Days to Remember (One Direction & Tu)

El despertador sonaba y quería votarlo contra la pared y olvidarme de todo por esa mañana, pero tuve que ser fuerte y parar de la cama y luego vestirme… lavar mis dientes… quería seguir durmiendo. Tomé los 5 minutos merecidos para cada persona y sin ganas comencé a alistarme para mi primer día. Chequé mi celular y tenía un mensaje, me sentí importante
“Suerte hoy. Salúdame a todos” ¿Remitente? Harry. Ese mensaje me hizo enojar pero a la vez me hizo sonreír, yo me entiendo. Salí de mi habitación y la mamá de Elizabeth y ella ya me esperaban en recepción. Ahora ya no iría caminando, iría en auto. Ya no iría con Harry, iría con mamá e hija. Todo cambió este último año, pero bueno, un final es un buen comienzo. ¿Así era el dicho? Llegamos con pocas ganas y la mamá de Elizabeth nos deseo mucha suerte. Espero este semestre me traiga algo bueno, Dios escucha mis suplicas. Me adentré en la escuela y ahí estaba Liam, corrí como loca a treparme en su espalda y él giró haciéndome reír a carcajadas, Louis llegó y me hizo cosquillas. Definitivamente me encantaba volver a estar ahí con ellos. No a la escuela.
--- 3 días después ---
Empezaba la clase, no podría importarme menos. Esa clase con el Maestro Withmore, un ogro. Los inicios de nuestro último semestre no empezaban tan bien teniéndolo como profesor. Que locura, era lo último; en un abrir y cerrar de ojos estaríamos en la Universidad y luego, ejerciendo el trabajo que difícilmente alcanzaríamos.
Observé el gran ventanal que se encontraba a mi derecha, muchos compañeros llegaban tarde a clases y en verdad me apenaba por ellos. Yo no desearía llegar tarde a clase del maestro Withmore, que miedo. La primera-última vez que me regaño fue en el semestre pasado y fue motivo de que nunca más en la vida corriera por los pasillos, quedé traumada, te regaña algo feo. Horrible.
-Buenos días, jóvenes. Saquen algo donde anotar, empezamos la clase- dijo con tono amargado. No tenemos de otra, así que todos empezamos a tomar apuntes >>Toc Toc<< Alguien tocaba la puerta. Gracias.
-Buenos días profesor- estiró la mano- Lamento interrumpirlo pero un alumno ha estado ausente estos últimos días
-Que pase y no haga NADA de ruido- recalcó de mala gana, hasta el Director se asustó. En el fondo el profesor Withmore es buena persona, yo lo sé. No me intereso mucho lo que pasaba así que seguí copiando lo último que puso en la pizarra para luego, volver a enfocarme en el Ventanal. Acabé de copiar y miré pero ya no había nada interesante. Withmore seguía distraído con el director. El alumno que falta ha hecho feliz mi día, estábamos perdiendo clases. Tomé nueva postura en mi silla, me desparramé, y observé mis zapatos y jugaba con mis manos. Me aburría. Segundos más tarde alcé la mirada y arruine yo misma mi día. Retomé postura decente y espanté a Elizabeth, que se sentaba al frente mío
-¡Es el!- exclamé con un tono medio discreto
-¿Qué? ¿Quién? ¿De qué hablas?- preguntó confundida
-El cretino ese- ella y yo nos sorprendimos bastante y ambas mirábamos a aquel chico, muy apuesto sí, que se sentó hasta enfrente por órdenes y porque ya no había más lugares. Nunca creí volver a encontrarlo y ahora tenía ganas de ir a golpearlo. No paraba de verlo, su rostro mostraba una dulzura enorme pero a la vez yo lo odiaba por hacerse el chistoso de mala forma. Withmore siguió con su clase y por fin acabó y no entendí nada de lo que dijo aquel amargado “Que bueno que nadie lee mi mente” agradecí. Elizabeth se salió corriendo para ver a alguien, supongo, nunca me espera así que me levanté de mi asiento sin ánimos y estiré mi cuerpo, por así decirle. La siguiente clase era en esa misma aula, la cual no compartiría con Louis ni con Liam sino hasta las siguientes. Se me hacían eternos los minutos. Al final, volví a acomodar mi estructura osea en mi lugar, sin apartar la vista a ese cretino-simpático chico. Mandaba mensajes o jugaba con su celular y por ratos saludaba a todas esas chicas que se le acercaban emocionadas a saludarle, eso lo hacía más cretino para mí. “Para ti todo el es cretino” dije para mis adentros. No podía negarlo, recordé cuando esos ojos me miraron y me enamoré profundamente de ellos y cuando me pidió que me apresurara pero también recordé lo grosero que fue. Era hermoso *-* y tonto a la vez -.- El volteó, voy a morir, notó cómo lo miraba y aparto la vista, yo también lo hice. Segundos más tarde volvió a mirarme de una manera algo peculiar, creo que recordó quién era yo. Rio tanto como para poder oírlo y se acercó a mi. Me puse nerviosa y molesta, que bipolar. Venía ese cretino y yo no tenía ningún libro en mano para poder vengarme.
-Hey ¿Qué tal?- dijo con una sonrisa picarona y se sentó a mi lado
-¿Quién te ha dicho que te puedes sentar?- dije molesta. Estaba actuando, creo. “Quédate todo lo que quieras” eso pude haber dicho, pero la que habló era otra yo. Una rencorosa yo
-Bueno ya ¿Sigues molesta? Te pague tus libros, preciosa- argumentó
-Eres un tarado - ¿qué te sucede? Me pregunté a mi misma. El quiere charlar contigo, deduje. El quedo mudo, como si ya nada le pareciera gracioso
-¿Enserio lo crees? Perdón- dijo y se iba alejando. Yo tuve pena, el parecía lindo, bueno no sé, pero me hubiera gustado tener más platica con él. ¿Se supone que tengo que correr a detenerlo?
-Bueno. Gracias aún así- dije sonrojada
-Un cretino y un tarado no paga tus libros todos los días- dijo juguetón y me guiñó un ojo. Definitivamente era el cretino de los más cretinos. Fue mi conclusión.