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"Entre el Amor y la Venganza" (Joe y Tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Página 21 de 22. • 1 ... 12 ... 20, 21, 22
Re: "Entre el Amor y la Venganza" (Joe y Tu)
AW NOS VAMOS A CASAR!!! ME MUERO
CUANTOS CAPITULOS FALTAN?? NO QUIERO QUE SE TERMINE
SEGUILA!!! AAAAAGGG VOY A LLORAR :(
CUANTOS CAPITULOS FALTAN?? NO QUIERO QUE SE TERMINE
SEGUILA!!! AAAAAGGG VOY A LLORAR :(
Invitado
Invitado
Re: "Entre el Amor y la Venganza" (Joe y Tu)
faltan solo tres capis :(
yo extrañare esta nove
:sad:
:)
pero debo aegrarme a ver que ya son 21 paginas :')
las amo
atteE: Ale...
Pd: Ale te extraño :(
yo extrañare esta nove
:sad:
:)
pero debo aegrarme a ver que ya son 21 paginas :')
las amo
atteE: Ale...
Pd: Ale te extraño :(
alemorales
Re: "Entre el Amor y la Venganza" (Joe y Tu)
CAPÍTULO FINAL PARTE III
… ¿Por qué no disfrutar de la lluvia? ¿Por qué no bailar al son de las gotas cayendo y sacar la lengua para disfrutar del dulce sabor de la lluvia acompañado del olor a tierra mojada? Sonaba tan divertido, era uno de esos momentos en los que quieres gritar y sacar la casa por la ventana, una de esas locas ideas que suelen ocurrírsele a Joseph pero en este momento era yo, y debía admitirlo tenía miedo de cumplir dieciocho años, no podía creer que iba a ser mayor de edad, y lo más gracioso es que no iba a cambiar mi apariencia, me había quedado en los dieciséis, aunque parecía de veinte por mi cuerpo y tamaño.
- ¿Comportarte como una niña? – Joseph río, ahora se había levantado y me abrazaba por detrás, tomando mi cintura y con su mandíbula apoyada en mi hombro. – No te haz comportado como una niña nunca, ahora ¿faltan tres horas para que seas adulta y decides hacerlo? Eres una caja de sorpresas…
- ¿Te molesta?
- No…- Él rió. – ¿A ver que tienes pensado princesita? – Decía en mi cuello…Yo reí, me volteé y lo tomé por la mano, luego de allí baje las escaleras corriendo…
- Una cita en la lluvia… - murmuré riendo mientras abría la puerta de atrás y salía al jardín de mi casa, aquél que nunca visitaba, pero que tenía una piscina, es raro que nunca lo dijera pero sí, era una piscina muy linda de forma redonda, la lluvia caía como nunca, gotas inmensas empapaban todo, halé a Joseph por el brazo y salimos al jardín, yo comencé a dar vueltas debajo de la lluvia para empaparme toda.
- Esto es una locura… - Murmuró mi novio empapado también en frente de mí un poco confundido.
- Mira quién habla de locos… - Reí sin poder evitarlo, no se porque no estaba triste, toda mi tristeza se había ido con esta lluvia, sentía como si mi abuelo me pidiera que estuviera feliz, como si todas esas lágrimas que derramé me estuviera cayendo encima exigiéndome que parara de llorar, fue cuando cerré los ojos y me dejé empapar, vi al abuelo sonriéndome en mi primer día de clases, o partiendo mi pastel de cumpleaños, dándome consejos o dándome medicinas para que me pusiera bien, cuando lo llevaba a su cuarto porque se quedaba dormido en el sofá o disfrutando de los deliciosos pastelitos, o de mis almuerzos, todo lo recordé como nuestros momentos juntos pasar tras mis ojos, al final pidiéndome que fuera feliz... Pidiéndome que no llorara, orgulloso de mi felicidad, o en mi graduación, siempre quiso mi bienestar, hasta el último minuto de su vida, y lo más importante se fue feliz, con una sonrisa en sus labios…
- Te amo pequeña…- susurró mi novio, y me abrazó, yo lo abracé también, ambos estábamos completamente empapados, riendo sin razón… - Todo de aquí en adelante va a ser perfecto, prometo que lo que pasó con el abuelo no fue un fin, fue un comienzo, el comienzo de algo sin fin…
- Con buenos recuerdos de lo que mi abuelo fue… aquí… - Dije señalando mi corazón… - Y el fantasma del pasado atrás… - Dije refiriéndome a Fernando.
- ¿Una promesa? – Dijo levantado su dedo meñique.
- Una promesa… - Sonreí sellando el trato uniendo nuestros meñiques, luego me tomó por la espalda y me aferró a él, posó sus labios en los míos y la lluvia caía con mas intensidad, él reía mientras nos besábamos, y yo igual, su fragancia era igual de deliciosa que la primera vez que nos conocimos, todo era un sueño… todo era perfecto, sus ojos miel me endulzaban el alma… sus besos me despertaban los sentidos, mis manos se enredaban en su cabello, su hermoso cabello casi negro y su piel como durazno, no podía pedirle nada más a la vida, todo estaba en su lugar, y el abuelo sonreía desde el cielo, orgulloso de nuestro amor.
- Ven… tienes que ver esto. – susurró mi novio al separarse de mis labios, me tomó de la mano y saltó la cerca que separaba su casa de la mía…
- ¿Qué haces? – pregunté.
- Solo ven… - Dijo tomándome de la mano mientras se trepaba al techo de su casa.
- ¿Qué…- Me interrumpió callándome con el típico “sshh”
Nos trepamos hacia el techo de su casa que era de un material de color negro, no se que rayos hacía, caminamos por encima de todo el techo hasta que llegamos a un lugar a donde daba un árbol, uno muy grande, pero no era de su casa, pertenecía al bosque… él se trepó al árbol como si lo hiciera siempre… él se trepó al árbol como si lo hiciera siempre y me extendió su mano, yo la tomé sin preguntar, ese árbol era realmente inmenso y tenía muchas ramas, Joseph parecía Tarzán o algo por el estilo no se caía, su buen equilibrio le impedía resbalarse, al llegar a una parte firme para sentarnos me indicó que me sentara, eso hice…
- Bienvenida princesa. – Me dijo mi aventurero novio sonriéndome y sentándose a mi lado. Yo miré a todos lados y me dí cuenta que estaba justo en el centro de aquél inmenso árbol, era gigante, no se como nunca vi ese árbol pero todo a mi alrededor era ramas y hojas, era tan espeso que solo caían algunas gotas, mientras que afuera había casi un diluvio.
- ¿Tú lugar secreto?
- ¿Si te dijera que siempre quise venir a este lugar y nunca lo hice me creerías? – Negué con la cabeza. – Es la primera vez que vengo a este lugar, solo quise… conseguir un lugar secreto para los dos, para escaparnos de todo por un rato…
- Bastante boscoso… - Reí.
- ¿No te gusta verdad? – Me cuestionó.
- ¿Es nuestro no? – él asintió con la cabeza un poco confundido. – Entonces sí… - Dije al reposar mi cabeza en su hombro, él paso su brazo por mi espalda para abrazarme.
- Antes de conocer a Kevin… cuando estaba desorientado y solo, siempre me trepaba a algún árbol a pensar ¿sabes? Es loco, era como una pequeña casa, la soledad es dura princesa, y más acompañada del dolor… nunca dejé de estar solo por completo hasta que te conocí, creo que fue la primera vez desde que mis padres vivían que me sentía vivo… es loco porque tú me tratabas bastante mal, pero, no se, parecías tan sincera, y a la vez tan sola como yo…
- ¿Se siente bien encontrar un igual no es cierto? Y se siente mejor que ese igual también te ame… No tengo las palabras para describir lo que siento por ti… es difícil definirlo, sé que te amo y que te necesito pero siento que es algo mas… Algo como nosotros, algo sobrenatural. – Confesé muy sincera.
- Quisiera resolver ese acertijo, pero es eso, un acertijo, nunca sabré como se llama esto que sentimos, es algo más que el amor y el cariño… juro que moriría por ti una y otra vez… - Confesó, yo sentía todo revuelto, casi podía desmayarme de la emoción sus ojos brillaban y su mirada estaba clavada en la mía, un poco llorosa al igual que la mía, mi niño todo mojado y empapado enamorado como un vampiro lo hace, así de pasional y posesivo, de esa manera obsesiva que te hace estremecer, pero que es adictiva.
- Y yo moriría a tu lado, una y otra vez… Pero eso no va a pasar, prometiste que no tendría final.
- Y no lo tendrá princesa, te juro que no acabará jamás. – Dijo tomando mi mejilla, su tacto era tan preciado, sonrío mostrando los dientes, y se acercó a mí al punto de rozar nuestras narices, oí su risa y la grabé en mi corazón, el sonido del amor. La lluvia caía y nosotros reíamos y nos besábamos, expresando amor, cariño y ese poco del no se que, que ambos sentíamos, esto era Amor combinado con locura… Del sueño en el que el Príncipe y la Princesa disfrutaban los despertó el reloj del príncipe, marcando las doce, oficialmente mi cumpleaños.
- Feliz cumpleaños princesa. Eres oficialmente mayor de edad. – Susurró en mis labios.
- Gracias príncipe, ¿qué tal otro beso de regalo? – susurré y me embriagué con su aroma, nos hundimos en un beso soñado, sus labios rozaban los míos, y disfrutábamos del otro. – Creo que debemos irnos, mañana hay muchas cosas que hacer, además no hemos comprado los regalos de Sarita… - Dije regresando a la realidad.
- Yo lo hice, la semana pasada. – Admitió.
- Oye… yo quería ir. – Le golpeé levemente el brazo.
- Sí pero mañana tendremos todo el día para disfrutar navidad, juntos, y cortaremos tu pastel… juntos. – murmuró sonriéndome.
- Sí que aprendiste Joseph Jonas. – canturreé.
- Hay cosas que se aprenden bien… - Admitió mi príncipe.
- Sí… las hay. – Concluí mientras intentaba bajarme del árbol, no era tan fácil, Joe hacía que todo se viera muy fácil pero no era así, para nada… Pisé mal una rama y resbalé, la verdad no me imaginaba la magnitud de mi dolor caería como tres metros mas o menos, rompí unas ramas con mi cuerpo y antes de caer al suelo lleno de pantano mi príncipe me atajó antes de embarrarme la ropa de lodo, sí lo vi mientras bajaba, es una mentira, no tenía idea de cómo había llegado tan rápido allí para salvarme, otra vez. Pero verme allí en sus brazos era genial, me agarré de su cuello y me reí hasta casi vomitar, esto de que tuviera un novio sobre protector era un buen negocio, reí ante mis pensamientos. – ¿Que haría sin ti…? - Seguí riendo.
- Empezando porque no te habrías montado en el árbol en primer lugar…- Confesó… - No te habrías casi caído.
- Sí… y no me habría divertido tanto…- Le dije mientras me bajaba de sus brazos.
- Eres increíble, una vez más. – Dijo riéndose.
- Talvez si lo sea. - Alardeé.
Ambos caminamos de la mano hasta la casa, nos despedimos y cada cual se fue a su puerta, Sarita estaba con la señora Denisse, desde la muerte del abuelo Sarita había tenido muchas pesadillas, y como Joseph y yo no estábamos en ese momento ella estaba con su abuela entonces. Genesis estaba quedándose en mi casa, la verdad ella era una buena compañía. Llegué a mi casa y me dí un baño de agua caliente, me puse ropa seca y me acosté en mi cama a descansar, tenía muchas cosas por las cuales agradecer al Señor, sobretodo la resignación.
- Feliz cumpleaños. – Me despertó Sarita de mi sueño superficial.
- Gracias preciosa, feliz navidad. – Dije al abrazarla.
- Cuando me desperté quise venir a felicitarte, y darte este regalo. – Dijo al entregarme una bolsa de regalo de color rosa, al abrirla tenía un perfume Hugo Boss. – Siempre hueles delicioso y quise obsequiarte un perfume más para tu colección. – Sonrío tierna mi pequeña de ojos violeta.
- Gracias mi amor. –Le di un beso en la mejilla y acaricié su cabello.
- Ahora arréglate, tío Joseph nos llevará a escoger tu pastel y dijo que a arreglar unas cosas cara a cara. – Fruncí el seño.
- ¿Cara a cara? – Pregunté.
- No me preguntes, solo arréglate.
- Claro… - Dije confundida.
Rápidamente me coloqué unos vaqueros, unos zapatos altos de color negro, una blusa cuello de tortuga negra, un cinturón en la cintura y mi bufanda negra, era raro pero esta navidad no estaba tan fría como la pasada, se esperaba nieve en febrero.
- Listo, ¿A donde vamos? – Bajé las escaleras y vi a mi novio parado allí con sus jeans y su suéter, era tan hermoso, amaba su hermoso cabello que ahora lo tenía un poco mas corto.
- ¿Querías arreglar las cosas cara a cara no? Pues vamos al lugar donde tendrá lugar nuestra boda… - dijo mi hermoso novio y eso fue lo que hicimos.
Al regresar yo estaba maravillada con el hermoso lugar campestre pero elegante, Sarita estaba empedernida en comprar un pony, yo reía porque es el típico sueño de toda niñita, pero nunca fue el mío, los caballos no eran precisamente un sueño para mí, de hecho siempre soñé con nadar con tiburones y delfines, los tiburones siempre me parecieron fascinantes. Al llegar la noche estaba reunida toda la familia en mi casa, esperando la navidad, y celebrando mi cumpleaños.
- Feliz cumpleaños. – Decían todos.
- Gracias. – Agradecía yo. Me entregaron un montón de regalos, ropa, prendas, perfumes, zapatos y más.
- Made, vamos a cortar el pastel. – Me llamaba mi amigo Taylor mientras yo estaba acabando de forrar unos regalos de Sarita.
- Sí… vamos. – Dije. Bajamos las escaleras y todos me felicitaron y comenzamos a cantar cumpleaños, con todas las luces apagadas y solo las velitas del pastel y las luces del árbol de navidad encendidas, fue uno de esos momentos en el que todo en tu mundo se detiene, yo solo veía a mi alrededor y estaban Nicholas, Genesis, los padres de Joseph, Sarita, Andrea y Taylor, solo faltaba mi abuelo, pero aún así lo sentía a mi lado, cada vez que cerraba mis ojos lo veía allí sonriéndome, orgulloso de mí, y al abrirlos y allí estaba Joe, a mí lado, haciéndome feliz…Apagué las velitas y sonreí con los demás, sonreí a mi novio, aquel ser perfecto, aquel ser que solo con una sonrisa alumbraba mi vida entera, aquel que estaría conmigo por siempre, aquel al que amaba con locura.
- Bueno, a abrir los regalos de navidad, Santa se ha adelantado. – Llamó Nicholas, todos se dirigieron a la sala, principalmente Sarita que estaba tan emocionada.
- Feliz cumpleaños princesita. – me dijo al oído mi hermoso Joseph. – Te compré esta pequeña pulsera, tiene algunos dijes, no estoy seguro de cuanto tiempo exactamente llevamos juntos pero, tiene dos dijes, uno por cada navidad, esta es la segunda, el primero es un arbolito...
el segundo una bota. – Una pequeña sonrisa se pintó en sus labios.
- Oh gracias… no debiste molestarte…de verdad - Dije más que asombrada mientras él me colocaba la pulsera.
- Sí bueno yo quise… - Respondió dulcemente.
- Yo te compré solo unas franelas y calcetines… están bajo el árbol, perdóname es solo que he tenido la cabeza en todos lados menos donde debo… la ver…
- Basta… - Me colocó su dedo en los labios para que no hablara más. – No necesito nada más que tu compañía, de verdad…. - ¿Podía ser más noble? ¿Más tierno? No lo creo.
- Gracias, gracias, gracias por ser… por ser tú… - Reí ante mis propias palabras y le di un pequeño beso en los labios a mi novio…
- ¡_______(tn), Joe, miren todo lo que Santa me trajo! – gritó Sarita desde la sala, feliz de sus obsequios. – Nunca había recibido tantos regalos… - Decía emocionada con todos sus juguetes, tenía mas de veinte obsequios…
Todos abrían obsequios y se sonreían entre sí, a pesar de lo que había pasado era una bonita navidad, lo que se necesita es una familia y amor, y eso era lo que yo tenía, amor, comprensión y unidad por parte de todos, y eso me hacía amarlos cada vez más, y apreciar lo que tenía.
alemorales
Re: "Entre el Amor y la Venganza" (Joe y Tu)
BUENISIMA.
Che y en vez de que se termine aca, no te animas a inventarle mas capitulos vos?? digo.. que se yo.. antes de poner el final inventate enemigos nuevos y listo, asi no se termina XD
te firmo xrollercoaster
Che y en vez de que se termine aca, no te animas a inventarle mas capitulos vos?? digo.. que se yo.. antes de poner el final inventate enemigos nuevos y listo, asi no se termina XD
te firmo xrollercoaster
Invitado
Invitado
Re: "Entre el Amor y la Venganza" (Joe y Tu)
hay como me encantaria tener una gran imaginacion para hacer que no se termine en este momento,
pero desgraciadamente no tengo la suficiente imgainacion para hacer un de vampiros :(
cuando me inspiro, trabajop en unas noves que tengo por ejemplo la de un deseo dificil de cumplir, tengo tres noves echas y subidas pero en otros foros solo una de esas tres la eh subido aquí
osea la de un deseo dificil de cumplir :\
asi que yo espero y me entiendas, no podria soportar fallarles en esta nove, porque la arruinaria y me sentiria mal conmigo y muy mal con ustedes
te juro que si yo tuviera la gran imaginacion
te cumpliria tu deseo,
pero no la tengo
espero y me entiendas
:)
las quiero
atteE: Ale de JOnas :D ...
pero desgraciadamente no tengo la suficiente imgainacion para hacer un de vampiros :(
cuando me inspiro, trabajop en unas noves que tengo por ejemplo la de un deseo dificil de cumplir, tengo tres noves echas y subidas pero en otros foros solo una de esas tres la eh subido aquí
osea la de un deseo dificil de cumplir :\
asi que yo espero y me entiendas, no podria soportar fallarles en esta nove, porque la arruinaria y me sentiria mal conmigo y muy mal con ustedes
te juro que si yo tuviera la gran imaginacion
te cumpliria tu deseo,
pero no la tengo
espero y me entiendas
:)
las quiero
atteE: Ale de JOnas :D ...
alemorales
Re: "Entre el Amor y la Venganza" (Joe y Tu)
haaaaa!!!!!
volvi!!!
weno toda cucha pero volvi :P
toda via no me leo los capiss hahha
aver ke :D
By:AlEe..<3
volvi!!!
weno toda cucha pero volvi :P
toda via no me leo los capiss hahha
aver ke :D
By:AlEe..<3
Invitado
Invitado
Re: "Entre el Amor y la Venganza" (Joe y Tu)
Ale_Craazy_JB escribió:Pd: Ale te extraño :(
yo tambien te extrañe!!!! :hug:
pero pero ya volvi :P
toda dolida y con moretes en mis piernitas de tubo de 1 cm
haahah asi le dice mi hermno a mis piernas :¬¬:
pero weno hahaha
yop tambien te extrañe muchooooooooooo :happy:
ahahhaha
ttqqmmm...<3!!!!!
haahahah
By:AlEe...<3
Invitado
Invitado
Re: "Entre el Amor y la Venganza" (Joe y Tu)
les cumplire su deseo de terminar la nove, o bueno ponerles ya el final :]
____________________________________________________________________
CAPÍTULO FINAL PARTE IV
Era catorce de febrero, hacía un día precioso, había nevado todo el día anterior, y todo estaba cubierto de un perfecto y hermoso manto blanco brillante, parecido a un millón de diamantes cubriendo todo el pueblo, se esperaba siguiera nevando hoy, pero esta mañana, hacía un sol radiante, claro que no me confiaba en ese sol brillante, si algo habría aprendido ya, era que todo cambia, puede ser en un año o dos, o en minutos u horas, nada está seguro, en manos de un destino incierto, pero eso sí, tomando las decisiones correctas puedes armar tu propio destino.
- _________(tn) no te muevas… intento acabar de arreglarte el vestido… - Me reclamaba Julie mientras apretaba el corsé del vestido, era realmente precioso, como describirlo, era un vestido blanco, con una tela diferente esparcida alrededor de todo el vestido que era pegado hasta cierta parte y luego era ancho y con una cola muy larga, era espectacular, muy elegante.
- Chicas… ¿no les parece que es demasiado? – pregunté a Genesis y a Julie mientras ellas me abrochaban el vestido, que también era sin mangas ni tiras.
- ¿Cómo que demasiado? – Me miró mal Genesis… - ¿Sabes todo lo que luchaste para que este día se hiciera realidad? ¿Sabes todo lo que Joe y tú han sufrido? Nada es demasiado para esta boda, es más debería salir en la revista People tu boda.
- Calla Genesis… Es solo que, nunca creí que me podía ver así… - Dije arreglando un poco el vestido con mi mano.
- ________(tn)… - se quejó Julie.
- ¿Qué?
- ¿Puedes dejar de moverte un segundo? Y deja de quejarte, tu lo diseñaste y es precioso, te ves preciosa y todo estará espectacular, deja de temblar hasta que te acabe de arreglar las flores del cabello. – Reí.
- Gracias por ayudarme a arreglar, Andrea tenía cosas que hacer pero irá a la boda. – murmuré.
- Obvio que irá, sino vamos y la arrastramos ¿si o no Genesis? – Decía Julie, yo moría de risa.
- Por supuesto. – Respondía riendo mi amiga Genesis. Ambas tenían un moño alto y un vestido rosado precioso, diseñado por Julie, porque ellas dos eran las damas de honor, Sarita llevaría los anillos y Andrea era la madrina.
- Bueno… listo, ya puedes verte en el espejo. – Anunció Julie.
- Gracias al cielo, al fin… - Dije impaciente, caminé hasta donde estaba el espejo de cuerpo completo y de pies a cabeza, esto fue lo que vi, mis zapatillas no se veían gracias a lo largo del vestido y de la gran cola, tenía bordados de diamantes y flores por todo el vestido y también en la parte de arriba, me hacía ver delgada y esbelta, me habían hecho un arreglo en el cabello en el cual quedaba un moño arriba con un tocado de flores, y el resto del cabello suelto con rulos en las puntas, mi cabello negro resaltaba, me coloqué la gargantilla de diamantes de mamá y los zarcillos de mamá también, allí tenía algo viejo, algo azul, tenía una tobillera azul, y algo prestado, una pequeña diadema de diamantes de Julie, mi maquillaje era natural pero espectacular, mis ojos estaban delineados de modo que el color amarillo de mis ojos resaltaba más que nunca, de verdad parecía un gatito, reí de nuevo, mis hombros descubiertos tenían un brillo hermoso hoy, todos los invitados creerán que es su imaginación pero no, yo en serio brillaba hoy, claro que no tanto como lo haría Joseph, pero ya que..
- ¿Creen que se note demasiado el brillo de mi piel? – Pregunté.
- Primero, el cielo se está encapotando, seguro nevara, y segundo, Joseph no te dijo pero el salón estará cubierto por muchas cortinas blancas, como un gran toldo, eso le dará un ambiente frío y de cuentos…
- Ah está bien… - Asentí.
- Ahora vamos, eres la única que falta en la boda y a Joseph le puede dar algo… - Confesó riendo Genesis. – ¿Taylor te llevará al altar no es cierto? – Preguntó la rubia.
- Sí… en nombre de mi abuelo. – Sonreí nostálgica al recordarlo.
- Seguro estaría orgulloso de ti… vamos. – Dijo Genesis intentando animarme.
Y allí estaba yo, del brazo de mi mejor amigo, Taylor.
- ¿Estás lista para entrar? – Me preguntó, yo estaba hecha una pila de nervios, no podía mantenerme tranquila, solo temblaba, no se donde había quedado mi voz.
- Creo… - Me limité a decir.
- Vamos _________(tn), todo saldrá bien, el abuelo te acompaña desde el cielo, debe estar celebrando con nosotros, este era su mayor deseo ¿no? – Me animó.
- Sí… - Respondí con voz ronca. – Este era, gracias por aceptar llevarme al altar, creo que fue una perfecta elección, significas mucho para mí además, me cuidaste en los momentos más duros, me salvaste cuando me ahogaba en el lago y hasta cuando Samuel y Fernando iban contra el abuelo, Kevin y Nicholas, eres el mejor amigo que alguien pueda tener. – Le confesé a mi mejor amigo, que estaba sonriéndome con esos dientes blancos que relucían, y su smoking que le quedaba precioso, mi gran amigo lobuno ocupaba el lugar perfecto, además de también ser padrino de bodas, por mi parte.
- Y tú la mejor amiga, y la novia más hermosa… pero no se lo digas a Andrea sabes como se pone. – Dijo riendo yo acompañé sus risas, sus chistes me hacían sentir muchísimo mejor. – Ahora vamos… su novio la espera tras esa puerta esperando ver el diamante mas hermoso y mas brillante para unir su vida a la tuya para siempre… - lo tomé por el brazo y la puerta se abrió, le di una última mirada a Taylor y el sonrío, ya solo quedaba caminar hacia el altar.
Con la marcha nupcial comenzada, y todas las miradas en mí yo caminaba mirando el suelo, hasta que me dije a mí misma “despierta, pon tu cabeza en alto y disfruta del nuevo comienzo, disfruta del camino a la eterna felicidad” y eso hice, levanté mi cabeza y miré al norte, lo miré a él, a Joe Jonas, por esa alfombra roja y todas las rosas rojas mezcladas con rosas blancas y rosadas por toda la iglesia yo caminaba con ojos llenos de esperanzas y el velo casi transparente parecía no estar allí, yo estaba demasiado concentrada en él, aquel ángel del cielo que tenía mirada seria pero demasiado expresiva, se podía decir que casi comenzaría a llorar, sus ojos estaban empañados mientras me veía llegar a él, Andrea estaba en un costado con un vestido rosado y una sonrisa de oreja a oreja, era la madrina, del otro lado estaba Nicholas, él padrino escogido por Joseph, y Genesis, la madrina escogida por Joseph, vestida de rosa al igual que Julie y Andrea, llegue hasta al lado de Joseph y Taylor entregó mi mano al de Joe.
- Te la entrego Joseph… ¿cuídala sí? – Le dijo Taylor.
- Viviré para eso. – Respondió Joseph, Taylor se fue con Andrea y Joseph me tomó del brazo, me sonrió con esos ojos miel que brillaban como nunca y me susurró.- Eres por mucho, la novia más hermosa que he visto… gracias por presentarte. – rió.
- Gracias a ti. – Susurré también.
Y allí estábamos en frente del padre, y frente a Dios, tomados de la mano y serios, yo tenías las manos extremadamente frías, mas de lo normal, Joseph me tomó de la mano y la apretó, me sonrío y me guiñó el ojo, luego ambos volteamos a ver al padre.
- Estamos aquí junto al altar, para que Dios garantice con su gracia vuestra voluntad de contraer Matrimonio ante el ministro de la Iglesia y la comunidad cristiana ahora reunida. Cristo bendice copiosamente vuestro amor conyugal, y él, que os consagró un día con el santo Bautismo, os enriquece hoy y os da fuerza con un Sacramento peculiar para que os guardéis mutua y perpetua fidelidad y podáis cumplir las demás obligaciones del Matrimonio. Por tanto, ante esta asamblea, os pregunto sobre vuestra intención. – Dijo el padre con acento español, me gustaba su forma de hablar, era bastante creíble y no te dejaba aburrirte.
- Joseph Jonas, _________(tn) Méndez,. ¿Venís a contraer matrimonio sin ser coaccionados, libre y voluntariamente?
- Sí. – Respondimos Joseph y yo sonriéndonos el uno al otro.
- ¿Estáis decididos a amaros y respetaros mutuamente, siguiendo el modo de vida propio del matrimonio, durante toda la vida?
- Sí, estamos decididos. – Respondimos ambos.
- ¿Estáis dispuestos a recibir de Dios responsable y amorosamente los hijos, y a educarlos según la ley de Cristo y su iglesia?
- Sí, estamos dispuestos.- Fue nuestra respuesta, ¿hijos? ¿Serían más de uno? Yo tenía un millón de cosas en las cabeza, tantos planes y metas… y cuando pensé que esta era la de mayor plazo, llegan mil a mi cabeza.
- Joseph, ¿Quieres recibir a __________(tn), como esposa, y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y, así amarla y respetarla hasta los últimos días de tu vida?
- Sí quiero. – Dijo Joe firmemente aún tomándome de la mano, yo estaba apunto de llorar.
- _________(tn), ¿Quieres recibir a Joseph, como esposo y prometes serle fiel en a prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así, amarlo y respetarlo hasta los últimos días de tu vida?
- Si quiero. – Dije firme, y a mis adentros por el resto de la eternidad Joseph.
- El señor confirme su bondad este consentimiento vuestro que habéis manifestado ante la iglesia y os otorgue su copiona bendición. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. Bendigamos al señor.
- Demos gracias a Dios. – Dijimos todos.
Pronto se acercó Sarita con sus bucles y ojos morados, su hermoso vestido blanco le quedaba precioso, caminó hasta nosotros con los anillos en una almohadita de satén y los elevó.
- El señor bendiga estos anillos que vais entregaros uno al otro en señal de amor y de fidelidad. – Dijo el padre.
- Amén. – Respondimos todos. Joseph tomó el anillo que me pertenecía a mí y mientras tomaba mi mano delicadamente con sus manos cálidas y fuertes decía.
- _________(tu-apodo), recibe esta alianza, en señal de mi amor y fidelidad a ti. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. – Sonreí ya en lágrimas. Tomé el otro anillo que era igual al mío de diamantes y bastante pesado, costoso y elegante.
- Joseph. – Comencé con voz ronca por las lágrimas acumuladas. – Recibe esta alianza, en señal de mi amor y fidelidad a ti. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
- Por el poder que me ha sido conferido yo os declaro marido y mujer. Puede besar a la novia. – Anunció por fin, estábamos casados, Joseph y yo éramos marido y mujer, yo ahora tenía su apellido y ambos nos pertenecíamos ante Dios y la sociedad. Joseph levantó el velo que yo llevaba puesto y sonrío al verme bien detrás de aquel velo, acercó su dedo pulgar a mi mejilla y secó mis lagrimas delicadamente.
- Te amo princesa, para siempre, lo prometo. – Susurró al acercar sus labios a los míos y unirnos en un beso dulce y delicioso, el tomó mi cintura y me acercó a él...
- Te amo princesa, para siempre, lo prometo. – Susurró al acercar sus labios a los míos y unirnos en un beso dulce y delicioso, el tomó mi cintura y me acercó a él, todos comenzaron a aplaudir y yo solo estaba en shock con sus besos, embriagada de amor… Joseph se separó de mí y yo deje de temblar, pero eso sí, yo estaba tan emocionada que no podía moverme del sitio, las lagrimas corrían por mi rostro, cerré los ojos y lo vi allí, vi a mi abuelo sonriéndome, orgulloso, abrí los ojos y Joseph me tomó de la mano. – ¿Estás bien? – Dijo preocupado por mis lágrimas, estas arrepentida o…
- Calla Joe. – Dije al fin con voz muy ronca. – Lloro de felicidad, juntos para toda la vida. – Dije al abrazarlo fuertemente. Salimos ambos por esas puerta mientras nos lanzaban flores y arroz, nos montamos en el carruaje con caballos después de abrazos y besos por parte de toda la familia y amigos, los caballos eran blancos y muy hermosos, todo estaba siendo un cuento de hadas incluido que comenzaba a nevar, Joseph y yo nos mirábamos mientras llegábamos al salón que quedaba solo a una cuadra, los demás tomarían el camino mas corto, nosotros hicimos todo el recorrido, junto con un fotógrafo que nos tomaba fotos mientras reíamos y hablábamos la felicidad nos estaba saliendo demasiado natural, y el señor que conducía el carruaje vestido de época.
- Oigan felicidades. – Comenzó el fotógrafo. – Nunca vi una pareja así, durante toda la ceremonia ustedes parecían como conectados y el amor que veo en ustedes es totalmente envidiable, de verdad los felicito, es raro ver parejas que se amen así, parece mágico lo que ustedes tienen.
- Gracias. – Dijimos Joseph y yo a la vez.
- No se si se trate de magia pero, lo que yo siento por ella no creo que se compare a nada que yo haya sentido jamás, toda mi vida gira en torno a ella, ella es mi alma, corazón y vida, ella le da sentido y dirección a mi vida… - Dijo Joseph mirándome a los ojos.
- ¿Quieres que llore de nuevo no es cierto? – Pregunté riendo, luego él me abrazó.
- Solo si lloras de felicidad… nunca mas de tristeza pequeña. – Dijo al darme un beso corto en los labios, el fotógrafo también captó eso.
- Nunca más… - Repetí con una sonrisa tonta dibujada en el rostro, y los ojos brillantes de felicidad y emoción.
- Well, Guys, welcome to your fairytale. – Anunció el señor que conducía el carruaje, con acento inglés.
- Thank you sir. – Respondimos Joseph y yo y bajamos del carruaje mientras que todos estaban afuera esperándonos para entrar, ya todo estaba cubierto de ese manto blanco y hacía muchísimo frío, pronto hubo muchísimos flashes debido a todas las fotos tomadas por nuestros amigos y familiares.
- Amor, de verdad eres la novia mas hermosa, pareces una princesa, una reina, eres… eres una vampira en toda su esencia, tu belleza ilumina y enciende la fría nieve…
- Amor, de verdad eres la novia mas hermosa, pareces una princesa, una reina, eres… eres una vampira en toda su esencia, tu belleza ilumina y enciende la fría nieve…
- Oh… - Me sonrojé. – Gracias… tú también te ves muy bien hoy. – Dije avergonzada por su mirada de enamorado que aún me intimidaba.
- Señora Jonas, ¿me permitiría este baile? – preguntó, todos estaban a nuestro alrededor y comenzaba el vals.
- Por supuesto, esposo mío. – Reí y entonces tomó mi mano y puso la otra en mi cintura, su aroma era perfecto y la música inmejorable, pronto se unieron al baile la señora Denisse y el señor Paúl, Genesis y Nicholas, Julie y Kevin, Taylor y Andrea todos enamorados y sonriendo.
La pista de baile estaba justo en el centro del gran salón cuyas paredes estaban cubiertas con hermosas cintas y flores, habían globos, muchísimos, el techo que era de vidrio estaba cubierto con cortinas blancas que le daba un aspecto de toldo de fiesta, el piso era de mármol pulido y habían faros de luz morada que le daban un look frío pero a la vez acogedor, el olor a rosas estaba en todos lados, los centros de mesas con velas encendidas era un tesoro, mesas por todos lados con manteles blancos y color champagne, y por supuesto un inmenso pastel de mas o menos diez pisos que ninguno de la familia excepto Sarita comería, y en el centro de la última planta del pastel un muñeco muy parecido a Joseph bailando con una muñeca bastante parecida a mí…
- Joseph… esto es asombroso. – Confesé casi boquiabierta mientras seguíamos el ritmo de la música.
- ¿Te refieres al lugar? Es totalmente inspirado en ti. En este cuento de hadas al que perteneces mi ángel.
- ¿Ángel? Tú eres ese ángel, estoy en deuda con el cielo por haberte mandado para mí. – Reí y le di un beso corto en los labios.
- Que dulce hueles hoy, me encanta ese perfume, es… delicioso, incluso mejor que el de las rosas.
- Gracias… - Suspiré… - No puedo creer ser tan feliz…
- Felicitaciones hija mía. – Dijo el señor Paúl, al cambiar de pareja para bailar conmigo.
- Gracias, señor Paúl, esta muy guapo hoy… - Él rió.
- Vamos pequeña no deberías mentir… Tu si que te ves preciosa, eres la novia mas hermosa que he visto… mi hijo tuvo suerte…
- Gracias señor Paúl, he oído eso como tres veces en todo el día, por poco me lo creo. – Reí.
- Deberías comenzar a creerlo, y también deberías comenzar a disfrutarlo… - Yo asentí cuando escuche eso, tenía razón era el momento de comenzar a disfrutar mi boda.
Todo estaba sucediendo tal cual como en un cuento de hadas, todos bailamos, y todos me felicitaban, habían amigos de Joseph y de la familia Jonas, vampiros, Taylor y Andrea tomaban y se divertían, al igual que todos, nunca fui demasiado fiestera, la verdad no me gustaban mucho pero esta estaba de verdad disfrutándola, Joseph me quitó el liguero con los dientes como es la tradición y todos reían, luego lancé el ramo y cayó en las manos de Andrea, esto fue algo realmente inesperado, su cara de shock era inescrutable.
- ¡No puedo creerlo! Esto es una señal – Gritaba con el ramo en las manos mi amiga lobo… - Esto tiene que saberlo mi madre es una señal. – Decía mientras marcaba el número en su móvil. Todos la mirábamos muy impresionados, parecía estar loca o algo por el estilo, yo reí por lo bajo mientras ella salía del salón buscando mejor señal.
- _______(tu-apodo)… - Escuché a mi amigo lobuno en tono de reclamo.
- ¿Qué pasa? – Pregunté riendo aún por la actitud de Andrea.
- Más o menos arruinaste mi sorpresa… Iba a pedirle matrimonio esta noche. – confesó.
- ¿Qué? ¿Es en serio? – Repetí en shock. – Cuidado cuando se lo digas le puede dar un ataque cardíaco o algo…
- Sí… solo espero que diga que sí. – Yo seguí riendo.
- Vamos… la tienes comiendo de la mano…
- Grabaré esa frase en mi mente para esta noche… ahora iré por un poco de alcohol, creo que necesito estar preparado… - Murmuró Taylor al irse hacia la barra, la verdad nunca lo vi hablando así. Joseph estaba hablando con algunos de sus amigos de negocios, Sarita estaba jugando con algunos otros niños, Julie y Kevin no paraban de bailar, y cuando alcé la vista para buscar a Nicholas este me tomó por la mano y me llevó hasta atrás, donde no había mucha gente.
- Hola hermano, que guapo te ves hoy, Genesis debe estar celosa de que las chicas te miren….
- Ya ______(tu-apodo)… tu eres la que se ve preciosa, la verdad que bueno que solo te veo como hermana… - Murmuró y luego ambos reímos.
- Tonto…
- Sí bueno, tu tonta por creer que no hablo en serio, hoy si que te ves preciosa…
- Gracias… Pero ahora dime, no me trajiste hasta aquí para decirme que luzco linda.
- Sí tienes razón… vine porque quería hablarte de Genesis y yo. – habló serio mientras me miraba a los ojos.
- ¿Pasa algo malo? – Pregunté preocupada al tomarle la mano porque parecía inquieto.
- Bien lo diré… creo que le pediré matrimonio hoy, esta noche… - Admitió.
- Ohhh… - Dije mas que impresionada, tenía las mismas ideas que mi amigo Taylor. Reí un poco. -Y… ¿Cómo te preparas?
- He tomado mas de dos botellas de champagne y créeme, en los vampiros no hace el mas mínimo efecto, sigo igual de nervioso…
- Al menos en eso tiene suerte Taylor… - Susurré para mí, porque a Taylor si le harían efecto.
- ¿Qué?
- Nada… solo cálmate… - Dije al tomarlo por los hombros y arreglarle un poco los rulos desordenados de su cabello. – Respira… y cierra los ojos. – Le pedí. Él frunció el seño pero de todas maneras me hizo caso. – Ahora vamos, dime, ¿De qué tienes miedo?
- De que yo lo arruine todo y diga que no… y luego se vaya de mi lado y…
- Nicholas… - Lo regañé. – No más inseguridad, que tú y yo sabemos que eso solo te trae problemas… pero también sabemos que está enamorada de ti, y que nunca te rompería el corazón… ten fe, verás que dirá que sí, cree en ti, cree en lo que tienen…
- ¿Tú crees que si quiera?
- ¡Estoy segura!- Respondí con entusiasmo.
- Sí, sí, tienes razón, en realidad siempre tienes razón… - Dijo hablando un poco consigo mismo, luego me dio un beso en la mejilla.
- Claro… - dije firme sonriéndole. - ¿Ahora crees que pueda…?
- Sí… ve con Joe… - Dijo mientras parecía practicar unas líneas para una obra o algo así.
- Se tu mismo Nicholas, eso es suficiente porque eres la persona mas noble que he conocido… Genesis tiene suerte. – Le dije antes de retirarme del lugar, él quedó con una sonrisa en los labios.
Me acerqué a donde estaba Joseph y sus amigos y él me sonrío, me acercó a él y me dio un beso en la mejilla, luego colocó su mano en mi cintura.
- Ella es mi esposa, _______(tn) de Jonas… es, la razón por la que vivo, ni más ni menos. – Dijo mirándome a los ojos frente a sus amigos.
- Oh, encantado señora Jonas, es usted muy hermosa. – Dijo uno de sus amigos de cabello rubio y ojos verdes al estrecharnos las manos.
- Sí, muy hermosa, ¿Dónde las consiguen así? – Dijo otro de sus amigos al estrecharme la mano, este otro tenía el cabello marrón y ojos azules.
– Lo digo en serio la novia de tu hermano Nicholas es un bombón, ni hablar de la esposa de Kevin… todas son muy bellas de verdad incluso tu madre.
- Gracias… - Reí tímida y mis mejillas se coloraron un poco.
- Ya saben amigos… suerte, el destino… ¿Quién sabe? Solo puedo agradecer al cielo ¿no?
- Así es hermano. – Dijeron ambos amigos a la vez…
Y así fue sucediéndose la fiesta, tomándome fotos con la familia y los amigos, picamos el pastel y todos comieron, reímos y bailamos, ya eran las nueve de la noche y yo estaba muy agotada, los invitados se habían ido, solo quedaban algunos de la familia. Cabe recordar que la boda fue desde el mediodía hasta la noche.
- ¿Y ahora qué? – Preguntó Sarita mientras todos estábamos sentados en una mesa sin tacones…
- Pues ahora _______(tn) y Joseph aceptarán nuestro regalo de matrimonio… - Comenzó el señor Paúl con unos boletos de avión en la mano.
- ¿Qué? – Pregunté con el seño fruncido.
- Creí que Joseph y yo no viajaríamos hasta la semana que viene… por lo del trabajo y eso…
- Mentimos. – Dijo Joseph con una sonrisa de oreja a oreja. ´
- ¿Qué? – Repetí de nuevo.
- Isla Córcega, Francia.- Murmuró la señora Denisse.
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CAPÍTULO FINAL PARTE IV
Era catorce de febrero, hacía un día precioso, había nevado todo el día anterior, y todo estaba cubierto de un perfecto y hermoso manto blanco brillante, parecido a un millón de diamantes cubriendo todo el pueblo, se esperaba siguiera nevando hoy, pero esta mañana, hacía un sol radiante, claro que no me confiaba en ese sol brillante, si algo habría aprendido ya, era que todo cambia, puede ser en un año o dos, o en minutos u horas, nada está seguro, en manos de un destino incierto, pero eso sí, tomando las decisiones correctas puedes armar tu propio destino.
- _________(tn) no te muevas… intento acabar de arreglarte el vestido… - Me reclamaba Julie mientras apretaba el corsé del vestido, era realmente precioso, como describirlo, era un vestido blanco, con una tela diferente esparcida alrededor de todo el vestido que era pegado hasta cierta parte y luego era ancho y con una cola muy larga, era espectacular, muy elegante.
- Chicas… ¿no les parece que es demasiado? – pregunté a Genesis y a Julie mientras ellas me abrochaban el vestido, que también era sin mangas ni tiras.
- ¿Cómo que demasiado? – Me miró mal Genesis… - ¿Sabes todo lo que luchaste para que este día se hiciera realidad? ¿Sabes todo lo que Joe y tú han sufrido? Nada es demasiado para esta boda, es más debería salir en la revista People tu boda.
- Calla Genesis… Es solo que, nunca creí que me podía ver así… - Dije arreglando un poco el vestido con mi mano.
- ________(tn)… - se quejó Julie.
- ¿Qué?
- ¿Puedes dejar de moverte un segundo? Y deja de quejarte, tu lo diseñaste y es precioso, te ves preciosa y todo estará espectacular, deja de temblar hasta que te acabe de arreglar las flores del cabello. – Reí.
- Gracias por ayudarme a arreglar, Andrea tenía cosas que hacer pero irá a la boda. – murmuré.
- Obvio que irá, sino vamos y la arrastramos ¿si o no Genesis? – Decía Julie, yo moría de risa.
- Por supuesto. – Respondía riendo mi amiga Genesis. Ambas tenían un moño alto y un vestido rosado precioso, diseñado por Julie, porque ellas dos eran las damas de honor, Sarita llevaría los anillos y Andrea era la madrina.
- Bueno… listo, ya puedes verte en el espejo. – Anunció Julie.
- Gracias al cielo, al fin… - Dije impaciente, caminé hasta donde estaba el espejo de cuerpo completo y de pies a cabeza, esto fue lo que vi, mis zapatillas no se veían gracias a lo largo del vestido y de la gran cola, tenía bordados de diamantes y flores por todo el vestido y también en la parte de arriba, me hacía ver delgada y esbelta, me habían hecho un arreglo en el cabello en el cual quedaba un moño arriba con un tocado de flores, y el resto del cabello suelto con rulos en las puntas, mi cabello negro resaltaba, me coloqué la gargantilla de diamantes de mamá y los zarcillos de mamá también, allí tenía algo viejo, algo azul, tenía una tobillera azul, y algo prestado, una pequeña diadema de diamantes de Julie, mi maquillaje era natural pero espectacular, mis ojos estaban delineados de modo que el color amarillo de mis ojos resaltaba más que nunca, de verdad parecía un gatito, reí de nuevo, mis hombros descubiertos tenían un brillo hermoso hoy, todos los invitados creerán que es su imaginación pero no, yo en serio brillaba hoy, claro que no tanto como lo haría Joseph, pero ya que..
- ¿Creen que se note demasiado el brillo de mi piel? – Pregunté.
- Primero, el cielo se está encapotando, seguro nevara, y segundo, Joseph no te dijo pero el salón estará cubierto por muchas cortinas blancas, como un gran toldo, eso le dará un ambiente frío y de cuentos…
- Ah está bien… - Asentí.
- Ahora vamos, eres la única que falta en la boda y a Joseph le puede dar algo… - Confesó riendo Genesis. – ¿Taylor te llevará al altar no es cierto? – Preguntó la rubia.
- Sí… en nombre de mi abuelo. – Sonreí nostálgica al recordarlo.
- Seguro estaría orgulloso de ti… vamos. – Dijo Genesis intentando animarme.
Y allí estaba yo, del brazo de mi mejor amigo, Taylor.
- ¿Estás lista para entrar? – Me preguntó, yo estaba hecha una pila de nervios, no podía mantenerme tranquila, solo temblaba, no se donde había quedado mi voz.
- Creo… - Me limité a decir.
- Vamos _________(tn), todo saldrá bien, el abuelo te acompaña desde el cielo, debe estar celebrando con nosotros, este era su mayor deseo ¿no? – Me animó.
- Sí… - Respondí con voz ronca. – Este era, gracias por aceptar llevarme al altar, creo que fue una perfecta elección, significas mucho para mí además, me cuidaste en los momentos más duros, me salvaste cuando me ahogaba en el lago y hasta cuando Samuel y Fernando iban contra el abuelo, Kevin y Nicholas, eres el mejor amigo que alguien pueda tener. – Le confesé a mi mejor amigo, que estaba sonriéndome con esos dientes blancos que relucían, y su smoking que le quedaba precioso, mi gran amigo lobuno ocupaba el lugar perfecto, además de también ser padrino de bodas, por mi parte.
- Y tú la mejor amiga, y la novia más hermosa… pero no se lo digas a Andrea sabes como se pone. – Dijo riendo yo acompañé sus risas, sus chistes me hacían sentir muchísimo mejor. – Ahora vamos… su novio la espera tras esa puerta esperando ver el diamante mas hermoso y mas brillante para unir su vida a la tuya para siempre… - lo tomé por el brazo y la puerta se abrió, le di una última mirada a Taylor y el sonrío, ya solo quedaba caminar hacia el altar.
Con la marcha nupcial comenzada, y todas las miradas en mí yo caminaba mirando el suelo, hasta que me dije a mí misma “despierta, pon tu cabeza en alto y disfruta del nuevo comienzo, disfruta del camino a la eterna felicidad” y eso hice, levanté mi cabeza y miré al norte, lo miré a él, a Joe Jonas, por esa alfombra roja y todas las rosas rojas mezcladas con rosas blancas y rosadas por toda la iglesia yo caminaba con ojos llenos de esperanzas y el velo casi transparente parecía no estar allí, yo estaba demasiado concentrada en él, aquel ángel del cielo que tenía mirada seria pero demasiado expresiva, se podía decir que casi comenzaría a llorar, sus ojos estaban empañados mientras me veía llegar a él, Andrea estaba en un costado con un vestido rosado y una sonrisa de oreja a oreja, era la madrina, del otro lado estaba Nicholas, él padrino escogido por Joseph, y Genesis, la madrina escogida por Joseph, vestida de rosa al igual que Julie y Andrea, llegue hasta al lado de Joseph y Taylor entregó mi mano al de Joe.
- Te la entrego Joseph… ¿cuídala sí? – Le dijo Taylor.
- Viviré para eso. – Respondió Joseph, Taylor se fue con Andrea y Joseph me tomó del brazo, me sonrió con esos ojos miel que brillaban como nunca y me susurró.- Eres por mucho, la novia más hermosa que he visto… gracias por presentarte. – rió.
- Gracias a ti. – Susurré también.
Y allí estábamos en frente del padre, y frente a Dios, tomados de la mano y serios, yo tenías las manos extremadamente frías, mas de lo normal, Joseph me tomó de la mano y la apretó, me sonrío y me guiñó el ojo, luego ambos volteamos a ver al padre.
- Estamos aquí junto al altar, para que Dios garantice con su gracia vuestra voluntad de contraer Matrimonio ante el ministro de la Iglesia y la comunidad cristiana ahora reunida. Cristo bendice copiosamente vuestro amor conyugal, y él, que os consagró un día con el santo Bautismo, os enriquece hoy y os da fuerza con un Sacramento peculiar para que os guardéis mutua y perpetua fidelidad y podáis cumplir las demás obligaciones del Matrimonio. Por tanto, ante esta asamblea, os pregunto sobre vuestra intención. – Dijo el padre con acento español, me gustaba su forma de hablar, era bastante creíble y no te dejaba aburrirte.
- Joseph Jonas, _________(tn) Méndez,. ¿Venís a contraer matrimonio sin ser coaccionados, libre y voluntariamente?
- Sí. – Respondimos Joseph y yo sonriéndonos el uno al otro.
- ¿Estáis decididos a amaros y respetaros mutuamente, siguiendo el modo de vida propio del matrimonio, durante toda la vida?
- Sí, estamos decididos. – Respondimos ambos.
- ¿Estáis dispuestos a recibir de Dios responsable y amorosamente los hijos, y a educarlos según la ley de Cristo y su iglesia?
- Sí, estamos dispuestos.- Fue nuestra respuesta, ¿hijos? ¿Serían más de uno? Yo tenía un millón de cosas en las cabeza, tantos planes y metas… y cuando pensé que esta era la de mayor plazo, llegan mil a mi cabeza.
- Joseph, ¿Quieres recibir a __________(tn), como esposa, y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y, así amarla y respetarla hasta los últimos días de tu vida?
- Sí quiero. – Dijo Joe firmemente aún tomándome de la mano, yo estaba apunto de llorar.
- _________(tn), ¿Quieres recibir a Joseph, como esposo y prometes serle fiel en a prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así, amarlo y respetarlo hasta los últimos días de tu vida?
- Si quiero. – Dije firme, y a mis adentros por el resto de la eternidad Joseph.
- El señor confirme su bondad este consentimiento vuestro que habéis manifestado ante la iglesia y os otorgue su copiona bendición. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. Bendigamos al señor.
- Demos gracias a Dios. – Dijimos todos.
Pronto se acercó Sarita con sus bucles y ojos morados, su hermoso vestido blanco le quedaba precioso, caminó hasta nosotros con los anillos en una almohadita de satén y los elevó.
- El señor bendiga estos anillos que vais entregaros uno al otro en señal de amor y de fidelidad. – Dijo el padre.
- Amén. – Respondimos todos. Joseph tomó el anillo que me pertenecía a mí y mientras tomaba mi mano delicadamente con sus manos cálidas y fuertes decía.
- _________(tu-apodo), recibe esta alianza, en señal de mi amor y fidelidad a ti. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. – Sonreí ya en lágrimas. Tomé el otro anillo que era igual al mío de diamantes y bastante pesado, costoso y elegante.
- Joseph. – Comencé con voz ronca por las lágrimas acumuladas. – Recibe esta alianza, en señal de mi amor y fidelidad a ti. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
- Por el poder que me ha sido conferido yo os declaro marido y mujer. Puede besar a la novia. – Anunció por fin, estábamos casados, Joseph y yo éramos marido y mujer, yo ahora tenía su apellido y ambos nos pertenecíamos ante Dios y la sociedad. Joseph levantó el velo que yo llevaba puesto y sonrío al verme bien detrás de aquel velo, acercó su dedo pulgar a mi mejilla y secó mis lagrimas delicadamente.
- Te amo princesa, para siempre, lo prometo. – Susurró al acercar sus labios a los míos y unirnos en un beso dulce y delicioso, el tomó mi cintura y me acercó a él...
- Te amo princesa, para siempre, lo prometo. – Susurró al acercar sus labios a los míos y unirnos en un beso dulce y delicioso, el tomó mi cintura y me acercó a él, todos comenzaron a aplaudir y yo solo estaba en shock con sus besos, embriagada de amor… Joseph se separó de mí y yo deje de temblar, pero eso sí, yo estaba tan emocionada que no podía moverme del sitio, las lagrimas corrían por mi rostro, cerré los ojos y lo vi allí, vi a mi abuelo sonriéndome, orgulloso, abrí los ojos y Joseph me tomó de la mano. – ¿Estás bien? – Dijo preocupado por mis lágrimas, estas arrepentida o…
- Calla Joe. – Dije al fin con voz muy ronca. – Lloro de felicidad, juntos para toda la vida. – Dije al abrazarlo fuertemente. Salimos ambos por esas puerta mientras nos lanzaban flores y arroz, nos montamos en el carruaje con caballos después de abrazos y besos por parte de toda la familia y amigos, los caballos eran blancos y muy hermosos, todo estaba siendo un cuento de hadas incluido que comenzaba a nevar, Joseph y yo nos mirábamos mientras llegábamos al salón que quedaba solo a una cuadra, los demás tomarían el camino mas corto, nosotros hicimos todo el recorrido, junto con un fotógrafo que nos tomaba fotos mientras reíamos y hablábamos la felicidad nos estaba saliendo demasiado natural, y el señor que conducía el carruaje vestido de época.
- Oigan felicidades. – Comenzó el fotógrafo. – Nunca vi una pareja así, durante toda la ceremonia ustedes parecían como conectados y el amor que veo en ustedes es totalmente envidiable, de verdad los felicito, es raro ver parejas que se amen así, parece mágico lo que ustedes tienen.
- Gracias. – Dijimos Joseph y yo a la vez.
- No se si se trate de magia pero, lo que yo siento por ella no creo que se compare a nada que yo haya sentido jamás, toda mi vida gira en torno a ella, ella es mi alma, corazón y vida, ella le da sentido y dirección a mi vida… - Dijo Joseph mirándome a los ojos.
- ¿Quieres que llore de nuevo no es cierto? – Pregunté riendo, luego él me abrazó.
- Solo si lloras de felicidad… nunca mas de tristeza pequeña. – Dijo al darme un beso corto en los labios, el fotógrafo también captó eso.
- Nunca más… - Repetí con una sonrisa tonta dibujada en el rostro, y los ojos brillantes de felicidad y emoción.
- Well, Guys, welcome to your fairytale. – Anunció el señor que conducía el carruaje, con acento inglés.
- Thank you sir. – Respondimos Joseph y yo y bajamos del carruaje mientras que todos estaban afuera esperándonos para entrar, ya todo estaba cubierto de ese manto blanco y hacía muchísimo frío, pronto hubo muchísimos flashes debido a todas las fotos tomadas por nuestros amigos y familiares.
- Amor, de verdad eres la novia mas hermosa, pareces una princesa, una reina, eres… eres una vampira en toda su esencia, tu belleza ilumina y enciende la fría nieve…
- Amor, de verdad eres la novia mas hermosa, pareces una princesa, una reina, eres… eres una vampira en toda su esencia, tu belleza ilumina y enciende la fría nieve…
- Oh… - Me sonrojé. – Gracias… tú también te ves muy bien hoy. – Dije avergonzada por su mirada de enamorado que aún me intimidaba.
- Señora Jonas, ¿me permitiría este baile? – preguntó, todos estaban a nuestro alrededor y comenzaba el vals.
- Por supuesto, esposo mío. – Reí y entonces tomó mi mano y puso la otra en mi cintura, su aroma era perfecto y la música inmejorable, pronto se unieron al baile la señora Denisse y el señor Paúl, Genesis y Nicholas, Julie y Kevin, Taylor y Andrea todos enamorados y sonriendo.
La pista de baile estaba justo en el centro del gran salón cuyas paredes estaban cubiertas con hermosas cintas y flores, habían globos, muchísimos, el techo que era de vidrio estaba cubierto con cortinas blancas que le daba un aspecto de toldo de fiesta, el piso era de mármol pulido y habían faros de luz morada que le daban un look frío pero a la vez acogedor, el olor a rosas estaba en todos lados, los centros de mesas con velas encendidas era un tesoro, mesas por todos lados con manteles blancos y color champagne, y por supuesto un inmenso pastel de mas o menos diez pisos que ninguno de la familia excepto Sarita comería, y en el centro de la última planta del pastel un muñeco muy parecido a Joseph bailando con una muñeca bastante parecida a mí…
- Joseph… esto es asombroso. – Confesé casi boquiabierta mientras seguíamos el ritmo de la música.
- ¿Te refieres al lugar? Es totalmente inspirado en ti. En este cuento de hadas al que perteneces mi ángel.
- ¿Ángel? Tú eres ese ángel, estoy en deuda con el cielo por haberte mandado para mí. – Reí y le di un beso corto en los labios.
- Que dulce hueles hoy, me encanta ese perfume, es… delicioso, incluso mejor que el de las rosas.
- Gracias… - Suspiré… - No puedo creer ser tan feliz…
- Felicitaciones hija mía. – Dijo el señor Paúl, al cambiar de pareja para bailar conmigo.
- Gracias, señor Paúl, esta muy guapo hoy… - Él rió.
- Vamos pequeña no deberías mentir… Tu si que te ves preciosa, eres la novia mas hermosa que he visto… mi hijo tuvo suerte…
- Gracias señor Paúl, he oído eso como tres veces en todo el día, por poco me lo creo. – Reí.
- Deberías comenzar a creerlo, y también deberías comenzar a disfrutarlo… - Yo asentí cuando escuche eso, tenía razón era el momento de comenzar a disfrutar mi boda.
Todo estaba sucediendo tal cual como en un cuento de hadas, todos bailamos, y todos me felicitaban, habían amigos de Joseph y de la familia Jonas, vampiros, Taylor y Andrea tomaban y se divertían, al igual que todos, nunca fui demasiado fiestera, la verdad no me gustaban mucho pero esta estaba de verdad disfrutándola, Joseph me quitó el liguero con los dientes como es la tradición y todos reían, luego lancé el ramo y cayó en las manos de Andrea, esto fue algo realmente inesperado, su cara de shock era inescrutable.
- ¡No puedo creerlo! Esto es una señal – Gritaba con el ramo en las manos mi amiga lobo… - Esto tiene que saberlo mi madre es una señal. – Decía mientras marcaba el número en su móvil. Todos la mirábamos muy impresionados, parecía estar loca o algo por el estilo, yo reí por lo bajo mientras ella salía del salón buscando mejor señal.
- _______(tu-apodo)… - Escuché a mi amigo lobuno en tono de reclamo.
- ¿Qué pasa? – Pregunté riendo aún por la actitud de Andrea.
- Más o menos arruinaste mi sorpresa… Iba a pedirle matrimonio esta noche. – confesó.
- ¿Qué? ¿Es en serio? – Repetí en shock. – Cuidado cuando se lo digas le puede dar un ataque cardíaco o algo…
- Sí… solo espero que diga que sí. – Yo seguí riendo.
- Vamos… la tienes comiendo de la mano…
- Grabaré esa frase en mi mente para esta noche… ahora iré por un poco de alcohol, creo que necesito estar preparado… - Murmuró Taylor al irse hacia la barra, la verdad nunca lo vi hablando así. Joseph estaba hablando con algunos de sus amigos de negocios, Sarita estaba jugando con algunos otros niños, Julie y Kevin no paraban de bailar, y cuando alcé la vista para buscar a Nicholas este me tomó por la mano y me llevó hasta atrás, donde no había mucha gente.
- Hola hermano, que guapo te ves hoy, Genesis debe estar celosa de que las chicas te miren….
- Ya ______(tu-apodo)… tu eres la que se ve preciosa, la verdad que bueno que solo te veo como hermana… - Murmuró y luego ambos reímos.
- Tonto…
- Sí bueno, tu tonta por creer que no hablo en serio, hoy si que te ves preciosa…
- Gracias… Pero ahora dime, no me trajiste hasta aquí para decirme que luzco linda.
- Sí tienes razón… vine porque quería hablarte de Genesis y yo. – habló serio mientras me miraba a los ojos.
- ¿Pasa algo malo? – Pregunté preocupada al tomarle la mano porque parecía inquieto.
- Bien lo diré… creo que le pediré matrimonio hoy, esta noche… - Admitió.
- Ohhh… - Dije mas que impresionada, tenía las mismas ideas que mi amigo Taylor. Reí un poco. -Y… ¿Cómo te preparas?
- He tomado mas de dos botellas de champagne y créeme, en los vampiros no hace el mas mínimo efecto, sigo igual de nervioso…
- Al menos en eso tiene suerte Taylor… - Susurré para mí, porque a Taylor si le harían efecto.
- ¿Qué?
- Nada… solo cálmate… - Dije al tomarlo por los hombros y arreglarle un poco los rulos desordenados de su cabello. – Respira… y cierra los ojos. – Le pedí. Él frunció el seño pero de todas maneras me hizo caso. – Ahora vamos, dime, ¿De qué tienes miedo?
- De que yo lo arruine todo y diga que no… y luego se vaya de mi lado y…
- Nicholas… - Lo regañé. – No más inseguridad, que tú y yo sabemos que eso solo te trae problemas… pero también sabemos que está enamorada de ti, y que nunca te rompería el corazón… ten fe, verás que dirá que sí, cree en ti, cree en lo que tienen…
- ¿Tú crees que si quiera?
- ¡Estoy segura!- Respondí con entusiasmo.
- Sí, sí, tienes razón, en realidad siempre tienes razón… - Dijo hablando un poco consigo mismo, luego me dio un beso en la mejilla.
- Claro… - dije firme sonriéndole. - ¿Ahora crees que pueda…?
- Sí… ve con Joe… - Dijo mientras parecía practicar unas líneas para una obra o algo así.
- Se tu mismo Nicholas, eso es suficiente porque eres la persona mas noble que he conocido… Genesis tiene suerte. – Le dije antes de retirarme del lugar, él quedó con una sonrisa en los labios.
Me acerqué a donde estaba Joseph y sus amigos y él me sonrío, me acercó a él y me dio un beso en la mejilla, luego colocó su mano en mi cintura.
- Ella es mi esposa, _______(tn) de Jonas… es, la razón por la que vivo, ni más ni menos. – Dijo mirándome a los ojos frente a sus amigos.
- Oh, encantado señora Jonas, es usted muy hermosa. – Dijo uno de sus amigos de cabello rubio y ojos verdes al estrecharnos las manos.
- Sí, muy hermosa, ¿Dónde las consiguen así? – Dijo otro de sus amigos al estrecharme la mano, este otro tenía el cabello marrón y ojos azules.
– Lo digo en serio la novia de tu hermano Nicholas es un bombón, ni hablar de la esposa de Kevin… todas son muy bellas de verdad incluso tu madre.
- Gracias… - Reí tímida y mis mejillas se coloraron un poco.
- Ya saben amigos… suerte, el destino… ¿Quién sabe? Solo puedo agradecer al cielo ¿no?
- Así es hermano. – Dijeron ambos amigos a la vez…
Y así fue sucediéndose la fiesta, tomándome fotos con la familia y los amigos, picamos el pastel y todos comieron, reímos y bailamos, ya eran las nueve de la noche y yo estaba muy agotada, los invitados se habían ido, solo quedaban algunos de la familia. Cabe recordar que la boda fue desde el mediodía hasta la noche.
- ¿Y ahora qué? – Preguntó Sarita mientras todos estábamos sentados en una mesa sin tacones…
- Pues ahora _______(tn) y Joseph aceptarán nuestro regalo de matrimonio… - Comenzó el señor Paúl con unos boletos de avión en la mano.
- ¿Qué? – Pregunté con el seño fruncido.
- Creí que Joseph y yo no viajaríamos hasta la semana que viene… por lo del trabajo y eso…
- Mentimos. – Dijo Joseph con una sonrisa de oreja a oreja. ´
- ¿Qué? – Repetí de nuevo.
- Isla Córcega, Francia.- Murmuró la señora Denisse.
alemorales
Re: "Entre el Amor y la Venganza" (Joe y Tu)
CAPI FINAL LAS VOY A EXTRAÑAR :(
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CAPÍTULO FINAL “ENTRE EL AMOR Y LA VENGANZA” ÚLTIMA PARTE
- París, Francia. Madrid, España. – Murmuró el señor Paúl.
- Pasajes y hoteles pagados por cuanto tiempo quieran quedarse. – Dijo la señora Denisse.
- Nosotros cuidaremos de Sarita. – dijo el señor Paúl.
- Wow… - estaba asombrada no podía creerlo. – ¿Ustedes si que tienen todo planeado no es así?
- Sí… Ahora es hora de que se vayan…. – Dijeron a la vez mis suegros.
- ¿Qué? ¿Sin equipaje?
- Yo lo quise así… ¿mas romántico no? Compraremos todo lo que necesites allá… solo te daré cinco minutos para que te quites ese vestido que se ve de veras incómodo… mamá te dará algo que ponerte. Te espero en la limo. – Dijo Joseph sin más…
- ¿Qué? – Era todo lo que yo repetía… pero es que no tenía más que decir… estaba emocionada… ¿Europa? Wow, es todo lo que siempre soñé, el abuelo había tenido la oportunidad de ir allá con la abuela, y me había contado tantas cosas… yo no podía esperar…
Fui con la señora Denisse a una habitación del salón a cambiarme, me coloqué un vestido blanco pero era mas arriba de la rodilla, con una cinta mas debajo de los pechos, amoldaba el cuerpo muy bien, me quede con los zapatos que tenía puestos ya que me pegaban y no me quite el peinado ni el maquillaje, no tenía tiempo.
- Te ves preciosa hija, los extrañaremos, cuídense mucho. – Se despedía de mi Denisse.
- Gracias por este regalo, la verdad es asombroso… - Agradecía yo al abrazarla.
- Pásenla bien. – decía el señor Jonas al abrazarnos a Joseph y a mí.
- Cuídense mucho… - Decía Sarita. – Cuando vuelvan ustedes serán oficialmente mi papá y mi mamá. – Al decir esto Joseph y yo nos agachamos y la abrazamos.
- Te queremos hija.
- Y yo a ustedes… - Decía Sarita en lágrimas.
Pronto nos despedimos y tomamos la limo que nos llevó al aeropuerto, donde en vez de tomar un avión comercial, Joseph había alquilado una avioneta privada, yo estaba mas que asombrada, nunca antes me había montado en un avión.
- No pedí una azafata porque pensé que no hacía falta. – Me dijo Joseph.
- Tranquilo, está bien. – susurré. – Esto es asombroso. – Dije mirando por la ventana. – Un día el abuelo me habló de Europa, y París y todo, pero nunca pensé en que vendría de verdad… y contigo. – Fui sincera. Él me abrazaba y me acariciaba el cabello.
- Casarme contigo ha sido lo mejor que me ha pasado… cuando no llegabas a la iglesia te juro que casi muero…. Estaba tan nervioso… no podía creer que esto era real ¿sabes? ¿Tienes idea de todo lo que hemos pasado? Esto es casi un sueño princesa. – decía abrazándome aún.
- La vida nos ha premiado…
- Le doy gracias a Dios.
El vuelo fue bastante tranquilo y llegamos a salvo, después de llevar a aquella isla llamada Córcega, tomamos un Taxi que nos llevó a un hotel cinco estrellas precioso, era de noche allá, y se supone que en América sería de día, era raro pero ya no estaba cansada, todo esto me emocionaba muchísimo, era algo totalmente loco, y soñado, el cielo estaba lleno de estrellas y todo en mi mundo se veía demasiado real.
- Aquí está su tarjeta, señor Jonas, disfrute su estancia aquí. – Le dijo el recepcionista al entregarle la tarjeta a Joseph, nos montamos en el ascensor, y me sentía rara, es decir ni siquiera teníamos equipaje…
- ¿Qué piso? – Pregunté.
- El último, es la suite presidencial señora Jonas. – me avisó mi esposo, yo lo marqué.
- Bien… - Respondí… ¿Cómo pude pensar en otra habitación? ¿Es mi príncipe no? Siempre busca lo más caro y lujoso…
- Tranquila princesa, en París iremos a la casa de Denisse, los hoteles no son algo que me guste demasiado… y la casa de Denisse y Paúl de París es preciosa. – Dijo como que si estar hospedada en una isla de Francia en uno hotel cinco estrellas en la suite presidencial era algo malo…
- Claro… - Pronto llegamos a la habitación y antes de introducir la tarjeta reímos. Sabíamos lo que pasaría…
- Adelante señora Jonas. – Dijo al abrirme la puerta.
- Gracias… señor Jonas. – Respondí.
Entramos y la suite era como decir un apartamento, alfombras beige, y papel tapizado, lámparas lujosas y aire acondicionado, una mesa de comedor llena de frutas y una botella de champagne con dos copas esperándonos, habían ramos de flores por todos lados, y pétalos de rosa encima de la cama formando un corazón…
- Que romántico… - Fue lo que pude decir…
- Sí…- Respondió él con algunas cosas en las manos, cartera, llaves y cosas…
- Silencio Incómodo… - Murmuré más para mí que para él…
- ¿Estás feliz? – Preguntó al acercarse a mí. – Digo… ¿Te gusta el lugar?
- Es hermoso… - Dije al acercarme yo a él. – Y estoy feliz… - Dije al acariciar su mejilla y sonreír.
- Yo lo estoy mas… - dijo al acercar sus labios a los míos y tomarme por la cintura, al principio un beso simple como los demás, pero después todo se tornó mas pasional y salvaje me besaba como nunca lo había hecho y yo igual, el comenzó a besar mi cuello y desabrochar mi vestido. - ¿Puedo perder el control? – Preguntó mientras iba bajando el cierre de mi vestido… y besaba mi cuello, yo no respondí, solo lo atraje a mí halándolo por la corbata y ambos caímos en la cama, el me siguió besando y sin darme cuenta yo no tenía vestido, y el no tenía camisa, su cuerpo bien moldeado estaba frente a mí yo no podía creer que estaba sucediendo, él era todo mío, me pertenecía… y, éramos esposos… me besaba los hombros y cuando me veía a los ojos besaba mis labios… - Eres… la mujer mas hermosa sobre la tierra… - Susurró entre besos, su aroma era indescriptible, era mágico, yo estaba un poco nerviosa pero sentía una emoción que me venía del alma… -Esta también es mi primera vez… - susurró tímido entre besos… - Así que no tengas miedo, solo dime si quieres que pase… - me preguntó entre besos….
- Puedes perder el control Joe, quiero que lo hagas… - dije al colocarme esta vez yo encima de él… - Una vez me dijiste que yo te pertenecía… pues dejemos que...
- Una vez me dijiste que yo te pertenecía… pues dejemos que las palabras se hagan realidad…- dije al dirigirme a su cuello y posar mis colmillos allí… pero no lo mordí, lo besé como solo una vampira puede hacerlo, con pasión, y ese poco de frenesí que envolvía nuestros sentidos, él besaba mi cuello y acariciaba mi espalda… disfrutaba cada segundo de todo mi cuerpo, haciendo lo que por mucho habíamos deseado y poco a poco me hacía suya por siempre y para siempre.
A la mañana siguiente ambos estábamos dormidos superficialmente, me levante con cuidado de no levantarlo pero era inútil, tomé una cobija blanca y me envolví en ella, no quería que me viera así… el sol brillaba y se colaba por la ventana, pero a diferencia de todas las mañanas anteriores, era una mujer con todo lo que significa, mi esposo estaba sentado recostado al copete de la cama mirándome travieso, sus ojos brillaban por la luz del sol al igual que su piel, era sin ninguna duda, el hombre mas hermoso de esta tierra.
- Bueno días princesa. – Comenzó él…
- Buenos días… - Dije al tomar una toalla y abrir la puerta del baño…
- Ayer fue… la mejor noche de toda mi vida… - Decía él sonriéndome.
- Creo que si nos salimos de control…- Fui sincera… pasaron unos instantes.
- Te amo princesa… te amo como a nadie. – Yo sonreí asintiendo. – Solo quería recordártelo… - Se levantó de la cama completamente desnudo…
- Joseph…- Le reclamé tapándome la cara con la toalla.
– Voy a darme un baño…
- Te acompaño… - Dijo sin más… yo creí que era una broma… ¿Broma? Me empujó con todo y cobija a la ducha y ambos nos mojamos enteros, yo solo reía sin parar…
- Te amo tonto travieso… - Dije al besar sus labios y olvidarme de todo para comenzar de nuevo a perder el control...
- ¿Y a donde quieres ir hoy? Playa, piscina, Yate, motos de agua… - Preguntaba mi esposo mientras se despeinaba un poco el cabello frente al espejo del ascensor, Joseph tenía unos shorts negros por la rodilla, unas sandalias, y una franela blanca con estampado de alguna marca. Yo tenía un traje de baño rosado con un vestido de flores corto más arriba de la rodilla, y unas cholas, todo de la misma tienda del hotel.
- No se amor, a donde tu quieras…
- Hoy es tú decisión preciosa… - Dijo al salir del ascensor y tomarme de la mano.
- Joe… - Lo llamé. – ¿Seguro que esta crema de Denisse funciona? Hace mucho sol afuera…
- Claro princesa… vamos… - Dijo tomándome de la mano y saliendo del hotel, llegamos a una playa preciosa, de arenas blancas, y un mar azul como el cielo y cristalino como el agua, habían varias camas con sábanas blancas y techitos, y también sillas de extensión del mismo modelo… pero tomar sol no era lo que buscábamos… en la playa no había demasiada gente solo unos pocos…
- Que hermosa playa… - Confesé.
- Vamos al jet ski. – Me pidió y me tomó de la mano… ambos caminamos hasta donde estaba un joven con varias motos de agua.
- ¿Cuántas quiere? – Preguntó el joven moreno. - ¿Dos?
- O… una para los dos… es que… - ¿Qué iba a decir? Aún le temo un poco al agua ya saben… estoy casada, tengo dieciocho años y actúo como si tuviera diez…
- Sí una para dos. – Pidió Joseph mientras me abrazaba, el joven me miraba de forma extraña, Joseph pronto me apartó de ese lugar y nos colocamos los chalecos salvavidas.
- Gracias por… pedir solo una. – Agradecí mientras me montaba en el jet ski detrás de él y lo abrazaba por la cintura, su abdomen era perfecto, tenía todos los músculos del abdomen marcados.
- Es mas divertido así yo creo. – Afirmó mi novio y arrancó la jet ski, volábamos por las aguas por decirlo así, y todo ese miedo que tenía al agua se mezclaba con emoción, diversión y sentimiento de protección por parte de mi esposo, ambos reíamos y nos divertíamos.
Luego del jet ski, fuimos a bucear, esto me recordó a cuando estuve con Taylor y habíamos pasado un lindo día buceando, la infinidad de peces, corales, y moluscos era espectacular, tuve la oportunidad de nadar con delfines, la mejor experiencia, y también con tiburones, esa fue un poco mas excitante, no sentía ni un poco de miedo. Al acabar fuimos a recorrer la playa tomados de la mano, eran como las seis de la tarde, el sol se estaba ocultando. Caminando descalzos por la arena, yo con un vestido blanco que me había comprado ya que habíamos hecho algunas compras por la isla.
- Siempre soñé con esto… - Confesé.
- ¿Con qué?
- Con caminar de la mano con el amor de mi vida por la playa mientras el sol se está ocultando… - la brisa era deliciosa, movía mi cabellera negra y un poco el cabello de mi príncipe.
- Es el escenario perfecto de una película romántica… - Dijo sentándose en la arena, el agua casi llegaba pero no.
- Lo es… y aún así yo pensaba si algún día tendría la oportunidad… Joseph antes de que tu llegaras a mi vida todo era tan distinto… que bueno que llegaste a mi vida… - Confesé.
- ¿Crees que la mía era un jardín de rosas? – Preguntó mirando hacia el horizonte.- Era una pesadilla, tenía tantos miedos y culpas… siempre me culpé por la muerte de tus padres…y de los míos - Admitió.
- Pues… - Tomé mi cadena que guindaba de mi cuello, aquella que tenía aquella inscripción “Pase lo que pase siempre estaré contigo”. – Esta pequeña medallita me ha enseñado que, aunque mis padres estén en el cielo, y nunca los haya conocido, pues, ellos siempre han estado conmigo, en mi corazón… y en mí, soy parte de ellos y ellos de mí… no pasa ni un solo día que no piense en ellos, y… se que en donde quiera que estén están orgullosos de que estamos juntos, y de que tú hayas sido el chico que escogí para casarme, pese a todo lo que ha pasado, eres el único para mí. – Admití.
- Y tú la única para mí… - dijo al abrazarme.
- Te amo Joseph Jonas…
- Y yo te amo a ti… princesa Jonas… - dijo al acercarse a mi delicadamente y besar mis labios, con delicadeza y amor, ambos disfrutábamos del delicioso sabor del amor, yo lo abrazaba por el cuello y el a mí por la cintura, mi cabello se movía de lado a lado por el viento y vino una ola y nos empapó completos pero eso no nos detuvo, seguimos compartiendo nuestro beso, saboreando el sabor del cielo. Joseph me tomó en peso y se levantó, pronto corrió conmigo en brazos por todos lados y me soltó en la arena, ambos yacíamos acostados en la arena contando las estrellas, ya había anochecido, estábamos tomados de la mano, ambos acostados a de un mismo lado…
- Esto es lo más loco que he hecho… nos van a comer los cangrejos. – Dije y reí sin parar.
- Sí… pero, me encanta, amo pasar cada segundo de mi vida contigo, lo disfruto mas que cualquier otra cosa… - dijo al voltearse y colocarse encima de mí con cuidado de no aplastarme. - Gracias por casarte conmigo. – susurró en mi oído y beso mi mejilla.
- No me lo agradezcas… - susurré yo. – Haría lo que sea por no separarme jamás de mi pequeño pedazo de cielo… - susurré de nuevo. – ¿Recuerdas la canción que te escribí en inglés?
- Por supuesto… - respondió mientras se colocaba de nuevo como antes mirando hacia el cielo y las estrellas. En español iba así…-“Cada vez que me miras a los ojos es como si mi mundo se detuviera y cambiara a otra realidad, es como si este lugar fuera solo una sombra del verdadero paraíso, y cuando miro mi reflejo en el brillo de tus ojos, veo a la verdadera yo, el buen lado de mí, me veo sin miedo, sin armadura.”
- ¿No rima nada no es cierto? – Pregunté riéndome de mi misma.
- Creo que la rima no tiene importancia en esas preciosas palabras… - dijo y de nuevo captó mi atención colocándose de lado y haciéndome colocar frente a él. - ¿De verdad sientes todo eso cuando te miro a los ojos? – Preguntó clavando su mirada en la mía, derritiendo cada parte de mi cuerpo con su ojos miel que me llenaban de dulzura y ternura…
- Y un millón de cosas más… - confesé con mi mirada clavada en la suya, ¿Cómo alguien podía tenerte tan enamorada? ¿Con solo mirarte a los ojos encantarte y llenarte del privilegio de la ternura? Solo él, solo ese ser que amas.
- Cuando yo te veo a ti… mi cerebro deja de funcionar…- rió. - Solo mi corazón me guía… y es por eso que siempre quiero besarte… me vuelves loco…
- Y tú a mí… - respondí con decisión. – Dos afortunados locos, en el medio de la arena… - Ambos reímos sin remedio…paso un instante de risas y hubo un silencio de miedo.
- Te amo. – susurramos a la vez, y sin dejar de mirarnos nos hundimos en un dulce, delicioso, y beso, lleno de amor, pasión y ese algo de “no se que” al que le dicen magia.
Después de haber pasado las tres semanas mas felices de mi vida alrededor de Europa en los cuales conocí las más hermosas playas, la torre Eiffel, el museo del Louvre, el río Sena, la catedral la Madeleine...entre otros centros turísticos también en Madrid, volvimos a casa porque extrañábamos a nuestra familia, al llegar fuimos directamente a tramitar la adopción de Sarita, después de cierto papeleo, acabamos y fuimos a cenar, o bueno ella fue a cenar con nosotros. Sarita Jonas estaba tan feliz que no los agradecía cada día y nos llamaba papá y mamá. Joseph se vino a vivir conmigo y Sarita a la casa de al lado de sus padres, por otra parte Nicholas, Genesis, Andrea y Taylor planearon una boda juntos, ya que sin querer apartaron el mismo día para la boda, fue la boda doble mas hermosa de todo el mundo, en un castillo, dos princesas y dos príncipes, Nicholas y Andrea hablaron y quedaron en olvidar lo ocurrido y comenzar de nuevo, como amigos que ahora eran. Julie y Kevin adoptaron a un niño de los que Genesis junto a Nicholas ayudaban, y pues son muy felices cuidándolo y dándoles amor, Andrea está embarazada de un lobito, parece que es un varoncito, veremos que ocurre en el futuro, Genesis y Nicholas por ahora disfrutan de la música que ambos crean, tienen pensado adoptar un bebe pronto, pero no por ahora, quieren estar seguros, de cualquier manera ellos son los más jóvenes, por mi parte el mismo día de mi luna de miel, quedé embarazada del hombre de mis sueños… Julie en su consultorio me hizo un eco y confirmó lo que yo pensaba, tenían que pasar nueve meses como cualquier humana… recuerdo bien cuando se lo dije a Joseph… estábamos en nuestra habitación después de haber acostado a Sarita, yo veía por la ventana llovía.
- Sarita está muy agradecida con lo de la adopción. – Decía él. – Creo que hasta que ella no me dijo papá no había notado toda la responsabilidad que tenemos con ella… que bueno tenerte a ti como su hermosa madre.
- Sí… - Dije pérdida en mis pensamientos… ¿Cómo decírselo? ¿Lo tomaría bien? Pensaba yo en ese entonces.
- ¿Te pasa algo cielo? – Dijo al darse cuenta de mi rara actitud y levantarse para abrazarme. – Sabes que puedes confiar en mi amor... estos días haz estado distinta… ¿hice algo que te molestara?
- Hicimos...
- ¿Qué amor? – Dijo preocupado…
- Joseph…
- Dime princesa…
- Estoy embarazada… - Lo dije rápido casi no se entendía, pero él lo entendió. Él se quedó callado y se sentó en el sofá que estaba más cerca… parecía en shock…
- ¿Estás… segura? – Preguntó sin mirarme.
- Y no es un bebe… son dos, tengo tres meses Joseph… - Le solté. Él miraba al suelo, no lo podía creer. – Dí algo… - Le pedí, levantó la cabeza y tenía lagrimas en los ojos… yo estaba mas que asustada por su reacción, el se levantó y me tomó de las manos…
- ¿Dos bebes? – Preguntó en un susurro.
- Dos… - confesé…
- ¡SERÉ PADRE DE DOS BEBÉS! – Gritó. – NO PUEDO CREERLO, GRACIAS… - Decía al besar mis labios y cargarme para darme vueltas… el sonreía de dicha.
- Joseph… - Yo reía en sus brazos… - Cálmate…
- ¿Cómo quieres que me calme? – Me preguntaba… - Tendremos dos hermosos hijos que compartirán nuestros rasgos… podremos traer al mundo dos niños que serán el fruto de nuestro amor… yo… no puedo creerlo… - decía aun con una sonrisa de oreja a oreja. – Espera… - dijo bajándome de sus brazos. - ¿Es seguro que estés embarazada? ¿Como arreglaremos todo lo del parto y eso? No quiero que te pase nada amor, ante todo está tu salud… - decía preocupado al acariciarme la mejilla.
- Tranquilo Joe, Julie está monitoreando todo… ella no dejara que les pase nada a los niños y menos a mí… estaremos bien… la vida nos ha premiado. – Dije al besar sus labios una vez mas.
- Te amo princesa. – Susurró una vez mas en mi oído.
- Y yo a ti príncipe. – Susurré.
Ese fue otro de los días mas felices de mi vida, hoy en día mis hijos tienen ya tres años… Sarita tiene trece, es ya una adolescente, me llena de orgullo háberla traído a grande, con mis cuidados como madre y amiga, ella es una buena niña, y la mejor de su clase, tengo mis esperanzas en que será una gran mujer… Todo lo que me ha pasado me ha enseñado que nunca hay que rendirse, a veces parece que todo está arruinado, y que no hay nada mas que hacer, en ese momento es en el que debes pensar que siempre hay una luz, siempre hay una solución, y por mas pequeña que sea es una esperanza. Alrededor de mi historia también aprendí que, entre el amor y la venganza, por mas grande que sea el odio hacia ese ser que te ha hecho tanto daño, debes seguir a tu corazón, él te dirá que camino seguir, y casi siempre es el amor. En este camino lleno de obstáculos y tristezas también aprendimos a vivir amando y perdonando a los demás, también hay lugar para el arrepentimiento, no todos somos perfectos, a veces cometemos errores, pero si los enmendamos sinceramente, talvez nos ganemos el perdón de alguien, para vivir sin culpas, amando al prójimo, y haciendo todo lo posible para convivir de forma agradable en la cual todos pongan un grano de arenas para alcanzar y mantener esa felicidad que tanto anhelamos.
- Bueno ahora a dormir hija, mañana tienes escuela. – Dije al darle un beso en la mejilla a Sarita.
- Hasta mañana mamá… - Dijo sonriéndome y arropándose.
- Hasta mañana linda. Sueña con los angelitos. – Dije al salir de la habitación de Sarita, apagando la luz y cerrando la puerta.
Salí de allí a dirigirme al cuarto de mis dos gemelos, una niña y un niño… la niña llamada Tabatha Angelina, por la madre de Joseph y la mía, y el niño llamado Pedro Andrés, por mi abuelo y el padre de Joseph, ambos de cabello negro, y ojos entre miel y amarillo, una mezcla de Joseph y yo, cabello negro como el mío, mejillas rosadas como las de Joseph, eran los niños mas hermosos sobre la tierra, y no lo decía solo por su madre. Tenían tres años y como semi vampiros que eran, eran tan precoces como yo lo fui...ya hablaban y hasta caminaban e iban solos al baño… ya estaban en la edad de hacer travesuras por toda la casa, cosa que yo disfrutaba al igual que mi esposo.
- Ya Angelina, ya te conté el cuento dos veces ¿por qué no te duermes? – Preguntaba Joseph a nuestra hija mientras le hacía cosquillas.
- Ya papá… - reía la pequeña… - No tengo sueño… pon la tele. – Decía mi caprichosa y preciosa hija.
- Hermana la tele no… - Decía molesto Pedro Andrés. – Apaga la luz… mañana debemos ir a la escuela, además Sarita prometió enseñarme las tablas de multiplicar…
- ¿Y para que quieres saber eso? Sara también prometió llevarme a comer helados y jugar videojuegos todo el día después del colegio… - Refutaba Tabatha Angelina.
- Prometo que jugaremos todo lo que quieras mañana… ahora por favor hermana… deja a papá en paz… - Decía Pedro, Joseph reía, amábamos ver a esos dos discutiendo cosas así, eran tan iguales y tan diferentes a la vez.
- ¿Cómo están mis ángeles? – Entré a la habitación después de haber estado recostada de la puerta para verlos.
- Mami… - decían ambos al abrazarme.
- ¿No estaban discutiendo o sí? – Pregunté.
- No… de hecho ya íbamos a dormir mamá. – decía el maduro de Pedro.
- Mami si nos cuentas un cuento… papá ya no se sabe más…- Decía Tabatha.
- Les conté tres cuentos dos veces cada uno… - se defendía Joseph…
- Vamos Joe… contémosle una de nuestras tantas aventuras…- Dije al sentarme a un lado de la cama de Pedro.
- Sí mami, queremos oírla. – Dijeron a la vez como ocurría mucho con estos dos gemelitos.
- Un día, su padre y yo danzamos bajo la lluvia mientras cantábamos y cantábamos… - comencé…
- Su madre parecía un angelito bailando por aquí y por allá, pronto la tomé por la mano y nos montamos en el techo de una casa… - Contaba Joseph.
- Recorrimos todo el techo sin un rumbo fijo hasta que su padre me llevó hasta un árbol lleno de ramas de todos los tamaños y floreado…
- Nos montamos en el árbol y comenzamos a hablar y ocultarnos de la lluvia, reímos y reímos, hablamos de un millón de cosas…
- A la hora de bajarnos casi caigo… pero Joseph me sostuvo… y caí en los brazos de un príncipe…
- La princesa sonrió, logre lo que quería lograr… ver su sonrisa y deleitarme. – Concluyó Joseph…
- Esa es una buena historia sin contar en la que el príncipe lanzó a la princesa a un lago frío y oscuro después de cantarle canciones de amor… - yo reía…
- Ese fue el día que te pedí que te casaras conmigo… - recordó Joe feliz… - Una de las mejores noches de mi vida…
- Y el abuelo nos regañó por llegar tarde… - admití nostálgica y triste por recordarlo… los niños me miraban con curiosidad…
- Al abuelo les habría encantado conocerlos… ustedes no pensaban en nacer y él ya los amaba… - dijo Joseph al abrazarme y mirar a los niños…
- Ustedes son la princesa y el príncipe maaaas lindos de todo el mundo, dijo intentando cambiar el tema mi niña Angelina…
- ¿Ese era el fin? Cuéntennos mas… - pidió.
- No hay fin preciosa… nunca acaba… prometo mañana contarte mucho mas… pero ahora a dormir. – prometí.
- Está bien. – Dijo a regañadientes…
- Perfecto le hacen caso a mamá y no a papá… - murmuró Joseph yo reí.
- Vamos Joseph… los consientes demasiado… - dije a darle un beso en la mejilla a cada uno al igual que Joe, los arropamos y apagamos la luz… llovía como aquel día, así que Joseph me guiñó el ojo…
- ¿Recordamos viejos tiempos?
- Vamos antes de que me arrepienta… - dije riendo al salir sigilosamente al jardín y bailar bajo la lluvia junto a mi esposo…
- Han pasado casi cuatro años y el amor sigue igual. – dijo al tomarme de la mano e ir al techo para por último dirigirnos a aquel árbol en el cual nos habíamos divertido tanto esa vez… era perfecto para hablar. Ya era mas fácil sentarme en ese árbol, lo gracioso era que con los años Joseph no había cambiado era el mismo hermoso y lindo chico que me salvó la vida tantas veces.
- Sí… todo está intacto… aunque creo que nos unen mas cosas… y eso es bueno… - confesé.
- Oye… - dijo abrazándome mientras oíamos las gotas de lluvia cayendo en el suelo y disfrutábamos del viento y el olor a tierra mojada que extrañamente era delicioso.
- ¿Sí…?
- ¿Crees en el destino…?
- No… no lo se… - dije al fin…
- Yo antes no creía pero… yo se que Dios nos unió para que fuéramos felices… y lo planeó desde el preciso momento en el cual Fernando se topó con tu madre… talvez suene cruel pero… quizás… todo tuvo que pasar para esto… para que ahora nosotros fuéramos felices y nos amáramos de esta manera… - dijo mirando a la nada con sus ojos que estaban mas hermosos que de costumbre.
- Sí todo es como tú dices… creo que estoy agradecida… no se que nos guarde el destino pero… si estamos juntos, estoy dispuesta a luchar contra todo y todos… hasta que la eternidad acabe… - ambos reímos ante esto.
- La eternidad no acaba…
- He ahí mi punto… - reí.
- Gracias por hacerme feliz y darme una maravillosa familia… eres, entre todas, la más hermosa, fuerte e inteligente chica… estoy bendecido.
- Estamos bendecidos… Gracias a ti por haberme salvado la vida tantas veces y por ser quien eres…
- Te amo. – Murmuramos a la vez y reímos… besé su mejilla y me aferré mas a él que me abrazaba por la espalda.
- Hasta el final de la eternidad…- comenzó él…
- Y más allá… - concluí con una sonrisa en mi rostro abrazada a mi esposo, protegida y amada para siempre, con una familia hermosa, y un futuro lleno de inesperadas sorpresas y metas, que esperaba lograr y superar junto a mi familia y mis mejores amigos... Lo que la eternidad y el destino me guardaba sería “pan comido…”
FIN
___________________________________________
CAPÍTULO FINAL “ENTRE EL AMOR Y LA VENGANZA” ÚLTIMA PARTE
- París, Francia. Madrid, España. – Murmuró el señor Paúl.
- Pasajes y hoteles pagados por cuanto tiempo quieran quedarse. – Dijo la señora Denisse.
- Nosotros cuidaremos de Sarita. – dijo el señor Paúl.
- Wow… - estaba asombrada no podía creerlo. – ¿Ustedes si que tienen todo planeado no es así?
- Sí… Ahora es hora de que se vayan…. – Dijeron a la vez mis suegros.
- ¿Qué? ¿Sin equipaje?
- Yo lo quise así… ¿mas romántico no? Compraremos todo lo que necesites allá… solo te daré cinco minutos para que te quites ese vestido que se ve de veras incómodo… mamá te dará algo que ponerte. Te espero en la limo. – Dijo Joseph sin más…
- ¿Qué? – Era todo lo que yo repetía… pero es que no tenía más que decir… estaba emocionada… ¿Europa? Wow, es todo lo que siempre soñé, el abuelo había tenido la oportunidad de ir allá con la abuela, y me había contado tantas cosas… yo no podía esperar…
Fui con la señora Denisse a una habitación del salón a cambiarme, me coloqué un vestido blanco pero era mas arriba de la rodilla, con una cinta mas debajo de los pechos, amoldaba el cuerpo muy bien, me quede con los zapatos que tenía puestos ya que me pegaban y no me quite el peinado ni el maquillaje, no tenía tiempo.
- Te ves preciosa hija, los extrañaremos, cuídense mucho. – Se despedía de mi Denisse.
- Gracias por este regalo, la verdad es asombroso… - Agradecía yo al abrazarla.
- Pásenla bien. – decía el señor Jonas al abrazarnos a Joseph y a mí.
- Cuídense mucho… - Decía Sarita. – Cuando vuelvan ustedes serán oficialmente mi papá y mi mamá. – Al decir esto Joseph y yo nos agachamos y la abrazamos.
- Te queremos hija.
- Y yo a ustedes… - Decía Sarita en lágrimas.
Pronto nos despedimos y tomamos la limo que nos llevó al aeropuerto, donde en vez de tomar un avión comercial, Joseph había alquilado una avioneta privada, yo estaba mas que asombrada, nunca antes me había montado en un avión.
- No pedí una azafata porque pensé que no hacía falta. – Me dijo Joseph.
- Tranquilo, está bien. – susurré. – Esto es asombroso. – Dije mirando por la ventana. – Un día el abuelo me habló de Europa, y París y todo, pero nunca pensé en que vendría de verdad… y contigo. – Fui sincera. Él me abrazaba y me acariciaba el cabello.
- Casarme contigo ha sido lo mejor que me ha pasado… cuando no llegabas a la iglesia te juro que casi muero…. Estaba tan nervioso… no podía creer que esto era real ¿sabes? ¿Tienes idea de todo lo que hemos pasado? Esto es casi un sueño princesa. – decía abrazándome aún.
- La vida nos ha premiado…
- Le doy gracias a Dios.
El vuelo fue bastante tranquilo y llegamos a salvo, después de llevar a aquella isla llamada Córcega, tomamos un Taxi que nos llevó a un hotel cinco estrellas precioso, era de noche allá, y se supone que en América sería de día, era raro pero ya no estaba cansada, todo esto me emocionaba muchísimo, era algo totalmente loco, y soñado, el cielo estaba lleno de estrellas y todo en mi mundo se veía demasiado real.
- Aquí está su tarjeta, señor Jonas, disfrute su estancia aquí. – Le dijo el recepcionista al entregarle la tarjeta a Joseph, nos montamos en el ascensor, y me sentía rara, es decir ni siquiera teníamos equipaje…
- ¿Qué piso? – Pregunté.
- El último, es la suite presidencial señora Jonas. – me avisó mi esposo, yo lo marqué.
- Bien… - Respondí… ¿Cómo pude pensar en otra habitación? ¿Es mi príncipe no? Siempre busca lo más caro y lujoso…
- Tranquila princesa, en París iremos a la casa de Denisse, los hoteles no son algo que me guste demasiado… y la casa de Denisse y Paúl de París es preciosa. – Dijo como que si estar hospedada en una isla de Francia en uno hotel cinco estrellas en la suite presidencial era algo malo…
- Claro… - Pronto llegamos a la habitación y antes de introducir la tarjeta reímos. Sabíamos lo que pasaría…
- Adelante señora Jonas. – Dijo al abrirme la puerta.
- Gracias… señor Jonas. – Respondí.
Entramos y la suite era como decir un apartamento, alfombras beige, y papel tapizado, lámparas lujosas y aire acondicionado, una mesa de comedor llena de frutas y una botella de champagne con dos copas esperándonos, habían ramos de flores por todos lados, y pétalos de rosa encima de la cama formando un corazón…
- Que romántico… - Fue lo que pude decir…
- Sí…- Respondió él con algunas cosas en las manos, cartera, llaves y cosas…
- Silencio Incómodo… - Murmuré más para mí que para él…
- ¿Estás feliz? – Preguntó al acercarse a mí. – Digo… ¿Te gusta el lugar?
- Es hermoso… - Dije al acercarme yo a él. – Y estoy feliz… - Dije al acariciar su mejilla y sonreír.
- Yo lo estoy mas… - dijo al acercar sus labios a los míos y tomarme por la cintura, al principio un beso simple como los demás, pero después todo se tornó mas pasional y salvaje me besaba como nunca lo había hecho y yo igual, el comenzó a besar mi cuello y desabrochar mi vestido. - ¿Puedo perder el control? – Preguntó mientras iba bajando el cierre de mi vestido… y besaba mi cuello, yo no respondí, solo lo atraje a mí halándolo por la corbata y ambos caímos en la cama, el me siguió besando y sin darme cuenta yo no tenía vestido, y el no tenía camisa, su cuerpo bien moldeado estaba frente a mí yo no podía creer que estaba sucediendo, él era todo mío, me pertenecía… y, éramos esposos… me besaba los hombros y cuando me veía a los ojos besaba mis labios… - Eres… la mujer mas hermosa sobre la tierra… - Susurró entre besos, su aroma era indescriptible, era mágico, yo estaba un poco nerviosa pero sentía una emoción que me venía del alma… -Esta también es mi primera vez… - susurró tímido entre besos… - Así que no tengas miedo, solo dime si quieres que pase… - me preguntó entre besos….
- Puedes perder el control Joe, quiero que lo hagas… - dije al colocarme esta vez yo encima de él… - Una vez me dijiste que yo te pertenecía… pues dejemos que...
- Una vez me dijiste que yo te pertenecía… pues dejemos que las palabras se hagan realidad…- dije al dirigirme a su cuello y posar mis colmillos allí… pero no lo mordí, lo besé como solo una vampira puede hacerlo, con pasión, y ese poco de frenesí que envolvía nuestros sentidos, él besaba mi cuello y acariciaba mi espalda… disfrutaba cada segundo de todo mi cuerpo, haciendo lo que por mucho habíamos deseado y poco a poco me hacía suya por siempre y para siempre.
A la mañana siguiente ambos estábamos dormidos superficialmente, me levante con cuidado de no levantarlo pero era inútil, tomé una cobija blanca y me envolví en ella, no quería que me viera así… el sol brillaba y se colaba por la ventana, pero a diferencia de todas las mañanas anteriores, era una mujer con todo lo que significa, mi esposo estaba sentado recostado al copete de la cama mirándome travieso, sus ojos brillaban por la luz del sol al igual que su piel, era sin ninguna duda, el hombre mas hermoso de esta tierra.
- Bueno días princesa. – Comenzó él…
- Buenos días… - Dije al tomar una toalla y abrir la puerta del baño…
- Ayer fue… la mejor noche de toda mi vida… - Decía él sonriéndome.
- Creo que si nos salimos de control…- Fui sincera… pasaron unos instantes.
- Te amo princesa… te amo como a nadie. – Yo sonreí asintiendo. – Solo quería recordártelo… - Se levantó de la cama completamente desnudo…
- Joseph…- Le reclamé tapándome la cara con la toalla.
– Voy a darme un baño…
- Te acompaño… - Dijo sin más… yo creí que era una broma… ¿Broma? Me empujó con todo y cobija a la ducha y ambos nos mojamos enteros, yo solo reía sin parar…
- Te amo tonto travieso… - Dije al besar sus labios y olvidarme de todo para comenzar de nuevo a perder el control...
- ¿Y a donde quieres ir hoy? Playa, piscina, Yate, motos de agua… - Preguntaba mi esposo mientras se despeinaba un poco el cabello frente al espejo del ascensor, Joseph tenía unos shorts negros por la rodilla, unas sandalias, y una franela blanca con estampado de alguna marca. Yo tenía un traje de baño rosado con un vestido de flores corto más arriba de la rodilla, y unas cholas, todo de la misma tienda del hotel.
- No se amor, a donde tu quieras…
- Hoy es tú decisión preciosa… - Dijo al salir del ascensor y tomarme de la mano.
- Joe… - Lo llamé. – ¿Seguro que esta crema de Denisse funciona? Hace mucho sol afuera…
- Claro princesa… vamos… - Dijo tomándome de la mano y saliendo del hotel, llegamos a una playa preciosa, de arenas blancas, y un mar azul como el cielo y cristalino como el agua, habían varias camas con sábanas blancas y techitos, y también sillas de extensión del mismo modelo… pero tomar sol no era lo que buscábamos… en la playa no había demasiada gente solo unos pocos…
- Que hermosa playa… - Confesé.
- Vamos al jet ski. – Me pidió y me tomó de la mano… ambos caminamos hasta donde estaba un joven con varias motos de agua.
- ¿Cuántas quiere? – Preguntó el joven moreno. - ¿Dos?
- O… una para los dos… es que… - ¿Qué iba a decir? Aún le temo un poco al agua ya saben… estoy casada, tengo dieciocho años y actúo como si tuviera diez…
- Sí una para dos. – Pidió Joseph mientras me abrazaba, el joven me miraba de forma extraña, Joseph pronto me apartó de ese lugar y nos colocamos los chalecos salvavidas.
- Gracias por… pedir solo una. – Agradecí mientras me montaba en el jet ski detrás de él y lo abrazaba por la cintura, su abdomen era perfecto, tenía todos los músculos del abdomen marcados.
- Es mas divertido así yo creo. – Afirmó mi novio y arrancó la jet ski, volábamos por las aguas por decirlo así, y todo ese miedo que tenía al agua se mezclaba con emoción, diversión y sentimiento de protección por parte de mi esposo, ambos reíamos y nos divertíamos.
Luego del jet ski, fuimos a bucear, esto me recordó a cuando estuve con Taylor y habíamos pasado un lindo día buceando, la infinidad de peces, corales, y moluscos era espectacular, tuve la oportunidad de nadar con delfines, la mejor experiencia, y también con tiburones, esa fue un poco mas excitante, no sentía ni un poco de miedo. Al acabar fuimos a recorrer la playa tomados de la mano, eran como las seis de la tarde, el sol se estaba ocultando. Caminando descalzos por la arena, yo con un vestido blanco que me había comprado ya que habíamos hecho algunas compras por la isla.
- Siempre soñé con esto… - Confesé.
- ¿Con qué?
- Con caminar de la mano con el amor de mi vida por la playa mientras el sol se está ocultando… - la brisa era deliciosa, movía mi cabellera negra y un poco el cabello de mi príncipe.
- Es el escenario perfecto de una película romántica… - Dijo sentándose en la arena, el agua casi llegaba pero no.
- Lo es… y aún así yo pensaba si algún día tendría la oportunidad… Joseph antes de que tu llegaras a mi vida todo era tan distinto… que bueno que llegaste a mi vida… - Confesé.
- ¿Crees que la mía era un jardín de rosas? – Preguntó mirando hacia el horizonte.- Era una pesadilla, tenía tantos miedos y culpas… siempre me culpé por la muerte de tus padres…y de los míos - Admitió.
- Pues… - Tomé mi cadena que guindaba de mi cuello, aquella que tenía aquella inscripción “Pase lo que pase siempre estaré contigo”. – Esta pequeña medallita me ha enseñado que, aunque mis padres estén en el cielo, y nunca los haya conocido, pues, ellos siempre han estado conmigo, en mi corazón… y en mí, soy parte de ellos y ellos de mí… no pasa ni un solo día que no piense en ellos, y… se que en donde quiera que estén están orgullosos de que estamos juntos, y de que tú hayas sido el chico que escogí para casarme, pese a todo lo que ha pasado, eres el único para mí. – Admití.
- Y tú la única para mí… - dijo al abrazarme.
- Te amo Joseph Jonas…
- Y yo te amo a ti… princesa Jonas… - dijo al acercarse a mi delicadamente y besar mis labios, con delicadeza y amor, ambos disfrutábamos del delicioso sabor del amor, yo lo abrazaba por el cuello y el a mí por la cintura, mi cabello se movía de lado a lado por el viento y vino una ola y nos empapó completos pero eso no nos detuvo, seguimos compartiendo nuestro beso, saboreando el sabor del cielo. Joseph me tomó en peso y se levantó, pronto corrió conmigo en brazos por todos lados y me soltó en la arena, ambos yacíamos acostados en la arena contando las estrellas, ya había anochecido, estábamos tomados de la mano, ambos acostados a de un mismo lado…
- Esto es lo más loco que he hecho… nos van a comer los cangrejos. – Dije y reí sin parar.
- Sí… pero, me encanta, amo pasar cada segundo de mi vida contigo, lo disfruto mas que cualquier otra cosa… - dijo al voltearse y colocarse encima de mí con cuidado de no aplastarme. - Gracias por casarte conmigo. – susurró en mi oído y beso mi mejilla.
- No me lo agradezcas… - susurré yo. – Haría lo que sea por no separarme jamás de mi pequeño pedazo de cielo… - susurré de nuevo. – ¿Recuerdas la canción que te escribí en inglés?
- Por supuesto… - respondió mientras se colocaba de nuevo como antes mirando hacia el cielo y las estrellas. En español iba así…-“Cada vez que me miras a los ojos es como si mi mundo se detuviera y cambiara a otra realidad, es como si este lugar fuera solo una sombra del verdadero paraíso, y cuando miro mi reflejo en el brillo de tus ojos, veo a la verdadera yo, el buen lado de mí, me veo sin miedo, sin armadura.”
- ¿No rima nada no es cierto? – Pregunté riéndome de mi misma.
- Creo que la rima no tiene importancia en esas preciosas palabras… - dijo y de nuevo captó mi atención colocándose de lado y haciéndome colocar frente a él. - ¿De verdad sientes todo eso cuando te miro a los ojos? – Preguntó clavando su mirada en la mía, derritiendo cada parte de mi cuerpo con su ojos miel que me llenaban de dulzura y ternura…
- Y un millón de cosas más… - confesé con mi mirada clavada en la suya, ¿Cómo alguien podía tenerte tan enamorada? ¿Con solo mirarte a los ojos encantarte y llenarte del privilegio de la ternura? Solo él, solo ese ser que amas.
- Cuando yo te veo a ti… mi cerebro deja de funcionar…- rió. - Solo mi corazón me guía… y es por eso que siempre quiero besarte… me vuelves loco…
- Y tú a mí… - respondí con decisión. – Dos afortunados locos, en el medio de la arena… - Ambos reímos sin remedio…paso un instante de risas y hubo un silencio de miedo.
- Te amo. – susurramos a la vez, y sin dejar de mirarnos nos hundimos en un dulce, delicioso, y beso, lleno de amor, pasión y ese algo de “no se que” al que le dicen magia.
Después de haber pasado las tres semanas mas felices de mi vida alrededor de Europa en los cuales conocí las más hermosas playas, la torre Eiffel, el museo del Louvre, el río Sena, la catedral la Madeleine...entre otros centros turísticos también en Madrid, volvimos a casa porque extrañábamos a nuestra familia, al llegar fuimos directamente a tramitar la adopción de Sarita, después de cierto papeleo, acabamos y fuimos a cenar, o bueno ella fue a cenar con nosotros. Sarita Jonas estaba tan feliz que no los agradecía cada día y nos llamaba papá y mamá. Joseph se vino a vivir conmigo y Sarita a la casa de al lado de sus padres, por otra parte Nicholas, Genesis, Andrea y Taylor planearon una boda juntos, ya que sin querer apartaron el mismo día para la boda, fue la boda doble mas hermosa de todo el mundo, en un castillo, dos princesas y dos príncipes, Nicholas y Andrea hablaron y quedaron en olvidar lo ocurrido y comenzar de nuevo, como amigos que ahora eran. Julie y Kevin adoptaron a un niño de los que Genesis junto a Nicholas ayudaban, y pues son muy felices cuidándolo y dándoles amor, Andrea está embarazada de un lobito, parece que es un varoncito, veremos que ocurre en el futuro, Genesis y Nicholas por ahora disfrutan de la música que ambos crean, tienen pensado adoptar un bebe pronto, pero no por ahora, quieren estar seguros, de cualquier manera ellos son los más jóvenes, por mi parte el mismo día de mi luna de miel, quedé embarazada del hombre de mis sueños… Julie en su consultorio me hizo un eco y confirmó lo que yo pensaba, tenían que pasar nueve meses como cualquier humana… recuerdo bien cuando se lo dije a Joseph… estábamos en nuestra habitación después de haber acostado a Sarita, yo veía por la ventana llovía.
- Sarita está muy agradecida con lo de la adopción. – Decía él. – Creo que hasta que ella no me dijo papá no había notado toda la responsabilidad que tenemos con ella… que bueno tenerte a ti como su hermosa madre.
- Sí… - Dije pérdida en mis pensamientos… ¿Cómo decírselo? ¿Lo tomaría bien? Pensaba yo en ese entonces.
- ¿Te pasa algo cielo? – Dijo al darse cuenta de mi rara actitud y levantarse para abrazarme. – Sabes que puedes confiar en mi amor... estos días haz estado distinta… ¿hice algo que te molestara?
- Hicimos...
- ¿Qué amor? – Dijo preocupado…
- Joseph…
- Dime princesa…
- Estoy embarazada… - Lo dije rápido casi no se entendía, pero él lo entendió. Él se quedó callado y se sentó en el sofá que estaba más cerca… parecía en shock…
- ¿Estás… segura? – Preguntó sin mirarme.
- Y no es un bebe… son dos, tengo tres meses Joseph… - Le solté. Él miraba al suelo, no lo podía creer. – Dí algo… - Le pedí, levantó la cabeza y tenía lagrimas en los ojos… yo estaba mas que asustada por su reacción, el se levantó y me tomó de las manos…
- ¿Dos bebes? – Preguntó en un susurro.
- Dos… - confesé…
- ¡SERÉ PADRE DE DOS BEBÉS! – Gritó. – NO PUEDO CREERLO, GRACIAS… - Decía al besar mis labios y cargarme para darme vueltas… el sonreía de dicha.
- Joseph… - Yo reía en sus brazos… - Cálmate…
- ¿Cómo quieres que me calme? – Me preguntaba… - Tendremos dos hermosos hijos que compartirán nuestros rasgos… podremos traer al mundo dos niños que serán el fruto de nuestro amor… yo… no puedo creerlo… - decía aun con una sonrisa de oreja a oreja. – Espera… - dijo bajándome de sus brazos. - ¿Es seguro que estés embarazada? ¿Como arreglaremos todo lo del parto y eso? No quiero que te pase nada amor, ante todo está tu salud… - decía preocupado al acariciarme la mejilla.
- Tranquilo Joe, Julie está monitoreando todo… ella no dejara que les pase nada a los niños y menos a mí… estaremos bien… la vida nos ha premiado. – Dije al besar sus labios una vez mas.
- Te amo princesa. – Susurró una vez mas en mi oído.
- Y yo a ti príncipe. – Susurré.
Ese fue otro de los días mas felices de mi vida, hoy en día mis hijos tienen ya tres años… Sarita tiene trece, es ya una adolescente, me llena de orgullo háberla traído a grande, con mis cuidados como madre y amiga, ella es una buena niña, y la mejor de su clase, tengo mis esperanzas en que será una gran mujer… Todo lo que me ha pasado me ha enseñado que nunca hay que rendirse, a veces parece que todo está arruinado, y que no hay nada mas que hacer, en ese momento es en el que debes pensar que siempre hay una luz, siempre hay una solución, y por mas pequeña que sea es una esperanza. Alrededor de mi historia también aprendí que, entre el amor y la venganza, por mas grande que sea el odio hacia ese ser que te ha hecho tanto daño, debes seguir a tu corazón, él te dirá que camino seguir, y casi siempre es el amor. En este camino lleno de obstáculos y tristezas también aprendimos a vivir amando y perdonando a los demás, también hay lugar para el arrepentimiento, no todos somos perfectos, a veces cometemos errores, pero si los enmendamos sinceramente, talvez nos ganemos el perdón de alguien, para vivir sin culpas, amando al prójimo, y haciendo todo lo posible para convivir de forma agradable en la cual todos pongan un grano de arenas para alcanzar y mantener esa felicidad que tanto anhelamos.
- Bueno ahora a dormir hija, mañana tienes escuela. – Dije al darle un beso en la mejilla a Sarita.
- Hasta mañana mamá… - Dijo sonriéndome y arropándose.
- Hasta mañana linda. Sueña con los angelitos. – Dije al salir de la habitación de Sarita, apagando la luz y cerrando la puerta.
Salí de allí a dirigirme al cuarto de mis dos gemelos, una niña y un niño… la niña llamada Tabatha Angelina, por la madre de Joseph y la mía, y el niño llamado Pedro Andrés, por mi abuelo y el padre de Joseph, ambos de cabello negro, y ojos entre miel y amarillo, una mezcla de Joseph y yo, cabello negro como el mío, mejillas rosadas como las de Joseph, eran los niños mas hermosos sobre la tierra, y no lo decía solo por su madre. Tenían tres años y como semi vampiros que eran, eran tan precoces como yo lo fui...ya hablaban y hasta caminaban e iban solos al baño… ya estaban en la edad de hacer travesuras por toda la casa, cosa que yo disfrutaba al igual que mi esposo.
- Ya Angelina, ya te conté el cuento dos veces ¿por qué no te duermes? – Preguntaba Joseph a nuestra hija mientras le hacía cosquillas.
- Ya papá… - reía la pequeña… - No tengo sueño… pon la tele. – Decía mi caprichosa y preciosa hija.
- Hermana la tele no… - Decía molesto Pedro Andrés. – Apaga la luz… mañana debemos ir a la escuela, además Sarita prometió enseñarme las tablas de multiplicar…
- ¿Y para que quieres saber eso? Sara también prometió llevarme a comer helados y jugar videojuegos todo el día después del colegio… - Refutaba Tabatha Angelina.
- Prometo que jugaremos todo lo que quieras mañana… ahora por favor hermana… deja a papá en paz… - Decía Pedro, Joseph reía, amábamos ver a esos dos discutiendo cosas así, eran tan iguales y tan diferentes a la vez.
- ¿Cómo están mis ángeles? – Entré a la habitación después de haber estado recostada de la puerta para verlos.
- Mami… - decían ambos al abrazarme.
- ¿No estaban discutiendo o sí? – Pregunté.
- No… de hecho ya íbamos a dormir mamá. – decía el maduro de Pedro.
- Mami si nos cuentas un cuento… papá ya no se sabe más…- Decía Tabatha.
- Les conté tres cuentos dos veces cada uno… - se defendía Joseph…
- Vamos Joe… contémosle una de nuestras tantas aventuras…- Dije al sentarme a un lado de la cama de Pedro.
- Sí mami, queremos oírla. – Dijeron a la vez como ocurría mucho con estos dos gemelitos.
- Un día, su padre y yo danzamos bajo la lluvia mientras cantábamos y cantábamos… - comencé…
- Su madre parecía un angelito bailando por aquí y por allá, pronto la tomé por la mano y nos montamos en el techo de una casa… - Contaba Joseph.
- Recorrimos todo el techo sin un rumbo fijo hasta que su padre me llevó hasta un árbol lleno de ramas de todos los tamaños y floreado…
- Nos montamos en el árbol y comenzamos a hablar y ocultarnos de la lluvia, reímos y reímos, hablamos de un millón de cosas…
- A la hora de bajarnos casi caigo… pero Joseph me sostuvo… y caí en los brazos de un príncipe…
- La princesa sonrió, logre lo que quería lograr… ver su sonrisa y deleitarme. – Concluyó Joseph…
- Esa es una buena historia sin contar en la que el príncipe lanzó a la princesa a un lago frío y oscuro después de cantarle canciones de amor… - yo reía…
- Ese fue el día que te pedí que te casaras conmigo… - recordó Joe feliz… - Una de las mejores noches de mi vida…
- Y el abuelo nos regañó por llegar tarde… - admití nostálgica y triste por recordarlo… los niños me miraban con curiosidad…
- Al abuelo les habría encantado conocerlos… ustedes no pensaban en nacer y él ya los amaba… - dijo Joseph al abrazarme y mirar a los niños…
- Ustedes son la princesa y el príncipe maaaas lindos de todo el mundo, dijo intentando cambiar el tema mi niña Angelina…
- ¿Ese era el fin? Cuéntennos mas… - pidió.
- No hay fin preciosa… nunca acaba… prometo mañana contarte mucho mas… pero ahora a dormir. – prometí.
- Está bien. – Dijo a regañadientes…
- Perfecto le hacen caso a mamá y no a papá… - murmuró Joseph yo reí.
- Vamos Joseph… los consientes demasiado… - dije a darle un beso en la mejilla a cada uno al igual que Joe, los arropamos y apagamos la luz… llovía como aquel día, así que Joseph me guiñó el ojo…
- ¿Recordamos viejos tiempos?
- Vamos antes de que me arrepienta… - dije riendo al salir sigilosamente al jardín y bailar bajo la lluvia junto a mi esposo…
- Han pasado casi cuatro años y el amor sigue igual. – dijo al tomarme de la mano e ir al techo para por último dirigirnos a aquel árbol en el cual nos habíamos divertido tanto esa vez… era perfecto para hablar. Ya era mas fácil sentarme en ese árbol, lo gracioso era que con los años Joseph no había cambiado era el mismo hermoso y lindo chico que me salvó la vida tantas veces.
- Sí… todo está intacto… aunque creo que nos unen mas cosas… y eso es bueno… - confesé.
- Oye… - dijo abrazándome mientras oíamos las gotas de lluvia cayendo en el suelo y disfrutábamos del viento y el olor a tierra mojada que extrañamente era delicioso.
- ¿Sí…?
- ¿Crees en el destino…?
- No… no lo se… - dije al fin…
- Yo antes no creía pero… yo se que Dios nos unió para que fuéramos felices… y lo planeó desde el preciso momento en el cual Fernando se topó con tu madre… talvez suene cruel pero… quizás… todo tuvo que pasar para esto… para que ahora nosotros fuéramos felices y nos amáramos de esta manera… - dijo mirando a la nada con sus ojos que estaban mas hermosos que de costumbre.
- Sí todo es como tú dices… creo que estoy agradecida… no se que nos guarde el destino pero… si estamos juntos, estoy dispuesta a luchar contra todo y todos… hasta que la eternidad acabe… - ambos reímos ante esto.
- La eternidad no acaba…
- He ahí mi punto… - reí.
- Gracias por hacerme feliz y darme una maravillosa familia… eres, entre todas, la más hermosa, fuerte e inteligente chica… estoy bendecido.
- Estamos bendecidos… Gracias a ti por haberme salvado la vida tantas veces y por ser quien eres…
- Te amo. – Murmuramos a la vez y reímos… besé su mejilla y me aferré mas a él que me abrazaba por la espalda.
- Hasta el final de la eternidad…- comenzó él…
- Y más allá… - concluí con una sonrisa en mi rostro abrazada a mi esposo, protegida y amada para siempre, con una familia hermosa, y un futuro lleno de inesperadas sorpresas y metas, que esperaba lograr y superar junto a mi familia y mis mejores amigos... Lo que la eternidad y el destino me guardaba sería “pan comido…”
FIN
alemorales
Re: "Entre el Amor y la Venganza" (Joe y Tu)
:( :( :( :crybaby: :crybaby: :crybaby: :crybaby:
que hermoso finallll :crybaby: :crybaby: :crybaby:
que hermoso finallll :crybaby: :crybaby: :crybaby:
Ailu_Nailen
Re: "Entre el Amor y la Venganza" (Joe y Tu)
:sad: ya se termino??!!!!
a tuve 3 hijos
weno 2
y saritha!!!!
a mis gemolos hermosos
y igual ke joe!!!! :arre:
weno te veo en la otra nove!!!! :afro:
lindo final!!!!!!!!!!!!!
By:AlEe...!!!
a tuve 3 hijos
weno 2
y saritha!!!!
a mis gemolos hermosos
y igual ke joe!!!! :arre:
weno te veo en la otra nove!!!! :afro:
lindo final!!!!!!!!!!!!!
By:AlEe...!!!
Invitado
Invitado
Re: "Entre el Amor y la Venganza" (Joe y Tu)
PRECIOSO FINAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAL.
ME ENCANTÓ TU NOVE.
ME ENCANTÓ TU NOVE.
{@idrunkniall.}
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