Pasiones Ocultas (Así te conocí)

Desperté un poco malhumorada esa mañana por todo lo que había sucedido, a veces me preguntaba cuando sería el momento en que tendría una vida tranquila y sin tantas alteraciones pero al parecer ese tipo de cosas a mi no me sucedían. Por otro lado sentía temor de que con todo este lío Alex no quisiera verme más, después de todo se había peleado con mi padre, y no creía que alguien quisiera tener problemas de ese tipo, sobre todo conociéndolo a él y sabiendo que era un chico que hacía su vida lejos de los problemas y conflictos de ese tipo; así que todo eso en suma me dejaba en un estado de ansiedad bastante grande que ni siquiera Sheila fue capaz de sacar mientras conversábamos en mi habitación esa tarde.
-No me he cruzado con mi padre en todo el día y espero no tener que verlo- dije algo angustiada.
-Tienes la mejilla marcada, no puedo creer que te haya golpeado, ¿quién se cree?- dijo molesta y me hizo reír.
-Tu siempre haciéndome reír en los peores momentos- le dije negando con la cabeza. -¿Cómo quién se cree? es mi padre Sheila, no es el primer padre que le da una bofetada a una hija- dije suspirando.
-Lo sé, pero no tiene que agredirte de esa manera después de haberte hecho pasar por una tortura 4 meses… no es justo- dijo apenada.
-Gracias por estar aquí…- dije tomando su mano y sonrió.
-¿Para qué están las amigas? Estaré contigo siempre, sabes que puedes contar conmigo para lo que sea- y yo sabía que era así. –Deberías mudarte conmigo, ¿sabes? Mis padres me están ayudando a elegir un apartamento, podrías venir, trabajaríamos las dos y serías libre- dijo emocionada y la quedé mirando recordando lo que Alex me había dicho sobre mudarme.
-No se… nose si será para más problemas…- dije con miedo.
-¡No! Sam… escucha, sería genial, ya eres mayor, podemos comenzar de nuevo, nadie te diría lo que debes hacer, podrías salir con Alex y volver a la hora que se te antoje, no tienes que seguir esos estúpidos cursos en los que te pusieron tus padres si no quieres-dijo mirándome expectante. Ella tenía razón, ¿qué había de malo en comenzar a hacer mi vida? Yo no quería estudiar ciencias empresariales en el futuro, yo quería trabajar en cualquier cosa pero ser libre, tenía un curso de fotografía, algo que si bien lo utilizaba como diversión, me encantaba, podía buscar trabajo, ahí o donde fuera, pero sería libre, nadie me ordenaría nada…


La idea terminó de cerrarme esa misma tarde cuando mi padre me llamó para hablar en su despacho; entré y tomé asiento intentando ser lo suficientemente fuerte como para no largarme a llorar o gritarle que lo odiaba por todo lo que me había hecho pasar y por intentar que yo fuese la chica perfecta.
-Voy a ser claro y concreto contigo, si tu decides seguir haciendo lo que quieres y no respetar nada de lo que te pedimos, no me interpondré, pero te retiraré todo el dinero que te proporciono, así como tarjetas y claro está que serás retirada de tu parte de la herencia; por el contrario si te adaptas a nuestras normas no habrá ningún problema- dijo y me dieron ganas de patearlo, ¿de verdad el creía que podía sobornarme de esa maldita manera? Este era mi punto límite, ya no podía amenzarme nunca más en su vida y por mi que se quedara con su dinero y con lo que quisiera, ya no sería la señorita perfecta que todos esperaban que fuera…ya no.
-Retira todo lo que desees… ya no me importa el dinero, me iré- le dije con total tranquilidad aunque todo esto de que mi propio padre me tratara así y me dijera estas cosas dolía y mucho, sobre todo porque mi madre estaba parada en la puerta y ni siquiera fue capaz de defenderme, ella estaba de su lado. Sin decir más nada me levanté de mi asiento y salí de ahí, aguante las lágrimas hasta que llegué a mi habitación, donde le envié un mensaje a Sheila y le dije que aceptaba su idea, que ya no había vuelta atrás.
Mi celular sonó con un mensaje al rato, era de Alex:

“Espero que todo marche bien. Tengo una cena con mis padres esta noche, es el cumpleaños de mamá, ¿vienes?”

Eso bastó para alegrarme, él me estaba invitando y eso si tenía que significar algo; trataría de estar bien, no le diría nada sobre lo que había sucedido, temía que si seguía metiendo problemas encima de él solo lo alejaría, así que la tristeza debería esperarse esta vez y no me importaba tener que ver a Douglas en el cumpleaños, no importaba nada mientras estuviese junto a él. Respondí:

“Todo normal, gracias por preocuparte. Claro, iré contigo”

A los minutos respondió.

“Perfecto, paso por ti a las 20:00”

El evento sería en casa de sus padres, y formal, eso quería decir que debería ver a mis ex amigas, y a demás debía ir bien vestida, por suerte tenía varios trajes de noche con los cuales acudir; como el clima era caluroso esa temporada del año, opté por un corto vestido platinado que llegaba sobre mis rodillas, era demasiado sensual, pero era mi idea estar deslumbrante para él, quería que me mirara solo a mi, que sus ojos solo estuviesen cautivados conmigo y no con otras y a demás arreglarme me ayudó a sentirme algo mejor. Todo cambiaría, todo mejoraría ahora que me iría de esa cárcel, estaría bien, conseguiría un trabajo y viviría con mi mejor amiga tranquila y feliz, lejos de personas que por lo visto solo querían controlarme de la peor manera.
Alex pasó por mi en punto como siempre y verlo solo iluminó mi noche; como de costumbre estaba deslumbrante, camisa clara y pantalón negro y esos ojos azules que podían resaltar en cualquier lugar en el cuál estuviese.


La casa de los Douball se veía despampanante, perfectamente decorada y habrían alrededor de unos 100 invitados vestidos impecables y disfrutando de las bebidas antes de la cena. Tras saludar a Elena y felicitarla por su cumpleaños Alex tomó dos copas de una bandeja que el mozo llevaba y nos quedamos en la terraza disfrutando del fresco aire de la noche.
-Hablé con mi padre este mediodía- me dijo y lo miré sonriendo levemente.
-Bien…- dije porque no tenía idea por qué me lo estaba diciendo, ¿qué tenía de raro hablar con su padre? Él sonrió porque se dio cuenta de que no había entendido.
-Con mi verdadero padre, Sam- dijo y lo miré algo sorprendida y sintiéndome una tonta por no entender.
-Vaya… ¿y qué tal te fue? Digo… creí que lo odiabas- dije arrepintiéndome de haber dicho eso.
-Pues, tengo rencor aún pero de igual forma insistió tanto y Clara habló conmigo y terminó convenciéndome- dijo y cara se me puso verde vómito cuando la nombró a esa mujer.
-¿Clara?-dije.
-Así es, sabes que es una buena amiga y siempre me dio consejos, supongo queme hizo bien escucharla, ha venido a la fiesta-dijo con una leve sonrisa, ¿consejos? Seguro! Consejos en la cama, esa maldita loca! Está bien… mis celos eran indebido y sin fundamentos pero no podía contenerme.
-Ha… bueno, si fue para bien…- dije tratando de contener mi rabia.
-Me propuso trabajar con él en su empresa, la cuál me pertenece aunque no la quiero, así que llegué a un trato… trabajaré para él pero la empresa seguirá siendo suya, si gano dinero será por mi trabajo y no por lo que él me regale- dijo, eso parecía razonable y a demás me alegraba que por fin hubiese hablado con su padre, aunque la de la conversación debería haber sido yo y no esa Clara.
-Me alegra que las cosas vayan mejor Alex, de verdad- le dije con sinceridad y me besó suavemente haciéndome que olvidara la rabia y los celos contra Clara. –Voy hasta el baño… ahora regreso- le dije con una tonta sonrisa de chica enamorada y me dirigía al baño caminando cuando me encontré de frente con esa mujer y la maldita se veía muy bien vestida.
Llevaba un corto vestido rojo que se ceñía a su perfecta figura, lo cuál me hizo odiarla más imaginando como cruzaría sus piernas cuando Alex estaba delante de ella.
-Nos volvemos a ver Samantha- dijo saludándome con una gran y para mi gusto falsa sonrisa e hice lo mismo.
-¿Cómo estás, Clara?- dije de forma amable.
-Muy bien gracias, que linda estás esta noche- dijo mirándome de arriba abajo.
-Tu también, gracias- respondí aunque me valía madre como estuviese vestida.
-¿Te gusta? Alex me ayudó a elegir el vestido y la ropa interior también, solía hacerlo antes- dijo con una sonrisa mostrando sus perfectos dientes blancos que quise bajar de una piña, ¿cómo me decía eso? Era claro ahora que me estaba buscando y que lo había hecho por gusto, no habían dudas y Alex decía que era buena persona, claro… es buena persona, y una maldita perra también.
-Que pases buena noche- dije antes de terminar diciéndole cualquier grosería.


Intenté tranquilizarme en el baño pero me fue demasiado difícil, sobre todo con lo que me había sucedido en esos días así que cuando volvía a acercarme a Alex lo miré de forma acusadora intentando no gritarle en la cara todo lo que pensaba de la perra de SU Clara.
-¿Qué sucede?- dijo y luego saludó con la mano a Clara que iba pasando por la zona conversando con otras personas pero saludándolo con un guiño de ojos.
-¿Te gusta el vestido de Clara?-pregunté y me miró.
-Si, es lindo- dijo y quise matarlo, hablaba como todo un inocente cuando en realidad él la había ayudado con ese maldito vestido, sentía que el fuego me consumía.
-Creí que ibas a intentarlo, al menos eso me dijiste ayer y yo te creí ¿sabes?- dije angustiada.
-No voy a discutir contigo aquí- me respondió mal.
-Porque sabes que tengo razón- dije desafiándolo, suspiró y me tomó con fuerza de la muñeca tirando de mi mientras caminábamos entre la gente con disimulo pero por la presión que estaba ejerciendo en mi brazo sabía que estaba demasiado enojado, pues tendría que aguantarse porque yo también estaba enojada. Subimos ha la biblioteca donde entramos y cerró la puerta, hice fuerza y me safé alejándome un poco de él y mirándolo enojada.
-¿Qué demonios fue la escena de abajo?- me dijo molesto.
-Lo que oíste- respondí en el mismo tono.
-Primero que nada baja el tono conmigo, y deberías darte cuenta de que estoy haciendo lo mejor que puedo para darte lo que quieres y estoy solo contigo aunque ni siquiera estaba en mis planes, y me jode como la mierda que me hables de esa manera cuando no he hecho nada y si lo hubiese hecho no tendría problemas en admitirlo-dijo dejándome sin palabras y traté de reprimir las lágrimas.
-Pero ella dijo… estuviste ahí tu, ella dijo que la habías ayudado con la ropa- dije nerviosa y temiendo haber metido la pata hasta el fondo.
-Estuve con ella si, luego de la discusión que tuve con tu padre estaba alterado, si no me iba a hablar con alguien iba a terminar inyectándome cualquier porquería- dijo y ahí si que me sentí mal; él me había defendido, y luego había evitado drogarse y yo le hacía lío por mis tontos celos sin sentido. –Nunca tuve que darle explicaciones de mi vida a nadie Sam, entiende y dame tiempo, no me siento bien si me presionas con tonterías, intento adaptarme a esto- dijo y me sentí apenada por toda la escena, él de verdad quería intentar esto y yo estaba arruinando todo.
-Lo siento…-dije con lágrimas en los ojos.
-Ven aquí…- dijo y me acerqué metiéndome entre sus brazos e intentando no llorar como una niña, trataría de controlar mis celos desde ahora en más.