"Cambiaste mi crudo invierno"

Y la fiesta había iniciado, baje 15 minutos después de su inicio… Yo traía mi antifaz color negro con plateado. Cuando ingrese al salón un grupo de chicas me rodearon, ¿acaso tendré ese don? Con o sin antifaz, siempre tengo chicas a mí alrededor. Comencé a conversar con ellas, pero sus risas chillonas terminaron por fastidiarme. Transcurrido el tiempo, mi vista deambulaba por el salón, de repente ingresó en el una chica, la cual atrajo totalmente mi atención, ella portaba un antifaz dorado, su cabello era castaño claro, caminaba con porte y delicadeza. Cuando estaba por acercármele, el abuelo menciono unas palabras. Luego comenzó el baile, la chica bailo con un muchacho de ojos azules, -sinceramente yo era más guapo- Después invite a una de las chicas a bailar conmigo, no porque me interesara, sino porque habría un cambio de parejas, y entonces ahí aprovecharía para bailar con la chica del antifaz dorado. Fuimos a la pista, y el tan esperado cambio de parejas por fin tubo lugar.
Y mi plan salió a la perfección, baile al lado de la pareja, y en el cambio de parejas por fin baile con esa chica. Ella dijo que se llamaba Antoniette –Obviamente no le creí- entonces le deje en claro mi desconcierto, pues dije que me llamaba Luis XVI. Sus ojos eran marrones -un poco más claros que los míos-me fascinaron eran brillantes, reflejaban alegría. Ella parecía divertirse. Después le invite a salir, ella accedió y fuimos al jardín. Allí le dije que necesitaba decirle algo, iba a decirle “me gustas”, pero sin siquiera pensarlo, solo le dije un “me agradas”. Ella dijo que yo a ella también le agradaba, después le dije que quería saber más de ella, a lo que respondió que deseaba que fuera un misterio, entonces le comente que lo era, que era un dulce misterio. Luego le dije que no insistiría y de un segundo a otro, la bese. A mi parecer el beso fue mágico, con las estrellas como testigo, a plena luz reluciente de luna, la cual hacía resaltar más el brillo de sus ojos. Tenían algo que hacia que me hipnotizara, luego del beso ella huyo.
Como me hubiera gustado verle completamente el rostro… O por lo menos seguir hablando con ella. Pero no, se fue… Cuando estaba por seguirla, escuche que algo choco contra el piso, me agache para ver que era, y era un broche plateado con brillantes, lo tome entre mis manos y caí en cuenta que le pertenecía a ella. Cuando volví a ponerme de pie “Antoniette” ya no estaba. Entonces guarde el broche en un bolsillo de mi saco. Sin más que hacer, volví a la fiesta… pero ya no había nada interesante, o eso me pareció ya que todos estaban divirtiéndose y riendo. Nuevamente el grupo de chicas que en un principio se me acerco volvió a hacerlo, yo les dije que en un momento volvía, y me fui a mi habitación, ya no había nada más que hacer... En mi mente solo había lugar para pensar en “Antoniette”… como me hubiera gustado saber más acerca de ella, conocerla…. No lo se, bueno si se una cosa: Nunca me hubiera gustado separarme de ella. Mientras estaba bocarriba en mi cama, saque el broche de ella, y lo puse en mi pecho mientras ejercía una presión, entre mi pecho y el broche. Pensándolo bien esto suena a cenicienta.
Después me cambie, por mi pijama, y el broche lo guarde en el segundo cajón de mi buró, cubierto con un pañuelo, no quería entrometidos. El antifaz lo guarde en el último cajón, donde no hay muchos objetos. Después me cubrí con las sábanas y no pude conciliar fácilmente el sueño….

Miranda's Pov:

Después de haberme, cambiado por una ropa mucho más cómoda, guarde bien el antifaz en un cajón del armario, dentro de una caja de terciopelo. Y mientras los hacía, el chico no dejaba de rondar por mi cabeza, “Luis XVI”… Hubiera deseado quedarme más tiempo, pero después ¿Qué le diría?... aunque no se si irme fue la mejor opción. Como deseo volverlo a ver, volver a ver sus ojos, ¡era un chico tan especial!... En fin, ya no tenía nada más que hacer, así que me metí a la cama.