamorados… otra cosa que (_TN) envidiaba.
A veces, cuando les veía juntos, lamentaba no poder ser así, tan despreocupada y confiada. Luego pensaba en su padre y en todos los objetivos que había conocido y el deseo pasaba.
Brittany la miró con el ceño fruncido.
—Hace calor. ¿Por qué llevas un pañuelo?
Las mejillas le ardieron y tocó con los dedos la tela.
—¿Dónde está la abuela? —preguntó, ignorando la cuestión.
—No podía venir —contestó Brittany—. Asistía a un entierro.
—¿Falleció alguno de sus amigos? —preguntó Nicholas con cuidado, reclamando la mano de (_TN) y dándole un apretón de consuelo.
Brittany negó con la cabeza.
—Nada de eso. Planeaba invitar a salir al difunto marido.
Nicholas masculló durante un momento antes de recuperarse con un cortés:
—Ya veo.
—Esa es mi abuelita —dijo (_TN) con una sonrisa cariñosa—. Siempre mirando por pillar algún trasero.
—Si es como tú —susurró Nicholas —, será buena en ello.
Brent vigilaba la parrilla. Era alto, de pelo oscuro y fruncía el ceño. El humo ondeaba a su alrededor mientras preguntaba:
—¿Dónde está Demi ?
(_TN) casi gimió.
—No estaba en casa.
No mencionó que Demi probablemente habría pasado la noche con Wyatt.
Su hermano se pasó la lengua por los labios, sin inmutarse al absorber la información.
—¿Quién es el tipo? —indicó a Nicholas con una espátula—. Y no digas que es un amigo de nuevo, porque no te creemos.
—Puedes preguntárselo tú mismo, ¿sabes?
Con Nicholas a su lado, (_TN) se detuvo frente a la mesa del patio y miró a su familia, uno por uno.
—No me importa que les digas quien soy —dijo Nicholas . La estudió atentamente, esperando, como si también quisiera saber la respuesta.
Muy bien. ¿Pero qué debía decir? Nicholas no era su novio, y realmente tampoco era su amigo como ellos ya adivinaron, pero no quería que supieran que iba de la mano de su nuevo jefe.
—Su nombre es Nicholas —terminó diciendo.
—Encantado de conocerla, señora Gr… madre de (_TN). —Nicholas ofreció su mano libre a Evelyn.
—Todavía es Greene —refunfuñó (_TN).
—Señora Greene —dijo Nicholas .
Su madre simplemente se quedó mirando la mano como si fuera una serpiente, lista para morderla.
—Sólo la morderé si me lo pide amablemente —le dijo Nicholas , todo suave y refinado encanto.
Evelyn retrocedió aún más.
Brent rellenó la parrilla y extendió el brazo. Los dos hombres se dieron la mano.
—Encantado de conocerte. Soy Brent, el hermano mayor —Ofreció a (_TN) una sonrisa tipo vas-a-pagar-por-dejar-a-Demi -atrás—. Eres el primer hombre que (_TN) ha traído aquí. ¿Pensáis en casaros o algo así?
Ella casi se ahogó.
Nicholas se ahogó realmente.
Su madre se cubrió la boca con las manos, como si estuviera a punto de vomitar.
Su hermana aplaudió con excitación.
—¡Oh, Dios mío! ¿De verdad?
—No —dijo (_TN) entrecortadamente—. Nada de matrimonio.
Brent pronunció:
—Realmente deberías haber traído a Demi —antes de dirigirse de nuevo a la parrilla.
—Ella sale con alguien, pedazo de mierda —respondió (_TN)—. Y tú eres un hermano muy malo.
Él se dio la vuelta y le lanzó un beso.
—Me alegro de no ser el único en probar el filo de tu lengua —dijo Nicholas . Entonces fijó la mirada sobre su boca y se tiró del cuello de la camisa. Nicholas la liberó—. No importa. Olvida lo que dije.
Sí, lo haría… o le atacaría con dicha lengua, empujándola por delante de sus dientes y entrando en su boca, donde rendiría culto a su sabor durante horas. Se aclaró la garganta.
—Nicholas , esta es mi madre, Evelyn, mi hermana Brittany y el hombre a su lado es Steven, su marido —Steven le saludó agitando la mano—. La niña en la piscina es Cherry, la hermana gemela de Apple y… ¿dónde está Apple?
—Dentro —contestó Brittany, abanicándose con una servilleta—. Mamá compró buñuelos.
Ah. Apple no volvería hasta que todos los buñuelos se acabaran. Eran su mayor debilidad.
—¡Eh! Tía Jill —dijo Cherry. Era tan precoz como (_TN) lo fue a los diez años. También tenía sus rizos y sus grandes ojos azules. Cherry corrió y abrazó a (_TN) por la cintura con los brazos mojados—. Te eché de menos.
(_TN) le abrazó por la espalda con una sonrisa.
—Yo también, mequetrefe.
A veces, cuando miraba a Cherry y Apple, le hacían recordar que hubo un tiempo en que quiso hijos propios. Una familia. Justo antes de comprender cuán doloroso podía ser una familia.
—Tu novio es muy guapo —dijo Cherry, sonriéndole a Nicholas .
Las mejillas de (_TN) se sonrojaron. Nicholas se lo tomó sin problemas, le devolvió la sonrisa y dijo:
—Deduzco que tú eres la gemela inteligente.
Riendo, Cherry regresó a la carrera a la piscina y se zambulló, esparciendo agua en todas direcciones.
—Camina —le gritó Brittany—, o te abriré la cabeza yo misma.
Nicholas rió entre dientes.
Todavía no lo suficientemente acostumbrada a su risa, (_TN) tembló ante el retumbante sonido. Si hubieran estado solos… No vayas por ahí. Aún no.
—Por qué no toman asiento —dijo su madre en tono formal, y se movió hacía Brittany para hacerles sitio, aún sin mirar a Nicholas .
Como si no tuviera una preocupación en el mundo, Nicholas se sentó justo al lado de su madre. Evelyn se escabulló lejos de él. Hubo un claro brillo en sus ojos cuando Nicholas se movió poco a poco más cerca. Sin saber que más hacer, (_TN) se sentó de golpe a su lado.
¿En qué me he metido? se preguntó otra vez.
—El almuerzo estará listo pronto —dijo Brent—. ¿Te gustan las hamburguesas, no Nick ?
—Sí.
Cuando no regañó a su hermano por llamarle otra cosa que no fuera su nombre, (_TN) frunció el ceño. A ella siempre le montaba una pataleta cuando lo hacía.
—Nickey , Nick us, Nick —dijo, sólo para ver lo que hacía.
Él la alcanzó bajo la mesa y le estrujó el muslo. Bueno, tal vez le llamara Nick durante el resto del día. (_TN) sofocó una sonrisa y le echó un vistazo a su madre.
—Creí que cocinarías chuletas de cerdo y prepararías pan de maíz.
Por el rabillo del ojo, vio a su hermana hacer un movimiento como si le cortara el cuello. Su madre rompió a llorar y se levantó de golpe.
—Perdonadme un momento —y corrió dentro de la casa.
—Uh, ¿de qué iba eso? —exigió (_TN).
—Pues, quemó las chuletas de cerdo —dijo Steven—, y se vino abajo por ello.
—Realmente necesita ayuda. —Una manta de tristeza cayó sobre los rasgos de Brittany—. Incluso más que de costumbre.
(_TN) suspiró, de forma larga y ruidosa.
—Lo siento. No debí haberlo sacado a colocación sin asegurarme de que todo iba bien. —Se preguntó avergonzada, que pensaría Nicholas de toda esta situación.
—No lo sabías —dijo Brent—. Pero, por una vez, he decidido dejar de tratarla como una delicada flor. No puedo soportarlo más. Hace tiempo que quiero hacerlo, pero esperé a tener cojones para ello. Está empeorando, y hoy he decidido dejar de ser un cobarde. Así que preparaos, porque no me contendré.
Uh-oh. Eso no podía ser bueno. Pero (_TN) había llegado también al límite y decidió seguir el ejemplo Brent. Dios sabia que el mimar a la mujer no había ayudado.
Un rato más tarde, su madre abrió la puerta acristalada y salió, llevando de nuevo su mejor sonrisa.
—¿Y bien? —Dijo, sentándose en la mesa—. ¿De qué habláis?
Brittany le dirigió una sonrisa igual de brillante.
—Yo más o menos estaba por preguntarle a Nicholas cuanto tiempo llevan él y (_TN) saliendo. He hablado con Jill varias veces los últimos días y nunca lo mencionó.
—Sí, ¿por qué no lo mencionaste? —preguntó su madre, claramente decepcionada de que ella tuviera pareja de repente.
—Probablemente pensó que te suicidarías —contestó Brent.
Brittany jadeó.
—¡Brent!
—¿Qué? —se encogió de hombros—. Es verdad. Mamá preferiría que (_TN) se hiciera lesbiana antes de que corriera el riesgo de que su corazón se rompiera por algún tipo. No va a la búsqueda de un yerno.
—No digas tonterías. —Evelyn hizo rodar los ojos, imitando a una madre serena—. Me manejo muy bien con Steven.
Steven hizo una mueca.
—Al principio no lo hiciste —le recordó (_TN).
—Puedo manejarme con los hombres —insistió Evelyn.
—Bien, los hombres no pueden manejar tus múltiples personalidades.
—¡Brent! —repitió Brittany con furia en su tono—. Para ya.
—¿Qué? Es cierto.
—(_TN) piensa que soy perfecta tal y cómo soy, ¿verdad cariño? —dijo Evelyn, mirándola con expectación.
—Yo creo… creo… —Esto era más difícil de lo que había esperado. Pero cogió fuerzas de la presencia de Nicholas , como si se la inyectara directamente en las venas, y continuó—: Creo que tendrías más posibilidades de tener una relación estable si controlaras mejor tus emociones.
Dios, ¿acababa de decir eso? Siempre había culpado a su padre de su miedo a las relaciones, pero empezaba a ver que su madre también había desempeñado un papel importante.
Hubo una pesada pausa.
—¿Me perdonáis un momento? Tengo que usar el servicio de señoras.
Su madre se levantó de un salto y volvió corriendo a la casa.
—¡Brent, estoy muy cerca de darte patadas en el trasero! —Hirvió Brittany—. ¿Qué crees que estás haciendo? Y (_TN). ¿Cómo pudiste decir eso?
—Te lo avise —dijo Brent—. Necesita una llamada de atención. Ya es hora de que admita que tiene un problema y que tiene que tomar su medicación.
(_TN) asintió.
—Tiene un punto, Brit. Vale la pena intentarlo, al menos. Nada más ha funcionado.
—Supongo —Brittany se aplacó, perdiendo el calor de su cólera—. ¿Pero y si esto nos estalla en la cara?
—No puede volverse peor —dijo Brent con seriedad.
Nicholas estrujó el muslo de (_TN) de nuevo.
—¿Estás bien? —le susurró con genuina preocupación.
Ella se mordió el labio inferior y asintió. Eso era… algo que preguntaría un novio. Había sonado como si Nicholas quisiera cogerla en brazos y llevársela si fuera necesario. Es más, no pareció asqueado por las demostraciones emocionales de su madre.
Evelyn volvió, el labio inferior temblando mientras reclamaba su asiento.
—No es malo abrazar las emociones de una —dijo, como si hubiera estado pensando las palabras dentro de la casa y no fuera capaz de aguantarlas más tiempo.
—Mamá —La incredulidad bailaba en la cara de Brittany. Ella cerró la boca, la volvió a abrir, la cerró de nuevo. Tragando, compartió una larga mirada con Brent, que asintió en estímulo. Brittany enderezó los hombros con determinación—. Tú no abrazas simplemente tus emociones, tú haces el amor con ellas.
Evelyn jadeó.
—¡Eso no es verdad! —Pero al menos no lloró.
Mientras su madre y Brittany se enfrentaban, (_TN) se arriesgó a echarle una ojeada a Nicholas . La observaba, su pulgar remontando en círculos la pierna. Incluso a través de la ropa, podía sentir el poder seductor de su piel.
—Lamento esto —moduló ella.
—No hay problema.
—Las hamburguesas están listas —anunció Brent—. Los bollos están sobre el mostrador de la cocina. Jill, querida, ve a buscarlos.
—Se buena y ve a buscarlos, Brit —dijo ella. De ninguna forma iba a dejar a Nicholas solo con su familia. A saber que historias le contaban sobre ella o lo que le preguntarían.
Brittany se puso de pie.
—Vosotros dos sois unos perezosos.
—Te ayudaré, conejita —Steven se levantó y enlazó el brazo alrededor de la cintura de su esposa. Se arrullaron el uno al otro durante un minuto entero antes de entrar en la casa. Todo el rato, (_TN) sintió arcadas. Podía tener envidia de su relación pero no quería actuar así.
—No olvides los platos —le gritó Brent—. ¡Eh! Jill. Después de comer tengo unas cartas que me gustaría mostrarte. Hice un poco de investigación. ¿Sabías que hay más hombres que donan a la caridad, que mujeres?
—No te creo —dijo ella. Él siempre trataba de demostrar lo maravillosos que sus “hermanos” eran.
—Yo te creo —dijo Nicholas .
—¿Describe la carta qué tipo de caridad? —arqueó las cejas—. Creo que puedo ver la validez de tal reclamación si hablamos de Pechos Más grandes para Conejitos o algo así.
Brent estuvo a punto de resoplar, pero se contuvo y asintió.
—Sí, yo donaría a esa causa.
La puerta acristalada chirrió al abrirse y, Brittany y su equipo dieron un paso en el porche. Los brazos de Brittany estaban llenos de platos. Los paquetes de bollos colgaban de las manos de Steven y Apple, una réplica exacta de Cherry excepto por el azúcar en sus labios estaba de pie al lado de su madre, sosteniendo una jarra de limonada.
—Si no tienes cuidado, voy a poner tu cara en mi página web —le dijo (_TN) a su hermano. Cuando la creara y funcionara, claro.
—Tú no tienes página web —dijeron Nicholas y Brent al mismo tiempo.
—Un día la tendré. Voy a crear una página donde las mujeres puedan colgar fotos de sus ex en la Lista de los Más Indeseados, y así las demás mujeres sabrán a quién evitar.
La expresión de Nicholas se volvió pensativa.
—En realidad, no es una mala idea. Crea una página mixta y será genial.
Brittany le sonrió a Steven.
—Tú nunca aparecerías en un sitio así. Eres demasiado maravilloso.
—Sabemos lo maravilloso que es tu azucarito —dijeron (_TN), su hermano y su madre al unísono.
Silencio.
—¿Azucarito? —Las cejas de Nicholas se alzaron hasta la línea del pelo—. ¿En serio?
Steven, avergonzado, se encogió de hombros y Brittany le dio una palmadita en el culo.
—Así es.
Cada uno miró a todos los demás y luego se echaron a reír, la tensión rota.
—Cherry, fuera de la piscina —gritó Brittany—. Es hora de comer.
La había tocado y besado como si fuera su razón de vivir. Se sintió tentada de escaquearse del almuerzo y volver a su casa con Nicholas ahora mismo , para una ronda de sexo moderado y lascivo. Sólo su instinto de conservación la salvó… un instinto que últimamente la había abandonado bastante a menudo, pensó con una irónica sonrisa.
—Mi madre va a odiarte —le dijo, manteniendo los ojos fijos en las rosas rojas y blancas que trepaban por las paredes de la casa—. Actualmente, está buscando un hombre para sí misma; pero no dejes que eso te engañe. Casi se suicida cuando mi hermana Brittany trajo a Steven a casa.
—Wow. Tu madre parece… divertida.
—Sí… no lo sabes bien. Sé agradable con ella sin importar lo que diga. Es una mujer frágil y cualquier nimiedad puede empujarla a una depresión.
—Como si fuera capaz de ser grosero con tu madre —dijo, ofendido.
—Tú eres grosero con todos.
Esto iba a ser un desastre. A diferencia de Brittany, (_TN) nunca había presentado un hombre a su familia. ¿Por qué no había considerado las consecuencias?
—¿Tratas de comenzar una pelea conmigo, Hoyuelos? —Nicholas deslizó la yema del dedo por su columna vertebral, luego hizo una pausa—. Estás nerviosa.
Su boca cayó abierta.
—No, no lo estoy.
Los labios se levantaron en una amplia sonrisa, como si estuviera sumamente orgulloso de sí mismo.
—Estás nerviosa y por eso atacas verbalmente. Eso es un hábito repugnante. ¿Quieres que te bese otra vez? Siempre consigue que pienses en otras cosas.
—Vale, estoy nerviosa. ¡Pero por el amor de Dios, nada de besos!
Con solo pensarlo, deliciosas chispas le recorrían la espalda y se paseaban por todo el cuerpo. Realmente no quería liarse con él delante de su familia y… ¿dónde coño estaban? Volvió a tocar el timbre. Sus coches estaban aparcados en la entrada.
—Este es un agradable vecindario —dijo Nicholas , mirando fijamente a su alrededor.
La blanca y monstruosa casa de quinientos metros cuadrados, formaba medio círculo alrededor de un césped inmaculado y exuberantes jardines. Al lado de la puerta, se alzaban retorcidas columnas, la esmeralda hiedra subiendo por ellas. Macetas con plantas se derramaban por el pórtico, y el viento balanceaba las puertas de los altos ventanales franceses.
—Gracias —dijo ella.
Sus cejas se unieron en un ceño.
—¿Creciste aquí?
—Sí. ¿No es lo que esperabas, verdad?
—No.
Cuando él no se explicó, ella lanzó los brazos al aire.
—Y bien, ¿qué esperabas? —El sonido de unas risas flotó en el aire y (_TN) se enderezó, agudizando el oído—. Están detrás. Vamos.
Saltó del pórtico y rodeó la casa, pasando cerca de radiantes flores y estatuas de hadas esculpidas en medio del vuelo. Nicholas siguió a su lado.
—¿Y bien? —incitó ella.
—Supongo que esperaba algo menos… caro. Tú bebes cerveza, maldices y, bueno, trabajas en AATP.
Ella sonrió francamente.
—¿Y sólo la gente pobre puede hacerlo?
—Para nada. Supongo que en mi mente, los niños que crecen en un barrio como éste, se hacen doctores, abogados o profesionales de las compras.
—¡Eh!!
—¿Qué? Es verdad.
Ella se paró al final de una puerta de hierro y le afrontó. La luz del sol coronaba sus rasgos en un delicado halo, otorgándole un aspecto casi angelical. Se le hizo un nudo en la garganta.
—¿Y en cuanto a ti? ¿En qué lugar creciste?
—Antes de que mis padres se separaran, en uno muy parecido a este —se encogió de hombros con un rígido movimiento—. Después de que mi madre me trajera a los Estados Unidos, en algo bastante diferente.
A diferencia de Evelyn Greene, su madre obviamente no había conseguido un hogar agradable. El pensamiento de que él hubiera soportado una niñez de pobreza, la conmovía. Podía imaginarse al querubín rubio que probablemente había sido, mirando fijamente y con ansia un juguete que su madre nunca fue capaz de permitirle. Se le encogió el estómago.
Nicholas dio un golpecito a la punta de su nariz.
—¿Por qué me miras así?
Ella sacudió la cabeza, apartando las tristes imágenes.
—¿Cómo?
—Como si fuera un mendigo de la calle y tuvieras unas monedas para mí. ¿Compadeciéndote de mí, Hoyuelos?
—No, claro que no —espetó.
Sonriendo abiertamente, de nuevo le dio un golpecito a su nariz.
—Eres una monada. Jamás sospeché que había un suave corazón al acecho debajo de esa personalidad de guerrero.
¿(_TN), un guerrero? Ella se rió con placer.
—Míranos. No estamos borrachos, pero nos llevamos bien.
—Eso es porque te comportas como tú misma. —Tenía un brillo en los marrones ojos y una sonrisa en los labios.
Ella se encontró sonriendo también, incapaz de detenerse.
—Debes de haberte comido a tu Chico Agradable, de un soplo hoy.
Más risas llegaron flotando sobre la brisa, luego el sonido de la voz de su hermana.
—Nada de correr, Cherry. La cubierta está resbaladiza. Podrías caer, abrirte la cabeza y morir.
Nicholas hizo una mueca.
—¿Cherry?
—Mi sobrina de diez años.
—¿Le ha puesto el nombre de una fruta?
(_TN) asintió con la cabeza.
—Y a su hermana gemela, Apple.
—¿Estás de broma?
—Lamentablemente, va en serio. Su padre es aficionado a las tartas de fruta y pensó que sería bonito.
—¿Y su madre no protestó?
—Ella cree que Steven es genial, así que le concede todo lo que quiere.
En aquel momento hubo una electrizante pausa:
—¿Tú crees que yo soy genial?
Él extendió la mano y deslizó uno de sus rizos entre los dedos antes de enganchárselo detrás de la oreja. La acción fue tan sensible, tan parecida a la de un amante, que ella se apartó.
Un espeso silencio, diferente esta vez y un poco incómodo, se abrió camino entre ellos.
Nicholas frunció el ceño y dejó caer el brazo a un lado.
—Lo siento —refunfuñó—. No quise arruinar el momento y que nos pusiéramos tan serios.
—No tienes que ser agradable conmigo —dijo ella, sin saber qué hacer con lo que acababa de pasar—. Ya te dije que me acostaría contigo.
Una oscura nube le ensombreció los rasgos, y la miró con un mortal fulgor.
—Seré jodidamente agradable si quiero serlo.
—¿Así que ahora vamos a discutir si ser amables o no?
Ella lanzó un suspiro de alivio. Esto estaba mejor. Cuando era encantador, cuando se reían juntos, sentía unos horribles impulsos de abrazarle y no dejarle marchar jamás.
Podía justificar el acostarse con él, como resultado directo de la superabundancia de hormonas en el cuerpo. Pero no podía justificar el extraño repiqueteo del corazón cuando sus dedos, por casualidad, le habían rozado la cara al colocarle bien el pelo.
Sus anteriores relaciones acabaron en desastre, por lo que empezaba a apreciar la franqueza que tenía, o tendría, con Nicholas . Sin sorpresas. Sin… afectos.
Entonces, ¿por qué quería rechinar los dientes?
—Debemos, uh, probablemente debamos avisarlos de que estamos aquí —dijo ella.
—Primero dime lo que quieres de mí y así no habrá errores por mi parte. ¿Quieres que te trate mal? ¿Es eso?
—¿(_TN)? —Oyó a su madre llamarla antes de que pudiera pensar en una respuesta—. ¿Eres tú?
—Sí, Mamá —contestó sin apartar los ojos de Nicholas . A él, le dijo—: No sé lo que quiero de ti. —Y no lo sabía. Estaba confundida, asustada y excitada por lo que pasaba entre ellos—. Ahora mismo, no sé nada.
Él asintió, su expresión ablandándose.
—Yo tampoco. Supongo que lo averiguaremos por el camino, porque te deseo y haré lo que sea necesario para tenerte. —Le guiñó el ojo y continuó—. Y ahora vamos a encontrarnos con tu madre y así podré ser encantador con ella.
Sin saber que más decir, (_TN) abrió la puerta y entró en el patio trasero. ¿Por qué estaba tan determinado a tenerla? Porque el sexo entre ellos era raro y maravilloso. Y por una vez no tendrían que preocuparse de que su compañero les engañara. Nicholas , estaba segura, simplemente le diría a la cara cuando quería terminar con ella: No te deseo más, Hoyuelos.
Apretó las manos a los costados y el brioso paso se volvió más pausado.
—Si eres grosero con alguno de mi familia, te cogeré con mi mano —le advirtió.
Él entrelazó sus dedos.
—¡Ya está! Ahora puedo ser tan grosero como quiera.
Eso casi le hizo sonreír. Casi. Su mano era cálida y callosa y empequeñecía la suya. La de él era toda fuerza, y aún así podía ser toda dulzura cuando quería. ¡Zona de peligro! ¡Zona de peligro! Estaba pasando otra vez; aquel repiqueteo de sensiblera y entusiasta necesidad. Intentó soltarse del asimiento, pero él le apretó la mano.
—Querías coger mi mano —dijo él—, así que nos cogeremos de las manos.
—No quise sostenerte de la mano.
—Por favor. Sé reconocer una indirecta cuando la oigo.
—De eso nada —se burló (_TN), pero le gustó que mantuviera el contacto aunque jamás lo admitiría en voz alta. Giraron al final de la casa, con el olor a carne asada a la parrilla haciéndoles la boca agua.
El agua clara y cristalina de la piscina no, el oleaje apareció a la vista. Cherry se había tirado de bomba en ella y ahora emergía escupiendo agua y riéndose tontamente. (_TN) descubrió a su madre a un lado. Guapa con su aspecto frágil, con el pelo negro y los ojos azules.
—¡Ey! cariño —le dijo con una brillante sonrisa.
(_TN) conocía aquella sonrisa muy bien. Era la expresión que su madre reservaba únicamente para ella, así (_TN) jamás sabría que estaba deprimida. Sin embargo, cuando su madre descubrió a Nicholas , la sonrisa se borró.
—¿Quién es?
—Un amigo —contestó (_TN)—. Sólo un amigo.
Su madre no preguntó el nombre “del amigo” mientras bajaba la mirada hasta fijarla en sus manos unidas. No dijo nada, simplemente volvió su atención a la piscina.
—Mamá… —comenzó (_TN), pero luego se detuvo. —Independientemente de lo que dijera sólo lo empeoraría, así que liberó la mano, y esta vez Nicholas la dejó.
Brittany estaba sentada bajo una gran sombrilla verde y la saludó con la mano. Su pelo era negro y liso algo que (_TN) siempre envidió y sus piernas largas y delgadas de forma natural algo que (_TN) envidió aún más. Ella tenía que trabajar para mantener las piernas torneadas. Mucho. No es que hubiera hecho algún tipo de ejercicio últimamente, aunque lo necesitaba. Su programa de ejercicios T-Tapp le ayudaba a mantener la mente despierta y el cuerpo fuerte.
Steven abrazaba a Brittany. Era un hombre alto, delgado, con el pelo castaño algo escaso y una cara corriente y simple con la que podía mezclarse en cualquier parte sin destacar. Steven le echó un vistazo a Brittany, se enamoró locamente y la persiguió despiadadamente. Brittany fue incapaz de resistírsele. Llevaban casados once años y todavía estaban locamente enamorados… otra cosa que (_TN) envidiaba.
A veces, cuando les veía juntos, lamentaba no poder ser así, tan despreocupada y confiada. Luego pensaba en su padre y en todos los objetivos que había conocido y el deseo pasaba.
Brittany la miró con el ceño fruncido.
—Hace calor. ¿Por qué llevas un pañuelo?
Las mejillas le ardieron y tocó con los dedos la tela.
—¿Dónde está la abuela? —preguntó, ignorando la cuestión.
—No podía venir —contestó Brittany—. Asistía a un entierro.
—¿Falleció alguno de sus amigos? —preguntó Nicholas con cuidado, reclamando la mano de (_TN) y dándole un apretón de consuelo.
Brittany negó con la cabeza.
—Nada de eso. Planeaba invitar a salir al difunto marido.
Nicholas masculló durante un momento antes de recuperarse con un cortés:
—Ya veo.
—Esa es mi abuelita —dijo (_TN) con una sonrisa cariñosa—. Siempre mirando por pillar algún trasero.
—Si es como tú —susurró Nicholas —, será buena en ello.
Brent vigilaba la parrilla. Era alto, de pelo oscuro y fruncía el ceño. El humo ondeaba a su alrededor mientras preguntaba:
—¿Dónde está Demi ?
(_TN) casi gimió.
—No estaba en casa.
No mencionó que Demi probablemente habría pasado la noche con Wyatt.
Su hermano se pasó la lengua por los labios, sin inmutarse al absorber la información.
—¿Quién es el tipo? —indicó a Nicholas con una espátula—. Y no digas que es un amigo de nuevo, porque no te creemos.
—Puedes preguntárselo tú mismo, ¿sabes?
Con Nicholas a su lado, (_TN) se detuvo frente a la mesa del patio y miró a su familia, uno por uno.
—No me importa que les digas quien soy —dijo Nicholas . La estudió atentamente, esperando, como si también quisiera saber la respuesta.
Muy bien. ¿Pero qué debía decir? Nicholas no era su novio, y realmente tampoco era su amigo como ellos ya adivinaron, pero no quería que supieran que iba de la mano de su nuevo jefe.
—Su nombre es Nicholas —terminó diciendo.
—Encantado de conocerla, señora Gr… madre de (_TN). —Nicholas ofreció su mano libre a Evelyn.
—Todavía es Greene —refunfuñó (_TN).
—Señora Greene —dijo Nicholas .
Su madre simplemente se quedó mirando la mano como si fuera una serpiente, lista para morderla.
—Sólo la morderé si me lo pide amablemente —le dijo Nicholas , todo suave y refinado encanto.
Evelyn retrocedió aún más.
Brent rellenó la parrilla y extendió el brazo. Los dos hombres se dieron la mano.
—Encantado de conocerte. Soy Brent, el hermano mayor —Ofreció a (_TN) una sonrisa tipo vas-a-pagar-por-dejar-a-Demi -atrás—. Eres el primer hombre que (_TN) ha traído aquí. ¿Pensáis en casaros o algo así?
Ella casi se ahogó.
Nicholas se ahogó realmente.
Su madre se cubrió la boca con las manos, como si estuviera a punto de vomitar.
Su hermana aplaudió con excitación.
—¡Oh, Dios mío! ¿De verdad?
—No —dijo (_TN) entrecortadamente—. Nada de matrimonio.
Brent pronunció:
—Realmente deberías haber traído a Demi —antes de dirigirse de nuevo a la parrilla.
—Ella sale con alguien, pedazo de mierda —respondió (_TN)—. Y tú eres un hermano muy malo.
Él se dio la vuelta y le lanzó un beso.
—Me alegro de no ser el único en probar el filo de tu lengua —dijo Nicholas . Entonces fijó la mirada sobre su boca y se tiró del cuello de la camisa. Nicholas la liberó—. No importa. Olvida lo que dije.
Sí, lo haría… o le atacaría con dicha lengua, empujándola por delante de sus dientes y entrando en su boca, donde rendiría culto a su sabor durante horas. Se aclaró la garganta.
—Nicholas , esta es mi madre, Evelyn, mi hermana Brittany y el hombre a su lado es Steven, su marido —Steven le saludó agitando la mano—. La niña en la piscina es Cherry, la hermana gemela de Apple y… ¿dónde está Apple?
—Dentro —contestó Brittany, abanicándose con una servilleta—. Mamá compró buñuelos.
Ah. Apple no volvería hasta que todos los buñuelos se acabaran. Eran su mayor debilidad.
—¡Eh! Tía Jill —dijo Cherry. Era tan precoz como (_TN) lo fue a los diez años. También tenía sus rizos y sus grandes ojos azules. Cherry corrió y abrazó a (_TN) por la cintura con los brazos mojados—. Te eché de menos.
(_TN) le abrazó por la espalda con una sonrisa.
—Yo también, mequetrefe.
A veces, cuando miraba a Cherry y Apple, le hacían recordar que hubo un tiempo en que quiso hijos propios. Una familia. Justo antes de comprender cuán doloroso podía ser una familia.
—Tu novio es muy guapo —dijo Cherry, sonriéndole a Nicholas .
Las mejillas de (_TN) se sonrojaron. Nicholas se lo tomó sin problemas, le devolvió la sonrisa y dijo:
—Deduzco que tú eres la gemela inteligente.
Riendo, Cherry regresó a la carrera a la piscina y se zambulló, esparciendo agua en todas direcciones.
—Camina —le gritó Brittany—, o te abriré la cabeza yo misma.
Nicholas rió entre dientes.
Todavía no lo suficientemente acostumbrada a su risa, (_TN) tembló ante el retumbante sonido. Si hubieran estado solos… No vayas por ahí. Aún no.
—Por qué no toman asiento —dijo su madre en tono formal, y se movió hacía Brittany para hacerles sitio, aún sin mirar a Nicholas .
Como si no tuviera una preocupación en el mundo, Nicholas se sentó justo al lado de su madre. Evelyn se escabulló lejos de él. Hubo un claro brillo en sus ojos cuando Nicholas se movió poco a poco más cerca. Sin saber que más hacer, (_TN) se sentó de golpe a su lado.
¿En qué me he metido? se preguntó otra vez.
—El almuerzo estará listo pronto —dijo Brent—. ¿Te gustan las hamburguesas, no Nick ?
—Sí.
Cuando no regañó a su hermano por llamarle otra cosa que no fuera su nombre, (_TN) frunció el ceño. A ella siempre le montaba una pataleta cuando lo hacía.
—Nickey , Nick us, Nick —dijo, sólo para ver lo que hacía.
Él la alcanzó bajo la mesa y le estrujó el muslo. Bueno, tal vez le llamara Nick durante el resto del día. (_TN) sofocó una sonrisa y le echó un vistazo a su madre.
—Creí que cocinarías chuletas de cerdo y prepararías pan de maíz.
Por el rabillo del ojo, vio a su hermana hacer un movimiento como si le cortara el cuello. Su madre rompió a llorar y se levantó de golpe.
—Perdonadme un momento —y corrió dentro de la casa.
—Uh, ¿de qué iba eso? —exigió (_TN).
—Pues, quemó las chuletas de cerdo —dijo Steven—, y se vino abajo por ello.
—Realmente necesita ayuda. —Una manta de tristeza cayó sobre los rasgos de Brittany—. Incluso más que de costumbre.
(_TN) suspiró, de forma larga y ruidosa.
—Lo siento. No debí haberlo sacado a colocación sin asegurarme de que todo iba bien. —Se preguntó avergonzada, que pensaría Nicholas de toda esta situación.
—No lo sabías —dijo Brent—. Pero, por una vez, he decidido dejar de tratarla como una delicada flor. No puedo soportarlo más. Hace tiempo que quiero hacerlo, pero esperé a tener cojones para ello. Está empeorando, y hoy he decidido dejar de ser un cobarde. Así que preparaos, porque no me contendré.
Uh-oh. Eso no podía ser bueno. Pero (_TN) había llegado también al límite y decidió seguir el ejemplo Brent. Dios sabia que el mimar a la mujer no había ayudado.
Un rato más tarde, su madre abrió la puerta acristalada y salió, llevando de nuevo su mejor sonrisa.
—¿Y bien? —Dijo, sentándose en la mesa—. ¿De qué habláis?
Brittany le dirigió una sonrisa igual de brillante.
—Yo más o menos estaba por preguntarle a Nicholas cuanto tiempo llevan él y (_TN) saliendo. He hablado con Jill varias veces los últimos días y nunca lo mencionó.
—Sí, ¿por qué no lo mencionaste? —preguntó su madre, claramente decepcionada de que ella tuviera pareja de repente.
—Probablemente pensó que te suicidarías —contestó Brent.
Brittany jadeó.
—¡Brent!
—¿Qué? —se encogió de hombros—. Es verdad. Mamá preferiría que (_TN) se hiciera lesbiana antes de que corriera el riesgo de que su corazón se rompiera por algún tipo. No va a la búsqueda de un yerno.
—No digas tonterías. —Evelyn hizo rodar los ojos, imitando a una madre serena—. Me manejo muy bien con Steven.
Steven hizo una mueca.
—Al principio no lo hiciste —le recordó (_TN).
—Puedo manejarme con los hombres —insistió Evelyn.
—Bien, los hombres no pueden manejar tus múltiples personalidades.
—¡Brent! —repitió Brittany con furia en su tono—. Para ya.
—¿Qué? Es cierto.
—(_TN) piensa que soy perfecta tal y cómo soy, ¿verdad cariño? —dijo Evelyn, mirándola con expectación.
—Yo creo… creo… —Esto era más difícil de lo que había esperado. Pero cogió fuerzas de la presencia de Nicholas , como si se la inyectara directamente en las venas, y continuó—: Creo que tendrías más posibilidades de tener una relación estable si controlaras mejor tus emociones.
Dios, ¿acababa de decir eso? Siempre había culpado a su padre de su miedo a las relaciones, pero empezaba a ver que su madre también había desempeñado un papel importante.
Hubo una pesada pausa.
—¿Me perdonáis un momento? Tengo que usar el servicio de señoras.
Su madre se levantó de un salto y volvió corriendo a la casa.
—¡Brent, estoy muy cerca de darte patadas en el trasero! —Hirvió Brittany—. ¿Qué crees que estás haciendo? Y (_TN). ¿Cómo pudiste decir eso?
—Te lo avise —dijo Brent—. Necesita una llamada de atención. Ya es hora de que admita que tiene un problema y que tiene que tomar su medicación.
(_TN) asintió.
—Tiene un punto, Brit. Vale la pena intentarlo, al menos. Nada más ha funcionado.
—Supongo —Brittany se aplacó, perdiendo el calor de su cólera—. ¿Pero y si esto nos estalla en la cara?
—No puede volverse peor —dijo Brent con seriedad.
Nicholas estrujó el muslo de (_TN) de nuevo.
—¿Estás bien? —le susurró con genuina preocupación.
Ella se mordió el labio inferior y asintió. Eso era… algo que preguntaría un novio. Había sonado como si Nicholas quisiera cogerla en brazos y llevársela si fuera necesario. Es más, no pareció asqueado por las demostraciones emocionales de su madre.
Evelyn volvió, el labio inferior temblando mientras reclamaba su asiento.
—No es malo abrazar las emociones de una —dijo, como si hubiera estado pensando las palabras dentro de la casa y no fuera capaz de aguantarlas más tiempo.
—Mamá —La incredulidad bailaba en la cara de Brittany. Ella cerró la boca, la volvió a abrir, la cerró de nuevo. Tragando, compartió una larga mirada con Brent, que asintió en estímulo. Brittany enderezó los hombros con determinación—. Tú no abrazas simplemente tus emociones, tú haces el amor con ellas.
Evelyn jadeó.
—¡Eso no es verdad! —Pero al menos no lloró.
Mientras su madre y Brittany se enfrentaban, (_TN) se arriesgó a echarle una ojeada a Nicholas . La observaba, su pulgar remontando en círculos la pierna. Incluso a través de la ropa, podía sentir el poder seductor de su piel.
—Lamento esto —moduló ella.
—No hay problema.
—Las hamburguesas están listas —anunció Brent—. Los bollos están sobre el mostrador de la cocina. Jill, querida, ve a buscarlos.
—Se buena y ve a buscarlos, Brit —dijo ella. De ninguna forma iba a dejar a Nicholas solo con su familia. A saber que historias le contaban sobre ella o lo que le preguntarían.
Brittany se puso de pie.
—Vosotros dos sois unos perezosos.
—Te ayudaré, conejita —Steven se levantó y enlazó el brazo alrededor de la cintura de su esposa. Se arrullaron el uno al otro durante un minuto entero antes de entrar en la casa. Todo el rato, (_TN) sintió arcadas. Podía tener envidia de su relación pero no quería actuar así.
—No olvides los platos —le gritó Brent—. ¡Eh! Jill. Después de comer tengo unas cartas que me gustaría mostrarte. Hice un poco de investigación. ¿Sabías que hay más hombres que donan a la caridad, que mujeres?
—No te creo —dijo ella. Él siempre trataba de demostrar lo maravillosos que sus “hermanos” eran.
—Yo te creo —dijo Nicholas .
—¿Describe la carta qué tipo de caridad? —arqueó las cejas—. Creo que puedo ver la validez de tal reclamación si hablamos de Pechos Más grandes para Conejitos o algo así.
Brent estuvo a punto de resoplar, pero se contuvo y asintió.
—Sí, yo donaría a esa causa.
La puerta acristalada chirrió al abrirse y, Brittany y su equipo dieron un paso en el porche. Los brazos de Brittany estaban llenos de platos. Los paquetes de bollos colgaban de las manos de Steven y Apple, una réplica exacta de Cherry excepto por el azúcar en sus labios estaba de pie al lado de su madre, sosteniendo una jarra de limonada.
—Si no tienes cuidado, voy a poner tu cara en mi página web —le dijo (_TN) a su hermano. Cuando la creara y funcionara, claro.
—Tú no tienes página web —dijeron Nicholas y Brent al mismo tiempo.
—Un día la tendré. Voy a crear una página donde las mujeres puedan colgar fotos de sus ex en la Lista de los Más Indeseados, y así las demás mujeres sabrán a quién evitar.
La expresión de Nicholas se volvió pensativa.
—En realidad, no es una mala idea. Crea una página mixta y será genial.
Brittany le sonrió a Steven.
—Tú nunca aparecerías en un sitio así. Eres demasiado maravilloso.
—Sabemos lo maravilloso que es tu azucarito —dijeron (_TN), su hermano y su madre al unísono.
Silencio.
—¿Azucarito? —Las cejas de Nicholas se alzaron hasta la línea del pelo—. ¿En serio?
Steven, avergonzado, se encogió de hombros y Brittany le dio una palmadita en el culo.
—Así es.
Cada uno miró a todos los demás y luego se echaron a reír, la tensión rota.
—Cherry, fuera de la piscina —gritó Brittany—. Es hora de comer.
la madre de la rayis es rara
ya veran lo q pasara jeje
gracias x sus comentarios las leo después
se me cuidan :)
ya veran lo q pasara jeje
gracias x sus comentarios las leo después
se me cuidan :)
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
ME MORII DE LA RISAAAA CON EL SOBRE NOMBRE DE AZUCARITOO!!!!
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
Y GUAAAUUU COMO LES PUDIERON PONER CHERRY Y APLE A LAS NIÑAS???
QUE FAMILIA MAS ..... COMO LO DIRE.. MAS ALOCADAAAA!!
ME MORII DE LA RISAAAA CON EL SOBRE NOMBRE DE AZUCARITOO!!!!
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
Y GUAAAUUU COMO LES PUDIERON PONER CHERRY Y APLE A LAS NIÑAS???
QUE FAMILIA MAS ..... COMO LO DIRE.. MAS ALOCADAAAA!!
chelis
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