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"Secretos De Una Noche De Verano" (Nick&Tú)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "Secretos De Una Noche De Verano" (Nick&Tú)
Holaaaa!!! :D Chicas disculpen la demora es que el asunto de la semana del foro me consumio un pocoo. Pero aqui les dejo cap! DISFRUTENLO!
—Interesante. ¿Sobre que discutían lord Hodgeham y usted?
Pálida, ________ se giró para contemplar a Nick Jonas, que se había acercado a ella con un sigilo felino. Sus hombros bloqueaban la profusión de luces que llegaban desde el salón. Con ese increíble autocontrol que poseía, parecía infinitamente más amenazador que Hodgeham.
—¿Qué es lo que ha oído? —barbotó _________, que se maldijo para sus adentros al escuchar la
actitud defensiva que reflejaba su propia voz.
—Nada —respondió él con suavidad—. No vi más que la cara de ambos mientras hablaban. Resultaba obvio que usted estaba molesta por algo.
—No estaba molesta. Ha malinterpretado usted mi expresión, señor Jonas.
El sacudió la cabeza y la sorprendió al estirar una mano para acariciarle con un dedo la parte superior del brazo que no quedaba cubierta por el guante.
—Le salen manchas cuando se enfada.
_________ miró hacia abajo y vio una mancha de color rosa pálido, una señal de que su piel, como de costumbre, tenía una tonalidad desigual cuando se alteraba. Sintió un escalofrío al contemplar cómo la acariciaba su dedo y se apartó de él.
—¿Tiene problemas, ________? —preguntó Jonas en voz baja.
No tenía derecho alguno a preguntar algo así con tanta amabilidad, casi como si le preocupara..., como si él fuera alguien a quien ella pudiese acudir en busca de ayuda..., como si ella pudiera permitirse alguna vez hacerlo.
—Eso le gustaría, ¿verdad? —replicó—. Cualquier dificultad que tuviera lo deleitaría a más no poder, ya que así podría ofrecerme su ayuda y sacar provecho de la situación.
El hombre entornó los ojos y la miró fijamente.
—¿Qué tipo de ayuda necesita?
—De usted, ninguna —le aseguró con sequedad—. Y no utilice mi nombre de pila. Le agradecería que se dirigiera a mí con propiedad de ahora en adelante... O, mejor aún: que no me dirija la palabra en absoluto. —Incapaz de soportar su mirada escrutadora ni un momento más, se alejó de él—. Ahora, si me disculpa,debo encontrar a mi madre.
Alma se sentó en la silla que había junto a la mesita del tocador al tiempo que contemplaba la palidez del rostro de _______. La joven había aguardado a estar a salvo en la intimidad de su dormito antes de contarle a Alma las horribles noticias. Al parecer, a su madre le había costado todo un minuto asimilar el hecho de que el hombre al que más detestaba y temía era uno de los invitados de Stony Cross Park. _______ casi había esperado que su madre estallara en lágrimas, pero Alma la había sorprendido, ya que no había hecho otra cosa que inclinar la cabeza hacia un lado y contemplar el rincón oscuro de la habitacióncon una sonrisa extraña y resignada. Era una sonrisa que ___________ jamás había visto en su rostro con anterioridad, una sonrisa de la que emanaba una extraña amargura que indicaba que no tenía ningún sentido tratar de mejorar la situación de uno, porque el destino siempre se salía con la suya.
—¿Quieres que nos marchemos de Stony Cross Park? —Murmuró ______—. Podemos regresar a Londres de inmediato.La pregunta pareció flotar en el aire durante incontables minutos. Cuando Alma
respondió, parecía confusa y meditabunda.
—Si hacemos eso, no tendrás esperanza alguna de obtener una oferta de matrimonio. No, tu única oportunidad es acabar con esto. Pasearemos con lord Kendall mañana por la mañana; no permitiré que Hodgeham arruine tus oportunidades con él.
—Será una fuente constante de problemas —dijo _______ en voz baja—. Si no regresamos a la ciudad, la situación se convertirá una pesadilla.
En aquel momento, Alma se giró hacia ella con esa inquietante sonrisa.
—Querida mía, si no encuentras a alguien con quien casarte, cuando regresemos a Londres comenzará la verdadera pesadilla.
FIN DEL CAPÍTULO 7
Capítulo 8
Abrumada por la preocupación, ________ durmió, a lo sumo dos o tres horas. Cuando se despertó aquella mañana, tenía bolsas oscuras bajo los ojos y el rostro pálido y demacrado.
—Por todos los santos —murmuró al tiempo que empapaba un trapo en agua fría y se lo llevaba a la cara—. Esto no puede ser. Parece que tenga cien años esta mañana.
—¿Qué has dicho, querida? — fue la adormilada pregunta de su madre. Alma estaba de pie detrás de su hija, vestida con un ajado camisón y unas zapatillas deshilachadas.
—Nada, mamá. Hablaba sola. —________ se frotó la cara con fuerza para recuperar
cierto color en las mejillas.
Alma se acercó a su hija y la estudió con detenimiento.
—Es cierto que pareces un poco cansada. Pediré que nos suban un poco de té.
—Que sea una tetera bien grande. —dijo _______. Mientras contemplaba sus ojos enrojecidos en el espejo, añadió—: Mejor que sean dos.
Alma retorció el paño antes de dejarlo sobre el lavamanos.
—Los vestidos más viejos que tengamos, supongo, ya que algunos senderos del bosque pueden estar bastante embarrados. Aunque podremos cubrirlos con los nuevos chales de seda que nos dieron Demi y Selena.
Después de beberse una taza de humeante té y darle unos cuantos mordiscos apresurados a la fría tostada que había subido una de las doncellas, _______ terminó de vestirse. Se estudió en el espejo con ojo crítico. El chal de seda azul que había anudado alrededor del corpiño escondía a la perfección el ajado tejido del vestido color vainilla que había debajo. Además, su nuevo bonete,
también obsequio de las Bowman, resultaba muy favorecedor, ya que el forro azulado resaltaba el azul de sus ojos. Sin dejar de bostezar, _________ bajó con su madre hasta la terraza posteriorde la mansión. Era lo bastante temprano como para que casi todos los invitados de Stony Cross siguieran en la cama. Solo unos cuantos caballeros decididos apescar truchas se habían molestado en levantarse. Un reducido grupo de hombresdesayunaban en las mesas del exterior mientras los criados aguardaban en las cercanías con las cañas y las cestas de pesca. Ese tranquilo escenario se vio asaltado por un clamor de lo más molesto y en absoluto habitual a una hora tan temprana.
—Por el amor de Dios —oyó exclamar a su madre. Siguió su mirada estupefacta hasta el otro lado de la terraza, que se había visto invadida por una cacofonía de frenéticos parloteos, grititos, carcajadas y el agresivo despliegue de los encantadores modales de un grupo de jovencitas. Rodeaban algo que permanecía oculto en el centro de tan apiñada congregación—. ¿Qué hacen aquí? —preguntó,
asombrada, Alma.
_______ suspiró y dijo con resignación:
—Van de caza matutina, me figuro.
Alma abrió la boca de par en par mientras contemplaba el escandaloso grupo.
—No querrás decir que... ¿Acaso crees que el pobre lord Kendall se haya en mitad de eso?
________ asintió.
—Y, a juzgar por la situación, no creo que vayan a dejar mucho de él cuando terminen.
—Pero... pero él acordó salir a pasear contigo —protestó Alma—. Única y exclusivamente contigo, conmigo como carabina.
Cuando algunas de las jovencitas se percataron de la presencia de _______ al otro lado de la terraza, la multitud cerró filas alrededor de su presa, como si quisieran evitar que lo viera. ______ sacudió la cabeza ligeramente. O bien Joe había contado a alguien sus planes sin pensar en las consecuencias o bien la locura por encontrar marido había alcanzado tales cotas que ni siquiera podía
aventurarse
fuera de su habitación sin atraer a una caterva de mujeres,intempestiva que fuera la hora.
—Bueno, no nos quedemos aquí —la urgió Alma—. Ve y únete al grupo. E intenta atraer su atención.
_______ le dirigió una mirada indecisa.
—Algunas de esas chicas parecen fieras. No me gustaría acabar con un mordisco.
Molesta por una risa sofocada que le llegó desde algún lugar cercano, se giró hacia el sonido. Como ya debería haber esperado, Nick Jonas se apoyaba contrala balaustrada de la terraza; la taza de porcelana quedaba casi oculta en su enorme mano mientras bebía distraídamente su café. Llevaba el mismo tipo de ropa tosca que el resto de los pescadores, confeccionada con tweed y sarga, y
una desgastada camisa de lino con el cuello abierto. El brillo burlón de sus ojos proclamaba el interés que demostraba en la situación.
________ se descubrió acercándose a él de modo totalmente inconsciente. Se aproximó hasta quedar a un metro de distancia y descansó ambos codos sobre la balaustrada, con la mirada perdida en el amanecer envuelto en bruma. Jonas, en cambio, estaba apoyado de espaldas, encarando así los muros de la mansión.
Con la necesidad de aguijonear esa irritante seguridad de la que hacía gala, ________ murmuró:
—Lord Kendall y lord Westcliff no son los únicos solteros en Stony Cross, señor Jonas. Cualquiera podría preguntarse el motivo de que usted no se encuentre sometido a la misma persecución que ellos dos.
—Es evidente —contestó con tranquilidad al tiempo que se llevaba la taza a los labios y vaciaba su contenido—. No tengo título y además, sería un pésimo marido. —Le dirigió una perspicaz mirada de reojo—. En cuanto a usted..., a pesar de la simpatía que me despierta su causa, no le aconsejaría que entrara en la pugna por Joseph Kendall.
—¿Por mi causa? —repitió ______, que se sintió ofendida por esa palabra—. ¿Cómo definiría usted mi causa, señor Jonas?
—Bueno, es usted misma, por supuesto —dijo en voz baja—. Desea lo mejor para _______ Peyton. Sin embargo, Kendall no entra en esa categoría. La unión entre usted y ese caballero acabaría en desastre.
Ella giró la cabeza para mirarlo con los ojos entrecerrados.
—¿Por qué?
—Porque es demasiado agradable para usted. —Nick sonrió ante su expresión—. Eso no pretendía ser un insulto. No me atraería tanto si fuera una mujer apacible. Además, usted tampoco sería buena para Kendall... Ni él le sería de mucha utilidad, en todo caso. Lo aplastaría sin miramientos hasta que su alma de caballero quedara hecha jirones a sus pies.
_______ deseaba con todas sus fuerzas borrar la sonrisa de superioridad de su rostro. Ella, que nunca había considerado siquiera la posibilidad de herir físicamente a alguien. La furia que sentía se vía apenas mitigada por el hecho de que él tuviera razón. _________ sabía que era demasiado fogosa para un hombre tan dócil y civilizado como Joe. Sin embargo, nada de eso era asunto de Nick Jonas... Además, ¡ni Jonas ni ningún otro hombre tenían la intención de ofrecerle una alternativa mejor!
—Señor Jonas —le dijo con dulzura, aunque su mirada era venenosa—, ¿por qué no se marcha y...?
—¡Señorita Peyton! —La exclamación ahogada llegó desde unos metros de distancia y fue seguida por la delgada silueta de lord Kendall, que emergía en ese momento del grupo de féminas. Tenía un aspecto desaliñado y parecía algo molesto mientras se abría camino hasta ella—. Buenos días, señorita Peyton.
—Hizo una pausa para colocarse el nudo de su corbata y enderezar las gafas torcidas—. Parece que no somos los únicos que han tenido la idea de pasear esta mañana. —Le dirigió a _______ una mirada tímida al preguntar—: ¿Le parece que lo intentemos de todas formas?
______ dudó, gimiendo para sus adentros. Poco podía sacar ella de un paseo con Joe si iban a estar acompañados por un numeroso grupo de mujeres. Sería lo mismo que intentar mantener una conversación tranquila en medio de una bandada de urracas. Sin embargo, tampoco podía permitirse desairar
—Interesante. ¿Sobre que discutían lord Hodgeham y usted?
Pálida, ________ se giró para contemplar a Nick Jonas, que se había acercado a ella con un sigilo felino. Sus hombros bloqueaban la profusión de luces que llegaban desde el salón. Con ese increíble autocontrol que poseía, parecía infinitamente más amenazador que Hodgeham.
—¿Qué es lo que ha oído? —barbotó _________, que se maldijo para sus adentros al escuchar la
actitud defensiva que reflejaba su propia voz.
—Nada —respondió él con suavidad—. No vi más que la cara de ambos mientras hablaban. Resultaba obvio que usted estaba molesta por algo.
—No estaba molesta. Ha malinterpretado usted mi expresión, señor Jonas.
El sacudió la cabeza y la sorprendió al estirar una mano para acariciarle con un dedo la parte superior del brazo que no quedaba cubierta por el guante.
—Le salen manchas cuando se enfada.
_________ miró hacia abajo y vio una mancha de color rosa pálido, una señal de que su piel, como de costumbre, tenía una tonalidad desigual cuando se alteraba. Sintió un escalofrío al contemplar cómo la acariciaba su dedo y se apartó de él.
—¿Tiene problemas, ________? —preguntó Jonas en voz baja.
No tenía derecho alguno a preguntar algo así con tanta amabilidad, casi como si le preocupara..., como si él fuera alguien a quien ella pudiese acudir en busca de ayuda..., como si ella pudiera permitirse alguna vez hacerlo.
—Eso le gustaría, ¿verdad? —replicó—. Cualquier dificultad que tuviera lo deleitaría a más no poder, ya que así podría ofrecerme su ayuda y sacar provecho de la situación.
El hombre entornó los ojos y la miró fijamente.
—¿Qué tipo de ayuda necesita?
—De usted, ninguna —le aseguró con sequedad—. Y no utilice mi nombre de pila. Le agradecería que se dirigiera a mí con propiedad de ahora en adelante... O, mejor aún: que no me dirija la palabra en absoluto. —Incapaz de soportar su mirada escrutadora ni un momento más, se alejó de él—. Ahora, si me disculpa,debo encontrar a mi madre.
Alma se sentó en la silla que había junto a la mesita del tocador al tiempo que contemplaba la palidez del rostro de _______. La joven había aguardado a estar a salvo en la intimidad de su dormito antes de contarle a Alma las horribles noticias. Al parecer, a su madre le había costado todo un minuto asimilar el hecho de que el hombre al que más detestaba y temía era uno de los invitados de Stony Cross Park. _______ casi había esperado que su madre estallara en lágrimas, pero Alma la había sorprendido, ya que no había hecho otra cosa que inclinar la cabeza hacia un lado y contemplar el rincón oscuro de la habitacióncon una sonrisa extraña y resignada. Era una sonrisa que ___________ jamás había visto en su rostro con anterioridad, una sonrisa de la que emanaba una extraña amargura que indicaba que no tenía ningún sentido tratar de mejorar la situación de uno, porque el destino siempre se salía con la suya.
—¿Quieres que nos marchemos de Stony Cross Park? —Murmuró ______—. Podemos regresar a Londres de inmediato.La pregunta pareció flotar en el aire durante incontables minutos. Cuando Alma
respondió, parecía confusa y meditabunda.
—Si hacemos eso, no tendrás esperanza alguna de obtener una oferta de matrimonio. No, tu única oportunidad es acabar con esto. Pasearemos con lord Kendall mañana por la mañana; no permitiré que Hodgeham arruine tus oportunidades con él.
—Será una fuente constante de problemas —dijo _______ en voz baja—. Si no regresamos a la ciudad, la situación se convertirá una pesadilla.
En aquel momento, Alma se giró hacia ella con esa inquietante sonrisa.
—Querida mía, si no encuentras a alguien con quien casarte, cuando regresemos a Londres comenzará la verdadera pesadilla.
FIN DEL CAPÍTULO 7
Capítulo 8
Abrumada por la preocupación, ________ durmió, a lo sumo dos o tres horas. Cuando se despertó aquella mañana, tenía bolsas oscuras bajo los ojos y el rostro pálido y demacrado.
—Por todos los santos —murmuró al tiempo que empapaba un trapo en agua fría y se lo llevaba a la cara—. Esto no puede ser. Parece que tenga cien años esta mañana.
—¿Qué has dicho, querida? — fue la adormilada pregunta de su madre. Alma estaba de pie detrás de su hija, vestida con un ajado camisón y unas zapatillas deshilachadas.
—Nada, mamá. Hablaba sola. —________ se frotó la cara con fuerza para recuperar
cierto color en las mejillas.
Alma se acercó a su hija y la estudió con detenimiento.
—Es cierto que pareces un poco cansada. Pediré que nos suban un poco de té.
—Que sea una tetera bien grande. —dijo _______. Mientras contemplaba sus ojos enrojecidos en el espejo, añadió—: Mejor que sean dos.
Alma retorció el paño antes de dejarlo sobre el lavamanos.
—Los vestidos más viejos que tengamos, supongo, ya que algunos senderos del bosque pueden estar bastante embarrados. Aunque podremos cubrirlos con los nuevos chales de seda que nos dieron Demi y Selena.
Después de beberse una taza de humeante té y darle unos cuantos mordiscos apresurados a la fría tostada que había subido una de las doncellas, _______ terminó de vestirse. Se estudió en el espejo con ojo crítico. El chal de seda azul que había anudado alrededor del corpiño escondía a la perfección el ajado tejido del vestido color vainilla que había debajo. Además, su nuevo bonete,
también obsequio de las Bowman, resultaba muy favorecedor, ya que el forro azulado resaltaba el azul de sus ojos. Sin dejar de bostezar, _________ bajó con su madre hasta la terraza posteriorde la mansión. Era lo bastante temprano como para que casi todos los invitados de Stony Cross siguieran en la cama. Solo unos cuantos caballeros decididos apescar truchas se habían molestado en levantarse. Un reducido grupo de hombresdesayunaban en las mesas del exterior mientras los criados aguardaban en las cercanías con las cañas y las cestas de pesca. Ese tranquilo escenario se vio asaltado por un clamor de lo más molesto y en absoluto habitual a una hora tan temprana.
—Por el amor de Dios —oyó exclamar a su madre. Siguió su mirada estupefacta hasta el otro lado de la terraza, que se había visto invadida por una cacofonía de frenéticos parloteos, grititos, carcajadas y el agresivo despliegue de los encantadores modales de un grupo de jovencitas. Rodeaban algo que permanecía oculto en el centro de tan apiñada congregación—. ¿Qué hacen aquí? —preguntó,
asombrada, Alma.
_______ suspiró y dijo con resignación:
—Van de caza matutina, me figuro.
Alma abrió la boca de par en par mientras contemplaba el escandaloso grupo.
—No querrás decir que... ¿Acaso crees que el pobre lord Kendall se haya en mitad de eso?
________ asintió.
—Y, a juzgar por la situación, no creo que vayan a dejar mucho de él cuando terminen.
—Pero... pero él acordó salir a pasear contigo —protestó Alma—. Única y exclusivamente contigo, conmigo como carabina.
Cuando algunas de las jovencitas se percataron de la presencia de _______ al otro lado de la terraza, la multitud cerró filas alrededor de su presa, como si quisieran evitar que lo viera. ______ sacudió la cabeza ligeramente. O bien Joe había contado a alguien sus planes sin pensar en las consecuencias o bien la locura por encontrar marido había alcanzado tales cotas que ni siquiera podía
aventurarse
fuera de su habitación sin atraer a una caterva de mujeres,intempestiva que fuera la hora.
—Bueno, no nos quedemos aquí —la urgió Alma—. Ve y únete al grupo. E intenta atraer su atención.
_______ le dirigió una mirada indecisa.
—Algunas de esas chicas parecen fieras. No me gustaría acabar con un mordisco.
Molesta por una risa sofocada que le llegó desde algún lugar cercano, se giró hacia el sonido. Como ya debería haber esperado, Nick Jonas se apoyaba contrala balaustrada de la terraza; la taza de porcelana quedaba casi oculta en su enorme mano mientras bebía distraídamente su café. Llevaba el mismo tipo de ropa tosca que el resto de los pescadores, confeccionada con tweed y sarga, y
una desgastada camisa de lino con el cuello abierto. El brillo burlón de sus ojos proclamaba el interés que demostraba en la situación.
________ se descubrió acercándose a él de modo totalmente inconsciente. Se aproximó hasta quedar a un metro de distancia y descansó ambos codos sobre la balaustrada, con la mirada perdida en el amanecer envuelto en bruma. Jonas, en cambio, estaba apoyado de espaldas, encarando así los muros de la mansión.
Con la necesidad de aguijonear esa irritante seguridad de la que hacía gala, ________ murmuró:
—Lord Kendall y lord Westcliff no son los únicos solteros en Stony Cross, señor Jonas. Cualquiera podría preguntarse el motivo de que usted no se encuentre sometido a la misma persecución que ellos dos.
—Es evidente —contestó con tranquilidad al tiempo que se llevaba la taza a los labios y vaciaba su contenido—. No tengo título y además, sería un pésimo marido. —Le dirigió una perspicaz mirada de reojo—. En cuanto a usted..., a pesar de la simpatía que me despierta su causa, no le aconsejaría que entrara en la pugna por Joseph Kendall.
—¿Por mi causa? —repitió ______, que se sintió ofendida por esa palabra—. ¿Cómo definiría usted mi causa, señor Jonas?
—Bueno, es usted misma, por supuesto —dijo en voz baja—. Desea lo mejor para _______ Peyton. Sin embargo, Kendall no entra en esa categoría. La unión entre usted y ese caballero acabaría en desastre.
Ella giró la cabeza para mirarlo con los ojos entrecerrados.
—¿Por qué?
—Porque es demasiado agradable para usted. —Nick sonrió ante su expresión—. Eso no pretendía ser un insulto. No me atraería tanto si fuera una mujer apacible. Además, usted tampoco sería buena para Kendall... Ni él le sería de mucha utilidad, en todo caso. Lo aplastaría sin miramientos hasta que su alma de caballero quedara hecha jirones a sus pies.
_______ deseaba con todas sus fuerzas borrar la sonrisa de superioridad de su rostro. Ella, que nunca había considerado siquiera la posibilidad de herir físicamente a alguien. La furia que sentía se vía apenas mitigada por el hecho de que él tuviera razón. _________ sabía que era demasiado fogosa para un hombre tan dócil y civilizado como Joe. Sin embargo, nada de eso era asunto de Nick Jonas... Además, ¡ni Jonas ni ningún otro hombre tenían la intención de ofrecerle una alternativa mejor!
—Señor Jonas —le dijo con dulzura, aunque su mirada era venenosa—, ¿por qué no se marcha y...?
—¡Señorita Peyton! —La exclamación ahogada llegó desde unos metros de distancia y fue seguida por la delgada silueta de lord Kendall, que emergía en ese momento del grupo de féminas. Tenía un aspecto desaliñado y parecía algo molesto mientras se abría camino hasta ella—. Buenos días, señorita Peyton.
—Hizo una pausa para colocarse el nudo de su corbata y enderezar las gafas torcidas—. Parece que no somos los únicos que han tenido la idea de pasear esta mañana. —Le dirigió a _______ una mirada tímida al preguntar—: ¿Le parece que lo intentemos de todas formas?
______ dudó, gimiendo para sus adentros. Poco podía sacar ella de un paseo con Joe si iban a estar acompañados por un numeroso grupo de mujeres. Sería lo mismo que intentar mantener una conversación tranquila en medio de una bandada de urracas. Sin embargo, tampoco podía permitirse desairar
Dayi_JonasLove!*
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" (Nick&Tú)
la invitación, ya que incluso el menor de los rechazos podría desanimarlo y traducirse en que nunca
más volviera a invitarla. Le dedicó una brillante sonrisa.
—Será un placer, milord.
—Excelente. Hay unos ejemplares fascinantes de flora y fauna que me gustaría mostrarle. Como soy un horticultor aficionado, he llevado a cabo un cuidadoso estudio de la vegetación
autóctona de Hampshire... Las siguientes palabras quedaron acalladas cuando unas jovencitas entusiasmadas lo rodearon.
—Adoro las plantas —barbotó una de ellas—. No hay una sola planta que no encuentre absolutamente encantadora.
—Y el campo sería tan, pero tan poco atractivo sin ellas... —dijo otra con fervor.
—Por favor, lord Kendall —intervino otra más—, sólo tendría que explicarnos la diferencia entre una flora y una fauna...
La multitud de jovencitas alejó a Joe como si lo arrastrara una corriente marina imposible de detener. Alma se fue tras ellas con arrojo, decidida a defender los intereses de _______.
—Sin duda, la extremada modestia de mi hija le impedirá contarle la intensa afinidad que siente con la naturaleza...— comenzó a decirle a Joe.
Joe le dirigió una mirada impotente por encima del hombro mientras se veía arrastrado sin remedio hacia las escaleras de la terraza.
—¿Señorita Peyton?
—Ya voy —le contestó ______ a voz en grito, colocando ambas manos junto a la boca para hacerse oír.
Su respuesta, si es que la emitió, resultó imposible de oír.
Despacio, Nick Jonas depositó la taza vacía en la mesa más cercana y le musitó algo al criado que sostenía su equipo de pesca. El sirviente asintió y se retiró al tiempo que Jonas alcanzaba a _______, quien se tensó al darse cuenta de que caminaban el uno al lado del otro.
—¿Qué hace?
Nick metió las manos en los bolsillos de su abrigo de pesca.
—Voy con usted. Lo que suceda en el río, sea lo que sea, no será ni la mitad de interesante que ver cómo compite por la atención Kendall. Además, carezco por completo de conocimientos sobre horticultura. Puede que aprenda algo.
Tragándose una respuesta airada, ______ siguió con resolución a Kendall y a su séquito. Bajaron los escalones de la terraza y tomaron un sendero que conducía hacia el bosque, donde hayas y robles enormes presidían la escena por encima de los gruesos mantos de musgo, helechos y líquenes. Al principio, _______ ignoró la presencia de Nicholas Jonas a su lado y se limitó a caminar con actitud fría tras el cortejo de admiradoras de Joseph, que se veía obligado a realizar un notable ejercicio físico, ya que debía ayudar a una joven tras otra a sortear los más nimios obstáculos. El tronco de un árbol caído, cuyo diámetro no sobrepasaba el del brazo de ________, se convirtió en un impedimento insalvable para el que todas requirieron la ayuda de Kendall. Las muchachas se volvían cada vez más desvalidas, hasta el punto de que el pobre hombre se vio prácticamente obligado a cruzar en brazos a la última mientras ésta chillaba y fingía un pequeño desmayo al tiempo que le rodeaba el cuello con los brazos. Bastante alejados del grupo, _______ se negó a aferrarse al brazo que Nick le ofreció y pasó por encima del tronco sin ayuda. Él esbozó una media sonrisa,
absorto en su perfil.
—A estas alturas, sería de esperar que se hubiera abierto camino hasta la cabeza —señaló.
________ emitió un resoplido desdeñoso.
—No voy a desperdiciar mis energías luchando con un puñado de cotorras. Esperaré un momento más oportuno para que Kendall me preste atención.
—Ya le ha prestado atención. Debería estar ciego para no hacerlo. La pregunta es: ¿Por qué cree que tendrá la suerte de que Kendall le haga una proposición cuando no ha conseguido que nadie más lo haga en los dos años que hace que la conozco?
—Por que tengo un plan —replicó sucintamente.
—¿Y en que consiste ese plan?
________ le dirigió una breve y desdeñosa mirada.
—Como si se lo fuera a contar a usted.
—Tengo la esperanza de que sea algo retorcido y poco limpio—dijo Nick con seriedad—. Ya que parece que el acercamiento propio de una dama no le ha dado resultado alguno.
—Sólo porque carezco de dote —contestó Roberta—. Si tuviera dinero, llevaría muchos años casada.
—Yo tengo dinero—dijo él, servicialmente—. ¿Cuánto quiere?
_______ lo miró con cinismo.
—Me hago una idea bastante clara de lo que querría a cambio, señor Jonas, así que puedo contestarle con toda honestidad que no quiero ni un chelín de su bolsillo.
—Es agradable saber que se muestra tan selectiva en lo concerniente a lasamistades que mantiene. —Nick extendió una mano para apartar una rama de modo que ella pudiera pasar—. Dado que he escuchado algunos rumores en sentido contrario, me alegra comprobar que no son ciertos.
—¿Rumores? —_________ se detuvo en mitad del sendero y se giró para mirarlo a la cara—. ¿Sobre mí? ¿Y qué podrían decir sobre mí?
Nick contempló su expresión preocupada en silencio mientras ella adivinaba el significado por sí sola.
—Selectiva... —murmuró—. En lo concerniente a las amistades que mantengo... ¿y se supone que eso implica que he hecho algo inapropiado...? —Se detuvo de golpe cuando la imagen de la repugnante y rubicunda cara de Hodgeham se abrió paso en su cabeza.
A Nick no le pasaron desapercibidas la súbita palidez de sus mejillas ni las pequeñas arrugas que se le formaron en el entrecejo. Tras dedicarle una mirada gélida, ________ se dio la vuelta y comenzó a andar por el sendero cubierto de hierba con pasos medidos y seguros.
Nick se puso a su altura, mientras escuchaban de nuevo la lejana voz de Joe, que seguía dándoles una clase a sus atentas oyentes acerca de las plantas que dejaban atrás. Raros ejemplares de orquídeas, celidonias, algunas variedades de hongos... El discurso se veía salpicado de tanto en tanto por las exclamaciones de sorpresa provenientes del encandilado público.
—… Estas plantas bajas —decía Kendall, que había hecho una para señalar un grupo de musgo y líquenes que cubría un desafortunado roble— se clasifican como briofitas, y requieren ciertas condiciones de humedad para proliferar. Si se vieran privadas de la protección de las copas de los árboles, en campo abierto, perecerían sin duda alguna...
—No he hecho nada malo —dijo _______ sin más, preguntándose porqué le importaba en lo más mínimo la opinión de Nick. Sin embargo, le molestaba lo bastante como para preguntarse quién le había contado ese rumor y, más concretamente, cuándo se lo habrían contado. ¿Acaso alguien había presenciado las visitas nocturnas de Hodgeham a su casa? Aquello no era una buena señal. No había defensa alguna contra un rumor como ése, que era capaz de destruir la reputación de una dama—. Y tampoco me arrepiento de nada.
—Una lástima —le dijo Nick con despreocupación—. Arrepentirse de algo es la
única muestra de que se ha hecho algo interesante en la vida.
—¿Y de qué se arrepiente usted, por ejemplo?
—Bueno, yo tampoco me arrepiento de nada. —Un brillo perverso iluminó sus ojos oscuros—. Aunque no crea que no lo he intentado. Sigo empeñado en hacer cosas innombrables con la esperanza de arrepentirme más tarde. Pero, hasta el momento... nada.
A pesar de la agitación que sentía, ________ no pudo reprimir una risa nerviosa. Una rama larga cruzaba el camino, por lo que estiró el brazo para apartarla.
—Permítame —intervino Nick, que se adelantó para sujetarla en su lugar.
—Gracias. —Pasaba al lado de Nick con la vista perdida en Joe y las demás, cuando sintió, de repente, un pinchazo en el interior del pie—. ¡Ay! —Se detuvo en mitad del sendero y se levantó el bajo del vestido para averiguar el origen del malestar.
—¿Qué sucede? —Nick estuvo a su lado de inmediato y la sujetó por el codo con una de sus grandes manos para ayudarla a mantener el equilibrio.
—Me he clavado algo en el zapato.
—Déjeme ayudarla —le dijo al tiempo que se agachaba y se apoderaba de su tobillo.
Era la primera vez que un hombre le tocaba la pierna, por lo que el rostro de ______ adquirió un rubor escarlata.
—Ni se le ocurra tocarme ahí —protestó con un áspero susurro. Apunto, estuvo de perder el
equilibrio al retroceder. Nick no soltó su presa, con el fin de evitar caerse, _______ se vio obligada a aferrarse a sus hombros—. Señor Jonas...
—Ya veo cuál es el problema —murmuró. Ella sintió como tiraba del fino algodón de la media, que cubría su pierna—. Debe de haber pisado algún helecho con espinas. —Sostuvo algo en alto para que lo inspeccionara: una ramita de aspecto parecido a una espiga se había colado por el algodón hasta llegar al empeine. Con el rostro arrebolado, _______ siguió aferrada a su hombro para mantener el equilibrio. El contorno de su hombro era sorprendentemente duro; el hueso y el
fuerte músculo no quedaban suavizados por ninguna capa de relleno del abrigo. Su mente, estupefacta, tenía serios problemas para aceptar el hecho de que se encontraba en mitad del bosque con la mano de Nick Jonas en su tobillo. Al darse cuenta de su mortificación, Jonás esbozó una repentina sonrisa.
—Hay más espigas en su media. ¿Quiere que se las quite?
—Que sea rápido —le replicó con voz agraviada—, antes de que Kendall se dé la vuelta y le vea con la mano metida bajo mis faldas.
Con una risa ahogada, Nick se dedicó a la tarea y sacó con destreza la última espina del tejido de sus medias. Mientras trabajaba, _______ se quedó absorta en ese lugar de su nuca donde los mechones negros se rizaban contra la tersa y bronceada piel.Tras coger el zapato que le había quitado, Nick volvió a ponérselo con una floritura.
—Mi Cenicienta campestre —le dijo al tiempo que se ponía de pie. Mientras paseaba la mirada por las ruborizadas mejillas de ________, sus ojos chispearon con un brillo burlón, pero amistoso— ¿Por qué utiliza un calzado tan ridículo para caminar por el campo? Siempre supuse que tendría el buen tino de calzarse un par de botines.
—No tengo botines —respondió _______, molesta por la insinuación de ser una inconsciente incapaz de elegir el calzado adecuado para un simple paseo -Los que tenía se hicieron pedazos y no puedo permitirme comprar otro par
más volviera a invitarla. Le dedicó una brillante sonrisa.
—Será un placer, milord.
—Excelente. Hay unos ejemplares fascinantes de flora y fauna que me gustaría mostrarle. Como soy un horticultor aficionado, he llevado a cabo un cuidadoso estudio de la vegetación
autóctona de Hampshire... Las siguientes palabras quedaron acalladas cuando unas jovencitas entusiasmadas lo rodearon.
—Adoro las plantas —barbotó una de ellas—. No hay una sola planta que no encuentre absolutamente encantadora.
—Y el campo sería tan, pero tan poco atractivo sin ellas... —dijo otra con fervor.
—Por favor, lord Kendall —intervino otra más—, sólo tendría que explicarnos la diferencia entre una flora y una fauna...
La multitud de jovencitas alejó a Joe como si lo arrastrara una corriente marina imposible de detener. Alma se fue tras ellas con arrojo, decidida a defender los intereses de _______.
—Sin duda, la extremada modestia de mi hija le impedirá contarle la intensa afinidad que siente con la naturaleza...— comenzó a decirle a Joe.
Joe le dirigió una mirada impotente por encima del hombro mientras se veía arrastrado sin remedio hacia las escaleras de la terraza.
—¿Señorita Peyton?
—Ya voy —le contestó ______ a voz en grito, colocando ambas manos junto a la boca para hacerse oír.
Su respuesta, si es que la emitió, resultó imposible de oír.
Despacio, Nick Jonas depositó la taza vacía en la mesa más cercana y le musitó algo al criado que sostenía su equipo de pesca. El sirviente asintió y se retiró al tiempo que Jonas alcanzaba a _______, quien se tensó al darse cuenta de que caminaban el uno al lado del otro.
—¿Qué hace?
Nick metió las manos en los bolsillos de su abrigo de pesca.
—Voy con usted. Lo que suceda en el río, sea lo que sea, no será ni la mitad de interesante que ver cómo compite por la atención Kendall. Además, carezco por completo de conocimientos sobre horticultura. Puede que aprenda algo.
Tragándose una respuesta airada, ______ siguió con resolución a Kendall y a su séquito. Bajaron los escalones de la terraza y tomaron un sendero que conducía hacia el bosque, donde hayas y robles enormes presidían la escena por encima de los gruesos mantos de musgo, helechos y líquenes. Al principio, _______ ignoró la presencia de Nicholas Jonas a su lado y se limitó a caminar con actitud fría tras el cortejo de admiradoras de Joseph, que se veía obligado a realizar un notable ejercicio físico, ya que debía ayudar a una joven tras otra a sortear los más nimios obstáculos. El tronco de un árbol caído, cuyo diámetro no sobrepasaba el del brazo de ________, se convirtió en un impedimento insalvable para el que todas requirieron la ayuda de Kendall. Las muchachas se volvían cada vez más desvalidas, hasta el punto de que el pobre hombre se vio prácticamente obligado a cruzar en brazos a la última mientras ésta chillaba y fingía un pequeño desmayo al tiempo que le rodeaba el cuello con los brazos. Bastante alejados del grupo, _______ se negó a aferrarse al brazo que Nick le ofreció y pasó por encima del tronco sin ayuda. Él esbozó una media sonrisa,
absorto en su perfil.
—A estas alturas, sería de esperar que se hubiera abierto camino hasta la cabeza —señaló.
________ emitió un resoplido desdeñoso.
—No voy a desperdiciar mis energías luchando con un puñado de cotorras. Esperaré un momento más oportuno para que Kendall me preste atención.
—Ya le ha prestado atención. Debería estar ciego para no hacerlo. La pregunta es: ¿Por qué cree que tendrá la suerte de que Kendall le haga una proposición cuando no ha conseguido que nadie más lo haga en los dos años que hace que la conozco?
—Por que tengo un plan —replicó sucintamente.
—¿Y en que consiste ese plan?
________ le dirigió una breve y desdeñosa mirada.
—Como si se lo fuera a contar a usted.
—Tengo la esperanza de que sea algo retorcido y poco limpio—dijo Nick con seriedad—. Ya que parece que el acercamiento propio de una dama no le ha dado resultado alguno.
—Sólo porque carezco de dote —contestó Roberta—. Si tuviera dinero, llevaría muchos años casada.
—Yo tengo dinero—dijo él, servicialmente—. ¿Cuánto quiere?
_______ lo miró con cinismo.
—Me hago una idea bastante clara de lo que querría a cambio, señor Jonas, así que puedo contestarle con toda honestidad que no quiero ni un chelín de su bolsillo.
—Es agradable saber que se muestra tan selectiva en lo concerniente a lasamistades que mantiene. —Nick extendió una mano para apartar una rama de modo que ella pudiera pasar—. Dado que he escuchado algunos rumores en sentido contrario, me alegra comprobar que no son ciertos.
—¿Rumores? —_________ se detuvo en mitad del sendero y se giró para mirarlo a la cara—. ¿Sobre mí? ¿Y qué podrían decir sobre mí?
Nick contempló su expresión preocupada en silencio mientras ella adivinaba el significado por sí sola.
—Selectiva... —murmuró—. En lo concerniente a las amistades que mantengo... ¿y se supone que eso implica que he hecho algo inapropiado...? —Se detuvo de golpe cuando la imagen de la repugnante y rubicunda cara de Hodgeham se abrió paso en su cabeza.
A Nick no le pasaron desapercibidas la súbita palidez de sus mejillas ni las pequeñas arrugas que se le formaron en el entrecejo. Tras dedicarle una mirada gélida, ________ se dio la vuelta y comenzó a andar por el sendero cubierto de hierba con pasos medidos y seguros.
Nick se puso a su altura, mientras escuchaban de nuevo la lejana voz de Joe, que seguía dándoles una clase a sus atentas oyentes acerca de las plantas que dejaban atrás. Raros ejemplares de orquídeas, celidonias, algunas variedades de hongos... El discurso se veía salpicado de tanto en tanto por las exclamaciones de sorpresa provenientes del encandilado público.
—… Estas plantas bajas —decía Kendall, que había hecho una para señalar un grupo de musgo y líquenes que cubría un desafortunado roble— se clasifican como briofitas, y requieren ciertas condiciones de humedad para proliferar. Si se vieran privadas de la protección de las copas de los árboles, en campo abierto, perecerían sin duda alguna...
—No he hecho nada malo —dijo _______ sin más, preguntándose porqué le importaba en lo más mínimo la opinión de Nick. Sin embargo, le molestaba lo bastante como para preguntarse quién le había contado ese rumor y, más concretamente, cuándo se lo habrían contado. ¿Acaso alguien había presenciado las visitas nocturnas de Hodgeham a su casa? Aquello no era una buena señal. No había defensa alguna contra un rumor como ése, que era capaz de destruir la reputación de una dama—. Y tampoco me arrepiento de nada.
—Una lástima —le dijo Nick con despreocupación—. Arrepentirse de algo es la
única muestra de que se ha hecho algo interesante en la vida.
—¿Y de qué se arrepiente usted, por ejemplo?
—Bueno, yo tampoco me arrepiento de nada. —Un brillo perverso iluminó sus ojos oscuros—. Aunque no crea que no lo he intentado. Sigo empeñado en hacer cosas innombrables con la esperanza de arrepentirme más tarde. Pero, hasta el momento... nada.
A pesar de la agitación que sentía, ________ no pudo reprimir una risa nerviosa. Una rama larga cruzaba el camino, por lo que estiró el brazo para apartarla.
—Permítame —intervino Nick, que se adelantó para sujetarla en su lugar.
—Gracias. —Pasaba al lado de Nick con la vista perdida en Joe y las demás, cuando sintió, de repente, un pinchazo en el interior del pie—. ¡Ay! —Se detuvo en mitad del sendero y se levantó el bajo del vestido para averiguar el origen del malestar.
—¿Qué sucede? —Nick estuvo a su lado de inmediato y la sujetó por el codo con una de sus grandes manos para ayudarla a mantener el equilibrio.
—Me he clavado algo en el zapato.
—Déjeme ayudarla —le dijo al tiempo que se agachaba y se apoderaba de su tobillo.
Era la primera vez que un hombre le tocaba la pierna, por lo que el rostro de ______ adquirió un rubor escarlata.
—Ni se le ocurra tocarme ahí —protestó con un áspero susurro. Apunto, estuvo de perder el
equilibrio al retroceder. Nick no soltó su presa, con el fin de evitar caerse, _______ se vio obligada a aferrarse a sus hombros—. Señor Jonas...
—Ya veo cuál es el problema —murmuró. Ella sintió como tiraba del fino algodón de la media, que cubría su pierna—. Debe de haber pisado algún helecho con espinas. —Sostuvo algo en alto para que lo inspeccionara: una ramita de aspecto parecido a una espiga se había colado por el algodón hasta llegar al empeine. Con el rostro arrebolado, _______ siguió aferrada a su hombro para mantener el equilibrio. El contorno de su hombro era sorprendentemente duro; el hueso y el
fuerte músculo no quedaban suavizados por ninguna capa de relleno del abrigo. Su mente, estupefacta, tenía serios problemas para aceptar el hecho de que se encontraba en mitad del bosque con la mano de Nick Jonas en su tobillo. Al darse cuenta de su mortificación, Jonás esbozó una repentina sonrisa.
—Hay más espigas en su media. ¿Quiere que se las quite?
—Que sea rápido —le replicó con voz agraviada—, antes de que Kendall se dé la vuelta y le vea con la mano metida bajo mis faldas.
Con una risa ahogada, Nick se dedicó a la tarea y sacó con destreza la última espina del tejido de sus medias. Mientras trabajaba, _______ se quedó absorta en ese lugar de su nuca donde los mechones negros se rizaban contra la tersa y bronceada piel.Tras coger el zapato que le había quitado, Nick volvió a ponérselo con una floritura.
—Mi Cenicienta campestre —le dijo al tiempo que se ponía de pie. Mientras paseaba la mirada por las ruborizadas mejillas de ________, sus ojos chispearon con un brillo burlón, pero amistoso— ¿Por qué utiliza un calzado tan ridículo para caminar por el campo? Siempre supuse que tendría el buen tino de calzarse un par de botines.
—No tengo botines —respondió _______, molesta por la insinuación de ser una inconsciente incapaz de elegir el calzado adecuado para un simple paseo -Los que tenía se hicieron pedazos y no puedo permitirme comprar otro par
Dayi_JonasLove!*
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" (Nick&Tú)
Para su sorpresa, Jonas no aprovechó la oportunidad para burlarse más de ella. Su rostro adquirió una expresión pétrea mientras la observaba con detenimiento.
—Será mejor que nos unamos a los demás —dijo al fin—. A estas alturas, puede que hayan descubierto alguna variedad de musgo que todavía no hayamos visto. O, que Dios nos ayude, una seta. La opresión que ______ sentía en el pecho disminuyó.
—Por mi parte, tengo la esperanza de que se trate de un liquen.
El comentario obtuvo por respuesta la sombra de una sonrisa. Nick extendió una mano para apartar una rama que sobresalía por encima del sendero. Con valentía, _______ se levantó las faldas para tratar de seguirlo mientras trataba de no pensar en lo bien que estaría en esos momentos sentada en la terraza de la mansión, tomando una taza de té con pastas. Alcanzaron la cima de una suave
pendiente y se vieron recompensados por la sorprendente visión que un manto de campanillas ofrecía sobre el suelo del bosque. Era como caer de cabeza en un sueño, con esos destellos azules que fluían entre los troncos de los robles, las hayas y los fresnos. El aroma de las campanillas llegaba desde todas partes, y sus pulmones se llenaron con el aire perfumado.
Al pasar junto al tronco de un árbol delgado, ________ lo rodeó con un brazo y se detuvo a contemplar los ramilletes de campanillas con placentera sorpresa.
—Encantador —murmuró con el rostro brillante bajo las sombras que proyectaban las copas de aquellas antiguas ramas entrelazadas.
—Sí.
Sin embargo, Nick la miraba a ella, no a las campanillas, y un breve vistazo a su expresión hizo que la sangre de ________ comenzara a vibrar en sus venas. Había visto la admiración en los rostros de otros hombres, e incluso había llegado a reconocer el deseo, pero ninguna mirada había sido tan íntima y perturbadora como esa…, como si lo que él anhelara fuera mucho más complicado que el mero uso de su cuerpo.
Desconcertada, se apartó del tronco y se acercó a Kendall, que charlaba con su madre aprovechando que el grupo de jovencitas se había dispersado para recoger enormes ramos de campanillas. Los tallos de las flores acabaron pisoteados y destrozados mientras las saqueadoras reunían su tesoro. Joe pareció aliviado al ver que _______ se acercaba, impresión que se
intensificó al percatarse de la espléndida sonrisa que ésta le dedicaba. Por su actitud, parecía haber esperado que ______ se mostrara petulante, tal y como lo habría hecho cualquier mujer a la que se invitara a dar un paseo para luego ser ignorada a favor de una compañía más exigente. La mirada del hombre se posó sobre la figura oscura de Nicholas Jonas y su expresión pasó a ser de
incertidumbre. Los dos hombres intercambiaron saludos con la cabeza: Jonas trasuntaba confianza en sí mismo; Kendall, en cambio, se mostraba en cierta forma cauteloso.
—Veo que hemos atraído más compañía —murmuró Kendall.
________ le dedicó su sonrisa más encantadora.
—Por supuesto que sí —le dijo—. Es usted como el flautista de Hamelín, milord. Allá donde va la gente lo sigue.
El hombre se sonrojó, agradecido por el comentario, y musitó:
—Espero que haya disfrutado del paseo hasta el momento, señorita Peyton.
—Desde luego que sí —le aseguró—. Aunque debo admitir que me he tropezado con un helecho espinoso.
Alma emitió una suave exclamación, movida por la inquietud.
—Santo cielo... ¿Estás herida, querida?
—No, no, no fue más que una insignificancia —replicó _______ de inmediato—. Un par de arañazos nada más. Y la culpa fue mía: me temo que no llevo el calzado adecuado. —Adelantó un pie para mostrarle a Kendall sus zapatos, asegurándose de mostrar también una buena porción de su esbelto tobillo al mismo tiempo. Joe chasqueó la lengua con preocupación.
—Señorita Peyton, necesita algo mucho más resistente que esos zapatos para dar un paseo por el bosque.
—Tiene razón, por supuesto —_______ se encogió de hombros sin perder la sonrisa—. Fue una estupidez de mi parte no prever que el terreno fuera tan accidentado. Intentaré medir mis pasos con más cuidado en el camino de vuelta. Aunque las campanillas son tan maravillosas que creo que atravesaría un campo lleno de helechos espinosos con tal de alcanzarlas.
Tras agacharse para recoger un ramillete de campanillas, Joe separó un tallo y lo prendió del lazo de su bonete.
—No son ni la mitad de azules que sus ojos —le dijo. Su vista bajó hasta el tobillo, que había vuelto a quedar oculto tras el dobladillo de las faldas—. Durante el camino de vuelta, apóyese en mi brazo y así evitaremos más contratiempos.
—Muchas gracias, milord. —_______ le dirigió una mirada de admiración—. Me temo que me he perdido alguno de sus comentarios a cerca de los helechos. Dijo algo acerca de... culantrillos, ¿no es así?... Me ha fascinado por completo...
Joe se apresuró de buena gana a explicarle todo lo que cualquiera desearía saber acerca de los helechos... Más tarde, cuando _______ se arriesgó a mirar hacia Nick Jonas, éste había desaparecido.
_________________________
Espero lo hayan disfrutadoooo!! El Miercoles continuo
FIN DEL CAPÍTULO 8
—Será mejor que nos unamos a los demás —dijo al fin—. A estas alturas, puede que hayan descubierto alguna variedad de musgo que todavía no hayamos visto. O, que Dios nos ayude, una seta. La opresión que ______ sentía en el pecho disminuyó.
—Por mi parte, tengo la esperanza de que se trate de un liquen.
El comentario obtuvo por respuesta la sombra de una sonrisa. Nick extendió una mano para apartar una rama que sobresalía por encima del sendero. Con valentía, _______ se levantó las faldas para tratar de seguirlo mientras trataba de no pensar en lo bien que estaría en esos momentos sentada en la terraza de la mansión, tomando una taza de té con pastas. Alcanzaron la cima de una suave
pendiente y se vieron recompensados por la sorprendente visión que un manto de campanillas ofrecía sobre el suelo del bosque. Era como caer de cabeza en un sueño, con esos destellos azules que fluían entre los troncos de los robles, las hayas y los fresnos. El aroma de las campanillas llegaba desde todas partes, y sus pulmones se llenaron con el aire perfumado.
Al pasar junto al tronco de un árbol delgado, ________ lo rodeó con un brazo y se detuvo a contemplar los ramilletes de campanillas con placentera sorpresa.
—Encantador —murmuró con el rostro brillante bajo las sombras que proyectaban las copas de aquellas antiguas ramas entrelazadas.
—Sí.
Sin embargo, Nick la miraba a ella, no a las campanillas, y un breve vistazo a su expresión hizo que la sangre de ________ comenzara a vibrar en sus venas. Había visto la admiración en los rostros de otros hombres, e incluso había llegado a reconocer el deseo, pero ninguna mirada había sido tan íntima y perturbadora como esa…, como si lo que él anhelara fuera mucho más complicado que el mero uso de su cuerpo.
Desconcertada, se apartó del tronco y se acercó a Kendall, que charlaba con su madre aprovechando que el grupo de jovencitas se había dispersado para recoger enormes ramos de campanillas. Los tallos de las flores acabaron pisoteados y destrozados mientras las saqueadoras reunían su tesoro. Joe pareció aliviado al ver que _______ se acercaba, impresión que se
intensificó al percatarse de la espléndida sonrisa que ésta le dedicaba. Por su actitud, parecía haber esperado que ______ se mostrara petulante, tal y como lo habría hecho cualquier mujer a la que se invitara a dar un paseo para luego ser ignorada a favor de una compañía más exigente. La mirada del hombre se posó sobre la figura oscura de Nicholas Jonas y su expresión pasó a ser de
incertidumbre. Los dos hombres intercambiaron saludos con la cabeza: Jonas trasuntaba confianza en sí mismo; Kendall, en cambio, se mostraba en cierta forma cauteloso.
—Veo que hemos atraído más compañía —murmuró Kendall.
________ le dedicó su sonrisa más encantadora.
—Por supuesto que sí —le dijo—. Es usted como el flautista de Hamelín, milord. Allá donde va la gente lo sigue.
El hombre se sonrojó, agradecido por el comentario, y musitó:
—Espero que haya disfrutado del paseo hasta el momento, señorita Peyton.
—Desde luego que sí —le aseguró—. Aunque debo admitir que me he tropezado con un helecho espinoso.
Alma emitió una suave exclamación, movida por la inquietud.
—Santo cielo... ¿Estás herida, querida?
—No, no, no fue más que una insignificancia —replicó _______ de inmediato—. Un par de arañazos nada más. Y la culpa fue mía: me temo que no llevo el calzado adecuado. —Adelantó un pie para mostrarle a Kendall sus zapatos, asegurándose de mostrar también una buena porción de su esbelto tobillo al mismo tiempo. Joe chasqueó la lengua con preocupación.
—Señorita Peyton, necesita algo mucho más resistente que esos zapatos para dar un paseo por el bosque.
—Tiene razón, por supuesto —_______ se encogió de hombros sin perder la sonrisa—. Fue una estupidez de mi parte no prever que el terreno fuera tan accidentado. Intentaré medir mis pasos con más cuidado en el camino de vuelta. Aunque las campanillas son tan maravillosas que creo que atravesaría un campo lleno de helechos espinosos con tal de alcanzarlas.
Tras agacharse para recoger un ramillete de campanillas, Joe separó un tallo y lo prendió del lazo de su bonete.
—No son ni la mitad de azules que sus ojos —le dijo. Su vista bajó hasta el tobillo, que había vuelto a quedar oculto tras el dobladillo de las faldas—. Durante el camino de vuelta, apóyese en mi brazo y así evitaremos más contratiempos.
—Muchas gracias, milord. —_______ le dirigió una mirada de admiración—. Me temo que me he perdido alguno de sus comentarios a cerca de los helechos. Dijo algo acerca de... culantrillos, ¿no es así?... Me ha fascinado por completo...
Joe se apresuró de buena gana a explicarle todo lo que cualquiera desearía saber acerca de los helechos... Más tarde, cuando _______ se arriesgó a mirar hacia Nick Jonas, éste había desaparecido.
_________________________
Espero lo hayan disfrutadoooo!! El Miercoles continuo
FIN DEL CAPÍTULO 8
Dayi_JonasLove!*
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" (Nick&Tú)
Hola!
Guau! Me encanta...umm.. no sé por qué pero cada vez
amo más a Nicholas.
Se me hace muy raro imaginarme a Joe tímido y Rubio, porque leí que es
rubio, ¿me equivoco? Espero que no. :D
Jajaja igual AMO esta novela.
¡Esperaré hasta el miércoles!
Att: Kelly Dayanna
Guau! Me encanta...umm.. no sé por qué pero cada vez
amo más a Nicholas.
Se me hace muy raro imaginarme a Joe tímido y Rubio, porque leí que es
rubio, ¿me equivoco? Espero que no. :D
Jajaja igual AMO esta novela.
¡Esperaré hasta el miércoles!
Att: Kelly Dayanna
Invitado
Invitado
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" (Nick&Tú)
SecondCrazy escribió:Hola!
Guau! Me encanta...umm.. no sé por qué pero cada vez
amo más a Nicholas.
Se me hace muy raro imaginarme a Joe tímido y Rubio, porque leí que es
rubio, ¿me equivoco? Espero que no. :D
Jajaja igual AMO esta novela.
¡Esperaré hasta el miércoles!
Att: Kelly Dayanna
Jajajaja NO NO! Es que como es una adpatacion pues se me paso ese detalle, no importa si ahi dice que es rubio, no le pares joe es castaño y castaño se queda jajajaja :D
Dayi_JonasLove!*
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" (Nick&Tú)
¡¡SIGUELA!!
¡¡SIGUELA!!
¡¡SIGUELA!!
¡¡SIGUELA!!
¡¡SIGUELA!!
¡¡SIGUELA!!
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{@idrunkniall.}
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" (Nick&Tú)
aa genial por fis caps :)
a esperar hasta el miercoles :D
a esperar hasta el miercoles :D
NicolleStyles
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" (Nick&Tú)
hola
no importa
esperar hasta el miercoles
por leer
tu nove
que cada vez
esta mas buena
y nick ahhhhhhhhhhhhhhh
nick cada vez lo amo mas
si
siguela
plis bye kisses nicky
no importa
esperar hasta el miercoles
por leer
tu nove
que cada vez
esta mas buena
y nick ahhhhhhhhhhhhhhh
nick cada vez lo amo mas
si
siguela
plis bye kisses nicky
NickyL.A Baby
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" (Nick&Tú)
Capítulo 9
—¿De verdad vamos a hacer esto? —preguntó ________ con voz lastimera mientras las demás floreros caminaban por el bosque con las cestas y las canastas en las manos—. Creí que todo eso de jugar al rounders en pololos no era más que una broma para reírnos.
—Las Bowman jamás bromeamos acerca del rounders—señaló Selena—. Sería un sacrilegio.
—A ti te gustan los juegos, ________ —dijo Demi con diversión—. Y el rounders es el mejor juego de todos.
—Me gustan los juegos de mesa —replicó _________—. Los que se juegan con la ropa puesta, como Dios manda.
—La ropa está demasiado sobrevalorada —dijo Selena con frivolidad.
_________ estaba aprendiendo que el precio de tener amigas consistía en que, de vez en cuando, una se veía obligada a ceder a los deseos del grupo, aun cuando fuesen en contra de las propias inclinaciones. De cualquier forma, esa mañana, __________ había tratado de poner a Evie de su parte sin que las otras dos se percataran, incapaz de creer que la chica pretendiera realmente quedarse en calzones a la vista de cualquiera. Sin embargo, Evie estaba más que decidida a seguir los planes de las Bowman, ya que al parecer lo consideraba como parte de un programa autoimpuesto para infundirse valor.
—Que-quiero parecerme más a ellas —le había confiado a ________—. Son tan libres y atrevidas... No le temen a nada.
Al contemplar el rostro entusiasmado de la muchacha, ________se había rendido con un enorme suspiro.
—Está bien, está bien. Supongo que, siempre que no nos vea nadie, no tiene nada de malo. Sin embargo, no se me ocurre en que puede ayudarnos.
—Puede que sea di-divertido, ¿no crees? —había sugerido Evie; a lo que _________ había respondido con una mirada de lo más elocuente que había logrado que la chica se echara a reír.
Por supuesto, el clima había decidido cooperar en todo con los planes de las Bowman: el cielo estaba azul y despejado; soplaba una suave brisa. Cargadas con las cestas, las cuatro chicas avanzaron por el camino y dejaron atrás prados húmedos salpicados con capullos rojos de drosera y brillantes violetas púrpura.
—Estad atentas por si veis un pozo de los deseos —dijo Demi con entusiasmo—. En ese punto tenemos que cruzar el prado hasta el otro lado y atravesar el bosque.
Hay una pradera en la cima de la colina. Uno de los sirvientes me dijo que nadie se acerca por allí.
—Tenía que estar en la cima de la colina, ¡cómo no! —dijo ________ sin rencor—. ¿Qué aspecto tiene el pozo, Demi? ¿Es una de esas pequeñas estructuras encaladas con un cubo y una polea?
—No, es un enorme agujero fangoso en el suelo.
—¡Allí está! —exclamó Selena al tiempo que salía a la carrera hacia el acuoso agujero parduzco, que se reabastecía de una ribera próxima—. Venid todas, tenemos que pedir un deseo. Incluso tengo alfileres que podemos lanzar.
—¿Cómo sabías que debías traer alfileres? —preguntó Demi.
Selena sonrió de un modo travieso.
—Bueno, ayer por la tarde, cuando estaba con mamá y las demás viudas mientras cosían, hice nuestra pelota de rounders. — Sacó una pelota de cuero de su cesta y la mostró con orgullo—. Sacrifiqué un par de guantes nuevos para hacerla, y no fue tarea fácil, la verdad. No obstante, las viejas damas, me vieron rellenarla con trozos de lana y, cuando una de ellas no pudo soportarlo más, se acercó y me preguntó que diantres estaba haciendo. Por supuesto, no podía
decirles que era una pelota de rounders. Estoy segura de que mamá se lo imaginó, pero estaba demasiado avergonzada para decir nada al respecto. De modo que le dije a la viuda que estaba haciendo un alfiletero.
Todas las chicas se echaron a reír.
—Debió de pensar que era el alfiletero más espantoso del mundo —señaló Demi.
—Sin duda alguna —replicó Selena—. Creo que le di bastante lástima. Me dio algunos alfileres y dijo en voz baja algo sobre pobres y arrogantes chicas americanas que no tienen habilidad prácticamente para nada. —Con la punta de la uña, sacó los alfileres de la pelota de cuero y los repartió entre todas.
________ dejó la cesta en el suelo, cogió el alfiler entre el pulgar y el índice y cerró los ojos. Siempre que se presentaba la oportunidad, pedía el mismo deseo: casarse con un noble. Cosa extraña una nueva idea cruzó su cabeza justo en el momento en que lanzaba el alfiler al pozo.
«Desearía poder enamorarme.» Sorprendida ante esa idea tonta y caprichosa, ________ se preguntó cómo podía haber desperdiciado un deseo en algo que era, a todas luces, tan estúpido.
Al abrir los ojos, _________ se dio cuenta de que el resto de las floreros contemplaban el pozo con gran solemnidad.
—He pedido el deseo equivocado —dijo con inquietud—. ¿Puedo pedir otro?
—No —afirmó Demi con seriedad—. Una vez que lanzas el alfiler, no hay nada que hacer.
—Pero es que no quería pedir ese deseo en particular —protestó _________—. Se me vino a la cabeza y no tenía nada que ver con lo que pensaba pedir.
—No te quejes, ________ —le aconsejó Evie—. No que-querrás molestar al espíritu del pozo.
—¿A quién?
Evie sonrió al ver su expresión de perplejidad.
—Al espíritu que vive en el pozo, es él quien se encarga de llevar a ca-cabo las peticiones. Pero si lo haces enfadar, puede que decida exigirte un precio terrible por concederte tu deseo. O, quizá, te ahogue en el pozo para que vivas con él para siempre como su con-consorte.
_________ contempló las aguas marrones. Acto seguido, se colocó las manos a los
lados de la boca para que su voz se escuchara alta y clara.
—No hace falta que te encargues de que mi asqueroso deseo se cumpla —le gritó al espíritu invisible—. ¡Lo retiro!
—No te burles de él, _______ —exclamó Selena—. Y, por el amor de Dios, ¡apártate del borde!
—¿Eres supersticiosa? —le preguntó ________ con una sonrisa.
Vico la miró echando chispas por los ojos.
—Las supersticiones existen por una razón, por si no lo sabes. En algún momento, algo malo le ocurrió a alguien que estaba justo al borde de un pozo, igual que tú. —Cerró los ojos y se concentró intensamente antes de lanzar su alfiler al agua—. Ya está. He pedido un deseo para ti, así que no hace falta que protestes tanto por haber desperdiciado el tuyo.
—Pero ¿cómo sabes lo que yo quería?
—El deseo que he pedido es por tu propio bien —dijo Selena.
__________ soltó un gruñido melodramático.
—Odio de todo corazón las cosas que otros hacen por mi propio bien. A continuación, se produjo una discusión amistosa en la que cada una de las chicas hizo unas cuantas sugerencias acerca de qué sería lo mejor para las demás, hasta que Demi les pidió que guardaran silencio porque no la dejaban concentrarse. Se callaron tan solo el tiempo necesario para que Demi y Evie
pidieran sus deseos y después prosiguieron su camino a través del prado y del bosque. No tardaron en llegar a una encantadora pradera, cubierta de hierba y bañada por el sol salvo en uno de sus lados, que estaba al abrigo de la sombra de un bosquecillo de robles. El aire era limpio y puro, y tan fresco que ________ suspiró de contento.
—El aire no tiene cuerpo —se quejó en broma—. Ni humo de carbón ni polvo de las calles. Demasiado ligero para una londinense. Ni siquiera puedo sentirlo en los pulmones.
—No es tan ligero —replicó Demi—. De vez en cuando, la brisa trae un claro aroma a eau de oveja.
—¿De veras? —________ olisqueó el aire para comprobarlo—. No huelo nada.
—Eso es porque no tienes nariz —señaló Demi.
—¿Cómo dices? —preguntó ______ con una mueca divertida.
—Bueno, tienes una nariz normal, como todos —explicó Demi—. Pero yo tengo «nariz». Tengo un olfato inusualmente agudo. Dame cualquier perfume y te diré cuáles son sus componentes. Es como escuchar un acorde musical y adivinar todas sus notas. Antes de que partiéramos de Nueva York, incluso ayudé a desarrollar una fórmula para un jabón aromático de la fábrica de mi padre.
—¿Crees que serías capaz de crear un perfume? —preguntó _________, fascinada.
—Me atrevo a decir que sería capaz de crear un perfume excelente—dijo Demi con toda confianza—. No obstante, los del ramo lo despreciarían, ya que la expresión «perfume americano» se considera como un oxímoron... y, además, soy mujer, lo que deja bastante en entredicho la calidad de mi nariz.
—¿Quieres decir que los hombres tienen mejor olfato que mujeres?
—Desde luego, ellos así lo creen —apuntó Demi de forma enigmática al tiempo que sacaba de su cesta una manta de picnic con una floritura—. Ya está bien de hablar de los hombres y de sus protuberancias. ¿Nos sentamos un rato al sol?
—Nos broncearemos —predijo Selena, que se dejó caer en una esquina de la manta con un suspiro de felicidad—. Y, entonces, a mamá le dará un télele.
—¿Qué es un télele? —preguntó _________, que no entendía el curioso vocablo americano. Se sentó junto a Selena—. Llamadme si le da uno... Siento curiosidad por ver cómo son.
—A mamá le dan continuamente —le aseguró Selena—. No temas, estarás más que familiarizada con los téleles antes de que nos vayamos de Hampshire.
—No deberíamos comer antes de jugar —dijo Demi al ver que ________ levantaba la tapadera de una de las cestas de de la merienda.
—Tengo hambre —dijo _________ con voz triste al tiempo que echaba un vistazo al interior de la cesta, que estaba llena de fruta, paté, gruesas rebanadas de pan y distintos tipos de ensalada.
—Tú siempre tienes hambre —observó Selena con una carcajada—. Para ser una
persona tan menuda, tienes un apetito considerable.
—¿Que yo soy menuda? —replicó ________—. Si mides un centímetro más de metro y medio, me comeré esa cesta.
—Entonces, será mejor que empieces a masticarla —afirmó Selena—. Mido un metro y cincuenta y dos centímetros, para que lo sepas.
—________, yo no empezaría a comerme el asa todavía, si estuviera en tu lugar —intercedió Demi con una sonrisa—. Selena siempre se pone de puntillas cuando la miden. La pobre modista tubo que volver a cortar el dobladillo de casi una docena de vestidos debido a la inexplicable negativa de mi hermana a admitir que es baja.
—No soy baja —murmuró Selena—. Las mujeres bajas nunca son misteriosas ni elegantes, ni las persiguen hombres guapos. Y siempre se las trata como si fueran niñas. Me niego a ser baja.
—Puede que no seas misteriosa o elegante —concedió Evie—. Pero eres muy bo-bonita.
—Y tú eres un cielo —replicó Selena, que se inclinó hacia delante para mirar el contenido de la cesta—. Venga, alimentemos a la pobre ________… Puedo oír cómo ruge su estómago.
Se entregaron a la comida con entusiasmo. Más tarde, se tumbaron perezosamente sobre la manta para observar las nubes y charlar sobre todo y sobre nada. Cuando la conversación se apagó y dio paso a un silencio satisfecho, una pequeña ardilla roja se aventuró desde el bosquecillo de robles y giró hacia un lado, observándolas con uno de sus brillantes ojitos negros.
—Un intruso —observó ________al tiempo que emitía un delicado bostezo.
—¿De verdad vamos a hacer esto? —preguntó ________ con voz lastimera mientras las demás floreros caminaban por el bosque con las cestas y las canastas en las manos—. Creí que todo eso de jugar al rounders en pololos no era más que una broma para reírnos.
—Las Bowman jamás bromeamos acerca del rounders—señaló Selena—. Sería un sacrilegio.
—A ti te gustan los juegos, ________ —dijo Demi con diversión—. Y el rounders es el mejor juego de todos.
—Me gustan los juegos de mesa —replicó _________—. Los que se juegan con la ropa puesta, como Dios manda.
—La ropa está demasiado sobrevalorada —dijo Selena con frivolidad.
_________ estaba aprendiendo que el precio de tener amigas consistía en que, de vez en cuando, una se veía obligada a ceder a los deseos del grupo, aun cuando fuesen en contra de las propias inclinaciones. De cualquier forma, esa mañana, __________ había tratado de poner a Evie de su parte sin que las otras dos se percataran, incapaz de creer que la chica pretendiera realmente quedarse en calzones a la vista de cualquiera. Sin embargo, Evie estaba más que decidida a seguir los planes de las Bowman, ya que al parecer lo consideraba como parte de un programa autoimpuesto para infundirse valor.
—Que-quiero parecerme más a ellas —le había confiado a ________—. Son tan libres y atrevidas... No le temen a nada.
Al contemplar el rostro entusiasmado de la muchacha, ________se había rendido con un enorme suspiro.
—Está bien, está bien. Supongo que, siempre que no nos vea nadie, no tiene nada de malo. Sin embargo, no se me ocurre en que puede ayudarnos.
—Puede que sea di-divertido, ¿no crees? —había sugerido Evie; a lo que _________ había respondido con una mirada de lo más elocuente que había logrado que la chica se echara a reír.
Por supuesto, el clima había decidido cooperar en todo con los planes de las Bowman: el cielo estaba azul y despejado; soplaba una suave brisa. Cargadas con las cestas, las cuatro chicas avanzaron por el camino y dejaron atrás prados húmedos salpicados con capullos rojos de drosera y brillantes violetas púrpura.
—Estad atentas por si veis un pozo de los deseos —dijo Demi con entusiasmo—. En ese punto tenemos que cruzar el prado hasta el otro lado y atravesar el bosque.
Hay una pradera en la cima de la colina. Uno de los sirvientes me dijo que nadie se acerca por allí.
—Tenía que estar en la cima de la colina, ¡cómo no! —dijo ________ sin rencor—. ¿Qué aspecto tiene el pozo, Demi? ¿Es una de esas pequeñas estructuras encaladas con un cubo y una polea?
—No, es un enorme agujero fangoso en el suelo.
—¡Allí está! —exclamó Selena al tiempo que salía a la carrera hacia el acuoso agujero parduzco, que se reabastecía de una ribera próxima—. Venid todas, tenemos que pedir un deseo. Incluso tengo alfileres que podemos lanzar.
—¿Cómo sabías que debías traer alfileres? —preguntó Demi.
Selena sonrió de un modo travieso.
—Bueno, ayer por la tarde, cuando estaba con mamá y las demás viudas mientras cosían, hice nuestra pelota de rounders. — Sacó una pelota de cuero de su cesta y la mostró con orgullo—. Sacrifiqué un par de guantes nuevos para hacerla, y no fue tarea fácil, la verdad. No obstante, las viejas damas, me vieron rellenarla con trozos de lana y, cuando una de ellas no pudo soportarlo más, se acercó y me preguntó que diantres estaba haciendo. Por supuesto, no podía
decirles que era una pelota de rounders. Estoy segura de que mamá se lo imaginó, pero estaba demasiado avergonzada para decir nada al respecto. De modo que le dije a la viuda que estaba haciendo un alfiletero.
Todas las chicas se echaron a reír.
—Debió de pensar que era el alfiletero más espantoso del mundo —señaló Demi.
—Sin duda alguna —replicó Selena—. Creo que le di bastante lástima. Me dio algunos alfileres y dijo en voz baja algo sobre pobres y arrogantes chicas americanas que no tienen habilidad prácticamente para nada. —Con la punta de la uña, sacó los alfileres de la pelota de cuero y los repartió entre todas.
________ dejó la cesta en el suelo, cogió el alfiler entre el pulgar y el índice y cerró los ojos. Siempre que se presentaba la oportunidad, pedía el mismo deseo: casarse con un noble. Cosa extraña una nueva idea cruzó su cabeza justo en el momento en que lanzaba el alfiler al pozo.
«Desearía poder enamorarme.» Sorprendida ante esa idea tonta y caprichosa, ________ se preguntó cómo podía haber desperdiciado un deseo en algo que era, a todas luces, tan estúpido.
Al abrir los ojos, _________ se dio cuenta de que el resto de las floreros contemplaban el pozo con gran solemnidad.
—He pedido el deseo equivocado —dijo con inquietud—. ¿Puedo pedir otro?
—No —afirmó Demi con seriedad—. Una vez que lanzas el alfiler, no hay nada que hacer.
—Pero es que no quería pedir ese deseo en particular —protestó _________—. Se me vino a la cabeza y no tenía nada que ver con lo que pensaba pedir.
—No te quejes, ________ —le aconsejó Evie—. No que-querrás molestar al espíritu del pozo.
—¿A quién?
Evie sonrió al ver su expresión de perplejidad.
—Al espíritu que vive en el pozo, es él quien se encarga de llevar a ca-cabo las peticiones. Pero si lo haces enfadar, puede que decida exigirte un precio terrible por concederte tu deseo. O, quizá, te ahogue en el pozo para que vivas con él para siempre como su con-consorte.
_________ contempló las aguas marrones. Acto seguido, se colocó las manos a los
lados de la boca para que su voz se escuchara alta y clara.
—No hace falta que te encargues de que mi asqueroso deseo se cumpla —le gritó al espíritu invisible—. ¡Lo retiro!
—No te burles de él, _______ —exclamó Selena—. Y, por el amor de Dios, ¡apártate del borde!
—¿Eres supersticiosa? —le preguntó ________ con una sonrisa.
Vico la miró echando chispas por los ojos.
—Las supersticiones existen por una razón, por si no lo sabes. En algún momento, algo malo le ocurrió a alguien que estaba justo al borde de un pozo, igual que tú. —Cerró los ojos y se concentró intensamente antes de lanzar su alfiler al agua—. Ya está. He pedido un deseo para ti, así que no hace falta que protestes tanto por haber desperdiciado el tuyo.
—Pero ¿cómo sabes lo que yo quería?
—El deseo que he pedido es por tu propio bien —dijo Selena.
__________ soltó un gruñido melodramático.
—Odio de todo corazón las cosas que otros hacen por mi propio bien. A continuación, se produjo una discusión amistosa en la que cada una de las chicas hizo unas cuantas sugerencias acerca de qué sería lo mejor para las demás, hasta que Demi les pidió que guardaran silencio porque no la dejaban concentrarse. Se callaron tan solo el tiempo necesario para que Demi y Evie
pidieran sus deseos y después prosiguieron su camino a través del prado y del bosque. No tardaron en llegar a una encantadora pradera, cubierta de hierba y bañada por el sol salvo en uno de sus lados, que estaba al abrigo de la sombra de un bosquecillo de robles. El aire era limpio y puro, y tan fresco que ________ suspiró de contento.
—El aire no tiene cuerpo —se quejó en broma—. Ni humo de carbón ni polvo de las calles. Demasiado ligero para una londinense. Ni siquiera puedo sentirlo en los pulmones.
—No es tan ligero —replicó Demi—. De vez en cuando, la brisa trae un claro aroma a eau de oveja.
—¿De veras? —________ olisqueó el aire para comprobarlo—. No huelo nada.
—Eso es porque no tienes nariz —señaló Demi.
—¿Cómo dices? —preguntó ______ con una mueca divertida.
—Bueno, tienes una nariz normal, como todos —explicó Demi—. Pero yo tengo «nariz». Tengo un olfato inusualmente agudo. Dame cualquier perfume y te diré cuáles son sus componentes. Es como escuchar un acorde musical y adivinar todas sus notas. Antes de que partiéramos de Nueva York, incluso ayudé a desarrollar una fórmula para un jabón aromático de la fábrica de mi padre.
—¿Crees que serías capaz de crear un perfume? —preguntó _________, fascinada.
—Me atrevo a decir que sería capaz de crear un perfume excelente—dijo Demi con toda confianza—. No obstante, los del ramo lo despreciarían, ya que la expresión «perfume americano» se considera como un oxímoron... y, además, soy mujer, lo que deja bastante en entredicho la calidad de mi nariz.
—¿Quieres decir que los hombres tienen mejor olfato que mujeres?
—Desde luego, ellos así lo creen —apuntó Demi de forma enigmática al tiempo que sacaba de su cesta una manta de picnic con una floritura—. Ya está bien de hablar de los hombres y de sus protuberancias. ¿Nos sentamos un rato al sol?
—Nos broncearemos —predijo Selena, que se dejó caer en una esquina de la manta con un suspiro de felicidad—. Y, entonces, a mamá le dará un télele.
—¿Qué es un télele? —preguntó _________, que no entendía el curioso vocablo americano. Se sentó junto a Selena—. Llamadme si le da uno... Siento curiosidad por ver cómo son.
—A mamá le dan continuamente —le aseguró Selena—. No temas, estarás más que familiarizada con los téleles antes de que nos vayamos de Hampshire.
—No deberíamos comer antes de jugar —dijo Demi al ver que ________ levantaba la tapadera de una de las cestas de de la merienda.
—Tengo hambre —dijo _________ con voz triste al tiempo que echaba un vistazo al interior de la cesta, que estaba llena de fruta, paté, gruesas rebanadas de pan y distintos tipos de ensalada.
—Tú siempre tienes hambre —observó Selena con una carcajada—. Para ser una
persona tan menuda, tienes un apetito considerable.
—¿Que yo soy menuda? —replicó ________—. Si mides un centímetro más de metro y medio, me comeré esa cesta.
—Entonces, será mejor que empieces a masticarla —afirmó Selena—. Mido un metro y cincuenta y dos centímetros, para que lo sepas.
—________, yo no empezaría a comerme el asa todavía, si estuviera en tu lugar —intercedió Demi con una sonrisa—. Selena siempre se pone de puntillas cuando la miden. La pobre modista tubo que volver a cortar el dobladillo de casi una docena de vestidos debido a la inexplicable negativa de mi hermana a admitir que es baja.
—No soy baja —murmuró Selena—. Las mujeres bajas nunca son misteriosas ni elegantes, ni las persiguen hombres guapos. Y siempre se las trata como si fueran niñas. Me niego a ser baja.
—Puede que no seas misteriosa o elegante —concedió Evie—. Pero eres muy bo-bonita.
—Y tú eres un cielo —replicó Selena, que se inclinó hacia delante para mirar el contenido de la cesta—. Venga, alimentemos a la pobre ________… Puedo oír cómo ruge su estómago.
Se entregaron a la comida con entusiasmo. Más tarde, se tumbaron perezosamente sobre la manta para observar las nubes y charlar sobre todo y sobre nada. Cuando la conversación se apagó y dio paso a un silencio satisfecho, una pequeña ardilla roja se aventuró desde el bosquecillo de robles y giró hacia un lado, observándolas con uno de sus brillantes ojitos negros.
—Un intruso —observó ________al tiempo que emitía un delicado bostezo.
Dayi_JonasLove!*
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" (Nick&Tú)
________ se puso boca abajo y lanzó una rebanada de pan en dirección a la ardilla. El
animal se quedó inmóvil y contempló la seductora oferta pero era demasiado tímido para acercarse. Evie inclinó la cabeza con el cabello brillando al sol como si estuviese cubierto por una capa de rubíes.
—Pobrecito —dijo en voz baja al tiempo que le lanzaba otra corteza a la tímida ardilla. Ésa llegó unos centímetros más cerca y la cola del animalillo se agitó con entusiasmo—. Venga, sé valiente —lo animó Evie. —Acércate y cógelo. —Con una sonrisa tolerante, lanzó una corteza más que aterrizó a escasos centímetros de la ardilla—. Venga, señor Ardilla —lo reprendió Evie—. Eres todo un cobarde.
¿No te das cuenta de que nadie va a hacerte daño? Con un súbito estallido de iniciativa, la ardilla cogió el bocadito y salió pitando sin dejar de agitar la cola. Evie alzó la cabeza con una sonrisa
triunfante y descubrió que las demás floreros la contemplaban en silencio con la boca abierta.
—¿Qu-qué pasa? —preguntó, perpleja.
_________ fue la primera en hablar.
—Ahora mismo, cuando hablabas con esa ardilla, no tartamudeabas.
—Ah. —De pronto, avergonzada, Evie agachó la cabeza e hizo un mohín—. Nunca tartamudeo cuando hablo con los niños ni con los animales. No sé por qué.
Las demás sopesaron ese sorprendente comentario un instante.
—También me he dado cuenta de que tartamudeas muy poco cuando hablas conmigo —comentó Vico.
Al parecer, Demi fue incapaz de resistirse a responder al comentario.
—¿En qué categoría te coloca eso, querida? ¿Entre niños o entre los animales? Selena respondió con un gesto de la mano que a _________ le resultó completamente desconocido. Estaba a punto de preguntarle a Evie si había consultado alguna vez a un médico lo de sur tartamudez, pero la chica pelirroja cambió rápidamente de tema.
—¿Dónde está la pe-pelota de rounders, Selena? Si no nos ponemos a jugar pronto, me quedaré dormida.
Al darse cuenta de que Evie no quería discutir su tartamudez, ______- secundó la propuesta.
— Supongo que si de verdad vamos a jugar, este momento es tan bueno como cualquier otro.
Mientras Selena registraba a la cesta en busca de la pelota, Demi sacó un objeto de su propia canasta.
—Mirad lo que he traído —dijo con aire satisfecho.
Selena levantó la mirada y soltó una carcajada de deleite.
—¡Un bate de verdad! —exclamó al contemplar con admiración el objeto que tenía un lado plano—. Y yo que creí que tendríamos que utilizar un palo viejo. ¿De dónde lo has sacado, Demi?
—Se lo pedí prestado a uno de los mozos de cuadra. Al parecer, se escapan para jugar al rounders siempre que pueden... Son bastante aficionados al juego.
—¿Y quién no? —preguntó Selena de forma retórica mientras empezaba a desabrochar los botones de su corpiño—. Por Dios, con el calor que hace será un placer librarse de todas estas capas.
Mientras las hermanas Bowman se deshacían de sus vestidos con la indiferencia típica de las chicas que están acostumbradas a desvestirse en público,_________ y Evie se miraron la una a la otra con cierta incertidumbre.
—Te desafío —murmuró Evie.
________________________
animal se quedó inmóvil y contempló la seductora oferta pero era demasiado tímido para acercarse. Evie inclinó la cabeza con el cabello brillando al sol como si estuviese cubierto por una capa de rubíes.
—Pobrecito —dijo en voz baja al tiempo que le lanzaba otra corteza a la tímida ardilla. Ésa llegó unos centímetros más cerca y la cola del animalillo se agitó con entusiasmo—. Venga, sé valiente —lo animó Evie. —Acércate y cógelo. —Con una sonrisa tolerante, lanzó una corteza más que aterrizó a escasos centímetros de la ardilla—. Venga, señor Ardilla —lo reprendió Evie—. Eres todo un cobarde.
¿No te das cuenta de que nadie va a hacerte daño? Con un súbito estallido de iniciativa, la ardilla cogió el bocadito y salió pitando sin dejar de agitar la cola. Evie alzó la cabeza con una sonrisa
triunfante y descubrió que las demás floreros la contemplaban en silencio con la boca abierta.
—¿Qu-qué pasa? —preguntó, perpleja.
_________ fue la primera en hablar.
—Ahora mismo, cuando hablabas con esa ardilla, no tartamudeabas.
—Ah. —De pronto, avergonzada, Evie agachó la cabeza e hizo un mohín—. Nunca tartamudeo cuando hablo con los niños ni con los animales. No sé por qué.
Las demás sopesaron ese sorprendente comentario un instante.
—También me he dado cuenta de que tartamudeas muy poco cuando hablas conmigo —comentó Vico.
Al parecer, Demi fue incapaz de resistirse a responder al comentario.
—¿En qué categoría te coloca eso, querida? ¿Entre niños o entre los animales? Selena respondió con un gesto de la mano que a _________ le resultó completamente desconocido. Estaba a punto de preguntarle a Evie si había consultado alguna vez a un médico lo de sur tartamudez, pero la chica pelirroja cambió rápidamente de tema.
—¿Dónde está la pe-pelota de rounders, Selena? Si no nos ponemos a jugar pronto, me quedaré dormida.
Al darse cuenta de que Evie no quería discutir su tartamudez, ______- secundó la propuesta.
— Supongo que si de verdad vamos a jugar, este momento es tan bueno como cualquier otro.
Mientras Selena registraba a la cesta en busca de la pelota, Demi sacó un objeto de su propia canasta.
—Mirad lo que he traído —dijo con aire satisfecho.
Selena levantó la mirada y soltó una carcajada de deleite.
—¡Un bate de verdad! —exclamó al contemplar con admiración el objeto que tenía un lado plano—. Y yo que creí que tendríamos que utilizar un palo viejo. ¿De dónde lo has sacado, Demi?
—Se lo pedí prestado a uno de los mozos de cuadra. Al parecer, se escapan para jugar al rounders siempre que pueden... Son bastante aficionados al juego.
—¿Y quién no? —preguntó Selena de forma retórica mientras empezaba a desabrochar los botones de su corpiño—. Por Dios, con el calor que hace será un placer librarse de todas estas capas.
Mientras las hermanas Bowman se deshacían de sus vestidos con la indiferencia típica de las chicas que están acostumbradas a desvestirse en público,_________ y Evie se miraron la una a la otra con cierta incertidumbre.
—Te desafío —murmuró Evie.
________________________
Dayi_JonasLove!*
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" (Nick&Tú)
¡¡SIGUELA!!
¡¡SIGUELA!!
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{@idrunkniall.}
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" (Nick&Tú)
Siguela tengo una GRAN OBSESIÓN por esta nove me encanta ese %Nick engreído haha pero no se quiero que sea mío haha además amo las noves de esta época....
Danne G.
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" (Nick&Tú)
NUEVA LECTORA!!!!
SIGUELA!!!
PORFAVOR ME ENCANTA
SIGUELA!!!
PORFAVOR ME ENCANTA
Invitado
Invitado
Re: "Secretos De Una Noche De Verano" (Nick&Tú)
SIGUELAAAAAAAAA!!!!!!!
NO ME HABIAN LLEGADO LAS NOTIFICACIONES :caliente:
LO UNICO QUE FALTA ES Q APAREZCA NICK :o
BYE Y SIGUELA PRONTO!!!
NO ME HABIAN LLEGADO LAS NOTIFICACIONES :caliente:
LO UNICO QUE FALTA ES Q APAREZCA NICK :o
BYE Y SIGUELA PRONTO!!!
Faby Evans Jonas
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