Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 14 de 30. • Comparte
Página 14 de 30. • 1 ... 8 ... 13, 14, 15 ... 22 ... 30
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
aranzhitha escribió:ahhh lo ultimo me mato de risa :P
La rayiz se pasa
Siguela!!!
jajajjajajaja cierto :)
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
DanieladeJonas escribió:lo sabia!!! sabia que ahora lo desearia mas!!
hahaha esos dos me hacen reir
porque no aceptan lo que les pasa
en vez de seguirse torturando??
amo la nove!! siguela pronto porfis!!
xq son testarudos como nadie
ellos no quieren aceptar la verdad
q esta en frente de sus narices pero bueno ya la sigo
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
chelis escribió:AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!!!! :wut:
YO PENSEE QUE SE IBAN A MAAATAAAARRRR!!!!!!
PEROO NOOOOO!!!
Y AHORA QUE VAN HACEEERRR???
JAJAJAJAJAJAJA DESPEDIRSEE?? NOOOO!!! :wut:
ya veras lo q pasara :)....
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
Paula Edwards escribió:Segiila porfiss
voy ya la segire ;)
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
Capitulo 15 -Parte Dos-
1/2
1/2
No había tiempo para secarse el pelo el calor haría que se le encrespara de todos modos así que se recogió los rizos en un moño húmedo por encima de la cabeza. Estaba a punto de aplicarse el maquillaje, cuando Nicholas la llamó:
—El taxi está aquí.
Agarró el bolso y las llaves y caminó con esfuerzo a través de la sala de estar. Los cojines beige estaban esparcidos por todo el suelo y tuvo que saltar sobre ellos. El vestido, el sujetador y las bragas seguían al fondo, arrugados en un montón de tela y encaje. Se le sonrojaron las mejillas.
Nicholas estaba en la puerta, sosteniéndola abierta y ella no le miró a los ojos. Cuando salió al porche, hizo una rápida inspección del perímetro para asegurarse de que ninguno de sus vecinos estaba fuera. Sobre todo Demi , que vivía unas casas más abajo.
La señora Franklin, la anciana de cabellos plateados por excelencia que vivía justo a la derecha, estaba sentada sobre la mecedora de su porche. La mejillas de (_TN) se sonrojaron por, ¿qué, la tercera o cuarta vez esta mañana? La señora Franklin llamaría a su abuela y su abuela llamaría a su madre. Y el almuerzo familiar se celebraba dentro de unas pocas horas.
¡Mierda! pensó de nuevo.
La señora Franklin la miró fijamente, como si hubiese estado esperando toda la mañana a que saliera alguien.
—Tu coche no está en el camino de entrada, (_TN) —cacareó su erosionada voz—. Pensé que estabas de fiesta toda la noche.
—¡Hola! Señora Franklin —contestó (_TN). Quiso empujar a Nicholas de vuelta dentro de la casa—. No soy una chica de fiestas, ya lo sabe. Simplemente dejé mi coche…, en casa de una amiga.
No estando contento de esperar detrás, Nicholas la rodeó.
—Encantado de conocerla, señora Franklin.
Los labios arrugados de la anciana se rizaron en una astuta sonrisa.
—¿Quién es tu amigo, (_TN)?
—Nadie. Tengo que marcharme ya. —Corrió hacía el taxi amarillo.
Nicholas no le sostuvo la puerta abierta. No, él agitó la mano hacía la señora Franklin, le dirigió una picara sonrisa, y se deslizó en el asiento de atrás. (_TN) se sentó a su lado y cerró la puerta de golpe.
—Podías haberla ignorado —se quejó ella.
Nicholas dijo al taxista donde ir y el coche se puso en movimiento.
—Eso habría sido una grosería por mi parte, ¿no crees? Y, como me has advertido numerosas veces, no te gusta que sea grosero.
—Eso nunca te ha detenido antes.
—Un insulto más de tu parte y visitaré a tu vecina y le enseñaré lo que le hiciste a mi espalda.
El taxista se rió.
(_TN) le fulminó con una mirada tipo rayo-de-la-muerte antes de regresar a Nicholas . Su expresión era dura como una piedra. Y aún así, si ella no le conociera mejor, sospecharía que estaba… herido. Seguramente no.
—¿Quieres que te mate? —dijo—. ¿De eso va todo esto?
—Se trata de obtener un poco de respeto por tu parte —dijo él oscuramente.
—¿Respeto?
—Así es.
—Por favor. Ilústrame. ¿Por qué debería yo respetarte?
—Soy… —hizo una pausa, obviamente necesitando pensarlo—, tu jefe.
—No actuaste como tal anoche —masculló.
La mandíbula se apretó.
—Creí que jamás mencionaríamos eso de nuevo. Que íbamos a fingir que nunca pasó.
—Así es. Considéralo olvidado. Justo así —chasqueó los dedos y le dio la espalda, mirando enfadada por la ventanilla.
La luz del sol brillaba intensamente, iluminando las casas con soportes de madera. Verdes árboles pronto entraron a la vista y pasaron por delante, seguidos de altos edificios de ladrillo rojo rodeados por un maravilloso cielo azul.
A veces eres una perra, se castigó. No había ninguna razón para hablarle tan bruscamente. Es tu jefe. A pesar de todo lo que ha pasado, en verdad merece un respeto. O tal vez debido a todo lo que había pasado. Ni una vez él se había regodeado. Ni una vez sonrió con satisfacción o hizo que se sintiera mal. Simplemente estuvo de acuerdo con ella, declarando que se habían equivocado, que no podían volver a hacerlo otra vez.
—Lo siento —se encontró diciendo—. Tienes… razón. Te debo un respeto. Sólo porque me equivoqué anoche, no tengo…
—Nosotros.
—¿Qué?
—Nos equivocamos anoche —dijo él, el tono hosco.
—Cierto. —Se aclaró la garganta y siguió—. Esa no es razón para que te trate como basura. Después de todo, tú te sientes tan miserable como yo con todo esto. —Hizo una pausa—. ¿No es así?
Una parte de ella esperaba que lo negara y le dijera que se alegraba de que hubiera pasado.
Él no habló durante mucho tiempo, luego dijo suavemente:
—Correcto. Miserable.
Algo dentro del pecho de ella cayó en picado.
—Gracias por la disculpa —añadió él.
—De nada.
¿Alguna vez se entendería a sí misma cuando estaba alrededor de Nicholas ? Él constantemente le hacía un lío y golpeaba contra su resolución, todo con sólo una mirada o palabra. En un instante le odiaba, y al siguiente le deseaba y ahora quería… ¿qué? ¿Una relación? ¿Promesas? No, no. Desde luego que no.
Pero lo había probado y que Dios la ayudara, quería más.
—El taxi está aquí.
Agarró el bolso y las llaves y caminó con esfuerzo a través de la sala de estar. Los cojines beige estaban esparcidos por todo el suelo y tuvo que saltar sobre ellos. El vestido, el sujetador y las bragas seguían al fondo, arrugados en un montón de tela y encaje. Se le sonrojaron las mejillas.
Nicholas estaba en la puerta, sosteniéndola abierta y ella no le miró a los ojos. Cuando salió al porche, hizo una rápida inspección del perímetro para asegurarse de que ninguno de sus vecinos estaba fuera. Sobre todo Demi , que vivía unas casas más abajo.
La señora Franklin, la anciana de cabellos plateados por excelencia que vivía justo a la derecha, estaba sentada sobre la mecedora de su porche. La mejillas de (_TN) se sonrojaron por, ¿qué, la tercera o cuarta vez esta mañana? La señora Franklin llamaría a su abuela y su abuela llamaría a su madre. Y el almuerzo familiar se celebraba dentro de unas pocas horas.
¡Mierda! pensó de nuevo.
La señora Franklin la miró fijamente, como si hubiese estado esperando toda la mañana a que saliera alguien.
—Tu coche no está en el camino de entrada, (_TN) —cacareó su erosionada voz—. Pensé que estabas de fiesta toda la noche.
—¡Hola! Señora Franklin —contestó (_TN). Quiso empujar a Nicholas de vuelta dentro de la casa—. No soy una chica de fiestas, ya lo sabe. Simplemente dejé mi coche…, en casa de una amiga.
No estando contento de esperar detrás, Nicholas la rodeó.
—Encantado de conocerla, señora Franklin.
Los labios arrugados de la anciana se rizaron en una astuta sonrisa.
—¿Quién es tu amigo, (_TN)?
—Nadie. Tengo que marcharme ya. —Corrió hacía el taxi amarillo.
Nicholas no le sostuvo la puerta abierta. No, él agitó la mano hacía la señora Franklin, le dirigió una picara sonrisa, y se deslizó en el asiento de atrás. (_TN) se sentó a su lado y cerró la puerta de golpe.
—Podías haberla ignorado —se quejó ella.
Nicholas dijo al taxista donde ir y el coche se puso en movimiento.
—Eso habría sido una grosería por mi parte, ¿no crees? Y, como me has advertido numerosas veces, no te gusta que sea grosero.
—Eso nunca te ha detenido antes.
—Un insulto más de tu parte y visitaré a tu vecina y le enseñaré lo que le hiciste a mi espalda.
El taxista se rió.
(_TN) le fulminó con una mirada tipo rayo-de-la-muerte antes de regresar a Nicholas . Su expresión era dura como una piedra. Y aún así, si ella no le conociera mejor, sospecharía que estaba… herido. Seguramente no.
—¿Quieres que te mate? —dijo—. ¿De eso va todo esto?
—Se trata de obtener un poco de respeto por tu parte —dijo él oscuramente.
—¿Respeto?
—Así es.
—Por favor. Ilústrame. ¿Por qué debería yo respetarte?
—Soy… —hizo una pausa, obviamente necesitando pensarlo—, tu jefe.
—No actuaste como tal anoche —masculló.
La mandíbula se apretó.
—Creí que jamás mencionaríamos eso de nuevo. Que íbamos a fingir que nunca pasó.
—Así es. Considéralo olvidado. Justo así —chasqueó los dedos y le dio la espalda, mirando enfadada por la ventanilla.
La luz del sol brillaba intensamente, iluminando las casas con soportes de madera. Verdes árboles pronto entraron a la vista y pasaron por delante, seguidos de altos edificios de ladrillo rojo rodeados por un maravilloso cielo azul.
A veces eres una perra, se castigó. No había ninguna razón para hablarle tan bruscamente. Es tu jefe. A pesar de todo lo que ha pasado, en verdad merece un respeto. O tal vez debido a todo lo que había pasado. Ni una vez él se había regodeado. Ni una vez sonrió con satisfacción o hizo que se sintiera mal. Simplemente estuvo de acuerdo con ella, declarando que se habían equivocado, que no podían volver a hacerlo otra vez.
—Lo siento —se encontró diciendo—. Tienes… razón. Te debo un respeto. Sólo porque me equivoqué anoche, no tengo…
—Nosotros.
—¿Qué?
—Nos equivocamos anoche —dijo él, el tono hosco.
—Cierto. —Se aclaró la garganta y siguió—. Esa no es razón para que te trate como basura. Después de todo, tú te sientes tan miserable como yo con todo esto. —Hizo una pausa—. ¿No es así?
Una parte de ella esperaba que lo negara y le dijera que se alegraba de que hubiera pasado.
Él no habló durante mucho tiempo, luego dijo suavemente:
—Correcto. Miserable.
Algo dentro del pecho de ella cayó en picado.
—Gracias por la disculpa —añadió él.
—De nada.
¿Alguna vez se entendería a sí misma cuando estaba alrededor de Nicholas ? Él constantemente le hacía un lío y golpeaba contra su resolución, todo con sólo una mirada o palabra. En un instante le odiaba, y al siguiente le deseaba y ahora quería… ¿qué? ¿Una relación? ¿Promesas? No, no. Desde luego que no.
Pero lo había probado y que Dios la ayudara, quería más.
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
CAPÍTULO 16
¿Tienes un mapa? Porque creo haberme perdido en tus ojos.
1/2
¿Tienes un mapa? Porque creo haberme perdido en tus ojos.
1/2
Nicholas acababa de cometer el mayor error de su vida pero no podía conseguir lamentarlo. Lo que le convertía en un estúpido gilipollas, pero así estaban las cosas. Era un estúpido gilipollas, en un taxi con una mujer que era completamente inadecuada para él. Ella le había dado el mejor sexo de su vida y él sólo quería más.
Y se había olvidado de comprobar si la marca de nacimiento en el trasero de (_TN) se había borrado u oscurecido. Eso sí que lo lamentaba.
Oh, sí. Le había gustado hacer el amor con (_TN). Duro y salvaje, sin inhibiciones, sin guardarse nada, sexo loco. Y aún así, ella se había mostrado tan dulce, tan inocente, una combinación de profesora de catequesis y gatita sexual que él había admirado la primera vez que se encontraron. En este instante, podía olerla. Jabón y mujer. Su mujer… no, fuera esos pensamientos. Pero…
Volvía a ansiar otra muestra. De hecho, la boca se le hacía agua por ello.
Con la grava crujiendo bajo los neumáticos, el taxi paró en su lugar de destino. El misterioso edificio parecía abandonado; no había nadie en el parking ni tráfico cerca.
Nicholas pagó al conductor y bajó del coche, (_TN) le siguió y salió por el otro lado. El taxi arrancó y se alejó a toda velocidad. De repente, estaban solos. De nuevo. No era algo bueno para ellos. Se quedaron parados de pie durante varios incómodos segundos, sin acercarse el uno al otro, el único ruido entre ellos el ocasional piar de un pájaro o el apacible balanceo del viento.
—Bueno —dijo (_TN)—. ¡Adiós! Caminó hacía el coche, sólo a unos pasos de su Jaguar.
—¡Adiós! —dijo él de manera cortante y caminó a zancadas hasta la puerta del conductor.
Cuando estuvieron al lado de sus coches, se enfrentaron. Ella observó algo más allá de su hombro. El sol la acariciaba amorosamente. Era impresionante. No llevaba maquillaje pero aún así parecía más bonita que nunca. Las mejillas estaban sonrojadas y los ojos le brillaban, los párpados pesados, saciados.
—Te daría las gracias por la pasada noche —dijo ella, repitiendo sus palabras de antes—, pero ambos sabemos que sería mentira.
La pasada noche… Nicholas no podía dejar de imaginarla como había sido. Tentadora, seductora, apasionada. Desnuda entre sus brazos, había cobrado vida. Había estado húmeda, caliente y durante varias horas, ella había sido el centro de su universo. Sólo ella había existido.
Anoche, parecía que le había dado una lista a Dios y el gran tipo le había concedido cada uno de sus deseos. Pezones que sabían a bayas… concedido. Piernas largas y contorneadas que se abrigaran a su alrededor con fuerza… concedido. Un sedoso pelo que se enredara en sus dedos… concedido. Una fragancia que despertara a la bestia en su interior… concedido. Paredes interiores femeninas que exprimieran y chuparan su polla… concedido.
—Bueno, ¡adiós! De nuevo. —Palmeó las llaves y se meció sobre los talones.
—Sí, ¡adiós!
Pero no estaba listo para dejarla. Las cosas habían acabado mal entre ellos y quería suavizarlas. Una parte de él deseaba que ellos se hubieran despertado abrazados el uno al otro, se hubieran reído, hablado, reído otra vez y luego hubieran hecho el amor de nuevo. Quizás más lento esta vez, más despacio.
Ella quiere olvidar lo que pasó, idiota. Déjala ir. Pero era duro, muy duro.
(_TN) se aclaró la garganta.
—Creo que también deberíamos olvidar lo de la apuesta. Estamos en paz, no nos debemos ningún dinero.
—Buena idea.
Ella bajó la vista a los pies.
—Bueno.
Él no respondió, porque las palabras que quería decir no eran las palabras que debería decir.
—Bien, entonces. ¡Adiós! Pero esta vez de verdad. —Ella se deslizó en su coche.
Él hizo lo mismo, pero esperó a que ella se hubiera alejado un poco para encender el motor.
—¡Maldita sea! —golpeó el volante con un puño.
Ya quería ir tras ella.
Pero se obligó a poner el coche en movimiento, conduciendo en dirección opuesta a la de (_TN). Con una mano en el volante, un codo apoyado en la puerta y la cabeza descansando en la palma abierta, Nicholas suspiró. Le hería en el orgullo que ella le hubiera echado a patadas esta mañana. También hería su orgullo que quisiera olvidar su noche juntos, una noche que él jamás sería capaz de borrar de la mente.
Sobre todo, hería su orgullo que hubiera querido empezar de nuevo y ella no. «Probablemente no deberíamos hablar de esto», habían sido sus primeras palabras. Había desesperación en su voz, como si temiera que él pudiera mencionarlo.
La pasada noche debería habérsela sacado del sistema, pero ahora la deseaba más que antes. Le dio otro puñetazo al volante. ¿No se suponía que las mujeres se volvían todo dulzura y suavidad después del sexo? Hasta ahora, (_TN) había demostrado ser diferente al resto de las mujeres que había conocido.
Necesitaba un hobby, algo además de trabajar y pensar en (_TN). El póker ya no lo haría; sólo pensaría en (_TN) y en cuánto le gustaría jugar con ella. Tal vez empezaría a cultivar un huerto o a hacer punto o alguna otra mierda así. Estaba actuando como una mujer, queriendo más de lo que su compañero estaba dispuesto a dar, así que entonces también podría tener un hobby de mujer.
Desalentado, Nicholas salió de la carretera y dio la vuelta a la vía de acceso que conducía a su apartamento. Otras dos vueltas y un bloque más allá y el edificio quedó a la vista. Un edificio de estuco blanco y marrón, caro, prístino, con ventanales sobre cada planta. (_TN) apreciaría la coordinación de color del lugar, pensó, luego frunció el ceño. Deja de pensar en ella, idiota.
Tal vez, simplemente, necesitaba una novia. Ya había pensado en acostarse con alguien más, pero quizás necesitaba una auténtica relación para protegerse de (_TN). Una mujer suave y femenina en la que podría perderse a sí mismo y en incontables ocasiones, hasta que olvidara todo lo demás.
Nah, ninguna relación. Era demasiado drástico. Las relaciones estaban muy cerca del matrimonio y él jamás quería volver a vivir aquel desastre de nuevo.
No saludó ni habló con nadie de los que pululaban por ahí mientras caminaba a zancadas hacía su apartamento, donde se duchó, afligiéndose de la pérdida del olor de (_TN) sobre la piel, se cambió y se marchó otra vez. Si se quedaba, se dormiría. La cabeza aún le dolía, pero no quería acostarse. Si dormía, soñaría con (_TN).
Quería a aquella mujer fuera de la mente. Por fin. De una vez por todas.
Kevin vivía sólo pasillo abajo, así que allí fue. Si alguien podía distraerle, ese era Kevin . Su mejor amigo contestó al segundo golpe. Kevin llevaba un kimono rojo… de entre todas las cosas. Su pelo estaba de punta y las marcas de sueño estropeaban su cara.
—¿Ahora llevas ropa de mujer? —Le saludó Nicholas .
—Es para hombres, imbécil. ¿Y quieres decirme por qué me despiertas a las diez de la mañana? —preguntó Kevin con un bostezo—. Es de bárbaros.
Nicholas le rozó al pasar frente a él. Como Nicholas , Kevin sólo llevaba en La Ciudad de Oklahoma unas semanas, pero a diferencia de él, ya había desempacado y su apartamento estaba perfectamente decorado. Cuadros enmarcados de su esposa, Clara, cubrían las paredes, su sencilla y feliz cara sonriéndole en todos ellos. Había muerto hacía dos años pero Kevin todavía no lo había superado. Quizás no lo hiciera nunca. Los dos habían estado casados durante cuatro años y Clara confió completamente en Kevin para que hiciera su trabajo y no la engañara. Y no lo había hecho. Ni una sola vez.
Habían estado enamorados. Amor verdadero.
Nicholas jamás tuvo eso con Kayla, su ex esposa. Ella se había marchado y él quería dejarla atrás por el bien de su orgullo. No porque la echara de menos o no pudiera vivir sin ella. Lo que sentía por (_TN) era más intenso que lo que alguna vez había sentido por su esposa.
Eso le asustaba. Había un montón de jodidas cosas que le asustaban últimamente. ¡Niño grande!
Él deslizó la vista sobre el lujoso mobiliario, notando por primera vez que cada uno era de diferente color. El azul marino del sofá. El rojo oscuro de los sillones. El verde de la mesita del café. ¿Qué diría (_TN) de este lugar?
Apretó la mandíbula.
—La he fastidiado —dijo. Pasándose una mano por la cara, se dejó caer sobre el sofá.
Cuando Kevin se sentó frente a él, Nicholas le contó toda la historia. El club, (_TN), la bebida, el sexo. El increíble sexo. La cara de Kevin mostró preocupación, luego entretenimiento y después incredulidad. Unas veces incluso murmuró:
—Tú eres tonto.
—¿Qué debo hacer? —preguntó Nicholas , torturado. Si alguien podía ayudarle a franquear este lío, era Kevin . De adolescentes, Nicholas había sido el músculo y Kevin el cerebro. Nicholas les dio una paliza a los niños que se reían del flaco Kevin y éste convenció a los profesores de que no le castigaran.
Desde entonces, Nicholas había cultivado su cerebro (un poco) y Kevin había desarrollado sus músculos. Pero había hábitos que nunca morían.
—Primero, déjame recapitular. —Kevin se acarició la barba de dos días de la barbilla.
—Te has follado a una empleada…
—No hables así de ella —se encontró gruñendo.
Kevin parpadeó.
—Entonces ¿no te la has follado?
—No, no me la follé. Hice… dormí con ella. —Casi dijo hice el amor, pero se las arregló para detenerse a tiempo. Eso no era lo que ellos habían hecho.
—Vale. Dormiste con ella y ahora busca una novia para no caer en la tentación de volver a foll…. uh, dormir con (_TN) de nuevo.
—Sí.
—Bien, es oficial. Eres tonto del culo.
—¿Por qué? —Se levantó, se apresuró a ir hacía la amplia ventana y miró hacia abajo, al corazón de la ciudad. Edificios altos. Calles anchas. Algunas personas paseando por las aceras.
—¿No sabes nada de las mujeres? No he tenido una cita en mucho tiempo, pero aún así puedo decirte que vas directamente en busca de problemas. Si sales con alguien ahora, sólo la estarás usando. Ella saldrá herida y (_TN) te verá como el patético y babeante idiota que eres y… ¿Eso son marcas de mordiscos en tu cuello?
Nicholas sintió que le ardían las mejillas. ¡Ruborizándose como una maldita colegiala! Se restregó el cuello, deseando que las marcas simplemente se desvanecieran.
—No cambies de tema. Me estabas llamando patético y babeante idiota.
Los ojos de Kevin se abrieron como platos.
—¡Dulce Cristo, lo son! —dijo con una sonrisa.
Derrotado, Nicholas deshizo el camino hasta el sofá. Se tumbó y miró al techo.
—Tu humor está fuera de lugar.
—No, no lo está.
—Sí, lo está.
—No, no lo está
—Sí, joder, lo está.
Kevin resopló.
—Nunca te he visto tan alterado por una mujer. Ni siquiera por Kayla.
Se le hizo el familiar nudo en el estómago cuando escuchó el nombre de su ex esposa. Se había casado con ella cuando había sido joven, estúpido y vulnerable, deseando el felices-para-siempre que sus padres no habían tenido.
Él tampoco lo había conseguido. Al principio, Kayla le había amado. Él lo creía de verdad. Después de todo, la había puesto a prueba con un señuelo y la había superado. Pero un año más tarde, aparentemente sin ninguna razón, su comportamiento entero hacia él cambió. Se volvió retraída, malhumorada, hasta odiosa. Nicholas todavía no tenía claro los motivos; todo lo que sabía era que después de aquellos doce meses en los que ellos habían prometido quererse, honrarse y respetarse, le había dejado por otro hombre.
Y no un hombre cualquiera: su médico de familia. Un hombre que tenía mucha barriga y poco pelo. Él estaba en la misma situación económica que Nicholas , así que nunca entendió, ni siquiera hoy en día, como un hombre de su atractivo había llamado la atención de una belleza como Kayla.
Cuando se lo preguntó, Kayla le dijo:
—No espero que lo entiendas.
Le amo. Él es amable, apacible y… dulce. Cosas que tú nunca has sido y nunca serás. Me hace sentir querida.
Nicholas juró ser todas aquellas cosas para ella. Incluso le suplicó. Joder, le rogó que se quedara con él. Simplemente recordarlo le mortificaba. El orgullo era una putada.
Poco después, Kayla se fue sin mirar jamás hacia atrás. Después de obtener el divorcio, escuchó que se había casado con el feo doctor y ahora tenían dos niños. Pero Nicholas no estaba amargado. Sólo esperaba que ambos se pudrieran en el infierno durante toda la eternidad.
Mujeres… no sabían lo que realmente querían y nunca estaban satisfechas con lo que tenían. Nicholas había aprendido aquella lección muy bien.
Pero luego estaba (_TN). Si ella alguna vez se enamoraba, sospechaba que sería para siempre. Era simplemente demasiado apasionada, demasiado honesta, y ningún amable, apacible y querido doctor sería capaz de hacerle perder la cabeza. Ella le daría a un hombre así un rodillazo en las pelotas.
Aunque Nicholas no quería su amor, todavía quería su pequeño y maduro cuerpo. ¡Si sólo ella le hubiese pedido que se quedara esta mañana!… Aún le molestaba su prisa por deshacerse de él.
—Pareces a punto de asesinar a alguien —dijo Kevin —, interrumpiendo sus pensamientos.
Nicholas parpadeó. Por un momento, se había olvidado dónde y con quién estaba. Miró hacía abajo y vio que con las manos apretaba la tela de los pantalones, liberó el material y se obligó a relajarse.
—¿Por qué no le pides una cita? —sugirió Kevin .
—¿A quién?
—A tu madre, idiota. ¿A quién crees? ¡Dios!, ¿mencioné ya que a veces puedes llegar a ser tonto del culo? Pídele a (_TN) una cita y ahórrate esta angustia mental.
—Tengo dos buenas razones para no pedirle a (_TN) una cita. Primera… —Nicholas levantó un dedo— …diría que no y segunda… —levantó otro dedo— …No quiero salir con ella.
—Gilipolleces. Quieres más que foll… dormir con ella. Quieres pasar tiempo con ella, hablar con ella, reírte con ella y toda esa mierda.
El cuerpo le gritaba en acuerdo tanto como la mente gritaba en negación.
—No, no lo hago.
—Sí, lo haces. Y aquí tienes una noticia de última hora: Eso no es en realidad una mierda, en realidad es… bueno —Kevin pareció melancólico.
—Si tratara de hablar con ella, terminaríamos peleando y gritándonos todo el rato. —Y luego tendrías el sexo más asombroso de tu vida, pensó, intentando desechar el deseo que se desbordaba en su interior.
Kevin agitó una mano en el aire.
—Al parecer, el pelear y gritar os pone calientes.
—No —se quejó Nicholas —, eso es premeditación para el asesinato.
—Tú eres bobo y yo estoy cansado. Mira. La vida es corta y tú estás malgastando la tuya. Nunca sabes cuándo morirá alguien y entonces no podrás verla nunca más. Te lo aseguro.
Nicholas lamentó no poder cubrirse las orejas y bloquear el tono desolado de su amigo.
—Si quieres a (_TN), lucha por ella. Esta podría ser tú única oportunidad. Si ella no está aquí mañana… —Kevin se aclaró la garganta—. Así que deja de tratarla como si fuera un hongo que crece sobre tus zapatos favoritos. Se agradable y te aseguro que ella dejará de odiarte.
Los ojos se estrecharon. Le había dicho que trataba a (_TN) como un trozo de mierda.
—No me mires así —dijo Kevin —. Sabes que la has tratado mal.
—Sí —admitió Nicholas sin una pizca de culpa—, pero a ella le gustó.
—¿Te lo dijo ella o eso es lo que tú crees? Espera. No me contestes. —Kevin sacudió la cabeza con disgusto—. Parecemos mujeres, hablando de problemas como este. Después, me pedirás que te pinte los dedos de los pies o te compre aquel pintalabios que tanto te gusta.
Nicholas le hizo un gesto obsceno con el dedo.
—No soy yo el que lleva un kimono.
Kevin soltó una carcajada.
—Escucha. Estás complicando las cosas. Te acostaste con ella y, quieras admitirlo o no, quieres acostarte con ella de nuevo. Imagina que este es el último día de tu vida y ve a por ella.
Sí, realmente quería acostarse con (_TN) otra vez. Incorrecto. Ella había despertado algo en su interior, una bestia que había estado enjaulada todos estos años.
Había intentado ser amable y apacible con Kayla porque eso es lo que ella había querido, pero él no era ninguna de esas cosas. No realmente. Y a (_TN) parecía gustarle o más bien desearle, tal y como era.
Las dos mujeres eran diferentes en todos los sentidos, reflexionó. Kayla había sido toda sonrisa, una mariposa social que revoloteaba de fiesta en fiesta. Ella sonreía incluso cuando estaba enfadada. Bueno, te sonreía en la cara mientras te clavaba un cuchillo en la espalda. A (_TN) parecía importarle un bledo el ámbito social. Lo más probable es que ella te tirara al suelo antes que sonreírte. Ella siempre decía lo que pensaba, sin importar lo brusca que fuera su opinión.
Kayla le había frustrado como el infierno. (_TN)… le encantaba.
—Gracias —le dijo a Kevin , poniéndose de pie.
—En cuanto quieras. Excepto por las mañanas. Y quizás por la noche tampoco.
—Que gracioso. —Caminó a zancadas por el pasillo y sacó las llaves del bolsillo. El consejo de Kevin le daba vueltas en la cabeza. ¿Debería apartar a (_TN) de su vida tal y como ella parecía querer… o intentaba algo con ella antes de que fuera demasiado tarde?
A unos pasos de su puerta, Nicholas se detuvo y apoyó la frente contra la fría pared. El hecho de que (_TN) fuera su empleada no había importado anoche. Pero si hacía algún movimiento hacía ella, lo más probable es que (_TN) le rechazara. Sería humillante, dejarle saber su perverso deseo por ella cuando ella no sentía lo mismo.
¿Por qué tenía que ser tan sexy?
¿Por qué tenía su cuerpo que ser tan receptivo al suyo?
¡Maldición! Necesitaba hacer algo, cualquier cosa para conseguir sacarla de la mente hasta que se le ocurriera algo. La oficina estaba cerrada los domingos, así que no tendría nada que le mantuviera ocupado si iba allí. Tal vez Kevin se equivocaba. Tal vez, en realidad, tenía que prestar atención a otra mujer. Podría buscar a una mujer que quisiera ser usada.
De pronto, decidió hacer justo eso y Nicholas abrió la puerta y se dirigió a zancadas hacía la cocina. Era moderna, en su mayor parte plateada, y lo más seguro es que (_TN) quisiera pintarla de beige.
Recogió el teléfono y marcó el número de una antigua amante. Ella vivía en Dallas, pero haría el viaje de tres horas para verla si hacía falta. Les gustó el sexo y luego se dijeron adiós con facilidad. Sin lágrimas. Sin “te amo”.
Ella contestó, pero su voz no era la de (_TN). Su determinación murió.
—Lo siento, me he equivocado de número —dijo y colgó. ¡Maldito infierno sangriento!
Lo intentó de nuevo con otra mujer con la que había salido a cenar hacía unas semanas, esperando terminar con su depresión. Ella no estaba y no dejó ningún mensaje. De todas formas, no podía encontrar ni una sola onza de entusiasmo por ella tampoco.
Parecía que sólo (_TN) podía.
¿Cómo te metiste en este lío? Primero hiciste todo lo que estaba en tu mano para conseguir que (_TN) te odiara, luego te acostaste con ella y ahora estas pensando en salir con ella.
Jamás iba en serio, se recordó. Prefería las relaciones cortas, sin ataduras, donde cada uno sabía las reglas del juego y ninguno quería nada más que vivir el momento. (_TN), obviamente, era tan cínica y desconfiada en las relaciones como él lo era, así que lo más seguro es que no quisiera nada serio tampoco. Tal vez podrían seguir acostándose juntos, sin emociones de por medio, sin ataduras.
«La vida es corta», había dicho Kevin . «Vive este día como si fuera el último».
Nicholas caminó hasta la nevera y vertió en un vaso zumo de manzana. Cogió dos analgésicos y se los tragó con el frío líquido. La resacaba le nublaba la mente. Seguramente esa era la razón de sus estúpidos pensamientos, los deseos estúpidos y las estúpidas ansias. (_TN). En su cama. Desnuda. Ahora. Grrr.
Aun así, miró el teléfono otra vez. Con resaca o sin ella, todavía deseaba a la mujer. No había forma de negarlo. Empleada o no. Con reglas o sin ellas. No deseaba a nadie más. Profundamente en su interior, sabía que sólo la desearía a ella y eso le asustó. Él había admitido su temor antes, pero no lo había enfrentado. Si realmente lo enfrentaba, le daría poder a (_TN) sobre él y odiaba, odiaba darle a una mujer cualquier tipo de poder. Se aprovechaban de ellos. Lo extorsionaban. Y aún así…
Deseaba a (_TN).
Vas a hacerlo, sabes que lo harás. Sí, lo haría. No pierdas más el tiempo. Iba a proponerle una relación sexual. En el trabajo, serían jefe y empleada, nada más. Pero fuera de él, cuando alguno de ellos tuviera necesidades, podría echarse una mano el uno al otro. Amigos (o algo así) con ciertos beneficios.
Si (_TN) estaba de acuerdo… tenía que conseguir que lo estuviera. Se volvería loco si no era así.
Preparado para verla, y comenzar, agarró las llaves y cruzó la puerta, sonriendo ampliamente por primera vez esa mañana.
Y se había olvidado de comprobar si la marca de nacimiento en el trasero de (_TN) se había borrado u oscurecido. Eso sí que lo lamentaba.
Oh, sí. Le había gustado hacer el amor con (_TN). Duro y salvaje, sin inhibiciones, sin guardarse nada, sexo loco. Y aún así, ella se había mostrado tan dulce, tan inocente, una combinación de profesora de catequesis y gatita sexual que él había admirado la primera vez que se encontraron. En este instante, podía olerla. Jabón y mujer. Su mujer… no, fuera esos pensamientos. Pero…
Volvía a ansiar otra muestra. De hecho, la boca se le hacía agua por ello.
Con la grava crujiendo bajo los neumáticos, el taxi paró en su lugar de destino. El misterioso edificio parecía abandonado; no había nadie en el parking ni tráfico cerca.
Nicholas pagó al conductor y bajó del coche, (_TN) le siguió y salió por el otro lado. El taxi arrancó y se alejó a toda velocidad. De repente, estaban solos. De nuevo. No era algo bueno para ellos. Se quedaron parados de pie durante varios incómodos segundos, sin acercarse el uno al otro, el único ruido entre ellos el ocasional piar de un pájaro o el apacible balanceo del viento.
—Bueno —dijo (_TN)—. ¡Adiós! Caminó hacía el coche, sólo a unos pasos de su Jaguar.
—¡Adiós! —dijo él de manera cortante y caminó a zancadas hasta la puerta del conductor.
Cuando estuvieron al lado de sus coches, se enfrentaron. Ella observó algo más allá de su hombro. El sol la acariciaba amorosamente. Era impresionante. No llevaba maquillaje pero aún así parecía más bonita que nunca. Las mejillas estaban sonrojadas y los ojos le brillaban, los párpados pesados, saciados.
—Te daría las gracias por la pasada noche —dijo ella, repitiendo sus palabras de antes—, pero ambos sabemos que sería mentira.
La pasada noche… Nicholas no podía dejar de imaginarla como había sido. Tentadora, seductora, apasionada. Desnuda entre sus brazos, había cobrado vida. Había estado húmeda, caliente y durante varias horas, ella había sido el centro de su universo. Sólo ella había existido.
Anoche, parecía que le había dado una lista a Dios y el gran tipo le había concedido cada uno de sus deseos. Pezones que sabían a bayas… concedido. Piernas largas y contorneadas que se abrigaran a su alrededor con fuerza… concedido. Un sedoso pelo que se enredara en sus dedos… concedido. Una fragancia que despertara a la bestia en su interior… concedido. Paredes interiores femeninas que exprimieran y chuparan su polla… concedido.
—Bueno, ¡adiós! De nuevo. —Palmeó las llaves y se meció sobre los talones.
—Sí, ¡adiós!
Pero no estaba listo para dejarla. Las cosas habían acabado mal entre ellos y quería suavizarlas. Una parte de él deseaba que ellos se hubieran despertado abrazados el uno al otro, se hubieran reído, hablado, reído otra vez y luego hubieran hecho el amor de nuevo. Quizás más lento esta vez, más despacio.
Ella quiere olvidar lo que pasó, idiota. Déjala ir. Pero era duro, muy duro.
(_TN) se aclaró la garganta.
—Creo que también deberíamos olvidar lo de la apuesta. Estamos en paz, no nos debemos ningún dinero.
—Buena idea.
Ella bajó la vista a los pies.
—Bueno.
Él no respondió, porque las palabras que quería decir no eran las palabras que debería decir.
—Bien, entonces. ¡Adiós! Pero esta vez de verdad. —Ella se deslizó en su coche.
Él hizo lo mismo, pero esperó a que ella se hubiera alejado un poco para encender el motor.
—¡Maldita sea! —golpeó el volante con un puño.
Ya quería ir tras ella.
Pero se obligó a poner el coche en movimiento, conduciendo en dirección opuesta a la de (_TN). Con una mano en el volante, un codo apoyado en la puerta y la cabeza descansando en la palma abierta, Nicholas suspiró. Le hería en el orgullo que ella le hubiera echado a patadas esta mañana. También hería su orgullo que quisiera olvidar su noche juntos, una noche que él jamás sería capaz de borrar de la mente.
Sobre todo, hería su orgullo que hubiera querido empezar de nuevo y ella no. «Probablemente no deberíamos hablar de esto», habían sido sus primeras palabras. Había desesperación en su voz, como si temiera que él pudiera mencionarlo.
La pasada noche debería habérsela sacado del sistema, pero ahora la deseaba más que antes. Le dio otro puñetazo al volante. ¿No se suponía que las mujeres se volvían todo dulzura y suavidad después del sexo? Hasta ahora, (_TN) había demostrado ser diferente al resto de las mujeres que había conocido.
Necesitaba un hobby, algo además de trabajar y pensar en (_TN). El póker ya no lo haría; sólo pensaría en (_TN) y en cuánto le gustaría jugar con ella. Tal vez empezaría a cultivar un huerto o a hacer punto o alguna otra mierda así. Estaba actuando como una mujer, queriendo más de lo que su compañero estaba dispuesto a dar, así que entonces también podría tener un hobby de mujer.
Desalentado, Nicholas salió de la carretera y dio la vuelta a la vía de acceso que conducía a su apartamento. Otras dos vueltas y un bloque más allá y el edificio quedó a la vista. Un edificio de estuco blanco y marrón, caro, prístino, con ventanales sobre cada planta. (_TN) apreciaría la coordinación de color del lugar, pensó, luego frunció el ceño. Deja de pensar en ella, idiota.
Tal vez, simplemente, necesitaba una novia. Ya había pensado en acostarse con alguien más, pero quizás necesitaba una auténtica relación para protegerse de (_TN). Una mujer suave y femenina en la que podría perderse a sí mismo y en incontables ocasiones, hasta que olvidara todo lo demás.
Nah, ninguna relación. Era demasiado drástico. Las relaciones estaban muy cerca del matrimonio y él jamás quería volver a vivir aquel desastre de nuevo.
No saludó ni habló con nadie de los que pululaban por ahí mientras caminaba a zancadas hacía su apartamento, donde se duchó, afligiéndose de la pérdida del olor de (_TN) sobre la piel, se cambió y se marchó otra vez. Si se quedaba, se dormiría. La cabeza aún le dolía, pero no quería acostarse. Si dormía, soñaría con (_TN).
Quería a aquella mujer fuera de la mente. Por fin. De una vez por todas.
Kevin vivía sólo pasillo abajo, así que allí fue. Si alguien podía distraerle, ese era Kevin . Su mejor amigo contestó al segundo golpe. Kevin llevaba un kimono rojo… de entre todas las cosas. Su pelo estaba de punta y las marcas de sueño estropeaban su cara.
—¿Ahora llevas ropa de mujer? —Le saludó Nicholas .
—Es para hombres, imbécil. ¿Y quieres decirme por qué me despiertas a las diez de la mañana? —preguntó Kevin con un bostezo—. Es de bárbaros.
Nicholas le rozó al pasar frente a él. Como Nicholas , Kevin sólo llevaba en La Ciudad de Oklahoma unas semanas, pero a diferencia de él, ya había desempacado y su apartamento estaba perfectamente decorado. Cuadros enmarcados de su esposa, Clara, cubrían las paredes, su sencilla y feliz cara sonriéndole en todos ellos. Había muerto hacía dos años pero Kevin todavía no lo había superado. Quizás no lo hiciera nunca. Los dos habían estado casados durante cuatro años y Clara confió completamente en Kevin para que hiciera su trabajo y no la engañara. Y no lo había hecho. Ni una sola vez.
Habían estado enamorados. Amor verdadero.
Nicholas jamás tuvo eso con Kayla, su ex esposa. Ella se había marchado y él quería dejarla atrás por el bien de su orgullo. No porque la echara de menos o no pudiera vivir sin ella. Lo que sentía por (_TN) era más intenso que lo que alguna vez había sentido por su esposa.
Eso le asustaba. Había un montón de jodidas cosas que le asustaban últimamente. ¡Niño grande!
Él deslizó la vista sobre el lujoso mobiliario, notando por primera vez que cada uno era de diferente color. El azul marino del sofá. El rojo oscuro de los sillones. El verde de la mesita del café. ¿Qué diría (_TN) de este lugar?
Apretó la mandíbula.
—La he fastidiado —dijo. Pasándose una mano por la cara, se dejó caer sobre el sofá.
Cuando Kevin se sentó frente a él, Nicholas le contó toda la historia. El club, (_TN), la bebida, el sexo. El increíble sexo. La cara de Kevin mostró preocupación, luego entretenimiento y después incredulidad. Unas veces incluso murmuró:
—Tú eres tonto.
—¿Qué debo hacer? —preguntó Nicholas , torturado. Si alguien podía ayudarle a franquear este lío, era Kevin . De adolescentes, Nicholas había sido el músculo y Kevin el cerebro. Nicholas les dio una paliza a los niños que se reían del flaco Kevin y éste convenció a los profesores de que no le castigaran.
Desde entonces, Nicholas había cultivado su cerebro (un poco) y Kevin había desarrollado sus músculos. Pero había hábitos que nunca morían.
—Primero, déjame recapitular. —Kevin se acarició la barba de dos días de la barbilla.
—Te has follado a una empleada…
—No hables así de ella —se encontró gruñendo.
Kevin parpadeó.
—Entonces ¿no te la has follado?
—No, no me la follé. Hice… dormí con ella. —Casi dijo hice el amor, pero se las arregló para detenerse a tiempo. Eso no era lo que ellos habían hecho.
—Vale. Dormiste con ella y ahora busca una novia para no caer en la tentación de volver a foll…. uh, dormir con (_TN) de nuevo.
—Sí.
—Bien, es oficial. Eres tonto del culo.
—¿Por qué? —Se levantó, se apresuró a ir hacía la amplia ventana y miró hacia abajo, al corazón de la ciudad. Edificios altos. Calles anchas. Algunas personas paseando por las aceras.
—¿No sabes nada de las mujeres? No he tenido una cita en mucho tiempo, pero aún así puedo decirte que vas directamente en busca de problemas. Si sales con alguien ahora, sólo la estarás usando. Ella saldrá herida y (_TN) te verá como el patético y babeante idiota que eres y… ¿Eso son marcas de mordiscos en tu cuello?
Nicholas sintió que le ardían las mejillas. ¡Ruborizándose como una maldita colegiala! Se restregó el cuello, deseando que las marcas simplemente se desvanecieran.
—No cambies de tema. Me estabas llamando patético y babeante idiota.
Los ojos de Kevin se abrieron como platos.
—¡Dulce Cristo, lo son! —dijo con una sonrisa.
Derrotado, Nicholas deshizo el camino hasta el sofá. Se tumbó y miró al techo.
—Tu humor está fuera de lugar.
—No, no lo está.
—Sí, lo está.
—No, no lo está
—Sí, joder, lo está.
Kevin resopló.
—Nunca te he visto tan alterado por una mujer. Ni siquiera por Kayla.
Se le hizo el familiar nudo en el estómago cuando escuchó el nombre de su ex esposa. Se había casado con ella cuando había sido joven, estúpido y vulnerable, deseando el felices-para-siempre que sus padres no habían tenido.
Él tampoco lo había conseguido. Al principio, Kayla le había amado. Él lo creía de verdad. Después de todo, la había puesto a prueba con un señuelo y la había superado. Pero un año más tarde, aparentemente sin ninguna razón, su comportamiento entero hacia él cambió. Se volvió retraída, malhumorada, hasta odiosa. Nicholas todavía no tenía claro los motivos; todo lo que sabía era que después de aquellos doce meses en los que ellos habían prometido quererse, honrarse y respetarse, le había dejado por otro hombre.
Y no un hombre cualquiera: su médico de familia. Un hombre que tenía mucha barriga y poco pelo. Él estaba en la misma situación económica que Nicholas , así que nunca entendió, ni siquiera hoy en día, como un hombre de su atractivo había llamado la atención de una belleza como Kayla.
Cuando se lo preguntó, Kayla le dijo:
—No espero que lo entiendas.
Le amo. Él es amable, apacible y… dulce. Cosas que tú nunca has sido y nunca serás. Me hace sentir querida.
Nicholas juró ser todas aquellas cosas para ella. Incluso le suplicó. Joder, le rogó que se quedara con él. Simplemente recordarlo le mortificaba. El orgullo era una putada.
Poco después, Kayla se fue sin mirar jamás hacia atrás. Después de obtener el divorcio, escuchó que se había casado con el feo doctor y ahora tenían dos niños. Pero Nicholas no estaba amargado. Sólo esperaba que ambos se pudrieran en el infierno durante toda la eternidad.
Mujeres… no sabían lo que realmente querían y nunca estaban satisfechas con lo que tenían. Nicholas había aprendido aquella lección muy bien.
Pero luego estaba (_TN). Si ella alguna vez se enamoraba, sospechaba que sería para siempre. Era simplemente demasiado apasionada, demasiado honesta, y ningún amable, apacible y querido doctor sería capaz de hacerle perder la cabeza. Ella le daría a un hombre así un rodillazo en las pelotas.
Aunque Nicholas no quería su amor, todavía quería su pequeño y maduro cuerpo. ¡Si sólo ella le hubiese pedido que se quedara esta mañana!… Aún le molestaba su prisa por deshacerse de él.
—Pareces a punto de asesinar a alguien —dijo Kevin —, interrumpiendo sus pensamientos.
Nicholas parpadeó. Por un momento, se había olvidado dónde y con quién estaba. Miró hacía abajo y vio que con las manos apretaba la tela de los pantalones, liberó el material y se obligó a relajarse.
—¿Por qué no le pides una cita? —sugirió Kevin .
—¿A quién?
—A tu madre, idiota. ¿A quién crees? ¡Dios!, ¿mencioné ya que a veces puedes llegar a ser tonto del culo? Pídele a (_TN) una cita y ahórrate esta angustia mental.
—Tengo dos buenas razones para no pedirle a (_TN) una cita. Primera… —Nicholas levantó un dedo— …diría que no y segunda… —levantó otro dedo— …No quiero salir con ella.
—Gilipolleces. Quieres más que foll… dormir con ella. Quieres pasar tiempo con ella, hablar con ella, reírte con ella y toda esa mierda.
El cuerpo le gritaba en acuerdo tanto como la mente gritaba en negación.
—No, no lo hago.
—Sí, lo haces. Y aquí tienes una noticia de última hora: Eso no es en realidad una mierda, en realidad es… bueno —Kevin pareció melancólico.
—Si tratara de hablar con ella, terminaríamos peleando y gritándonos todo el rato. —Y luego tendrías el sexo más asombroso de tu vida, pensó, intentando desechar el deseo que se desbordaba en su interior.
Kevin agitó una mano en el aire.
—Al parecer, el pelear y gritar os pone calientes.
—No —se quejó Nicholas —, eso es premeditación para el asesinato.
—Tú eres bobo y yo estoy cansado. Mira. La vida es corta y tú estás malgastando la tuya. Nunca sabes cuándo morirá alguien y entonces no podrás verla nunca más. Te lo aseguro.
Nicholas lamentó no poder cubrirse las orejas y bloquear el tono desolado de su amigo.
—Si quieres a (_TN), lucha por ella. Esta podría ser tú única oportunidad. Si ella no está aquí mañana… —Kevin se aclaró la garganta—. Así que deja de tratarla como si fuera un hongo que crece sobre tus zapatos favoritos. Se agradable y te aseguro que ella dejará de odiarte.
Los ojos se estrecharon. Le había dicho que trataba a (_TN) como un trozo de mierda.
—No me mires así —dijo Kevin —. Sabes que la has tratado mal.
—Sí —admitió Nicholas sin una pizca de culpa—, pero a ella le gustó.
—¿Te lo dijo ella o eso es lo que tú crees? Espera. No me contestes. —Kevin sacudió la cabeza con disgusto—. Parecemos mujeres, hablando de problemas como este. Después, me pedirás que te pinte los dedos de los pies o te compre aquel pintalabios que tanto te gusta.
Nicholas le hizo un gesto obsceno con el dedo.
—No soy yo el que lleva un kimono.
Kevin soltó una carcajada.
—Escucha. Estás complicando las cosas. Te acostaste con ella y, quieras admitirlo o no, quieres acostarte con ella de nuevo. Imagina que este es el último día de tu vida y ve a por ella.
Sí, realmente quería acostarse con (_TN) otra vez. Incorrecto. Ella había despertado algo en su interior, una bestia que había estado enjaulada todos estos años.
Había intentado ser amable y apacible con Kayla porque eso es lo que ella había querido, pero él no era ninguna de esas cosas. No realmente. Y a (_TN) parecía gustarle o más bien desearle, tal y como era.
Las dos mujeres eran diferentes en todos los sentidos, reflexionó. Kayla había sido toda sonrisa, una mariposa social que revoloteaba de fiesta en fiesta. Ella sonreía incluso cuando estaba enfadada. Bueno, te sonreía en la cara mientras te clavaba un cuchillo en la espalda. A (_TN) parecía importarle un bledo el ámbito social. Lo más probable es que ella te tirara al suelo antes que sonreírte. Ella siempre decía lo que pensaba, sin importar lo brusca que fuera su opinión.
Kayla le había frustrado como el infierno. (_TN)… le encantaba.
—Gracias —le dijo a Kevin , poniéndose de pie.
—En cuanto quieras. Excepto por las mañanas. Y quizás por la noche tampoco.
—Que gracioso. —Caminó a zancadas por el pasillo y sacó las llaves del bolsillo. El consejo de Kevin le daba vueltas en la cabeza. ¿Debería apartar a (_TN) de su vida tal y como ella parecía querer… o intentaba algo con ella antes de que fuera demasiado tarde?
A unos pasos de su puerta, Nicholas se detuvo y apoyó la frente contra la fría pared. El hecho de que (_TN) fuera su empleada no había importado anoche. Pero si hacía algún movimiento hacía ella, lo más probable es que (_TN) le rechazara. Sería humillante, dejarle saber su perverso deseo por ella cuando ella no sentía lo mismo.
¿Por qué tenía que ser tan sexy?
¿Por qué tenía su cuerpo que ser tan receptivo al suyo?
¡Maldición! Necesitaba hacer algo, cualquier cosa para conseguir sacarla de la mente hasta que se le ocurriera algo. La oficina estaba cerrada los domingos, así que no tendría nada que le mantuviera ocupado si iba allí. Tal vez Kevin se equivocaba. Tal vez, en realidad, tenía que prestar atención a otra mujer. Podría buscar a una mujer que quisiera ser usada.
De pronto, decidió hacer justo eso y Nicholas abrió la puerta y se dirigió a zancadas hacía la cocina. Era moderna, en su mayor parte plateada, y lo más seguro es que (_TN) quisiera pintarla de beige.
Recogió el teléfono y marcó el número de una antigua amante. Ella vivía en Dallas, pero haría el viaje de tres horas para verla si hacía falta. Les gustó el sexo y luego se dijeron adiós con facilidad. Sin lágrimas. Sin “te amo”.
Ella contestó, pero su voz no era la de (_TN). Su determinación murió.
—Lo siento, me he equivocado de número —dijo y colgó. ¡Maldito infierno sangriento!
Lo intentó de nuevo con otra mujer con la que había salido a cenar hacía unas semanas, esperando terminar con su depresión. Ella no estaba y no dejó ningún mensaje. De todas formas, no podía encontrar ni una sola onza de entusiasmo por ella tampoco.
Parecía que sólo (_TN) podía.
¿Cómo te metiste en este lío? Primero hiciste todo lo que estaba en tu mano para conseguir que (_TN) te odiara, luego te acostaste con ella y ahora estas pensando en salir con ella.
Jamás iba en serio, se recordó. Prefería las relaciones cortas, sin ataduras, donde cada uno sabía las reglas del juego y ninguno quería nada más que vivir el momento. (_TN), obviamente, era tan cínica y desconfiada en las relaciones como él lo era, así que lo más seguro es que no quisiera nada serio tampoco. Tal vez podrían seguir acostándose juntos, sin emociones de por medio, sin ataduras.
«La vida es corta», había dicho Kevin . «Vive este día como si fuera el último».
Nicholas caminó hasta la nevera y vertió en un vaso zumo de manzana. Cogió dos analgésicos y se los tragó con el frío líquido. La resacaba le nublaba la mente. Seguramente esa era la razón de sus estúpidos pensamientos, los deseos estúpidos y las estúpidas ansias. (_TN). En su cama. Desnuda. Ahora. Grrr.
Aun así, miró el teléfono otra vez. Con resaca o sin ella, todavía deseaba a la mujer. No había forma de negarlo. Empleada o no. Con reglas o sin ellas. No deseaba a nadie más. Profundamente en su interior, sabía que sólo la desearía a ella y eso le asustó. Él había admitido su temor antes, pero no lo había enfrentado. Si realmente lo enfrentaba, le daría poder a (_TN) sobre él y odiaba, odiaba darle a una mujer cualquier tipo de poder. Se aprovechaban de ellos. Lo extorsionaban. Y aún así…
Deseaba a (_TN).
Vas a hacerlo, sabes que lo harás. Sí, lo haría. No pierdas más el tiempo. Iba a proponerle una relación sexual. En el trabajo, serían jefe y empleada, nada más. Pero fuera de él, cuando alguno de ellos tuviera necesidades, podría echarse una mano el uno al otro. Amigos (o algo así) con ciertos beneficios.
Si (_TN) estaba de acuerdo… tenía que conseguir que lo estuviera. Se volvería loco si no era así.
Preparado para verla, y comenzar, agarró las llaves y cruzó la puerta, sonriendo ampliamente por primera vez esa mañana.
chao chicas q descansen
nos leeremos después
ojala y les alla gustado los 2 capitulos :)
hasta mañana
nos leeremos después
ojala y les alla gustado los 2 capitulos :)
hasta mañana
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
ahhhh estos tontos!!
Se aman pero son tan orgullosos que no lo quieren reconocer!
Siguela!!
Se aman pero son tan orgullosos que no lo quieren reconocer!
Siguela!!
aranzhitha
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
OOOHHH ESOOSSS ME :wut: DESESPERAAANNNNN!!!!!
JAJAJAJAJAJ KEVIN CON KIMOOONOOO!!!
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
AUNQUE SE VE SEXYY!!!!!
PERO Y QUE HARAAAA ___ CUANDO NICK SE LO PROPONGAAAA???
AAAAII CIELOOOOOOSSS!!!
YA QUIEROO LEEERR LO QUE SUCEDERAA
JAJAJAJAJAJ KEVIN CON KIMOOONOOO!!!
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
AUNQUE SE VE SEXYY!!!!!
PERO Y QUE HARAAAA ___ CUANDO NICK SE LO PROPONGAAAA???
AAAAII CIELOOOOOOSSS!!!
YA QUIEROO LEEERR LO QUE SUCEDERAA
chelis
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
madre santisima!! como la dejas asi??
hahaha por dios mori con Nick y Kevin
hahaha como dijo Kev parecian chicas haha
ame esto:
Tal vez empezaría a cultivar un huerto o a hacer punto o alguna otra mierda así.
hahahahhah hay Nick...
esa Kayla que le pasa?? oshhh pobre de mi Nicholas
y tambien de Kev awww :/
ohh dios Nick se lo pedira?? que intriga!!
hahaha tienes razon son demasiado testarudos
siguela pronto porfis!!
hahaha por dios mori con Nick y Kevin
hahaha como dijo Kev parecian chicas haha
ame esto:
Tal vez empezaría a cultivar un huerto o a hacer punto o alguna otra mierda así.
hahahahhah hay Nick...
esa Kayla que le pasa?? oshhh pobre de mi Nicholas
y tambien de Kev awww :/
ohh dios Nick se lo pedira?? que intriga!!
hahaha tienes razon son demasiado testarudos
siguela pronto porfis!!
DanieladeJonas
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
bastante interesante la proposicion que le va a hacer nick a la rayis ..
y mas le vale aceptar que si no la mato ..
y apesar de todo .. los pensamientos de nick .. son mas que momentos lujuriosos con ella ..
en verdad ya la quiere ... solo que no se da cuenta :P
y kevo ... me dio una lastima ... debe haber amado mucho a su esposa...
que shit que halla muerto :(
ameee los capis !
siiguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
bastante interesante la proposicion que le va a hacer nick a la rayis ..
y mas le vale aceptar que si no la mato ..
y apesar de todo .. los pensamientos de nick .. son mas que momentos lujuriosos con ella ..
en verdad ya la quiere ... solo que no se da cuenta :P
y kevo ... me dio una lastima ... debe haber amado mucho a su esposa...
que shit que halla muerto :(
ameee los capis !
siiguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Ciin :)
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
Ahh obio que me gustaron los ame y maldita sea es desesperante saber que se sienten asi y no hacer nada jjaja seguilaaa!!! Me muero por saber masss!!!
Seguilaaa!!... Besos y abrazos..!!!!!<3
Seguilaaa!!... Besos y abrazos..!!!!!<3
SmileJonas
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
Nueva Lectora!
Siguela pronto, ya quiero el siguiente capitulo...
cuidate ;)
Siguela pronto, ya quiero el siguiente capitulo...
cuidate ;)
silvy94
Página 14 de 30. • 1 ... 8 ... 13, 14, 15 ... 22 ... 30
Temas similares
» Atrapa a tu pareja [Harry y tu]
» Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
» Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
» Crash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
» Memorias de una vampiresa (Nicholas Jonas) Terminada
» Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
» Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
» Crash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
» Memorias de una vampiresa (Nicholas Jonas) Terminada
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 14 de 30.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.