Bizarre Love Triangle (Niall Horan y tú) TERMINADA.

Bien, llegó el día, ¿el final o seguiré? No quiero perder a mi padre, es la única familia que me queda. Quisiera un consejo de mi hermana, ella tenía una respuesta para todo y me apoyaba.

Me levanté y tomé una larga ducha, lavaba mi cabello y pensaba ¿podré lograrlo? O sea, ¿podré convencerlo? Todas estas preguntas pasaban por mi mente estos dos días estaba muy distraída pensando en esto. Terminé de lavarme el cabello y me coloqué el acondicionador. -“Nunca dejes que nadie te diga que no puedes seguir tu sueños.”- Me dije a mi misma recordando lo que me había dicho mi madre, creo que, este no es un buen momento para hablar de mi madre… aunque tiene razón.

Salí de la ducha, me cepillé los dientes y lavé mi cara, estaba un poco pálida y eso que mi padre ni siquiera viene en camino. Salí, me coloqué algo cómodo y bajé a desayunar.

-Huele delicioso- dije entrando con una sonrisa los chicos estaban haciendo el desayuno, unas tostadas con tocino y huevos revueltos, acompañando con jugo de naranja.
-Tome asiento señora- dice Louis señalando la silla con un tono divertido, los chicos voltearon y comenzaron a reír.
-Muchas gracias mi señor- dije mientras hacía una reverencia, comenzamos a reír y luego lo golpeé.
-Auch- se quejó mientras sobaba su brazo.
-Exagerado- dije mientras me terminaba de sentar.
-Buenos días- dice Niall mientras me daba un beso en la mejilla.
-Hola- le dije con una sonrisa. Niall se sentó a mi lado.
-¿Lista?- preguntó. Ya sé a que se refería.
-En realidad no- dije en susurro.
-Claro que sí- dijo mientras me abrazaba.

Los chicos sirvieron el desayuno y comenzamos a comer, en realidad esto estaba delicioso, Liam hacía unos deliciosos huevos, sé que tiene un secreto. Como cosa rara, Zayn agarró la cuchara, colocó un poco de huevo y con el impulso del dedo se lo lanzó a Harry.

-Oh no, ¿es en serio?- pregunté riendo nerviosa. Esto siempre es el inicio de una…
-¡Guerra de comida!- gritó Louis. Lo sabía. Hice un movimiento rápido y me escondí debajo de la mesa.

Vi como huevo caía por la puerta, un poco de mermelada escurrida en la nevera, las tostadas caía por todas partes y tocino por todas partes. Por Dios, que desperdicio de comida.

-¡Basta!- dije mientras salía - ¿Cómo van a desperdiciar toda esta comida?- dije mientras recogía las tostadas- es para comer, esto es oro- dije riendo.

Los chicos estaban llenos de mermelada y huevo, se veían graciosos. Se miraron y comenzaron a reír.

-Ni se les ocurra- dije señalándolos amenazadoramente mientras me alejaba.
-¡Abrazo!- gritó Harry. Liam me sujetó y luego todos los chicos me abrazaron.
-¡No! Estoy limpia- gritaba mientras reía, pero ya era tarde, estaba llena de mermelada de fresa y uva.
-Listo- dijo Zayn con una sonrisa triunfante.
-Bien, bien, ganaron- dije mientras me alejaba poco a poco – Pero…- dije dándoles la espalda- ustedes limpiarán todo- dije volteando a verlos y luego dándoles la espalda de nuevo. Escuché como se quejaron y reí a carcajadas.

-Lo pagarás Geller- gritó Niall.
-No lo creo Horan- dije mientras terminaba de subir las escaleras.

Me lavé, me cambié y salí al balcón con mi guitarra. Comencé a tocar, oh Dios, como amo la música, cerré los ojos y respiré, suspiré y miré al cielo, le dediqué una sonrisa. La música es mi vida, y si él no puede entenderlo, allá él, no logrará que me separe de ella.

Me interrumpió el sonido de mi celular, era mi padre.

*Conversación por celular*

-Hola papá- contesté.
-Hola ___, ya subiré al avión, en 45 min estoy en Londres- me indicó mi padre.
-Ok, entonces en 45 min voy allá a buscarte- dije mientras me sentaba en mi cama.
-Exacto, bueno, ya voy abordar, nos vemos- colgó.

*Fin de la llamada*

Ni un “te quiero” o ningún “te extraño” o “ya quiero verte” así es, mi padre es la personas mas fría y seca del mundo.

Dejé el celular en mi cama y me comencé a mirar mi cuarto, no era un cuarto fuera de lo común, era normal, en las paredes habían algunos afiches de bandas y cantantes, detrás de la puerta había un clavo donde colocaba mis bufandas y correas, al lado de la puerta había un enorme mueble con muchas gavetas, ahí guardo mis libros y mi ropa interior, y encima, en la parte de a fuera había algunos libros que me faltaba leer y una lámpara de lava, me encantan. Tenía dos mesas de noche, en una había una lámpara y en la otra tenía dos fotos, una salíamos mi hermana y yo, y en la otra estábamos los cuatro en la playa, mi padre, mi madre, mi hermana y yo.

Un cuarto sencillo, pero jamás lo olvidaré, aquí pasaron muchas locuras, como cuando Iva se quedaba y no dormíamos de tanto que hablábamos, o cuando Louis entró e hizo un desastre con toda mi ropa, la regó por todo mi cuarto y hasta se la ponía, o también cuando Zayn rompió mi regadera, ya que la suya se había dañado y le dije se bañara en la mía – mala idea- y Liam robaba los dulces que tenía, y Harry agarraba mi cepillo de peinar ya que decía que ese cepillo era mágico, y cuando Niall entraba cuando sabía que algo andaba mal. Miles de recuerdos tendré en este lugar, jamás lo olvidaré.
Suspiré y me acosté un rato en mi cama, no me di cuenta y cerré los ojos poco a poco, me quedé dormida.





Después de minutos me desperté, faltaba poco para que mi padre llegara, es el momento. Me levanté y me coloqué un conjunto deportivo y unos tennis, agarré mis llaves y bajé.
-¿A dónde vas?- preguntó Niall. Solo lo miré y salí, sé que iba a entender la seña.
Encendí mi auto y fui camino al aeropuerto. No estaba planeando la conversación que iba a tener con mi padre, solo, dejaré que salga lo que tengo que decir, es mejor sacarlo y ya, las cosas planeadas no se me hacen muy bien. Encendí la radio para ver que tal y escuché la noticia de el concierto de los chicos, solo dos semanas y vuelven al escenario, si Dios quiere estaré con ellos – y espero que así sea-




Después de minutos llegué, estacioné el auto y bajé. Fui a donde mi padre me había indicado, ya faltaba poco para que llegara, me compré un café en una de las tiendas y me senté en las sillas del aeropuerto. Estaba tranquila, mi mente estaba en blanco, hasta que lo vi salir de la puerta con una de sus chaquetas favoritas y una bufanda, hacía un poco de frío. Mi respiración cambió ahora si llega la pregunta ¿qué voy hacer?

-¡____!- dijo mi padre mientras levantaba su mano para verlo. Me acerqué a él y lo abracé.
-Hola papá, te extrañé- dije con una sonrisa.
-Yo también hija- dijo mientras se apartaba de mí. Caminamos para buscar su equipaje.
-Entonces…- dijo mientras agarraba su maleta- ¿qué hay de nuevo?- preguntó interesado. No iba a contestarle “oh bueno, cantaré para una banda y no iré a la universidad, perderé la beca mientras estoy cantando por todo el mundo”
-Bueno… nada nuevo- dije mientras agarraba otra maleta y nos íbamos. Íbamos camino al auto, estábamos metiendo las maletas en el maletero.

Muy bien, muy bien, ¿cómo comienzo? Será que ¿primero le digo que escuche a los chicos o…

-____- dijo mi padre mientras se sentaba en el asiento de copiloto – estás muy distraída, ¿pasa algo?- preguntó mientras encendía el auto.
-No es solo que…- dije mientras retrocedía e iba en camino- te extrañé- dije nerviosa.

No contestó, solo rió y encendió la radio, y da la casualidad que una canción de los chicos estaba sonando. Estaba sonando su canción mas escuchada, What Makes You Beautiful, no lo sé pero papá comenzó a… ¿bailar? No pude evitar reír.

-¿Qué sucede?- preguntó mi padre.
-¿Estás bailando?- pregunté riendo.
-La canción es pegajosa, ya la he escuchado- me explicó.
-¿La has escuchado antes?- pregunté dudosa.
-Sí, las hijas de un señor con que trabajé adoran a esos chicos- me explicó. Bueno, al menos sabe quienes son.

Después de minutos llegamos a casa, bajamos todo y entramos. Papá dejó las maletas en la sala y fue a la cocina, pero antes de que entrara…

-Papá…- dije nerviosa- tengo que hablar contigo…-