Ballads&Hits [OneDirection] 1ra Parte {Terminada}

He estado tomando antidepresivos y tranquilizantes desde hace unas semanas. Después de desmayarme, fui llevada al hospital de inmediato. Debido al estrés, los ataques de pánico, los llantos, el shock, más la mal nutrición que he tenido estos días, mi cuerpo estaba sobrecargado y mi mente estaba agotada. Me dieron una semana entera para reponerme, obviamente, sin tener que recibir una fuerte emoción sea buena o mala, por lo que no puedo recibir visitas.

Me la pase en mi habitación haciendo los deberes que Louis o Allegra traían, hablando con ellos, mirando una simple película o tocando el piano. Mark también pasa últimamente más tiempo conmigo y me pregunta a cada instante como me encuentro, Regina hizo todas las noches mis platillos preferidos e incluso me deja comer galletas antes de la cena. Todos se están comportando realmente bien conmigo, tratando de animarme y apoyarme en grande. Hasta el domingo por la tarde, cuando el abuelo Tomlinson se entera de lo que me ha sucedido y viene directamente a casa.

Juro que pensé que iba a golpear a mi tío, incluso me grito de que era una tonta por llegar tan tarde a casa y preocupar a mis tíos. No me había alterado como todos suponían, sabía que el abuelo me estaba poniendo a prueba, y en cuanto vio de que yo no estaba siguiéndole el juego, me mando a que tocara algo y a mi abuela a ayudarle a Regina con la cena. Muchos piensan que el abuelo Tommo es malvado e insensible, pero es su forma de protegerse, incluso uno puede ganarle en varias de sus partidas, solo hay que saber cómo. Yo lo sé, no debo dejar que vea que me afecten sus palabras, incluso dejar que me afecten, así solo él me mandara a hacer otra cosa y no seguirá con el tema. Y eso hizo, no toco el tema en toda la noche, cosa que se lo agradezco mucho.

Es lunes por la mañana y, aunque Mark insista en que me quede una semana más, iré al colegio con Allegra y Valerie. Supuse como Zayn y yo habíamos oficialmente terminado, Louis ahora pasaba a recoger a Miranda, le pregunte a Allegra anoche si a Valerie no le molestaría llevarme. Mi hermana me aseguro de que su amiga no tendría ningún problema. Eso espero, no quiero que Valerie se moleste con Allegra, aunque en verdad no creo, ella es una gran chica en todo este tiempo en que llevo tratando con ella, incluso estuvo aquí la noche en que me desmaye para apoyar a mi hermana.

Pongo mi mochila en mi hombro y bajo las escaleras con rapidez, debido a que estoy algo retrasada para el desayuno y Regina me reprochara que no me esté alimentando bien. No es que quiera ser más delgada de lo que soy, sino que cuando estoy deprimida y mal, el hambre no hace acto de presencia o soy yo quien no puede sentirlo. Es raro, pero los doctores les advirtieron a mis tíos de que debo tener una buena dieta balanceada debido a mi condición psicológica.

- Buenos días – murmuro saludándolos con una media sonrisa. Todos me imitan.

- Buenos días, cariño – me sonríe mi tío - ¿Cómo dormiste?

- Bien – respondo y tomo la tostada para después colocarle un poco de mermelada y llevármela a la boca.

- ¿Has estudiado para el examen de hoy? – le pregunta mi tía a Allegra, quien asiente mientras toma de
su taza. - ¿Y tú, Louis?

- Te amo, mami.

- ¡Louis! – le recrimina mi tía y él se echa a reír.

- Si estudie, mama. Allegra me encerró toda la semana en su cuarto para que no pudiera despegar mis ojos del libro.

- Son sus últimos meses en la preparatoria, debes echarle más ganas – se coloca las manos en su cintura y menea la cabeza, dejando balancear su hermoso cabello dorado.

Ahora que lo recuerdo, Regina tiene toda la razón. Louis y Allegra se gradúan este año, pero no solo ellos, también lo harán Niall, Loretto, Miranda, Liam, Valerie y… y Zayn. ¿Qué sucederá el próximo año? ¿Estaré tan sola como lo estuve la mayor parte de mi adolescencia?

Estoy sintiendo una fuerte punzada y me digo a mi misma que debo tranquilizarme para que no me cause ningún ataque y así podría evitar que mi familia se preocupe más.

- Lucy ¿Tienes algún examen hoy? – pregunta Louis sacándome de mis pensamientos.

- Creo que me habías dicho que tenia de Historia, sobre la Segunda Guerra Mundial.

- ¿Estudiaste? – pregunta mi hermana.

- No – frunzo el ceño ¿Por qué iba a estudiar un tema que había estudiado hace dos años atrás y lo sabía a la perfección?

- ¡Lucy! – me reclama ella y Louis se ríe de mí.

- La Segunda Guerra mundial, liderada por Alemania, quien luego se unió con Italia y Japón, fue un conflicto militar que duro comenzó en 1939 y termino en 1945. El primer ataque fue el 1 de Septiembre de ese mismo año con la invasión nazi en Polonia, lo que causo…

- Si, ya entendimos, cerebrito – me para Louis levantando las manos al aire.

- ¡Louis! – le reclama Mark.

- ¿Qué? No es mi culpa que tenga una memoria de calidad extrema – bromea el sonriéndome y no puedo evitar soltar una risita.

- Te ira genial, cielo – dice Regina sonriéndome.

Le sonrió nuevamente y me dispongo a terminar todo mi desayuno para dejarla contenta. Sé que todos están haciendo un esfuerzo para no preguntarme donde estuve, que me sucedió aquel día y como me hace sentir todo, pero no lo hacen, así que lo menos que puedo hacer es hacerles caso en todo sin quejarme. No quería tomar tranquilizantes o antidepresivos, pero me están ayudando. Además, tendré que tomar sesiones con el psiquiatra y me enseñara nuevas maneras de relajación.

No quería ayuda, no quería que nadie me sacara de mi mundo de baladas, y sin darme cuenta, casi ni siquiera estoy dentro de aquel lugar donde tanto me refugie. Ahora estoy con drogas, y eso tampoco es bueno, pero me he vuelto dependiente de la marihuana. Me es imposible sacarle a escondidas a Louis y fumar un porro en las noches, es casi una necesidad hacerlo.

Salgo una vez más de mis pensamientos y me despido de todos cuando Allegra me dice que debemos irnos. Tomo mi saco de negro hasta casi las rodillas y me lo coloco, es bastante elegante y no lo suelo usar nunca, pero me gusta cómo me queda. Me pongo una gorra de lana y mis guantes viejos.

Valerie está con su auto de Volvo de color gris, sonriéndonos y tocándonos bocina cuando pasamos el portón. Seguramente es una forma de saludar a mis tíos o a Louis. Me subo en el asiento de atrás y mi hermana en el adelante, una vez cerrada la puerta, saludo a la mejor amiga de Allegra y le sonrió.

- ¡Hey, Lucy! – dice ella aun sin dejar de sonreír - ¿Estas lista para las pruebas de hoy? Espero que estés lista para esa de… uh ¿Era biología?

- Historia, tonta – contesta Allegra por mí, le sonríe a su amiga y le golpea en el hombro como un gesto juguetón – Vamos, arranca antes de que lleguemos tarde y tengamos que cantarle una canción al viejo para que nos deje entrar.

- No sabes cuánto lo odio – entrecerró los ojos y puso en marcha el auto – El próximo año, Lucy, cuidado con Roberts, el viejo de algebra. Es un maldito pervertido.

- No podre tenerlo – replico frunciendo el ceño – Estoy en algebra avanzada con otro profesor.

- Admiro a tu hermana – le dice a Allegra.

Tardamos unos diez minutos en llegar a la escuela, y cuando llegamos, siento todas las miradas que recaen en mí, pero de todas formas no les doy importancia y me despido de mi hermana y su amiga. Llego a mi casillero y coloco mis libros en mis brazos para la clase de biología. No puedo evitar quedarme mirando mi casillero, donde están las fotos también donde aparecemos Zayn y yo besándonos, abrazándonos, con las manos entrelazadas. Sé que debería arrancarlas y romperlas, pero soy incapaz. Aun lo amo. Realmente, aun lo amo.

Cierro mi casillero y me dirijo hacia el laboratorio, y una vez que llego, me siento en el primer banco del lado de la ventana. Saco mi tarea y la dejo arriba de la mesa para cuando llegue el profesor y por fin entregársela. Pongo mis codos arriba de la mesa y la palma de mi mano en mi mejilla mientras espero que los minutos pasen, y cuando suena el timbre, todos están ocupando sus respectivos lugares y el profesor entra acompañado con una muchacha. Sus ojos son de color azules, los cuales inspeccionan a todos con desconfianza, su cabello es castaño, desmechado y largo. Su estilo es algo así como camisas a cuadros, convers y toda ropa oscura al igual que su maquillaje.

- Buenos días a todos – dice el profesor sonriendo, asienten la mayoría sin ganas – les presento a la nueva compañera, Penny Meyer. Viene de Australia y espero que sea bienvenida por todos ustedes. Por favor, siéntate al lado de… - mira a para todos lados y finalmente, su mirada recae en mí. No lo haría – Al lado de Lucy estará bien – Y lo hizo.

Penny se sienta a mi lado corriendo la banqueta con un poco de brusquedad. Se sienta y pone sus libros en la mesa y solo mira al frente. El profesor comienza a explicar las actividades y da por finalizada que la última será en grupo, por lo que me agrada muy poco. Termino con rapidez las preguntas fáciles que nos hace sobre el nuevo tema y espero a que Penny finalice de responder. Cuando lo hace, me veo obligada a aclarar la garganta para llamar su atención.

- ¿Comenzamos a hacer la actividad en grupo? – le pregunto en un murmuro, lo que hace captar varias miradas en nosotras.

- ¿Por qué nos mira todo el mundo? – dice ella mirando incrédula a todo el mundo.

- Porque estoy hablando contigo – medio sonrió y ella frunce el ceño.

- ¿Y el punto es…?

- No hablo con las personas a no ser que sean mis amigos o mi hermana o mi primo – contesto y decido finalizar la conversación de forma personal – Bien, debemos comenzar con hallar las propiedades de este tipo sistema…

Penny es rápida y al cabo de unos minutos terminamos la actividad. El profesor está encantado porque dice que por fin hay un grupo digno de decirle que puede retirarse antes de clases. Lo hacemos y me voy directamente a mi casillero para sacar mis cosas de algebra y guardar lo de biología.

- ¿Qué fue todo eso? – escucho preguntar a Penny. Frunzo el ceño y veo que está a mi lado – ¿Por qué todo el mundo te mira como si fueras la cosa más rara del planeta?

- Pregúntale a cualquiera que viene aquí – me encojo de hombros y cierro mi casillero – Hasta pronto.

- No se tu nombre – replica mientras sigo caminando. Volteo y le sonrió.

- Lucy Adams.

Quinta hora.

Liam ha aparecido en la cuarta hora y, aunque ninguno de los dos ha dicho nada, solo nos quedamos tocando el piano, sincronizando o dejando que el otro toque y esperar su turno. Realmente me alegra seguir teniéndolo como amigo, de compartir esta pasión por este instrumento que tanto me ha acompañado durante la mayor parte de mi existencia.

Deslizo mis dedos con agilidad sobre las teclas y continuo con la balada mientras Liam me observa, escucha y espera su turno. Cierro mis ojos y me dejo que mis dedos actúen por si solos, permitiendo que todo lo que llevo dentro fluya y se transmita a mis manos.

Al terminar de tocar, saco mis manos de las teclas y me corro un poco las hacia el costado, permitiendo que Liam tenga mejor acceso a las demás teclas sin tocarme, pero él no toca, sino que carraspea intentando llamar mi atención. Miro a mi lado y le sonrió algo tímida, recordando cómo fue la última vez que nos vimos.

- ¿Cómo has estado, Lucy? – pregunta suavemente y me sonríe preocupado.

- Estoy mejorando – susurro – He estado tomando antidepresivos y tranquilizantes. También comenzare mis sesiones con el psiquiatra y, bueno, sigo tocando un poco el piano…

- ¿Enserio estas bien? – insiste borrando su sonrisa.

- Lo estoy, Liam. Tranquilo.

- ¿Entonces por qué estas susurrando como cuando nos conocimos? – suspira y miro hacia abajo. No ha creído mis mentiras como los demás – A mí no tienes que ocultarme nada, Lucy. Soy tu amigo, estoy para ayudarte.

- Lo sé – asiento débilmente – Solo que seguir con mi vida es difícil. Digo ¿Qué sentido tiene? – lo miro a los ojos y dejo escapar algunas lágrimas. Las seco con rapidez – No tengo ningún propósito, Li. Amo a mi familia, amo a mis amigos, a pesar de que no estoy con Zayn, aun lo amo, pero de ahí en más no hay nada que me impulse seguir.

- ¿Sabes? Yo pensaba igual que tu – sonríe con tristeza y veo como sus ojos se cristalizan – Mi abuela iba a estar mucho mejor económicamente sin mí, mis amigos seguirían adelante, Loretto encontraría a una mejor persona que yo. Pero ¿Entonces que sería yo? ¿Un recuerdo lindo y a la vez triste? Yo no quiero ser eso, Lucy.

Por un momento, me veo reflejada en sus ojos. Me veo a mi misma llorando en un rincón de mi cuarto, acostada en la cama en posición fetal, fumando un porro en mi ventana para olvidar todo. Me doy cuenta que tampoco quiero ser un recuerdo. No quiero ser la persona de la foto que este en la mesa de luz de Allegra, que sus hijos pregunten quien es esa persona y ella con tristeza les diga que era lo que alguna vez fue su hermana. No quiero que mis amigos miren hacia atrás y me recuerden como alguien que vivió y ahora no está entre ellos. No quiero ser la ex novia de Zayn que se ha suicidado.

- Tienes razón, Woody – sonrió – Gracias por todo.

- Gracias a ti, Lucy – me devuelve la sonrisa – Has cambiado la vida de la mayoría de todos aquí. Antes Niall no podía acercarse a Valerie de ninguna manera, no podía tener esperanza de que seguiría siendo un vendedor de marihuana; ahora que tiene a la chica que siempre quiso a su lado, está dispuesto a dejar toda la mierda solo por ella. Miranda esta con Louis, ya no tiene que soportar a Eleanor hablar de lo grandioso que es tu primo en la cama porque ella misma lo puede disfrutar – hace una mueca de asco y reímos ante eso – o ya no se emborracha como siempre solía hacerlo. Loretto y yo estamos, aunque no oficialmente, juntos. Y Zayn…

- Creo que ya he visto que he logrado en Zayn – digo con tristeza – Solo problemas y más problemas.

- No – niega con la cabeza – Zayn es un idiota y nunca, pero escúchame bien, nunca nada podrá hacerlo cambiar esa cabezota que tiene. Pero él ha cambiado demasiado por ti, Lucy. Nunca lo olvides.

- De acuerdo, de acuerdo, comisario – levanto las manos en alto y nos reímos ante aquello.

- ¡Hay una serpiente en mi bota! – imita al personaje de Toy Story y me rio a carcajadas igual que el por su mala imitación.

Escucho un fuerte golpe en la puerta, lo que provoca que me deje de reír al igual que Liam, solo que yo si me sobresalto al escuchar el ruido. Veo a un Zayn frunciendo el ceño, con las manos convertidas en puño y totalmente furioso. Camina con rapidez hacia donde está un Liam confundido y lo empuja, haciendo que se golpee con el piano. Me levanto asustada y retrocedo unos pasos, por lo que me siento culpable al no acudir en la ayuda de mi amigo.

- ¡¿Qué estás haciendo, Zayn?! – le grita una vez que se incorpora y se soba la cabeza.

- ¿Estás bien, Liam? – murmuro preocupada y me acerco unos pasos hacia él.

- ¡No te le acerques! – me grita Zayn, lo que hace que me vuelva a sobresaltar - ¿Se puede saber por qué mierda estaban los dos aquí solos? ¡No pensé que no tuvieras códigos después de todo lo que pasamos juntos! – empuja nuevamente a Liam, pero este no tarda en devolverle el empujón.

- ¡Tranquilo, Zayn! ¡No me quiero pelear contigo y no es bueno que Lucy nos vea discutir con su estado!

- ¡Me importa una mierda! – grita y le toma de la camisa, lo que me hace asustarme aún más. Respiro con profundidad y me digo a mi misma que debo hacer algo para separarlos pero ¿Qué hacer? - ¡Jamás pensé que te llegarías a meter con mi propia novia!

Zayn suelta a Liam con brusquedad y le propina un buen puñetazo, pero el castaño no se queda atrás y se la devuelve. Verlos pelear hace que me entren ganas de vomitar y llorar. No quiero verlos pelear por mi culpa, o siquiera eso. Son mejores amigos y han estado en las peores situaciones juntos como para echarlo a perder en alguien tan insignificante como yo.

- ¡No estoy con Lucy, estúpido! – grita Liam limpiándose la sangre de su labio partido – Yo estoy con Loretto ¡Sabes cuánto he esperado una oportunidad así como para desaprovecharla!

- ¡Eres un maldito traidor, imbécil! – exclama Zayn y tiene la intención de golpearlo, pero me meto en el medio para que el no avance – Lucinda, quítate del medio.

- Ya es suficiente, Zayn – aclaro mi garganta y trato de que no suene quebrada, algo que no funciona tan bien.

- ¿Crees que voy a hacerte caso? Córrete ya mismo, no quiero tener que tocar a alguien como tú. Me das asco – dice haciendo un gesto de repugnancia.

“Me das asco.” Se repite una y otra vez en mi cabeza. No puedo evitar llorar sin emitir algún sonido. Recojo mi mochila y me dirijo hacia la salida de la escuela sin importarme la tarea o si me suspenden. Solo puedo pensar en que le doy asco a Zayn ¿Sera por qué dije abiertamente hace una semana que fui tocada por otro hombre? ¿Por qué no estoy limpia? ¿O me echa la culpa de provocar la violación? La psicóloga que asistía me decía que no tenía que sentir la culpa, pues solo era una niña de nueve años como para poder despertar la lujuria en el sexo opuesto ¿O me estaba mintiendo? ¿Enserio tengo la culpa?

- ¡Lucinda! – grita una voz familiar, lo que me hace voltearme.

Zayn se acerca a mí con rapidez y me observa. Siento como pequeñas gotas de agua comienzan a empaparme. Me doy cuenta de repente que estoy a una cuadra de la escuela.

- ¿Dónde te vas? – pregunta en un susurro. Observo que tiene mallugada la mejilla derecha.

- A mi casa – susurro mirado al suelo. El solo se preocupa por mí para no darle a Louis un mal rato.

- ¿Quieres que te lleve?

Niego con la cabeza y agito la mano en forma de despedida, pero el sujeta mi brazo impidiéndome que siguiera avanzando. Sus palabras vuelven a mi mente y sacudo con brusquedad mi brazo liberándome de su agarre. Yo le doy asco ¿Por qué me toca entonces? Aunque no puedo negar que su tacto es lo que más he extrañado estos últimos días, lo he extrañado más que nada en el mundo.

- ¿Tienes miedo a que te toque? – pregunta con una mueca de dolor.

- Me has dicho que me tienes asco – murmuro con la voz quebrada – Yo sé que jamás podre ser como Perrie o como cualquiera de las chicas con las que has estado, y es porque me hicieron cosas que… yo… - me muerdo el labio inferior y me digo a mi misma que no siga llorando – Siento si te doy asco, de verdad lo siento. Yo no hice nada para que ellos me tocaran, yo no hice anda para que me violaran – pongo mis manos en mi boca. Comienzo a sentir la desesperación y angustia dificultándome la respiración. – Te juro que no fue mi culpa, quizás debí andar con un pantalón largo y no uno corto, o quizás debí quedarme con Mark como me había pedido en vez de negarme. Tuve que haber insistido más en quedarnos donde el abuelo…

Miro el rostro de Zayn y me echo a correr. Vi en él lo que más odio ver en las personas cuando me miran y saben mi caso: lastima, pena, compasión. No necesito nada de aquello.