"Las páginas de la noche"

Hola Cami, si lo se, soy muy mala por no subir, pero me quería poner las pilas en el colegio porque pense que había bajado todas mis notas, y al parecer no, pero igual tenía que hacerlo. Y ademas mi profesora de baile me exige mucho mas, y apenas me meto para chusmear, y no para postear. Justo pensaba subirlo ahora, (claro si la computadora no se me apaga antes) :) Y si vi tu mensaje, no lo conteste pero supuse que te ibas a dar cuenta que lo habías leído por lo de la solicitud :D

Capitulo 6: "Secretos íntimos, perdida repentina"

El sol se filtraba por la pequeña hendija de la ventana del cuarto y golpeaba directamente a mi rostro
El despertador marcada las 7:45 de la mañana. El uniforme estaba preparado en la esquina de la cama, por lo que no tarde mucho tiempo en arreglarme. Mi hermana había despertado mucho antes y ya estaba lista para partir. En cuanto baje ella preparaba unos emparedados de jamón y queso. Me conocía muy bien y sabía que eran mis preferidos.

Me desplace a través de la sala en cuanto mi hermana me detuvo con la mirada.

-¿Que pasa?- le dije mientras tomaba mi parte del desayuno

-¿Que tanto se secretean con Eric?-me pregunto con los ojos entrecerrados por el sueño, o por la curiosidad.

-¿De que hablas?, no ocultamos nada.

-Si, y lo creo. El domingo te pregunte si entre ustedes pasaba algo, me respondiste que no- asentí -así que no hay razón para quedarse acurrucados en la noche mientras hablan. Es obvio que algo me ocultan, y creo que a todos. ¿En que andan? Eres mi hermana menor, y necesito saberlo.

-Por solo cinco minutos. Solo naciste cinco minutos antes, y no ocultamos nada. Solo somos amigos y como todos los amigos pasamos momentos juntos. Nada mas. - luego le dí un mordisco al emparedado y metí el libro que estaba encima de la mesa en mi bolso. - ya me voy. ¿tu vienes, o espero a Eric?.

-Vete, llegaré tarde, debo dejar a tu hermano antes.

No me gustaba ocultarle nada a mi hermana, pero ella siempre había sido cerrada a la aventura. No entendería nuestra pasión por la lectura, y mucho menos la busqueda de una autora. Además, era un secreto pactado entre ambos sin derecho a incluír a nadie en el medio.

Hoy debía enfrentarme a Martina, aunque no estaba segura de ello. Había ensayado varias horas en la noche frente al espejo lo que iba a decir, intentaría mantenerme calma aunque debía ocultar la rabia y la necesidad interior de ser sinceros. Era mentirme a mi misma diciendo la verdad.

Había pasado media hora desde que esperaba en aquella fría banca. Martina no aparecía por ningún lado. No asistía a clases, y era raro en ella, jamás había tenido una falta.

Mientras el último modulo transcurría yo marcaba el número de su madre.

-Hola- respondió una mujer fría del otro lado.

-Jimena, hola. ¿Porque no ha venido Martina a clases, esta enferma?

La mujer hizo silencio, y tras uno segundos respondió.

-Martina ha...- hizo una pausa preocupante – esta desaparecida.- al escucharlo deje caer mis rodillas al suelo y comencé a llorar sobre mis manos. Eric apareció del otro lado mientras me abrazaba y me preguntaba con voz agitada que sucedía. Al controlar mis nervios le resumí todo, y me acompaño a mi casa.

Ya nada tenía sentido. Mi sentí estúpida por no haber disfrutado con ella estos últimos días, mis orgullos eran quizás los culpables de su desaparición y no podía evitar enfurecerme conmigo misma por ello. Eric conducía a gran velocidad por Wallace Avenue esquivando los autos con diversas estrategias. Yo miraba por la ventanilla perdida entre los letreros luminosos y la gente que caminaba hacía un lado y otro. Martina no se merecía esto. Yo tendría que haber desaparecido.

Frenó el auto de repente frente a su casa.

-Elisa....- me dijo mirando hacía abajo- crees que no me duele. Es mi prima.

-¿Tu la sabias, no es cierto?- me sentí un poco rara al decirle aquello. Me desconocía a mi misma, porque incluso en el peor momento esperaba generar una discusión, no era adecuado.

-No. No te lo hubiese ocultado.- sacudió la cabeza y miro por la ventanilla a la casa de Martina.- No puedo creerlo. Soy su primo y no tenía idea... Jamás me lo dijeron.

Él bajo primero del auto en seco, y lo imite. "Elisa" me dijo parado en el cordón. "Todo esto pasará", sus ojos se inundaron al mismo tiempo que los míos. Era demasiado fuerte. Martina era la persona mas amable del mundo, y ambos la conocíamos desde hace tiempo.

Se podría haber tratado de un secuestro, pero algo dentro de mi me decía que no era así. Que había sido algo que ella había decidido, no era un crimen era su bronca hacía mi la culpable de su desaparición.

Capitulo 7: "Sentimientos atrapados, hazañas peligrosas" Parte 1


...algo crecía en su interior, algo que cuando ascendiera de
las profundidades de su ser y saliera al mundo exterior le haría gritar y chillar que todo
aquello era una equivocación y una injusticia y un grave error por el que alguien pagaría
tarde o temprano, o que sencillamente le haría prorrumpir en llanto. No entendía cómo ha-
bían podido llegar a aquella situación...

...y de pronto se encontraba
atrapado allí, en aquella casa fría y horrible...


...donde parecía que nadie podría estar
alegre nunca...

Las semanas habían pasado demasiado rápido. Ya un mes desde su desaparición. Ya un mes de vivir en el mismo infierno: mi hogar. El llanto y el enojo se mezclaban dentro de mi de una manera inexplicable, no esperaba nada fuera de lo normal de mi vida, mucho menos el adiós a una amiga.
No podía creer que mis últimas palabras hubiesen sido “tengo un límite y es este”. Martina estaba en algún lugar sufriendo pensando que la odiaba, sin saber exactamente lo mucho que la necesitaba a mi lado en este momento.


Mi esperanza por volverla a ver se había desvanecido a medida que los días pasaban y me costaba levantarme a la mañana en mi habitación viendo fotos de aventuras juntas sobre el escritorio.

Ya no comía, no dormía lo suficiente. No iba al colegio. No me cruzaba con Eric. No extrañaba a mi hermana. No jugaba con Mark . No sonreía.

Pasaba horas y horas pensando en lo que se había convertido mi vida y en ella. En sus rizos pelirrojos teñidos, en su sonrisa, en sus saltos por los chacos en días de lluvia. En su piel cubierta por miles de brazaletes, en su sincera amistad, pero algo dentro de mi me decía que aquello no era correcto y que debía pensar en otra cosa.

El jueves por la mañana había recibido la visita de su hermana, Yamila, asegurándome que todo saldría bien, y parecía que nadie tenía mas para decir. Todos a mi alrededor repetían aquellas palabras como si realmente lo pensarán. La realidad era demasiado cruel para todos, y a mas de uno nos costaba aceptarla.

Ese mismo día Yamila nos había dicho que su madre estaba en un internado. Desde la separación de su hija deliraba –posiblemente por los nervios y el estrés- y solía decir que Martina estaba en un campamento. Ella era una de las tantas personas que no aceptaban la realidad. También me había dicho que le costaba ver a su madre como una loca, pero que era comprensible su actitud.

Habíamos colocado en los postes de luz enormes carteleras con un “se busca” encima y una foto de Martina en el verano anterior aún con el uniforme escolar y dos coletas al costado de su cabeza. En la parte inferior de la impresión había dos números de teléfono: uno de Yamila, y otro mío. La gente llamaba para darnos su pésame. Odiaba recibir esas llamdas ya que aquellos números de contactos eran para darnos señales de Martina no para darnos a entender que jamás la encontraríamos.

Mi madre había decidido acercarse a mi, y lo hacía viniendo a mi habitación cada mañana para luego acariciarme el pelo, aunque mas tarde terminábamos discutiendo por Marcos, ya que ella no retenía su intento de que lo amaramos ni siquiera en el peor momento de mi vida.

Las peleas en mi casa eran constantes, pero no solo era yo. También Marcelo, que parecía ya no aguantar comentarios de tipo indirectas a su persona. Se estaba hartando de aquello.


Por otro lado, Camila despertaba a Mark con suaves sacudones de brazos.
-Despierta Mark, no quiero llegar tarde- le susurraba al oído a su hermano, mientras éste intentanba continuar con su sueño.

El niño bufó en lo bajo y se levantó para cambiarse.
-¡Ja!- se burló su hermana- sabía que te cansarías de los sacudones. Cambiate rápido, por favor…- el niño la miró por debajo con una mueca de cansancio, y Camila se retiró de la habitación mientras se reía.

El timbre anunciaba que alguien esperaba detrás de la puerta. Mientras se recogía unos mechones de cabello del lado derecho de su cabeza con unas evillas, fue a abrir la puerta.

-¡logan!- exclamo al ver al muchacho con una enorme sonrisa en su rostro.
-He venido con mi hermano hoy, espero no te moleste- dijo mientras recaía en el marco de la puerta. Así había sido en las última semanas. Él siempre los pasaba a buscar a quince minutos para las siete con su Ferrari color amarillo patito, dejaba a Mark y caminaban unas cuadras hacía el colegio hablando de cualquier cosa.

-claro, mientras me dejes sentarme adelante. -Mark apareció del lado izquierdo corriendo hacía el coche, luego se subió para saludar a Eric. Tras su paso, Camila cerró la puerta, puso la llave en la cerradura, la giró dos veces y camino hacía el vehículo. –buen día Eric- dijo luego recordando las tardes que pasaban los cuatro juntos en la playa. Extrañaba demasiado a su hermana.

Eric sintió la necesidad de preguntar por Elisa. Ver a Camila le hacía recordarla. Ambas se parecían demasiaod. Él uniforme le quedaba exactamente igual a las dos, aunque Elisa parecía –según él- una modelo de revista que le daba un aspecto mágico a cualquier prenda. A su vez, eran muy diferentes en carácter. Mientras que Camila prefería guardar silencio, Elisa escupía la verdad en el rostro de las personas, y Eric prefería aquel espíritu guerrero.

Él extrañaba demasiado a su amiga, pero entendía que ella no quería cruzarlo, y lo respetaba. Así se lo había dado a entender en una carta:
“Eric:
Sé que estas sufriendo mucho por lo de Martina, incluso quizás mas que yo, pero no entiendes como me siento realmente. Él último día que nos vimos me aseguraste que todo saldría bien, pero no es cierto. Todo va de mal en peor, y me siento en la necesidad de decirte esto.
He leído un capítulo mas del libro, pero no sentí lo mismo que antes, será que he perdido el entusiasmo. Esa era la única razón por la que hablábamos, ¿verdad?, el libro. Pues no quiero seguir con eso. A Martina le hubiese gustado que dejarámos a Smilter de lado y creo que es el momento de hacerlo.
No pienses que no me importas, o que no me duele porque no es cierto. Simplemente no tengo nada para darte. Como amiga no soy cálida. No puedo darte un espacio de mi vida ni en mi corazón porque todo mi mundo se ahoga en lo profundo cual Titanic frente a un Iceberg. Lo siento, pero sólo lograre arruinarte la vida. Sé que algún día me lo agradecerás.

Con cariñoBesos, elisa”

Eric sacudió la cabeza para sacar aquel pensamiento o recuerdo de su mente.

Frente al volante, Logan tocaba la bocina pidiendo el paso al auto que se atravezaba en el camino. La lluvia comenzaba a caer y él apenas miraba por el camino por distraerse en el conductor que le impedía el paso.

-Mira hacía al frente. Pon el limpia parabrizas. -le advirtió eric a su hermano.-¡Logan!- le gritó luego.

Éste miró por el espejo retrovisor y al asegurarse que el conductor estaba detrás de él lo suficiente le hizo caso.

-Mira, ya te he hecho caso.

-¿Que fue eso? - le preguntó Camila mientras apoyaba el bolso en su falda.

-Era un loco, lo conozco hace un tiempo. Se piensa que con ese carro fúnebre puede moverme a mi y controlar el tráfico- Logan lo había conocido en un boliche hacía poco, y no le agradaba para nada, mucho menos con ese tipo de jugarretas.

Eric sacudió el pelo de Mark para quitarle la procupación que había conseguido tras la hazaña de su hermano.

Las notas que la directoria había enviado a mi correo en citación de mis padres no habían sido bien recibidas. Aunque mi hermano ya había justificado mis faltas al colegio, de todas formas debía asistir, “una vez por semana, por lo menos”, había comentado mis preceptores en aquella reunión. No quería aparecer allí, pero Marcelo insistía en que me haría bien volver al colegio.

Esta vez no caminaba por Wallace Avenue, últimamente evitaba cruzar mi vista con lago Verde.Prefería ir po el centro de la ciudad, aunque en realidad el camino era mucho mas largo.

“¡Elisa!, ¡Elisa!” se escuchaba detrás de mi. Al darme vuelta pude identificarla era rubia con mechas californianas rosas y extremadamente delgada -demasiado para su edad y como para un buen estado de salud- con zapatos marrones pintados y colocados en el final de sus huesudas piernas.

-Hola, Alicia. ¿como has estado?- le comente amable, ella se comportaba bien conmigo.

-Muy bien. Hace tiempo que no te veo,¿que ha sido de ti? - antes de que pudiera contestar, me interrumpió -Lo se, mal. Dime, ¿te han comentado lo del examen? ¿te han dicho que libros hay que leer?. ¿Te han hablado de la nueva profesora de literatura?.- hablaba demasiado rápido. Apenas recordaba su primera pregunta.

-No- me limité a decir ya que no sabía exactamente que contestar.

-¿Pero estas leyendo el libro que nos pidieron? -miró rápidamente mi bolso. -¿Ese es “Crónicas marcianas”?- me preguntó luego.

-No- nuevamente esa era mi respuesta- éste es otro. “Las horas de la noche”- le informé luego. Ella se quedo con los ojos en blanco mirando fijamente la tapa con el título escrito. Luego, con movimientos apurados entró al colegio,como si el libro le causara cierto temor.



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Aclaración: es la primer parte del capítulo (ya subo el otro). y siempre me olvido, hay un cambio de narrador en la 2da parte; deja de narrar Elisa y comienza el narrador omnisciente, pero mas tarde vuelve a Elisa. Espero se entienda :)
La parte del principio (la de itálica), es del libro "El niño con el pijama a rayas" que como me han pedido en el colegio que vea la película, perferí leer el libro y esa parte era PERFECTA para describir lo que sentía Elisa y lo que le pasaba.

Capitulo 7: "Sentimientos atrapados, hazañas peligrosas" Parte 2


...algo crecía en su interior, algo que cuando ascendiera de
las profundidades de su ser y saliera al mundo exterior le haría gritar y chillar que todo
aquello era una equivocación y una injusticia y un grave error por el que alguien pagaría
tarde o temprano, o que sencillamente le haría prorrumpir en llanto. No entendía cómo ha-
bían podido llegar a aquella situación...

...y de pronto se encontraba
atrapado allí, en aquella casa fría y horrible...


...donde parecía que nadie podría estar
alegre nunca...


Ya todos estaban dentro del aula, encerrados en su mundo. Cada uno charlando con su grupo de amigos mientras yo dejaba mi bolso en el pupitre. El profesor de fisico química ya estaba en su escritorio verificando los presentes.

-Sanchez, Gray, Stewart, McCurn, Richter -decía apellido por apellido mientras que los respectivos entonaban un gracioso “presente” desde todas partes del aula. -Elisa... ¡Elisa!- gritó luego mi nombre y solo me salió una mirada desconcertada.

“Presente” susurré entre la charla de los jovenes que se sentaban a mi lado.

Luego de unos pequeños golpes, la puerta se abrió lentamente.
A mi lado estaba Rachel, la rubia teñida, quien al ver hacía la puerta se mordió el labio inferior.
“Hormonas” me dije a mi misma para luego ver a quien había logrado sacarle aquel gesto en su rostro.

Yo también me quede en blanco al verlo. Estaba muy diferente a la última vez que lo había visto. No solo por el nuevo corte de cabello -aunque lo mas probable es que lo llevara hace tiempo pero no tanto para que lo hubiera visto- sino también por algo en su rostro. Algo que a la simple vista no se distinguía pero que me era facil identificarlo para mi. Le faltaba felicidad.
-Pero si son Benson y Pippers- dijo el hombre cincuentón de biología

“¿Eric?” me dije a mi misma sin saber la razón de mi sorpresa, ya sabía que venía a mi clase, pero hablar conmigo se me había hecho una costumbre.

Detrás apareció mi hermana quien al verme corrió a abrazarme con una fuerza a casi dejarme sin pulmones.

Pero no estaba concentrada en ella, sino en como Rachel saludaba a Eric y como cada vez que miraba a Alicia ella se paralizaba por completo y corría su mirada, como si el terror invadiera su cuerpo al sostenerme la vista.

El profesor -como de costumbre- golpeo los libros sobre el escritorio para llamar la atención,
y todos esperamos a que comenzara la clase en un total silencio.

-Soy su nuevo profesor, aunque ya me conocen, o por lo menos yo conozco a la mayoria- aquella era una clara indirecta para los repetidores, ya que se trataba del profesor que el año pasado delegaba a quinto año. Aún así todos lo conocían. -ustedes hasta ahora tan tenido ciencias naturales, por lo que son unos totales inexpertos en la quimica y en los fenómenos físicos- mas de la mitad de la clase rió mientras que otros de verdad prestaban atención a la clase -. Por su parte, empezaremos por lo debido, ¿cual es la principal regla de la química y de la naturaleza en general?. Sabiendo claro que la química esta directamente conectada con lo natural y ambiental- dijo mientras abría uno de los libros. Al ver que la rubia de mi lado charlaba animosamente con sus amigas, el profesor Hinz se paró frente a ellas esperando alguna respuesta de su parte.

Rachel se llevó lalapicera a la boca mordiéndola levemente. Entonces, tras unos segundos de reflexión, respondió: -Pues yo creo que los opuestos se atraen- y aunque, el profesor pensó que realmente estaba respondiendo a su pregunta, esta miraba directamente a Eric con un gesto sensual que no ganaba otra cosa que hervirme la sangre.

Al entender el porqué de la respuesta, Hinz anoto “Fisico Química” en el pizarrón – o al menos eso parecía ya que su letra cursiva era la mas chueca e inclinada que jamás había visto, y formuló una pregunta general.

-Entonces, como veo que no saben de qué hablo...¿cuáles son las partículas subatómicas?- estaba segura que esperaba que la respuesta anterior la llevara a esta, pero al parecer su paciencia no era suficiente para asumir que no lograríamos conseguirlo a la primera opción.

El profesor le dió -con un gesto- la palabra a un de los alumnos del fondo.

-Protones, neutrones, electrónes. -Conocí aquella voz en el preciso momento en que la escuche, era la voz de mi amigo. Me giré para verle el rostro y le sonreí un poco triste por aquella distancia que yo misma había impuesto, él me devolvió aquella sonrisa pero el parecía feliz por aquel cambio de miradas, que aunque solo duró segundos paa nosotros eran horas.

A su lado se sentaba Alicia, y nuevamente me extrañe por su actitud. Debía averiguar el porqué de su reacción.

En el almuerzo habí decidido tomar la mesa junto al ventanal que era la mas soleada por aquella hora, aunque quizás no valia la pena ocupar una mesa por una manzana.

No me sentía sola, ya que antes de Martina acostumbraba pasar tiempo en soledad, e incluso me sorprendía a mi misma por no sentirme agobiada bajo mi propia soledad en un espacio tan grande. La gente iba apresurada de un lado al otro con sus almuerzos que constaban en su mayoria por leche y emparedados, aunque las rubias de la clase -entre ellas Rachel- llevaban gelatinas sosas y sin sabor que no daban mas que lástima a la vista.

Antes de poder darme cuenta, una caja de leche había sido apoyada a mi lado, y en cuanto ví de quien se trataba no pude evitar sonreir y saludad con la mano de forma tímida.

-¿Una manzana, es en serio?- me miró desoncertado con aquel rostro tan gracioso, y ambos largamos a reir.

-No me antoja otra cosa.

-Hoy vine con tu hermana- asentí -.Esperaba verte en su casa. ¿Ya no vives con ella?.

-No, Eric. Necesitaba pasar tiempo con mi hermano. - Se sento a mi lado

-Lo se, él es alguien importante en tu vida... así como Logan lo es en la mía. -luego corrí mi vista hacía Camila que carcajeaba del otro lado de la confiteria. -¿Que hay de esos dos? Se la pasan mucho tiempo juntos- le apunto con el dedo a ambos.

-Saben que es algo prohibido. Por la diferencia de edad, aunque solo se lleven un año. Prohibido- repitió luego- como tu manzana. Que es la fruta prohibida.

Me sonrió, y luego lo imité. Por primera vez despues de tnto tiempo nuestras miradas se cruzaban de nuevo. El sol que entraba por la ventana le causaba un brillo especial en los ojos avellana en lo que me podía perder por horas con solo mirarlos.

-Por lo de la carta...- me dijo mirándome mientras que yo no podía apartar la vista de sus ojos-
-Lo siento,no debí dartela yo...- quería continuar aquella oración pero no lograba concentrarme. Quería evitar aquel contacto directo, quería poder apartar mi mirada de la suya y volver a la normalidad. Quería volver a la realidad. Pero esa era una guerra entre mi mente -que rogaba una reacción- y mi cuerpo que simplemente no hacía caso. Me susurre a mi misma que no era momento de rebeldía que solo era cuestión de hacer subir el orgullo a mi mente, pero no podía controlar aquella en esta situación, era mas fuerte que yo.

Algo dentro de mí quería detenerse, pero por otra parte deseaba hacerlo mas que nada en el mundo.

Él puso sus manos sobre la mesa, justo al lado de las bandejas y se acercó inclinando su
cabeza hacia un lado.

Esto no esta bien. “¡¡¡ELISA REACCIONA!!!” me grité a mi misma, pero ya era tarde.

Se acerco a mi con la boca entre-abierta y pude sentir su aliento enbriagador que chocaba en mi rostro.

Pero a pocos milimetros de distancia, la campana sonó. Apresurada tomé la manzana y salí corriendo hacía los pasillos. Al ver que Eric estaba a una distancia prudencial y era imposible divisarme desde allí me deslice desde los casilleros hasta quedar sentada en el suelo en con las piernas retraídas y apoyando mis brazos entre ellas. Espere a que mi pulso volviera a la normalidad y comencé a reirme mientras sostenía la manzana a punto de mordisquearla.

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Ahora si, ya esta todo el capítulo subido :D, como se ve cuando lo escribí estaba enamorada :3 :3 :3

€∆MĬℓ∆ escribió:Aww tan bella!!
Sabes que me encanta la intriga y el suspenso son mis generos faboritos incluyendo el terro jajaj lo curioso es que soy muy peculiar con las peliculas de terro por que no puedo evitar hacerlas chistosas y ademas hacer reir a las personas que estan viendo las peliculas conmigo ajajaa es que simplemente no lo controlo al parecer cada dia como caldo de payaso jajajaa pero bueno si la felicidad es locura entonces me declaro loca!!
WOW me encanto el capitulo! y bueno claro te perdono por no haber subido antes si jejee yo tambn crei que habia bajado mis notas y pues me paso solo de vez en cuando jajaa no quiero desmejorar... me dices algo que edas tienes que tengo curiosidad sobre ti pero dime otra cosa eres tan misteriosa como tu novela por que si es asi puedo jugar aww jaja ok hoy (y todos los dias) estoy medio loca jajaja
Como asi que Martina esta desaparecida awww uuy uuhh que suspenso es muy suspensivo ayyy jajaaa ok

Me alegra saludarte! me preguntaba si te podrias pasar por mi novela el likn esta en la firma...es que casi no hay lectoras ...pero no te preocupes si no puedes no importa! :) Chao!

Hola Camila, tanto tiempo (unos días pero bueeeee) No te preocupes que yo también ando haciendo chistes con las películas de terror, o me rio de mis amigos cuando se asustan, son muy miedosos xD DON'T WORRY, BE HAPPY!!!
Tengo 14 (y armando mis 15 con mucho esmero, sudor y amor (?), y ya que estamos en el plan de conocernos un poquitix, de donde sos, yo de Argentina!
Suspensivo (? como los puntitos...
Ok,ya. Kiss
P.d.: amo tu firma, tan literaria (?

Capítulo 8:"Comportamientos extraños, amenazas"

El bus iba a una velocidad prudencial, sin embargo parecía moverse a una velocidad demasiado exagerada para mí. Al punto de la descompostura.

Cada tanto se generaba un sacudón por frenar de forma brusca, que no me agradaba para nada, pero prefería eso a caminar tantas cuadras bajo la tormenta.

-Tranquila, esto es así siempre- me decía una anciana mientras veía como por cada sacudón me aferraba a los asientos. Le regale una sonrisa rápida por educación. Volví mi vista al conductor, y no exactamente porque me agradara aquello. Se trataba de un pelón de unos 25 años con cejas muy pobladas y barriga enorme y un tanto anormal que sobresalía de la camiseta sudada.

-¿Ese es el conductor?- Le pregunté un poco asustada.

-Tranquila, es muy bueno en su trabajo-me contesto con la mayor paz, como si realmente me funcionara y pudiera tranquilizarme. Luego otro, y otro sacudón que me tomaba de improvisto- es por las calles, y sus pozos.- agregó luego.

Acostumbraba andar a pie. Acostumbraba subir a un auto. Hasta el tren se me había hecho costumbre. Pero no acostumbraba viajar en bus, ni media cuadra.

Entonces el autobús frenó cerca, muy cerca del cordón en la parada. En menos de cinco segundos esta llego de gente. Entre la multitud, pude identificar un cabello que se me hacía familiar.

Dejando detrás a la anciana, me acerqué a la muchacha que estaba más pálida de lo normal como cada vez que miraba. Ella intentaba zafarse dando pequeños tirones, pero yo la mantenía sujeta apretando su muñeca.

Pero nuevamente la muchacha estaba tiesa como una estatua.

Medía aproximadamente diez centímetros más que ella, por lo que era fácil para mí incomodarla. Aun así no esperaba nada de ella, con una explicación bastaría.

-¡ALEJATE ELISA!, ¡NO TE ACERQUES, NO CON ESE LIBRO!- gritó mientras daba fuertes tirones. Al segundo yo la había soltado y bajo del bus, yo hice lo mismo y pude ver como mi hermana esperaba en la puerta de la casa caminando de un lado al otro con prisa.

-Elisa, ¿como se te ocurre venir en Colectivo?, ¿estás loca? ¡No lo vuelvas a hacer!- me abrazo notando su preocupación y después se separo. -claro Elisa, pasa. Los chicos ya han venido. Y Mark fue a visitar a mamá.

Al pasar reconocí fácilmente los cambios que había realizado. Las butacas de madera habían sido remplazadas por elegantes sillones de cuero negros en el living, y ahora todo parecía estar más limpio y acomodado que antes.

-¿y Logan, y Eric? - y antes que pudiera responderme, supe en donde estaban.

Desde las habitaciones se escuchaban los gritos de los muchachos que parecía una guerra campal. Era una discusión, y era fuerte pero quien parecía más enfadado era Eric, la voz de Logan casi no se escuchaba. A continuación, un portazo anunciaba que Eric bajaba con mucha bronca por las escaleras.

Mientras Camila sacaba el pollo del horno y lo servía en los cuatro platos distribuidos en la mesa, Logan bajaba desde el segundo piso con una cara amargada.

A los pocos minutos todos estaban sentados, pero con un silencio demasiado incómodo. Mi hermana, que ya se estaba sirviendo la segunda ración de ensalada, comenzó la conversación porque al parecer tampoco le agradaba a ella el ambiente que se había producido.

-¿Como te ha ido hoy, Elisa?

-Muy bien- le respondí, recordando todo lo ocurrido, incluyendo el casi-beso con Eric, y las actitudes de Alicia.

Luego, mi hermana puso su atención en quien se encontraba a mi lado.
-¿Y tu Logan?-

-El recibió amenazas...- dijo Eric en tono acusador. Lo mire directamente a los ojos. ¿Que significa eso, porque lo había dicho? ¿Que era lo que discutían en la habitación?

-Eric, es mejor mantener silencio- reprimió firmemente mi hermana que al parecer no había olvidado como ser una autoridad para alguien.

¿Porque ella le decía eso, ella sabía algo que yo no?

-Vale, ¿que me ocultan?- les pregunte con la voz elevada dejando los cubiertos en el plato.

Se miraron unos a otros, en el caso de los hermanos con algo de rencor.

Camila, nuevamente, era quien hablaba.

-Logan ha recibido una carta. Una amenaza de muerte.- el silencio nuevamente colmaba la habitación.

-No es nada- Logan ya estaba perdiendo la paciencia.

-¿Como puedes decir eso después de lo de Martina? Te estás comportando como un idio...-Eric estaba con los ojos hinchados a punto de explotar por la furia.

-¡YA BASTA ERIC! ¿Quieres que le diga a la policía lo de la carta? Y que después me sigan amenazando... Todos conocemos a los policías de Logbood, son unos holgazanes, no sirven para nada. -los gritos de Logan estaban rompiendo mis tímpanos.

-Y que has estado haciendo últimamente, Elisa. ¿Como se ha comportado Marcelo?- dijo Camila mientras tomaba nuevamente asiento, obviamente, cambiando de tema.

Capitulo 9: Calles conocidas, personas zurdas

Esa misma noche fui a la habitación justo al lado de la de mi hermana, y saqué aquel libro, que, a pesar del tiempo seguía retumbando en mi cabeza.
Y nuevamente lo tenía en mi mano tan desbaratada y desteñida como siempre. Más tarde, luego de observarlo por unos minutos lo abrí donde anteriormente había dejado un papel para marcar la página.
“Los estudios se habían vuelto ahogadores y los problemas en mi casa iban de peor en peor, todo estaba de cabezas en mi casa: mi madre no paraba de gritarme, incluso parecía que era cada vez más insoportable. Wallace Avenue era algo oscuro en los días de lluvia, y ya casi nadie pasaba por la calle, por lo tanto las únicas personas que veía era mi familia, mi estúpida y arrogante familia”
Me detuve en ese párrafo, Wallace Avenue, era exactamente la calle donde yo vivía. Smilter vivía en su calle, posiblemente también seguía allí, quizás hasta era la misma bibliotecaria. Inmediatamente llamé a Eric, que incluso, parecía más emocionado que yo.
Comenzó a recorrer con su vista, de izquierda a derecha, y luego al revés, el nombre de la calle.
-Es obvio, vivió acá. En otra época quizá, pero no creo que siga aquí. De ser así no publicaría el libro, o no sería tan específica. –Parecía muy seguro de lo que decía- Y no creo que se trate de la bibliotecaria como dices.
-¿Por qué lo dices?- la mujer era arrugada desde su rostro hasta sus manos, amarga como el limón y seca como el papel, y jamás mostraba una sonrisa. Tenía todas las características de una persona con la vida de Smilter, y también tenía los años necesarios para escribir un libro tan antiguo.
-¿Nunca miraste su mano cuando firma los libros para prestarlos?, es zurda Elisa, y quien escribió esto es diestra.
-¿Cómo lo sabes?-
-Simple, mira la tinta, esta borroneada de izquierda a derecha, si lo hubiese escrito con la mano izquierda se hubiese arrastrado la tinta hacía el otro lado. Sin duda, no es ella. Pero no sé quien más podría serlo. ¿Qué hay de Marta?, esa anciana me causa cierto temor, no me sorprende que esconda un misterio semejante, todos desconfían de ella, no solo yo.
-No, no es Marta, la conozco hace años, a ella y a su familia, hasta a la madre.
-¿Y qué hay de la madre?, sabes algo de ella.
-No de hecho, es muy anciana y si no recuerdo mal, creo que tiene amnesia temporal y apena reconoce a su propia hija, aunque quisiéramos no podríamos sacarle nada de información útil. Si se tratará de ella, ni siquiera lo recordaría, es inútil.
-Vayamos a ver, no tenemos nada que perder- los ojos negros de Eric de emoción parecían más brillosos en ese momento, y no podía negar que la idea era buena.
-De acuerdo- acepté-, pero no la presionemos, si se trata de ella no haremos nada, ¿de acuerdo? Es muy anciana, tengámosle compasión.


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Hola, pido disculpas por las demoras, pero aqui traje un capitulo, se que es corto, pero no me quería delantar. MAÑANA PROMETO SUBIR OTRO ;)... Gracias Cami por estar en todas, preguntandome siempre como estoy :) te quiero muchooo amiga :D

segui la
:(L):

MUCHAS GRACIAS LITTLE GIRL ♥, FELIZ AÑOS NUEVO A TI TAMBIEN NENA!!!♥