"Cambiaste mi crudo invierno"

<<<<<<<<<<<<<<<<>>>>>>>>>>>>>>>>>

-Judith, ¿podrías mostrarles sus habitaciones a nuestros invitados? –dijo el abuelo a Judith, quien se encontraba a tan solo unos metros.
-¡Claro señor!... síganme por favor –respondió Judith.
Cuando los invitados se fueron:
-Espero tolerancia y respeto de parte de los dos. –Advirtió el abuelo.
-Está bien abuelo –dije
-No prometo nada. –Respondió Skandar.
-¡Skandar!... hablo enserio –aclaro Albert.
-Ya, está bien. –dijo Skandar.
-Bueno… los veré en la comida –se despido nuestro abuelo, para después retirarse.
-No te preocupes por si te hartan… solo dices al abuelo un: “Lo siento, juro que trate, pero no pude” –aconsejo Skandar.
-Ok, gracias –conteste riendo.
-Vamos –dijo señalándome con la cabeza hacia las escaleras.

Horas después… ya en la comida…

-¿Y qué tal su estadía aquí muchachos? –Pregunto el abuelo a los Hudson.
-Nos está resultando perfecta, ¿no es así chicos? –dijo Maxwell interrogando a su primo y hermana.
-Si Max, tienes razón –respondió Karyme.
-Es cierto… las habitaciones y el ambiente son demasiado cómodos –comentó Arthur.
-A todo esto, me preguntaba si mañana por la tarde, ¿no les gustaría recorrer los alrededores? –interrogo el abuelo.
-Me fascinaría –dijo Karyme.
-Me parece una excelente idea –manifestó Arthur.
-¿Y a ti Maxwell? –cuestiono el abuelo.
-Yo estoy un poco cansado, me gustaría quedarme. Aunque, tal vez pasado mañana haga ese estupendo recorrido, creo que recuerdo el camino –contesto Maxwell.
-Bien. Skandar, Miranda… ¿ustedes harían el recorrido a nuestros invitados? –quiso saber Albert.
-¡Claro! –respondí amable.
-Siempre y cuando no vaya Maxwell, todo perfecto –dijo Skandar.
-¡Skandar!, ya habíamos hablado de esto. –se interpuso Albert.
-Lo siento. Es decir ¡por supuesto! –dijo Skandar con algo de ironía en su tono de voz.
Al terminar de comer, los Hudson se fueron y Albert también… solo quedamos Skandar y yo.
-¡Odio a ese estúpido! –exclamo Skandar molesto, haciendo referencia a Maxwell.
-Ignóralo y ya. Además, no ira al paseo con nosotros… ¡alégrate! –trate de alentarlo.
-Es cierto. Al menos se quedara aquí, porque “está muy cansado”, ¡pobrecito! –dijo Skandar con sarcasmo.
-Jajajaja… Pues, hay que agradecer al cansancio. ¿Te veo al rato? –me despedí.
-Bien –respondió Skandar.
Iba con camino hacia el jardín… no sé por qué pero tenía ganas de estar ahí, desde la fiesta de disfraces que no pongo un solo pie. Cuando de pronto, el abuelo me llama desde su despacho, me adentre en el.
-¿Si abuelo? –interrogue.
-Miranda, me gustaría pedirte un favor. Me preocupa la relación que mantienen Maxwell y Skandar… No sé si me entiendas, pero me gustaría que hablaras con Maxwell, es un buen chico… no es irritante como estoy seguro Skandar te habrá dicho –explico.
-Abuelo… no te entiendo –manifesté mi desconcierto.
-Me gustaría que en vez de ir al paseo, te quedaras a hacer compañía a Maxwell… es todo –aclaro Albert.
-Está bien abuelo… eso hare. Por ahora, solo quiero descansar –dije
-Gracias Miranda –hablo el abuelo.
A la mañana siguiente, después de dar un leve recorrido por toda la casa, como normalmente era mi costumbre y, después de platicar un poco con Maggie subí a mi habitación, yo verdaderamente quería ir al paseo… Pero, bueno, fue petición del abuelo. Estaba leyendo historias magnificas, parecían tan reales, clásicos de la literatura inglesa. De pronto llamaron a mi puerta…
-¿Si? –interrogue.
-Soy Skandar, ¿es cierto que te quedaras aquí y no iras al recorrido? –pregunto
Al instante abrí la puerta:
-Sí, es verdad… a propósito te deseo suerte. –respondí.
-Bueno… adiós. –se despidió Skandar.
-Adiós –dije por último.
En realidad, yo no planeaba hablar con Maxwell o algo así.
Tiempo después, fui al salón de fiestas, provenía música… Entre abriendo las puertas delicadamente. Solo se encontraba Maxwell.
-Hola Maxwell –salude confundida.
-Oh, solo dime Max. –respondió él
-Está bien… Bueno, te dejo… continua con… lo que hacías. –dije.
-No, espera… me gustaría conversar contigo –interrumpió
-Amm… Yo, estaba ocupada leyendo… si deseas podemos platicar luego -mentí.
-De acuerdo… -Acepto resignado.
Justo cuando iba cruzando la entrada, una canción comenzó a sonar… era rítmica.
-¡Espera! –Exclamo- Ven, me gustaría conocerte mejor. Tal vez creas que soy un… egocéntrico, malcriado, mimado, antisocial, como sea, no sé lo que te haya dicho Skandar sobre mí, mi primo y hermana. Pero… no sé, pareces una persona agradable. Me gustaría tratarte –explicó Maxwell.
-Bien. Skandar no me dijo nada –al decir esto, me miro con una cara de “¡Ay aja!, y yo tengo 5 años”- Bueno, solo que no se llevaban bien, pero… es que yo… tengo que… -trataba de excusarme.
-No necesitas excusarte. Si no quieres simpatizar conmigo, está bien. Skandar ya debió haberte lavado el cerebro –manifestó su inconformismo.
-¡Claro que no!, es solo que… –intente justificarme- ¡De acuerdo!... ¿de qué quieres que hablemos? –me rendí.
Sonrió victorioso.
-Ya ves, él te hablo mal sobre mí, tal y como lo pensé –revelo.
-Bueno, solo cosas sin importancia –trate de restarle interés- Y repito mi pregunta…
-Sí, lo lamento. Bueno, siéntate –interrumpió ofreciéndome asiento a su costado derecho.
Accedí a sentarme y perfile una sonrisa más que fingida, la noto y sonrió.
-Perfecto. ¿Sabes? Insisto en conocernos mejor, ya que me recuerdas a alguien, pero no estoy seguro de si eres tú. Te llamas Miranda, no coincide con el nombre de la chica que busco –explico sereno.
-Ok, pues entonces no soy yo. Me llamo Miranda Coleman –Aclare.
-Eso ya lo sé, me lo dijiste ayer. ¿Tienes segundo nombre? –interrogo.
-Mmmm… no. Bueno si, pero no me agrada –declare.
-¿Puedes decírmelo?... Por favor –Solicito con una expresión más dúctil en el rostro.
-Está bien. Me llamo Miranda Jaqueline Coleman Curiel. ¿Feliz ahora? –pregunté con ironía.
-Sinceramente no. Decepcionado, pero tu segundo nombre es lindo.
-¿Gracias por el cumplido? –interrogue con sarcasmo.
-Si deseas agradecerlo… en realdad no tienes porque.
Sonó una canción con un tono más suave.
-Linda canción –comente.
-Oh ya lo creo que sí. Me pregunto si, si… ¿You dance with me? –interrogo en otro idioma, rascando su nuca.
-Estas de suerte Maxwell Hudson –dije concediendo mi mano.
-Insisto dime Max. No me agrada que me digan Maxwell –confesó.
Comenzamos a mover nuestros pies y a deslizarnos por toda la habitación mientras gozábamos de una alegre charla. Ahora, creo que “Max” no es tan… más bien, no es como Skandar lo describió. No es huraño, al contrario es muy jovial y divertido. Para nada egocéntrico, como “mi primo” me había comentado. Sincerándome Maxwell me agrada. Creo que podríamos ser muy buenos amigos.
Pasaron alrededor de unas 4 canciones. De pronto escuche quejas de una voz femenina, gruñidos y disgustos de una voz varonil conocidísima, además de unas evasivas temerosas por parte de otra voz masculina.
Se acercaban con velocidad, hasta que llegaron convertidas en gritos hasta la puerta del salón. Entonces las descifre: Los quejidos pertenecían a Karyme, los gruñidos eran de Skandar, por lo tanto Arthur era el dueño de las evasivas temerosas. Y de un segundo a otro, todo se acallo, solo se escuchaba la pieza que bailábamos amistosamente Maxwell y yo.
No me di cuenta ni cómo ni cuándo, pero Skandar ya estaba parado a mi costado y al de Max.
-¿Puedo? –preguntó Skandar.
Totalmente pasmada y con algo de sobresalto, asentí con la cabeza y acepte la mano de Skandar, para así bailar una melodía juntos.
-¿Qué rayos haces? –interrogo “mi primo” con la mandíbula apretada.
-Solo bailaba, es amigable –musité.
Él soltó un suspiro irritado y puso los ojos en blanco. Yo me encogí de hombros.
Entre los dos, existía un silencio perturbador, puse atención a la canción, la tonadilla me resultaba conocida, hasta que comenzó la letra.

“Take my hand I’ll teach you to dance...”

Y ahí rememore el título de dicha melodía: “All about us” (Owl City - He is we)
Comencé a tararearla, luego a susurrarla y finalmente a cantarla. Empecé a desplazar mis pies conforme al ritmo, un poco más rápido cada vez. Cerré los ojos. Me olvidé un segundo de todo. Nada me intereso. Viví el ritmo, yo sola al inicio. Después de unos minutos, abrí mis ojos, directamente me encontré con la mirada de Skandar. Sus ojos miraban alegres a los míos, tuve confianza y sonreí, él también lo hizo. Para ese momento, los dos ya gozábamos el ritmo de la melodía.

“Because lovers dance when they’re feeling in love
Spotlight shining, it’s all about us
it’s all about us
And every heart in the room will melt
this is a feeling I’ve never felt but
It’s all about us”

Comencé a cantar sin darle ningún sentido aquellos versos.
Y me di cuenta de lo que cantaba hasta que escuché a Skandar hacer el último coro.
Al finalizar la canción ambos nos miramos radiantes. A estas alturas ninguno de los Hudson estaba en la habitación, no tengo idea de en que momento se fueron.
-Eso fue… -decía Skandar, no término, pues pareció recordar algo y continúo con un tono muy distinto a la sorpresa que anteriormente había usado- ¿Qué hacías con ese Hudson idiota?
Y yo respondí…

Chicas en estos días cap!!!... si no es que hoy mismo