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Un héroe en Nueva York - [Louis Tomlinson]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Un héroe en Nueva York - [Louis Tomlinson]
Nueva lectora, me encanta, la amo ♥ llorare asdfghjkl siguela por favor, la necesito, si? llorare si no la sigues asdfghjkl ♥
beinghappy
Re: Un héroe en Nueva York - [Louis Tomlinson]
porafa concuerdo con el comentario de arriba sigual cuando podas soy una nueva lectora y me llamo roxana okey siguela xfas
roxana de Tomlinson
Re: Un héroe en Nueva York - [Louis Tomlinson]
hoola? amoo tu noove porque no la sigues?:(
Nuria One Direction
Re: Un héroe en Nueva York - [Louis Tomlinson]
-
-No hace nada, te lo prometo -Louis le puso una mano en el brazo.
Aunque el perro había empezado a olfatear la oreja de Niall mientras Josh lo acariciaba, _____ no estaba del todo convencida.
-No creo que esté acostumbrado a los niños.
-Se le acercan todos los días en el parque -como si quisiera demostrarlo, Tas se puso patas arriba, dejando al descubierto la panza para que se la acariciaran-. Además, es un vago. No se molesta en morder nada que no le hayan puesto en su plato. No te darán miedo los perros, ¿verdad?
-No, claro que no.
«No mucho», añadió para sus adentros. Y, como odiaba mostrarse débil, se agachó para acariciar la enorme cabeza del perro. Sin saberlo, atinó en el lugar perfecto, y Tas alzó una pata, la apoyó sobre el muslo de _____, la miró con sus grandes ojos tristes y empezó a gemir. Riendo, _____ lo acarició tras las orejas.
-Eres como un niño, ¿a que sí?
-Más bien como un farsante -murmuró Louis, preguntándose qué truco tendría que hacer para que _____ lo acariciara a él con tantas ganas.
-Podré jugar con él todos los días, ¿verdad, Louis?
-Claro -Louis sonrió a Niall-. A Tas le encanta que lo mimen. ¿Queréis llevároslo a dar un paseo, chicos?
La respuesta fue inmediatamente afirmativa. _____ se irguió y miró con recelo a Tas.
-No sé, Niall.
-Por favor, mamá, tendremos cuidado. Me has dicho que podíamos bajar al parque un rato.
-Sí, lo sé, pero Tas es enorme. No quiero que se os escape.
-A Tas no le gusta nada desperdiciar energías. ¿Por qué correr si paseando tranquilamente se llega al mismo sitio? -Louis volvió a entrar en su taller, buscó un momento a su alrededor y regresó con la correa del perro-. No persigue a los otros perros, ni a los coches, ni al vigilante del parque. Pero se para en todos los árboles.
Riendo, Niall tomó la correa. -¿Nos dejas, mamá?
_____ vaciló, sabiendo que una parte de ella quería mantener siempre a Niall a su lado, al alcance de la mano. Y, por el bien del niño, tenía que refrenarse.
-Media hora -apenas lo dijo, Josh y Niall estallaron en gritos de emoción-. Tenéis que poneros los abrigos... y los guantes.
-Lo haremos. Vamos, Tas.
El perro exhaló un profundo suspiro antes de levantarse. Rezongando un poco, se colocó entre los dos niños y salieron los tres.
-¿Por qué será que cada vez que veo a ese crío me siento bien?
-Eres muy amable con él. Bueno, debería subir y asegurarme de que se abrigan.
-Creo que pueden apañárselas solos. ¿Por qué no te sientas? -aprovechó su leve vacilación agarrándola del brazo-. Acércate a la ventana. Puedes verlos salir.
Ella cedió porque sabía que Niall odiaba que estuviera encima de él.
-Ah, te he traído el número de mi oficina y el nombre y el número del médico de Niall y de la escuela -Louis tomó el papel y se lo guardó en el bolsillo-. Si hay algún problema, el que sea, llámame. Estaré aquí en diez minutos.
-Relájate, _____. Nos las arreglaremos bien.
-Quiero darte las gracias otra vez. Es la primera vez desde que empezó a ir al colegio que está deseando que llegue el lunes.
-Yo también lo estoy deseando.
Ella bajó la mirada, esperando ver el abrigo y la gorra azul de Niall.
-No hemos hablado de las condiciones.
-¿Qué condiciones?
-¿Cuánto quieres por ocuparte de él? La se ñora Cohen...
-Cielo santo, _____. No quiero que me pagues.
-No seas ridículo. Claro que voy a pagarte.
Él le puso una mano sobre el hombro hasta que ella se volvió para mirarlo.
-No necesito el dinero, y no lo quiero. Me ofrecí porque Niall es un niño simpático y me gusta estar con él
-Eso es muy amable de tu parte, pero...
Él suspiró, exasperado.
-Ya empezamos con los peros otra vez.
-No puedo permitir que lo hagas por nada.
Louis observó su rostro. Al vedo por primera vez, le había parecido una mujer dura. Y dura era en realidad, al menos, en apariencia.
-¿No puedes aceptarlo como un favor entre vecinos?
Ella esbozó una pequeña sonrisa, pero sus ojos conservaron una expresión seria.
-Creo que no.
-Cinco dólares al día.
Esta vez, la sonrisa alcanzó sus ojos.
-Gracias.
Él tomó un mechón de su pelo entre el índice y el pulgar.
-Es usted dura de pelar, señorita.
-Eso dicen -ella dio un paso atrás cautelosamente-. Ahí están -inclinándose hacia la ventana, vio que Niall no había olvidado los guantes. Tampoco había olvidado que debía pararse en el semáforo de la esquina-. Está en la gloria, ¿sabes? Siempre ha querido un perro -apoyó una mano en el cristal de la ventana y siguió mirando-. No habla nunca de ello porque sabe que no podemos tenerlo solo en el apartamento todo el día. Así que se conforma con el gatito que le he prometido.Louis le puso de nuevo la mano en el hombro, más suavemente esa vez.
-A mí no me parece que le falte de nada, _____. No tienes por qué sentirte culpable.
Ella lo miró entonces con los ojos muy abiertos y un poco tristes. Louis descubrió que sus ojos le gustaban tanto como su risa. Sin pensado, sin saber qué hacía, alzó la mano hasta su mejilla. El gris pálido de sus pupilas se ensombreció. Su piel era cálida. _____ retrocedió rápidamente.
-Será mejor que me vaya. Seguro que querrán un chocolate caliente cuando vuelvan.
-Primero tendrán que traer a Tas -le recordó Louis-. Date un respiro, _____. ¿Te apetece un café?
-Bueno, yo...
-Bien. Siéntate y te lo traeré.
_____ se quedó un momento parada en medio de la habitación, un tanto asombrada de lo suavemente que Louis lograba salirse siempre con la suya. Estaba tan acostumbrada a fijar sus propias normas que no aceptaba fácilmente las de los demás.
Sin embargo, se dijo que sería una grosería marcharse, que su hijo volvería pronto y que lo menos que podía hacer después de lo amable que había sido Louis con el niño era soportar su compañía un rato.
Habría mentido si dijera que no le interesaba. Superficialmente, por supuesto.
Había algo inquietante en el modo en que la miraba, tan profundo y penetrante, y al mismo tiempo parecía tomarse la vida a broma. Sin embargo, no había nada de ligero en su forma de tocarla. _____ se llevó la mano a la mejilla, donde él la había tocado. Tenía que evitar esa clase de contacto. Quizá, con un poco de esfuerzo, lograra pensar en Louis como en un amigo, al igual que Niall. No le hacía ninguna gracia tener que estarle agradecida, pero podía soportarlo. Peores cosas había aguantado.
Louis era amable. Dejó escapar un pequeño suspiro y procuró relajarse. Conocía a esos hombres que intentaban congraciarse con el niño para llegar a la madre. Si de algo estaba segura, era de que Louis sentía auténtica simpatía por Niall. Eso, al menos, era un punto a su favor.
Pero hubiera preferido que no la tocara de aquel modo, que no la mirara ni la hiciera sentirse de aquella forma.
-Está caliente. Seguramente asqueroso, pero caliente -Louis apareció con dos tazas-. ¿No quieres sentarte?
_____ le sonrió.
-¿Dónde?
Louis puso las tazas sobre un montón de papeles y quitó las revistas del sofá.
-Aquí.
-¿Sabes...? -pasó por encima de un montón de periódicos viejos-. A Niall se le da muy bien recoger la casa. Seguro que no le importará ayudarte.
-Yo funciono mejor en medio del desorden controlado.
_____ se sentó a su lado en el sofá.
-El desorden lo veo. El control, no.
-Está aquí, créeme. No te he preguntado si querías leche con el café, así que te lo he traído negro.
-Así está bien. Esta es una mesa Reina Ana, ¿no?
-Sí -Louis puso los pies descalzos en ella y cruzó las piernas-. Tienes buen ojo.
-Aquí hace falta tenerlo -al ver que él se reía, sonrió y bebió un sorbo de café-.
Siempre me han gustado las antigüedades. Supongo que será por su duración. Hay pocas cosas que duren.
-Qué va. Yo una vez tuve un catarro que me duró dos meses -ella se echó a reír y Louis se recostó en el sofá-. Cuando haces eso, te sale un hoyuelo junto a la boca. Es muy gracioso.
_____ volvió a turbarse.
-Se te dan muy bien los niños. ¿Vienes de una familia numerosa?
-No. Soy hijo único -siguió observándola, estudiando atentamente su reacción a los cumplidos más inofensivos.
-¿De veras? Quién lo diría.
-¿No me digas que eres de esas personas que piensan que los niños son solo para las mujeres?
-No, en realidad no -dijo ella vacilando un poco, pues esa había sido su experiencia hasta el momento-. Es solo que a ti se te dan especialmente bien. ¿No tienes hijos? -la pregunta se le escapó, azorándola.
-No. Supongo que he estado muy ocupado siendo un niño como para pensar en criar a otros.
-Eso es muy frecuente -dijo ella con frialdad.
Él ladeó la cabeza y la miró fijamente
PRIMERO QUE NADA, ME DISCULPO POR ABANDONARLA, pero la U me tiene ocupada todo el tiempo :( ahora que ya estoy terminando, prometo subir más seguido, es más les subiré un maraton AHORA MISMO!
*Pueden preguntarme lo que quieranAQUÍ
Capitulo 3 (Parte2)
-No hace nada, te lo prometo -Louis le puso una mano en el brazo.
Aunque el perro había empezado a olfatear la oreja de Niall mientras Josh lo acariciaba, _____ no estaba del todo convencida.
-No creo que esté acostumbrado a los niños.
-Se le acercan todos los días en el parque -como si quisiera demostrarlo, Tas se puso patas arriba, dejando al descubierto la panza para que se la acariciaran-. Además, es un vago. No se molesta en morder nada que no le hayan puesto en su plato. No te darán miedo los perros, ¿verdad?
-No, claro que no.
«No mucho», añadió para sus adentros. Y, como odiaba mostrarse débil, se agachó para acariciar la enorme cabeza del perro. Sin saberlo, atinó en el lugar perfecto, y Tas alzó una pata, la apoyó sobre el muslo de _____, la miró con sus grandes ojos tristes y empezó a gemir. Riendo, _____ lo acarició tras las orejas.
-Eres como un niño, ¿a que sí?
-Más bien como un farsante -murmuró Louis, preguntándose qué truco tendría que hacer para que _____ lo acariciara a él con tantas ganas.
-Podré jugar con él todos los días, ¿verdad, Louis?
-Claro -Louis sonrió a Niall-. A Tas le encanta que lo mimen. ¿Queréis llevároslo a dar un paseo, chicos?
La respuesta fue inmediatamente afirmativa. _____ se irguió y miró con recelo a Tas.
-No sé, Niall.
-Por favor, mamá, tendremos cuidado. Me has dicho que podíamos bajar al parque un rato.
-Sí, lo sé, pero Tas es enorme. No quiero que se os escape.
-A Tas no le gusta nada desperdiciar energías. ¿Por qué correr si paseando tranquilamente se llega al mismo sitio? -Louis volvió a entrar en su taller, buscó un momento a su alrededor y regresó con la correa del perro-. No persigue a los otros perros, ni a los coches, ni al vigilante del parque. Pero se para en todos los árboles.
Riendo, Niall tomó la correa. -¿Nos dejas, mamá?
_____ vaciló, sabiendo que una parte de ella quería mantener siempre a Niall a su lado, al alcance de la mano. Y, por el bien del niño, tenía que refrenarse.
-Media hora -apenas lo dijo, Josh y Niall estallaron en gritos de emoción-. Tenéis que poneros los abrigos... y los guantes.
-Lo haremos. Vamos, Tas.
El perro exhaló un profundo suspiro antes de levantarse. Rezongando un poco, se colocó entre los dos niños y salieron los tres.
-¿Por qué será que cada vez que veo a ese crío me siento bien?
-Eres muy amable con él. Bueno, debería subir y asegurarme de que se abrigan.
-Creo que pueden apañárselas solos. ¿Por qué no te sientas? -aprovechó su leve vacilación agarrándola del brazo-. Acércate a la ventana. Puedes verlos salir.
Ella cedió porque sabía que Niall odiaba que estuviera encima de él.
-Ah, te he traído el número de mi oficina y el nombre y el número del médico de Niall y de la escuela -Louis tomó el papel y se lo guardó en el bolsillo-. Si hay algún problema, el que sea, llámame. Estaré aquí en diez minutos.
-Relájate, _____. Nos las arreglaremos bien.
-Quiero darte las gracias otra vez. Es la primera vez desde que empezó a ir al colegio que está deseando que llegue el lunes.
-Yo también lo estoy deseando.
Ella bajó la mirada, esperando ver el abrigo y la gorra azul de Niall.
-No hemos hablado de las condiciones.
-¿Qué condiciones?
-¿Cuánto quieres por ocuparte de él? La se ñora Cohen...
-Cielo santo, _____. No quiero que me pagues.
-No seas ridículo. Claro que voy a pagarte.
Él le puso una mano sobre el hombro hasta que ella se volvió para mirarlo.
-No necesito el dinero, y no lo quiero. Me ofrecí porque Niall es un niño simpático y me gusta estar con él
-Eso es muy amable de tu parte, pero...
Él suspiró, exasperado.
-Ya empezamos con los peros otra vez.
-No puedo permitir que lo hagas por nada.
Louis observó su rostro. Al vedo por primera vez, le había parecido una mujer dura. Y dura era en realidad, al menos, en apariencia.
-¿No puedes aceptarlo como un favor entre vecinos?
Ella esbozó una pequeña sonrisa, pero sus ojos conservaron una expresión seria.
-Creo que no.
-Cinco dólares al día.
Esta vez, la sonrisa alcanzó sus ojos.
-Gracias.
Él tomó un mechón de su pelo entre el índice y el pulgar.
-Es usted dura de pelar, señorita.
-Eso dicen -ella dio un paso atrás cautelosamente-. Ahí están -inclinándose hacia la ventana, vio que Niall no había olvidado los guantes. Tampoco había olvidado que debía pararse en el semáforo de la esquina-. Está en la gloria, ¿sabes? Siempre ha querido un perro -apoyó una mano en el cristal de la ventana y siguió mirando-. No habla nunca de ello porque sabe que no podemos tenerlo solo en el apartamento todo el día. Así que se conforma con el gatito que le he prometido.Louis le puso de nuevo la mano en el hombro, más suavemente esa vez.
-A mí no me parece que le falte de nada, _____. No tienes por qué sentirte culpable.
Ella lo miró entonces con los ojos muy abiertos y un poco tristes. Louis descubrió que sus ojos le gustaban tanto como su risa. Sin pensado, sin saber qué hacía, alzó la mano hasta su mejilla. El gris pálido de sus pupilas se ensombreció. Su piel era cálida. _____ retrocedió rápidamente.
-Será mejor que me vaya. Seguro que querrán un chocolate caliente cuando vuelvan.
-Primero tendrán que traer a Tas -le recordó Louis-. Date un respiro, _____. ¿Te apetece un café?
-Bueno, yo...
-Bien. Siéntate y te lo traeré.
_____ se quedó un momento parada en medio de la habitación, un tanto asombrada de lo suavemente que Louis lograba salirse siempre con la suya. Estaba tan acostumbrada a fijar sus propias normas que no aceptaba fácilmente las de los demás.
Sin embargo, se dijo que sería una grosería marcharse, que su hijo volvería pronto y que lo menos que podía hacer después de lo amable que había sido Louis con el niño era soportar su compañía un rato.
Habría mentido si dijera que no le interesaba. Superficialmente, por supuesto.
Había algo inquietante en el modo en que la miraba, tan profundo y penetrante, y al mismo tiempo parecía tomarse la vida a broma. Sin embargo, no había nada de ligero en su forma de tocarla. _____ se llevó la mano a la mejilla, donde él la había tocado. Tenía que evitar esa clase de contacto. Quizá, con un poco de esfuerzo, lograra pensar en Louis como en un amigo, al igual que Niall. No le hacía ninguna gracia tener que estarle agradecida, pero podía soportarlo. Peores cosas había aguantado.
Louis era amable. Dejó escapar un pequeño suspiro y procuró relajarse. Conocía a esos hombres que intentaban congraciarse con el niño para llegar a la madre. Si de algo estaba segura, era de que Louis sentía auténtica simpatía por Niall. Eso, al menos, era un punto a su favor.
Pero hubiera preferido que no la tocara de aquel modo, que no la mirara ni la hiciera sentirse de aquella forma.
-Está caliente. Seguramente asqueroso, pero caliente -Louis apareció con dos tazas-. ¿No quieres sentarte?
_____ le sonrió.
-¿Dónde?
Louis puso las tazas sobre un montón de papeles y quitó las revistas del sofá.
-Aquí.
-¿Sabes...? -pasó por encima de un montón de periódicos viejos-. A Niall se le da muy bien recoger la casa. Seguro que no le importará ayudarte.
-Yo funciono mejor en medio del desorden controlado.
_____ se sentó a su lado en el sofá.
-El desorden lo veo. El control, no.
-Está aquí, créeme. No te he preguntado si querías leche con el café, así que te lo he traído negro.
-Así está bien. Esta es una mesa Reina Ana, ¿no?
-Sí -Louis puso los pies descalzos en ella y cruzó las piernas-. Tienes buen ojo.
-Aquí hace falta tenerlo -al ver que él se reía, sonrió y bebió un sorbo de café-.
Siempre me han gustado las antigüedades. Supongo que será por su duración. Hay pocas cosas que duren.
-Qué va. Yo una vez tuve un catarro que me duró dos meses -ella se echó a reír y Louis se recostó en el sofá-. Cuando haces eso, te sale un hoyuelo junto a la boca. Es muy gracioso.
_____ volvió a turbarse.
-Se te dan muy bien los niños. ¿Vienes de una familia numerosa?
-No. Soy hijo único -siguió observándola, estudiando atentamente su reacción a los cumplidos más inofensivos.
-¿De veras? Quién lo diría.
-¿No me digas que eres de esas personas que piensan que los niños son solo para las mujeres?
-No, en realidad no -dijo ella vacilando un poco, pues esa había sido su experiencia hasta el momento-. Es solo que a ti se te dan especialmente bien. ¿No tienes hijos? -la pregunta se le escapó, azorándola.
-No. Supongo que he estado muy ocupado siendo un niño como para pensar en criar a otros.
-Eso es muy frecuente -dijo ella con frialdad.
Él ladeó la cabeza y la miró fijamente
PRIMERO QUE NADA, ME DISCULPO POR ABANDONARLA, pero la U me tiene ocupada todo el tiempo :( ahora que ya estoy terminando, prometo subir más seguido, es más les subiré un maraton AHORA MISMO!
*Pueden preguntarme lo que quieranAQUÍ
EleanorJCalder
Re: Un héroe en Nueva York - [Louis Tomlinson]
-
-¿Me estás comparando con el padre de Niall, _____? -algo brilló en sus ojos. Louis sacudió la cabeza y bebió otro sorbo de café-. Cielos, _____, pero ¿qué te hizo ese canalla? -ella se quedó paralizada al instante. Pero Louis fue más rápido. Antes de que pudiera levantarse, la detuvo agarrándola del brazo-. Está bien, no volveré a hablar de eso hasta que tú quieras. Lamento haber puesto el dedo en la llaga, pero siento curiosidad. Ya he pasado un par de tardes con Niall, y nunca habla de su padre.
-Te agradecería que no le hicieras ninguna pregunta.
-Está bien. No temas. No pensaba presionar al crío. _____ sintió ganas de levantarse y excusarse. Sería lo más fácil. Pero el hecho era que iba a confiarle su hijo a aquel hombre cada tarde. Imaginaba que era preferible ponerle al corriente hasta cierto punto.
-Niall no ve a su padre desde hace casi siete años.
-¿Nunca? -preguntó él, sorprendido. Su familia había sido siempre seca y distante, pero él nunca pasaba más de un año sin ver a sus padres-. Debe de ser duro para él.
-Nunca tuvieron una relación muy estrecha. Creo que Niall se ha acostumbrado bastante bien.
-Espera, no pretendía criticarte -volvió a poner la mano sobre la de ella con firmeza-. Reconozco a un niño feliz y querido en cuanto lo veo. Tú serías capaz de hacer cualquier cosa por él. Puede que pienses que no se nota, pero se nota.
-Para mí no hay nada más importante que Niall -ella deseaba relajarse otra vez, pero Louis estaba demasiado cerca, y seguía apretándole la mano-. Solo te digo esto para que no le hagas preguntas que puedan molestarlo.
-¿Sucede a menudo?
-A veces -de repente, los dedos de Louis y los suyos estaban entrelazados.
Ignoraba cómo lo había conseguido él-. Un amigo nuevo, un profesor nuevo. En fin, creo que debería irme.
-¿Y tú? -le acarició suavemente la mejilla y le hizo volver la cara hacia él-. ¿Te has acostumbrado?
-Sí. Tengo a Niall. Y mi trabajo.
-¿Y no tienes novio?
_____ no sabía si sentía enojo o turbación, pero la sensación era muy intensa.
-Eso no es asunto tuyo.
-Si la gente solo hablara de sus asuntos, no llegarían muy lejos. No me pareces de esas que odian a los hombres, _____.
Ella alzó una ceja. Cuando se veía obligada a ello, podía jugar conforme a las reglas de los otros. Y jugar bien.
-Pasé una etapa en la que despreciaba a los hombres por principio. La verdad es que fue una época muy fructífera de mi vida. Luego, poco a poco, llegué a la conclusión de que ciertos miembros de tu especie no eran formas inferiores de vida.
-Me alegro por ello.
Ella sonrió otra vez.
-El caso es que ya no culpo a todos los hombres por las faltas de uno.
-Solo eres cautelosa.
-Si lo prefieres...
-Lo que de verdad prefiero son tus ojos. No, no apartes la mirada -la obligó a volver de nuevo la cara hacia él, muy despacio-. Son fabulosos... Y ten en cuenta que te lo dice un artista.
_____ procuró calmarse. Con gran esfuerzo consiguió estarse quieta.
-¿Significa eso que van a aparecer en el próximo número?
-Puede ser -él sonrió, alegrándose de que, a pesar de su nerviosismo, _____ lograra controlarse-. El pobre Zark merece conocer a alguien que lo comprenda. Y puede que esos ojos le sirvan.
-Me lo tomaré como un cumplido. Bueno, los niños volverán en cualquier momento...
-Aún tenemos tiempo. _____, ¿tú nunca te diviertes?
-Qué pregunta tan absurda. Pues claro que sí.
-No como madre de Niall, sino como _____ -le pasó una mano por el pelo, fascinado.
-Soy la madre de Niall -ella logró levantarse, pero Louis también se levantó.
-También eres una mujer. Una mujer preciosa -vio aquella expresión en sus ojos y pasó el pulgar por su mandíbula-. Créeme. Soy un hombre sincero. Eres un precioso manojo de nerviosos.
-Qué idiotez. ¿Por qué iba a estar nerviosa? -aparte de por el hecho de que la estaba tocando y de que su voz era suave, y de que estaban solos en el apartamento.
-Me sacaré esa espina del corazón más tarde -murmuró él. Se inclinó para besada y tuvo que agarrada pues estuvo a punto de caerse encima de un montón de periódicos-. Cálmate. No voy a morderte. Por ahora.
-Tengo que irme -estaba al borde de un ataque de nervios-. Tengo muchísimas cosas que hacer.
-Dentro de un minuto -tomó su cara entre las manos. Se dio cuenta de que estaba temblando. No lo sorprendió. Lo que lo asombró fue que él también estaba nervioso-. Lo que tenemos aquí, señora Wallace, se llama atracción, química, deseo. Da igual la etiqueta que le pongas.
-A mí no me da igual.
-Entonces dejaremos que le pongas la etiqueta más tarde.-pasó los pulgares por sus pómulos suavemente-. Ya te he dicho que no soy un maníaco. Tengo que acordarme de traerte las referencias.
-Louis, agradezco lo que estás haciendo por Niall, ya lo sabes, pero preferiría que...
-Esto no tiene nada que ver con Niall. Se trata de ti y de mí, _____. ¿Cuándo fue la última vez que estuviste a solas con un hombre al que deseabas? -le pasó el pulgar por los labios. Los ojos de ella se volvieron brumosos-. ¿Cuándo fue la última vez que permitiste que alguien hiciera esto?
Cubrió su boca rápidamente, con una pasión arrolladora. Ella no estaba preparada para aquella violencia. Las manos de Louis eran tan suaves, tan delicadas al tocada, que no esperaba aquella cruda pasión. Pero, cielo santo, cuánto la deseaba. Con la misma ansia, le rodeó el cuello con los brazos y respondió a sus demandas.
-Mucho tiempo -jadeó Louis cuando dejó de besada-. Gracias a Dios -antes de que ella pudiera emitir algo más que un gemido, volvió a apoderarse de su boca.
Antes de besarla, Louis ignoraba qué iba a encontrar en ella, si hielo, rabia o temor. Aquella fogosidad sin freno lo sorprendió tanto como a ella. La boca grande y generosa de _____ era cálida y complaciente. La pasión parecía haberse tragado toda su timidez. _____ daba más de lo que se le había pedido, y más de lo que Louis estaba preparado para asumir.
A él le daba vueltas la cabeza; una sensación fascinante y novelesca que no podía apreciar del todo mientras luchaba por paladear y tocar al mismo tiempo. Hundió las manos en su pelo, llevándose por delante las dos horquillas de plata que ella usaba para apartárselo de la cara. Quería sentido libre y salvaje entre sus manos, al igual que quería sentida a ella libre y salvaje en su cama. Su plan de ir despacio, de sondear la profundidad de las aguas, se evaporó en un instante ante el deseo arrollador de lanzarse de cabeza. Pensando solo en eso, deslizó las manos bajo su jersey. Su piel era suave y cálida. El conjunto de seda que llevaba tenía un tacto delicado y fresco. Louis deslizó las manos por su cintura y las subió hasta sus pechos.
Ella se tensó y se estremeció. No se había dado cuenta de lo mucho que deseaba aquellas caricias. De cuánto las necesitaba. El sabor de Louis era tan misterioso, tan tentador... Había olvidado lo que era ansiar tales cosas. Era la pasión, la dulce liberación de la pasión... Oyó a Louis murmurar su nombre mientras le besaba el cuello. Ella conocía la pasión. La había frecuentado antes, o eso creía. Sin embargo, aunque ahora le parecía más dulce, más intensa, sabía que no podía volver a frecuentada.
-Louis, por favor -no era fácil resistirse a la tentación. La sorprendió lo mucho que le costaba apartarse, volver a alzar las barreras que los separaban-. No podemos hacer esto.
-Sí podemos -dijo él, y. volvió a besarla-. Y muy bien.
-Yo no -haciendo acopio de fuerza de voluntad, se apartó-. Lo siento. No he debido permitir que esto ocurriera.
Estaba sofocada. Se llevó las manos a las mejillas y luego se atusó el pelo. Louis sentía flojas las rodillas. Lo cual le daba que pensar. Pero, por el momento, intentó concentrarse en ella.
-No te cargues con toda la responsabilidad, _____. Parece ser una costumbre tuya. He sido yo quien te ha besado. Tú, sencillamente, me has devuelto el beso. Dado que los dos hemos disfrutado, no sé por qué tendríamos que disculpamos.
-Debí aclararte las cosas desde el principio -dio un paso atrás, volvió a tropezarse con los periódicos y los bordeó-. Agradezco lo que estás haciendo por Niall...
-No mezcles a Niall con esto, por el amor de Dios.
-¡No puedo! -alzó la voz, sorprendiéndose a sí misma. Sabía que no podía perder el control-. No espero que lo comprendas, pero no puedo dejar a mi hijo fuera de esto - respiró hondo y comprobó, turbada, que su corazón no se calmaba-. No quiero tener un rollo sexual. Tengo que pensar en Niall, y en mí misma.
-Lo entiendo -Louis deseaba sentarse hasta que se sintiera más fuerte, pero imaginaba que la situación requería una conversación cara a cara-. Pero yo no buscaba un rollo sexual.
Eso era precisamente lo que a _____ la preocupaba.
-Dejémoslo.
La rabia resultaba extrañamente estimulante. Louis dio un paso adelante y la agarró de la barbilla.
-Ni lo sueñes.
-No quiero discutir contigo. Pero creo que... -en ese instante llamaron a la puerta-.
Son los niños.
-Lo sé -pero no la soltó-. Sea lo que sea lo que te interese, para lo que tengas tiempo o lugar, habría que hacer algunos ajustes -Louis se dio cuenta de que estaba enfadado, realmente enfadado. No era propio de él perder los papeles tan pronto-. La vida está llena de ajustes, _____ -soltándola, abrió la puerta.
-Ha sido guay -colorado y con los ojos brillantes, Niall entró corriendo delante de Josh y del perro-. Hasta hemos conseguido que Tas corriera un poquito.
-Asombroso -Louis se agachó para quitarle la correa. Rezongando, exhausto, Tas se acercó a la ventana y se desplomó en el suelo.
-Estaréis helados, chicos -_____ besó a Niall en la frente-. Es hora de tomar un chocolate bien caliente.
-¡Sí! -Niall se volvió hacia Louis, radiante-. ¿Te apetece? Mamá hace un chocolate buenísimo.
Le dieron ganas de ponerla de nuevo en un aprieto. Pero, quizá por suerte para ambos, su enojo ya se había disipado.
-Tal vez la próxima vez -le bajó la gorra a Niall sobre los ojos-. Tengo cosas que hacer.
-Muchas gracias por dejamos sacar a Tas. Ha sido guay, ¿a que sí, Josh?
-Sí. Gracias, señor Tomlinson.
-De nada. Hasta el lunes, Nialler.
-Hasta el lunes.
Los niños salieron corriendo, entre empujones y risas
UP MIS AMORES :)
*Pueden preguntarme lo que quieranAQUÍ[/quote]
Capitulo 3 (Parte3)
-¿Me estás comparando con el padre de Niall, _____? -algo brilló en sus ojos. Louis sacudió la cabeza y bebió otro sorbo de café-. Cielos, _____, pero ¿qué te hizo ese canalla? -ella se quedó paralizada al instante. Pero Louis fue más rápido. Antes de que pudiera levantarse, la detuvo agarrándola del brazo-. Está bien, no volveré a hablar de eso hasta que tú quieras. Lamento haber puesto el dedo en la llaga, pero siento curiosidad. Ya he pasado un par de tardes con Niall, y nunca habla de su padre.
-Te agradecería que no le hicieras ninguna pregunta.
-Está bien. No temas. No pensaba presionar al crío. _____ sintió ganas de levantarse y excusarse. Sería lo más fácil. Pero el hecho era que iba a confiarle su hijo a aquel hombre cada tarde. Imaginaba que era preferible ponerle al corriente hasta cierto punto.
-Niall no ve a su padre desde hace casi siete años.
-¿Nunca? -preguntó él, sorprendido. Su familia había sido siempre seca y distante, pero él nunca pasaba más de un año sin ver a sus padres-. Debe de ser duro para él.
-Nunca tuvieron una relación muy estrecha. Creo que Niall se ha acostumbrado bastante bien.
-Espera, no pretendía criticarte -volvió a poner la mano sobre la de ella con firmeza-. Reconozco a un niño feliz y querido en cuanto lo veo. Tú serías capaz de hacer cualquier cosa por él. Puede que pienses que no se nota, pero se nota.
-Para mí no hay nada más importante que Niall -ella deseaba relajarse otra vez, pero Louis estaba demasiado cerca, y seguía apretándole la mano-. Solo te digo esto para que no le hagas preguntas que puedan molestarlo.
-¿Sucede a menudo?
-A veces -de repente, los dedos de Louis y los suyos estaban entrelazados.
Ignoraba cómo lo había conseguido él-. Un amigo nuevo, un profesor nuevo. En fin, creo que debería irme.
-¿Y tú? -le acarició suavemente la mejilla y le hizo volver la cara hacia él-. ¿Te has acostumbrado?
-Sí. Tengo a Niall. Y mi trabajo.
-¿Y no tienes novio?
_____ no sabía si sentía enojo o turbación, pero la sensación era muy intensa.
-Eso no es asunto tuyo.
-Si la gente solo hablara de sus asuntos, no llegarían muy lejos. No me pareces de esas que odian a los hombres, _____.
Ella alzó una ceja. Cuando se veía obligada a ello, podía jugar conforme a las reglas de los otros. Y jugar bien.
-Pasé una etapa en la que despreciaba a los hombres por principio. La verdad es que fue una época muy fructífera de mi vida. Luego, poco a poco, llegué a la conclusión de que ciertos miembros de tu especie no eran formas inferiores de vida.
-Me alegro por ello.
Ella sonrió otra vez.
-El caso es que ya no culpo a todos los hombres por las faltas de uno.
-Solo eres cautelosa.
-Si lo prefieres...
-Lo que de verdad prefiero son tus ojos. No, no apartes la mirada -la obligó a volver de nuevo la cara hacia él, muy despacio-. Son fabulosos... Y ten en cuenta que te lo dice un artista.
_____ procuró calmarse. Con gran esfuerzo consiguió estarse quieta.
-¿Significa eso que van a aparecer en el próximo número?
-Puede ser -él sonrió, alegrándose de que, a pesar de su nerviosismo, _____ lograra controlarse-. El pobre Zark merece conocer a alguien que lo comprenda. Y puede que esos ojos le sirvan.
-Me lo tomaré como un cumplido. Bueno, los niños volverán en cualquier momento...
-Aún tenemos tiempo. _____, ¿tú nunca te diviertes?
-Qué pregunta tan absurda. Pues claro que sí.
-No como madre de Niall, sino como _____ -le pasó una mano por el pelo, fascinado.
-Soy la madre de Niall -ella logró levantarse, pero Louis también se levantó.
-También eres una mujer. Una mujer preciosa -vio aquella expresión en sus ojos y pasó el pulgar por su mandíbula-. Créeme. Soy un hombre sincero. Eres un precioso manojo de nerviosos.
-Qué idiotez. ¿Por qué iba a estar nerviosa? -aparte de por el hecho de que la estaba tocando y de que su voz era suave, y de que estaban solos en el apartamento.
-Me sacaré esa espina del corazón más tarde -murmuró él. Se inclinó para besada y tuvo que agarrada pues estuvo a punto de caerse encima de un montón de periódicos-. Cálmate. No voy a morderte. Por ahora.
-Tengo que irme -estaba al borde de un ataque de nervios-. Tengo muchísimas cosas que hacer.
-Dentro de un minuto -tomó su cara entre las manos. Se dio cuenta de que estaba temblando. No lo sorprendió. Lo que lo asombró fue que él también estaba nervioso-. Lo que tenemos aquí, señora Wallace, se llama atracción, química, deseo. Da igual la etiqueta que le pongas.
-A mí no me da igual.
-Entonces dejaremos que le pongas la etiqueta más tarde.-pasó los pulgares por sus pómulos suavemente-. Ya te he dicho que no soy un maníaco. Tengo que acordarme de traerte las referencias.
-Louis, agradezco lo que estás haciendo por Niall, ya lo sabes, pero preferiría que...
-Esto no tiene nada que ver con Niall. Se trata de ti y de mí, _____. ¿Cuándo fue la última vez que estuviste a solas con un hombre al que deseabas? -le pasó el pulgar por los labios. Los ojos de ella se volvieron brumosos-. ¿Cuándo fue la última vez que permitiste que alguien hiciera esto?
Cubrió su boca rápidamente, con una pasión arrolladora. Ella no estaba preparada para aquella violencia. Las manos de Louis eran tan suaves, tan delicadas al tocada, que no esperaba aquella cruda pasión. Pero, cielo santo, cuánto la deseaba. Con la misma ansia, le rodeó el cuello con los brazos y respondió a sus demandas.
-Mucho tiempo -jadeó Louis cuando dejó de besada-. Gracias a Dios -antes de que ella pudiera emitir algo más que un gemido, volvió a apoderarse de su boca.
Antes de besarla, Louis ignoraba qué iba a encontrar en ella, si hielo, rabia o temor. Aquella fogosidad sin freno lo sorprendió tanto como a ella. La boca grande y generosa de _____ era cálida y complaciente. La pasión parecía haberse tragado toda su timidez. _____ daba más de lo que se le había pedido, y más de lo que Louis estaba preparado para asumir.
A él le daba vueltas la cabeza; una sensación fascinante y novelesca que no podía apreciar del todo mientras luchaba por paladear y tocar al mismo tiempo. Hundió las manos en su pelo, llevándose por delante las dos horquillas de plata que ella usaba para apartárselo de la cara. Quería sentido libre y salvaje entre sus manos, al igual que quería sentida a ella libre y salvaje en su cama. Su plan de ir despacio, de sondear la profundidad de las aguas, se evaporó en un instante ante el deseo arrollador de lanzarse de cabeza. Pensando solo en eso, deslizó las manos bajo su jersey. Su piel era suave y cálida. El conjunto de seda que llevaba tenía un tacto delicado y fresco. Louis deslizó las manos por su cintura y las subió hasta sus pechos.
Ella se tensó y se estremeció. No se había dado cuenta de lo mucho que deseaba aquellas caricias. De cuánto las necesitaba. El sabor de Louis era tan misterioso, tan tentador... Había olvidado lo que era ansiar tales cosas. Era la pasión, la dulce liberación de la pasión... Oyó a Louis murmurar su nombre mientras le besaba el cuello. Ella conocía la pasión. La había frecuentado antes, o eso creía. Sin embargo, aunque ahora le parecía más dulce, más intensa, sabía que no podía volver a frecuentada.
-Louis, por favor -no era fácil resistirse a la tentación. La sorprendió lo mucho que le costaba apartarse, volver a alzar las barreras que los separaban-. No podemos hacer esto.
-Sí podemos -dijo él, y. volvió a besarla-. Y muy bien.
-Yo no -haciendo acopio de fuerza de voluntad, se apartó-. Lo siento. No he debido permitir que esto ocurriera.
Estaba sofocada. Se llevó las manos a las mejillas y luego se atusó el pelo. Louis sentía flojas las rodillas. Lo cual le daba que pensar. Pero, por el momento, intentó concentrarse en ella.
-No te cargues con toda la responsabilidad, _____. Parece ser una costumbre tuya. He sido yo quien te ha besado. Tú, sencillamente, me has devuelto el beso. Dado que los dos hemos disfrutado, no sé por qué tendríamos que disculpamos.
-Debí aclararte las cosas desde el principio -dio un paso atrás, volvió a tropezarse con los periódicos y los bordeó-. Agradezco lo que estás haciendo por Niall...
-No mezcles a Niall con esto, por el amor de Dios.
-¡No puedo! -alzó la voz, sorprendiéndose a sí misma. Sabía que no podía perder el control-. No espero que lo comprendas, pero no puedo dejar a mi hijo fuera de esto - respiró hondo y comprobó, turbada, que su corazón no se calmaba-. No quiero tener un rollo sexual. Tengo que pensar en Niall, y en mí misma.
-Lo entiendo -Louis deseaba sentarse hasta que se sintiera más fuerte, pero imaginaba que la situación requería una conversación cara a cara-. Pero yo no buscaba un rollo sexual.
Eso era precisamente lo que a _____ la preocupaba.
-Dejémoslo.
La rabia resultaba extrañamente estimulante. Louis dio un paso adelante y la agarró de la barbilla.
-Ni lo sueñes.
-No quiero discutir contigo. Pero creo que... -en ese instante llamaron a la puerta-.
Son los niños.
-Lo sé -pero no la soltó-. Sea lo que sea lo que te interese, para lo que tengas tiempo o lugar, habría que hacer algunos ajustes -Louis se dio cuenta de que estaba enfadado, realmente enfadado. No era propio de él perder los papeles tan pronto-. La vida está llena de ajustes, _____ -soltándola, abrió la puerta.
-Ha sido guay -colorado y con los ojos brillantes, Niall entró corriendo delante de Josh y del perro-. Hasta hemos conseguido que Tas corriera un poquito.
-Asombroso -Louis se agachó para quitarle la correa. Rezongando, exhausto, Tas se acercó a la ventana y se desplomó en el suelo.
-Estaréis helados, chicos -_____ besó a Niall en la frente-. Es hora de tomar un chocolate bien caliente.
-¡Sí! -Niall se volvió hacia Louis, radiante-. ¿Te apetece? Mamá hace un chocolate buenísimo.
Le dieron ganas de ponerla de nuevo en un aprieto. Pero, quizá por suerte para ambos, su enojo ya se había disipado.
-Tal vez la próxima vez -le bajó la gorra a Niall sobre los ojos-. Tengo cosas que hacer.
-Muchas gracias por dejamos sacar a Tas. Ha sido guay, ¿a que sí, Josh?
-Sí. Gracias, señor Tomlinson.
-De nada. Hasta el lunes, Nialler.
-Hasta el lunes.
Los niños salieron corriendo, entre empujones y risas
UP MIS AMORES :)
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EleanorJCalder
Re: Un héroe en Nueva York - [Louis Tomlinson]
-
Louis Tomlinson II había nacido rico, privilegiado y, según sus padres, con una imaginación incorregible. Tal vez por eso se había encariñado tan pronto con Niall.
Este distaba de ser rico, y ni siquiera gozaba del privilegio de tener un padre y una madre, pero su imaginación era de primera clase.
A Louis siempre le habían gustado las multitudes, pero también las conversaciones de persona a persona. No le eran ajenas las fiestas, por supuesto, dada la afición de su madre a los saraos y su propia extroversión, y nadie que lo conociera podía decir de él que era un solitario. Con todo, en su trabajo siempre había preferido la soledad. Trabajaba en casa no porque no quisiera distracciones, sino porque no quería tener a nadie pegado a la espalda, observando su trabajo o haciendo el cómputo de sus progresos. Nunca se había planteado la posibilidad de trabajar en compañía. Hasta que conoció a Niall.
El primer día hicieron un pacto. Si Niall acababa sus deberes, con o sin la titubeante ayuda de Louis, podía elegir entre jugar con Tas o contribuir con su opinión a la historieta en la que estuviera trabajando Louis. Si este había dado por terminada su jornada de trabajo, se entretendrían viendo su extensa colección de cintas de vídeo o con el incipiente ejército de muñecos de plástico de Niall.
Para Louis; todo aquello resultaba natural. Para Niall, era fantástico. Por primera vez en su corta existencia, un hombre formaba parte de su vida cotidiana, hablaba con él y lo escuchaba. Al fin tenía a alguien que no solo estaba dispuesto a derrochar Su tiempo jugando a la guerra, igual que su madre, sino que además comprendía sus tácticas militares. .
A fines de la primera semana, Louis no solo era un héroe, el creador de Zark y el dueño de Tas; también era la persona más digna de confianza e imprescindible de su vida, aparte de su madre. Niall amaba sin barreras ni restricciones.
Louis, que, maravillado, se daba cuenta de ello, estaba a su vez cautivado por el chico. No había mentido al decide a ______ que nunca había pensado en tener hijos.
Llevaba tanto tiempo viviendo a su aire que nunca había pensado en que las cosas fueran diferentes. Pero, de haber sabido lo que era amar a un niño pequeño, hallar fragmentos de uno mismo en él, quizá hubiera cambiado de idea.
Tal vez fuera por ese hallazgo por lo que empezó a pensar en el padre de Niall. ¿Qué clase de hombre podía crear algo tan especial y luego desentenderse sin más? Su propio padre había sido siempre severo e inflexible, pero podía contarse con él. Louis nunca se había cuestionado su afecto. .
Era imposible llegar a los treinta y cinco sin conocer a varios coetáneos que hubieran pasado por un divorcio, casi siempre amargo. Pero Louis también conocía a algunos que habían logrado establecer una tregua con sus ex esposas para seguir ejerciendo el papel de padres. Resultaba difícil comprender que el padre de Niall no solo se hubiera marchado de casa, sino que además hubiera desaparecido. Tras pasar una semana en compañía de Niall, resultaba imposible concebido.
¿Y qué decir de ______? ¿Qué clase de hombre dejaba que una mujer criara sola al hijo que habían traído juntos al mundo? ¿Habría amado ella a aquel hombre? Aquella pregunta lo asaltaba con excesiva frecuencia. El resultado de la experiencia era obvio: ______ miraba con recelo a los hombres. A él, al menos, pensó Louis torciendo el gesto mientras miraba dibujar a Niall. Con tanto recelo que llevaba toda la semana evitándolo.
Todos los días, entre las cuatro y cuarto y las cuatro y veinticinco, Louis recibía una llamada cordial. ______ le preguntaba si todo iba bien, le daba las gracias por ocuparse de Niall, y luego le pedía que hiciera subir a su hijo. Esa tarde, Niall le había dado un cheque esmeradamente escrito por valor de veinte dólares a cargo de la cuenta de ______ Gentry Wallace. Louis todavía lo llevaba, doblado en el bolsillo.
¿De veras creía ______ que iba a apartarse de su camino sin hacer ruido después de haberlo dejado noqueado? Louis no olvidaba su cuerpo apretado con el de él, ni el modo en que su recelo y sus inhibiciones se habían evaporado por un instante fugaz y sobrecogedor. Pretendía volver a experimentar aquella sensación otra vez, así como otras muchas que su incorregible imaginación no cesaba de conjurar. Si la señora ______ Wallace creía que iba a retirarse caballerosamente, debía prepararse para una gran sorpresa.
-No me salen los motores de retropropulsión -se quejó Niall-. Nunca me quedan bien.
Louis dejó a un lado su trabajo, que había abandonado al dejarse llevar por sus cavilaciones acerca de ______.
-Déjame ver -tomó el cuaderno de dibujo que le había prestado a Niall-. Eh, no está mal -sonrió, absurdamente complacido al ver el boceto de la nave Desafío que había hecho el niño. Al parecer, las pocas indicaciones que le había dado habían calado hondo-. Tienes un don natural, Niall
El niño se sonrojó de placer y luego volvió a fruncir el ceño. -Pero, mira, los cohetes y los motores de retropropulsión están mal. Tienen un aspecto ridículo.
-Solo porque estás intentando definir los detalles demasiado pronto. Mira, primero los toques ligeros, los trazos -puso una mano sobre la del niño para guiarlo-. No te dé miedo equivocarte. Para eso están esas enormes gomas de borrar.
-Tú no te equivocas -Niall sacó la lengua entre los dientes e intentó que su mano se moviera con la misma ligereza que la de Louis.
-Claro que me equivoco. Este es el borrador número quince que gasto este año.
-Tú eres el mejor dibujante del mundo –dijo Niall, mirándolo con fervor. Conmovido, Louis le removió el pelo.
-Puede que esté entre los veinte mejores, pero gracias de todos modos -al oír el teléfono, sintió una extraña punzada de desilusión. El fin de semana había cambiado de pronto de significado: ya no podría estar con Niall. Habiendo vivido toda su vida sin responsabilidades, resultaba inquietante darse cuenta de que echaría de menos aquella en particular-. Debe de ser tu madre.
-Me ha dicho que esta noche, como es viernes, podemos ir al cine. Podrías venir con nosotros.
Louis masculló algo incomprensible y levantó el teléfono.
-Hola, ______.
-Louis, yo... ¿va todo bien?
Percibiendo algo extraño en su voz, Louis frunció el ceño.
-Estupendamente.
-¿Te ha dado Niall el cheque?
-Sí. Pero lo siento, aún no he tenido tiempo de cobrarlo. ______ no estaba de humor para sarcasmos.
-Bueno, gracias. Te agradecería que le dijeras a Niall que suba.
-De acuerdo -titubeó-. ¿Un día duro, ______?
Ella se llevó una mano a las sienes doloridas.
-Un poco. Gracias por preguntar, Louis.
-De nada -colgó, todavía con el ceño fruncido y, volviéndose hacia Niall, compuso una sonrisa-. Hora de transferir los efetivos, cabo.
-¡Señor, sí, señor! -Niall hizo un saludo militar. El ejército intergaláctico que había dejado en casa de Louis toda la semana estaba guardado en su mochila. Tras una breve búsqueda, encontraron sus guantes y los guardaron encima de los muñecos de plástico. Niall recogió su abrigo y su gorro y se agachó para abrazar a Tas-. Adiós, Tas. Hasta luego -el perro farfulló una despedida y restregó el hocico contra el hombro de Niall-. Adiós, Louis -se acercó a la puerta, pero vaciló un momento-. Supongo que nos veremos el lunes.
-Claro. Aunque, espera, creo que voy a subir contigo. Así le daré a tu madre un informe completo.
-¡Vale! -Niall se animó al instante-. Te has dejado las llaves en la cocina. Iré por ellas -Louis lo vio pasar a su lado como un tomado y regresar al cabo de un instante-. He sacado un sobresaliente en Lengua. Mamá se va a poner muy contenta cuando se lo diga. Seguro que nos deja beber un refresco.
-Me parece un trato muy justo -dijo Louis, y salió del apartamento al lado de Niall. ______ oyó la llave de Niall en la cerradura y bajó el hatillo de hielo.
______________---__________
Inclinándose hacia el espejo del baño, observó su cara y, al notar que empezaba a formarse un cardenal, masculló una maldición. Confiaba en contarle a Niall el incidente quitándole importancia antes de que apareciera alguna magulladura. Se tragó dos aspirinas y pidió al Cielo que se le pasara el dolor de cabeza.
-¡Mamá! ¡Eh, mamá!
-Estoy aquí, Niall -hizo una mueca al oír su propio grito, pero compuso una sonrisa y fue a su encuentro. La sonrisa se desvaneció al ver que su hijo no estaba solo.
-Louis ha subido a informar -dijo Niall, quitándose la mochila.
-¿Se puede saber que te ha pasado? -Louis se acercó a ella en dos zancadas. Tomó su cara entre las manos y la miró enojado-. ¿Estás bien?
-Claro que sí -le lanzó una mirada de advertencia y se volvió hacia Niall-. Estoy bien.
El niño la miró fijamente, con los ojos como platos, y su mentón comenzó a temblar al ver el cardenal azul oscuro que tenía bajo el ojo.
-¿ Te has caído?
Ella quiso mentirle y decirle que sí, pero nunca le había mentido.
-No exactamente -forzó una sonrisa, molesta por la presencia de Louis-. Al parecer, en la estación del metro había un tipo que quería mi bolso. Pero yo también lo quería, claro.
-¿Te han atracado? -Louis no sabía si insultada o abrazarla y comprobar si estaba herida. ______ le lanzó una mirada larga y desafiante.
-Algo así -se encogió de hombros-. Pero me temo que no ha sido nada emocionante. El metro estaba lleno. Alguien vio lo que ocurría y llamó a seguridad, así que el tipo cambió de idea respecto a mi bolso y salió corriendo.
Niall se acercó más a ella. No era la primera vez que veía un ojo morado. Joey Phelps había tenido uno una vez. Pero su madre, nunca.
-¿Te pegó?
-No, en realidad, no. Eso fue más bien un accidente -un accidente que dolía horrores-. Estábamos con el tira y afloja del bolso, y se le escapó el codo. No me agaché lo bastante rápido, eso es todo.
-Idiota -masculló Louis.
-¿Y tú le pegaste?
-Claro que no -respondió ______, y pensó con anhelo en el hatillo de hielo-. Anda, ve a sacar tus cosas de la mochila, Niall.
-Pero quiero saber sí...
-Haz lo que te digo -dijo su madre con firmeza.
-Sí, señora -murmuró Niall, y recogió la mochila del sofá.
______ aguardó hasta que se metió en su cuarto.
-Quiero que sepas que no me agrada que te metas en esto.
-Pues aún no has visto nada. ¿A ti qué demonios te pasa? ¿Cómo se te ha ocurrido pelearte con un atracador por el bolso? ¿Y si hubiera llevado una navaja?
-No la llevaba -______ sintió que empezaban a temblarle las piernas, precisamente en el momento más inoportuno-. Y tampoco se llevó mi bolso.
-Ni un ojo morado, supongo. Por el amor de Dios, ______, podrías haber resultado gravemente herida, y no creo que lleves nada en el bolso que merezca tanto la pena. Las tarjetas de crédito se pueden cancelar, y puedes comprarte otra barra de labios.
-Supongo que, si alguien intentara robarte la cartera, tú se la darías de mil amores.
-Eso es distinto.
-No, no lo es.
UP MIS AMORES :)
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Capitulo 4 (Parte1)
Louis Tomlinson II había nacido rico, privilegiado y, según sus padres, con una imaginación incorregible. Tal vez por eso se había encariñado tan pronto con Niall.
Este distaba de ser rico, y ni siquiera gozaba del privilegio de tener un padre y una madre, pero su imaginación era de primera clase.
A Louis siempre le habían gustado las multitudes, pero también las conversaciones de persona a persona. No le eran ajenas las fiestas, por supuesto, dada la afición de su madre a los saraos y su propia extroversión, y nadie que lo conociera podía decir de él que era un solitario. Con todo, en su trabajo siempre había preferido la soledad. Trabajaba en casa no porque no quisiera distracciones, sino porque no quería tener a nadie pegado a la espalda, observando su trabajo o haciendo el cómputo de sus progresos. Nunca se había planteado la posibilidad de trabajar en compañía. Hasta que conoció a Niall.
El primer día hicieron un pacto. Si Niall acababa sus deberes, con o sin la titubeante ayuda de Louis, podía elegir entre jugar con Tas o contribuir con su opinión a la historieta en la que estuviera trabajando Louis. Si este había dado por terminada su jornada de trabajo, se entretendrían viendo su extensa colección de cintas de vídeo o con el incipiente ejército de muñecos de plástico de Niall.
Para Louis; todo aquello resultaba natural. Para Niall, era fantástico. Por primera vez en su corta existencia, un hombre formaba parte de su vida cotidiana, hablaba con él y lo escuchaba. Al fin tenía a alguien que no solo estaba dispuesto a derrochar Su tiempo jugando a la guerra, igual que su madre, sino que además comprendía sus tácticas militares. .
A fines de la primera semana, Louis no solo era un héroe, el creador de Zark y el dueño de Tas; también era la persona más digna de confianza e imprescindible de su vida, aparte de su madre. Niall amaba sin barreras ni restricciones.
Louis, que, maravillado, se daba cuenta de ello, estaba a su vez cautivado por el chico. No había mentido al decide a ______ que nunca había pensado en tener hijos.
Llevaba tanto tiempo viviendo a su aire que nunca había pensado en que las cosas fueran diferentes. Pero, de haber sabido lo que era amar a un niño pequeño, hallar fragmentos de uno mismo en él, quizá hubiera cambiado de idea.
Tal vez fuera por ese hallazgo por lo que empezó a pensar en el padre de Niall. ¿Qué clase de hombre podía crear algo tan especial y luego desentenderse sin más? Su propio padre había sido siempre severo e inflexible, pero podía contarse con él. Louis nunca se había cuestionado su afecto. .
Era imposible llegar a los treinta y cinco sin conocer a varios coetáneos que hubieran pasado por un divorcio, casi siempre amargo. Pero Louis también conocía a algunos que habían logrado establecer una tregua con sus ex esposas para seguir ejerciendo el papel de padres. Resultaba difícil comprender que el padre de Niall no solo se hubiera marchado de casa, sino que además hubiera desaparecido. Tras pasar una semana en compañía de Niall, resultaba imposible concebido.
¿Y qué decir de ______? ¿Qué clase de hombre dejaba que una mujer criara sola al hijo que habían traído juntos al mundo? ¿Habría amado ella a aquel hombre? Aquella pregunta lo asaltaba con excesiva frecuencia. El resultado de la experiencia era obvio: ______ miraba con recelo a los hombres. A él, al menos, pensó Louis torciendo el gesto mientras miraba dibujar a Niall. Con tanto recelo que llevaba toda la semana evitándolo.
Todos los días, entre las cuatro y cuarto y las cuatro y veinticinco, Louis recibía una llamada cordial. ______ le preguntaba si todo iba bien, le daba las gracias por ocuparse de Niall, y luego le pedía que hiciera subir a su hijo. Esa tarde, Niall le había dado un cheque esmeradamente escrito por valor de veinte dólares a cargo de la cuenta de ______ Gentry Wallace. Louis todavía lo llevaba, doblado en el bolsillo.
¿De veras creía ______ que iba a apartarse de su camino sin hacer ruido después de haberlo dejado noqueado? Louis no olvidaba su cuerpo apretado con el de él, ni el modo en que su recelo y sus inhibiciones se habían evaporado por un instante fugaz y sobrecogedor. Pretendía volver a experimentar aquella sensación otra vez, así como otras muchas que su incorregible imaginación no cesaba de conjurar. Si la señora ______ Wallace creía que iba a retirarse caballerosamente, debía prepararse para una gran sorpresa.
-No me salen los motores de retropropulsión -se quejó Niall-. Nunca me quedan bien.
Louis dejó a un lado su trabajo, que había abandonado al dejarse llevar por sus cavilaciones acerca de ______.
-Déjame ver -tomó el cuaderno de dibujo que le había prestado a Niall-. Eh, no está mal -sonrió, absurdamente complacido al ver el boceto de la nave Desafío que había hecho el niño. Al parecer, las pocas indicaciones que le había dado habían calado hondo-. Tienes un don natural, Niall
El niño se sonrojó de placer y luego volvió a fruncir el ceño. -Pero, mira, los cohetes y los motores de retropropulsión están mal. Tienen un aspecto ridículo.
-Solo porque estás intentando definir los detalles demasiado pronto. Mira, primero los toques ligeros, los trazos -puso una mano sobre la del niño para guiarlo-. No te dé miedo equivocarte. Para eso están esas enormes gomas de borrar.
-Tú no te equivocas -Niall sacó la lengua entre los dientes e intentó que su mano se moviera con la misma ligereza que la de Louis.
-Claro que me equivoco. Este es el borrador número quince que gasto este año.
-Tú eres el mejor dibujante del mundo –dijo Niall, mirándolo con fervor. Conmovido, Louis le removió el pelo.
-Puede que esté entre los veinte mejores, pero gracias de todos modos -al oír el teléfono, sintió una extraña punzada de desilusión. El fin de semana había cambiado de pronto de significado: ya no podría estar con Niall. Habiendo vivido toda su vida sin responsabilidades, resultaba inquietante darse cuenta de que echaría de menos aquella en particular-. Debe de ser tu madre.
-Me ha dicho que esta noche, como es viernes, podemos ir al cine. Podrías venir con nosotros.
Louis masculló algo incomprensible y levantó el teléfono.
-Hola, ______.
-Louis, yo... ¿va todo bien?
Percibiendo algo extraño en su voz, Louis frunció el ceño.
-Estupendamente.
-¿Te ha dado Niall el cheque?
-Sí. Pero lo siento, aún no he tenido tiempo de cobrarlo. ______ no estaba de humor para sarcasmos.
-Bueno, gracias. Te agradecería que le dijeras a Niall que suba.
-De acuerdo -titubeó-. ¿Un día duro, ______?
Ella se llevó una mano a las sienes doloridas.
-Un poco. Gracias por preguntar, Louis.
-De nada -colgó, todavía con el ceño fruncido y, volviéndose hacia Niall, compuso una sonrisa-. Hora de transferir los efetivos, cabo.
-¡Señor, sí, señor! -Niall hizo un saludo militar. El ejército intergaláctico que había dejado en casa de Louis toda la semana estaba guardado en su mochila. Tras una breve búsqueda, encontraron sus guantes y los guardaron encima de los muñecos de plástico. Niall recogió su abrigo y su gorro y se agachó para abrazar a Tas-. Adiós, Tas. Hasta luego -el perro farfulló una despedida y restregó el hocico contra el hombro de Niall-. Adiós, Louis -se acercó a la puerta, pero vaciló un momento-. Supongo que nos veremos el lunes.
-Claro. Aunque, espera, creo que voy a subir contigo. Así le daré a tu madre un informe completo.
-¡Vale! -Niall se animó al instante-. Te has dejado las llaves en la cocina. Iré por ellas -Louis lo vio pasar a su lado como un tomado y regresar al cabo de un instante-. He sacado un sobresaliente en Lengua. Mamá se va a poner muy contenta cuando se lo diga. Seguro que nos deja beber un refresco.
-Me parece un trato muy justo -dijo Louis, y salió del apartamento al lado de Niall. ______ oyó la llave de Niall en la cerradura y bajó el hatillo de hielo.
______________---__________
Inclinándose hacia el espejo del baño, observó su cara y, al notar que empezaba a formarse un cardenal, masculló una maldición. Confiaba en contarle a Niall el incidente quitándole importancia antes de que apareciera alguna magulladura. Se tragó dos aspirinas y pidió al Cielo que se le pasara el dolor de cabeza.
-¡Mamá! ¡Eh, mamá!
-Estoy aquí, Niall -hizo una mueca al oír su propio grito, pero compuso una sonrisa y fue a su encuentro. La sonrisa se desvaneció al ver que su hijo no estaba solo.
-Louis ha subido a informar -dijo Niall, quitándose la mochila.
-¿Se puede saber que te ha pasado? -Louis se acercó a ella en dos zancadas. Tomó su cara entre las manos y la miró enojado-. ¿Estás bien?
-Claro que sí -le lanzó una mirada de advertencia y se volvió hacia Niall-. Estoy bien.
El niño la miró fijamente, con los ojos como platos, y su mentón comenzó a temblar al ver el cardenal azul oscuro que tenía bajo el ojo.
-¿ Te has caído?
Ella quiso mentirle y decirle que sí, pero nunca le había mentido.
-No exactamente -forzó una sonrisa, molesta por la presencia de Louis-. Al parecer, en la estación del metro había un tipo que quería mi bolso. Pero yo también lo quería, claro.
-¿Te han atracado? -Louis no sabía si insultada o abrazarla y comprobar si estaba herida. ______ le lanzó una mirada larga y desafiante.
-Algo así -se encogió de hombros-. Pero me temo que no ha sido nada emocionante. El metro estaba lleno. Alguien vio lo que ocurría y llamó a seguridad, así que el tipo cambió de idea respecto a mi bolso y salió corriendo.
Niall se acercó más a ella. No era la primera vez que veía un ojo morado. Joey Phelps había tenido uno una vez. Pero su madre, nunca.
-¿Te pegó?
-No, en realidad, no. Eso fue más bien un accidente -un accidente que dolía horrores-. Estábamos con el tira y afloja del bolso, y se le escapó el codo. No me agaché lo bastante rápido, eso es todo.
-Idiota -masculló Louis.
-¿Y tú le pegaste?
-Claro que no -respondió ______, y pensó con anhelo en el hatillo de hielo-. Anda, ve a sacar tus cosas de la mochila, Niall.
-Pero quiero saber sí...
-Haz lo que te digo -dijo su madre con firmeza.
-Sí, señora -murmuró Niall, y recogió la mochila del sofá.
______ aguardó hasta que se metió en su cuarto.
-Quiero que sepas que no me agrada que te metas en esto.
-Pues aún no has visto nada. ¿A ti qué demonios te pasa? ¿Cómo se te ha ocurrido pelearte con un atracador por el bolso? ¿Y si hubiera llevado una navaja?
-No la llevaba -______ sintió que empezaban a temblarle las piernas, precisamente en el momento más inoportuno-. Y tampoco se llevó mi bolso.
-Ni un ojo morado, supongo. Por el amor de Dios, ______, podrías haber resultado gravemente herida, y no creo que lleves nada en el bolso que merezca tanto la pena. Las tarjetas de crédito se pueden cancelar, y puedes comprarte otra barra de labios.
-Supongo que, si alguien intentara robarte la cartera, tú se la darías de mil amores.
-Eso es distinto.
-No, no lo es.
UP MIS AMORES :)
*Pueden preguntarme lo que quieranAQUÍ
EleanorJCalder
Re: Un héroe en Nueva York - [Louis Tomlinson]
-
Él dejó de pasearse por la habitación y la miró fijamente. Tenía la cabeza alzada, la barbilla hacia fuera. Louis había visto aquel gesto en Niall varias veces. No lo sorprendía su terquedad, pero sí su mal genio y la admiración que le produjo. Pero, en ese momento, se recordó mirando de nuevo su pómulo tumefacto; nada de ello importaba.
-Recapitulemos un momento. Por de pronto, no sé por qué te montas sola en el metro.
Ella dejó escapar un remedo de risa.-Supongo que estarás bromeando.
Lo curioso del caso era que Louis no recordaba haber dicho nunca algo tan estúpido. Lo cual lo hizo enfadarse consigo mismo.
-Toma un taxi, maldita sea.
-No voy a tomar ningún taxi.
-¿Por qué?
-Primero, porque es absurdo y, segundo, porque no puedo permitírmelo.
Louis se sacó el cheque del bolsillo y se lo puso en la mano.
-Ahora ya puedes permitírtelo. y hasta puedes dejar propina.
-No pienso aceptarlo -le tiró el cheque arrugado-.
-Ni pienso tomar un taxi pudiendo utilizar el metro, que es barato y rápido. Y desde luego no tengo intención de permitir que conviertas un pequeño incidente en una tragedia. No quiero que Niall se preocupe.
-Bueno, pues entonces toma un taxi. Hazlo por él, si no quieres hacerlo por ti. Piensa en lo que habría sido de él si te hubiera pasado algo.
Ella palideció, y el cardenal de su mejilla pareció oscurecerse.
-No necesito que ni tú ni nadie me dé lecciones sobre el bienestar de mi hijo.
-No, es cierto, te portas muy bien con él. Es contigo misma con la que no te portas tan bien -se metió las manos en los bolsillos-. Está bien, no tomarás un taxi. Pero al menos prométeme que no te creerás 'Sally la Temeraria' la próxima vez que algún ladrón decida que le gusta el color de tu bolso.
______ se frotó los brazos por encima de la chaqueta.
-¿Es ese el nombre de uno de tus personajes?
-Podría serlo -Louis se dijo que debía calmarse. No solía perder los papeles fácilmente, pero, cuando empezaba a sulfurarse, podía estallar en cuestión de segundos-. Mira, ______, ¿llevabas acaso los ahorros de toda tu vida en el bolso?
-Por supuesto que no.
-¿Alguna reliquia familiar?
-No.
-¿Algún microchip de vital importancia para la seguridad nacional?
Ella dejó escapar un suspiro, exasperada, y se sentó en el brazo del sofá.
-No, me lo dejé en la oficina -hizo un mohín y volvió a mirarlo-. Ahora no me pongas esa sonrisita idiota.
-Lo siento -él puso una amplia sonrisa.
-Es que he tenido un día horrible -sin darse cuenta, se quitó el zapato y empezó a masajearse la planta del pie-. A primera hora de la mañana, el señor Rosen me echó un sermón acerca de la productividad, luego hubo reunión de personal y, finalmente, ese imbécil del cajero, que intentó ligar conmigo.
-¿Qué cajero?
-Da igual-cansada, se frotó las sienes-. El caso es que las cosas fueron de mal en peor y que al final tenía ganas de arrancarle a alguien la cabeza de un mordisco. Y entonces ese idiota me tiró del bolso, y estallé. Por lo menos tengo la satisfacción de saber que cojeará unos cuantos días.
-Con que le zurraste, ¿eh?
______ se palpó cuidadosamente el ojo con las puntas de los dedos, sin abandonar aquel mohín.
-Sí.
Louis se acercó y, agachándose junto a ella, observó la magulladura con curiosidad.
-Se te va a poner muy morado.
-¿Tú crees? -______ se tocó de nuevo el moratón-. Esperaba que no se pusiera peor.
-Ni lo sueñes. Vas a estar hecha un cuadro.
Ella pensó en las miradas curiosas y las explicaciones que tendría que dar en la oficina.
-Fantástico.
-¿Te duele?
-Sí.
Louis besó suavemente la magulladura antes de que ella pudiera retirarse.
-Prueba con un poco de hielo.
-Ya lo había pensado.
-Ya he colocado mis cosas -Niall estaba en el pasillo, mirándose los zapatos-. Tenía deberes, pero ya los he hecho.
-Eso está muy bien. Ven aquí -Niall siguió mirándose los zapatos mientras se acercaba a ella. ______ le puso los brazos alrededor del cuello y lo achuchó-. Lo siento.
-Da igual. No quería que te enfadaras.
-No me he enfadado contigo. Me he enfadado con el señor Rosen y con el hombre que intentó robarme el bolso, pero no contigo, mi niño.
-Si quieres, te traigo un paño húmedo, como haces tú cuando me duela la cabeza.
-Gracias, pero creo que lo que necesito es un baño caliente y un poco de hielo –le dio otro achuchón y entonces recordó algo-. Ah, pero si hoy teníamos planes, ¿no? Hamburguesa con queso y una película.
-Podemos ver la tele, en vez de salir.
-Bueno, ¿por qué no esperamos a ver qué tal me encuentro dentro de un rato?
-He sacado un sobresaliente en Lengua.
-Mi héroe -dijo ______, riendo.
-¿Sabes?, eso del baño caliente es buena idea -Louis ya estaba haciendo planes-. ¿Por qué no empiezas y me prestas a Niall un rato?
-Pero si acaba de llegar a casa.
-Solo será un ratito -Louis la tomó del brazo y la condujo hacia el cuarto de baño-. Pon burbujas en la bañera. Son fantásticas para la moral. Volveremos dentro de media hora.
-Pero ¿adónde vais?
-A hacer un recado. Niall puede acompañarme, ¿verdad, Nialler?
-Claro.
La idea de pasar media hora en la bañera resultaba tentadora.
-Nada de chucherías. Falta muy poco para la cena.
-Está bien, no comeré ninguna -le prometió Louis empujándola hacia el baño, y, agarrando a Niall del hombro, regresó al cuarto de estar-. ¿Listo para emprender una misión, cabo?
Con los ojos brillantes, Niall hizo un saludo militar.
-Listo, señor.
La combinación de hielo, baño caliente y aspirina tuvo éxito. Cuando el agua empezó a enfriarse, el dolor de cabeza de ______ se había disipado hasta convertirse en un leve aturdimiento. Estaba en deuda con Louis por permitirle pasar un rato a solas, pensó mientras se ponía unos vaqueros. El agua caliente no solo se había llevado el dolor: también había disipado su nerviosismo. En realidad, al examinar despacio su ojo morado, se sintió muy orgullosa de sí misma. Louis tenía razón: las burbujas eran excelentes para levantar la moral.
Se cepilló el pelo, preguntándose si Niall se enfadaría si dejaban el cine para otro día. A pesar del baño caliente, no le apetecía nada encarar de nuevo el frío de la calle para sentarse en un cine abarrotado. Pensó que tal vez se diera por satisfecho con una sesión de tarde al día siguiente. Tendría que variar un poco sus planes, pero, después de la semana que había pasado, la idea de pasar una noche tranquila en casa, aunque tuviera que hacer la colada después de la cena, le parecía mucho más apetecible.
Qué semana tan espantosa, pensó mientras se ponía las pantuflas. Rosen era un tirano y el cajero un plasta. Los cinco días anteriores, había pasado casi tanto tiempo aplacando a uno y quitándose de encima al otro como tramitando préstamos. El trabajo no le daba miedo, pero le crispaba los nervios tener que dar cuenta de cada minuto de su tiempo. Sin embargo, no era nada personal de eso se había, dado cuenta el primer día.
Rosen era igual de insoportable con todo el mundo.
Y ese idiota de Cummings... ______ procuró quitarse de la cabeza la imagen del pegajoso cajero y se sentó al borde de la cama. Ya había superado las dos primeras semanas. Se tocó cuidadosamente el pómulo. Las cicatrices lo demostraban. En adelante, todo sería más fácil. Ya no sufriría el estrés de tener que familiarizarse con tantas caras nuevas. Y lo mejor de todo era que no tenía que preocuparse por Niall.
Aunque no quisiera admitido delante de nadie, cada día de esa semana había creído que Louis iba a llamarla para decide que Niall le causaba demasiadas molestias, que había cambiado de idea y que estaba cansado de pasarse las tardes con un crío de nueve años. Pero el caso era que, cada tarde, cuando subía a casa, Niall tenía mil historias que contarle acerca de Louis, de Tas y de todo lo que hacían.
Louis le había enseñado una serie de bocetos para el número especial de aniversario. Habían llevado a Tas al parque. Habían visto la versión original, sin cortar, de King Kong. Louis le había enseñado su colección de cómics, que incluía los primeros números de Superman y de Cuentos desde la cripta, número que, como todo el mundo sabía, tenían un valor prácticamente incalculable. ¿Y sabía acaso ella que Louis tenía en su poder el auténtico anillo transmisor del Capitán Medianoche? ¡Guau!
______ hizo girar los ojos y puso una mueca al sentir una punzada de dolor. Louis tal vez fuera raro, pero no había duda de que hacía feliz a Niall. Todo iría bien mientras siguiera pensando en él como en el amigo de su hijo y olvidara el repentino e inexplicable vínculo que había surgido entre ellos el fin de semana anterior.
______ prefería pensar en ello como en un vínculo fortuito, aunque tal vez Louis lo hubiera llamado de otro modo. Atracción, química, pasión... No, ella no usaría ninguno de aquellos términos, ni pensaría en la reacción inmediata e irrefrenable que le había provocado su abrazo. Sabía lo que había sentido. Era demasiado honesta como para negar que, por un instante, se había dejado llevar, embriagada, por el placer de sentirse deseada. No tenía por qué avergonzarse de ello. Cualquier mujer que llevara tanto tiempo sola como ella sentiría cierto hormigueo al hallarse tan cerca de un hombre atractivo. Pero, entonces, ¿por qué Cummings no le producía aquel hormigueo?
«No contestes a esa pregunta», se advirtió. A veces era preferible no ahondar demasiado, no fuera a ser que no le gustara la respuesta.
«Piensa en la cena», se dijo. El pobre Niall tendría que conformarse con una sopa y un sándwich en vez de su ansiada hamburguesa con queso. Suspirando, se levantó al oír que se abría la puerta.
-¡Mamá! ¡Mamá, ven a ver qué sorpresa!
______ procuró componer una sonrisa, aun que no sabía si podría soportar más sorpresas ese día.
-Niall, ¿le has dado a Louis las gracias por...? ¡Oh! -de pronto vio que Louis también había vuelto, y sin darse cuenta empezó a estirarse el jersey. Niall y él estaban junto a la puerta, sonriendo. Niall llevaba dos bolsas de papel y Louis sostenía lo que se parecía sospechosamente a un vídeo con los cables colgando
.
-¿Qué es todo eso?
*Pueden preguntarme lo que quieranAQUÍ[/quote]
Capitulo 4 (Parte2)
Él dejó de pasearse por la habitación y la miró fijamente. Tenía la cabeza alzada, la barbilla hacia fuera. Louis había visto aquel gesto en Niall varias veces. No lo sorprendía su terquedad, pero sí su mal genio y la admiración que le produjo. Pero, en ese momento, se recordó mirando de nuevo su pómulo tumefacto; nada de ello importaba.
-Recapitulemos un momento. Por de pronto, no sé por qué te montas sola en el metro.
Ella dejó escapar un remedo de risa.-Supongo que estarás bromeando.
Lo curioso del caso era que Louis no recordaba haber dicho nunca algo tan estúpido. Lo cual lo hizo enfadarse consigo mismo.
-Toma un taxi, maldita sea.
-No voy a tomar ningún taxi.
-¿Por qué?
-Primero, porque es absurdo y, segundo, porque no puedo permitírmelo.
Louis se sacó el cheque del bolsillo y se lo puso en la mano.
-Ahora ya puedes permitírtelo. y hasta puedes dejar propina.
-No pienso aceptarlo -le tiró el cheque arrugado-.
-Ni pienso tomar un taxi pudiendo utilizar el metro, que es barato y rápido. Y desde luego no tengo intención de permitir que conviertas un pequeño incidente en una tragedia. No quiero que Niall se preocupe.
-Bueno, pues entonces toma un taxi. Hazlo por él, si no quieres hacerlo por ti. Piensa en lo que habría sido de él si te hubiera pasado algo.
Ella palideció, y el cardenal de su mejilla pareció oscurecerse.
-No necesito que ni tú ni nadie me dé lecciones sobre el bienestar de mi hijo.
-No, es cierto, te portas muy bien con él. Es contigo misma con la que no te portas tan bien -se metió las manos en los bolsillos-. Está bien, no tomarás un taxi. Pero al menos prométeme que no te creerás 'Sally la Temeraria' la próxima vez que algún ladrón decida que le gusta el color de tu bolso.
______ se frotó los brazos por encima de la chaqueta.
-¿Es ese el nombre de uno de tus personajes?
-Podría serlo -Louis se dijo que debía calmarse. No solía perder los papeles fácilmente, pero, cuando empezaba a sulfurarse, podía estallar en cuestión de segundos-. Mira, ______, ¿llevabas acaso los ahorros de toda tu vida en el bolso?
-Por supuesto que no.
-¿Alguna reliquia familiar?
-No.
-¿Algún microchip de vital importancia para la seguridad nacional?
Ella dejó escapar un suspiro, exasperada, y se sentó en el brazo del sofá.
-No, me lo dejé en la oficina -hizo un mohín y volvió a mirarlo-. Ahora no me pongas esa sonrisita idiota.
-Lo siento -él puso una amplia sonrisa.
-Es que he tenido un día horrible -sin darse cuenta, se quitó el zapato y empezó a masajearse la planta del pie-. A primera hora de la mañana, el señor Rosen me echó un sermón acerca de la productividad, luego hubo reunión de personal y, finalmente, ese imbécil del cajero, que intentó ligar conmigo.
-¿Qué cajero?
-Da igual-cansada, se frotó las sienes-. El caso es que las cosas fueron de mal en peor y que al final tenía ganas de arrancarle a alguien la cabeza de un mordisco. Y entonces ese idiota me tiró del bolso, y estallé. Por lo menos tengo la satisfacción de saber que cojeará unos cuantos días.
-Con que le zurraste, ¿eh?
______ se palpó cuidadosamente el ojo con las puntas de los dedos, sin abandonar aquel mohín.
-Sí.
Louis se acercó y, agachándose junto a ella, observó la magulladura con curiosidad.
-Se te va a poner muy morado.
-¿Tú crees? -______ se tocó de nuevo el moratón-. Esperaba que no se pusiera peor.
-Ni lo sueñes. Vas a estar hecha un cuadro.
Ella pensó en las miradas curiosas y las explicaciones que tendría que dar en la oficina.
-Fantástico.
-¿Te duele?
-Sí.
Louis besó suavemente la magulladura antes de que ella pudiera retirarse.
-Prueba con un poco de hielo.
-Ya lo había pensado.
-Ya he colocado mis cosas -Niall estaba en el pasillo, mirándose los zapatos-. Tenía deberes, pero ya los he hecho.
-Eso está muy bien. Ven aquí -Niall siguió mirándose los zapatos mientras se acercaba a ella. ______ le puso los brazos alrededor del cuello y lo achuchó-. Lo siento.
-Da igual. No quería que te enfadaras.
-No me he enfadado contigo. Me he enfadado con el señor Rosen y con el hombre que intentó robarme el bolso, pero no contigo, mi niño.
-Si quieres, te traigo un paño húmedo, como haces tú cuando me duela la cabeza.
-Gracias, pero creo que lo que necesito es un baño caliente y un poco de hielo –le dio otro achuchón y entonces recordó algo-. Ah, pero si hoy teníamos planes, ¿no? Hamburguesa con queso y una película.
-Podemos ver la tele, en vez de salir.
-Bueno, ¿por qué no esperamos a ver qué tal me encuentro dentro de un rato?
-He sacado un sobresaliente en Lengua.
-Mi héroe -dijo ______, riendo.
-¿Sabes?, eso del baño caliente es buena idea -Louis ya estaba haciendo planes-. ¿Por qué no empiezas y me prestas a Niall un rato?
-Pero si acaba de llegar a casa.
-Solo será un ratito -Louis la tomó del brazo y la condujo hacia el cuarto de baño-. Pon burbujas en la bañera. Son fantásticas para la moral. Volveremos dentro de media hora.
-Pero ¿adónde vais?
-A hacer un recado. Niall puede acompañarme, ¿verdad, Nialler?
-Claro.
La idea de pasar media hora en la bañera resultaba tentadora.
-Nada de chucherías. Falta muy poco para la cena.
-Está bien, no comeré ninguna -le prometió Louis empujándola hacia el baño, y, agarrando a Niall del hombro, regresó al cuarto de estar-. ¿Listo para emprender una misión, cabo?
Con los ojos brillantes, Niall hizo un saludo militar.
-Listo, señor.
La combinación de hielo, baño caliente y aspirina tuvo éxito. Cuando el agua empezó a enfriarse, el dolor de cabeza de ______ se había disipado hasta convertirse en un leve aturdimiento. Estaba en deuda con Louis por permitirle pasar un rato a solas, pensó mientras se ponía unos vaqueros. El agua caliente no solo se había llevado el dolor: también había disipado su nerviosismo. En realidad, al examinar despacio su ojo morado, se sintió muy orgullosa de sí misma. Louis tenía razón: las burbujas eran excelentes para levantar la moral.
Se cepilló el pelo, preguntándose si Niall se enfadaría si dejaban el cine para otro día. A pesar del baño caliente, no le apetecía nada encarar de nuevo el frío de la calle para sentarse en un cine abarrotado. Pensó que tal vez se diera por satisfecho con una sesión de tarde al día siguiente. Tendría que variar un poco sus planes, pero, después de la semana que había pasado, la idea de pasar una noche tranquila en casa, aunque tuviera que hacer la colada después de la cena, le parecía mucho más apetecible.
Qué semana tan espantosa, pensó mientras se ponía las pantuflas. Rosen era un tirano y el cajero un plasta. Los cinco días anteriores, había pasado casi tanto tiempo aplacando a uno y quitándose de encima al otro como tramitando préstamos. El trabajo no le daba miedo, pero le crispaba los nervios tener que dar cuenta de cada minuto de su tiempo. Sin embargo, no era nada personal de eso se había, dado cuenta el primer día.
Rosen era igual de insoportable con todo el mundo.
Y ese idiota de Cummings... ______ procuró quitarse de la cabeza la imagen del pegajoso cajero y se sentó al borde de la cama. Ya había superado las dos primeras semanas. Se tocó cuidadosamente el pómulo. Las cicatrices lo demostraban. En adelante, todo sería más fácil. Ya no sufriría el estrés de tener que familiarizarse con tantas caras nuevas. Y lo mejor de todo era que no tenía que preocuparse por Niall.
Aunque no quisiera admitido delante de nadie, cada día de esa semana había creído que Louis iba a llamarla para decide que Niall le causaba demasiadas molestias, que había cambiado de idea y que estaba cansado de pasarse las tardes con un crío de nueve años. Pero el caso era que, cada tarde, cuando subía a casa, Niall tenía mil historias que contarle acerca de Louis, de Tas y de todo lo que hacían.
Louis le había enseñado una serie de bocetos para el número especial de aniversario. Habían llevado a Tas al parque. Habían visto la versión original, sin cortar, de King Kong. Louis le había enseñado su colección de cómics, que incluía los primeros números de Superman y de Cuentos desde la cripta, número que, como todo el mundo sabía, tenían un valor prácticamente incalculable. ¿Y sabía acaso ella que Louis tenía en su poder el auténtico anillo transmisor del Capitán Medianoche? ¡Guau!
______ hizo girar los ojos y puso una mueca al sentir una punzada de dolor. Louis tal vez fuera raro, pero no había duda de que hacía feliz a Niall. Todo iría bien mientras siguiera pensando en él como en el amigo de su hijo y olvidara el repentino e inexplicable vínculo que había surgido entre ellos el fin de semana anterior.
______ prefería pensar en ello como en un vínculo fortuito, aunque tal vez Louis lo hubiera llamado de otro modo. Atracción, química, pasión... No, ella no usaría ninguno de aquellos términos, ni pensaría en la reacción inmediata e irrefrenable que le había provocado su abrazo. Sabía lo que había sentido. Era demasiado honesta como para negar que, por un instante, se había dejado llevar, embriagada, por el placer de sentirse deseada. No tenía por qué avergonzarse de ello. Cualquier mujer que llevara tanto tiempo sola como ella sentiría cierto hormigueo al hallarse tan cerca de un hombre atractivo. Pero, entonces, ¿por qué Cummings no le producía aquel hormigueo?
«No contestes a esa pregunta», se advirtió. A veces era preferible no ahondar demasiado, no fuera a ser que no le gustara la respuesta.
«Piensa en la cena», se dijo. El pobre Niall tendría que conformarse con una sopa y un sándwich en vez de su ansiada hamburguesa con queso. Suspirando, se levantó al oír que se abría la puerta.
-¡Mamá! ¡Mamá, ven a ver qué sorpresa!
______ procuró componer una sonrisa, aun que no sabía si podría soportar más sorpresas ese día.
-Niall, ¿le has dado a Louis las gracias por...? ¡Oh! -de pronto vio que Louis también había vuelto, y sin darse cuenta empezó a estirarse el jersey. Niall y él estaban junto a la puerta, sonriendo. Niall llevaba dos bolsas de papel y Louis sostenía lo que se parecía sospechosamente a un vídeo con los cables colgando
.
-¿Qué es todo eso?
*Pueden preguntarme lo que quieranAQUÍ
EleanorJCalder
Re: Un héroe en Nueva York - [Louis Tomlinson]
-
-La cena y una sesión doble -le informó Louis-. Niall me ha dicho que te gustan los batidos de chocolate.
-Sí, claro -al fin sintió el aroma. Husmeando, miró atentamente las bolsas de Niall-. ¿Hamburguesas con queso?
-Sí, Y patatas. Louis dijo que podíamos pedir ración doble. Y hemos sacado a Tas a dar un paseo. Está abajo, comiendo.
-Tiene muy malos modales en la mesa -Louis puso el vídeo sobre el televisor de ______.
-Y yo he ayudado a Louis a desenchufar el vídeo. Hemos traído En busca del arca perdida. Louis tiene montones de películas.
-Niall dice que te gustan los musicales.
-Bueno, sí, pero...
-También hemos traído un musical -Niall dejó las bolsas en el suelo y se sentó con Louis en el suelo-. Louis dice que es muy divertida, así que supongo que estará bien - puso una mano sobre la pierna de Louis y se inclinó hacia delante para mirar el enchufe.
-Cantando bajo la lluvia -Louis le dio a Niall un cable y se apartó para que lo enchufara.
-¿De veras?
Él sonrió. A veces, ______ era igual que su hijo.
-Sí. ¿Qué tal tu ojo?
-Mejor -incapaz de resistirse, ______ se acercó a mirar. Qué extraño era ver las manitas de su hijo junto a las de un hombre.
-Está un poco apretujado, pero cabe justo debajo de la tele -Louis apretó suavemente el hombro de Niall y se levantó. Poniendo un dedo bajo la barbilla de ______, le giró la cara para mirarle el ojo-. Vaya, qué colorcillo tiene. En fin, Niall y yo pensamos que, como estabas un poco hecha polvo, era mejor traerte la película a casa.
-Sí, estoy un poco cansada. Gracias -le tocó un momento la muñeca.
-De nada -él se preguntó cuál sería su reacción, y la de Niall, si la besaba en ese momento. ______ pareció darse cuenta, pues se apartó rápidamente.
-Bueno, será mejor que traiga unos platos o la comida se quedará fría.
-Tenemos montones de servilletas -señaló el sofá-. Siéntate mientras mi ayudante y yo acabamos.
-Ya está -sofocado por la emoción, Niall retrocedió a gatas-. Ya lo he enchufado todo.
Louis se agachó para comprobar las conexiones. -Es usted un mecánico de primera, cabo.
-Primero vamos a ver En busca del arca perdida, ¿no?
-Ese era el trato -Louis le dio la cinta-. Tú estás al mando.
-Parece que tengo que darte las gracias otra vez -dijo ______ cuando Louis se sentó junto a ella en el sofá.
-¿Por qué? Esta noche me apetecía entrometerme en tu cita con Niall -sacó una hamburguesa de la bolsa-. Esto es más barato.
-La mayoría de los hombres no querrían pasar un viernes por la noche con un niño pequeño.
-¿Porqué no? -dio un buen mordisco y, tras tragárselo, continuó-. Me imagino que no se comerá ni la mitad de sus patatas. Así que yo me comeré el resto.
Niall dio un salto y se sentó entre ellos. Lanzó un teatral suspiro de satisfacción y se arrellanó en el sofá.
-Esto es mejor que salir. Muchísimo mejor.
Tenía razón, pensó ______ mientras, relajándose, se dejaba atrapar por las aventuras de Indiana Jones. En otro tiempo, había creído que la vida podía ser así de emocionante, de romántica y de sobrecogedora. Y, aunque las circunstancias la habían obligado a dejar a un lado aquellas cosas, nunca había perdido su afición por las películas de aventuras. Durante un par de horas, era posible cerrar la puerta a la realidad y a las presiones que conllevaba y volver a tener ilusiones.
Niall tenía los ojos brillantes y parecía lleno de energía al cambiar de cinta. ______ comprendió que, esa noche, sus sueños girarían en tomo a tesoros perdidos y hazañas heroicas. Acurrucado a su lado, el niño se rió de las travesuras y batacazos de Donald O'Connor, pero empezó a dar cabezadas en cuanto Gene Kelly empezó a bailar bajo la lluvia.
-Fantástico, ¿eh? -murmuró Louis. Niall se había movido de modo que tenía la cabeza apoyada sobre su pecho.
-Sí. Nunca me canso de ver esta película. De pequeña, la veíamos siempre que la ponían en la tele. Mi padre es un fanático del cine. Puedes citarle casi cualquier película, y te dirá el reparto. Pero, sobre todo, le gustan los musicales.
Louis guardó silencio de nuevo. Hacía falta muy poco para conocer los sentimientos de una persona hacia otra: una simple inflexión de la voz, una leve dulcificación de la expresión... Los padres de ______ habían sido cariñosos con ella. Él, en cambio, lamentaba no poder decir lo mismo de los suyos. Su padre nunca había compartido su amor por la literatura fantástica ni por el cine, y él siempre se había sentido ajeno a la devoción de su padre por los negocios. Aunque nunca se había considerado un niño solitario, pues su imaginación era compañía suficiente, siempre echaría de menos el calor y el afecto que había percibido en la voz de ______ al hablar de su padre.
Cuando comenzaron los créditos, se volvió de nuevo hacia ella.
-¿Tus padres viven en la ciudad?
-¿Aquí? No, qué va -se echó a reír al imaginárselos enfrentándose al ritmo de vida de Nueva York-. No, yo crecí en Rochester, pero mis padres se fueron al sur hace casi diez años. A Fort Worth. Mi padre trabaja en un banco y mi madre trabaja media jornada en una librería. Nos quedamos todos atónitos cuando se puso a trabajar. Supongo que creíamos que no sabía hacer nada más que cocinar y planchar.
-¿Cuántos sois?
______ suspiró ligeramente mientras la pantalla quedaba en blanco. No recordaba cuánto tiempo hacía que no pasaba una velada tan agradable.
-Tengo un hermano y una hermana. Yo soy la mayor. Luke vive en Rochester con su mujer, que está esperando un hijo, y Julia está en Atlanta. Es locutora de radio.
-¿En serio?
-«Despierta, Atlanta. Son las seis de la mañana, hora de tres éxitos encadenados» - se echó a reír al pensar en su hermana-. Me encantaría ir a verlos con Niall.
-¿Los echas de menos?
-Es duro pensar lo dispersos que estamos todos. Sé que a Niall le vendría bien tener más familia cerca.
-¿Y a ______?
Ella lo miró, y pensó sorprendida que no le resultaba extraño ver a Niall dormido sobre su regazo.
-Yo tengo a Niall.
-¿Y con eso te basta?
-Me sobra -sonriendo, descruzó las piernas y se levantó-. Y, hablando de Niall, creo que será mejor llevarlo a la cama.
Louis tomó al niño y lo colocó sobre su hombro. -Yo lo llevaré.
-Oh, no te preocupes. Estoy acostumbrada.
-Ya lo tengo -Niall apoyó la cara junto a su cuello. Qué extraña sensación, pensó Louis, enternecido-. ¿Dónde es?
______ lo condujo a la habitación de Niall, diciéndose a sí misma que era absurdo sentirse violenta. La cama estaba hecha a la manera de Niall, o sea, que la colcha de La guerra de las galaxias estaba estirada sobre las sábanas arrugadas. Louis estuvo a punto de pisar un robot de juguete y un viejo perro de peluche. Junto a la cómoda había un flexo que se quedaba encendido toda la noche, pues, a pesar de sus bravatas, a Niall seguía dándole cierto miedo lo que podía haber en el armario.
Louis lo acostó en la cama y ayudó a ______ a quitarle los zapatos.
-No hace falta que te molestes -______ desató con destreza uno de los cordones
-No es molestia. ¿Le pones pijama? -Louis ya estaba quitándole los vaqueros a Niall. Sin decir nada, ______ se acercó a la cómoda y sacó el pijama favorito de Niall. Louis estudió el estampado de colores chillones del Comandante Zark-. Qué bonito. Es un fastidio que no los hagan de mi talla.
Ella se rió suavemente, y de pronto se sintió más relajada. Le puso la parte de arriba del pijama a Niall mientras Louis le ponía los pantalones.
-Este niño duerme como una marmota.
-Sí, desde siempre. Rara vez se despierta de noche, ni siquiera cuando era bebé - como de costumbre, recogió el perrito de trapo, lo puso junto a Niall y le dio un beso en la mejilla-. No le digas nada de Fido -susurró-. Se enfada si alguien se entera de que todavía duerme con él.
-Hay que ver -dejándose llevar por un impulso, le pasó una mano por el pelo-. Es muy especial, ¿verdad?
-Sí, lo es.
-Igual que tú -Louis se dio la vuelta y le acarició el pelo-. No te cierres a mí, ______ -dijo al ver que ella apartaba la mirada-. El mejor modo de aceptar un cumplido es decir gracias. Inténtalo, anda.
Más turbada por su propia reacción que por las palabras de Louis, ella se obligó a mirarlo.
-Gracias.
-Es un buen comienzo. Ahora, intentémoslo otra vez -la rodeó con los brazos-. Llevo casi una semana pensando en besarte otra vez.
-Louis, yo...
-¿Se te ha olvidado el diálogo? -ella había subido las manos hasta sus hombros para apartarlo. Pero Louis prefirió concentrarse en el mensaje que veía en sus ojos-. Eso era otro cumplido. No tengo la costumbre de pasarme el día pensando en una mujer que hace cuanto puede por evitarme.
-No es eso... exactamente.
-No importa. Ya me imagino que será por que, cuando me tienes cerca, no puedes controlarte.
Ella lo miró fijamente.
-Eres muy vanidoso.
-Gracias. En fin, intentémoslo de otro modo -mientras hablaba, subía y bajaba la mano por su espalda-. Bésame y, si esta vez no estallan los cohetes, sabré que me he equivocado.
-No -dijo ella, y, sin embargo, no logró reunir fuerzas para apartarse-. Niall está...
-Dormido como un tronco, ¿recuerdas? -besó muy suavemente la hinchazón bajo su ojo-. Y, aunque se despierte, no creo que tenga pesadillas por verme besando a su madre.
Ella fue a decir algo, pero los labios de Louis sofocaron sus palabras. La besó con paciencia. Hasta con ternura. Sin embargo, los cohetes volvieron a estallar. Sintiendo que el suelo temblaba bajo sus pies, ______ se aferró a sus hombros. Era increíble. Imposible. Pero el deseo estaba allí, abrasador e inmediato. Ninguno de los dos había sentido antes un ansia tan intensa. Una vez, siendo todavía muy joven, ______ había visto un destello de lo que podía ser la verdadera pasión. Pero aquel destello se apagó al instante y ella llegó a creer que, como muchas otras cosas, aquellas pasiones eran solo temporales. Sin embargo, aquello... aquello parecía eterno.
Louis creía saber cuánto había que saber sobre las mujeres. Pero ______ le estaba demostrando lo contrario. Mientras se sentía deslizarse por aquel suave y cálido túnel de deseo, se dijo que no debía precipitarse ni pedir demasiado. Dentro de ______ había un huracán reprimido y canalizado durante mucho, mucho tiempo. Al abrazarla por primera vez, se había dado cuenta de que él tenía que liberar aquella energía. Pero muy despacio. Cautelosamente. Aunque ella no lo supiera, era tan vulnerable como el niño que dormía junto a ellos.
______ hundió los dedos entre su pelo y lo atrajo hacia sí un poco más. Por un instante, Louis la apretó con fuerza contra su cuerpo y dejó que ambos saborearan lo que los aguardaba.
-Cohetes, ______ -trazó la forma de su oído con la lengua y ella se estremeció-. La ciudad está en llamas.
Sintiendo su boca ardiente, ella lo creyó.
-Tengo que pensar.
-Sí, puede que sí -pero la besó otra vez-. Puede que los dos tengamos que pensar - bajó las manos por su cuerpo ávidamente-. Pero tengo la sensación de que llegaremos a la misma conclusión -ella se apartó, estremecida. Y tropezó con el robot. El ruido no perturbó el sueño de Niall-. ¿Sabes que te tropiezas con algo cada vez que te beso? - tenía que irse en ese momento, o no se iría-. Vendré a recoger el vídeo otro día.
Ella asintió, exhalando un leve suspiro de alivio. Temía que le pidiera que se acostara con él, y no estaba segura de cuál habría sido su respuesta.
-Gracias por todo.
-Vaya, estás aprendiendo -le acarició la mejilla con un dedo-. Cuida ese ojo.
______ permaneció junto a la cama de Niall hasta que oyó cerrarse la puerta. Luego, sentándose, puso una mano sobre el hombro de su hijo dormido.
-Oh, Niall, ¿dónde me he metido?
Eso es todo por hoy linduras :)
*Pueden preguntarme lo que quieranAQUÍ
Capitulo 4 (Parte3)
-La cena y una sesión doble -le informó Louis-. Niall me ha dicho que te gustan los batidos de chocolate.
-Sí, claro -al fin sintió el aroma. Husmeando, miró atentamente las bolsas de Niall-. ¿Hamburguesas con queso?
-Sí, Y patatas. Louis dijo que podíamos pedir ración doble. Y hemos sacado a Tas a dar un paseo. Está abajo, comiendo.
-Tiene muy malos modales en la mesa -Louis puso el vídeo sobre el televisor de ______.
-Y yo he ayudado a Louis a desenchufar el vídeo. Hemos traído En busca del arca perdida. Louis tiene montones de películas.
-Niall dice que te gustan los musicales.
-Bueno, sí, pero...
-También hemos traído un musical -Niall dejó las bolsas en el suelo y se sentó con Louis en el suelo-. Louis dice que es muy divertida, así que supongo que estará bien - puso una mano sobre la pierna de Louis y se inclinó hacia delante para mirar el enchufe.
-Cantando bajo la lluvia -Louis le dio a Niall un cable y se apartó para que lo enchufara.
-¿De veras?
Él sonrió. A veces, ______ era igual que su hijo.
-Sí. ¿Qué tal tu ojo?
-Mejor -incapaz de resistirse, ______ se acercó a mirar. Qué extraño era ver las manitas de su hijo junto a las de un hombre.
-Está un poco apretujado, pero cabe justo debajo de la tele -Louis apretó suavemente el hombro de Niall y se levantó. Poniendo un dedo bajo la barbilla de ______, le giró la cara para mirarle el ojo-. Vaya, qué colorcillo tiene. En fin, Niall y yo pensamos que, como estabas un poco hecha polvo, era mejor traerte la película a casa.
-Sí, estoy un poco cansada. Gracias -le tocó un momento la muñeca.
-De nada -él se preguntó cuál sería su reacción, y la de Niall, si la besaba en ese momento. ______ pareció darse cuenta, pues se apartó rápidamente.
-Bueno, será mejor que traiga unos platos o la comida se quedará fría.
-Tenemos montones de servilletas -señaló el sofá-. Siéntate mientras mi ayudante y yo acabamos.
-Ya está -sofocado por la emoción, Niall retrocedió a gatas-. Ya lo he enchufado todo.
Louis se agachó para comprobar las conexiones. -Es usted un mecánico de primera, cabo.
-Primero vamos a ver En busca del arca perdida, ¿no?
-Ese era el trato -Louis le dio la cinta-. Tú estás al mando.
-Parece que tengo que darte las gracias otra vez -dijo ______ cuando Louis se sentó junto a ella en el sofá.
-¿Por qué? Esta noche me apetecía entrometerme en tu cita con Niall -sacó una hamburguesa de la bolsa-. Esto es más barato.
-La mayoría de los hombres no querrían pasar un viernes por la noche con un niño pequeño.
-¿Porqué no? -dio un buen mordisco y, tras tragárselo, continuó-. Me imagino que no se comerá ni la mitad de sus patatas. Así que yo me comeré el resto.
Niall dio un salto y se sentó entre ellos. Lanzó un teatral suspiro de satisfacción y se arrellanó en el sofá.
-Esto es mejor que salir. Muchísimo mejor.
Tenía razón, pensó ______ mientras, relajándose, se dejaba atrapar por las aventuras de Indiana Jones. En otro tiempo, había creído que la vida podía ser así de emocionante, de romántica y de sobrecogedora. Y, aunque las circunstancias la habían obligado a dejar a un lado aquellas cosas, nunca había perdido su afición por las películas de aventuras. Durante un par de horas, era posible cerrar la puerta a la realidad y a las presiones que conllevaba y volver a tener ilusiones.
Niall tenía los ojos brillantes y parecía lleno de energía al cambiar de cinta. ______ comprendió que, esa noche, sus sueños girarían en tomo a tesoros perdidos y hazañas heroicas. Acurrucado a su lado, el niño se rió de las travesuras y batacazos de Donald O'Connor, pero empezó a dar cabezadas en cuanto Gene Kelly empezó a bailar bajo la lluvia.
-Fantástico, ¿eh? -murmuró Louis. Niall se había movido de modo que tenía la cabeza apoyada sobre su pecho.
-Sí. Nunca me canso de ver esta película. De pequeña, la veíamos siempre que la ponían en la tele. Mi padre es un fanático del cine. Puedes citarle casi cualquier película, y te dirá el reparto. Pero, sobre todo, le gustan los musicales.
Louis guardó silencio de nuevo. Hacía falta muy poco para conocer los sentimientos de una persona hacia otra: una simple inflexión de la voz, una leve dulcificación de la expresión... Los padres de ______ habían sido cariñosos con ella. Él, en cambio, lamentaba no poder decir lo mismo de los suyos. Su padre nunca había compartido su amor por la literatura fantástica ni por el cine, y él siempre se había sentido ajeno a la devoción de su padre por los negocios. Aunque nunca se había considerado un niño solitario, pues su imaginación era compañía suficiente, siempre echaría de menos el calor y el afecto que había percibido en la voz de ______ al hablar de su padre.
Cuando comenzaron los créditos, se volvió de nuevo hacia ella.
-¿Tus padres viven en la ciudad?
-¿Aquí? No, qué va -se echó a reír al imaginárselos enfrentándose al ritmo de vida de Nueva York-. No, yo crecí en Rochester, pero mis padres se fueron al sur hace casi diez años. A Fort Worth. Mi padre trabaja en un banco y mi madre trabaja media jornada en una librería. Nos quedamos todos atónitos cuando se puso a trabajar. Supongo que creíamos que no sabía hacer nada más que cocinar y planchar.
-¿Cuántos sois?
______ suspiró ligeramente mientras la pantalla quedaba en blanco. No recordaba cuánto tiempo hacía que no pasaba una velada tan agradable.
-Tengo un hermano y una hermana. Yo soy la mayor. Luke vive en Rochester con su mujer, que está esperando un hijo, y Julia está en Atlanta. Es locutora de radio.
-¿En serio?
-«Despierta, Atlanta. Son las seis de la mañana, hora de tres éxitos encadenados» - se echó a reír al pensar en su hermana-. Me encantaría ir a verlos con Niall.
-¿Los echas de menos?
-Es duro pensar lo dispersos que estamos todos. Sé que a Niall le vendría bien tener más familia cerca.
-¿Y a ______?
Ella lo miró, y pensó sorprendida que no le resultaba extraño ver a Niall dormido sobre su regazo.
-Yo tengo a Niall.
-¿Y con eso te basta?
-Me sobra -sonriendo, descruzó las piernas y se levantó-. Y, hablando de Niall, creo que será mejor llevarlo a la cama.
Louis tomó al niño y lo colocó sobre su hombro. -Yo lo llevaré.
-Oh, no te preocupes. Estoy acostumbrada.
-Ya lo tengo -Niall apoyó la cara junto a su cuello. Qué extraña sensación, pensó Louis, enternecido-. ¿Dónde es?
______ lo condujo a la habitación de Niall, diciéndose a sí misma que era absurdo sentirse violenta. La cama estaba hecha a la manera de Niall, o sea, que la colcha de La guerra de las galaxias estaba estirada sobre las sábanas arrugadas. Louis estuvo a punto de pisar un robot de juguete y un viejo perro de peluche. Junto a la cómoda había un flexo que se quedaba encendido toda la noche, pues, a pesar de sus bravatas, a Niall seguía dándole cierto miedo lo que podía haber en el armario.
Louis lo acostó en la cama y ayudó a ______ a quitarle los zapatos.
-No hace falta que te molestes -______ desató con destreza uno de los cordones
-No es molestia. ¿Le pones pijama? -Louis ya estaba quitándole los vaqueros a Niall. Sin decir nada, ______ se acercó a la cómoda y sacó el pijama favorito de Niall. Louis estudió el estampado de colores chillones del Comandante Zark-. Qué bonito. Es un fastidio que no los hagan de mi talla.
Ella se rió suavemente, y de pronto se sintió más relajada. Le puso la parte de arriba del pijama a Niall mientras Louis le ponía los pantalones.
-Este niño duerme como una marmota.
-Sí, desde siempre. Rara vez se despierta de noche, ni siquiera cuando era bebé - como de costumbre, recogió el perrito de trapo, lo puso junto a Niall y le dio un beso en la mejilla-. No le digas nada de Fido -susurró-. Se enfada si alguien se entera de que todavía duerme con él.
-Hay que ver -dejándose llevar por un impulso, le pasó una mano por el pelo-. Es muy especial, ¿verdad?
-Sí, lo es.
-Igual que tú -Louis se dio la vuelta y le acarició el pelo-. No te cierres a mí, ______ -dijo al ver que ella apartaba la mirada-. El mejor modo de aceptar un cumplido es decir gracias. Inténtalo, anda.
Más turbada por su propia reacción que por las palabras de Louis, ella se obligó a mirarlo.
-Gracias.
-Es un buen comienzo. Ahora, intentémoslo otra vez -la rodeó con los brazos-. Llevo casi una semana pensando en besarte otra vez.
-Louis, yo...
-¿Se te ha olvidado el diálogo? -ella había subido las manos hasta sus hombros para apartarlo. Pero Louis prefirió concentrarse en el mensaje que veía en sus ojos-. Eso era otro cumplido. No tengo la costumbre de pasarme el día pensando en una mujer que hace cuanto puede por evitarme.
-No es eso... exactamente.
-No importa. Ya me imagino que será por que, cuando me tienes cerca, no puedes controlarte.
Ella lo miró fijamente.
-Eres muy vanidoso.
-Gracias. En fin, intentémoslo de otro modo -mientras hablaba, subía y bajaba la mano por su espalda-. Bésame y, si esta vez no estallan los cohetes, sabré que me he equivocado.
-No -dijo ella, y, sin embargo, no logró reunir fuerzas para apartarse-. Niall está...
-Dormido como un tronco, ¿recuerdas? -besó muy suavemente la hinchazón bajo su ojo-. Y, aunque se despierte, no creo que tenga pesadillas por verme besando a su madre.
Ella fue a decir algo, pero los labios de Louis sofocaron sus palabras. La besó con paciencia. Hasta con ternura. Sin embargo, los cohetes volvieron a estallar. Sintiendo que el suelo temblaba bajo sus pies, ______ se aferró a sus hombros. Era increíble. Imposible. Pero el deseo estaba allí, abrasador e inmediato. Ninguno de los dos había sentido antes un ansia tan intensa. Una vez, siendo todavía muy joven, ______ había visto un destello de lo que podía ser la verdadera pasión. Pero aquel destello se apagó al instante y ella llegó a creer que, como muchas otras cosas, aquellas pasiones eran solo temporales. Sin embargo, aquello... aquello parecía eterno.
Louis creía saber cuánto había que saber sobre las mujeres. Pero ______ le estaba demostrando lo contrario. Mientras se sentía deslizarse por aquel suave y cálido túnel de deseo, se dijo que no debía precipitarse ni pedir demasiado. Dentro de ______ había un huracán reprimido y canalizado durante mucho, mucho tiempo. Al abrazarla por primera vez, se había dado cuenta de que él tenía que liberar aquella energía. Pero muy despacio. Cautelosamente. Aunque ella no lo supiera, era tan vulnerable como el niño que dormía junto a ellos.
______ hundió los dedos entre su pelo y lo atrajo hacia sí un poco más. Por un instante, Louis la apretó con fuerza contra su cuerpo y dejó que ambos saborearan lo que los aguardaba.
-Cohetes, ______ -trazó la forma de su oído con la lengua y ella se estremeció-. La ciudad está en llamas.
Sintiendo su boca ardiente, ella lo creyó.
-Tengo que pensar.
-Sí, puede que sí -pero la besó otra vez-. Puede que los dos tengamos que pensar - bajó las manos por su cuerpo ávidamente-. Pero tengo la sensación de que llegaremos a la misma conclusión -ella se apartó, estremecida. Y tropezó con el robot. El ruido no perturbó el sueño de Niall-. ¿Sabes que te tropiezas con algo cada vez que te beso? - tenía que irse en ese momento, o no se iría-. Vendré a recoger el vídeo otro día.
Ella asintió, exhalando un leve suspiro de alivio. Temía que le pidiera que se acostara con él, y no estaba segura de cuál habría sido su respuesta.
-Gracias por todo.
-Vaya, estás aprendiendo -le acarició la mejilla con un dedo-. Cuida ese ojo.
______ permaneció junto a la cama de Niall hasta que oyó cerrarse la puerta. Luego, sentándose, puso una mano sobre el hombro de su hijo dormido.
-Oh, Niall, ¿dónde me he metido?
Eso es todo por hoy linduras :)
*Pueden preguntarme lo que quieranAQUÍ
EleanorJCalder
Re: Un héroe en Nueva York - [Louis Tomlinson]
Wohoo!!!Ame el maraton!!
Louis es tan jodidamente sexy!! Primer novela que a louis no le gustan las zanahorias.. :)
Siguela pronto! Besoos :)
Los chicos van a aparecer.. ademas de Niall que es un sexy chico de 9 años..??
BEsoos!!
Louis es tan jodidamente sexy!! Primer novela que a louis no le gustan las zanahorias.. :)
Siguela pronto! Besoos :)
Los chicos van a aparecer.. ademas de Niall que es un sexy chico de 9 años..??
BEsoos!!
I'm sexy and I know it ;)
Re: Un héroe en Nueva York - [Louis Tomlinson]
QUE MARATÓN TAN GENIAL !
TE EXTRAÑAAAAAAABA :')
asjdhaksdhksdhkasdaksdhasjdhkasdkasjdhas
volviste, con TODO !
Vos tranqui, con las cosas en la U, te estaremos esperando para cuando estés disponible.
ME ENCANTÓ :D
Beeeeeso .
TE EXTRAÑAAAAAAABA :')
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volviste, con TODO !
Vos tranqui, con las cosas en la U, te estaremos esperando para cuando estés disponible.
ME ENCANTÓ :D
Beeeeeso .
Roochi.1D
Re: Un héroe en Nueva York - [Louis Tomlinson]
¡¡ VOLVISTES !!
Te eche de menos a ti y tus caps ya queria que continuaras la nove.
La maraton me encanto !!
Louis poco a poco se acerca a la rayis y ella tambien quiere estar con el asi que esto se pone interesante. Niall y su sueño profuno me encanto, me estoy imaginando a Niall con 9 años durmiendo y muero de ternura :)
Siguela estoy intrigada muchos besoos guapa <3
Te eche de menos a ti y tus caps ya queria que continuaras la nove.
La maraton me encanto !!
Louis poco a poco se acerca a la rayis y ella tambien quiere estar con el asi que esto se pone interesante. Niall y su sueño profuno me encanto, me estoy imaginando a Niall con 9 años durmiendo y muero de ternura :)
Siguela estoy intrigada muchos besoos guapa <3
Invitado
Invitado
Re: Un héroe en Nueva York - [Louis Tomlinson]
mee encantoo el maratoon!:) aiins! Louis es tan tierno y perfecto *.* siiguela pooor faaaaaaaaa:)
Nuria One Direction
Re: Un héroe en Nueva York - [Louis Tomlinson]
Esta novela es tan genial. Gracias por subir :)
Theflashes
Re: Un héroe en Nueva York - [Louis Tomlinson]
I'm sexy and I know it ;) escribió:Wohoo!!!Ame el maraton!!
Louis es tan jodidamente sexy!! Primer novela que a louis no le gustan las zanahorias.. :)
Siguela pronto! Besoos :)
Los chicos van a aparecer.. ademas de Niall que es un sexy chico de 9 años..??
BEsoos!!
Holaaa! Muchas gracias, lo sé!!! LOUIS ES TAN ASDFGHJK, gracias por comentar :)
en la fic, no aparece los demás chicos lo siento ):
EleanorJCalder
Re: Un héroe en Nueva York - [Louis Tomlinson]
Roochi.1D escribió:QUE MARATÓN TAN GENIAL !
TE EXTRAÑAAAAAAABA :')
asjdhaksdhksdhkasdaksdhasjdhkasdkasjdhas
volviste, con TODO !
Vos tranqui, con las cosas en la U, te estaremos esperando para cuando estés disponible.
ME ENCANTÓ :D
Beeeeeso .
Hola Rochiii! Que vergüenza tanta demora ): gracias por entender y estar allí para mi
EleanorJCalder
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