En un busca de un sueño ♥ {Liam y tu}

Prólogo:

Toda persona debería tener su propia banda sonora. En disco compacto, en Internet o en su reproductor de MP-3. Una compilación consecutiva de piezas musicales que lo han lo han llevado a uno por momentos felices, tristes y demás, que en su momento parecieron callejones sin salida. Pues no es posible simplemente escuchar música, así como no se puede simplemente leer libros. Eso no es más que lo evidente, no es más que la superficie. Pero tan pronto uno se deja embarcar y sumergir en ella, los límites comienzan a nublarse. Es entonces cuando lo colores se vuelven tonos y las palabras melodías; empieza uno a percibir el significado de estar vivo.
Esta es mi banda sonora. Fue compilada hace un par de años. A ustedes se las presento una vez más, junto con los recuerdos que están por siempre ligados a ella.

me encantooo! necesitas chica para Hazza? siguelaa besos

-María

Si , pero saldrá más adelante
Tengo una lectora Wiii

Capitulo 1.- Heart of gold {Primera Parte}

Respiré. En silencio. Por la nariz. Acá arriba siempre estaba oscuro, día y noche. Oscuro, aun cuando afuera el sol quemara desde el cielo. El aire olía a polvo y ropa húmeda; a veces, en los bochornosos días de verano, también olía a madera y viruta. Eso no me molestaba. El cuarto era pequeño. Tal vez diez metros cuadrados. Eso tampoco molestaba, pues el ático me pertenecía a mí sola. Ese era mi reino, mi isla, a la cual me retiraba siempre que buscaba música y soledad.
En frente de mí había un archivador en el cual mi madre guardaba todas sus cosas de impuestos. A mi izquierda, un estante repleto de discos. Debajo de este un par de libros y a la derecha un sofá de pana; café y raído tan pronto encendía yo la luz.
Me encontraba parada sobre el piso de madera. Inmóvil. Erguida. Dejé correr el aire a través de la nariz y garganta, corriendo torrencialmente hacia la panza, allá donde se encontraba mi diafragma. En la palma de mi mano. Mi panza se volcaba hacia fuera, mi mano levantándose -mantener la tensión-.
Y entonces la explosión; aire comprimido fustigando a través de la oscuridad. Mis labios revolotearon. La boca del estómago se cerró hacia dentro. Relajar, sólo por un momento.
¡Ni modo! Aun así miles de hormigas corrían por brazos y piernas. Estaba realmente rabiosa, cerré mis brazos y piernas. Estaba realmente rabiosa, cerré mis puños queriendo romper cualquier cosa.
-A pesar de las clases particulares- diría mi madre tan pronto se enterara de mi cinco en matemáticas, sacudiendo su cabeza de lado a lado incomprensivamente, con mucho cuidado de no estropear el cuello de su blusa con el maquillaje oscuro. Entonces iría corriendo a llamar a Liam y se armaría la batalla de Troya. Esto era lo que más miedo daba. Ella no tenía ni idea de mi engaño, ni idea de mí; de ser así, le hubiera dado igual estropearse el cuello de la blusa. Así como a mí me daba igual el maldito cinco. Eso sí, dado a que todo esto hubiera sucedido bajo circunstancias normales. Pero esta vez había muco más en juego que un simple y estúpida nota escolar. Es por eso que no me quedaba otra opción más que seguir mintiendo, cuando fuese necesario, hasta las vacaciones de verano. Para entonces mi madre me pediría mis calificaciones y botaría el control remoto sólo del susto. Llamaría a Liam, mi profesor particular, y finalmente se daría cuenta de que él (grado 11) no me estaba enseñando álgebra sino que me daba clases de canto. Y así entonces me esperarían diez años de castigo sin salir de casa.
Pero lo peor de todo esto era que Liam jamás me volvería a dirigir la palabra. A él también le había mentido yo después de cuatro semanas de tormento algebraico sin sentido, cuando le dije que él me diera clases de canto de ahora en adelante. Todo por la misma cantidad de plata, claro está. Nada de música clásica, sólo pop. Y de vez en cuando algo de jazz. Quería aprender de él canciones, pues cada vez que él cantaba, era como entrar en estado de hipnosis.
Era simplemente increíble. Pero Liam no solamente podía cantar de manera extraordinaria, sino que además era un talento musical en todos los sentidos.
Me enteré de la existencia de Liam mediante un artículo en el periódico escolar. Una estudiante norteamericana de intercambio había escrito sobre el extraordinario talento musical de este joven flaco con pelo lacio y castaño bajo el título: Liam - El wunderkind inglés. Incluso se leía que el "genio" había sido capaz de aprender a tocar la guitarra y el piano por sí solo.
Desde ese día lo empecé a observar cada recreo. Casi siempre pasaba los descansos solo, inmerso en cualquier magazín musical. Me escabullía por los lados, esperando la primera oportunidad de hablarle. Liam sólo tendría que escuchar mi voz y decirme, ahí mismo, si yo era capaz de cantar un poco, o si solamente era producto de mi imaginación. Pero eso sí, cantar en serio sólo lo había echo yo para mí misma y para Kfka, ese ser cucarachesco que vivía en mi ático y que todos los días se lo veía pasar arrastrándose por las grietas del piso. Liam parecía ser digno de confianza. él no se burlaría de mí, aún si por puro nerviosismo yo fuese incapaz de sacar cualquier tono.

wow me encantó tu nove!!!
siguela!!!
PD: me llamo Nicteha pero puedes llamarme Nicthé o Nicky...
siguela